Está en la página 1de 14

“Medicina Hipocratica”

Aspectos generales

La elaboración de la primera medicina científica (medicina hipocrática) duró


aproximadamente trescientos años y su principal hazaña consistió en sustituir la
explicación de la salud y enfermedad con elementos mágicos y sobrenaturales por
una teoría circunscrita a la esfera del hombre y la naturaleza. La observación racional
fue el marco de esta teoría, se trató de una ciencia empírica que nació de la filosofía
y que más adelante se separó de ésta. El hombre siguió concibiéndose, siguiendo a
Demócrito, como el mundo en pequeño (microcosmos).

La idea fundamental que esta nueva medicina tomó de la filosofía presocrática fue la
de naturaleza (physis). Para los hipocráticos la physis posee una fuerza que no puede
ser superada por el hombre y tiene límites infranqueables por lo humano. La
naturaleza tiene armonía y produce armonía, esto es, posee fuerzas capaces de
restablecer el orden. Además tiene una razón (lógos), accesible a la razón humana;
por ese motivo existe la fisiología (estudio de la naturaleza). Además, la naturaleza
posee ciertas fuerzas o principios elementales activos (dynameis), que son lo seco,
lo húmedo, lo caliente y lo frío.

Los cambios o movimientos (kinesis) que ocurren en la naturaleza pueden producirse


por necesidad o por azar. En el primer caso, los cambios son inexorables, en el
segundo caso puede intervenir el hombre. Los cambios inexorables (fatum) son
superiores a las fuerzas humanas, por ese motivo no pueden ser dominados por el
hombre.

Aspectos geográficos y de su nacimiento

● Ubicación/ donde se desarrolla.

Tiene lugar en la franja colonial del mundo griego, Magna-Grecia y Sicilia, Costa
Jónica del Asia Menor y por último Isla de Cos, principalmente las ubicaciones en las
que se desarrolla son algunos en los que Hipócrates pasó su vida.

Además la medicina Hipocrática fue dada en los tiempos de Platón y Aristóteles,


mitificada por los médicos y eruditos de Alejandría y finalmente el prestigio de
Hipócrates.

● Nacimiento

Nace de las confluencias de tres tradiciones:


- Asclepiada
- Pitagórica
- Egipcia en menor tono
También es importante recordar la existencia de la medicina antes de Hipócrates,
siendo una actividad social enteramente libre ya que no existía la necesidad de tener
un título profesional para poder ejercer la medicina, pero los pacientes si esperaban
que aquellos que la llevaban a cabo contaran con experiencia suficiente para
encontrarse a la par de un médico que ya fuese reconocido.

Teoría de los cuatro humores

Debido a que el hombre es un mundo en pequeño, su naturaleza debe tener los


atributos de la physis. La vida es un continuo cambio de la naturaleza, desde el
nacimiento hasta la muerte, existiendo una mezcla de las cualidades primarias
(krasis) y una conexión entre las distintas partes del cuerpo (sympátheia). El
mantenimiento de ambas se debe a tres elementos: el calor innato (un agente interno
que reside en el ventrículo izquierdo), los alimentos y el aire (pneuma); este último
penetra en el cuerpo por la nariz, la boca y toda la superficie corporal.

Es importante destacar el hecho de que en los textos hipocráticos se estudia el cuerpo


humano sin diferenciar función y forma, y que los conocimientos anatómicos aparecen
dispersos y sin seguir una sistematización.

En la medicina hipocrática surge la idea de los humores como elementos activos que
contiene el cuerpo. En los escritos hipocráticos se afirma que existen dos pares de
humores, cada par con cualidades opuestas: sangre y bilis ne-gra, flema y bilis
amarilla. Cada humor posee las cualidades de uno de los elementos de la physis (aire,
tierra, agua y fuego). De esta forma, la sangre es caliente y seca como el aire y
aumenta en primavera; la bilis negra, cálida y húmeda como la tierra y aumenta en
otoño; la flema, fría y húmeda como el agua y aumenta en invierno, y la bilis amarilla,
fría y seca como el fuego y aumenta en verano.

● ¿Dónde se originan los humores?

La sangre se origina y se renueva en el corazón; la bilis negra en el bazo; la flema en


el cerebro, y la bilis amarilla en el hígado. Estos humores no son ficticios, pueden
verse: la sangre en las heridas; la bilis negra en las deposiciones (en especial en las
melenas); la flema en los catarros nasales; y la bilis amarilla en los vómitos.

De la lectura de los textos destaca la relación que existe entre los humores y las
estaciones del año, así por ejemplo, las enfermedades con exceso de flema ocurren
en el invierno y pueden manifestarse como afectación pulmonar, acumulación de
líquido en el abdomen o como una disentería.

