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Presentación

Nombre: yovanny García Beltrán


Matricula: sc-19-10153
Materia: Historia de las ideas politicas
profesor: SAUL ISAIAS REYES PEREZ
carrera: derecho
Fecha
23/09/2022
1 El origen de la historias política
La política en el mundo tiene su origen en el mismo ser humano y en su proceso de
socialización.
Los humanos son seres sociales; por sus características y necesidades, les es indispensable
vivir con otras personas. Desde hace miles de años, cuando las cavernas eran su refugio,
vivían en compañía de otros. La primera sociedad que existió fue la familia, que no
necesariamente tenía una conformación típica de un padre, una madre y unos hijos; sin
embargo, en ese momento se convirtió en el núcleo de la sociedad, siendo este el punto en
el que aparece la necesidad de encargar a una persona de dirigir y organizar a las otras; es
decir, la necesidad de un gobierno.
Con el paso del tiempo, las familias se agruparon para ayudarse mutuamente en la
recolección de alimentos y en la defensa de otras familias; a esto se le llamó tribu, en la
cual era necesario escoger a alguien que se hiciese cargo del gobierno (esta persona
habitualmente era escogida entre los más sabios, los más viejos o los más fuertes). Estas
tribus, con el paso del tiempo, fueron creciendo en población, de modo que algunas se
unieron con otras para gobernar tribus más pequeñas y débiles; de este modo, el gobernar a
toda la sociedad se hizo cada vez más difícil, ya que, a la muerte del gobernante, se
desencadenaban guerras para definir al sucesor. Debido a lo anterior, comienzan a aparecer
las dinastías y los linajes, con los cuales el jefe del clan, antes de morir, podía designar a
quien había de reemplazarlo en el mando (en la mayoría de las ocasiones el elegido era el
primogénito del gobernante).
Hace unos 9.000 años se crearon las primeras ciudades, por lo cual las dinastías se
convirtieron en monarquías en las que el poder lo ejercía un rey o monarca y el pueblo era
considerado súbdito y con obligación de pagar tributos al rey. Estas sociedades eran
llamadas Estados, los cuales, al expandir su poderío a otras regiones, se convirtieron en
imperios.
En Grecia, la política tuvo una gran transformación, pues fue allí donde nació la
democracia, lo que implicaba que el gobierno no era ejercido por un rey o jefe sino por un
consejo que era elegido entre los ciudadanos. Siglos después, los romanos invadieron
Grecia, y a pesar de que trataron de establecer la democracia como forma de gobierno, ésta
terminó degenerando en dictaduras.
Después de la caída de los imperios Romano y Griego, la democracia fue olvidada, y las
personas con poder político y militar conformaron una nueva clase: la nobleza. Estas
personas eran dueñas de grandes territorios en los cuales el resto de la población era sierva
y se encargaba exclusivamente de trabajar la tierra. Este periodo duro casi 1.000 años,
durante los cuales la política estuvo casi muerta, hasta que en los siglos XV, XVI y XVII
nace una nueva clase: la burguesía, la cual no estaba de acuerdo con el poderío de la
nobleza y reclamaba un derecho de oportunidades para todos los hombres. Esta
inconformidad dio lugar a la Revolución Francesa, la cual impuso de nuevo la democracia
en el mundo Occidental.
2 tomas moro
(Thomas More; Londres, 1478 - 1535) Político y humanista inglés. Procedente de la
pequeña nobleza, estudió en la Universidad de Oxford y accedió a la corte inglesa en
calidad de jurista. Su experiencia como abogado y juez le hizo reflexionar sobre la
injusticia del mundo, a la luz de su relación intelectual con los humanistas del continente
(como Erasmo de Rotterdam). Desde 1504 fue miembro del Parlamento, donde se hizo
notar por sus posturas audaces en contra de la tiranía.

Su obra más relevante como pensador político fue Utopía (París, 1516). En ella criticó el
orden político, social y religioso establecido bajo la fórmula de imaginar como antítesis una
comunidad perfecta; su modelo estaba caracterizado por la igualdad social, la fe religiosa,
la tolerancia y el imperio de la ley, combinando la democracia en las unidades de base con
la obediencia general a la planificación racional del gobierno.

A pesar de haber mantenido en el plano teórico estas aspiraciones premonitorias del


pensamiento socialista, Tomás Moro fue prudente y moderado en cuanto a la posibilidad de
llevarlas a la práctica, por lo que no combatió directamente al poder establecido ni adoptó
posturas ideológicas intransigentes.

