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AVENTURA DE ORACIÓN MAYO 2023

Bienvenido a esta nueva y apasionante aventura de oración. Estamos a la


expectativa de a dónde nos llevará Dios a través del Salmo 91.

La seguridad de la protección de Dios. Este salmo comienza afirmando


cuál es el mejor lugar donde podemos habitar: al abrigo de Dios y bajo su
sombra. Ese es el único lugar donde estamos real y completamente
seguros.

Muchos han notado el carácter maravilloso de este salmo. Algunos lo han


identificado así: “Este Salmo es una de las mayores posesiones de los
santos”. “En toda la colección no hay un Salmo más alentador, su tono es
elevado y sostenido en todo momento, la fe está en su mejor momento y
habla noblemente”. Es que, en realidad, el Salmo 91 nos presenta a Dios
como nuestro refugio en medio de cualquier situación.

Así que, comencemos. Es importante que vayas recorriendo una estación


a la vez y en el orden numérico para que puedas experimentar lo que Dios
tiene para ti en esta noche.

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Estación #1. La protección, el consuelo y el cuidado de Jehová

Salmo 91:1, “El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra
del Omnipotente”

Las primeras líneas del Salmo 91 parecen llevar esa idea todavía más
lejos. Moisés habló de Dios como la morada, la habitación, el hogar del
hombre.
La morada refiriéndose a ella como el Abrigo y describiendo una total
seguridad.

Al encomendarnos a su protección poniéndonos diariamente bajo su


cuidado, estaremos seguros

Dios nos brinda un lugar secreto en el cual encontramos la paz y la


seguridad que solo Él puede otorgarnos. Pero no representa este lugar un
espacio físico sino más bien uno espiritual donde su presencia nos brinda
la fortaleza para sobreponernos a las preocupaciones y cargas.

ACCIONEMOS:
 Dedica en este momento un tiempo para darle gracias a Dios por su
presencia protectora sobre tu vida. Exprésale tu deseo de
mantenerte bajo su cuidado en todo momento.
 Repite el versículo apropiándote de lo que dice. Por ejemplo: “Yo
habito al abrigo de mi Dios poderoso, y estoy bajo su sombra. El
ángel de Jehová acampa a mi alrededor y me defiende.” (Salmo
34:7)

2
Estación #2. Mi Dios, en ti confío

Salmo 91:2, “Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; mi Dios, en


quien confiaré”

El versículo empieza con una orden que el salmista se da a sí mismo: se


proclama a sí mismo una verdad. Se está hablando a sí mismo. Le está
hablando a su alma. Y es que a veces como cristianos olvidamos que el
poder de la palabra proclamada, mentalmente o a viva voz, multiplica
grandiosamente su valor liberando un poder que de otra manera
quedaría reprimido.

Al pronunciar las palabras del salmista reconociendo al Señor como


nuestra roca, nuestro castillo y esperanza, estamos declarando su señorío
sobre todas las cosas y abriendo la puerta al lugar secreto. Nos estamos
poniendo bajo su autoridad.

La proclamación del Señor como esperanza, como castillo, como “Mi”


Dios y “mi” protección, simboliza una metáfora de lo que Dios representa
para nosotros. Es nuestra esperanza, nuestro castillo, podemos confiar en
él.

ACCIONEMOS
 Repite este versículo varias veces.
 Ahora, aprópiate de lo que dice, hazlo tuyo: “Mi Dios, eres mi
esperanza y mi castillo, por lo tanto confío en ti”
 No importa por lo que estés pasando, recuerda esta verdad, Dios es
tu esperanza y tu castillo, sigue adelante poniendo tu confianza en
él.

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Estación #3. Estás bajo sus alas, Dios te libra del lazo de la opresión

Salmo 91:3-4, “El te librará del lazo del cazador, de la peste destructora. 4
Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas estarás seguro; escudo y
adarga es su verdad.”

Este versículo 3 constituye la manifestación de dicha promesa al


hablarnos de la protección contra dos tipos de trampas: la liberación del
lazo del cazador, y de la peste destructora.

