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PONTIFICIO SEMINARIO PALAFOXIANO ANGELOPOLITANO

LICENCIATURA EN TEOLOGÍA
LIBRO II: PUEBLO DE DIOS
PBRO. HECTOR GONZÁLEZ BAÑUELOS
No. DE LISTA: ALUMNO (S): LUIS MIGUEL COCONE TLELO Y
GUSTAVO PÉREZ SALOME

Título III. DE LOS INSTITUTOS SECULARES

CC. 710-730

Son dos los elementos esenciales que integran la definición de un instituto secular:
consagración y secularidad. En cuanto que es un instituto de vida consagrada, le
son aplicables el concepto y las normas comunes a dichos institutos.

Desde el punto de vista canónico, una de las diferencias más importantes entre
institutos religiosos y seculares. Los primeros asumen los consejos evangélicos
necesariamente mediante votos públicos, mientras que los institutos seculares
también de modo público pueden asumirlos mediante otros vínculos sagrados,
como juramentos, promesas, etc. Según lo que establezcan las constituciones en
cada caso.

Los miembros de estos institutos manifiestan y ejercen su propia consagración en


la actividad apostólica y, a manera de levadura, se esfuerzan por impregnar todas
las cosas con el espíritu evangélico, para fortaleza e incremento del Cuerpo de
Cristo.

Los miembros laicos participan en la función evangelizadora de la Iglesia en el


mundo y tomando ocasión del mundo bien sea con el testimonio de vida cristiana y
de fidelidad a su consagración, bien con la colaboración que prestan para ordenar
según Dios los asuntos temporales e informar al mundo con la fuerza del
Evangelio. Y también ofrecen su propia cooperación al servicio de la comunidad
eclesial, de acuerdo con su modo de vida secular.

Respecto a la incardinación. La regla general de los clérigos de los institutos


seculares se incardine en la diócesis para la que han sido promovidos. Por
concesión de la sede apostólica, sin embargo, existe la posibilidad de que se
incardinen en el propio instituto.

La administración de los bienes del instituto, que debe manifestar y formar la


pobreza evangélica, se rige por las normas del libro V, De los bienes temporales
de la iglesia, así como también por el derecho propio del instituto.

Para que los miembros correspondan fielmente a su vocación y su acción


apostólica sea fruto de la misma unión con Cristo, deben dedicarse intensamente a
la oración, leer de manera conveniente la sagrada Escritura, observar los tiempos
anuales de retiro y realizar otros ejercicios de piedad según el derecho propio. La
celebración de la Eucaristía, diaria en la medida de lo posible, debe ser fuente y
fortaleza de toda su vida consagrada. Acudirán libremente al sacramento de la
penitencia, que deben recibir con frecuencia. Tengan con libertad la necesaria
dirección de conciencia y busquen en sus propios directores, si así lo desean, los
consejos oportunos.

Es admitido inválidamente a la prueba inicial: 1) que no haya alcanzado la mayoría


de edad. 2) Ligado por un vínculo consagrado a un instituto de vida consagrada o
sociedad de vida apostólica. 3) A un cónyuge en el matrimonio. 4) madurez
necesaria.

Los candidatos deben conocer su vocación y la vida propia de su instituto. Así


mismo deben vivir según los consejos evangélicos y convertir toda su vida en
apostolado.

Su tiempo de prueba no debe ser inferior a un bienio. Al término de la prueba el


candidato apto debe abrazar los tres consejos evangélicos. Esta primera
incorporación no debe ser menor a los cinco años. Al término de la incorporación
temporal, el miembro puede abandonar el instituto o el director mayor le puede
excluir.

Después de este tiempo ya puede ser incorporado de manera perpetua o bien a la


definitiva. De ser incorporados por completo deben continuar su formación
permanente y su acompañamiento espiritual.

El miembro incorporado perpetuamente que quiera abandonar el instituto, debe


pedir a la Santa Sede a través del director general, el necesario indulto si el
instituto es de derecho pontificio. Concedido el indulto, cesan todos los vínculos,
derechos y obligaciones de la incorporación.

La expulsión de un miembro del instituto se da: 1) Haya abandonado notoriamente


la fe católica. cann. 694. 2) Haya contraído matrimonio o lo intente, aunque sea
sólo civil. cann. 694. 3) cometer homicidio, raptar a un ser humano. cann. 1397. 4)
Quien procura el aborto cann. 1398.

Para el tránsito de un miembro de un instituto secular sólo si: 1) concesión de


ambos Superiores generales de los institutos. 2) Tras una prueba de tres años.

Comentario.

Por tanto, la vida consagrada secular es precisamente la consagración de la


secularidad, la unión esencial e indisoluble entre la vida secular y la vida
consagrada por la profesión de los consejos evangélicos, el arquetipo de la
presencia y acción evangélica de la Iglesia en el mundo. En conclusión,
consideramos que lo establecido en el derecho canónico, está completo, ya que va
complementando con cánones anteriores y posteriores para dejar todo en claro.
Así mismo, observamos que, se mencionan las características y datos necesarios
de forma general, para finalizar diremos que concierne a los institutos seculares, y
a las normas de derechos y deberes de cada instituto dependerá de cada instituto.

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