Está en la página 1de 6

1.

Congresos de Panamá y Montevideo ( solo los aportes de estos congresos


al D.I.Pri.)
Derecho Internacional Privado en sus inicios fue una labor doctrinaria,
posteriormente las reglas para la solución de los conflictos de leyes se
introdujeron en los títulos preliminares de los Códigos Civiles. El primer intento
de Codificación en América lo constituye el Congreso de Panamá convocado
por Simón Bolívar en 1824, en el cual se presentó una moción para la pronta
iniciación de los trabajos de Codificación del Derecho Internacional Privado;
luego se dieron en 1847, 1861 y 1867, las Conferencias de Lima con el objeto
de lograr una codificación del Derecho Internacional Privado, pero no se llegó a
ningún resultado práctico, no obstante, que se realizó una buena labor técnica
e investigación.
CONGRESO DE PANAMÁ: es conocido también como Congreso Anfictiónico
de Panamá; fue el primer antecedente de los movimientos y esfuerzos de
unificación del Derecho internacional privado. De este Congreso, convocado
por Simón Bolívar en 1824 y efectuado en 1826, no se obtuvo ningún resultado
de importancia directa en la materia. Los acuerdos que allí se elaboraron nunca
llegaron a tener vigencia. Entre tales acuerdos destaca el Tratado de Unión,
Liga y Confederación Perpetua, que es considerado antecedente obligado de la
organización de la comunidad internacional americana. En este congreso
participaron Centro América, Colombia y los Estados Unidos Mexicanos.
Asistieron al congreso la Gran Colombia, México, Perú y la República Federal
de Centro América. Bolivia y Estados Unidos no llegaron a tiempo. Las
Provincias Unidas del Río de la Plata y Chile no mostraron interés. Paraguay
no fue invitado. El Imperio del Brasil tampoco mostró interés. Gran Bretaña
envió un observador y los Países Bajos otro a título personal.
Al terminar las sesiones en la ciudad de Panamá, el 15 de julio, los delegados
mexicanos sugirieron reiniciar el congreso en Tacubaya, localidad a las afueras
de Ciudad de México, opción apoyada de inmediato por los delegados
peruanos y centroamericanos, y que los representantes de la Gran Colombia
aceptaron para evitar las acusaciones de que el congreso quedaría "bajo la
influencia omnímoda de Bolívar”.
CONGRESO DE MONTEVIDEO (1888-1889): No obstante el fracaso del
Tratado de Lima, la idea de la unificación del Derecho internacional privado
continuó latente en nuestro continente, y es así como en 1888 se instaló el
Congreso Sud-americano de Derecho internacional privado, al cual asistieron
Argentina, Bolivia, Paraguay, Perú y Uruguay. De este Congreso surgieron
ocho tratados y un protocolo adicional, que regulan las siguientes áreas:
Derecho civil, comercial, penal y procesal internacional, propiedad literaria y
artística, patentes de invención, marcas de fábrica, y ejercicio de profesiones
liberales. El protocolo regula lo relativo a la aplicación del Derecho extranjero.
Los tratados aprobados aún se encuentran vigentes entre los países que los
ratificaron, y a éstos se han adherido algunos Estados no americanos.
Venezuela, nunca se ha hecho parte de estos tratados.
El cincuentenario de este Congreso se consideró como una oportunidad
propicia para convocar un segundo Congreso (1939-1940), a fin de revisar los
tratados del primero. En esta oportunidad, se aprobaron otros tratados que
formularon modificaciones de menor importancia a los anteriores. Estos fueron
ratificados en su totalidad por Paraguay y Uruguay, Argentina sólo ratificó
algunos.

