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RELACIONES ENTRE EL DERECHO INTERNACIONAL Y EL DERECHO

INTERNO
El Derecho interno es el conjunto de normas que regulan las relaciones entre
individuos o instituciones o de estos con el Estado. El término se usa en
contraposición al Derecho Internacional, que regula las relaciones entre Estados u
otros sujetos de derecho internacional.
Existen diferencias importantes entre ambos. El Derecho interno se caracteriza
porque sus normas, con carácter general, emanan de instituciones determinadas y
se imponen a los destinatarios, siendo posible la aplicación coactiva. Por el
contrario, el Derecho internacional surge de la coordinación y acuerdo entre los
diversos sujetos y no existe un mecanismo consolidado de aplicación coactiva del
Derecho.
En pocas palabras, y para resolver el problema por su aspecto fundamental, el
Derecho internacional está diseñado principalmente para crear normas comunes,
para que podamos ponernos de acuerdo sobre las cosas en común, debemos ser
capaces de crear normas comunes. Si los Estados tropiezan con problemas
particulares, deben ser capaces de crear seguridad jurídica mediante la práctica
consuetudinaria; la elaboración de normas es esencial para el derecho
internacional.
Si Suiza tiene un problema con Indonesia y quiere celebrar un acuerdo con él, está
claro que este acuerdo no puede estar sujeto a la legislación indonesia ni a la suiza,
porque una de ellas tendría prioridad sobre la otra. Necesitamos un derecho
internacional público que sea común a ambos Estados y superior entre sí.
La creación de normas es necesariamente a nivel internacional, pero al mismo
tiempo, la implementación y aplicación de estas normas normalmente no caerá
dentro del ámbito del derecho internacional público porque no hay un estado
global en el que el derecho internacional encaje tan bien que haya estándares más
altos que otros. No podemos tener un órgano ejecutivo para todas estas normas
internacionales a nivel internacional, sólo puede ser embrionario y limitado.
El derecho internacional se ocupa de la creación de normas y la aplicación de las
mismas se deja en manos de los Estados; son los Estados a través de los órganos
que aplican. Esta opción es voluntaria, porque no queremos un "superestado" que
suprima la soberanía de los Estados; es un trabajo "a cuatro manos".
Si este es el caso, tenemos que explicar cómo estas normas internacionales entran
en el ordenamiento jurídico nacional. Por ejemplo, es necesario explicar cómo un
juez suizo puede tener en cuenta una norma internacional que no forma parte del
sistema legal suizo, porque un juez suizo sólo puede aplicar la ley suiza.
La forma en que se aplicará la norma internacional en el derecho interno
corresponde al Estado, tiene autonomía constitucional y puede optar por aplicar las
normas internacionales. La manera de lograrlo es una cuestión que compete a los
Estados soberanos.

Si examinamos en primer lugar el derecho internacional; un Estado presenta un


caso ante la Corte Internacional de Justicia relativo a una controversia con otro
Estado, estamos en la esfera del derecho internacional, cuando un Estado negocia
con otro Estado no tiene que negociar su derecho interno. En este nivel, el derecho
internacional siempre prevalece sobre el derecho interno sin reservas.

Existe una norma de supremacía, cualquier norma de derecho internacional


prevalece sobre el derecho interno, no se puede invocar el derecho interno para
justificar la no aplicación del derecho internacional. Esta norma también se aplica
al derecho consuetudinario y al derecho internacional en su conjunto.
Sin embargo, a nivel del derecho interno la norma no es internacional, porque está
en el dominio del Estado, su territorio y su soberanía. La soberanía territorial
excluye a cualquier Estado y cualquier otra persona que tome decisiones de decidir
sobre su territorio público. Así pues, el derecho internacional depende del derecho
interno del Estado, por lo que no hay una superioridad automática del derecho
internacional sobre el derecho interno; puesto que es el derecho interno el que
inserta el derecho internacional en su territorio, puede determinar que será su
posición en el derecho interno. Por ejemplo, una norma internacional no puede ser
superior a la Constitución, lo que es muy posible en el derecho interno.

La teoría dualista:
La teoría del dualismo sostiene que el derecho internacional y el derecho nacional
son dos ordenamientos jurídicos separados, cada uno supremo en sus respectivas
esferas de competencia. El postulado central de esta teoría es que cada
ordenamiento jurídico regula cuestiones distintas: el internacional regula la
conducta de los sujetos del derecho internacional (por ejemplo, los Estados y los
organismos internacionales), mientras que el nacional regula la conducta de las
personas y las autoridades en cada Estado. De esta distinción sigue que cada
Estado tiene libertad absoluta para definir la forma en que el derecho internacional
es incorporado en el derecho nacional, por lo que el derecho internacional no tiene
efecto directo ni es supremo al derecho nacional.9 Es cierto que las obligaciones
internacionales deben ser cumplidas de buena fe, y que el derecho nacional no
puede ser invocado como justificación para el incumplimiento de dichas
obligaciones. Pero para el dualismo estas reglas sólo son válidas en lo que respecta
a la regulación de la conducta de los Estados en sus relaciones internacionales.
La teoría dualista, conserva un criterio rígido de soberanía y es el sistema adoptado
por Colombia (Art. 214 C.P.). Colombia no ha declinado su soberanía. El traslado
de competencias a organismos internacionales está reservado para “promover o
consolidar la integración económica con otros Estados”. Las únicas disposiciones
constitucionales que tienen vocación monista y por lo tanto prevalecen en el orden
interno, son las que reconocen los derechos humanos (Art. 93 C.P.).
Para el dualismo, entre quienes encontramos como máximos exponentes a Hans
Triepel (1899) en la doctrina alemana y a Dionisio Anzilotti (1905) en la doctrina
italiana, el Derecho Internacional Público y el Derecho Interno se presentan como
dos órdenes jurídicos distintos, separados e independientes. Esto es así sostienen,
porque presentan distintos fundamentos, distintos sujetos destinatarios de sus
normas y porque distintos son los órdenes de relaciones que generan. En cuanto a
sus fundamentos, sostiene Triepel que el DI tiene como fundamento la voluntad de
un solo Estado, quien en forma unilateral organiza su sistema jurídico - político y
estructura su propio ordenamiento. En cambio el DIP encuentra su fundamento en
la voluntad común de los Estados, en la unión de estos sujetos en orden a satisfacer
intereses comunes.
En cuanto a los sujetos destinatarios, en el DI serían los individuos, mientras que
en el DIP, los Estados. De allí que se dé un diferente orden de relación. En el DIP,
al tratarse de un ordenamiento que regula principalmente relaciones entre Estados,
la relación es horizontal, de coordinación, dado el carácter de soberanos que deben
tener los Estados, en principio no se podría concebir el poder de uno sobre otro. En
cambio en el orden interno, la relación sería de carácter vertical, no de
coordinación sino de subordinación entre el Estado que impone las normas y el
individuo destinatario de las mismas y en definitiva, obligado al cumplimiento de
dichas normas.
Monismo
El monismo es una teoría que ha sido desarrollada y defendida por prominentes
filósofos y abogados internacionalistas. Esta teoría sostiene que el derecho
internacional y el derecho nacional forman parte de un mismo ordenamiento
jurídico universal, donde el primero es vinculante para todas las autoridades de los
Estados, y, además, es jerárquicamente superior al segundo. La idea de que el
derecho internacional, por ejemplo, tratados, costumbre y principios generales de
derecho es supremo al derecho nacional, por ejemplo, constituciones, leyes
generales, y decisiones judiciales, implica que las autoridades estatales deben
siempre preferir la aplicación de la norma de derecho internacional en caso de un
conflicto normativo, por ejemplo, entre una norma contenida en un tratado y una
Constitución. El efecto directo y la supremacía del derecho internacional requiere
que el Poder Legislativo adopte leyes de conformidad con el derecho internacional,
que el Poder Ejecutivo está obligado a siempre preferir la aplicación del derecho
internacional sobre el derecho nacional, y que el Poder Judicial debe emitir sus
fallos siempre de conformidad con el derecho internacional.
Monismo con primacía del Derecho Nacional: Para este monismo, existe un
único ordenamiento jurídico y en el cual el derecho nacional es jerárquicamente
superior al internacional. Éste está subordinado al interno.
Esta solución considera, pues, que el derecho internacional depende del nacional
porque cada Estado fija libremente su política exterior, señala omnímodamente
cuáles son sus compromisos internacionales e, inclusive, en el orden de todo
Estado se determina cuáles son los organismos estatales encargados de obligar
jurídico-internacionalmente al Estado y dentro de qué condiciones.
Monismo con primacía del Derecho Internacional: A esta corriente
pertenecen autores como KELSEN, KUNZ, VERDROSS Y LAUTERPACH. Los
doctrinantes de esta tendencia jurídica, piensan que el derecho internacional prima
sobre el derecho nacional, y por tanto, la validez del ordenamiento jurídico general
depende de aquel. Reviste dos matices, el radical y el moderado.
Monismo radical: cuyos teóricos sostienen que toda norma de derecho interno
contraria al derecho internacional es nula “ab-initio” (desde el principio) Esta
concepción fue propugnada, en un primer momento, por la Escuela de Viena, en
particular por KELSEN, quien pensaba que el derecho nacional está subordinado al
internacional. Del segundo depende la validez del primero.
Monismo moderado o estructurado: Los Estados tienen la obligación jurídico-
internacional de derogar las normas por ellos promulgadas en oposición al Derecho
Internacional, a petición del Estado perjudicado. Mediante este procedimiento el
conflicto originario entre el Derecho Internacional y el derecho interno se resuelve
a favor del Derecho Internacional.

