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organizacional
Por Prof. Lic. Hugo Landolfi
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Personalidad: sienten gran entusiasmo y pasión por lo que hacen. Por eso, se
dedican completamente a su tarea. Se conocen bien a sí mismos, por lo que son
plenamente conscientes de sus fortalezas y debilidades. Esto los convierte en
personas íntegras que sólo prometen lo que saben que podrán llevar a cabo. Son
carismáticos: poseen sentido del humor, aprecian a los demás y sienten respeto y
compasión por ellos. Son capaces de innovar, de incursionar por senderos donde
nadie había caminado antes.
Mente: tienen gran capacidad de análisis y un criterio altamente perceptivo. Son
muy creativos. Saben muy bien lo que quieren, porque tienen una visión hacia la
que se dirigen más allá de fracasos y obstáculos en el camino, por lo que
tomarán todos los riesgos que sean necesarios, calculadamente. Son insaciables
en el saber, porque siempre tienen curiosidad por aprender algo nuevo, y se
familiarizarán con todo lo que necesiten saber para lograr lo que quieren.
Logros: su audacia y empeño hacen que tengan un alto rendimiento y a su vez
influyan en el de los demás. Se proponen un objetivo y lo consiguen.
Si bien, como dijimos, un líder puede existir en muchas áreas distintas, aquí nos
concentraremos en los líderes de empresas o líderes organizacionales. ¿Qué
características tiene el liderazgo organizacional?
Dijo Heráclito siglos atrás: “Nada es permanente a excepción del cambio”. Si hay una
constante en el mundo empresarial de hoy (sólo por circunscribirnos por cuestiones
prácticas a nuestro tema) es el cambio. De allí que los líderes organizacionales en la
actualidad deban ser capaces de innovar, motivar y adaptarse a lo nuevo e inesperado
que pueda surgir. Por lo tanto, ¿qué es un líder organizacional? Es aquel que tiene la
capacidad para orientar el camino a seguir, estimulando y potenciando al máximo cada
una de las áreas de la organización, con el objetivo de lograr, por medio de la
creatividad y la innovación, las metas que satisfagan las necesidades de la empresa..
Básicamente, entonces, todo se reduce a las personas: el balance final de los líderes de
organizaciones de alto desempeño depende de sus clientes, sus colaboradores y sus
inversionistas. Lo importante es lograr un bien mayor, mediante la capacidad de influir
sobre los demás, empoderando y potenciando a las personas.
John Maxwell (autor, coach y conferencista) también pone especial énfasis en que el
liderazgo organizacional representa la capacidad para mejorar a las personas mediante
las acciones de un líder capaz de influir en sus subordinados y mejorar así sus
aptitudes y capacidades para, de este modo, llevar a cabo los objetivos de la empresa.
Para ello, sostiene, se necesitan las siguientes características:
La existencia de planes.
Un procedimiento estandarizado.
Formalización.
Firmeza organizacional.
Es importante que el líder pueda tener control sobre las recompensas de la empresa y
que mantenga una excelente relación interpersonal con sus superiores y subordinados
con el objetivo de cumplir con las metas.
Steve Jobs es un gran ejemplo de líder organizacional que construyó y desarrolló una
empresa exitosa basándose en lo que mejor sabía hacer cada trabajador. Influyó en ellos
para que explotaran esa capacidad sobresaliente que cada uno tenía. Así, los empleados
se sentían satisfechos porque se dedicaban a la tarea para la que realmente tenían un
talento excepcional, y la empresa consiguió el éxito porque cumplió con sus objetivos.
Para lograrlo, se necesitó de una extraordinaria habilidad interpersonal que le permitiera
al líder conocer y potenciar las habilidades de cada uno de los trabajadores.
Un poco de historia
La manera de atraer y motivar a las personas determina el éxito del líder.
En los ’50 y ’60, un líder ya no se define por lo que es, sino por lo que hace. Al
flexibilizarse este concepto, se entiende que las conductas de liderazgo se pueden
aprender.
