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FACULTAD DE PSICOLOGÍA
T E S I S
QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE:
LICENCIADO EN PSICOLOGÍA
P R E S E N T A :
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del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México).
ÍNDICE
PÁGINA
Agradecimientos 4
Resumen 5
Introducción 6
Capítulo 1: Marco teórico 12
1.1 Desarrollo del niño durante el primer año de vida 12
1.1.1 Teorías del desarrollo humano 13
1.1.2 Características generales del desarrollo 25
1.1.3 Desarrollo motor 33
1.1.4 Desarrollo cognoscitivo 37
1.1.5 Desarrollo del lenguaje 40
1.1.6 Desarrollo emocional y establecimiento de 44
relaciones
1.1.7 Factores que influyen en el desarrollo 51
1.2 Sistemas implicados en el desarrollo del niño 56
1.2.1 Sistema familiar 59
1.2.2 El sistema profesional 66
1.3 Crianza 74
1.3.1 Marco de crianza 74
1.3.2 Estudios pioneros sobre crianza 76
1.3.3 Pautas, creencias y prácticas sobre crianza 77
1.3.4 Modelos de crianza 78
1.3.5 El rol femenino en las actividades de crianza 79
1.4 Estudios contemporáneos sobre crianza 80
1.4.1 Investigación sobre crianza en poblaciones 80
hispanohablantes
1.4.2 Instrumentos disponibles en el idioma español que 86
evalúan prácticas de crianza
1.4.3 Situación actual 88
1.4.4 Planteamiento del problema 91
3
Capítulo 2. Metodología 92
2.1 Objetivos 92
2.1.1 Objetivo general 92
2.1.2 Objetivos específicos 92
2.2 Diseño de investigación 93
2.3 Muestra y participantes 93
2.4 Contexto y escenario 93
2.5 Procedimiento 94
2.6 Fase de preparación 96
2.6.1 Plan previo 96
2.6.2 Preparación del instrumento 99
2.7 Prueba piloto 110
2.7.1 Obtención de los datos 112
Capítulo 3. Resultados 120
3.1 Fase de análisis 120
3.1.1 Descripción de la muestra 120
3.1.2 Subescala de interacción con otras personas 121
3.1.3 Subescala de actitudes maternas: depuración 128
3.1.4 Subescala de hábitos de crianza: depuración 139
Capítulo 4 4. Discusión y conclusiones 151
Referencias 159
Anexos 172
Anexo A 173
Anexo B 174
Anexo C 179
Anexo D 183
4
Agradecimientos
Dra. Blanca E. Huitrón Vázquez: Por ser una persona abierta a recibir colaboración
profesional y dispuesta a compartir su espacio de investigación. Sin su apoyo no
hubiera sido posible realizar este trabajo. Siempre la llevaré conmigo durante mi
desempeño profesional.
Mtra. Laura A. Somarriba Rocha: Por creer en el proyecto y valorar nuestro trabajo.
Mtra. Martha Cuevas Abad: Por estar siempre a extraordinaria disposición para dar
orientación profesional.
Dra. Gabriela Orozco Calderón: Por enriquecer el proyecto con el rigor que exigió
para su realización.
A las amistades que se forjaron durante el proceso: Blanca, Vicky, Irasema, Lety,
Nicolás, Adrián…
5
Resumen
Introducción
Sin embargo, como se expone a lo largo del primer capítulo de este trabajo, para
que el desarrollo del niño siga un curso normal, no sólo es necesaria la influencia
que los factores biológicos tienen sobre la maduración de su sistema nervioso (SN);
sino que hace falta un apoyo ambiental propicio, con suficientes oportunidades para
practicar sus habilidades (Feldman, 2007;Shaffer & Kipp, 2000); que los cuidadores
ofrezcan estímulos de lenguaje (sobre todo el interés de la madre por hablar con el
niño) (Dunn, 1982) durante los actos rutinarios (comida, higiene y juego) (Montes,
2003). Pero, sobre todo, es indispensable que el adulto que lo cuida (de preferencia
la madre) adecúe sus cuidados y rutinas de acuerdo a las características del niño
(Shaffer & Kipp, 2000), mientras realiza la importante labor de introducirlo en el
ambiente social (Perinat, 2003).
7
De acuerdo a esto último, al final del primer capítulo se expuso que, en México,
los profesionales de la salud dedicados a la atención del niño (sistema profesional), y
en cumplimiento de la Norma Oficial Mexicana 031 SSA-2 (NOM, 1999), emplean, en
general, pruebas estandarizadas de tamizaje y de evaluación diagnóstica, las cuales
8
Sin embargo, el profesional de la salud también debe estar atento para detectar
indicios que apunten hacia a una calidad deficiente del cuidado del niño, tales como
la falta de higiene o bajos peso y talla (Muñoz, 2010); lo mismo que la falta de
calidad en las relaciones interpersonales entre el niño y sus cuidadores (Costas,
2009). Esto es porque la calidad de los cuidados proporcionados al niño influye en su
desarrollo (Santrock, 2004; Shaffer & Kipp, 2000). Cuando los cuidados son
inadecuados pueden producir retardos o déficits en el crecimiento y desarrollo del
niño; por lo que se le considera en riesgo ambiental (Barudy & Dantagnan, 2010).
Por lo anterior, el objetivo general de este trabajo fue realizar el estudio piloto de
la construcción y validación de un instrumento que evaluara las actitudes maternas y
los hábitos de crianza de las madres de niños aparentemente sanos de entre 1 y 12
meses de edad.
madres se orientan para realizar las actividades de crianza. Las actitudes y los
hábitos de crianza a considerar fueron aquellos en relación con la nutrición, la salud
y el manejo del ambiente físico y social del hogar (Izzedin & Pachajoa, 2009).
Además, se tuvo en cuenta que la formación de las actitudes y el establecimiento de
hábitos hacia la crianza del niño son el resultado de la influencia cultural que las
madres tuvieron en el pasado (Barudy & Dantagnan, 2010); así como de la influencia
de las fuentes de información a las que las madres tienen acceso (Cortés, Romero &
Flores, 2006); también, a la forma en la que las madres se sienten obligadas a criar a
sus hijos, de acuerdo a los valores sociales vigentes, y a la influencia de la opinión
experta (según su grado de sugestionabilidad) y a la filosofía sobre crianza infantil
del momento, entre otras (Ausubel & Sullivan, 1991).
Durante el primer año de vida, el niño tiene el reto de autoorganizar sus sistemas
corporales a través de la integración de su sistema nervioso (Feldman, 2007). Para
garantizar esta maduración y organización cerebral, requiere de un adulto (que por lo
regular es la madre) que le proporcione el cuidado apropiado. A través de esa
influencia, el niño tiene los estímulos necesarios para ir presentando funciones cada
vez más complejas (Barudy & Dantagnan, 2010).
Al final del primer año, el niño habrá internalizado la figura de esa persona
(Bronfenbrenner, 2005), la cual presentó disponibilidad y estabilidad durante su
cuidado, y hacia la que siente un apego que le permite sentirse confiado para
explorar su entorno (Barudy & Dantagnan, 2010). Se habrá establecido la diada
madre-niño (Perinat, 2003).
Las personas que participan en el ambiente familiar conforman las redes sociales
primarias de la diada, mediante el apoyo de estas personas el estrés y la tensión de
la familia se hace más manejable; asimismo, la relación social que se establece entre
los familiares y el niño amplía sus vínculos afectivos, lo cual enriquece las
experiencias que propician su desarrollo (Perinat, 2003).
13
1.1.1 Teorías del desarrollo humano. A lo largo del siglo XX el estudio sobre el
desarrollo humano ha sido abordado por diversas perspectivas (Santrock, 2004).
Algunas de estas teorías han tenido alcances amplios, pues realizan explicaciones
globales acerca de ámbitos del desarrollo como la personalidad o la cognición. Otras,
se han dedicado al estudio de problemas específicos como la importancia de la
naturaleza y la crianza como factores determinantes en el desarrollo humano.
Algunas teorías han resistido el paso del tiempo y continúan generando
conocimientos, otras han sido refutadas, pero han sido la base de nuevos estudios
(Shaffer & Kipp, 2000).
Teorías psicodinámicas.
Desde que el individuo nace está influido por un componente primitivo al que
llamó ello, se caracteriza por proporcionar un carácter egoísta a la personalidad. Está
encargado de generar los impulsos instintivos. Para la satisfacción de dichos
impulsos, el ello se rige por el principio de placer; esto implica la satisfacción
14
Tabla 1
Componentes de la estructura de la personalidad freudiana
Componente Principio por el cual Características generales
se rige
Ello Placer Parte inconsciente de la
mente. Contiene las pulsiones
básicas de supervivencia de
origen orgánico (hambre, sexo,
agresión), posee carácter
egoísta.
Yo Realidad Parte consciente de la mente,
agente ejecutor que regula la
actividad del ello por medio de
los mecanismos de defensa.
Superyó Moralidad Ego ideal, regula la actividad
entre el ello y el yo.
erógenas, mismas que van cambiando a lo largo de la vida. Durante las diferentes
etapas psicosexuales pueden llegar a darse detenciones llamadas fijaciones, éstas
pueden perdurar durante toda la vida y proporcionar características individuales a la
personalidad.
La de latencia. Período que coincide con la niñez media, y durante el cual los
impulsos sexuales se desactivan.
Tabla 2
Etapas psicosexuales de Freud
Etapa Rango (años) Zona erógena Características
Oral 0-1.5 Labios y boca Oral incorporativa
La teoría psicosexual: admite que tanto los factores biológicos (instintos) como los
factores ambientales (crianza) precipitan las etapas psicosexuales; enfatiza el
aspecto discontinuo en el desarrollo psicosexual del ser humano; y, afirma que el
niño adopta un papel activo en su propio desarrollo impulsado por los instintos
innatos (Freud, 1986).
Las primeras etapas de la teoría psicosocial coinciden con las propuestas por
Freud (1986, 1989, 1998) (véase Tabla 3). Pero, a diferencia de este último, describe
el ciclo de vida completo. Además, incorpora el concepto de conflicto social (crisis)
17
Tabla 3
Equivalencias entre las etapas definidas por Freud y Erikson
Edad aproximada (años) Etapas de Freud Etapas de Erikson
0-1.5 Oral Confianza vs desconfianza
Teorías conductistas.
Tabla 4
Este autor afirmó que muchas de las habilidades cognoscitivas que adquiere el niño
surgen a partir de la interacción social.
Por lo tanto, este enfoque afirma que son las experiencias tempranas las que
mayor importancia tienen sobre el desarrollo (Santrock, 2004).
Esta teoría critica a otras teorías como la psicoanalítica, ya que afirma que sus
suposiciones son difíciles de confirmar. De la misma, el enfoque etológico ha sido
22
Servicios
comunitarios de
Cultura, Macrosistema
salud y bienestar
subcultura, social, servicios
clase social, legales, familia
Exosistema
leyes, etc. extendida, etc.
Mesosistema
Cronosistema
Microsistema Cambios
en las
Niño: sexo, edad,
etc. personas
y en los
ambientes
Familia, servicios de
salud, guardería, etc.
En todo caso asumimos que se trata del rango de edad especificado a menos que
se indique lo contrario para efectos comparativos o explicativos.
cuerpo. Ejemplo de esto es que las capacidades visuales del niño se desarrollan
antes que las habilidades para la deambulación. El principio próximo distal determina
que el desarrollo inicie en la línea media del cuerpo (próximo) y continúe hacia el
exterior (distante). Por ejemplo, el desarrollo de la habilidad para el uso de los dedos
de la mano es posterior al manejo eficiente del brazo (Feldman, 2007; Rice, 1997;
Medrano, 2005; García et al., 2010).
En este sentido, las cuatro fases del sistema de acción son: la homolateral, la
bilateral, la contralateral y la de lateralidad (Perinat, 2003).
perceptivo (sobre todo en los ámbitos visual y auditivo) y del movimiento. Por
ejemplo, si el niño tiene al alcance de su vista u oído algo interesante, realizará
movimientos sólo del lado izquierdo o derecho, según sea el lado del que perciba el
estímulo. En este momento no es posible que se realicen movimientos simultáneos
de ambas partes del cuerpo. Un ejemplo de esta fase lo constituye el Reflejo Tónico
Cervical (RTC) (Gesell, 1967)
Según este autor, la fase contralateral posibilita que los movimientos se realicen
de forma cruzada y conjugada, la visión ahora es tridimensional lo que le permite al
niño realizar movimientos precisos. En esta fase se produce el gateo, el cual
ejemplifica el patrón de movimiento contralateral en el que se da el movimiento en
sincronía del brazo derecho con la pierna izquierda y viceversa. Es el momento en el
que el niño pasa del gateo a la deambulación luego de largos y repetidos ensayos de
la posición erguida.
Curvas evolutivas. En las diferentes etapas del desarrollo del niño se presentan
curvas evolutivas en forma de U. Sobre todo en las fases tempranas las conductas o
habilidades que se observan desde los primeros años de vida y durante las
siguientes semanas tienden a disminuir o a dejar de presentarse para volver a
observarse más adelante (Enesco & Guerrero, 2003). Un ejemplo de esto es la
imitación de los gestos del rostro humano, que pueden observarse en niños muy
pequeños, luego de pasar por un período de ausencia de la imitación, vuelve a
presentarse a partir de los 8 meses de edad. Esta característica del desarrollo del
niño obedece a transiciones de respuestas de clase subcortical, semejantes a los
reflejos primitivos, a respuestas corticales responsables de conductas más
elaboradas (Bee, 1977).
Los factores epigenéticos dependen del estímulo social (Perinat, 2003) para que
puedan desarrollarse las diferentes áreas cerebrales, responsables del
funcionamiento de la mente (Barudy & Dantagnan, 2010). Estos factores son
particularmente influidos por la calidad de la crianza, ya que la estimulación de un
entorno familiar amoroso y la satisfacción de las necesidades del niño favorecen: a la
migración neuronal; a la maduración de los cuerpos neuronales y al establecimiento
sináptico entre neuronas; y, al proceso de mielinización (Barudy & Dantagnan, 2010),
dando paso a una adecuada transformación del aparato psicológico del niño
(Perinat, 2003).
superadas por éste cuando crece y tiene la posibilidad de crear sus propios
ambientes (Santrock, 2004).
1.1.3 Desarrollo motor. Como ya se mencionó, no todas las áreas del cerebro de
desarrollan al mismo tiempo (heterocronía del SN) (Hurlock, 1985; Chávez, 2003;
Shaffer & Kipp, 2000).
