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“La visión de los vencidos”

Miguel León Portilla


Resumen de Chantal Sabinee Carmona Castro
Escrito por Miguel León Portilla, es un libro de texto literario, que nos habla acerca
que lo sucedido antes de que fuera la llegada de los españoles a México, y su
transcurso a lo largo de este tiempo.
El libro es dividido en 12 capítulos, cada uno de ellos explica lo que ocurría en eso
entonces, testimonios, historia y concepto.
Capítulo 1: Presagios de la venida de los españoles.
A lo largo de éste capítulo, se redactan los presagios y advertencias de los
mexicas respecto a la venida de los españoles a las tierras de México. A todo
esto, se le dio una interpretación religiosa o de creencias de eso entonces,
ejemplos de estas fueron el rayo en el templo de Xiuhtecuhtli. O cuando el que el
ave con el espejo en la cabeza fue llevada a Moctezuma, en el suceso el vio a
unos hombres que llevaban a otros hombres como si fueran animales. Y fue
interpretado tal como una señal.
Estos aspectos fueron de alta importancia para el pueblo señalados como
advertencias de algo malo que iba a ocurrir.
Capítulo 2: Primeras noticias de la llegada de los españoles.
Habla de cómo llegaron las noticias a Moctezuma de lo que supuso que tenían ya
planeado los españoles para conquistar México y su llegada al país, tales que
causaron mucho temor para el pueblo mexica.
Fue ordenado a los sabios que dijeran si había señales de guerra venidas del dios
Quetzalcóatl, quien podría regresar a reclamar y protestar su tierra. Moctezuma
mando a los mensajeros a ver qué era lo que en realidad tramaban los españoles,
para que fuera comunicado y se tomaran las precauciones, ellos no le dieron una
respuesta y el los mando encerrar porque quería saber si habría guerra un hombre
del pueblo que, si vio algo, le dijo que en el mar había unas torres grandes con
gente extraña, que no tenían aspectos de la raza, es decir eran de piel caucásica,
barba larga, cabello largo, armas y barcos.

Capítulo 3: Las idas y venidas de los mensajeros.


Lo que causo la suposición de Moctezuma, fue que para comprobar eso, convoco
a sus principales y más confiables mensajeros para que ellos fueran a las orillas
del mar donde estaban los españoles, pensando que se trataba de Quetzalcóatl,
los hombres sin miedo abordaron pequeñas lanchas para conducirse hasta las
torres, cuando llegaron mostraron jade y oro, como obsequio para que se en parte
se retiraran y por creer que era Quetzalcóatl. Sin embargo, causo lo contrario de lo
que se esperaba y denotó la ambición de estos. Solo intimidaron a los mensajeros,
en especial Cortés, para que fueran viendo cuales eran sus reales intenciones.
Les pusieron hierro en los pies, cuello y manos, disparo un cañón el cuál los
desmayó, al despertar, los mexicas argumentaron que no buscaban guerra, sino
saludarlos y llevarles un regalo. Su respuesta fue que estaba en el entendido de
que los mexicanos eran duros y difíciles, entonces los retaron dándoles espadas y
escudos, pero no aceptaron, dijeron que si Moctezuma se enteraba se molestaría.
Al llegar y contarle a Moctezuma lo sucedido, él se atemorizo mucho y comenzó a
tomar sus debidas precauciones.
Capítulo 4: Actitud psicológica de Moctezuma.
Surgió teniendo mucho miedo a los españoles, por la descripción física que sus
hombres le habían dado de ellos. Pero él pensó que lo que querían era tomar su
poder, no sus tierras.
Era un hombre muy religioso y creyente, lo cual lo hizo dudar de sus sabios.
Envió magos, soldados, gente armada, mexicas del pueblo y demás a intimidarlos,
pero los españoles no mostraron miedo a ello, fue todo en vano.
