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RESUMEN
SUMMARY
INTRODUCCION
A pesar de que se vive en una sociedad de competencia e individualista se
requiere de la seguridad y el sentido de pertenencia que un equipo otorga. Se requiere
de lazos recíprocos y vinculantes. Actualmente la mayoría de las actividades se
realizan en equipo. Hay equipos en la escuela, la familia, la iglesia, los partidos
políticos, los sindicatos; en fin, distintos son los equipos como diversos son sus
intereses y sus grados de cohesión. Para que pueda darse la unidad del equipo es
necesario tener objetivos y metas definidas. En los hechos el equipo hará evidente su
sentido de pertenencia. Un equipo será eficiente y eficaz en la medida en que sus
integrantes estén adecuadamente compenetrado con el conjunto y sean capaces de
respetar reglas y acuerdos que han confeccionado o aceptado como propias. El equipo
tendrá la gran responsabilidad de actuar en consecuencia. Ser congruente, dar
credibilidad y prestigio a un equipo. Ello incide en sentido positivo para la
consolidación de una alta moral colectiva. El trabajador ante el comportamiento
requerido por este proceso podrá asumir distintas posiciones. La postura adoptada
facilitará u obstaculizará el alcance de trabajar en equipo, uno de los elementos
fundamentales para un armónico desenvolvimiento para lograr los objetivos.
Si a lo expuesto se añade los planteamientos de la psicología en torno a la
vinculación de la conducta con un conjunto de elementos entre ellos la actitud, resulta
interesante conocer qué piensa y cómo evalúa el comportamiento (trabajo en
equipo) que servirá como elemento de peso para el logro de la competitividad desde
el punto de vista del factor humano.
Por otra parte, la acción humana no sólo se relaciona con este elemento
actitudinal sino también con la opinión que el sujeto percibe de los referentes. Un
análisis del comportamiento hacia el trabajo en equipo no deberá excluir a dicha
opinión como elemento de estudio, más aún si se considera que la conducta en
cuestión es positivamente o negativamente valorada a nivel social.
Según el modelo de la Acción Razonada (Fishbein & Ajzen 1975, Fishbein,
1980), sistema teórico que sirve de encuadre a la presente investigación, estos dos
elementos se encuentran determinados por un conjunto de creencias asociadas.
En razón de lo anterior, el presente proyecto se propuso investigar las
creencias predominantes en los trabajadores en relación al trabajo en equipo, para
posteriormente realizar un análisis de los elementos actitudinales y normativos de la
conducta en estudio. Se sabe que si bien no son los únicos descriptores de la conducta
de trabajo en equipo, dibujan parte de este tipo de comportamiento.
A tal efecto, se llevó a cabo una revisión de los aspectos más importantes de
la literatura sobre actitudes y trabajo en equipo, a fin de desarrollar un marco de
referencia que ayudarse en la recolección y análisis de los datos.
Con el fin de estudiar los elementos actitudinales y normativos asociados con
el comportamiento hacia trabajo en equipo, se propuso un estudio descriptivo, entre
un grupo de obreros y supervisores de varias organizaciones con esta tendencia en el
sector químico del Estado Carabobo.
La presente investigación es una primera aproximación hacia el estudio del
comportamiento de la persona hacia el trabajo en equipo. A través de él, se obtuvo
un panorama general de ciertos elementos relacionados con el trabajo en equipo.
CAPITULO I
EL PROBLEMA DE LA INVESTIGACIÓN
1.1. PLANTEAMIENTO Y FORMULACION DEL PROBLEMA
“Un equipo de trabajo se define como dos o más personas que interactúan y se
influyen entre si, con el propósito de alcanzar un objetivo común” (Stoner, J.;
Freeman, R. & Gilbert Jr., D., 1996, p. 546).
“La palabra equipo se deriva del francés équíper, y éste del antiguo vocablo
escandinavo skípa, que a su vez deriva de skíp (“barco”), y significa “Equipar un
barco ”” (López & Velázquez, 1998, p.65).
“(…) llamamos equipo a un grupo de personas que se necesitan entre sí para
lograr un resultado (es decir, que en definitiva se “embarcan” juntos en una tarea)”
(López & Velázquez, 1998, p.65).
“Un equipo es un pequeño número de personas con habilidades
complementarias, comprometido en un propósito común, objetivos de rendimiento y
enfoque de lo que se consideran mutuamente responsables” (Katzenbach, J. & Smith,
D., 1996, p.39).
“Dos o más personas que interactúan y se influyen entre sí con un propósito
común” (Stoner, J, Freeman, R & Gilbert Jr., D., 1996, p.546)
Al revisar las definiciones de trabajo en equipo, se puede notar que este
término es el conjunto de uno o más personas que se encuentran en interdependencia
mutua para el cumplimiento de un propósito, y que se comunican e interactúan entre
si de manera continua.
A través de estos equipos se pueden obtener, entre otras cosas, mayor
compromiso de los empleados hacia la organización, motivación de los mismos,
participación e iniciativa vigorosa, eficaz solución de conflictos y una sólida toma de
decisiones; aspectos que constituyen un desempeño espectacular. Su formación
requiere de tiempo y constancia, del decidido apoyo de la gerencia y sobre todo de la
capacitación de cada uno de los miembros, comenzando desde la gerencia media y
alta, hasta los empleados más comunes.