Cosmovisión de la salud y la enfermedad

La salud fue concebida como una buena mezcla de los humores (eyctasía), lo que
significaba que existía una completa armonía en la naturaleza del hombre. El
concepto de salud conlleva fortaleza, justicia, equilibrio y belleza. La enfermedad era
un cambio de esta naturaleza y se producía por una alteración en los humores
(dyscrasía); en ese sentido se entendía que el hombre enfermaba en su totalidad.

La enfermedad (nósas) fue concebida como un proceso que se producía en el tiempo;


las enfermedades, como todo cambio, tienen sus causas y aspectos específicos, que
se manifiestan en el tiempo, constituyendo un curso natural. Las ideas de modo típico
y aspecto específico se convertirán después en los conceptos de género y especie.
El proceso nosológico general era el siguiente: por alguna causa (presente en los
alimentos o en el aire) se producía un exceso de un humor.

Esta sustancia (materia peccans) pasaba por un proceso de cocción producido por el
calor innato (pépsis), por lo que se mezclaba y era eliminada por la orina, las heces o
por alguna vía. Si la eliminación era rápida se llamaba crisis, y si era lenta se
denominaba lvsis. En otras ocasiones la materia peccans se separaba y se
depositaba en algún órgano, lo cual podía dar lugar, por ejemplo, a la formación de
un absceso.

Es decir, los hipocráticos habían observado minuciosamente el comportamiento y la


reacción de todo organismo vivo, fuera hombre o animal, frente a la enfer-medad:
fiebre, vómitos, sudores, evacuaciones frecuentes o astringencia, espasmos, ayuno
y otros síntomas; asimismo, habían comprendido que dichas reacciones y signos
tienen un sentido, una evolución, un comportamiento espontáneo y un ritmo. La
finalidad de todas estas reacciones del organismo vivo y enfermo, apuntaba en
principio a la "expulsión" de substancias internas. Si el organismo conseguía esa
expulsión venía la calma y el restablecimiento del equilibrio roto, es decir, la salud; si
el cuerpo no conseguía esa "expulsión' acontecía la muerte o ocurría el equilibrio en
lucha que se transformaba en una enfermedad crónica.

Relación médico paciente en la medicina hipocrática


La relación médico-paciente se fundamentó en tres puntos básicos, que todos,
médico y pacientes, reconocían, aceptaban y respetaban:
- Al amparo del principio de beneficencia y no maleficencia.
- El médico es un ser superior, cuasi Dios.
- La relación es asimétrica y la ecuación es vertical, la tutela del médico es paternalista
y por ende proteccionista.
Posteriormente, otros juramentos consideraban la relación médico paciente,
siguiendo el criterio hipocrático.
El "Juramento de iniciación" de Caraka (Caraka Samhita), escrito cerca del siglo I d.C.
por el médico hindú Caraka, mantiene como el hipocrático la doble obligación
maestro- discípulo y médico-paciente, acentuando en la primera la virtud de la
obediencia y la abnegación en la segunda; asimismo, ratifica y precisa el ideal
sacerdotal de santidad y pureza, pero no extiende el deber de asistencia a quienes
están inculpados o marginados socialmente.

Personajes destacados y técnicas que utilizaban.

● Alcmeon

fue el primero entre los griegos en diseccionar cadáveres, con lo que pudo observar
la constitución de diversos órganos sensoriales. En especial, fue el primero en hacer
una disección científica de un ojo, lo que le permitió observar los nervios que lo
enlazan con el cerebro. Por ello, fue también el primero en hablar de la función
integradora del cerebro
● Hipócrates

fue el primero en describir una cantidad de enfermedades, clasificándolas en agudas,


crónicas, endémicas y epidémicas.

Desarrolló protocolos de conducta médica en los que prescribía la estricta limpieza


tanto del paciente como del médico y diseñó métodos de observación y de
diagnóstico.

Implementó asimismo una cuidadosa disciplina de anotación y comparación de los


síntomas y ciclos de cada enfermedad, y desarrolló instrumentos y técnicas como la
cauterización, la escisión y la proctoscopia

● Areteo

Debió formarse en Alejandría (donde se permitían las autopsias) ya que sus


conocimientos de anatomía visceral son muy completos. Es el primer médico en
describir el cuadro clínico del tétanos, y a él se deben los nombres actuales de la
epilepsia o la diabetes

● Asclepio

Dios griego de la Medicina (Esculapio para los romanos), era hijo de Apolo y Coronis.

Se le solía representar con un bastón en el que estaba enrollada una serpiente. La


serpiente fue el animal elegido debido a que se pensaba que ellas vivían tanto por
encima de la tierra como por debajo de ella. Así, se utilizaba como una metáfora para
la sanidad, para incitar a los griegos a mirar dentro de sí mismos.

la diosa Atenea también participaba en su formación. Atenea le entregó dos


recipientes con sangre de Gorgona; una estaba envenenada, pero la otra tenía
propiedades especiales que podían resucitar a los muertos. Asclepio se volvió un
experto de la medicina y la resucitación, devolviendo la vida a muchas personas.

