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Figura 25.6
Aproximación al paciente con concentración sérica de HCO 3 – disminuida.
BAU=(UNa++UK+)−UCl−
En circunstancias normales, la BAU es positiva, con valores que oscilan entre 30 y 50. La acidosis
metabólica de origen extrarrenal se asocia a un marcado aumento de la excreción urinaria de
NH 4 + y, por tanto, la BAU obtendrá un gran valor negativo. Si la acidosis es de origen renal, la
excreción urinaria de NH 4 + será mínima y la BAU suele ser positiva.
La BAU puede ser engañosa cuando se excretan otros iones no medidos. Por ejemplo, el aumento
de la excreción urinaria de sales sódicas de cetoácidos en la cetoacidosis diabética y alcohólica, y
la excreción urinaria de hipurato sódico y benzoato sódico en la exposición al tolueno pueden dar
lugar a una BAU positiva a pesar de un aumento apropiado en la excreción urinaria de amonio. El
aumento de la excreción urinaria también se pasará por alto cuando el NH 4 + se excreta junto con
un anión distinto del Cl – , como el β-hidroxibutirato o el hipurato. En estos casos se emplea el
cálculo de la brecha osmolal de la orina como medida indirecta de la excreción de amonio. La
brecha osmolal urinaria es la diferencia entre la osmolalidad urinaria medida y la calculada:
La brecha osmolal urinaria oscila normalmente entre 10 y 100 mOsmol/kg. Debido a que las sales
de NH 4 + son, en general, el otro soluto urinario distinto importante que contribuye significativamente
a la osmolalidad urinaria, los valores sustancialmente superiores a 100 mOsmol/kg reflejan un
aumento de la excreción de sales de NH 4 + .
Origen renal
Acidosis tubular renal proximal (tipo II)
El diagnóstico de ATR proximal debe sospecharse en un paciente con acidosis de brecha aniónica normal,
hipopotasemia y capacidad normal de acidificar la orina hasta un pH menor de 5,5 en estado de equilibrio. En
estado de equilibrio, la concentración sérica de HCO 3 – suele estar entre 16 y 18 mmol/l. La ATR proximal
puede ser un hallazgo aislado, pero generalmente se acompaña de una disfunción generalizada del túbulo
proximal (síndrome de Fanconi). La brecha aniónica urinaria es positiva porque la disfunción tubular proximal
también altera la amoniogenia.
En la ATR distal, la corrección de la acidosis metabólica se puede lograr mediante la administración de base
en cantidad equivalente a la producción diaria de ácido (generalmente de 1 a 2 mmol/kg por día). En pacientes
con déficit grave de K + , la corrección de la acidosis con HCO 3 − puede provocar de forma transitoria una
mayor disminución de la concentración extracelular de K + , dando lugar a una hipopotasemia sintomática. En
estos casos debe corregirse el déficit de K + antes de corregir la acidosis. El citrato potásico es la base preferida
en los pacientes con hipopotasemia crónica o con litiasis cálcica.
I. Deficiencia de mineralocorticoides
A. Renina baja, aldosterona baja
1. Diabetes mellitus
2. Fármacos
a) Antiinflamatorios no esteroideos
b) Ciclosporina, tacrolimús
c) β-bloqueantes
B. Renina alta, aldosterona baja
1. Destrucción suprarrenal
2. Defectos enzimáticos congénitos
3. Fármacos
a) Inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina
b) Antagonistas de los receptores de la angiotensina II
c) HeparinaKetoconazol
La corrección de la acidosis metabólica en pacientes con insuficiencia renal crónica se logra mediante el
tratamiento con NaHCO 3 en cantidad de 0,5 a 1,5 mmol/kg/día, comenzando cuando el nivel de HCO 3 – es
menor de 22 mmol/l. La acidosis metabólica debe tratarse de manera enérgica porque puede contribuir a la
osteopatía metabólica, aumentar el catabolismo y favorecer el deterioro progresivo de la función renal.
Un paciente que presenta acidosis metabólica hiperclorémica hipopotasémica con un pH urinario superior a
5,5 podría tener un estado diarreico o una ATR distal hipopotasémica (tipo I). Aunque la historia clínica sería
la forma más sencilla de distinguir entre estas dos posibilidades, en los pacientes con abuso subrepticio de
laxantes puede no ser útil. La determinación de la brecha aniónica urinaria es la mejor manera de distinguirlos.
En la diarrea, el pH urinario es alto debido a la gran cantidad de NH 4 + en la orina. Esto se traduce en una
brecha aniónica urinaria negativa, puesto que la mayor parte del NH 4 + se excreta en la orina en forma de
NH 4 Cl. En la ATR distal hipopotasémica, el pH urinario es alto debido a la incapacidad de secretar H + en la
nefrona distal. La excreción urinaria de NH 3 es muy baja y la brecha aniónica urinaria es positiva.
Conductos ileales
La derivación quirúrgica del uréter al intestino puede dar lugar a una acidosis metabólica hiperclorémica con
brecha aniónica normal debido a la reabsorción sistémica de NH 4 + y Cl – del líquido urinario y al intercambio
de Cl – por HCO 3 – por la activación de intercambiador de Cl – /HCO 3 – en la luz intestinal. Los principales
factores determinantes de esta complicación son el tiempo de contacto entre la orina y el intestino, y la
superficie intestinal total expuesta a la orina.