Las organizaciones forman equipos de trabajo, donde es necesario saber
alinear esfuerzos e intereses diversos, generar consenso y crear sinergia como la
forma de alcanzar la efectividad requerida para poder ser competitivo.
Una de las necesidades que el ser humano busca satisfacer con mayor ahínco
para iniciar su camino hacia la autorealización, es la necesidad de pertenencia, para lo
cual, la gerencia puede ayudar al trabajador, formando equipos de trabajo, donde éste
pueda participar activamente en las actividades de solución de problemas y en todo
aquello que conlleve al logro de los objetivos organizacionales.
Maslow plantea dentro de su teoría de la personalidad, el concepto de
jerarquía de las necesidades, en la cual las necesidades se encuentran organizadas
estructuralmente con distintos grados de poder, de acuerdo a una determinación
biológica dada por nuestra constitución genética como organismo de la especia
humana. La jerarquía está organizada de tal forma que las necesidades de déficit se
encuentren en las partes más bajas, mientras que las necesidades de desarrollo se
encuentran en las partes más altas de la jerarquía; de este modo, en el orden dado por
la potencia y por su prioridad, encontramos las necesidades de déficit, las cuales
serían las necesidades fisiológicas, las necesidades de seguridad , las necesidades de
pertenencia, las necesidades de estima; y las necesidades de autorealización. Dentro
de esta estructura, cuando las necesidades de un nivel son satisfechas, no se produce
un estado de apatía, sino que el foco de atención pasa a ser ocupado por las
necesidades del próximo nivel y que se encuentra en el lugar inmediatamente más
alto de la jerarquía, y son estas necesidades las que se busca satisfacer.
2.2.4. El Modelo de la Acción Razonada: una alternativa para el estudio de los
factores psicológicos determinantes de la conducta del trabajador.
En este estudio se utiliza el Modelo de la Acción Razonada de Fishbein y
Ajzen (1975), estos autores han desarrollado una teoría general del comportamiento,
que integra un grupo de variables que se encuentran relacionadas con la toma de
decisiones a nivel conductual. Ellos entienden al ser humano como un animal racional
que procesa la información o la utiliza sistemáticamente, por lo que ha sido llamada
Teoría de la Acción Razonada. Proponen un modelo para entender la relación entre
creencias, actitudes, intenciones y comportamientos de los individuos.
Para estos autores las actitudes hacia un comportamiento determinado son un
factor de tipo personal que comprende los sentimientos efectivos del individuo, sean
de tipo positivo o negativo con respecto a la ejecución de una conducta en cuestión.
Sostienen que muchos de los comportamientos de los seres humanos se encuentran
bajo control voluntario, por lo que la mejor manera de predecir un comportamiento
dado es la intención que se tenga de realizar o no realizar dicho comportamiento. Esta
intención estará en función de dos determinantes, uno de naturaleza personal
(actitudes) y otro que es reflejo de la influencia social, la cual se define como la
percepción de la persona sobre las presiones sociales que le son impuestas para
realizar o no un determinado comportamiento (norma subjetiva).
De tal forma Fishbein y Ajzen afirman que las actitudes tienen su base en las
creencias, aún cuando estas y las actitudes están muy relacionadas entre sí, no son
equivalentes. Es por esto que la creencia une al objeto con un atributo, por ello se le
considera como un “eslabón”. Ahora bien, las actitudes se refieren a la evaluación
favorable o desfavorable de la persona hacia un objeto. Esta actitud depende de si las
creencias relevantes acerca de determinado objeto son positivas o negativas y del
grado con que se sostengan. Las actitudes poseen un elemento que hace referencia a
lo que denominan intenciones conductuales, y a éstas se les define como la
probabilidad de que una persona realice una conducta particular, pero no garantiza la
realización de la conducta.
Los autores destacan también que los individuos realizan un comportamiento
cuando tienen una actitud positiva hacia su ejecución y cuando creen que es
importante lo que los otros piensan acerca de lo que él debe realizar.
A continuación se expondrá con mayor detalle los elementos planteados:
creencias, actitudes, norma subjetivas, intención y conducta.
a. Creencias:
Uno de los supuestos ya mencionado señala la capacidad del hombre para
procesar sistemáticamente la información que tiene a su disposición y hacer uso de
ella en su interacción con el medio ambiente.
En el transcurso de la vida, el ser humano se ve expuesto a un cúmulo de
información que va a dar origen a lo que en la teoría se concibe como creencias. Estas
han sido definidas como “(…) el juicio probabilístico que conecta a un objeto con
algún atributo” (Fishbein & Ajzen, 1977, p. 305). Este objeto puede estar constituido
por conductas, personas, hechos, instituciones, etc. Se puede decir, que se forma una
creencia sobre un objeto cuando se asocia con características, cualidades y atributos.
Se deduce, que la formación de creencias implican el establecimiento de relaciones
entre sólo dos aspectos del mundo del individuo, (la cualidad y el objeto).
Estas creencias pueden ser el resultado de la observación directa entre objetos
y atributos de la aceptación de fuentes externas o de procesos de inferencia.
Cuando la creencia se forma con la observación directa, vía sensorial, de la
relación entre el atributo y el objeto, se trata de las llamadas creencias descriptivas.
No obstante, esta vinculación puede ser establecida por medios que
trascienden este tipo de observación. En este sentido, de acuerdo a Bruner, 1957
(Citado en Fishbein & Ajzen, 1975) esto puede lograrse a partir de dos mecanismos.
