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Y FORENSE
UNIDAD 1
GENERALIDADES DE LA PSICOLOGÍA JURÍDICA
5. Bibliografía .......................................................................................................... 26
2
Generalidades de la Psicología Jurídica: Tema 1, aproximaciones histórico culturales
1. Unidad 1: GENERALIDADES DE LA
PSICOLOGIA JURIDICA
Tema 1: GÉNESIS Y APROXIMACIONES HISTÓRICO
CONCEPTUALES DE LA PSICOLOGÍA JURÍDICA
Objetivo:
Introducción:
La psicología jurídica nace del interés mutuo entre psicología y derecho. El derecho ha
sido consciente en diferentes momentos de su historia de la necesidad de tener
conocimiento sobre el comportamiento humano y de recurrir a disciplinas que
facilitaran su labor en cuanto a las decisiones a tomar en base a la regulación de
determinados comportamientos; si bien, no siempre ha favorecido el acercamiento a
dichas disciplinas. Del mismo modo, la psicología motivada en un principio por probar
sus teorías y, más tarde, por la relevancia social de sus trabajos, se ha aproximado, con
diferentes grados de intensidad, al mundo del derecho; aunque también en el caso de
la psicología hay que señalar que tampoco ha favorecido el acercamiento.
Ciertamente las relaciones no resultan fáciles y aún se mantienen barreras como las
apuntadas por Muñoz Sabaté (1980) quien se refería al célebre caparazón
impermeable de los juristas y su notable dosis de suficiencia, pero también a la actitud
de la psicología científica que poco había hecho para iniciar el acercamiento. Sin
embargo, las cosas aunque lentamente están cambiado a mejor debido, al menos en
parte, al creciente interés público por todo lo vinculado al delito, la decidida vocación
aplicada de la psicología en general y más particularmente la psicología social y, por
último, a la aparente receptividad de los actores legales a la investigación psicológica.
Es posible que el derecho y la psicología, a fuerza de roce, se estén acostumbrando a
trabajar juntos.
Pero la psicología jurídica no crece en el vacío, sino que nace y se desarrolla a través de
su aproximación hacia una serie de ámbitos jurídicos que generan su interés entre
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En las anteriores definiciones, queda patente como elementos diferenciador, una de las
cuestiones más destacadas y analizados en la relación entre psicología y ley, y que hace
referencia al método. En este sentido Tapp (1980) hace una exposición de las principals
diferencias entre los dos campos:
- Los abogados trabajan en las bibliotecas, mientras que los psicólogos trabajan,
principalmente, en los laboratorios.
En este debate, también se ha dedicado atención al tema de los propósitos de cada una
de las disciplinas. Se afirma que la ley sirve primariamente para solucionar disputas y
mantener un sistema de orden y justicia en la sociedad. La ciencias sociales, por su parte,
se centran más en los valores de verdad y precisión de la metodología. Otra diferencia
es que las ciencias sociales están orientadas hacia el futuro, mientras que la ley se basa
en acuerdos establecido en el pasado (constituciones, estatutos) y en una investigación
del comportamiento previo de las partes.
Ellison y Buckout (1981) afirman que ley y psicología tienen un punto de vista común: a
ambas les preocupa la comprensión, la predicción y la regulación de la conducta
humana. Sin embargo, Garrido Martín (1994) advierte que dicha afirmación tiene una
validez relativa, que los términos en ella incluidos tienen significados distintos cuando
son utilizados desde cada una de las disciplinas. La psicología social y el derecho abordan
desde diferentes perspectivas la acción social humana en cuanto a su comprensión, su
predicción y su regulación.
Así pues, para la psicología lo importante es llegar a comprender las leyes del
comportamiento humano mientras que sólo tangencialmente puede interesar al
legislador el conocimiento nomotético de la conducta. No es que el legislador no
suponga las leyes del funcionamiento conductual humano, pero éste no es su cometido,
mientras que sí lo es del psicólogo. También resulta equívoca la expresión de predicción
de la conducta humana si se aplica a ambas disciplinas por igual. Así, las ciencias sociales,
buscan el descubrimiento de las leyes que les permitan controlar el comportamiento de
los seres que estudian y no existe control de verdad si se ignoran las leyes o los procesos.
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Entre los intentos de sintetizar las diferencias existentes entre psicología y derecho hay
que destacar la exposición de Haney (1980) que llega a enumerar hasta 8 formas en las
que ambas disciplinas difieren:
1. La psicología científica pone el énfasis en las visiones creativas; los psicólogos son
formados desde el inicio de su carrera para ser innovadores y hacer uso de
aproximaciones y soluciones novedosas. En contraste, el modelo del terreno legal es de
decisiones fijas; es decir, los juristas tienden a basar sus decisiones en casos
precedentes, evitando el uso de argumentos basados en razonamientos innovadores.
empíricos y en la probabilidad.
creada para resolver problemas del mundo real y se aplica a cuestiones de la vida real.