Sus conocimientos de medicina y su capacidad para resucitar a los muertos, hicieron


de Asclepio un hombre respetado e incluso venerado.

● Hygea

Era la deidad de la profilaxis de la enfermedad. Su nombre significa “salud” y de él


deriva la palabra “higiene” que utilizamos hoy. Esta diosa, hija de Asclepio, es la que
más trascendencia ha tenido entre los dioses griegos de la salud.

Al estar asociada con el tratamiento sanitario y , el elemento que se le asocia es una


copa en la que el enfermo toma su medicina. A ella aparece enrollada la serpiente de
Asclepio. Este es el símbolo más reconocido para las farmacias.

A Hygea se la representaba como una mujer sentada o de pie sosteniendo un cuenco


en la mano dando de comer a una serpiente que unas veces subía desde el suelo, y
otras veces salía de un vasija, aunque por lo general la agarraba con una mano, o
bien la llevaba enroscada en el mismo brazo con el que sostenía el cuenco.
Es posible que, en lugar de beber de la copa, la serpiente vierta su veneno para ser
utilizado como fármaco, ya que como tal se empleaba. Hemos de tener en cuenta que
en la cultura griega la serpiente era un animal benéfico, protector de la familia ; el
carácter maligno se lo darían las culturas judía y cristiana en las que pasaría a
simbolizar la parte negativa del animal que era el veneno causante de la muerte física
y, por extensión , la muerte espiritual, puesto que también era la encarnación del
mismo demonio, del mal.
● Panacea
Diosa del tratamiento sanitario. Panacea, junto con sus hermanas y hermanos, se
dedicaba a ayudar a su padre en la profesión de medicina. Panacea significa “la que
todo lo cura”.

ayudaba a su padre a preparar remedios, especialmente con plantas, para sanar a


los enfermos. También se decía que tenía una cataplasma o poción con la que curaba
a los enfermos.

Aportaciones importantes al campo de estudio de la medicina

● Primero en describir una cantidad importante de enfermedades


● Clasificándolas en agudas, crónicas, endémicas y epidémicas.
● Desarrolló protocolos de conducta médica en los que prescribía la estricta
limpieza tanto del paciente como del médico.
● Diseñó métodos de observación y de diagnóstico.
● Desarrolló una cuidadosa disciplina de anotación y comparación de los
síntomas y ciclos de cada enfermedad.
● Desarrolló instrumentos y técnicas como la cauterización, la escisión y la
proctoscopia que hoy continúan siendo útiles.
● Desarrollaba técnicas quirúrgicas.
● Sentaba las bases de la moderna terapéutica y de la semiología médica.
● Formuló una serie de prescripciones dietéticas de acuerdo a las estaciones y
recomendaciones de ubicaciones idóneas para asegurar el equilibrio de los
humores, y por tanto la salud.
● separó la medicina de la filosofía (12) y comenzó a estudiar las causas
naturales que podían influir en la aparición de diferentes enfermedades.

Prácticas de la Medicina Hipocrática

● Actitud racional.
● Se dejaba de lado las interpretaciones religiosas y sobrenaturales.
● Se realizaba una observación directa y un estudio del paciente (Px) y no de la
enfermedad.
● La doctrina hipocrática consideraba fundamental el mejorar el régimen de vida
(hacer ejercicios con moderación, no excederse en comer y en beber licor, usar
agua limpia para cocinar, entre otros. “Es más fácil prevenir que curar”.
● Estableció tres pasos para lograr el diagnóstico: la inspección, el interrogatorio
y la exploración; estos representan los principios de lo que hoy se conoce como
Propedéutica de la Clínica.
● La experiencia de Hipócrates le hizo comprender que muchas enfermedades
se curan solas, sin necesidad de ayuda médica o medicinas.
● La naturaleza (physis), por sí misma, se orienta a la curación, y es deber de la
medicina apenas facilitar este proceso, sobre todo a través de medidas
higiénicas.

Procedimientos:

Lo mejor de los tratados hipocráticos son los referentes a la cirugía. La vasta


experiencia de Hipócrates y su escuela llevaron la cirugía a un sorprendente muy alto
nivel. Las excavaciones y trabajos arqueológicos han rescatado instrumentos
quirúrgicos muy refinados que significan el elevado grado de sofisticación de la
técnica quirúrgica de la era hipocrática. Esta sofisticación quirúrgica fue transmitida a
la escuela médica de Alejandría: también encontramos instrumentos quirúrgicos aún
más sofisticados y delicados provenientes de tal época.
Los tratados quirúrgicos generalmente son calificados, tanto por los médicos como
por los filólogos e historiadores, como lo mejor del Corpus hippocraticum, por su
precisión y por las admirables descripciones de los tratamientos y de las estructuras
anatómicas.
En ellos se presenta una visión muy clara de la calidad que revistió la cirugía griega
en la era de Hipócrates, calidad que luego se mantiene en Alejandría durante la época
helenística.