El primero de ellos, hace referencia al uso de relaciones previamente
aprendidas; por ejemplo, se dice que el ladrón es una persona de mal vestir,
generalmente negro y con ciertas facciones físicas particulares. Cuando el sujeto
identifica a una persona con estas características, de antemano tiende a definirlo como
ladrón.
El otro mecanismo, explica la relación entre el objeto y el atributo a partir del
empleo de los llamados “sistemas de código formales”, que son reglas lógicas que
permiten la formación de creencias acerca de eventos no observados. Ejemplo de ello:
Si Juan es más alto que Pedro y éste más alto que Tony, la persona puede formar la
relación Juan es más alto que Tony, aún cuando no haya tenido la oportunidad de
compararlos.
Estas creencias que se originan más allá de eventos directamente observables
reciben el nombre de creencias inferidas. Ellas generalmente se forman, bien a partir
de una creencia descriptiva o de otra inferencial; en ambos casos, son autogeneradas
por el individuo a partir de procesos senso-perceptivos o inferenciales. Ejemplo de
ello: Una persona a partir de la observación de un joven mal vestido, puede inferir
que es pobre; y adicionalmente en base a esta asociación, derivar la creencia de que
es un ladrón.
El ser humano se ve constantemente expuesto a mensajes provenientes de
fuentes externas: medios impresos, radio, cine y televisión, etc., que brindan
información acerca de vinculaciones entre atributos y objetos; esta información puede
contribuir o no a la formación de las llamadas creencias informativas, dependiendo de
la aceptación del contenido del mensaje.
Sintetizando, las creencias pueden ser resultado de la observación directa, de
procesos de inferencia o establecidas por una fuente externa. Una vez generadas, no
necesariamente se mantendrán a lo largo de la vida del individuo sino que éste, en su
continuo interactuar con el ambiente, puede modificarlas, olvidarlas y/o darle paso a
nuevas creencias.
b. Actitudes:
En el esquema de la Acción Razonada, la actitud se define “(…) como la
evaluación positiva o negativa del individuo hacia la ejecución de la conducta”
(Fishbein, 1980, p.6). La teoría hace alusión básicamente a las actitudes referidas a la
ejecución de una conducta; no obstante, todo lo que en ella se plantea” (…) aplica a
cualquier actitud: hacia personas, hechos, objetos, instituciones, etc.” (Fishbein, 1980,
p.56).
Así como una persona se forma creencias hacia la ejecución de un
comportamiento, ella automáticamente y simultáneamente adquiere una actitud hacia
dicha conducta. Estas creencias, denominadas conductuales, vinculan una conducta
con alguna consecuencia o resultado de ésta.
De acuerdo con los planteamientos de la teoría de la Acción Razonada
(Fishbein & Ajzen, 1975, Fishbein 1980), una persona puede tener un gran número de
creencias conductuales, pero sólo una cantidad relativamente pequeña de ellas puede
servir como determinante de la actitud en un momento dado.
Para la compresión de la actitud, no basta sólo con determinar las creencias
conductuales salientes, sino que es necesario conocer la relación que se establece
entre ellas.
Esta relación se describe a partir de dos elementos: 1) evaluación de cada una
de las consecuencias de la conducta y sus pesos correspondientes; 2) fuerza de las
creencias, es decir, grado de certeza de la persona de la relación conducta-
consecuencia.
Operacionalmente, al multiplicar la evaluación de cada una de las
consecuencias por su fuerza correspondiente y luego sumar los productos del total del
grupo de creencias, se obtiene un puntaje indicativo de la actitud.
Es conveniente destacar que las actitudes están basadas en el conjunto total de
creencias conductuales salientes y no en una sola de ellas. Dentro del sistema teórico
de la Acción Razonada (Fishbein & Ajzen, 1975, Fishbein, 1980) este planteamiento
tiene implicaciones importantes que serán comentadas a continuación:
1. El cambio de una o más creencias salientes no necesariamente conlleva a
un cambio en la actitud, puesto que una creencia relevante puede ser sustituida por
otra de igual fuerza y mantener así inalterado el puntaje actitudinal del individuo
hacia la conducta en cuestión.
En el caso de la conducta que ocupa el trabajo, la actitud se define a partir de
un conjunto de creencias, como por ejemplo: asegurar el bienestar de la familia, la
estabilidad laboral, hace a la persona sentirse bien consigo misma.
Para valorar la actitud del trabajador hacia el comportamiento, se debe evaluar
toda esta serie de creencias asociadas; no se puede pretender que el individuo
presente una actitud positiva hacia la formación de equipos de trabajo sólo a partir de
la vinculación de la estabilidad laboral con dicha conducta, pues otras consecuencias
negativas pueden tener mayor peso y determinar así una tendencia no favorable ante
esta acción.
2. Dos sujetos que tienen las mismas creencias pero que difieren en la fuerza
asignada a ellas y/o en las evaluaciones de las consecuencias asociadas, presentan
actitudes diferentes. Del mismo modo, dos individuos pueden manifestar una misma
actitud aún cuando tengan distintos conjuntos de creencias salientes, si el producto de
la evaluación de las creencias por la fuerza respectiva, es igual para las dos personas.