Finalmente decidió que, si los hombres querían entrar, lo hicieran.
Capítulo 5 los españoles se ponen en marcha llegada a Tlaxcala y Cholula.
Cuando se pusieron en marcha los españoles hacia Tenochtitlan un cempoalla,
tlacochcalcatl les comenzó a abrir camino quien los llevo con Tecoac y a su vez
éste los llevo con los tlaxcaltecas quienes los recibieron con los brazos abiertos.,
también explicaron los conflictos de Tlaxcala con Cholula, los cuales eran
causados por los aztecas al reclamar un tributo. Como consecuencia de esto se
desencadeno una guerra la cual termino con la matanza de Cholula con ayuda de
los españoles, que obviamente era para ganar la amistad de los tlaxcaltecas.
Capítulo 6. Nuevo envió de presentes y la aparición de Tezcatlipoca en las
cercanías del Popocatépetl.
Mientras tanto, Moctezuma sigue haciendo lo posible por evitar que los españoles
se acerquen a la ciudad de Tenochtitlan y por ganarse la confianza de éstos o por
lo menos su aprecio para que, si llegaran a la ciudad, fuera de la manera más
pacífica posible. En su intento por evitar que se acerquen, sus enviados se
encuentran con un ebrio que inmediatamente lo interpretan como un mal presagio,
sin darse cuenta de que su ingenuidad es lo que está facilitando su caída ante el
enemigo, ya que inmediatamente lo toman como algo inevitable, un cambio con la
llegada de estos seres, posibles dioses. Ante esto, Moctezuma piensa en huir,
pero no tanto por el miedo a lo que se avecina, sino, por el temor a lo que él cree
es superior y lo derrumbaría fácilmente, a lo que cualquier hombre teme.
Capítulo 7: Los hechos narrados de este capítulo se extraen del Códice Ramírez,
ya que esta es la única fuente nativa en la que se relata la visita de los españoles
a Tetzcoco.
En su camino hacia Tenochtitlan, los españoles son interceptados por el príncipe
de Tetzcoco, Ixtlilxóchitl, que los recibe en son de paz y los invita a sus dominios
para ser agasajados. Como forma de pago por el buen trato, Cortés les enseña la
ley de su dios y de Cristo. Luego, con ayuda de un clérigo, Cortés bautiza y
convierte al catolicismo a muchos de los habitantes del pueblo, incluyendo al
príncipe Ixtlilxóchitl, que pasa a llamarse Hernando. Yacotzin, la madre de
Hernando, se demuestra absolutamente en contra de la evangelización del pueblo,
pero termina por doblegar su voluntad y bautizarse.
Mientras tanto, Motecuhzoma se debate entre recibir o no a Cortés y los cristianos.
Para poder tomar una decisión, pide consejo a su sobrino Cacama y su hermano
Cuitlahuacatzin. El primero le recomienda que los reciba, puesto que es el
comportamiento apropiado de un emperador, mientras que el segundo considera
lo contrario, ya que una vez que los españoles estén dentro de la ciudad, poco
podrán hacer para combatirlos. Luego de considerarlo, Motecuhzoma, adopta la
recomendación de Cacama y se prepara para recibir a Cortés.
Capítulo 8
En Huitzillan, un pueblo al sur del lago Texcoco, kilómetros antes de Tenochtitlan,
Motecuhzoma sale al encuentro de Cortés. Allí, gracias a Malintzin y Jerónimo de
Aguilar, que ofician de traductores, tienen su primera charla los jefes de cada uno
de los bandos. Motecuhzoma le revela a Cortés que ya lo conoce, gracias a una
visión que experimentó tiempo atrás y le informa que Tenochtitlan le pertenece y
que hasta ese momento él se encargó de cuidar México durante su ausencia.
Cortés responde de forma amigable, pero breve, y propone continuar la
conversación más adelante, luego de descansar e instalarse en la ciudad.