Mientras que los psicólogos están formados para observar y usar adecuadamente
métodos para definir procesos, los abogados están formados para intervenir. Los
abogados manipulan la apariencia externa, mientras que los psicólogos examinan el
trabajo interno de una situación.
Estas diferencias planteadas por Haney (1980) son establecidas desde un planteamiento
en el que psicología y derecho se sitúan en posturas extremas, sin embargo, dichas
diferencias deben ser consideradas con una cierta relatividad, existen diferentes grados
de divergencia en los aspectos apuntadas entre la psicología y el campo jurídico.
Por su parte, Lösel (1992) también realiza una completa exposición de las dificultades
que, desde un punto de vista tradicional, han tenido los encuentros entre la psicología
y el derecho:
- Las diferencias en cuanto a la terminología suponen una barrera para la relación. Así
tanto desde la psicología como desde el derecho se plantean críticas respecto al uso de
un lenguaje difícil de comprender. Aunque hay que señalar que el principal problema se
deriva de la dificultad para encontrar conceptos equivalentes de una disciplina en la
otra, aún cuando se entienda el significado de los conceptos en cuestión
contradicción.
- Aún cuando las afirmaciones psicológicas están bien apoyadas por la investigación
empírica, siempre llevan implícita una carga de probabilidad. En las decisiones de la
práctica legal, se concede gran importancia a la probabilidad o certeza de las
afirmaciones, siendo los juristas a veces poco sensibles al carácter probabilístico de sus
afirmaciones. En relación con esto, el autor advierte que una de las tareas de la
psicología jurídica debe dirigirse a conseguir que los juristas sean más conscientes de los
problemas básicos de la predicción y de la flexibilidad del comportamiento humano.
- Por lo general, los nuevos hallazgos necesitan de un largo período de tiempo para ser
introducidos en la práctica jurídica lo cual puede ser desesperante para los psicólogos.
Sin embargo, esto también tiene su lado positivo, ya que puede ser arriesgado introducir
a corto plazo, en el sistema legal hallazgos que no estén suficientemente consolidados.
- Por último, la investigación en el sistema legal tiene una importante vinculación con el
Estado, ante lo cual, algunos autores señalan que esto lleva a una aproximación carente
de crítica y que tienden a fomentar el control del estado. Además, se corre el riesgo de
que la investigación independiente del estado sea excluida de los tópicos de estudios
legales.
A pesar de lo anterior, Lösel (1992) advierte que por parte de ambas disciplinas se ha
producido un aumento de la sensibilidad ante estos y otros problemas así como una
actitud de con respectos a las posibilidades, peculiaridades e idiosincrasia propia de cada
disciplina y afirma que la tensión entre ambas no debe ser entendida como algo negativo
sino como un estimulo recíproco.
Para finalizar en lo que se refiere a las divergencias entre psicología y ley, también se
han comentado otros elementos que se refieren a las actitudes que cada una de las
partes han mantenido hacia la otra. En este sentido Muñoz Sabaté (1980) hace alusión
al célebre “caparazón impermeable” de los juristas alejados del método científico y de
las preocupaciones antropológicas y su notable dosis de suficiencia al creer que no
necesitan de una psicología “especial” a la utilizada por en ellos en su vida profesional.
Este autor también puntualiza que la responsabilidad del desconocimiento entre ambas
disciplinas reside en la psicología científica, sobre todo en su rama psicosociológica, que
poco ha hecho por iniciar un acercamiento.
Wrightsman (1991) señala cuatro dilemas sin resolver entre la psicología y el derecho:
que el objetivo de la ley sea garantizar los derechos individuales o el bienestar común
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de la sociedad; que el criterio frente a los delincuentes sea la igualdad ante la ley o la
variabilidad de la conducta individual; que la propuesta del procedimiento penal sea el
descubrimiento de la verdad o la resolución de los conflictos sociales; y que en la toma
de decisiones jurídicas sean mejores el uso de la lógica argumentativa o de la ciencia.
derecho arte de la consideración del carácter relativo que conllevan algunas de las
diferencias planteadas en el apartado anterior.