● Manejo de las heridas

En lo que respecta a las heridas, Hipócrates recomendaba lavarlas con agua limpia o
vino, y si eran irregulares ponerles posteriormente un apósito. No aconsejaba el uso
del aceite hirviendo ni la cauterización, tan común en esos tiempos, pues esos
quemaban la herida y producían una septicemia con muerte secundaria. Por siglos
sus consejos no se siguieron y millones de soldados heridos y tratados así murieron
por esa causa.

● Tratados ginecológicos

Tal vez este es el primer libro sobre obstetricia y ginecología de la historia. En este
Hipócrates trata diversos temas relacionados con la mujer, como las enfermedades
de las vírgenes; la naturaleza de la mujer; las enfermedades más comunes de las
mujeres; las mujeres estériles; y otros.

Como un remedio para el dolor de matriz, se recomendaba en esta obra que la


paciente bebiera en ayunas raíz de ciclámina, de naturaleza purgante, con un sorbo
largo de vino blanco y luego se lavara con agua caliente y tomara agua templada.

Para evitar el embarazo se mencionaba: “diluir en agua una cantidad de mineral de


cobre chipriota del tamaño de un haba y darlo a beber. Durante un año no habrá
concepción” .

Por otro lado, se indicaba que si después del parto atacaba a la enferma una diarrea
y no podía retener alimento, se debía hacer lo siguiente: Tritúrese uva pasa con el
contenido de una granada dulce; diluya en vino tinto, rallando queso de cabra y
esparciendo por encima harina de trigo tostado y tómese”.

Cabe destacar que en ese tiempo el parto se realizaba con la mujer arrodillada sobre
un taburete. La presentación cefálica era considerada normal; mientras que en la
pélvica había que darle vuelta al niño antes del nacimiento. Se aconsejaba la
expulsión gradual y espontánea de la placenta.

● Tratados quirúrgicos

En esta obra se describe el cuarto de atención del paciente, el lugar en el que debía
estar la silla y la mesa, el sitio en el que debían colocarse el cirujano y los ayudantes,
el instrumental requerido y la luz necesaria en el recinto.

Adicionalmente, se encuentran anotaciones sobre los cuchillos de bronce que


usaban, los tipos de ligadura, las sondas para la uretra, las vendas, entre otros.

En general, se describen dos tipos de cirugía: una cirugía puramente manual, como
la de reducir luxaciones y fracturas; y otra instrumental, para drenar abscesos o hacer
amputaciones (no se describen hechas por él). Para cada una de estas se indica un
instrumental específico.

● Sobre las fracturas

En este escrito se alude por primera vez la técnica de tracción continua y la


inmovilización en algunas fracturas. Además, se hace referencia a la reducción, el
vendaje y la inmovilización con tablillas.

Sobresale la descripción de la silla y de la mesa que Hipócrates inventó para ayudarse


en esos tratamientos.

Por otro lado, destaca la recomendación de que las fracturas abiertas solo debían
limpiarse con agua limpia o hervida e irrigarlas con vino (alcohol) y colocarles
compresas suaves sin apretar.

● Sobre las articulaciones

Aquí se describen las luxaciones del hombro y del húmero y su reducción (a raíz de
esto, actualmente la reducción de la luxación del hombro se conoce como “maniobra
de Hipócrates”).

Adicionalmente, se comenta sobre la fractura de la clavícula, la luxación del codo, de


la muñeca y del pie, la fractura de la nariz y de la mandíbula, la gangrena, la
desviación de la espina y el pie contrahecho o congénito.

En otro apartado se habla sobre la técnica y el instrumental requerido para las


reducciones.

● Sobre las heridas de la cabeza

En este documento se explican los diferentes traumas que pueden lesionar el cráneo.
Además, se describe de forma excelente y detallada la trepanación del cráneo,
recomendada en las fracturas de cráneo con lesión de hueso, meninges y cerebro.

En el caso de las heridas, se menciona que estas nunca deben ser irrigadas, excepto
cuando eso se hace con agua limpia o vino, porque el estado seco es lo más cercano
a la salud, mientras que lo húmedo es lo más cercano a lo enfermo. Por esa misma
razón, se recomienda en el escrito evitar vendajes grasosos y poner los extremos
frescos de las heridas en íntima aposición, siendo el descanso y la inmovilización de
capital importancia.

● Sobre las hemorroides

Aquí se detalla el procedimiento para tratar las hemorroides. Destaca la mención del
uso del espéculo rectal, la cual posiblemente sea la referencia más antigua conocida
de un aparato para la endoscopia.

