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NICOLAS GUILLERAT JOHN SCHEID

Diseño de datos con la colaboración de


MILAN MELOCCO

INFOGRAFÍAS
DE LA ANTIGUA ROMA
TRADUCCIÓN CASTELLANA
DE SILVIA FURIÓ

CRÍTICA
BARCELONA
Prim era edición: septiem bre de 2021

Infografías de la antigua Roma


John Scheid, Nicolás Guillerat y Milán M elocco

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T ítu lo original: Infographie de la Rome antique

© Passés com posés/H um ensis, 2020

© de la traducción, Silvia Furió, 2021

© Editorial Planeta, S. A., 2021


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D epósito legal: B. 9.158-2021
2021. Im preso y encuadernado en España por EGEDSA

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y procede de bosques gestionados de m anera sostenible.
índice

Prólogo .................................................................................................. 9

Parte I. Territorios y poblaciones del Imperio

Capítulo 1. De la ciudad al Im perio.......................................... 14

Capítulo 2. El pueblo rom ano .....................................................26

Capítulo 3. Un mosaico de ciudades....................................... 36

Parte II. Gobernar, venerar a los dioses y satisfacer


las necesidades

Capítulo 4. El sistema político ro m a n o .................................. 40

Capítulo 5. El emperador y las dinastías.................................48

Capítulo 6. Religiones................................................................... 56

Capítulo 7. La economía rom ana..............................................68

Parte III. La potencia militar romana

Capítulo 8. Las legiones, instrumento del dominio romano ...8 0

Capítulo 9. Roma, m arítim a por pragm atism o .................. 102

C a p itu ló lo . Guerras y campañas ..............................................106


P rólogo
a historia de Roma es m uy larga. Desde su supuesta fundación en 753 a. C.

L hasta la caída de Constantinopla en 1453 transcurren más de dos m il años, y


su im perio, el m undo rom ano, abarca u n espacio inm enso, que se extiende
desde Escocia hasta el Sahara y desde Gibraltar hasta el m ar Negro. Semejantes dim en­
siones son razón suficiente para que esta obra deba limitarse a la historia del Im perio
occidental, que concluye en 47 6 d. C. Aun así, se trata de u n período largo con escasez
de fuentes y para cuyos prim eros siglos estamos relativamente desprovistos de datos.
Por otro lado, el últim o siglo del Im perio de Occidente es tan sum am ente confuso, y
está, de hecho, tan dom inado por las invasiones, que su tratam iento resulta demasiado
complejo para el volum en que presentamos. Es más, al no ser el Im perio rom ano un
im perio territorial centralizado, sino más bien u n m osaico de elementos instituciona­
les y culturales m u y diversos, cuyas ciudades funcionaban cada una según su propia
lógica, es im posible dar debida cuenta de estas innum erables historias paralelas. Por
este m otivo nos ha .parecido más pertinente consagrarnos esencialmente al Estado de
Roma, la Res publica del pueblo rom ano, que era com o se definían los habitantes del
m u n d o rom ano, que constituía el centro político y la autoridad superior de este vasto
conjunto, y dedicar u na breve sección a las provincias y ciudades.
Dentro de u n período (ya de p or sí largo) que abarca desde el siglo v a. C. al iv d. C.,
el em peño tropieza con u n segundo problema: la cantidad y el tipo de fuentes de que
disponem os y los límites que im ponen a esta tarea, especialmente en lo relativo a los
datos num éricos. A m edida que nos rem ontam os a la época de la fundación, las fuentes
se vuelven m enos abundantes y m enos aprovechables. Los vestigios arqueológicos de los
prim eros siglos son sin duda cada vez m ás num erosos y a veces resultan espectaculares,
pero perm anecen m udos y no es posible utilizarlos sin una crítica profunda de los textos
históricos y m itológicos -claram ente posteriores- que los transmiten. ¿Quiénes son los
reyes rom anos? ¿Conocem os sus nom bres o bien son fruto de leyendas posteriores?
¿Es Servio u n esclavo cuyo nom bre pasó a la posteridad o es su nom bre lo que se ha
utilizado para construir el mito? ¿Cuáles son las instituciones de la Roma m onárquica y
cuál es su historia? Hay infinidad de preguntas que perm anecen sin respuesta. Es cierto
que nos han llegado algunas inscripciones m uy antiguas, pero por desgracia no nos
ayudan demasiado. U na de ellas, hallada en el Foro rom ano dentro del espacio sagrado
situado bajo u n enlosado llamado Piedra Negra (Lapis Niger), que data del siglo vi-v a. C.,
nos indica que en aquella época había u n rey (rex), provisto de u n heraldo o sirviente
(calator), y que u n determ inado acto habría dado lugar a u n castigo (sacratio: exclusión
de la com unidad civil y «entrega» a los dioses, e incautación de los animales de tiro ).
Esta norm a, m uy mutilada, ha sido interpretada por infinidad de estudiosos, y aunque
adoptem os un a explicación en d etrim ento de otra, el beneficio de la respuesta no aporta
gran utilidad. Dada la escasez de la inform ación q ue contiene, su im portancia no es más
que cronológica. Nuestro acercamiento a la historia rom ana será, pues, som ero y rápido
en lo concerniente a los prim eros siglos, hasta el período que empieza a proporcionarnos
docum entos históricos, textos, inscripciones y planes urbanísticos de veras utilizables.
Esto nos conduce, a grandes rasgos, al siglo iv a. C.
A partir de esta fecha podem os confiar en general en los historiadores antiguos, sobre
todo en lo que se refiere a los tres últim os siglos de la República y los tres prim eros
del Im perio. Después, del siglo iv d. C. en adelante, escasean los historiadores de buena
calidad y la historia se convierte en u n arduo ejercicio crítico pese a la abundancia de las
fuentes y a la posibilidad, a partir, sobre todo, del siglo i de nuestra era, de apoyarnos en
las inscripciones. Aunque seamos capaces de sacar provecho de estos docum entos para
reconstruir las instituciones, la vida social, política, m ilitar y económica, y p or supuesto
la historia de Roma, a m enudo nos faltará algo esencial: cifras fiables y aprovechables.
Con frecuencia, los m anuscritos que nos han llegado no solo han transm itido m al las
cifras obtenidas de textos más antiguos, sino que la mayoría de las veces ni siquiera
las dan, y si lo hacen es de form a aleatoria. N o se p uede pretender reconstruir datos tan
precisos com o los de la historia m oderna y contem poránea: debem os ser conscientes
de que, cuando utilizam os cifras en historia antigua, nos basamos en estimaciones y
reconstrucciones a veces inciertas, que pueden revelarse falsas en el m om ento en que
surge u n nuevo docum ento. El historiador de la Antigüedad tiene que servirse casi siem­
pre de todos los datos que existen y n o de los que posee tras u n proceso de selección.
Eso es precisam ente lo que distingue su disciplina de la de sus colegas especializados
en historia m oderna o contem poránea.
N o obstante, pese a las limitaciones que acabamos de plantear, los datos de que dis­
ponem os p erm iten elaborar una infografla del m undo rom ano occidental estructurada
en tres partes. La prim era, «Territorios y poblaciones del Im perio», dibuja el contexto
espacial del volum en y pone de reheve el crecim iento del poder y del m undo rom ano
en su asentam iento inamovible a orillas delTíber. Describe, a continuación, el perím etro
y los rasgos generales del pueblo rom ano, su evolución y su estructura social. Se han
destinado algunas páginas a tratar de lo que se convierte progresivam ente en el m arco
cotidiano de la m ayoría de ciudadanos rom anos y de otros habitantes del Im perio: el
m u n d o de las ciudades de Italia y de las provincias, con instituciones hom ologas, pero
siem pre particulares. En este sentido, podríam os haber dedicado todo u n volum en a
las ciudades, incluidas las colonias romanas, que nunca tuvieron exactamente la m ism a
constitución, y las ciudades n o romanas («peregrinas», es decir, extranjeras), que tenían
otros sistemas de organización de la vida política, judicial e institucional. Estas descrip­
ciones, sin duda, habrían revelado al lector la increíble variedad del m undo rom ano,
p ero n o habrían aportado nada nuevo a la com prensión de su estructura.
La segunda parte, «Gobernar, venerar a los dioses y satisfacer las necesidades», está
dedicada al funcionam iento de este inm enso conjunto, em pezando p or las instituciones
de Roma bajo la República y el Im perio, sin olvidar la figura específica del em perador
rom ano. Pese a haber considerado la dificultad de tratar de form a detallada la cultura
helenísticorrom ana, que caracteriza los m il años descritos en estas páginas -h ab ría que
com poner otro volum en com pleto-, sí hem os reservado una breve sección a uno de
los aspectos m ás típicos de la cultura rom ana, su pensam iento jurídico, que todavía hoy
conform a el m u n d o occidental. Debido a su particularidad y a su evolución, hem os
dedicado u na parte del libro a las religiones de Roma, a los cultos públicos y a los cultos
privados, sin olvidar la revolución que representó la em ergencia del cristianismo. Entre
las dem ás actividades sociales, hem os consagrado tam bién u n apartado im portante a la
econom ía, aspecto que puede desconcertar al lector m oderno. Eso es precisam ente lo
que dejan entrever los num erosos debates entre «m odernistas» y «primitivistas», que a
m enudo, debido a la exigüidad de nuestras fuentes o a su sesgo particular, han de apelar
a diversas teorías para crear una síntesis.
La tercera parte analiza «La potencia m ilitar rom ana», describe el ejército del Estado
rom ano y expone las razones de su potencia: su reserva casi inagotable de soldados, que
le dio la victoria p o r desgaste sobre la m ayoría de sus adversarios. La historia militar
rom ana de Occidente term ina cuando los últimos enemigos de los romanos, los bárbaros
germánicos, lograron ocupar el sitio de los com batientes rom anos, cansados ya de la
guerra, y apropiarse así, desde dentro, del poder imperial.
Como ya hem os dicho, la especificidad del enfoque y la ingente masa de documentos
hacen imposible abordar ciertos aspectos. Así pues, hem os decidido excluir el tem a de
la cultura del m u n d o rom ano, puesto que habría sido preciso acudir a autores griegos y
latinos -poetas, filósofos, narradores, historiadores y sabios, activos durante seis siglos—,
sin olvidar que los intelectuales rom anos renovaron en cierto m odo el interés por el
pensam iento griego del siglo v a. C. y contribuyeron am pliam ente a transm itirlo a la
posteridad. Tal cosa extendería aún más la exposición que se ofrece en estas páginas.
Asimismo, los rom anos adoptaron la gran arquitectura griega y helenística y favorecie­
ro n su evolución al añadirla a sus artes edificatorias y decorativas, que tenían su propia
originalidad, y de las que todavía disfrutan hoy nuestros arquitectos. Aun así, tam bién
hem os om itid o este tem a com o tal. No obstante, nuestras explicaciones enm iendan
a veces esta decisión al m ostrar o hacer alusión a tem plos, basílicas, arcos de triunfo
y casas lujosas, así com o a m onum entos públicos que acogen espectáculos, com o los'
odeones, los teatros, los circos y los anfiteatros. Estos aparecen en nuestros planos, pero
n o los describim os en detalle porque son m uy similares entre sí y n o se diferencian
m ás que p o r el tam año. Por otro lado, m encionam os los circos en su contexto más
habitual: la conclusión y el acom pañam iento de u n gran sacrificio. Además, aunque los
anfiteatros sean construcciones im presionantes, no hay que concluir que los rom anos
se pasaban el tiem po contem plando cazas y espectáculos que, a la postre, se asemejaban
más a las corridas y a la lucha Ubre que a las masacres de gladiadores que nos m uestra
H ollywood. En este caso, com o en el conjunto de los datos, hem os tratado de describir,
en su pro p io contexto, todos los elem entos im portantes de la estructura del m undo
rom ano occidental.
PARTE I
TERRITORIOS
Y POBLACIONES
DEL IMPERIO
DE LA C IU D A D AL IMPERIO
T9T9T9T9T9T9T9T9T9T9T9T9T9T9T9T9T9T9T9t9t9T9t9't9t9fe\9'T9T9T9t9T9T9T9T9\9T9T9T9T9T9T9T9T9T2T9T9T9T9l9T9T9'te'fe'fe'fe'tst9T9T9T9t9T9t9T9T9T9T9T9T9T9T9

3 5 0 a. G .

I Palatino (51 m de alto)


II Aventino (46 m)
III Celio(48 m)
IV Esquilino (58 m)
V Cispio
VI Viminal (54 m)
V II Quirinal (69 m)
V III Capitolio (49 m)
IX Janícuio (85 m)

Extensión del te rritorio


■ 750 a. C.

1 378 a. C.

1 7 a. C.
983 km2 3.098 km2 6.039 km
Hacia finales del siglo VI a. C. Hacia 340 a.

a dilatada historia de Roma se prolonga durante más de dos su cam ino con otra potencia im perialista, la ciudad de Cartago, cuyo

L m il años si se incluye el período bizantino. Según la crono­


logía clásica, Roma fue fundada en el año 753 a. C., pero el
em plazamiento estuvo ocupado p o r lo m enos desde el siglo x antes de
Im perio se extendía desde el actual Túnez hasta las costas de España,
pasando po r Sicilia y Cerdeña, donde Rom a tenía tam bién intereses.
Entre 264 y 146 a. C. se sucedieron tres guerras, las guerras púnicas, que
nuestra era. En Occidente, el poder de Roma se desm orona en 476 d. C., concluyeron con la destrucción de Cartago. A lo largo de estos conflictos,
mientras que en las provincias orientales de habla griega, las más ricas Roma se encontró con frecuencia al borde del precipicio, sobre todo
y más fáciles de defender, el Im perio, gobernado desde Constantinopla, frente al cartaginés Aníbal, que en 218 a. C. había invadido Italia. Pese
perdura hasta la caída de esta ciudad en 1453. a su genio m ilitar y a la excelencia de su ejército, Aníbal fue derrotado
Siglos después de su fundación, Rom a había dom inado la alianza po r la superioridad num érica de la alianza rom ana y desde entonces
form ada por las ciudades que la circundaban y sometió con ella a la Italia las ciudades m editerráneas constataron que Roma era casi invencible,
central. A continuación, la m aquinaria se desbocó. Mientras atacaba a porque gracias a sus pactos, que habían aum entado m ucho desde el si­
las zonas m eridionales, en m anos de los temibles pueblos samnitas de glo v a. G , era capaz de reemplazar en poco tiem po los ejércitos perdidos.
los Abruzos, y se enfrentaba a las colonias griegas del sur, se tropezó en Apareció así en el M editerráneo una temible m áquina militar.
7.688 km2 27.000 km' 55.000 km2 160.000 km2
En 296 a. C. En 264 a. C. 190-90 a. C. 90 a. C.

El p o d er ro m an o n o tardó en percatarse de la situación y ocupó de la A lemania occidental, Austria y Rum ania, además de Inglaterra,
rápidamente las zonas de España antes controladas p or Cartago, así como hasta los límites de Escocia, y, al sureste, lo que se denom inaba Arabia.
Sicilia y Cerdeña, y finalm ente Cartago. Se inm iscuyó en los asuntos de En to rn o al año 120, el Im perio alcanzó su m áxim a extensión y
las ciudades griegas, destruyó lo que quedaba del Im perio m acedonio rozó los límites naturales de su potencia. En el norte, los rom anos nunca
en Grecia y en Asia M enor y se im plantó de form a perm anente en esta pudieron instalarse de form a perm anente en la otra orilla del Rin y del
parte del m undo. A lo largo del siglo i a. C., m ediante alianzas con los Danubio inferiores, ni m ás allá de la m uralla de A ntonino en Inglaterra.
beligerantes de guerras civiles o rebeliones provocadas p or el caos gene­ En el sur, el Eufrates será siem pre u n lím ite infranqueable a pesar de
ralizado, los reinos del interior del Asia M enor y Egipto cayeron tam bién que ciertos reinos situados al este del río se convirtieran durante algún
bajo su dom inio. Así, puede decirse que, a com ienzos de nuestra era, el üem po en vasallos de Roma. Sin embargo, en el interior de estos límites,
m undo conocido estaba prácticam ente unificado: el Im perio del pueblo Roma y sus aliados supieron llevar a cabo la prim era globalización del
romano englobaba las regiones situadas, de oeste a este, entre Gibraltar y m undo, que duró de tres a cuatro siglos y perm itió grandes intercambios
el mar Negro, y, de norte a sur, entre el canal de la M ancha y el Sahara o entre todas las regiones y no se fragmentó hasta que los pueblos bárbaros
el Eufrates. En el siglo i, los rom anos som etieron tam bién a buena parte em pezaron a invadir regularm ente el Imperio.
Limes

| Italia

B A rrebatados a Cartago

Adquiridos por herencia

| Reinos clientes anexionados

Conquistas y anexiones lentas

Evolución de la superficie
de la República al Imperio
N

40.000.000 h.
212 d. C.
70.000.000 h.

Distribución y densidad de la población en el Imperio

1 Sicilia
2 Córcega y Cerdeña

O o o C3 o o 3 Iliria y Dalmacia
4 Galia Cisalpina
Italia Sicilia Córcega y Cerdeña España Narbona Galia Danubio Grecia 5 Malta
6.000.000 h. 600.000 h. 500.000 h. 6.000.000 h. 1.500.000 h. 3.400.000 h. 2.000.000 h. 3.000.000 h. 6 Bética

24 h./km2 23 h./km2 15 h./km2 10 h./km2 15h./km2 6,3 h./km2 4,7 h./km2 11,2 h./km2 7 Hispania
8 África preconsular
9 Peloponeso
10 Tracia
11 Asia
1 2 Baleares
13 Galia Narbonense
14 Numidia
1 5 Cilicia
16 Cirenaica
17 Mesia
1 8 Bitinia
1 9 Creta
20 Armenia
21 Cólquida
22 Siria y Fenicia
23 Judea
24 Bosforo (cliente)
25 Galia Transalpina
26 Chipre
27 Rodas
28 Panonia
29 Egipto
30 Lusitania
31 Galacia
3 2 Nórico
33 Recia
34 Alpes Marítimos
3 5 Germania Inferior
36 Capadocia
37 Licia
3 8 Britania
39 Mauritania
40 Tiras y Olbia
41 Germania Superiore
42 Dacia
43 Arabia
44 Mesopotamia y Asiría
I. La u r b s

xceptuando el Trastévere, Rom a estuvo situada en la m argen

E izquierda del Tíber hasta el siglo iv. La Roma m ítica se lim i­


taba al Palatino y al valle del Foro, pero a partir del siglo vi,
la muralla Serviana englobaba u na superficie considerable. U n lím ite
jurídico, el pomerium, trazado con u n arado p o r el m agistrado fundador,
rodeaba el espacio civil de la ciudad. D entro de esta dem arcación, los
m agistrados tenían la potestad de consultar los auspicios y fundar lu ­
gares con una orientación particular (templa) a fin de acoger espacios
políticos y religiosos colectivos. El pomerium fue am pliado en repetidas
ocasiones. A partir del siglo n a. C., se extendieron u na m illa los requi­
sitos y las obligaciones vinculados al pomerium. No obstante, la ciudad
continuó ampliándose m ás allá de este lím ite, y a partir de 274 d. C.,
el territorio u rbano de aquel m om en to quedó rodeado por u n m uro. Pomerium
El centro político se ubicaba en el valle del Foro, el foro Boario y Límite jurídico de la ciudad de Roma o espacio civil
el Cam po de Marte. Los m agistrados tenían su sede en torno a los edi­ ’ en el que se pueden celebrar actos políticos,
ficios del valle del Foro, donde tam bién se reunía el Senado (la Curia) religiosos y públicos
y donde se desarrollaban los com icios tributos. El Campo de Marte, al
Muralla Serviana
encontrarse en el exterior del pomerium, estaba reservado a los ejercicios
m ilitares y a la asamblea centuriada, que reunían al pueblo susceptible
IConstruida en el siglo vi a. C.
! 1 1 ............. 11kmde largo
de ser movilizado. El foro Boario, vinculado al puerto de Rom a y a las
funciones comerciales, contó con u n teatro junto al tem plo de Apolo
en el rem ado de Augusto.
Estos barrios evolucionaron bajo el Im perio. El Palatino, donde se
encontraba la casa de Augusto, se convirtió en pocos decenios en u n
en o rm e palacio im p erial y, d u ran te u n o s q uince años, en el lujoso
palacio de N erón. El valle del Foro se m onum entalizó y, al quedarse I Construido entre 270 y 273 d. C.
pequeño, se com pletó con cinco foros adicionales. A partir de Augusto,
la zona m ilitar y política del Cam po de M arte acogió parques, baños,
tem plos y altares públicos, el m ausoleo de Augusto y lugares de distri­
b ución pública de alimentos. La zona que se extendía desde el Aventino
hasta el lím ite de las m urallas del siglo m se convirtió en un terreno
de almacenes y depósitos. El Trastévere era esencialm ente una zona de
viviendas dispuestas alrededor de u n gran parque. En estas áreas pe ri­
féricas, los em peradores fu ero n c onstruyendo progresivam ente más 6 Acueducto del Aqua Appia
term as y espacios públicos.
Para el ocio y las grandes celebraciones, Rom a disponía del Circo é Acueducto del Aqua Afiio Vetus

Máximo, donde tenían lugar las carreras de caballos y las cacerías. En el é Acueducto del Aqua M arcia
Cam po de M arte había otro circo, y otro más, en la A ntigüedad tardía,
en la m argen derecha del río, d o nde se elevaría la basílica de San Pedro.
6 Acueducto del Aqua Tepula

Durante la República, la zona central del viejo Foro rom ano se utilizó é Acueducto del Aqua Julia
para los juegos de gladiadores relacionados con las exequias. A partir ó Acueducto del Aqua Virgo
del año 70 d. C., los Flavios co nstruyeron, justo en el corazón de la
Domus Aurea de N erón, para señalar su destrucción, u n gran anfiteatro, 6 Acueducto del Aqua Alsietina

el Coliseo, d o nde a partir de aquel m o m en to tendrían lugar cacerías ó Acueducto del Aqua Claudia
y combates de gladiadores. En el Cam po de Marte, con ocasión de los
Juegos Seculares del año 88, D om iciano m andó erigir u n conjunto de
6 Acueducto del Aqua Anio Novus

edificios, incluidos u n o d eó n y u n estadio que se utilizaron para su é Acueducto del Aqua Neroniana
celebración.
A Acueducto del Aqua Trajana
Las necrópolis, que durante m u ch o tiem po estuvieron en el Esqui­
lm o y a lo largo de las grandes carreteras que salían de Roma, com en­ é Acueducto del Aqua Antoniniana
zaron, bajo el Im perio, a ocupar las canteras subterráneas de toba, que
se convirtieron así en cem enterios soterrados: las catacumbas.
en el siglo IV d. G
en el año 7 a. G.
I Puerta Capena
II Monte Celio
III Isis y Serapis
IV Templo de la Paz 3,75%
V Esquilino IV
VI Alta Semita
V II Via Lata *
V III Foro romano 3,9%
IX Circo Flaminio
VI
X Palatino
XI Circo Máximo
* +
X II Piscina pública
11,9% 12,6%
X III Aventino
X IV Trastévere (Transtiberim) V II V III

I | Zonas sem ihabitadas y habitadas *

E x l Barrios populares y artesanos

W i Barrios pobres y extranjeros

Q Barrios nobles

E Jardines y villas lujosas X II

| | Zonas deshabitadas o públicas


*
4,1%
D elim itación de las regiones
X IV

+
Superficie de Roma (intramuros)
= 17.890.000 m2 -------

Zonas
Cuarteles y campamentos deshabitadas o públicas
4,89%

II. las r e g io n e s regiones IV; VIII, IX y XI. Allí, los pocos padres de familia, entre 150.000
y 200.000, que tenían derecho a la distribución de alimentos recibían
a Roma republicana estaba subdividida en cuatro grandes cada mes trigo y aceite públicos. También se podía asistir al desarrollo

L regiones (I: Sucusana y Celio; II: Esquilma; III: Colina, y IV:


Palatina). Entre 12 y 7 a. C., Augusto dividió la ciudad vieja,
difícil de controlar, en catorce regiones, en las que los barrios estaban
de la vida política y a las celebraciones religiosas, especialmente a los
banquetes o repartos de la carne sacrificada y a los juegos que ponían
punto final a dichos actos. Por su parte, la élite tenía viviendas tanto en
reagrupados en vid (265 bajo los Flavios y com o m ínim o 324 bajo el centro de Roma com o en los grandes jardines del extrarradio.
C onstantino). Cada vicus tenía u n centro, situado en u n cruce (compitum), Bajo el remado de Augusto, las termas públicas estaban situadas en el
con u n p equeño espacio de culto colectivo y para celebraciones parti­ centro, pero con el tiem po se fueron repartiendo por toda la ciudad. Gra­
culares. El vicus estaba presidido p o r dos magistri anuales, reclutados casi dualmente, los baños públicos o privados fueron integrándose en el equi­
siempre de entre los libertos. pamiento urbano, com o las fuentes y las panaderías. La seguridad estaba a
Los más pobres, faltos de transporte, se am ontonaban en el centro cargo de los bom beros (vigiles, a razón de aproximadamente una cohorte
de Roma para tener u n acceso fácil a la vida política y al reparto de ali­ de 600 hom bres para dos regiones de la ciudad) y de las tres cohortes
mentos, puesto que todos los lugares im portantes estaban situados en las urbanas (policía), cuyo cuartel estaba ubicado en el Campo de Marte.
3 Viviendas | Edificios estatales f l ¡ Comercios f l j Higiene Ocio f l Edificios religiosos y conm em orativos
en el siglo IV d. G. (en cifras y en tantos por ciento)

© < [ > { ©

Casas
1.782 • • • • • • • • • •
120/6,7% 127/7,2% 160/9% 88/4,9% 146/8,2% 120/6,7% 130/7,3% 140/7,9% 89/5% 89/5% 113/6,3% 130/7,3'% 150/8,4%

Inmuebles
44.300 •
3.250/7,3%

3.600,/8,1%

2.757/6,2%

2.757/6,2% 3.8 7%

3.403/7,7%

3.805 / 8,6% 3.480 / 7,9% 2.777/6,3% 2.642/6%

2.600 / 5,9%

2.487/5,6% 2.4 4.405/9,9%

Calles / Barrios
305
10/3,3% 7/2,3% 12/3,9% 8/2,6% 15/4,9" 17/5,6% 15/4,9% 34/11,1% 35/11,5% 20/6,6% 19/6,2% 17/5,6% 18

Ed. administrativos
y políticos
2/3% 5/7,5%
• •
14/20,9% 8/11,9% 1/1,5%

Cuarteles
17 •
3/17,6%

1/5,9% 1/5,9%
• •
2/11,8% 3/17,6% 1/5,9%

Escuelas
y bibliotecas • • • • •
1/5,6% 1/5,6% 1/5,6% 1/5,6% 1/5,6% 1/5,6%

Foros
15 m #
1/6,7% 2/13,3% 1/6,7%

• •
2/5,7% / 2,9% 1/2,9% 3/8,6% 4/11,4% 1/2,9% 2/5,7%

Graneros de trigo
334 • • • • • • • • • • • • #
16/4,8% 27/8,1% 17/5,1% 18/5,4% 22/6,6% 18/5,4% 25/7,5% 18/5,4% 25/7,5% 48/14,4% 16/4,8% 27/8,1% % 22 / 6,6%

20/7,6% 15/5,7% 16/6,1% 15/5,7% 15/5,7% 15/5,7% 20/7,6% 20/7,6% 20/7,6% 16/6,1% 20/7,6% 20/7,6% 24/9,1%

86/9% 85/8,9% 75/7,9% 75/7,9% 75/7,9% 75/7,9% 85/8,9% 63/6,6% 44/4,6% 15/1,6% 63/6,6%

Fuentes
1.217 • • • • • • •
87/7,15% 65/5,35% 65/5,35% 78/6,4% 74/6,1% 73/6% 76 / 6,25% 120/9,9% 120/9,9% 89/7,3% 20/1,6% 81/6,7% 89/7,3% 180/14,8%

$ ® i
2/18,2% 1/9% 2/18,2%
Circos, teatros,
Coliseo
24 3/12,5% 3/12,5% 1/4,2% 1/4,2%

Arcos de triunfo
y obeliscos 0 • •
1/2,1% 2/4,2% 1/2,1% 1/2,1% 10/20,8% 5 /1 0 '4í/“ 3/6,2%

Edículos
• • • • • • • •
305
10/3,3% 7/2,3% 12/3,9% 8/2,6% 15/4,9% 17/5,6% 15/4,9% 34/11,1% 35/11,5% 20/6,6% 19/6,2% 17/5,6% 18/5,9%

Templos y altares #
• •
3/1,55% 4/2,1% 3/1,55% 19/9,8% 4/2,1% 10/5,15% 5/2,6% 48/24,7% 32/16,5% 22/11,3% 25/13% 2 / 1% 11 /5 '7% 6 /3 '1%
I I I. LOS FO RO S

l corazón político de Roma, el valle del Foro, conservará esta de justicia, los archivos (del prefecto de Roma en el Foro de la Paz),

E función hasta el final, aunque a partir del siglo i el poder se


ejerció entre el Palacio Imperial, la Curia y las sedes de los
prefectos im periales. Sin embargo, la justicia seguía administráncLose
las bibliotecas latina y griega (Foro deT rajano a am bos lados de la
Columna), las conferencias o la docencia (Foro de Augusto o deTrajano)
utilizarían en adelante los pórticos de los nuevos foros, dotados de salas
en el Foro, donde los m agistrados tenían su sede oficial; tam bién se semicirculares. Las construcciones continuaron con el enorm e templo
oficiaban num erosos ritos políticos y religiosos, tradicionales y nuevos, de Venus y de Roma (Adriano) y la basílica de Majencio (siglo rv), que
ya fuera al aire libre o bajo techo, en las basílicas. com o las demás basílicas era u n foro cubierto.
A finales de la República, el viejo Foro se había quedado demasiado Las grandes vías rom anas desem bocaban en los foros, que, a
pequeño y se añadieron otros com plem entarios: al norte, el de César; se abrían al. norte al Campo de Marte, al oeste al Palacio Im perial y al
después, los de Augusto, Nerva, Vespasiano (Foro de la Paz) yTrajano. Circo Máximo, y al sur al Coliseo, es decir, a los otros centros políticos
Buena parte de las funciones institucionales, com o la adm inistración y cívicos principales.