Tabla 25.3
Causas de acidosis láctica
Acidosis d -láctica
La acidosis d -láctica es una forma especial de acidosis metabólica que puede aparecer en el contexto de
resecciones del intestino delgado o en pacientes con una derivación yeyunoileal. En estos síndromes de
intestino corto, los hidratos de carbono que normalmente se reabsorben en el intestino delgado llegan en gran
cantidad al colon. En presencia de sobrecrecimiento bacteriano colónico, estos sustratos se metabolizan a d -
lactato y son absorbidos hacia la circulación sistémica. La acumulación de d -lactato produce una acidosis
metabólica con brecha aniónica en la que el lactato sérico es normal, dado que la prueba estándar para lactato
es específica para l -lactato. Por lo general, estos pacientes presentan, tras la ingestión de una gran cantidad
de hidratos de carbono, un trastorno caracterizado por alteraciones neurológicas como confusión, disartria y
ataxia. Los principales tratamientos son la dieta pobre en hidratos de carbono y los antibióticos para disminuir
el grado de proliferación bacteriana.
Cetoacidosis diabética
La cetoacidosis diabética es una alteración metabólica caracterizada por la acumulación de ácido acetoacético
y ácido β-hidroxibutírico como resultado de la deficiencia de insulina y de un aumento relativo o absoluto de
la concentración de glucagón. El grado de aumento de la brecha aniónica dependerá de la rapidez, la gravedad
y la duración de la cetoacidosis, así como del estado del volumen de LEC. Aunque la alteración predominante
en la cetoacidosis diabética es la acidosis con brecha aniónica, a menudo se observa una acidosis con brecha
normal hiperclorémica en las primeras etapas de la cetoacidosis, cuando el volumen extracelular es casi
normal.
Se puede confirmar la presencia de cetoácidos con tabletas de nitroprusiato o tiras reactivas. Sin embargo,
estas pruebas pueden inducir a error al evaluar la gravedad de la cetoacidosis, dado que solo detectan la
presencia de acetona y acetoacetato y no reaccionan con β-hidroxibutirato. La cetoacidosis diabética se trata
con insulina y líquidos intravenosos para corregir la depleción de volumen. Son frecuentes las deficiencias de
K + , Mg 2+ y fosfato, por lo que se suelen añadir estos electrólitos a las soluciones intravenosas.
Cetoacidosis alcohólica
Desarrollan cetoacidosis pacientes con antecedentes de abuso crónico de etanol, disminución de la ingesta de
alimentos y, a menudo, náuseas y vómitos. La presencia de abstinencia de alcohol, depleción de volumen e
inanición aumenta notablemente los niveles de catecolaminas circulantes y da como resultado una
movilización periférica de ácidos grasos mucho mayor en magnitud que la que se suele observar con la
inanición sola. El metabolismo del alcohol aumenta el cociente NADH/NAD + , lo que aumenta la proporción
de β-hidroxibutirato en relación con el acetoacetato. La reacción al nitroprusiato puede verse disminuida por
esta alteración de la oxidorreducción a pesar de la presencia de cetoacidosis grave. La administración de
glucosa resuelve con rapidez la acidosis porque la estimulación de la liberación de insulina conduce a una
menor movilización de ácidos grasos del tejido adiposo, así como a una disminución de la producción hepática
de cetoácidos.
El metanol también es metabolizado por la alcohol deshidrogenasa y da lugar a formaldehído, que luego se
convierte en ácido fórmico. El metanol está presente en diversos productos comerciales como laca, barniz y
soluciones descongelantes. Al igual que el etilenglicol, el metanol se ingiere por accidente o como intento de
suicidio. Clínicamente, la ingestión de metanol se asocia a una embriaguez aguda seguida de un período
asintomático que dura de 24 a 36 h. A partir de ese momento puede aparecer dolor abdominal secundario a
pancreatitis, convulsiones, ceguera y coma. La ceguera se debe a la toxicidad directa del ácido fórmico sobre
la retina. La intoxicación por metanol también se asocia con hemorragias en la sustancia blanca y el putamen
que pueden llevar a la aparición tardía de un síndrome similar al de Parkinson. La acidosis láctica es otra
manifestación de la intoxicación por metanol y etilenglicol, y contribuye al aumento de la brecha aniónica.
Además de las medidas de apoyo, el tratamiento del envenenamiento por etilenglicol y metanol se centra en
reducir la metabolización del compuesto causante y acelerar la eliminación del alcohol del organismo. El
fomepizol (4-metilpirazol) es actualmente el fármaco de elección para inhibir la enzima alcohol
deshidrogenasa y prevenir la formación de metabolitos tóxicos.
Acidosis piroglutámica
La acidosis piroglutámica es una causa de acidosis metabólica con brecha aniónica que se acompaña de
alteraciones del estado mental que van desde la confusión hasta el coma. Los casos notificados ocurren en
pacientes con enfermedades graves que reciben dosis terapéuticas de paracetamol, situación en la que se
reducen los niveles de glutatión debido a la metabolización del paracetamol y al estrés oxidativo asociado a
las enfermedades graves. Debe sospecharse el diagnóstico de acidosis piroglutámica en pacientes con acidosis
metabólica con brecha aniónica no explicada e ingestión reciente de paracetamol.
Alcalosis metabólica
La patogenia de la alcalosis metabólica interviene tanto en la generación como en el mantenimiento de este
trastorno. Se desarrolla una alcalosis metabólica cuando se añade HCO 3 – a la sangre debido a la pérdida de
ácidos o a la ganancia de álcalis. El nuevo HCO 3 – puede generarse por mecanismos renales o extrarrenales.
Dado que los riñones tienen una enorme capacidad para excretar HCO 3 – , incluso una generación intensa de
HCO 3 – puede ser insuficiente para producir alcalosis metabólica sostenida. Para que se mantenga una
alcalosis metabólica, debe estar afectada la capacidad del riñón de corregir la alcalosis o debe estar aumentada
la capacidad de recuperación de HCO 3 – .
Tabla 25.4