● Sobre las úlceras

En esta parte del documento se hace mención a diversos temas relacionados con el
tratamiento de las úlceras, como la utilización de ungüentos, vendajes e
inmovilización. A la vez, se explica la diferencia entre heridas antiguas y recientes, las
cicatrices, las “hinchazones”, entre otros.

● Tratamientos

El acto médico por excelencia es el tratamiento; él es la «obra» (érgon) que hace de


su actividad una tékhnē, la meta en que culmina la cooperación de su inteligencia y
sus manos. El C. H. designa la acción terapéutica con distintas palabras: con su
etimología, unas subrayan lo que esa acción tiene de ayuda o restablecimiento (iēsis,
ákesis); otras, de un sentido originariamente jurídico y militar (timōriē, boētheíē),
aluden a lo que en aquélla hay de «reparación» de un desorden; otras, las derivadas
de kheír, «mano» (enkheiréein, epikheirein), muestran, como el alemán Behandlung
y el inglés management, la importancia del «manejo» técnico del enfermo. Pero la
más influyente en la posteridad ha sido therapeia, cuidado y solicitud de lo que vale
mucho, en definitiva, de lo sagrado. Atender médicamente a un enfermo, actuar
respecto de él como iatēr o iatrós sería, en definitiva, res sacra.
El hipocrático aplicaba sus recursos terapéuticos. Desde Celso es un tópico agrupar
éstos en cuatro grandes grupos:
● Dietética
● Farmacoterapia
● Cirugía
● Psicoterapia

Dietética: La dietética nació en el mundo griego -bien dentro del círculo pitagórico
(Joly), bien anteriormente a él (Kudlien)- al servicio de una intención religiosa ritual;
pero muy pronto, desprovista ya de este carácter y convertida en regla del sano vivir,
se difundió por toda Grecia. No debió de ser escasa la parte que en tal difusión tuvo
Heródico de Selimbria, según lo que de él nos dicen Platón y el Anónimo Londinense.
En el seno de este alto prestigio inicial de la diaita fueron compuestos los varios
escritos del C. H. (La dieta en las enfermedades agudas, Sobre la dieta, La dieta
salubre, La medicina antigua) que se ocupan de este tema concreto.

Farmacoterapia: Dejemos ahora intacta la cuestión de si la noción de phármakon


tuvo o no tuvo siempre, dentro del mundo homérico, un carácter mágico. Limitémonos
a consignar que en el siglo V -esto es, cuando el concepto de phármakon, con su
doble acepción de medicamento y veneno, se constituye en la medicina hipocrática-
el término posee en la literatura griega tres sentidos principales: uno estrictamente
médico, otro netamente mágico (recurso para hechizar) y otro, en fin, mágico en un
sentido especial, catártico (los pharmakoí como «chivos expiatorios»). Sobre este
abigarrado fondo semántico se constituye la doctrina hipocrática del fármaco, que
vamos a exponer a continuación.

Cirugía: Durante la época hipocrática no hubo cirujanos puros, médicos especialistas


en cirugía. Pero a la práctica quirúrgica se halla consagrada una parte considerable
de los escritos del C. H. -Oficina del médico, Fracturas, Articulaciones, Sobre la
palanca, Heridas de la cabeza, Úlceras, Hemorroides, Fístulas- y más de un
fragmento entre los que poseen un carácter médico general. Es tradicional afirmar,
desde Galeno, que dos de los más importantes de esos escritos -Fracturas y
Articulaciones- proceden de una sola pluma, verosímilmente la del propio Hipócrates
de Cos. Opúsose a esta idea, con finos argumentos de contenido, Edelstein; pero la
investigación filológica ulterior al trabajo de éste (Deichgräber, Bourgey, Knutzen) ha
seguido considerando posible, e incluso probable, la atribución de varios tratados
quirúrgicos a la persona de Hipócrates. Sin entrar en la polémica, nosotros
estudiaremos sucesivamente la «mentalidad quirúrgica» de los médicos hipocráticos
y la concreta realidad de su cirugía.

La esencial pertenencia de la mano a la técnica del médico y el elogio de la destreza