En los ’70 se empieza a estudiar los factores circunstanciales que afectan el liderazgo
(teoría de la situación o contingencia), como las características de los seguidores, el
tipo de empresa o las actividades que se necesita realizar en un momento determinado.
Alguien puede convertirse en líder por una crisis o un acontecimiento importante en
particular. Una persona ordinaria puede transformarse en alguien extraordinario a raíz
de una determinada situación. Se propone entonces que no hay una sola forma ideal de
liderar una organización: el estilo depende de cada situación.
En los ’90 de este último siglo fue cuando comenzó a destacarse el apoyo a la
innovación como un componente esencial en la eficacia del liderazgo empresarial.
Podríamos decir que, por estar hablando de individuos, debe de haber tantos estilos y
modelos de liderazgo como personas sobre la faz de la tierra. Sin embargo, puede
distinguirse algunos modelos cuyas características se repiten, por lo que fueron
clasificados y estudiados en las teorías de liderazgo, y que en la práctica vemos en
funcionamiento hoy. Debemos tener en cuenta que muchas veces puede haber una
combinación de modelos o que la misma persona puede ejercer un modelo u otro
dependiendo de las circunstancias de la empresa, el momento histórico y otros factores
de variabilidad. Para entenderlo mejor vamos a tener que generalizar, pero será para ver
con mayor claridad los distintos tipos de liderazgo: analizaremos las características de
la personalidad de cada tipo de líder, ventajas y desventajas de cada estilo, cuáles son
los más exitosos, situaciones que ilustran cada modelo, así como algunos ejemplos de
líderes famosos. A continuación, trataremos en más detalle los tres estilos de liderazgo
más comunes: el autocrático (o autoritario), el democrático (o participativo) y el
liberal o laiseez faire. Más tarde, mencionaremos otros modelos de liderazgo posibles y
sus características.
El término “autocrático” proviene de “autocracia”, que deriva del griego “autos” (por
uno mismo) y “kratos” (fuerza, poder, gobierno). Es decir que la designación de la
fuerza, poder o gobierno le es otorgada a una sola persona, o ella misma se la atribuye.
Tiene poder absoluto sobre sus trabajadores y equipos, quienes nunca participan
ni discuten, ya que las directivas son dadas sólo por el líder, que toma todas las
decisiones. Es un liderazgo unidireccional: un jefe da órdenes, los subordinados
las acatan. No delega responsabilidades, ya que no delega poder: sólo él lo
ostenta sobre todo y sobre todos.
Concentra toda la información. No la comparte con su personal, y eso aumenta
su poder.
Fija los objetivos a cumplir. El personal no tiene oportunidad de hacer
sugerencias, aunque estas sean para el bien del equipo o de la empresa.
Administra premios y castigos, generalmente económicos, ya que cree que el
salario es la única motivación de los empleados. Para ello, debe tener poder y
control sobre las recompensas que puede ofrecer la compañía.
Dominante.
Exigente y perfeccionista.
Restrictivo.
Firme.
Desconfiado.
Controlador.
Ventajas:
Desventajas
Si bien la primera impresión al leer esta clasificación con su descripción puede ser de
rechazo, la realidad es que este modelo de liderazgo puede ser ejercido por una gran
variedad de profesionales, desde docentes (buenos y malos) hasta por políticos o
dictadores. Hay que destacar también que en ciertos ámbitos puede funcionar muy bien,
sobre todo en áreas donde la perfección es lo único aceptable, como en el mundo de los
deportes, en fábricas o construcciones, o cuando las decisiones son de vida o muerte.
Pensemos, por ejemplo, en profesiones relacionadas con la salud, como quienes se
desempeñan en servicios de ambulancia u hospitales, personal policial y militar,
bomberos, por citar sólo algunos ejemplos. También es fundamental en personal al que
se le requerirá rapidez y precisión desde el mismo entrenamiento hasta su desempeño
posterior, como sucede en los locales de comidas rápidas.