Aplicación del Derecho Internacional por los órganos internos:


Mantener la paz y la seguridad internacionales, y con tal fin: tomar medidas
colectivas eficaces para prevenir y eliminar amenazas a la paz, y para suprimir
actos de agresión u otros quebrantamientos de la paz; y lograr por medios
pacíficos, y de conformidad con los principios de la justicia y del derecho
internacional, el ajuste o arreglo de controversias o situaciones internacionales
susceptibles de conducir a quebrantamientos de la paz.
Fomentar entre las naciones relaciones de amistad basadas en el respeto al
principio de la igualdad de derechos y al de la libre determinación de los pueblos, y
tomar otros medidas adecuadas para fortalecer la paz universal.
Realizar la cooperación internacional en la solución de problemas internacionales
de carácter económico, social, cultural o humanitario, y en el desarrollo y estímulo
del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales de todos, sin
hacer distinción por motivos de raza, sexo, idioma o religión; y Servir de centro que
armonice los esfuerzos de las naciones por alcanzar estos propósitos comunes.
El texto completo de la Carta de las Naciones Unidas se encuentra disponible en
línea. Para una comprensión más amplia sobre la Carta de la ONU, consulte el
enlace de la Guía de Investigación que se indica abajo.
Las Naciones Unidas han apoyado técnica y financieramente al Gobierno
Colombiano en múltiples áreas relacionadas con el desarrollo social, político y
económico.
Las 27 agencias y organismos que conforman el Sistema de las Naciones Unidas en
Colombia han contribuido al mejoramiento de las capacidades nacionales para
afrontar eficazmente los retos del desarrollo y adelantan conjuntamente diversas
actividades y programas de acompañamiento al país, contribuyendo de manera
efectiva y oportuna al logro de los objetivos e iniciativas prioritarias de desarrollo
nacional.
En cuanto al sistema de control del sistema interamericano, se mencionan dos
técnicas que la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha
desarrollado: la labor de identificación de normas de ius cogens y el control de
convencionalidad (CC). Sobre el segundo punto, la CIDH ha ordenado que todos
los Estados parte realicen CC de las normas de su derecho interno a partir la
jurisprudencia interamericana.
Los órganos de las relaciones internacionales son los Jefes de Estado y los
Ministerios o Secretarías de Estado de Relaciones Exteriores. Los órganos
exteriores pueden ser permanentes o temporales. Son permanentes las
representaciones diplomáticas y misiones acreditadas  ante Organismos
Internacionales y sus funcionarios;  son temporales con carácter diplomático las
misiones que asisten a conferencias y eventos internacionales (cumbres, entre
otras).
Todos los agentes diplomáticos gozan de los mismos derechos, prerrogativas e
inmunidades, cualquiera que sea su categoría, salvo en materia de precedencia y
etiqueta, para la cuál rige el principio establecido de la antigüedad en sus
funciones. Los jefes de misiones son asistidos en su labor por el personal
diplomático a sus órdenes, Ministros Consejeros, Secretarios de primera, segunda y
tercera clase y agregados. Suelen  designarse también funcionarios especializados;
agregados militares, navales o aéreos, consejeros o agregados económicos o
comerciales, culturales, obreros, agrícolas, etc, cuyas instrucciones le son
impartidas por el Ministro del ramo, sin perjuicio de la representación diplomática
ordinaria.
Cabe destacar que las relaciones internacionales en primera instancia las realiza el
Jefe de Estado, en el caso de México el presidente en turno, en coordinación con su
ministro de relaciones exteriores, quien a su vez se organiza con las embajadas
establecidas en cada país con el que se pretende establecer una relación de
cualquier índole.
Los Jefes de Estado, generalmente son el órgano administrativo más importante de
un país, tienen una función de representación exterior, efectúan la recepción y el
envió de los agentes diplomáticos y consulares, la ratificación de los pactos
internacionales, la declaración de guerra, el establecimiento de la paz, señala la
política internacional, las alianzas entre otras más.
Es de suma importancia la labor que realizan los órganos de las relaciones
internacionales, estos coadyuvan a los países a las buenas relaciones entre los
mismos y de esa manera conservar la paz.
El Derecho Internacional en la Constitución Política de Colombia:
Derecho Internacional ha llegado a constituirse en fuente del Derecho
Constitucional. Por eso muchos artículos de la constitución se toca el tema
internacional, Para este efecto, se analizan las relaciones entre el Derecho
Internacional y el Derecho interno. Articulo 9 de la constitución “Las relaciones
exteriores del Estado se fundamentan en la soberanía nacional, en el respeto a la
autodeterminación de los pueblos y en el reconocimiento de los principios del
derecho internacional aceptados por Colombia.”
La constitución colombiana esta establecido las relaciones internacionales en los
artículos 224- 227.
Colombia es un país comprometido con la promoción, respeto y la garantía de los
Derechos Humanos y las normas del Derecho Internacional Humanitario, con una
institucionalidad fortalecida y con amplios espacios de diálogo que permiten la
interlocución directa entre el Estado y las Organizaciones de la Sociedad Civil.
Asimismo, cuenta con un avanzado marco normativo en la materia que ha servido
de modelo a otros países, además ha ratificado la mayoría de instrumentos
internacionales relativos a los Derechos Humanos y DIH, los cuales honra en su
seguimiento y cumplimiento de obligaciones.