manual son -recuérdese- motivos constantes en el C. H. Tratar a un enfermo,
cualquiera que sea el modo de hacerlo, es enkheiréein, «poner las manos» sobre él
(VI, 4). Con no menor frecuencia es afirmada la importancia de la visión para el
médico. Pero el médico no puede ser cirujano de raza, buen cirujano, si en él no opera
el hábito de atenerse con especial energía a lo que en el cuerpo del enfermo se ve y
se toca. Así lo hacen los autores de los escritos quirúrgicos, y esa es la intención con
que, desde el centro mismo de esa mentalidad, dice lapidariamente el tratadista de
Sobre la palanca: «Ojos, no palabras». En su clásico estudio sobre la cirugía de
Hipócrates, Pétrequin, con la óptica de un cirujano de 1877, puso de relieve una
multitud de saberes y de técnicas del C. H. que podían competir con los saberes y las
técnicas de su época: la reducción de las luxaciones de la mandíbula por el
procedimiento en tres tiempos; la invención del speculum ani y del speculum uteri; el
tratamiento de las hemorroides mediante cáusticos; las inyecciones intrauterinas; la
descripción de luxaciones congénitas de las más diversas articulaciones; la
introducción de las férulas, la extensión continua y la compresión metódica en el
tratamiento de las fracturas; el diagnóstico correcto de la luxación acromial de la
clavícula; el preciso conocimiento del pie equino; la doctrina acerca de las causas que
hacen recidivantes las luxaciones del hombro, y tantas más.
Psicoterapia: La reflexión y la práctica de los sofistas (Gorgias, Antifonte) acerca de
la acción psicológica de la palabra y -sobre todo- el conjunto de las ideas platónicas
(Cármides, Leyes) en torno a la sugestión verbal y a su metódica asociación con la
terapéutica farmacológica, crearon la posibilidad de que los médicos hipocráticos
edificaran, de un modo más o menos sistemático, una psicoterapia práctica; pero tal
posibilidad sólo en muy escasa medida fue utilizada. En primer lugar, porque del
«ensalmo verbal» (epōdē) conocieron su empleo mágico -tan justa y enérgicamente
vituperado por el autor de Sobre la enfermedad sagrada- y no la sutil racionalización
que de esa palabra elaboró el genio de Platón; en segundo, tal vez, por el, aunque
tan fecundo, exagerado somaticismo que el propio Platón les echa en cara en una
conocida página del Cármides.
No quiere esto decir que los hipocráticos desconocieran la actividad terapéutica que
nosotros llamamos «psicoterapia». El médico -dice el autor de Sobre la decencia-
procederá en todo «con calma, con habilidad, ocultando al enfermo, mientras actúa,
la mayor parte de las cosas, exhortándole con alegría y serenidad... y ya
reprendiéndole con vigor apacible, ya consolándole con atención y buena voluntad».
No menos significativo es un texto de Epidemias II: «[...] excitar los movimientos del
ánimo, las alegrías, los temores y otros sentimientos semejantes; si el estado del
enfermo se halla complicado con una enfermedad del resto del cuerpo, se le tratará;
si no, con esto basta». O uno de Sobre la dieta, en el cual, en ciertos casos de
preocupación anormal, se aconseja «orientar el alma hacia los espectáculos teatrales,
sobre todo hacia los que hacen reír; o si no, hacia los que más complazcan».
El médico hipocrático advirtió la importancia de una psicoterapia general o básica,
enderezada a mejorar el ánimo y la confianza del enfermo, y conoció la influencia de
la vida psíquica sobre el cuerpo. Pero por las razones antes indicadas, no pasó de
ahí, confió demasiado poco en el efecto de la sugestión (VI, 10-12; IX, 14-16, 232,
250-252) y, en definitiva, no supo aprovechar técnicamente los hallazgos
logoterápicos de los sofistas y de Platón.

● Manuscritos e ilustraciones

Hipócrates fue un médico que gozó de gran prestigio, autor de gran número de
escritos en conjunto de la Colección Hipocrática o Corpus Hippocraticum, en los
cuales destacan:

