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Diario Constitucional y Derechos Humanos Nro 89 - 26.10.

2015

EL PARLASUR Y LAS TENSIONES ENTRE DEMOCRACIA E INTEGRACIÓN


(*)
Por Carlos Adrián Garaventa

Hace pocos meses tuve la oportunidad de leer dos notas de actualidad que abordaban problemáticas
diferentes de dos espacios geopolíticos distintos. Sin embargo, después de pasar estos meses reflexionando
en torno a por qué cada vez que leía uno de estos artículos se presentaba automáticamente el recuerdo del
otro en mi mente, logre extraer algunas conclusiones comunes y aplicarlas para sumar un nuevo aporte a la
actual discusión sobre el Parlasur.

El primero de estos artículos fue escrito por Ignacio Ramonet (director de Le Monde Diplomatique de España)
1

y aborda el tema de la imposición de políticas económicas a Grecia por parte de la Unión Europea, aún en
contra del plan de gobierno presentado por el Primer Ministro Alexis Tsipras (que había resultado electo poco
tiempo atrás) y ratificado por un referéndum del pueblo griego.
2
El segundo, de Alberto Biglieri (profesor de Derecho de la Integración de la Universidad de Buenos Aires) ,
presenta una serie de reflexiones en torno al interpresidencialismo imperante en el Mercosur y la gran
incertidumbre que genera a nivel regional con cada nueva elección presidencial en cualquiera de los Estados
parte.

Aunque parezca que estas notas no tienen nada que ver, ambas abordan una problemática común en ambos
bloques regionales, que se presenta de forma diferente debido a las particularidades de cada uno. Me refiero a
la tensión entre integración y democracia, que también podríamos denominar déficit democrático de la
integración regional.

Respecto a tal denominación es menester hacer una aclaración teórica: la doctrina denomina como déficit
democrático a una problemática distinta de las tensiones que tratan los artículos mencionados. Este fenómeno
está relacionado (en la doctrina europea más tradicional) a un momento fundacional de los bloques de
integración; básicamente, refiere a que fueron constituidos a partir de negociaciones llevadas a cabo por
ministros de relaciones exteriores, primeros ministros y presidentes, sin realizar una consulta popular al
respecto; a lo que podemos agregar que en algunos casos (como Francia en Europa o Argentina en
Sudamérica) se firmaron tratados en los que se delegaba el ejercicio de competencias y jurisdicción sin que las
constituciones nacionales habilitaran tal cuestión, incluso, en algunos casos, cuando expresamente lo prohibían
(como en Paraguay).

Hoy en día este tipo de déficit democrático se ha ido subsanando, ya sea porque se ha involucrado más a los
pueblos en las decisiones que atañen a la integración regional (más en Europa que en Sudamérica), o se
reformaron las constituciones nacionales a fin de solucionar el problema de la falta de habilitación
constitucional de la supranacionalidad. Sin embargo —considero— que este déficit ha tomado nuevas formas
tanto en el viejo continente como en nuestra región.

Ramonet refiere a una tensión muy preocupante, la invasión por parte del bloque regional sobre las
democracias de sus Estados parte. En la Unión Europea el alto grado de cesión de soberanía debilita de tal
forma a los gobiernos nacionales que se llega al punto de que la Unión (o sus Estados más poderosos)
imponga sus políticas aún en contra de la voluntad de los pueblos de los Estados más débiles. Biglieri —en
cambio— pone de manifiesto otro tipo de tensión, en la que el exagerado poder de los gobiernos nacionales,
sumado a la carencia absoluta de cesión de soberanía, pone en jaque el futuro del bloque regional con cada
eventual cambio de presidente en cualquiera de sus Estados parte.