Las Organizaciones Internacionales de mediación y acuerdo internacional En la


esfera internacional, la mediación es un medio diplomático de arreglo de
controversias. es un Sistema Alternativo de Resolución de Conflictos. Consiste en
un proceso voluntario, flexible y participativo de resolución pacífica de conflictos,
en el que dos partes enfrentadas recurren voluntariamente a una tercera persona
imparcial, el mediador, para llegar a un acuerdo satisfactorio. Se trata de un
instrumento activo: el mediador internacional no se limita a poner en contacto a las
partes sino que también participa, realiza propuestas y negocia.
UNIDAD #3: FUENTES DEL DERECHO INTERNACIONAL
EL SISTEMA GENERAL DE LAS FUENTES
Las fuentes del derecho internacional son aquellos estamentos que permiten a la
Corte Internacional de Justicia tomar una decisión de carácter jurídico y poner fin
a un litigio entre Estados mediante sentencia judicial.
“La Corte, cuya función es decidir conforme al derecho internacional las
controversias que le sean sometidas, deberá aplicar:
a. Las convenciones internacionales, sean generales o particulares, que establecen
reglas expresamente reconocidas por los Estados litigantes.
b. La costumbre internacional como prueba de una práctica generalmente
aceptada como derecho;
c. Los principios generales de derecho reconocidos por las naciones civilizadas;
d. Las decisiones judiciales y las doctrinas de los publicistas de mayor competencia
de las distintas naciones, como medio auxiliar para la determinación de las reglas
de derecho, sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 59. La presente disposición
no restringe la facultad de la Corte para decidir un litigio ex aequo et bono, si las
partes así lo convinieren” (Estatuto de la Corte Internacional de Justicia, 1979,
Articulo 38) La expresión EX AEQUO ET BONO, significa la posibilidad de fallar
un litigio conforme a la equidad, como fuente auxiliar y de común acuerdo por los
intervinientes.
“significa decidir un litigio conforme a la equidad y según el leal saber y entender
del juzgador, y que, en derecho internacional, se traduce en la cláusula o
estipulación que, previa admisión expresa por las partes, faculta al juez a recurrir a
la equidad como medio de solución de una controversia”
Teniendo como fundamento jurídico, el artículo 38 del estatuto de la corte
internacional de justicia, empezaremos a analizar las fuentes del derecho
internacional público, a saber.
TRATADOS INTERNACIONALES: Los tratados internacionales, son acuerdos
entre Estados que tienen como finalidad, crear, modificar o extinguir obligaciones
entre Estados como tal y sujetos de derecho internacional público (ONG,
Comunidades beligerantes, empresas transnacionales, entre otros). Los tratados
internacionales, pueden tener las características de ser bilaterales cuando quienes
celebran el acuerdo son únicamente 2 sujetos del D.I.P y multilaterales cuando es
firmado por dos o más partes, o también cuando celebrado el mismo, nuevos
Estados deciden adherirse. Así mismo, reunir los requisitos establecidos en el
artículo 2 de la convención de Viena de 1969 “Acuerdo de voluntades, Escrito,
Entre Estados, Regidos por el derecho internacional”.
Como norma reguladora para la celebración de tratados internacionales, está la
convención de Viena sobre el derecho de los tratados. A lo largo de la historia, se
han celebrado 3 tratados que regulan la celebración de tratados internacionales.
1. La Convención de Viena sobre el derecho de los tratados del 23 de mayo de 1969.
2. La Convención de Viena sobre el derecho de los tratados entre Estados y
organismos internacionales o entre organismos internacionales entre sí del 21 de
marzo de 1986.
3. La Convención de Viena sobre la sucesión de Estados en los tratados
internacionales. Del 23 de agosto de 1978. En la actualidad, están vigentes las
convenciones 1 y 3.

