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Adolfo Ruiz Cortines

Adolfo Ruiz Cortines (1890-1973), político mexicano, presidente de la República


(1952-1958). Nacido en Veracruz, donde cursó sus primeros estudios, se
incorporó a las filas del Ejército constitucionalista durante la Revolución Mexicana.
Fue simpatizante de Francisco I. Madero y, tras la muerte de éste, luchó contra
Victoriano Huerta. Desempeñó puestos de relevancia como colaborador de los
presidentes Lázaro Cárdenas (1934-1940) y Manuel Ávila Camacho (1940-1946).
Asimismo, fue elegido gobernador de Veracruz en 1944, y designado titular de la
cartera de Gobernación en 1948 en el ejecutivo de Miguel Alemán Valdés (1946-
1952), a quien sucedió en la presidencia de la República.

Su gobierno supuso un giro progresista frente a la orientación más conservadora


de sus dos inmediatos predecesores en el cargo. Durante su mandato se fundó el
Patronato del Ahorro Nacional; se avanzó en el proceso de reforma agraria,
estableciendo el Seguro Agrícola Integral; se fomentó la industria; mejoraron las
infraestructuras y obras públicas, sobre todo carreteras y ferrocarriles; se
construyeron nuevos oleoductos y hubo grandes avances en la electrificación del
país; se dotó a la ciudad de México de grandes avenidas, parques y jardines; la
educación pública fue potenciada; y se concedió el voto a las mujeres. Hasta su
muerte, acaecida en Veracruz en 1973, conservó un gran prestigio e influencia.
Industrialización
La industrialización fue un fenómeno central en la entrada de Occidente a la
modernidad de la mano de la Revolución Industrial y el capitalismo, a finales del
siglo XVIII y a lo largo del XIX. Se originó en Gran Bretaña, a través de la creciente
mecanización de las labores artesanales, permitiendo la producción rápida y
masiva de bienes que antes se hacían de manera manual. Este modelo fue luego
exportado a Estados Unidos y el resto de Europa, y finalmente al resto del mundo,
que logró dar el salto hacia la industrialización de un modo particularmente
desigual. Por otro lado, la industrialización se asocia hoy en día al poderío
económico (y por lo tanto político), de modo que las naciones del llamado Primer
Mundo también suelen ser naciones industrializadas. En cambio, las sociedades
agrícolas o que subsisten en base a la venta de materia prima, son las que
mayoritariamente constituyen el llamado Tercer Mundo, las naciones poco
industrializadas.

Industrialización en México:
La economía mexicana, como la de muchos países colonizados por España en el
continente americano, fue fundamentalmente rural hasta mediados del siglo XX.
Por eso, muchas de sus pugnas y conflictos se debieron a la tenencia de la tierra y
a los modos de vida del campesinado. Todo ello cambió significativamente a partir
de 1940, con la llegada al poder de Manuel Ávila Camacho (1897-1955), época de
tránsito además del liderazgo militar al civil. Entonces se creó un ambicioso plan
de industrialización que contaba con el favor de los Estados Unidos, con quien
México había tenido incontables conflictos fronterizos.

Consecuencias de la industrialización:
Transformó la fuerza de trabajo campesina (campesinado) que sostenía la
producción durante el Medioevo, en una clase obrera (proletariado) que vende al
sistema su fuerza de trabajo a cambio de un salario.
Impulsó un enorme éxodo rural en Occidente que sobrepobló las ciudades y las
hizo crecer enormemente, transformándolas en el nuevo escenario del poder y de
la vida moderna.
Agotó la mayoría de los recursos minerales y naturales de Europa, sentando las
bases para el imperialismo y colonialismo.
Sentó las bases para la expansión del capitalismo en el mundo, estableciendo
definitivamente a la burguesía como la nueva clase dominante.
Introdujo la máquina como herramienta de trabajo en el imaginario popular, lo cual
también trajo consigo sus resistencias.

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