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Psicologia General
ASIGNATURA:
Matematicas II
TEMA:
Practica Final
PROFESOR:
Mercedes Digueya Pérez Ramírez
ESTUDIANTE: MATRICULA:
Elismel Pérez Marte 2022-0705
FECHA:
23/04/2023
Temas a desarrollar:
Sucesiones Geometricas
Matematica: Ada Lovelace
Matematica en Roma
INTRODUCCIÓN
Sucesión Geométrica
Una sucesión geométrica es aquélla en la cual el cociente entre dos términos consecutivos
es una constante llamada razón r y puede ser positiva o negativa. Una progresión
geométrica es una sucesión de números reales llamados términos, en la que cada término
se obtiene multiplicando el término anterior por una constante denominada «razón» o
«factor» de la progresión. Las sucesiones geométricas se caracterizan por tener una razón
común, la cual es multiplicada por el último término para encontrar el siguiente término.
Es posible encontrar cualquier término en una sucesión geométrica usando una fórmula.
Por ejemplo:
La serie geométrica nos puede ayudar a analizar los beneficios relativos de dos estrategias
diferentes para el tenis y otros juegos similares - una estrategia agresiva y una estrategia
más conservadora.
Lovelace fue la única hija legítima del poeta lord Byron y Anna Isabella Noel Byron. Byron
se separó de su esposa un mes después del nacimiento de Ada y dejó Inglaterra para
siempre cuatro meses después.
Los romanos eran un pueblo práctico, poco dado a las innovaciones científicas.
La mayor utilidad que sacaron de las matemáticas fue la agrimensura que utilizaba el
álgebra y la geometría para medir terrenos, aplicar fronteras a las ciudades, hacer puentes
entre otras cosas. Los romanos diferenciaban entre geometría y matemáticas, la primera
se enseñaba en las escuelas, pero el “arte de las matemáticas”, es decir la astrología, fue
condenado ya que se consideraría una herejía.
Una de las causas del poco uso que tuvieron los romanos de las matemáticas fue que para
los romanos, los astrólogos recibían el nombre de mathematicii y la astrología era
condenada en tiempos de los romanos. Pero el final del imperio romano no supuso un
avance en términos científicos sino más bien un retroceso ya que tanto los cristianos
como los musulmanes se dedicaron a destruir todo tipo de libros al considerarlos
“paganos”. Un ejemplo de esto fue que en el año 640 tras la toma de Egipto por rebeldes
mahometanos, los libros fueron destruidos basándose en la proclama dada por Omar, el
conquistador árabe:
“Los libros, o bien contienen lo que ya está en el Corán, en cuyo caso no tenemos que
leerlo, o bien contienen lo contrario de lo que está en el Corán, en cuyo caso no debemos
leerlo”.
Desarrollo
Sucesiones Geométricas
Las sucesiones geométricas son sucesiones en las que el siguiente número en la sucesión
es encontrando al multiplicar el término previo por un número llamado la razón común. La
razón común es denotada por la letra r.
Cuando se habla del N-ésimo Término de una sucesión nos referimos a la regla o fórmula
que rige el patrón que siguen todos los elementos de la misma. Para encontrar esta
fórmula debemos seguir los siguientes pasos:
an=a1*rn-1
Las progresiones geométricas tienen distintas aplicaciones en la vida diaria como el cálculo
de intereses de algún préstamo, cuando compras algún artículo o para medir crecimientos
de población de alguna especie; te invito a conocer un poco de sus propiedades.
En sucesiones geométricas, la razón entre términos consecutivos es siempre la misma.
Llamamos a esta razón la razón común.
La progresión aritmética, aquella en que la diferencia entre cualquier par de sus términos
sucesivos es constante. La progresión geométrica, aquella en la que cada término se
obtiene multiplicando el término anterior por una constante denominada razón o factor.
Ada lovelace La posición
social de Ada Lovelace y su educación la
llevaron a conocer a científicos importantes
como Andrew Crosse, sir David Brewster,
Charles Wheatstone, Michael Faraday y al
novelista Charles Dickens, relaciones que
aprovechó para llegar más lejos en su
educación. Entre estas relaciones se
encuentra Mary Somerville, que fue su
tutora durante un tiempo, además de amiga
y estímulo intelectual. Ada Byron se refería
a sí misma como una científica poetisa y
como analista (y metafísica).