El lazo del cazador es la trampa de aquellos que pueden maquinar contra


nosotros; malas intenciones, envidia, tentaciones que el enemigo pone en
nuestro camino para probar nuestra fe, justo como el cazador que coloca
ante su presa obstáculos para hacerla caer prisionera. Junto a DIOS esos
lazos que son venenos morales que llevan a destrucción no nos alcanzan,
porque Él nos guía un paso delante de ellos.

El salmista usa una expresión directa: la peste destructora; es la imagen


usada que nos muestra con claridad la magnitud de su protección.

La forma más clara en la que podemos ver la protección de Dios sobre


nuestras circunstancias es a través de su palabra, la Biblia. Y la Biblia nos
enseña que la palabra de Dios es verdad; por eso nos dice el salmista en el
versículo 4, que su verdad, su palabra es nuestro escudo.

ACCIONEMOS
Recuerda algunos pasajes que hablen acerca de lo que estás
experimentando el día de hoy. Repítelos varias veces.
Por ejemplo, Salmo 34:7; Filipenses 4:19; Santiago 1:5; Filipenses 4:13;
Isaías 26:3-4; Isaías 40:29-31

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Estación # 4. No temerás frente a la oscuridad

Salmo 91:5-6, “No temerás el terror nocturno, ni saeta que vuele de día,
6 Ni pestilencia que ande en oscuridad, ni mortandad que en medio del
día destruya”

La noche antes de una batalla es preludio del más atrapante miedo. El


temor de perder la vida. Esa experiencia aterradora de los guerreros de la
época es aquella que nos embarga cuando pensamos que solo nos
tenemos a nosotros mismos para superar las pruebas de la vida. Es allí
donde este pasaje nos consuela: No le temas al temor. Y es eso lo que
Dios espera de nosotros; no que pensemos, “si pudiera creer lo suficiente,
quizás estaría protegido”. No. Sino que en su lugar declaremos: pase lo
que pase, me encuentro protegido porque he recibido la promesa del
Señor.

Del mismo modo tendremos que proceder con las saetas que …

ACCIONEMOS
 Lee varias veces Isaías 41:10
 Dedica unos minutos para memorizarlo
 Aprópiate de lo que dice Dios en este pasaje

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Estación #5. La Esperanza supera al mal. Aunque a otros les esté
sucediendo, no tiene que sucederte a ti

Salmo 91:7-8, “Caerán a tu lado mil, y diez mil a tu diestra; mas a ti no


llegará. 8 Ciertamente con tus ojos mirarás y verás la recompensa de los
impíos.”

Este versículo reafirma la seguridad de la que gozamos todos aquellos que


plenamente hemos puesto nuestra confianza en Dios. A su vez nos da la
garantía de que El Señor será nuestro refugio en tiempos de angustia.
Nuestra protección en momentos de peligro espiritual y físico, nuestro
Padre protector que se encargará de las trampas y maquinaciones que
nuestros enemigos puedan plantar en nuestra vida.

Muchas cosas podrán pasar a nuestro alrededor, podrán caer “miles a


nuestra derecha o izquierda”, pero los que decidieron seguir el camino
del creador se mantendrán de pie ante cualquier plaga.

ACCIONEMOS
 Reflexiona en todas las veces en las que Dios te ha librado de un
problema.
 ¿Puedes también recordar las recompensas que has recibido de Dios
al haber esperado?
 Escribe en un papel

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Estación #6. No Te Sobrevendrá Mal

Salmo 91:9-10, “Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza, al


Altísimo por tu habitación, 10 No te sobrevendrá mal, ni plaga tocará tu
morada”

En este punto del Salmo 91 encontramos una nueva dimensión en la


protección que el Señor nos ofrece, la noción de colectividad. En este
sentido nos abre la puerta a ser determinados en el ejercicio de la fe, pero
ya no para nosotros mismos sino también para nuestra casa. Y es que
Dios tiene presente que, si estas promesas estuvieran solo disponibles
para nosotros, no serían completamente consoladoras.

