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SALMO 91
Proverbios 18:10
Introducción
En estos tiempos donde hemos experimentado terremotos y calamidades en
distintos lugares del mundo, este hermoso Salmo nos hace recordar que en medio
de la tribulación, Dios es nuestro amparo y fortaleza. Trataremos los siguientes
puntos:
1) Seguridad en DIOS
2) La confianza vence el temor
3) La Suficiencia de DIOS
4) La Supremacía de DIOS
Lección
2. La confianza vence el temor. – El creyente nunca está solo, puede ser que esté
pasando por tentaciones y pruebas, pero dentro de la Fortaleza que es nuestro
SEÑOR, encuentra el amparo y la protección necesaria. ¡Cuánto necesitamos a
Dios TODO el tiempo y en todo lugar! Es por eso que al poner la confianza en el
SEÑOR, es como entrar en un Castillo Fuerte, bajo la Protección del Todo
Poderoso.
a. Matthew Henry nos dice en su comentario que, se cuenta que Martín Lutero, el
gran Reformador del siglo 16, cuando oía malas noticias decía: ¡Vamos a cantar el
salmo 46![1]
b. Debemos notar que una cosa es el confesar a nuestro SEÑOR como nuestra
fortaleza, y otra es el poder decir como el verso dos: “no temeremos aunque se
desmorone la tierra y las montañas se hundan en el fondo del mar.” Y eso es lo más
importante.
a. El salmista observa que la Paz de Jerusalén, la Ciudad de Dios, con el lugar santo
en ella, o sea el Templo donde Dios daba a conocer su Nombre, estaba seguro por
DIOS. En otras palabras, la Presencia de Dios es comparada a: río cuyas corrientes
alegran la ciudad de Dios, la santa habitación del *Altísimo.
i. “Es como el árbol plantado a la orilla de un río que, cuando llega su tiempo, da
fruto y sus hojas jamás se marchitan. ¡Todo cuanto hace prospera!”
i. “Porque así como el Padre resucita a los muertos y les da vida, así también el Hijo
da vida a quienes a él le place.22 Además, el Padre no juzga a nadie, sino que todo
juicio lo ha delegado en el Hijo,23 para que todos honren al Hijo como lo honran a
él. El que se niega a honrar al Hijo no honra al Padre que lo envió. 24 »Ciertamente
les aseguro que el que oye mi palabra y cree al que me envió, tiene vida eterna y no
será juzgado, sino que ha pasado de la muerte a la vida.”
c. Concluimos con las palabras del gran predicador del siglo 19, Charles Spurgeon:
i. “No olvidemos el hecho de que Dios es nuestro refugio tanto ahora mismo, en
este presente momento, como lo era cuando David escribió estas palabras. Dios
solo es nuestro todo. Todos los demás refugios son refugios de mentiras; toda otra
fuerza es debilidad, porque el poder pertenece a Dios; pero como Dios es suficiente
en todo, nuestra defensa y poder están a la altura de todas las situaciones
apuradas.”[2]
¿Quién hubiera pensado que Dios le estaba dando a Moisés cuarenta años
en el desierto para entrenarlo, en el mismo desierto, por donde él guiaría
al pueblo de Dios?
EMPECEMOS EN ORACION
“De toda la colección de salmos, no hay un salmo más lleno de gozo que el
Salmo 91. Su tono es elevado y sostenido a través del salmo. La fe se
luce… está en su elemento… y habla noblemente.”
He dividido este estudio en tres partes: (I) Dios es Nuestro Refugio, (II)
Dios es Nuestro Protector, y (III) Dios es Nuestro Salvador.
Cuando la alabanza asciende al cielo, cosas increíbles pasan. Por eso es que
el Libro de los Salmos es tan importante. Por eso es que la adoración y la
alabanza son tan necesarias.
PAUSA
Así que les hago esta otra pregunta. ¿Tienes una relación profunda con
Dios? ¿Descansas en el abrigo del Omnipotente? ¿Pasas tiempo con Dios
todos los días orando y leyendo tu Biblia?
Este salmo ha sido escrito para exhortarte a que confíes en Dios, y para
que te apoyes en El en todo momento y en toda circunstancia.
Mientras esté ahí, no puede ver nada, pero aún así, está protegido y
seguro. Entonces la consejera abrió su Biblia al Salmo 91, y continuó, “Nota
que NO dice que bajo Sus alas podrás ver, sino que bajo Sus alas estarás
segura.”
3-13)
¿Significa eso que las creyentes estamos inmunes al peligro? ¡NO! Pero si
significa, que no importa cuales sean las batallas físicas, emocionales o
económicas que estemos pasando, el Señor es nuestro Protector. ¿Qué
más podemos pedir?
Lord Nelson, era un noble inglés cristiano, que vivía en Londres, cuando la
plaga devastó la ciudad en el siglo quince.
4 Con sus plumas te cubrirá, Y debajo de sus alas estarás seguro; Escudo y
adarga es su verdad.
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Sin duda que se habían ganado, por lo menos, la bendición de Dios por
bendecir a los judíos… a la semilla de Abraham.
