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Concepto de puesto
El concepto de puesto se basa en las nociones de tarea, obligación y función: a) Tarea: es toda actividad
individualizada y realizada por el ocupante de un puesto. Por lo general es la labor que se atribuye a los
puestos simples y repetitivos (por hora o de empleados), como montar una pieza, hacer la rosca de un
tornillo, tallar un componente, inyectar una pieza, etcétera. b) Obligación: es toda actividad
individualizada y realizada por el ocupante de un puesto. Suele ser la actividad atribuida a puestos más
diferenciados (asalariados o empleados), como llenar un cheque, emitir una requisición de material,
elaborar una orden de servicio, etcétera. Una obligación es una tarea un poco más compleja, más mental y
menos física. c) Función: es un conjunto de tareas (puestos por hora) o de obligaciones (puestos de
asalariados) ejercidas de manera sistemática o reiterada por el ocupante de un puesto. Pueden realizarse
por una persona que, sin ocupar el puesto, desempeñe provisional o defi nitivamente una función. Para
que un conjunto de obligaciones constituya una función es necesario que haya reiteración en su
desempeño. d) Puesto: es un conjunto de funciones (tareas u obligaciones) con una posición defi nida en
la estructura organizacional, es decir, en el organigrama. La posición defi ne las relaciones entre un
puesto y los demás. En el fondo son relaciones entre dos o más personas. El puesto se integra por todas
las actividades que desempeña una persona, que pueden agruparse en un todo unifi cado y que ocupa una
posición formal en el organigrama de la empresa. Para desempeñar sus actividades, la persona que ocupa
un puesto debe tener una posición defi nida en el organigrama. En esta concepción, un puesto constituye
una unidad de la organización, y consiste en un conjunto de obligaciones y responsabilidades que lo
distinguen de los demás puestos. La posición del puesto en el organigrama defi ne su nivel jerárquico, su
subordinación, sus subordinados y el departamento o división al que pertenece. Establecer la posición de
un puesto en el organigrama signifi ca establecer estas cuatro vinculaciones o condiciones. Ocupante es la
persona designada para ocupar un puesto. En el fondo, toda persona que trabaja en la organización ocupa
un puesto. Hay puestos que tienen un único ocupante —como el director presidente, por ejemplo—,
mientras que otros exigen varios ocupantes que realizan las mismas tareas —como operadores de
máquinas, ofi cinistas, cajeros, dependientes y vendedores, entre otros—. Las tareas u obligaciones
constituyen las actividades que realiza el ocupante de un puesto. De este último se espera que realice las
tareas u obligaciones habituales de ese puesto, que se subordine a su superior, administre a sus
subordinados y responda por su unidad de trabajo.
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Siempre fue así, por tradición, y, debido a la división del trabajo y la consecuente especialización
funcional, las necesidades de recursos humanos de la organización —cualitativas o cuantitativas— se
determinan mediante un esquema de descripciones y especifi caciones de puestos. La descripción de
puestos muestra una relación de las tareas, obligaciones y responsabilidades del puesto, mientras que las
especifi caciones de puestos proporcionan los requisitos para su ocupante. Así, los puestos se ocupan de
acuerdo con estas descripciones y especifi caciones. Las características personales de quien ocupe el
puesto deben ser compatibles con las especifi caciones de éste, mientras que la función, o contenido del
puesto, también se señala en su descripción. Así, la descripción del puesto detalla de manera impersonal
su contenido; mientras que las especifi caciones proporcionan la percepción de la organización respecto
de las características humanas deseables para realizar el trabajo, expresadas en términos de educación,
experiencia, iniciativa, etcétera. Cuando se estructuran los puestos y se diseñan al margen del área de RH,
en la gran mayoría de las organizaciones es necesario saber cómo los demás departamentos los
estructuraron y diseñaron. En otras palabras, para administrar los recursos humanos que se asignan a los
puestos es necesario describir y analizar estos últimos. Cuando dicho diseño ya data de algún tiempo, el
problema es conocerlo en su totalidad. El mejor camino para eso es la descripción y el análisis de puestos.
