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“10 Proposiciones sobre el género” STEIMBERG <<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<

2.1 LAS DEFINICIONES DEL GÉNERO. LA CONFRONTACIÓN ENTRE GÉNERO Y ESTILO.

Los géneros son categorías o clases de textos o expresiones culturales que comparten características similares en
forma, contenido, estructura y estilo. Existen en todos los idiomas y medios de comunicación, como la literatura,
el cine, la música, etc. Tienen una historia y se repiten a lo largo del tiempo.

→ Al seguir convenciones específicas, los géneros establecen condiciones de previsibilidad y crean expectativas en
los lectores o espectadores. Esto facilita la comprensión y la comunicación. Los géneros desempeñan un papel
importante en la sociedad, ayudando a construir identidades culturales y facilitando la interacción entre las
personas.

2.2.0 Tanto el estilo como el género se definen por características temáticas, retóricas y enunciativas

En las clasificaciones de estilo y género, se identifican conjuntos de regularidades que permiten asociar
componentes recurrentes en distintas áreas de productos culturales. Estas regularidades establecen condiciones
previsibles para la interpretación de textos, acciones u objetos culturales.

Cuando se describen los géneros, se enfatizan los rasgos temáticos y retóricos basados en regularidades
enunciativas. >> En las descripciones de estilo, que se centran en la forma de hacer, el componente enunciativo
suele tener un papel destacado, aunque los conjuntos de rasgos pueden ser menos específicos o más ambiguos.

Los rasgos que definen géneros y estilos (y constituyen nuestros niveles de análisis):

Retórica: se la entiende no como un ornamento del discurso, sino como una dimensión esencial a todo acto de
significación, abarcativa de todos los mecanismos de configuración de un texto que devienen en la combinatoria
de rasgos que permite diferenciarlo de otros. Ej: mezcla de jergas en un texto narrativo o informativo. >>
mecanismos de configuración y estructuración ¿cómo está organizado?

Temática: se entiende por dimensión temática a aquella que en un texto hace referencia a acciones y situaciones
según esquemas de representatividad históricamente elaborados y relacionados, previos al texto. El tema se
diferencia del contenido de un texto por ese carácter exterior a él, ya circunscripto por la cultura. >> esquemas de
representación históricamente elaborados y previos al objeto analizado ¿de qué habla?

Enunciación: se define como enunciación al efecto de sentido de los procesos de semiotización por los que en un
texto se construye una situación comunicacional, a través de dispositivos que podrán ser o no de carácter
lingüístico. En general, el análisis enunciativo se presenta como lógicamente posterior al retórico y temático. >>
construcción de una imagen del emisor y una imagen del receptor y del vínculo entre ellos.
2.2.1 No hay rasgos enunciativos, retóricos o temáticos ni conjunto de ellos que permitan diferenciar los
fenómenos de género de los estilísticos.

Bajtín → señala que la conexión entre un estilo y un género discursivo se expresa a través de la asociación con
ciertas unidades temáticas, la forma en que se estructura un discurso (retórica) y las relaciones que establece el
hablante con los demás participantes en la comunicación. Sin embargo, si queremos encontrar diferencias entre
género y estilo, debemos buscar más allá de estos atributos. Aunque el registro de los rasgos temáticos, retóricos
y enunciativos es importante para determinar los componentes diferenciadores de cada género o estilo en
particular, así como sus interacciones históricas.

>> La palabra estilo tiene múltiples significados tanto en el uso cotidiano como en textos teóricos y críticos, pero
siempre se refiere a características que permiten identificar una cierta unidad en la forma de diversos objetos o
comportamientos sociales.

→ Las definiciones de estilo han implicado siempre la descripción de conjuntos de rasgos que, por su repetición y
su remisión a modalidades de producción características, permiten asociar entre sí productos culturales diversos,
pertenecientes o no al mismo medio, lenguaje o género.

La descripción de un estilo o su diferenciación con respecto a otros exige la consideración de esos

tres paquetes de rasgos constitutivos, pero otros mecanismos intra y extratextuales (a los que se refieren las
proposiciones siguientes) deben focalizarse para discutir diferencias entre estilo y género.

2.2.2 Es condición de la existencia del género su inclusión en un campo social de desempeño o juegos de lenguaje;
no ocurre lo mismo con el estilo.

El género se relaciona con cómo se usan las palabras y se juega con el lenguaje en diferentes áreas de la sociedad.
Por ej, hay géneros específicos para la narración de historias o para el entretenimiento. Estos géneros tienen
características predecibles en términos de cómo se expresan y qué temas tratan.