Y la realidad es que es un modelo que funciona muy bien en la mayoría de las empresas,
al menos en algún momento de su trayectoria. Muchas veces, por una determinada
situación coyuntural en la compañía, se recluta a un líder autocrático para que mejore la
eficiencia de la organización o de algún departamento en particular. Puede necesitarse,
por ejemplo, que se agilicen los procesos, que se haga crecer la base de clientes o que se
planee a largo plazo. En estos casos, donde se busca este tipo de solución puntual y
rápida, suele tomarse a un líder autocrático.
Comenzó en los ’60 como asesor del presidente Nixon. Hoy está a cargo del canal de
noticias Fox News que duplicó las ganancias de CNN y se posicionó como uno de los
canales más rentables. Consciente de su reputación como líder autócrata, a los 75,
opina: “No me siento distinto mentalmente de cuando tenía 30 años. Reacciono de la
misma manera ante lo nuevo que cuando tenía 30 años. Me doy cuenta de que me veo
mal, pero no me siento mal. Constantemente estoy tratando de inventar maneras
distintas de hacer las cosas. Si quieres ser un ejecutivo de televisión, tienes que
cambiar con los tiempos”.
Fue pionera del periodismo femenino e inventó la frase “tenerlo todo” para referirse a la
que, según ella, debería ser la aspiración de las mujeres, capaces al mismo tiempo de
conseguir el amor, tener una familia y una carrera. Convirtió Cosmopolitan en un
negocio rentable durante más de 30 años. Una de sus frases célebres fue: “Mi éxito no
se basó tanto en mi gran inteligencia sino más bien en mi gran sentido común”. Se la
reconoció como una maestra en el mundo de los negocios.
CEO de una empresa que, cuando Chambers entró, era relativamente desconocida,
creció bajo su conducción para convertirse en una empresa líder en la industria de redes.
John Chambers es uno de esos líderes que está en todo, hasta en el detalle más pequeño.
¿Uno de sus secretos de liderazgo? “Se trata de tener la confianza interna y la creencia
de que puedes y vas a ganar. Cuando hablo de que seremos los líderes, no lo digo como
posibilidad: creo firmemente en que lo seremos. Y también tienes que jalar a tu equipo
contigo porque hay muchos competidores en contra de ti”. Considera a la energía, la
confianza y la emoción como factores clave que lo ayudaron a mantenerse en la cima.
El jefe está reunido con sus empleados. Les informa que para la semana próxima tienen
que presentarle un video sobre un nuevo producto para que él pueda mostrarlo en una
reunión de directorio. Se dirige a cada uno y le asigna una tarea específica: “Margarita,
tú te encargarás de escribir el guión. Luis, del audio. Marcos, de la fotografía y
escenografía. Nicolás, del vestuario, maquillaje y peinados. Lila, tú buscarás los
actores”. El jefe no tiene en cuenta que a Lila se le da mejor la escritura, y que
seguramente estará más cómoda y se desempeñará mejor escribiendo el guión.
Margarita, sin embargo, no querría jamás encargarse de buscar a los actores porque es
muy tímida y tiene poca iniciativa; seguramente, para ella, trabajar en las búsquedas y
entrevistas no será lo mejor; entonces, pero ni siquiera piensa en un posible cambio de
tarea. El resto de los empleados le tiene tanto temor al jefe que no osan dar su opinión.
Por su parte, el jefe debe partir en cinco minutos y no está dispuesto a discutir el tema,
porque ya ha tomado una decisión y la tarea debe comenzar ya si quiere que el video
esté listo para la semana próxima. Ni siquiera les pregunta si tienen alguna duda, y se
marcha.
