Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
, iAUUEU
DNOW
, OUTtQ\
• i' 's •
r I
I
C O M P E N D I O
DE ECONOMIA POLITICA
POR
PABLO LEROY-BEAULIEU
AUKELIO D. CANALE
MEXICO
TIPOGRAFIA DE IRENEO PAZ.
pueblo. . .
Colaborador eficaz y activo de esa administra-
ción en dos importantísimos ramos de ella, siempre
han' encontrado en usted aliento y estímulo, todos
aquellos trabajos que en cualquiera proporcion y de
cualquier modo, puedan ejercer alguna influencia
en el gradual desenvolvimiento de nuestra cultura;
en esa virtud, al emprender la presente traducción
de la obra, precursora de otra más amplia, del pro-
fundo pensador que, con Garnier, Beauregard y
Bast ible, mayor impulso ha dado en F ^ n c i a al es-
7245
t a d i o d e la ciencia económica, no he vacilado en p o -
n e r ai frente de mi mod#stk laBor, el nombre hono-
rable, d e U d . Dígnese usted, señor, aceptarla bené-
v o l o , c o m o nn homenaje respetuoso, y en prueba de
p e r s o n a l adhesión, de su siempre atento y leal servi-
dor
A . D . CANALE. P R O E M I O
OBJETO DE LA PRODUCCION.
— D I V E R S O S AGENTES QUE CONCURREN Á
LA OBRA PRODUCTIVA:
L A NATURALEZA, EL TRABAJO Y EL CAPITAL.
OBJETO DE LA PRODUCCION.
—DIVERSOS AGENTES QUE CONCURREN Á
L A OBRA PRODUCTIVA:
L A NATURALEZA, EL TRABAJO Y EL CAPITAL-
« s f e s a & a
liaciones, directa ó indirectamente.
El ahorro y los capitales se desarrollan
tanto más, cuanto mejor garantizados se
encuentren los poseedores de bienestar y
^de riquezas, y más eficazmente asegurada
se halle la propiedad.
3°. Mientras más despejado se presente
el porvenir, más considerable será el aho-
rro, y más aumentará el capital de un
p a í s / D e esa suerte, una sólida constitu-
ción de la familia, y el respeto al derecho
de'herencia, se encuentran entre las con-
diciones que favorecen la capitaliza- S i s
g ® ¡ í d í ¡ 5
ción.
Estas dos instituciones, familia y suce-
sión, son de utilidad evidente para la ma-
sa social, y hasta para aquellos que no
l o s ^ t a í t o t 4l n Z S d ' C O n SUS t f t u -
teniendo parientes no pueden esperar
herencia alguna; y son productoras, en obligaciones, fij^fe* S
toda la extensión de la palabra, porque de todas clases, l o s pequeños cupraes de
estimulan el espíritu de previsión y sacrifi- °eñ f 1 r d e 3 ó 4 f ~ &
c i o entre los adultos y aun en los de edad
provecta. Los célibes, en general, no se
preocupan de quien pueda sucederle?s y
ahorran menos que los padres de familia.
^ S r e a á t S ^ -
sente en provecho del porvenir, necesario
aleatorias, y aquellas que ofrecen peque- es, para que se produzca en todas las cla-
ños intereses perfectamente asegurados, ses sociales, que cada quien tenga la se-
toda la organización de la industria y del guridad completa, de que únicamente el
crédito, multiplica las ocasiones de aho- ahorro puede proporcionarle el goce de
rrar. Antes el hombre del pueblo no sabia determinados bienes. Así las leyes que tu-
cómo imponer sus economías, hoy, ade- viesenpor objeto poner bajo el cuidado del
lantándose á sus deseos, se le solicita por Estado ó la comunidad á los individuos im-
todas partes, aunque, si bien es cierto, ne- previsores, destruirían en una infinidad
cesita desconfiar de tal oficiosidad, que de ellos, hasta el sentimiento de previsión.
algunas veces enmascara el propósito de Una ayuda pública demasiado fácil que
apoderarse, por medios hábiles, del aho- otorgase al pobre derecho á ser socorrido
rro ageno. en todo, que le proporcionase, sobre todo,
6 o . Las leyes pueden desviar las co- una existencia algo cómoda; una caridad
rrientes del ahorro, de dos modos dife- privada, demasiado intensa y falta de cir-
rentes: todos los impuestos desproporcio- cunspección, ejercerían en los espíritus
nados sobre los capitales ó las rentas, prin- una acción depresiva, alejándolos de la
cipalmente los impuestos variables y arbi- economía, es decir de la capitalización.
trarios, inspirados por un espíritu de en- Algunos proyectos que á primera vista,
vidia ó de odio hacia las clases acomoda- soS seductores, determinarían los efectos
das y ricas, producen inmediatamente, ó desastrosos á quenosreferimos. Entre ellos
al través del tiempo, el efecto de disminuir se encuentra, en primer término el de
el ahorro; tales medidas equivalen, en efec- los «Inválidos del Trabajo» que trata de
proporcionar, sin contribución alguna de
to, á una disminución, ya de las rentas de
su parte, una vejez honrada y cómoda al
los capitales, ya de la seguridad de que
obrero; prometed al hombre gratuitamen-
disfrutan. Las tasaciones de los patrimo-
te los resultados que alcanza en la actua-
nios ó propiedades, cuando son exagera- lidad mediante sacrificios y esfuerzos, y
das y exceden á la renta anual de los ca- no realizara esfuerzo ni sacrificio algunos.
pitales, tienen de un modo especial, este
efecto funesto. La generosidad imprudente del Estado
Las leyes tienen otro modo de depri- secaría las fuentes del ahorro, suprimien-
mir el espíritu de capitalización. Repre- do las principales razones de el, y la ca-
sentando el ahorro, un sacrificio del pre-
pitalización, que es el principal resorte-
del progreso social, quedaría paralizada.
Esto envuelve otra cuestión, la deaveri-
guarsi el Estado podría substituir á los in-
^^^^^^
ahormv ?ÍT8 qUe,tienen espíritu del
Existe pues una gran diferencia entre ni los cambios de sistemas ó de combina-
función que desempeña el empresario y el ciones de labores, que á menudo son tan
cuadro que de ella presentan algunos so • necesarios,
cialistas alemanes, que no ven en él más El papel del empresario exije además
que un sobrestante, un mayordomo, un cualidades diversas que el del obrero ma-
parásito! nual, un buen empresario debe ser tan la-
El empresario introduce en la produc- borioso como el mas asiduo obrero, debe
ción, 110 solamente sus capitales, ó los que tener por otra parte experiencia, conoci-
pueda atraerse por la confianza que ins- mientos, intuición,raras facultades intelec-
pire, sino todo su trabajo intelectual, su tuales y morales, fuerza de voluntad pa-
talento de organización y de combinación, ra hacer frente á las contrariedades y de-
su capacidad comercial para comprar y cisión para adoptar rápidamente el mejor
vender bien, y su honorabilidad. Si la ex- partido.
plotación fracasa, es decir, si el resultado Hasta un buen contramaestre, ó un jefe
final se traduce en pérdidas, la ruina del de talleres difiere del empresario; un jefe
empresario es inminente; y algunas veces, de talleres no necesita más que de miañar-
si ha contraido obligaciones que no puede te de las cualidades que son necesarias á
satisfacer, es declarado en quiebra, es de- aquel que debe prever y seguir en sus va-
cir, queda deshonrado. Las leyes impo- riaciones las necesidades y los gusto hu-
nen al empresario una responsabilidad manos, las oscilaciones de precio de los
moral, que es la severa compensación de productos, y reunir al talento del comer-
su poder director. ciante, el talento del organizador.
Mientras más se desarrolla la civiliza- Las facultades que acabamos de ennu-
ción, se amplia el mercado y se multi- merar, son indispensables, en proporcio-
plican las invenciones, es más interesan- nes que varían según la importancia de la
te el papel del empresario, que en nada empresa, á todas las personas que fundan
se parece ya al del obrero; éste no nece- establecimientos industriales, comerciales
sita preocuparse de la parte mercantil, ó agrícolas.
que tan importante influencia ejerce en los Si se nos pregunta por qué la marcha
éxitos de las empresas; el obrero 110 tiene de la producción queda encomendada á
tampoco que preveer las circunstancias los empresarios y no á los obreros, respon-
tan variadas que afectan á la producción, deremos: porque el trabajo de organiza-
V
ción y de dirección no puede improvisarse algunos centenares de empresarios hábi-
ni dividirse indefinidamente, y la labor les, por el perfeccionamiento de los siste-
puramente intelectual es, por su naturale- temas de trabajo, por la eliminación cons-
za, superior al trabajo material ó físico; tante de todo despilfarro, por la elección
así como por que el hombre que ha con- de los mejores mercados para materias
cebido el plan de una producción, y que primas y la venta de los artículos manu-
para el efecto ha reunido todos los elemen- facturados, pueden desarrollar, en propor-
tos necesarios y puesto en juego su fortu- ciones enormes, la potencia industrial y
na, si se vale de su propio capital, ó su ho- la riqueza de un país.
nor, si emplea el capital ajeno, natural-
mente es el más caracterizado para dirigir
la empresa, que aquellos que simplemente
han acudido á su llamamiento, para eje-
cutar cada uno, un detalle mínimo del
conjunto, y que solo prestan á la negocia-
ción una ayuda física limitada.
Necesario es sin embargo no abusar de
las comparaciones entre la industria, el
comercio ó la agricultura, que son resul-
tado de la paz, y las organizaciones mili-
tares que se hacen para la guerra. Las
primeras se establecen libremente y las
otras por la coacción; pero existe entre
ámbas una condición común, que es la im-
portancia suprema de la dirección; un buen
general y un buen industrial tienen cuali-
dades que no son comunes y que pue-
de asegurarse no posee la generalidad de
sus subordinados. El espíritu de com-
binación y de previsión, así como la ener-
gía de carácter, son los rasgos distintivos
de ámbos. Muy contados, cuando mucho
verdad es que en el seno de una sociedad
civilizada é inventora, el trabajo está en
constante vía de organización y reorga-
nización, adaptándose espontáneamente á
las combinaciones y á los sistemas más
diversos, y unificando más y más la com-
CAPITULO vm. plexidad del conjunto con la simplicidad
de los casos particulares.
Cuando se examina en globo un gran
organismo industrial, la fábrica de Creu-
DIVISION DEL TRABAIO sot, por ejemplo, y sus dependencias, se
pasma el espíritu de la inmensidad y de
'' Organización del trabajo.—La cooperación de los la variedad de las labores, y de la colabo-
operarios ó el trabajo c o m b i n a d o — L a división ración de los obreros más diversos; asom-
del trabajo y la distribución de las labores. bra la enormidad de esta empresa pro-,
— V e n t a j a s de la división del trabajo.—División ductora, y parece difícil que no se pro-
territorial del trabajo.—División hereditaria del
duzca en ella el caos. Por el contrario,
trabajo.—Condiciones de la división del trabajo
y críticas que de ella se han hecho .—Correctivos
cuando se desciende á los detalles, se en-
de esta organización industrial. cuentra que en esta colosal empresa, la
tarea de cada obrero es completamente
La organización del trabajo— Determi- precisa, circunscrita, fijada de antemano
nadas causas técnicas, es decir, relativas y uniforme. De esa suerte se ven reuni-
á la organización de los diferente ramos dos en maravillosa combinación las dos
de la producción, influyen sobre la pro- características de la industria moderna;
ductividad del trabajo humano: las dos la complexidad y la simplicidad.
principales son la división del trabajo y La productividad del trabajo humano
las máquinas. se aumenta singularmente por la coope-
Los socialistas y los economistas conti- ración de los obreros desde luego, y ade-
nuamente discuten, éstos sosteniendo que más por la división de las labores entre
en la sociedad actual el trabajo está orga- ellos. Son estos dos fenómenos completa-
nizado, y aquellos negándolo, y afirmando mente distintos.
que es necesaria una reorganización. La El trabajo combinado—Muchos traba-
la simple adición de las fuerzas aisladas
jos que un solo hombre no podría desem- de igual numero de individuos. Esta es
peñar en cien días ni en mil. los desempe- una de las razones que determinan que la
ñan diez ó veinte hombres trabajando uni- producción de un país sea mayor, mien-
dos en uno ó dos días. Para elevar gran- tras más desarrollado está en él el espíritu
des pesos, para talar los árboles, para de asociación y de cooperación para el
acerrar madera ó cortar piedra, para re- trabajo. .
cojer la cebada ó el trigo, cinco hombres La división del trabajo—La división
reunidos realizarán en el mismo tiempo del trabajo, que significa la especializa-
un trabajo mucho mayor que cineo_ hom- ción de las labores, es un fenómeno de
bres aislados. Consideremos una indus- otro orden, que tiene muchas y tran-
tria completamente primitiva, desprovis- cendentales consecuencias. Consiste en
ta de toda máquina complicada. Diez re- descomponer el trabajo en una serie de
meros en una embarcación grande, trans- tareas parcelarias de diferente naturaleza,
portarán mayor cantidad de mercancías, y que ocupa, cada una de ellas, perma-
y con el mismo trabajo imprimirán á nentemente, una clase especial de obre-
aquella mayor velocidad que diez reme- ros. Así, en una fábrica de relojes, un
ros en diez pequeñas embarcaciones dis- obrero hará la caja, otro la carátula, aquel
tintas. Una de las ventajas del trabajo las manecillas, el de más allá la cuerda,
combinado, es que la continuidad de ac- otro las ruedas, y el último ejecutará el
ción puede ser más sostenida relevándose conjunto. Esto constituye un ejemplo muy
las dotaciones de hombres. Diez remeros imperfecto, porque la división del traba-
en una embarcación grande, podrán pro- jo con la moderna industria mecánica,
ducir una fuerza continua durante diez va mucho más lejos. En Lóndres, el arte
ó veinte horas, descansando algunos de relojería cuenta 102 operaciones dis-
mientras reman los otros, en tanto que tintas, cada una de las cuales está enco-
esta continuidad de fuerza no puede ob- mendada á obreros especiales; y los ame-
tenerse por diez remeros aislados en diez ricanos, que triunfan en materia de relo-
pequeñas embarcaciones, durante un tiem- jes baratos, parecen haber extremado tal
desmembramiento de labores.
po tan prolongado.
