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LATAM

adj.
Que sirve de patrón, modelo o punto de
referencia para medir o valorar cosas de
la misma especie.

sust.
El arte de influir, motivar, organizar y llevar a
cabo acciones para lograr fines y objetivos
que involucren a personas y grupos.

sust.
Conjunto de las formas y costumbres en
que se expresa la vida tradicional de un
grupo de personas.
• Creemos que lo mejor que tenemos para ofrecerle a los
demás comienza siempre con la mejor versión de nosotros
mismos.
• Es desde una vida sana que extendemos nuestro servicio, y
somos responsables de nuestro propio bienestar.
• Creemos que alguien en liderazgo debe mostrar los frutos
de una vida conectada con el Espíritu: Amor, gozo, paciencia,
carácter, integridad, humildad y fe.
• Nos comprometemos con el crecimiento de cada individuo,
es por eso que queremos siempre cultivar e inspirar a cada
persona a vivir con: Relaciones sanas, hábitos saludables,
familias unidas, buen manejo del tiempo y recursos, creci-
miento emocional, intelectual y espiritual.
• Celebramos la madurez emocional de cada individuo, lo que
significa que somos personas donde el drama termina.
• Somos una comunidad que fomenta conversaciones
correctas: si necesito aclarar algo acerca de alguien lo hablo
directamente con esa persona.
• Cultivamos en amor la confianza y lazos fuertes necesarios
para ser una familia diversa, tolerante, paciente y llena de
gracia.
• Siempre le damos la bienvenida a la retroalimentación cuya
motivación es la salud de la casa.
• No tenemos miedo de reconocer el error y pedir perdón, así
como somos rápidos para extenderlo.
• Si las personas no pueden florecer bajo mi liderazgo,
¿por qué habrían de mantenerse plantados?
• Siempre creamos espacio para que otros crezcan y entren a
nuevos niveles de responsabilidad e impacto.
• Nuestra prioridad nunca es un evento, logística u
organización, siempre estarán en primer lugar las personas.
Es por eso que siempre nos dedicaremos a tratar a todos
con dignidad, sin distinción.
• Le damos la bienvenida a cada persona, ya sea por
nuestras puertas
físicas o digitales, para que encuentren un lugar donde
pueden pertenecer, florecer y crecer en su propósito dado
por Dios.
• Valoramos a las personas y el tiempo que invierten tanto al
asistir como al servir en nuestra iglesia. Antes que ser un
equipo de trabajo, somos amigos, somos familia, somos la
iglesia.
• Valoramos el tiempo de otros siendo puntuales siempre y
en todo (para empezar y para terminar), evitando lo más
posible el hacer cambios de última hora.
• Ningún miembro de la iglesia cuenta con privilegios,
beneficios o mayores concesiones que otro a la hora de
servir. Todos tienen igualdad de oportunidades en el
servicio.
• Tenemos una actitud que siempre es intencional en incluir
a todos en las actividades, servicio y responsabilidades.
• El servicio siempre se trata de bendecir a otros y no de
obtener beneficios personales.
• El servicio nunca debe ser a costa de las personas.
• No desviamos la culpa ni la responsabilidad a otros por
nuestras vidas, pero a la vez no corremos solos, nos rodeamos
de personas que nos impulsan a crecer y rodeamos a quienes
necesitan nuestra ayuda.
• No tomamos el camino fácil, pero a la vez reconocemos los
límites sanos de cada persona y no sobre-exigimos a nadie,
sino que expandimos nuestra capacidad y confiamos en Dios
para cubrir la necesidad.
• Somos predeciblemente confiables.
• La milla extra no es algo que visitamos, es donde vivimos.
• No diluimos ni relativizamos el mensaje y los fundamentos de
la casa.
• Nos apropiamos de la visión.
• Sabemos que nada grande sucede sin trabajo duro.
• Nos responsabilizamos del proceso y damos resultados
positivos con lo que se nos confía.
• Siempre le damos a los demás el beneficio de la duda.
• Usamos un lenguaje que empodera, levanta y anima a las
personas a ser mejores, no que critica, hunde o rebaja al otro.
• Al trabajar hacia un objetivo en común, nunca usamos un
lenguaje que demanda, ni exigimos a los demás de manera
autoritaria.
• No fomentamos conversaciones incorrectas entre voluntarios
y equipos.
• Siempre fomentamos una actitud de agradecimiento en todas
las áreas de servicio.
• No pretendemos ser perfectos, estamos conscientes y en paz
con nuestras limitaciones y áreas de oportunidad.
• Perdonamos y superamos la ofensa, manteniéndonos
siempre sanos e inofendibles.
• Entendemos que la comunicación es lo que nos mantiene
unidos.
• La comunicación en los equipos no debe limitarse
únicamente a hablar de tareas. Cultivamos relaciones sanas,
independientemente de las actividades de nuestra iglesia.
• Resolvemos los imprevistos o dificultades inesperadas con
una actitud de respeto y amor hacia el otro.
• Respondemos siempre lo antes posible a cualquier mensaje
que recibimos, ya que la “no respuesta” es un mensaje negativo
hacia quien pregunta. Al mismo tiempo, no demandamos
respuesta de nadie.
• No pongo mis objetivos por sobre otros o sobre la visión.
• No abusamos de la autoridad que se nos fue dada.
• No maltratamos a las personas.
• No hablamos mal a espaldas de las personas.
• No limitamos el caminar de las personas.
• No culpamos a otros por fallas.
• No menospreciamos a los demás por su posición o tarea.
• No usamos a los otros para nuestro beneficio personal.
• No presionamos a los demás a dar más de lo que quieren.
• No cortamos el crecimiento de los demás.

• Pase lo que pase, nuestra fe y declaración siempre está


anclada en la esperanza. No vemos las circunstancias con
negatividad sino sabiendo que con Dios de nuestro lado,
¡lo mejor siempre está por venir!

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