Al cabo de una semana, el trabajo está terminado como el jefe exigió. A él no le importa
si sus subordinados estuvieron a gusto, si tuvieron alguna inquietud para transmitirle, si
se sintieron demasiado presionados por el ajustado tiempo, o si trabajaron bien como
grupo: el proyecto que asignó fue completado, y la presentación del video en la reunión
de directorio fue un éxito rotundo.
Por supuesto que podría pasar todo lo contrario. Que los empleados no entendieran bien
los lineamientos, que estuvieran trabajando en un área para la que no fueran aptos, y que
el resultado final fuera un fiasco. Sin embargo, la mayoría de las empresas se maneja
exitosamente de este modo y no considera cambiar su tipo de modelo de liderazgo.
Ventajas:
Desventajas:
Al no decidir ni controlar todo una sola persona, y también debido al tiempo
dedicado al diálogo e intercambio de opiniones, pueden demorarse los
procesos y las tomas de decisiones.
Satisfacer los deseos de todos puede resultar una ardua tarea.
Se necesita un líder asertivo y colaborador que sepa estimular la empatía y el
apoyo mutuo, y si no se cuenta con esas cualidades, puede resultar arriesgado.
Este tipo de liderazgo puede estar ejerciéndose por propia voluntad o por una carencia
total de aptitud como líder. ¿Cómo se explica esto?
Laiseez faire viene del francés; significa “dejen hacer” o “dejen pasar”. La frase
completa es: “Laissez faire et laissez passer, le monde va de lui même” (Déjalos hacer,
déjalos pasar, que el mundo va solo).
En empresas con este tipo de liderazgo, existe una total libertad de los subordinados en
cuanto a las decisiones. El líder, por decisión propia o incapacidad, no ejerce el
control, no es responsable de la actividad del grupo y deja que actúen según su
voluntad. Al contrario de otros tipos de liderazgo, aquí el líder es pasivo y son los
empleados quienes ejercen un rol más activo.
Ventajas:
El hecho de que el líder no lo controle todo ni lo haga todo significa que, sin
dudas, se delegarán las tareas con total confianza.
Los empleados no se sentirán presionados y trabajarán con libertad.
No importa si no viene el jefe un día, o si tiene que viajar por un período más o
menos prolongado: la actividad seguirá en la empresa con total normalidad.
Los trabajadores se sentirán motivados porque tendrán el poder de decisión en
sus manos.
Funciona muy bien cuando los trabajadores son gente con la experiencia, los
conocimientos y las habilidades necesarios, porque requieren de poca o ninguna
conducción.
Desventajas:
Los tres estilos mencionados (autocrático, democrático y liberal) son los que más
comúnmente se encuentran y los que resultaron más exitosos. Como dijimos, en algunos
casos el estilo se da de manera más natural por las características individuales del líder,
y en otros resulta un modelo más planificado que se aplica con intenciones mejor
definidas.
Carlos, por su parte, siente que si su jefe nunca se ocupa de nada, él tampoco lo hará.
Pasa una semana, Sergio vuelve de su viaje y se encuentra con el mismo problema que
no ha sido resuelto. Pero no habla con Carlos sobre el tema y espera sin preocuparse que
las consecuencias se agraven. Cuando esto sucede, habla con otra de sus subordinadas,
Clarita, que tampoco tiene ganas de ocuparse de un problema que, además, no
corresponde a su área.
4. Liderazgo burocrático
Este tipo de liderazgo basa toda su autoridad en el seguimiento estricto de las normas de
la empresa. Cuando se trata de una empresa con altos riesgos de seguridad
(construcción, sustancias químicas, por ejemplo) o cuando están en juego grandes
sumas de dinero, es un modelo de liderazgo muy apropiado. Tiene puntos de contacto
con el liderazgo autocrático, ya que prioriza la eficiencia y el seguimiento riguroso de la
política de la empresa, lo que puede crear un ambiente de trabajo rígido: el líder ordena
y los subordinados deben obedecer.