La fuerza colectiva que resulta del tra- Se llega á reducir el trabajo más com-
bajo combinado de cinco, diez ó veinte plicado, °como el que requiere la fabrica-
hombres, es pues, con exceso superior á
ción de una locomotora ó un reloj, en se-
un individuo ordinariamente conformado,
ries de movimientos muy simples y casi
la práctica constante de un oficio deter-
uniformes que repiten ele una manera
constante toda su vida veinte, cuarenta, ó minado. . , , ,. .
cien clases diversas de obreros. 2a. La segunda ventaja de la división
La división del trabajo ofrece ventajas del trabajo, consiste en ahorrar pérdidas
tan grandes, por lo que respecta á la pro- de tiempo: cada obrero no tiene que cam-
ducción, que Adán Smith, parece hacer biar de lugar ni de herramienta, ejecuta
descansar en ella toda la economía políti- siempre el mismo detalle y emplea siem-
ca. Presenta, c o m o contrapartida, desde pre el mismo instrumento, que jamas des-
el punto de vista social é intelectual, al- cansa. . .
gunos inconvenientes, que no deben de- 3a. Esta organización disminuye el tiem-
jarse pasar inadvertidos de un modo ab- po de aprendizaje, loque constituye á la vez
soluto. una gran ventaja, y un inconveniente de
Ventajas de la división del trabajo—Hé cierto género. Anteriormente para llegar
aquí las ventajas del procedimiento: á maestro en un oficio, era necesario un
I a . La división del trabajo desarrolla la aprendizaje de cuatro ó cinco años, lo
habilidad profesional, ya se trate de obras que significaba una carga pesada para la
puramente manuales, ya de trabajos inte- familia del obrero. En la actualidad, el
lectuales. Este aumento de destreza es in- aprendiz queda, al cabo de algunos me-
contestable; los músculos y la inteligen- ses, suficientemente al corriente cleL por-
menor que le incumbe en la producción,
cia, se adaptan fácilmente á una labor
para poder cobrar salario y se anticipa á
uniforme, y los movimientos que se repi-
ganar su vida. La producción se aprove-
ten sin cesar, llegan á ser mecánicos, y
cha de esto, sobre todo desde el punto de
adquieren un grado extraordinario de ra- vista déla cantidad y la baratura. Por otra
pidez y precisión. L a facilidad de marcha parte, el obrero nunca conoce un oficio
de un guía, la sutileza de vista del mari- completo. En Wolverhampton, la gran
no, la prontitud del que une hilos en una ciudad de la cerrajería, no hay solo obrero
hilandería, la fluidez de palabra del abo- cerrajero, después de diez años de trabajo,
gado, la rapidez de cálculo del contador, que sepa hacer una cerradura completa. Es-
y la ejecución del pianista, son ejemplos to puede extrañar un inconveniente pa7
de facultades especiales que desarrolla en ra la inteligencia general del obrero, y al-
gimas veces también por lo que respeta á 5a. Esta misma organización, permite
la calidad de los productos. emplear á cada uno según sus facultades,
4 a La división del trabajo permite con y obtener partido principalmente de los
frecuencia sustituir el trabajo manual del débiles, como las mujeres y los niños. Es-
hombre, por máquinas, que es lo que ha tos y aquellas tienen sin duda alguna, su
resultado, de una manera maravillosa, des- principal lugar en la industria doméstica,
de hace veinte años en los Estados Unidos, sobre todo en el campo; sin embargo, au-
respecto de la industria relojera. La bara- menta la demanda ele sus brazos, para to-
tura se aprovecha de esta circunstancia, da producción en la cual el trabajo está
de un modo extraordinario; de esto resul- muy dividido.
ta que se pueden obtener por 8 ó 10 fran- División territorial del trabajo— La di-
cos péndulos aceptables, y por 5 ó 6 fran- visión del trabajo, no se limita á los indi-
cos relojes de bolsa que andan regular- viduos, sino se hace extensiva á las co-
mente. marcas. Por virtud de circunstancias na-
J _ —Cuando se habla de las ventajas de la turales ó históricas, se ha formado una di-
división del trabajo, no se quiere decir que visión territorial del trabajo en la huma-
sean los obreros parcelarios quienes reali- nidad, división que aunque no es irrevo-
cen los grandes inventos; nó, pero obtie- cable, es siempre muy difícil y dilatado
nen generalmente cierta abreviación del contrarrestarla.
trabajo, que se llama tour eie main, agili- Esta división territorial del trabajo, obe-
dad de manos. Fuera de esto, la división dece, desde luego á determinadas causas
del trabajo es, sobre todo, una especie de naturales, la influencia del clima ó la na-
procedimiento de análisis que, haciendo turaleza del terreno, etc. que no han dis-
más y más simple y uniforme cada sèrie tribuido por todas partes el fierro, la hu-
de la producción aun la más complicada, lla, el algodón, la viña ó el café. El social
ermite la introducción, de las máquinas, desenvolvimiento y el perfeccionamiento
n efecto, para que estas puedan funcionar de las vías de comunicación, no han cesa-
útilmente, es necesario que las labores ha- do de acentuar esa división. En el seno
yan sido prèviamente fraccionadas, hasta de un mismo pueblo, en Francia por ejem-
el punto de cada una, muy simple y uni- plo, los departamentos mediterráneos han
forme, sea susceptible de una repetición llegado á producir casi solamente vino; la
constante. Normandia, ganado, lacticinios y cidra, la
Beauce, trigo, carne de carnero y aves de tria de lanas cardadas, merinos y franelas,
corral. (1) Extremando más aún esta es- se ha radicado en cuatro ó cinco ciuda-
pecialización, determinada comarca de des, como Fourmies, Cateau, Reims, Rou-
Normandía, como la región del Auge, se baix, las que parecen rechazar la indus-
limita á engordar el ganado, sin produ- tria de lanas lavadas, que prospera en El-
cirlo ni crearlo, y otras distintas como beuf, Sedan, etc.
Cotentin, Mayenne y Limousin, son crea- La división territorial del trabajo, gene-
doras de ganado sin engordarlo. ralmente sobrevive á las circustancias que
No acontece de otro modo en la indus- la han determinado; ofrece ventajas á to-
tria. Un ramo de la producción de tejidos, do el mundo y los industriales y obreros
como las sederías, constitnye la primera ganan á virtud de ella en habilidad, la cir-
ocupación industrial de cinco ó seis de- culación es más activa y el progreso se
partamentos, de los que el de Lyon es el generaliza más rápidamente. Los comer-
centro, aunque en toda la región apenas ciantes encuentran sus gestiones más sim-
se hace otra cosa que crear el gusano de plificadas, puesto que en uno ó dos días
seda. Otro ramo manufacturero, el del al- pueden visitar las veinte fábricas simila-
godón, se encuentra en Francia casi ex- res de Roubaix ó deElbeuf, sin verse obli-
clusivamente acantonado en dos departa- gados á recorrer todo el territorio de Fran-
mentos de Normandía, dos de los depar- cia.
tamentos del Norte y algunos del Este. La Como contrapartida, cuando las crisis
industria de lanas, se ha fijado en dos de- comerciales hieren determinada indus-
partamentos normandos, algunos del Es- tria, azotan más cruelmente á una región,
te, distintos de los que trabajan el algo- como la crisis algodonera de 1860 á 1865
dón, y finalmente en cinco ó seis ciuda- en el Sena inferior, y la filoxera en el Me-
des del Mediodía. Todavía más, la indus- diodía. La división del trabajo impone
también á todos, propietarios y obreros,
[1] La división del trabajo en todas sus formas,
mayor previsión.
en último análisis no es otra cosa que la heteroge- Mientras más se desarrolla la produc-
nizacíón de lo homogeneo, la formación de clases y ción en un país, más se acentúa en él la
subclases, la especialización de funciones, lo mismo división territorial del trabajo, como en
psiquicas, físicas ó sociales, que es una de las faces
de la ley de evolución, la cual en suma, es la ley de
Inglaterra y los Estados Unidos.
todo progreso.—[N. del T.] División hereditaria del trabajo— Ade^
más de la división individual y la territo- sempeñar varios oficios ó á ejercer distin-
rial del trabajo, existe respecto de éste tos comercios: 2o Facilidad de comunica-
una especie de división hereditaria, que ciones: 3 o Gran abundancia de capital: 4 o
aunque no es irrevocable, constituye sin Determinado desenvolvimiento intelectual
embargo una fuerza. y científico.
El hombre no debe ser considerado co- " Nos referiremos aquí á las principales
mo aislado ni en el tiempo ni en el espa- censuras que se hacen respecto de la divi-
cio; se relaciona á toda la serie de las ge- sión del trabajo:
neraciones anteriores y trasmite heredita- I a Se pretende que la especialización
riamente sus aptitudes, á lo que se debe exajerada del trabajo perjudica al hombre
añadir la influencia de la educación y del moral y físicamente. El hombre, se dice,
medio. En esa virtud, y en igualdad de queda transformado en un instrumento
circunstancias, es ventajoso que los obre- animado, de lo cual es un débil testimo-
ros y los propietarios sean fieles á la in- nio, el hecho de rendir su jornada en la
dustria ó al comercio de sus padres. Es existencia, habiendo empleado toda ella,
difícil improvisar en un medio nuevo y con en hacer centésima partes de alfileres.
obreros nuevos, una industria que pueda 2 a El trabajador queda sujeto de una
competir victoriosamente con los estable- manera más directa á los acontecimientos,
cimientos similares agrupados en un mis- una crisis, un cambio de moda ó la inven-
mo lugar desde hace varios siglos. ción de una máquina, le arrebatan su me-
La división hereditaria del trabajo, que dio de subsistencia. No se encontraba en
constituye una fuerza viva, está expuesta esa situación anteriormente, dicen algunos,
sin embargo á dos peligros: la infatuación el tejedor-labrador que encontraba en la
y la rutina. labor del campo, lo que podía faltarle, en
Condiciones de la división del trabajo — un momento dado, en el trabajo industrial.
Críticas que de ella se hacen. Para que la 3 a La división industrial del trabajo per-
división del trabajo pueda desenvolverse, judica, á veces, por ejemplo la división de
se requieren determinadas condiciones, las ocupaciones, sustrayendo á la mujer de
que no se realizan en todas partes: I o Den- su casa y de sus hijos para llevarlos á las
sidad de población: en un país poco pobla- fábricas.
do, en que los hombres se encuentran di- Estos tres cargos, aunque muy exage-
seminados, cada uno se vé obligado á de- rados, tienen algún fundamento. La espe-
cialización de los trabajos, no empequeñe- jo exige determinados correctivos y un ré-
ce tanto como se presume, el espíritu ó gimen intelectual y moral, diferente del
el alma del obrero, ni tampoco debilita que de ordinario se sigue.
necesariamente su cuerpo. En todos los Una de las consecuencias de la división
tiempos, han existido tareas uniformes: el del trabajo, debe ser la disminución del
antiguo tahonero y el tejedor de las ciu- dia obrero, de manera que el espíritu no
dades que aun en el día, en las civilizacio- se encuentre demasiado tiempo en estado
nes primitivas, como en los países de Orien- de tensión y se entorpezca. Debe conside-
te, no tiene como distracción los labores rarse como ampliamente suficientes, los
del campo. Si el obrero en lugar de hacer días de diez horas, en donde el trabajo es-
la centésima parte de un alfiler, hiciese el ta muy fraccionado. La división de laba-
alfiler completo y hasta la aguja con e- res, acreciendo la producción, permite, sin
alfiler, su espíritu no adquiriría mayor al perjuicio social, reducir el tiempo de tra-
tura; deigual manera acontecería, si en lu- bajo que se exige diariamente á cada obre-
gar de hacer tacones de botas, hiciese bo- ro. .
tas completas. La división del trabajo requiere también
El detrimento de la clase obrera, es un un empleo mejor del tiempo de ocio. Ro-
tema cansado, cuya exactitud nada com- deado el obrero de medios de perfeccionar
prueba. El obrero mécanico ó ajustador su inteligencia y dotado hoy de instruc-
de nuestros grandes talleres, tiene el espí- ción elemental, debe procurar cultivar y
ritu tan desarrollado como el antiguo for- desarrollar su espíritu, ya que solo dedica
jador, no obstante que el primero practica al trabajo manual diez horas, y algunas
la división del trabajo, en el más alto gra- veces menos. La civilización lo ha coloca-
do. Se podía sostener, por el contrario, que do en circunstancias de poder hacerlo; se-
la repetición de una tarea uniforma, de- rá neceserio,"ciertamente, el hábito here-
ja más libre al espíritu y le impone menos ditario, es decir dos ó tres generaciones,
tensión y lasitud. La prolongación de la para que el operario manual adquiera esa
vida media, comprueba que las condicio- nueva costumbre.
nes físicas de la existencia.no han empeo- La vida de familia y los cuidados do-
rado. mésticos deben igualmente ocupar mas
Correctivos de la división del traba- tiempo su atención, á medida que la divi-
jo. La verdad es que la división del traba- sión del trabajo le ofrezca más ratos de
ocio y salarios más altos. Sería absurdo fruta; más el hombre con su inteligencia
cerrar á las mujeres y á los niños las puer- puede obtener que sea cada día más débil
tas de los talleres; pero siquiera debiera la tiranía de los progresos económicos.
prohibírseles á estos la entrada antes de Como lo hemos dicho al principio de es-
cumplir 13 ó14 años, como lo han dispues- te capítulo, el trabajo humano, bajo el ré-
to la mayor parte de las legislaciones; las gimen de libertad y responsabilidad indi-
madres con hijos pequeños, debieran re- viduales, se encuentra en vía de constante
nunciar en cuanto posible sea, al trabajo reorganización, para obtener el mejor par-
de las fábricas, debiendo trabajar en ellas tido posible de las fuerzas nuevas, cuyo
solamente las hijas célibes á fin de ayudar dominio adquiere el hombre.