2. El Reenvío. Teoría de la codificación.( Aquí una breve reseña del aporte del
caso Xavier Forgo al D.I.Pri., no la reseña total del caso, sino solo el aporte)
El reenvió tiene su origen en el denominado conflicto negativo de las leyes,
esto es, cuando la norma de conflicto del foro y la norma de conflicto
correspondiente a la ley extranjera declarada aplicable se inhiben de la
regulación del supuesto de estimar que ninguna de las dos es competente.
Junto al conflicto negativo de leyes, el reenvío implica tres presupuestos:
1) La diversidad de puntos de conexión utilizados por las normas de conflicto
de los ordenamientos que concurren en un supuesto de tráfico privado
externo.
2) La consulta de la norma de conflicto extranjera o, si se quiere, consideración
del Derecho extranjero en su integridad, tanto el Derecho material como el
conflictual.
3) por último, la remisión de la norma de conflicto extranjera a otra ley. Si dicha
norma remite a la ley del foro, daremos ante un supuesto de reenvió de
retorno o de primer grado.
Las normas convencionales sobre reenvío son cláusulas facultativas. En todos
los casos sobresale una circunstancia constante: un Estado parte de un tratado
internacional queda facultado por una disposición del mismo tratado para
modificar las soluciones convencionales mediante su voluntad unilateral,
voluntad que se halla contenida en una norma nacional de derecho privado
internacional libremente establecida por él. Si cierto tratado, por ejemplo,
establece como solución convencional que la capacidad nupcial se regulará por
la lex patriae, cualquier Estado contratante puede derogar esta solución e
imponer, en cambio, el régimen de la lex domicilii para sus propios nacionales.
Ningún Estado que obre de este modo violará, sin embargo, el tratado, pues
todos están facultados por el propio tratado para hacer tales derogaciones.
Caso Forgo.
Forgo era una persona que había nacido en Alemania desde muy pequeño se
fue a vivir a Francia sin cambiar su domicilio. Allí desarrolló toda su vida, hasta
su muerte, sin dejar descendiente, pero sí dejando una importante cantidad de
objetos muebles. Se inicia la sucesión en Francia, en la cual se presentan unos
parientes colaterales de Forgo y el Fisco Francés reclamando los bienes
hereditarios. Los parientes colaterales de Forgo expresaban que la sucesión
debía regirse por el último domicilio del causante que era el de Alemania y
favorecía a ellos. El Fisco francés, si bien no se opuso a que fuese regido por
el derecho bávaro la sucesión, expresó que debía consultarse todo en su
totalidad (teoría de la referencia máxima) y así consultado todo en su totalidad,
este reenviaba al derecho Francés expresando que las cosas muebles se rigen
por la ley del lugar de su situación combinado con la residencia habitual de
Forgo.
La codificación del Derecho Internacional es la manifestación, en el orden
jurídico internacional, del fenómeno general de la codificación que existe en la
triple operación de recopilación de las reglas existentes, modificación de las
mismas y elaboración de reglas nuevas, en una unidad sistemática. La
codificación internacional tiene una manifestación en el plano universal o cuasi-
universal y otra en los diferentes ámbitos regionales.
3. El Orden público.
Se define como una excepción a la aplicación de la ley extranjera competente,
a causa de su incompatibilidad manifiesta con aquellos principios y valores que
se consideran fundamentales en el ordenamiento jurídico del foro.
El orden público internacional es un mecanismo de exclusión del Derecho
extranjero que sería normalmente aplicable por mandato de la norma de
Derecho Internacional Privado. Hay casos en los que el Derecho extranjero es
contrario a las instituciones fundamentales del país receptor, o a sus intereses
jurídicos, en un grado tal que su aceptación conduciría a procurar una situación
inconveniente o injusta. En sus límites precisos, el orden público tiene un
carácter defensivo y un funcionamiento excepcional. Es una necesaria medida
de defensa del orden moral, social y jurídico del foro, fundada en la
consideración de que, al admitir la aplicación de leyes extranjeras en un
Estado, el legislador de Derecho Internacional Privado no ha querido dar
cabida de manera absoluta, en el seno de ese Estado, a todos los sistemas
legales del mundo con prescindencia de su contenido ideológico, político o
cultural.
En el caso de que un extranjero quiera contraer un segundo matrimonio en
España, sin que se hubiera disuelto previamente el primero. Pese a que esa ley
extranjera -rectora de la capacidad matrimonial según el artículo 9.1 del Código
Civil - admita la poligamia, no será posible la celebración del segundo
matrimonio en España porque se ven afectados principios que considera
fundamentales la sociedad española.