3. Cabe pensar que las actitudes se incrementan indefinidamente con la
adición de nuevas creencias positivas. Sin embargo, hay que recordar que la actitud
de la persona está determinada por un número limitado de creencias salientes de
acuerdo con una jerarquía. La inclusión de un nuevo item puede alterar la posición
del conjunto de creencias salientes, excluyendo o disminuyendo la importancia de
una o varias de ellas; lo que no necesariamente conduce a un cambio en la actitud.
De esto se deduce, que el conocimiento de la actitud de una persona provee
poca información en relación con una creencia en particular.
c. Norma Subjetiva
La referencia a un componente normativo dentro del sistema de la Acción
Razonada destaca como un elemento diferenciador de éste en relación con otros
modelos, pues toma en cuenta, la relevancia de la percepción del individuo de los
juicios normativos de sus referentes con respecto a la acción.
Este elemento normativo, llamado norma subjetiva hace alusión a la
percepción del sujeto en relación a lo que piensa la mayoría de las personas
importantes para él.
Dicha norma subjetiva es función de las llamadas creencias normativas, es
decir, “(…) expectativas percibidas de los referentes específicos de una persona, sean
éstos individuos o grupos “ (Fishbein & Azjen, 1975, p.302) y la motivación del
sujeto a cumplir con tales expectativas; su percepción puede reflejar la realidad del
referente a ser sólo una simple apreciación.
Ahora bien, el individuo puede estar motivado a complacer a sus referentes en
distintos grados. Esta motivación personal para cubrir con esos requerimientos
determinan el peso que cada una de esas creencias tienen sobre él.
Evidentemente cualquier referente posible no será relevante, sólo los salientes
influirán sobre la norma subjetiva del individuo.
Se debe tener claro además, que dichos referentes pueden variar con un
cambio en la situación conductual: el jefe, los compañeros, la familia y el personal
subalterno resultaron ser los “otros importantes” respecto al trabajo en equipo,
posiblemente si se cambia la conducta de interés de ellos serían sustituidos por otros
grupos.
Las creencias normativas pueden formarse a través de la observación directa o
como resultado de un proceso de inferencia. Si una persona cree que un referente se
agrada con que ella realice una conducta dada, puede inferir que éste piensa que debe
ejecutar la conducta.
También, pueden ser inferidas tomando como base las actitudes percibidas de
los otros importantes en relación a la ejecución de una acción específica; si se percibe
que el referente tiene una actitud favorable hacia el desarrollo de la conducta, la
creencia normativa puede formarse a partir de la percepción de esa actitud.
Operativamente, al multiplicar las creencias normativas por la correspondiente
motivación a cumplir con cada una de ellas y luego sumar los productos obtenidos, se
llega a un índice predictor de la norma subjetiva.
Para el modelo de Fishbein y Ajzen, igual que en las actitudes, este índice está
basado en el conjunto total de creencias normativas salientes y no específicamente en
una de ellas. De este planteamiento se deriva:
1. Un cambio en una creencia normativa saliente no se traduce necesariamente
en un cambio en la norma subjetiva
2. Una variación de una creencia normativa secundaria puede neutralizar los
efectos de un cambio en una creencia saliente sobre la norma subjetiva.
3. Dos personas con las mismas creencias salientes pueden diferir en la
norma subjetiva, cuando las motivaciones a cumplir con los referentes son distintas.
Igualmente, dos personas con distintas creencias salientes pueden tener la misma
norma subjetiva.
Trasladando los elementos comentados hasta ahora hacia el tema del trabajo,
se puede plantear que la posición favorable hacia la conducta de trabajar en equipo,
va a depender de las consecuencias que el trabajador conecte con la realización de
dicha conducta y de la importancia relativa que asigne a cada una de ellas.
Asimismo, la mencionada acción, estará mediatizada, según la teoría, por las
creencias normativas y el grado de disposición del trabajador a cumplir con tales
exigencias.
De allí que se estén estudiando los elementos actitudinales y normativos en
relación con la eficiencia, pues ambos pueden desempeñar un papel importante en
desarrollo del comportamiento.
Los planteamientos de la teoría de la Acción Razonada dentro de la realidad
organizacional, pueden entonces favorecer la comprensión de los elementos
intrínsecos al trabajador que se asocian con un modo de acción eficiente, para contar
con bases sólidas a la hora de implementar programas promotores de excelencia.
d. Intención Conductual
Tal como se mencionó al principio, a la luz de esta teoría, la intención es el
determinante inmediato de la conducta, siempre y cuando ésta se halle bajo el control
de la voluntad del sujeto.
La intención se define como “(…) la probabilidad subjetiva de que la persona
desarrolle alguna conducta (…)” (Fishbein & Ajzen, 1975, p.288) e implica la
ubicación del sujeto a lo largo de una dimensión de probabilidad subjetiva que
relaciona al propio sujeto con la acción.
Ante un objeto dado el ser humano puede desarrollar un conjunto de opciones
conductuales que le permitan vincularse con el mismo: no existe un patrón único de
interacción entre el objeto y el sujeto.
Cada una de estas opciones conductuales, tiene su correspondiente intención y
un grado distinto en cuanto a la probabilidad subjetiva de ocurrencia. La intención
conductual de mayor jerarquía probabilística representará el mejor predictor de la
opción conductual a ejecutar.
De acuerdo con la teoría, hay dos factores principales que determinan la
intención conductual: uno personal o actitudinal y otro social o factor normativo.