Por ello en el versículo 10 se resalta que el mal no nos sobrevendrá, pero


a su vez nos indica que tampoco lo hará para nuestra morada, nuestro
hogar, y con ello tampoco a nuestros seres queridos.

ACCIONEMOS
 Completa la siguiente frase con los nombres de tus familiares
 “Que mayor gozo que saber que Dios no solo cuida por ____”
 Agradece a Dios por la protección que Dios te da

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Estación #7. Sus ángeles cerca de ti

Salmo 91:11-13, “Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, que te


guarden en todos tus caminos. 12 En las manos te llevarán, para que tu
pie no tropiece en piedra. 13 Sobre el león y el áspid pisarás; hollarás al
cachorro del león y al dragón”

En la Biblia (1 Pedro 5:8; Apocalipsis 12:9) se describe al enemigo


utilizando la metáfora de que este es encarnado en el león la serpiente y
el dragón. Deseando siempre nuestro mal y destrucción, querrá hacernos
caer; pero es ya un enemigo vencido. En estos versículos del Salmo 91
encontramos la continuación de la promesa de protección, que a pesar de
ser respaldada en esa metáfora, la encontramos de manera real en varios
capítulos de las santas escrituras: Dios protegió al pueblo de Israel de la
mordedura de la serpiente. Daniel no fue tocado por ninguno de los
leones en el foso. Sansón venció a un león Y así, podríamos seguir. La
verdad es que Dios lo ha cumplido.

ACCIONEMOS
 ¿Puedes recordar un pasaje de la Biblia en la que se menciona algún
personaje que haya sido librado milagrosamente por Dios?
 ¿Puedes recordar una ocasión en la que Dios te ha librado
milagrosamente?
 Toma tiempo dando gracias a Dios por su protección en cada detalle
de tu vida

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Estación #8. Tenemos la libertad de honrar a Dios con nuestras ofrendas

Salmo 91:14-16, “Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo


libraré; le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre. 15 Me
invocará, y yo le responderé; con él estaré yo en la angustia; lo libraré y le
glorificaré. 16 Lo saciaré de larga vida, y le mostraré mi salvación”

Teniendo una promesa así, ¿cómo no estar agradecidos con Dios? Un Dios
que inclina su oído a nuestro clamor y responde milagrosamente. Una
forma de agradecimiento es a través de nuestras ofrendas. Pero, no para
obtener algo de Dios, sino porque ya nos ha concedido sus promesas.
(Proverbios 3-9-10)

Todos buscamos la satisfacción económica para nuestra vida, un estado


en donde las posesiones que tengamos se conviertan en un recurso más
para vivir contentos, pero no todos alcanzamos esa satisfacción porque
creemos que ella está en la abundancia de lo que queramos tener, y la
codicia, la avaricia y la envidia nublarán nuestro corazón con desdicha,
insatisfacción y angustia, y nos motivará a buscar más riquezas,
haciéndonos creer que nunca podremos hallar esa satisfacción. (2
Corintios 9:7-8)

ACCIONEMOS
 Platica con Dios poniéndote bajo su cobertura: “Gracias Dios por lo
que eres en mi vida. Me coloco bajo la sombra de tus alas. Gracias
por tu respuesta cada vez que hablo contigo. Gracias por tu
protección en todo momento”.
 Pon tus finanzas en las manos de Dios. Dale gracias por su provisión
diaria. Dale gracias porque nunca te ha faltado nada. (Salmo 37:25)
 Decide si vas a ofrendar en este momento, pon tu ofrenda en un
sobre con tu nombre.

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Estación #9. Celebrando la cena del Señor (Comunión)

La Cena del Señor es un acto del que deben participar los creyentes. Al
hacerlo, recordamos la muerte de Jesucristo en la cruz, pagando el precio
de nuestro pecado. Somos invitados a participar de la comunión cada vez
que tenemos oportunidad.

(1 Corintios 11:23-26) Toma el pan y come recordando el cuerpo de Cristo


que fue entregado por ti. Agradece a Dios. Ahora toma el jugo recordando
la sangre de Jesús derramada por ti en la cruz. Dale gracias a Dios al
tomar.

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