4. El fraude a la ley.
El fraude a la ley es el cambio deliberado y consciente de un factor de conexión
con el propósito de descartar las prescripciones de un sistema legal al que una
persona está normalmente vinculada, para sustituidas por las de un
ordenamiento más favorable a sus intereses. Existe fraude cuando el cambio
de ley, en lugar de ser una consecuencia normal del uso del factor de conexión,
ha sido el objeto de dicho cambio obtenido por medios engañosos.
Fraude a la Ley en el Sistema Venezolano de Derecho Internacional Privado.
1) Fuentes Internacionales:
a. Código Bustamante, no lo consagra.
b) Convención Interamericana sobre Normas Generales de Derecho
Internacional Privado, Art. 6.
2) Fuentes internas:
a) Ley de Nacionalidad y Ciudadanía (2004), Art. 48, ordinales 4 y 8.
Interpretación.
b) Ley de Derecho Internacional Privado (1998): ausencia de regulación
general expresa. Críticas. Comentarios al artículo 23 sobre cambio de
domicilio, en materia de divorcio y separación de cuerpos.
c) Código Civil, Art. 185-A.
3) Jurisprudencia: sentencias dictadas entre los años 1940 y 1946, con motivo
del exequátur de sentencias de divorcio dictadas por tribunales mexicanos

5. Aplicación del derecho extranjero.


Los supuestos de hecho relacionados con los ordenamientos jurídicos
extranjeros se regularán, por las normas de Derecho Internacional Público
sobre la materia, en particular, las establecidas en los tratados internacionales
vigentes en Venezuela; en su defecto, se aplicarán las normas de Derecho
Internacional Privado venezolano; a falta de ellas, se utilizará la analogía y,
finalmente, se regirán por los principios de Derecho Internacional Privado
generalmente aceptados.
El Derecho extranjero que resulte competente se aplicará de acuerdo con los
principios que rijan en el país extranjero respectivo, y de manera que se
realicen los objetivos perseguidos por las normas venezolanas de conflicto.
Cuando en el Derecho extranjero que resulte competente coexistan diversos
ordenamientos jurídicos, el conflicto de leyes que se suscite entre esos
ordenamientos se resolverá de acuerdo con los principios vigentes en el
correspondiente Derecho extranjero.
Cuando el Derecho extranjero competente declare aplicable el Derecho de un
tercer Estado que, a su vez, se declare competente, deberá aplicarse el
Derecho interno de este tercer Estado. Cuando el Derecho extranjero
competente declare aplicable el Derecho venezolano, deberá aplicarse este
Derecho. En los casos no previstos en los dos párrafos anteriores, deberá
aplicarse el Derecho interno del Estado que declare competente la norma
venezolana de conflicto.
6 El domicilio como factor de conexión personal del D.I.Pri.
El domicilio de una persona es el país que se considera por derecho ser el
centro de su vida. El lugar donde una persona reside en ese país puede ser:
una casa reconocida, un piso, una habitación única, o aún una tienda de
campaña, una caravana, o un barco. Para algunos el domicilio es un factor de
conexión de fácil y objetiva determinación, que no presente las complicaciones
que si trae consigo el concepto jurídico de nacionalidad.
El domicilio como factor de conexión, promueve la adaptación de los
extranjeros en el medio que habitan, pues elimina y combate las clases
sociales que se construyen en torno a grupos de personas reguladas por leyes
y costumbres extrañas al lugar en el que residen en forma habitual. Resuelve
favorablemente el problema de las familias de nacionalidad mixta, que de
aplicarse la nacionalidad como parte de contacto estarían expuestas a una
heterogeneidad legal. Desvincula a personas desarraigadas de su país de
nacimiento, tales como refugiados, inmigrantes, perseguidos políticos, grupos
étnicos cerrados, de ordenamientos jurídicos con los cuales mantiene una
relación formal, débil o nula en la realidad de los Facilita la vida internacional
hechos de las personas al reconocer como válidos los actos jurídicos
realizados al amparo del ordenamiento legal del lugar donde habitan.
El domicilio legal es el lugar donde la Ley presume, que una persona reside de
una manera permanente para el ejercicio de sus derechos y cumplimientos de
sus obligaciones, aunque de hecho no esté allí presente.

También podría gustarte