Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Diremos que el debido proceso, se encuentra expresamente reconocido en el art. 139, inciso 3 de la
Constitución Política del Estado y prescriben que son principios y derechos de la función
jurisdiccional, la observancia al debido proceso y la tutela jurisdiccional efectiva.
Según se indica, ninguna persona, puede ser desviada de la jurisdicción predeterminada por la ley,
ni sometida a procedimiento distinto de los previamente establecidos, ni juzgada por órganos
jurisdiccionales de excepción, ni por comisiones especiales creadas al efecto, cualquiera sea su
denominación.
El Debido Proceso Legal no sólo es considerado como un derecho constitucional sino como derecho
fundamental; vale decir, uno de los derechos humanos exigibles al Estado moderno de derecho.
Mediante el debido proceso se garantiza que las reglas de organización judicial, competencia,
trámite de los juicios y ejecución de las decisiones de la justicia, se lleven a cabo respetando las
garantías constitucionales y legales vigentes (BERNALES BALLESTEROS, Enrique: “La
Constitución de 1993” Análisis Comparado, Konrad –Adenauer- Stifung, Primera Edición, 1996,
Lima-Perú, pág. 556).
Manifiesta que se puede establecer hasta tres características del derecho de defensa:
Naturaleza jurídica
Aníbal Quiroga define al Debido Proceso Legal como la institución del Derecho
Constitucional Procesal que “identifica los principios y presupuestos procesales mínimos
que debe reunir todo proceso judicial jurisdiccional para asegurar al justiciable la certeza,
justicia y legitimidad de resultado” (Citado por Enrique Bernales B, Op. Cit., Pág. 556).
Según define Julián Pérez Porto, el debido proceso, es un principio general del derecho, que
establece que el Estado, tiene la obligación de respetar la totalidad de los derechos que la
ley reconoce a cada individuo.
En la base de todo orden procesal está el principio y con él, el derecho fundamental a la justicia,
entendida ésta como la existencia y disponibilidad de un sistema de administración de la justicia,
valga decir, de un conjunto de mecanismos idóneos para el ejercicio de la función jurisdiccional del
Estado. Dentro de ese concepto se pretende declarar el derecho controvertido o restablecer el
violado, interpretándolo y aplicándolo imparcialmente en los casos concretos; lo cual comprende, a
su vez, la existencia de un conjunto de órganos judiciales independientes especializados en ese
ejercicio, la disponibilidad de ese aparato para resolver los conflictos que origina la vida social en
forma civilizada y eficaz y el acceso garantizado a esa justicia para todas las personas, en
condiciones de igualdad y sin discriminación.
El derecho a que la justicia se administre en forma cumplida y prontamente, tiene que ver por una
parte, con el “derecho a una sentencia justa”, y por otra, con el desarrollo de la tesis de que la
duración excesiva y no justificada de los procesos penales constituye una grave violación del
derecho a una justicia pronta, de conformidad con los artículos 8 y 7.4, 7.5 y 7.6 de la Convención
Americana.
En los términos más generales, el principio de legalidad en un Estado de Derecho postula una forma
especial de vinculación de las autoridades e instituciones públicas al ordenamiento jurídico a partir
de su definición básica, según la cual, toda autoridad o institución pública solamente puede actuar
en la medida en que se encuentre facultada para hacerlo por el mismo ordenamiento.
Existe una estrecha relación entre los derechos humanos y el proceso penal que se genera en la
propia naturaleza de este tipo de proceso donde se compromete la libertad personal del imputado.
Es allí donde se presentan mayores violaciones a los derechos fundamentales, especialmente, en la
etapa investigativa al momento de recopilar la prueba. Si a ello se le suma la carencia de asistencia
letrada en esa fase inicial, o si se obstaculiza la comunicación abogado imputado, tenemos que es
aquí donde los derechos procesales desarrollan su máximo potencial como derechos fundamentales.
Como aspectos generales el derecho de defensa en materia penal, debe ser no sólo formal, sino
también material, es decir, ejercido de hecho, plena y eficazmente, lo cual implica además, el
derecho a hacer uso de todos los recursos legales o razonables de defensa, sin exponerse a sanción
ni censura algunas por ese ejercicio, así como la necesidad de garantizar respeto al imputado y a su
defensor. Al primero, en virtud de su estado de inocencia hasta no haber sido condenado por
sentencia firme; al segundo, por su condición de instrumento legal y moral al servicio de la justicia,
cualquiera que sea la persona que defienda y el tipo de causa o la gravedad de los hechos que se le
atribuyan.
BIBLIOGRAFÍA:
https://www.corteidh.or.cr/tablas/a17762.pdf
https://www2.congreso.gob.pe/sicr/tradocestproc/clproley2001.nsf/pley/
5C80BB8F67A05F4305256D25005CB0B1?opendocument#:~:text=El%20debido%20proceso
%20es%20un,cuando%20se%20ejercitan%20los%20derechos
https://lpderecho.pe/debido-proceso-justicia-peruana/