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Este documento discute los problemas éticos de la experimentación animal. Señala que a pesar de 150 años de experimentación con animales, dos tercios de las enfermedades humanas siguen sin cura. Además, entre el 92.5% y 95% de los medicamentos que funcionan en animales fallan en ensayos humanos. Finalmente, argumenta que existen métodos alternativos como cultivos celulares y modelos computacionales que deberían usarse en lugar de la experimentación con animales.
Este documento discute los problemas éticos de la experimentación animal. Señala que a pesar de 150 años de experimentación con animales, dos tercios de las enfermedades humanas siguen sin cura. Además, entre el 92.5% y 95% de los medicamentos que funcionan en animales fallan en ensayos humanos. Finalmente, argumenta que existen métodos alternativos como cultivos celulares y modelos computacionales que deberían usarse en lugar de la experimentación con animales.
Este documento discute los problemas éticos de la experimentación animal. Señala que a pesar de 150 años de experimentación con animales, dos tercios de las enfermedades humanas siguen sin cura. Además, entre el 92.5% y 95% de los medicamentos que funcionan en animales fallan en ensayos humanos. Finalmente, argumenta que existen métodos alternativos como cultivos celulares y modelos computacionales que deberían usarse en lugar de la experimentación con animales.
En este texto abordaremos un tema delicado, teniendo como principal objetivo
explicar porque el uso de animales para experimentos no es recomendable, además de el daño que este ocasiona en nosotros y el entorno. La experimentación animal es un método científico que tiene como objetivo el uso de animales para experimentos científicos. No es método recomendado siempre que existan alternativas en experimentación con el mismo nivel de evidencia científica, pero en determinados casos es necesario su uso ya que no puede realizarse los experimentos con humanos. Solemos decir que la experimentación con animales es necesaria para aumentar la calidad y duración de vidas humanas. Sin embargo, como se verá, este no es el objetivo perseguido en la mayoría de los casos. Incluso en las ocasiones en las que sí lo es no hay razones suficientes para justificarlo si consideramos que el hacer lo mismo con humanos es incorrecto. Para adentrarnos en el tema, la cifra de muertes de animales a causa de la práctica científica es de 100 millones de pérdidas al año. Esta cifra ya es alarmante por sí sola sin contar las estadísticas de proyectos ocultos o ilegales que se desconocen. Debido a las diferencias entre humanos y animales, así como a los síntomas inducidos artificialmente, no es sorprendente que a pesar de los intensos experimentos con animales durante los últimos 150 años, dos tercios de todas las enfermedades aún no son curables en humanos, ni se conocen sus causas. Ningún otro método científico es tan poco confiable e impredecible como los experimentos con animales. Qué animales, y qué especies, reaccionan exactamente de la misma manera a una sustancia que los humanos solo se hace evidente después de las pruebas en humanos. Entre el 92.5 y el 95% de todos los medicamentos farmacéuticos que se encontraron efectivos y seguros en estudios con animales fracasan en las fases clínicas posteriores 1 a 3 en humanos. Esto se debe a que no funcionan o muestran efectos secundarios graves. En segundo lugar, la mayoría de experimentos realizados en animales no buscan directamente obtener mejoras en la salud humana. En algunos casos se trata de pruebas de impacto medioambiental de productos químicos o de pruebas de seguridad de productos cosméticos o del hogar. En un debate realizado por la ESLA, Fabiola Leyton, del Observatorio de Bioètica, explicó la necesidad de que haya una regulación y un control estricto de la experimentación animal a nivel de todo el planeta. Así, afirmó, en Europa hay unos buenos estándares de bienestar animal, basados en el conocimiento científico actual sobre el sufrimiento animal; pero no es así en otros países. Además, para poder conseguir el objetivo final, reclamó un apoyo activo al reemplazo, algo que “el avance moral de la sociedad está pidiendo”. Se dice que la experimentación animal se basa en principios éticos para el cuidado y protección de los especímenes en cuestión pero realmente no hay un chequeo riguroso y constante que garantice esto. Actualmente existe un gran número de métodos de investigación que no emplean animales, como el uso de cultivos celulares y de tejidos, modelos de órganos o modelos computacionales. Los recursos empleados para emplear estos métodos son mínimos en comparación. En conclusión, podemos o bien aceptar experimentar con animales, o bien lo rechazamos y optamos por otros métodos de investigación.Los animales de laboratorio pueden ser utilizados como reactivos biológicos y ecológicos en beneficio de la ciencia y la salud, siempre que no puedan ser sustituidos por otras alternativas. Pero no se puede olvidar que se trata de seres vivos que sienten y sufren dolor y, por tanto, los científicos deben garantizar que los animales reciban el trato y dignidad que merecen.