En esta línea, Carson (1988), analiza las siguientes divergencias formuladas por Aubert
(1963):
- Los científicos buscan predecir la conducta futura, mientras que los abogados
están interesados en la conducta pasada. La objeción que se plantea es que,
aunque parece una distinción clara, en algunos casos no lo es tanto. Así, los
abogados también tienen que intentar predecir la conducta judicial y la habilidad
para aportar hechos, entre otras cuestiones
- Otro de los aspectos divergentes es que los científicos buscan generalizar, cubrir
a tantas personas como sea posible a partir de una afirmación, mientras que los
abogados en las salas de justicia se centran de forma exclusiva en sus clientes y
en su individualidad más bien que en las características comunes. De nuevo,
aunque cierto en lo que se refiere a la práctica profesional de los juristas en las
salas de justicia, en determinados aspectos los abogados realizan
generalizaciones a partir de su práctica profesional.
- Otra de las diferencias planteadas por Aubert (1963) es que los científicos
perciben y trabajan con cuestiones de grado, tales como la probabilidad, el
desorden mental, el riesgo, etc., mientras que los abogados, en cambio,
dicotomizan. En este sentido, Carson (1988) señala que los abogados, en los
juzgados, deben intentar etiquetar a sus clients como poseedores o no de una
determinada categoría legal para obtener una conclusion particular y comparan
los hechos de sus clientes con categorías y conceptos preexistentes; pero fuera
de la sala de justicia, los abogados pueden reconocer la gran difusión y variedad
de categorías, así como de conceptos solapados existentes.
- Por otro lado, los científicos comprueban hipótesis a partir de criterios detallados
y examinados para establecer una relación de causalidad entre dos fenómenos,
mientras que los abogados tienen sus propias reglas de causación y no necesitan
probar sus conclusiones. Los científicos intentan hacer informes descriptivos
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Esto mismo es que lo hace la psicología, ambas disciplinas se basan en los empírico para
construir sus hipótesis.
Por su parte, Garrido (1994) considera que no es cierto que la única relación existente
entre psicología y derecho sea su objeto material común, la conducta. Su contacto es
más íntimo, las dos tienen la misma concepción de la naturaleza humana y de su
comportamiento. Aunque cada disciplina tenga su cometido, las dos comparten una
concepción unívoca de los procesos que gobiernan la conducta humana, siendo la
diferencia que la ley los supone o intuye y la psicología los coloca en su punto de análisis.
La ley positiva parte de una concepción de la naturaleza humana y de una previsión del
comportamiento humano y legisla en consecuencia. El verdadero fundamento de las
relaciones entre psicología y derecho reside en que muchas de las leyes positivas tienen
su razón de ser, su justificación teórica en los supuestos de cómo funcional la naturaleza
humana.
Análisis como los realizados anteriormente, ponen de manifiesto que las diferencias
establecidas entre la psicología y la ley no son tan rotundas como pudieran ser
entendidas en base a una primera lectura, siendo posible que un examen más detenido
ponga en evidencia que las líneas que marcan las diferencias entre ambos campos no
son tan definidas como se pudiera pensar. Todo lo anterior, parece apuntar hacia una
posible superación de las barreras que separan a ambas disciplinas, a favor de acentuar
los actuales y potenciales elementos en común que existen entre psicología y derecho.
sentido, hay que destacar los trabajos pioneros de Cattel (1985), Binet (1903) y Stern
(1903, 1910). Éste último iniciaría las primeras colaboraciones en la planificación de
estudios experimentales con estudiantes de derecho y publicó en Leipzig la revista La
contribución de la psicología del testimonio. En 1908 aparece la obra de Münsterbeg,
On witness stand: essays on psychology and crime. Münsterbeg, discípulo de Wundt,
emigró a Estados Unidos, donde llegó a ser considerado como uno de los fundadores
de la psicología jurídica. En dicha obra se planteaba la necesidad de una independencia
de la ciencia experimental que abordaría cuestiones prácticas en áreas como la
educación, la medicina, la economía y la ley. Como muestra de la utilidad de dicha
ciencia experimental, Münsterbeg (1908) dedicó este texto a revisar áreas específicas
en las que la psicología y el derecho entraban en contacto, tales como la memoria del
testimonio visual, la detección del engaño y la prevención del crimen.
La investigación durante las dos primeras décadas del siglo XX estará protagonizada
por los estudios experimentales sobre la testificación. Por otro lado, se producirán una
serie de acercamientos tanto por parte de la psicología como del derecho, donde están
presentes diferentes corrientes teóricas de la psicología. Entre los ejemplos más
destacados en esta línea, Freud (1906), en una conferencia dirigida a jueces en Austria,
plantea que la psicología podía realizar aportaciones muy prácticas al campo del
derecho, señalando su importancia en la interpretación de la actividad judicial.