El estilo se refiere a la forma en que algo se hace, ya sea en el arte, la música o cualquier otra área. Los estilos
pueden ser más amplios y abiertos, no están limitados a un lenguaje o práctica específica. Pueden abarcar
diferentes formas de expresión y no tienen restricciones claras.

--el género se refiere a cómo se usan las palabras y los juegos de lenguaje en áreas sociales específicas, mientras
que el estilo se relaciona con la forma en que algo se hace, con características más amplias y no limitadas a un
ámbito particular--.

2.2.3 La vida social del género supone la vigencia de fenómenos metadiscursivos permanentes y contemporáneos
(son elementos que hablan del género en sí mismo)

Por ej, los títulos de las obras son una forma de metadiscurso, ya que nos dan una idea de qué tipo de género es.
Hay otros elementos como subtítulos, epígrafes e ilustraciones que pueden indicar el género al que pertenece una
obra.
Estos elementos metadiscursivos pueden estar tanto dentro como fuera del texto. Por ej, en la TV, los programas
son anunciados y definidos por textos en periódicos, radio y también por los propios programas y los anuncios en
TV.

→ La diferencia entre el género y el estilo es que los mecanismos metadiscursivos del género son permanentes,
contemporáneos y coexisten en el tiempo. En cambio, los elementos metadiscursivos del estilo son más
fragmentarios, subjetivos y no son universalmente compartidos en su circulación.

2.2.4 Los fenómenos metadiscursivos del género se registran tanto en la instancia de la producción como en la del
reconocimiento.

Esto significa que deben tener características similares para que el género funcione socialmente y cumpla las
expectativas asociadas a él. La presencia de ciertos mecanismos metadiscursivos en ambas etapas es crucial para
construir el género.

→ Esto no significa que los mecanismos metadiscursivos sean exactamente iguales en ambas etapas. Puede haber
diferencias entre cómo se define un género en la etapa de producción y cómo se percibe y circula en la etapa de
reconocimiento. Estas diferencias pueden llevar a la gradual desaparición social de un género. A pesar de las
diferencias, es necesario que haya cierta redundancia en los mecanismos metadiscursivos para que el género se
mantenga reconocible y coherente a lo largo del tiempo.

2.2.5 Los géneros hacen sistema en sincronía; no así los estilos

Los géneros forman un sistema que funciona al mismo tiempo, mientras que los estilos no lo hacen. Cuando
decimos que alguien tiene estilo, nos referimos a que tiene una manera particularmente elegante de hacer o decir
algo. Pero esto nunca ha sido aplicable a los géneros. Desde Aristóteles, la definición de un género implica
compararlo y contrastarlo con otros géneros para comprender sus elementos constitutivos y sus efectos sociales.

En cambio, los estilos no forman un sistema en sincronía. Los mecanismos metadiscursivos que los caracterizan
son menos estables y no se reconocen socialmente como un conjunto coherente. Además, su naturaleza
expansiva y centrífuga también dificulta este reconocimiento. Las oposiciones sistemáticas entre estilos surgen de
textos que enfocan las diferencias a lo largo del tiempo (Renacimiento vs. Barroco; Art Deco vs. Art Nouveau, etc.)
y también de aquellos que describen relaciones o conflictos entre estilos de una época histórica o una región
social que no comparten.

2.6 Entre los géneros se establecen relaciones sistemáticas de primacía, secundariedad o figura fondo; no así entre
los estilos

→ Estas relaciones sistemáticas pueden ser de primacía, secundariedad o figura-fondo, lo cual significa que
algunos géneros tienen más importancia que otros o destacan en comparación con los demás. (Esto se observa al
analizar un momento histórico específico, donde se pueden identificar los géneros presentes en esa época).

>> En contraste, los estilos no forman un sistema en ese mismo sentido. Los estilos tienen mecanismos
metadiscursivos más débiles y menos compartidos que los géneros. Por lo tanto, no se puede reconocer una
época simplemente por los estilos que estaban presentes o ausentes en ella.

→ Al analizar una época, se puede identificar cuáles son los géneros dominantes, los que están presentes o los
que funcionan como figura o fondo en relación con otros géneros.

Por ej, en la TV actual se pueden encontrar elementos de chismes en los noticieros, programas políticos,
magazines, etc. En este caso, los chismes funcionan como fondo en varios géneros televisivos. En general, en la TV,
tanto en la abierta como por cable, los reality shows son un género que destaca y se encuentra presente de
diversas formas en varios canales. Por lo tanto, los reality shows funcionan como figura en la televisión.
En los 80 's, la TV argentina estaba saturada de telenovelas, lo que indica que en ese momento las telenovelas
eran un género dominante.