• Estatales Pórticos • Espectáculos • Arcos de triunfo • Foros • Termas • Templos

• =1 " In c e n d io s ■ ■ In u n d a c io n e s "T e rre m o to s


750 a. C.
íííf f tf í? ™

0C »

oc«~

45 0 d. C.
Foro romano
1. Tem plo de Veiovis
Quirinal
2.Tab ulariu m
3. Tem plo de los Divinos Vespasiano y Tito
4.Tem plo de Concordia
5. Pórtico de los Dioses Consejeros
6. Tem plo de Saturno
7. Rostra
8. Arco de Septim io Severo
9. Atrium M inervae/Libertatis
10. Senado/C uria Julia
11. Basílica Julia
12. Estatua ecuestre de Domiciano
13. Basílica A em ilia/Pórtico de Cayo y Lucio
14. Tem plo de Cástor y Pólux
15. Rostra del Divino Julio
16. Tem plo del Divino Julio
17. Santuario de Vesta
18. Regia
19. Tem plo de los Divinos Antonino y Faustina
20. Atrium Vestae
21. Tem plo de Rómulo
22. Pórtico Margaritaria
23. Basílica de Constantino
24. Arco del Divino Tito
25. Tem plo de Venus y Roma
26. Coloso de Nerón

Foro de César

Foro de Augusto <E>


Foro de la Paz á lV #

Foro de Nerva

Foro de Trajano l ü l

Velia
Los monumentos de Roma han fascinado siempre a los arquitectos. Uno de ellos, Paul Bigot, se dedicó por completo a este tema durante su estancia en 1900 en la Villa Mádici
y a partir de 1908 realizó una maqueta de la Roma de comienzos del siglo iv d. C. de la que haría cuatro copias en yeso barnizado: dos para París, una conservada en el Grand Palais
(hoy en día en la Universidad de Caen) y la otra en la Sorbona (destruida en 1968); una tercera, en 1938, para Bruselas (llevada en 1950 al Museo del Cincuentenario), y la cuarta
para Filadelfia (en torno a 1914). Corregida a menudo, la maqueta representa las 3/5 partes de Roma (a escala 1/400). Para la Exposición Augústea organizada en 1938 por
el régimen fascista, se ejecutó una segunda maqueta a escala 1/250. En un inicio representaba tan solo el centro, pero después de 1945 se amplió para abarcar toda la ciudad
hasta el Muro Aureliano (en la actualidad se conserva en la Exposición Universal Romana, en el Museo de la Civilización Romana).

1. Capitolio 24. Santuario de Hércules Víctor


2. Templo de Júpiter Óptimo Olivario
Máximo 25. Gran Altar de Hércules y
3. Templo tetrástilo templo de Hércules Invicto
4. Templo de Júpiter Tonante 26. Foro Boario (de los bueyes)
5. Templo deOps 27. Templo de Portuno
6. Templo de Fides 28. Cloaca Máxima
7. Basílica Emilia 29. Puente Emilio
8. Templo de la Paz 30. Trastévere
9. Templo de Antonino y 31. Puente Cestio
Faustina 32. Templo de Esculapio
10. Basílica de Majencio (en la isla Tiberina)
11. Foro romano 33. Templo de Júpiter Jurario
12. Templo de Venus y Roma 34. Puente Fabricio
13. Coliseo 35. Navalia
14. Templo del Divino Augusto 36. Teatro de Marcelo
15. Entrada del Palatino 37. Circo Flaminio
16. Domus Augustana 38. Pórtico de Filipo
17. Templo de la Victoria 39. Santuario de las Musas
18. Templo de Magna Mater 40. Templo de Hércules
19. Templo de Apolo Palatino 41. Pórtico de Octavia
20. Templo del Divino Claudio 42. Templo de Juno Regina
21. Acueducto Claudio 43. Templo de Júpiter Estator
22. Circo Máximo 44. Templo de Apolo Médico
23. Depósitos (sal, trigo) 45. Templo de Belon
EL PUEBLO R O M A N O

Evolución de la distribución de la población del Imperio ■ integrado a Roma Conquista Provincia Im perio rom ano de Oriente
desde el siglo III a. G. al VI d. G. Neutro ■ ■ Propiedad im perial

Países danubianos 2.275.000

Asia M enor

Gran Siria 2.250.000


Chipre 200.000
r ■, 3.500.000
Egipto
C irenaica 250.000
M agreb actual

P oblación del Im perio rom ano

29.875.000 h. 33.250.000 h. 40.250.000 h.


57,5 % en Europa 57 % en Europa 5 6 ,6 % en Europa
2 3 ,3 % en Asia 1 9 ,2 % en África 2 3 ,5 % en Asia 1 9 ,5 % en África 23 % en Asia 20,4 % en África

I. E V O L U C IÓ N D E LA P O B L A C IÓ N

a dem ografía en la A ntigüedad es u n tem a complejo. Los in fo rm e n sobre personas libres de sexo m asculino: es decir, ciuda­

L datos son fragm entarios, a m enudo contradictorios o incom ­


pletos, y raram ente continuos. Por consiguiente, los investi­
gadores han de extrapolar conclusiones a partir de ciertas cifras para
danos rom anos varones. Paulatinamente, a partir del Im perio, vamos
o bteniendo inform aciones más abundantes sobre m ujeres, libertos y
esclavos. A m enudo las fuentes no nos hablan de lo que estamos bus­
presentar estadísticas generales. En el caso de Roma, las inform aciones cando, puesto que el estado servil no estaba necesariam ente vinculado
suelen referirse al n úm ero de ciudadanos, a veces, aunque no siempre, a la pobreza n i a la m iseria. Y a unque conocem os las categorías de
con su fam ilia. Otras fuentes dan cifras globales de la población del esclavos que vivían en condiciones difíciles, en las canteras, las m inas
m u n d o m editerráneo o rom ano, pero com o dependem os de textos li­ o en las grandes propiedades agrícolas, los datos que hacen referencia
terarios que se han copiado decenas de veces, los núm eros nos llegan a ellos se nos escapan en gran m edida. En cam bio, los esclavos y los
con frecuencia corrom pidos. Todo ello obliga a un enfoque crítico de libertos conocidos pertenecen con frecuencia a la categoría de esclavos
los datos, que n o p u eden ser los m ism os que los de la época contem ­ de ciudad, cuyas condiciones de vida eran a m enudo envidiadas por
poránea. algunos hom bres libres. Por todas estas razones, hem os de elegir entre
El segundo p roblem a es la distribución de la población. La reali­ los datos disponibles, es decir, ceñirnos a una fecha en la que las fuentes
d ad de la época hace que las fuentes (a m en udo m eras recensiones) nos sean favorables.
45.000.000 h. 37.000.000 h. 29.300.000 h.
56,8 % en Europa 56 % en Europa 52,6 % en Europa
2 2 ,1 % en Asia 21,1 % en África 22 ,7 % en Asia 2 1 ,3 % en África 24,2 % en Asie / 23,2 % en África

Distribución de la población según su estatuto personal en el año 14 d. G.

Roma Italia Hispania + Galia Provincias occidentales Grecia + Asia M enor actual Provincias orientales Promedio
20 ,6 %
II. LOS ESTATUTOS IU R ÍD IC O S
Orígenes
as sociedades del m u n d o m editerráneo antiguo evoluciona­

L ro n considerablem ente entre los siglos rv a. C. y m d. C. Todas


ellas estaban basadas en estatutos jurídicos determ inados, ya
fuera antes o después de la conquista rom ana. La extraordinaria lon­
gevidad del p oder rom ano en el m u n d o occidental ha determ inado
profundam ente este sistema social, pero su característica principal era
q ue el derecho rom ano concedía la ciudadanía, fundam ento del esta­
tuto personal, tanto a los peregrinos (extranjeros) com o a los escla­
vos libertos, hecho que distinguía a Rom a de prácticam ente todas las
dem ás entidades políticas. La condición de los individuos en el m undo
rom ano era doble. La persona estaba anclada a su ciudad de origen, de
la que era ciudadano hasta su m uerte. No obstante, podía convertirse
asim ismo en ciudadano rom ano e incluso, si tenía los m edios econó­
m icos e intelectuales necesarios, es decir, si provenía de una familia de
nobles locales, acceder a una carrera política en Roma y convertirse
en caballero rom ano y llegar a senador. Este m ecanism o facilitó que, a
partir del siglo n, y sobre todo con el edicto de Caracalla en 212 d. C.,
todos los hom bres libres del m u n d o rom ano adquirieran la ciudadanía
rom ana, siem pre que fueran libres y n o estuvieran som etidos a conde­
nas severas. Así pues, todos poseían un a doble ciudadanía, m uy difícil
de m odificar: solo el em perador tenía la potestad de cambiar la ciuda­
danía de origen de u n individuo.
El aum ento progresivo de los peregrinos en el m undo rom ano es
en parte u n reflejo de las conquistas rom anas, pero, com o acabamos
de decir, a partir de 212, el n úm ero de ciudadanos crece hasta alcanzar
aproxim adam ente cuarenta m illones de personas, esto es, casi toda la
población libre del m u n d o occidental. Esta extensión de los privilegios
inherentes a tal condición, que ya desde el siglo m a. C. era excepcional,
es única en la historia de Occidente. A p artir de este m om ento, todos
los hom bres Ubres del m u n d o m editerráneo en su sentido más amplio
gozaron de los m ism os privilegios jurídicos que los rom anos de Italia o
de Roma, y todos estaban som etidos n o solo al derecho de su ciudad de
origen, sino tam bién al derecho civil rom ano, que con el tiem po daría
pie al nacim iento de los derechos m odernos. El derecho de apelación
al em p erad o r (que en esta fu n ció n sustituía al pueblo rom ano) po r
parte de q u ien fuera - o tem iera s e r- condenado p o r u n m agistrado
rom ano o local era com ún a todos los ciudadanos. Aunque este estatuto
de ciudadanía concernía ante todo a los padres de familia y a sus hijos,
las m ujeres recibían a través de ellos derechos que no tenían en otros
lugares del m u n d o m editerráneo.
Otra característica fundam ental del m u ndo antiguo fue la esclavitud,
que nunca desapareció. D urante m ucho tiem po, de hecho, los esclavos
fueron más num erosos que los ciudadanos, sin m encionar a los peregri­
nos, a quienes conocem os m uy poco. N o obstante, el derecho rom ano
incluía la liberación de esclavos, y los ciudadanos hacían am plio uso de
dicha facultad, hasta el pu n to de que a comienzos del Im perio las auto­
ridades trataron de lim itar las m anum isiones. Los que se beneficiaban
de esta prerrogativa eran, sobre todo, esclavos urbanos que vivían en
contacto cotidiano con las familias. El liberto entraba en cierto m odo
en la familia del propietario que lo liberaba. Adoptaba el nom bre de su
antiguo propietario y quedaba som etido, com o u n niño, a la potestad
del padre de familia (su « p atró n » ). A su m uerte, todos sus bienes pasa­
ban a este último. D urante una o dos generaciones, la mácula servil les
im pedía seguir una carrera política, pero p o r regla general los libertos
constituían los elem entos m ás dinám icos de la sociedad. Los esclavos de
la ciudad de Roma, de las ciudades del Im perio o del em perador también
podían ser liberados, y bajo el Im perio, los libertos desem peñaron un
papel m uy im portante en la adm inistración im perial.
Derechos políticos Derechos civiles Derechos y penas judiciales Deberes
III. C l ie n t e l a s s o c ia l e s y p o l ít ic a s clientela. No tenían derecho a comerciar, y para recom poner su fortu­
na, frecuentem ente m erm ada por las campañas electorales, trataban de
a sociedad rom ana estaba basada en el patrim onio de los ciu­ ser nom brados, tras su pretura y su consulado, gobernadores de una

L dadanos, controlado cada cinco años por los dos censores,


y, a partir de D omiciano, de m anera administrativa. Bajo la
República, en la cúspide de la sociedad estaban los senadores y los caba­
provincia rica e incluso, si tenían la posibilidad, de una provincia en
guerra.
Por su parte, los caballeros se contentaban con servir en el ejército
lleros, cuyas fortunas eran equivalentes. Los senadores, de hecho, eran com o centuriones y tribunos, antes de hacer fructificar sus bienes, ya
caballeros que em prendían un a carrera política y a m enudo gastaban fuera licitando el cobro de im puestos agrícolas en una provincia o de
una parte de su fortuna en promesas electorales y en m antener a su sum inistros públicos. Nada les im pedía hacer negocios.

El sistem a clientelar
(bajo la República) CABALLEROS/SENADORES
(muy ricos)

GUERRAS

(01©
Votan las guerras, no se ven
afectados, com ercian y especulan

PAIS
CONQUISTADO
Productos agrícolas
Junto a esta aristocracia se en contraba la plebe, que no hay que su intervención en la vida política, circunstancia q ue acabó provocando
confundir con la clase de los pobres, pues, si bien los había, evidente­ un cam bio de régim en a lo largo del últim o siglo de la República. De
mente, y sobre todo en las ciudades, en general estaba com puesta por form a más general, este sistema, u na vez trastocado, fue una de las causas
comerciantes o pequeños propietarios, algunos de ellos acomodados. La de las guerras de conquista y de las guerras civiles.
plebe, en función de su riqueza, abastecía el grueso de las legiones, cuyos A unque dicho sistema perduró durante el Im perio, los gobiernos
oficiales procedían de los órdenes ecuestre y senatorial. Los avatares de de las provincias dejaron de poder utilizarse para el enriquecim iento
la vida económ ica o m ilitar podían desbaratar este sistema e im pulsar personal y el ejército pasó a depender exclusivamente del emperador.
el estrato inferio r de la plebe al clientelism o de las grandes familias Conviene no olvidar que, junto a los hom bres libres, la m ano de obra
senatoriales, que obtenían, de este m odo, los m edios para increm entar estaba com puesta sobre todo por esclavos.

PLEBE GRANDES PROPIETARIOS


(pequeños propietarios/comerciantes) (ricos)

Q
Poco afectados,
com ercian y especulan

r
I Piden préstamos
I para reacondicionar

CUENTELA®'
Estratos sociales y reparto de las riquezas

.400.000 a jg |
1.000.000 de sestercios .
Segmento del estrato Representación
A. 100.000 a social por categoría
400.000 sestercios en porcentaje
en porcentaje

15.000 alOO.OOO sestercios

A. 100.000 a 400.000 sestercios


• 34,65%/ 77,16%
2,84%/13,56%
• 4,36% / 6,09%
0,75% / 2,3%
0,19%/0,83%

3.400.000 a 1.000.000 de sestercios


78,81% / 60,41%
• 12,44% / 32,07%
1,26%/7,17%
•1,26% /0,36%

C. 1.000.000 a 20.000.000 de sestercios


• 20,96% / 67,84%
•1,34 % /14,91%
• 46,7% / 13,42%
0,2% / 3,84%

D. + 20.000.000 de sestercios

Humiliores Honestiores

| Plebe rural H ¡ Plebe urbana Agricultores (propietarios y colonos) Profesiones liberales | M ilitares | Veteranos | D ecuriones | Caballeros | C larísim os
IV Es t r u c t u r a s s o c ia l e s pese a ser ciudadanos, perm anecían sujetos a su autoridad, com o niños.
Los esclavos y los criados representaban lo que se denom inaba literal­
em os decidido representar aquí a un a familia de ciuda­ m ente la familia —de famulus, esclavo, servidor—. Algunas de las grandes

H danos rom anos, pero hay que reconocer que la estructu­


ra familiar apenas experim entó variaciones en el m undo
occidental a partir del siglo m, incluido el m u n d o helenófono, donde
el estatus de las m ujeres podía variar. No obstante, la estructura que
familias, las gentes, reunían a varios descendientes de u n m ism o ancestro,
com o la gens Iulia, la gens Claudia, la gens Cornelia... En ellas, el padre establecía
vínculos estrechos con los «clientes», personas que estaban en contacto
con él y con los suyos por motivos económicos, políticos o de amistad.
presentam os en este m odelo m uestra derechos que solo se aplicaban a Podía tratarse de plebeyos pobres de Roma, que dependían de él para vivir
los ciudadanos rom anos y a sus familias. mejor, pero también había caballeros y senadores que anhelaban su apoyo.
El padre de fam ilia tenía todos los derechos, p o r lo m enos hasta Esta clientela podía abarcar ciudades enteras o regiones de Italia, com o
Augusto, cuando se estableció que la justicia podía intervenir en caso de los Pompeyos en U m bría, e incluso provincias. Se cerraban acuerdos
adulterio y que las mujeres casadas que hubieran tenido tres hijos podían formales de patronazgo con el padre de familia en cuestión. Del m ism o
ser liberadas de la tutela masculina. Todos los m iem bros de la familia —la m odo que toda esta clientela contaba con el respaldo de su «patrón», este
domus o casa—estaban, pues, som etidos a él, igual que los libertos, que, últim o esperaba de ellos un sostén político y a veces militar.

Derecho de vida y m uerte (reservado al padre) <


Regalos hechos a los clientes
Controla *
Em ancipa «---------- «
Domus
Sostiene «
Piden intereses «

Familia

Clientes

rtividades, ciudades, provincias o regiones cVte

©
Participa en los ritos religiosos ©

Debe perm anecer virger ’O


Puede casarse

Puede divor * - ©

Puede tocar una parte de la herencia (si ha tenid o tres hijos)


Hijo / M arido / Padre / Suegro / Sacerdote
No tiene derecho a la dote ni puede heredar O

No tiene derecho al voto O


V irg o /N iñ a (<12 años)
Sin actividad judicial O

Sin actividad política ni pública ©

Puede ser vendida como esclava ©

Puede ser ejecutada por su tutor ©

M ujer (>12 años)

ras haber sido aceptada p o r el padre de familia después de Foro. Esta función existía, según los rom anos, desde tiem pos de la M o­

T su nacim iento, la m uchacha (virgo) ejerce, igual que los m u ­


chachos, m ía función de ayuda en el culto religioso de la
familia y en ciertas festividades públicas (si es de buena fam ilia), y par­
ticipa incluso en el culto público. A partir de los doce años se considera
narquía, antes de ser suprim ida por el emperadorTeodosio en 391 d. C.
La vestal debía perm anecer virgen en lo que duraban sus treinta años
de servicio, pero bajo la autoridad del gran pontífice gozaba de grandes
privilegios en la vida pública.
núbil. Según el régim en de m atrim onio establecido, pasa a estar bajo la D urante el Im perio, la situación de las m ujeres, las «m atronas»,
autoridad de su esposo o bien perm anece bajo la de su padre. También m ejoró u n poco, pese a que en las grandes familias era siem pre el padre
su dote queda supeditada al p oder de su padre o al de su m arido. Si se quien escogía al esposo, a veces cuando ellas apenas tenían dos o tres
desposa con u n n o rom ano, solo es posible el concubinato. Entre seis y años. El divorcio era fácil. Tanto si se volvía a casar com o si perm anecía
diez años, un a m uchacha puede ser «tom ada» (capta) por el gran p o n ­ viuda, la m atrona quedaba som etida al poder de su marido, de su padre
tífice com o vestal, para desempeñar, junto con otras cinco vestales (seis o de su suegro, dependiendo de la situación. Estas costumbres afectaban
en la A ntigüedad tardía), su servicio en la casa pública de Vesta en el a las clases acomodadas; de las demás no sabemos casi nada.
0 © © ©
Prisioneros Condenas e nacim iento Deudas

1 L _ _ j ___________;

Mineros y excavadores 5% ^ ♦ 1% Espectáculos

Í
Cam pesinos 45% 1 5 % Domésticos

5% Intelectuales
Im periales 10%

15% Comerciantes

^ 5% Im periales

de posibilidades de ser liberados,


a excepción de los m ineros que a menudo m ueren en el trabajo.

. de posibilidades de ser liberados.

Como el resto del M editerráneo, Rom a conocía bien la esclavitud. Las condiciones de estos siervos variaban según se tratase de obreros
Aunque el m ayor núm ero de siervos provenía de la venta de prisioneros, agrícolas, a m enudo encadenados, o de intendentes. Tenían m uy pocas
era posible caer en tal condición p o r co ndena judicial o po r deudas; probabilidades de ser liberados, al contrario de los esclavos urbanos,
había incluso quien se vendía a su acreedor. El sistema se reproducía por cuya suerte era m enos dura. Estos ocupaban distintas posiciones. Muchos
los nacim ientos de hijos de esclavos. Hasta mediados del siglo n, cuando realizaban tareas domésticas, manuales o intelectuales, y algunos estaban
fueron d ism inuyendo las grandes guerras de conquista, los esclavos colocados en calidad de comerciantes en las tiendas. Todos los em presa­
eran más num erosos que los ciudadanos. Llevaban a cabo tareas m uy rios, incluidos los organizadores de espectáculos, utilizaban esclavos. Los
diversas. Los m ás desgraciados trabajaban en las m inas, en general por propietarios autorizaban el emparejamiento de esclavos o lo incentivaban
castigo, ya qu e en ellas subsistían p oco tiem po. Los esclavos rurales para que su «familia» servil se reprodujese. La ciudad de Roma, o las
eran los más num erosos: tanto las grandes fincas com o las granjas más ciudades de Italia y de las provincias, tenían tam bién esclavos, y bajo el
pequeñas eran explotadas p o r esclavos, a m enudo incluso en ausencia Im perio, el em perador empleaba a sus propios esclavos en la adm inis­
de los propietarios. tración o en sus propiedades.
U N MOSAICO DE CIUDADES
G a l l a Lu g d u n e n s e
Ciudades de los:
1 . Osismos / Vorgium (Carhaix)
2. Vénetos / Dorioritum (Vannes)
3. Coriosolites / Fanum Martis (Corseul)
4. Námnetes / Portus Namnetis (Nantes)
5. Redones I Condate (Rennes)
6. Abricantes / Ingena (Avranches)
7. Unelos / Cosedia (Coutances)
8. Bodiocasos / Augustodorum (Bayeux)
9. Viducasos / Aregenus (Vieux)
10. Cáletes / Juliobona (Lillebonne)
1 1 . Veliocasos / Rotomagus (Rúan)
12. Lexovios / Noviomagus (Lisieux)
13. Aulercos Eburovices / Mediolanum (Évreux)
14. Esuvios I Sagii (Sées)
15. Aulercos Diablintes I Noviodunum (Jublains)
16. Andecavos / Juliomagus (Angers)
17. Cenómanos / Vindinum (Le Mans)
1 8 . Turones / Caesarodunum (Tours)
19. Carnutes / Autricum (Chartres)
20. Parisios / Lutecia (París)
21. Senones / Agedincum (Sens)
22. Tricases / Augustobona (Troyes)
23. Eduos/Augustodunum (Auntun)
24. Segusiavos / Forum Segusiavorum (Feurs)
25. Colonia Copia Caludia Augusta Lugdunum (Lyon)

G a li a A q u í t a n ia

Ciudades de los:
1 . Pidones / Limonum (Poitiers)
2. Bitúrigos cubos / Avaricum (Bourges)
3. Arvernos/ Augustonemenum (Clermont)
4. Velavios I Ruessio (Le Puy)
5. Gábalos / Anderitum (Javols)
6 . Rutenos / Segodunium (Rodez)
7. Cadurcos / Divona (Cahors)
8 . Lactoratos / Lactora (Lectoure)
9. Auscos I Augusta Auscii (Auch)
10. Cónvenos / Lugdunum Convenarum (Saint-Bertrand-de-Comminges) GALIA N ARBO NENSE Memini / Colonia Mem. Carpenctoracte (Carpentras) 19. Colonia Iulia Paterna Arelatensium Sext. (Arle
1 1 . Elusatos / Elusa (Eauze) Sogiontios I Sogiontiorum (Sisteron) 20. Glanum (Saint-Rémy)
1 2 . Tarbetos / Aquae Augusta (Ax-les-Thermes) 1. Alóbroges / Colonia iulia Víenna (Vienne) 11. Reii / Colonia Iulia Aug. Apo. Reiorum (Riez) 21. Colonia Augusta Nemausus (Nimes)
13. Boyenos / Boios (Lamothe) 2. Voconcios / Colonia Valentía (Valences) 12. Colonia Oct. Pacata Forum lulii (Fréjus) 22. Volcasarecómicos/ Claudia Luteva (Lodéve)
14. Bituriges viviscos / Burdigala (Burdeos) 3. Dea Augusta Vocontiorum (Die) 13. Antipolis (Antibes) 23. Colonia Iulia Sept. Baeterrae (Béziers)
1 5 . Vasates / Cossium (Basas) 4. Vapincum (Gap) 14. Satuvios / Tulia (Tolón) 24. Agatha (Agda)
16. Nitióbroges / Aginum (Agen) 5. Helvios / Alba Helvorum (Albe) 15. Massilia (Marsella) 25. Colonia Paterna Claudi Narbo Martius (Narbona)
1 7 . República de los petrucorios / Vesunna (Périgueux) 6. Tricastinos/ Augusta Tricastini (St-Paul-Trois-Chát.) 16. Colonia Iulia Augusta Aquae Sextiae (Aix) 26. Colonia Iulia Carcasso (Carcasona)
18. República de los sántonos / Mediolanum (Saintes) 7. Vasio Vocontiorum (Vaison-la-Romaine) 17. Colonia Iulia Apta (Apt) 27. Colonia Iulia Ruscino (Chateau-Roussillon
19. Osismos I Vorgium (Carhaix) 8. Colonia Firma Iulia Sec. Arausio (Oranges) 18. Cabellio (Cavaillon) 28. Volcas tectósages / Tolosa (Toulouse)

n el m u n d o rom ano, un a ciudad (polis o civitas) no es sim ple­ fundam ental, una consideración individual o colectiva que Roma con­

E m ente un a unidad administrativa, sino una entidad particular


que tiene su propia estructura y que presenta diferencias en
función de su estatus. Las ciudades peregrinas vivían conform e a su
cedía, entre el siglo v y i a. C., a las ciudades de Italia y que les otorgaba
una parte del derecho de ciudad romano. N o obstante, la cuestión del
derecho latino, percibida com o una hum illación en Italia, acabó pro ­
propio derecho civil, m ientras que las instituciones de las com unidades vocando la guerra social (90-89 a. C ). A continuación, vino una etapa
de tipo rom ano, colonias y m unicipios, reflejaban más o m enos las de de integración de ciudades o regiones enteras al Im perio, m om ento
Roma. Las diferencias existentes en cuanto a consideración eran fruto en que los habitantes de las provincias elegidas pudieron recibir colec­
de la historia y p odían deberse al m o m en to de la conquista por parte de tivamente el derecho latino. Bajo el Im perio, los magistrados de estas
Roma o haberse ido aplicando progresivam ente m ediante m ecanism os ciudades adquirían, junto con su familia, el derecho de ciudad romano.
de prom oción. Así pues, bajo el Im perio, las ciudades de tipo rom ano Por otra parte, después de la guerra social, los rom anos, fuera cual
se esforzaban p o r convertirse en colonias romanas, un estatus consi­ fuese su estatus, tenían dos derechos de ciudad: el de la ciudad en la que
derado honorífico. Los m unicipios o las colonias podían disfrutar del habían nacido y, si eran ciudadanos rom anos, el de la ciudad de Roma.
derecho latino o ser colonias de pleno derecho. El derecho latino era De este m odo, Cicerón era al m ism o tiem po ciudadano de Arpiño y de
Forum Hadriani
(en el año 170 d. G.)
(VoorbSrg)'
¡ Ulpia Noüiomagus