(*)
Abogado (UBA) y Diplomado Superior en Desarrollo, Políticas Públicas e Integración Regional (FLACSO). Docente de la
asignatura Derecho de la Integración (UBA). Investigador de apoyo del Programa de Proyectos de Investigación DeCyT en
temas de habilitación constitucional de la supranacionalidad. Miembro de la comisión directiva del Centro de Estudios
Interdisciplinarios en Ciencias Jurídicas y Sociales (CEICJUS). Contacto: cgaraventa@gmail.com; twitter:
@CarlosGaraventa.
RAMONET, Ignacio, “El diktado de Alemania”, Le Monde Diplomatique. Agosto de 2015, Buenos Aires, Capital Intelectual,
1

2015, p. 29. También se encuentra disponible en la web de Le Monde Diplomatique de España: <http://www.monde-
diplomatique.es/?url=editorial/0000856412872168186811102294251000/editorial/?articulo=2d049be4-c300-475d-9643-
2749edf55aad>.
BIGLIERI, Alberto, “Integración y regulación económica”, Diario BAE, Suplemento Lunes. 18 de mayo de 2015, disponible
2

en <http://www.diariobae.com/notas/73205-integracion-y-regulacion-economica.html>.
En la Unión Europea se intenta combatir este tipo de problemáticas desde hace varias décadas. El hito máximo
de esta lucha fue —sin lugar a dudas— la elección directa de los parlamentarios europeos en 1979, aunque en
ese momento el Parlamento Europeo no contaba con grandes facultades ni influencia en las mayores
decisiones del proceso de integración; lo que no deja de ser un rasgo común de todos los procesos de
3
integración económica . Empero, a partir de la firma del Tratado de Maastricht, el Parlamento fue cobrando
cada vez mayor importancia institucional.

Sin embargo, hechos como los que comenta Ramonet nos muestran que aún le quedan muchos desafíos por
delante si lo que se pretende es democratizar el bloque regional.

En el Mercosur —en cambio— este desafío comenzó apenas hace una década, cuando en el 2005 se firmó el
Protocolo Constitutivo del Parlamento del Mercosur (reemplazando a la vieja Comisión Parlamentaria
Conjunta), que comenzó a funcionar recién en el 2007 integrado por parlamentarios que eran designados por el
Poder Legislativo de cada Estado miembro del bloque.

A pesar de que existe una voluntad convencional en el Mercosur en cuanto a que los parlamentarios deben ser
electos de forma directa, la realidad política de cada uno de los Estados muestra un aplazamiento de las fechas
para llevarlo a cabo. En este orden de ideas, fue de suma importancia la sanción de la Ley 27.120, que
incorporó el Capítulo IV al Título VII del Código Nacional Electoral, estableciendo la elección directa de
veinticuatro parlamentarios nacionales, uno más por cada provincia y otro por la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires.

Ahora bien, ¿cuán útil puede ser el Parlasur para subsanar el déficit democrático en el Mercosur? Walter
Carnota señala que los países miembros de este bloque regional han mostrado siempre un interés en el
fortalecimiento democrático que no se ha visto en otros procesos de integración. Sin embargo —señala— el
mayor problema del Mercosur no es la falta de buenas intenciones, sino un marcado déficit institucional
4
producto de su interpresidencialismo . Si a esto le sumamos que la política de sus tres Estados más influyentes
(Argentina, Brasil y Venezuela) se muestra renuente a la poliarquía (entendida como un sistema donde se
facilita la oposición, rivalidad y competencia entre el gobierno y sus antagonistas, para fortalecer la calidad
5
democrática ), difícilmente pueda superarse tal déficit institucional desde la política interna de los Estados.

En esta inteligencia, el Parlasur tiene en frente una serie de desafíos difíciles de superar pero, al mismo tiempo,
una importante oportunidad para mejorar la calidad democrática en el bloque y solucionar su déficit
institucional. Lo que —incluso— podría llevar a una mejora de la calidad democrática de los Estados que lo
componen.
6
Considero —entonces— que a diferencia de lo que ha sostenido mayoritariamente la opinión pública , al
menos durante este año electoral, la elección directa de los Parlamentarios del Mercosur es una oportunidad
histórica que debemos celebrar y aprovechar.

GONZÁLEZ-OLDEKOP, Florencia, La integración y sus instituciones, Buenos Aires: Ciudad Argentina, 1997, p. 129.
3

CARNOTA, Walter, “Los principios generales del Derecho de la Integración”, CARNOTA, Walter (dir.), Derecho de la
4

Integración y control de constitucionalidad, Buenos Aires: La Ley, 2015, p. 48.


DAHL, Robert (Julia Moreno San Martín trad.), La poliarquía. Participación y oposición, Buenos Aires: Rei, 1989, p. 13.
5
6
En gran parte influenciada por los medios masivos de (des)información.

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