En el recién nacido, las partes cerebrales más desarrolladas son el tallo cerebral y
el mesencéfalo responsables, entre otras cosas, del control de los reflejos básicos.
Por otro lado, el cerebro y la corteza cerebral que rodean al mesencéfalo son las
áreas responsables de la elaboración de los movimientos corporales voluntarios
además de la percepción y de las actividades intelectuales superiores. Es en el
cerebro, donde las áreas motoras y sensoriales primarias son las primeras en
madurar y las únicas que funcionan a plenitud desde el nacimiento, es por eso que
en el recién nacido se observan fundamentalmente conductas de carácter
sensoriomotor (Shaffer & Kipp, 2000).
Las respuestas reflejas están bajo el control del mesencéfalo, ya que la corteza
cerebral está poco desarrollada al nacimiento. Pero durante los primeros 6 meses
posnatales las funciones corticales irán predominando, por lo que el área motriz del
cerebro empezará a controlar el movimiento. Al mismo tiempo, el proceso de
mielinización que permite a los nervios aislarse unos de otros hace que mejore la
transmisión de los impulsos (Bee, 1977).
Debido a que los reflejos son sinergias musculares que se despliegan ante
estímulos específicos, ha sido factible reconocer las formas corporales típicas en las
que se constituyen (Perinat, 2002), gracias a esto es posible valorar la integridad
anatómica y funcional del SN (Chávez, 2003).
34
Algunos de los reflejos presentes en el recién nacido son: presión plantar, clonus,
babinsky, flexión cruzada, presión palmar, cuello sobre cuerpo, succión, mordida,
moro, hociqueo, bipedestación primaria, marcha automática, cocleopalpebral e
incurvación de tronco (Huitrón & Alvarado, 1998).
cada vez complejas a partir de otras más básicas. Las nuevas habilidades motoras
se afinan luego de realizar acciones de naturaleza cíclica; estos ciclos, además van
acompañados de ajustes en los movimientos gracias a que el niño es capaz de
percibir las consecuencias de su propia acción.
Como las zonas motoras de la corteza cerebral que permiten el control del tronco
superior, brazos y manos sucede hasta aproximadamente los 6 meses de edad, la
secuencia del desarrollo motor está relacionada con esta secuencia del desarrollo
cerebral (Bee, 1977; Hurlock, 1879).
Algunos ejemplos del desarrollo de la postura del niño son sentarse sin apoyo
(entre los 6 y los 7 meses) (Frankenburg, Dodds, Fandal, Kazuk & Cohrs, 1975;
Santrock, 2004) o su capacidad para ir adquiriendo, de manera gradual, la postura
erguida en el transcurso del primer año de vida (Hurlock, 1979; Benavides, Sánchez-
Pérez, Mandujano-Valdéz, Rivera-González & Arines, 1999; Santrock, 2004).
Hitos en el desarrollo motor grueso. Algunos hitos del desarrollo motor grueso del
niño durante el primer año de vida son: boca abajo levanta la cabeza (primer mes);
boca abajo levanta pecho apoyando brazos (de los 2 a los 4 meses); se rueda (de
36
los 2 a los 5 meses); se sienta sin apoyo (entre los 5 y los 7 meses); se para con
apoyo (entre los 6 y los 9 meses (Frankenburg et al., 1975; Santrock, 2004); y a los
12 meses menos del 50% de los niños ya caminan bien (Frankenburg et al., 1975) o
caminan bien sostenidos de una mano (Benavides et al., 1999).
Hitos en el desarrollo motor fino. Las habilidades motoras finas abarcan las
habilidades manipulativas o manuales del niño, en su desarrollo están involucradas:
la información propioceptiva de los nervios que llegan a los músculos y a las
articulaciones del brazo; y la percepción visual (Shaffer & Kipp, 2000).
El mejor momento en la vida del niño para desarrollar las verdaderas habilidades
manipulativas llega cuando puede sentarse sin apoyo (entre los 5 y los 7 meses), en
esta posición puede alcanzar objetos presentados hacia la línea media corporal
(Shaffer & Kipp, 2000).
Este período coincide con la fase contralateral del desarrollo; en donde las
sinergias contralaterales son un indicador de la maduración de las vías piramidales;
gracias a lo cual también ha mejorado la percepción visual, que ahora es
37
tridimensional y puede percibir la profundidad, por lo que sus movimientos son más
precisos. Si se le sienta antes de esta fase sus manos se bloquean además de forzar
su espalda (Perinat, 2003).
Algunos de los hitos del desarrollo de las habilidades motoras finas del niño
durante el primer año de vida son: agarra sonaja (entre los 3 y los 4 meses); hace
pinza fina (entre los 7 y los 10 meses) (Feldman, 2007; Frankenburg et al., 1975);
toma un objeto en cada mano (a los 8 meses) (Benavides et al., 1999); y a los 12
meses, aproximadamente, el 75% de los niños pueden meter un objeto dentro de un
recipiente (Frankenburg et al., 1975).
Los juguetes que conviene presentarle al niño para favorecer el desarrollo de las
habilidades motoras finas son: sonajeros, aros o anillos de madera o plástico,
pequeños objetos no peligrosos, cajas o botes y pelotas de trapo entre otros.
(Montes, 2003).
Según este autor, una de las contribuciones sociales en favor del desarrollo
cognoscitivo es el aprendizaje colaborador. A través de éste, las personas del
ambiente social del niño, van guiando su acción y proporcionando los estímulos
necesarios a fin de resolver problemas de la vida cotidiana. A la diferencia entre lo
que el niño es capaz de hacer de forma independiente y la guía de los demás la
llamó zona de desarrollo proximal. Asimismo, observó que las personas que guían al
niño, realizan adaptaciones a la ayuda que le proporcionan con la finalidad de que
éste incremente su comprensión sobre el problema. A esto último le llamó
andamiaje.
Cada una de estas etapas posee distintas formas de pensamiento. Al mismo tiempo,
dividió las etapas en subetapas.
Según este autor, no obstante que al inicio de esta etapa el niño cuenta
mayormente con patrones reflejos para actuar, en el transcurso de la misma se van
haciendo cada vez más complejos. La etapa sensoriomotora se subdivide en seis
etapas: reflejos simples; primeros hábitos y reacciones circulares primarias;
reacciones circulares secundarias; reacciones circulares terciarias; e inicio del
pensamiento.
1) Reflejos simples o hereditarios (primer mes de vida). Los diversos reflejos con
los que cuenta el niño son centrales en su vida (sobre todo el de succión). Las
experiencias sensoriales y las acciones motoras están coordinadas
básicamente por los reflejos primitivos. Ejemplo de esta subetapa es cuando
el niño succiona el pezón (reflejo de succión) luego de haberlo encontrado a
su alcance (reflejo de hociqueo).
2) Primeros hábitos y reacciones circulares primarias (entre el primer y el cuarto
mes de edad). En esta subetapa el niño empieza a integrar acciones
separadas, las nuevas conductas rompen la estructura original del reflejo
primitivo. Ya cuenta con hábitos y reacciones circulares primarias, dos tipos
de esquemas que coordina con sus experiencias sensoriales. Aunque el
hábito es un esquema basado en reacciones reflejas, su presentación ya no
depende del estímulo que lo desencadenaba. Un ejemplo es que, para que el
40
Para que el niño adquiera el lenguaje, es necesario que cuente: con audición
intacta desde el nacimiento, con un SN funcional, con estructuras físicas y
fisiológicas que le permitan realizar movimientos rápidos (articulación de la palabra) y
que esté rodeado de un ambiente estimulante (Behrman & Vaughan, 1987).
cuales son los intercambios rítmicos que se dan entre la madre y el niño;
consistentes en palmadas, susurros, etc. en cuya acción es evidente el ajuste mutuo
(Perinat, 2003).
Una de las habilidades que el niño presenta tempranamente son los patrones de
alimentación y masticación, éstas se relacionan más tarde con su capacidad para
articular la palabra (Behrman & Vaughan, 1987).
El recién nacido se comunica a través del llanto, éste varía en tono patrón e
intensidad según se trate de sueño, hambre o enojo) (Papalia et al., 2010). Aunque
estas primeras expresiones del niño no cuentan como actos comunicativos en sí, el
cuidador actúa como si lo fueran y acude con presteza (Perinat, 2003). Una de las
actividades que el cuidador (de preferencia la madre) puede hacer con el niño es
acariciarlo, sobre todo mientras lo alimenta (Montes, 2003).
43
Entre las seis semanas y los tres meses el niño emplea el arrullo. El arrullo se
presenta en forma de chillidos, gorjeos y sonidos vocálicos. En este período produce
imitaciones accidentales (Papalia et al., 2010). Los cantos dulces son una actividad
que el cuidador puede realizar con el niño a esta edad (Montes, 2003).
Aproximadamente, a los tres meses aparecen los protodiálogos, los cuales tienen
una función motivacional que refuerza las actividades de crianza de los padres
(Perinat, 2003). El cuidador puede hablarle al niño de frente y con frecuencia para
instigar la aparición de los protodiálogos (Montes, 2003).
emociones es relativa, ya que depende tanto de los factores ambientales que las
provocan como de la interpretación subjetiva que el individuo haga de los mismos
(Berk, 1999).
Para Lewis (2008), las emociones primarias que el niño presenta entre los dos y
los siete meses de edad son la irritación, la tristeza, la alegría, la sorpresa y el temor.
Más adelante, durante el segundo año de vida, el niño presenta las emociones
secundarias como el desconcierto, la culpa, la vergüenza, la envidia o el orgullo. Así
mismo, se considera que las emociones secundarias se deben a que, conforme
avanza el desarrollo cognoscitivo, el niño es capaz de comprender las normas
sociales y de autoevaluar su conducta.
- El miedo se presenta entre los seis y los nueve meses de edad, cuando el
niño ya es capaz de distinguir entre las personas con las que interactúa de
manera habitual (sobre todo con la madre) y los extraños.
- La inseguridad es una emoción que se presenta en el niño alrededor del
octavo mes, surge ante la desaparición repentina de la figura materna.
- Entre el octavo y el décimo mes de edad el niño es capaz de interpretar las
expresiones emocionales de las personas que lo rodean; al mismo tiempo,
empieza a experimentar con las reacciones de los demás (referencia social) a
fin de obtener información necesaria para autorregular su conducta.
- Al final del primer año de vida la referencia social es utilizada ampliamente por
el niño para calcular el posible riesgo al acercarse a objetos, personas o
situaciones desconocidas.
Establecimiento de relaciones.
Apego. La relación que el niño establece con sus padres (en especial con la
madre) es un proceso que se inicia desde las primeras horas de su nacimiento y que
se continúa durante sus primeros meses de vida. Esta formación de lazos afectivos
surge a partir de la interacción entre los padres y el niño; de manera que, se trata de
una relación de reciprocidad (Bowlby, 1998).
Esto último se puede observar en las rutinas sincronizadas que describió Stern
(1983), durante las cuales el niño y la madre coordinan mutuamente su interacción.
Este autor afirmó que estas interacciones son indispensables para generar apego:
relación íntima que se establece entre dos personas entre las que predominan el
afecto y la necesidad de proximidad. Según este autor, es durante esta interacción,
que el niño conoce a su madre y aprende a llamar su atención; al mismo tiempo, la
madre aprende a llamar la atención del niño y a interpretar sus gestos y señales.
Las teorías más sobresalientes sobre el apego son la teoría psicosexual de Freud
(1986, 1989, 1992, 1998), la teoría psicosocial de Erikson (1982) y la teoría etológica
de Bowlby (1986, 1998).
- Freud (1989) afirmó que la proximidad que el niño mantiene con la madre se
debe a que ésta satisface la necesidad de alimentación del niño (satisfacción
oral), desestimando totalmente el elemento afectivo en la formación del
vínculo.
- Aunque Erikson (1982) conservó algunos principios de la teoría freudiana,
consideró que el vínculo que se establece entre dos personas satisface una
49
Una técnica que se utiliza para evaluar el apego en niños de entre diez y
veinticuatro meses de edad es la situación extraña, procedimiento desarrollado por
Mary Ainsworth (1978). La evaluación de la seguridad del apego permite evaluar la
calidad de las relaciones afectivas establecidas por el niño con su cuidador principal.
El procedimiento consiste en una serie de separaciones y reuniones sucesivas entre
el cuidador y el niño, y la presencia de un extraño.
50
Esta autora realizó una clasificación del tipo de apego en la que incluyó el apego
seguro (tipo B), el evitativo (tipo A) y el resistente o ambivalente (tipo C), de acuerdo
con el tipo de respuesta presentada por el niño durante la situación extraña. Sin
embargo, más tarde Main y Solomon (1990) encontraron durante sus estudios un
nuevo tipo de apego, al que llamaron desorientado/desorganizado (tipo D). (Véase
Tabla 5).
Tabla 5
Clasificación del apego
Tipo de apego Patrón
Seguro (B) El niño: explora el ambiente activamente cuando su cuidador está
presente; protesta poco ante la separación y se tranquiliza
fácilmente durante la reunión; y, es sociable con el extraño en
presencia del cuidador.
Resistente (C) El niño: explora muy poco el ambiente en presencia del cuidador
del que trata de estar muy cerca; se inquieta ante la separación y
reacciona de manera ambivalente durante la reunión; y, muestra
extrema cautela hacia el extraño en presencia de la madre.
Evasivo (A) El niño: se resiste a explorar el ambiente; reacciona negativamente
hacia la separación (llanto escandaloso), y rechaza al cuidador
durante la reunión; y, es sociable con el extraño, pero es posible
que lo evite.
Desorganizado/ El niño: muestra comportamientos de evitación y de resistencia a la
desorientado (D) proximidad con el cuidador, ante el cual puede manifestar temor
extremo; en general, se observa inconsistencia en sus reacciones.
Ainsworth (1978) afirmó que el tipo de apego que forma el niño con su cuidador
principal está en función de la calidad de cuidado que el adulto (en especial la
madre) le haya procurado.
Hay que aclarar que, la formación del apego difiere con la cultura, ya que las
diferentes culturas pueden presentar expectativas distintas (el apego no es
universal). Por ejemplo, las culturas occidentales como la norteamericana suelen
fomentar la independencia; en cambio, ciertas culturas orientales como la japonesa
no consideran que la independencia sea un valor tan importante, así que
permanecen muy cercanos al niño evitando producirle ansiedad ante la separación.
Esto también tiene que tomarse en cuenta al considerar evaluar mediante la técnica
de la situación extraña a un niño proveniente de una cultura no occidental, ya que se
ha observado que se le somete a un estrés elevado (Feldman, 2007).
