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Maltrato animal

Experimentación animal

En este texto abordaremos un tema delicado, teniendo como principal objetivo


explicar porque el uso de animales para experimentos no es recomendable, además
de el daño que este ocasiona en nosotros y el entorno.
La experimentación animal es un método científico que tiene como objetivo el uso
de animales para experimentos científicos. No es método recomendado siempre
que existan alternativas en experimentación con el mismo nivel de evidencia
científica, pero en determinados casos es necesario su uso ya que no puede
realizarse los experimentos con humanos.
Solemos decir que la experimentación con animales es necesaria para aumentar la
calidad y duración de vidas humanas. Sin embargo, como se verá, este no es el
objetivo perseguido en la mayoría de los casos. Incluso en las ocasiones en las que
sí lo es no hay razones suficientes para justificarlo si consideramos que el hacer lo
mismo con humanos es incorrecto.
Para adentrarnos en el tema, la cifra de muertes de animales a causa de la práctica
científica es de 100 millones de pérdidas al año. Esta cifra ya es alarmante por sí
sola sin contar las estadísticas de proyectos ocultos o ilegales que se desconocen.
Debido a las diferencias entre humanos y animales, así como a los síntomas
inducidos artificialmente, no es sorprendente que a pesar de los intensos
experimentos con animales durante los últimos 150 años, dos tercios de todas las
enfermedades aún no son curables en humanos, ni se conocen sus causas.
Ningún otro método científico es tan poco confiable e impredecible como los
experimentos con animales. Qué animales, y qué especies, reaccionan exactamente
de la misma manera a una sustancia que los humanos solo se hace evidente
después de las pruebas en humanos.
Entre el 92.5 y el 95% de todos los medicamentos farmacéuticos que se
encontraron efectivos y seguros en estudios con animales fracasan en las fases
clínicas posteriores 1 a 3 en humanos. Esto se debe a que no funcionan o muestran
efectos secundarios graves.
En segundo lugar, la mayoría de experimentos realizados en animales no buscan
directamente obtener mejoras en la salud humana. En algunos casos se trata de
pruebas de impacto medioambiental de productos químicos o de pruebas de
seguridad de productos cosméticos o del hogar.
En un debate realizado por la ESLA, Fabiola Leyton, del Observatorio de Bioètica,
explicó la necesidad de que haya una regulación y un control estricto de la
experimentación animal a nivel de todo el planeta. Así, afirmó, en Europa hay unos
buenos estándares de bienestar animal, basados en el conocimiento científico
actual sobre el sufrimiento animal; pero no es así en otros países. Además, para
poder conseguir el objetivo final, reclamó un apoyo activo al reemplazo, algo que “el
avance moral de la sociedad está pidiendo”.
Se dice que la experimentación animal se basa en principios éticos para el cuidado
y protección de los especímenes en cuestión pero realmente no hay un chequeo
riguroso y constante que garantice esto.
Actualmente existe un gran número de métodos de investigación que no emplean
animales, como el uso de cultivos celulares y de tejidos, modelos de órganos o
modelos computacionales. Los recursos empleados para emplear estos métodos
son mínimos en comparación.
En conclusión, podemos o bien aceptar experimentar con animales, o bien lo
rechazamos y optamos por otros métodos de investigación.Los animales de
laboratorio pueden ser utilizados como reactivos biológicos y ecológicos en
beneficio de la ciencia y la salud, siempre que no puedan ser sustituidos por otras
alternativas. Pero no se puede olvidar que se trata de seres vivos que sienten y
sufren dolor y, por tanto, los científicos deben garantizar que los animales reciban el
trato y dignidad que merecen.

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