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Principios de Vida I.

Tema: la integridad.

La integridad, palabra que deriva del latín integer que significa


“entero”, hace referencia a la denominación que se le da a una
entidad que está completa, que posee todas sus partes
intactas y que se desempeña de manera correcta.

Esto alcanza a la cualidad humana, dado que la integridad es el


estado de un individuo que tiene total entereza física, mental y
espiritual cuando lo que piensa, lo que dice y lo que hace tienen un
mismo sentido y son coherentes entre sí.

Se considera íntegro a un individuo cuando es honesto, tiene


firmeza en sus acciones y actúa de manera correcta.

La integridad es comprendida como un derecho básico de toda


persona y debe ser garantizada a nivel físico, psíquico y moral. Es
decir, nadie debe ser torturado ni recibir tratos crueles o degradantes.

Cuando se habla de una persona íntegra se está haciendo referencia


al valor de vivir con una rectitud, bondad y honradez que se
entienda como intachable, es decir, que no tenga ninguna
circunstancia por la que pueda avergonzarse ni arrepentirse.

La integridad es la fortaleza de espíritu que nos hace permanecer


fieles a nuestros principios.

Una persona íntegra es aquella que siempre hace lo correcto y no


lo que le conviene.

El principio de integridad ha estado vinculado en algunos de los


códigos éticos más relevantes y sus valores se encuentran
integrados en otros principios cuándo este no es nombrado
explícitamente.

La persona íntegra es aquella que actúa en base a sus principios y


que se mantiene firme a sus promesas e ideas inclusive en
situaciones que son difíciles o adversas.
Es una característica que se admira y que se relaciona con valores
como la honradez, la lealtad y otros.

Se podría decir que la integridad es un valor general que le permite


a la persona respetarse y respetar sus ideas, siendo fiel a sus
propios principios.

La integridad se puede considerar como un valor que demuestra que


la persona tiene otros valores y que los demuestra en su vida diaria.

Aquí algunos ejemplos de integridad:


1.Una persona que hace una denuncia cuando ve algo irregular, por
más de que ello le traiga problemas.

2.Una persona que, en clara superioridad física contra otro, no hace


uso de su fuerza.

3.Un periodista que no vende sus opiniones.

4.Personas que aun teniendo cierto poder, eligen respetar y escuchar


a las demás.

5.Un político que, cuando ha ganado un cargo por elección popular,


luego no se cambia de partido ni coalición.

6.Una persona que no actúa con sentimientos de rencor ni nada


parecido.

7.Una persona que no evade sus obligaciones con el estado y cumple


con declarar y pagar sus impuestos.

8.Un político o funcionario público que denuncia corrupción y rechaza


todo intento de soborno.

9.Un estudiante que no copia para pasar los exámenes.

La integridad es un valor fundamental que puede enseñarse a los


niños de manera temprana y para eso es importante tener en
cuenta algunos aspectos claves que ayudarán a esa tarea.
Se debe fomentar el sentimiento de veracidad siempre. Un niño
debe aprender a toma en serio aquello de decir la verdad pese a
que duela.

Dar un buen ejemplo siempre. Debemos ser consecuentes como


figuras de autoridad. Un niño que ve que sus padres no cumplen
sus promesas deja de decir la verdad.

Fomentar siempre la empatía y enseñar a los niños a relacionarse con


los demás.

La empatía es esencial para estar en sintonía con las emociones de


los demás y ser capaz de entender los sentimientos en una
situación determinada.

Ser integro significa vivir con honradez, honestidad, lealtad,


sinceridad, respeto por los demás y por uno mismo y saber
controlar nuestras emociones.

Desde el punto de vista ético, sería la manera de manejarse


coherentemente con los valores personales y compartidos con la
comunidad a la que se pertenece.

En cuanto a la repercusión que tiene a nivel individual el que una


persona cuente con la Integridad como uno de los valores por los que
rige su estructura de pensamiento y comportamiento, sus acciones
se orientarán al perfeccionamiento, la honestidad, la
cooperación, y otros valores positivos, lo que lo hará una persona
confiable en su entorno, garantizándole así vínculos afectivos y
profesionales basados en la confianza.

