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Sidney Dekker. El anarquista de la seguridad.

Entrevistas, Noticias | 27 marzo, 2019 |

Holandés. Master en psicología de la Universidad de Nijmegen y la Universidad de Leiden en los Países


Bajos, doctorado de la Universidad Estatal de Ohio, EEUU, en 1996, en ingeniería de sistemas cognitivos.
Actualmente profesor en la Universidad Griffith en Brisbane, Australia, donde dirige el Laboratorio de
Innovación en ciencias de la seguridad. 

¿A qué se refiere el concepto de «El anarquista de la seguridad»? ¿Podría considerarse como una
filosofía?
Los anarquistas de la seguridad son personas que confían más en la gente que en el proceso, que confían en
la coordinación horizontal de experiencias e innovaciones, que luchan contra las “reglas pequeñas”, el
exceso burocrático y el cumplimiento coercitivo, y que ayudan a recuperar la dignidad y la experiencia del
trabajo humano. Creo que es obvio que las iniciativas burocráticas no son el mejor modo para hacer frente
a la novedad, la diversidad y la complejidad. Las burocracias quieren medir las cosas de manera
simplificada o condensada, desarrollar respuestas estandarizadas y centralizar la autoridad para controlarlas
y coordinarlas. Yo sostengo que tenemos que abandonar y dejar atrás la cultura del cumplimiento y la
burocracia para recuperar algo de la humanidad, la dignidad, el sentido común, la creatividad e innovación
del trabajo “front-line”. Para ello, me inspiro en las ideas del anarquismo.

El anarquismo es un conjunto de ideales e ideas, no un estado de caos y desorden sin líderes (eso sería
anarquía). El anarquismo valora la coordinación horizontal en lugar de la autoridad jerárquica de arriba-
abajo; el poder de la diversidad y la experiencia local; liberarse del cumplimiento coercitivo insignificante;
la posibilidad de alterar un  protocolo estandarizado, y la innovación más allá de las rutinas “de toda la
vida”. Incluso en sistemas fuertemente burocratizados y de cumplimiento muy arraigado, el trabajo se hace
y se hace con seguridad en gran parte debido a la experiencia y el conocimiento de los que trabajan al pie
del cañón. La visión del mundo de los anarquistas es sorprendentemente cercana a la de la ciencia de la
complejidad: los sistemas complejos no tienen autoridad central, por ejemplo, pero se desarrollan a través
de auto-organización recíproca. Debido a sus diversas contribuciones y su apertura al mundo, pueden dar
lugar a ideas y soluciones novedosas que están fuera del alcance de una burocracia autoritaria. Y los
sistemas complejos producen bucles de retro alimentación positiva y negativa, al igual que las comunidades
anarquistas, que ayudan a seleccionar soluciones eficaces y suprimir y auto-corregir lo que no funciona. El
anarquismo no significa que no haya reglas ni acuerdos; por supuesto que los hay. Se trata de libertad
dentro de un marco: entendiendo que dentro de los límites de los acuerdos y normas humanas razonables,
necesitamos favorecer y aplaudir la libertad de innovar, utilizar la experiencia, aplicar la experiencia, para
coordinar horizontalmente en lugar de jerárquicamente dictar, y confiar en el criterio “a pie del cañón” para
hacer el trabajo de manera segura y eficiente.
 ¿Cuándo se le ocurrió esta perspectiva innovadora de la salud y la seguridad en el trabajo?