Esto es, los genes son los responsables de codificar las instrucciones que dan
continuidad y orden al desarrollo (la maduración) que el individuo experimenta en el
transcurso de su vida. Aunque este proceso de cambios es el mismo para todo ser
humano, la herencia es individual y considera características particulares para cada
ser humano (Bee, 1977).
Por otro lado, los factores internos están íntimamente relacionados con el
ambiente (factores externos). Los factores del medio ambiente pueden influir en la
arquitectura cerebral y en su funcionamiento (Velasco, 2003).
Uno de los factores ambientales capaces de influir en el desarrollo cerebral es el
ambiente familiar (Barudy & Dantagnan, 2010) en donde toda una serie de
circunstancias como las redes de apoyo con las que cuenta la familia, las habilidades
52
Según Atkin, Supervielle, Cantón y Sawyer (1987), los factores de riesgo que
influyen en el desarrollo infantil pueden dividirse en factores relativos: a la
comunidad, a la familia, a la madre y al niño.
Estos autores consideran que las afectaciones pueden ser menos directas
cuando se trata de factores relativos a la comunidad y factores relativos a la familia.
Algunos factores correspondientes a la comunidad pueden presentarse en forma de
condiciones de insalubridad, aislamiento o carencia de servicios de salud o
educativos. Algunos factores relacionados con la familia pueden ser las carencias
económicas, una vivienda inadecuada, la inestabilidad familiar o el nacimiento de
numerosos niños en cortos intervalos.
Así mismo, también establecieron que los factores con influencia más directa en
el desarrollo del niño son los relativos a la madre y los relativos al niño. Los factores
correspondientes a la madre pueden ser la desnutrición prenatal, los hábitos y el
estado de salud deficientes, la ingesta de alcohol y otras drogas, la baja escolaridad
y los problemas psicológicos. Algunos factores relacionados con el niño son las
54
Por otro lado, se denominan factores de riesgo iatrogénico a todos los realizados
por el profesional de la salud entre los que se encuentran los diagnósticos con falsos
positivos o falsos negativos derivados de incorrecta evaluación del crecimiento y del
desarrollo del niño, sin importar si estos se deben a la negligencia, la omisión o la
falta de conocimiento del profesional (Chávez, 2003).
Estos autores encontraron que, en los grupos estudiados, algunos de los factores
protectores más relevantes son: la seguridad, la filiación y la afectividad. También
encontraron que los factores protectores en estas comunidades se presentan en
forma de roles de los miembros de las familias estudiadas y el acceso a servicios
que complementan las labores que promueven el desarrollo físico, intelectual y
socioemocional.
Los padres (en especial la madre) sensibles son capaces de identificar las
necesidades del niño y de acudir con presteza a satisfacerlas. Al principio estas
necesidades se manifiestan empleando el llanto y los gestos, pero conforme el
desarrollo cerebral del niño avanza va empleando otros medios como el lenguaje
para manifestar sus necesidades y solicitar ayuda explícita al adulto (Barudy &
Dantagnan, 2010).
Sin embargo, cuando los cuidados del niño han sido inadecuados (alimentación
insuficiente, falta de contacto (caricias) y de comunicación), éste puede presentar
trastornos como los psicosomáticos del estrés, conductuales o del aprendizaje; así
como retardos o déficit del crecimiento y del desarrollo, y enfermedades autoinmunes
(haciendo que el niño enferme con frecuencia) (Barudy & Dantagnan, 2010).
(Muñoz, 2010) puede obstaculizar la formación del apego seguro entre los padres y
el niño (Barudy & Dantagnan, 2010).
Los ámbitos externos que aportan influencias indirectas sobre el desarrollo del
niño se configuran en el exosistema. Los contextos del exosistema condicionan la
calidad de vida del niño y afectan a las relaciones que establece con los demás. Por
ejemplo, la situación laboral de los padres, que afecta a las actividades de crianza
(Muñoz, 2010; Santrock, 2004).
La cultura en la que vive la familia es parte del macrosistema. Ésta incluye los
patrones conductuales y el conjunto de creencias que se transmiten
transgeneracionalmente (Santrock, 2004). La cultura influye en las oportunidades del
niño para estar expuesto a determinadas experiencias (Shaffer & Kipp, 2000), por
ejemplo, las políticas legislativas que observan y defienden los derechos de los niños
(Perinat, 2002).
La dimensión temporal que influye en el curso del desarrollo del niño constituye al
cronosistema. Tiene que ver con el tipo de evento ocurriendo en determinado
momento evolutivo del niño. Por ejemplo, el impacto de un divorcio no afecta de la
misma manera a un niño pequeño que a un adolescente (Shaffer & Kipp, 2000).
Por otro lado, Minuchin (1974) hace hincapié en la importancia que tiene el
sistema familiar en su papel de red básica de apoyo para los miembros que la
conforman. Asimismo, defiende que las reglas establecidas a su interior
proporcionan claridad, y deben persistir dentro del sistema y de los subsistemas a fin
de garantizar la eficacia en el desempeño de los roles de los distintos integrantes.
Parte de dicha eficacia descansa en la libertad que permite la iniciativa de sus
miembros, y en los límites que se imponen contra la intrusión tanto a nivel
subsistémico como sistémico.
60
- La familia nuclear, conformada por dos adultos conviviendo con sus hijos
(aunque no sean de ambos).
- La familia monoparental, conformada por un adulto y uno o más niños (por lo
general es la familia que se reestructura luego de la pérdida del otro padre, o
después de un divorcio o separación).
- La familia en cohabitación, conformada por dos adultos (pareja homosexual o
heterosexual) no casados, pero conviviendo dentro de una relación estable, y
que puede incluir hijos compartidos o provenientes de sus relaciones
anteriores.
- La familia intergeneracional, conformada por dos o más adultos provenientes
de la misma familia, pero pertenecientes a distintas generaciones, viven juntas
y puede ser que exista algún niño conviviendo con ellos.
- La familia en la que la madre pasa la mayor parte del tiempo fuera del hogar
(madre que trabaja), por lo que no participa en el cuidado del niño.
- La familia adoptiva, en la que no hay vínculo biológico entre padres e hijos.
- La familia pequeña en la que, incluso, sólo hay un niño a quien cuidar y
educar, o en la que no hay hijos.
cotidianas, mediante las cuales los padres facilitan y promueven el sano desarrollo
del niño.
En esta tarea, los padres emplean marcos de crianza. Estos marcos incluyen
todos los cuidados que requiere el niño en los ámbitos alimenticio, de higiene y
protección, entre otros. Los marcos de crianza se conforman por un conjunto
coherente de normas, costumbres, valores y hábitos que los padres han aprendido
dentro de su cultura (Perinat, 2003) y desde la cual han hecho una selección que la
representa en el seno familiar (Ausubel & Sullivan, 1991).
En este sentido, también se ha observado que las madres siguen siendo quienes
pasan la mayor parte de su tiempo criando a sus hijos (Palacios & Rodrigo, 1998);
mientras que los padres sólo realizan actividades complementarias como el juego.
Esto se ve reflejado en la preferencia que el niño presenta hacia la figura materna,
por ejemplo, cuando necesitan ser tranquilizado (Feldman, 2007).
mantiene una regulación mutua; esto es, la madre proporciona estímulos humanos al
niño a través de su comportamiento hacia él (miradas, vocalizaciones) al mismo
tiempo que él va aprendiendo a presentar comportamientos sociales en respuesta a
los estímulos que le presenta la madre (miradas, sonrisas, movimientos de la
cabeza) (Stern, 1983).
Según Stern (1983) las interacciones que realiza la diada madre-hijo quedan
circunscritas dentro de las rutinas sincronizadas. Esta estimulación de carácter lúdico
inicia de manera clara por la sexta semana de vida.
Para este autor, una sesión de juego puede iniciar ante una invitación de la madre
a la interacción con la presentación de una sonrisa burlona (o cualquier expresión
facial exagerada), si el niño responde con una mirada (cuando está despierto y
alerta) a los ojos de la madre, el juego inicia. Posteriormente, la madre modula la
interacción empleando la sonrisa y la expresión de interés por la actividad, durante
este momento la madre puede reenfocar el interés o reanudar la interacción. El final
de la interacción sobreviene cuando uno de los dos envía señales, como el
fruncimiento del ceño o el desvío de la mirada, para detener la interacción, que más
tarde puede ser reiniciada. Los períodos de juego pueden reiniciarse en cualquier
momento, ya sea durante las actividades de alimentación o higiene, entre otras. Al
no estar planificadas, pueden intercalarse entre una actividad u otra, siempre y
cuando el niño se encuentre despierto y alerta.
65
En cuanto a las carencias afectivas que el niño puede sufrir dentro de estas
familias de riesgo están: la insuficiencia maternal, por ausencia de la figura materna;
la discontinuidad, producto de las separaciones (puede presentarse detención del
desarrollo cognoscitivo y afectivo); y la distorsión en donde la calidad del cuidado
maternal es imprevisible (por factores socioeconómicos, políticos) (Marcelli &
Ajuriaguerra, 2005).
Las carencias afectivas más dañinas en el desarrollo del niño son la falta de
abrazos, caricias y masajes, pues estos estímulos son determinantes en la
66
Sin embargo, en la práctica, el sector salud de nuestro país tiene como prioridad
la morbilidad, por lo que la infraestructura necesaria para realizar las labores de
prevención, detección y atención de problemas del desarrollo del niño es limitada
(Sánchez et al., 2003).
De acuerdo a Amar et al. (2004), para que asegurar un adecuado desarrollo del
niño, es necesario tomar en cuenta una serie de factores, ambientales, psicosociales
y biológicos cuya influencia sobre el mismo puede darse de manera directa o
indirecta. Entre ellos podemos mencionar: la nutrición, por su influencia en el
desarrollo de estructuras en el SN, sobre todo en períodos de crecimiento rápido
(primera infancia), los efectos de la desnutrición del niño aun no siendo severa puede
producir efectos nocivos en sus conductas exploratorias y en sus habilidades para
manejar el ambiente; la estimulación social, un ambiente que proporciona una
estimulación cargada de afecto fomenta la formación de conexiones neurales, las
relaciones sociales que forman vínculos seguros ayudan al niño a adaptarse a las
exigencias cambiantes del ambiente; y, el cuidado de la salud.
Según estos autores, entre las causas que ocasionan alteraciones o detención
del desarrollo del niño están:
b) Las que están relacionadas con los cuidados inadecuados que se le han
proporcionado al niño (riesgo ambiental). Estas pueden ser una alimentación
inapropiada o la falta de contacto (caricias) y de comunicación. Además de
presentar retardos o déficit del crecimiento y del desarrollo, el niño puede
presentar trastornos psicosomáticos del estrés, conductuales o del
aprendizaje; así como enfermedades autoinmunes, enfermando con mayor
frecuencia (Barudy & Dantagnan, 2010).
Las funciones del profesional de la salud encargado de la atención del niño son:
detectar de manera oportuna los comportamientos, reacciones y relaciones que se
apartan del criterio de normalidad (los que no van de acuerdo a lo que se espera con
70
Los instrumentos que nos permiten realizar una evaluación del desarrollo del niño
pueden dividirse en pruebas de tamizaje y pruebas de evaluación diagnóstica. Los
instrumentos empleados en la valoración de los progresos del niño (valoración del
programa) son los mismos que los utilizados en la evaluación diagnóstica (Montes,
2003).
1.3 Crianza
Para poder establecer una definición actual sobre crianza, debemos considerar lo
que distintos autores dedicados a su estudio han aportado para su abordaje.
Por crianza se entiende nutrir y alimentar al hijo, instituir educar y dirigir Real
Academia Española (RAE, 2001). Según Torres, Garrido, Reyes y Ortega (2008) la
crianza es tanto informar, a partir de la repetición de conceptos y de proporcionar
instrucciones; como formar conductas en una persona a través de valores y
actitudes. Este proceso se lleva a cabo gracias al intercambio que se da mientras el
niño convive con otra persona, período durante el cual no sólo aprende del ejemplo,
sino que también es capaz de formarse a sí mismo.
1.3.1 Marco de crianza. La razón por la que los niños necesitan que sus padres
y madres se dediquen a las actividades de crianza por períodos prolongados es
debido a la condición de vulnerabilidad y dependencia a la que se ven expuestos al
nacer con un cerebro que debe madurar a través de muchos años (Berk, 1999).
Mientras tanto requerirán de un ambiente que no sólo asegure su supervivencia, sino
que propicie un crecimiento y desarrollo óptimos (Perinat, 2003). Para lograr esto, es
indispensable que el niño cuente por lo menos con un adulto, de preferencia la
madre, que le procure tanto los cuidados básicos de alimentación, higiene y
protección como la estimulación que satisfaga sus necesidades cognitivas y
emocionales (Barudy & Dantagnan, 2010).
El marco dentro del cual se lleva a cabo la crianza es de tipo relacional afectivo,
pues se trata de una relación bidireccional (Ato, Galián & Huéscar, 2007) en la que el
cuidador establece una rutina diaria de encuentros a los que el niño responde
gracias a sus capacidades receptivas y expresivas (Perinat, 2003).
75
Por lo tanto, cuando se hace referencia a las rutinas de cuidado del niño se
considera que no se trata de un acto rígido y frío, ya que van cargadas de conductas
espontáneas del cuidador y de respuestas infantiles que permiten el acoplamiento en
un solo sistema.
Perinat (2002, 2003) también sostiene que, aunque las primeras expresiones
emocionales de los niños no pueden considerarse verdaderos actos comunicativos,
en la medida en la que la capacidad comunicativa del niño va ganando
intencionalidad, a lo largo del primer año de vida, el adulto está motivado a continuar
con las actividades de crianza y de socialización lo que conduce a una intensa
comunicación entre el niño y él.
Esta actitud positiva del cuidador hacia el niño facilita la sensibilidad del primero
hacia las necesidades del segundo, pues se ha logrado establecer una sincronía,
asegurando una adecuada estimulación y apoyo emocional amplio (Shaffer & Kipp,
2000).
Por otro lado, Bowlby (1986) y Spitz (1974) coinciden en que el cuidado
inadecuado del niño produce un desarrollo anormal, sobre todo cuando se carece de
atención cargada de afecto (en especial de la figura materna).
