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¿QUE ES LA ENSEÑ ANZA?

SILVINA GVIRTZ

Edwards y Mercer proponen crear un espacio de conocimiento compartido en el aula. Afirman que el docente debe
intentar crear mediante el diá logo, un contexto de comunicació n metacomunicació n comú n, que se enriquezca
paulatinamente con el aporte de los participantes. En esta perspectiva, la funció n del docente será facilitar el
diálogo y aportar los contenidos elaborados que permitan enriquecer este espacio de intercambio. El docente no
debe imponer sus propias ideas o visiones sino crear un ambiente adecuado para que las diferentes perspectivas
sean confrontadas y analizadas. Cuando el diá logo se restringe, lo que se impone es la enseñ anza del maestro o del
profesor, empobreciendo el desarrollo de la experiencia de los alumnos. En estas ocasiones, cuando la
comunicació n se restringe, los alumnos pueden asimilar lo que el maestro les pide, pero este aprendizaje no se
conecta con los conocimientos o las creencias previas de los aprendices. Estos aprenden dos mensajes "en
paralelo": uno que sirve para la escuela y otro que sirve para el resto de las actividades vitales.

JOSE GIMENO SACRISTAN

Organizar la vida del aula para crear mediante la negociación abierta, un espacio de comprensión y conocimiento
compartido donde se produzca el traspaso de conocimientos y competencias desde el maestro y la cultura publica al
alumno/a y su cultura personal.

Philippe Meirieu
Para el institutor o el profesor que busca comprometerse en una empresa de renovación pedagógica, el primer objetivo es
vencer el funcionamiento impositivo y abstracto del curso magistral para poner a sus alumnos en situación de actuar y de
operar sus aprendizajes por ellos mismos (…) este retorno a la actividad del alumno se traduce con frecuencia por la
conformación de grupos de trabajo donde están convocados a llevar a cabo sus logros en un clima de libertad”

….La certeza de que la función del pedagogo no se sitúa en la contemplación de las aptitudes que se despiertan sino en la
intervención para crear nuevos campos, ofrecer nuevas competencias y autorizar por este medio, nuevos deseos.

Hannah Arendt
La educación es el punto en el que decidimos si amamos el mundo lo bastante como para
asumir una responsabilidad por él y así salvarlo de la ruina que, de no ser por la renovación, de
no ser por la llegada de los nuevos y los jóvenes, sería inevitable. También mediante la
educación decidimos si amamos a nuestros hijos lo bastante como para no arrojarlos de nuestro
mundo y librarlos a sus propios recursos, ni quitarles de las manos la oportunidad de emprender
algo nuevo, algo que nosotros no imaginamos, lo bastante como para prepararlos con tiempo
para la tarea de renovar un mundo común."

Henry Giroux

Hay que ver la educación como algo más que un diploma o un instrumento
para conseguir trabajo al servicio de la cultura de la empresa. Debemos
recuperar el papel que la enseñanza ha tenido históricamente como
herramienta para desarrollar la capacidad crítica, utilizarla para que los
alumnos sean agentes comprometidos con el mundo, preocupados por
afrontar asuntos sociales esenciales y dispuestos a profundizar y extender el
significado y la práctica de una democracia radical y revolucionaria.

Paulo Freire

"A través del diá logo se opera la superació n de la que resulta un nuevo término: no ya educador del educando, no
ya educando del educador, sino educador-educando con educando-educador. De este modo, el educador ya no es
solo el que educa sino aquel que, en tanto educa, es educado a través del diálogo con el educando, quien, al ser
educado, también educa. 

Así, ambos se transforman en sujetos del proceso en que crecen juntos y en el cual 'los argumentos de la autoridad'
ya no rigen. Proceso en el que ser funcionalmente autoridad requiere el estar siendo con las libertades y no contra
ellas. 

Ahora ya nadie educa a nadie, así como tampoco nadie se educa a sí mismo. Los hombres se educan en comunió n, y
el mundo es el mediador". (Pedagogía del Oprimido, Siglo XXI Editores, p. 86).

Toda educació n tiene un momento que yo llamo inductivo, que implica la toma de responsabilidad del educador. La
gran diferencia que hay entre un educador autoritario y un educador radicalmente democrá tico está en que este
momento inductivo, para el educador autoritario, jamá s acaba. El empieza y termina inductivamente. El toma las
decisiones completamente, constantemente. En cambio, un educador democrá tico ciertamente incide, pero intenta,
durante la prá ctica, transformar la inducció n en compañ erismo. 

Compañerismo no significa ser iguales. El hecho de que el educador revolucionario se haga compañ ero de sus
educandos no significa que renuncie a la responsabilidad que tiene, incluso de comandar, en muchos momentos, la
prá ctica. El educador tiene que enseñ ar. No es posible dejar la prá ctica de la enseñ anza librada al azar.

Pero entonces, ¿qué es enseñar? ¿Será que enseñ ar es transmitir conocimientos? Yo digo que no. El
conocimiento no se transmite; el conocimiento se hace, se rehace a través de la acción transformadora de
lo real y a través de la comprensión crítica de la transformación que se ha dado antes o que se puede dar
mañana. Este es el momento de la abstracció n en el acto de conocimiento. El equívoco de los educadores
autoritarios es pensar que los contenidos de la educación pueden ser transformados en montones de
sabiduría apaciguada, inutilizada, que es transferida como ladrillos a los educandos.

Para mí, enseñar es desfiar a los educandos a que piensen su práctica desde la práctica social, y con ellos, en
búsqueda de esta comprensión, estudiar rigurosamente la teoría de la práctica. Esto significa que enseñar
tiene que ver con la unidad dialéctica práctica-teoría.

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