á su familia y formar su dote, y las muje-
res que teniendo hijos ya grandes, pudie-
sen aumentar por medio de su trabajo las
comodidades de su casa, sin grave perjui-
cio para la familias.
Con el progreso industrial se puede ade-
más esperar que abaratándose los peque-
ños motores ya de gas, ya eléctricos ó de
aire comprimido, dé cierta vida á la indus-
tria á domicilio. Sin que se crea jamas,
que ésta pueda llegar á suprimir el gran
taller, en que la combinación de las labo-
res será siempre más perfecta, se obten-
drán así condiciones más diversas y más
en consonancia con las varios deberes de
familia, en todas las situaciones de la vida
obrera.
Aprovechémonos de las enormes venta-
jas de la división del trabajo procurando
atenuar sus pocos inconvenientes. La na-
turaleza otorga al hombre, al precio de al-
gunos males, todos los bienes de que dis-
En los primeros la fuerza motriz pro-
viene de la fuerza del hombre; el instru-
mento lio es más que un aumento de la
fuerza humana, una especie de multipli-
cador de la misma: el martillo comienza
en el ¡puño cerrado, la pala en la palma
CAPITULO IX. de la mano, la cuchara en la mano ahue-
cada,' la sierra en los dientes, las tenazas
en los dedos y el fuelle en los pulmones.
A este respecto se han hecho infinitas com-
LAS MÁQUINAS. paraciones ingeniosas.
En las máquinas propiamente dichas,
Instrumentos y máquinas. Prejuicios populare» con-
la fuerza motriz está engendrada no ya
tra las máquinas. Ejemplos de tales prejuicios.
Ventajas de las máquinas. Condiciones necesa- por el hombre directamente, sino por la
rias para su empleo. Censuras que de ellas se lian naturaleza, ora por un animal, ya por el
hecho. Efectos protectores de las máquinas. agua, el viento, el vapor, el gas, la elec-
tricidad, el aire comprimido etc. Tal es la
Instrumentos y máquinas.—La división evolución de los recursos que para au-
del trabajo, solamente se ha extremado en mentar su fuerza, ha buscado el hombre
aquellas industrias que emplean máqui- en la naturaleza.
nas. Desde el punto de vista económico los
El hombre desde sus primeros ensayos animales son máquinas simples.
de civilización, procuró aumentar la fuer- Prejuicios populares contra las máqui-
za de sus miembros, por el uso de ciertos nas.—Las máquinas en todas las épocas
instrumentos rudimentarios, tales como el han prestado servicios inmensos á la pro-
arco y la flecha, la red de pescar, después ducción, y todas sin excepción alguna han
la palanca etc. Mas tarde estos auxiliares sido en su origen objeto de la inadversión
de la mano del hombre, se han multipli- popular; aun en la actualidad subsisten
cado y diversificado extraordinariamen- muchos prejuicios á este respecto.
te, clasificándoles en la actualidad en dos Nada más instructivo que el desencade-
categorías: los instrumentos y las máqui- namiento sucesivo de cóleras y odios pro-
nas propiamente dichas. vocados por cada una de ellas. Si se hu-
biese cedido á la oposición que han en- cia por la misma época, se prohibieron los
contrado todos esos mecanismos ingenio- fuelles construidos en máquina.
sos, la humanidad se hubiera visto priva- En tiempos más cercanos, los pescado-
da de las más bellas conquistas industria- res han hecho pedazos las primeras lan-
les y permanecería hundida en la iner- chas de vapor. Una Asamblea de hombres
cia.—He aquí, refiriéndonos á los cuatro prudentes de León, mandó quemar la ca-
últimos siglos, algunos ejemplos de tales sa de Jaquart, inventor del célebre telar
luchas, algunos afirman que los copistas, que lleva su nombre, y el mismo Jaquart
pretendieron obtener la excomunión para corrió tres veces riesgo de ser muerto. _
los primeros impresores.—En el siglo XVI, Hergreaves, el inventor de la máquina
la ciudad de Dantzig prohibió la introduc- para hacer hilo, fué perseguido por los
ción de las primeras máquinas para hacer obreros y murió en la miseria. JLos obre-
cintas; Banclmülhen su inventor, fué aho- ros ingleses agrupados en 1830 con el
gado por el pueblo. En Inglaterra, Ho- nombre de «Luddites,» destruyeron los
landa, Flandes, Suiza y aun en Alemania nuevos arados y los implementos agríco-
en el siglo XVII, se prohibió el uso del las perfeccionados.
mismo invento; y el Senado de Hambur- Aun en nuestros días, suceden hechos
go mandó quemar los telares. análogos. El Presidente Santa Anna, se
En 1589 la reina Isabel se opuso á la opuso°en México á un proyecto de ferroca-
introducción de máquinas para hacer me- rril, en interés de los pobres arrieros. Los
dias; en Francia el R e y Enrique IV prote- beduinos con el objeto de protejer el tra-
gió al inventor de tal progreso; pero fué bajo de los aguadores, destruyeron una
perseguido después de la muerte de este obra de canalización que llevaba el agua
; Soberano. á la ciudad de Deschidda. En varios puer-
tos del Continente Europeo, los obreros
En Harz, (región minera de Alemania) han pretendido impedir por la fuerza la
la autoridad pública hubo de cuidar la instalación de las primeras grúas. En la
vida del inventor de los fuelles de made- reciente huelga de los vidieros belgas, es-
• ra, para substraerlo á la cólera de los obre- tos destruyeron ciertos hornos que hacían
ros que fabricaban fuelles de cuero. el trabajo más rápido y menos costoso.
En Holanda en 1623 se clausuró una ase- Así la imprenta, los fuelles de madera
rraduría movida por el viento y en Fran- anteriores á los de fierro, las máquinas de
hacer medias ó cintas, los telares, las sie- invenciones recientes, se han visto libres
rras de viento, precursoras de las ele va- de esas tareas bestiales. Los sopladores
por, las máquinas agrícolas, las lanchas en las fábricas perfeccionadas de vidrio,
de vapor y aun las locomotoras, todas las comienzan á no tener necesidad de agotar
máquinas, han provocado la animadver- sus pulmones y abreviar sus días, en un
sión popular. trabajo del que se ha encargado una má-
¿Qué sería déla humanidad, si cada ge- quina.
neración no hubiese enriquecido su patri- Aunque no tuviesen las máquinas en su
monio con alguno do esos poderosos au- abono sino esta ventaja, ella les valdría la
xiliares y preciosos economizadores del bendición de los filántropos. Las máqui-
trabajo humano? nas salvan en muchos casos á la dignidad
Los prejuicios contra las máquinas sub- humana.
sisten sin embargo, y se les encuentra vi- 2a. Las máquinas desempeñan determi-
vos y palpitantes, en íos discursos pronun- nados trabajos que los hombres nunca
ciados en Francia recientemente, con mo- podrían realizar, por grande que fuese el
tivo de una discusión parlamentaria. número en que se les reuniese; y su exce-
Ventajas de las máquinas— Someramen- lencia se palpa en lo infinitamente gran-
te pasemos revista á las ventajas ele las de y lo infinitamente pequeño. ¡Qué pen-
máquinas, y en seguida á las censuras que sar" de los martinetes de determinados
se les dirijen: enormes talleres metalúrgicos, que pesan
I a . La primera ventaja de las máquinas de ocho á diez mil kilógramos y pueden
consiste en disminuir la fatiga del hom- dar dos ó trescientos golpes por minuto.
bre, en una serie de trabajos extenuantes. De las calderas de vapor de algunos na-
¡Que se podrá decir dei afrentoso traba- vios que desarrollan una fuerza de ocho á
jo del esclavo que mueve la tahona para diez mil caballos, es decir, de veinte ó trein-
moler el grano, ó clel espantable banco de ta mil hombres que jamás descansaran?
los remeros de las antiguas galeras! El Por otra parte, la máquina de dividir de
molino de viento, de agua ó de vapor, y Perreaux puede fraccionar un milímetro
el navio de hélice ó de vela, han libertado en tres mil partes iguales. En una de las
á esos infortunados. Los cargadores de últimas exposiciones, figuró una máquina
grandes fardos en la cabeza, las mujeres que con una libra de algodón, fabricaba
que halaban en los canales y ríos, por las un hilo de trescientas veinte millas ingle-
sas de largo, ó sea de más de quinientos el taller circular, enbonetería, hace 480,000
veinte kilómetros. Las máquinas emplea- mallas por minuto. Con las prensas rota-
das en los ferrocarriles para imprimir los tivas perfeccionadas, diez cajistas y cinco
boletos, hacen hasta 70,000 por día. prensistas, realizan el trabajo que 200,000
En lo infinitamente grande y lo infini- ó 300,000 copistas hacían hace cinco si-
tamente pequeño, las máquinas superan glos.
prodigiosamente á la mano del hombre. De tan incomensurables ventajas de las
Tales maravillas no podrían ser realizadas máquinas, resulta que en aquellas indus-
por ningún grupo de individuos. trias que requieren un gran empleo de
3a. Las máquinas pueden desempeñar maquinaria, y la materia prima tiene poco
tareas que exigían antes un esfuerzo ex- valor, el precio de los productos declina
traordinario de hombres de fuerza media, en considerables proporciones. Determi-
y hasta de mujeres y niños, lo que permi- nados artículos, antes de gran lujo, aca-
te una utilización más completa de la hu- ban por quedar al alcance de la humani-
manidad. dad entera: el tul y la gaza, por ejemplo,
4a. Las máquinas desempeñan el traba- los libros y los retratos, gracias á la foto-
jo mucho más rápidamente, sin cansarse grafía.
jamás; esto constituye una ventaja impor- En 1428 se valorizaban en 3,979 francos,
tante, en ciertos casos, en que puede faltar del valor actual de nuestra moneda, los
tiempo, ó que por los cambios de éste, reci- dies y seis volúmenes que componían la
biría perjuicio la labor. Así por ejemplo, biblioteca de un abogado italiano; por
en agricultura, las segadoras y las trillado- una biblia manuscrita, se pagaba, gene-
ras, permitiendo levantar las cosechas en ralmente de 4 á 500 florines; más de mil
pocos días, salvan una parte del trigo ó de francos. (1) En la actualidad, no existe
la cebada, que la intemperie destruiría, ó obra útil ó célebre, que no se pueda ad-
quedaría deteriorada. quirir en franco y medio, 2 ó 3 francos, y
5a. La última ventaja de las máquinas, hasta hay, á menudo, ediciones populares
la que es más sensible en la organización á 50 céntimos de franco.
económica, es la propiedad que tienen de Hasta las clases más bajas de la huma-
reproducir indefinidamente determinada nidad, se encuentran en circunstancias de
producción, bajo un mismo modelo; en es-
to desarrollan las máquinas todo su poder (1) Cibrario, Economía Política del Medio JSvo.
poseer un gran número de objetos de uti- los países ricos, avanzados en civilización
lidad, de distracción, de educación y de y que practican la grande industria.
ennoblecimiento de la vida. El género Además de estas condiciones generales,
humano ¡debe agradecer al cielo, la facul- existen condiciones propias respecto de
tad que le ha otorgado de poder perfec- cada producción, que pueden facilitar ó
cionar incesantemente, sus instrumentos dificultar la introducción de las máqui-
de trabajo; debe inclinarse con piadoso nas. Para que sea ventajoso el empleo de
reconocimiento ante los inventores de má- maquinaria, es necesario que se trate de
quinas, y sin dirigirles plegarias y con- producir objetos de gran consumo, de de-
vertirlos en semidioses, al menos perpe- manda constante casi regular, y que no es-
tuar su recuerdo en la estatua y la públi- tén sujetos á los cambios frecuentes de la
ca veneración. moda; también se necesita que el gusto y
Condiciones necesarias para el empleo de . el arte no tengan una influencia prepon-
las máquinas— Aunque diariamente se ge- derante en esos artículos; así las máqui-
neraliza la aplicación de las máquinas, es- nas convienen sobre todo para la fabrica-
tá limitada por determinadas condiciones, ción de objetos comunes de uso vulgar, y
que son, poco más ó menos, las mismas no tienen sino acción muy restringida en
que respecto á la división del trabajo. El la producción de los objetos de lujo, que
capital debe ser muy abundante para po- exigen determinada variedad y fantasía.
der suministrar los enormes anticipos que Las máquinas se encuentran menos gene-
se necesitan, en diversas formas, edifi- ralizadas en las industrias de seda, que
cios, instalaciones, herramientas y esta- en las de algodón, en las sederías labra-
blecimiento de maquinarias. El mercado das que en las sederías lisas, en la joyería
debe ser muy amplio, y las vías de comu- que en la quincallería. El precio de la
nicación fáciles, para poder cómodamen- obra de mano, influye en el uso de las má-
te vender grandes cantidades de produc- quinas; donde los salarios son muy bajos
tos uniformes. La instrucción y la habili- como en la India, se recurre menos á las
dad técnica, deben estar bastante genera- máquinas industriales ó agrícolas. En los
lizadas en la población, á fin de poder ob- países en que los salarios son altos como
tener obreros capaces de guiar, servil" en Inglaterra y los Estados Unidos, no se
y reparar instrumentos delicados. Las fabrica manualmente, sino aquello que es
máquinas convienen, pues, sobre todo, en imposible hacer por medio de máquinas.
