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En México, la Ley General de Salud en su artículo 344 establece que: “Los signos clínicos de muerte
encefálica deberán corroborarse por cualquiera de las siguientes pruebas: Electroencefalograma
que demuestre ausencia total de actividad eléctrica, corroborado por un médico especialista, o
cualquier otro estudio de gabinete que demuestre en forma documental la ausencia permanente
de flujo encefálico arterial”.
La actualización más reciente del Centro Nacional de Excelencia Tecnológica de México (CENETEC)
recomienda que la determinación de la muerte encefálica se realice utilizando los criterios clínicos
de la AAN propuestos en 2010. Dichos criterios se validaron en 1995 y siguen siendo vigentes y es
porque se ha demostrado que cuando se cumplen en pacientes adultos, no existen aún reportes
de recuperación neurológica.
La AAN establece que se deben cumplir 3 criterios: estado de coma, ausencia de reflejos de tallo
cerebral y apnea. Cualquier paciente que no cumpla con estos signos clínicos, NO tiene muerte
encefálica.
OJO CON LAS SIMULADORAS: Las condiciones clínicas que pueden simular la muerte son: síndrome
de enclaustramiento (también conocido como síndrome de Montecristo por el personaje de la
novela de Alejandro Dumas), enfermedades de la unión neuromuscular (por ejemplo síndrome de
Guillain-Barré), hipotermia e intoxicación por múltiples drogas y medicamentos.
EXPLORACIÓN NEUROLÓGICA
ESTADO DE COMA: Los reflejos de respuesta a estímulos dolorosos en las extremidades y en la cara
deben estar ausentes después de realizar presión en la región supraorbitaria, malar y en la
articulación temporomandibular. no confundir respuestas de tallo cerebral con otros reflejos
espinales. El más famoso de ellos es el denominado “signo de Lázaro”. El signo consiste en la
flexión rápida de los brazos hacia el pecho del paciente, aducción de los hombros y en algunas
ocasiones llevarse las manos debajo de la barbilla (por pruebas de hipoxia).
a. Reflejos pupilares: No debe existir reflejo fotomotor directo ni consensuado, debe existir
dilatación bilateral de las pupilas (4-6 mm)
PRUEBA DE APNEA: Desconectas, dejas O2 al 100% a 6 lt/min, tomas gaso a los 8 min y llevas a
desaturación a 60 mmHg, esto porque en la revista JAMA, quienes consideraban que 60 mmHg de
PCO2 es el máximo estímulo para el tallo cerebral para provocar la respiración. Si después de eso
no hay estímulo, se considera positiva.
Causas más comunes de muerte encefálica: TCE y hemorragia subaracnoidea. En niños la causa
más común es niño sacudido, seguido de accidentes y asfixia.
Síndrome de enclaustramiento: neurological condition associated with infarction of the ventral pons
commonly resulting from an infarct, hemorrhage, or trauma. The condition is most often caused by an acute
embolus to the basilar artery. The syndrome was described as quadriplegia, lower cranial nerve
paralysis, and mutism with preservation of only vertical gaze and upper eyelid movement. quadriplegia and
anarthria with preservation of consciousness.
Artículo 76 Sexiesdecies.
Para efectos de este capítulo, la pérdida de la vida tiene efectos jurídicos similares a los del
concepto de muerte, y ocurre cuando se presentan la muerte encefálica o el paro cardíaco
irreversible. La muerte encefálica se determina cuando se verifican los siguientes signos: I.
Ausencia completa y permanente de conciencia; II. Ausencia permanente de respiración
espontánea; III. Ausencia de los reflejos del tallo cerebral, manifestado por arreflexia pupilar,
ausencia de movimientos oculares en pruebas vestibulares y ausencia de respuesta a estímulos
nocioceptivos; y IV. Los demás supuestos establecidos en la Ley General de Salud. Se deberá
descartar que dichos signos sean producto de intoxicación aguda por narcóticos, sedantes,
barbitúricos o sustancias neurotrópicas.
Artículo 334.- Para realizar trasplantes de donantes que hayan perdido la vida, deberá cumplirse
lo siguiente:
I. Comprobar, previamente a la extracción de los órganos y tejidos y por un médico distinto a los que
intervendrán en el trasplante o en la extracción de los órganos o tejidos, la pérdida de la vida del donante, en
los términos que se precisan en este título;