Análisis de puestos Una vez hecha la descripción, sigue el análisis de puestos. En otras
palabras, ya identificado el contenido (aspectos intrínsecos), se analiza el puesto en relación con los
requisitos que impone a su ocupante (aspectos extrínsecos). Aunque guardan una estrecha relación con los
propósitos y procesos de obtención de información, la descripción y el análisis de puestos son dos
técnicas muy distintas. Mientras la descripción se preocupa por el contenido del puesto (qué hace el
ocupante, cómo y por qué), el análisis estudia y determina todos los requisitos, responsabilidades y
condiciones que el puesto exige para su adecuado desempeño. Por medio del análisis se valoran los
puestos posteriormente y se clasifican para efectos de comparación. En la fi gura 8.3 se desglosa la
descripción y el análisis de puestos.
1. Requisitos intelectuales.
2. Requisitos físicos.
3. Responsabilidades que adquiere.
4. Condiciones de trabajo.
Cada uno de estos requisitos se divide en varios factores de especificaciones. Más adelante, en el capítulo
sobre administración de sueldos y salarios, los factores de especificación se transformarán, mediante un
tratamiento estadístico, en factores para la evaluación de puestos. En el fondo, los factores de
especificación funcionan como puntos de referencia que permiten estudiar de manera objetiva una gran
cantidad de puestos. Constituyen verdaderos instrumentos de medición, construidos de acuerdo con la
naturaleza de los puestos de la organización. Al variar la naturaleza de los puestos para analizarse, no sólo
cambian los factores de especificaciones, sino también su amplitud de variación y sus características de
comportamiento. Veamos por separado cada factor de especificaciones:
Requisitos intelectuales Comprenden las exigencias del puesto en lo referente a los requisitos
intelectuales que debe tener el ocupante para desempeñar adecuadamente el puesto. Entre los requisitos
intelectuales están los siguientes factores de especificaciones:
1. Escolaridad indispensable.
2. Experiencia indispensable.
3. Adaptabilidad al puesto.
4. Iniciativa requerida.
5. Aptitudes requeridas.
Responsabilidades adquiridas Consideran las responsabilidades que, además del desempeño normal
de sus atribuciones, tiene el ocupante del puesto en relación con la supervisión directa de sus
subordinados, del material, de las herramientas o equipo, el patrimonio de la empresa, dinero, títulos o
documentos, pérdidas o ganancias de la empresa, relaciones internas o externas e información
confidencial. Comprenden las responsabilidades por:
1. Supervisión de personal.
2. Material, herramientas o equipo.
3. Dinero, títulos o documentos.
4. Relaciones internas o externas.
5. Información confidencial.
Condiciones de trabajo Comprenden las condiciones del ambiente en que se realiza el trabajo, si lo
hace desagradable, adverso o sujeto a riesgos, o si exige del ocupante una sólida adaptación para
mantener la productividad y el rendimiento en sus funciones. Evalúan el grado de adaptación de la
persona al ambiente y al equipo de trabajo para facilitarle su desempeño. Comprenden los siguientes
factores de especificación:
1. Ambiente de trabajo.
2. Riesgos de trabajo.
Desde el punto de vista de los factores de especificación, el análisis de puestos puede colocarse en un
esquema de estandarización que facilite al máximo la obtención de información y que ofrezca una base
aceptable para las comparaciones de puestos.
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1. Observación directa.
2. Cuestionario.
3. Entrevista directa.
4. Métodos mixtos.
A continuación se verá por separado cada método para la descripción y análisis de puestos.
b) La participación que tiene el analista en la obtención de los datos es activa, y la del ocupante, pasiva.
Método de la entrevista
El método más flexible y productivo es la entrevista que el analista de puestos le hace al ocupante del
puesto. Si la entrevista está bien estructurada, se obtiene información sobre todos los aspectos del puesto,
la naturaleza y secuencia de las tareas que lo componen, y los porqués y los cuándos. Se puede desarrollar
en relación con las habilidades que se requieren para el puesto, y es posible cruzar la información de
ocupantes de otros puestos similares para verificar discrepancias en la información; si es necesario, se
pueden realizar consultas al supervisor inmediato para asegurarse de la validez de las declaraciones.
Garantiza una interacción directa entre analista y empleado, lo que permite resolver dudas. Es el método
preferido entre los responsables de la planeación del análisis de puestos. Se basa en el contacto directo y
en los mecanismos de colaboración y participación. El método de la entrevista directa consiste en obtener
los datos relativos al puesto que se desea analizar por medio de un contacto directo y verbal con el
ocupante del puesto o con su jefe inmediato. Se puede hacer sólo con uno de ellos o con ambos, juntos o
separados.