¡PERO NO! Una noche el tan temido golpeteo a la puerta llegó a su casa. De
ahí siguió el interrogatorio, las palizas, las indignidades, el infame viaje en
tren metidos en el vagón de carga como ganado, y al tan temido destino, el
campo de concentración de Ravensbrück.
Entonces ¿Dónde estaba Dios cuando todo esto estaba pasando? Dios no
nos promete inmunidad durante la persecución. Lo que El nos promete es ir
con nosotros a través del fuego, las aguas y el miedo.
Jesús nos promete en Mateo 28:20, “Les aseguro que estaré con ustedes
siempre, hasta el fin del mundo.” Pase lo que pase, Jesús nunca te dejaré
ni te abandonará.
PAUSA
Romanos 8:31 nos pregunta, “¿Qué diremos frente a esto? Si Dios está de
nuestra parte, ¿quién puede estar en contra nuestra?” La pregunta no es
simplemente, “¿quién puede estar en contra nuestra?”
Todas ustedes, que han tenido bebes, saben cómo es eso. Los
acariciamos… los engreímos… los apachurramos… se nos cae la baba
cuando sonríen. Son la alegría de nuestra vida. ¿Puede una mamá olvidar?
¡No creo! Pero aún si ella se olvidara, Dios nos dice en Isaías 49:15, ¡Yo no
te olvidaré!
Así que, sabiendo todo eso, ¿quién puede estar en contra tuya? ¿Puede la
muerte hacerte daño ahora? ¿Puede una enfermedad robarte la vida?
¿Puede alguien quitarte tu propósito, o disminuir tu valor? ¡NO!
11 Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, Que te guarden en todos tus
caminos.
Dios nos promete escoltarnos a nuestro hogar celestial. Eso no significa que
hagamos experimentos audaces con Dios… que hagamos cosas tontas, que
no son bíblicas, con la suposición que no importa lo que hagamos, nada
malo nos va a pasar. Eso es lo que el diablo quería que Jesús hiciera.
Nuestro Señor derrota a Satanás porque confía en Su Padre. Hay una gran
diferencia entre confiar en Dios… y ponerlo a prueba. Cuando nosotros
deliberadamente nos ponemos en peligro, demostramos que no
entendemos lo que su promesa de protección significa. Jesús resiste a la
tentación, y ángeles vienen a ministrarlo.
Y le mostraré mi salvación.
PAUSA
¿No es maravilloso saber que Dios nos escucha? Tu voz importa en el cielo.
Dios te toma muy en serio. Cuando entras a la presencia de Dios, no
tienes que preocuparte de que El te ignorará.
Aún cuando vaciles o tartamudees, aún cuando lo que tienes que decir no
impresione a nadie, impresiona a Dios. El escucha el ruego doloroso de la
viejita que está en un hospicio. El escucha la confesión tosca
del condenado a muerte.
Las promesas de Dios son para aquellos que lo aman y confían en El. Por
eso, hay bendiciones que algunas creyentes se pierden, simplemente
porque andan preocupadas y ansiosas, y no confían en Dios, como
debieran.
Aquí el salmista cita a Dios… diciendo que las bendiciones son para aquellas
que aman a Dios, que confiesan Su nombre, y que buscan satisfacción en lo
que solo Dios puede proveer. ¿Tú haces eso? ¿O tú todavía estás tratando
de encontrar satisfacción en el mundo? ¿Amas al mundo más de lo que
amas a Jesús?
TERMINEMOS CON UN CUENTITO BASTANTE SIMPATICO… PERO
PROFUNDO A LA VEZ…
Una mañana en 1950, estoy casi segura que Dios le dijo a San Pedro,
“¡Pedrito! ¿Adivina de quien recibimos oraciones esta mañana? San Pedro
le contestó, “Aquí arriba, yo ya he escuchado de todo.”
“Ay, esa obsesión es ridícula,” dijo Pedro, “¡Señor, me imagino les dirás
que no!” “Al contrario,” dijo Dios, “¡los voy ayudar!” Yo se algo que ellos no
saben. Realmente necesitan una casa, porque los suegros se van a mudar
con ellos.
“Yo sé, que por si solos, no pueden,” dijo Dios. “Pero ellos no están solos…
Yo estoy con ellos.” ► José y Luisa pidieron ayuda a la empresa donde José
trabajaba, pero se la negaron. Después de orar, la empresa decidió
ayudarlos.
¿Así que, qué crees? ¿Puedes confiar en Dios con tu futuro? ¡Puedes confiar
en que El te protegerá!
OREMOSLE AL SEÑOR
Padre, muchas veces nuestros problemas nos dan miedo. Confesamos que
somos débiles y frágiles ante ellos. Ayúdanos a no enfocarnos en ellos, sino
enfocarnos en Tu grandeza y poder. Permite que nuestros corazones
descansen plenamente en Ti.
Solo el hecho de saber que Tú eres nuestro Castillo Fuerte nos da paz y
seguridad… nos conforta…. Nos da consuelo y esperanza. Tu Palabra,
Señor, es un bálsamo para nuestra vida. Gracias por Tu misericordia. En el
nombre de Jesús. Amén