' Colonia Ulpia Traianas

.Germán ía.
Inferior Colonia Claudia
Ciudad de los menapios Ara Agrippinensis

Ciudad de los mórinos • £ “ api° " . / Atuatuca •


(Tongeren)
Tarvanna .......m. - ' } í
(Therouanne) / \
Ciudad de los nervios
Ciudad de los atrebates.
• Nemetacum
''v ' (Arras) ... Aquae MáttiacMurrv
" - (Wiesbaden)
Ciudad de los ambienos*

Samarobriva ciudad de los viromanduos


(Amiens) 5 « # / Borbetomagus
Ciudad de los Tréveros Augusta Treverorurn
Augusta Viromanduorum /
t J (San Quintín) • G alla . • (Tréveris) \ (Wormsj

Bé l g ic a
Ciudad de los belóvacos
.Ciudad délos suesones
G ermán ia
Augusta Suessionum
Ciudad de los remos Superior
Durocortorum Ciudad de los mediomátricos.
Ciudad de los silvañéctos (Sojssonsj V (7
* (Reims)
Ciudad de los m eldos'\

I Brucomagus
/ (Brumalh)

GALIA
LIONESA
, Agedincum Ciudad de los leucos
\(Sens)

Vías rom anas

Frontera de provincia
jAndemantunum
Frontera de civitas (ciudad) (Langres)

XXX N ombres de los pueblos » l/fa/s/ag lo m era ció n (conocidos)


Cam pam entos secundarios y cam pam entos
O ® Capital de provincia • • Civitas perm anentes (conocidos)

Roma. Bajo el Im perio, el estado civil de los ciudadanos rom anos estaba Las ciudades tenían sus propias instituciones, ya fueran extranjeras
sujeto a la ciudad de Italia o a las provincias d o nde hubieran nacido. o u n reflejo de las de Roma. Por otro lado, globalm ente, a excepción
Esta doble ciudadanía com portaba, sobre todo para los ciudadanos aco­ de ciertos pueblos o tribus que no vivían en la ciudad, el conjunto de
modados, u n doble deber cívico: el de com prom eterse con su ciudad las ciudades funcionaba conform e a instituciones hom ologas. Estaban
de origen, en calidad de m agistrados o benefactores, paralelamente a la formadas por u n pueblo, que votaba las leyes o que elegía a los magis­
carrera ecuestre o senatorial q ue quisieran iniciar en Roma. Cambiar de trados y sacerdotes, y gobernadas p or estos magistrados anuales. U n
ciudad de origen quedaba prácticam ente excluido; pero, un individuo Senado local (Senado, consejo de decuriones o bulé en los países griegos)
que entablase relaciones personales con otra ciudad de Italia, o de las reunía a los magistrados y hacía las veces de consejo. Los m agistrados
provincias, podía obtener el estatus de residente si aceptaba los deberes im partían justicia: en las grandes ciudades juzgaban toda clase de asun­
que le eran propios. Los individuos originarios de ciudades peregrinas tos; en las ciudades más m odestas, el que adm inistraba la justicia penal
eran asimismo ciudadanos de su ciudad antes de adquirir, eventualmente, era el gobernador rom ano cuando hacía su ronda de visitas. Por últim o,
el derecho de ciudad romano. A partir de 212 d. G , este sistema se gene­ los m agistrados de las ciudades tenían tam bién la tarea de recaudar
ralizó y todos los hom bres libres se convirtieron en ciudadanos romanos. im puestos.
PARTE II
GOBERNAR,
VENERARA LOS DIOSES Y
SATISFACER LAS NECESIDADES
EL SISTEMA POLITICO R O M A N O

I. A n t e s d e l Im p e r io

asta el siglo rv d. C., Rom a se deno m inó república, la «re­ po r lo tanto, en el exterior de Roma, en el Cam po de Marte. Bajo la

H pública del pueblo rom ano y de los quirites». Res publica


significa «la cosa u organización del pueblo», lo que se
intensifica con el añadido de Populi Romani Quiritium, «del pueblo rom a­
no y de los quirites». Según esta fórm ula, el pueblo rom ano son los
República, el p u eblo estaba in tegrado, de acuerdo con su fortuna,
en 193 centurias (18 de caballeros, 170 de infantería y 5 sin arm as).
Cada cinco años, los censores clasificaban a los ciudadanos en centurias,
en función de las 3 5 tribus correspondientes a su lugar de inscripción
ciudadanos rom anos organizados con miras al ejército y a los votos com o ciudadanos (cuatro para la ciudad de R om a). Los com icios cen­
populares y gobernados p o r m agistrados; dicho de otro m odo, el Es­ turiados elegían a los m agistrados y a los sacerdotes, votaban las leyes
tado de los rom anos. El térm in o quirites añade la idea de «el cuerpo y hacían las veces de tribunal para delitos capitales y, más adelante, a
civil que constituye el pueblo rom ano». Esta definición oficial del Es­ partir del siglo i a. C., de alta traición. Al principio, la plebe rom ana
tado traduce, p o r consiguiente, un a voluntad de precisión extrema, poseía sus propios com icios, los concilios de la plebe, que elegían a
elem ento que caracteriza un a buena parte del pensam iento rom ano. sus representantes, los tribunos de la plebe, y votaban las decisiones.
El p ueblo estaba organizado en distintas asambleas (com icios) que Paulatinam ente, estos concilios, con sede en el lugar de inscripción
tam bién p roporcionaban el m arco de reclutam iento de los soldados. A de los ciudadanos, se convirtieron en u na segunda asamblea, que se
com ienzos de la época m onárquica, la asamblea (com icios curiados) reunía en el foro (com icios tributos). Esta votaba leyes, elegía a los
constaba de tres curias, que más adelante aum entaron a treinta (3 x 10). magistrados inferiores (cuestores y ediles) y a los de la plebe (tribunos
Estos com icios perd u raro n hasta el fin de la República, pero tan solo y ediles), y tenía com petencias judiciales para delitos de Estado.
tenían valor religioso, ya q ue supuestam ente celebraban una festividad Los m agistrados su periores (cónsules y p reto res) presid ían las
com ún. Por o tra parte, votaban u n a ley curiada q ue confería a cada asam bleas, g o b e rn a b a n R om a y las p ro v incias y c o m a n d a b an el
magistrado superior (cónsul o p retor) u n p oder de m ando (imperium). ejército. Estos m ism os m agistrados convocaban las asam bleas y las
C o n fo rm e a la tra d ic ió n , al final de la m o n a rq u ía se creó u n a presidían, y lo m ism o o cu rría con el Senado (u n consejo de cien,
asam blea nueva basada en el censo, los com icios centuriados, que trescientos y después seiscientos antiguos m agistrados) y los trib u ­
constituían tam bién el fund am en to del ejército rom ano. Se reunían, nales de justicia.
siglos m y II a. G.

1 dictador |
1 jefe de ca ballería § Poderes
2 cónsules | Plenos poderes
4-20 cuestores 0 M ilitares ©
Magistrados

2 - 8 pretores 0 Imperium (derecho de mando superior) ©


Económicos ©
2 ediles curules 0
Judiciales 0
2 ediles plebeyos 0
Roma (ciudad) ©
2 - 1 0 tribunos de la plebe @
Veto ©
35-40 sacerdotes 0 Censura 0
2 censores 0
senadores
Eligen por votación
Se reúnen en
Presiden y convocan
Controlan y destituyen
Aconsejan O -
Asisten
Vetan -M —
Proponen
Votan
A plican
Nombran
Elige
Pueden integrar M ' -
desde el siglo I a. G. hasta el III d. G.
Emperador
ñ

-----
© Plenos poderes
© Veto

—► A clam an
—► Se reúnen en asam blea
—► Eligen por votación
—► Adm inistran/com andan
—► Aconsejan
Intervienen en
—► Veto
—► Aplican
—► Nom bran

v. Legado de A ugusto

II. El s i s t e m a i m p e r i a l El príncipe asumía entonces una parte de las responsabilidades, como


el gobierno de las provincias en las que estaba acantonado el ejército, el
urante los tres prim eros siglos del Im perio, el sistema de o rd e n p ú b lic o en R om a y en Italia y el abaste cim ien to . De este

D las asambleas y de los m agistrados perm aneció inmutable.


La única m odificación fue el aum ento, por parte de Au­
gusto, del n úm ero de parejas consulares elegidas cada año con el fin de
m o d o se fue cre an d o p ro g resiv am en te, a p a rtir de C laudio (4 1 -
54 d. C.), un a a d m inistración im perial q ue perm itía la intervención
del p rín c ip e en todos los ám bitos. Fue som etida a la responsabilidad
disponer de una cantidad suficiente de altos m agistrados para gobernar de los caballeros ro m an o s. El p rín c ip e estaba en p o se sió n de los
las provincias y el ejército (en tanto que promagistrados o legados), y poderes de los m agistrados rom anos, especialm ente el imperium de
asum ir la responsabilidad de las infraestructuras (el abastecimiento, el los m agistrados superiores (cónsules y pretores) o el p o d e r (potestas)
g obierno de Rom a y de Italia, las carreteras, las m árgenes delTíber, los de los trib u n o s de la plebe. Al p rin c ip io del Im p erio , estos p o d e ­
acueductos). No obstante, sí h u b o u n cam bio im portante: la presencia res se renovaban todos los años, cada cinco o cada diez, pero esta
del em perador junto al Senado y los r ren o v ac ió n n o ta rd ó en h a cerse de fo rm a au to m átic a. De vez en
Propretores
Procónsules

cuando el em p e ra d o r ejercía el con su lad o y a veces llevaba a cabo Tras una lenta evolución, en la que la iniciativa im perial se hizo cada vez
un nuevo cen so del p u e b lo ro m a n o ; p e ro a p a rtir de D o m iciano más fuerte, y ante la anarquía y las invasiones del últim o cuarto del si­
la fu n ció n de ce n so r se co n v irtió en u n a a trib u c ió n p e rm a n e n te glo m d. C., surgió, a com ienzos del rv, u n nuevo régim en de gobierno.
de la ad m in istra c ió n im p e ria l. La ju ris p ru d e n c ia era ta m b ié n u n En el siglo n, se instituyeron en Italia los iuridici, una especie de adm i­
ám bito tra d ic io n a l del em p e ra d o r, q u e se e n tre g a b a a esta tarea nistradores de la región. A finales del siglo ni, se asignó u n correc­
co tid ia n a m e n te . Las ele c c io n e s de los m a g istra d o s se c o n v irtie ­ tor -p ro n to serían d o s - a estos iuridici y tam bién para las provincias.
ron enseg u id a en actos p u ra m e n te form ales, so m etidos p o r c o m ­ Bajo Diocleciano, estas quedaron reagrupadas en diócesis, de m ayor
pleto al c ap rich o del p rín cip e. D ejaron de ser u n a apuesta política extensión, y som etidas a la autoridad de caballeros rom anos llamados
esencial cu an d o la a u to rid a d de las m ag istratu ras, el co n sulado o viceprefectos del pretorio, que dependían directam ente del emperador,
la p retu ra q u e d ó re d u c id a al p o d e r a d m in istra tiv o so lam ente. El u na reform a que puso fin al gobierno de las provincias po r parte de
objetivo de los senadores eran los gran d es g o b ie rn o s provinciales los senadores. En u na segunda fase, siem pre bajo el m andato de Dio­
y la resp o n sa b ilid a d de lo s g ra n d e s gastos de la in fra e stru c tu ra . cleciano, estas diócesis quedaron divididas en u nidades más pequeñas.
EL N A C IM IEN T O DE U N A LEY BAJO LA RE P Ú B LIC A Y EL IM PERIO

REUNIONES PÚBLICAS

M AGISTRADOS (EN EL FORO)


TRIBUTOS

D ATA (PROMULGADA)

EM PERADOR
<n>

C O N SU L
X ©
CENTURIA DOS
PRETOR (EN EL CAM PO DE MARTE)
TR IB U N O
X

= ABANDONO (GENERALMENTE TEMPORAL)

= RECORRIDO DE UNA LEX ROGATA

= RECORRIDO DE UNA LEX DATA

D ESPLAZAM IEN TO DE LA M AYO RÍA EN LAS C EN TU R IAS CLASES SOCIALE


RICOS = I + CABALLEROS =]
PLEBE = 11 + 111 +
POBRES = V + PROLETARIO
III. La s l e y e s . P r o p o s i c i ó n , v o t a c i ó n y a p l i c a c i o n e s

D ESARROLLO DE LA V O TACIÓ N ,
l derecho rom ano es

E una de las creacio­


nes más extraordina­
rias del pueblo rom ano. A par­
tir del siglo v a. C., los grandes
preceptos se expusieron en el
Foro, en las xn Tablas. Dichos
preceptos se fueron precisando
a lo largo de los siglos m edian­

CONSULTA
Ó
rA DE A U
l SPICIO S E JE C U C IÓ N JU D IC IA L
te leyes, ya fueran votadas por
todo el pueblo (comicios centu-
riados) o bien po r los comicios
i
♦ — ■
■ +
• A tributos (reservados al principio
a los plebeyos). Las leyes pro ­
a cu sad o A BOGA DO
O
SIG N O S DESFAVORABLES
puestas por los tribunos (plebis­
citos) solo se aplicaron a todos
los ciudadanos a p artir de 287 a.
C. Al final de la República, el Se­
- ▲ - nado tenía que aprobar tanto los
M AGISTRADO
proyectos de los tribunos de la
plebe com o los de los otros m a­
gistrados. La votación de todas
las leyes quedaba som etida a la
posibilidad de veto de u n co­
lega (cónsul o pretor) o de u n
SORTEO tribuno de la plebe. En general,
■ J las leyes se retiraban si las asam­
T MODALIDAD de voto
FIN DEL bleas públicas dem ostraban su
PROCEDIMIENTO 2. ANTE EL JUEZ im popularidad. En resum idas
(PROCESO)
cuentas, la jurisprudencia de
di
* ^ = ± 7 Di
SECRETO ▲ los juristas a partir del final de
la República, y bajo el Im perio
JUEZ
la de los em peradores, se fun­
I
dam entaba en estas leyes. Estas
precisiones acabarán agrupadas
junto con las constituciones
MAYORÍA ALCANZADA = CIERRE DE LA V O TA CIÓ N (leyes) im periales en el Código
de Justiniano (529 d. C.).
I
NO CULPABLE

O 3. APELACION

SIG N O S SOBRENATURALES
©
ASAMBLEA DEL PUEBLO

□ x a c u sa d o r
a cu sad o
DE CALUMNIA

EVOLUCION D EL P O D E R IM PERIAL
FIN DE LA
REPÚBLICA AUGUSTO
EMPERADOR —
DNSEJO DEL PRÍNCIPE -- —
# MAGISTRADOS
NOMBRA
CÓNSULES
^ ADMINISTRA
SENADO A • LA ECONOMÍA
COMICIOS # ■ ★ # ■ ★ .. ★ ★ ^ ACLAMACIÓN
siglo II a. G.

Poderes
Plenos poderes O
M ilitares O
Imperium (§¿)
Económico o
Judicial 0
Roma (ciudad) 0
Veto 0
Censura O

Jurídico O

IV. LOS M A G IST R A D O S los ciudadanos, al contrario de los comicios centuriados, que solo reu­
nían a los pudientes. Protegidos por el carácter sacrosanto que los hacía
n el Estado rom ano, el po d er ejecutivo siem pre estuvo en inviolables respecto a los magistrados superiores, podían apelar contra

E m anos de los magistrados elegidos. Su núm ero aum entó a


partir del nacim iento de la República en el siglo v a. C., pero
con el advenim iento del Im perio, su poder quedó lim itado por la pre­
las condenas que afectaban a u n plebeyo y ejercer el veto a todas las
acciones de u n magistrado, una prerrogativa que las anulaba durante
u n día. Los diez tribunos se fueron convirtiendo poco a poco en una
sencia, junto a ellos, del emperador. Los m agistrados provenían todos parte del dispositivo de gobierno. Su poder estaba lim itado al área de
del o rden senatorial o bien pertenecían a la élite de los caballeros rom a­ Roma. En u n inicio, a partir del siglo rv a. C., p odían convocar al Senado
nos que, com o aquellos, eran elegidos magistrados. Tras los prim eros y atacar las decisiones de los magistrados que considerasen excesivas,
siglos, sobre los que tenem os poca inform ación, u n joven se conver­ pero para sus procedim ientos judiciales tenían que utilizar el sistema
tía en senador tras ser elegido para la cuestura. La edad varió con el de comicios (comicios tributos). A partir del año 180 a. C., com o muy
tiem po, pero en el siglo n a. C. había que tener veintiocho años. Tanto tarde, todos los tribunos eran senadores. Los pretores (a los cuarenta
si ascendía los peldaños de la carrera com o si no, seguía siendo sena­ años bajo la República y a los treinta bajo el Im perio) tenían el imperium, el
dor siem pre que los censores n o lo expulsasen del Senado. La edilidad poder de m ando y de sentencia, civil en una milla a la redonda de Roma
(treinta y siete años, facultativa, y a com ienzos de nuestra era sobre los y absoluto fuera de esta, mientras que los otros magistrados no tenían
veintisiete años) conducía a la pretura (en torno a los cuarenta años) y, más que la potestas, el poder de actuar en nom bre del Estado. Igual que los
finalmente, al consulado. En el siglo v a. C., en tiem pos de los conflic­ cónsules, los pretores portaban la toga pretexta. Los dos cónsules tenían
tos, se crearon los tribunos de la plebe, cuya función era precisam ente cuarenta años en tiempos de la República, mientras que bajo el Imperio
la defensa de esta. Eran elegidos a la vez que los ediles de la plebe por la edad de los más jóvenes era de treinta y tres años. Tenían un imperium
los com icios de las 3 5 tribus del pueblo rom ano, que incluían a todos superior sometido a las mismas restricciones que el de los pretores.
EL EM PERADOR Y LAS DINASTIAS

I. Po d e r e s y t i t u l a t u r a d e l e m p e r a d o r

res aspectos fundam entales caracterizan la función im perial: perpetuidad los poderes y privilegios de u n tribuno de la plebe, renova­

T el vínculo familiar entre em peradores y el poder civil y m i­


litar. La titulatura im perial ponía de manifiesto todos estos
elementos. A excepción de Tiberio, Calí gula y Claudio, los em peradores
dos cada año y, por ende, num erados: perm itía asistir a las sesiones del
Senado y proponer m ociones, así com o oponer su veto a las decisiones
de los m agistrados. La aclam ación im peratoria expresaba su imperium,
llevaban siem pre el m ism o nom bre, que em pezaba p or Im perator Cae- su poder de com andar el ejército, que le era concedido po r el propio
sar Augustus: Imperator hacía las veces de no m b re de pila, Caesar de n o m ­ ejército y p o r el Senado en el m om ento de su acceso al poder, y cada
bre de familia y Augustus de sobrenom bre. A estos elem entos insertaban vez que el prim ero obtenía una victoria.
sus nom bres propios y habitualm ente el no m bre de su padre (adopti­ Estos poderes comportaban la capacidad de crear una administración
vo) . Por consiguiente, se trata de una familia que, de form a general, se im perial distinta de la de los magistrados anuales. Los em peradores se
perpetúa indefinidam ente en el poder. rodeaban de una administración dirigida por caballeros romanos, ayuda­
El resto de la titulatura rem itía a los poderes imperiales, conferidos dos por esclavos y libertos im periales. En la cúspide estaban los grandes
p o r un a ley o por votación de las asambleas. N orm alm ente se otorgaban despachos del Palatino, dirigidos po r procuradores ecuestres del más
el título de pontifex maximus (presidente de los pontífices), la potestad alto nivel. Algunas provincias o subdivisiones de provincias podían ser
tribunicia, la aclam ación im peratoria, el consulado, el título de padre gobernadas p o r prefectos ecuestres. En Roma, los prefectos del pretorio
de la patria y, dado el caso, la censura. La potestad tribunicia atribuía a ejercían de hecho el poder suprem o después del emperador.

Ejemplo de Trajano en el año 116 d. G.


nombre de pila nombre de familia sobrenombre
[g entilicio] [cognomen]

MARCUS ULPIUS TRAIANUS

IMPERATOR CAESAR, DIVI NERVAE FILIUS,

NERVA TRAIANUS OPTIMUS AUGUSTUS, GERMANICUS DACICUS PARTHICUS,

PONTIFEX MAXIMUS, TRIBUNICIA POTESTATE XX,

IMPERATORXIII, PROCONSUL, CONSUL VI, PATER PATRIAE

El em perador César, Nerva Trajano Óptim o Augusto, el germ ánico, el dacio, el parto, pontífice m áxim o,
>u 20 .a potestad tribunicia, aclam ado em perador por 13.a vez, procónsul, cónsul por 6.a vez, padre de la patria

o
Administrativos y judiciales
o Victorias Filiación
o
-D irig e n te de Roma y de las - Títulos de victoria concedidos - Caesar: pertenencia a la Título honorífico concedido
provincias del Imperio. por el Senado durante o al fa m ilia de los Césares. por el Senado unos m eses
- Prim er m agistrado del final de sus cam pañas. - Divi Nervae filias: después del acceso al poder
Im perio. -A clam ac io n es hechas aquí, hijo del em perador de cada emperador.
- Dado que los em peradores cargo em inente y públicam ente por el ejército en Nerva divinizado.
no asum ían el consulado prestigioso de la religión favor del em perador con m otivo
todos los años, se indica el cívica rom ana. de las cam pañas m ilitares.
núm ero de veces.
La administración imperial
del Alto Imperio

(S^ SV P> S

Funciones

Plenos poderes O
Al servicio del em perador Q )
Roma (ciudad) 0
Im periales ^
Económicos O
Judiciales ©
Adm inistrativos Q
M ilitares y de seguridad Q
Mantenim iento @
A bastecim iento alim entario Q

m m m ssm m m
Gobiernan
Abdican
Asisten
Reem plazan
Occidente
II. La g u a r d i a p r e t o r i a n a

erederas de la guardia
del pretorio de los
- L - L cam pam entos de la
legión, las cohortes pretorianas
reclutadas de las legiones fueron
creadas discretam ente p o r Au­
gusto y repartidas p o r los dife­
rentes barrios de Roma. En 2 a. C.,
las colocó bajo el m ando de dos
prefectos del p retorio de rango
ecuestre. Las cohortes se insta­
laron fuera del pomerium, en el
Viminal (cerca de la actual esta­
ción Termini), en u n cuartel que
se concluyó en el año 23 d. C.
En u n inicio la unidad estaba for­
m ada p o r 9 cohortes de 5 0 0 h o m ­
bres, que pasarían a ser 10 y
cuyos efectivos se duplicaron
en el siglo n. En 197, Septimio
Severo, desconfiando de los pre-
torianos, instaló en Alba Longa

lil
a la legión II Pártica, que realizó
el servicio de guardia pretoriana
hasta su partida hacia el frente
oriental a m ediados de siglo ni.
A partir de este m om ento casi
no se oye hablar de los pretería­
nos, que, sin em bargo, seguían
existiendo. Diocleciano redujo el
núm ero de cohortes y, en 312,
Constantino las disolvió.
Las coh o rtes p reto rian as se
reclutaban en Italia y en las p ro ­
vin cias, p e ro los c e n tu rio n e s
eran jóvenes caballeros rom anos
o soldados p re to ria n o s ascen­
didos. N o h abía o rd e n de cen­
turias n i prim ip ilo . Ju n to a los
prefectos del pretorio, u n princeps
d esem peñaba la función de jefe
de Estado M ayor y los speculato-
res estaban com andados p o r u n
trecenarius. Las cohortes p reto ria­
nas, que n o tenían águilas, sino
solam ente insignias, y en gene­
ral n o iban fuertem ente armadas,
estaban dirigidas p o r tribunos.
Paralelam ente, los em peradores
Julio -C lau d io s m a n te n ía n u n a
gu ard ia m o n ta d a de g e rm á n i­
cos, qu e bajo Trajano fue susti­
tu ida po r m il equites singulares («de
élite»). Estos últim os fueron tam ­
bién disueltos p o r C onstantino,
q ue los reem plazó p o r las scholae
montadas después de 312.
III. R e s id e n c ia s im p e r ia l e s 51

ntre Augusto y los Se­


I Provincias conquistadas
Separación de una provincia en varias
i Reunión de varias provincias en una
E veros, la sede oficial
del em perador estaba
en Roma, en el Palatino, donde,
Sin cambios desde los inicios del Imperio,
bajo D omiciano y los Severos, se
había desarrollado un im ponen­
te palacio con salas y despachos
para los grandes cargos im peria­
les. Después, a partir de finales
del siglo ni y con la tetrarquía,
surgen las residencias fijas: Ni-
com edia (Bitinia) o Antioquía
(Siria) para Diocleciano, Sirmio
24 a. C. 14d.C. 46 d.C. 95 d.C. 235 d.C. 303 d.C. 400 d.C. (Panonia) para GaLerio, Milán
y Tréveris respectivamente para
Frecuentación de las residencias imperiales Maximiano y Constancio i.
en porcentaje de la duración total de los reinados X • • • • • El sistema cambió con Cons­
tantino i, que ya en 313 y 314
0% -1% 1-2% 2-5% 5-10% 10-20% 30-40% residía en Arles, adonde transfirió
los talleres m onetarios y donde
235-284 284-337 337-395 395-476 c o n v o có u n c o n c ilio ( 3 1 4 ) .
Abandonó Tréveris en 316 antes
de acudir a Rom a en 326 para
celebrar sus vicennalia («veinte años
de reinado»). Pasó el invierno de
3 2 6 a 3 2 7 en Sirmio para vigilar
a los sármatas. A finales de 327,
inspeccionó el Danubio y se esta­
bleció en Nicomedia. En 329, vol­
vió a quedarse todo el invierno
en Sirmio antes de asentar, desde
3 3 0 a 3 3 7 ,s u capital en Constan-
tinopla, que a partir de entonces
se añadiría a las residencias fijas.
Los h ijo s de C o n sta n tin o
utilizaron grosso modo las mismas
residencias hasta 360, después,
los césares y los em peradores se
desplazaron en fu n ción de las
campañas militares. Así, Juliano,
convertido en césar en la Galia,
pasa el invierno de 3 5 6 en Yienne.
En 3 5 7 se establece en Estrasburgo
y pasa los inviernos de 357 a3 5 8
y de 358 a 359 en Lutecia. En el
invierno de 360 está en Yienne,
entra en Constantinopla en 361 y
se instala en Antioquía en 3 62 para
preparar la expedición a Persia.
En 3 95, C o n stantinopla se
convierte en la capital de la zona
oriental del Im perio, m ientras
que Rávena tom aba bajo H ono­
rio, en 402 y hasta 476, el relevo
de M ilán y de R om a p ara el
Im perio rom ano de Occidente.
1 Los Julio-Claudios
desde 27 a. G. hasta 68 d. G.
T.Claudia Nerón

desde 69 hasta 9 6 d. G.
Cesenio Peto

Flavia Sabina

FlavioVespasiano t

Flavio Domitiano ;t

Longina (1) j

— Julia Titi (2)

IV. Las d i n a s t í a s referencia a la un ió n familiar entre los Iulii, los descendientes de César,
y los Claudii, a través de Tiberio, yerno de Augusto. Los príncipes fueron
unq u e se otorgase m ediante una serie de actos oficiales, elegidos en función de esta pertenencia familiar hasta el año 68, cuando

A leyes o elecciones, el p oder im perial dependía en prim er


lugar de la pertenencia a un a familia. Desde los prim eros
años del triunvirato, Octaviano utilizó su vínculo fam iliar con Julio
la dinastía Julio-Claudia ya había alcanzado sus límites, y tras dos años
de guerras civiles por la conquista del poder, una nueva familia ocupó
su lugar, la de Vespasiano, los Flavii. Le sucedieron sus dos hijos, Tito y
César integrando a su nom bre, en 39 a. C., la filiación de «hijo del Di­ Domiciano.
vino (Julio)». Asimismo, hizo que se concedieran privilegios y honores El sistem a iniciado p o r A ugusto había p erm itid o el paso de una
especiales a su esposa y no m b ró a colaboradores, que se convertían así dinastía a otra, aunque fuera a costa de una guerra civil. Por primera
en m iem bros de su familia (por ejemplo, su yerno Agripa). La adop­ vez, el p oder rom ano pasaba a manos de una familia o riginaria de Italia
ción desem peñó tam bién u n papel im portante en la creación de dichos (Rieti), y no de Roma. Con Trajano y sus sucesores, el poder lo deten­
vínculos. taría una dinastía cuyos ancestros eran colonos rom anos de Hispania,
Cuando hoy en día hablamos de los Julio-Claudios, estamos haciendo mientras que una familia rom ana, los Septimii, originaria de Libia y de
desde 193 hasta 235 d. G.
xxx (x) Hombre (núm ero de m atrim onios) Miem bros de la dinastía
X Otros hijos
xxx (x) Mujer (número de matrimonios) Césares

M K Dinastía original xxx/xxx Sin dinastía

Integración de una dinastía I M atrim onio

Mezcla de dinastías 1 Adopción

Emperador del Imperio o de Occidente j Reparto de poderes

Emperador de Oriente t A sesinado/m uerte prem atura

5 Los Constantínidas, familias de Valentiniano I y de Teodosio


í 284 hasta 457 d. G.