Realmente fue la ciencia, los datos y la evidencia empírica lo que me empujó a esta posición. En 2012, el
Laboratorio de Seguridad, en conversación con muchos socios de la industria y otros científicos, comenzó a
demostrar que a pesar de que el trabajo nunca ha sido tan seguro como parece hoy en día, la seguridad
tampoco ha estado nunca tan burocratizada como hoy. El verdadero problema es que en las últimas dos
décadas, el número de normas y reglas de seguridad ha explotado, y las propias organizaciones están
creando cada vez más requisitos internos de cumplimiento. Al mismo tiempo, el progreso en materia de
seguridad se ha ralentizado. Así que hemos estado haciendo durante 20 años más burocracia, sin resultados
aparentes, aparte de más burocracia. Muchos incidentes- y las tasas de lesiones se han estancado. Peor aún,
los datos demuestran que un excelente desarrollo de seguridad en casos de bajas consecuencias, tiende a
aumentar el riesgo de muertes y accidentes graves. La burocracia y el cumplimiento se orientan ahora
menos sobre la gestión de la seguridad de los trabajadores de los que somos responsables, y más sobre la
gestión de la responsabilidad de las personas para las que trabajan. Hacemos que los trabajadores hagan
muchas cosas que no sirven para mejorar su éxito particularmente. Paradójicamente, tal endurecimiento de
la burocracia de seguridad nos roba exactamente la fuente de la perspicacia humana, la creatividad y la
resiliencia que puede decirnos cómo se crea realmente el éxito, y dónde el próximo accidente puede muy
bien suceder.

Peor aún, los datos demuestran que un excelente desarrollo de seguridad en casos de bajas
consecuencias, tiende a aumentar el riesgo de muertes y accidentes graves.

 En vista de ello, ¿qué puede hacerse para mejorar el perfil profesional de los responsables de la
salud y la seguridad en el trabajo en las empresas y organizaciones?

Como ya preguntamos en 2018, ¿los profesionales de la seguridad son benefactores o cargas para sus
organizaciones? La identidad profesional de los profesionales de la seguridad está plagada de
contradicciones y tensiones sin resolver. ¿Son asesores o instructores, nativos o independientes, encargados
de hacer cumplir las normas o facilitadores de front-line, y, como se ha dicho, un benefactor para la
seguridad o una carga organizativa? Quizás crean que son todo a la vez. En ese estudio, dirigido por uno de
nuestros estudiantes de doctorado, David Provan, hemos investigado la identidad profesional a través de la
comprensión de lo que los profesionales de la seguridad creen acerca de la seguridad, su papel dentro de las
organizaciones y su yo profesional. Una de las recomendaciones más claras es que los profesionales de la
seguridad quizás deberían dedicar menos tiempo al trabajo de la seguridad y más tiempo a la seguridad del
trabajo. Esto significa menos tiempo para la gestión burocrática de datos y el control de documentos, y más
para comprender cómo se trabaja realmente en la primera línea y cómo deberían servir a su éxito. En última
instancia, requiere un cambio significativo en cómo ellos (y nosotros) vemos el mundo: el trabajador no es
el problema que debemos controlar, no tenemos que decirles qué hacer todo el tiempo. Los trabajadores son
la solución, los solucionadores de problemas, y deberíamos preguntarles qué necesitan para tener aún más
éxito. Y debemos dejar de obsesionarnos con impedir que cada pequeña cosa salga mal, y contar con – a
pesar de todo – los pocos casos en los que todavía van mal. ¡Después de todo, muchas más cosas salen bien
que mal! Los profesionales de la seguridad deben pasar tiempo tratando de entender por qué las cosas
realmente van bien y luego transmitir a su organización como mejorar las capacidades en las personas,
equipos y procesos que lo hacen así. Eso es lo que deberían estar haciendo, en lugar de detectar y tratar de
cerrar todos los caminos donde las cosas potencialmente podrían salir mal. Porque a fin de Cuentas el
Mundo es demasiado complejo y dinámico para que eso tenga éxito.

¡Después de todo, muchas más cosas salen bien que mal! Los profesionales de la seguridad
deben pasar tiempo tratando de entender por qué las cosas realmente van bien y luego
transmitir a su organización como mejorar las capacidades en las personas, equipos y
procesos que lo hacen así.
 

¿Puede hablarnos de un caso exitoso relacionado con su filosofía?