Ventajas:
Desventajas
Hay una planilla de asistencia, donde las profesoras deben marcar no sólo los ausentes,
sino también las llegadas tarde y, en ambos casos, las razones. Al final del mes, se saca
un porcentaje de presentismo de cada alumno, y un promedio general del curso.
Dos veces por año, las profesoras completan informes del desempeño de sus alumnos, a
quienes se les entrega una copia. Otra copia va directamente a la empresa, otra se la
queda el profesor, otra se archiva en el instituto.
Los programas de curso son estrictos y no aceptan cambios de ningún tipo. Cada
profesor debe seguirlo al pie de la letra. A fin de año, se toman exámenes siguiendo un
modelo único, en base al cumplimiento de esos programas de estudio.
Susana está contenta con este modelo de liderazgo, porque le permite un seguimiento
detallado de las actividades que realizan sus empleados, los profesores. Anteriormente
trabajó en institutos muy desorganizados y es partidaria de un seguimiento estricto de
las reglas que ella misma ha creado.
5. Liderazgo carismático
Es un líder que nace, no se hace, aunque, por supuesto, siempre se puede aprender un
poco más. Su personalidad, más que su accionar, lo hace atractivo y digno de
seguimiento.
Quien ejerce este tipo de liderazgo tiene una capacidad espontánea para motivar y
entusiasmar a sus subordinados, que lo siguen con admiración. Este modelo de
liderazgo puede conseguir excelentes resultados y también lograr innovar, pues tanto el
líder como los empleados se esfuerzan al máximo. El líder tiene una visión y consigue
conducir a los subordinados en esa dirección.
Desventajas
Celia sabe desde pequeña que su personalidad siempre la ayuda a alcanzar sus metas. Es
positiva y simpática con los demás, y fue esa actitud, además de su capacidad
académica, la que la condujo a liderar hoy una empresa de producción de autopartes.
Hoy no es un buen día, porque acaba de recibir un informe que le indica que las ventas
han bajado en este último trimestre. Tiene una reunión con su equipo, y debe darle esta
noticia, pero de una manera que no cause desánimo en el grupo. Debe motivarlos a
revertir la situación, de la que todos, ella incluida, se beneficiarán.
En el fondo, sabe que la baja en las ventas puede deberse al mal desempeño del equipo
de ventas; o, al menos, de algunos de sus integrantes en particular. Sin embargo, no
quiere hacer reproches. Primero, porque no está en su naturaleza llevarse mal con nadie.
Y en segundo lugar, porque sabe que tiene que desplegar todo su tacto y carisma para
salvar la situación para ella y para la empresa en general. Y carisma es lo que le sobra.
Entonces, Celia piensa con cuidado el modo en que dará la mala noticia. Va a presentar
esta situación como un desafío que deberá sacar lo mejor de cada uno para mejorar las
ventas en lo que queda del año.
Y así procede. Logra cambiar las caras largas de su equipo al oír la noticia, y habla con
tal entusiasmo del desafío que tienen por delante que logra insuflar el espíritu ganador
que necesita que sus vendedores tengan para lograr las metas propuestas: vender más
que este último trimestre, vender más que ninguna otra empresa, destacarse cada uno,
como equipo de ventas y como empresa en el rubro de la venta de autopartes.
No sólo la reunión es un éxito, sino que hacia el final del año las ventas han mostrado
una suba importante, y, lo que no es de menor importancia, el entusiasmo del equipo
está en su mejor nivel.
De los tres estilos mencionados al principio de esta lista como los más exitosos, sólo
uno de ellos no respondería a su vez a este modelo, y ese es el estilo autocrático. Porque
tanto en el democrático como en el liberal los empleados son centrales, ya que tienen
poder, ya sea porque se les asignó o debieron tomarlo por acefalía, por lo que ejercen
una influencia y toman decisiones.