Cuando llegan a la ciudad, Motecuhzoma e Itzcuauhtzin son encarcelados por los
españoles, el resto de los magnates y príncipes de México se ocultan y nada
hacen para salvar a su emperador. Los españoles interrogan a Motecuhzoma para
dar con sus riquezas, y es así como terminan saqueando la casa del tesoro,
llamada Teucalco, y el lugar de almacenamiento de las riquezas de Motecuhzoma,
llamado Totocalco.
Capítulo 9
Cortés se va de Tenochtitlan para combatir contra Pánfilo de Narváez, quien tiene
la orden del gobernador de Cuba de apresarlo. Mientras tanto, en Tenochtitlan,
Pedro de Alvarado queda al mando y los mexicas se preparan para celebrar la
fiesta de Tóxcatl, uno de los eventos de mayor importancia en su calendario.
Durante la fiesta de Huitzilopochtli, Alvarado ordena a sus soldados que asesinen
traicioneramente a los mexicas que celebran en el templo. Los pobladores que
oyen la matanza inician un ataque contra los españoles, obligándolos a
acuartelarse en la Casa Real. Así comienza una violenta batalla, en la que los dos
bandos se atacan y contraatacan. Alvarado, encadena a Motecuhzoma y lo utiliza
para que, junto a Itzcuauhtzin, se asome a la azotea para instar a los mexicas a
que detengan su ataque. Pero estos, furiosos por la traición de los españoles,
desconocen la autoridad de su emperador y arrojan sus flechas contra el enemigo.
La Casa Real queda sitiada con los españoles adentro y los technocas planean
someterlos por medio del hambre. Sin embargo, hay quienes les entregan
alimentos a hurtadillas, con la esperanza de ganarse su favor, previendo que la
victoria final será de ellos. Estos colaboradores son asesinados en público, para
desalentar ese tipo de comportamientos. La Casa Real permanece sitiada por
veintitrés días.
Capítulo 10
Cortés vuelve a Tenochtitlan. Los mexicas lo reciben pacíficamente y lo dejan
reunirse con su ejército en la Casa Real. Sin embargo, la tensión se mantiene
entre las dos facciones, y los españoles inician un escape durante la noche.
Cuando están atravesando el canal de Mixcoatechialtitlan, son divisados y
atacados por los mexicas. Este episodio es conocido como la “Noche Triste”,
debido a muchos españoles y tlaxcaltecas son asesinados por los guerreros
mexicas que los persiguen desde Tenochtitlan hasta Tlacopan.
El jefe de los Teocalhueyacan resguarda a los sobrevivientes españoles y
tlaxcaltecas de la “Noche Triste”. Mientras tanto, los mexicas recuperan el oro
robado y se reparten el botín de la guerra, compuesto por todo aquello que
portaban sus enemigos: vestimentas, armaduras y armas. Así, los cadáveres
enemigos quedan completamente desnudos y apiñados en un sector bajo los
rayos del sol.
Según la “XIII relación” de Fernando de Alva Ixtlilxóchitl, el escape de los
españoles que deriva en la “Noche Triste” no se inicia por decisión propia de los
españoles, sino que se ven forzados a escapar porque los mexicas los atacan con
la intención de que abandonen la ciudad. Además, en este texto se menciona la
muerte de Motecuhzoma, que sucede durante la “Noche Triste”, según algunos
como consecuencia de una pedrada que recibe de los mexicas y, según otros,
asesinado por los españoles que lo tienen cautivo
Capitulo 11
Luego de la retirada de los españoles, los mexicas reconstruyen su ciudad y sus
templos, reanudan sus celebraciones y sus vidas con el convencimiento de que
los invasores no volverán. Al poco tiempo, una enfermedad azota la población, la
llaman Hueyzáhuatl, y posiblemente se trata de viruela, llevada por los españoles
desde Europa a Mesoamérica. Esta enfermedad se lleva la vida del emperador
Cuitláhuac, el sucesor de Motecuhzoma, y de muchos otros mexicas.