Oh, hay muchos. Si ha visto la película “Safety Differently”, habrás visto a tres organizaciones ahí mismo
que tuvieron el valor de declinar su burocracia de seguridad, para delegar la autoridad de decisión a la
gente en las primeras líneas, y descentralizar de nuevo a los proyectos, las plantas de producción, las
tiendas, los departamentos, todo tipo de decisiones relacionadas con la seguridad en el trabajo. El
Laboratorio también ha llevado a cabo una serie de estudios con organizaciones en el área de la eliminación
exitosa y segura de las burocracias de seguridad que habían comenzado a invadir el trabajo, que se están
publicando en la literatura científica con cierta regularidad. Este tipo de iniciativas han ahorrado mucho
dinero a las empresas, y han hecho a los trabajadores más felices (no necesariamente a las personas más
felices, ya que a veces sienten que pierden influencia). Y sólo hay que ir
a “artofwork.solutions” y “safetydifferently.com” para ver a muchas de las otras organizaciones de todo
el mundo que han abrazado una visión diferente del trabajo de seguridad, a fin de hacerla más real en
relación al trabajo a pie del cañón.
 

Sidney, ¿qué criterios propondrías a los legisladores para que puedan adaptar la actual normativa
española a la filosofía de «El anarquista de la seguridad»?
Si hay algo en la legislación que sea demasiado punitivo y que amenace con meter a los directores y
gerentes de la compañía en la cárcel o entregarles multas masivas cuando hay un incidente, Esto sólo
servirá para alentar la aversión al riesgo y, por lo tanto, para seguir estimulando el crecimiento de las
burocracias de seguridad masivas. Pero cuando se analizan los datos, la legislación y la reglamentación en
sí no son el problema. De hecho, la mayor parte de la burocracia en materia de salud y seguridad en el
trabajo es generada internamente, por la propia organización: algunas cifras muestran que hasta el 60% de
las reglas son auto-impuestas, no impulsadas por los reguladores gubernamentales. Esto, paradójicamente,
se vuelve aún peor en caso de desregulación: cuando los gobiernos se retiran y dejan más de la tarea
regulatoria a la industria, las organizaciones suelen responder escribiendo incluso más reglas internas, para
asegurarse de que tienen todo cubierto. Combinar esto con un aumento de la contratación (que requiere
burocracia), la gestión de la responsabilidad, la capacidad tecnológica para la vigilancia, la presentación de
informes y el almacenamiento de datos, y lo que se conoce como empresariado burocrático, y se obtiene
una burocracia de seguridad monstruosa incluso en ausencia de regulación gubernamental detallada. La
ironía es que cuanto más reglas has creado internamente, mayor es el riesgo de responsabilidad en realidad.
Porque cuanto más tienes en los libros, más fácil es para un abogado demostrar que no estabas haciendo
algo.

De hecho, la mayor parte de la burocracia en materia de salud y seguridad en el trabajo es


generada internamente, por la propia organización: algunas cifras muestran que hasta el
60% de las reglas son auto-impuestas, no impulsadas por los reguladores
gubernamentales.

 
¿Qué impacto cree que podría tener «El anarquista de la seguridad» en el campo de la salud y la
seguridad en el trabajo en el futuro? Especialmente en entornos muy regulados como la UE.
He oído decir que obras como «El anarquista de la seguridad» han hecho más para cambiar el tono y la
sustancia del debate internacional sobre la salud y la seguridad en el trabajo en los últimos años que
cualquier otra cosa. Esa es una gran noticia. Pero donde realmente necesitamos llevar un mensaje como
este es a los consejos de administración de las empresas, que tienden a padecer bastante aversión al riesgo
(y sustancialmente analfabetos acerca de la seguridad, en realidad). Mientras nosotros (o las juntas de las
empresas) sigamos valorando a los directivos por el “número bajo” de incidentes negativos (incidentes,
lesiones), nada de esto realmente funcionará. La razón de ello es que el bajo número reportado de
incidentes negativos tiende a ser relacionado con culturas de secretismo del riesgo, de ocultar datos, de
llamar de otra manera a incidentes o lesiones para que consten como algo diferente,, y por lo tanto con
resultado de mayor número de muertes y accidentes. Por supuesto, es bastante absurdo, en cualquier caso,
exigir a los administradores que rindan cuentas de una medida de resultados sobre la que de todos modos
sólo tienen un control parcial.  En lugar de ello, nosotros y las juntas deberían reunir el valor necesario para
que los administradores rindan cuentas de lo que están haciendo para aumentar las capacidades positivas de
su personal, sus equipos y sus procesos a fin de lograr resultados seguros y eficientes. Debemos hacerles
responsables, en otras palabras, por lo que  hacen, no por lo que dicen.

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