Unos años después, Watson (1913) también comentará que juristas y psicólogos
tienen intereses en común. Por otro lado, prosigue el desarrollo de la psicología
criminal, sobre todo en el contexto americano. Muestra de esta última actividad, en
1909, Healy crea la primera clínica de psicología adscrita a un juzgado de menores en
Chicago, también aparecen diversas publicaciones sobre delincuencia juvenil y otros
trabajos relacionados con la psicología criminal. Se producen las primeras
colaboraciones de los psiquiatras con los psicólogos en los análisis psicolegales,
aumentando el uso de instrumentos psicométricos, como las escalas de Binet, Terman
y Thurstone en los informes psicológicos. Al mismo tiempo se inician los primeros
trabajos en centros correccionales de menores y en prisiones, donde el análisis se
dirige tanto a los encarcelados como a los profesionales responsables de la dirección
de las prisiones. En 1918, el estado de Nueva Jersey puso en funcionamiento el primer
sistema de clasificación de prisiones en Estados Unidos. También se empiezan a
realizar las primeras actuaciones en selección de policías, donde se utilizarán los tests
mentales de Terman (1917) y Thurstone (1922). En 1917, Mead publica La psicología
de la justicia penal y Bose Introducción a la psicología jurídica. Desde el terreno legal,
también algunos juristas argumentaron sobre la necesidad de sustituir la
jurisprudencia clásica, donde la ley eran entendida como una herramienta lógica que
podía ser aplicada racionalmente a los casos para aportar una solución correcta, por
una jurisprudencia realista, que defendiera que la ley se viera apoyada por otras
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de Chicago pone en marcha un proyecto de investigación sobre jurados, que dará lugar
a un gran número de publicaciones, siendo su fruto más exitoso el trabajo realizado
por el jurista Harry Kalven y el sociólogo Hans Zeisel, que daría lugar a la publicación en
1966 de la obra The American Jury, donde se exploraron las semejanzas y diferencias
de las decisiones tomadas por jueces y jurados en la evaluación de la evidencia y a la
hora de juzgar la culpabilidad del defendido, obra que marcaría la investigación futura
sobre jurados. En otra línea, continúan los trabajos en prisiones desarrollándose
modelos terapéuticos ocupando un lugar principal la modificación de conducta. En la
década de los setenta tanto la investigación como la práctica psicológica inician una
nueva área de trabajo en el sistema legal, las fuerzas de seguridad. Las reacciones de la
policía ante los disturbios y las demostraciones del uso de la fuerza durante los años
- En 1977, se publicó por primera vez la revista Law and Human Behavior.
Aunque todas las áreas de investigación están representadas entre los investigadores
españoles, hay algunas que destacan:
A modo de conclusión, podemos decir que el interés por lograr una compresión amplia
y bien fundada de los sujetos que llevan a cabo conductas desviadas, así como las
posibles respuestas que a éstas puede dar la sociedad, tiene en nuestra tradición
cultural un largo pasado. Sin embargo, el tiempo durante el cual ha habido un efectiva
Psicología Jurídica es muy corto.
Los intentos de conceptualizar la psicología jurídica como un todo (incluyendo las áreas
sociológicas y criminológicas) se han dirigido principalmente a establecer diferentes
formas de relación entre estos campos. En este sentido, las aportaciones de Muñoz
Sabaté (1980) merecen especial atención:
Parte de la idea de que casi todo el Derecho "está lleno de componentes psicológicos
que requiere a la Psicología para su puesta en funcionamiento". Relaciona más a la
Psicología Jurídica con la Filosofía y Sociología del Derecho que con la Psicología
Aplicada. La Psicología del Derecho es una psicología que se centra en el estudio teórico
del derecho. Su objeto de estudio son todos aquellos aspectos psicológicos que
inevitablemente existen en el Derecho. Aunque esta visión de la Psicología Jurídica ha
sido poco defendida por algunos autores ha comenzado a ser más considerada a partir
de la década pasada. Las razones han sido según Garzón (1989):
1. Las críticas realizadas a una Psicología centrada en analizar los parámetros más
conductuales que se encuentran en la Sala de Juicios.
Derecho como a los usuarios del sistema jurídico, así como la dimensión política de la
justicia y del poder judicial.
Otros factores que también han contribuido a este hecho son, según Jiménez Burillo
(1986), el creciente interés de la opinión pública por todo cuanto se relaciona con el
delito, unido a la vocación cada vez más decididamente aplicada de la Psicología Social
Psicología en el Derecho
Se estudian las normas jurídicas como estímulos verbales que tratan de promover o
evitar ciertas conductas por lo que la formulación y aplicación de tales normas requiere
la presencia de la Psicología para lograr un máximo de eficacia jurídica dada la cantidad
de variables ambientales y del sujeto que influyen en el cumplimiento de esas normas.
La Psicología es un campo al que los juristas pueden acudir en busca de asesoramiento.
