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ORACION DEL DIA 15/ 06 /22

1º Muy buenos días alumnas en esta mañana vamos a dar gracias a


Dios.
2°En el nombre del padre del hijo y del espíritu santo a, Amen.

3ºCantamos

4º Escuchamos el Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 11, 25-30

En aquel tiempo, tomó la palabra Jesús y dijo:

«Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a
los sabios y entendidos, y se las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, así te ha
parecido bien.

Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y
nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Tomad mi yugo
sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis
descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».

Palabra del Señor

5.- COMENTARIO

Ese Dios lejano, podrá ser con nosotros, tal vez, benévolo, con un deje de condescendencia,
pero sin verdaderas entrañas. Ahora bien, los cristianos no creemos simplemente en Dios
(lo que, en los tiempos que corren, no es poco), sino en un Dios encarnado, que ha asumido
plenamente y con todas sus consecuencias nuestra condición humana. De modo que,
precisamente en Cristo, se hacen realidad humana esas presuntas metáforas. Así, la profecía
de Ezequiel (36,26) que promete arrancar del pecho el corazón de piedra y dar un corazón
de carne, se cumple en Jesús, el hombre verdadero dotado de un corazón, no angélico, sino
de carne, un corazón capaz de compadecer. Sólo así, amándonos con un corazón de carne,
puede Jesús sanar el amor humano, herido por el pecado, por el egoísmo, la envidia, la
codicia, la rivalidad y el odio; y esto no sólo en las relaciones humanas más impersonales
(como las sociales o las económicas), sino también en las más cercanas y entrañables (como
las familiares), que son con frecuencia fuente de conflictos y sufrimientos que nos hieren en
lo profundo.

Jesús ha acercado el amor incondicional de Dios, y nos ha hecho accesible, por medio de su
corazón de carne, el corazón de Dios. No es un Dios lejano y terrible, ante el que debamos
sentirnos temerosos e indignos, sino un Dios Padre que se preocupa por nosotros, y que
suscita en nosotros confianza y amor. Esto es lo que podemos experimentar al acercarnos a
Jesús con un espíritu sencillo: la revelación de una sabiduría que no es cuestión de
erudición, sino la sabiduría del amor. El amor, es verdad, es exigente y a veces nos pesa,
porque el ser humano tiende al objeto de su amor, por más que esfuerzos que le exija. Por
eso dice Jesús que su yugo es llevadero y su carga es ligera. Y tanto más si consideramos
que el peso del amor verdadero lo ha tomado Jesús sobre sí mismo al dar su vida por
nosotros.

La sabiduría del amor que Jesús ha revelado es exigente, cierto, pero sobre todo nos da
confianza, nos relaja, nos da alivio y respiro. En Cristo, en su corazón manso y humilde,
encontramos el perfecto equilibrio entre la autoestima y la humildad: autoestima, porque
somos amados sin condiciones, lo que significa que, en el fondo de nuestro ser, somos
buenos y valiosos; pero también humildad, porque sabemos que no somos perfectos, que
tenemos que reconocer con humildad nuestros límites, nuestros pecados. Pero esto último
no es una humillación que nos destruye, sino la certeza de que podemos mejorar, de que hay
en nosotros posibilidades no exploradas. Y nuestra gran posibilidad, si aprendemos de
Jesús, es el amor: saber que cuando tratamos de amar, Dios mismo está obrando en nosotros
y que Él permanece con nosotros.

.6. PETICIONES

a) Que en la Iglesia haya hoy hombres y mujeres que nos muestren algo del
rostro de Dios, por su bondad e interés por los pobres y pequeños,
Roguemos….
b) Por la paz de todo el mundo, para que cesen las ambiciones, desaparezcan
las injusticias y enemistades, y broten por todas partes el amor y la paz.
c) Por nuestras compañeras de estudio que se encuentran mal de salud, que
Dios y la virgen las protejan y ayuden a recuperarse pronto. Roguemos
al señor.
d) Por todos los Matrimonios, para que, en el amor mutuo y en la fidelidad
constante, sean en nuestra sociedad fermento de paz y unidad. Roguemos al
Señor.

e) Que no seamos ciegos a las necesidades de los pobres y de los que sufren,
y que les ayudemos generosamente a llevar sus pesadas cargas, roguemos.

f) Por nuestros padres que Dios y la Virgen les proporcione la fuerza y


sabiduría necesaria para guiarnos, orientarnos.

8.- PADRE NUESTRO

Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre;


venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en
el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos
dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.
9.- DIOS TE SALVE MARIA

Dios te salve María llena eres de gracia el Señor es contigo; bendita


tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre,
Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la ahora de nuestra muerte. Amén
10.- CANTO

12.- EN EL NOMBRE DEL PADRE DEL HIJO Y DEL ESPIRITU SANTO AMEN

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