Ventajas:
Desventajas
Está en sus planes crecer con esta empresa: trasladarla a un sitio mucho más grande,
donde cuente con un servicio de guardería, un gimnasio y una biblioteca. Ya ha visto
una enorme casa con un hermoso jardín en un barrio tranquilo de la ciudad que podría
servirle para estos fines, y está avocada en estos días a conseguir un crédito para
adquirir esa propiedad y cumplir con su sueño.
Para este tipo de líder, la tarea será lo primordial: es decir, los objetivos de la
organización, y las personas interesarán en función a cómo puedan ejecutar las tareas
para cumplir con los objetivos de la empresa. La meta será la tarea concluida y esta
presión puede hacer que un líder se vuelva un tanto autoritario. No piensa en el
bienestar del equipo ni en cómo retener a los empleados, ya que el foco estará puesto en
la planificación, en el control del desempeño y en el cumplimiento de las tareas.
Ventajas
Desventajas
Deja de lado el bienestar de las personas, por lo que a largo plazo puede generar
insatisfacción laboral.
Existe una distancia social y emocional entre líder y subordinados.
Por empezar, se molesta cuando dos de ellos, Miriam y José, llegan tarde. Ellos tratan
de explicarle que hubo un paro sorpresivo de trenes y debieron tomarse un taxi, pero
debido a la situación, el tráfico estaba imposible. Joaquín no los deja terminar la
explicación. Sólo quiere que se sienten de inmediato y escuchen con atención la tarea
que deben realizar.
Les pide un informe que debe estar terminado para el día siguiente a primera hora. ¿Para
el día siguiente? Carolina cree que debe intervenir de inmediato: ella pensaba tomarse la
tarde porque tiene un turno médico que programó dos meses antes. Joaquín la conmina
a estar presente ya que ella juega un papel importante en la elaboración de ese informe,
y aunque Carolina había pedido esa tarde libre con mucha anticipación, no se la
concederá. Joaquín explica la situación rápidamente en la pizarra que está frente a
todos, y en ningún momento se vuelve a mirar los rostros de sus empleados, que
empiezan a preocuparse por la urgencia del pedido. Joaquín remarca que se debe llegar
al resultado final como sea. Con los nervios y el clima cortante de la reunión, Beatriz,
como de costumbre, comienza a sentirse mal físicamente, y se disculpa para pasar al
baño. Joaquín la ignora. Da por terminada la reunión antes de que Beatriz regrese, y
cuando lo hace, no le pregunta por su repentino malestar, sino que la envía de vuelta a
su escritorio con una orden muy directa, elevando su tono de voz, para que arranque con
la parte que le corresponde de la tarea.
Joaquín sólo pone el foco en el resultado final. No siempre se conduce de esta manera.
Pero esta vez cree que lo más importante es la tarea que tienen entre manos y no puede
darse lo que considera el lujo de atender a las necesidades de cada uno de sus cinco
subordinados.
8. Liderazgo natural
Tiene cualidades innatas para ejercer su papel de líder y lo hace por voluntad
propia.
Inspira confianza, enseña, motiva, produce admiración. Su actitud positiva
mejora su rendimiento y el de los demás.
Ventajas
Desventajas
Puede no tener “poder” real por no tener jerarquía ni ser reconocido como líder.
Puede perder su condición ante otros líderes que sí son reconocidos
formalmente.
Pablo no es el jefe, ni mucho menos. Es más: hoy es su primer día de trabajo. Le han
explicado su tarea: debe atender los reclamos de los clientes por teléfono, tomar nota de
ellos y tratar de brindarles la mejor solución.
No necesita estar mucho tiempo en este puesto para darse cuenta enseguida de que la
mayoría de las consultas y reclamos se deben al mal funcionamiento de la palanca de
encendido y apagado del producto que vende la empresa. Tras haber respondido diez
llamadas sobre el mismo reclamo, Pablo comenta lo que sucede con sus otros cuatro
compañeros de tareas. Todos le dicen con resignación que tiene razón, que esa es
precisamente la situación, pero que no se moleste en decirle al jefe porque ya conoce la
situación y no le dará importancia: todo seguirá igual. Pero Pablo no puede resignarse.