Estos elementos poseen un peso que varía de acuerdo con el tipo de conducta que está
siendo predicha, las condiciones y el tiempo bajo el cual se desarrolla la conducta, la
persona que ejecuta la acción y hacia quienes se dirige la misma.
Además de la actitud y la norma subjetiva, la teoría sugiere que variables
externas adicionales al modelo pueden influir en las intenciones sólo indirectamente a
través de su repercusión sobre los determinantes que se postulan o de los pesos
relativos que ellos puedan tener para el sujeto.
Un ejemplo de esto es cómo el cargo de la persona (supervisor - obrero) puede
influir sobre la actitud que se tenga aún cuando los sujetos presenten el mismo
conjunto de creencias conductuales salientes. Los supervisores pueden asociar más
fuertemente la eficiencia con los ascensos y aumentos de sueldo, mientras que para el
obrero esta relación es menos cierta. Esta diferencia en la fuerza que otorgan a las
consecuencias mencionadas, marcará una distinción a nivel de las actitudes entre
ambos grupos.
Entre estas variables externas se encuentran: características de personalidad
(introversión - extroversión, autoritarismo, necesidad de logro), variables
demográficas (sexo, edad, raza, clase social), actitudes hacia las personas e
instituciones, y factores tales como rol y posición social, socialización, por mencionar
algunas.
Dichas variables externas tendrán efecto sobre las intenciones, si se cumple
una o más de las siguientes condiciones:
1. La variable influye sobre el componente actitudinal y éste tiene un peso en
la determinación de la conducta.
2. La variable influye sobre el componente normativo y este componente
conduce a un peso significativo sobre la conducta.
3. La variable externa influye sobre los pesos relativos de los componentes.
Solamente si dicha influencia recae sobre el elemento de mayor peso en la
determinación de la intención, se percibirá el efecto externo en dicha intención.
Para finalizar se debe tener presente que la relación entre la conducta y las
variables externas, puede ir cambiando a través del tiempo, de una población a otra.
e. Conducta
La conducta se define en este modelo teórico como “(…) los actos
observables de la persona” (Fishbein & Ajzen, 1975, p.335). Al considerar una
conducta en particular, se debe tener claro que ella involucra una acción que no
ocurre en abstracto, sino en un lugar determinado (contexto) y un momento histórico
concreto (tiempo), además de ser un comportamiento que está referido a un objeto.
Como se acotó en párrafos anteriores, la intención es el determinante más
inmediato de la conducta y por consiguiente, es el predictor más simple de ésta. Con
esto no se quiere decir, que una medida de la intención correlacionará siempre
perfectamente con un criterio conductual específico, pues tres factores median la
magnitud de tal relación: correspondencia entre el nivel de especificidad de la
conducta y el de la intención, la estabilidad de la intención y el grado de control
volicional de la persona.
En relación con el primer factor, el tamaño de la relación entre intención y el
comportamiento dependerá de la correspondencia entre los niveles de especificidad
de medición de la conducta y de la intención, en términos de la acción, contexto,
tiempo y objeto del comportamiento. El criterio con el que se defina la conducta
deberá ser el mismo para la intención, la actitud, norma subjetiva y las creencias, si se
quiere tener una adecuada predicción conductual.
3.3. Población
3.4. Muestra
n= 4 * (7.464) * 50 * 50
------------------------------------
72 (7.464 – 1) + 4 * 50 * 50
Supervisores
9%
18
Obreros
91%
181
Fuente: Autor
Base: 199 Encuestas
Gráfico 5
Distribución de la muestra por Edad y Cargo
% 60 55
50
40 34
27
30
22
20 13 13
11 11
6 6
10
2
0
0
Menos 21 21 - 25 26 - 30 31 - 35 36 - 40 41 ó más Años
Obreros Supervisores
Fuente: Autor
Base: 199 Encuestas
Gráfico 6
Distribución de la muestra por nivel de Instrucción y Cargo
Superior Completa
Superior Incompleta
Universidad Completa 61
Universidad Incompleta
Técnico Superior Completa 39
15
Técnico Superior Incompleta 7
Secundaria Completa 54
Secundaria Incompleta 11
Primaria Completa 12
Primaria Incompleta 1
0 10 20 30 40 50 60 70
%
Obreros Supervisores
Fuente: Autor
Base: 199 Encuestas
Gráfico 7
Distribución de la muestra por Sexo y Cargo
94
82
100
%
90
80
70
60
50
40 18
30 6
20
10
0
Femenino Masculino
Obrero Supervisor
Fuente: Autor
Base: 199 Encuestas
rtt = K 1 - Σ Si2
--------- --------
K -1 St2
Donde:
rtt = Coeficiente de Cronbach.
K = número de ítems.
Si2 = Varianza de los puntajes de cada ítem.
S2t = Varianza de los puntajes totales.
rtt = 48 1 - 40,34
--------- ---------- = 0,93
48 - 1 445,81
70
60
50
% 40
30 22
19 19
20
10 3 3
0
Total Muestra Supervisor Obreros
Muy bueno Bueno Ni bueno Ni Malo Base: 199 Entrevistados
41
45
40 35
35
30
25
% 19
20
15
10
4
5 1
0
Totalmente de acuerdo De acuerdo Ni de acuerdo ni en Desacuerdo Totalmente en
desacuerdo desacuerdo
e. Rendimiento.