➔ Medicina Antigua: Es un manifiesto que proclama la autonomía del arte médico


y a la vez, una denuncia del dogmatismo de la medicina.
➔ Sobre la Enfermedad Sagrada (Epilepsia): insistía en que todo tenía una
explicación racional; que en el caso de la epilepsia la causa estaba en el
cerebro y provenía de las mismas causas racionales de las que provienen
todas las demás alteraciones patológicas.
➔ Los aires, las aguas y los lugares: Se expone la relación existente entre una
enfermedad y el medio ambiente, algo extraordinario para su época. Aquí se
contempla al ser humano dentro del conjunto de circunstancias que lo rodean
en su vida. Las estaciones del tiempo, sus modificaciones e influjos, la
temperatura del ambiente externo, los vientos típicos de cada región, las aguas
de cada lugar y sus propiedades, los alimentos ingeridos, el abuso en el
consumo de vino, el tipo de vida de los habitantes de una zona y hasta el
disfrute del buen dormir y la realización de ejercicios, sin abusar de estos.
➔ Enfermedades I: En esta obra Hipócrates hace un relato sobre la etiología o
posibles causas de las enfermedades, y manifiesta que en ocasiones no es
posible predecir el curso de una enfermedad. Por otro lado, señala que los
eventos o patologías, aunque sean similares, en realidad son únicos, según
cada persona.
➔ Epidemias I Y III: Se describen las enfermedades que apreció Hipócrates,
durante cuatro años y que tenían relación o estaban bajo la influencia de las
diferentes estaciones del año. De tal forma, en estos libros se relatan los
vientos, los fríos y las lluvias de esas épocas del año, junto con las
enfermedades que Hipócrates vio, como fiebres de diferentes tipos, anorexia,
cefaleas, epistaxis, tos, expectoración, bronquitis o algias abdominales o
toráxicas, de distinta gravedad. También se describen enfermedades como la
disuria, la polaquiuria y la infección de las vías urinarias.
➔ Epidemias II, IV Y VI: Estas publicaciones contienen también la descripción de
casos y sus posibles causas.
➔ Sobre el Médico: En este escrito se encuentran sabias admoniciones dirigidas
a los médicos, en relación con el vestido, la actitud hacia el paciente, su
limpieza, las manos, el perfume, etc. Entre otros aspectos, se señala la
necesidad de que el médico sea una persona ética; que ame no solo su
profesión sino también al ser humano (la humanidad); que se comporte con
dignidad y evite la arrogancia, la vulgaridad y ser desagradable al enfermo
➔ Sobre la Dieta: La dietética de la que se trata en este libro no se restringe solo
a la alimentación, sino que abarca muchos aspectos de la vida humana
➔ La Dieta en Enfermedades Agudas: Este texto se centra en la prevención de
las enfermedades, más que en la forma de tratarlas, por la importancia que
Hipócrates le daba a este tema, se hace hincapié en la buena alimentación o
dieta y los estilos de vida de los pacientes.
➔ Ética: De gran relevancia es la conducta del médico, señalada frecuentemente
en la Colección Hipocrática. El prestigio del médico exige que tenga un aspecto
sano, sea aseado y vaya bien vestido. Que sea discreto en el aspecto moral y
en sus actitudes, que sea reservado y lleve una vida tranquila y sin excesos,
mostrándose afable con todo el mundo.
➔ Aforismos: Describe diferentes enfermedades que se presentan en los niños,
según la edad. Como complemento, indica que una enfermedad puede
cambiar su curso en la medida en que el paciente modifique sus costumbres y
su vida, así como el clima y la región en la que habita.

JURAMENTO HIPOCRÁTICO

Señala también quiénes pueden ingresar a la profesión, cómo deben comportarse, lo


que deben decir y dar consuelo a sus pacientes.

En el se señalan aspectos importantísimos que debe seguir el médico durante su


formación y a lo largo de toda su vida.
1. El respeto a sus maestros, compañeros y discípulos.
2. El tratamiento dirigido a la recuperación de los pacientes, en la medida de su
capacidad y juicio, absteniéndose de toda maldad y daño.
3. No administrar a nadie un fármaco mortal, aunque se lo pida. No recetar a la
mujer ningún abortivo, vivir y practicar su arte en forma sana y pura.
4. No operar a pacientes si no es capaz de hacerlo, sino referirlos a quien se
dedique a estas prácticas.
5. Al entrar a una casa, hacerlo para el bien de los enfermos, evitando daños
voluntarios y actos perversos, desechando seducir a las mujeres o muchachos.
6. Callar cuanto vea y oiga, dentro o fuera de su actuación profesional, mantener
y no divulgar la intimidad humana, como un secreto.
7. El cumplimiento de este Juramento “que me conceda gozar de la vida y de mi
actividad profesional, rodeado de la consideración de todos, pero si lo violo y
juro en falso, que me ocurra todo lo contrario”.

JURAMENTO DE FIDELIDAD PROFESIONAL

En el momento de ser admitido como miembro de la profesión médica:

“Prometo solemnemente consagrar mi vida al servicio de la humanidad; otorgar a mis


maestros los respetos, gratitud y consideraciones que merecen; ejercer mi profesión
dignamente y a conciencia; velar solícitamente y ante todo por la salud de mi paciente;
guardar y respetar los secretos a mí confiados, aun después de fallecido mi paciente;
mantener incólumes por todos los conceptos y medios a mi alcance el honor y las
nobles tradiciones de la profesión médica; considerar como hermanos a mis colegas;
no permitir que consideraciones de credo político o religioso, nacionalidad, raza,
partido político o posición social se interpongan entre mis deberes profesionales y mi
paciente; velar con el máximo respeto por la vida humana desde su comienzo, aun
bajo amenaza, y no emplear mis conocimientos médicos para contravenir las leyes
humanas.

Solemne y libremente, bajo mi palabra de honor, prometo cumplir lo antedicho.”

● Tratados y Obras

La Colección Hipocrática o Corpus Hippocraticum fue recopilada en el siglo IV a.C.


en la Gran Biblioteca de Alejandría, donde Ptolomeo creó un extraordinario Centro
Cultural con la intención de reunir la totalidad de los conocimientos humanos, en los
que no podían faltar las obras de Hipócrates, cuyo nombre llegó a ser muy famoso.
La Colección Hipocrática incluye 72 libros y 59 tratados, los cuales se encuentran
organizados coherentemente por materias, por lo que se agrupan a criterios de
similitud.

