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La reducción inmotivada de categoría profesional como acto hostil no se determina en función

a la variación de la remuneración efectivamente percibida, sino en los excesos de los límites a


la facultad del ius variandi del empleador. Ello debido a que un cambio legítimo de funciones
no implica desconocer los derechos remunerativos ya adquiridos. En ese sentido, cualquier
cambio de funciones o puesto de trabajo que signifique una rebaja de categoría profesional
que se realice sin un motivo debidamente justificado (en función del perfil y las cualidades
profesionales del trabajador) y las necesidades reales de la empresa, vulnera los límites legales
estipulados por la ley y el precepto constitucional del respeto a la dignidad del trabajador.

 Así lo estableció la Sala de Derecho Constitucional y Social Permanente de la Corte Suprema


en la sentencia casatoria laboral N° 6961-2012-Junín. En el medio impugnatorio, interpuesto
por la trabajadora demandante, se exigía su reposición en el cargo de supervisora de
almacenes en el que se desempeñaba anteriormente, por haberse cometido en su contra
hostilidad laboral por rebajo de categoría al asignarle el puesto de “analista de compras”.

 A criterio de la Sala, la variación de las funciones asignadas no necesariamente implica una


rebaja en la categoría profesional, sin embargo de hacerse de forma inmotivada e irrazonable
será calificada como un acto de hostilidad equiparable a un despido arbitrario, tal como se
desprende de lo estipulado por el artículo 30 del TUO de la Ley de Productividad y
Competitividad Laboral, Decreto Supremo N° 003-97-TR, y del artículo 49 del Reglamento de
Ley de Fomento del Empleo.

 Si bien el empleador tiene la potestad de dirigir y organizar la actividad laboral dentro de la
empresa, no puede –afirma la Sala– realizar esto fuera de los límites establecidos por la
Constitución y las leyes. Precisamente, la dignidad del trabajador en tanto persona humana es
uno de los límites que la Norma Fundamental ha impuesto al ius variandi del empleador (art.
23).

 En esa misma línea, señala la Corte Suprema, constituye una trasgresión a los preceptos
constitucionales la reasignación de un trabajador a un puesto de labores que corresponda a
una categoría profesional inferior para la que fue contratado. En dicha medida, corresponde al
empleador buscar un equilibrio entre el adecuado funcionamiento de una empresa (con los
cambios que este requiera realizar con el devenir del tiempo) y el respeto por la dignidad del
trabajador.

 Finalmente la Corte precisa que una de las características de la relación laboral es el carácter
personalísimo de esta, lo que implica que un trabajador es contratado de acuerdo a las
funciones a realizar y las cualidades que posee que lo ubicarán en una determinada categoría
profesional. Es por ello que el trabajador, al momento de celebrar un contrato laboral, así
como al ser promovido o asignado a diversas áreas, tendrá la certeza de prestar servicios
relacionados con su categoría en el puesto de trabajo en que se desempeñe.
B. Disminución de Sueldo

En el caso de reducción de sueldo no es válido cuando se da de una manera unilateral, en el


inciso b) del artículo 30 del Decreto Legislativo 728 menciona:

Artículo 30.- Son actos de hostilidad equiparables al despido los siguientes:

b) La reducción inmotivada de la remuneración o de la categoría

Es decir que la disminución de los sueldos que puede percibir un trabajador debe de estar
acordado con el empleador, jamás de forma unilateral. Asimismo debe de darse de forma
justificada como por ejemplo los descuentos que se realizan por llegar fuera del horario
establecido, u otro tipo de sanciones que se deben establecer previamente con el contrato que
se firmó al momento de contratar con el trabajador.

Asimismo la reducción del sueldo es equiparable a la transgresión del principio de


irrenunciabili8dad de derechos, ya que el trabajador tiene derecho a percibir su sueldo de
forma íntegra.

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