EQUIDAD: La equidad se ha establecido con una doble concepción en el derecho


público internacional, adquiriendo por un lado el carácter de principio general de
derecho, y por otro, el de fuente de derecho internacional público. A partir de lo
anterior se evidencia la aplicación de la equidad, la cual en materia de derecho
internacional público se ha definido como: “El sentimiento de lo que exige la
justicia en el caso concreto, teniendo en cuenta todos los elementos específicos y
haciendo abstracción de las exigencias puramente técnicas del derecho positivo. La
equidad permite así descartar todo lo que, su pretexto de aplicación automática y
ciega del derecho estricto sería sin razón, desproporción o extravagancia. Ella
contiene pues la idea de balanza y de equilibrio y, a este propósito, se habla
precisamente de balanza de los derechos y de las obligaciones de las partes en
litigio, de balanza de los hechos y de los intereses o de equilibrio imparcial y
racional de los intereses. Modelo standard de racionalidad, la equidad es
ponderación y moderación” (Lugar y Función de la Equidad en el Nuevo Derecho
Internacional, Romualdo Bermejo García, Recuperado de
El concepto previo de Equidad permite establecerla como una manera idónea de
llegar a solucionar los litigios, debido a que el fin último de la equidad es conseguir
un equilibrio en los derechos materia de litigio. Sin embargo, dadas las condiciones
de la equidad, se presenta de manera casi que “utópica” su relación debido a que las
partes siempre tendrán la tendencia de buscar la consecución de sus derechos y de
tratar de que la contraparte no tenga ningún beneficio, aunque vale aclarar que
dependerá de cada caso en particular para darle una correcta aplicación al
principio de equidad.
PRINCIPIOS GENERALES DEL DERECHO: Son el origen o el fundamento
de las normas, y participan de la idea de principalidad, que les otorga primacía
frente a las restantes fuentes del Derecho. Se fundan en el respeto de la persona
humana o en la naturaleza misma de las cosas. Por ello, se ha destacado que todo
principio del Derecho lleva consigo la necesidad de su estricta observancia.
A su vez, si bien el sentido o alcance de los principios generales del Derecho no ha
sido ni es uniforme ni siempre coincidente, en cuanto a la necesidad de
caracterizarlos, como bien se ha dicho y aunque pueda parecer un simple juego de
palabras, es posible hacer coincidir la definición de los principios generales del
Derecho con su designación, a través de las tres palabras que conforman su
nombre.
En primer lugar, son “principios”, por cuanto constituyen los soportes primarios
estructurantes del sistema jurídico todo, al que prestan su contenido. Ello es de
esta forma porque en todo sistema jurídico hay cantidad de reglas de gran
generalidad, verdaderamente fundamentales, en el sentido de que a ellas pueden
vincularse, de un modo directo o indirecto, una serie de soluciones expresas del
Derecho positivo a la vez que pueden resolverse, mediante su aplicación, casos no
previstos, que dichas normas regulan implícitamente.
En segundo lugar, “son reglas de carácter general”, porque trascienden un precepto
concreto y no se confunden entonces con apreciaciones singulares o particulares.
Dicha cualidad, permite que tales principios puedan acomodarse mejor a la
realidad, que se presenta siempre como nueva y cambiante.
En tercer lugar, los principios generales “son de Derecho”, ya que se trata de
fórmulas técnicas del mundo jurídico y no de simples criterios morales, buenas
intenciones o vagas directivas. A pesar de que no se presentan habitualmente con la
estructura típica de una regla del Derecho, ninguna duda puede existir acerca de
que revisten el carácter de tal.
Dicho lo anterior, podemos decir que, los principios generales del Derecho
cumplen varias funciones distintas, pero articuladas entre sí y relativas a su
esencia, a su valor preceptivo o a su alcance cognoscitivo para dilucidar el sentido
de una norma o dar la razón de ella y hasta para integrar nuevas formulaciones
jurídicas.
Ciertamente, los principios generales del Derecho se presentan en esencia en tres
estadios. En los dos primeros supuestos se tratará de principios jurídicos; en el
tercero serán generales. En el primero ofreciendo solidez y confirmación a la
solución que en la ley o la costumbre se encuentra. En el segundo, fecundando las
reglas aisladas que en la ley se encuentran y ampliando el círculo de su eficiencia y
aplicación, deduciendo de la masa de disposiciones concretas del Derecho positivo
los más generales y elementales principios. Finalmente, una tercera fase, en la que
se presentan complementando el Derecho positivo y creando nuevas reglas de
solución, formulando un Derecho nuevo fuera y aparte del promulgado.
DOCTRINA DE DERECHO INTERNACIONAL: La doctrina se ha catalogado
como fuente secundaria del derecho internacional público (Estatuto de la Corte
Internacional de Justicia, Organización de las Naciones Unidas, 1978, Artículo 38),
si bien es cierto que una de las principales características del derecho internacional
público es la ausencia de jerarquización de fuentes, vale aclarar que sí se evidencia
una mayor reiteración de algunas fuentes por encima de otras; en el caso de la
doctrina, se ha comprendido como los estudios o investigaciones realizadas por los
“estudiosos del derecho”; frente a la clasificación de la doctrina, “Existe una
doctrina individual y otra de carácter colectivo. Toda vez que la primera suele estar
matizada por posiciones ideológicas, la de carácter colectivo, es decir, aquella que
emana de los trabajos elaborados por agrupaciones o asociaciones de juristas, tiene
un mayor valor y peso en el ámbito internacional” (Las Fuentes del Derecho
Internacional, Fernando Heftye Etienne, 1997). A partir de lo establecido
anteriormente se evidencia que hay una doble concepción de la doctrina,
entendiéndola por un lado como la doctrina que se puede llegar a crear de manera
individual, es decir aquella que surge del estudio y publicación de los estudios
jurídicos realizados, y por otro lado el carácter colectivo que se caracteriza por un
estudio en masa, es decir, donde un grupo de personas (bien sea grupos colegiados
o firmas de abogados).
Otro de los conceptos dados a la doctrina establece: “Doctrina científica,
entendemos por doctrina como la opinión sobre un determinado tema del derecho
internacional que tienen los expertos en derecho internacional o los grandes
juristas internacionalistas. Puede haber dos tipos de doctrina: doctrina individual
(es la opinión de un único experto del derecho internacional sobre un tema) y
doctrina colectiva (surge de los llamados institutos científicos del Derecho
Internacional, agrupación de expertos de diferentes nacionalidades del Derecho
Internacional. Estos institutos científicos pueden ser a su vez universales, aquellos
que permiten que puedan ser miembros de este cualquier experto de Derecho
Internacional con independencia de cuál sea su nacionalidad y regionales, aquellos
que sólo admiten a expertos de determinadas nacionalidades, por ejemplo, el
instituto hispano-luso americano”
Por doctrina jurisprudencial se entienden todas aquellas opiniones consultivas que
realiza la Corte Internacional de Justicia, recordando que la CIJ se pronuncia
mediante Sentencias y Opiniones Consultivas, por ende, es menester establecer que
las opiniones consultivas no tienen carácter vinculante, sin embargo, pueden
llegarse a constituir como referentes de los argumentos que la CIJ utilice al
momento de fallar en sus sentencias. (Derecho Internacional Público, LEGIS,
Primera Edición, 2017, Página 36) La facultad para emitir opiniones consultivas se
encuentra en el artículo 65 del Estatuto de la CIJ: “1. La Corte podrá emitir
opiniones consultivas respecto de cualquier cuestión jurídica, a solicitud de
cualquier organismo autorizado para ello por la Carta de las Naciones Unidas, o de
acuerdo con las disposiciones de esta.

LA COSTUMBRE INTERNACIONAL: es una serie de actos repetitivos y


aceptados con el paso del tiempo, que se convierten en acciones de obligatorio
cumplimiento por tal motivo es fuente de derecho internacional y es precisamente
lo consuetudinario que ha dado origen a muchas de las premisas que hoy son parte
del compendio normativo internacional, pues no olvidemos que existen varios tipos
de costumbre, secundum legen, contralegem, praeter legem. Es evidente que en el
Derecho Internacional una de las fuentes más relevantes o con mayor peso jurídico
es la costumbre, principalmente en el derecho marítimo, el cual surgió
precisamente por las acciones reiteradas por los mercaderes marítimos; de igual
manera, en el Derecho Internacional Privado se establece la importancia de la
costumbre, debido a que tanto el derecho comercial como todo lo relacionado con
contratos de transporte (naval terrestre-fluvial) se sustenta en costumbres
previamente certificadas y avaladas por la Cámara de Comercio Internacional, con
sede en la ciudad de París.