Cuando la enfermedad deja de ser un problema para los mexicas, los españoles
reaparecen en Tlacopan y atacan Tenochtitlan. Los mexicas se defienden
exitosamente de los primeros ataques realizados por tierra, pero luego, valiéndose
de dos bergantines, los españoles derriban los muros defensivos de los
tenochcas. Los mexicas se ven obligados a replegarse y es así como los
españoles logran desembarcar. Luego destruyen la Puerta del Águila a cañonazos
y se introducen en Tenochtitlan. Sin embargo, los mexicas contraatacan con
arqueros y los españoles se repliegan hasta Acachinanco, lugar en el que se
reorganizan. Mientras tanto, los mexicas se repliegan a Tlatelolco, la ciudad al
norte de Tenochtitlan. Allí, sufren un ataque de Alvarado, del que se defiendan
exitosamente.
Al final de este capítulo, se destaca la valía de grandes guerreros mexicas, como
el valiente Tzilacatzin, un guerrero imponente que amedrenta a los españoles, y se
vale de múltiples disfraces para no ser reconocido por sus enemigos. También se
menciona a tres capitanes muy osados, que no retroceden ante el ataque español
durante los combates en Nonohualco: Tzoyectzin, Temoctzin y Tzilacatzin. La
bravura de estos guerreros logra que los españoles, agotados por sus infructuosos
intentos por romper las filas de los mexicas, deban retroceder para recobrar
fuerzas.
Capítulo 12
Tenochtitlan es asediada por los españoles y sufre reiteradas embestidas. Las
primeras son repelidas con éxito por los mexicas, quienes incluso llegan a capturar
algunos enemigos y sacrificarlos a la vista de sus congéneres. Sin embargo, al
estar la ciudad sitiada, el pueblo mexica empieza a padecer hambre. Con los
guerreros tenochcas debilitados, los españoles se introducen en Tlatelolco.
El emperador Cuauhtémoc asigna a uno de sus capitanes, Opochtzin, para que
vista las insignias del rey Ahuízotl, que convierten a su portador en el Tecolote de
Quetzal, y lo vuelven invencible. Así, el Tecolote de Quetzal sale a enfrentar a los
españoles y les genera tal terror que logra hacerlos replegarse. De esta forma,
ambas facciones cesan los ataques y quedan en estado de alerta, esperando a
que los combates se reanuden.
Capítulo 13
Según el primer texto, una gran llama de fuego, considerada por los mexicas como
el último presagio antes de la rendición, aparece en Tenochtitlan. Al poco tiempo,
el nuevo emperador Cuauhtémoc, sucesor de Cuitláhuac, decide rendirse y se
entrega a los españoles. Luego de ser encarcelado, los españoles inician otra gran
matanza de mexicas, que genera huidas masivas de Tenochtitlan hacia todas
direcciones. Los españoles persiguen a quienes se escapan, esclavizan a los
hombres fuertes y raptan a las mujeres para abusar de ellas. Además, saquean
cada rincón de la ciudad. Por su parte, Cortés interroga al emperador sobre el
paradero de las barras de oro que se habían robado del tesoro de Motecuhzoma,
pero perdieron en el transcurso de la “Noche Triste”.
El segundo texto, de Alva Ixtlilxóchitl, describe la crueldad de los pueblos
indígenas aliados con Cortés y la forma en que sacian su venganza contra los
mexicas. En esta versión, Cuauhtémoc se rinde cuando le hace frente a una
embarcación de españoles que lo persigue. El capitán de ese barco español es
García de Olguín, y una vez que apresa al emperador lo lleva frente a Cortés,
quien le demanda que ordene la rendición de su ejército. Cuauhtémoc obedece y
luego le pide a Cortés que lo ejecute. A modo de conclusión, se informa que la
guerra dura ochenta días y que casi la totalidad de la nobleza mexicana es
exterminada a lo largo del conflicto.