Características de la entrevista directa
a) Los datos sobre el puesto se obtienen de una entrevista, con preguntas y respuestas verbales
entre el analista y el ocupante del puesto.
b) La participación es activa tanto del analista como del ocupante del puesto.
Métodos mixtos
Es evidente que cada método de análisis tiene ciertas características, ventajas y desventajas. Para
neutralizar las desventajas y aprovechar las ventajas, la opción es utilizar métodos mixtos. Se trata de
combinaciones eclécticas de dos o más métodos de análisis. Los métodos mixtos más comunes son:
1. Cuestionario y entrevista, ambos con el ocupante del puesto, quien llena el cuestionario y
después se somete a una entrevista rápida, con el cuestionario como referencia.
2. Cuestionario con el ocupante y entrevista con el superior, para ampliar y aclarar los datos.
3. Cuestionario y entrevista, ambos con el superior.
4. Observación directa con el ocupante y entrevista con el superior.
5. Cuestionario y observación directa, ambos con el ocupante.
6. Cuestionario con el superior y observación directa con el ocupante.
En la elección de una de estas combinaciones se deben considerar tanto las particularidades de la empresa
como los objetivos del análisis y la descripción de puestos, el personal disponible para la tarea, etcétera.
Etapa de planeación
Es la etapa en la que se planea todo el trabajo para el análisis de puestos. Es una etapa de trabajo de
escritorio y de laboratorio. La planeación exige los siguientes pasos:
1. Determinar los puestos por describir, analizar e incluir en el programa de análisis, sus
características, naturaleza, tipología, etcétera.
2. Elaborar el organigrama de los puestos para ubicarlos. Al hacerlo, se defi nen los siguientes
aspectos: nivel jerárquico, autoridad, responsabilidad y área de acción.
3. Elaborar el cronograma de trabajo para especifi car por dónde empezará el programa de
análisis. Se puede iniciar con los niveles superiores para descender poco a poco a los inferiores,
o viceversa, así como en los niveles intermedios, o se puede seguir una secuencia horizontal,
por áreas de la empresa.
4. Elegir el o los métodos de análisis. A partir de la naturaleza y de las características de los
puestos por analizar, se eligen los métodos de análisis adecuados. En general se utilizan varios
métodos, pues es difícil que los puestos presenten naturaleza y características similares. El
método elegido será el que presente más ventajas, o por lo menos las menores desventajas en
función de los puestos.
5. Seleccionar los factores de análisis para estudiar los puestos, con base en dos criterios
conjuntos:
a) Criterio de la generalidad: los factores de análisis deben estar presentes en la totalidad o por
lo menos en 75% de los puestos por estudiar, para comparar las características ideales de los
ocupantes. Con un porcentaje menor, el factor desaparece y deja de ser un instrumento de
comparación adecuado.
b) Criterio de la variedad o discriminación: los factores de análisis deben variar de acuerdo con
el puesto. Es decir, no pueden ser constantes ni uniformes. El factor de escolaridad necesaria,
por ejemplo, atiende al criterio de la generalidad —todos los puestos exigen cierto nivel de
escolaridad o de instrucción— y también al de la variedad, pues todos los puestos exigen una
escolaridad diferente, desde primaria incompleta hasta estudios profesionales. Para atender al
criterio de generalidad, los puestos suelen dividirse en varios sistemas: puestos de
supervisión, obreros, trabajadores por hora, etc., porque son pocos los factores de
especificaciones que consiguen atender una amplia gama de características de los puestos.
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Etapa de preparación
Es la etapa en la que los analistas debidamente entrenados preparan los esquemas y los materiales de
trabajo, a saber:
Etapa de realización
Es la fase en la que se obtienen los datos de los puestos que se van a analizar y en la que se redacta el
análisis:
1. Obtención de los datos sobre los puestos mediante el(los) método(s) de análisis elegido(s) (con
el ocupante del puesto o con el supervisor inmediato).
2. Selección de los datos obtenidos.
3. Redacción provisional del análisis a cargo del analista de puestos.
4. Presentación de la redacción provisional al supervisor inmediato, para que la ratifi que o la
rectifi que.