Ada Lovelace fue la única hija legítima de Anna Isabella y del poeta lord Byron, quien
esperaba que su hijo fuera un niño y se sintió decepcionado cuando su esposa dio a luz a
una niña. Nació el domingo 10 de diciembre de 1815. La niña lleva el nombre de la media
hermana de Byron, Augusta Leigh, y fue llamada Ada por el propio Byron. El 16 de enero
de 1816, por orden de lord Byron, lady Byron se fue a la casa de sus padres en Kirkby
Mallory (Leicestershire) llevando a su hija de cinco semanas con ella. Aunque la ley inglesa
en ese momento otorgaba la custodia total de los hijos al padre en casos de separación,
lord Byron no intentó reclamar sus derechos parentales, pero solicitó que su hermana lo
mantuviera informado sobre el bienestar de Ada. En abril de 1816 su padre abandonó
Inglaterra huyendo de sus acreedores y del escándalo que se cernía sobre él por los
rumores de incesto. Meses más tarde, Annabella presentó una demanda de separación.
Durante los ocho años que lord Byron estuvo fuera de su país hasta su muerte escribía con
frecuencia a Augusta y preguntaba por la hija de ambos. A Lovelace no se le mostró el
retrato familiar de su padre hasta que cumplió 20 años.
Augusta Ada King (1815-1852), conocida habitualmente como Ada Lovelace, fue una
matemática británica. Es considerada como la primera programadora, desde que escribió
la manipulación de los símbolos, de acuerdo a las normas para una máquina de Charles
Babbage que aún no había sido construida. Y fue precisamente Lovelace la que introdujo
los algoritmos en la máquina de Babbage a través de lo que hoy se conoce como 'bucle' y
'subrutina'. Es decir, un grupo de instrucciones que se ejecutan varias veces y parte de un
programa. Su pasión por las matemáticas y su personalidad poco convencional (le decían
que «actuaba como un hombre») no siempre fueron bien vistas en la corte. Sin embargo,
ella continuó aprendiendo y creando fórmulas matemáticas, algunas con más éxito que
otras.
El legado de Lovelace incluye métodos como el uso de las tarjetas perforadas con el
objetivo de introducir información o instrucciones a la 'máquina analítica'. También
descubrió el 'estado neutro' o la existencia de ceros en dichas tarjetas. La joven Ada
recibió lecciones de matemáticas y ciencia en un intento, por parte de su madre, de
erradicar la herencia de locura poética que llevaba en los genes. Su infancia transcurrió
entre tutores y estudios, lastrada por una mala salud que arrastraría a lo largo de toda su
vida.
El sistema de numeración de los romanos tuvo continuidad hasta bien entrada la llamada
Baja Edad Media, cuando perdieron la batalla con el sistema decimal y las cifras arábigas.
Los romanos representaban los números mediante combinaciones de letras del alfabeto
latino. En esto no fueron muy originales, ya lo hacían los griegos con su alfabeto y los
romanos siguieron su ejemplo. La base del sistema numérico romano es también 10,
como la actual, pero sin tener en cuenta el valor del valor posicional y el cero. Hubo
también bastantes variantes lo que produjo cierta confusión.
El cero no tenía cabida en este sistema, aunque se usaba una N mayúscula como
abreviatura de nulla o nihil. Otra curiosidad es el llamado vinculum, que consistía en poner
una raya encima del número indicando que así se multiplicaba este por 1000. También es
destacable el uso de las fracciones, en la que la letra S indicaba la mitad, el 1⁄2.
El origen de la numeración romana puede estar en los etruscos, ya que usaban símbolos
bastante parecidos. En los últimos años, esta cultura etrusca, considerada como
misteriosa, se ha ido mostrando muy conectada a la que desarrollaron los romanos.
Uno se puede preguntar cómo hacer las operaciones aritméticas con este sistema de
numeración. Aunque pueda parecer complejo, los antiguos romanos desarrollaron un
ábaco manual que reducía notablemente el tiempo para llevarlas a cabo. Probablemente,
los romanos fueran mucho más hábiles en las matemáticas de lo que pensamos. De
cualquier manera, el ábaco (en sus distintas versiones) fue el instrumento preferido por
comerciantes y administradores hasta que el sistema decimal arábigo lo destronó (y esa
fue una gran batalla intelectual).
