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Bolivia ha experimentado una reducción significativa de la pobreza en los últimos 15 años, con la pobreza moderada cayendo del 59.9% al 36.6% y la pobreza extrema cayendo del 37.7% al 11.1%. Sin embargo, la pandemia ha causado un aumento en la pobreza y ha destacado la necesidad de inclusión digital para mantener los avances. Todavía queda trabajo por hacer para reducir la pobreza extrema en áreas rurales, donde 3 de cada 10 personas siguen viviendo en pobreza extrema, y para c
Bolivia ha experimentado una reducción significativa de la pobreza en los últimos 15 años, con la pobreza moderada cayendo del 59.9% al 36.6% y la pobreza extrema cayendo del 37.7% al 11.1%. Sin embargo, la pandemia ha causado un aumento en la pobreza y ha destacado la necesidad de inclusión digital para mantener los avances. Todavía queda trabajo por hacer para reducir la pobreza extrema en áreas rurales, donde 3 de cada 10 personas siguen viviendo en pobreza extrema, y para c
Bolivia ha experimentado una reducción significativa de la pobreza en los últimos 15 años, con la pobreza moderada cayendo del 59.9% al 36.6% y la pobreza extrema cayendo del 37.7% al 11.1%. Sin embargo, la pandemia ha causado un aumento en la pobreza y ha destacado la necesidad de inclusión digital para mantener los avances. Todavía queda trabajo por hacer para reducir la pobreza extrema en áreas rurales, donde 3 de cada 10 personas siguen viviendo en pobreza extrema, y para c
ANALISIS. En los últimos 15 años, una gran cantidad de bolivianas y bolivianos mejoraron sus condiciones y calidad de vida gracias a una serie de políticas públicas orientadas al cierre de brechas de desigualdad, enfocándose principalmente en los estratos sociales más vulnerables y los territorios más deprimidos.
Una aproximación cuantitativa de esta transformación da cuenta de que en el
periodo comprendido entre los años 2006 y 2021, la pobreza se redujo de forma inédita en el país: el indicador de pobreza moderada pasó del 59,9% al 36,6%, y la pobreza extrema del 37,7% al 11,1%. Si bien en 2020 el indicador de pobreza extrema aumentó en un 0,8% y el de pobreza moderada en 1.8% en comparación con el 2019, pasando de 12,9% a 13,7% y de 37,2% a 39,0% respectivamente, estas cifras ya reportaron una recuperación en 2021.
La disminución de la pobreza se experimentó de distintas maneras en el área
urbana y en el rural. En el área urbana la pobreza extrema pasó del 23,4% en el 2006 al 7.2% en el 2020, lo que es muy significativo desde distintos ángulos. Y en el área rural, aunque la reducción de la pobreza fue importante, aún 3 de cada 10 personas viven en pobreza extrema, marcando una agenda de retos para las políticas públicas en el corto y mediano plazo.
La pandemia marcó un punto de no retorno en muchos aspectos. Por ejemplo, la
aplicación y uso de herramientas digitales en la vida cotidiana y laboral de las personas es hoy también ineludible para las instituciones públicas y privadas, el sector privado y los colectivos sociales quienes ahora deben redoblar esfuerzos para alcanzar la inclusión digital de las y los ciudadanos y de los y las trabajadoras, y entenderla como un aspecto central del fortalecimiento de la cohesión social.
Los nuevos avances del mundo digital proponen soluciones para la reducción de la
pobreza, pero se complejizan con el tiempo: no solo se trata de incrementar los ingresos monetarios, sino también de garantizar el ejercicio de los derechos humanos y generar las condiciones necesarias para su goce permanente; condiciones que cambian año tras año. Según un análisis del PNUD en base a datos del INE, el 29% de hombres y 26% de mujeres tienen acceso a una computadora. Aunque el 62% de hombres y 58% de mujeres tienen acceso a un celular y al internet, los usos y alcances de un celular no se equiparan a los de una computadora a la hora de generar mayor productividad. Impulsar una solución que cierre esta brecha podría tener efectos multiplicadores en distintos ámbitos de la vida laboral y doméstica de casi 7 de cada 10 bolivianos/as