Las exigencias de los obreros y las huel- llega á no valer más que tres francos, en
lugar de cinco, como los haberes no han
gas, han contribuido á menudo al invento
disminuido, el consumidor usará mayor
de máquinas, ó á generalizar su uso.
número de pares de medias, ó empleará la
Críticas contra el uso de las máquinas —
economía que haga con este motivo, en
Se acaban de ver las ventajas de las má- procurarse otros artículos, de que antes se
quinas, respecto de las cuales, por otra privaba. Así la demanda de trabajo per-
parte, no se han economizado censuras; manece invariable antes y después de la
muchos escritores han tratado extensa- invención délas máquinas, solo que podrá
mente sobre lo que llaman efectos sub- referirse á objetos distintos.
versivos de las máquinas. Una invención Hasta las mismas máquinas crean una
mecánica, dicen ellos, expropia al obrero demanda nueva de trabajo; desde luego
de su trabajo, sin indemnización de ningu- es necesario construirlas, cuidarlas y re-
na especie; disminuye si no en definitiva, pararlas, para lo cual se hace necesaria
al menos transitoriamente la demanda de toda una legión de obreros metalúrgicos;
brazos; obliga al trabajador á buscar por después se requiere proveerlas de carbón;
largo tiempo otra ocupación; y aumenta lo que aumenta el número de obreros mi-
la inestabilidad de la industria y los ries- neros; y luego es necesario instalar las
gos á los cuales está sometida la vida del maquinarias en edificios apropiados, lo
obrero. que da trabajo á los albañiles, carpinte-
Puede existir algo de verdad en esas ros, plomeros, etc. He aquí bien compen-
censuras, pero comunmente se les formu- sada la obra de mano que las máquinas
la con mucha exageración. ahorran directamente.
Las máquinas, como la experiencia his- Algunas máquinas nuevas crean al re-
tórica lo demuestra, no tienen por efecto dedor de ellas, toda una rama de indus-
disminuir de una manera definitiva la de- trias que no existían antes; así la fotogra-
manda de trabajo. Las necesidades del fía con los instrumentos y las preparacio-
hombre son en efecto infinitas, y cuando nes que necesita, ha constituido una rama
una de ellas queda más fácilmente satis- de producción que ocupa miles de perso-
fecha que antes, se esfuerza en atender nas.
aquellas que lo están menos. En lugar de algunos centenares de co-
Si por efecto de las máquinas un objeto pistas que había antes en los claustros,
cualquiera, un par de medias por ejemplo,
existen en la actualidad mil veces más ti- navios de vela aun no han desaparecido
pógrafos y obreros impresores. completamente ante los de vapor, ni los
Hay en Francia dos ó trescientos mil de rueda ante los de helice; el midlejenny
empleados de ferrocarriles, y el número primitivo, ó telar inventado al principio
de caballos y por consecuencia el de co- de este siglo, continúa aun luchando, aun-
cheros y palafreneros, no ha disminuido, que débilmente, contra el más perfeccio-
desde hace cincuenta años. nado que se llama selfacting. No en mi día
Sin embargo, de la brusca introducción desaparecerá el gas ante la electricidad,
de una máquina en una industria manual, ni el fierro ante el acero ó el acero ordi-
pueden resultar perturbaciones y dificul- nario ante el Bessemer; aun se consume
tades momentáneas, para determinadas pólvora al mismo tiempo que dinamita.
clases de obreros. Esto se ha visto en el ' Mientras que al principio del siglo, las
primer tercio del presente siglo, á la apa- máquinas luchaban contra la mano del
rición de los telares mecánicos. hombre completamente desarmada—la
Tales inconvenientes pueden hoy pro- mano de la hiladora de rueca ó del teje-
ducirse aun; pero sus efectos quedan más dor á domicilio—triunfando fácilmente de
circunscritos. tan débil adversario, hoy, una máquina
^ Efectos protectores de las máquinas.— nueva debe triunfar de las máquinas an-
teriores, menos perfectas sin duda; pero
Todas las grandes industrias se encuen-
que muchos fabricantes están interesados
tran ya en posesión de máquinas, las cua-
en no abandonar sino gradualmente, pa-
les se mejoran y perfeccionan; pero tales
ra no perder capitales considerables. (
perfeccionamientos son ordinariamente
sucesivos y graduales; el industrial que La transición es, pues, mucho más len-
tiene una maquinaria costosa, no la da in- ta; se necesita mucha estrechez de crite-
mediatamente de baja luego que se anun- rio, para considerar á las máquinas, sim-
cia una máquina mejor; sino que renueva plemente como un elemento de inestabili-
poco á poco su material. Esta gradación, dad en la vida del obrero. En las épocas
de crisis las industrias mecánicas se re-
preserva, en términos generales, al perso-
sienten menos de la falta de trabajo, que
nal obrero, de todo cambio repentino. Ge-
las industrias manuales. En León donde
neralmente se requiere un cuarto de siglo
el tegido manual domina aun, cuando el
para que una máquina nueva se adueñe comercio se debilita, los fabricantes que
de toda la industria á la cual se aplicados
no tienen maquinaria alguna paralizan in- tas industrias que suministran á su perso-
mediatamente sus labores y los telares de nal ocupaciones del todo permanentes: los
mano dejan de trabajar. Én la Industria ferrocarriles por ejemplo ^ y las grandes
algodonera que se ha establecido mecáni- compañías de navegación á vapor.
mente eu Lille, en Rouvaix en los Vos- Es verdad sin embargo que en algunos
gues y en Rúan, cuando los negocios de- casos limitados, y durante algunos meses,
caen, el fabricante que tiene una gran las máquinas nuevas pueden privaral obre-
instalación, que necesita sostener, conti- ro del trabajo á que están habituados. Es-
núa trabajando, si no toda la semana, al te es el precio de todo progreso. Resulta
menos algunos dias, ya que no á jornal de aquí que la previsión humana debe de-
completo, siquiera algunas horas diarias. sarrollarse más, á fin de que en los días de
En la industria constructora de edificios, trabajo activo, se acumulen recursos para
para la cual apenas hay máquinas, y en los momentos de crisis; que es necesario
la fabricación de artículos de París, cuan- mantener el espíritu en vela, y no adhe-
do ocurre una crisis se despide todo el rirse desesperadamente á una ocupación
personal obrero. En los talleres metalúr- como el molusco á su roca.
gicos y en las minas, en los que debe man- Corresponde á las asociaciones de obre-
tenerse en movimiento y buen estado toda ros, álosBancos ó sociedades de depósitos,,
una organización mecánica, se lucha mu- instituciones filantrópicas ó de beneficen-
cho más contra la crisis y se ocupa mayor cia ,proveer, cuando sea indespensable,_ Ios-
tiempo ya la totalidad de los obreros, ya recursos que en determinados casos particu-
determinado número de ellos. lar la propia iniciativa no podría procu-
De esa suerte la máquina, á la que se di- rarle al obrero, para ponerlo á cubierto
rije la censura de ser causa de inestabili- de ese riesgo. En estos casos encuentran
dad, ampara indirectamente al obrero de su aplicación el mutualismo y el seguro. ^
la falta de trabajo y en las épocas de de- Estos inconvenientes que son cada día
caimiento mercantil. más llevaderos, nada son ante los inapre-
Por propio interés y para que no se de- ciables servicios que las máquinas prestan,
teriore el capital empleado en maquinaria á la humanidad, y sobre todo al obrero.
industrial, el patrón conserva siempre á su
servicio cierto número de trabajadores.
Las máquinas además han creado cier-
ducción en grande y la producidn en pe-
queño.
Se debe distinguir, á este respecto la in-
dustria manufacturera, el comercio y la
agricultura. Por el momento nos referire-
mos principalmente á la primera, reser-
CAPITULO X. vando á la agricultura capítulo poste-
rior.
Aunque en todos los tiempos han existi-
do ejemplos de producción concentrada
L A GRANDE Y LA PEQUEÑA PRODUCCION en grandes^talleres, hasta el presente siglo,
ALGUNAS ILUSIONES ACERCA DEL AUMENTO y principalmente en la primera mitad,
DE LA PRODUCCION. se ha generalizado. El aumento de los
capitales, y la facilidad de constituir so-
Circunstancias que han desarrollado recientemente ciedades anónimas, en las que millares de
la producción en alta escala.—Ventajas de este personas están interesadas limitadamente,
sistema de producción.—Sus inconvenientes.—Li-
han permitido reunir los elementos nece-
mite de la producción.—El progreso económico
real, es menor que el progreso económico aparen-
sarios para fundar establecimientos vastí-
te.—Ejemplos de ilusiones acerca del progreso simos; el mejoramiento de las vías de co-
económico. municaciones, extendiendo el mercado y
la demanda, ha dado á la gran producción
Circunstancias que han desarrollado re- una razón de ser; y por último las máqui-
cientemente la producción en alta escala.— nas y el desenvolvimiento científico, le
La capacidad productora de una sociedad aseg uran, en numerosos casos, una supe-
no depende solamente del valor de cada rior idad sobre la pequeña producción.
uno de los tres factores de la producción: Esta superioridad de la gran industria r
la naturaleza, el capital y el trabajo; sino sobre la pequeña, es frecuente, pero no
que se refiere también de un modo principal universal, pues no tienen caso en aquellos
á lo que se puede llamarse estructora in- objetos que por su naturaleza no quedan
dustrial. Se presenta la primera cuestión dentro de la esfera de acción de la divi-
relativamente á esa estructura, á saber: las sión del trabajo y de las máquinas. Nadie
ventajas y los inconvenientes de la pro- propondrá una empresa en grande escala
de pinturas, ni de esculturas de arte, ni que una de 30 liectólitros. Se podían mul-
de muchos objetos de lujo, tiplicar hasta el infinito tales ejemplos.
Todo aquello que no es de uso común, 2a La gran producción permite general-
todo lo que fabrican las manas de un mente el uso de máquinas, que serían muy
solo hombre ó de dos, todo lo que exije costosas para una producción media; por
fantasía, puede permanecer bajo el domi- ejemplo, pequeños ferrocarriles Decauville
nio de la pequeña producción. La gran en las vías para transportar las materias
producción tiende á la uniformidad, á la primas ó los objetos fabricados de un lu-
banalidad, y desde el punto de vista del gar de los talleres á otro, elevadores y
gusto y el arte, á la medianía. grúas á vapor, para'elcvar las mercancías
También las reparaciones y compostu y los materiales de los sótanos á los pisos
ras de los objetos, ambos cosas variables superiores; teléfonos'para comunicarse-sin
y diversas, no prestándose mucho á la re- cambiar de lugar, entre todas las partes
gularidad, escapan en parte, á la gran pro- de la fábrica.
ducción. Se pueden fabricar las cosas en 3a. Otra ventaja presenta la producción
los grandes tallere-, pero no se les puede en grande escala, la de que los gastos ge-
reparar allí- nerales, es decir, la parte de gastos que
Ventaja de la producción en alta escala. no se refiere á la fabricación propiamen-
—Hechas las anteriores reservas, veamos te dicha, no aumentan, de ordinario, de
cuales son las ventajas de la producción una manera proporcional al incremento
en alta escala. d é l a producción. Un capataz puede vi-
- I a Considerable economía en las insta- gilar y dirigir, casi con la misma efica-
laciones y el sostenimiento de ellas. Para cia, un gran salón bien acondicionado en
una hilandería de cincuenta mil carre- donde trabajan 60 obreros, que uno más
pequeño en donde solo se encuentren 15
tes no se necesita terreno y edificio diez
ó 20. No se necesitan mayores gastos de
veces mayores, que para una de 5,000.
correo, ni viajes ó investigaciones para
Una máquina de vapor de 200 caballos*
comprar 1,000 pacas de lana ó de algo-
está muy lejos de costar diez veces más dón en algún puerto, que para comprar
que una de 20 caballos. La primera má- 100; ni para obtener 500 toneladas de hu-
quina no gasta diez veces más carbón que lla/que para procurarse 100. Además, en
la segunda. Una pip& de 300 hectólitj?os general, las compras al por mayor, se rea-
de capacidad, no cuesta diez veces más
lizan en condiciones más ventajosas. Así primer orden. Se puede ocupar por años
se pueden aprovechar mejor las oportu- ingenieros y químicos especiales y hacer
nidades y obtener plazos ele los vendedo- repetidas experiencias para mejorar los
res, quienes prefieren realizar grandes procedimientos. Así se obtiene un orga-
cantidades á la vez. Las empresas de trans- nismo que es más completo, resultando
portes, ya compañías de ferrocarriles ó de todo, en relación á cada una de las uni-
buques, conceden rebajas, respecto de fle- dades producidas, menos costoso.
tes, muy considerables. Les cuesta menos Tales son las ventajas de la producción
trámites y aun gastos de tracción, para en alta escala. Resulta por ella que una ex-
despachar un carro completo y sobre to- plotación que tuviese, supongámoslo asi,
do un tren entero, ó todo un navio, á la tres millones de capital, y ocupase mil
consignación de un solo industrial, que obreros, podría producir, bien adminis-
transportar mercancías diferentes, en pe- trada, mucho más y más barato qne diez
queñas cantidades, perteneciente á 20 ó explotaciones con un capital medio de
30 comerciantes ó fabricantes. 300,000 francos y 100 obreros, por térmi-
4a. Una gran casa de comercio ó indus- no medio.
