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3.

La redacción del informe

El proceso de redacción

Con la indagación previa realizada, se comienza a redactar el informe. Para ello se deben
considerar algunos aspectos de relevancia como son los siguientes: todo informe debe contener un
objetivo general y un determinado número de objetivos específicos. Ellos deben ser redactados de
tal manera que al desarrollar el trabajo, no queden aspectos importantes sin tratar.

El objetivo general se refiere al propósito del tema que se informa o del problema estudiado. Está
constituido por el qué de la materia, el cómo se trata y el para qué se trata. Es la guía que brinda
los elementos básicos, de ahí que debe ser sólidamente fundamentado. Los objetivos específicos
se derivan del objetivo general; son guías esenciales para alcanzar lo propuesto en aquel.

Lo deseable es que de los objetivos se puedan extraer algunos indicadores de carácter verificable,
con lo cual se evita el riesgo de las generalizaciones en el momento de desarrollarlos.

4. La justificación

Los informes tienen su origen en una necesidad (petición, respuesta a un problema, observación...)
De ahí que se necesita redactar una justificación del porqué se está presentando. En la justificación
se incluye el propósito (objetivo general) y los objetivos específicos. La justificación contiene el
marco de referencia y las ideas de lo que se va a tratar en su desarrollo. Este apartado es una
referencia a lo que contiene el cuerpo del trabajo, teniendo como norte atraer la atención del
destinatario y de cualquier posible lector. Es el inicio de un pensamiento, y como tal, debe ser
lógico, congruente y sintácticamente bien elaborado. La concatenación de las ideas se construye
desde el inicio. La concatenación es sinónimo de congruencia de pensamiento, de unión de partes
y de síntesis. Es sinónimo de conocimiento suficiente del uso de tiempos verbales, personas
gramaticales, periodos, datos, hechos y citas.

La justificación es un esfuerzo para plantear, desde un inicio, los hechos de modo claro y sencillo,
sin perder por ello la rigurosidad técnica que lo respalda. Es una forma de crear una orientación
que guía al lector sobre el propósito del informe y su pertinencia en tiempo y espacio.

5. El desarrollo

Realizada la justificación, el informe continúa con el desarrollo de los objetivos planteados al inicio.
En el desarrollo se deben tener en cuenta los objetivos, para que el texto trate en extenso lo que
dijo que iba a tratar. Este apartado ha de ser congruente, lo cual significa que las ideas se deben
presentar debidamente concatenadas.

Una idea debe explicarse por sí misma; no hay que dar nada por entendido. La fundamentación de
cada idea es la base de una construcción sólida del mensaje. Cada párrafo ha de contener una
idea desarrollada en forma lógica y por tanto bien sustentada.

El desarrollo es la sucesión de ideas para llegar a un propósito determinado. Es aquí en donde el


dato verificable, la indagación bibliográfica y con personas conocedoras del tema cobran
relevancia, puesto que forman parte de las fuentes que apoyan el criterio expresado.

Es necesario el ejercicio de la creatividad para no caer en redundancias, juicios de valor,


exposición de datos sin mayores relaciones con el texto y la falta de síntesis.
El desarrollo es el corpus del trabajo, de tal modo que dentro del texto debe ser adecuadamente
distribuido; en este sentido el esquema que se elaboró al inicio cobra relevancia como una guía
para no dejar por fuera elementos que pueden ser importantes.

Un desarrollo lógico permite una mayor identificación por parte del lector con la exposición de las
ideas presentadas en el texto.

La combinación de hechos, la reelaboración de ellos en forma de ideas y la síntesis, son elementos


consustanciales del desarrollo del informe. El uso adecuado de las referencias, cuando se
requieran, forma parte de un hilo conductor de la exposición.

Se puede haber recogido muchos datos, pero al momento de expresarlos y combinarlos no se


aprovechan al máximo, precisamente porque falla la concatenación o el pensamiento lógico para
combinar, sintetizar e interpretar. Muchas veces ante el cúmulo de datos, quien debe interpretarlos
se obnubila, a pesar del esfuerzo que haya puesto para recopilarlos. Ello suele suceder por la falta
de un esquema lógico de exposición.

6. Las conclusiones

Las conclusiones deben estar ligadas con el propósito general y con el objetivo u objetivos
planteados. Las conclusiones constituyen la síntesis ordenada de los hallazgos y expresan la
calidad del análisis realizado, por su solidez y criterio expresado. El manejo de la información ha de
ser lo suficientemente completo, para que cada conclusión sea acertada.

Por la forma como ellas se exponen, las conclusiones reflejan hasta dónde se ahondó en el tema
tratado. Son el criterio justificado con base en hechos o datos analizados, lo cual las aleja de todo
juicio de valor. El criterio justificado es lo que le da el carácter de objetividad requerido y la
rigurosidad en la exposición del pensamiento. La rigurosidad de exposición es la que se sustenta
en una ilación desde el principio.

No es tanto la cantidad de las conclusiones lo que le da validez a una exposición, sino la calidad de
estas, la cual se mide por la lógica, la coherencia y la claridad. De hecho, que la cantidad está
determinada por los objetivos planteados, a fin de que ningún objetivo se quede sin ser tratado en
este apartado del informe.

En esta parte se recogen las ideas planteadas en el desarrollo del trabajo. Las conclusiones
reflejan los hechos más notorios que por tales deben ser resaltados para fundamentar las
recomendaciones que del trabajo se deriven. Constituyen una posición que se extrae del propio
desarrollo del texto y su esencia está en el análisis que hasta ese momento se ha realizado con
respecto al objeto de estudio.

De las conclusiones, Armando Asti Vera anota:

"La conclusión debe proporcionar un resumen, sintético pero completo, de la argumentación, las
pruebas y los ejemplos (si se presentan) consignados en las dos primeras partes del trabajo. Esta
parte debe poseer las características de lo que hemos llamado síntesis. En primer lugar, la
conclusión debe relacionar las diversas partes de la argumentación, unir las ideas desarrolladas.
Es por esto que se ha dicho que, en cierto sentido, la conclusión es un regreso a la introducción: se
cierra sobre el comienzo(...) Queda así en el lector la impresión de estar ante un sistema armónico,
concluso en sí mismo". (A. Asti V. 170)

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