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3 Núñez de Arena, M. y Tuñón de Lara, M. (1979): Historia del movimiento obrero español. Nova Terra,
Barcelona. p.106
4 Núñez de Arena, M. y Tuñón de Lara, M. (1979): Historia del movimiento obrero español. Nova Terra,
Barcelona. p.147
5 Núñez de Arena, M. y Tuñón de Lara, M. (1979): Historia del movimiento obrero español. Nova Terra,
Barcelona. p.180
eran con frecuencia muy violentas; los propietarios aceptaban con frecuencia unas bases
de trabajo que luego no cumplían.
En Córdoba, días antes de la huelga de abril, se celebró un Congreso de Sociedades
Obreras agrícolas, que estableció como principales reivindicaciones que las tierras del
Estado y de los municipios y una parte de las grandes fincas se diesen en usufructo
permanente, para su explotación, a las Sociedades Obreras. Como reivindicaciones
mínimas figuraban la jornada de ocho horas en el campo, la fijación de salarios por
Comités paritarios y que los grandes propietarios tomasen materialmente en carga a los
trabajadores en paro forzoso. En estas decisiones se observa ya una conciencia más
constructiva y una visión realista de lo que deben ser las transformaciones agrarias, muy
distantes del reparto de tierras.
No hay que olvidar las guerras ocurridas en el territorio colonial marroquí , la conocida
como la Guerra del Rif mostraría un plano de incompetencia de los mandos militares,
hecho como el desastre de Annual que llevaron al fallecimiento de decenas de miles de
soldados del estado español llevarían a la indignación general de la población, tanto el
gobierno como el reinado Alfonso XIII se encontraba entre la espada y la pared de forma
que ocurrieron diferentes huelgas en la zonas industriales del norte promovidas por el
partido comunista y que tuvieron como idea una posible insurrección no llevada a cabo.
Si atendemos al numero de huelgas que nos da el grafico veremos como al final de la
monarquía de Alfonso XIII se da un proceso de continuas huelgas y luchas sociales que
indican el descontento de la población, cosa característica es la dictadura de Primo de
Rivera que bien por inmovilismo o a base de acuerdos y represión harían que los
sindicatos y movimientos sociales entraran en un estado de calma hasta finales de la
dictadura.
1.Huelgas en España (1910-1935). Fuente: Fontana (1987) p. 16. Cf. Bosch (1994) p. 163.
A partir de mayo de 1930, las huelgas adquirieron cada vez mayor importancia, en el
campo la agitación crecía por momentos; los campesinos reclamaban contra los
propietarios que incumplían las leyes de la República de forma que la situación no podía
ser más incómoda para el Partido Socialista en el Gobierno quien entraría en un
desprestigio creciente que llevaría a la entrada de la CEDA, este desde un inicio ya realizo
presiones contra la reforma agraria a través del Bloque Agrario, este estado de
inestabilidad y descontento llevaría a que el movimiento obrero se acrecentara en general
hacia la lucha armada dando como resultado acciones como la Revolución de octubre de
1934 igualmente reprimido y signo de la división social característica de la época.
Otro de los movimientos agrarios con gran repercusión en la época fue de nuevo una ley
para regular las rabassas catalanas llegando a que en julio de 1934 se torne en mayor
medida hacia un carácter nacionalista donde el presidente de la Lliga Regionalista Lluís
Companys proclamara la independencia del estado catalán que fracasaría y acabaría por
hacer que el gobierno republicano suspendiera la autonomía catalana.
Con toda esta tensión creciente se daría la guerra civil española (1936-1939) que marcaria
el culmen de las luchas sociales y el fin de las aspiraciones del campesinado por ver una
mejoría en las condiciones laborales, así como en el repartimiento de tierras que se
iniciaron durante la Ley de Reforma Agraria.