trial, es en general mucho más conocida, Hasta un límite determinado, que es di-
que una pequeña ó mediana; por poco ho- fícil fijar, y que parece retirarse cada día
norables que sean sus antecedentes, ins- más, la concentración de capitales y obre-
pira más confianza, tiene una clientela ros, Ofrece, respecto de la producción de
más segura, menos variable y disfruta de mercancías comunes, condiciones tan par-
condiciones y crédito mejores. ticulai mente favorables, que las industrias
5 a . He aquí, finalmente, la última y no media y pequeña, hubiesen desaparecido,
la menos importante superioridad de la muchoíiempoha,si la producción en gran-
producción en grande escala. Permite el de escala, 110 estuviese á su vez expuesta
empleo, en el estado mayor de la produc- á determinados defectos que la corroen y
ción, de hombres más capaces, más ins- á veces la destruyen.
truidos, de mayor espíritu de invención, y Inconvenientes de la producción en gran-
extrema la división del trabajo intelectual. de escala.—La gran producción, cuando
Se puede retribuir ámpliamente al direc- la contabilidad no es muy enérgica, favo-
tor, de manera de elegir para esa función,, rece las pérdidas. El menor descuido en
si se tiene discernimiento, á un hombre de la vigilancia de un organismo tan exten-
so y complicado, produce gastos inútiles, de fábricas gigantescas, de esa naturale-
y desperdicios y despiltarros de materias za, que algunos años después de la muer-
primas. La mirada del dueño no puede es- te ó la retirada de su creador, han desa-
tar en todas partes á la vez, en esas fábri- parecido. En la grande industria las cua-
cas gigantescas. Tal inconveniente se de- lidades personales del jefe, tienen una im-
berá procurarse obviarlo por medio .de la portancia que nada puede igualar.
exactitud y los perfeccionamientos en la La tendencia á las pérdidas que siem-
contabilidad, que se puede llamar la con- pre amenaza á la producción en grande
cienciencia de la moderna industria. escala, es una de las causas que en cierto
Una vigilancia de todos los instantes, es modo sostienen la producción media y la
sin embargo necesaria para que la gran pequeña. Estas últimas conservan siempre
producción, no pierda sus ventajas sobre una parte de la actividad humana: la que
la producción media. Así, pues, ia suerte se refierefá producciones.de lujo, por ejem-
de los grandes establecimientos, depende, plo, y también, las reparaciones de los ob-
sobre todo, de su administración. Son co- jetos comunes, lo que no deja de ser de
mo un ejército que un solo hombre debe consideración; y hasta para la producción
mover é inspirar. Muchas pobres aldehue- de los objetos referidos, los talleres en pe-
las, se han transformado en grandes ciu- queño no están condenados en lo abso-
dades, porque han tenido un hombre enér- luto, solo que se encuentran en condicio-
gico y clarividente; Essen, por ejemplo> nes menos favorables que los grandes ta-
eji Prusia con el célebre fundidor Krupp, lleres, bien manejados.
y Creusot en Francia con Schneideiv—Pa- Lo que acabamos de decir de la indus^
ra que la prosperidad se perpetúe, nece- tria, tiene su aplicación, aunque en me-
sario es que la dirección, el jefe ó consejo nor grado, respecto del comercio, porque
de administración, sean tan firmes, tan las relaciones personales de vendedor á
activos y asiduos,'y casi tan capaces como cliente, pueden tener, por lo que respecta
los fundadores. Los errores en la gran al último, mayor importancia; y porque
producción se reflejan y propagan con generalmente se desea tener á la mano,
más rapidez y más intensidad que en la sin vueltas ni molestias, las cosas cuya
producción media, y es mucho más difí- necesidad es frecuente. (1)
cil levantar un establecimiento en deca-
dencia. Se podría citar un gran número [1] Véase respecto de la compensación que la
En cuanto á la agricultura, ya hablare- más ingeniosamente combinadas que las
mos de ella en otro lugar de esta misma máquinas antiguas.
obra, y se verá qué modificaciones expe¡ Queda el tercer elemento de la produc-
rimentan, p a r a l a explotación de la tierra, ción: la naturaleza. ¿Puede ésta ensanchar-
se? Físicamente, materialmente, no pue-
las ventajas que hemos reconocido á la
de llegar á ese resultado, bajo la acción
gran producción.
del hombre. La Naturaleza como espacio
Límite de producción. Se acaban de con
y como propiedades, permanece idéntica
siderar las causas que propenden á au- á sí misma. Pero en sentido figurado, ó
mentar la producción. ¿Existe algún límite más bien en términos relativos, que no de-
respecto de ese aumento? jan de ser reales, la naturaleza puede tam-
De los tres factores de la producción, el bién ampliarse, es decir, puede ser mejor
trabajo, el capital y la naturaleza, los dos conocida y servir más eficazmente al hom-
primeros pueden aumentar incesantemen- bre.
te. El trabajo puede aumentar por el au-
Una cosa que existe, pero cuya existen-
mento mismo de población, ó bien por el
cia ignoramos, es para nosotros como si
de la productibilidad industrial del medio
no existiese; no comienza á existir, hablan-
este último resultado, puede sobre todo
do en términos figurados, sino hasta el día
provenir del perfeccionamiento de los co- en que comenzamos á conocerla. Améri-
nocimientos, y la habilidad humana. ca no existe para Europa antes de 1492,
El segundo factor de la producción, el ni el Congo hace apenas quince años.
capital, puede también ensancharse casi
La naturaleza se ha ensanchado para el
indefinidamente, ya en cantidad, porque
género humano civilizado, y continúa ex-
el ahorro se hace cada día más intenso en tendiéndose con las exploraciones y des-
las naciones en que se generaliza la previ- cubrimientos geográficos, y con las inven-
sión, y gana en calidad, porque el nue- ciones que tienden á diirgir y utilizar
vo capital, merced al progreso científico, se las fuerzas naturales. La fuerza del va-
incorpora en máquinas más poderosas y por no existía para el hombre antes de Pa-
pin, ni la electridad antes de Ampère. Mu-
chas otras fuerzas sin duda alguna, que
gran producción ofrece á ias clases medias, nuestro cualquier día serán reveladas y entra-
Ensayo sobre ¡a repartición de la riqueza. 4 a edición. rán en actividad bajo el poder del hom-
(Edüor Guillaumin).
bre, permanecen todavía en el misterio. mismo que el trabajo y el capital; y la
Resumiendo: en el presente estado del producción podrá aumentar aun por mu-
mundo, los tres elementos de la produeión, cho tiempo, bajo la influencia de cada uno
trabajo, capital y naturaleza, pueden ex- de sus tres factores.
tenderse; pero entre ellos existe esta dife- Necesario es, sin embargo, tener en cuen-
rencia esencial: los dos primeros, el traba- ta que el progreso económico se realiza en
jo y el capital, pueden extenderse de una periodos y de un modo sucesivo, y va
manera absoluta. El tercer elemento, la acompañado ó seguido de determinadas
naturaleza, no puede desarrollarse sino en crisis. Hay épocas de calma y épocas ac-
un sentido relativo, y en un día, más ó me- tivas; el período en que vivimos, el cual
nos lejano, debe presentarse el límite. comenzó á fines del siglo pasado, es ex-
El progreso económico queda bajo la traordinariamente activo y fecundo.
amenaza de ese límite, que y a se entrevé Si el progreso humano desde el punto
aunqne perspectiva muy distante, al cabo de vista económico, es decir por lo que dis-
de un gran número de generaciones. Algu- minuye los trabajos del hombre y aumen-
nos pensadores ingleses, c o m o Malthus, ta sus goces, puede ser considerado como
Ricardo y Stuart Mili, creen que nos encon- susceptible de un desarrollo inmenso, no
tramos ya en presencia de ese límite, ó se verifica de una manera regular, ni en
cuando menos muy cerca de él. una forma constante.
En posterior capítulo estudiaremos la El progreso humano es menor en reali-
célebre doctrina que ha recibido el nom- dad que en apariencia.—VOY otra parte, y
bre de teoría de la renta de la tierra. Bás- ésta es una observación de las más impor-
tenos decir en este momento á ese respec- tantes, el progreso humano, por admira-
to, que en todo el transcurso del siglo ble que sea, es mucho menor en realidad
que en apariencia. Contiene algo ilusorio,
próximo, la tierra no faltará al hombre;
que constituye una de las causas de las
que aun por tiempo incalculable, los de-
decepciones que experimentan muchos es-
pósitos de hulla y de metales no se agota-
píritus, y del descontento y la cólera que
rán; y que el progreso de la ciencia agrí- animan á otros.
cola, tiene aun á su frente, un vasto cam-
po para multiplicar las subsistencias. Las máquinas, las exposiciones* los fe-
Así pues todavia por muchos siglos, la rrocarriles y los inventos varios, trastor-
nando á muchos cerebros, los han hecho
natutaleza no faltará á la humanidad, lo.
agigantar, más allá de la realidad, los pro- mentado en la proporción de 1 á 12, de
gresos efectivos realizados por la humani- un siglo atrás.
dad. Estos cuadros encantadores entusias-
La estadística y el lirismo de algunos man á muchas gentes, pero también lle-
economistas, mezclan, respecto de las má- van la amargura á un gran número de es-
quinas por ejemplo, á una parte de ver- píritus.
Los hombres cuya situación ha mejora-
dad sólida, algo de error y declamación.(1)
do sin duda alguna, pero de una manera
Ejemplos de ilusiones respecto del pro-
modesta, se juzgan víctimas de la civili-
greso económico.—Propongamos un ejem-
zación, porque se imaginan que el progre-
plo de esas ilusiones que, desde el punto so de la humanidad ha sido más rápido
de vista social, son muy peligrosas. Se ha que su propio progreso. Les parece que,
calculado que en 1895, el conjunto de las dadas las actuales maravillas de la indus-
máquinas existentes en Francia, represen- tria, esos 6.121,174 caballos de vapor, re-
taban una fuerza de 6.121,174 caballos de presentan una fuerza igual á la de 120
vapor. Por otra parte, cada caballo de millones de hombres, j cada francés de-
vapor desarrolla, poco más ó menos, la bería encontrarse en la posibilidad de tra-
fuerza de veinte hombres; de donde se ha bajar doce veces menos.
concluido, que además de los diez millo- Las descripciones pomposas de algunos
nes de trabajadores de carne y hueso, que economistas han mantenido tal error. El
representa la parte masculina adulta de cuadro de 6.121,174 caballos de vapor,
la población francesa, hay en Francia 120 cuya fuerza equivale á la de 120 millones
millones de trabajadores de fierro y de de" hombres, no es más que una simple
acero, añadiéndose que cada operario hu- equivocación, una mera fantasmagoría-
mano tiene á su servicio doce esclavos de Desde luego, cerca de 5 millones de ca-
fierro, que trabajan en su provecho y bajo ballos de vapor se emplean puramente
su vigilancia, de lo que se ha inferido que para transportes de mar y tierra; es decir,
la producción francesa debiera haber au- cambian de lugar personas y productos,
pero no producen de un modo directo.
Resulta de aquí, que la división regional
(1) Este fenómeno, bien definido en Economía del trabajo, de que hemos anteriormente
Política, podría llamarse espejismo económico. (N.
del T.)
hablado, se encuentra más acentuada: de-
terminado pais no produce más que vino, za y levantar edificios, en lo que se ocupan
otro sólo ganado, etc., y las comarcas una multitud de albañiles; finalmente se
cambian el excedente de su producción; requiere mantener y renovar la referida
las grandes ciudades crecen, y en conse- fuerza, y millares de obreros producen el
cuencia los viajes son mucho más frecuen- fierro, los metales, los aceites y las grasas
tes. Necesario es que el aumento de la pro- que deben servir para ese efecto.
ducción de las cosas que el hombre con- Los 6.121,174 caballos de vapor, equiva-
sume, sea proporcional al aumento de cir- lentes á 120 millones de séres humanos,
culación en las vías férreas y navegables. representan, pués, una fuerza en bruto,
Quedan "cerca de 1 . 1 6 3 , 0 0 0 caballos de y no una fuerza neta; sería necesario de-
vapor, de los cuales 1 . 0 5 7 , 0 0 0 se emplean ducir de ella las tres cuartas partes, sin
en la industria manufacturera, y solamen- acaso no las cuatro quintas, para salvar
te 1 0 6 , 5 7 5 en la industria agrícola. Lo que los dobles empleos y obtener la fuerza efec-
demuestra que la producción de manteni- tiva.
mientos, hasta el dia, ha sido poco in- Por consecuencia muchos ditrambos de
fluenciada por toda la maquinaria de la los economistas y dadosálaestadística, pro-
época. ponen ideas demasiado exageradas acer-
Existe una observación más capital to- ca de la realidad del progreso industrial.
davía: los 6 . 1 2 1 , 1 7 4 caballos de vapor, de El incremento de la producción, ha sido
que se nos habla, representan en la prác- indudablemente, muy considerable, desde
tica muchos dobles empleos. Un gran nú- hace un siglo; pero su resultado verdade-
mero de máquinas sirven únicamente pa- ramente útil, es mucho menor de lo que
ra construir otras máquinas ó instrumen- pudiera hacer creer un examen superficial
tos, que no son directamente consumibles. Conviene restablecer la verdad porque
Así los martinetes y las calderas de los siempre es bueno conocerla y proclamar-
talleres metalúrgicos, sirven para haecr la, y en el presente caso, puede calmar
piezas- de locomotoras y rieles. impaciencias, endulzar dolores y dismi-
•Por otra parte, es necesario alimentar nuir resentimientos.
todos esos caballos de vapor con hulla,
que extraen de la tierra como de 1 4 0 , 0 0 0
obreros y que un número igual de ellos
transporta; necesario es instalar esa fuer-
SEGUNDA PARTE
CAPITULO PRIMERO.