En este sentido, Barudy y Dantagnan (2010), han advertido del riesgo que corre
un niño que no cuenta con los cuidados de un cuidador competente, sosteniendo
que esto conduce a la desorganización cerebral lo que dificulta la autorregulación a
nivel del sistema límbico y el funcionamiento de los sistemas neuroendocrino y
nervioso autónomo; así como del sistema inmunitario, derivando en trastornos
psicosomáticos del estrés, de la conducta, del aprendizaje y de retardos en el
desarrollo, entre otros.
76
Para que las tareas de crianza sean realizadas de manera sana es indispensable
que los padres y madres hayan desarrollado capacidades de cuidado, crianza y
educación de sus hijos; de esto depende la historia de vida que cada madre y padre
tiene con su familia de origen (Barudy & Dantagnan, 2010).
Asimismo, se considera que las actividades de crianza están influidas por factores
del contexto macro social caracterizadas por el origen étnico, el bagaje cultural, las
condiciones de la comunidad, las estrategias gubernamentales en materia de salud y
educación y de las condiciones económicas (Cortés et al. 2006).
Como los padres también fueron observados en interacción con sus hijos en el
hogar, la autora identificó cuatro estilos que, en primera instancia, sirvieron para
etiquetar los distintos modelos de crianza encontrados.
Clasificación de los estilos parentales. Los cuatro estilos propuestos por esta
autora son: autoritario, democrático, permisivo y no implicado.
Por un lado, los padres y madres autoritarios no son sensibles y cuentan con un
modelo de crianza muy restrictivo, ya que imponen demasiadas reglas de las que
exigen estricta obediencia, empleando castigo punitivo para forzar al niño a su
cumplimiento.
1.3.3. Pautas, creencias y prácticas sobre crianza. Para cuidar a sus hijos los
padres se guían por sus ejemplos paternos, de los cuales aprenden a desempeñar
sus roles de adultos (Barudy & Dantagnan, 2010).
La crianza del niño considera un conjunto de ciertos procesos psicosociales:
pautas, prácticas y creencias (Izzedin & Pachajoa, 2009).
78
Pautas. Las pautas de crianza son las actividades normativas que siguen los
padres, en respuesta al comportamiento de sus hijos, estas pautas provienen de la
cultura a la que pertenecen los padres (Izzedin & Pachajoa, 2009) y reflejan su
sensibilidad para satisfacer las necesidades básicas del niño (Cortés et al., 2006); las
prácticas de crianza se presentan en forma de acciones (Izzedin & Pachajoa, 2009)
las cuales aseguran un estado de salud, nutrición y desarrollo óptimo del niño
(Cortés et al., 2006).
Creencias y prácticas. Las creencias son las representaciones mentales con las
que cuentan los padres para considerar cómo cuidar a un niño (Izzedin & Pachajoa,
2009), y son capaces de influenciar a su vez a las prácticas de crianza junto con las
actitudes y las tradiciones de la familia de origen (Cortés et al., 2006).
Según Ausubel y Sullivan (1991), las relaciones que el niño establece con sus
padres son decisivas en el curso de su desarrollo; por lo tanto, es importante que el
estudio de este ámbito considere su relación con las actitudes y conductas
parentales (hábitos de crianza). Sobre todo porque las relaciones parentales influyen
en el desarrollo psicológico del niño.
Por lo tanto, en este trabajo se considera como principal eje de atención a las
actitudes maternas y a los hábitos de crianza en el cuidado del niño, observando
específicamente la interacción madre-hijo. Observando a la madre como responsable
directa de establecer las condiciones necesarias para el óptimo desarrollo infantil.
Para que esto último suceda habrá de realizar acciones establecidas como
universales en el cuidado infantil, las cuales son la alimentación, la procuración del
descanso, la conservación de la higiene y de la salud y la socialización,
principalmente (Cortés et al., 2006).
independencia, control, disfrutar con los niños, afecto negativo, expresión de afecto,
énfasis de logro, guía razonada y castigo físico.
La forma del cuestionario para evaluar la conducta del niño, diseñada para
profesores, se aplicó a las profesoras del centro preescolar, y la forma para padres
del mismo cuestionario y del cuestionario para evaluar prácticas de crianza fueron
llenados por los padres.
La investigación se realizó con una muestra de 41 niños que formaban parte del
programa canguro de una institución, y sus madres. En todos los casos, los niños
estaban en condición de prematurez. Los instrumentos utilizados fueron: el
Cuestionario para la Evaluación del Estilo de Funcionamiento Familiar de David
Olson, el cual evalúa la adaptabilidad y la cohesión familiar; la Guía de Observación
para la Evaluación del Desarrollo Infantil del Instituto Battelle, el cual evalúa el
desarrollo del niño desde el nacimiento hasta los 8 años de edad, evalúa las áreas
personal-social, adaptativa, motora, comunicativa y motora; y el Cuestionario para la
Evaluación de las Prácticas de Crianza, Creencias Frente a la Maternidad y
Evaluación del Tipo de Interacción Madre-Hijo, diseñado por los autores, el cual
evalúa la calidad de los cuidados, la crianza y las actitudes hacia la maternidad y
hacia la paternidad.
Los resultados obtenidos por los autores revelan que: la condición de prematurez
del niño obliga a los padres a solicitar apoyo social de su familia extensa; el lugar de
nacimiento que ocupa el niño prematuro es el primero en el 80.5% de los casos; el
34.1 de los casos presentó un estilo de funcionamiento familiar amalgamado,
mientras que el 24.4 % de los casos presentó un estilo de funcionamiento familiar
desligada; y, en cuanto a adaptación familiar, encontraron que el 36.6% de los casos
presentó una situación caótica, mientras que un 22% de los casos presentó rigidez.
También encontraron que, en algunos casos, cuando los padres son jóvenes y las
características familiares no son positivas, éstos asumen el cuidado del niño
empleando prácticas inespecíficas de crianza.
Asimismo, afirmaron que, cuando se trata de una madre soltera o de una familia
nuclear incompleta que ha solicitado el apoyo de la familia extensa, se produce una
cohesión amalgamada con niveles caóticos de adaptabilidad. Esto, sobre todo, si en
la familia extensa predomina la disciplina complaciente, la falta de control y de
límites, pues se reduce la posibilidad de que sus integrantes adquieran autonomía.
medio/bajo. Para los casos en los que se presentó abandono físico el nivel educativo
fue predominantemente bajo, y en los casos de maltrato físico, las familias
presentaron un nivel educativo medio/bajo.
Por otro lado, se observó que en todas las familias los hábitos de crianza,
atención y cuidados hacia el niño son problemáticas, negativas o marcadamente
desadaptados. Para el autor, estos hallazgos implican que los resultados obtenidos
en los aspectos de las relaciones padre-hijo hayan sido problemáticos,
predominando, en dichas relaciones, la tensión o el malestar entre padres e hijos.
Otro dato obtenido en este estudio fue, que los responsables de los menores que
presentaron abandono físico, no tenían consciencia acerca de las necesidades
físicas y afectivas que tenían que cubrir mediante el cuidado del niño; de hecho la
percepción que tenían al respecto era negativa o inapropiada. En estos mismos
casos, las expectativas hacia los menores eran inapropiadas, la comunicación entre
padres e hijos era deficiente y los roles dentro del sistema familiar eran confusos. De
hecho, la observación de la dinámica familiar de estos casos reveló que las
interacciones eran mínimas e inconsistentes, la atención hacia los menores era nula,
lo mismo que la expresión de sentimientos positivos y la expresión verbal.
Los participantes de esta investigación fueron 485 niños mexicanos con sus
padres (parejas casadas), constituyendo una muestra representativa restringida a
cinco estratos de edad (1,1 a 1,11 años, 2 a 2,11, 3 a 3,11, 4 a 4,11 y 5 a 5,11), con
una distribución del 50% para cada sexo.
85
Por otro lado, el estudio identificó a 249 parejas (51.3%) que compartían un
mismo estilo, de éstas, 79 parejas compartían el estilo de crianza indulgente. Las
236 parejas restantes (48.7%) resultaron con estilos de crianza distintos, en ellas
predominaron las madres autoritarias y los padres autoritativos.
Los autores también observaron que las parejas que compartieron el estilo de
crianza autoritativo presentaron prácticas de crianza y expectativas de desarrollo
más altas. Esto contrasta con las parejas que compartieron el estilo de crianza
indulgente, que aunque tuvieron puntuaciones altas en prácticas de crianza, las
prácticas de crianza fueron bajas aún más que en los padres negligentes.
1.4.3 Situación actual. Por lo que se aprecia en la mayoría de los estudios antes
expuestos y en la mayoría de los instrumentos disponibles, es frecuente encontrar,
que la investigación relativa a la crianza del niño hecha sobre poblaciones
hispanohablantes, es llevada a cabo empleando instrumentos adaptados al español.
Esta práctica se realiza tanto en España (Carretero-Dios & Pérez, 2005) como en
Latinoamérica (Solís-Cámara et al., 2008).
Estos autores consideraron que, entre los aspectos que los instrumentos que
evalúan prácticas de crianza deben apreciar para su correcta utilización son:
especificar la edad de los niños a los que se dirigen los instrumentos, evaluar
prácticas concretas en lugar de opiniones o intenciones, especificar si el instrumento
será contestado por la madre o por el padre, y eliminar la ambigüedad de los ítems.
También afirman que la razón por la que en las poblaciones de habla hispana han
proliferado las adaptaciones de instrumentos de habla inglesa es que hay ausencia
de instrumentos elaborados para la propia cultura. Así, aseguran que, los estudios
españoles y latinoamericanos realizados sobre la crianza del niño, poseen problemas
con las medidas de los estilos de crianza.
Evaluar las Prácticas de Crianza en la Infancia desarrollado por Assol et al. (2006).
Pues para sus estudios se requería de un instrumento que evaluara la influencia de
las prácticas de crianza con la desnutrición del niño (de 1 a 5 años) y los efectos
sobre su desarrollo psicológico. Al parecer, según los autores, este instrumento
satisface las necesidades para las cuales fue creado, es decir, puede ser que su uso
esté limitado a un ámbito específico de estudio (Solís-Cámara et al., 2008).
se analizan las distintas propiedades que permiten retomar algunos de sus ítems
para la elaboración del nuevo instrumento.
Para los alcances del presente estudio se consideró plantear las siguientes
preguntas de investigación:
Capítulo 2: Metodología
2.1 Objetivos
2.5 Procedimiento
FASE 1 FASE 2
Figura 2. Proceso para la construcción de la escala tipo Likert propuesto por Morales (2011).
Por otro lado, se realizó una revisión de otros instrumentos que miden el mismo
rasgo, esta acción permitió apreciar instrumentos elaborados por otros autores
(Morales, 2011), de los cuales se retomaron algunos ítems que concuerdan con los
constructos del nuevo instrumento.
97
Hábito. “Se entiende por hábito una acción que, por haberse realizado muchas
veces, se ha convertido en automática” (Morales, Moya y Rebolloso, 1995, p. 520).
De acuerdo con esta definición, se considera que los hábitos no requieren que el
individuo realice un esfuerzo consciente (carácter automático) y que su ejecución se
lleva a cabo en forma procedimental. Además, queda claro que la diferencia entre
actitud y hábito es que, la actitud es una evaluación global (de carácter emocional)
del individuo sobre el objeto actitudinal, mientras que el hábito es una conducta
repetitiva capaz de influir en la actitud (incrementando su fuerza Finalmente, se
entiende que mientras la actitud es capaz de iniciar la conducta del individuo, el
hábito le permite, persistir en la conducta. (Morales et al., 1998).
98
Los dos instrumentos que fueron seleccionados son los siguientes: el Instrumento
de hábitos de crianza y actitudes maternas hacia la educación del infante de Loreto
(1986), el Cuestionario sobre Práctica Responsiva y Estimulación (CuPRE)
elaborado por Assol et al. (2006) (véase Tabla 6).
Tabla 6.
Selección de instrumentos de medición que evalúan prácticas de crianza
Instrumento Descripción
Instrumento de medición de hábitos Autorreporte dividido en dos partes, la primera evalúa hábitos
de crianza y actitudes maternas de crianza para distintas actividades; la segunda, construida
hacia la educación del infante en escala tipo Likert de 3 categorías, evalúa actitudes
(Loreto, 1986) maternas a través de 26 ítems. Esta última contiene tres
factores: Actitud Inflexible (AI) con un α de Cronbach= .66,
Estimulación y Consentimiento Irracional (E y CI) con un α de
Cronbach= .56 y Conciencia del Rol Materno (CRM) con un α
de Cronbach= .60. Se aplica a madres de niños pequeños.
Tabla 7.
Ejemplos de ítems* provenientes de los instrumentos revisados
Instrumento Ítems
Instrumento de 1. Ud. Hace que su hijo le obedezca cuando lo manda a dormir en la
medición de noche.
hábitos de crianza 14. Ud. obliga a su hijo a recoger sus juguetes.
y actitudes 17. Su hijo puede hacer muchas cosas sin su ayuda.
maternas hacia la 26. Le es indiferente que su hijo deje sus juguetes tirados.
educación del
infante (Loreto,
1986)
Una vez formulados los ítems, se reformularon o eliminaron los ítems ambiguos
que, además, no concordaron con los ítems originales de los instrumentos revisados
o con la información del marco teórico.
Así, la versión provisional del nuevo instrumento quedó lista para proceder al
análisis.
La edad, sexo y orden de nacimiento del niño/a fueron recabados con fines
descriptivos.
Relativas a la madre:
Las edades de las madres, y escolaridad y ocupación fueron datos recabados con
fines descriptivos.
Instrucciones
Tabla 8
Instrucciones para el llenado de la escala
Instrucciones
Al interior de este cuestionario encontrará diversas afirmaciones sobre la manera en la que Ud.
cuida a su hijo/a. Por favor, lea cuidadosa y atentamente a cada una de las escalas y responda
eligiendo la opción que mejor se ajuste.
Actitudes maternas
En cada afirmación, Ud. deberá indicar mediante una X el grado de acuerdo con el que se ajusta
su opinión. Las opciones pueden ser: Nunca o casi nunca, A veces, Frecuentemente, o Siempre
o casi siempre.
Hábitos de crianza
En cada actividad descrita, elija la frecuencia con la que Ud. realiza dichas actividades con su
hijo/a, mediante una X marque cualquiera de las siguientes opciones: Nunca o casi nunca, A
veces, Frecuentemente, o Siempre o casi siempre.
Las áreas del cuidado del niño consideradas por el equipo fueron: la alimentación,
la higiene, el sueño (descanso), el juego y la interacción con otras personas (redes
sociales de apoyo).
Tabla 9.