No necesita esperar más: ya oyó muchas veces el mismo problema de parte de distintos
clientes, así que se dirige a la oficina del jefe. Este lo recibe amablemente, pero de
inmediato se pone molesto por la consulta. Conoce perfectamente de qué está hablando
Pablo y, según él, no hay solución. Le responde a Pablo que simplemente tome nota de
los reclamos.
Un líder es mejor cuando la gente apenas sabe que existe, cuando su trabajo está hecho
y su meta cumplida, la gente dirá: ‘Lo hicimos nosotros’.
Son innumerables las maneras en que se puede considerar distintos tipos de liderazgo.
La clasificación que acabamos de ver es quizá la más clara: enumera características de
personalidad que todos conocemos y reconocemos en jefes que tuvimos o tenemos, o en
nosotros mismos como líderes. Pero existen otras formas de encuadrar diferentes
modelos de liderazgo. En estas otras formas, como luego veremos, podemos también
incluir algunos de los modelos vistos previamente.
Liderazgo transaccional
La transacción de la que estamos hablando en este tipo de liderazgo es la siguiente: un
líder propone un trabajo y las reglas para completarlo, mientras que por otro lado los
empleados aceptan obedecerle, a cambio de un pago. Los subordinados están
intercambiando su esfuerzo y trabajo, aceptando tareas que les serán recompensadas en
caso de que sean completadas como marcó el líder, quien a su vez tiene derecho de
reprender o castigar debidamente si el resultado no es el que esperaba. Se supone que el
empleado está trabajando por el intercambio, que es el salario, y el líder por su lado
impone la tarea y el modo de realizarla.
Nina sabe que la compañía farmacéutica donde trabaja, y donde conduce uno de sus
departamento, ha lanzado un nuevo medicamento. Sabe que en la misma situación está
Alberto, jefe de otro departamento que ha lanzado un producto innovador también, pero
para tratamientos muy diferentes. Sin embargo, ambos se encontrarán en la situación de
querer aumentar sus ventas, ya que la empresa les ha ofrecido un gran incentivo
económico si así lo hacen. Por su parte, Nina se ha reunido con sus vendedores para
lograr ese objetivo. Ella también los quiere estimular a vender más con incentivos
monetarios y otros que tienen que ver con aumentar su prestigio dentro de la empresa
como, por ejemplo, ser elegido “el vendedor del mes”. Hay gran entusiasmo en su
equipo hoy, pero el único motivo que los alienta es el premio. Leen sobre los productos
y saben que, para la salud de las personas, el producto que lanza el otro departamento
con el que competirán por mayores ventas es mucho más beneficioso. Pero no les
importa eso, como tampoco les importa lo que deberán hacer para trabajar más horas si
eso les permite aumentar sus ventas. Mara, una de las vendedoras, tiene a su madre
enferma en su casa, y hasta que ella no regresa, su madre está muy limitada en sus
actividades diarias. Lo personal no importa. La transacción aquí es lo que cuenta.
Gustavo, otro de los vendedores, entiende que este tipo de tarea no es la más
estimulante para su propio espíritu emprendedor. Pero trabajar con tesón porque
necesita la recompensa material.
Nina sabe que puede contar con este equipo, porque los recompensará con un salario
mayor y/o una distinción como empleado del mes. Conoce a su equipo y sabe bien que
esa estimulación funcionará.
Liderazgo transformacional
James MacGregor Burns y Bernad M. Bass, teóricos del liderazgo, fueron quienes
definieron el liderazgo transformacional. Los líderes transformacionales son los
considerados verdaderos líderes por su poder de motivación e inspiración permanente.
