¿Cómo valoramos a las personas cercanas a nuestro entorno?

En una sociedad como en la que vivimos, en donde la pérdida de valores se hace cada
vez más evidente, más notorio, en donde la escasez de sabiduría se pronuncia día a día,
es de suma importancia fomentar la educación en valores en las familias, desde el hogar,
así, de esta manera lograr un cambio desde las raíces de la sociedad y promover un
ambiente ético y moral, para el beneficio de toda una sociedad que tanto lo necesita.
Algunas veces el significado de valorar no está muy tan claro. Es curioso que no se
valore a quién no nos falla, ni a quién no nos responde a la primera. Siempre hay críticas
para todo el que no es un victorioso, un campeón, un ejemplo a seguir. Pero al final, y
desde mi punto de vista, la mejor forma que tenemos para valorar a las personas es
porque no nos fallan, cumplen las expectativas que nos marcan, se comprometen a hacer
lo que dicen, no van por la espalda, y siempre nos dan un abrazo o apoyo emocional
cuando más lo necesitamos, o en muchas ocasiones, son aquellas personas que siempre
han estado ahí, cuando uno más necesita de alguien, ya sea un consejo, un apoyo, un
abrazo, una escucha, un mensaje alentador, entres otras muchas mas situaciones.
También, pienso que primero que todo, lo fundamental, primordial es valorarse así mismo,
quererse, darse mensaje de motivación, ser perseverante, fomentar valores, etc. Para así
lograr entender a otra persona con mucha más facilidad. “Las personas que se quieren a
sí mismas saben cómo valorar a las personas mucho más fácilmente que las que no
saben valorarse a sí mismas.” Por eso no debe extrañar que alguien que quiere mejorar
como persona también intente ayudar a los demás. Por eso sigo una filosofía de vida que
es así: Tú creces, yo crezco y los demás también. Esto tiene mucho significado e
importancia para ayudar en el desarrollo de una convivencia sana y llena de valores
importantes.
Para saber cómo valorar a las demás personas es sencillo, sólo hay que desear el bien a
los demás cuando realmente ya te aprecias a ti mismo. Porque es algo incoherente,
incluso hipócrita, felicitar y alegrarse por los demás cuando tu vida no está yendo bien,
cuando te sientes mal en las relaciones o cuando no tienes un sentido de vida o motivo
por el cual vivir. Valorar a las demás personas viene desde dentro con tu propia felicidad.