Sugerencias hechas por el equipo multidisciplinario para la subescala de actitudes
maternas
Área Ítem
Alimentación - Importancia de que la madre reciba información sobre la
lactancia y sus beneficios, previo nacimiento del niño.
- Sensibilidad de la madre para reconocer, de acuerdo al tipo de
llanto, cuando su hijo/a tiene hambre.
- Conductas de proximidad de la madre hacia el niño en
actividades como la alimentación.
Juego
- Estimulación del niño a través de actividades lúdicas.
- Planeación del tiempo para que la madre ejecute diversas
actividades.
- Sensibilidad de la madre para reconocer cuando un juego es
placentero para el niño.
- Elección de juguetes según la edad del niño.
Tabla 10.
Ítems provenientes de los instrumentos revisados
Instrumento Ítems
Instrumento de medición de 19. Los mejores juguetes de su hijo son los que le
hábitos de crianza y actitudes enseñan a hacer cosas nuevas.
maternas hacia la educación del 23. Su hijo necesita estar con Ud. Todo el tiempo.
infante (Loreto, 1986)
Cuestionario sobre Práctica Los objetos con los que juega son educativos.
Responsiva y Estimulación Me doy cuenta cuando tiene hambre o deseos de
(CuPRE) (Assol et al., 2006) comer.
Tabla 11.
Ítems, provenientes de algunos instrumentos revisados y reelaborados para la
subescala de actitudes maternas
Ítem original Ítem nuevo
Loreto (1986)
19. Los mejores juguetes de su Si elijo juguetes adecuados y seguros para su edad
hijo son los que le enseñan contribuiré a favorecer el desarrollo de mi hijo/a.
a hacer cosas nuevas.
23. Su hijo necesita estar con Que mi hijo/a sea cuidado/a por otras personas de mi
Ud. todo el tiempo. confianza, creo que favorece a su interacción social.
Durante la redacción de los ítems de esta subescala, se tuvo presente que los
hábitos son conductas presentadas de manera automática y de carácter
procedimental. Por lo tanto, cada ámbito se subdividió en actividades rutinarias y en
conductas de proximidad. Por ejemplo, para el ámbito de la alimentación, la actividad
rutinaria se expresó como: Ud. alimenta a su hijo/a: y a continuación se enuncia una
conducta de alimentación; mientras que, para la conducta de proximidad se expresa
como: Cuando Ud. alimenta a su hijo/a: y, a continuación se describe una conducta
de proximidad que acompaña a la conducta rutinaria (Véase Tabla 14).
La clave de corrección para esta escala emplea cuatro categorías, las cuales se
puntúan de acuerdo a la frecuencia con la que se realizan las conductas o hábitos
107
Tabla 12.
Ítems para la subescala de Actitudes Maternas
Ítems
1. Creo que es importante recibir información acerca de los tipos de lactancia y sus
beneficios, inclusive, antes del nacimiento de un niño.
Estoy convencida de que la lactancia materna es la mejor forma de alimentar a un
niño de pocos meses de nacido.
2. Creo que uno de los momentos en el que podemos notar si un niño de más de un
mes de nacido está creciendo es cuando se le pesa y se le mide.
3. Si estoy atenta al tipo de llanto de mi hijo/a puedo detectar cuando tiene hambre.
4. Considero que uno de los momentos más adecuados para acariciar y apapachar a
mi hijo/a es cuando lo/la alimento.
5. Creo que el juego es una forma más de proporcionar estimulación a mi hijo/a.
6. Si organizara mis actividades diarias, tendría más tiempo para jugar con mi hijo/a.
7. Estoy convencida del hecho de que mi hijo/a juegue con objetos educativos
favorecerá a su desarrollo.
8. Si elijo juguetes adecuados y seguros para su edad, contribuiré a favorecer el
desarrollo de mi hijo/a.
9. Acostumbro a realizar juegos o actividades que le gustan a mi hijo/a.
10. Considero que el descanso de mi hijo/a es una más de sus necesidades.
11. Mediante el arreglo de un lugar especial para dormir o tomar la siesta, favorece a
establecer los hábitos de sueño de mi hijo/a.
12. Planear los momentos en los que mi hijo/a tiene que dormir, favorece al
establecimiento de hábitos de descanso.
13. Si mi hijo tiene sueño, es importante que duerma, aunque no sea su hora.
14. Creo que los cantos, arrullos y caricias ayudan a mi hijo/a a quedarse dormido/a.
15. Considero que mantener la higiene de mi hijo/a contribuye a conservar su salud.
16. Creo que el baño diario favorece a que mi hijo/a realice sus actividades de
manera plena y relajada.
17. Cambiarle la ropa a mi hijo/a cada vez que se ensucia contribuye a su bienestar.
18. Estoy convencida de que, además de bañar a mi hijo/a, es necesario limpiar con
frecuencia sus manos y cara.
19. Considero que, puedo darme cuenta de que mi hijo/a está molesto/a, porque tiene
sucio el pañal.
20. Que mi hijo/a sea cuidado por otras personas de mi confianza, creo que favorece
a su interacción social.
21. Si alguien más cuida a mi hijo/a, favorece a que yo realice otras actividades.
22. Creo que, pedir ayuda para cuidar a mi hijo/a, hace que él/ella pueda variar más
sus actividades.
23. Estoy convencida de que la gente que rodea a mi hijo/a enriquece sus
experiencias al hablar y jugar con él/ella.
108
Tabla 13.
Contenido general de los ítems, sugeridos por el equipo multidisciplinario para la
subescala de hábitos de crianza
Área Contenido general
Alimentación - Tipo de alimentación para el niño entre 1 y 5 meses de edad (leche
materna, fórmula o alimentación mixta).
- Tipo de alimentación para el niño entre 6 y 12 meses de edad
(ablactación con papillas de frutas y vegetales y/o cereales hidratados
con leche).
- Establecimiento de horarios de alimentación.
- Conductas de proximidad al realizar la actividad de alimentación.
Los ítems de esta escala fueron redactados de manera general y de acuerdo con
los ámbitos de cuidado respectivos. Las personas incluidas pertenecen a la red
primaria de apoyo de la diada madre-hijo (véase Tabla 15).
La clave de corrección para esta escala emplea cuatro categorías, las cuales se
puntúan de acuerdo a la frecuencia con la que otras personas realizan las conductas
(Morales, 2011) de apoyo social descritas, esto es: “Siempre o casi siempre”= 4,
“Frecuentemente”= 3, “A veces”= 2 y “Nunca o casi nunca”=1.
La fase de análisis del instrumento provisional inició con la aplicación del mismo
sobre la muestra inicial, en un período comprendido entre septiembre de 2013 y
mayo de 2014. El objetivo de esta aplicación fue detectar las deficiencias del
instrumento para su posterior depuración (Morales, 2011).
“Este cuestionario ha sido diseñado para conocer la forma en la que las madres
cuidan a sus hijos. Recuerde que los datos proporcionados serán manejados de
manera confidencial y no afectarán a la permanencia de su hijo/a en el programa. No
existen respuestas correctas o incorrectas, por lo que es muy valioso que conteste
con veracidad. Por favor, conteste a todos los ítems, si tiene duda en alguno de ellos,
solicite ayuda al aplicador. Contestarlo no le llevará más de 20 min, pero no hay
límite de tiempo para hacerlo.”
Tabla 14.
Redacción de ítems para la subescala de hábitos de crianza
Ítems por área
Tabla 15.
Contenido general de los ítems considerados para la subescala complementaria de
Interacción con otras personas
Contenido general
Ayuda que recibe la madre para realizar diversas actividades con el niño en las áreas de
alimentación, juego, sueño e higiene. En especial de las personas que pueden conformar la
red primaria de apoyo, esto es: padre, hermanos, tíos y abuelos.
De quién recibe ayuda para realizar las siguientes actividades con su hijo/a:
Alimentación
1. El papá
2. El/la hermano/a
3. El/la tío/a
4. El abuelo/a
Juego
5. El papá
6. El/la hermano/a
7. El/la tío/a
8. El abuelo/a
Sueño
9. El papá
10. El hermano/a
11. El/la tío/a
12. El/la abuelo/a
Higiene
13. El papá
14. El hermano/a
15. El/la tío/a
16. El/la abuelo/a
Tabla 16.
Corrección de las Instrucciones para responder al Instrumento de actitudes maternas y
hábitos de crianza en el cuidado del niño de 1 a 12 meses de edad
Instrucciones reformuladas
Para la subescala de actitudes maternas
Lea cuidadosa y atentamente cada una de las afirmaciones sobre crianza de los niños pequeños.
Se trata de que Ud. exprese si está muy de acuerdo, de acuerdo, sin opinión, en desacuerdo o
muy en descuerdo marcando con una X según considere.
- Su hijo/a nació a término (Chávez, 2003; Marcelli & Ajuriaguerra, 2005; Mora
& Rojas, 2005), esto es, nacimiento posterior a las 37 semanas de gestación
(Muñoz, 2010; Papalia et al., 2010).
- Su hijo/a es un/a niño/a aparentemente sano (Cantón & Cortés, 2000; Chávez,
2003; Muñoz, 2010; Stern, 1977) hasta el momento en el que se realizó el
estudio.
Tabla 17.
Corrección de Ítems para la subescala de actitudes maternas
Ítems reformulados
1. Es importante recibir información acerca de los tipos de lactancia y sus beneficios,
inclusive antes de su nacimiento.
2 La lactancia materna es la mejor forma de alimentarlo cuando es recién nacido.
3. Uno de los momentos en los que podemos notar si está creciendo es cuando se le pesa y
se le mide.
4. Se puede detectar cuando tiene hambre, por el tipo de llanto que presenta.
5. Uno de los momentos más adecuados para acariciarlo y apapacharlo es cuando se le
alimenta.
6. El juego es una forma más de proporcionarle estimulación.
8. El hecho de que tenga objetos educativos favorece a su desarrollo
12. El arreglo de un lugar especial para dormir o tomar la siesta, favorece al establecimiento
de hábitos de sueño.
13. Planear los momentos en los que tiene que dormir, favorece al establecimiento de hábitos
de descanso.
14. Si tiene sueño, es importante que duerma, aunque no sea su hora establecida.
15. Los cantos, arrullos y caricias lo ayudan a quedarse dormido.
17. Mantener su higiene contribuye a conservar su salud.
19. Además de bañarlo, es necesario limpiar con frecuencia sus manos y cara.
20. Es preferible cambiarle el pañal cada vez que se ensucia.
21. Favorece a su interacción social, que sea cuidado por otras personas de confianza.
23. La gente que lo rodea enriquece sus experiencias al hablar y jugar con él.
Nota. Los ítems 7, 9, 10, 11, 16, 18, 22 y 24 fueron eliminados por considerarse repetitivos. Los ítems
1-6, 8, 12-15, 17, 19-21 y 23 fueron reelaborados para hacer más clara su redacción.
Tabla 18.
Redacción de Ítems negativos para la subescala de actitudes maternas
Área Ítems Ítems negativos
positivos
Alimentación 1, 2, 3, 4 y 5 - Es fácil decidir sobre el tipo de lactancia que se le
dará, sólo hay que recordar la manera en la que
nos alimentaron a nosotros.
- Las bondades de la leche están presentes tanto en
la leche materna como en la fórmula láctea, ambas
son una buena elección.
- Se nota que empieza a crecer y a engordar hasta
que se le dan probaditas.
- La mejor manera de hacer que deje de llorar es
alimentándolo.
Tabla 19.
Nueva numeración de los ítems para la subescala de Actitudes Maternas y clave de
corrección*
Ítems
1. Es importante recibir información acerca de los tipos de lactancia y sus beneficios
inclusive antes de su nacimiento.
2. La lactancia materna es la mejor forma de alimentarlo cuando es recién nacido.
3. Uno de los momentos en los que podemos notar si está creciendo es cuando se le pesa
y se le mide.
4. Se puede detectar cuando tiene hambre, por el tipo de llanto que presenta.
5. Uno de los momentos más adecuados para acariciarlo y apapacharlo es cuando se le
alimenta.
6. Es fácil decidir sobre el tipo de lactancia que se le dará, sólo hay que recordar la manera
en la que nos alimentaron a nosotros.
7. Las bondades de la leche están presentes tanto en la leche materna como en la fórmula
láctea, ambas son una buena elección.
8. Se nota que empieza a crecer y a engordar hasta que se le dan probaditas.
9. La mejor manera de hacer que deje de llorar es alimentándolo.
10. Es recomendable aprovechar el momento en el que se le alimenta para realizar
pequeñas tareas, haciendo dos cosas al mismo tiempo.
11. El juego es una forma más de proporcionarle estimulación.
12. El hecho de que tenga objetos educativos favorece a su desarrollo
13. El juego es poco provechoso, ya que aún no lo entiende.
14. Se entretiene con cualquier cosa que se le ponga entre las manos, por lo que es
innecesario darle objetos especiales.
15. El arreglo de un lugar especial para dormir o tomar la siesta, favorece al establecimiento
de hábitos de sueño.
*Los ítems positivos (1-5, 11 y 12, 15-18, 23-25, y 29 y 30) se puntúan de acuerdo a las siguientes: categorías
Muy de acuerdo= 5, De acuerdo= 4, Sin opinión= 3, En desacuerdo= 2 y Muy en desacuerdo= 1. Los ítems
negativos (6-10, 13 y 14, 19- 22, 26-28, y 31 y 32) se puntúan de forma inversa como sigue: Muy de acuerdo= 1,
De acuerdo= 2, Sin opinión= 3, En desacuerdo= 4 y Muy en desacuerdo= 5.
117
Tabla 19.
Continuación
Ítems
16. Lo mejor es que la mamá lo cuide por tiempo completo, así se establece una relación
exclusiva entre ambos.
17. Planear los momentos en los que tiene que dormir, favorece al establecimiento de
hábitos de descanso.
18. Si tiene sueño, es importante que duerma, aunque no sea su hora establecida.
19. Los cantos, arrullos y caricias lo ayudan a quedarse dormido.
20. Dejar que duerma o tome la siesta en lugares variados, favorece a su adaptación a
distintos lugares.
21. Es preferible que duerma cuando realmente tiene sueño, él marca su propio ritmo de
sueño.
22. Es mejor mantenerlo despierto la mayor parte del tiempo posible, a menos que sea su
hora de dormir.
23. Para que logre quedarse dormido, es mejor dejar que lo consiga solo.
24. Mantener su higiene contribuye a conservar su salud.
25. Además de bañarlo, es necesario limpiar con frecuencia sus manos y cara.
26. Es preferible cambiarle el pañal cada vez que se ensucia.
27. Se conserva limpio por mucho tiempo, ya que realiza pocas actividades.
28. Las manos y la cara son de las partes del cuerpo que más limpias se conservan, por lo
que es innecesario limpiarlas con frecuencia.
