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Tragedia amorosa

Había una vez una mujer divina, que le encantaba los girasoles, atardeceres, le
gustaba ver las estrellas. Pero ella soñaba con hacer todas esas actividades en
compañía, debido a que ya no le quedaba mucho tiempo para vivir. Un día se fue
a ver el atardecer cerca de unos rostízales de girasoles, en ese preciso momento
se dio cuenta de que había una persona también, admirando 3l bello atardecer.
Ella sutilmente se le acercó y le preguntó qué hacía aquí, él sonriendo le contestó:
viendo aquí el atardecer, porque es paz interior para mí, me transmite una
tranquilidad para seguir viviendo en esta vida tan complicada. Ella cautiva por la
sonrisa de de la persona, le dijo: bonitas palabras, pero que bonita es la sonrisa
que tiene usted.
Ella intensamente le dice: Aceptaría usted acompañarme para toda la vida a ver
siempre los atardeceres juntos, y el encantado aceptó. Llevaban ya varios días
conociéndose y admirándose uno al otro, ella le contó del problema que tenía, el
preocupado por ella intenta hacer algo para cambiar eso… pero
desgraciadamente no tenía solución.
Llegó el día de la tragedia! Ellos salieron como todas las tardes a ver el atardecer,
ella se recuesta en los brazos de él, mientras platicaban y se contaban muchas
cosas, ella se termina durmiendo en los brazos de él, se queda callado, después
de una hora, él intenta despertarla y no respondía, le tomó el pulso, sintió el último
latido de su corazón y se dio cuenta de que le había llegado el momento de
descansar en paz.
El triste por la partida de ella, pero feliz al mismo tiempo porque conoció a una
divina mujer y sabía que ella murió feliz también, porque él también la hizo feliz! El
decidió sepultarla cerca de unos pastizales de girasoles, para que ella siempre
brillará como lo hacían las estrellas.

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