Es un tipo de liderazgo muy valorado en la actualidad que, como indica su nombre,
busca transformar, innovar, motivar a las personas y al mismo tiempo desarrollar la
empresa. Se cree que el factor más importante para ejercer el liderazgo transformacional
es el carisma, también llamado “influencia idealizada” por algunos teóricos como
Bruce Avolio y el mismo Bass. Se trata de la capacidad que tiene un líder para
transmitir una visión y conseguir el apoyo de los subordinados que confían en su
inspiración y deciden seguirlo. Otro factor importante es la inspiración o motivación
inspiracional, es decir, la capacidad de motivar a sus seguidores, creando en ellos un
entusiasmo por el trabajo y la confianza para concretar la tarea. Su personalidad
inspiradora y su propia creatividad refuerza en sus subordinados la forma de pensar
innovadora, despierta la imaginación y estimula la resolución efectiva de problemas.
Para ello, el líder atiende a las necesidades de su equipo pero también presta atención a
cada miembro de manera individual, delega tareas en ellos y les brinda información, con
lo que aumenta la confianza de cada uno.
Eduardo ha sido contratado como jefe del departamento docente en una escuela para
niños discapacitados. Durante mucho tiempo esperó una oportunidad como esta. Pasó
por la experiencia personal de tener un hermano discapacitado que mejoró mucho al
asistir a una institución similar a esta donde hoy tiene la oportunidad de trabajar.
Conoce mucho sobre el tema, por trabajos anteriores y por su experiencia personal. La
institución de la que viene le brindaba un empleo cómodo y bien remunerado, pero no
lo satisfacía. Sentía que allí estaban cumplidas ya todas las metas y lo atrajo la idea de
ocupar un lugar donde pudiera ejercer una transformación.
Los dos primeros están centrados en el comportamiento del líder. La decisión depende
de intereses, experiencia y motivaciones del líder, mientras que los otros tres tienen más
en cuenta al equipo y por ende, sus intereses, experiencia y motivaciones, lo que amplía
muchísimo el espectro.
La situación.
Las necesidades del grupo.
Las preferencias del líder.
El líder “perfecto”
Al cabo de esta lectura, nos preguntamos en cada paso qué tipo de líder somos, y si
logramos responder esa pregunta, a continuación cuestionaremos si el tipo de líder que
somos es el “ideal”. Quizá algo que puede quedar claro tras haber hecho estas
reflexiones y vertido estos conceptos es que en la actualidad se cree firmemente que un
buen líder siempre puede aprender algo nuevo y mejorar. Son muchos los factores
que pueden contribuir a un mejor desempeño de un líder. Las experiencias vividas
como líder, la capacitación para aprender más y mejorar, la apertura a la innovación
y el deseo de desarrollo propio son todos factores que pueden hacer que se
perfeccionen las cualidades de liderazgo.
¿Qué se necesita en ese camino hacia la perfección, siempre inalcanzable pero sin duda
nuestro objetivo permanente?
Una visión. Poder ver más allá del lugar en que la empresa se encuentra en la
actualidad, imaginar los caminos que pueden conducirla hacia esa visualización
que se hace sobre el futuro de la compañía.
Motivación, empujada por esa visión.
Capacidad para motivar a los seguidores a participar y trabajar en la
innovación que sea necesaria para lograr como meta concretar esa visión.
Fuerte deseo de autosuperación.
Apoyo para lograr la superación de sus subordinados.
Empuje para conseguir que los seguidores hagan realidad las acciones
necesarias para lograr las metas.
Recordemos siempre que el líder “que nace” es un concepto un tanto anticuado. Si bien
ciertas cualidades innatas ayudan, el deseo de aprender a conducir y la fuerza de la
visión permitirán que una persona con ganas de liderar pueda capacitarse para hacerlo, y
seguir aprendiendo el resto de su vida a cómo mejorar para ser el mejor líder que pueda
ser. O, como dijo Steve Jobs: “Creo que si haces algo y resulta ser bastante bueno,
debes seguir haciendo otras cosas maravillosas. No pienses en ello demasiado. Sólo
piensa en el siguiente paso a dar”.