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Salma Danae Murillo González 1

Reporte de lectura

LA VISION DE LOS VENCIDOS


Miguel León Portilla

El origen de nuestra nacionalidad estampado en un libro, representando la angustia, el


asombro, la perdida, el arrebato, el llanto, la muerte, y la impotencia que sufrió nuestro
pueblo mexicano gracias a los estragos que trajo consigo la Conquista. Los mexicas con
la mejor intención recibirían a aquellos que creían como dioses, los cuales fingirían ser
seres vigorosos, creando confianza entre los pueblos, aprovechándose de todo aquel que
se les uniera, causando muertes entre ellos mismos, mexicanos contra mexicanos.
Todo comienza con los presagios que se hacían notar antes de la llegada de los
españoles: fuegos que sin algún causante se presentaban en el cielo y en la tierra, rayos
que caían sin ser provocados por lluvias fuertes, aguas que hervían furiosamente, la
presencia de una mujer que iba llorando y gritando por la calle durante la noche, la
aparición de un pájaro que Motecuhzoma lo tuvo como muy mal presagio, y como
último, en varias ocasiones se mostraban a la gente hombres monstruosos, deformes,
seres con dos cabezas que después desaparecían. Motecuhzoma (tlatoani de los
mexicas) preocupado por los varios presagios, decide llamar a sabios y hechiceros para
averiguar si se avecinaban tragedias, guerras o cualquier otra desgracia, pero ellos no
pudieron darle respuesta. Después, se presenta un hombre venido de las costas del Golfo
con la noticia de que había unas torres o cerros pequeños que iban flotando por el mar y
encima de ellos estaban montados hombres de pieles muy blancas, barbas largas y sus
cabellos hasta las orejas, esta noticia preocupa aún más al pobre Motecuhzoma,
creyendo que era posiblemente Quetzalcóatl el príncipe y otros dioses que regresaban,
aterrorizado envía a mensajeros con dones para los recién llegados.
Los mensajeros como lo ha ordenado Motecuhzoma, llegan a las orillas del mar para
entregar los dones a los españoles, presentes con oro, plumas y piedras preciosas; el
capitán Hernán Cortés impone temor entre los mensajeros, haciendo disparar el cañón
grande, y ofreciéndoles pelea, los mexicas aterrorizados deciden regresar; al llegar con
Motecuhzoma le cuentan todo lo sucedido, este sin decir ninguna palabra, haciendo
crecer su angustia, manda ahora a traer a magos y brujos para causar algún maleficio a
españoles e impedir que se acercaran a México-Tenochtitlan, pero este intento solo
termina en fracaso, todo el pueblo vive intensos días de terror. Nada le resultaba a
Motecuhzoma, pues preocupado al enterarse que los “dioses” deseaban verle la cara,
piensa en huir, pero lo único que hace es resignarse, esperar y admirar los
acontecimientos que continuarían después de la llegada de los españoles.
¡Oh dios! Los españoles han llegado al territorio mexicano, los de Tlaxcala los reciben
con gran entrada, por desgracias para los Cholultecas esto es de mal augurio, pues esto
significara su fin. Le continúa una gran matanza, Cholula es acabado por el pueblo de
Tlaxcala y por los nuevos visitantes, simplemente por el hecho de no querer tener una
alianza con estos bárbaros.
Motecuhzoma y el pueblo están desconcertados. El rey mexica decide volver a enviar
presentes a los españoles, con nuevos representantes, uno de ellos se hace pasar por él,
pero los de Tlaxcala descubren el engaño, a Motecuhzoma solo le queda esperar.
Salma Danae Murillo González 2
Reporte de lectura

Muchos pueblos los aceptan con buen recibimiento, los españoles los bautizan, les
enseñan el cristianismo, ya todo está acabado; están tan cerca de llegar a su meta. Al
llegar a Mexico-Tenochtitlan, Hernán Cortes es recibido nuevamente con dones, y se da
al encuentro con Motecuhzoma, y este le entrega el trono, aquel que por poco tiempo lo
conservo y lo reservo para el dios Quetzalcóatl. Después de esto, continúan
acontecimientos brutales, todo es guerra y muerte; lo único que quieren los españoles es
el oro, y claramente lo consiguen, derrotando a todo aquel que se les pusiera en frente,
como si fueran los dueños del territorio; ellos no nos descubrieron, que no los engañen,
destruirnos fue lo que hicieron.
Es triste saber cómo tan repentinamente se puede acabar con toda una civilización,
nuestra civilización. Arrasaron con todo, es poco lo que sobrevivió, y si algo quedo, está
coloreado de sangre, todos contra todos; los débiles se juntaban con los más fuertes, y
los valientes no les quedaban más que poner la cara en alto y combatir.
Miguel León Portilla nos hace saber con gran exactitud todo lo que paso antes y después
de la Conquista, brindándonos la perspectiva del lado indígena, a base de pinturas,
escritos y cantares; marcando el inicio de una nueva forma de historiografía. Nos relata
diferentes testimonios, que se relacionan entre sí, como los testigos de Sahagún y los
testimonios de Muñoz Camargo, testimonios de los aliados de Cortés, y los testimonios
de los tlatelolcas, un sinfín de información abreviada en este gran libro, que todo
mexicano debe leer.

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