Los números romanos se escriben con letras del abecedario romano, pero originalmente
provenían de los etruscos, los cuales usaban I, Λ, X, Ψ, 8 y ⊕ para representar I, V, X, L, C,
y M, respectivamente. Los romanos tomaron letras parecidas a los símbolos etruscos para
representar los valores. La educación tenía un papel muy importante en la antigua Roma,
ya fuera para los hijos de las clases altas, destinados a emprender una carrera política o
administrar sus bienes; las damas nobles que debían ocuparse de su familia; o incluso
muchos hombres y mujeres de extracción humilde: todos necesitaban una formación.
Los primeros pasos del viaje matemático del hombre fueron dados por las antiguas
culturas de Egipto, Mesopotamia y Grecia, culturas que crearon el lenguaje básico del
número y el cálculo. Los romanos utilizaban el sistema de numeración decimal, el mismo
que utilizamos nosotros, lo particular de ellos era la forma de escribir esos números.
Solamente manejaban números naturales y no consideraban que el valor "nada" fuese un
número, por eso el cero no se puede escribir en números romanos.
CONCLUSIÓN
Sucesiones Geométricas
Es bueno señalar antes de concluir que existen dos tipos de sucesión: Una progresión
geométrica es creciente cuando su razón, en valor absoluto, es mayor que uno. Ejemplo.
Una progresión geométrica es decreciente cuando su razón, en valor absoluto, es menor
que uno. En la sucesión testamentaria el testador expresa su voluntad de disponer de sus
bienes y derechos después de su muerte, mediante un acto personalísimo, unilateral, libre
y solemne que se denomina testamento. En la sucesión intestamentaria no existe una
disposición manifiesta del testador para disponer de sus bienes después de su muerte, por
lo que la repartición de estos se llevará a cabo conforme lo marca la ley. Las sucesiones
geométricas (o progresiones geométricas) son un tipo especial de sucesiones que parten
desde un elemento básico y a partir de ahí, se multiplica una razón repetidas veces.
Formalmente, diremos que \ {a_n \}_{n} es una sucesión geométrica si
Consideremos en los siguientes ejemplos, algunas sucesiones geométricas para tener una
idea más concreta de su comportamiento. En sucesiones geométricas, la razón entre
términos consecutivos es siempre la misma. Llamamos a esta razón la razón común. Una
sucesión geométrica es aquélla en la cual el cociente entre dos términos consecutivos es
una constante llamada razón r y puede ser positiva o negativa. Por ejemplo: Sea la
sucesión 5, 15, 45, 135, 405, 1215, es geométrica porque cada término es multiplicado por
la misma contante, que es 3. La suma de los términos de una progresión geométrica es
igual al último término por la razón menos el primero dividido por la razón menos 1. Las
progresiones geométricas tienen distintas aplicaciones en la vida diaria como el cálculo de
intereses de algún préstamo, cuando compras algún artículo o para medir crecimientos de
población de alguna especie; te invito a conocer un poco de sus propiedades.
Ada lovelace
Ada murió el 27 de noviembre de 1852 a causa de las sangrías provocadas por los médicos
de la época en un intento de curar el cáncer de útero que padecía. Tenía 36 años, la
misma edad que Byron al morir, siendo su último deseo ser enterrada junto al padre al
que nunca conoció. La imaginación y la capacidad de Ada para ver más allá de la realidad
inmediata la hicieron capaz de desarrollar varios conceptos que en la actualidad podrían
considerarse visionarios. En 1842, Ada realizó su único trabajo profesional para la revista
Scientific Memoirs, que le encargó la traducción de un artículo escrito en francés por el
ingeniero militar italiano Luigi Menabrea en el que se describía la máquina analítica de
Babbage.
Ada publicó el artículo con abundantes notas de su cosecha, en las cuales aportaba sus
propias teorías acerca del funcionamiento de la máquina de Babbage. Las notas, firmadas
tan sólo con las iniciales AAL para ocultar su verdadera identidad, no serían publicadas con
su verdadero nombre hasta 1953. Ada Lovelace fue la idea de una máquina que pudiera
programarse y reprogramarse para que ejecutara diversas funciones y no se limitase
simplemente al cálculo, sino que fuera capaz de llevar a cabo cualquier tarea que se
pudiera expresar mediante símbolos. ¿Y cómo hacerlo? Ada halló la respuesta en las
tarjetas perforadas de los telares de Jacquard, y quién sabe si de aquella manera se
imaginó el primer ordenador de la historia.