En relación con el aprovechamiento que se le de al tiempo disponible en el
trabajo, se encuentra que contrariamente a lo esperado, son los obreros quienes
puntúan más alto ante este tipo de planteamiento frente a los supervisores.
4.1.4 Evaluación de frases definitorias de trabajo en equipo
Al presentarse a los entrevistados un conjunto de afirmaciones relacionadas
con definiciones de trabajo en equipo, encontramos los siguientes resultados. (Ver
tabla Nro. 13 en el anexo D).
Un 67% de la muestra consultada piensa que diez personas tienen muchas más
probabilidades que cincuenta de trabajar en equipo con éxito (totalmente de acuerdo
36% y de acuerdo 31%). Por su parte, la frase los equipos de trabajo rinden más que
los individuos actuando solos, en términos generales se muestran de acuerdo con la
proposición (88%).
Igualmente, manifiestan que los equipos de trabajo deben identificar los
problemas y las oportunidades que se les pueda presentar (93%), además de que
deben desarrollar una mezcla adecuada de habilidades técnicas, resolución de
problemas y relaciones interpersonales (91%).
En cuanto a los propósitos de un equipo deben ser transformados a objetivos
específicos y medibles se presento una aceptación del 85% de la muestra. Asimismo,
cómo van a trabajar juntos para alcanzar su propósito obtuvo una aprobación del
98%.
La frase que concentra mayor desacuerdo se ubica en la relacionada con que
Si Ud. quiere que algo se haga bien, hágalo usted mismo (26%). En este mismo
sentido, se puede notar que los trabajadores se muestran más indecisos en este punto
(26%).
Casi la totalidad de la muestra (99%) piensa que un equipo de trabajo todos
sus miembros son responsables del éxito o fracaso del equipo.
Gráfico No. 11
Los equipos de trabajo rinden más que los individuos actuando solos
Grafico No. 10 67
Diez personas tienen muchas más probabilidades que cincuenta de trabajar en equipo con éxito 70
40 60
36
35 31
50
30
40
25
%
% 20 30
15 21
14
15
20
10 8
4 10
3
5
1
0
0
Totalmente de acuerdo De acuerdo Ni de acuerdo ni en Desacuerdo Totalmente en Totalmente de acuerdo De acuerdo Ni de acuerdo ni en Desacuerdo Totalmente en
desacuerdo desacuerdo desacuerdo desacuerdo
70
63
60
50
40
%
28
30
20
5
10
3
1
0
Totalmente de acuerdo De acuerdo Ni de acuerdo ni en Desacuerdo Totalmente en
desacuerdo desacuerdo
Grafico No. 12
Los equipos de trabajo deben ser capaces de identificar los problemas y las oportunidades con las que
se enfrentan
70
70
60
50
40
30
23
20
7
10
0 0
0
Totalmente de acuerdo De acuerdo Ni de acuerdo ni en Desacuerdo Totalmente en
desacuerdo desacuerdo
66
70
60
50
40
32
%
30
20
10
2 0 0
0
Totalmente de acuerdo De acuerdo Ni de acuerdo ni en Desacuerdo Totalmente en
desacuerdo desacuerdo
Grafico No. 14
Los propósitos de un equipo de trabajo para que tengan significado para sus miembros deben ser
transformados a objetivos específicos y medibles
43
42
45
40
35
30
25
20
13
15
10
2
5 0
Gráfico No. 17
En un equipo de trabajo todos sus miembros son responsables del éxito o fracaso del equipo
69
70
60
50
40
30
%
30
20
10
0 1 0
0
Totalmente de acuerdo De acuerdo Ni de acuerdo ni en Desacuerdo Totalmente en
desacuerdo desacuerdo
Grafico No.16
Si Ud. quiere que algo se haga bien, hágalo usted mismo
30
26 26
24
25
20
17
% 15
10
7
0
Totalmente de acuerdo De acuerdo Ni de acuerdo ni en Desacuerdo Totalmente en
desacuerdo desacuerdo
CONCLUSIONES
En términos generales, los trabajadores entrevistados presentaron una actitud
favorable hacia el trabajo en equipo, entendido principalmente en términos de
relaciones interpersonales, responsabilidad y compromiso.
Las consecuencias que se le atribuyen al comportamiento de trabajo en equipo
son en términos generales positivas, exceptuando aquéllas referidas a las relaciones
con los compañeros.
Para la muestra total, los principales reforzadores de la conducta eficiente son:
asegurar el bienestar de su familia, estabilidad laboral, aumentos de sueldo,
satisfacción personal y ascensos.
Los eventos mayormente asociados con el trabajo en equipo por el total de los
entrevistados son los siguientes: asegurar el bienestar de su familia, satisfacción
personal, estabilidad personal, buena recomendación por parte de la empresa y mejora
en las relaciones con los supervisores.
El jefe, seguido por los compañeros, son los referentes que mayormente se
perciben a favor de la ejecución de trabajar en equipo y son a su vez los que ejercen
más influencia sobre los trabajadores en la promoción de este tipo de
comportamiento.
La familia constituye el grupo de referencia que mayor disparidad de criterios
genera en la muestra consultada.
La norma subjetiva juega un papel relevante en el desarrollo de conductas
hacia el trabajo en equipo, debido a que en términos generales los entrevistados se
muestran dispuestos a cumplir las exigencias de la mayoría de los referentes
asociados al comportamiento en estudio.