29. Es preferible esperar a cambiarle el pañal para evitar el desperdicio.
30. Favorece a su interacción social, que sea cuidado por otras personas de confianza.
31. La gente que lo rodea enriquece sus experiencias al hablar y jugar con él.
32. Es conveniente a esperar a que crezca para que la gente que lo rodea empiece a hablar
y jugar con él.
118
Tabla 20.
Corrección de ítems para la subescala de hábitos de crianza
Ítem original Ítem corregido
20. Permite que duerma aunque no sea su Permite que duerma aunque no sea hora.
hora.
Sueño Para ayudar a su hijo/a a conciliar el sueño Ud.:
23. Le alimenta. Lo alimenta.
24. Le carga y arrulla. Lo carga y arrulla.
25. Le acaricia y apapacha. Lo acaricia y apapacha.
Tabla 21.
Nueva numeración de los ítems para la subescala de hábitos de crianza
Ítems por área
25. Bañándolo/la.
26. Cambiando su ropa cada vez que se la ensucia.
27. Cambiándole el pañal.
28. Con la limpieza de manos y cara.
29. Al retirarle la lagaña de los ojos.
30. Retirándole los restos de alimento de las encías (o de las encías y dientes) después de
comer.
Ud. realiza la higiene de su hijo/a:
31. En horarios establecidos.
32. Cada vez que se da cuenta de que está incómodo, porque tiene sucio el pañal.
33. Hablándole, sonriéndole y apapachándole.
120
Capítulo 3: Resultados
El procesamiento estadístico dado a los datos se realizó por medio del Programa
Estadístico para las Ciencias Sociales (SPSS), versión 19, y de acuerdo a las
técnicas recomendadas por Pérez (2001) para dicho programa.
5%
1% 1%
15%
52% 26%
Figura 4. Grado académico, madres. Representa el grado académico de las participantes del
estudio como sigue: 52% licenciatura trunca o graduadas con especialización; 26%
bachillerato trunco o completo; 15% secundaria completa; 5% profesionistas con posgrado;
1% primaria trunca; y 1% primaria concluida.
1%
8%
10%
31%
50%
Figura 5. Ocupación, madres. Representa la ocupación de las participantes del estudio como sigue:
50% hogar (amas de casa); 31% empleadas; 10% profesionales; 8% estudiantes; y, 1%
comerciantes.
No obstante, hay que considerar que el 64% de los niños no tiene hermanos,
mientras que el 32% tiene 1 hermano/a, y sólo el 4% restante tiene 2 hermanos/as,
de los cuales, todavía habría que considerar la edad de los mismos de tal forma que
pudieran ayudar a la madre con estas actividades, aunado al tipo de alimentación
que el menor reciba (leche materna o leche de fórmula). (Véase Figura 6).
123
4%
32%
64%
Variable juego. En cuanto a la variable Juego, se puede observar que, casi tres
cuartos de los padres de la muestra realizan actividades lúdicas, o las que se le
asocian, con su hijo/a menor de 12 meses. En esta variable, también podemos
apreciar que menos de la tercera parte de los hermanos participa en dichas
actividades; también se observa poca participación de tíos y abuelos, pues poco más
de la mitad de los mismos lo hace “Nunca o casi nunca” o “A veces”. (Véase Tabla
23).
124
Tabla 22
Frecuencia y porcentaje de cada ítem de la subescala complementaria de Interacción
con otras personas de la variable Alimentación
Categoría Frecuencia Porcentaje
1. Papá
Nunca o casi nunca 20 20.0
A veces 23 23.0
Frecuentemente 40 40.0
Siempre o casi siempre 17 17.0
Total 100 100.0
2. Hermano/a.
Nunca o casi nunca 77 77.0
A veces 11 11.0
Frecuentemente 10 10.0
Siempre o casi siempre 2 2.0
Total 100 100.0
3. Tío/a.
Nunca o casi nunca 47 47.0
A veces 31 31.0
Frecuentemente 14 14.0
Siempre o casi siempre 8 8.0
Total 100 100.0
4. Abuelo/a.
Nunca o casi nunca 21 21.0
A veces 29 29.0
Frecuentemente 31 31.0
Siempre o casi siempre 19 19.0
Total 100 100.0
Tabla 23
Frecuencia y porcentaje de cada ítem de la subescala complementaria de Interacción con
otras personas de la variable Juego
Categoría Frecuencia Porcentaje
5. Papá 11 11.0
Nunca o casi nunca
A veces 13 13.0
Frecuentemente 33 33.0
Siempre o casi siempre 43 43.0
Total 100 100.0
6. Hermano/a.
Nunca o casi nunca 62 62.0
A veces 11 11.0
Frecuentemente 13 13.0
Siempre o casi siempre 14 14.0
Total 100 100.0
7. Tío/a.
Nunca o casi nunca 31 31.0
A veces 33 33.0
Frecuentemente 25 25.0
Siempre o casi siempre 11 11.0
Total 100 100.0
8. Abuelo/a.
Nunca o casi nunca 14 14.0
A veces 29 29.0
Frecuentemente 33 33.0
Siempre o casi siempre 24 24.0
Total 100 100.0
Tabla 24
Frecuencia y porcentaje de cada ítem de la subescala complementaria de Interacción con
otras personas de la variable Sueño
Categoría Frecuencia Porcentaje
9. Papá 14 14.0
Nunca o casi nunca
A veces 26 26.0
Frecuentemente 34 34.0
Siempre o casi siempre 26 26.0
Total 100 100.0
10. Hermano/a
Nunca o casi nunca 80 80.0
A veces 11 11.0
Frecuentemente 5 5.0
Siempre o casi siempre 4 4.0
Total 100 100.0
11. Tío/a
Nunca o casi nunca 54 54.0
A veces 28 28.0
Frecuentemente 12 12.0
Siempre o casi siempre 6 6.0
Total 100 100.0
12. Abuelo/a
Nunca o casi nunca 30 30.0
A veces 28 28.0
Frecuentemente 21 21.0
Siempre o casi siempre 21 21.0
Total 100 100.0
127
Tabla 25
Frecuencia y porcentaje de cada ítem de la subescala complementaria de Interacción con
otras personas de la variable Higiene
Categoría Frecuencia Porcentaje
13. Papá 18 18.0
Nunca o casi nunca
A veces 19 19.0
Frecuentemente 34 34.0
Siempre o casi siempre 29 29.0
Total 100 100.0
14. Hermano/a.
Nunca o casi nunca 81 81.0
A veces 13 13.0
Frecuentemente 3 3.0
Siempre o casi siempre 3 3.0
Total 100 100.0
15. Tío/a
Nunca o casi nunca 67 67.0
A veces 18 18.0
Frecuentemente 9 9.0
Siempre o casi siempre 6 6.0
Total 100 100.0
16. Abuelo/a
Nunca o casi nunca 36 36.0
A veces 23 23.0
Frecuentemente 23 23.0
Siempre o casi siempre 18 18.0
Total 100 100.0
Por otro lado, se observa que la mayoría de los hermanos no tiene mayor
participación en cualquiera de las variables; a no ser que, sólo unos pocos de ellos
(no mayor al 27% en la variable Juego) participan “Frecuentemente” o “Siempre o
casi siempre”. Como se comentó durante la exposición de los resultados de la
variable Alimentación es importante considerar el orden de nacimiento del niño y la
edad de los hermanos, de haberlos.
128
Hablando de la ayuda que prestan los tíos, por lo que puede verse, la gran
mayoría (del 64 al 85%) participa “Nunca o casi nunca” o “A veces” en actividades
relacionadas con todas las variables de estudio.
En lo que respecta a los abuelos, los resultados permiten ver que hay una
participación uniforme de los mismos en las actividades relacionadas con las
variables de Alimentación y Sueño, ya que la mitad o poco más de la mitad de las
participantes reportó recibir ayuda de los abuelos para la realización de actividades
relacionadas con la alimentación y el juego del niño entre 1 y 12 meses de edad;
esto es, el 50% y el 59% lo hace “Frecuentemente” o “Siempre o casi siempre”,
respectivamente. Mientras que para las actividades relacionadas con la higiene o el
sueño se cuenta con una participación de menos de la mitad de los mismos; es decir
el 42 y el 41% lo hace “Nunca o casi nunca” o “A veces”, respectivamente.
De la misma forma, se observa que las medias más bajas de esta distribución
son las presentadas por los ítems 6, 19 y 20, éstas también se ubican dentro del
rango de actitud desfavorable.
Tabla 26
Media de cada ítem, desviación estándar, sesgo y curtosis de la subescala de Actitudes
Maternas
Ítem Media D. E. Sesgo Curtosis
1. Es importante recibir información acerca 4.83 .514 -4.809 31.070
de los tipos de lactancia y sus beneficios
inclusive antes de su nacimiento.
2. La lactancia materna es la mejor forma de 4.88 .477 -6.036 44.741
alimentarlo cuando es recién nacido.
3. Uno de los momentos en los que podemos 4.52 .747 -2.224 6.594
notar si está creciendo es cuando se le pesa
y se le mide.
4. Se puede detectar cuando tiene hambre, 4.50 .689 -1.418 2.109
por el tipo de llanto que presenta.
5. Uno de los momentos más adecuados 4.28 1.055 -1.640 1.992
para acariciarlo y apapacharlo es cuando se
le alimenta.
6. Es fácil decidir sobre el tipo de lactancia 2.71 1.175 -.024 -1.204
que se le dará, sólo hay que recordar la
manera en la que nos alimentaron a
nosotros.
7. Las bondades de la leche están presentes 3.15 1.366 -.131 -1.424
tanto en la leche materna como en la fórmula
láctea, cualquiera de ellas es buena elección
para alimentarlo, aún si está recién nacido.
8. Se nota que empieza a crecer y a 4.03 .870 -1.28 2.313
engordar hasta que se le dan probaditas.
9. La mejor manera de hacer que deje de 3.81 .950 -.977 .378
llorar es alimentándolo.
10. Es recomendable aprovechar el 4.07 1.027 -1.226 .894
momento en el que se le alimenta para
realizar pequeñas tareas, así se logran hacer
dos cosas al mismo tiempo.
11. El juego es una forma más de 4.67 .726 -2.964 10.031
proporcionarle estimulación.
12. El hecho de que tenga objetos 4.38 .826 -1.472 1.879
educativos favorece a su desarrollo.
13. El juego es poco provechoso, ya que aún 4.34 .819 -1.607 3.272
no lo entiende.
14. Se entretiene con cualquier cosa que se 3.57 1.208 -.869 -.274
le ponga entre las manos, por lo que es
innecesario darle objetos especiales.
15. El arreglo de un lugar especial para 4.39 .840 -1.473 1.722
dormir o tomar la siesta, favorece a
establecer sus hábitos de sueño.
16. Planear los momentos en los que tiene 4.36 .798 -1.232 1.162
que dormir, favorece al establecimiento de
hábitos de descanso.
17. Si tiene sueño, es importante que 3.69 1.012 -.952 .272
duerma aunque no sea su hora establecida.
18. Los cantos, arrullos y caricias lo ayudan 4.38 .663 -1.241 2.871
a quedarse dormido.
131
Tabla 26
Continuación
Ítem Media D. E. Sesgo Curtosis
19. Dejar que duerma o tome la siesta en 2.41 1.055 -.426 -.656
lugares variados, favorece a su adaptación a
distintos lugares. 2.12 1.018 -.752
-.231
20. Es preferible que duerma cuando
realmente tiene sueño, él marca su propio
ritmo de descanso.
21. Es mejor mantenerlo despierto la mayor 3.13 1.178 -.219 -1.023
parte del tiempo posible, a menos que sea
su hora de dormir.
22. Para que logre quedarse dormido, es 3.11 1.091 -.222 -1.071
mejor dejar que lo consiga solo.
23. Mantener su higiene contribuye a 4.88 .327 -2.375 3.712
conservar su salud.
24. Además de bañarlo, es necesario limpiar 4.66 .639 -2.164 5.143
con frecuencia sus manos y cara.
25. Es preferible cambiarle el pañal cada vez 4.54 .744 -1.715 3.472
que se ensucia.
26. Se conserva limpio por mucho tiempo, ya 3.53 1.039 -.825 .049
que realiza pocas actividades.
27. Las manos y la cara son de las partes del 3.72 1.341 -1.008 -.213
cuerpo que más limpias se conservan, por lo
que es innecesario limpiarlas con frecuencia.
28. Es preferible esperar a cambiarle el 4.04 .974 -.952 82.493
pañal para evitar el desperdicio.
29. Que sea cuidado por otras personas de 3.91 .933 -.960 .582
confianza, favorece a su interacción social
30. La gente que lo rodea enriquece sus 4.50 .659 -1.404 2.553
experiencias al hablar y jugar con él.
31. Lo mejor es que la mamá sea la que lo 3.35 1.218 -.465 -.946
cuide por tiempo completo, así se establece
una relación exclusiva entre ambos.
32. Es conveniente esperar a que crezca 4.37 .872 -2.107 5.550
para que la gente que lo rodea empiece a
hablar y jugar con él.
132
60
50
40
Frecuencia
30
20
10
1 2 3 4 5 6
Ítem 4
Figura 7. Histograma del ítem 4. Representa la distribución de las puntuaciones, ejemplo del sesgo
que presentan la mayoría de los ítems de la subescala de Actitudes Maternas (sesgo negativo).
Demostrando que la mayoría de las puntuaciones se encuentran dentro del rango de las categorías
de “Muy de acuerdo” y “De acuerdo” (actitud favorable).
Tabla 27
Prueba Levene, prueba t y discriminación de cada ítem de la subescala de Actitudes
Maternas
Ítem Levene t Sig. Discrimina
1. Es importante recibir información acerca de los .000 -2.924 .010 Sí
tipos de lactancia y sus beneficios inclusive antes
de su nacimiento.
2. La lactancia materna es la mejor forma de .000 -1.965 .054 No
alimentarlo cuando es recién nacido.
3. Uno de los momentos en los que podemos .032 -2.961 .009 Sí
notar si está creciendo es cuando se le pesa y
se le mide.
4. Se puede detectar cuando tiene hambre, por el .003 -3.476 .002 Sí
tipo de llanto que presenta.
5. Uno de los momentos más adecuados para .481 -1.809 .076 No
acariciarlo y apapacharlo es cuando se le
alimenta.