Tal como indica Muñoz Sabaté (1975) si entendemos como norma las reglas destinadas
a producir efectos jurídicos, la Psicología Aplicada al Derecho consistiría en explicar
todos y cada uno de los términos psicológicos que utiliza la norma (por ejemplo, la
voluntad) e interpretarlos en el caso concreto. Esto es necesario porque los conceptos
psicológicos pueden ser ambivalentes dado que muchos de ellos se han tomado del
lenguaje común aunque posteriormente hayan sido matizados por la Psicología.
La Psicología actúa como auxiliar del Derecho cuando éste necesita información sobre
sus fines, estrategias o para interpretar hechos relativos a casos específicos. Es la
concepción que ha tenido mayor difusión. Se colabora con el Derecho en la explicación
de fenómenos tales como la personalidad del delincuente, los factores que influyen en
el testimonio o las características psicológicas de los juristas.
Para Muñoz Sabaté (1975) la Psicología Jurídica sólo se entiende en y para el Derecho y
aún en este caso sólo en lo que atañe a la interpretación del caso jurídico concreto en
tanto en cuanto la Psicología pueda aplicar sus técnicas y conocimientos a la prueba de
unos sucesos (Psicología probatoria). En definitiva, una parte de la Psicología que trata
de aplicar los métodos y los resultados de la Psicología experimental a la práctica del
Derecho (idea defendida por Garrido, 1982). La Psicología Jurídica debe atenerse a la
norma jurídica, sin valorar si es o no justa ni pretender argumentar sobre sus fines. Una
Psicología que pretenda aclarar los fines del Derecho no puede, dada su amplitud y
generalidad, encuadrarse en un ámbito específico como la Psicología Jurídica, sino que
forma parte de la Psicología General.
6. Peritajes psicológicos.
15. Programas de terapia y rehabilitación para las víctimas del delito, tratando
sobre todo de determinar si ha sufrido alteraciones psicológicas y su alcance
(ejemplo, personas que han sufrido un secuestro o torturas). En este
sentido Jiménez Burillo propone incluso llegar a diseñar programas de
prevención orientados a grupos de víctimas potenciales.
La psicología del ámbito civil, junto con la penal, suele denominarse también como
psicología forense. Implica la actuación del psicólogo en el foro o sala de justicia. En las
salas de lo civil su actuación se centra en los procesos de separación y divorcio, la
guarda y custodia de menores, la elaboración de informes sobre adopción, etc.
La psicología jurídica del menor está también prevista por la ley. En consecuencia, el
psicólogo debe desarrollar acciones relacionadas con la protección del niño; ello
incluye la elaboración de informes sobre menores delincuentes, así como el
asesoramiento a los fiscales respecto a las medidas más adecuadas, las intervenciones
apropiadas, la reinserción social del menor, la mejora en el clima de las instituciones
de menores, etc. Respecto a la tutela de menores, se trabaja con menores maltratados
o víctimas de abusos sexuales, con aquellos que su tutela ha sido retirada a sus padres,
etc.
La psicología policial es menos conocida, pero sin duda es un área de gran crecimiento
en la psicología jurídica. La función del psicólogo es ayudar a la organización policial
mediante la selección y formación policial, el análisis de la propia organización, pero su
acción también tiene repercusiones en la sociedad, como la intervención en
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La psicología militar posee una características muy concretas, pues si bien el psicólogo
puede ser llamado a las salas militares a declarar como perito, su aportación suele
requerirse para los procesos de selección y adecuación de personal militar, estudios
sobre la propia organización, etc.
No se trata de una revisión exhaustiva sino sólo se han mencionado las áreas de
aplicación de la psicología jurídica más significativas.
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3. Preguntas de Comprension de la
Unidad
1. ¿Pregunta de comprensión Nro. 1?
¿Plantear la pregunta1?
Respuesta argumentativa
Respuesta Argumentativa
Respuesta argumentativa
Respuesta argumentativa
Respuesta argumentativa
4. Material Complementario
Los siguientes recursos complementarios son sugerencias para que se pueda ampliar la
información sobre el tema trabajado, como parte de su proceso de aprendizaje
autónomo:
Videos de apoyo:
Bibliografía de apoyo:
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Links de apoyo:
5. Bibliografía
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Unidad 1
GENERALIDADES DE LA PSICOLOGÍA JURÍDICA
Tema 1
GÉNESIS Y APROXIMACIONES HISTÓRICO CONCEPTUALES DE LA PSICOLOGÍA JURÍDICA
Objetivo
Analizar los antecedentes de la psicología aplicada en el ámbito jurídico y de derecho para que el
estudiante comprenda el campo de la psicología en el área criminalista y forense.
