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FICHA ANALÍTICA Nº 2

PROYECTO: Investigación y profundización

AUTOR(A): Julihett M. Trujillo M. Cód. 20192484005

REFERENCIA BIBLIOGRAFICA:
Strauss, C. L. (1987). Antropología estructural. Barcelona: Paidós Ibérica.

DESCRIPCIÓN DEL DOCUMENTO:

El documento es un libro, que desde el campo de conocimiento de las ciencias sociales abre
una discusión frente a lo que se llaman las relaciones de parentesco, el lenguaje en las
sociedades y la relación entre sistemas de parentesco y la estructura de la lengua. De igual
manera aborda ciertas hipótesis en torno a las regiones geográficas, las cuales guardan una
serie de características que pueden explicar principalmente las relaciones de parentesco en
cada una de ellas.

PALABRAS CLAVES:

Lenguaje, lengua, exogamia, mujeres, parentesco, estructura.

TESIS O HIPOTESIS:

La interdependencia del observador y del fenómeno observado es una noción familiar a la


teoría científica contemporánea.

Los fenómenos que integran en sentido propio las investigaciones sociológicas y


antropológicas se definen en función de nuestros propios intereses; se refieren a la vida, la
educación, la carrera y la muerte de individuos semejantes a nosotros.

El lenguaje es un fenómeno social. Entre los fenómenos sociales es el que presenta de forma
más clara los dos caracteres fundamentales que permiten un estudio científico.

Casi todas las conductas lingüísticas se sitúan en el nivel de pensamiento inconsciente. Al


hablar no tenemos conciencia de las leyes sintácticas y morfológicas de la lengua.

La lengua vive y se desarrolla como una elaboración colectiva.

No basta que el observador tome conciencia del fenómeno para que éste se modifique a
causa de ello.

El lenguaje es, pues, un fenómeno social, que constituye un objeto independiente del
observador y para el cual se poseen largas estadísticas.
Jakobson ha propuesto una hipótesis según la cual una misma lengua podría comportar varias
estructuras fonológicas diferentes, interviniendo cada una para cierto tipo de operaciones
gramaticales.

Si se les compara con el lenguaje, las reglas de matrimonio forman un sistema complejo del
mismo tipo que éste pero más tosco, y en el cual se encuentra sin duda preservado un buen
número de rasgos arcaicos comunes a ambos. Todos reconocemos que las palabras son
signos.

Se asigna a las mujeres el papel de elementos de un sistema de significados.

A diferencia de las mujeres, las palabras no hablan. Las mujeres son productoras de signos al
mismo tiempo que signos; como tales, no pueden reducirse al estado de símbolos o fichas.

Desde el momento en que un objeto sonoro es aprehendido como ofreciendo un valor


inmediato, a la vez para el que habla y para el que escucha, adquiere una naturaleza
contradictoria cuya neutralización sólo es posible mediante este intercambio de valores
complementarios al que se reduce toda vida social.

Existe una correspondencia formal entre la estructura de la lengua y la del sistema de


parentesco.

Área Indoeuropea: una cohesión social resultante de matrimonios entre cónyuges cuyo grado
de parentesco es muy alejado o resulta imposible de trazar. Cabe decir entonces que un
rasgo característico de las estructuras indoeuropeas de parentesco reposa en el hecho de
que plantean el problema de la cohesión social en términos simples, cuidando de reservar la
posibilidad de proporcionarle soluciones múltiples.

Área sinotibetana: la complejidad de los sistemas de parentesco es de otro orden. Todos


corresponden a la forma más simple concebible de intercambio generalizado o se derivan de
ella, es decir, el matrimonio preferencial con la hija del hermano de la madre.

Área africana: los sistemas africanos de parentesco tienen una tendencia común a desarrollar
la institución del “precio de la novia”, asociada a la prohibición frecuente del matrimonio con
la esposa del hermano de la mujer.

Área oceánica: los rasgos característicos, bien conocidos, de los sistemas de parentesco
polinesios tendrían como equivalentes, en el plano lingüístico: estructura simple, elementos
poco numerosos.

Área norteamericana: consiste en la asimilación de los primos cruzados al grupo de los


parientes y no al de los aliados.

CONCLUSIONES (Del autor)


Considerar las reglas de matrimonio y los sistemas de parentesco como una especie de
lenguaje, es decir, un conjunto de operaciones destinadas a asegurar, entre los individuos y
los grupos, cierto tipo de comunicación.

A diferencia de las mujeres, las palabras no hablan. Las mujeres son productoras de signos al
mismo tiempo que signos; como tales, no pueden reducirse al estado de símbolos o fichas.

Cabría la posibilidad de superar algún día la antinomia entre la cultura, que es cosa colectiva,
y los individuos que la encarnan, puesto que en esta nueva perspectiva la pretendida
“conciencia colectiva” se reduciría a una expresión, Enel plano del pensamiento y la
conductas individuales, de ciertas modalidades temporales de las leyes universales en que
consiste la actividad inconsciente del espíritu.

COMENTARIO ANALÍTICO

Strauss realiza un acercamiento a las relaciones entre los seres humanos desde la cultura y la
naturaleza, teniendo en cuenta los parentescos como símbolos de las relaciones entre los seres
humanos. Así mismo, menciona cómo el lenguaje es un fenómeno social, ya que hace parte
una interacción que evoluciona con los grupos sociales, es una construcción colectiva. Por
otro lado, el autor menciona que existe una serie de parentescos que legitiman unas
relaciones familiares en la sociedad humana. Estas relaciones son estructuras y rechazan la
idea del incesto porque se considera que un hombre solamente puede establecer una
relación con una mujer que se entregue a el de cierta manera por un individuo que la cede
como hermana, hija o prima u otro tipo de relaciones que no estén constituidas en una misma
cadena familiar, que guarde una consanguinidad directa. Aquí también se establecen
conceptos como la exogamia, en oposición a cómo se mencionó anteriormente a la idea de
incesto en las estructuras sociales.

En la sociedad, la mujer juega un papel fundamental en cuanto está dotada de un valor que
supone la integración en un sistema significativo, que así como las palabras poseen
cualidades y relaciones de parentesco en la sociedad. El análisis que puede darse en este
texto, parte también de cómo el autor pone en común un aspecto meramente cultural y
social como el lenguaje y las relaciones de parentesco, sin embargo resulta peculiar, la
comparación que realiza entre el lenguaje y las formas de matrimonio, en el que asume a las
dos como sistemas que guardan significados o reglas, que sirven para explicar o argumentar,
la manera en qué las sociedades se integran y además que se delimitan por las regiones
geográficas en donde se encuentran los sujetos que pertenecen a cada una de ellas. De esta
manera, se producen una serie de características de cada área en las que se establece
igualmente las relaciones de parentesco.

OBSERVACIONES:

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