Analizando las respuestas por cargo y sexo se perfilan diferencias de
opiniones entre los trabajadores consultados. Los trabajadores presentan actitud más
favorable hacia el trabajo en equipo son los supervisores, de sexo masculino.
Se nota un patrón de comunicación unidireccional de supervisores hacia
obreros. A pesar que los obreros presentan una disposición a cumplir las indicaciones
del jefe, los supervisores no se muestran muy motivados a tomar en su totalidad en
consideración las acotaciones de subalternos.
Hay una diferencia entre la definición teórica de trabajo en equipo y la
propuesta por los trabajadores, en términos de los elementos que se incluyen y el peso
relativo que le dan a cada uno de ellos. A nivel de la literatura consultada, el énfasis
de la definición de trabajo en equipo radica en un equipo de personas con habilidades
complementarias, comprometido en un propósito común, objetivos de rendimiento. El
trabajador por su parte, otorga mayor importancia a las relaciones interpersonales,
responsabilidad y compromiso y rendimiento.
La superación profesional constituye el elemento que menor mención recibe
de los trabajadores en la definición espontánea de eficiencia.
Un equipo de trabajo todos son responsables del éxito o fracaso del equipo,
capaces de identificar los problemas y las oportunidades y los equipos rinden más que
los individuos actuando solos constituyen las afirmaciones que concentran mayor
acuerdo entre las frases definitorias de trabajo en equipo presentadas.
RECOMENDACIONES
Por la amplitud del tema de esta investigación se recomienda profundizar en
otros estudios, tales como:
En la aplicación del instrumento de recolección de datos implementado en
esta investigación se observó la presencia de determinados patrones de comunicación,
estilos de liderazgo y elementos motivacionales. Próximos estudios podrían centrarse
en la relación de estos elementos mencionados con las variables actitudinales y
normativas.
Los resultados de esta investigación tienen implicaciones en programas de
promoción de trabajo en equipo para los trabajadores. Un sistema de recompensa a
nivel de la organización, además de tener en consideración aquellas consecuencias
que resultaron más atractivas para los entrevistados.
Elaboración de dinámicas de trabajo en equipo tomando los criterios de
reforzamiento: la calidad, habilidades complementarias, comunicación eficaz, manejo
de conflictos, factores de motivación, tiempo y cumplimiento de los objetivos
empresariales y no en base a la obediencia y estricto cumplimiento de las órdenes.
Realizar una investigación para elaborar un programa de adiestramiento
integral que incentiven el trabajo en equipo y permita realizar una medición del
avance de los equipos.
Aplicar la metodología utilizada en esta investigación en otros sectores, tales
como: servicio, energético, alimentos, público entre otros.
Investigar herramientas que faciliten el desarrollo de equipos de trabajo y el
establecimiento de una comunicación hacia la integración, alrededor de objetivos y el
fortalecimiento de las relaciones interpersonales.
Realizar un estudio que relacione el logro de objetivos dentro de una empresa
con los eventos asociados con el trabajo en equipo que se encontraron en esta
investigación, tales como: asegurar el bienestar de su familia, satisfacción personal,
estabilidad personal, buena recomendación por parte de la empresa y mejora en las
relaciones con los supervisores.
Desarrollar una comparación de las normas objetivas y subjetivas de las
organizaciones en estudio (Colgate Palmolive, Dupont de Venezuela y Jhonson &
Jhonson.
Realizar un estudio comparativo entre las empresas nacionales y
trasnacionales en la Gran Industria del Estado Carabobo en el sector químico.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
CAMARA DE INDUSTRIALES DEL ESTADO CARABOBO: (1998), Perfil de
Carabobo.
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Talleres de Ars Gráfica, S.A.
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Editorial Norma S.A.
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behavior relation: results of a longitudinal survey”, Journal of Personality
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Personality and Social Psychology, Vol. 45, p. 997 – 1009.
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acerca de los factores que influyen en la efectividad de la comunicación”,
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Introduction to theory and research, New York, Addison – Wesley
Publishing Company.
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Editorial Trillas, S.A.
KATZENBACH, J. & SMITH, D.: (1996), Sabiduría de los Equipos, Madrid,
Ediciones Díaz de Santos.
KANTOLA, S.: (1982), “The role of individual differences and external variables in a
test of the sufficiency of Fishbein’s model to explain behavioral intentions to
conserve water"” Journal of Applied Social Psychology, Vol. 12, p. 70 – 83.
KOSLOWSKY, M.: (1988), “Predicting behavior: combinig intention with
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MENDEZ, Carlos: (1988), Metodología, Guía para elaborar diseños de investigación
en ciencias, Bogotá, Mc Graw-Hill Latinoamericana, S.A.
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in behavioral intentions models”, Journal of Marketing Research, Vol.
XVI, p. 102 – 110.
RYAN, M.: (1982), “Behavioral intention formation: the interdependency of
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SHEPPARD, B. et al.: (1988), “The theory of Reasoned Action: a meta-analysis of
past research with recommendations for modifications and future research”,
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STONER, James et al.: (1996), Administración, México, Prentice – Hall
Hispanoamericana, S.A., Sexta edición.
Curso de Tutoria. Desarrollo Grupal e Intervención educativa.
http://leo.worldonline.es/jumibana/Cursotut/desarrollogrupal.htm
ANEXO A
Guía de discusión etapa de Sondeo.