Subtemas
» Subtemas:
1 Antecedentes de la psicología aplicada al ámbito jurídico y del derecho
2 Perspectivas científicas en el estudio de la criminalidad
La investigación judicial y criminalista es definida como una
disciplina autónoma que tiene como propósito auxiliar a la
justicia mediante el análisis y la aplicación de técnicas,
métodos y procedimientos sustentados por diversas
ciencias, que le permiten obtener información y
procesarla a fin de identificar el “modus operendi” y el
autor de un delito (García, 2015).
Subtema 1:
Antecedentes de la psicología aplicada al ámbito jurídico y del derecho
La psicología es proactiva, es
La ley es prescriptiva, dice a libre de decidir qué áreas
las personas cómo deben quiere investigar y cómo
dirigirá la investigación. Los
comportarse; en juristas son reactivos, sólo
contraposición la psicología pueden atender a los casos y
es descriptiva. demandas planteados por sus
clientes.
Wrightsman (1991) señala cuatro dilemas sin resolver entre la psicología y el derecho:
que el objetivo de la ley sea garantizar los derechos individuales o el bienestar común
de la sociedad; que el criterio frente a los delincuentes sea la igualdad ante la ley o la
variabilidad de la conducta individual; que la propuesta del procedimiento penal sea
el descubrimiento de la verdad o la resolución de los conflictos sociales; y que en la
toma de decisiones jurídicas sean mejores el uso de la lógica argumentativa o de la
ciencia.
Subtema 2: Perspectivas científicas en el estudio de la criminalidad
https://www.youtube.com/watch?v=mQTW3bscq1o
Watson (1913) también comentará que juristas y psicólogos tienen
intereses en común. Por otro lado, prosigue el desarrollo de la psicología
criminal, sobre todo en el contexto americano. Muestra de esta última
actividad, en 1909, Healy crea la primera clínica de psicología adscrita a un
juzgado de menores en Chicago, también aparecen diversas publicaciones
sobre delincuencia juvenil y otros trabajos relacionados con la psicología
criminal.
Unidad 1
GENERALIDADES DE LA PSICOLOGÍA JURÍDICA
Tema 1
GÉNESIS Y APROXIMACIONES HISTÓRICO CONCEPTUALES DE LA PSICOLOGÍA JURÍDICA
Objetivo
Analizar los antecedentes de la psicología aplicada en el ámbito jurídico y de derecho para que el
estudiante comprenda el campo de la psicología en el área criminalista y forense.
Subtemas
o las
características
psicológicas
de los juristas
los factores
que influyen
en el
testimonio
Se colabora con el
Derecho en la
explicación de
fenómenos tales
como la personalidad
del delincuente
Subtema 4: Aportes de las áreas de la psicología al estudio de la criminalidad
Los ámbitos de trabajo de la Psicología Jurídica y sus aportes en el studio de la criminalidad son
los siguientes:
La Psicología del testimonio.
Se tratan los procesos Investigaciones sobre el
psicológicos involucrados en "detector de mentiras"
el testimonio (errores de (poligrafía).
memoria y de percepción).
Estudio psicológico de la
Psicología de los jueces
conducta desviada
(tipología, aptitudes,
(psicopatología, psicología
psicopedagogía) y el proceso
criminal, psicología del
de elaboración de la
conflicto, los motivos del
sentencia.
delincuente).
Peritajes Psicología de las relaciones
jurídicas en términos de conducta Reacciones frente al Derecho y la
Unidad 1
GENERALIDADES DE LA PSICOLOGÍA JURÍDICA
Tema 2
TEORÍAS EXPLICATIVAS DE LA AGRESIÓN HUMANA
Objetivo
Revisar las teorías biopsicosociales para que los estudiantes puedan identificar la relación entre los
aspectos biológicos y la conducta criminal.
Subtemas
Diversos estudios consideran que son las lesiones a nivel prefrontal las causantes de la reducción
de capacidad de razonar y pensar del individuo lo que a su vez conllevaría a un fracaso académico
y los consiguientes problemas económicos predisponiendo al sujeto a llevar una vida violenta y
criminal
https://www.youtube.com/watch?v=J1CjXZdsUYg
La criminología clínica sostiene
que la conducta del hombre se ve
influenciada, y puede tornarse criminal,
por el entorno físico y social
https://www.youtube.com/watch?v=NonmtXeEQRg
Psicología Jurídica Psicología Forense
La Psicología Jurídica incluye todas las otras ramas en este
campo de investigación. Es el estudio, el asesoramiento y la Se centra en la aplicación de la ciencia psicológica en la
intervención sobre el comportamiento humano que se resolución de problemas legales. Esto incluye desde la
desarrolla en un ambiente regulado por normas legales. Se valoración y tratamiento de los detenidos y los implicados
basa en la idea de entender cómo las leyes afectan al en delitos hasta la asesoría a los abogados y tribunales.
comportamiento humano y al mismo tiempo, cómo el
comportamiento humano afecta a la ley.