A pesar del intento de Babbage por convencer al gobierno británico para que financiara la
construcción de su máquina y dar un salto tecnológico que sin duda hubiera cambiado el
siglo XIX, el matemático murió en la pobreza después de dilapidar su fortuna. Tras el
rechazo profesional de Babbage, Ada Lovelace ya no volvió a trabajar, y atormentada por
su enfermedad y su adicción a los opiáceos buscó refugio en el juego y en los brazos de
numerosos amantes, lo que le costó gran parte de su fortuna y su matrimonio. El
algoritmo de Ada Lovelace para calcular los números de Bernoulli nunca llegó a
implementarse y nunca pudo ser probado, puesto que la máquina analítica de Babbage
nunca se construyó. Tuvieron que pasar casi cien años hasta que un ingeniero
estadounidense y pionero en el campo de la informática, llamado Howard Aiken, diseñara
un ordenador electromagnético, muy estrechamente ligado con el trabajo de Babbage
sobre la máquina analítica. El aparato de Aiken fue financiado por IBM, construido en
1944 y conocido como Mark I.
Desde su infancia, Ada Lovelace mostro un talento innato para los números. A los 17 años,
conoció a Charles Babbage, un conocido matemático e inventor que se quedó
impresionada por la inteligencia y conocimiento de la joven. Fue entonces cuando Ada
tuvo claro que quería trabajar a su lado y, mientras cursaba sus estudios, fue becaria de
Babbage hasta que abandonó sus estudios al casarse y tener hijos.
Para concluir con la numeración romana debemos dejar constar que esta se basa en el
empleo de siete letras del alfabeto latino a las que corresponde un valor numérico fijo:
- Se escriben siempre en mayúsculas, el alfabeto latino solo contaba inicialmente con este
tipo de letras.
- Cuando un signo va seguido de otro valor igual o inferior, se suman sus valores: VI=6,
XV=15, XXVII=27.
- Cuando los signos I, X, C van seguidos de otro de mayor valor, se restan del valor de este:
IX=9, XL=40, CD=400.
- Los signos V, L y D no se utilizan nunca con valor de resta: 45 debe escribirse XLV, y no
VL.
- El valor de los números romanos queda multiplicado por mil tantas veces como rayas
horizontales se tracen encima: así, L— (= 50 000), M—— (= 1 000 000 000).
Solo perviven hoy en ciertos contextos, casi siempre con sentido ordinal:
- En las series de papas, emperadores y reyes de igual nombre, siempre pospuesto a este:
Juan XIII, Felipe VI.
El periodo durante el cual los romanos figuran en la historia comprende los años que van
desde aproximadamente el 750 a. C. hasta el 476 de nuestra era, más o menos el mismo
tiempo durante el cual floreció la civilización griega. Además, a partir del 146 a. C. los
romanos estuvieron en estrecho contacto con los griegos, tras haber conquistado Grecia
propiamente dicha luego de la tercera guerra púnica. Si bien es cierto que el declinar de la
matemática griega viene acompañado con el predominio de la matemática aplicada desde
los trabajos de Hiparco y Herón (los libros de éste parecen cuadernos de notas tomadas
por un estudiante en lo que equivaldría a un instituto tecnológico en Alejandría) hasta los
de Ptolomeo, con excepción de los trabajos de Diofanto, es más que probable que esa
tendencia a las aplicaciones técnicas fuese el resultado de la decadencia más que su
causa, pero en cualquier caso los dos fenómenos se dieron simultáneamente.
La muerte de Arquímedes a manos de un soldado romano pudo ser sólo una casualidad,
pero el hecho es que resultó verdaderamente profética. A lo largo de su dilatada historia,
la antigua Roma contribuyó poco a la ciencia o a la filosofía, y aún menos a la matemática.
Tanto durante la República como en los días del Imperio, los romanos se vieron muy poco
atraídos por las investigaciones del tipo lógico o especulativo. Los impresionantes
proyectos de ingeniería y los grandes monumentos arquitectónicos tienen sin duda cierta
relación con los aspectos más elementales de la ciencia, pero los constructores romanos
se contentaban con simples recetas y maneras de proceder que bien poco requerían un
conocimiento del gran corpus del pensamiento griego.