Enrique VIII, atraído por su valía intelectual, le promovió a cargos de importancia


creciente: embajador en los Países Bajos (1515), miembro del Consejo Privado (1517),
portavoz de la Cámara de los Comunes (1523) y canciller desde 1529 (fue el primer laico
que ocupó este puesto político en Inglaterra). Ayudó al rey a conservar la unidad de la
Iglesia de Inglaterra, rechazando las doctrinas de Lutero; e intentó, mientras pudo,
mantener la paz exterior.
Sin embargo, acabó rompiendo con Enrique VIII por razones de conciencia, pues era un
católico ferviente que incluso había pensado en hacerse monje. Moro declaró su oposición a
Enrique y dimitió como canciller cuando el rey quiso anular su matrimonio con Catalina de
Aragón, rompió las relaciones con el Papado, se apropió de los bienes de los monasterios y
exigió al clero inglés un sometimiento total a su autoridad (1532).
Su negativa a reconocer como legítimo el subsiguiente matrimonio de Enrique VIII
con Ana Bolena, prestando juramento a la Ley de Sucesión, hizo que el rey le encerrara en
la Torre de Londres (1534) y le hiciera decapitar al año siguiente. La Iglesia católica lo
canonizó en 1935.

3 La revolución francesa
La Revolución Francesa (1789-1799) ha sido tradicionalmente considerada como el
indicador del final de una época histórica y el punto de arranque de una nueva etapa: la
Edad Contemporánea. Por este motivo puede aceptarse que, aunque cronológicamente el
siglo XIX comenzase en 1801, históricamente se inició en 1789. Ciertamente, el estallido
de la Revolución Francesa señala una línea divisoria entre dos sistemas sociopolíticos
opuestos: en el Antiguo Régimen, anterior a la Revolución Francesa, el absolutismo
monárquico regía una sociedad feudal; en el Nuevo Régimen surgido tras la misma, en
cambio, reconocemos muchos de los rasgos que caracterizan la organización política y
social del mundo contemporáneo.

En el terreno político, la Revolución Francesa acabó con el sistema de monarquías


absolutas que había prevalecido durante siglos en muchos países europeos. Dicho sistema
político se basaba en el principio de que todos los poderes (el de promulgar las leyes -
legislativo-, el de aplicarlas -ejecutivo-, y el de determinar si las leyes habían sido o no
cumplidas -judicial-) residían en el rey. El monarca era fuente de todo poder por derecho
divino; tal derecho era la base jurídica y filosófica de su soberanía.

La Revolución Francesa establecería la separación de estos poderes, de tal manera que el


legislativo correspondería a una Asamblea o Parlamento; el poder ejecutivo seguiría
residiendo en el rey y sus ministros, o en un gobierno en las repúblicas; y el judicial
recaería en los tribunales de justicia, como poder técnico e independiente. En definitiva, la
monarquía dejaría de existir o de ser absoluta para convertirse en un sistema político en que
los distintos poderes servirían de contrapesos y se controlarían mutuamente. Se entendía,
además, que la soberanía no procedía sino del pueblo, el cual delegaba el ejercicio del
poder en gobernantes libremente elegidos en procesos electorales periódicos.

En el plano social, las consecuencias de la Revolución Francesa serían igualmente


trascendentes. El Antiguo Régimen se había caracterizado por consolidar un tipo de
organización social rígido y de carácter marcadamente estamental, en la que se habían
consagrado dos grupos o estamentos inamovibles: el clero y la nobleza. Estos estamentos
gozaban de una jurisdicción especial que les eximía de pagar impuestos, entre otros
privilegios. El tercer estamento lo integraban los campesinos, que estaban obligados a
sostener los gastos del Estado con el pago de tributos.

Pero no solamente campesinos, artesanos o siervos componían el tercer estamento; una


nueva clase social dinámica y próspera, enriquecida mediante los negocios, el comercio y la
industria, también pertenecía jurídicamente a aquel «tercer estado» carente de privilegios:
la burguesía. Esta clase emergente aspiraba a que su ascenso y su poderío económico se
reflejase en el ordenamiento político. De hecho, la Revolución Francesa y su más inmediato
precedente, la independencia de los Estados Unidos, constituyen los primeros ejemplos de
lo que los historiadores han llamado «revoluciones burguesas». En ambas, el triunfo de la
burguesía sobre la aristocracia anquilosada determinó una configuración social en
concordancia con la mentalidad y los valores burgueses.
4; que es el marximo
El marxismo es una perspectiva teórica y un método de análisis y síntesis socioeconómico
de la realidad y la historia, que considera las relaciones de clase y el conflicto social
utilizando una interpretación materialista del desarrollo histórico y adopta una
visión dialéctica de la transformación social y análisis crítico del capitalismo, compuesto
principalmente por el pensamiento desarrollado en la obra
del filósofo, sociólogo, economista y periodista revolucionario alemán de
origen judío,1 Karl Marx, quien contribuyó en la sociología, la economía, el derecho y
la historia.

5 El marximo en economia
La teoría de la economía marxista mantiene que el capitalismo eventualmente se
autodestruirá, a medida que explota a más y más trabajadores. De esta manera, el
proletariado —el conjunto de la mano de obra— actúa como un catalizador para la caída
del capitalismo y surgimiento del nuevo

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