Asia Menor, fun d aría la dinastía de los Severos tras su im plantación ellos carentes de legitim idad dinástica, hasta que uno vencía m ilitar y
en Roma. Después, a partir de la tetrarquía (gobierno de cuatro), los políticam ente, dando paso así al nacim iento de una nueva dinastía. Esto
emperadores eran reclutados en el seno de familias militares de o ri­ fue lo que sucedió en 96 con los Antoninos, que fueron sustituidos por
gen m odesto procedentes de la región del D anubio, que, a partir de los Severos en 193 a costa de una guerra civil que duró hasta el año
Constantino, form aron u n a dinastía basada fundam entalm ente en los 197. Estos conservaron el p oder hasta 235, fecha en que dio com ienzo
matrimonios. La ú ltim a dinastía, la que descendía de Valentiniano I, se m edio siglo de incesantes guerras de todo tipo.
había fundado sobre este m ism o principio. El sistem a de la tetrarquía, que restableció u n a paz relativa, creó
La violencia nunca estuvo al m argen de este proceso dinástico. Si en u n p rim er m om ento u na familia artificial: dos augustos, llamados
la oposición senatorial se hacía dem asiado fuerte ante los extravíos de herm anos, no m b rab an a dos césares, a los que adoptaban o despo­
un em perador considerado u n tirano, com o Calí gula en el año 41, el saban con sus hijas, y reinaban en adelante sobre el m u n d o rom ano.
príncipe en el po d er se convertía en objeto de u n com plot y la función Este sistem a dio lugar tam bién a la creación de dinastías po r adopción
imperial se le confiaba a otro m iem bro de la familia. Las crisis m ás gra­ o p o r vínculos m atrim oniales, y duró prácticam ente hasta el fin del
ves derivaban en u n enfrentam iento entre varios pretendientes, todos Im perio occidental.
V C r o n o l o g ía s d e l o s e m p e r a d o r e s el D anubio y Siria, mientras el sistema político de Roma se reformaba
y se establecía u na adm inistración imperial. Bajo los Flavios (70-96), la
ntre la victoria de Octaviano en 30 a. C. y la caída del Im pe­ construcción de la adm inistración im perial siguió su curso, igual que

E rio de Occidente en 47 6 se sucedieron siete grandes dinastías.


Cabe decir que los Julio-Claudios, los Flavios, los Antoninos y
los Severos pacificaron y engrandecieron, hasta el año 235, el Im perio
la pacificación de la frontera renana y del Danubio. Los A ntoninos (96-
193), po r su parte, retom aron las conquistas en el D anubio y en Arabia.
D espués de u n a guerra civil, los Severos (1 9 3 -2 3 5 ) trataron de
provincial de Roma. Asimismo, crearon una administración central que pacificar la frontera del Eufrates, del D anubio y del Rin. El p eríodo
perm itía gobernar este vasto conjunto de ciudades y definieron u n dere­ que abarca desde los Antoninos hasta los Severos, considerado com o la
cho civil que contribuyó a la unificación progresiva del m undo romano. Edad de Oro del Im perio rom ano, se hunde en 235 y queda inm erso
Bajo los Julio-Claudios (30 a. C.- 68 d. C.), el Im perio rom ano quedó en treinta y cinco años de guerras civiles e invasiones. Fue precisamente
pacificado y se puso fin tem poralm ente a las conquistas más allá del Rin, esta anarquía lo que condujo a la creación del nuevo régim en imperial

Teodosianos

Detalles de la carrera de los emperadores


1. Duración 2. Tipos de muertes 3. Religión
de los reinados 21 a causa
Por enferm edad de un com plot

10 por la guardia
pretoriana O
9 ,
40 h P° r SUS 3S *
i ¡¡¡¡y
92 h
‘ O ü ¡ 6

# 2 «suicidios forzosos»
A

9 m uertos en com bate $ 26


de la Tetrarquía. El Im perio quedó pacificado y el sistema de gobierno, Leyenda
transform ado p o r la división del Im perio en dos zonas.
Cultos
Con la victoria de C onstantino sobre Majencio en 312, el Im perio Conquistas territoriales Cristiano
antig uos
se reunifica bajo el dom inio de los Constantínidas entre 312 y 363.
Pérdidas territoriales Pw Damnatio memoriae
Bajo la autoridad de la familia de Valentiniano I (364-455) asisti­
Reforma Im perio después del Imperio
mos a la «barbarización» creciente del ejército al m ism o tiem po que el (adm ini;
de Occidente
Imperio es invadido de nuevo y el p oder im perial se descom pone pro ­
gresivamente en el oeste del Im perio y se refuerza en Oriente. Después
,,
por sus tropas
Im perio de Oriente

de Valentiniano III n o h u b o más que em peradores títeres, m arionetas ^ Suicidio República/Rom a/vacíos de poder
de los reyes bárbaros, hasta que, en 476, Róm ulo Augústulo, el últim o
M uerto en com bate Hijo, herm ano, hijo adoptivo...
emperador del Im perio occidental, fue depuesto.
Derrocado Elim ina

20
i“ .................................! > | : | , i i , | i i , i M 1 1 1 M ' 1 1 i t 1 :1 $- f 1 I I ........................... T

0 * 0
Añode los cuatro
| emperadores
Antoninos „ < Flavios „l

Q) %

Últimos emperadores de Occidente.

Nombres de los emperadores


9999 0. Julio César 999 14. Adriano # # # 28. Maximino el Tracio 99 42.Valeriano 9 56. Constancio Cloro 99 70. Graciano 99 84. Severo III
999 1. Augusto (Octaviarlo) )9 15. Antonino Pío 66 29. Gordiano I 99999 43. Galieno 99 57. Galerio 99 71. Valentiniano II 99 85. Antemio
09 2. Tiberio 00 1 ó. Lucio A. Vero # 0 30. Gordiano II 99 44. Salonino 999 58. Severo II 99 72. Teodosio I 9 86. Olibrio
t9 # # 3 .C a líg u la 66 17. Marco Aurelio 66 31- Máximo Pupieno 9 45. Claudio IIel Gótico 99# 59. Majencio 99# 73. Máximo 99 87. Glycerio
t#994. Claudio 6666 18. Cómodo 66 32. Balbino 99 46. Quintilo 99 60. Constantino 1 # 74. Flavio Honorio 9 88. León II
* 0 0 0 5. Nerón 66 19. Pértinax $9 33. Gordiano III 99666 47.Aureliano 99# 61- Maximino II 9 75. Flavio Arcadio 99 89. Julio Nepote
9 0 6. Galba $ 9# 20. Didio Juliano
e 66 34. Filipo el Árabe 9 40. Tácito 99# 62. Licinio 9 76. Teodosio II 9 90. Zenón
0 0 0 7. Otón 66 21. Septimio Severo 66 35. Filipo II 99 49. Floriano 99# 63. Constantino II 9 77. Constancio III 9 91. Romulo Augústulo
# 0 8. Vitelio 666 22. Caracalla 666 36. Dedo 9 9 9 50.Probo 9 64. Constancio II 99 78. Valentiniano III 9 92. Anastasio I
$ 0 0 9. Vespasiano 666 23. Geta 09 37. Herenio Etrusco 99 51. Caro 99 65. Constante I 9 79. Marciano
* * * 10. Tito # # 24. Macrino 6 38. Hostiliano 99# 52. Numeriano 99 66. Juliano el Apóstata 99 80. Petronio Máximo
# 0 0 0 0 11. Domiciano + 0 25. Diadumeniano 00 39. Treboniano Galo 99# 53. Carino 99 67. Joviano 99 81. Avito
9 0 12. Nerva 666 26. Heliogábalo 9 0 40. Volusiano 99# 54. Diocleciano 99 68. Valentiniano I 9 82. León 1
66 13. Trajano #É# 27. Severo Alejandro 999 41. Emiliano 99# 55. Maximiano Hercúleo $ 9 69.Va.enie 99 83. Mayoriano
RELIGIONES

n Roma, y en todo el m u n d o rom ano, eran m uchas las re­ o excepcionales y a m enudo estaban asociados a los juegos (carreras de

E ligiones y com unidades religiosas. La adopción de u n credo


universal n o se dio hasta el advenim iento del cristianismo.
Cada ciudad tenía su p ropia religión pública, tanto Roma com o las casi
carros, escenificaciones, cazas...).
Los ritos adivinatorios consistían en la consulta de auspicios y de
oráculos. Los auspicios se basaban en la observación del vuelo o del
tres m il ciudades que conform aban su m undo, igual que cada familia com portam iento de las aves por parte de los augures en Rom a y por
o colectivo privado (asociación, g rupo profesional, etc.). U na persona los arúspices junto con los magistrados cuando se desplazaban fuera de
no se hacía m iem bro de una com unidad religiosa p or elección y la Roma. Los auspicios realizados antes del amanecer autorizaban, o no, los
pertenencia a la religión pública era p o r nacim iento, obtención de la actos de los magistrados. Los Libros Sibilinos, tres rollos que contenían
ciudadanía (por ejemplo, tras servir com o auxiliar en el ejército) o por básicamente textos en griego, eran u n oráculo propio de Roma. U n cole­
liberación. En el plano privado, u n o se integraba en una com unidad re­ gio sacerdotal, el de los decenviros y después el de los quindecenviros,
ligiosa al nacer en una familia o unirse a ella p o r m atrim onio, adopción buscaba en estos libros u no o dos versos con los que confeccionaban un
o com pra. Solo la adhesión a un a asociación respondía a una decisión. acróstico que ellos m ism os redactaban en griego antes de anunciarlo al
Estas religiones n o se estructuraban en to rn o a una revelación, u n Senado, donde se debatía. A continuación, era aplicado p or los cónsules.
libro sagrado o dogm as, sino conform e a tradiciones ancestrales y deci­ Las divinidades públicas provenían del Lacio, de la Italia central y
siones tom adas p o r las autoridades de las colectividades públicas o p ri­ algunas de la Magna Grecia, de Grecia o de Africa a m edida que se exten­
vadas. Estas se referían básicamente a obligaciones rituales que asociaban día el radio de acción del Estado romano. Bajo el Im perio, dependiendo
divinidades a las colectividades rom anas, relacionadas en definitiva con de los reinados, fueron entrando nuevas divinidades en el culto oficial,
sus actividades en este m undo. Esta clase de religiones no trataban del a m enudo en función de los deseos de guerra: Apolo y M arte U ltor con
alma ni de su salvación en el más allá. En la religión pública, el derecho Augusto, Isis y Serapis con Vespasiano, y quizá tam bién el Sol Invicto,
sagrado, el control de los ritos y la conservación del patrim onio de los que Aureliano hizo oficial en 274, sin duda por el deseo de guerra contra
dioses estaban en m anos de los sacerdotes. Los principales actores del Palmira. A veces se trataba de u n culto nuevo, com o el del Sol Invicto
culto eran los cónsules, los pretores y algunos sacerdotes. Elagábalo, dios de la ciudad-tem plo de Emesa, en Siria, im portado por
Las ciudades y las com unidades extranjeras tenían cada una su propia Heliogábalo durante los pocos años que d uró su remado. U na vez intro­
religión. U n peregrino que residiera en otra ciudad era tam bién admitido ducidas oficialmente, dichas divinidades acababan siendo «romanas».
en el culto de esta últim a. Las ciudades antiguas, las de Grecia o de Asia A estos cultos oficiales se añadió, a partir de la m uerte de César, en
Menor, conservaron en su conjunto sus propias tradiciones, mientras que 44 a. C., el Divus, el Divinizado. Desde hacía m ucho, las especulaciones
las del n o rte de Europa crearon rápidam ente religiones similares a las filosóficas defendían la idea de que los seres excepcionales accedían a la
de Roma, aunque en este caso n o p uede hablarse de u na «conversión». inmortalidad. Esta representación poética se transform ó en u n ritual que
En general, las ciudades pereg rin as conservaban su pro p ia religión com binaba los funerales heroicos a la m anera griega y el m ito de Hér­
y sus propios dioses; si se convertían en m unicipios, entonces elegían cules y de Esculapio, los dos únicos hum anos que fueron elevados junto
sus dioses y sus costum bres; si pasaban a ser colonias, constituían tam ­ a los dioses sin estar m uertos. No obstante, fue sobre todo el m ito de la
bién librem ente su panteón y sus ritos, pero «a la rom ana». Los dioses apoteosis de Hércules el que sirvió de modelo, porque en el m om ento de
rom anos estaban am pliam ente extendidos po r las provincias debido a la la incineración de los em peradores difuntos, u n participante atestiguaba
presencia de las colonias o al acantonamiento de los ejércitos; a la inversa, q ue la figura o el principio vital (animus, anima) del emperador, incinerado
las divinidades extranjeras llegaban a Rom a p o r m edio de viajeros y y enterrado com o u n héroe o com o el fundador de una ciudad griega,
comerciantes, e incluso a través de conflictos. En este caso, en Roma se había volado al cielo. A partir de entonces quedaba convertido en un divus,
apelaba a ciertos dioses, «se invocaban» o se asociaban a m ía victoria. u n hom bre divinizado, con derecho a recibir culto y a tener sacerdotes.
La religión oficial del pueblo rom an o afectaba al conjunto de los En la parte oriental del Im perio, los em peradores gozaban en vida de
ciudadanos rom anos. El culto se oficiaba para la salvación del pueblo honores equivalentes a los de los dioses, pero en Occidente era su genio,
rom ano, es decir, del Estado rom ano, y más adelante para la del em pera­ su doble divino, el que recibía culto, igual que sus virtudes.
dor. Se dirigía a las divinidades oficialmente establecidas de acuerdo con Los cultos privados no diferían de los cultos públicos en cuanto a
u n calendario de ritos y festividades. A la religión pública le com petían, ritos o a los dioses. Además de las divinidades familiares, com o el genio
pues, los ritos de ofrendas y las consultas adivinatorias. Las ofrendas del padre de familia (su doble divino), los dioses lares o los m anes (una
iban desde unos pocos gram os de incienso y estatuillas hasta esculturas, divinidad colectiva de los difuntos), tam bién veneraban según su historia,
altares y tem plos, aunque la m ás frecuente era el banquete, es decir, u n una u otra divinidad tradicional de Roma. Evidentemente, los particulares
sacrificio. M ediante este rito, se consagraba a la divinidad u n anim al estaban llamados a participar en el culto público y autorizados a cele­
o u n vegetal, que después eran sacrificados o destruidos: una parte se brar sacrificios en los templos públicos aparte de los ritos oficiales. Los
quem aba en el fuego del altar y la otra era consum ida por los ofician­ extranjeros instalados en Roma o en cualquier otra ciudad tenían derecho
tes. En los ritos en h o n o r de las divinidades infernales, los sacrificios a celebrar su culto en privado. En cuanto a las asociaciones, todas ellas
se ofrecían en holocausto - e s decir, el animal consagrado se quem aba tenían su propio calendario religioso y sus ritos. Todas estas religiones
p o r c o m p leto - puesto que n in g ú n h u m ano podía com partir banquete privadas form aban conjuntos autónom os cuyas autoridades y oficiantes
con ellas en vida. Los ritos se celebraban en las festividades habituales eran los padres de familia o los presidentes anuales de dichas asociaciones.
CULTOS PU BLICO S CULTOS PRIVADOS

Particulares Hogares Asociaciones


(bajo la supervisión del Estado) y colegios

R om anolatinas Itá lica s y griegas O rientales Lares Manes Genio 1 div inida d rom ana o
extranjera elegida

Q© ©OO ©O

© © O
O
Tem plos Compitum Larario Tem plos Edículo
(Barrio) (altar del hogar, (en la sede del colegio)
santuario doméstico)
T

Festividades regulares Festividades regulares Aniversario del colegio


y extra o rd in aria s y y otras
del pueblo rom ano rito s de paso conm em oraciones

íJ I § ¿Oficiantes?

i *
M agistrados y sacerdotes A veces todos los ciudadanos Pater Familias (padre de fa m ilia ) Presidente
(siempre acompañado de su hijo (elegido anualmente)
Los dos tipos principales de templos romanos

Santuario de Vesta, Roma

II. Lu g a r e s d e c u l t o y o f i c i a n t e s
celia), rodeado de colum nas y precedido de u n pórtico (pronaos) del
que descendían unas escaleras. En el interior de la celia se encontraba la
os dioses invitados a form ar parte del Estado rom ano reci­ estatua de culto. Había algunos tem plos, com o el Capitolio, que tenían

L bían una residencia terrestre, que podía ser u n espacio con­


sagrado con u n altar, u n edículo o u n tem plo, a m enudo
rodeado de u n bosque sagrado con u n pozo. Los tem plos más im por­
tres cellae, una po r cada divinidad. El altar en el que se celebraba el culto
estaba delante del tem plo, que a su vez estaba rodeado de u n patio
en el que podía haber u n bosque sagrado, es decir, u n conjunto de
tantes se encontraban en los foros o en los alrededores, en tanto que árboles. Los espacios sagrados estaban prohibidos a los m ortales, salvo
otros se ubicaban en los barrios de R om a o en el territorio de la ciudad. para celebrar el culto o para realizar el m antenim iento del lugar. El
En general, los tem plos eran cuadrangulares y adoptaban la form a del espacio en torno al tem plo estaba delim itado por pórticos que servían
templum delim itado p o r los augures para perm itir la actividad pública, para albergar a la asistencia y tam bién para la celebración de los ban­
y de ahí su nom bre. Consistían en u n espacio cerrado y elevado (la quetes. Los pórticos eran profanos y, po r consiguiente, accesibles a los
Templo de Júpiter de Ostia

mortales. Los tem plos de o rigen extranjero, com o el de Isis y Serapis, Los lugares de culto privado eran m ucho más sencillos. Las casas
podían contener espacios especiales, en este caso u n pozo con agua contaban con u n santuario para los lares -d e ahí el nom bre de lar a rio - y
«procedente del Nilo». los genios del padre y de la m adre de familia. N orm alm ente se ubicaban,
En el Foro rom ano estaba situado el santuario (aedes) circular de Yesta, bien en la cocina, bien en una de las estancias colectivas de la residencia
que albergaba el fuego público de R om a y, de algún m odo, validaba o incluso en el jardín. Consistía en u n pequeño nicho con estatuillas o
todos los sacrificios públicos, puesto que, al parecer, todos los fuegos una pared pintada ante la que se encontraba el altar. Los altares de los
sacrificiales se encendían con ese fuego. Había otros tem plos circulares difuntos de la familia —los dioses m a n e s- se instalaban en el exterior
en Roma, com o el de Hércules Invicto en el foro Boario, de estilo griego de las ciudades.
(carece de p o d io ). El m ás conocido es el Panteón, dedicado a los doce En las sedes de las asociaciones, el culto se celebraba generalmente
grandes dioses. En los cam pam entos militares había tam bién u n pequeño delante del edículo. Los lugares de culto de los peregrinos, com o las
santuario en la «capilla» de las insignias. sinagogas de las comunidades judías, tenían su propia forma.
Los principales oficiantes romanos CULTOS PÚBLICOS
Y CO LEGIO S MAYORES

Función # ¿ $ Divinidad
o o ©
0,

J jl
u 1
Número y época de aparición
Monarquía «República «Imperio

Flamines Augures

a ™ a CO
- Definer
ejercicio (

(2 0 © Q
n n

á
r v i
M 1/

Emperador Senadores/magistrados Pontífices Quindecenviros

t3
- Establecen el calendario anual.
ce CO
- Conservan los Libros Sibilinos.
- Administran los espacios sagrados públicos. - Ofician en algunas ceremonias comunitarias
- Aconsejan a los magistrados y al Senado.

Nombran a los sacerdotes (período imperial)


O o
Diplomacia
..
Augurios e interpretaciones de los signos divinos
1
Á
Gestión y vigilancia del derecho sagrado/vigilancia de los cultos extranjeros

O © Veneración de un dios único/un dios por cada miembro del colegio

• X ) Elección/cooptación
Vestales Septenviros
Q O Celebración de un culto (desde los orígenes/romano/período imperial)
O C® O
ce® - Mantienen el «fuego» de la ciudad.
CULTOS PÚBLICOS CULTOS PRIVADOS
Y CO LEGIO S M EN ORES Y EXTRANJEROS
I II. Ej e m p l o d e u n a g r a n f i e s t a : l o s j u e g o s s e c u l a r e s
n el siglo i a. C., tras producirse u n prodigio, los Libros Sibi­ se efectuaba siem pre una cerem onia nocturna, destinada a celebrar la

E linos recom endaron restaurar los antiguos Juegos Seculares


para solem nizar la desaparición de una generación (saeculum)
y p edir salud para la nueva. Así pues, estos Juegos se celebraron tres
desaparición de la generación precedente, y una cerem onia diurna, que
daba la bienvenida a la nueva. En el transcurso de las tres noches, los
quindecenviros realizaban sacrificios respectivamente a las Moiras, divi­
veces: en 17 a. G , en 88 d. G y en 2 04 d. C. Constantino puso fin a esta nidades del destino; a las Ilitías, diosas que presidían los nacimientos, y a
tradición en 2 1 3 . la Madre Tierra. Todos ellos eran holocaustos. Después de los sacrificios,
La fiesta la oficiaban los quindecenviros y m atronas rodeados del los sacerdotes acudían, cada noche, a u n teatro de m adera construido
pueblo de Roma. Tras varias cerem onias preparatorias, los Juegos daban junto al Terentum para asistir a juegos escénicos. Mientras tanto, e
com ienzo la n oche del 31 de mayo al 1 de junio en u n lugar de culto Capitolio, delante de la celia de Juno, la em peratriz y 109 m atronas ele­
antiguo (Terentum oT arentum ), dispuesto junto al tem plo de Dis Pater y gidas por los sacerdotes celebraban las tres noches con una vigilia y x.
de Proserpina, dioses de los Infiernos. D urante los tres días de los Juegos banquete (llamado selisternio) con Juno y Diana. Por la mañana, durante

Desarrollo de los juegos seculares


(del año 204 d. G.)

Carro de carreras de dos ruedas y dos caballos

Leyenda

Preparativos de los sacrificios 4 0 1 Júpiter Óptimo Máximo

Sacrificios # Juno

Banquetes ^ Diana

Juegos escénicos ^ Apolo

Pantomimas ^ Marte

Carreras de carros ^ Divino Augusto

Caza de animales exóticos 1$E Moiras (3 diosas)

Súplicas/oraciones Mater Magna

Recitación del himno secular jjí Madre Tierra

Edictos y decretos 1¡|I Hércules

Convocatoria de los quindecenviros Ilitías (3 diosas)

Sorteo de los sacerdotes

Preparativos Oficiantes

Recompensa a los niños


los tres días, los quindecenviros llevaban a cabo sacrificios en el Capito­ las niñas repetían el him no secular delante de las cellae de Júpiter y Juno.
lio: el 1 de junio a Júpiter y el 2 de junio a Juno y a Diana; después, el Tras recom pensarlos, los sacerdotes concluían los juegos escénicos y
3 de junio, a Apolo y a Diana en el Palatino. Cada día volvían a asistir, a presidían las carreras de carros en u n circo provisional construido junto
continuación, a juegos escénicos en el teatro de madera, mientras que al teatro de madera. Paralelamente, las 109 matronas realizaban sacrificios
en el Capitolio las 109 m atronas celebraban o tro selisternio a las dos a Juno y a Diana, y durante el banquete los jóvenes recitaban el him no
diosas. El segundo día, las m atronas, asistidas po r dos vestales, al dictado para ellas, que tam bién los recom pensaban. Del día 4 al 6 se celebraban
del emperador, suplicaban a Juno. La m añana del 3 de junio, tras haber juegos escénicos suplem entarios y el 7 de junio se concluía la festividad
sacrificado y asistido a los juegos escénicos, los sacerdotes regresaban con carreras de carros y cacerías.
al tem plo de A polo y Diana, do n d e 27 niñ o s y 27 niñas recitaban el
himno secular. Después acudían con ellos, con los corredores y con los
pantomimos de los juegos de clausura al Capitolio, donde los niños y

Detalles de los sacrificios:

9 corderitos 9 cabras negras

1/6 durante el día .I 1. .f 1


2 bueyes

« • « • e n

1/6 por la noche


9 bollos 9 tortas 9 pasteles

2/6 durante el día 77 JJ 77 JJ

2/6 por la noche

3/6 por la mañana ♦


1 cordero 3 bollos 3 tortas 3 pasteles

3/6 por la tarde

noja ae nacna

A }

CX

Crátera para el vino ^


IV. LAS C O M U N ID A D E S JU D ÍA S Y LA D IF U S IÓ N D E L C R IS T IA N IS M O
esde el siglo i a. C. existían ya,

D en Rom a y en muchas otras ciu­


dades, com unidades judías con
derecho a celebrar su culto y a observar la
ley judía. La revuelta de Judea contra los ro ­
m anos del año 65 d. C. term inó de m anera
catastrófica con la destrucción del tem plo de
Jerusalén en 70, hecho que transform ó el ju ­
daismo. Esta pasó de ser la religión pública de *N o v ¡o m a g u s
u n reino, con su clero y su tem plo, a conver­
tirse en la fe de una parte de la población del Colonia A g rip p in lifc p )
m u n d o rom ano. Después de 71, se desarrolló
en el seno de las sinagogas, d o nde se reunía
la com unidad para recitar sus oraciones y lle­
var a cabo sus ritos y fiestas, y en las casas p ri­
vadas.
En tiem pos de Tiberio, a com ienzos del
siglo i, em pezó a extenderse p o r Judea un a
corriente judía predicada p o r Jesús de Naza-
ret. A causa de la p resió n de los sacerdotes
del tem plo, Jesús de Nazaret fue arrestado y
ejecutado p o r el prefecto ro m an o de Judea.
Después, gracias a m isioneros com o Pablo, u n
judío de Tarso y ciudadano rom ano, se crea­
ro n com unidades cristianas, sobre todo en las
grandes ciudades. En el año 90, el cristianismo
se separó del judaism o, pero solo a partir del
siglo ii se habla explícitam ente de los cristia­
nos, en el relato que hace Tácito de la guerra
de los judíos del año 7 0. En una carta de Plinio
el Joven, g o bernador de Bitinia y del Ponto,
al em perador Traj ano se m enciona la difusión
del m ov im ien to y la actitud ro m an a al res­
pecto. Hasta aquel m om ento, la acusación de
ser cristiano com portaba la pena de m uerte;
Traj ano puso freno a esta práctica al som eter
a los denunciantes al m ism o castigo si las acu­ Augusta Em érita
saciones carecían de pruebas. Salvo algunos
casos lim itados, com o la represión de Lyon Córduba
en 177, la p ersecución de los cristianos n o H ispalis * Cartago Nova
fue ni general ni perm anente. En realidad, solo O
los provocadores acababan siendo' acusados de
lesa m ajestad y ejecutados si n o renunciaban
públicam ente a su religión.
Nada de esto im pidió la difusión del cris­ Tingis
tianismo. Después de las crisis de la segunda
m itad del siglo m, p erío d o en que el Estado
rom ano había perseguido despiadadam ente a
los cristianos, se prod u jo u n cam bio im p o r­
tante. En el año 312, tras derro tar al últim o
p re te n d ie n te (pag an o ) al p o d e r im p e ria l,
C onstantino instauró la paz de la Iglesia. Esta ® Patriarcado ® Arzobispado Obispado
salió de la clandestinidad, obtuvo locales p ro ­ O Q Comunidad cristiana en el siglo i/siglo u/año 325 d. C.

pios, basílicas e iglesias, y en el transcurso de ■ Difusión del cristianismo en el siglo m


u n siglo se im p u so com o la única relig ió n ■ Difusión del cristianismo en el siglo iv
lícita, apoyándose en el p o d e r im p e ria l al Difusión del cristianismo en el siglo v
m ism o tiem po que se dividía en sectas e Igle­ Implantación significativa de la diáspora judía del siglo m
sias regionales. — ► Ejes de dispersión de los judíos
- - - Límites del Imperio romano a finales del siglo m

o Persecuciones anticristianas antes del siglo m


Evolución del cristianismo (en porcentaje del total de la población del Imperio)
1 177 d. C.: persecuciones de los cristianos en el imperio (mártires de Lyon). 8 . 312 d. C.: edicto de Daya contra los cristianos. 1 5 .382 d. C.: se rechaza el politeísmo como religión de Estado.
2,202 d. C.: prohibición de toda clase de proselitismo judío y cristiano. 313 d. C.: edicto de Milán (tolerancia). Se retira de la Curia el altar de la victoria.
3.250 d. C.: persecución del cristianismo (muerte de san Cipriano), 1 0 .331 d. C.: inventario de los bienes de los templos, confiscaciones. 1 6 .385 d. C.: prohibición de sacrificios y del examen de las visceras de las víctimas.
í. •' 260 d. C.: edicto de tolerancia del cristianismo. 1 1 .341 d. C.: primera prohibición de sacrificios paganos. 1 7 .386 d. C.: destrucción de templos en Siria, Egipto y África.
5.301 d. C.: Armenia se convierte en el primer Estado que adopta el cristianismo 1 2 .356 d. C.: en Oriente, prohibición de sacrificios y cierre de templos. 1 8 .391 d. C.: prohibición del culto tradicional privado en Roma.
como religión oficial, cuando Gregorio I el Iluminador convirtió al rey Tiridates IV. 1 3 .361 d. C.: restablecimiento del paganismo y medidas contra los cristianos. 19.392 d. C.: prohibición del culto tradicional (politeísta) en el Imperio.
1 6.303 d. C.: persecución contra los cristianos. H . 381 d. C.: Segundo Concilio de Constantinopla: 20.399 d. C.: destrucción de los templos paganos rurales y del templo de Celestis.
1 7 311 d. C,: edicto de Galerio (tolerancia del cristianismo). se renueva la prohibición de sacrificios paganos. 21.435 d. C.: se renueva la prohibición de sacrificios paganos.