3.2. TRATADO INTERNACIONALES: Tratado internacional es un término que


designa los acuerdos jurídicos entre diferentes Estados o entre un
Estado y un organismo internacional.
Estos acuerdos establecen compromisos de parte y parte que, en principio, facilitan
las relaciones bilaterales entre naciones, sea a nivel económico, político, cultural o
científico, etc.
Los tratados internacionales se rigen por las normativas jurídicas del derecho
internacional. Normalmente se hacen por escrito, aunque pueden hacerse
verbalmente. Aquellos tratados que se establecen por escrito son controlados por la
Convención de Viena.
Para que un tratado internacional pueda efectuarse, es necesario que los
participantes cumplan con un conjunto de condiciones, entre las que se pueden
señalar:
 Capacidad jurídica: las entidades deben tener legitimidad para garantizar el
cumplimiento de los compromisos.
 Voluntad expresa de los países involucrados.
 Justificación del tratado en términos de objeto y causa.
 Cumplimiento del protocolo establecido (negociación, adopción del texto,
autenticación, prestación del consentimiento y demás fases y tareas).
Quedan por fuera de esta definición los acuerdos entre Estados y empresas
públicas de un Estado, debido a que dichas empresas se rigen por el derecho
internacional privado.

Tipos de tratados internacionales


Existen diferentes tipos de tratados internacionales, definidos según su naturaleza.
A saber:
 De acuerdo con el tipo de organizaciones que participan: Estados u
organismos internacionales.
 De acuerdo con su materia o asunto: tratados humanitarios, tratados
políticos, tratados culturales, etc.
 De acuerdo con la duración: tratados de tiempo determinado o
indeterminado.
 De acuerdo con la participación en las negociaciones: tratados abiertos y
cerrados.
 De acuerdo con el tipo de obligaciones: tratados ley y tratados contrato.
 De acuerdo con el tipo de conclusión: conclusión solemne y conclusión
simplificada.

Tratados internacionales vigentes


Algunos de los tratados internacionales vigentes más conocidos son:
 Carta de la Organización de los Estados Americanos,
 Carta Iberoamericana de Participación Ciudadana en la Gestión Pública,
 Concesión de los Derechos Políticos a la Mujer,
 Convención Interamericana,
 Convención Americana sobre Derechos Humanos o Pacto de San José,
 Declaración Universal de los Derechos Humanos,
 Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre.
 TPP, TPP-11 o CPTPP.
Todos ellos se rigen por el Derecho Internacional a través de los Tribunales
internacionales de Justicia.
UNIDAD 5
1) Formas de atribución de la subjetividad internacional:

https://temasdederecho.wordpress.com/2012/08/13/subjetividad-
internacional/
La subjetividad internacional es la aptitud para ser titular de derechos y
obligaciones conferidos por normas jurídicas internacionales, pudiendo hacerlos
valer ante instancias internacionales y siendo responsable internacionalmente en
caso de incumplimiento de las obligaciones.

En el periodo clásico, únicamente los Estados eran sujetos de Derecho


Internacional, dado que el DI surge en la Edad Moderna como un orden regulador
de las relaciones entre colectividades políticas independientes, esto es, como un
orden interestatal, en donde los Estados eran los únicos creadores y destinatarios
del ordenamiento jurídico internacional. Por ello se dice que los Estados son
sujetos originarios del Derecho Internacional (DI).

Sin embargo, la evolución del Derecho Internacional ha llevado a considerar que


otras entidades también podrían tener derechos y obligaciones en el plano
internacional y, por tanto ser sujetos de DI. No existe límite en este sentido, y cada
vez que se ha estimado oportuno investir de personalidad internacional a
determinados sujetos, se ha ido ampliando el número y tipología de sujetos de
derecho internacional. Especialmente destacable es el fenómeno de las
organizaciones internacionales, apenas existentes hasta la segunda mitad del siglo
XX y que han proliferado enormemente hasta el momento actual. Junto a ellas,
podemos citar otros sujetos secundarios o derivados de DI como son los pueblos,
los beligerantes, etc.

Junto a estos nuevos sujetos de DI, es interesante destacar la existencia de otras


entidades que influyen notablemente en las relaciones internacionales, pero que
operan desde un punto de vista sociológico y no jurídico. Nos estamos refiriendo
tanto a las organizaciones no gubernamentales como a las empresas
transnacionales, cuya relevancia como actores de las relaciones internacionales
está fuera de duda, pero cuyo estatuto jurídico depende del derecho interno de un
Estado y no del Derecho Internacional.

PERSONALIDAD JURÍDICA INTERNACIONAL


Cada ordenamiento jurídico contiene normas que determinan cuáles son sus
sujetos (detentadores de la personalidad jurídica) y en qué medida éstos poseen
capacidad, tanto de actuar jurídicamente como de asumir derechos y obligaciones.
En Derecho internacional público dichas normas no han sido codificadas y, por lo
tanto, deben deducirse de la práctica internacional y de su valoración por la
jurisprudencia y la doctrina. Así pues, se consideran sujetos del Derecho
Internacional a los entes que tienen capacidad para ser titulares de derechos y
deberes internacionales, es decir, aquellos a los que se dirigen las normas que
tienen por objeto tales derechos y deberes.
Personalidad jurídica, es la capacidad de ejercer ciertos derechos y asumir
determinadas obligaciones en el marco de sistemas jurídicos internacionales. En
ese sentido, la personalidad internacional es una categoría técnica.
Según Soerensen, es sujeto del Derecho Internacional quien sufre directamente
responsabilidad por una conducta incompatible con la norma, y aquel que tiene
legitimación directa para reclamar contra toda violación de la norma. Resultan
éstos los rasgos irreductibles de la subjetividad internacional, lo que quiere decir
que no todos los entes beneficiados por una norma o todos aquellos a los que la
norma imponga una conducta son sujetos del Derecho Internacional: de esta forma
se ve que se necesita una legitimación activa para reclamar por incumplimiento del
Derecho o una legitimación pasiva para sufrir responsabilidad por tal
incumplimiento.
Por último, en el marco de humanización del Derecho de Gentes, corresponde en
nuestros días al individuo un pequeño grado de “personalidad” internacional, al
tener en determinados supuestos legitimación activa ante instituciones
internacionales para reclamar por la violación de sus derechos, y al poseer también
en casos muy limitados legitimación pasiva para responder directamente por las
consecuencias de la violación del Derecho Internacional.
 
CAPACIDAD JURÍDICA
Según Guerra (1999), se entiende por capacidad internacional la facultad que
tienen los sujetos de Derecho Internacional de poder obligar y obligarse en sus
relaciones internacionales. Esta noción de capacidad está íntimamente vinculada
con el concepto de responsabilidad, el cual es característico de dichos sujetos. La
capacidad es, por consiguiente, en materia internacional, activa o pasiva. Lo es
activa cuando el sujeto que hace uso de la mencionada facultad obliga o
responsabiliza a los demás sujetos de Derecho Internacional, y lo es pasiva cuando
el sujeto se obliga o responsabiliza en .el cumplimiento de los compromisos que
libremente haya contraído.

