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Tipo de trabajo
Libro completo.
El capítulo 10 presenta a otro teólogo escocés con una búsqueda de santidad en su vida sin
igual. Su trabajo como pastor valió para que muchos creyentes despertaran a la verdadera
religión, restaurando elementos como el culto familiar y la observación de la Santa cena. Su
contribución más destacada fue la teología federal, bajo la que explicaba los pactos de
obras y gracia junto con la libre oferta del evangelio.
El capítulo 11 relata las vidas de los hermanos Ebenezer y Ralph Erskine, desde sus
primeros años hasta los desarrollos de sus ministerios. También cuenta las controversias en
las que se vieron envueltos, pero con la intención de mostrar que siempre quisieron vivir
con Cristo en el centro de su cristianismo.
En este capítulo 12 el autor sigue comentando acerca de los hermanos Erskine, pero esta
vez enfocado en su influencia, su predicación y el fundamento de esta. Los Erskine tenían
como base las promesas de Dios, creyendo aún que el evangelio mismo es una promesa. Su
influencia fue muy grande en la vida de los creyentes y su predicación con base en las
promesas es relevante hasta el día de hoy.
El capítulo 15 relata la vida y obra de Herman Witsius, comentando sus dones desde
temprana edad junto con su formación académica y teológica. Dentro de sus obras
destacadas se encuentran la economía de los pactos, en la cual describe un cuerpo completo
de divinidad y su hermenéutica basada en estos.
i. ¿Qué elementos abordados por el texto le parecieron interesantes? ¿Por qué razón?
Las biografías retratadas por el autor debido a que ejemplifican el impacto real que
debe tener el cristianismo en la vida del creyente. Me muestra lo lejos que está el
cristianismo contemporáneo de un verdadero vivir cristiano.
Las prácticas puritanas. Me parece que son prácticas fundamentales y a la vez muy
olvidadas en el cristianismo actual y que, con mucha seguridad, son la causa del
declive de la santidad en los profesantes de hoy.
La profundidad del tesoro de las Escrituras. Más que ningún otro grupo de
creyentes, el autor a través de los puritanos me ha mostrado el pozo insondable que
es la Palabra de Dios. Es realmente impactante todo lo que la Palabra produjo en
estos hombres y todo lo que ellos produjeron a partir de la Palabra.
En el capítulo final el autor menciona “Al conocimiento del corazón no le hace falta
el conocimiento de la mente, pero al conocimiento de la mente sí le puede hacer
falta el conocimiento del corazón (Rom.10:8-21)”. Creo que es un error decir que al
“conocimiento del corazón no le hace falta conocimiento de mente” porque, ¿cómo
ha de identificar el creyente si los sentimientos de corazón provienen realmente de
Dios? Creo que tanto el conocimiento de mente y de corazón son totalmente
necesarios el uno para el otro en el crecimiento y la seguridad del creyente.
Leer este libro fue como pasar mi corazón (y mi vida con él) a través de un escáner
espiritual que detectó todas las enfermedades y defecciones que tengo sin haberme
dado cuenta. Fue leña para el fuego que Dios inició en su momento en mi corazón.
Me insta a estudiar la Palabra, vivirla, profundizarla, compartirla, atesorarla, etc. La
vida de los puritanos y las prácticas extraídas de ellos me hace examinar mi vida y
preocuparme por lo poco preocupado que he estado y el tiempo que he perdido tan
neciamente. Sin duda es un libro que volveré a leer y son prácticas que me esforzaré
por vivir.
Conclusiones
La seguridad del creyente no debe ser confundida con su salvación como tal. La verdadera
seguridad descansa en las promesas de Dios y luego en la experiencia del creyente a través
de los medios de gracia y de silogismos. La falta de seguridad del creyente principalmente
se debe a su propio descuido de sus quehaceres espirituales para con Dios.
El objetivo principal de John Brown a través de toda su vida y de sus obras fue cultivar el
amor de Cristo en el alma del creyente.
Los ministros deben buscar la gracia para edificar la casa de Dios con la sana doctrina y la
predicación y además con el corazón santificado. La doctrina debe dirigir la vida del
creyente y su vida debe adornar la doctrina.
Cristo debe ser el único gobernante sobres iglesia. La iglesia no debe ser dirigida para los
propósitos egoístas de un ministro y para los estándares mundanos de la congregación. De
la misma manera, la centralidad de Cristo en el corazón debe llevarnos a la preocupación
ministerial por la congregación, buscando formar a Cristo en ellos a través de las visitas
familiares, la catequesis y la oración.
Los sermones de los hermanos Erskine son más contingentes que nunca. Su claridad y
precisión al estudiar y predicar la Palabra es un ejemplo que debe ser considerado en el día
de hoy por los ministros. Los Erskine fueron Cristo-céntricos, su Cristo-centralidad, su
atención al Padre y al Espíritu Santo y su énfasis en las promesas incondicionales de Dios
son el fundamento de su predicación. Los ministros de hoy deben aprender de su ejemplo
tanto en el estudio como en la predicación de la Palabra de Dios.
Los cristianos de este tiempo deben seguir el ejemplo de los cristianos del Puritanismo
Inglés y la Segunda Reforma Holandesa en lo que concierne a la profundización de las
grandes doctrinas de la Palabra, la libertad bajo la gracia y el horror por el pecado, la
santificación y el regreso a la doctrina de la Reforma.
La iglesia debe luchar por una continua reforma de doctrina, adoración y vida.
Herman Witsius fue uno de los primeros teólogos que estableció relaciones entre la
doctrina del pacto y la elección. Su obra sobre la teología del pacto se convirtió en una obra
estándar en Europa. Su preocupación por la piedad y pureza de la iglesia se ve en todos los
escritos y estudios que realizó
Ferlinghuysen, con todas sus debilidades y defectos, además de su carácter poco pacífico,
fue utilizado poderosamente por el Señor para su obra en América, utilizándolo para insistir
constantemente en el arrepentimiento verdadero, la fe viva y la santificación.
La santidad es un trabajo diario que todo creyente verdadero dará como fruto puesto que
está inseparablemente unido a su justificación. Sin embargo, no se debe pensar que la
santidad será una obra mágica del Espíritu Santo, sino que demanda negación y esfuerzo
por buscarla continuamente cada día de nuestras vidas.