CAPITULO PRIMERO.
Ili
dad de los casos, el valor, es el precio de principal en el mundo económico, tiende á
costo habitual que se obtiene en la pro- referir el valor de todas las mercancías,
ducción total de la cantidad que es nece- con las excepciones que se acaban de seña- liplí»!
saria para satisfacer la demanda, ó las lar, á lo que representan sus gastos de
necesidades del mercado. producción ó de fabricación, en los que
necesario es comprender no solamente el S4
Si la dificultad de adquisición, que es
uno de los elementos del valor, se mide, co- precio de la materia prima y la mano de
obra, sino el interés y la amortización de i&flí
mo queda dicho, por el precio de costo res-
pecto de todas las mercancías comunes, los capitales empleados, y la utilidad del •
se vea envuelta por dificultades, cuando den producir algunas. Un pueblo que
haya de verificar algunos pagos en el ex- conserva demasiado dinero metálico, se
terior; mas tener demasiada moneda cons- encuentra precisamente en la situación
tituye respecto de una nación, un sobran- de un particular que guardase una parte
te de riqueza mal empleado. principal de su fortuna, en efectivo, en una
Los pueblos más ricos no son aquellos caja fuerte, privándose del capital inmo-
que poseen la mayor riqueza metálica. vilizado de esa suerte. Conviene en con-
Inglaterra, por ejemplo, la nación más secuencia á los pueblos, desarrollar hábi-
mercantil y floreciente del Globo, solo tos mercantiles que les permitan no tener
tiene 3,600 millones de metales preciosos demasiado dinero. Se verá en el siguiente
monetizados, de los que 3,100 millones son capitulo cuáles son esos hábitos, y á qué
de oro y 500 millones de plata; los Esta- medios ingeniosos se puede ocurrir, para
dos Unidos, que son también de una rique- disminuir, sin poderlo nunca suprimir, el
za prodigiosa, con cerca de 60 millones de papel de la moneda de oro y plata en los
habitantes, no poseen más que 4,500 en cambios.
efectivo de oro y plata, de los que 3,100 Variaciones del valor de los metales pre-
millones son de oro y 1,400 millones de ciosos.—Existe otro error muy común res-
plata. Francia menos poblada y rica que pecto de la moneda. Ya hemos dicho que
los Estados Unidos, y menos mercantil es una medida del valor, un valorímetro;
que Inglaterra, tiene mucha más mone- esto es cierto en un sentido relativo, pero
da, cerca de 8,000 millones, 5,000 millo- no de un modo absoluto y matemático.
nes en oro y 3,000 millones en plata. La moneda no es, como el metro y el ki-
lógramo, una medida invariable. La lon-
Esto constituye indudablemente para
gitud del metro y el peso del kilógramo
Francia una riqueza, pero una riqueza
modelos, no cambian, ó cuando menos su
mal empleada; sería mejor que solo tuvie-
longitud y peso no están sometidos, sino á
se 4 ó 5 mil millones de oro y plata y po-
influencias atmosféricas y algunas otras
seyese más fábricas, máquinas é instru-
que los modifican en proporción tan infi-
mentos de trabajo por tres ó cuatro mil
nitesimal, que en la práctica se puede no
millones. Sus rentas aumentarían, porque
tomar en consideración las variaciones
el dinero no produce rentas para un país,
que puedan experimentar.
y las fábricas, las máquinas y los instru-
mentos de trabajo de todos géneros, pue- El oro y la plata que sirven de valorí-
metro ó medida de los valores, puedan su- cantidad de esos metales acumulada du-
frir en su propio valor variaciones más rante el transcurso de los siglos anterio-
considerables. Basta que la producción res; la masa existente de oro y plata es de
de esos metales aumente ó disminuya en treinta á cuarenta veces más considera-
proporciones notables, para que su valor ble que la mayor producción anual habi-
intrínseco pueda afectarse, y tengan, se- da. Esto basta para dar al valor del
gún el caso, ya menor ó mayor poder de oro y la plata, principalmente al del oro,
adquisición; es decir, que puedan ser cam- que es menos común en la naturaleza, una
biados por una cantidad mayor ó menor estabilidad relativa mucho mayor, que la
de mercancías. De esa suerte, el descu- de que disfruta el valor de las demás mer-
brimiento de las minas de plata en el Pe- cancías. Así, sin ser una medida absolu-
rú y México durante el siglo XVI, ha dis- tamente estable y siempre idéntica de los
minuido, en efecto, el valor de ese metal, valores, la moneda de metales preciosos,
es decir, su poder de adquisición. De sobre todo de oro, puede ser considerada
igual manera los descubrimientos de las como la mejor medida que haya podido
minas de oro de Australia y California, encontrarse, del valor de las cosas. Tam-
pudieron en determinada proporción, se- bién se puede asegurar que, tratándose de
guramente muy ligera, reducir el valor períodos de poca duración, como los que
del oro. Asimismo los descubrimientos de se emplean en las transacciones mercanti-
ricas minas de plata, han originado la de- les, ó de periodos de diez, quince ó veinte
preciación, en cierta medida, del valor años, como los que se usan en los contra-
de ese metal. tos civiles, el oro es una medida suficien-
temente precisa y estable, para que no ha-
Las variaciones de valor, son sin em- ya lugar á inquietarse de las ligeras fluc-
bargo mucho más raras y menos genera- tuaciones que el aumento ó la restricción
lizadas respecto de los metales preciosos, de su producción, pueden introducir en su
sobretodo el oro, que de las demás mer- poder de adquisición.
cancías, que exigen más tiempo para pro-
ducirse y no se manifiestan con la misma Las fluctuaciones del valor del oro son
instantaneidad. Es necesario agregar que tan débiles, graduales, é insensibles, cuan-
el oro y la plata producidos, no se consu- do se trata de un período de quince ó vein-
men ni desaparecen, sino que la produc- te años, que ni los escritores especialistas
ción anual viene á sumarse á la inmensa más concienzudos y eruditos han podido
á prohibir absolutamente la acuñación de moneda
ponerse de acuerdo acerca de saber, si de plata en los cuatro países de r e f e r e n c i a . Se ha
en un intervalo de esa duración, el oro ha- abandonado, en consecuencia, de hecho, el sistema
ya subido ó bajado de valor, ni las pro- del talón doble, sin haber adoptado el de talón úni-
porciones en que la alza ó la baja hubie- co de oro. En la actualidad la Unión latina, está en
peligro de disolverse, inclinándose varios de los Es-
sen podido manifestarse. tados que la forman, la Suiza y la Bélgica, á adop-
En consecuencia, sin ser instrumentos tar el talón único de oro, lo que sería mejor para to-
de una perfección absoluta, la plata y so- dos. En 1894 una convención celebrada entre Fran-
bre todo el oro, han sido en el pasado y cia é Italia, determinó que la primera restituya
á la segunda todas sus piezas divisionarias de pla-
serán en lo porvenir los objetos más ca- ta, es decir las piezas de 2 francos, 1 franco. 50
racterizados, por sus propiedades natura- y 20 céntimos, las que, á partir de Julio de 1894, han
les, para desempeñar la función de mone- dejado de circular en Francia.
da y medida en los cambios (1).
es acreedor de Santiago por 1,000 francos, zos, y el crédito de que usan entre si los
comerciante al menudeo en el mismo puer- negociantes, en espera de que el consumi-
to, por mercancías que le ha enviado. dor haga el pago definitivo, no tenga gra-
Pedro extiende una letra de cambio á car- ves inconvenientes, ha sido necesaria una
go de Santiago, yá favor de Pablo en estos legislación excepcional, muy valiosa, que
términos: «A la vista (ó á los tres meses somete al girador y á los endosantes de
vista)pagad á M. Pablo, negociante del Ha- los títulos de crédito á una jurisdicción
vre, ó á su orden, la suma de 1,000 fran- muy rápida y muy severa. Todos aque-
cos, valor de mercancías.» Pedro satisfa- llos á quienes la propiedad del título, (le-
ce de este modo la cantidad que debía á tra de cambio ó pagaré á la orden), se ha
Pablo, si éste quiere tomar la letra de cam- transmitido por endoso, se constituyen en
bio; pero queda el girador comprometido fiadores solidarios del pago, al cumplimien-
á que Santiago haga el pago de la suma to del plazo, con respecto á los endosata-
indicada en la letra, que contra él se ha rios posteriores. La falta de pago en el
extendido. plazo fijado origina la grave operación
La letra de cambio es análoga á un pa- que se llama protesto: es decir la constan-
garé á la orden, pero tiene la ventaja ca- cia oficial é inmediata, de que el pago no
racterística de que generalmente se gira se ha hecho; se abre así la acción legal
de un lugar á otro, y por consiguiente contra todos los endosantes sucesivos, y
economiza la translación de moneda con- da origen á la quiebra, es decir á una en-
tante, translación siempre costosa y no trega de todos los bienes, y al deshonor de
siempre excenta de peligros y pérdidas. aquel que ha faltado á sus compromisos.
El título no pagado, por aquel que debía
Los demás efectos económicos son idén-
hacerlo se llama en Francia letra protes-
ticos entre el pagaré á la orden y la,
tada y en Inglaterra letra deshonrada.
letra de cambio, y se resumen en lo siguien-
te: permitir á la producción no detener- Las deudas garantizadas por letras de
mientras que el consumidor, cuyas nece- cambio, ó por pagarés á la órden, tienen
se, sidades se han anticipado y compra, por tanto, en los casos de falta de pago
no pague en efectivo el producto, que en consecuencias mucho más graves y mucho
sus diversos grados de elaboración ha- más rápidas para el deudor que cualquiera
ya dado lugar á las transacciones descritas. otra deuda. Así debe ser, pues el crédito
Para que las deudas pagaderas á pla- es un medio tan precioso y delicado para
el progreso de la sociedad, que ésta jamás es una simple operación de crédito perso-
se mostrará lo suficientemente severa, ha- nal; está garantido implícitamente por una
cia aquellos que por imprevisión ó mala prenda, que consiste en la transacción
fé, comprometen, y acabarían por ani- mercantil que dió origen á la creación del
quilarlo, si su número aumentase de un pagaré á la orden, ó de la letra_ de cam-
modo considerable. bio. Se supone que esta transacción es se-
Una vez conocidos los títulos de crédi- ria, que los varios signatarios del docu-
to, pagaré á la orden y letra de cambio, mento realmente han producido ó vendi-
que tienen por consecuencia legal some- do, las mercancías cuyo valor será reinte-
ter á quienes los han expedido, aceptado ó grado por el consumidor, á más tardar, en
endosado, á una jurisdicción sumaria y ri- la fecha indicada por el documento.
gurosa, los banqueros que recibían capi- Cuando la letra de cambio ó el pagaré
tales en depósito, descubrieron una apli- á la orden, se expiden sin que haya exis-
cación útil y fácil para ellos: el descuento tido una transacción mercantil usual, de-
del papel mercantil, es decir, el pago de terminada y precisa, se tiene lo que co-
los títulos precitados, antes del cumpli- mercialmente se denomina billet decomplai-
miento de su plazo. Pablo tenedor de la sanee, documento simulado,y una circula-
letra de Pedro á tres meses, teniendo ne- ción de complacencia, á la cual recurren
cesidad de fondos, se presenta ante un los pródigos y los hombres de negocios en
banquero: éste se hace endosar el título, bancarrota, para procurarse fondos. Si-
examina las firmas de Pablo y Pedro, es mulan operaciones comerciales que no
decir toma en consideración, según sus in- han existido, y tratan de engañar á los
formes, la fortuna, los negocios en giro, banqueros y al público. Esto es un abu-
el valor comercial ó la solvencia de am- so del crédito: los comerciantes y los ban-
bos signatarios, y si considera que ésta es queros, es decir, aquellos que descuentan,
satisfactoria, descuenta el título, paga á deben cuidarse de esta especie de parodia
Pablo la suma respectiva, menos un pe- ó corrupción del positivo crédito comer-
queño interés por el tiempo que ha de cial.
transcurrir hasta el cumplimiento del pla- El descuento de los títulos de comercio
zo fijado en el mismo título, y como indem- es la operación fundamental del banco —
nización del riesgo á que se expone. A condición de que los banqueros sean
El descuento del papel de comercio no muy cuidadosos, y muy perspicaces para
saber discernir la solvencia efectiva de los la principal es la abundancia de capital
que han subscripto una letra de cambio ó circulante ó disponible en un país.
un pagaré á la orden, el descuento de ta- Los cheques, los giros ó libranzas y los
les títulos es el mejor empleo que puede clearing hovses.— El pagaré á la orden y la
darse á los depósitos qne los banqueros letradecambio nosonlos únicos títulos de
colectan entre sus clientes. El descuento crédito. Existen otros: se considera el
constituye en realidad un préstamo á corto cheque como título de crédito; pero no es
plazo, puesto que la costumbre no otorga á sino una orden de pago que da al ban-
la letra de cambio y al pagaré á la orden quero, un cliente que ha depositado al-
sino tres meses, cuando más, para su cum- guna suma, que debe ser cuando menos,
plimiento; la operación comercial efectiva, suficiente para pagar el monto clel che-
base de esos títulos, es una garantía de que: esto es lo que llama tener provisión.