● Anatomía: Los aspectos anatómicos están dispersos y no guardan una


sistematización. Poco se mencionan las vísceras, excepto el corazón,
mencionando el pericardio, el miocardio, las válvulas, los tiempos de
contracción de aurículas y ventrículos, así como los grandes vasos. Los nervios
los considera huecos y los confunde con los ligamentos. Tampoco hay
diferencia entre arterias y venas.
● Fisiología: El pneuma del aire se inspira por los pulmones y este aire junto con
la sangre se encuentra en las arterias, lo cual produce el calor del cuerpo que
es indispensable para la vida. La visión depende del cristalino y del humor
vítreo. La retina no corresponde al órgano de la vista. Los cuatro elementos de
la naturaleza (agua, aire, fuego y tierra) están en concordancia con los cuatro
humores (humedad, sequedad, calor y frío) y su armonía es esencial para la
salud.
● Patología general: La enfermedad tiene como etiología causas internas y
externas, como las producidas por los cambios climáticos, la higiene personal,
la dieta y el ejercicio físico. La enfermedad tiene tres estados: degeneración de
los humores, proceso de cocción y crisis y eliminación de los malos humores.

En su colección incluye 40 historias clínicas, tan excelentemente elaboradas que es


posible conocer de qué padecimientos se tratan.

Terapéutica: Aconseja actuar sin interferir la evolución natural de la enfermedad,


excepto que existan signos en contrario. El tratamiento debe ayudar a la naturaleza.
La timidez indica incapacidad y la precipitación es signo de inexperiencia.

Se usaban pocos medicamentos: hierbas laxantes, eméticas y narcóticos. Se daba


mucha importancia a baños, masajes y dieta, que era escasa y simple. Las sangrías,
ventosas y escarificaciones también eran comunes.

● Diagnóstico: Daban gran importancia a la condición del paciente y el


interrogatorio; lo hacían investigando el pasado y el presente del enfermo,
poniendo especial atención a sus dolencias, la observación general y
cuidadosa del paciente y las características de sus secreciones. Se practicaba
examen vaginal y se utilizaban sondas y espéculos para observar los orificios.
Se aplicaba el oído al pecho y a la espalda para valorar la respiración
especialmente, y a los ruidos cardíacos se les daba poca importancia. La
palpación permitía obtener información sobre las características de las partes
del cuerpo y su temperatura. El pulso, el gusto y el olfato son datos que debía
obtener el médico para tener una valoración total del enfermo.
● Pronóstico: El estudio completo del paciente se usaba para pronosticar quién
se curaba y quién moría, así como la duración de la enfermedad. La confianza
de los pacientes y los familiares hacia el médico dependía de la exactitud como
predecía la evolución de la enfermedad.
● Cirugía: La mayor información de los escritos hipocráticos son los referentes
a la cirugía. Las fracturas y dislocaciones tratadas con manipulación y métodos
conservadores. Las heridas de la cabeza y de otras regiones son descritas
minuciosamente, utilizando medicamentos locales, practicando aplicaciones,
inserciones y vendajes. Las heridas de guerra tienen una gran connotación, al
grado tal que quien desee ser cirujano debe tratar “heridas de guerra”. Las
hemorragias se trataban por compresión, lavado y aspectos posturales.
Indicaban que lo no curable con medicamentos se cura con el cuchillo, y lo que
el cuchillo no cura lo hace el fuego, y lo que éste no puede curar es incurable.
La ligadura de vasos casi no se menciona.

Las técnicas operatorias se describen minuciosamente, incluyendo la


preparación del paciente, la mesa, la iluminación, el instrumental y los
asistentes. Las operaciones más frecuentes son extirpación de tumores, la
corrección de fístulas, úlceras y hemorroides.

● Ginecología y obstetricia: El parto se realizaba con la mujer arrodillada sobre


un taburete. La presentación cefálica era considerada normal y a la
presentación pélvica había que darle la vuelta antes del nacimiento, aunque se
creía que el feto era el que tomaba la decisión. Se aconsejaba la expulsión
gradual y espontánea de la placenta. Se pensaba que el “semen” que procedía
del ovario izquierdo daba lugar a un feto femenino, y si procedía del ovario
derecho, el feto era masculino.

Algunas enfermedades del útero fueron bien descritas, aunque se desconocía


su localización exacta en el abdomen.

● Enfermedades mentales: Los escritos hipocráticos son especialmente


descriptivos y precisos en lo que se refiere a los estados emocionales y las
enfermedades mentales. La epilepsia y el delírium trémens son incluidos como
enfermedades orgánicas, y los trastornos como la depresión y la ansiedad se
describen con perspicacia. De igual modo, se toma en cuenta la utilidad médica
del sueño.

También podría gustarte