Esta disciplina utiliza la investigación y los principios de la Se centra en el estudio de la intervención de los
Psicología para ayudar a abogados, profesionales de la profesionales de la psicología en el proceso legal.
salud mental y otros profesionales del derecho a
entender mejor los conceptos legales y los factores
psicológicos involucrados en los casos
Bibliografía
• García lópez eric. (2011). Mediación perspectiva desde la psicología jurídica. :
Manual moderno
• Garrido eugenio. (2006). Psicología jurídica. : Pearson prentice hall,
• Soria verde miguel angel. (2005). Psicología criminal. : Pearson
• Codigo organico integral penal. Quito: corporación de estudios y publicaciones
Psicología Jurídica, criminalista
y forense
Unidad 1
GENERALIDADES DE LA PSICOLOGÍA JURÍDICA
Tema 2
TEORÍAS EXPLICATIVAS DE LA AGRESIÓN HUMANA
Objetivo
Revisar las teorías biopsicosociales para que los estudiantes puedan identificar la relación entre los
aspectos biológicos y la conducta criminal.
Subtemas
- Defectos de la personalidad
- Déficit del proceso de socialización.
- Bancarrota en la justicia penal.
Teoría de la anomia.
Socialización de los
Familias
hijos y sus
disfuncionales o
desestructurados diferentes prácticas
en la crianza
Vínculos
emocionales Malos negligencia
entre padres e familias tratos y
hijos
El apego es un elemento que define la vida
delictiva y la protección entre padre e hijo. Los
individuos con vinculación débil con sus
progenitores tienen mayor probabilidad de
delinquir. Se demostró que el 60% de los
individuos delincuentes provenían de familias
desestructuradas mientras que la cifra del 34% de
familias desestructuradas de no delincuentes.
Bibliografía
• García lópez eric. (2011). Mediación perspectiva desde la psicología jurídica. :
Manual moderno
• Garrido eugenio. (2006). Psicología jurídica. : Pearson prentice hall,
• Soria verde miguel angel. (2005). Psicología criminal. : Pearson
• Codigo organico integral penal. Quito: corporación de estudios y publicaciones
https://ri.ujat.mx/bitstream/20.500.12107/3503/1/24-
Ap%C3%A9ndice-90-1-6-20190403.pdf#page=36
https://roderic.uv.es/bitstream/handle/10550/85919/TESIS_OL
GA_CENTELLES.pdf?sequence=1
Psicología Jurídica, Criminalística y
Forense
UNIDAD 1
Generalidades de la Psicología Jurídica
Objetivo: ................................................................................................................................................... 3
Introducción: ............................................................................................................................................. 3
4. Bibliografía ............................................................................................................................ 17
2
Generalidades de la Psicología Jurídica
Unidad 1: Generalidades de la
Psicología Jurídica
Tema 2: Teorías explicativas de la agresión humana
Objetivo:
Introducción:
La agresión humana es un fenómeno complejo que ha sido estudiado por diversas
disciplinas a lo largo del tiempo. Desde la psicología hasta la sociología, la biología y la
filosofía, numerosas teorías han intentado explicar por qué los seres humanos actúan
agresivamente.
teorías pueden agruparse en tres categorías principales: las teorías biológicas, las
teorías de aprendizaje social y las teorías cognitivas.
Las teorías biológicas se enfocan en los factores biológicos que pueden influir en la
agresión humana. Por ejemplo, algunos investigadores han estudiado el papel de las
hormonas, como la testosterona, en la agresión. Se ha sugerido que los niveles altos de
testosterona pueden aumentar la propensión a la violencia en los hombres. Otros
investigadores han explorado la influencia de los genes en la agresión, aunque aún no
se ha identificado un "gen de la agresión" específico.
Las teorías de aprendizaje social, por otro lado, se enfocan en cómo los factores
ambientales y sociales pueden influir en la agresión humana. Estas teorías sugieren
Finalmente, las teorías cognitivas se enfocan en cómo los procesos mentales pueden
influir en la agresión humana. Por ejemplo, algunos investigadores han propuesto que
la agresión puede ser resultado de una distorsión cognitiva, es decir, una forma de
pensar errónea que lleva a la persona a justificar la violencia. Otros han sugerido que la
falta de empatía y la incapacidad para comprender las emociones de los demás
pueden aumentar la probabilidad de que una persona actúe de manera agresiva.
la regulación del estado de ánimo y la conducta social. Se ha sugerido que niveles bajos
de serotonina pueden estar relacionados con la agresión impulsiva (Coccaro, 2012). Por
ejemplo, en un estudio realizado por Brown, Goodwin, and Ballenger (1979), se
encontró que los pacientes con trastorno explosivo intermitente, un trastorno
caracterizado por episodios de agresión impulsiva, tenían niveles significativamente más
bajos de serotonina en el líquido cefalorraquídeo que los pacientes sin este trastorno.