Castra R egina

Aquinéurrñfc
LA E C O N O M ÍA

on las diferentes guerras de la época republicana, Roma debido a la presión de los pueblos nóm adas sobre el Rin y el Danubio y

C había conseguido pacificar Italia y el M editerráneo occiden­


tal, pero después, durante los siglos h y i a. C., hizo otro tanto
con el M editerráneo oriental y los países del entorno; de m anera que,
al desarrollo de una nueva capital, Constantinopla, en la m itad m ás rica
del Imperio. A partir del siglo v, el Im perio de O ccidente quedó sumido
en el desorden y su econom ía retrocedió rápidamente.
desde el inicio de nuestra era, se podía viajar de form a segura p or todo ¿Cómo podem os abordar la naturaleza de la econom ía romana?
el territorio del Im perio rom ano, desde Gibraltar hasta el m ar Negro, y Desde hace tiem po, la econom ía antigua es objeto de debates teóricos.
desde Escocia y el Rin y el D anubio hasta el Sahara. Esto propició, al co­ Las fuentes literarias son en general deficientes y, aunque la arqueología
m ienzo de nuestra era, el nacim iento de lo que podem os calificar, con p roporcione cada vez más datos incontestables, su interpretación sigue
la m áxim a prudencia, com o u na « econom ía m undial», que se desarro­ siendo difícil. ¿Quiénes eran los propietarios de las explotaciones descu­
lló a lo largo de dos siglos antes de experim entar, a p artir de m ediados biertas? ¿Cuál era la form a de explotación de las fincas o de los talleres?
del m d. G , el efecto de las disensiones políticas y de las invasiones. Pese ¿Y su rentabilidad? Los materiales m ejor conservados, los productos
al retorno relativo de la paz a comienzos del i, la econom ía no volvió cerámicos, plantean otras cuestiones desconcertantes: ¿son un producto
a recuperar su estado próspero y floreciente de los siglos anteriores, económ ico de p rim era categoría o de una baratija?; ¿representan las

I. E L F U N C IO N A M IE N T O D E LA E C O N O M ÍA R O M A N A

• •

Provincias
OOOOOOOCOOOOOOOOOOOCXDOOCXDOOOOOOOOOO
69

R O M ANA
ocx^ooooooooooooooococ>oooooooooooooo
ánforas, halladas a m iles, u n d o cu m en to fiable sobre el sector de la épocas m uy concretas, com o a finales de la República, aunque también se
actividad vitícola y oleícola? Es lo que hay que suponer al m enos en lo constata a comienzos del Im perio la valoración agrícola de extensas zonas
que respecta al vino, hasta que la arqueología pueda dem ostrar que se del norte de África y de occidente. Así pues, m uchas de las preguntas
utilizaban tam bién barriles, de los que no tenem os certeza alguna. quedan sin respuesta, por no m encionar los límites que im ponen a la
Para los antiguos, la tierra era la m ejor inversión, con u n rendim iento investigación las lagunas cronológicas y las desigualdades geográficas,
cercano al 6%; pero sus escritos dem uestran que carecían de racionali­ así com o las posiciones teóricas de los estudios sobre econom ía antigua,
dad económica. Por otro lado, la agricultura no estaba integrada en una que oscilan entre una apreciación «primitivista» (en la línea de M. Finley
economía de m ercado, sino que apuntaba sobre todo al autoconsumo. y de E Garnsey), que inscribe la econom ía en la cultura y la política, y un
Por lo que sabemos, el com ercio y la industria fueron siem pre m argi­ enfoque «m odernista», que la considera desde el punto de vista de las
nales: solo la creación y la com ercialización de objetos de lujo (piedras, econom ías del m undo m oderno. A partir de los trabajos de C. N icolet y
perlas, perfum es, especias...) podían considerarse altam ente rentables. P. Veyne se ha desgajado una vía interm edia que reconoce la alteridad
En cuanto a los productos básicos —el aceite, el vino y la cerámica—, de la mentalidad económica de los antiguos, al m ism o tiempo que trata de
los umbrales cuantitativos tan solo se superan en contadas ocasiones y en evaluar el volum en de sus necesidades y producciones.

—• Administración
II. La s n e c e s i d a d e s d e r o m a , d e I t a l i a y d e l i m p e r i o

a econom ía de la época republica­

L na consistía esencialmente en la sa­


tisfacción de las necesidades, sobre
todo las alimentarias. El abastecimiento de
600.000 t/año ___ , Construccio
Roma era u n problem a político, ya que cual­
de graneros del puerto de Ostia y
q uier penuria podía sublevar a la población. en Roma nuevos graneros en Roma
Por consiguiente, una parte de las actividades 500.000 t/año ___
económicas se concentraba en el aprovisiona­
m iento de trigo, y más tarde de aceite, y esca­
400.000 t/año ___
paba a las operaciones económicas. El abasteci­
m iento de Roma, la anona, estaba garantizado
por el Estado y la aristocracia. Se puede cons­ 300.000 t / a ñ o ___
tatar la im portancia que tenía la anona im pe­
rial para Roma en la rápida dism inución de la 200.000 t/año ___
población en el siglo r v d. C., tras la fundación
de Constantinopla. A nivel local, ocurría lo 100.000 t/ a ñ o ___
m ism o en las grandes ciudades, que depen­
dían del sostén de los aristócratas locales, que
aseguraban el avituallamiento gracias a sus do­ 0
m inios privados y al reparto a sus «dientes».
250.000 habs____
El ám b ito e c o n ó m ic o n o era lib re: el
Senado - d u ra n te la R epública- y después el 500.000 h ___
em perador intervenían puntualm ente en épo­
cas de crisis. Los príncipes concedían p riv i­ 750.000 h 4
legios fiscales y jurídicos a los com erciantes
y transportistas de trig o hacia R om a (desde 1.000.000 h _ _ ♦ ♦ ♦ *
A lejandría bajo los re in ad o s de C laudio a
C óm odo, y después de este tam b ién desde 1.250.000 h __
A frica). M uchas de las necesidades las cubría
el artesan ad o local y reg io n al, p e ro hab ía
determ inados productos artesanales - la cerá­
1.750.0
m ica, las tejas y los ladrillos, la m etalurgia y
el m árm ol—que viajaban y q ue trazaron redes 2 .000.0
eco n ó m icas, au n q u e sin p ro p o rc io n a rn o s I | I | I | I | I | I | I |' i i .
inform ación acerca de las corrientes económ i­
cas n i de los flujos im portantes. Las tejas o los
ladrillos, p o r ejem plo, podían servir de lastre Principales proveedores de cereales de Roma
durante parte de u n viaje m arítim o; p o r otro ejemplo de Sicilia en 73 a. G.
lado, los ladrillos fabricados durante los perío­
I
Principales proveedores República Al .

dos de inactividad en u na gran finca agrícola


del Lacio que se utilizaban en un a construc­
ción en África n o atestiguan necesariam ente Parte vendida a los mercados (aquí ~ 20%)
un a exportación floreciente de tal producto.
Por ú ltim o, los sellos que aparecen en estos
ladrillos y tejas nos inform an de que el ejército
era u n gran productor, tanto para sus propias
necesidades com o para los edificios públicos
de las ciudades cercanas a los cam pam entos.
A partir de finales del siglo i d. C., los ladrillos
^ ^ S ic ili a N

se d estinaron en p rim e r lugar a las grandes


construcciones im periales de Rom a (termas,
tem plos, foros, p ó rtic o s.. .), cosa q ue im plicó
la confiscación inm ediata de todas las fábri­ Pagos del 2.° diezmo y de la requisición
cas. Los p roductos qu e m ás viajaron fu ero n
quizá los m árm oles, granitos y metales, pero
en general los prim eros estaban asignados a los Reparto de la producción de cereales sicilianos (estimaciones)
proyectos públicos, dado que las canteras y las 1,8r diezmo/impuestos (10%) 2 “ diezmo/comprado a 3 sestercios el modio (10%) ■ Requisición/comprado a 3,5 sestercios el modio (2,5%)
m inas solían ser propiedad imperial. (~
■ Retención por parte del prefecto 0,7%) ■ Reservado para la siembra (= 12,5%) | Alimentación local/reserva/venta al extranjero (~ 64,3%)
Crisis alimentarias

Condiciones
climáticas

. Epidemias
. Especulación,
^ incendio, transporte...

♦ Guerras

^pii|iiii|iiii|iiiiprtjilii|nii|ii!i|iiii|ui]|MU]iiit|]M(|il((|UM]fliijm[rti^ini|iiii|ufr|iiii|iiii|tuijMti|uii|iiii|iui|iiii|iiii|iiir|HMjHHpH|ui^^ il|iiiijiii!|tiit|tEri||iii|Hi{jiiiij<iii|iiii|iiii|iinjiiii|ii);ijUMj

100 150 200 250 300 350 400 450 476 500

por 13 5 kg de sembrado

Población romana
no beneficiada
’ de la anona
(alrededor de 670.000)

Cirenaica

Beneficiarios
- de la anona
(40.000-50.000 habs.)
kg/ha kg/ha kg/ha kg/ha
Uncia H m h
Cuadrante
Período republicano Reforma de Augusto
Tríente i l M después de 211 a. C. 19 a. C.-301 d.C.

Quincunce I

32 l i l i l í S e m is ^ #

É k As ■ 1° — — 16 J B As J i #
O
M i l Dupondio | 5 8 g j Dupondio
o
/ f j ^ Sestercio 1 4 4 | Sestercio
o
D enario® 1 — 2 s Quinario

--------------- 1 «D e n a rio

| 12,5 denarios = 1 quinario

I I I 25 denarios = 1 áureo J jU £

Las depreciaciones y devaluaciones mediante el ejemplo del denario de plata Aleación C Plata
(peso de la moneda y porcentaje de

3,18g 3,22g 3,33g 3,27g 3,23g 3,23g 3,23g 3,24g 3,26g 3,07g 2,98g 3,16g 2,95g 3,14g 3,07g 3,22g 3,23g 3,15g 3,05g 3g 3,24g 2,94g 3,07g 3,01g 3,01g 3,01g 3,01g 3,01g

46,5% 43% 45% , n , 0/ 46%

La m oneda rom ana experim entó cuatro fases im portantes. Hasta el El sestercio se convirtió en la u nidad de cuenta de la econom ía romana
siglo iv a. C., las m onedas consistían en pedazos de bronce en b ruto y y el denario se utilizaba sobre todo para los salarios y la estimación del
después en lingotes de b ronce con u na representación figurativa que se censo.
valoraban p o r peso. A finales del siglo m a. C., cuando se hizo necesario A lo largo del tiem po, la devaluación fue acelerando el ritm o. Bajo
a fin de pagar los salarios durante la segunda guerra púnica, Roma se Septimio Severo, el título del denario pasó del 70% al 50% de plata. Hacia
dotó de u n sistema m onetario de plata y bronce inspirado en la acuña­ el año 215, para poder pagar a los soldados, a quienes había aumentado
ción griega. La tercera fase abarca los tres prim eros siglos del Imperio. el salario, Caracalla creó una nueva m oneda, u n denario doble llamado
En 19 a. C. se refo rm ó el sistem a y perm an eció estable durante tres antoniniano, que tenía el peso de u n denario y m edio con un título del
siglos. La acuñación en oro (creada p o r César) y en plata se com pletó 50% de plata. El antoniniano fue perdiendo paulatinam ente su valor
m ediante un a serie de subm últiplos en u n m etal m enos noble. Se aban­ intrínseco hasta el p unto de que bajo Claudio el Gótico (268-270) tan
donó el bronce, y el sestercio, que bajo la República era u na m inúscula solo contenía el 3 o el 4% de plata, y tenía un aspecto m uy similar al
m o n ed a de plata, se convirtió en u n a m o n ed a de aleación de cobre de una m oneda de bronce. El sestercio, que valía 1/ 8 de antoniniano,
y cinc sim ilar al latón, m ientras que el as se fabricaba en cobre puro. dejó casi de acuñarse.
en el siglo I d. G. (en í
Cereales Aceites, quesos, especias y vino Pescados y crustáceos

1 Ms de altramuces | 1 Ms de centeno 1 1b de queso 17,51de sal 1 pescado de río 1 pescado de alta m


§ 1 Ms de trigo 1 1b de aceite | 1 pan
I
O ^ O | s - t* &
O básico de calidad ^

Frutas y verduras
A *
fil!

40 higos 5 huevos | I 1 pollo 1 1b de cerdo | | 1 1b de cordero


1 paloma | | 1 conejo 9 1 1b de cabra | 1 1b de buey 9
1 buey 1 muía j | Q 9 1 1bde jabalí 9 Q

a
_ © O

Pastor Campesino Minero Artesano Profesor Legionario Pretoriano Centurión Liberto Alto Liberto
cualificado de aritm ética del Estado funcionario procurador

1 g 1 8 m m 8 ¿Él m mm * 1 1
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ases/día ases/día ases/día ases/día ases/día



438 657 1.095 É S
ases/día ases/día ases/día

A finales de 294, Diocleciano reform ó el sistema m onetario y creó La m oneda rom ana n o dependía del m ercado, sino que estaba con­
nuevas m onedas: el argénteo o denario de plata, de la m ism a calidad trolada y administrada por el Senado, bajo la República, y después p or el
que el antiguo d enario de N erón, y tres m onedas de bronce con u n emperador, que intervenía en la econom ía con m edidas contra la usura
porcentaje m ín im o de plata, entre las que se incluía el follis o nummus. y el endeudam iento o, llegado el caso, m ediante préstamos. U no de los
El denario corrien te seguía usándose com o u n id ad de cuenta pese a beneficios de la conquista del m undo conocido por parte de Roma fue
su depreciación. En to rn o al año 311, C onstantino llevó a cabo una la elección del denario com o unidad m onetaria com ún para el comercio
nueva devaluación de la m oneda de oro m ediante la creación del sólido y los impuestos.
(de unos 4,5 g de oro pu ro ). Gracias a la confiscación de im portantes
reservas de oro atesoradas en los tem plos paganos se p u do m antener la
estabilidad de esta nueva m oneda, em itida en grandes cantidades, hasta
el pu n to de que sirvió de valor refugio en el Im perio bizantino has­
ta el siglo xi.
Mentana
-''Colacm
Palestrina

Productos del Báltico/ámbar

Océano
Atlántico

Mar
Tirreno
J *) /M a r %
Jónico

M ar de Libia

Tarifas de transporte por celemín (1 7 ,5 1, en denarios)

Hispania Bizancio
8 20

Oro/marfil
Alejandría Elefantes/esclavos
Imperio y de las provincias □ Bueyes y ganado mayor ¡

Principales vías terrestres — Caballos

Vías terrestres no romanas — Corderos

Vías marítimas — Cerdos y salazones S

Principales puertos Pesca y salazones ^


fe

Frutas 0 Madera

Trigo y cereales v ■ Carbón

Miel S 4 * Hierro y fragua

Olivas & Cantera / \


/W\
Aceites :é> Mármol R

Viñas *?• Sal I

Cerámica S Cinabrio

Tejidos M Cinc

Bronce !"*■> Cobre I b

Duelas y esparto H Í Estaño I b

Vidriería é Plomo Ib
Plantas aromáticas y especias é Plata

Elefantes y marfil Oro


40.000.000 IIS/9,1 %

A. Propiedades del Estado (públicas)


•• Vectigat.alquileres por los terrenos y los edificios públicos
• • Scriptura: derecho de pastoreo en los terrenos públicos
• • Portoria
: derechos de aduanas y peajes
• • Ingresos por la explotación de bosques, minas, canteras, ríos

Contribución ciudadana
• Tributum: impuestos sobre la riqueza
(excepto para los ciudadanos de Italia a partir de 167 a. C.)
Aerarium
Tesoro público ( ) • Vicésimalibertatis:tributo de 1/20 sobre las manumisiones
(tributos/botín/impuestos)
340.000.000 IIS/77,3 % C. Provincias (no unificado)
••S is te m a ya en funcionamiento antes de la conquista
••S a n c io n e s y contribuciones excepcionales
• • Impuestos directos (stipendium + diezmos + vigésimo) fijados por Roma

n i. in g r e s o s y g a st o s d el e st a d o Aparte de los ingresos procedentes de Egipto a partir de Augusto, el


Estado rom ano percibía m uchos im puestos directos e indirectos, cuya
dem ás de todo lo relativo al m antenim iento del ejército historia, larga y compleja, depende del contexto de las conquistas. Desde

A para las campañas militares anuales y, más adelante, de su


ejército perm anente, Rom a necesitaba trigo para alim en­
tar a su capital. Bajo el Im perio, se necesitaban de 15 0 .0 0 0 /2 0 0 .0 0 0
167 a. C., los ciudadanos rom anos de Italia ya no pagaban el im puesto
directo (tributum), sino que quedaban sometidos a una serie de graváme­
nes indirectos (por ejemplo, a partir de Augusto, el 5% sobre las m anu­
a 2 7 0 .0 0 0 /4 0 0 .0 0 0 toneladas de cereales para Roma, y 100.000 de m isiones, el 4% sobre las ventas de esclavos y el 5% sobre las herencias
trigo anuales (aproxim adam ente 1 kilo p o r persona al día) para el ejér­ por línea indirecta) y, dado el caso, a alquileres por los espacios o tierras
cito, que bajo los Severos se increm entó hasta las 150.000 toneladas. públicas. En las provincias se pagaba el im puesto directo, salvo en algunas
Estas necesidades quedaban cubiertas p o r los im puestos y las propieda­ ciudades que gozaban del derecho itálico, así com o toda una serie de
des im periales. A partir de Diocleciano, el ejército se abastecía tam bién tributos, arrendam ientos y derechos de aduana (com o el 2,5% que se
en el m ercado libre. Al parecer, la anona oficial cubría en torno al 60% aplicaba en las Galias al paso de ciertos confines com o los Alpes). En las
de las necesidades de trigo (y más adelante de aceite), m ientras que las ciudades estos im puestos eran recaudados p or las autoridades locales
grandes familias proporcionaban de sus haciendas el 40% restante a sus y, bajo la República, p or las sociedades de publícanos. Bajo el Imperio,
«chentes» y dependientes. Se desconoce la parte del com ercio privado. eran procuradores ecuestres quienes adm inistraban la econom ía de los
gobernadores y de los bienes imperiales.
3.000 cohortes 9.000 pretorianos Oficiales
4.320.000 IIS 27.000.000 US 4.000.000 IIS
12,3% 76,4% 11,3%

Devolución de préstamos

Oficiales Legionarios Alimentación Logística Marina


30.000.000 IIS 128.000.000 IIS 30.000.000 IIS 30.000.000 IIS 20.000.000 IIS
12,6% 53,8% 12,6% 12,6% 8,4%

Evolución del presupuesto (en millones de sestercios) 10 a. C.


PARTE III
LA POTENCIA
MILITAR ROMANA
LAS LEGIONES, IN STR U M EN TO

I. D el s is t e m a s e r v i a n o a l e j é r c i t o im p e r i a l

Rey

Sistema

O
A ristocrático

Reclutamiento

Auxiliares
X
No

Períodos de combate

© O
Prim avera/verano
Formación de combate

Falange a la griega A la/m anípulos/ala

■ Ciudadanos rom anos ■ Reserva rom ana Auxiliares Reserva auxiliar ■ Ejército privado m
número de hombres y de legiones (estimaciones)
O #

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l ejército rom ano evolucionó profundam ente a lo largo de los desde las guerras púnicas de una enorm e reserva de hom bres suscepti­

E once siglos en los que consiguió conquistar y después con­


servar las provincias del m u n d o rom ano. Aun así, era m ucho
m enos poderoso de lo que se suele pensar. En el cam po de batalla era
bles de ser m ovilizados y, al m ism o tiem po, responder, bajo el Imperio,
a todas las insurrecciones y a las prim eras incursiones bárbaras. Por otro
lado, los rom anos siem pre supieron reconocer las carencias técnicas
netam ente inferior a la m ayoría de los ejércitos de la época, ya fueran su ejército y de su equipam iento y com pletar su dispositivo mediante
las fuerzas profesionales de los cartagineses y de los reinos helenísticos unidades de com bate m ás eficaces, los auxiliares, generalm ente forma­
o las de los pueblos bárbaros, cuya actividad básica consistía en hacer dos por aliados del pueblo rom ano (hasta el año 78 a. G , cuando todos
la guerra. Sin embargo, pese a apabullantes derrotas, Roma consiguió los hom bres Ubres de Italia se convirtieron en ciudadanos).
dom inar a todos sus adversarios entre el siglo vi a. C. y el i a. G , y El sistema de reclutam iento censitario entre las cinco clases más ao
el ejército supo, a continuación, proteger el m undo rom ano durante m odadas de ciudadanos existió hasta finales del siglo n a. C. El ejército
cuatro siglos más. Esta eficacia deriva de dos cualidades. Por un lado, profesionalizó debido al alejamiento progresivo de las zonas de conflicto,
la apertura a la integración de nuevos ciudadanos le perm itió disponer p ero siguió estando com puesto po r ciudadanos, siem pre respaldados
DEL D O M IN IO R O M A N O

) Infantería (fá Falange Arqueros/honderos... 0 Protocaballería Caballería Catafractos | Armas de asedio n n Armada

Reforma de Mario Alto Imperio Antigüedad tardía


107-27 a. C. 7 a. C.-250 d.C. 260-400 d. C.

© A (§ )
Cónsules Em peradores
y Senado X por m edio de un jefe de
vy ca ballería o de infantería

© i
Ejército profesional i

■ II o 1
Voluntario
125.000 h
a 25 0.000 h

V
Auxiliares

JBL @ ©
1 0 ,5 -2 0% Todo el año

A la/legión m anipular/ala A la/legión m anipular/ala

por auxiliares. A com ienzos del Im perio, el reclutam iento se realizaba N o obstante, a partir del siglo n, las legiones se nutren sobre todo de
sobre todo en Italia, en las provincias m ás rom anizadas. A partir del las provincias en las que están acantonadas. La evolución es perm anente.
año 70, se empieza a agotar el reclutam iento en Italia en beneficio de Bajo los Julio-Claudios, entre u n tercio y la m itad de los legionarios
los ciudadanos rom anos originarios de las provincias más romanizadas: son provinciales; bajo los Flavios y Trajano, las tres cuartas partes; bajo
la Galia Narbonense, H ispania y Africa. Trajano alentó la voluntad de Adriano, la Legión III Augusta, acantonada en África, tenía un 93% de
m antener u n reclutam iento en Italia gracias a las ayudas destinadas a legionarios originarios de África del Norte. Durante m ucho tiem po, los
la educación de n iños pobres q ue quizá algún día se convertirían en ejércitos del noreste de Europa se reclutaron en la Narbonense, Hispania
legionarios. Esta m edida n o tuvo éxito, pero aun así Trajano consiguió y M acedonia, pero en el siglo m, las legiones se surten de oriundos del
reclutar cuatro legiones en Italia, m ientras que Marco Aurelio logró for­ lugar, a m enudo de los hijos de veteranos. En esta época, la m ayoría de
m ar dos para las nuevas conquistas o, en caso necesario, para defender legionarios son originarios de las provincias danubianas y balcánicas.
a Italia de ataques bárbaros.
II. ¿C Ó M O SE C O M P O N E U N A LE G IÓ N ?

a legión rom ana, tal y com o la conocemos, sobre todo desde pues, u n centurión de la prim era centuria de la cohorte I (el prim ipilo)

L el siglo i a. C. hasta el m d. C., estaba com puesta por 10 co­


hortes de unos 500 soldados de infantería, y com andada
cada u na por u n tribuno m ilitar bajo las órdenes del legado de Augusto
pertenecía al Estado Mayor de la legión, y solía ser generalm ente el
m ilitar más experimentado.
A estos soldados de infantería se añadían dos turm as de unos 30 ca­
de la legión. Los tribunos m ilitares eran elegidos po r el em perador balleros, com andada cada una por u n decurión (equivalente en rango
entre los hijos de los senadores y los candidatos propuestos por las a u n centurión). La legión constaba tam bién de unos 1.400 m ozos de
ciudades o los hijos de caballeros. Servían durante u n período más o equipaje (calones) que se ocupaban de las tareas materiales (transporte
m enos largo según su origen. Nueve de las diez cohortes constaban de y m antenim iento) y ayudaban a los legionarios en las operaciones coti­
tres m anípulos com puestos cada un o p o r dos centurias de aproximada­ dianas com o el servicio de agua o el m ontaje de las tiendas de campaña.
m ente 80 hom bres, y la décim a - d e hecho, la p rim e ra - tenía el doble En la Antigüedad tardía, el núm ero de legiones aum enta mientras
de efectivos. Entre los tribunos militares y los centuriones existía una que el de sus hom bres disminuye, puesto que el verdadero ejército de
jerarquía que dependía del rango de su cohorte o de su centuria. Así cam paña está form ado sobre todo por unidades militares móviles.

Total
Logística
8.982 hombres
1.995 hombres
4.623 animales
4.623 animales
145 carros
145 carros
69 máquinas de asedio

Calones/palafreneros Muías Caballos Bueyes Carro de 2 y 4 ruedas Ingenieros


1.99 5 h. (2 9,5% ) 1.91 0 (2 8,25 % ) 2.64 8 (39,1% ) 6 4 (1 % ) 1 4 5 (2 ,1 % ) = 85 h. (1,2% )
# • • •

A rtillería Apoyo
* 2 1 5 h. (3,1% ) a 17 0 h. (2,4% )
II I. LOS CA M PAM ENTO S

os cam pam entos que daban alojo a las legiones eran de da construcción dejaba estupefacto al enem igo y daba b uen ejemplo

L dos tipos, según se tratase de cam pam entos de m archa o


perm anentes. Los prim eros n o estaban destinados a durar:
com o m áxim o se m anten ían m ientras se prolongase la cam paña
de la eficacia de la disciplina y del entrenam iento del ejército rom ano.
La estructura p odía variar, pero el p rincipio era que en el centro
se ubicase el pretorio, con la capilla de las insignias y el Estado Mayor,
anual. Este tipo apenas evolucionó desde el siglo m a. C. Su tam año rodeado de la prim era cohorte y de los escoltas. Así, el m ando podía
variaba en función del n ú m ero de legiones acom pañadas de su tren vigilar el conjunto y repartir órdenes fácilmente. En principio constaba
y sus auxiliares. Por consiguiente, sus dim ensiones oscilaban apro­ de tres partes distribuidas en sentido longitudinal, a u n lado y otro de
xim adam ente entre 20 y m ás de 50 hectáres. Según el Pseudo-H i- la parte central del pretorio, atravesadas po r tres calles principales: la
gino, para un a legión el cam pam ento tenía que m edir en to rn o a via praetoria, en sentido longitudinal, y dos transversales: la via principalis,
470 m p o r 700 m y se pod ía construir en versiones más pequeñas, delante del pretorio, y la via quintana, detrás del pretorio y delante del
en u n a p ro p o rció n de 1,5. La altura de las m urallas era de 6 pies, quaestorium, sede del contable (cuestor) del com andante. La via praetoria y
es decir, 1,8 m . Se tiene conocim iento, cerca de Hannover, de un la via principalis daban respectivam ente a dos puertas. Los soldados dis­
cam pam ento cuadrado de unas 20 ha, de finales del siglo i a. C., ponían de tiendas de unos 3 m etros po r 3 m etros para ocho hom bres
que albergó a unos 20.0 0 0 soldados (3 legiones con su tren). Estos (un contubernium), precedidas de u n espacio para las armas, los animales
cam pam entos, con su em palizada, m urallas, foso y 4 puertas de en ­ de carga y los esclavos (los calones) que se encargaban de ellos. En el
trada, eran erigidos en u n tiem po réco rd al final del día po r una interior del espacio así delim itado, las tropas auxiliares ocupaban las
parte de las tropas, m ientras que la otra m ontaba guardia. Esta rápi­ zonas situadas delante (pretentura) y detrás del pretorio (retentura).