5. Redacción defi nitiva del análisis del puesto.
6. Presentación de la redacción defi nitiva del análisis del puesto para su aprobación (ante el comité
de puestos y remuneraciones, el ejecutivo o el departamento responsable de su ofi cialización en
la empresa).
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Desde el punto de vista de los recursos humanos, una organizacion viable es la que no solo capta y
emplea sus recursos humanos adecuadamente, sino tambien que los mantiene motivados en la
organizacion. El mantenimiento de recursos humanos exige una serie de cuidados especiales, entre los
cuales sobresalen los planes de remuneracion economica, de prestaciones sociales, y de higiene y
seguridad en el trabajo. Los dos primeros capitulos que trataremos a continuacion, “Remuneracion
(administracion de sueldos y salarios)” y “Planes de prestaciones sociales”, forman parte del sistema de
prestaciones que la organizacion entrega a sus participantes para tenerlos satisfechos y motivados, asi
como para inducirles a permanecer en ella y a “ponerse la camiseta”.
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El subsistema para el mantenimiento de los recursos humanos exige relaciones constantes entre la
organización, los colaboradores y las entidades representativas. Las relaciones con las personas se
bifurcan, por un lado, en relaciones internas, con los propios colaboradores en el día a día de la
organización, y por otro, en relaciones externas, con los representantes de los colaboradores; por ejemplo,
los sindicatos. En este capítulo abordaremos primero las relaciones internas.
Relaciones con los empleados
Se refiere a las actividades de RH asociadas al trato y a los movimientos de los colaboradores dentro de la
organización. Son las relaciones internas de la organización con sus colaboradores en cuestiones como
ascensos, transferencias, separaciones por jubilación y dimisiones. La disciplina y las medidas
disciplinarias también representan aspectos cruciales de esas relaciones internas. Sin embargo, el área de
RH actúa en la retaguardia como función de staff, es decir, como asesoría interna, y delega a los gerentes
y supervisores la responsabilidad de línea respecto de las prácticas cotidianas de Recursos Humanos.
Ascensos
Se refi ere al movimiento vertical de una persona que sube un puesto dentro de la organización. Cuando
un trabajador obtiene un ascenso, su salario también registra una recompensa adicional. El ascenso es
símbolo de éxito y representa un paso adelante en la carrera del empleado.
Separación
También es un movimiento de salida de la organización y puede ser de dos tipos:
a) Separación por iniciativa del empleado o renuncia: cuando el trabajador presenta su dimisión a
la organización por motivos personales o para trabajar en otra organización.
b) Despido por iniciativa de la organización: cuando la organización separa de su puesto al
empleado por alguna razón específi ca; por ejemplo, adelgazamiento (downsizing),
reestructuración, recorte de personal, cambio de competencias, disciplina, incapacidad del
trabajador para adaptarse, reducción de costos, etcétera.
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Contrato colectivo
El contrato colectivo de trabajo o el convenio colectivo de trabajo es un acuerdo de carácter normativo
mediante el cual dos o más sindicatos representativos de ramas económicas o profesionales estipulan las
condiciones de trabajo aplicables, en el ámbito de sus respectivas representaciones, a las relaciones
individuales de trabajo.16 La vigencia del contrato colectivo es, cuando mucho, de dos años. Así, todo el
contrato colectivo tiene una extensión determinada en tiempo y espacio. La celebración de contratos
colectivos de trabajo es uno de los medios más comunes para resolver conflictos colectivos y evitar
huelgas, y permite, por medio de negociaciones y el consiguiente acuerdo entre las partes, mantener la
paz social basada en el consenso.