De igual manera, el empeño por ser mejor persona cada día, lo


llevará por el camino del éxito personal y profesional, por lo que
se sentirá cada día más satisfecho y orgulloso de sí mismo, lo que
generará que la persona también se sienta mucho más feliz.
Tipos de integridad
Los tipos de integridad pueden ser:
•Integridad física. Tiene que ver con el cuerpo humano como
totalidad y la preservación de todas las partes, lo que conlleva a
un estado de salud.

•Integridad psíquica. Tiene que ver con la salud mental y la


conservación de todas las habilidades motrices, emocionales e
intelectuales.

•Integridad moral. Tiene que ver con el derecho de cada ser


humano a desarrollar su vida de acuerdo a sus convicciones,
siempre y cuando no perjudique a otros con su accionar.

A su vez, la integridad es abordada por diferentes disciplinas que


dan lugar a las siguientes variantes o subtipos:
•Integridad personal. En el ámbito jurídico hace referencia a la
totalidad de aptitudes que tienen un individuo y que lo destacan
como persona íntegra.

•Integridad de datos. En el ámbito informático hace referencia


a la manipulación y actualización de información que es
recopilada en una base de datos por parte de entidades estatales
o privadas.

•Integridad religiosa. En el ámbito de la fe hace referencia a


que cada doctrina tiene una serie de normas y reglas a seguir. Es
considerada íntegra aquella persona que adopta y cumple los
mandatos de Dios.

•Integridad laboral. En el ámbito de los negocios hace


referencia al juicio moral, honestidad y valores de liderazgo de
una organización, tanto hacia sus empleados como hacia sus
clientes y proveedores.
Valores relacionados
La integridad es una cualidad que se adquiere por medio de la
honradez y por hacer lo correcto frente a las diversas situaciones que
se presentan durante la vida. Sin embargo, el sentido de integridad
varía según el tipo de cultura: existen diferentes apreciaciones en
las que lo que para algunos está bien, para otros está mal.

Uno de las principales causas de la pérdida de valores (incluyendo a la


integridad) es la falta de oportunidades en las sociedades actuales.

Por eso, una manera de contrarrestar las conductas deshonestas


consiste en mejorar la calidad de vida de las personas.

A pesar de las diferentes apreciaciones según cada cultura, el


concepto de integridad tiene valores relacionados que lo definen.
Algunos de ellos son:
•El amor
•La empatía
•El respeto
•La honestidad
•La bondad
•El control emocional
•La lealtad
•La disciplina
•La firmeza en sus acciones
•La responsabilidad

LA OBEDIENCIA:
Obediencia es la actitud de acatar órdenes, normas, reglas o comportamientos,
un valor muy importante para las buenas relaciones y la convivencia humanas.
En sentido estricto, obediencia se refiere a cumplir y aceptar la voluntad de una
autoridad.

Del latín ob audire, “saber escuchar“, obediencia refiere al proceso que se inicia
en escuchar y termina en la acción de obedecer. Obedecer implica
subordinarse a la voluntad de la autoridad, cumplir una demanda, abstenerse
de alguna prohibición o acatar una instrucción.
Podemos distinguir varios tipos de obediencia: la obediencia a la autoridad
como actitud responsable en el ámbito laboral o familiar; la obediencia a los
demás que implica ceder a la voluntad del otro en sus gustos para convivir en
armonía en la sociedad; y obediencia de la autoridad por la cual si bien los
súbditos deben obedecer a las autoridades, a su vez quienes dirigen deben
perseguir el bien común y no sus propios caprichos, obedeciendo las leyes de
Dios y de la sociedad.

La obediencia infantil forma parte del aprendizaje y del desarrollo. Es un valor


que se debe inculcar a los niños como actitud responsable y de buena
convivencia.

El niño obedece primero para agradar al adulto, y si es estimulado aprende a


controlar su conducta y cumplir las reglas en forma consciente, ya no por la
aprobación del adulto sino por su propia satisfacción. Para que el niño aprenda
a ser obediente debe haber reglas claras en su casa y en la escuela, y debe
conocer el por qué, la utilidad y valor de cada orden. El niño aprenderá cuando
sienta la aprobación de los padres y que con la desobediencia no consigue lo
que desea.