6. Es fácil decidir sobre el tipo de lactancia que .816 -1.617 .112 No
se le dará, sólo hay que recordar la manera en la
que nos alimentaron a nosotros.
7. Las bondades de la leche están presentes .828 -3.926 .000 Sí
tanto en la leche materna como en la fórmula
láctea, cualquiera de ellas es buena elección
para alimentarlo, aún si está recién nacido.
8. Se nota que empieza a crecer y a engordar .012 -4.658 .000 Sí
hasta que se le dan probaditas.
9. La mejor manera de hacer que deje de llorar .000 -4.045 .001 Sí
es alimentándolo.
10. Es recomendable aprovechar el momento en .000 -4.855 .000 Sí
el que se le alimenta para realizar pequeñas
tareas, así se logran hacer dos cosas al mismo
tiempo.
11. El juego es una forma más de proporcionarle .000 -4.190 .000 Sí
estimulación.
12. El hecho de que tenga objetos educativos .157 -2.834 .006 Sí
favorece a su desarrollo.
13. El juego es poco provechoso, ya que aún no .002 -5.124 .000 Sí
lo entiende.
14. Se entretiene con cualquier cosa que se le .023 -4.487 .000 Sí
ponga entre las manos, por lo que es innecesario
darle objetos especiales.
15. El arreglo de un lugar especial para dormir o .062 -3.918 .000 Sí
tomar la siesta, favorece a establecer sus hábitos
de sueño.
16. Planear los momentos en los que tiene que .051 -3.143 .012 Sí
dormir, favorece al establecimiento de hábitos de
descanso.
17. Si tiene sueño, es importante que duerma .023 -2.325 .036 Sí
aunque no sea su hora establecida.
134
Tabla 27
Continuación
Ítem Levene t Sig. Discrimina
18. Los cantos, arrullos y caricias lo ayudan a .436 -1.691 .096 No
quedarse dormido.
19. Dejar que duerma o tome la siesta en lugares .000 -3.551 .000 Sí
variados, favorece a su adaptación a distintos
lugares.
20. Es preferible que duerma cuando realmente .720 -1.718 .091 No
tiene sueño, él marca su propio ritmo de
descanso.
21. Es mejor mantenerlo despierto la mayor parte .981 -2.762 .001 Sí
del tiempo posible, a menos que sea su hora de
dormir.
22. Para que logre quedarse dormido, es mejor .648 -1.671 .100 No
dejar que lo consiga solo.
23. Mantener su higiene contribuye a conservar .000 -2.922 .012 Sí
su salud.
24. Además de bañarlo, es necesario limpiar con .192 -1.117 .269 No
frecuencia sus manos y cara.
25. Es preferible cambiarle el pañal cada vez que .110 -2.946 .004 Sí
se ensucia.
26. Se conserva limpio por mucho tiempo, ya que .055 -2.904 .005 Sí
realiza pocas actividades.
27. Las manos y la cara son de las partes del .000 -4778 .001 Sí
cuerpo que más limpias se conservan, por lo que
es innecesario limpiarlas con frecuencia.
28. Es preferible esperar a cambiarle el pañal .229 -3.275 .075 Sí
para evitar el desperdicio.
29. Que sea cuidado por otras personas de .906 -1.049 .299 No
confianza, favorece a su interacción social
30. La gente que lo rodea enriquece sus .073 -4.244 .009 Sí
experiencias al hablar y jugar con él.
31. Lo mejor es que la mamá sea la que lo cuide .772 -2.839 .037 Sí
por tiempo completo, así se establece una
relación exclusiva entre ambos.
32. Es conveniente esperar a que crezca para .007 -4.908 .001 Sí
que la gente que lo rodea empiece a hablar y
jugar con él.
Por lo tanto, fueron eliminados de la subescala los ítems 13, 14, 17, 21, 26, 27, 30 y
31, (Pérez, 2009).
Los 16 ítems restantes quedaron distribuidos con claridad en 4 factores con pesos
que fluctuaron entre .500 y.760. El factor 1 quedó constituido por 5 ítems, el factor 2
se conformó con 5 ítems, el factor 3 con 3 ítems y el factor 4 con 3 ítems. Estos
factores explican el 56% de la varianza total. (Véase Tabla 28).
Tabla 28
Ítems que componen cada factor, peso, porcentaje de varianza explicada y alfa de
Cronbach para la subescala de Actitudes Maternas
Factores 1 2 3 4 Peso %V.E. Alfa
1. Es importante recibir .759
información acerca de los tipos de
lactancia y sus beneficios
inclusive antes de su nacimiento.
3. Uno de los momentos en los .747
que podemos notar si está
creciendo es cuando se le pesa y
se le mide.
4. Se puede detectar cuando
tiene hambre, por el tipo de llanto .692 4.060 25.38 .76
que presenta.
11. El juego es una forma más de .610
proporcionarle estimulación.
12. El hecho de que tenga objetos .661
educativos favorece a su
desarrollo.
Tabla 28
Continuación
Factores 1 2 3 4 Peso %V.E. Alfa
32. Es conveniente a esperar a .500
que crezca para que la gente que
lo rodea empiece a hablar y jugar
con él.
planear un tiempo (en la medida de lo posible) en el que la alimentación del niño sea
un momento de interacción impidiendo interrupciones previsibles.
En cuanto al factor 4, constituido por los ítems 13, 14, 19 y 32, al cual se le
nombró “Estructuración del ambiente”, al parecer involucra el tipo de estimulación
que proporciona la madre cuando considera al niño como un ser capaz de responder
a los estímulos del ambiente. En especial, este factor se refiere al reconocimiento de
la madre de las respuestas sutiles que presenta el niño a la habituación y
deshabituación de los estímulos que están presentes en su ambiente; esto sucede
gracias a que el niño es capaz de percibir las características de los objetos, lo que
más tarde le permitirá formar sus primeras categorías sobre el mundo (Santrock,
2004).
Tabla 29
Ítems que componen cada factor de la subescala de Actitudes Maternas
Factores
Factor 1: Cuidado y protección.
1. Es importante recibir información acerca de los tipos de lactancia y sus beneficios inclusive
antes de su nacimiento.
3. Uno de los momentos en los que podemos notar si está creciendo es cuando se le pesa y se
le mide.
4. Se puede detectar cuando tiene hambre, por el tipo de llanto que presenta.
11. El juego es una forma más de proporcionarle estimulación.
12. El hecho de que tenga objetos educativos favorece a su desarrollo.
7. Las bondades de la leche están presentes tanto en la leche materna como en la fórmula
láctea, cualquiera de ellas es buena elección para alimentarlo, aún si está recién nacido.
8. Se nota que empieza a crecer y a engordar hasta que se le dan probaditas.
9. La mejor manera de hacer que deje de llorar es alimentándolo.
10. Es recomendable aprovechar el momento en el que se le alimenta para realizar pequeñas
tareas, así se logran hacer dos cosas al mismo tiempo.
19. Dejar que duerma o tome la siesta en lugares variados, favorece a su adaptación a distintos
lugares.
13. El juego es poco provechoso, ya que aún no lo entiende.
14. Se entretiene con cualquier cosa que se le ponga entre las manos, por lo que es innecesario
darle objetos especiales.
32. Es conveniente a esperar a que crezca para que la gente que lo rodea empiece a hablar y
jugar con él.
de la gráfica (véase Figura 8); sin embargo, los ítems 3, 18 y 19 se aprecian con un
sesgo negativo, debido a que en estas conductas las participantes presentan
puntuaciones bajas (1 = Nunca o casi nunca y 2 = A veces) hacia estos ítems
(conducta desfavorable).
En lo que se refiere a la media, se observa que las medias más bajas de esta
distribución son las de los ítems 3 y 19, ya que las puntuaciones se ubican dentro del
rango de “Nunca o casi nunca” o “A veces”. Por lo que se tuvo especial atención con
el comportamiento de los ítems 3 y 19 al obtener los resultados de la prueba t, de
Student, ya que si éstos no discriminaban tendrían que ser eliminados de la
subescala.
Tabla 30
Media de cada ítem, desviación estándar, sesgo y curtosis de la subescala de Hábitos de
Crianza
Ítem Media D. E. Sesgo Curtosis
Alimentación
Ud. alimenta a su hijo/a:
Tabla 30
Continuación
Ítem Media D. E. Sesgo Curtosis
Sueño
Para el descanso de su hijo/a Ud.:
Higiene
Ud. cuida la higiene de su hijo/a:
60
50
Frecuencia 40
30
20
10
0
1 2 3 4 5 6
Ítem 4
Figura 8. Histograma del ítem 4. Representa la distribución de las puntuaciones, ejemplo del sesgo
que presentan la mayoría de los ítems de la subescala de Hábitos de Crianza (sesgo negativo).
Demostrando que la mayoría de las puntuaciones se encuentran dentro del rango de las categorías
de “Frecuentemente” y “Siempre o casi siempre” (conducta favorable).
Tabla 31
Prueba Levene, prueba t y discriminación de cada ítem de la subescala de Hábitos de
Crianza
Ítem Levene t Sig. Discrimina
Alimentación
Ud. alimenta a su hijo/a:
Tabla 31
Continuación
Ítem Levene t Sig. Discrimina
Sueño .001 -5.754 .000 Sí
Para el descanso de su hijo/a Ud.:
Higiene
Ud. cuida la higiene de su hijo/a:
Tabla 32
Ítems que componen cada factor, peso, porcentaje de varianza explicada y alfa de
Cronbach para la subescala de Hábitos de Crianza
Factores 1 2 3 4 Peso %V.E. Alfa
10. Ud. realiza actividades de juego .707
con su hijo/a estimulándolo con
diferentes objetos.
11. Ud. realiza actividades de juego .676
con su hijo/a organizando sus
actividades diarias dejando un
espacio para esto.
12. Ud. realiza actividades de juego .590 5.068 29.8 .75
con su hijo/a ofreciéndole objetos
educativos que favorezcan su
desarrollo.
28. Ud. cuida la higiene de su hijo/a .533
con la limpieza de manos y cara.
29. Ud. cuida la higiene de su hijo/a .513
al retirarle la lagaña de los ojos.
30. Ud. cuida la higiene de su hijo/a .740
retirándole los restos de alimento de
las encías (o de las encías y
dientes) después de comer.
Tabla 32
Continuación
Factores 1 2 3 4 Peso %V.E. Alfa
8. Cuando Ud. alimenta a su hijo/a .441
le habla, sonríe y apapacha.
17. Para el descanso de su hijo/a .614 1.420 4.53 .66
Ud. durante la noche, arregla un
sitio especial para dormir.
21. Para ayudar a su hijo/a a .519
conciliar el sueño Ud. lo alimenta.
33. Ud. realiza la higiene de su .798
hijo/a hablándole, sonriéndole y
apapachándolo/la.
Al cuarto factor, conformado por los ítems 13, 20 y 26, se le dio el nombre
“Respeto por la individualidad” (Santrock, 2004), ya que esta dimensión, al parecer
se refiere a las conductas que caracterizan a un cuidador no solamente sensible a
las necesidades del niño, sino además flexible hacia las mismas. Implica que la
madre esté atenta a las señales del niño sobre las cosas, estímulos o condiciones
que le agradan o que le desagradan, tales como: no poder dormir por tener sucio el
pañal y necesitar un cambio urgente; haberse ensuciado la ropa durante la actividad
(aunque recientemente se le haya cambiado); o estar a disgusto con la presentación
de algún juego o estímulo. Ante tales situaciones, la madre presenta sensibilidad y
flexibilidad, por ejemplo: cambiándole el pañal para que pueda dormir tranquilo;
haciéndole un cambio de ropa para mantenerlo cómodo; o evitando su
sobreestimulación al retirarle los estímulos molestos. El grado de molestia también
puede depender del tipo de temperamento del niño, que podría ser diferente al de la
madre que, sin embargo, mantiene conductas sensibles y flexibles hacia el mismo.
Tabla 33
Ítems que componen cada factor de la subescala de Hábitos de Crianza
Factores
Factor 1: Sincronía interactiva.
10. Ud. realiza actividades de juego con su hijo/a estimulándolo con diferentes objetos.
11. Ud. realiza actividades de juego con su hijo/a organizando sus actividades diarias dejando un
espacio para esto.
12. Ud. realiza actividades de juego con su hijo/a ofreciéndole objetos educativos que favorezcan
su desarrollo.
28. Ud. cuida la higiene de su hijo/a con la limpieza de manos y cara.
29. Ud. cuida la higiene de su hijo/a al retirarle la lagaña de los ojos.
30. Ud. cuida la higiene de su hijo/a retirándole los restos de alimento de las encías (o de las
encías y dientes) después de comer.
13. Durante el juego, Ud. se asegura de que éste sea del agrado de su hijo/a.
20. Para ayudar a su hijo/a a conciliar el sueño Ud. le revisa el pañal.
26. Ud. cuida la higiene de su hijo/a cambiando su ropa cada vez que se la ensucia.
151
Esto cuenta para los factores 3 y 4, los cuales presentan los niveles más bajos de
confiabilidad interna. El factor 3 (α .42), “Reconocimiento de necesidades” significa
una actitud favorable de la madre para estar dispuesta a realizar actividades prontas
y repetitivas (cambio frecuente del pañal) que, a su vez se relaciona con la
sensibilidad de la misma para detectar señales de malestar en el niño. El factor 4 (α
.48), “Estructuración del ambiente” podría ser la dimensión que mayor tiempo y
dedicación implique, pues se trata de la actitud favorable de la madre para estar
dispuesta a compartir actividades lúdicas con el niño; pero también implica que la
diada está tan consolidada que la sincronía emocional entre ambos elementos está
en pleno, de manera que madre e hijo tienen un conocimiento interpersonal que les
permite adecuar el ambiente a sus necesidades (Stern, 1977). Ambas dimensiones
presentan consistencia interna baja.
153
Las actividades que siguen en importancia para el cuidado del niño, son las
referidas por las participantes en la dimensión de “Regulación emocional” (factor 2),
con un α de .81, considerado también como un nivel aceptable de consistencia
interna. Es el tipo de cuidado que la madre proporciona al niño durante el primer año
de vida, cuando el menor requiere de ayuda externa para lograr tranquilizarse. Esta
actividad involucra conductas maternas que favorecen la autorregulación emocional
del menor, capacidad que trasciende por el resto de la vida del individuo, pues la
regulación interna promueve su independencia y autonomía (Muñoz, 2010).