ANEXO B
Creencias salientes obtenidas en la etapa sondeo para la muestra Total
X. Relaciones personales
a. Perdida de empleo
Piensan que uno les va a quitar el puesto *
Piensan que les echo tierra
Piensan que los van a botar por mi culpa
b. Agresiones verbales
Te llaman jaleti *
Piensan que uno es un jalamecate
Te llaman chupamedias
Se burlan
Te insultan
c. Problemas con lo compañeros
Los compañeros te tienen envidia *
Se te crean problemas con los compañeros
(*) Frase de mayor mención. Item del instrumento
ANEXO C
UNIVERSIDAD DE CARABOBO
AREA DE ESTUDIOS DE POSTGRADO
FACULTAD DE CIENCIAS ECONOMICAS Y SOCIALES
INSTRUCCIONES
El presente cuestionario esta relacionado con la Formación de Equipos de Trabajo.
Cada ítem cuenta con cinco opciones de respuesta. Debe leer cuidadosamente cada
planteamiento y escoger aquella opción que considere correcta.
b b b b b b
c c c c c c
d d d d d d
e e e e e e
b b b b b b
c c c c c c
d d d d d d
e e e e e e
43.a 45.a
b b
c c
d d
e e
44.a 46.a
b b
c c
d d
e e
47.
____________________________________________________________________
____________________________________________________________________
____________________________________________________________________
____________________________________________________________________
____________________________________________________________________
______________________________
48.
____________________________________________________________________
____________________________________________________________________
____________________________________________________________________
____________________________________________________________________
____________________________________________________________________
______________________________
49.a 50.a
b b
c c
d d
e e
GRACIAS POR SU COLABORACION
ANEXO D
Tabla No. 1
Archivo Excel (Tabla tgmaster)
Coeficiente de Alfa Cronbach
Tabla No. 2
Creencias Conductuales para el Total de la Muestra
(Porcentaje de respuestas)
(Base: 199 encuestados)
Tabla No. 5
Creencias Conductuales en Trabajadores del Sexo Masculino
(Porcentaje de respuestas)
Tabla No. 6
Creencias Conductuales en Trabajadores del Sexo Femenino
(Porcentaje de respuestas)
Tabla No. 7
Creencias Normativas y Motivación a Complacer para el Total de la Muestra
(Porcentaje de respuestas)
(Base: 199 encuestados)
Tabla No. 8
Creencias Normativas y Motivación a Complacer en Supervisores
(Porcentaje de respuestas)
Tabla No. 9
Creencias Normativas y Motivación a Complacer en Obreros
(Porcentaje de respuestas)
Tabla No. 10
Creencias Normativas y Motivación a Complacer en Trabajadores del Sexo
Masculino
(Porcentaje de respuestas)
Tabla No. 11
Creencias Normativas y Motivación a Complacer en Trabajadores del Sexo Femenino
(Porcentaje de respuestas)
Toma de decisiones / 32 6 26 6 26
Capacidad 16 34 14 18 16
%
Superación Profesional 12 2 10 1 11
% 6 9 6 3 7
Tabla No. 13
Grado de Acuerdo con aspectos definitorios de Trabajo en Equipo
para la Muestra Total
(Porcentaje de respuestas)
Preg. TA A NA/N D TD
D
ANEXO E
Categorías de respuestas en la Conceptualización de Trabajo en Equipo por la
muestra
Relaciones Interpersonales: Definida por las afirmaciones positivas o no que tienen
que ver con el tipo de vinculación (colaborador, obediente, comunicativo, interesado
en el otro, entorpecedor de las actividades) del trabajador con sus compañeros del
mismo nivel, subalternos y con sus superiores. Engloba: buen trato con los
compañeros / jefe, que sea colaborador con compañeros y supervisores, no entorpece
a los demás en su trabajo, que trabaje en equipo, que sea comunicativo, que se
vincule con los problemas personales de sus compañeros, no es envidioso, obediente,
educado, de buen carácter, egoísta, apático, indiferente.
Toma de decisiones / Capacidad: incluye respuestas que hacen mención a la presencia
o no en los integrantes del equipo de los elementos tanto físico e intelectuales
requeridos para realizar sus funciones y resolver los problemas que surjan a lo largo
del proceso. Engloba: que el equipo esté capacitado para hacer el trabajo, que sean
capaz / inteligente y capaz de solucionar problemas, que sepan dar órdenes / delegar,
tengan iniciativa / buscan formas de mejorar el trabajo.
Superación profesional: hace alusión a la aspiración del trabajador de un status mayor
que el actual en el ámbito laboral, tanto a nivel de preparación intelectual como de
posición en la organización. No incluye respuestas relacionadas con bienes
económicos. Engloba: Que aproveche capacidad para ascender, que tenga deseos de
superarse y trate de capacitarse más en el área en que se desempeña / trata de
aprender.
Rendimiento: hace alusión a planteamientos relacionados con la forma en que el
equipo aprovecha y usa el tiempo del que dispone para sus actividades. Engloba: que
entreguen los trabajos dentro del límite de tiempo, con rapidez, no pierden el tiempo,
son flojos.
Responsabilidad y Compromiso: incluye respuestas relacionadas con el conocimiento
y cumplimiento diario por parte de los integrantes del equipo de las labores que
tienen encomendadas. Engloba: saber lo que tiene que hacer, responsabilidad,
cumplir sus labores / ejecutar lo asignado, estar pendiente de su trabajo, previsivo /
piensa antes de actuar.