Mando y caballería legionaria

Cohorte (legionarios y calones en 5 filas de ancho)

Exploradores
Etapas de la construcción de un cam pam ento cotidiano
Con la p rolongación del tiem po de duración de las campañas, el p or u n dorm itorio y una sala para las armas. Ya no estaban rodeados por
ejército se instalaba d urante el invierno en cam pam entos m ejor acondi­ una empalizada, sino por u n m uro con torres de m anipostería, y podían
cionados y con equipam ientos más im portantes, com o las torres. Según estar delim itados po r u n foso doble o triple. En cuanto al tamaño, las
indican las excavaciones, estos cam pam entos estaban construidos con­ cifras apenas varían. El cam pam ento de Lambaesis, en Africa, construido
form e al m odelo de Polibio y, sobre todo, el del Pseudo-Higino, aunque entre 115 y 120, tenía capacidad para 12.000 hom bres y m edía 420 m
en este caso la via principalis tendía a señalar, igual que la praetoria, el centro por 500 m (21 ha).
del lado más largo del campam ento. Los cam pam entos excavados m ues­ U na vez fijados los lím ites del Im perio, la defensa de las fronte­
tran un a ocupación del espacio diferente de la del Pseudo-H igino. A ras quedó asegurada p or u n sistema de fortificaciones que, como en
m edida que el ejército rom ano se establecía en las fronteras, o de form a Germania o en el Danubio, se erigía a veces con m iras a las conquistas
perm anente en las provincias, se construían cam pamentos de estructuras programadas y no se transform ó en sistema defensivo hasta el momento
sólidas, que seguían el m ism o plano que los cam pam entos de marcha, en que se produjeron los incesantes ataques de los bárbaros. Hasta el
pero las tiendas eran sustituidas po r edificios con barracones compuestos siglo m no se les dará gradualm ente el nom bre de limes. Pese a que ciertas
Las principales fronteras fortificadas ♦ Fuertes • Fuertes/fortines/granjas fortificadas M Muralla continua ■ ■ Muralla discontinua

= 63 km
» 1 9 fuertes
Muralla de Antonino (Britania, 142 d. C.)

■ i 117 km
m » oo fuertes y fortines

Muralla de Adriano (Britania, 122 d. C.)

■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ 420 km
< (< < < < < < < < < < < < < < < < < < < < < < < < < < < < < ^ « 6 9 fuertes

Limes de Panonia (s. I d. C.)

550 km
« 1 5 0 fuertes
Limes de Germania (9 d. C.)

i i = 735 km
♦ = 5 0 fuertes
Limes de Dacia (107 d. C.)

II = 750 km
♦ = 4 8 fuertes
Frontera fortificada de África (s. II d. C.)

000 km
►♦ ♦ ♦ ♦ ♦ ♦ ♦ ♦ ♦ ♦ ♦ ♦ ♦ ♦ ♦ ♦ ♦ ♦ ♦ ♦ ♦ ♦ ♦ ♦ ♦ ♦ ♦ ♦ ♦ ♦ ♦ ♦ ♦ ♦ ♦ ♦ ♦ ♦ ♦ = 4 1 fuertes y fortines
Frontera fortificada de Mesia (87 d. C.)

896 km
........ ♦ = 2.000 granjas
i■ i*i • i i p\ fortificadas
Limes libio (s.lid. C.)

■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ i
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= 1.500 km
Frontera fortificada en Siria y Arabia (111 d. C.) 150 fuertes y granjas fortificadas

fortificaciones se form aron con m uros asociados a cam pam entos y a m uros y fosos continuos, asociados a una cadena de torres y fortines
fortines, com o en Gran Bretaña, en el Rin y en el D anubio, n o fue así en de vigilancia, defendidos por vexillationes legionarias y tropas auxiliares
todas partes. La frontera del Africa rom ana, llamada fossatumAfricae («foso, bárbaras (numeri), y lógicam ente vinculados a u n núm ero considerable
frontera de Africa») p o r los m odernos, n o tenía nada en com ún con los de cam pam entos legionarios.
muros del norte n i con una línea continua de defensas, cosa, por otro Para hacer frente a emergencias, el ejército se reestructuró a partir
lado, irrealizable. Se trataba de una zona bastante amplia controlada por el de finales del siglo m y a lo largo del iv en comitatenses y en ripenses (de ripa,
ejército, que vigilaba los desplazamientos de los nóm adas en su interior, «orilla»), denom inados posteriorm ente limitanei («del limes»). Mientras
en contacto con las tribus y los pueblos de campesinos y ganaderos semi- que los comitatenses, instalados en las ciudades, se p odían com parar a
nómadas. Al m ism o tiem po garantizaba la protección de los puntos de las antiguas legiones, m uy politizadas y vinculadas al em perador, los
agua y construía dispositivos de bloqueo en la retaguardia de los fortines limitanei, instalados siem pre en cam pam entos, eran tropas asignadas a la
de la Legión III Augusta, con el fin de o bstruir ciertos lugares de paso. defensa de las provincias limítrofes. Representaban siem pre dos tercios
En el norte, a partir de los siglos n-m, se podían encontrar efectivamente del dispositivo militar y tenían que resistir el em bate de las invasiones.
Formación de la «línea triple» en acción

por delante

improvisado

Explotación

Funcionamiento

0. Las legiones se disponen en quincunce, en tres líneas desplaza­ A 3 . Cuando una centuria consigue quebrantar las filas, su centuria B 2 . Los dos manípulos de la primera línea se separan para dejar
das con el objetivo de permitir la rotación de las unidades (la hermana apoya el empuje penetrando en la brecha y protegiendo pasar al grupo de asalto. Toda la legión empuja para conservar la
segunda línea ocupa el lugar de la primera si esta se rompe) al mismo tiempo los flancos de la centuria de punta, mientras que cohesión y romper la línea enemiga.
manteniendo la cohesión de las líneas y evitando que se produzca los manípulos vecinos empujan para desorganizar un posible
una brecha. contraataque. Si los combatientes, agotados por el combate, no B 3 . Esta se fisura y los otros manípulos penetran en las brechas
Los legionarios comienzan por debilitar al enemigo gracias a las armas pueden continuar con el empuje, las dos centurias crean un espacio para reventar en profundidad el dispositivo enemigo. En este
arrojadizas: el pilo, las flechas, las balas de honda y las catapultas. para que pueda pasar un manípulo de la segunda línea, que momento se lanzan las alas de la caballería, ya sea en persecución
proseguirá con la empresa. Así pueden quebrantarse varios puntos de de los que huyen, ya sobre la retaguardia del adversario.
A l . Empieza el combate frontal. Gracias a la cohesión de la centuria la línea al mismo tiempo.
y la flexibilidad aportada por los manípulos, la legión puede encajar Estas diferentes evoluciones tácticas exigen unidades capaces de
el embate o crear brechas. B l. La legión también puede tomar la iniciativa con el objetivo de maniobrar de forma rápida y eficaz en el campo de batalla después
crear un avance en profundidad decisivo. Tres manípulos de la de oír las órdenes comunicadas mediante trompetas o cuernos. Este
A 2 . Durante el empuje hacia delante, cada centuria de la primera segunda línea, apoyados por dos de la primera, deben romper la línea ejército, mucho más ágil que la pesada falange arcaica, es capaz de
línea trata de romper la cohesión del adversario. enemiga. derrotar a un enemigo más numeroso. No obstante, es indispensable
que la caballería proteja los flancos y la retaguardia de la legión.
I V La l e g i ó n e n c o m b a t e en cohortes, manípulos y centurias, podía desplegarse relativamente rá­
pido en una triple línea (acies triplex) de combate compuesta, en prim er
partir del siglo n a. G , salvo en caso de guerra de desgaste, uti­ lugar, por los hastati (que llevaban el pilo), los soldados más jóvenes; en

A lizada con regularidad, en principio el ejército rom ano era el


p rim ero en atacar en el cam po de batalla con el lanzamiento
del pilo cuando se encontraba a 25-30 m del enem igo, seguido de la
la segunda línea estaban los principes (los hom bres más experim entados),
y en la tercera, los triarii, los soldados de más edad, que tam bién llevaban
la lanza larga de detención (hasta). Las dos prim eras líneas constaban de
carga, durante la cual proferían gritos de combate. La antigua legión, 120-160 hom bres y la tercera de 60.
im itación de la falange de las ciudades griegas, era m uy poco manejable, El com andante de la legión se situaba generalm ente detrás de la
sobre todo en terreno accidentado: n o podía dividirse fácilmente para segunda línea de los principes, desde donde tenía una excelente visión del
luchar en pequeñas unidades, ni m aniobrar ni retirarse. Así pues, gracias desarrollo del com bate y podía ser visto por los soldados. Las insignias,.
a la nueva flexibilidad, las legiones rom anas prevalecieron, por ejemplo, los trompetas (tubicines) y los sopladores de cuernos (comicines), sin olvi4ar
sobre el ejército m acedonio en Pidna en 168 a. G : la legión manipular, a los tesserarii (portadores de mensajes), le perm itían comunicarse con las
con sus cohortes - u n a línea de 145 m x 6,5 m , y de 245 m x 6,5 m diferentes unidades. En esta mism a posición se ubicaban los emperadores
en el caso de la cohorte I—, sin duda se adaptaba m ejor a todos los terre­ cuando iban al frente, rodeados de la guardia m ontada (equites singulares)
nos. Además, el ejército en marcha, que m antenía la m ism a organización y de los pretorianos.

Formaciones alternatrv

Defensa en línea simple Táctica del centro débil


Las líneas form an un saliente Los m anípulos se despliegan en una línea Se desguarnece deliberadam ente el centro
destinado a rom per el frente enemigo. ra sobrepasar y desbordar los flancos enemigos para atraer el ataque enemigo y cercarlo.
al m ism o tiem po que protegen los suyos.

Táctica del frente fuerte Flanco protegido


Los m anípulos se desplazan para crear Las tropas se duplican en un lado del frente Un flanco queda protegido por un obstáculo natural
espacios por los que penetrar en el enemigo, para rom per el flanco enemigo y a continuación (m ontaña, río, etc.), m ientras que la caballería
que cae en la tram pa y es elim inado. atacar al resto de las tropas por la retaguardia. y los auxiliares se colocan en el flanco opuesto.

Líneas triples
D isposición de base.

^ ^ ^ ^ ^

Rotación Formación en tortuga


Para alivia r la prim era línea, Formación defensiva para acercarse a las m urallas Destinada a perforar
la segunda se desliza entre los soldados o para resguardarse de las flechas enemigas. la defensa enemiga.
de la prim era línea y continúa el empuje. Ofensiva, tipo falange.
Ejemplo de la trayectoria del legionario T. Valerio Marciano Infancia/adolescencia — Período legionario — Combates — kbWñcmlhonesta missio

125 d.C.

4
i

A
c¡ V
y
c
4 ^ y
C A A ^ x V
v v w v A ^ y

Zona de acción Trayecto « —


Zona de reagrupam iento Com bate/invasión «—
Asedio Fin de la carrera ♦ —
A
B atalla

V. El l e g i o n a r i o
las canteras o fábricas de ladrillo, cuyos productos llevaban acuñado su
sello. Prestaban especialistas, topógrafos, arquitectos e ingenieros para
os legionarios se desplazaban con m ucha frecuencia y lo las construcciones públicas no militares. Por último, la legión participaba
L hacían generalm ente en colum na de entre cuatro y seis en en las crisis militares, ya fuera cerca de su acantonam iento, ya en otra
fondo y entre 2,5 y 4,2 kilóm etros de longitud sin contar el provincia. Podía ser movilizada en su totalidad para una guerra y per­
tren. Para estar en condiciones de efectuar estos desplazamientos, cada manecer varios años en el m ism o escenario o bien desplazarse el tiempo
legión ejercitaba la m archa tres veces al mes cubriendo una distancia de que durase una guerra y después regresar a su cam pam ento base. Este
aproxim adam ente 15 km. En u n campus, u n terreno de ejercicios situado últim o caso se producía sobre todo si participaba en un levantamiento o
ju nto al castrum, los soldados practicaban tam bién el com bate con gla- en una guerra civil. A partir de m ediados del siglo n, era insólito que las
dios de m adera y escudos de sauce trenzado, más pesados que las armas legiones se desplazasen en su conjunto; norm alm ente enviaban vexillationes,
norm ales. Llevaban a cabo, sin duda alguna, las diversas maniobras de es decir, destacamentos del tam año de una cohorte, para form ar en un
combate, desde el paso a través de las líneas de batalla a los m ovim ien­ determ inado lugar u n cuerpo de batalla. Tras veinticinco años de servicio
tos envolventes y la form ación en cuño o en tortuga. com o m ínim o, el legionario obtenía su retiro honorable (honesta missio)
En el cam pam ento de la legión, la tarea principal de los soldados, si no había com etido ninguna infracción grave, recuperaba u n peculio
además de la instrucción, consistía en vigilar los alrededores. Participa­ depositado junto a las insignias y recibía una parcela de tierra en una
ban tam bién en las obras públicas, aunque p rim ero en las del ejército, colonia o una prim a de licénciamiento. A lo largo de su servicio perci­
mediante la construcción de carreteras estratégicas y la explotación de bía regularm ente prim as (donativo) que constituían sumas considerables.
1. Nacimiento de Tito Valerio Marciano en el año 125 d. C. a 30 km A partir de este momento, sus funciones son administrativas, logísticas
deTroesmis, Mesia, de un padre veterano. o de naturaleza policial.
2. A los veinte años, en 145, solicita con éxito ser reclutado por 6. 166: inicio de la guerra germánica y retorno al nuevo campamento
la Y Macedónica acantonada enTroesmis, en Mesia. de la legión en Potaissa, en Dacia.
3. Principales misiones durante dieciséis años: policía y guardia fronteriza. 7. 167-170: participa en la guerra germánica, sin duda en la retaguardia.
4 . 161: inicio de la guerra pártica de Lucio Yero; derrota romana. 8. 170: tiene cuarenta y cinco años, y después de veinticinco de servicio,
LaV Macedónica es enviada a Antioquía en 162, junto con otras cinco legiones abandona la legión, rechaza la opción de la parcela de tierra en una colonia
y cinco vexillationes, las fuerzas son reagrupadas y entrenadas antes de itálica de antiguos combatientes y elige cobrar la prima de honesta missio
reconquistar Armenia y doblegar a los partos mediante la toma de su capital. (retiro sin haber cometido ninguna falta grave) y sus 250 denarios de
Tiene treinta y siete años. los «depósitos forzosos». Regresa aTroesmis junto a los suyos.
5. 165: tras veinte años de servicio, se convierte en «veterano» y es ascendido 9. 170 d. G: se casa con Marcia Basilisa, cuñada de un legionario. Se
a «beneficiario consular». Ahora está exento de labores pesadas y depende del desconocen la fecha de su fallecimiento y su descendencia.
prefecto de un ala, del comandante de la legión o del gobernador de la provincia.

Reclutamiento e instrucción

Ciudadano, voluntario
de 18 a 21 años
Presentación

* en el campamento
Marcha* Carrera de obstáculos Natación
" Equitación

i Lanzamiento y combate Tiro con arco Honda Armas de asedio

^
Mineamiento Desdoblamiento Cuadrado
de líneas

O
Presta juramento el calón hasta el centurión) $ 0
* Los dos tipos de marcha Campamentos Puentes Excavación Fabricación Ciudades
de todo tipo y carreteras y canteras de ladrillos
(realizados tres veces al mes)

£ 5h = 40 kg cualquier época

Principales misiones de los legionar # Principal # Secundaria

© © © © © Vigilar
las fronteras
Construir y acondicionar
el territorio
Vigilar y explotar
las minas

Faenas Reducción Retención Pérdida Apaleamiento Latigazos Lapidación Crucifixión


I pesadas de las raciones del sueldo del grado | I________________________ I
Desobediencia, robo, falso testimonio, malas costumbres,
tercera condena por la misma falta
La panoplia de la legión fue m ejorando incesantemente. Después del el hasta, las líneas sucesivas (los lancearii) llevaban lanceae y detrás iban los
pesado arm am ento de estilo hoplita, de rigor durante los prim eros siglos sagittarii, los arqueros. Al pesado scutum rectangular le sucedió el escudo
de la República y que el propio recluta tenía que procurarse, la espada redondo (parma, clipeus), y la cota de malla (en el oeste) o la coraza de esca­
larga fue sustituida en el siglo iii a. C. p o r u na espada corta, el gladio mas (en el este) sustituyeron a la coraza articulada. El conjunto del equi­
(gladius), más eficaz en el com bate cuerpo a cuerpo. El legionario llevaba pamiento, entregado por el ejército, se pagaba con una porción del sueldo
la espada a la derecha y el centurión a la izquierda. Bajo el Im perio, a de los soldados, que se recuperaba en el m om ento de la desmovilización.
lo largo del siglo i d. C., la cota de malla (9-12 kg) se sustituyó por una Durante las marchas y en las operaciones, los legionarios llevaban una
coraza articulada (lorica segmentata, 6-8 kg). parte de su equipo -arm as, herramientas y alim entos-, y cada contubemium
También el arm am ento y el equipam iento experim entaron cambios disponía de un carro o de una muía para los objetos más pesados. Además
bajo el Imperio. El pilo (pilum) fue reem plazado p or el asta (hasta), más de los víveres que llevaba el legionario, la legión tenía que disponer cada
larga -m o m e n to en que tam bién se organizaron los legionarios en ocho día de 18,4 toneladas de raciones alimenticias y de forraje. El Estado Mayor
filas—, y el gladius p o r la espada larga (spatha), em puñada prim ero por la hacía una previsión para diecisiete días de raciones diarias, por lo que las
caballería. A partir del siglo ni, las primeras líneas (los phalangarii) portaban flotas fluviales eran primordiales a la hora de garantizar el abastecimiento.

5h de m archa M etabolism o
i gramos y calorías en condiciones óptimas
Trigo Carne Posea
(fresca, (vino^ ua)
. salada yahumada)
3.000 kcal 1.600 kcal

V 3 ' W
Ración diaria Calorías quem adas
5.400 kcal 5.250 kcal - Construcción Faenas pesadas

1.350 g 900 g 11 70 m i 60 m i
3.200 kcal 1.200 kcal 0 kcal 600 kcal 240 kcal 40 0 kcal 250 kcal

Stipendium (sueldo) ¡s de 84 d. C. ■ de 84a 197d. C.

Centurión prim us ordo Centurión prim ipilo


P e r tr e c h o s d e u n le g io n a rio d e l A lto I m p e r io

• 2 0 / « 1 kg

Leyenda

1 . Cassis 1 7 . Saco de malla O Armas cuerpo a cuerpo 57,3 kg - -


2 . Lorica laminata 1 8 . Víveres para 3 días O Armas arrojadizas
3 . Plumbata 1 8 A . Pan JL cargados durante
O Protecciones las marchas
4 . Pilo 6 . Galletas
5 . Pilo pesado G . Sal O Vestim enta
6 . Scutum + funda D . Carne O Herram ientas
7 . Cingulum E . Queso O Utensilios de cocina
8 . Pugio F . Trigo O 3 días de víveres
9 . Gladius G . Posea
• Efectos personales + otros
1 0 . Cingulum 1 9 . Saccus Scorteus Pertrechos que quedan
O 1 por Contubernium
1 1 . Herramientas 2 0 . Efectos personales en el campamento
1 2 . Cesto 2 1 . Mantica © Transportado por 1 m uía
1 3 . Sítula 2 2 A . Pañuelo
Legionario
1 4 A . Cubiertos B . Túnica 21,3 kg (37,2%)
en combate
B . Pátera G . Túnica sin mangas
G . Lagoena 2 3 . Cáligas
1 5 . Pila muralis 2 4 . Paenula
1 6 . Furca 2 5 . Sombrero de paja
36 kg (62,8%)
Misiones: ♦ Gda. frontera • Reconocim iento ► Avance + Enlace / Persecución/explotación lllll Saturación ★ Hostigamiento
| Combate a pie Posición en combate: U Flancos 5 5 ! Primera línea Zaga * Entre las filas

Equites/infantería montada Infante montado Arquero montado Jinete ligero


siglo va. C. siglo la.C. siglo id. C. siglo id. C.
} • / - | # / U • + ★ lllll U “ • + */U

Signifer Catafracto/caballería pesada Camellero del limes africano


siglo id.C. siglo iv d. C. siglo iv d. C.
• + - A - / U ► * ♦ • + ★ mu

>el reinado de Adriano, en torno al 13 0 d. G.

1200 2.800 7.000

V I. CABALLERÍA Y AUXILIARES
subvención del Estado. Bajo la República habían de servir durante diez
años, a cuyo térm in o los censores inspeccionaban su servicio y el estado
com ienzos de la República, el ejército rom ano n o tenía una de su caballo. Esta inspección los calificaba para ejercer, llegado el caso,
A caballería im portante, pero descubrió el im pacto de las car­ m andos en calidad de tribunos militares (elegidos por el pueblo para las
gas de la caballería pesada hispánica y gala en la segunda legiones consulares), para ser nom brados po r los cónsules o pretores en
guerra púnica. Por consiguiente, a finales del siglo n se equipó con una campaña y para presentarse a las elecciones para la prim era magistratura,
caballería similar reclutada entre los aliados de Hispania o de la Galia. la cuestura. A partir de las reformas de Mario, el servicio a caballo dejó de
En cuanto a las legiones, siguieron contando con 120 jinetes legio­ ser obligatorio para los caballeros y, aunque se m antuvo la tradición
narios, asignados a m isiones tácticas, pero a partir de este m om ento de las diez milicias —diez años de servicio—, desde aquel m om ento se
la función de com bate se confió a las caballerías aliadas, que a veces centró en las funciones de m ando.
tam bién com batían en unidades mixtas. Las tareas de la caballería eran, pues, asumidas por las alas de caba­
Los jinetes legionarios eran, al principio, jóvenes m iem bros de las llería auxiliar (comandadas siem pre p or caballeros o m iem bros jóvenes
prim eras clases censitarias pertenecientes al o rden senatorial o al orden del orden senatorial) y las cohortes m ontadas, compuestas por 120 ji­
ecuestre, que cuidaban y m antenían u n «caballo público» gracias a una netes y 680 soldados de infantería. De este m odo, el ejército romano
Diferentes tipos de auxiliares

Vélite ligur Infantería pesada íbera Infantería gala Infantería germánica


siglo id. C.
►/ U " M U " mu U *

Jinete ligero númida Jinete medio íbero Jinete medio galo Jinete ligero moro Jinete de élite visigodo
siglo iid.C. siglo ii a. C. siglo id.C. siglo id.C. siglo id. C.
'f • v ★ U • /'★IIIIIU* í / ★ u

J Cohorte m ontada = 680 infantes + 1 2 0 jinetes ^ Cohorte a pie = 480 infantes Efectivo duplicado

// /// Germania Inferior Germania Superior Britania Otros


(59/15,3%) (20/5,2%)
Límites danubianos (131/34%) Límites del Rin (19/12,7%) Total = 385

disponía de una caballería digna de este nom bre, que quedó integrada El em perador Galieno reunió así en el Rin destacamentos sacados de
en sus planes tácticos. Al térm ino de su servicio, los auxiliares recibían, las legiones, alas de caballería y u n núm ero creciente de numeri, tropas
si todavía no la tenían, la ciudadanía rom ana, para ellos y para su familia. suplementarias reclutadas en los confines del Im perio y que com batían
A partir del siglo iv, las reform as de Diocleciano y de sus sucesores según sus propias tradiciones. Después, acantonó estas tropas en Milán
tuvieron en cuenta la evolución de los ejércitos enem igos, m uy móviles para que sirvieran de ejército de intervención rápida, asociado a desta­
y a m enudo montados, y redujeron el núm ero de soldados de infantería camentos de infantería. También evolucionó el orden de batalla, puesto
en aras de la caballería. Desde Severo Alejandro, la caballería rom ana que cabe suponer que, a partir de m ediados del siglo ni, la caballería
incluía además jinetes acorazados (catafractos). La caballería legionaria asum ió u n papel cada vez más preponderante en prim era línea de com ­
tam bién se reforzó, puesto que a m ediados del siglo in pasó de 120 a bate, donde encontram os incluso a oficiales y suboficiales de caballería,
726 hom bres, divididos en 22 turm as, sin duda utilizando legionarios sin duda procedentes de reclutam ientos germánicos efectuados en gran
para este servicio. Al parecer, la p roporción de jinetes llegó, en aquella núm ero po r el ejército rom ano. Esto tuvo asimismo consecuencias en
época, a una tercera parte del total, frente a la décim a parte que repre­ la evolución de la infantería, concebida ahora para resistir las cargas de la
sentó en períodos anteriores. caballería pesada.
V I I . LOS A SED IO S

os asedios eran operaciones complejas para los ejércitos an­ los que conocem os de tiem pos posteriores: Siracusa (213-212 a. C.),
L tiguos. Había que concentrar m uchas unidades (tres legio­ Cartago (146 a. C.), Alesia (52 a. C.), Perusa (41-40 a. C.) y sobre todo
nes con sus auxiliares en Jerusalén) en u n lugar concreto y Jerusalén (7 0 d. C.). Estos asedios eran empresas complicadas que, pese
durante u n tiem po relativam ente largo, cosa que planteaba delicados al em pleo de la artillería y de otros artefactos, consistían sobre todo en
problem as de abastecimiento. Por esta razón, son a m enudo una táctica m atar de ham bre a los asediados m ediante u n bloqueo que im pedía
encam inada a negociar o a conseguir la rendición del enemigo. Aníbal, el envío de víveres y cortaba el acceso al agua hasta la rendición de los
p o r ejemplo, n o se arriesgó a realizar asedios prolongados, porque sus sitiados o hasta que estuvieran tan debilitados que el asalto n o supusiera
líneas de avituallamiento eran dem asiado débiles. ya nin g ú n problem a im portante. Mientras tanto, el ejército que había
A lo largo de la historia m ilitar rom ana se conocen unos cuantos ase­ puesto el sitio iniciaba la construcción de grandes rampas de acceso para
dios, em pezando por el m ítico sitio de la ciudad etrusca deYeyes, situada que sus tropas pudieran franquear las murallas.
a 15 km al norte de Roma, que, según reza la tradición, tardó diez años
en caer, en 396 a. C. N o obstante, en este caso se trató más bien de cam ­
pañas regulares a las puertas de la ciudad que de u n verdadero sitio com o
Ejemplo del asedio de Jerusalén en el año 70 d. G.
Construcción de campamentos
O
Preparación de la artillería
O
O
o
$
©
o
©
Incendio
o
Saqueo
©
Destrucción y devastación

Hambruna
o

Palacio del gobernador


Templo de Herodes
Fortaleza Antonia
Nueva ciudad
Segunda muralla/barrio
Ciudad alta
Ciudad baja
. Castillo viejo

asedio y 600.000 habitantes muertos, desaparecidos, reducidos a la esclavitud y exiliados.


Simón bar Giora y Juan de Giscala capturados y trasladados a Roma para morir allí.
Jerusalén completamente arrasada y saqueada.