Estas últimas dimensiones podrían requerir que la madre hiciera un buen uso de
sus redes sociales, ya que tal vez la ayuda que pueda recibir de la familia extensa, le
sea indispensable para estructurar óptimamente el ambiente y estar disponible para
responder oportunamente a las necesidades del niño (Barudy & Dantagnan, 2010).
Lo más relevante a este punto es, que existen coincidencias entre ambas
subescalas, ya que las dimensiones “Cuidado y protección” (factor 1 de la subescala
de actitudes maternas) y “Sincronía interactiva” (factor 1 de la subescala de hábitos
de crianza) representan la importancia que tiene para la madre tanto observar una
actitud positiva como realizar acciones que permitan al niño conservar la salud.
Estos resultados coinciden con lo observado por Amar et al. (2003) los cuales
realizaron una investigación sobre factores protectores en niños de 0 a 3 años
pertenecientes a familias en desventaja socioeconómica en las poblaciones de
Tasajera y Barranquilla. Durante este estudio, los autores encontraron que uno de
los factores protectores más importantes es el que ellos clasificaron dentro del grupo
de factores materiales y que se relaciona con cuidados preventivos a la salud.
Por otro lado, la participación de los hermanos (cuando los hay) es mínima para
cualquier actividad, pero quedan reservas en la interpretación de su contribución,
pues en la mayoría de los casos el niño menor de 12 meses de edad es el
primogénito. Esto último en especial, por la importancia que representa la interacción
de los hermanos con el niño como objeto de cuidado (Enesco, 2003).
En cuanto al apoyo que la madre recibe de la familia extensa, se tiene que los
abuelos participan con mayor frecuencia en actividades de cuidado del niño
concernientes a la alimentación o al juego, no así en actividades de higiene o las
relacionadas con el descanso del niño. Los tíos prestan un cuidado complementario
al realizar con mayor frecuencia actividades de juego; sin embargo realmente su
participación es mínima. Por lo tanto, podemos concluir que, para la muestra de
estudio, la madre es la persona que realiza la mayor contribución en actividades
relacionadas con el cuidado del niño de entre 1 y 12 meses de edad.
Pero, hay que considerar que el presente estudio considera el cuidado del niño
aparentemente sano, por lo que, al parecer, no existe una necesidad apremiante o
percepción de vulnerabilidad en el niño, que motive a la madre a solicitar más apoyo
del que la familia extensa voluntariamente ofrece. Ya que, en contraste, Mora y
Rojas (2005) han encontrado que, en poblaciones específicas de niños
pertenecientes al programa Canguro en un hospital de Cali, Colombia, la condición
de prematurez del niño obliga a los padres a buscar ayuda en la familia extensa.
Estos aspectos del cuidado del niño, aunque presentados con menor importancia
por las participantes, son en realidad aquellos que han sido relacionados por autores
como Barudy y Dantagnan (2010) como experiencias favorables para el niño, las
cuales repercuten en las historias infantiles en forma de recuerdos implícitos.
Por lo anterior, se considera que este objetivo fue cumplido al lograr obtener las
estructuras factoriales del instrumento, en su versión depurada, ya que los dos
158
Una vez llegado a este punto, el instrumento de medición será útil no sólo para
detectar casos de riesgo psicoambiental; sino también para realizar la planeación
personalizada de la intervención.
159
Referencias
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aporte investigativo desde la psicología comunitaria de la salud. Psicología desde el
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Psicología, 13(1) 77-89. Recuperado de
http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=29213107
Anexos
Anexo A
CONSENTIMIENTO INFORMADO
He realizado las preguntas que considere oportunas, las cuales han sido aclaradas con respuestas que considero
suficientes y aceptables.
Hago constar que he comprendido plenamente el contenido del presente documento y acepto las condiciones del
CIETEP de manera libre y razonada.
Nombre y firma
174
Anexo B
Cuestionario de Actitudes Maternas y Hábitos de Crianza
Datos generales
Nombre del niño No. de expediente
Edad Sexo Orden de nacimiento
Nombre de la madre
Edad Escolaridad Ocupación
Al interior de este cuestionario encontrará diversas afirmaciones sobre la manera en la que Ud. cuida
a su hijo/a. Por favor, lea cuidadosa y atentamente a cada una de las escalas y responda eligiendo la
opción que mejor se ajuste.
En cada afirmación, Ud. deberá indicar mediante una X el grado de acuerdo con el que se ajusta su
opinión. Las opciones pueden ser: Nunca o casi nunca, A veces, Frecuentemente, o Siempre o casi
siempre.
En cada actividad descrita, elija la frecuencia con la que Ud. realiza dichas actividades con su hijo/a,
mediante una X marque cualquiera de las siguientes opciones: Nunca o casi nunca, A veces,
Frecuentemente, o Siempre o casi siempre.
En cada actividad descrita, elija la frecuencia con la que Ud. recibe ayuda de las personas
mencionadas para cuidar a su hijo/a, mediante una X marque cualquiera de las siguientes opciones:
Nunca o casi nunca, A veces, Frecuentemente, o Siempre o casi siempre.
175
Actitudes maternas
Muy de acuerdo= 5 De acuerdo= 4 Sin opinión= 3 En desacuerdo= 2
Muy en desacuerdo= 1
Hábitos de crianza
Siempre o casi siempre= 4 Frecuentemente= 3 A veces= 2
Nunca o casi nunca = 1
4 3 2 1 Comentarios
No. Alimentación
Ud. alimenta a su hijo/a:
1. Exclusivamente con leche materna.
7. Lo acuna en su regazo.
4 3 2 1 Comentarios
No. Alimentación
Ud. alimenta a su hijo/a:
28. Al cambiarle el pañal.
29. Con la limpieza de manos y cara.
30. Al retirarle la lagaña de los ojos.
Ud. realiza la higiene de su hijo/a:
31. En horarios establecidos.
32. Cada vez que se da cuenta de que está incómodo, porque
tiene sucio el pañal.
33. Hablándole, sonriéndole y apapachándole.
4 3 2 1 Comentarios
No. De quién recibe ayuda para realizar las siguientes
actividades con su hijo/a:
Alimentación
1. El papá
2.El/la hermano/a
3. El/la tío/a
4. El abuelo/a
Juego
5. El papá
6. El/la hermano/a
7. El/la tío/a
8.El abuelo/a
Sueño
9. El papá
10. El/la hermano/a
11. El/la tío/a
12. El abuelo/a
Higiene
13. El papá
14. El/la hermano/a
15.El/la tío/a
16. El abuelo/a
179
Anexo C
Cuestionario de Actitudes Maternas y Hábitos de Crianza
Datos generales
Nombre del niño No. de expediente
Edad Sexo Orden de nacimiento
Nombre de la madre
Edad Escolaridad Ocupación
Instrucciones
Actitudes maternas
Hábitos de crianza
7. Lo acuna en su regazo.
8. Le habla, sonríe y apapacha.
9. Realiza otra actividad mientras lo hace.
Juego
Ud. realiza actividades de juego con su hijo/a:
10. Estimulándolo con diferentes objetos.
11. Organizando sus actividades diarias dejando un espacio para
esto.
12. Ofreciéndole objetos educativos que favorezcan su desarrollo.
Durante el juego, Ud.:
13. Se asegura de que éste sea del agrado de su hijo/a.
14. Inicia la estimulación buscando un momento apropiado en el que
ambos están dispuestos a la actividad.
15. Le muestra objetos nuevos y llamativos.
Sueño
Para el descanso de su hijo/a Ud.:
16. Durante el día, arregla un sitio especial para la siesta.
17. Durante la noche, arregla un sitio especial para dormir.
18. Permite que duerma aunque no sea hora.
Para ayudar a su hijo/a a conciliar el sueño Ud.:
19. Deja que él/ella lo consiga solo/a.
20. Le revisa el pañal.
21. Lo alimenta.
22. Lo carga y arrulla.
23. Lo acaricia y apapacha.
24. Le habla.
Higiene
Ud. cuida la higiene de su hijo/a:
25. Bañándolo/la
26. Cambiando su ropa cada vez que se la ensucia.
182
4 3 2 1 Comentarios
No. Alimentación
Ud. alimenta a su hijo/a:
27. Cambiándole el pañal.
28. Con la limpieza de manos y cara.
29. Al retirarle la lagaña de los ojos.
30. Retirándole los restos de alimento de las encías (o de las encías
y dientes) después de comer.
Ud. realiza la higiene de su hijo/a:
31. En horarios establecidos.
32. Cada vez que se da cuenta de que está incómodo, porque tiene
sucio el pañal.
33. Hablándole, sonriéndole y apapachándolo/la.
1. El papá
2.El/la hermano/a
3. El/la tío/a
4. El abuelo/a
Juego
5. El papá
6. El/la hermano/a
7. El/la tío/a
8.El abuelo/a
Sueño
9. El papá
10. El/la hermano/a
11. El/la tío/a
12. El abuelo/a
Higiene
13. El papá
14. El/la hermano/a
15.El/la tío/a
16. El abuelo/a
183
Anexo D
Datos generales
Nombre del niño No. de expediente
Edad Sexo Orden de nacimiento
Nombre de la madre
Edad Escolaridad Ocupación
Actitudes maternas
Instrucciones
Lea cuidadosa y atentamente cada una de las afirmaciones sobre crianza de los niños pequeños. Se trata de
que Ud. exprese si está muy de acuerdo, de acuerdo, sin opinión, en desacuerdo o muy en descuerdo marcando
con una X según considere.
Muy de acuerdo= 5 De acuerdo= 4 Sin opinión= 3 En desacuerdo= 2
Muy en desacuerdo= 1
No. Para cuidar a un niño entre uno y doce meses de 5 4 3 2 1 Comentarios
edad:
1. Es importante recibir información acerca de los tipos de
lactancia y sus beneficios inclusive antes de su nacimiento.
2. Uno de los momentos en los que podemos notar si está
creciendo es cuando se le pesa y se le mide.
3. Se puede detectar cuando tiene hambre, por el tipo de llanto
que presenta.
4. El juego es una forma más de proporcionarle estimulación.
5. El hecho de que tenga objetos educativos favorece a su
desarrollo.
6. Las bondades de la leche están presentes tanto en la leche
materna como en la fórmula láctea, cualquiera de ellas es
buena elección para alimentarlo, aún si está recién nacido.
7. Se nota que empieza a crecer y a engordar hasta que se le
dan probaditas.
8. La mejor manera de hacer que deje de llorar es
alimentándolo.
9. Es recomendable aprovechar el momento en el que se le
alimenta para realizar pequeñas tareas, así se logran hacer dos
cosas al mismo tiempo.
10. Dejar que duerma o tome la siesta en lugares variados,
favorece a su adaptación a distintos lugares.
11. El arreglo de un lugar especial para dormir o tomar la siesta,
favorece al establecimiento de hábitos de sueño.
12. Planear los momentos en los que tiene que dormir, favorece
al establecimiento de hábitos de descanso.
13. Mantener su higiene contribuye a conservar su salud.
14. Es preferible cambiarle el pañal cada vez que se ensucia.
15. Es preferible esperar a cambiarle el pañal para evitar el
desperdicio.
16. Es conveniente a esperar a que crezca para que la gente
que lo rodea empiece a hablar y jugar con él.
184
Hábitos de crianza
Instrucciones
Lea cuidadosa y atentamente cada una de las cuestiones que se le presentan y piense en lo que ha
hecho con su hijo/a en casa y fuera de ella durante la última semana.
En cada pregunta deberá indicar con qué frecuencia realiza Ud. las actividades que se describen
(nunca o casi nunca, a veces, frecuentemente, o siempre o casi siempre). Para elegir la opción que
mejor se ajuste a la atención que Ud. le da a su hijo/a, marque con una X según corresponda.
Siempre o casi siempre= 4 Frecuentemente= 3 A veces = 2
Nunca o casi nunca= 1
4 3 2 1 Comentarios
1. Ud. realiza actividades de juego con su hijo/a estimulándolo
con diferentes objetos.
2. Ud. realiza actividades de juego con su hijo/a organizando
sus actividades diarias dejando un espacio para esto.
3. Ud. realiza actividades de juego con su hijo/a ofreciéndole
objetos educativos que favorezcan su desarrollo.
4. Ud. cuida la higiene de su hijo/a con la limpieza de manos y
cara.
5. Ud. cuida la higiene de su hijo/a al retirarle la lagaña de los
ojos.
6. Ud. cuida la higiene de su hijo/a retirándole los restos de
alimento de las encías (o de las encías y dientes) después de
comer.
7. Para ayudar a su hijo/a a conciliar el sueño Ud. lo carga y
arrulla.
8. Para ayudar a su hijo/a a conciliar el sueño Ud. lo acaricia y
apapacha.
9. Para ayudar a su hijo/a a conciliar el sueño Ud. le habla.
10. Cuando Ud. alimenta a su hijo/a le habla, sonríe y
apapacha.
11. Para el descanso de su hijo/a Ud. durante el día, arregla
un sitio especial para la siesta.
12. Para el descanso de su hijo/a Ud. durante la noche,
arregla un sitio especial para dormir.
13. Para ayudar a su hijo/a a conciliar el sueño Ud. lo
alimenta.
14. Ud. realiza la higiene de su hijo/a hablándole, sonriéndole
y apapachándolo/la.
15. Durante el juego, Ud. se asegura de que éste sea del
agrado de su hijo/a.
16. Para ayudar a su hijo/a a conciliar el sueño Ud. le revisa el
pañal.
17. Ud. cuida la higiene de su hijo/a cambiando su ropa cada
vez que se la ensucia.
185
Instrucciones
Lea cuidadosa y atentamente cada una de las cuestiones que se le presentan y piense en la o las
personas de la familia que le ayudan en casa, en el cuidado de su hijo/a de manera habitual.
En cada pregunta deberá indicar con qué frecuencia recibió Ud. ayuda en las actividades que se
describen (nunca, casi nunca, a veces, frecuentemente, o siempre o casi siempre). Para elegir la
opción que mejor se ajuste a su respuesta, marque con una X según corresponda.
Siempre o casi siempre= 4 Frecuentemente= 3 A veces= 2
Nunca o casi nunca = 1
4 3 2 1 Comentarios
No. De quién recibe ayuda para realizar las siguientes
actividades con su hijo/a:
Alimentación
1. El papá
2.El/la hermano/a
3. El/la tío/a
4. El abuelo/a
Juego
5. El papá
6. El/la hermano/a
7. El/la tío/a
8.El abuelo/a
Sueño
9. El papá
10. El/la hermano/a
11. El/la tío/a
12. El abuelo/a
Higiene
13. El papá
14. El/la hermano/a
15.El/la tío/a
16. El abuelo/a