Negociación colectiva
Así, el contrato colectivo exige un proceso previo de negociaciones entre las partes, la llamada
negociación colectiva, que se realiza en tres niveles: empresa, sindicato y confederación de sindicatos. En
un sentido más amplio, negociación es el proceso de búsqueda de la aceptación de ideas, propósitos o intereses,
con la intención de alcanzar el mejor resultado posible, de modo que las partes implicadas terminen la negociación
conscientes de que se les escuchó, de que tuvieron la oportunidad de presentar todas sus argumentaciones, y de que la
suma de las contribuciones individuales dará un total mayor que cualquiera de las partes. 17 Esta defi nición abarca
conceptos como proceso, consenso y sinergia. El proceso de negociación requiere habilidades para la
toma de decisiones, comunicación, motivación, administración de confl ictos y reunión. De este modo, la
capacitación para negociar es un camino para consolidar las habilidades básicas de un administrador. El
proceso de negociación es muy semejante al de toma de decisiones. En cierto sentido, se puede decir que
la negociación no es mucho más que una toma de decisiones. Según la concepción sistémica de la
organización, los procesos de toma de decisiones y de comunicación son básicos para integrar las partes
del sistema. La toma de decisiones y la negociación entrañan un diagnóstico de la situación presente para
formular objetivos, establecer opciones y criterios de decisión, y para planear, ejecutar y controlar la
decisión tomada.18 La negociación es una situación en la cual ambas partes (sean individuos o grupos)
tienen intereses en confl icto y tratan de llegar a un acuerdo sobre cómo se comportarán una con la otra.
La negociación forma parte de la dinámica de las organizaciones, sea en el contexto de sus relaciones
internas, o en su relación con las organizaciones e instituciones externas en general. Se trata de una acción
cada vez más necesaria para el desempeño de cualquier tipo de liderazgo. La negociación sindical es un
proceso conductor de la toma de decisiones sobre convenios colectivos en que participan representantes
de los trabajadores y de los empleadores. En esos acuerdos se confrontan los distintos puntos de vista, las
expectativas, reclamaciones y exigencias, con el objeto de llegar, por consenso o por mecanismos de
concesiones mutuas, a una solución conciliatoria.19 Ciertos conceptos permiten mejorar las relaciones
laborales:
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1. La organización debe defi nir con claridad su política de recursos humanos y divulgarla entre sus
empleados.
2. La organización debe desarrollar sistemas y canales de comunicación bidireccionales adecuados
para sentir y percibir las expectativas y reivindicaciones de sus empleados, localizar las fuentes
de problemas y de confl ictos e identifi car sus causas.
3. La organización debe mantener un diálogo permanente y abierto con los líderes sindicales.
4. La organización debe preparar y capacitar a todos los jefes, sobre todo a los más próximos a los
obreros (supervisión de primer nivel), para que afronten la nueva realidad sindical y la naciente
democracia, porque la habilidad para negociar será fundamental.
5. La organización no debe tomar declaraciones y posturas “revolucionarias” de algunos líderes
sindicales como representativas de una tendencia de los obreros, sino ventilarlas en una
confrontación directa y en su debida oportunidad. 6. La organización debe entender que la época
del paternalismo terminó y que debe sustituirse por un trato respetuoso e igualitario, como
supone una sociedad democrática al conferir la misma representatividad al patrón y al empleado
en las relaciones de trabajo.
Política de reciprocidad
Se basa en la reciprocidad entre la organización y el sindicato. Las reivindicaciones se resuelven, directa
y exclusivamente, entre la dirección de la organización y el sindicato, con una participación mínima de
los trabajadores y los supervisores. El objetivo es constituir un acuerdo y atribuir al sindicato toda la
responsabilidad de vigilar que las partes no violen las cláusulas pactadas. Este pacto no siempre cumple
con las aspiraciones de los trabajadores y las demandas de los supervisores, lo que hace que los primeros
queden sometidos a la presión del sindicato, y los segundos, a la presión de la dirección de la
organización. En realidad, esta política no siempre se cumple, además de que no cuenta con el apoyo y
compromiso de los trabajadores y supervisores, y genera la desconfi anza de los trabajadores, que dejan
de creer en los dirigentes del sindicato, como ocurre con los supervisores en relación con los directivos de
la organización.