LOS SUJETOS DEL DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO


Guerra (ob. cit.) señala que la condición de sujeto de Derecho Internacional está
supeditada a la exigencia de que sean capaces en las relaciones internacionales, y
sólo los Estados son capaces en este Derecho.
Esta cuestión así expuesta parece relativamente simple, pero en realidad toma
otras proporciones cuando entes internacionales distintos de los Estados pretenden
ser sujetos de dicho Derecho. En efecto, muchos autores han considerado como
sujetos también a las Naciones, al Papado, a los Organismos Internacionales y al
Hombre.
Sin embargo, muchos autores han sostenido que con iguales razones deben
considerarse como sujetos de Derecho Internacional a las naciones, al papado, a los
organismos internacionales y al hombre.
En la actualidad el Estado sigue siendo el sujeto por excelencia del Derecho
Internacional, no sólo por estar ampliamente capacitado para reclamar por la
violación de dicho ordenamiento sino también porque es susceptible de
responsabilidad internacional. Esto se corresponde con el intenso protagonismo
fáctico del Estado en una sociedad internacional en que, pese a sus importantes
cambios, continúa esquematizada por un derecho de coordinación. Por otro lado,
es hoy indiscutible la subjetividad internacional de las Organizaciones
Internacionales, que sufren responsabilidad y la pueden reclamar de otros sujetos.
También pueden considerarse como Sujetos atípicos del Derecho internacional, la
comunidad beligerante, los insurrectos, los movimientos de liberación nacional y el
individuo, persona física como sujeto pasivo del derecho internacional, es decir que
recibe de él derechos y obligaciones. Además, pueden agregarse ciertos casos
especiales, como el de la Santa Sede y la Orden de Malta.
Naturaleza Jurídica
Los sujetos son las entidades con derechos y obligaciones impuestas por el Derecho
internacional. Para la concepción Clásica los Estados son los sujetos plenos del
ordenamiento internacional, sin que puedan existir otros sujetos que no sean
Estados. En la actualidad, ésta posición ha sido revisada, considerando que si bien
los Estados son los sujetos naturales y originarios, existen a su lado, otros sujetos
derivados o secundarios.
Los propios Estados para el gobierno y manejo de sus relaciones se ven obligados a
la creación de sujetos internacionales. Los Estados como sujetos creadores de
derecho internacional tienen la prerrogativa de dar existencia a nuevas personas
internacionales y la función privativa de los Estados que es la de elaborar las
normas del derecho internacional es compartida y delegada a estos nuevos sujetos,
como por ejemplo, las organizaciones internacionales.
EL ESTADO
El Estado tiene la personalidad jurídica internacional natural y originaria, no
obstante algunas teorías han intentado negar su personería.
Tesis de Scelle: los únicos sujetos de derecho internacional son los individuos,
puesto que una vez disuelto el Estado no quedan más que individuos, ya sea como
gobernantes o como particulares. Esta teoría es inaceptable ya que sería imposible
explicar la subsistencia y continuidad de las obligaciones de un Estado a pesar de
toda modificación en la persona de sus gobernantes.
Las clases sociales de Korovine: al producirse la disolución del Estado, surge
la clase dominante como sujeto real de los derechos y obligaciones internacionales.
Según esta teoría la verdadera deudora era la clase de banqueros y adinerados,
clase dominante la cual al desaparecer, hace desaparecer la obligación de pagar las
deudas. Esta es una doctrina política, que fue repudiada más tarde debido a la
forma de fortalecimiento llevada a cabo por la URSS.
Las nacionalidades de Manzini: también esta es una doctrina de base política,
tendiente al proceso de unificación y reconstrucción de la nación italiana. Afirma
que los verdaderos sujetos de derecho internacional serían las nacionalidades, es
decir, las comunidades de población homogénea, en virtud de su origen, raza,
idioma, tradición histórica. Como crítica puede decirse que la realidad
internacional demuestra la existencia de Estados que no corresponden una unidad
sino que son una pluralidad de nacionalidades; por ejemplo Yugoslavia.
El sujeto propiamente dicho del orden jurídico internacional es el Estado, definido
en la Convención Panamericana de Montevideo en 1933, por cuatro elementos:
Población;
Territorio determinado;
Gobierno, y
Capacidad de entrar en relación con otros Estados.
 
Teniendo dichos elementos se constituye un Estado aunque no sea reconocido por
la comunidad internacional.
Tratándose de Estados Federales, existe una sola persona de Derecho Internacional
responsable por los actos y omisiones de todos los Estados miembros, que es el
Estado Federal. La posibilidad de celebrar acuerdos internacionales la tiene el
Estado Federal.
Guerra (1999) apunta que el Estado es el sujeto de Derecho Internacional Público
por antonomasia. Esto se debe a que, en las relaciones internacionales, puede
responder moralmente y con su patrimonio material de los compromisos que
libremente haya contraído. Es decir, su condición de sujeto proviene de su
condición de ente responsable. Como ya se trató anteriormente, la nota esencial de
la capacidad internacional es precisamente la noción de responsabilidad y de allí
que tradicionalmente se haya considerado a los Estados únicamente como sujetos
de Derecho Internacional.
El Estado, como ente de Derecho, tiene ciertas y determinadas características que
lo tipifican romo tal. Entre estas características se pueden señalar sus elementos
esenciales: territorio, población y gobierno. El ente de Derecho Internacional que
posee estas características es en realidad el Estado, y, por lo tanto, el sujeto lógico y
natural de la disciplina internacional.
En la cuestión de saber si sólo los Estados son sujetos de Derecho ha habido mucha
opinión divergente. Existe la doctrina clásica de considerarlos únicamente sujetos
de Derecho. Los Estados son los que en uso de su soberanía mantienen relaciones
internacionales y son, por lo tanto, los que en la comunidad internacional son
capaces de obligar o de obligarse. Esto es tan evidente que muchos autores han
pretendido denominar a la disciplina internacional como un derecho que regla y
condiciona únicamente las relaciones de los Estados entre sí y lo han denominado,
por consiguiente, como derecho inter-estatal. El propio Fauchille no encuentra el
fundamento del Derecho Internacional Público sino en la comunidad internacional
formada por los Estados, los cuales tienen “la voluntad de someter sus .relaciones
exteriores a una regla común de derechos y de deberes recíprocos”, y no considera
a este mismo Derecho sino como “el conjunto de reglas que determinan los
derechos y los deberes respectivos de los Estados en sus mutuas relaciones”. Esta
es en realidad la doctrina clásica. Como tal es sustentada en la Carta de las
Naciones Unidas cuando en el artículo 3, Capítulo II, se sostiene que sólo los
Estados son miembros de dicha organización e igualmente cuando se señala que
sólo los Estados podrán ser partes en casos ante la Corte (Art. 34, 1).
 