que el pago podrá efectuarse; los proce- No puede girar un cheque contra un ban-
dimientos sumarios y rigurosos respecto quero, nadie que no tenga fondos sufi-
de esos títulos de crédito, no permiten al cientes. Resulta de lo anterior, que el che-
deudor ninguna tardanza para pagarlos, que no es un instrumento de crédito, es
y en fin, si el mismo banquero tiene ne- decir de préstamo, hablando con la debi-
cesidad de fondos antes del cumplimiento da propiedad, puesto que quien extiende
de los títulos, habiendo solamente descon- el cheque, tiene el valor del mismo en la
tado buen papel, es decir subscrito por co- casa del banquero; pero sí es un excelen-
te medio de pago. Evita á los particula-
merciantes sólidos, puede á su vez descon-
res conservar en su poder sumas conside-
tarlo, es decir, trasmitirlo endosándolo, y
rables de dinero; además es una constan-
constituyéndose fiador ante otro banque-
cia fehaciente del pago hecho por el sig-
ro, que le paga con anticipación el valor natario del documento, y la contabilidad
del título. exacta de los bancos, sustituye á la me-
El descuento es por consiguiente la, ope- nos minuciosa, en general, délos particu-
ración esencial de los bancos; en la prác- lares. El cheque es un medio magnífico
tica la tasa del descuento es de 21¡2, 3 y para economizar el uso del dinero, que
3V2 rara vez 4 p g anual, interés muy mo- tiene varios inconvenientes.
derado con el que se presta importantísi-
mo servicio al comercio. La tasa varía se- Sucede lo mismo con los documentos
gún ciertas condiciones, entre las cuales, que se denominan giros ó libranzas y los
pagos por compensación. Cuando un ban- Todos estos ingeniosos medios econo-
quero tiene un cliente que es deudor de mizan moneda, y facilitan operaciones
otra persona, la deuda puede satisfacerse enormes con sumas muy restringidas de
simplemente por la inscripción en la cuen- numerario, en los pueblos que, como el in-
ta del acreedor de la suma, que se dedu- glés y el americano, saben practicar el co-
ce de la cuenta del primero: ésto es lo que mercio.
se llamaun giro ó libranza, el más perfec- El billete de banco— El título por exce-
to de los medios de pago, pues que no de- lencia para ahorrar el empleo de la mo-
manda ni dinero, ni aun la creación de un neda en las transacciones comunes, es el
título especial. Para que un á libranza billete de banco.
sea posible, es necesaria únicamente, la Consiste en la promesa hecha por un
circunstancia de que el deudor tenga en el banco, de pagar una suma determinada al
banco una suma cuando menos igual, á la portador y á la vista. A primera vista,
deuda que se hace objeto de la opera- parece que esto constituye una obligación
ción. excéntrica, puesto que apenas hecha la
Los pagos por compensación se reali- emisión del billete, puede ser presenta-
zan entre los clientes de un mismo banco, do al banco, para que sea cubierto en
moneda, y el banquero perdería hasta los
ó en un establecimiento especial que se
gastos de fabricación del título. También
llama banco de compensación ó clearing
parece que la emisión de billetes de ban-
house: este medio de pago consiste en ha-
co, es una operación de derecho natural,
cer la cuenta de las obligaciones recípro- puesto que cualquiera está autorizado pa-
cas entre los diversos clientes ya del ban- ra hacer al público todas las promesas
co, ya de la cámara de compensación, que le convengan, cuando son de buena
y compensar, en cuanto sea posible, unas fé y aceptadas sin coacción ni dolo.
con otras, no haciendo uso de moneda
sino para pagar el saldo que resulte Los caracteres distintivos del billete de
Por este procedimiento los banqueros y banco son los siguientes: es trasmisible
los agentes de cambio llegan á arreglar por el portador, sin ninguna formalidad,
entre sí cuentas que montan á centenares ni endoso, escritura ni responsabilidad
para los anteriores propietarios; si fuese
de millones de francos, y aun á miles de
de otro modo, muchas personas se resis-
millones, con la entrega de algunos miles
tirían ó. recibirlo, Es siempre pagadero &
en efectivo.
la vista en moneda, mientras que los títu- si no se cumplen estas condiciones, no es
los de comercio como los pagarés á la or- recibido y en caso de serlo, se le lleva in-
den y las letras de cambio, son en gene- mediatamente al banco para que sea pa-
ral pagaderos solo al cumplimiento de un gado en moneda corriente. Es necesario
plazo determinado. Su pago es siempre que el reembolso de los billetes de banco
exigible, aun al cabo de diez, veinte ó se haga sin subterfugio alguno; es decir,
treinta años, y no está sujeto á prescripción, el banco debe abrft- un número suficiente
mientras quezal término de cierto plazo, de taquillas y durante un tiempo conside-
las letras de cambio y los pagarés á la or- rable diariamente, para el cambio de los
den, prescriben. No entraña interés algu- documentos por moneda. El pago debe
no, y esto es esencial. Algunas personas hacerse también en moneda cómoda ó de
imaginan que es posible otorgar la ga- fácil transporte. En los paises donde no
nancia de un pequeño interés al billete de se cumplen estas condiciones, como en Es-
banco, por ejemplo un céntimo ó medio paña, los billetes de banco nunca son
aceptados por la masa del público. Es in-
céntimo por franco: esto sería desnatura-
dispensable, además, el transcurso de mu-
lizar el título, porque sería necesario en-
chísimo tiempo, como ha sucedido en Fran-
tonces, cuando se le diera ó recibiera en
cia, para que haya la costumbre de recibir
pago, liacer cálculos, que aún cuando no billetes de banco hasta en los lugares más
ocupasen sino medio minuto, imposibili- remotos, exactamente como moneda me-
tarían al billete para substituir á la mo- tálica.
neda; para que pueda desempeñar esta
función, es indispensable que sea entre- El billete constituye un préstamo tácito
gado y aceptado en el acto, sin que se re- hecho por el público al banco, puesto que
quiera el empleo de un lápiz, ni de un se- aquel consiente en recibir como moneda,
gundo de reflexión. Por la misma razón, lo que no es sino simple promesa de darla
el billete de banco debe referirse á núme- cuando se exija.
ros redondos; 50, 100, 500, 1000 francos; Ventajas del billete de banco— Las ven-
mientras que los títulos de comercio son tajas del billete de banco para el público
buenos por sumas m u y variables que se y para el banco que lo emite, son las si-
alejan de la cifra cerrada. guientes:
El billete clebe ser emitido por un banco I a El uso del billete es sumamente có-
C-onoeicfq y cuyá sqlyQnma m (Mo^i modo, permite traer consigo, enviar por
carta, trasmitir de mano á mano, sumas gravada, sino por los gastos de fabrica-
enormes, que en metálico tendrían un pe- ción de los billetes y de algunos otros ac-
so considerable y requerirían mucho tiem- cesorios insignificantes, puede prestar á
po para contarlas. su vez en condiciones muy ventajosas á
2a La experiencia comprueba que el pú- los industriales y comerciantes, y mante-
blico no acude sino rara vez á cambiar ner la tasa de descuento del papel de co-
billetes por moneda, cuando el estableci- mercio menos alta que si operase única-
miento bancario que los emite es sólido y mente con moneda contante.
conocido, y queda siempre en circula- Peligros de las emisiones excesivas de bi-
ción gran número de billetes aceptados lletes de bancos. Reglamentos de los bancos
voluntariamente; el banco, puede por lo de emisión. He aquí las ventajas del bille-
mismo, no conservar como fondo de re- te de banco; en cuanto á los peligros de
serva, sino una suma en metálico muy in- las emisiones de éste género, consisten en
ferior al monto de los billetes en circula- que el banquero, sobre todo durante las
épocas de crisis ó pánico, no pueda cum-
ción; tendrá, por ejemplo, mil millones en
plir las obligaciones que ha contraído y
moneda por mil quinientos millones emi-
llegue á no serle posible pagar á la vista
tidos en billetes. Antes se creía que bas-
los billetes que le sean presentados, y así
taba á un banco tener en reserva una can- arrastre al público en su propia ruina.
tidad en moneda equivalente al tercio del Otro inconveniente, aunque menor, con-
valor de los billetes en circulación; pero siste en que si muchos bancos hacen emi-
generalmente en los grandes estableci- siones excesivas de billetes, la circulación
mientos bancarios modernos, la reserva de ellos se haga abundantísima, y el pú-
llega y aun supera á la mitad. Resulta de blico, que ignora el grado de solvencia de
esta diferencia entre las reservas en me- los establecimientos emisores, tenga gran
tálico y los billetes emitidos, que los paí- dificultad para distinguir los billetes bue-
ses que se sirven de éstos, puedan ahorrar nos de los malos, y llegue al fin á recha-
una suma muy cuantiosa de moneda, lo zarlos todos, lo que priva al país de usar
que como ya se ha visto, ofrece grandes ese útilísimo instrumento de pago.
ventajas.
3 a Teniendo el banco, por la confianza Estos peligros é inconvenientes han cau-
del público, una suma importante que no sado daños tan graves á los gobiernos,
le cuesta ningún interés y que no está que en ninguna paríe del mundo, se ha
permitido á los capitalistas y á los bancos tienen el régimen de emisión única. En to-
do caso, en este asunto de libertad ó mo-
plena libertad de emitir billetes pagaderos
nopolio de emisión de billetes de banco, es
al portador y á la vista. Se ha reglamen-
necesario tomar en consideración los an-
tado la profesión del banquero, en lo re-
tecedentes, la situación adquirida y las
lativo á las emisiones, como la de los mé- preocupaciones de país.
dicos ó notarios, y aun de modo más se-
En Francia prevalece el sistema del Ban-
vero. Se llaman bancos de emisión, los
co único de emisión, y el célebre estable-
que tienen el derecho de emitir billetes pa-
cimiento llamado Banco de Francia, es el
gaderos al portador y á la vista. Ciertos que goza de monopolio para emitir bille-
países como los Estados Unidos, admiten tes al portador y á la vista.
la libertad de los bancos de emisión, si
Diferencia entre el billete de banco y la
bien bajo diversas condiciones muy res-
moneda— El billete de banco no es,'ha-
trictivas. Otros, como Inglaterra, aceptan
blando con toda propiedad, moneda; pero
la pluralidad de bancos de emisión, pero
por el asentimiento unánime de todos los
dando á un banco central, tal como el que lo reciben, hace sus veces: es lo que
Banco de Inglaterra, privilegios importan- se llama moneda fiduciaria ó moneda de
tes; por fin en algunos países, y así suce- crédito; carece en efecto, de uno de los
de en Francia, se ha constituido un mono- caracteres de la moneda, el de tener valor
polio absoluto, en provecho de un solo por sí mismo; difiere también notablemen-
banco. te de los metales preciosos. Nadie está
Seria muy prolijo enumerar las razones obligado á recibirlo en pago, ai menos en
que se han alegado en favor de un banco las circunstancias comunes y no existien-
de emisión único, ó por el sistema déla do una disposición excepcional, de que
pluralidad y aun de la libertad reglamen- hablaremos después, y que se llama «cur-
tada de los bancos de emisión. A nosotros so forzoso de los billetes de banco.» Pero
nos parece que, en principio, el crédito como el billete puede cambiarse por es-
será más activo, se derramará con mayor pecies metálicas cuando se quiere, en las
abundancia en todas las provincias y dis- taquillas de reembolso de los bancos, nin-
tritos de un país, estará menos centrali- guna persona ilustrada y juiciosa tiene
zado y en una palabra, será menos caro, dificultad de aceptarlo, cuando emana de
en los países que permiten la pluralidad un establecimiento sólido,
de bancos de emisión, que en aquellos que
El Banco de Francia — La célebre com- nes. Descuenta papel de comercio con
pañía llamada Banco de Francia, fué crea- tres firmas, es decir, que se necesita que
da por el Primer Cónsul, y comenzó sus el pagaré á la orden ó la letra de cambio
operaciones el 20 de Febrero de 1800: su que se le presenta, lleve la firma ó la
infancia fué laboriosa; su capital, que se obligación, no solamente del deudor y del
subscribió con dificultades, apenas llegaba acreedor, sino de una tercera persona,
á 30 millones de francos. Solo hasta 18015 generalmente un banquero particular, que
gozó del derecho exclusivo para la emisión garantiza la solvencia de los otros dos.
de billetes pagaderos al portador y á la Esta tercera firma ú obligación se exige
vista, pero únicamente en París. Otros para mayor seguridad. El Banco de Fran-
bancos de emisión libres se fundaron du- cia hace anticipos sobre las rentas del Es-
rante la Restauración en los departamen- tado, las acciones y obligaciones de ferro-
tos, con la autorización del gobierno de carriles franceses garantizadas por el Es-
emitir billetes cada uno en su distrito. tado y otros diversos títulos; hace présta-
Hubo por esto bancos departamentales de mos sobre lingotes y monedas, y se en-
emisión en Rúan, Nantes, Burdeos, Lvon. carga, en fin, de todas las otras operacio-
Marsella, Lille, el Havre y Tolosa. Des- nes comunes de los bancos. Es la caja
pués de la revolución en 1848, se concen- natural del alto comercio, y de las altas
traron los bancos departamentales, que finanzas en Francia. Ha colocado la ma-
habían tenido una existencia independien- yor parte de su capital en rentas del Es-
te y próspera, en el de Francia. Este fué tado, y ha hecho al gobierno francés prés-
tamos sin interés, como retribución á los
investido desde entonces del privilegio de
privilegios que le ha otorgado.
