Fredric Jameson es un crítico y teórico literario de ideología marxista, nacido en Cleveland,

Estados Unidos, en 1934. Ha alcanzado reconocimiento por su análisis de las tendencias

modernas en la cultura contemporánea, especialmente tras su libro El posmodernismo como
lógica cultural del capitalismo tardío, publicado inicialmente en 1984, en New Left Review, una
revista política de izquierda, fundada en Reino Unido en 1960.

El posmodernismo como lógica cultural del capitalismo tardío

Reelaboración de lectura, por Franco Vacas

En su libro, Jameson argumenta que el posmodernismo no sólo es una manifestación cultural y

artística, sino también una expresión de la lógica económica y cultural del capitalismo tardío.
Sostiene que surge como una forma de adaptación del poder a las condiciones de la era de la
globalización y la sociedad de consumo. Presenta al posmodernismo como una corriente
estilística surgida alrededor del año 1960, con intenciones de sepultar a un modernismo
canonizado e institucionalizado, pero que, sin embargo, termina resultando el nuevo canon y un
reflejo de la cultura dominante.

Jameson tilda al posmodernismo de ser un tipo de “populismo estético”, donde la producción

estilística va dirigida ya no exclusivamente hacia la élite sino también hacia las masas,
acusándolo así de ser un degradador de la cultura. Además, señala que se caracteriza por la
fragmentación y la apropiación indiscriminada de estilos.

Vincula fuertemente al posmodernismo con el capitalismo globalizado de la época, exponiendo

que son los negocios multinacionales quienes financian el desarrollo de esta corriente. Su
postura es completamente antagónica a lo que el posmodernismo representaría, entendido esto
como la expresión de una indeseable dominación militar, cultural y económica por parte de los
Estados Unidos de América sobre el resto del mundo.

En cuanto a la arquitectura, el autor toma el Hotel Buenaventura de Los Ángeles para

ejemplificar una serie de cualidades propias del posmodernismo aplicado en la disciplina.

En primer lugar, reafirma el carácter populista de esta corriente, acusándola de alinearse al caos
de la cultura degradada que la rodea, en contraposición de su predecesor el movimiento
moderno, el cual poseía un carácter elevado, utópico y solemne.

Por otro lado, Jameson aborrece el uso de elevadores y escaleras mecánicas, concibiéndolos
como opresores de la libertad individual y como “una intensificación dialéctica de la
autorreferencialidad de toda la cultura moderna, que tiende a volverse a sí misma y a designar
su producción cultural como su contenido.” (no entendí).

Finalmente, se plantea la aparición de un hiperespacio moderno, en el cual el habitante pasa a

ser espectador del caos que lo rodea, a la vez que lo invade una completa confusión. Jameson
advierte que el posmodernismo significa una disociación entre la persona y su entorno, donde
la complejidad a la hora de orientarse en el espacio podría ser comparada con la complejidad de
la red global capitalista que nos mantiene prisioneros.