^ ^
V I H . LAS LEGIO NES Y EL TERR ITO R IO
ajo la República, las
B campañas de las le­
giones eran anuales y
el ejército se disolvía durante el
invierno para ser de nuevo con­
vocado al año siguiente en un
lugar concreto. En el transcurso
del siglo m a. G , y especialmente
durante la segunda £
nica, las necesidades
con creces a las cuatro legiones
consulares y los soldados estaban
demasiado alejados de Italia para
regresar a sus casas durante la es­
tación más desfavorable. Esta fue
la razón por la que em pezaron
Isca Dum noniorum Gesoriacum
a pasar el invierno en el lugar
donde se encontraban, m ientras
Durocortorum Mogontiacum |
que los nuevos com andantes se
reunían allí con ellos. A lo largo Argentorate
jriacum Vindobona
del siglo n a. G, este sistema se Augusta
convirtió en norm a, ya que el Lutecia V indcücor.um '
creciente núm ero de provincias
obligó a los rom anos a m ante­ Océano Portus
ner guarniciones perm anentes in N am netus
situ. D urante el siglo i, las guerras
Atlántico -M edio lánum
civiles, que vinieron a sum arse a
las de represión o de conquista,
im pulsaron la profesionaliza- jJ á v e n a
ción de las legiones y su m u l­ B rigantium
tiplicación. A partir de 42 a. G, ;.Áncona
M assilia
el joven Octaviano recibió de N arbo M artius
sus colegas triunviros, Lépido y
Marco Antonio, la m isión de di­ Cesaraugusta
solver e instalar en las colonias
un gran núm ero de veteranos de
las legiones de César. Esta tarea Mar
se im puso una vez más en el año Tirreno
30 a. G , cuando con la paz con­ Felicitas lulia

seguida surgió la necesidad de ^Augusta


asentar a los veteranos y sobre Em érita Mar\
todo de disolver la mayoría de Jónico'
las legiones, que a lo largo de las Sirácusa
Cesarea
últimas guerras habían llegado Iberieum Mare
a ser 60, por razones de coste y
del peligro político que consti­ Lambaesis
tuían. Augusto redujo el núm ero
Mar de Libia
a 18, lo que se reveló drástico
en exceso, ya que al final de su | Leptis Magna
principado eran ya 25. Poste­ ■ N.° de legiones movilizadas contra...
riorm ente, algunas legiones des­ Las legiones en cam paña ♦ N.° de campañas llevadas acabo por unlegión <
aparecieron a causa de derrotas
(tres en el año 9 d. C.) o p o r su
disolución (ocho en 69 d. G ),
pero se crearon otras 16. Su n ú ­
m ero aum entó regularm ente
hasta estabilizarse en 30 legiones
en el siglo n y llegar a las 33 a
Distribución de las legiones
de 9 a 215 d. G.
Tracios C Germanos, francos,
Historia de las 44 legiones del Alto Imperio O Dálmatas A ©
Número Regiones de acuartelamiento Legio I Legio I
Nombre de la legión Adiutrix Italica

ta ^ X " ' ' Pérdida del águila


9 d. C. ier odesgracia
(fechas estimadas)
20 d. C.
• 46 d. C.
Jalmacia/lliria
• 63 d. C.
’anonia Superior
• 68 d. C. ’anonia Inferior
• 75 d. C. • ilesia Superior
• 88 d. C.
• l0 3 d .C .
• 112 d.C.
# 1 4 0 d.C. 9 o D ' o 15-
1 2 1 5 d.C. 10 11 xi 13 14 11 12
Nombre del creador Julio César Nerón
Dissolution Fecha de creación-fecha de desaparición o última mención 48 a. C.-69 d. C. 66 d .C .-s .v d . C.
Annihilation 24 campañas 10 campañas 18 campañas
N.° de campañas conocidas
(desde su creación hasta su desaparición) 0 0 0 3 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 00 30 00 OOOOOOOOOO OQOOOOOOOO
OOOOOOOO ooo©ooo©©o
oooo

Legio III Legio III Legio III Legio IV Legio IV Legio IV Legio V
Gallica Italica Parthica Flavia Félix Macedónica Scythica Macedónica
218 d.C. 68 d. C.
é

T T T T

Julio César
48 a. C .-70 d. C.
6 campañas 6 campañas lo campanas
OOOOOOOOOO
OOOOOOOOOO
OOOOOOOOOO
oooooooo
oooooo 00030© oooooooooo
oooooooo
oooooooooo
©© © o
o q
ooo

Legio XI Legio XII Legio XIII Legio XIV Legio XV


Claudia Pía Fidelis Fulminata Gemina Gemina Martia Victrix Apollinaris
. 61-66d.C. i d.C. 7Z 14-69 d.C. " r . 14 d.C. ........
XX é é é

Julio César/Octaviano Julio César/Octaviano


57 /4 4 a. C .-258 d. C. 5 3 /4 4 a. C.-s. vd. C.
22 campañas 18 campañas 27 campañas 31 campañas 21 campañas
oooooooooo oooooooooo oooooooooo oooooooo©® oooooooooo
OOOOOOOOOO OOOOOOOO OOOOOOOOOO 0 ® 0 0 © © © 0 0 0 0 o o o o o o o o o o
oo ooooooo oooooo@ ooo o
©©©©©©OO©© OOOOOOO©©© 00©
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seueduieo n seueduieo n
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om ojuy ooje|Aj/opid9i OJ0A9S ojiuj^dag

'O'P 8£Z
eojeuajÁQ e)sn6nv BOjllJJBd
III «¡Ban III OiBan I °!^91
ROMA, M ARITIMA
s de sobra conocido que Roma no
E era m arítim a, pero tuvo que serlo
p o r la fuerza de los hechos. A par­
desde 1000 a. G. hasta 500 d. G.
tir de 311 a. C., Roma nom braba anualm ente Orígenes Misiones
a dos m agistrados encargados de la arm ada
(duoviri navales) y los colocaba al frente de una ® © © © Q G @ @ © ® © ® 0
pequeña escuadra de diez naves de guerra para
luchar contra la piratería en el m ar Tirreno.
Los intereses navales de Roma se afianzaron
en torno a los años 3 06-302, época en la que
Polibio sitúa la am istad entre Rom a y Rodas,
cuya flota tenía buena reputación, y en la que
el tercer tratado acordado con Cartago en
306 a. C. definió las respectivas zonas de in ­ 1 * Lembor 800 a. C. (Iliria, 220 a. C.) 2 * Liburna, 300 a. C. (Roma, 150 d. C.)
fluencia de ambas partes en el M editerráneo.
En 2 64 a. C., a com ienzos de la p rim era guerra
O @©o
t j ü l 12 m eslora * 3 mmanga Q ?
O © @ © * o
O 23 m eslora * 5 m manga ^ ?
púnica, Roma n o tenía flota y tuvo que acu­
dir a sus aliados,Tarento, Locria, Veha y Nápo-
les, que pusieron a su disposición trirrem es
y pentecónteras. Los rom anos construyeron
entonces una flota de cien quinquerrem es y
veinte trirrem es. Fue sin duda su pragm atis­
m o lo que los em pujó a com batir a los carta­
gineses en su p ropio terreno y con su arma: 3* Celes, 300 a. C. (Iliria, 220 a. C.) 4* Pentecóntera, 500 a. C. (Esparta, 400 a. C.)
la quinquerrem e, que aprendieron a dominar. ©o @®©@o ©
Pese al contundente éxito de Lutacio Cátulo
en 241 a. C. contra una flota púnica mal ar­
p23 meslora * 5 mmanga ^ ? ^ 30 m eslora * 3,8 m m a n g a |^ = 401

m ada y m al adiestrada, Rom a seguía siendo


u na fuerza predom inantem ente terrestre.
A partir de 200 a. C., el p oderío m arítim o
de Rom a siguió d ependiendo de sus aliados
griegos y, sobre todo, de las fuerzas navales
rodias. Las ciudades aliadas de Jonia, Fenicia,
Panfilia y Siria proporcionaron gran parte de 5» Actuaría, 300 a. C. (Roma, 20 d. C.) 6* Birreme, 300 a. C. (Roma, 50 d. C.)
las naves de las escuadras rom anas. Cierto es
que Rom a construía sus propias naves, pero
© ©O © © O s
31 m eslora * 6,5 m manga ^ = 501 O * . * . * 4,3 m m anga^^ ~ 501
estaban equipadas con tripulaciones de las ciu­
dades aliadas, de m odo que las técnicas navales
griegas y orientales se fueron im poniendo gra­ Banco de remos | Remos
dualm ente en el transcurso de la guerra social
(90-88 a. C.). Después de la guerra contra el
TÜburna/2 íBirreme/2 j Trirreme/3
rey M itrídatesVI Eupátor (89-85 a. C.), apa­
reció p o r p rim era vez una flota perm anente.
En el año 67 a. C., Pom peyo triu n fó sobre
los piratas que infestaban casi todas las aguas
mediterráneas. En la guerra civil entre César y I
Pompeyo, las ciudades m arítim as aliadas des­
em peñaron tam bién u n papel im portante. N o tSeptirreme/7
obstante, h abría que esperar hasta la últim a
guerra civil, en 30 a. C., para que Roma crease
flotas marítimas y fluviales permanentes, cuyos
m arinos y soldados eran a m enudo extranjeros
e incluso esclavos. Paulatinam ente se fueron
enrolando hom bres libres y ciudadanos.
PO R PRAGMATISMO

9* Cuatrirreme, 350 a. C. (R o m a ,2 6 0 a. C.) 10* Quinquerreme, 400 a. C. (R o m a ,68 a. C.)

0^ © < S ® 0 ( 5 ) 50meslorax7mman9a s 8 °t ( S ) 58meslorax 7mmanga f ^ 1 0 0 t

11* Gaulus, 2000 a. C. 11 • Corbita, 150 a. C.


( ¡ ) =40meslora» 10mmanga O o o © 55meslora» 13mmanga

] — Vi ►Espolón «Catapulta ■ Torre de arqueros X Escorpión/balista SCorvus (Delfín ★ Puente continuo

Lembo *1

Liburna *2

Celes *3

Pentecóntera *4

Actuaría *5 IS/»30 soldados ►X X

Birreme *6 ( t t 50 remeros. -10 marinos /«30 soldados ► X X I

Trirreme *7 m 170 remen)s,25 marinos/5 0soldados ^ l X X / ( *

Trirreme *8 m 240 remeros, * 10 marinos / ~ 50 soldados ►X X X ^

Cuatrirreme *9 M tttffl 230 remeros, 40 marinos / 75 soldados ►►X X / t ★

Quinquerreme *10 ds,50marinos/130soldados ► ► • •••••••••■ ■ X X /t*


Chaucos
Flota británica t 122
Cl + 174
Dover/Bouiogne
v:2
> <

Océano
Atlántico
llirios
-103/-69
Flota de Rávena $
Rávena^l'

Principales batallas navales rom anas ^ Victoria romana ^ Derrota romana ^ Guerra civil

-208 -206 -191 -190


(Ji) (jf) — ud — m

d r m m
en 15 0 d. G.
Nombre
Potencias navales y fecha de sus derrotas
-XXX

Zonas de
> <
9
Piratas y fecha
o © © © o
M acedonia Egipto Cartago Reino Seléucidas
piratería de eliminación d el Ponto

❖ #
mi H# A
Puerto base Puerto base Puerto Arsenal Puerto de escala
flota fluvial flota romana secundario o casional
pretoriana

; 10 em barcaciones

Vándalos
267/280
, * . . . 9
La batalla de Accio
2 de septiem bre de 31 a. G.

O ctaviano y Agripa

= 170 + 60 n;
Marco Antonio y Cleopatra

= 20-30
naves

Esta contienda, que pone fin a


la última guerra civil, habría podido ser
terrestre si Marco Antonio hubiera rechazado
el combate para librar batalla en Macedonia,
siguiendo el ejemplo de César cuando Pompeyo le bloqueó
el Adriático. El ejército de Marco Antonio había llegado a Grecia en
otoño de 32 a. C., y el de Octaviano había avanzado en verano de 31 hacia
Accio, cuyo estrecho, que se abría al golfo de Ambracia, estaba ocupado por
Marco Antonio. Todo presagiaba el inevitable desencadenamiento de la batalla: la
proximidad de la estación adversa y la proporcionalidad de las fuerzas, porque
si bien Octaviano contaba con unos cuantos barcos más, la flota de
Marco Antonio tenía naves más grandes. El propio Marco Antonio
comandaba el ala derecha junto con L. Gelio Publicóla, el
centro estaba bajo el mando de M. Octavio y M.
Insteyo, y el ala izquierda bajo C. Sosio.
La flota de Octaviano estaba a las

o
órdenes del propio Octaviano y
de M. Lurio (ala derecha), de Agripa
(ala izquierda) y de L. Arruncio (centro). 1. El
viento sopla desde tierra y Marco Antonio puede salir
por fin a entablar combate. 2. Agripa repliega sus naves
y obliga a Publicóla a emprender una persecución que deja
exhaustos a sus marinos. 3. Entonces Agripa da media vuelta y ataca los
barcos de Publicóla; primer golpe asestado a Marco Antonio.
k. Al mismo tiempo, en el centro, la flota de Octaviano toma la delantera y
5. provoca la intervención de las naves de Cleopatra. 6. Mientras Agripa
con las fuerzas enemigas en una serie de abordajes que arrojan a los
legionarios embarcados a violentos combates cuerpo a cuerpo,
7. Cleopatra, pudiendo elegir entre continuar la guerra
en Egipto o la aniquilación, aprovecha el viento
favorable para alejarse. Marco Antonio, con
apenas cincuenta naves, decide seguirla.

o
8. La flota de Agrippa cierra la
pinza sobre el resto de fuerzas de
Marco Antonio. Octaviano, pese a la pérdida
de 2.500 hombres y de numerosas naves, logra
un éxito rotundo: Marco Antonio ya no tiene flota y
9. sus legiones se irán desmoronando durante la interminable
marcha hacia Macedonia. Marco Antonio se suicida cuando, en julio de
30 a. C., Octaviano se presenta en las aguas de Alejandría, sede de la potencia
egipcia. Es el fin de cincuenta y ocho años de guerras civiles y también de la República:
Accio fue su tumba, pero también el acta de nacimiento del Imperio. Soldado de m arina Soldado de m arina Soldado de marina
125 a. C. 31 a. C. 357 d. C.
Total=
= 1 talento = 24.000 sestercios 240.000 sestercios
670.000.000 sestercios

(de todo tipo) Origen y salarios de las tripulaciones I sigloia. C. ■ sigloid.C.


de la flota de Miseno
65_________
60 _
■ Comandantes ^
Oficiales tjQ
_ Soldados lc
Remeros

- 264 -241

Aparición y desaparición de las flotas


Augusto Tiberio Calígula Claudio Nerón Vespasiano Domiciano Trajano Adriano Antonino Marco Aurelio Cómodo
Aliados (Atenas / Rodas) >
Fréjus
Miseno
Rávena
Alejandría
Germania
Bretaña
Ponto
Panonia
Mesia
Siria
Libia

Con el retorno de la paz a Roma y el Mediterráneo, las flotas se hicie­ requerido demasiados m edios y tiempo. Sin embargo, en las campañas
ron perm anentes. Hasta N erón, los antiguos aliados m arítim os todavía contra los partos, el ejército rom ano llevó consigo destacam entos de
form aban parte de la flota rom ana antes de que esta fuera autónom a, m arinos y construyó in situ em barcaciones para transportar tropas y
pero m uchas de las tripulaciones provenían aún de las provincias llama­ equipamiento.
das «m arítim as». Los grandes puertos militares eran M iseno y Rávena.
Progresivamente, se fueron creando flotas secundarias asignadas a una
zona del M editerráneo, com o la de Siria, Egipto y Africa, o a Britania,
o bien destacam entos perm anentes asignados a m i p uerto (como, por
ejemplo, a Cesarea de M auritania o a Ptolem aida en Libia). Después,
se hizo lo m ism o en el Rin, el D anubio y el m ar Negro. En el Eufrates
nunca hubo una flota perm anente, aunque el ejército la necesitase. De
todos m odos, el río no era navegable a contracorriente y la sirga habría
GUERRAS Y CAMPAÑAS

I. G u e r r a s c iv il e s
a historia de Roma está jalonada de num erosas guerras ci­ Se daban todas las condiciones para u n enfrentam iento definitivo.
L viles, pero n o todas p ueden ser descritas aquí. Los prim eros Craso, que había form ado u n triunvirato inform al con Pompeyo y César,
conflictos se desarrollaron en la ciudad y en sus alrededores, quiso tam bién reforzar su posición y se lanzó contra el reino parto,
com o cuando, en el año 4 9 4 a. C., la plebe se retiró al m onte Sacro, para pero fue u n desastre, tanto para él com o para sus tropas, en 53 a. C. El
reclam ar algunos derechos, entre ellos protección para los tribunos de enfrentam iento entre Pompeyo y César se intensificó ante las intencio­
la plebe elegidos. Estas insurrecciones están vinculadas a la lenta evo­ nes de César de presentarse a u n segundo consulado en el año 50 a. C.
lución de las instituciones rom anas, com o la publicación en 451 -449 C uando el Senado, partidario de Pompeyo, se opuso a las propuestas
de los principios del derecho en las XII Tablas y después la obtención de sus afines, entre ellos Marco Antonio, César entró en Italia, el 11 de
progresiva de los m ism os derechos políticos para todos. enero de 49 a. C., para m archar sobre Roma. Pompeyo huyó con parte
Tras siglos de guerras externas, a finales del siglo n a. C. afloraron de del Senado y se instaló en Grecia y en Macedonia. César resolvió primero
nuevo los conflictos internos, prim ero en el plano político y en la propia sus asuntos en Roma y se dirigió hacia Hispania para neutralizar alH a
Roma, con la oposición a las reform as de los Gracos. Treinta años más las legiones pompeyanas. Elegido cónsul para el año 48 a. C., atravesó el
tarde, los aliados de derecho latino, que soportaban un gran peso militar, Adriático y sorprendió a Pompeyo, pero no pudo concluir la empresa.
reivindicaron su integración com pleta en la ciudadanía, hecho que ter­ Atrajo a Pompeyo hacia Tesalia, donde lo derrotó en Farsalia en agosto
m inó desencadenando guerra social, llamada de los socii, de los «aliados», de 48. Pompeyo fue asesinado el 28 de septiembre de 48 a. C. por orden de
entre los años 90 y 88 a. C. Esta sangrienta guerra civil concluyó en 89 Ptolom eo XIII, rey de Egipto, donde se había refugiado.
con la ley Plautia Papiria, que otorgaba el derecho de ciudad a todos los La guerra se reavivaría tras el asesinato de César, el 15 de m arzo
italianos que habitasen en Italia, al sur del Po. Algunos actores políticos de 44 a. C. Los «republicanos» y los cesarianos se acercaban o se dis­
del conflicto, entre ellos Mario, favorable a los insurgentes, se sirvie­ tanciaban según las circunstancias, com o los cesarianos entre ellos.
ron entonces de sus m andos militares para im ponerse políticam ente en El h o m bre fuerte del m om ento, Marco Antonio; el hijo adoptivo de
Roma. De hecho, desde la reform a de Mario de 107 a. G , los legionarios César, Octaviano, y Lépido se disputaban su herencia. Los «republi­
eran reclutados p o r veinticinco años, cosa que acarreaba un problem a canos» ro m p ie ro n con M arco A ntonio a finales del año 4 4 a. C. y
político, puesto que quedaban a m enudo apegados a los comandantes trataron de dividir a los cesarianos. El 1 de enero de 43, el Senado
más activos y carismáticos durante y después de su servicio. otorgó a O ctaviano el derecho de m ando de pro p re to r y otros p ri­
Las innum erables operaciones militares de la prim era m itad del si­ vilegios, sobre to d o el de presentarse al consulado diez años antes
glo i a. C. derivaban d irectam ente de esta situación. Los grandes del de la edad legal. Con ocasión de la derrota de Marco A ntonio en abril
m o m en to -M a rio y Sila, C raso ...—y ciertos aventureros políticos se de 43, en M ódena, a m anos de los «republicanos», a los que se había
aprovecharon de las dificultades m ilitares que había en Italia y en las unido Octaviano, este m archó sobre Roma, donde fue elegido cónsul el
provincias para conseguir que se les otorgasen m andos, esperando una 19 de agosto de 43 a. C. Mientras tanto se había acercado a Marco Anto­
gran victoria para reforzar su poder en Rom a y conseguir medios m ate­ nio y a Lépido, y en noviem bre, u n plebiscito los nom bró «triunviros
riales. Así pues, M ario y Sila se disputaron el m ando en Oriente contra para reconstruir la República». Se repartieron la administración de las
Mitrídates VI, que en 68 a. C. había conquistado una parte de Grecia. A provincias y publicaron listas de proscripción dirigidas a sus enemigos.
la postre, fue Sila quien, m archando sobre Roma, consiguió la direc­ La prim era tarea de los triunviros fue la de deshacerse de los asesinos de
ción del ejército asignado a esta guerra y logró expulsar a M itrí dates de César, en parte refugiados en Egipto y en Oriente. Las tropas se enfrenta­
Grecia y de Jonia, y después lim itar su reino a la zona del Ponto Euxino ro n en Filipos (M acedonia), en dos batallas, en septiem bre y en octubre
(mar N egro). El conflicto estalló de nuevo en 83 a. C. y fue a coincidir de 42 a. C., y los cesarianos resultaron vencedores. Esta victoria dio paso
con el principio de la tercera guerra m itridática. Varios com andantes se rápidam ente a una segunda serie de conflictos hasta que, finalmente,
lanzaron contra Mitrí dates, especialmente Lúculo, pero pese a los éxitos el últim o período triunviral asistió al enfrentam iento entre Octaviano
obtenidos, el enfrentam iento se estancó en to rn o al año 69 a. C. En 73- y Marco Antonio. Este últim o disponía de los inm ensos recursos de
72 a. C., com o últim a prolongación de los desórdenes creados en el sur Oriente, m ientras que Octaviano contaba con el capital sim bólico de
de la península italiana po r las guerras sociales y las guerras de Oriente, Italia y de Roma. A partir del año 34, las relaciones em peoraron a pasos
un gladiador tracio, Espartaco, consiguió am otinar a los esclavos. Por su agigantados hasta desem bocar en u n enfrentam iento naval entre la flota
parte, Pompeyo, que ya se había distinguido durante la guerra social, de Octaviano y las de Marco A ntonio y de Cleopatra el 2 de septiembre
recibió en 67 a. C. la m isión de solucionar el problem a de los piratas de la de 31 a. C. en Accio, donde la victoria de Octaviano, seguida de la de
costa dálmata. En 66 a. C. fue enviado contra Mitrí dates, a quien derrotó Alejandría (30 de agosto de 30 a. C.), puso fin a las guerras civiles.
definitivamente, e inició mía expedición militar por la provincia de Asia y El régim en im perial resultante no resolvió el problem a de las guerras
por Siria. Poco después, el procónsul César, con el pretexto de que se civiles, ya que la relativa estabilidad se desm oronó realm ente a partir
cernía una am enaza germ ánica sobre la Narbonense, se lanzó a la guerra de 235, cuando el Im perio se sum ió en u n período de treinta años de
de las Gañas. guerras entre los pretendientes a la púrpura im perial.
Apdrición
OPTIMATES 133 a. C. POPULARES

o
«Los mejores» «Pertenecientes al pueblo»

Conservadores Reformadores o

Magistrados Magistrados Asambleas

Poder en el Senado •
Mantenimiento de la oligarquía •
Magistraturas reservadas a las élites •

Leyes agrarias (redistribución de tierras públicas, fundación de colonias,


1 limitación del tamaño de las propiedades sobre las tierras públicas)
Leyes frumentarias (destinadas a controlar el precio del trigo en Roma,
2 incluso a hacerlo gratuito)

Nada debe cambiar Q 3 Reducción de las deudas

4 Apertura de la ciudadanía a los aliados italianos

5 Creación de tribunales de justicia ecuestres

LUCIO CORNELIO
SILA

MARCO TULIO GNEO POMPEYO MAGNO GAYO JULIO


CIC ERÓ N POMPEYO CÉSAR

MARCO JUNIO MARCO GAYO JULIO


BRUTO AN TO N IO CÉSAR (OCTAVIANO)
Año ' de 88 a 3 1 a. G.
, =10.000 h

4 1 =50naves
(J ) =vencedor

•Consecuencias

X A / Batalla de la puerta Colina


-82 (Roma)
★ ★ ★
XXX
• 50.000 muertos (total) +12 prisioneros

¡n el Campo de Marte.
• Destitución de 80 senadores
y 440 caballeros.
•Sila recibe de manos del Senado
la lex Valeria, una dictadura
sin límite de tiempo.

O oo XI:

legiones se rinden; desaparece la


mayor parte del ejército pompeyano.
• César pone fin al asedio de
Massilia y regresa a Roma para
ser nombrado cónsul.

César contra Pompeyo

Egipto

GNEO MAGNO GAYO JULIO SEXTO MARCO JUNIO BRUTO MARCO EMILIO MARCO GAYOCÉSAR
POMPEYO CÉSAR POMPEYO LOS CESARICIDAS LÉPIDO ANTONIO (OCTAVIANO)
« • # • • • # • # • m m
II. CARTAGO Demografía comparativa de la población libre)
África cartaginesa El mundo romano
u ndada en el año 814 a. G , Cartago vivía de cara al mar.
F Luchó al principio contra los fenicios y los griegos por el
control del com ercio en el Mediterráneo. La ciudad, encerra­
©
da en el in terior de una muralla de unos 33 km , estaba emplazada casi
en una isla. Es difícil calcular su población, pero en 149 a. C., según
el historiador Estrabón, contaba con 700.000 habitantes, cifra harto -4 0 0 .
superior a las demás fuentes. En el año 146 a. C., el com andante carta­ a. C.
ginés tenía 30.000 hom bres a sus órdenes, y los últim os defensores de
la ciudadela n o serían, entre hom bres y m ujeres, más de 50.000. Por
consiguiente, el n úm ero de habitantes n o podía superar estas últimas
cifras, a las que, n o obstante, había que añadir la población del territo­
rio de la ciudad, entre Susa y Bona. Por otro lado, Cartago controlaba en
el siglo m u n Im perio que abarcaba la costa occidental de Africa, desde
Tremecén hasta Tripolitania, las islas (Malta, que fue marginal con res­
pecto a Cartago, las Baleares, Cerdeña y Sicilia) y especialmente la costa
ibérica y su interior, sus m inas y dem ás recursos.
Pese a perpetuar sin duda la tradición aristocrática de sus orígenes,
el Estado de Cartago, perfectam ente organizado, incluía en su constitu­
ción principios democráticos. N o tenem os u n gran conocim iento de la
sociedad púnica, pero se sabe que estaba constituida por una aristocracia
de armadores, negociantes y terratenientes que se repartían las funciones
políticas y religiosas. Los ciudadanos de pleno derecho form aban una
clase m edia que pod ía votar y ejercía tal facultad en la asamblea del
pueblo. La situación de sus esposas se desconoce. Igual que en Roma,
existía una clase de libertos, a m enudo ricos, y había esclavos públicos
y privados. Estos últim os podían ser acom odados y relativamente inde­
pendientes; incluso tenían derecho a casarse legalmente. Al contrario de
lo que dicen los textos de autores antiguos, la arqueología dem uestra
que la sociedad cartaginesa y los em plazam ientos púnicos acogían a
num erosos extranjeros de todos los orígenes.
El régim en político de Cartago, aristocrático y dem ocrático a la vez,
supo evitar la tiranía y la dictadura. Las fuentes antiguas m encionan a
unos «reyes», sin duda los sufetes, tam bién llamados «pretores» (impera-
tores). Estos ejercían el poder y a veces im partían justicia. El título quedaba
vinculado a aquellos que habían ejercido esta función. En los siglos in-n
a. C., el pueblo elegía cada año a dos sufetes epónim os, básicamente en
función de su riqueza. Al parecer, se encargaban de adm inistrar justicia
en una plaza pública, mientras que los antiguos sufetes ejercían de jueces.
Junto a ellos se encontraba la asamblea de los ancianos, cuyos m iem bros
eran probablem ente cooptados con carácter vitalicio por sus pares y se
contaban a centenares. Dicha asamblea trataba con los sufetes, a los que
som etía a u na estricta supervisión; prom ulgaba leyes; debatía sobre la
guerra y la paz; recibía em bajadas, y enviaba delegaciones. Constaba
asim ismo de comisiones de treinta m iem bros que resolvían toda clase
600.000 km2 .
de cuestiones. U n consejo de cien jueces, elegidos entre los ancianos,
controlaba a las grandes familias con el fin de prevenir derivas políticas 500.000 km2 .
y escuchaba a los com andantes después de las guerras. La asamblea 400.000 km2 .
del pueblo, convocada p o r los sufetes, solo podía debatir las cuestiones 300.000 km2 .
por ellos propuestas, relativas a la econom ía, la liberación de esclavos Fundación de Roma
200.000 km2 .
públicos o las obras. Por últim o, en tiem pos de paz, los comandantes del
ejército y los gobernadores eran nom brados por la asamblea. 100.000 km2 .
Okm2 .

©
Cartago
200.000 km2
300.000 km2 _ 814 a. C.
Fundación de Cartago
Antiguas colonias fenicias
+ interior del territorio

400.000 km2
i" .. i i i i
n m m m m

den 272 a. C.
^ Cartago en 218 a. C.
£ Cartago en 149 a. C.