Otra teoría sociológica de la agresión es la teoría del conflicto social, que sugiere
que la agresión surge de los conflictos entre diferentes grupos sociales (Parkinson,
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2003). Según esta teoría, la competencia por recursos limitados, como la riqueza, el
poder y la posición social, puede llevar a conflictos entre grupos, lo que aumenta la
probabilidad de comportamientos agresivos. Esta teoría ha sido apoyada por numerosos
estudios que han encontrado una correlación positiva entre la desigualdad social y la
violencia (Wilkinson & Pickett, 2010).
teorías sociológicas sugieren que los factores sociales, como las subculturas de la
violencia y los conflictos sociales, pueden ser factores determinantes en la génesis de la
agresión. Comprender estas teorías es fundamental para prevenir la violencia y diseñar
estrategias eficaces de intervención en los casos en los que la violencia ya ha ocurrido.
Además, es importante tener en cuenta que los hallazgos en este campo aún son
controvertidos y se requiere más investigación para comprender completamente la
relación entre lo biológico y la conducta criminal. Los estudios deben tener en cuenta
no solo los factores biológicos, sino también los factores sociales y ambientales que
influyen en la delincuencia.
Aunque la evidencia sugiere que los factores biológicos pueden ser un factor de
riesgo para la delincuencia, es importante recordar que estos factores no son
determinantes y que el entorno social y las experiencias de vida también son cruciales
en la etiología de la delincuencia.
A pesar de la evidencia que sugiere que los factores biológicos pueden influir en
la conducta criminal, es importante recordar que estos factores no son determinantes y
que la elección de comportarse delictivamente es una decisión consciente que depende
de muchos otros factores. Los factores biológicos pueden influir en la vulnerabilidad a
la conducta criminal, pero la elección de comportarse delictivamente es una decisión
teoría del gen MAOA. Esta teoría se basa en la investigación que ha encontrado que
una variante específica del gen MAOA, que es responsable de la producción de una
enzima que regula la serotonina en el cerebro, puede estar relacionada con la
conducta agresiva (Beaver, Boutwell, Barnes, & Cooper, 2009). Se ha encontrado que
las personas con esta variante del gen MAOA son más propensas a la agresión cuando
han sufrido traumas o abusos en la infancia. Sin embargo, la relación entre el gen
MAOA y la agresión no es determinista, y otros factores, como el ambiente social y los
antecedentes criminales, pueden influir en la relación entre el gen y la conducta
agresiva (Ficks & Waldman, 2014).
Esta teoría tiene evidencia empírica que la respalda, ya que diversos estudios
han encontrado que los individuos violentos presentan una mayor actividad eléctrica
en las regiones frontales del cerebro, que son las encargadas del control de la
impulsividad y la toma de decisiones. Además, estudios de imagen cerebral han
demostrado que la corteza prefrontal de los agresores habituales es más delgada que
en individuos no violentos, lo que sugiere una disfunción en el procesamiento
emocional y la regulación del comportamiento (Siever, 2008).
2. Preguntas de Comprension de la
Unidad
1. ¿Qué es la teoría del aprendizaje social y cómo explica la agresión humana?
La teoría del aprendizaje social sostiene que la agresión humana es aprendida a través
de la observación, la imitación y la recompensa de las conductas agresivas en el entorno.
Según esta teoría, las personas pueden aprender patrones de agresión a través de
modelos de conducta agresiva en la familia, la comunidad, los medios de comunicación
y otros contextos.
3. Material Complementario
Los siguientes recursos complementarios son sugerencias para que se pueda ampliar la
información sobre el tema trabajado, como parte de su proceso de aprendizaje
autónomo:
Videos de apoyo:
Bibliografía de apoyo:
Varela, M. J., Arce, R., & Fariña, F. (2015). Psicología jurídica y forense: Una disciplina
en crecimiento. Madrid, España: Pirámide.
Rodríguez, A. L., & Garrido, V. (2015). Psicología forense: Manual de técnicas y
aplicaciones. Barcelona, España: Paidós.
García-Pablos, A., & Velasco, H. (2019). Criminología: Una introducción a sus
fundamentos teóricos. Madrid, España: Tecnos.
Giménez-Salinas, E. (2017). Psicología criminal: La personalidad del delincuente y la
conducta delictiva. Madrid, España: Biblioteca Nueva.
© Universidad Estatal de Milagro – UNEMI
Links de apoyo:
4. Bibliografía
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