Finalmente, según la tercera fuente, Cortés encarcela e interroga a las pocas
figuras de autoridad mexicas que quedan con vida —Cuauhtémoc, Tlacotzin,
Oquiztzin, Panitzin y Motelhuihtzin— con el objetivo de localizar las barras de oro
desaparecidas.
Capítulo 14
Los mexicas avistan la llegada de los españoles y, como los toman por dioses, los
reciben con ofrendas. Así se presenta el primer problema: las ofrendas incluyen un
sacrificio humano y esto desagrada a los visitantes, que lo consideran de mal
gusto.
Tiempo después, los españoles llegan a Tenochtitlan, pero su capitán, Cortés,
debe retirarse y Pedro de Alvarado, apodado “El Sol” por su cabellera rubia, ocupa
su lugar. Durante la ausencia de Cortés, los mexicas realizan la fiesta de Tóxcatl, y
Alvarado aprovecha para ordenar a su ejército un ataque a traición que acaba con
la vida de los mexicas que celebran en el Templo Mayor.
Cuando Cortés vuelve, los mexicas lo dejan entrar y reunirse con sus soldados,
pero en la noche inician un ataque que da comienzo a la guerra y obliga a los
españoles a huir, acontecimiento que luego es conocido como la “Noche Triste”.
Los españoles se resguardan en Tlaxcala, mientras en Tenochtitlan aparece una
plaga que se lleva la vida de muchos. Cuando la plaga concluye, los españoles
vuelven al ataque, asedian Tenochtitlan y emprenden una serie de complejas
batallas para tomar la ciudad. Durante el combate, los tenochcas entran en un
estado de caos interno que deriva en guerras civiles.
Después de muchos días de combate, sucede el asedio final. Los españoles
atacan por tierra y por agua, con cañones y catapultas. La gente se reúne al norte
de Tenochtitlán, en Tlatelolco, y resiste allí hasta que la situación se vuelve
insostenible. El capitán Itzpalanqui, junto a otros representantes de Talpala y
Cuexacaltzin, pactan para traicionar a los tenochcas.

Con las nuevas incorporaciones en sus filas, los españoles se vuelven implacables
y toman cada vez más pueblos. Cortés le recomienda al rey Cuauhtémoc, a través
de un mensajero, que se rinda. Pero el rey consulta a los agoreros, quienes le
dicen que la voluntad del dios de la guerra, Huitzilopochtli, es mantener la lucha
por cuatro días más hasta alcanzar el día ochenta de combate. Finalmente, la
derrota es aplastante, los tenochcas abandonan la ciudad, y huyen a Amaxác,
donde quedan peligrosamente desabastecidos de armas y comida. El rey
Cuauhtémoc es hecho prisionero y torturado mientras el ejército español requisa
las viviendas en busca de oro, profana templos y abusar sexualmente de las
mujeres mexicas. Los sobrevivientes se establecen en Tlatelolco, donde por fin
consiguen algo de tranquilidad, ya que los españoles dejan de atacarlos y se
enfocan en la conquista de nuevos territorios.
Capítulo 15
Este capítulo consta de la transcripción de tres icnocuícatl. Los icnocuícatl son
cantares tristes creados por los nauhuas postcortesianos en los que se narran
episodios de la Conquista. El primero de ellos se extrae de la colección Cantares
Mexicanos, y recuerda con mucha carga dramática la forma en que se perdió el
pueblo mexica. El segundo icnocuícatl se toma del manuscrito indígena de 1528 y
trata sobre la difícil situación de los sitiados durante el asedio a Tenochtitlan.
Finalmente, el último forma parte de un grupo de poemas melodramáticos creados
con el objetivo de ser representados. Este poema narra desde la llegada de los
españoles a Tenochtitlan hasta la derrota final.

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