FORMAS DE ESTADO
El concepto de “formas de Estado” tiene una extensión de significado muy amplia,
lo que confiere al vocablo gran libertad de interpretación. Este concepto es
utilizado por algunos especialistas en Derecho Político para diferenciar la
distribución espacial de la actividad estatal de la distribución de tal actividad entre
los órganos que componen el Estado o “forma de gobierno”. Este significado de
“formas de Estado” refiere al grado de descentralización –y consiguiente
centralización– con base territorial, existente en un Estado. Así, se distingue:
Estado Unitario, Estado Federal y Estado Confederado. Otros autores usan el
concepto de “formas de Estado” en su acepción de “formas de gobierno”, vg.:
Estado Democrático, Estado Totalitario; Estado Republicano, Estado Monárquico.
Un tercer significado de “formas de Estado” hace referencia a los derechos del
individuo vis a vis el Estado y al papel que el Estado desempeña en la gestión del
orden social, en particular, del orden económico. Desde este enfoque se distinguen:
el Estado Liberal, el Estado Social y el Estado de Bienestar.
El Estado Unitario: constituye la forma más común de organización a la que
evolucionó el estado nación desde el estado absoluto. En éste se implica la unidad
territorial y la unificación de los ordenamientos jurídicos. “su construcción se da
mediante un proceso… de concentración del poder, unificación de normas y
uniformización de las poblaciones.” Ribó y Pastor en Caminal. (1998).  
Se trata de un estado fuertemente centralizado y concentrado, es decir el poder y la
toma de decisiones se concentra en un solo nivel (el nivel nacional), pudiendo a
veces dejar en manos de otros órganos  (desconcentrar) algunas actividades o
funciones. Por ejemplo cuando un ministerio tiene una oficina en alguna ciudad del
interior, para que realice allí sus funciones propias. En la práctica no se encuentran
estados democráticos que concentren el poder de manera absoluta.
Estado Federal: Se entiende por estado federal, un estado que fundamenta su
forma en la división del poder en el territorio, con ciertas características esenciales,
a saber:
 ·  El poder político se reparte originariamente (constitucionalmente) entre
instituciones que controlan distintos espacios territoriales (estados), se comparte el
poder entre niveles de gobierno.
 ·  Existe una distribución de competencias constitucionales y existencia de una
Constitución propia de cada estado.
 ·  Se reparte la capacidad de cobrar y crear impuestos a los Estados para la
financiación de sus actividades.
 ·  Existencia de instituciones federales en las que intervienen los estados (Senado)
y un órgano jurisdiccional de solución de conflictos.
 

2) Sujetos de carácter no estatal.


Los actores no estatales son organizaciones y personas que no están afiliadas al
gobierno, ni están bajo su dirección, ni son financiadas por él, incluyendo
empresas, instituciones financieras privadas y ONG, así como grupos paramilitares
y de resistencia armada. En el contexto de los derechos humanos y,
particularmente, de la defensa de los DESC, cada vez se presta más atención a las
responsabilidades de derechos humanos de las corporaciones transnacionales y
otras empresas comerciales.
Debido a la globalización, la influencia del sector privado es cada vez mayor, lo que
tiene consecuencias mixtas para el goce de los derechos económicos, sociales y
culturales. El rédito económico de muchas de las empresas más grandes del mundo
supera el PBI de muchos países. Las corporaciones transnacionales, con sus
operaciones en diversos países, detentan un poder muy grande (incluso sobre las
políticas económicas nacionales de los países) que resulta un desafío para los
mecanismos tradicionales de responsabilización basados en los estados. Al
competir entre sí para atraer inversiones, los países suelen flexibilizar los
estándares laborales y ambientales, y algunos dejan de estar dispuestos a proteger
adecuadamente los derechos humanos o ya no pueden hacerlo. Además de las
violaciones directas de los derechos humanos, las corporaciones y los bancos
corren el riesgo de convertirse en cómplices de violaciones de los derechos
humanos cuando invierten en países que enfrentan conflictos violentos, luchas por
recursos, corrupción gubernamental y abusos del poder.
Actualmente, es difícil exigir que las corporaciones internacionales asuman su
responsabilidad por las violaciones de los derechos humanos de los trabajadores,
comunidades y consumidores en las que suelen estar implicadas sus subsidiarias,
subcontratistas y proveedores de otros países. Es urgentemente necesario contar
con estándares internacionales comunes sobre las responsabilidades de las
empresas relacionadas con los derechos humanos; estos estándares deberían
reconocer la obligación primaria del estado del país anfitrión, articulando además
las obligaciones de las corporaciones dentro de sus esferas de influencia.
Reconociendo que existen, por un lado, patrones de violaciones en las que están
implicadas corporaciones y, por otro, fallas en la protección de los derechos
humanos debidas al creciente poder de las empresas, la Subcomisión para la
Promoción y Protección de los Derechos Humanos aprobó el Borrador de Normas
de la ONU sobre las Responsabilidades de las Corporaciones Transnacionales y
Otras Empresas Comerciales respecto de los Derechos Humanos. Asimismo, el
análisis continuo de estos temas por parte del Consejo de Derechos Humanos de la
ONU tuvo por consecuencia la designación de un Representante Especial al
Secretario General sobre las Empresas y los Derechos Humanos.

3) El individuo como sujeto de derecho internacional:

El individuo como sujeto de deberes internacionales


Es importante tener en cuenta que el individuo puede ser responsable
internacionalmente cuando viola normas fundamentales del Derecho
internacional. Son actos ilegales de violencia que pueden ser cometidos en el
mar o en el espacio aéreo. Los únicos sujetos que pueden cometer estos actos
son las personas físicas, los individuos, pero los Estados están autorizados por
el ordenamiento internacional a detener a los infractores de la norma y
someterlos a su jurisdicción; pero quien tipifica el delito es el Derecho
internacional.

Algunos ejemplos:

Piratería: son aquellos actos de violencia en alta mar contra personas o


propiedades por la tripulación de un navío con intento de pillaje, Solo puede ser
cometida por particulares, y la obligación de abstenerse emana del orden
jurídico internacional, otros dicen que el Derecho internacional autoriza a cada
Estado a tipificar en sus leyes penales el acto de piratería. Sería la ley interna la
que crea la responsabilidad personal, pero es el Derecho internacional el que
autoriza a sancionar. La realidad indica que la norma de Derecho internacional
tipifica el delito y no solo se limita a autorizar. La piratería es un delito contra el
Derecho internacional, el cual da la definición y además impone el castigo.
Crímenes de guerra: el Derecho internacional, en esta materia, admite al lado
de la responsabilidad estática, la responsabilidad individual, siendo el individuo
responsable de sus propios actos y por consiguiente, destinatario directo de
obligaciones impuestas por el orden jurídico internacional.
Al igual que en la piratería las normas internacionales autorizan a los estados a
sancionar, y a la vez definen los hechos determinantes de tales sanciones.

El individuo como sujeto del Derecho internacional


A lo largo del siglo XVI Francisco de Vitoria mencionaba que el Derecho de
Gentes reglamentaba una comunidad internacional constituida de seres
humanos organizados socialmente en Estados y coextensiva con la propia
humanidad. La reparación de las violaciones de los Derechos Humanos hace
gran énfasis en la necesidad de que exista un Derecho Internacional para
individuos con principios de justicia similares a los que el derecho internacional
le ha aplicado a los Estados a lo largo del tiempo. Alberico Gentilisostenía que
es el derecho que regía la convivencia entre los miembros de la societas gentium
universal ( derecho de gentes).

