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Las leyes heteroaplicativos y

autoaplicativos
Los preceptos heteroaplicativos, son los que se aplican a todas las
personas sin distinción. Ejemplo: todas las personas deben ser
registradas al momento de nacer en el Registro Civil.
Los autoaplicativos son los que se aplican únicamente a las personas
que se colocan en la hipótesis contemplada en el precepto. Ejemplo:
solo las personas propietarias de un automóvil deben pagar tenencia.
Las leyes heteroaplicativas son aquellas que necesitan de otro acto
jurídico para poder tener plenos efectos dentro del ordenamiento legal.
Entre las Líneas En efecto, hay leyes que no son eficaces con la mera
promulgación, como sería el principio general, sino que necesitan de un
acto jurídico complementario para que de ellas pueda predicarse
eficacia. Sin la presencia de ese acto jurídico no es posible aplicar esa
norma jurídica a ninguna de las personas que habitan dentro del
territorio nacional.
La diferencia entre las leyes auto aplicativas y las heteroaplicativas es
que las personas que son destinatarias de las primeras pueden ser
determinadas con la simple promulgación y entrada en vigencia de la
ley. Por el contario, en el caso de las leyes heteroaplicativas, el sujeto
al que se le debe aplicar la norma jurídica solo se concreta cuando el
organismo del poder público encargado de hacerlo expide el acto
jurídico que es suplementario de la ley. El acto jurídico que le permite
tener plena eficacia a una ley heteroaplicativa va desde un reglamento
hasta una sentencia judicial.

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