En resumen, los géneros literarios establecen relaciones de importancia y destaque entre sí en un momento dado,
mientras que los estilos no forman un sistema de esa manera.

2.2.7 Como efecto de sus relaciones de primacía, secundariedad y figura-fondo, un género puede convertirse en el
dominante de un momento estilístico.

Cuando hablamos de las relaciones de primacía, secundariedad y figura-fondo entre los géneros, nos referimos a
cómo un género puede llegar a ser el más importante en un momento específico. Esto significa que el género se
destaca sobre los demás y establece los criterios estéticos dominantes de ese período. Un ej. que nos ayuda a
entender esto es el arte del Renacimiento. En ese momento histórico, las artes visuales, como la pintura, eran
consideradas la dominante, es decir, el género principal que representaba los estándares estéticos más altos. Las
otras formas de arte se relacionaban con ellas y se valoraban en función de su cercanía o lejanía con respecto a las
artes visuales.

→ Esta teoría de la dominante también se puede aplicar al surgimiento de nuevos géneros. A partir de géneros
importantes, como la pintura religiosa, pueden surgir y separarse otros géneros nuevos, como el género
costumbrista y más tarde la naturaleza muerta.

Jakobson señaló que un arte o un género puede convertirse en el dominante de un momento cultural. Es
evidente, dice, que en el arte del Renacimiento [un momento estilístico], la dominante, el summum de los
criterios estéticos de la época estaba representado por las artes visuales. Las otras estaban orientadas en su
conjunto hacia esas artes y se situaban en la escala de valores según su alejamiento o proximidad con ellas. En una
etapa histórica, todo mantiene relación de figura-fondo con los géneros principales.

>> Es posible relacionar la teoría de la dominante con respecto al nacimiento de nuevos géneros. De grandes
géneros (como la pintura religiosa) parecen desprenderse y aun independizarse, otros nuevos (genero
costumbrista, primero, naturaleza muerta, después)

2.2.8 Un estilo se convierte en género cuando se produce la acotación de su campo de desempeño y la


consolidación social de sus dispositivos metadiscursivos.

En el ej. de la arquitectura basilical, ciertos rasgos arquitectónicos originalmente usados en edificios no religiosos
se convierten en características de templos. Luego, esos mismos rasgos se utilizan en construcciones con diversas
funciones, como bancos u hospitales.

>> En la historia de los medios, algunos estilos se convierten en géneros separados, como las películas de
complejo dentro del género de las películas de amor. Además, la inclusión de un género existente en un campo
estilístico diferente puede dar lugar a la formación de un nuevo género, como las revistas de ciencia ficción que
mejoraron su calidad y se diferenciaron de las publicaciones anteriores. Ciertos estilos se transforman en géneros
distintos a través de cambios en su uso, la diferenciación dentro de un género existente o la inclusión en nuevos
campos estilísticos.

2.2.9 Las obras anti-género quiebran los paradigmas genéricos en tres direcciones: la referencial, la enunciativa y
la estilística.

Las obras anti-género rompen con las reglas habituales de un género en tres aspectos: lo que tratan, cómo lo
cuentan y cómo se ve. Por ej, en los spaghetti westerns, se mantienen algunas cosas típicas de las películas del
Oeste, como los lugares y la historia, pero cambian otras cosas, como el héroe que ya no es un justiciero y agregan
humor. Estas obras desafían las expectativas y crean algo nuevo al romper con lo que se espera de ese género. La
vanguardia es un ejemplo extremo de esto, rompiendo con todas las reglas establecidas y creando algo
totalmente diferente.

2.2.10 Las obras anti-género pueden definirse como género a partir de la estabilización de sus mecanismos
metadiscursivos, cuando ingresan en una circulación establecida y socialmente previsible.

Las obras anti-género son aquellas que rompen con las convenciones habituales de un género, pero luego se
convierten en un nuevo tipo de género reconocido. Por ejemplo, los spaghetti-westerns cambiaron algunas cosas
en las películas del Oeste, pero luego se convirtieron en un género propio con su propia identidad. Lo mismo
ocurrió con los objetos dadaístas en el arte. Estas obras se vuelven parte de la oferta y pueden ser compradas y
consumidas de manera previsible, ya sea para informar o para disfrutar.

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