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Joel
Joel
"Joel, hijo de Petuel". Joel significa "Jehová es Dios" y Petuel "persuadido de Dios".
Aparte de esta breve declaració n no sabemos má s sobre él pues nos es prá cticamente
imposible identificarle con alguno de los 12 personajes que llevan este nombre en el
Antiguo Testamento.
Leyendo el texto de la profecía nos damos cuenta que se dirige al reino de Judá o
reino del sur, donde aú n gobernaba la dinastía de David. Ademá s, su forma de
referirse a los sacerdotes, como si estuviesen delante suyo, nos lleva a pensar que
pronunció estas palabras en Jerusalén mismo.
Ministerio
En realidad, Joel no da una fecha a su ministerio, no nos dice el nombre del rey que
gobernaba, por lo cual es difícil ponerle una. De hecho, hay quienes fechan la profecía
en algú n momento del siglo IX a. C. (fecha temprana), antes que el reino del norte
cayera en manos de los asirios, y quienes lo hacen en algú n momento del siglo IV a. C.
(fecha tardía) cuando no solo el norte había caído sino que el reino de Judá había sido
ya conquistado por Babilonia.
En el libro podemos distinguir dos partes bien diferenciadas. La primera nos relata
una terrible plaga de langosta que devasta el país. Ante tal desastre lo mejor es
recurrir a Dios por medio de la oració n comunitaria. Hay dos secciones con
amenazas del castigo divino y con llamadas a la penitencia: a) convoca al pueblo para
que sepa lo que Dios ha hecho con su pueblo a través de la plaga de langostas. Ante
esa situació n calamitosa se convoca un ayuno general, una asamblea en el templo
para orar a Dios por la salvació n b) Nuevo peligro: los enemigos llegan con rapidez
de corceles, con estrépito de carros de guerra, haciendo temblar la tierra y
estremecerse el cielo. Nuevamente resuena la trompeta en Sió n. El día de Yahwéh
está cerca. Só lo queda una salida: recurrir a Dios.
La segunda parte es como una respuesta a la llamada angustiosa del pueblo. Dios
promete, generoso, el perdó n y la venganza. Hay tres secciones que podemos dividir
así: a) Se describen panoramas de verdor y abundancia paralelamente a la sequedad
y a la escasez. La bendició n de Dios en aquellos días rebasará los límites de la
petició n de su pueblo, b) Desarrolla el gran tema del juicio a todas las naciones.
Bajará n al valle de Josafat y allí habrá n de responder a las implacables acusaciones
de Yahwéh, c) Da una perspectiva final de la era mesiá nica en la que «los montes
destilará n vino nuevo, las colinas fluirá n leche, y por todos los ríos de Judá correrá n
las aguas».
Conclusión