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ÁREA: DPCC – CUARTO GRADO

TEMA: RELACIONES AMOROSAS: CON CUIDADO Y


RESPOPNSABILIDAD

Amor y responsabilidad: la importancia de cuidar lo que se ama


Si amas, cuidas, atiendes y te preocupas. Si quieres a alguien te haces responsable de tus actos, palabras y
comportamientos para garantizar el bienestar de quien aprecias. En caso de descuidar este aspecto, puedes
perderlo todo.

Amor y responsabilidad son dos caras de una misma moneda. Pareja, hijos, familia, amigos e incluso uno
mismo. El afecto por quienes forman parte de nuestras vidas y también por nosotros mismos implica actuar
con responsabilidad cuidando de nuestras acciones y atendiendo el bienestar de quien se quiere. Algo tan
básico es, sin embargo, un detalle que descuidamos con frecuencia.
Lo hacemos, por ejemplo, cuando culpamos al otro de determinados problemas o situaciones.  A menudo,
cargamos sobre hombros ajenos cada circunstancia sin ser capaces de ver que también nosotros somos
partícipes a veces de muchas dinámicas. Una relación, sea cual sea la vinculación (de pareja, de  amistad,
etc), es una interacción entre dos personas que se retroalimentan.
En ese pequeño planeta todo cuenta: las palabras, los actos, lo que se dice y también lo que no se dice.  Para
que ese mundo preciado siga girando con la misma luminosidad debemos aprender a ser responsables .
Seamos capaces de ejercitar este músculo psicológico con inteligencia y sensibilidad.
“En los sueños comienzan las responsabilidades”.
-W. B. Yeats-

Amor y responsabilidad: pilares que lo sustentan


Algo que solía señalar el psicoterapeuta Albert Ellis es que son muchas las personas que prefieren eludir
sus responsabilidades. Siempre es más fácil escabullirse o dejar que sean otros quienes asuman en piel
propia cada circunstancia. Por ello, si deseamos de verdad tener un papel activo en el teatro de la vida, del
amor y de la felicidad, recae sobre nosotros la obligación de ser responsables.
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En los últimos años este es un nuevo campo de estudio que aglutina cada vez más trabajos de investigación.
Así, trabajos como el realizado por la Universidad de Missouri nos recuerdan que si somos libres para tomar
nuestras decisiones, para ser autónomos, crear relaciones de amistad, de pareja o de familia, estamos
obligados a desarrollar esta competencia. Es más, responsabilidad y felicidad son dos dimensiones que
siempre van juntas.
Veamos ahora qué pilares sustentan esta relación.

1. Lo que dices y haces le importa al otro: sé responsable de tus


actos
Nada de lo que hagamos (o no hagamos) pasa inadvertido para la persona que nos quiere.  Y esto a veces
lo pasamos por alto. Descuidamos la perspectiva del otro al focalizarnos en exclusiva en nosotros mismos. No
calibramos el efecto de nuestros comportamientos o palabras pensando que quien nos quiere no tendrá en
cuenta esto o lo otro. Sin embargo, todo se procesa y se filtra en el plano de las  emociones.
Amor y responsabilidad van juntas porque nos obliga a medir mucho más los propios comportamientos para
promover el bienestar de quien es importante para nosotros.
2. La responsabilidad de asumir los propios errores
La persona madura y con adecuada competencia emocional es aquella capaz de asumir los propios
errores y enmendarlos. Rara vez se le pasará por la cabeza responsabilizar al otro de lo sucedido. En ningún
momento buscará tampoco proyectar sobre los demás sentimientos de culpa.
Si ha pasado algo y uno mismo es el responsable directa o indirectamente de ese sufrimiento, debe darse un
paso al frente y buscar la manera de afrontar esa situación.
3. Tener conciencia, saber lo que está bien y lo que está mal
Responsabilidad y conciencia son dos engranajes básicos en las relaciones felices. Esa capacidad para
vislumbrar la realidad de cada situación, reconocer lo que ocurre, saber lo que está bien, lo que está mal y
actuar en consonancia es un acto de salud afectiva. A menudo, nos quejamos de esas personas “que no tienen
conciencia de ciertas cosas”, que actúan sin pensar en las consecuencias y nos avasallan con sus egoísmos y
comportamientos infantiles. Pocas cosas son más necesarias que desarrollar una buena toma de conciencia con
la que saber actuar en cada situación.
4. Tú eres mi responsabilidad (y yo soy la tuya)
Amor y responsabilidad son un hilo que se engarza con la complicidad cotidiana, con el deseo auténtico de
cuidar y proteger a quien se quiere. Entender que el otro es responsabilidad nuestra (y a la inversa)
significa, por encima de todo, que cada uno debe esforzarse por promover el bienestar ajeno , por ser una
ayuda y no un obstáculo, por ser ese impulso que da alas y no alguien que impone resistencias ni cadenas.

5. Saber lo que necesitas, decirte lo que necesito


Otro principio de responsabilidad en los vínculos afectivos es ofrecer al otro lo que necesita. En gran parte de
las ocasiones, sabemos cómo se articula esa dimensión:  todos necesitamos sentirnos queridos, respetados,
valorados y apoyados en cada circunstancia. Asimismo, también es importante saber expresar al otro lo que
queremos, lo que no queremos y lo que nos hace falta. Tenemos la responsabilidad de saber expresar y
reclamar sin esperar a que los demás adivinen qué nos ocurre.
6. Amor y responsabilidad
Una relación, ya sea de amistad, de pareja o el lazo que establecemos con un hermano, una madre o una hijo
nos da sentido y también propósito. Esto es algo que debemos considerar y tener presente en cada momento.
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Algo así nos obliga a responsabilizarnos de muchos aspectos, y no solo de esos que se focalizan en exclusiva
en el otro.

Ser responsable significa también invertir en el amor porque nada resulta más enriquecedor. Al hacerlo,
siempre nos llega algo de vuelta, siempre nos nutre, nos da un significado vital y trascendencia.  Cuidar de lo
que se quiere es atender de aquello que nos da sentido y felicidad.

¿Cuál es la importancia de la responsabilidad en la pareja? ¿Existe realmente


esto?
Uno de los vínculos más importantes en la vida de muchas personas es el de la relación amorosa, y conversar sobre
la responsabilidad en la pareja nos permite encontrar respuestas a muchas dudas que podemos presentar con el pasar
del tiempo con esa persona, y evitar así las mil y una justificaciones que saltan al momento de explicar lo que uno
siente.
Ser responsable implica asumir qué rol juego yo –por ejemplo- en una relación de pareja, de maltrato y abuso físico;
pues si bien hay un(a) agresor(a), hay otra persona que permite –consciente o inconscientemente- dicha violencia,
quizá no hablando, quizá callando o quizá no actuando de acuerdo a lo que en el fondo sienten que debería hacer. Por
otro lado, puede darse también una relación muy tóxica en donde uno se queja del comportamiento del otro
constantemente, en donde cabría preguntarnos ¿Por qué sigo con una persona que tiene tantos comportamientos que
no me agradan? O Desde mi posición, ¿qué hago para que tal persona se comporte así?, etc.

ACTIVIDAD

1. ¿Qué son las relaciones amorosas con cuidado y responsabilidad?


2. ¿Cómo vivir una relación amorosa saludable y responsable?
3. ¿Cuáles son los pilares que sustentan una relación amorosa y responsable?
4. Realiza infografía en un papelote relacionado al tema.

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