En el siglo XVII, Francisco Suárez afirmaba que el derecho de gentes revelaba la


unidad y universalidad del género humano, a su vez, reglamenta los Estados en
sus relaciones como miembros de la sociedad universal. Grotius mencionaba
que la societas gentium abarcaba toda la humanidad, los seres humanos
ocupaban la posición central de las relaciones internacionales así siendo estos
sujetos portadores de derechos y obligaciones implícitas dentro del derecho
internacional.
El individuo tiene personalidad internacional pasiva, reconocida en los
principios del juicio de Nuremberg, haciendo al individuo susceptible de castigo
según el Derecho internacional general. Además si se observa el sistema
normativo internacional podemos determinar que la persona física es
beneficiaria de muchos derechos que le otorgan las normas internacionales. Por
ejemplo, la Declaración Universal de los Derechos Humanos. En lo que se
refiere a la protección de los derechos del hombre y de salvaguardar sus
intereses económicos, puede comprobarse que los individuos pueden recurrir a
la jurisdicción internacional sin tener que solicitarlo a los Estados.

Sin embargo, el individuo no tiene personería internacional activa, lo que no


impide que en el futuro puedan ser considerados sujetos de Derecho
internacional en virtud de la evolución y desarrollo del Derecho internacional.
Es decir, el individuo posee capacidad de goce, pero no de ejercicio, la que suple
con la representación. Actualmente solo los Estados son los verdaderos sujetos
del Derecho Internacional y en caso de que los individuos tengan derechos
otorgados por el derecho de agentes, es por medio del Estado que ellos deberán
hacerlo valer.

Con la evolución del derecho internacional el individuo adquiere subjetividad


jurídica internacional, en tal sentido la Corte Internacional de Justicia (CIJ ),
señaló que, “Los sujetos de derecho en cualquier sistema legal no son
necesariamente idénticos en su naturaleza o en la extensión de sus derechos, y
su naturaleza depende de las necesidades de la comunidad. A lo largo de su
historia, el desarrollo del derecho internacional ha sido influenciado por los
requisitos de la vida internacional, y el aumento progresivo de las actividades
colectivas de los Estados ya ha dado lugar a instancias de acción en el plano
internacional por parte de ciertas entidades que no son Estados”.

Personalidad jurídica
El reconocimiento de la personalidad jurídica del individuo en el plano
internacional, operó como respuesta a una necesidad de dicha comunidad.
Aunque el escenario internacional contemporáneo sea enteramente distinto del
de la época de los llamados “fundadores” del derecho internacional, el de la
construcción de un ordenamiento internacional actualmente aplicable tanto a
los Estados y organizaciones internacionales como a los individuos, posee
ciertos estándares de justicia que son universales. De ahí la importancia que
asume la personalidad jurídica del individuo, como sujeto del derecho tanto
local como internacional. La consagración de la personalidad jurídica
internacional de la persona humana representa una verdadera revolución
jurídica, que viene a dar un contenido ético a las normas tanto del derecho
público local como del derecho internacional.
El derecho internacional clásico se basó en un escenario constituido por una
comunidad internacional en la que predominaba una estructura interestatal. En
tal sentido, el derecho internacional clásico poseía una finalidad principalmente
de tipo relacional y competencial; es decir la regulación de las relaciones entre
Estados y la distribución de las competencias entre ellos. Esta postura originó
que los Estados fueran considerados como los únicos sujetos de derecho
internacional, y desde una perspectiva doctrinal los individuos eran solo objeto
del derecho internacional.

Por otro lado, mantener el dogma de la soberanía de los Estados es un obstáculo


para el progreso del derecho internacional. Facilitar el acceso a los individuos a
las jurisdicciones internacionales sería una ventaja debido a la disminución del
sentimiento nacionalista en los individuos y la creación de un sentimiento
supranacional donde para hacer valer sus derechos no existe la obligación de
recurrir al Estado. Otra ventaja sería que los Estados no se verían forzados a
proteger a sus súbditos, lo que ayudaría a mantener los conflictos a escala
individual y no solamente entre Estados.

También existirían desventajas como el hecho de que las jurisdicciones


internacionales quedarían muy llenas de reclamos y solicitudes de los
individuos, por eso es necesario establecer ciertas condiciones para su acceso.
Asimismo, las diferencias entre los sistemas legislativos son tan grandes que el
juez tendría dificultades para encontrar un terreno para el caso concreto.

Jurisdicciones
La Personalidad jurídica tiene una importancia fundamental para encontrar un
acceso de los individuos a las jurisdicciones internacionales.4 La jurisdicción
internacional en materia penal ha captado la atención de los internacionalistas.
El Tribunal Militar Internacional de Nuremberg vendría a ser el primer ejemplo
de una Corte Internacional que trata directamente con los individuos. En las
instituciones europeas es donde encontramos los ejemplos de esta evolución del
derecho internacional, que se encuentra orientada a otorgar a los individuos el
acceso a las jurisdicciones internacionales.

En lo que se refiere a la protección de los derechos del hombre y de


salvaguardar sus intereses económicos, puede comprobarse que los individuos
pueden recurrir a la jurisdicción internacional sin tener que solicitarlo a los
Estados. Sin embargo, nunca podrá haber una verdadera jurisdicción
internacional con acceso directo de los individuos. En el momento actual solo
los Estados son los verdaderos sujetos del Derecho Internacional y en caso de
que los individuos tengan derechos otorgados por el derecho de gentes, es por
medio del Estado que ellos deben hacerlo valer.

La Declaración Universal de Derechos Humanos de la ONU constituye el texto


básico para analizar los mecanismos de protección de la ONU, y por ende todos
los demás textos se han inspirado en ella. A partir de ese momento, de manera
progresiva se ha reconocido la capacidad del individuo de recurrir a la ONU y
plantear sus quejas, en caso de la violación de sus derechos con la creación de
mecanismos de supervisión al margen de la voluntad del Estado transgresor.

El Protocolo Facultativo I del Pacto Internacional de Derechos Civiles y


Políticos (PIDCP), permite que los individuos que alegan haber sido víctimas de
alguna violación de los derechos recogidos en el PIDCP, documenten las
comunicaciones o quejas individuales ante el Comité de Derechos Humanos.
Respecto a la competencia ratione personae se exige que el demandante sea la
propia víctima de la violación (persona física) o su representante legalmente
acreditado, por lo que no está permitida la actio popularis.

Asimismo, tenemos a la Convención sobre la Protección de los Derechos de


todos los Trabajadores Migratorios y de sus Familiares que crea el Comité del
mismo nombre. Se estableció entre sus mecanismos, la cláusula especial para
admitir comunicaciones individuales. Finalmente, la reciente Convención
Internacional para la Protección de todas las Personas contra las
Desapariciones Forzadas contiene también la citada cláusula especial para
admitir comunicaciones individuales.

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