La obediencia a Dios, como lo indica el origen latino del vocablo (ob audire)
implica una actitud interna profunda de subordinación de la propia voluntad a la
autoridad divina.

CLAVES PARA LOGRAR LA OBEDIENCIA

Aprender a ser obediente es una parte importante del desarrollo


infantil, ya que gracias a ésta herramienta es posible para los padres
entrenar a sus hijos para el logro del autocontrol, el respeto, el orden
y más características positivas que necesitará en la adultez.

Algo que es importante enfatizar es que la obediencia no puede ser


forzada. Los padres que solamente mandan crean resentimiento en
sus hijos, lo que lleva a la rebelión.

De hecho algunos investigadores creen que las técnicas paternas mal


empleadas contribuyen para el desarrollo del Desorden Desafiante
Negativista en algunos niños. El castigar por desobediencia no
conduce a la obediencia a largo plazo.
La meta es lograr que los hijos quieran obedecer, y no que lo hagan
de manera forzada. Para conseguirlo es necesario basarse en los
siguientes principios:

1.-Demostrar preocupación amorosa por el niño.


Un niño de inmediato se da cuenta cuando lo que se le pide es para
su bien o para conveniencia del adulto. Si su principal objetivo al dar
una instrucción es facilitarse las cosas, está enseñando a su hijo a ver
primero por sus intereses. Si busca educar exitosamente, las
instrucciones deben ser en beneficio de su hijo; cuando él sienta esto,
estará más dispuesto a obedecer. Sabrá que cualquier petición es por
su bien.

2.-Demostrar respeto sincero hacia su hijo (a).


Este es un concepto que no se practica muy bien en nuestra sociedad.
Dicen que los occidentales nos preocupamos más por las posesiones
materiales y que de alguna manera ese es el trato que se da a los
hijos, trato de objetos y no de personas. Es por eso que como
cualquier persona merecen nuestro respeto y trato digno, tanto como
el que espera un padre de su hijo.

3.-Ser paciente.
Frecuentemente, los hijos hacen cosas que parecen molestas, lo que
generalmente es sin la intención de hacerlo. Cuando se les demuestra
molestia se sienten resentidos y ese resentimiento alimenta el deseo
de rebelarse; por eso una de las metas y herramienta más eficaz en
la educación es controlar las propias emociones negativas.

4.-Hablar con suavidad.


Es una manera de obtener la cooperación más fácilmente. Ayuda a los
padres a controlar las emociones negativas como el enojo. Hace que
se produzca calma, se transmite fortaleza y se demuestra que se
controla la situación en lugar de solamente reaccionar ante ella.

5.Dar instrucciones moderadas.


A nadie, ni a los niños les gusta que se les dé órdenes y los padres lo
hacen constantemente. Creen que están obligados a corregir cada
pequeño error y los hijos perciben a los padres más bien como un
dictador, esto hace que se resistan a la autoridad.
Para lograr que su hijo lo escuche realmente es necesario reducir las
demandas, para lo que requiere permanecer en calma y dejar pasar
errores y comportamientos infantiles; las correcciones deben ser
pensadas y limitadas razonablemente.

6.Ser consistente.
De cualquier manera es necesario dar órdenes o instrucciones a los
hijos. Entonces, cuando lo haga asegúrese de ser firme y que lo
obedezcan. Cuando dé una orden insista hasta que se cumpla. En
ocasiones es más fácil hacerse “de la vista gorda”, pero eso le quita
autoridad ante su hijo. Si se quiere ser tomado en serio, debe
demostrarse que se habla en serio.

7.Ser fácil con el “sí” y difícil con el “no”.


Debe tratarse de acceder a todas las peticiones razonables que hagan
los hijos; ellos deben sentir disposición de su parte ( a menos que se
tenga una buena razón para no acceder). Debe evitarse en la mayor
medida posible la palabra “no”. Por ejemplo: si le piden un dulce antes
de comer conteste “si”, después de comer de la daré” (en vez de “no,
porque ni siquiera has comido”). Éste pequeño cambio les hará creer
que se les permite casi todo en vez de que se les niega todo.

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