Política participativa
Se caracteriza por considerar que las relaciones laborales involucran al sindicato y a los trabajadores por
un lado, y a la organización, sus dirigentes y sus supervisores por el otro, lo que propicia una evaluación
amplia y objetiva de cada reivindicación o situación en cuanto a su viabilidad, naturaleza, oportunidad,
validez y, sobre todo, a su integración e identifi - cación con las demás políticas y objetivos de la
organización. Se supone que las soluciones se negocian y discuten con datos concretos, objetivos y
racionales, además de que no se basan en opiniones personales. Esta política exige buenas relaciones con
los empleados y un clima organizacional saludable, en el cual los gerentes y supervisores reciban asesoría
de especialistas de staff no sólo en asuntos tocantes a las relaciones laborales, sino también a la solución
de problemas que implican las relaciones humanas en el trabajo. La política participativa considera al
empleado desde el punto de vista social, político y económico, y no sólo como un simple factor de
producción. El cumplimiento de los acuerdos y la solución de problemas, quejas y reclamaciones
individuales de los empleados se delegan a los supervisores de primera línea. Los problemas referentes a
grupos o situaciones más amplias, interpretación de la ley o condiciones del contrato colectivo se tratan
con la gerencia y con la participación de especialistas en relaciones laborales, para que la solución no
siente un precedente de usos y costumbres en problemas futuros. Una vez encontrada la solución, su
aplicación se delega al supervisor directo. La dirección de la organización y el sindicato resuelven los
problemas generales que implican a todos los empleados. La política participativa deposita en el sindicato
la corresponsabilidad de mantener un ambiente de armonía en las relaciones laborales y de vigilar el
cumplimiento de los acuerdos colectivos. Se trata de una política que se basa en el consenso de las partes
y es estrictamente preventiva, no correctiva, pues se anticipa a los problemas o, cuando menos, los trata
en la medida en que sean controlables. Al privilegiar las negociaciones para llegar a un acuerdo,
compromiso o contrato colectivo, se refuerza y legitima la autoridad de la gerencia y de los supervisores
de la organización, al tiempo que se da prestigio al sindicato.
El sindicalismo
En la historia de las relaciones entre las organizaciones y sus miembros, los sindicatos no son cosa
reciente. Sus orígenes se remontan al surgimiento del sistema capitalista que se desarrolló a partir del
siglo XVIII, con la Revolución industrial en Inglaterra. Los sindicatos surgieron cuando los empleadores
empezaron a quedar oprimidos entre los trabajadores y los consumidores; es decir, cuando se desarrolló el
sistema de remuneración. Este sistema fue resultado del aumento de la población local (urbanización) y
de la expansión de los mercados internos. La presión de la competencia de precios entre los productores
de bienes o servicios ejerció presión en los salarios, y los trabajadores buscaron protección mutua contra
tales presiones. Los sindicatos no surgieron dentro de las fábricas, sino en establecimientos pequeños,
como zapaterías, alfarerías, constructoras, etc., cuando empezaron a producir para mercados mayores y
para la demanda futura. Desde antes de 1800, varios grupos de trabajadores comenzaron a organizarse
para luchar contra las condiciones laborales inhumanas. Una serie de persecuciones legales obstaculizó el
desarrollo inicial de estas organizaciones; las leyes inglesas consideraban a los sindicatos conspiraciones
criminales. Los empleadores procuraban luchar a toda costa contra estas organizaciones subversivas. Los
sindicatos consiguieron afi liar miembros, sobre todo en tiempos de aumento de precios, y hacer presión
para que se elevaran sus salarios para poder vivir. El movimiento sindical, a pesar de que tuvo
decrementos temporales, experimentó un avance constante y sólido, incluso en tiempos de depresión
económica. Al hablar de la historia del movimiento sindical, Gramsci 23 subraya que los sindicatos
constituyen una clase de organización proletaria específi ca del periodo de la historia dominado por el
capital. En cierto sentido, el sindicato forma parte de la sociedad capitalista, y su función es inherente al
régimen de propiedad privada. Añade que la naturaleza esencial del sindicato es de competencia y que no
es comunista. El sindicato no puede ser instrumento de renovación radical de la sociedad; es decir, puede
ofrecer al proletariado la posibilidad de ser burócratas experimentados y técnicos especialistas en
cuestiones de trabajo, pero no puede ser la base del poder proletario. Su razón de ser está en el trabajo, en
la producción industrial y no en la división de clases. Para Gramsci, el sindicalismo no es un medio para
la revolución, sino sólo una forma de la sociedad capitalista que organiza a los obreros no como
productores, sino como asalariados, es decir, como criaturas del régimen capitalista de propiedad privada
y como vendedores del producto del trabajo. El sindicalismo une a los obreros de acuerdo con la forma
que les imprime el régimen capitalista, el régimen del individualismo económico.