• • • • Aislamiento de Aníbal por

Asdrúbal Barcay Masinisa


Escipiónel Africano
>j Insurrecciones contra los romanos i

Período de entreguerras
Segunda guerra púnica

familia contra Roma General ▲ Sufete/cónsul <? pSfe| Senado f Muerte ai


“ ■Contra los íberos X Primera guerra púnica Segunda guerra

★ A <?-

Casusbelli

4 Í 35 36£ é
+ 18 Ü ¿ + 42 43
■ + — \0 ! 12 13 14 16 + + C V ¿ O ^ X 39 40 44 45
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Cartago
a Púnica

— \ 52
+
op—
/ 9 Destrucción de Cartago,
►X51 masacre de su población
y supervivientes
reducidos a la esclavitud
| i , , , | , , , , | ,
Misiones: # Reconocim iento ► Avance + Enlace / Persecución/explotación lllll Saturación ★ H o stigam iento!' Combate a
Posición en combate: O Flancos ™ Primera línea ■■■ Zaga ■■■ Entre las filas


m
II
Infantería libio-fenicia Infantería pesada cartaginesa Guerrero númida Hondero de las Baleares Mercenario libio Guerrero celta-galo
►/ U ™ ► /U !í ★m
uu * — ★m
uU * — m y r- — > / *
(antes y después de Cannas)

1 N
Jinete de los ciudadanos Jinete celtíbero Jinete ligero númida

d&t
i- ir
Falange del Batallón Sagrado Portaestandarte cartaginés
►+ - « -

Centurión etrusco
★ + • / ' U ™ ►/ - -

Elefantes de guerra (Zama)

Cartago no tenía ejército perm anente e incluso desconfiaba de él. El ligera arm ada de jabalinas, u n puñal y u n escudo redondo. Los íberos,
ejército cartaginés, com andado p o r jefes elegidos por la asamblea del que gozaban m ás bien de la condición de aliados, servían asimismo
pueblo y controlado p o r la asam blea de ancianos, estaba com puesto en la infantería ligera, m ientras que los guerreros de las Baleares eran
p or ciudadanos, p o r individuos procedentes de territorios controlados honderos. Los núm idas —sum am en te eficaces gracias a su excelente
p or Cartago, p o r hom bres de los ejércitos aliados y por m ercenarios. Se caballería-, los galos transalpinos y cisalpinos, los ligures y algunas
desconoce su jerarquía, y las cifras sobre el tam año de los ejércitos son ciudades de Italia, entre ellas Capua, constituían el principal apoyo de
a m enudo fantasiosas. los cartagineses.
Este ejército, que form aba u n auténtico mosaico étnico, com batía El ejército cartaginés estaba compuesto, básicamente, por cuerpos de
p o r «naciones». Los suboficiales pertenecían a dichas naciones, pero infantería, y su batallón «sagrado» se enfrentaba a la infantería pesada
los oficiales su periores seguían siendo aristócratas cartagineses. Los enemiga. Generalmente combatía en falanges apretadas, en varias líneas,
ciudadanos, m uy m inoritarios, servían en la infantería. Los individuos m ientras que la caballería y los elefantes se situaban en las alas. Los
reclutados en las regiones controladas p or Cartago eran africanos, íberos arqueros apenas se m encionan y, paradójicamente, la armada cartaginesa,
y soldados de las Baleares. Los africanos (libios) form aban una infantería equipada con quinquerrem es, nunca fue decisiva.
o Tesino
noviembre 218 a. C.
Trebia
diciembre 218 a. C.
Lago Trasimeno
21 junio 217 a. C.
Cartago Aníbal P. C. Escipión Aníbal T. Sempronio Longo Aníbal C. Flaminio Nepote f
Infantería T Galia/Cerdeña 6.000 *18.000 31.000 - 39.000 f-
Caballería-TWf *1T 6.500 10.000
Elefantes m ,Q 20.000
Naves $¡P
Aliados^


“ O <►
Cartago
Vencedor
Estimación ele'
Muertos/heridos Aliados/Prisioneros ^ ¿¿,0 /0 —y /«y IL,d70 24,5% -40,8% , v 3,1% -5,1 % 39,2%-58,8%
© - - — o © ©
Consecuencias • Adhesión de los galos a Aníbal. • El Senado re io toma conciencia del peligro. • El camino hacia Roma está despejado.
■Repliegue romano a su territorio. • Aníbal libera a los prisioneros latinos para incorporarlos.
• Aníbal no aprovecha su ventaja.

Comus Sitio de Siracusa Emboscada de Silaro


O
215 a. C. 212-213 a. C. 212 a. C.
ITorquato Epícides í C. Marcelo Aníbal M. Centenio f
8.000

'
• Roma ya no tiene ejército • Las ciudades del sur de
©—J I/O- 0,4./0
• Roma sofoca el levantamiento de Cerdeña.
í
0
^ 20% + mayoría de civiles

• Sicilia permanece romana y priva a Aníbal de


Q Q
Italia, de Siracusa y de Macedonia se unen a Aníbal • Se mantiene el abastecimiento de grano de Roma. de retaguardia, de un aliado y de una puerta de salida.
• Aníbal no aprovecha su ventaja. • Roma conserva el control del Mediterráneo. • Roma puede concentrarse en Italia e Hispania.

Herdonia Las dos batallas del Betis Ausculum


O O O O
212 a. C. 211a. C. primavera 209 a. C.
Aníbal G. F. Flaco Asdrúbal Barca P. C. Escipión f Aníbal M. C. Marcelo Asdrúbal Barca Escipión el Africano
G.C. Escipión {
20.000- 30.000 r * * r 18.000 C. C. Escipión Calvo f 16.000 + r-írtT 20.000 25.000 1 35.000

19.500 T
4.500
de los cuales
10.500 _
'■ 'Y * 30-000
^3.000
20.000
♦ ♦
•O © ■O © - - o © £ .‘
• Aníbal toma Tarento y se anexiona Capua. • Los celtíberos traicionan a Roma por Cartago. • Asdrúbal parte hacia Italia para unirse a Aníbal.
• El Senado romano ha de reclutar urgentemente • Roma se retira de Iberia durante siete años. • Escipión no explota la victoria, pero teje alianzas
cuatro nuevas legiones. • Cartago no aprovecha su ventaja. en Iberia y Numidia.

Meta uro
O O
22 junio 207 a. C
M. L.Salinator Asdrúbal Giscór
C. C. Nerón Magón Barca
37.000 74.000 r á


4.000 A
32

©00,070~ID/O ZItO/0

• El encuentro de los Barca resulta un fracaso.


©
• Cartago es expulsada de Iberia definitivamente.
-© Q -
• Los romanos ponen sitio a Túnez. • Cartago se ve obligada a firmar la paz.
• Aníbal queda confinado en el sur de Italia. • Los númidas se separan en dos bandos. • Aníbal es reclamado con urgencia por el Senado. • Masinisa derroca a Sifax y firma un pacto de alianza
con Roma. Cartago está ahora acorralada.
2 de agosto de 2 1 6 a. G.

10.000 triarios iPaul°


en reserva i

* — ...
-r yí / r r r jffT T J íC ^

Movimientos
El romano Varrón despliega a sus 80.000
legionarios a la manera clásica en línea triple. Aníbal,
por su parte, escoge una formación poco habitual ofreciendo
voluntariamente su centro en disposición convexa. (1) Aníbal lanza
su caballería pesada contra ta de Paulo; el choque es brutal y sangriento.
(2) Entretanto, Maharbal detiene al ala derecha romana saturándola de jabalinas
gracias a su caballería númida. (3) Las ocho legiones romanas avanzan en orden
apretado para hundir el centro cartaginés. La formación de Aníbal, con los flancos muy
alejados en profundidad, obliga a las legiones a recorrer una gran distancia bajo el ataque de los
honderos manteniendo al mismo tiempo su formación. (4) Asdrúbal abre una brecha en la caballería
romana, que se desintegra e inicia la fuga. (5) La presión de las legiones romanas empuja a la infantería
cartaginesa. (6) Pero Aníbal recorre las filas para mantener la cohesión de la línea y hacerla retroceder lenta y
ordenadamente; los honderos se repliegan en la segunda línea, mientras él obliga a la infantería pesada, hasta entonces ei
reserva, a avanzar por los flancos. (7) A la izquierda, la caballería de Varrón queda diezmada y no puede hacer frente al ai
de Maharbal. (8) Entonces Asdrúbal lanza su caballería pesada sobre la de Varrón,(9) que huye al verla llegar. Maharbal emprende su
persecución. (10) Paulo, gravemente herido, se une a los legionarios, pero los flancos, cada vez más hostigados, obligan a los romanos a
apretarse, con la consiguiente desorganización e imposibilidad de movimiento. (11) Aníbal, considerando que los romanos están ahora
bastante adelantados, pide a su infantería ligera que detenga a las legiones, mientras que (12) su infantería pesada sujeta en tenaza los
flancos romanos y (13) la caballería de Asdrúbal ataca las retaguardias. La masacre da comienzo: pocos romanos escaparán. La noche del 2
de agosto, Roma había perdido a 47.000 soldados de infantería y 2.700 jinetes, además de a 19.300 prisioneros, los cónsules Paulo y Minucio,
29 tribunos militares y 80 senadores. Solo consiguieron escapar 14.000 romanos; Aníbal, por su parte, apenas tuvo que lamentar 8.000 pérdidas.
Reclutamiento perpetuo de legiones

Cannas

Cannas

LagoTrasimeno

— LagoTrasimeno

—^ LagoTrasimeno

—^ Lago Trasimeno

—^ Cannas

—^ Cannas

£ Cannas

—^ Cannas

—^ Cannas

—^ Cannas

—Po/Galia

-Po/Galia

-Roma—
M ientras que la p rim e ra g uerra pún ica fue ante todo u n a guerra sus fuerzas para hacer frente a Aníbal (generalm ente los ejércitos c on­
naval, la segunda fue u n a g u erra terrestre. Se recuerdan dos batallas sulares com batían p o r separado). Sus ejércitos constaban en total de
p a rtic u la rm e n te im p o rtan tes: la de Cannas, en A pulia, en el sur de ocho legiones y del equivalente e n tropas aliadas. Los dos cónsules, que
Italia, y la de Zaina, en Túnez. se alternaban cada día el m an d o general, eran diferentes. Paulo tendía
La batalla de Cannas, qu e acabam os de presentar, tuvo lugar el 2 m ás bien a la prudencia, m ientras que Varrón, arrogante, buscaba la vic­
de agosto (fecha astronóm ica, 1 de julio) de 216 a. C.Tras la to m a de toria a cualquier precio. Aníbal esperó a que Varrón estuviera al mando.
u n a base y u n depósito de las fuerzas rom anas e n Cannas, los cónsules Por o tro lado, la elección del cam po de batalla restaba ventaja a
Lucio Em ilio Paulo (Paulo) y GayoTerencio Varrón (Varrón) u n ie ro n los rom anos. El río, que estaba a su derecha, les im p e d ía la retirada.

Movimientos
La de Zama es por naturaleza una batalla decisiva. Los romanos consiguen por fin inclinar la balanza a su favor y, Los demás elefantes embistieron las líneas romanas a través de los pasillos oportunamente liberados por los vélites.
después de dieciséis años de desastres, ponen pie en territorio cartaginés. Aníbal se ve obligado a abandonar sus 5. Aníbal ordenó a sus mercenarios que atacasen, pero la primera línea romana resistió. 6. Los mercenarios, en apuros
posiciones en Italia para acudir en ayuda de Cartago, que, tras una serie de derrotas, le lanza un llamamiento. El 19 por la dureza del combate, no recibieron apoyo de la segunda línea y acabaron enfrentándose a aquella antes de que
de octubre de 202 a. C., Aníbal se encuentra en posición de debilidad: poca caballería, elefantes mal adiestrados, y pudiera intervenir. 7. Con la caballería púnica a la desbandada, hubo un tiempo muerto en la batalla, que Escipión
muchos soldados reclutados precipitadamente frente a un puñado de soldados aguerridos. Consciente de que le aprovechó para llamar a los astados, entregados a la persecución de los huidos, y evacuar a los heridos. 8. A
faltaba caballería y con la intención de agotar a las primeras líneas romanas antes de enviar a sus veteranos, decidió continuación, los asteros se colocaron en el centro de la línea de combate: los principes y los triarios, por su parte, se
situar sus 80 elefantes al frente de una primera línea formada por mercenarios ligures y galos, una segunda situaron extendiendo el frente a derecha e izquierda y envolvieron a toda la línea cartaginesa. Aníbal trató de lanzar
constituida por las tropas reclutadas en África y una tercera con sus mejores soldados, los veteranos. La caballería a sus veteranos, pero 9. Masinisa y Lelio regresaban precisamente de su persecución y se arrojaron sobre la
pesada púnica ocupará la derecha y la caballería númida estará a la izquierda, frente a sus antiguos compañeros, de retaguardia de las líneas cartaginesas, mientras que las alas romanas envolvían sus flancos. La batalla estaba
nuevo aliados de los romanos. 1. Escipión colocó sus unidades de infantería en tres líneas, pero no en quincunce, decidida. Según las fuentes, Escipión habría perdido entre 1.500 y 2.500 hombres, y Aníbal, entre 10.000 y 25.000,
como era lo habitual. Los príncipes se mantenían detrás de la primera línea de hastaríi, a continuación venían los además de un número equivalente de prisioneros. Aníbal huye para anunciar su derrota al gran consejo, que no tuvo
triaris y, como novedad, entre estas líneas, los pasillos estaban ocupados por vélites, aunque, a la vista de Aníbal, más elección que someterse.
formaban un despliegue clásico. 2. Aníbal lanzó sus elefantes al ataque, pero estos, asustados por el sonido de las Se firma una paz a cambio de 10.000 talentos de plata, pagaderos en cincuenta años, la pérdida de la casi totalidad
trompetas romanas, se abalanzaron sobre el ala izquierda de los númidas 3. y desbarataron el orden del ejército de del territorio de los vencidos y la destrucción de su flota, factor que arruinará definitivamente las ambiciones
Aníbal. 4. Las caballerías de Masinisa y Lelio aprovecharon la ocasión para poner en fuga a la caballería púnica. cartaginesas en el Mediterráneo. Cartago ya no se recuperará.
Por si fu era p oco, el sol y el po lv o lev an tad o p o r el fu e rte vien to se abandonó la vieja tra d ic ió n de la alternancia de m andos en favor
qu e soplaba h a c ia ellos cegaban a los soldados. El có n su l V arrón, de u n m an d o ú n ico de las tropas rom anas. La suerte de la segunda
2 cuestores, 29 trib u n o s m ilitares y 80 senadores o fu tu ro s can d id a ­ gu e rra p ú n ic a se d ecidió en o to ñ o de 202, cerca de Zam a, a u nos
tos a las m agistraturas cayeron d u ra n te el e n fren tam ien to. En total, tre in ta kilóm etros de Maktar. Esta vez, A níbal tenía ventaja num érica,
los ro m an o s p e rd ie ro n alred ed o r de 50.000 hom b res, m ientras que pero le faltó la excelente caballería de M asinisa, entonces en conflicto
Aníbal p e rd ió solam en te 8.000 soldados de élite. Esta batalla, q ue se con Cartago.
h a ría fam osa, m arcó el fin del com b ate « e n falange» de las legiones
y supuso la creación de u n id ad es m ás m óviles en su seno. Tam bién
I II. LA GUERRA DE LAS GALIAS

mediados del siglo i a. C., la Galia libre se encontraba en una En aquel entonces, los galos n o estaban en absoluto unidos n i tenían
A situación paradójica. Los diferentes pueblos galos corrían u n la percepción de conform ar una «nación» gala. Al contrario, se pasaban
doble peligro pese a llevar aproxim adamente u n siglo en vías el tiem po combatiendo los unos contra los otros, dirigidos por una élite
de transformarse en «ciudades» de tipo m editerráneo y aunque m ante­ m uy rica, la de los «caballeros», que dom inaban una masa de «clien­
nían relaciones de toda naturaleza con la N arbonense e Italia. tes». Entre los pueblos galos, el de los arvernos gozaba de una cierta
Desde com ienzos del siglo i, los germ anos habían em prendido la preponderancia en el espacio central, pero, poco a poco, su poder se
m archa hacia el suroeste y habían ocupado prácticamente el territorio fue desplazando hacia los eduos, aliados de los romanos. Los arvernos
de los helvecios, en tanto que Ariovisto, rey de los suevos, había atrave­ y los sécuanos acudieron, en el año 71 a. C., al rey suevo Ariovisto,
sado el curso superior del Rin a la cabeza de una coalición germana. Los que aceptó el reto. Tras diez años de guerras, el grupo dirigido por los
rom anos, que no habían olvidado la invasión de los cim brios y de los sécuanos salió victorioso.
teutones, seguían con atención estos acontecimientos.
Además, la propia Roma era escenario de rivalidades entre los p ode­
rosos del m om ento: Craso, Pompeyo y César. M ientras los dos prim eros
-so b re todo P om peyo- explotaban políticam ente sus éxitos recientes,
César buscaba una ocasión para increm entar su fama y sus recursos eco­
nómicos. Esta se presentó cuando obtuvo el proconsulado de la Galia en
59, y no la desperdició.
Cénabo tSS
'¿ y
Turonum

58 a. C. 57 a. C. 56 a. C.
Se pone freno i Combates contra la confederación en el norte Campaña contra los vénetos y los pueblos del oeste

54 a. C.
Segundo desembarco en Britania y campaña contra los eburones

U U W B B l KBI H j f f n i
de 58 a 50 a. C.

— 1 legión

— 2 legiones am César

— 3 legiones ■ i Lugartenientes

— 4 legiones • 1 legión en campamento de invierno

— 5 legiones ■ Puntos de reagrupamiento

■■ 6 legiones ♦ Batalla importante y victoria

■■ 7 legiones Zona sometida por César

Provincia romana/Galia Narbonense

# Revueltas

I 10 legiones
51 a. C.
Últimas operaciones I 11 legiones
Cuando los helvecios decidieron desplazarse hacia el oeste para ins­ hacia las tierras de los lingones, entre Langres y Dijon, para que hiciesen
talarse en Saintonge con la idea de crear, ayudados po r los eduos, un de barrera contra Ariovisto. Abrió paralelam ente negociaciones con el
principado galo, el nuevo p rocónsul decidió intervenir. César aceptó rey, pero estas n o llegaron a buen térm ino. A continuación, avanzó hasta
la propuesta de Ariovisto y selló u n pacto de am istad para hacer frente Besanzón y después hacia Alsacia. Ariovisto pidió una nueva entrevista,
con él a los helvecios; los eduos, divididos en dos clanes opuestos, no y en su transcurso trató de capturar a César. En la batalla que sucedió a
le parecían de fiar. César se enfrentó a los helvecios, que estaban aliados estos hechos, llamada de los Vosgos, el rom ano se adjudicó el triunfo.
con los rauracos, talingos, latobrigos y u n grupo de boyos, y los obligó Después del invierno de 57 a. C., cuando ya era evidente que César
a atravesar el te rrito rio de los sécuanos. Su ejército constaba de tres consideraba que el Rin era la frontera del Im perio, se sublevaron los
legiones movilizadas en la Cisalpina, a las que se sum aron dos nuevas pueblos de Bélgica a excepción de los rem os, aliados de los romanos.
legiones reclutadas con urgencia y la legión com andada po r Labieno Form aron una gran fuerza arm ada que se atrincheró en el Aisne, en
y acantonada en te rrito rio segusiavo. Tras el éxito inicial de Labieno, u n cam pam ento tan form idable que im pedía cualquier acción de m i
César tuvo que abandonar la p ersecución de los helvecios para ocu­ lado y del otro. El ejército galo term inó dispersándose por m iedo a la
parse del abastecimiento de su ejército y m archar sobre Bibracte (m onte escasez de víveres. César venció y som etió p or separado a los belovacos,
Beuvray). Los helvecios a su vez iniciaron su persecución, pero fueron ambianos, suesones, aduáticos y nervios.Tras la sum isión de los pueblos
duram ente derrotados cerca de Bibracte. César dejó que prosiguiesen de Norm andía, distribuyó sus tropas en cam pam entos de invierno en

I Lugartenientes Levas I Veteranos lllllllllll Novatos Reunidos en división © Aniquilada R= retaguardia

Números de las legiones 58 a. C.


te rritorio de los carnutes (O rlean s), los turones (Tours) y los andes para preparar u na insurrección más amplia. A partir del invierno de
(A njou). La Galia daba la im p resió n de haber sido conquistada. Sin 52 a. C., tras una revuelta de los carnutes, el rey arverno Vercingétorix
embargo, en el transcurso del otoño de 56 a. G , los vénetos de Morbihan hizo u n llam am iento a la rebelión general, m ientras que, en el este, los
se rebelaron y obligaron a Roma a lanzarse a una nueva campaña. César tréveros trataban de atraer a los germ anos al bando de los insurgentes.
atacó a los vénetos y los derrotó, m ientras que sus legados apaciguaban César penetró en la Galia con tropas nuevas y em pezó por contener
N orm andía y m archaban contra los m enapios y los m órinos. Como las a los nervios y los senones. Luego lanzó a su legado Labieno contra los
malas cosechas habían obligado a César a crear num erosos cam pam en­ tréveros, que fueron derrotados definitivamente, mientras César sometía
tos de invierno, sus tropas eran vulnerables. El jefe eburón A m biórix lo a los menapios, cruzaba el Rin con intención de negociar con los ubienos
aprovechó y consiguió, durante el invierno de 54 a. C., que saliera de y com probaba que los germ anos se habían retirado.
su cam pam ento u na legión y m edia para ser masacrada cerca de Lieja. A
continuación, se p rodujo u n levantam iento de los nervios, de los aduá-
ticos y de los tréveros, pero fue sofocado. En la prim avera siguiente, los
rom anos castigaron a los pueblos sublevados y exterm inaron casi por
com pleto a los eburones. No obstante, los jefes galos, bien inform ados
de las dificultades políticas de César en Roma, aprovecharon su ausencia
El sitio de Alesia
27 de septiembre de 52 a. G.

246.000 hombres (ejército de socorro)

Movimientos
Tras una emboscada que se traduce en fracaso, Vercingétorix se repliega en el oppidum de Alesia que había
dispuesto de antemano para tratar de reproducir su victoria de Gergovia (1).
Las doce legiones de César, que siguen los pasos de los galos (2), descubren la emboscada que les han tendido. César
hace construir dos muros (3), uno mirando hacia el oppidum (contravalación) destinado a evitar las salidas y el otro
(circunvalación) hacia el exterior para prevenir cualquier ataque por la retaguardia. El conjunto de fortificaciones (24 km)
se completa con campamentos y pequeños fortines. Mientras los romanos construyen sus fortificaciones, Vercingétorix enví
un contingente de caballería (4) para que se ponga en contacto con el ejército de socorro, una coalición de 240.000 guerreros
compuesta mayoritariamente de arvernos y eduos, pero también de tribus de la Galia Bélgica y de la Galia Céltica. La noche
anterior al ataque (5), 60.000 galos, provistos de material para abrirse paso, intentan un asalto contra las fortificaciones que
resultará en fracaso. Al día siguiente, se presenta el ejército de socorro y lanza el ataque (6) en dos puntos simultáneamente.
Vercingétorix y sus guerreros salen también y se lanzan al asalto (7-8), pero el resultado poco concluyente empuja a Vercingétorix a
cambiar de eje y a dirigirse hacia el monte Rea (9). La situación se pone peliaguda para los romanos: los galos han puesto pie en la muralla
tras haber colmado los fosos y penetran en el interior del campamento. César se ve forzado a llamar a las legiones de refuerzo (10). El n
y la buena coordinación de los galos ponen en peligro todo el dispositivo romano (11).
César contraataca con su Estado Mayor y las tropas de refresco (12), y rechaza a los galos. Paralelamente, lanza su caballería germana a la zaga del
ejército de socorro (13), que se dispersa (14), y pone fin a las últimas esperanzas galas. Los combatientes tratan de reunir a sus ciudades, pero si
perseguidos y masacrados con sus pueblos durante toda la noche (15). Vercingétorix no tiene más opción que replegarse en Alesia (16). Al día siguiente
capitulará y se entregará a César.
Resultado de la batalla de Alesia

t 7.000.000
de.galos
en 70 a. C.
É 500.000-

v
1.000.000
de esclavos

t i 11i I i I í
IV. ESPARTACO desconocidas, había sido destinado a u n cuartel de gladiadores. Se
sublevó en Capua junto con otros gladiadores, entre 70 y 78, de origen
iem pre hub o rebeliones de esclavos durante la República ro ­ tracio, germ ano y galo (1), y después reunió en torno a este núcleo

S m ana, aunque de poca im portancia. Tres de estas insurrec­


ciones adoptaron visos de guerra y supieron aprovechar las
dificultades surgidas de conflictos contem poráneos. Las dos prim eras
a pastores y esclavos de las grandes fincas. La mayoría se u nió a ellos
cuando m archaron sobre Nápoles (2) y se refugiaron en las laderas del
Vesubio (3), en una región m uy rica, donde saquearon tierras y villas.
se produjeron en Sicilia. Entre 140-139 y 132 a. C., el esclavo Euno A pesar de sus espectaculares éxitos, Espartaco nunca llegó a dom inar
creó junto con otros esclavos rurales u n reino de tipo helenístico. Más la situación ni consiguió im poner sus ideas a las tropas. La revuelta no
tarde, entre 104 y 100 a. C., seguiría su ejem plo el esclavo SalvioTrifón. se dotó de una organización de tipo estatal, y las decisiones las tom aba
U no de los alzamientos más conocidos, sin duda gracias a Stanley la asamblea de guerreros. Aunque se eligió com o jefes a Espartaco y los
Kubrick, pero tam bién po r el efecto que suscitó en el m om ento m ism o celtas Crixo y Enomao, no hay que im aginar u n ejército de gladiadores,
de la revuelta, es el de Espartaco (73-71 a. C .).Tuvo lugar en Italia, sino más bien una tropa de esclavos rurales. La hueste de Espartaco (alre­
no en una provincia, y fue docum entado p o r los autores contem porá­ dedor de 70.000 personas) pasó el invierno en Campania. Roma envió
neos. Se p rodujo en el contexto de la desorganización provocada por contra ellos a u n pretor con 3.000 hom bres de poco valor, puesto que las
la guerra social. Espartaco, u n tracio convertido en esclavo por razones legiones aguerridas estaban ocupadas en Hispania y en Asia Menor. Estos

de 73 a 7 1 a. G.
-------------- > 10.000 hombres
-------------- ± 30.000 h.

± 90.000 h.
■■■■ ± 120.000 h.
± 160.000 h.

% Zona de saqueos e incursiones

i I Zona hostil a Roma


Tracio Obrero agrícola

C • Ascoli Piceno
Módena • A
guerreros fueron aniquilados y u n segundo p retor tuvo que enfrentarse continuación al del segundo cónsul, Cornelio Léntulo, en Ascoli (9). El
a los insurrectos con 7.000 hom bres - s e desconoce si se trataba de una gobernador de la Galia Cisalpina, Casio Longino, al frente de 10.000 hom ­
milicia o de soldados-, que tam bién fueron aplastados. A la llegada de bres, se enfrentó a Espartaco en M ódena, pero fue tam bién derrotado
la primavera, el ejército de esclavos se puso en m archa hacia Lucania. (10). Con seis legiones recién reclutadas y las de los cónsules, u n total
Enomao desapareció durante aquellos ataques (4-6). Espartara preveía de entre 40.000 a 50.000 hom bres, el antiguo pretor Licinio Craso,
la llegada de tropas avezadas y creó u n ejército capaz de resistir, aunque hom bre de proverbial riqueza, recibió la m isión de p oner fin a aquellos
no se sabía cuáles eran sus verdaderos objetivos. En cualquier caso, no se desórdenes (14). El procónsul de M acedonia, Terencio Varrón Lúculo,
trataba de acabar con la esclavitud, com o han sugerido debates m oder­ enfrascado en la tercera guerra contra Mitrídates, puso rum bo a Bríndisi
nos. Condujo después a su ejército, que había alcanzado las 150.000 per­ para prestarle apoyo (14). El ejército de Espartaco regresó entonces a
sonas, hacia los Alpes con la intención de pasar a la Galia, pero Crixo y Turios (11) y a continuación se m archó a Rhegium (Reggio Calabria)
los 30.000 germ anos y galos se separaron para proseguir el combate. (13), desde donde esperaba poder pasar a Sicilia; pero fue perseguido e
Crixo se dirigió hacia Apulia y se enfrentó al ejército del cónsul Gelio interceptado por todos los flancos por las tropas de Craso. Al ver que su
Publicóla cerca del m o n te Gargano, donde fue derrotado y abatido (7). ejército empezaba a disgregarse, Espartaco se encaminó prim ero a Petelia
Las fuentes históricas divergen en cuanto a lo que aconteció des­ (Strongoli) (15), pero acabó dirigiéndose hacia Paestum y seguramente
pués. Al parecer, Espartaco atacó y venció al ejército de Gelio (8), y a entabló com bate en Senerchia (16), donde fue aplastado y abatido.

Monte Gargano

Metaponto
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