emisión de billetes de banco en toda la
nación. El Estado le ha concedido un En 23 de Junio de 1898, la cartera del
monopolio absoluto, por periodos sucesi- Banco, es decir los títulos de comercio
vos de treinta ó cuarenta años. La última descontados, de que estaba en posesión,
concesión, ó mejor clicho prórroga, data se elevaban á 656 millones de francos,
de 1897 y expirará hasta 1920. de los que á París pertenecían 249 millo-
El Banco de Francia tiene un capital de nes y 407 á los departamentos. Sus anti-
182.500,000 francos, divididos en 182,500 cipos sobre valores ó títulos mobiliarios
acciones de 1000 francos; tiene además ascendían á 386 millones, correspondien-
diversas reservas que llegan á 44 millo* do á París 186, y 218 millones á los depar-
23
tarnentos. Tiene una reserva metálica de tado importantes servicios al Estado du-
3,118 millones, la más colosal aglomera- rante la guerra de 1870-71 prestándole
ción de metales preciosos que existe en el hasta 1500 millones de francos, que se pro-
mundo; de esta cifra 1,881 millones de curó, sobre todo por la emisión de billetes
francos están en oro, la moneda por ex- que la confianza del público aceptó, siem-
celencia; la única moneda universal; 1,237 pre es de sentirse que la revolución de
millones y medio están en plata. Su pasi- 1848 haya suprimido los bancos departa-
vo consiste en la circulación, es decir el mentales de emisión de Roñan, Nantes,
número de billetes que tiene el público Burdeos, Lyon, Marsella, Lille, Havre y
de este banco, llega á la suma de 3,580 Tolosa; eran focos de vida • industrial y
millones, sobrepujando solamente en 462 comercial locales, que un solo organismo
millones á las reservas metálicas. Se ve central no puede reemplazar de un modo
que el billete de banco circula, sobre todo completo, ni aun con todas sus sucursales.
en Francia, durante los tiempos normales, Al lado del Banco de Francia existe un
como un equivalente cómodo de la mo- gran número debanqueros, ya de diversas
neda, puesto que las reservas del Banco sociedades, ya particulares. Hacen todos
igualan al 87 p S de los billetes emitidos las operaciones á que se dedica el Banco
por el establecimiento. La tasa del des- de Francia, con la excepción de que no
cuento es, en estemomento, de 2p § anual; pueden emitir billetes, pagaderos al por-
es decir, que el Banco retiene por sus cui- tador y á la vista.
dados, intereses y sus riesgos, una suma Diversas operaciones de los bancos.—
calculada en proporción de 2 p § anual del Las operaciones de los bancos pueden
valor de los títulos de comercio. No pue-
de aceptar papel á más de 90 días plazo, del Banco de Francia, leído en la asamblea de ac-
al interés de 2 p § , su descuento es por cionistas en 1898, relativo al año de 1897, el gran
tanto de 50 céntimos aproximadamente Banco Nacional tenía 94 sucursales, 38 oficinas au-
xiliares, 105 ciudades ligadas, 23 ciudades reunidas
por cada 100 frs. de un pagaré á 90 dias. á uno de estos establecimientos; es decir, que bacía
Aunque el Banco de Francia tiene ac- operaciones en 261 ciudades, comprendido su do-
tualmente sucursales en todos los depar- micilio social en París. Según la prórroga que se le
tamentos, y también varias en un solo concedió en 1897, debe aun aumentar progresiva-
mente en treinta, el número de sus sucursales, y
departamento (1) aún cuando haya pres-
otro tanto las oficinas auxiliares etc.
[1] Según el Informe del Consejo de la Regencia
dividirse en dos categorías principales: utilidades á un capitalista que sólo mane-
unas son operaciones de crédito propia- jase sus propios fondos. Los empleos de
mente llamadas así, porque realmente en- fondos bien hechos por un capitalista, se-
cierran un préstamo; y otras están cons- rían sumamente peligrosos para un ban-
tituidas únicamente por la especialización quero. Al capitalista convienen las em-
de ciertas operaciones de comercio, como presas audaces, las comanditas industria-
cobros, pagos, compensación de deudas, les, los préstamos hipotecarios, la parti-
cipación durable en empresas comercia-
la remesa y transporte de dinero de un
les ó manufactureras, en una palabra: la
lugar á otro.
inmovilización ele capitales. Todas estas
Un banquero debe proceder en sus ne-
aplicaciones son muy peligrosas para el
gocios con métodos muy diversos á.los banquero, porque siendo difícilmente rea-
empleados por un simple capitalista, quien lizables, no le permitirían satisfacer las
dispone de fondos que le pertenecen y por demandas súbitas de reembolsos, que po-
tanto puede hacer de ellos el uso que le drían hacerle las personas que tienen
parezca mejor. El banquero no sólo dis- depósitos en su casa. Así las aplicaciones
pone de fondos que le pertenecen, sino á largo término, se hacen por los capita-
de ágenos, que ha recibido en depósito, y listas, y las de corto, por los banqueros.
está obligado por tanto á guardar gran
circunspección. No debe buscar al capi- Las sociedades de crédito raíz— Hay, no
tal aplicaciones que en definitiva pudie- obstante, ciertas grandes sociedades que
ran ser las más ventajosas, sino aprove- el público confunde con los bancos, que
son las de crédito raíz. Tienen por objeto
char únicamente las de fácil realización,
principal, hacer préstamos sobre hipote-
que le permitan en un momento dado, ha-
cas, con plazos que frecuentemente llegan
cer frente á tocias las solicitudes de reem-
á cincuenta ó sesenta años. La hipoteca,
bolso que le dirijan aquellos que le han es decir, el préstamo garantido por un mo-
prestado sus fondos. do especial de asignación sobre un inmue-
Un banquero no puede hacér, por consi- ble determinado, es una de las mejores
guiente, todo aquello que es digno de aplicaciones del capital. El inmueble sir-
elogio en un capitalista inteligente. Por ve de prenda al préstamo; si el deudor no
olvidar esta diferencia, se arruinan un paga con regularidad los intereses del ca-
gran número de casas de banca. Los ne- pital prestado, ó n o lo reembolsa á la ter-
gocios de banco, no producirían grandes
minación del plazo, el acreedor hipoteca- muy considerable, reembolsables por anua-
rio puede embargar el inmueble y tiene lidades que ordinariamente comprenden
un privilegio sobre el precio total de ven- los intereses y una suma destinada á
ta, hasta la liquidación total de su crédi- amortización. Los préstamos quedan ga-
to. Este privilegio corresponde á todas las rantidos por hipotecas sobre los inmue-
hipotecas que gravan un mismo inmue- bles de los deudores, mediante una anua-
ble, .según el orden de inscripción de ca- lidad de 5 p g , supongamos, pagada con
da uno. Como el valor de los inmuebles regularidad durante cuarenta, cincuenta
no sufre despreciaciones importantes, sal- ó sesenta años; el deudor hipotecario se
vo en los casos de crisis muy graves, ge- encuentra al finalizar este período, libre
neralmente pasajeras, si el acreedor hipo- de su compromiso. En el 5pg que paga,
tecario ha tenido la discreción de prestar 4 fr. 25p g solamente representan el in-
una cantidad equivalente sólo á una frac- terés del capital, 25 céntimos los gastos
ción del valor del inmueble, 50 ó 60 p g de administración del establecimiento,
por ejemplo, no corre ningún riesgo de y aproximadamente 50 céntimos la amor-
perder su dinero. • tización. Esta combinación es ventajosa
para el deudor, que paga cada año, me-
Este género de empréstitos tiene sin em- diante un pequeño aumento en lós intere-
bargo un inconveniente, y es que si el ses ele la anualidad, una parte del capital.
acreedor hipotecario llega á tener necesi-
dad urgente de dinero, no puede fácil- Las sociedades de crédito raíz, para rea-
mente rehacerse de sus fondos antes del lizar sus préstamos, se sirven, no de los
cumplimiento del plazo, que con mucha fondos que procuran, emitiendo billetes de
frecuencia se ha estipulado por cinco, banco, recibiendo depósitos, sino de las
diez ó quince años, á causa de los gastos sumas que recaudan colocando en el pú-
exigidos por el contrato. Por otra parte, blico. obligaciones á largo plazo, con in-
también puede repugnarle proceder judi- terés v amortizabas por sorteos periódi-
cialmente contra el deudor hipotecario cos. bebiendo durar el préstamo largo
moroso: esto puede ocasionarle disgustos tiempo, es necesario que las obligaciones
y molestias. por medio de las cuales se obtienen fon-
La creación de grandes sociedades de dos, tengan una duración análoga. Las
crédito raíz suprime estos inconvenientes. personas que quieren colocar sus fondos
Esas sociedades hacen préstamos á plazo en hipotecas, pueden comprar ó subscri-
birse á estas obligaciones, y gozarán de más rápido y menos costoso que el segui-
todo género de seguridades de una colo- do por cualquier otro acreedor hipoteca-
cación hipotecaria, y además de otras va- rio. (1) •
rias ventajas; no tienen necesidad de sos- Crédito agrícola y ^rédito mobiliario.—
tener relaciones directas con el deudor, Es necesario no confundir el crédito agrí-
para recordarle los cumplimientos ó ame- cola con el crédito raiz: el primero hace
nazarlo en ocasiones con el embargo; pue- préstamos teniendo por garantía, ya las co-
den, si les sobreviene una necesidad ur- sechas pendientes ó almacenadas, ya el ga-
gente de dinero, vender fácilmente sus nado ó los útiles de la explotación; el se-
obligaciones en el mercado llamado Bol- gundo presta tomando por garantía el in-
sa. Las sociedades de crédito raiz, hacen mueble mismo. La primera naturaleza del
un servicio idéntico á los prestamistas y crédito, puede tener gran importancia,
tomadores hipotecarios. Importa única- pues proporciona á los labradores fondos
mente que estas sociedades 110 sobrepasen móviles substrayéndolos á la usura. Des-
sus funciones, entregándose á cualquier graciadamente aún no está organizado en
especulación comercial, industrial ó finan- Francia, aún cuando ya lo está en mu-
ciera, y que pongan gran cuidado en la chos países extranjeros, y aún en ciertas
estimación del valor ele los inmuebles que colonias, francesas como las Antillas y Reu-
que sirven de garantía á sus préstamos. nión.
En Francia, donde se tiene predilección Otros ramos del crédito mobiliario, por
por los privilegios y monopolios, en con- el contrario, funcionan clesde hace largo
traposición con las costumbres délos Esta- tiempo en Francia; cii el Banco de Fran-
dos Unidos é Inglaterra, se ha otorgado á cia y otros establecimientos se hacen prés-
la gran institución llama "Crédit foncier de tamos sobre depósitos de títulos de rentas
France», no precisamente el monopolio de del Estado, de obligaciones de las ciuda-
los préstamos hipotecarios reembolsables des, de acciones ú obligaciones de lasgran-
por anualidades, sino ciertas ventajas ex- des compañías.
cepcionales, desde el punto de vista de la Los montes de piedad, que prestan to-
realización del préstamo, y del embargo de
los inmuebles de los deudores poco cum-
plidos. El procedimiento á que puede re- (1) Un privilegio semejante tiene entre nosotros el
Banco Hipotecario. Véanse los términos de su conce-
currir en tal caso el establecimiento, es sión. (N. del T.)
mando como garantía objetos muebles, tástrofes del mismo género en el extran-
son también una de las formas de este cré- jero, un número considerable de personas
dito. Está en la naturaleza de las cosas se empeñan en creer que prestando varios
que tal crédito sea muy costoso, por que miles de millones en billetes de banco ó
los objetos muebles representan en gene- del Estado, á los industriales, comercian-
ral un valor incierto y flotante, y además tes ó agricultores, se dominaría la crisis
el avalúo de cada uno de ellos, lo mismo y se desenvolvería la actividad nacional.
que su venta en caso de falta de pago, re- Así, hace tres ó cuatro años, un diputa-
quieren gastos muy considerables. do proponía que para aligerar los impues-
Ya nos hemos referido al préstamo so- tos de la agricultura, se autorizase á los
bre mercancías; principalmente materias propietarios para emitir papel moneda ga-
primas, como algodones, lanas, café etc. rantido por el Estado, hasta una suma
que se realiza por los establecimientos lla- equivalente á la cuarta parte del valor de
mados almacenes generales ó docks, bajo sus tierras. El autor de este extravagante
la forma de un título denominado warrant. , proyecto, que la Cámara de Diputados to-
Las mercancías se depositan en prenda, mó en consideración en un día de aturdi-
en los establecimientos de que se trata, y miento ó complacencia, se imaginó que la
no se pueden sacar, sin haber satisfecho agricultura tendría á su disposición sin
la deuda con que están gravados. Esta es que á nadie costase nada, una suma de 25
nna forma sumamente útil del crédito. mil millones de francos.
Quimeras é ilusiones en materia de cré- La proposición es absurda. Si se hubie-
dito— Las operaciones de crédito, tan va- ra querido llevarla á la práctica ¿cual hu-
riadas como útiles, han dado lugar á mul- biese sido su resultado? Desde luego, hu-
titud de quimeras y alucinaciones. Una biera sido una operación falsa y completa-
de las que se reproducen con más frecuen- mente Contraria á la naturaleza del crédi-
cia consiste en creer, que bastaría multi- to. El Estado que hubiese puesto en circu-
plicar indefinidamente los billetes de ban- lación estos miles de millones entre los
co para aumentar los capitales existentes. agricultores, ó que los hubiese garantido,
A pesar de la doble bancarrota del siste- no poseía esta suma, en consecuencia, no
ma de Law, á principios del siglo XVIII, podría disponer de ella, ni conferirla á
y de los asignados en tiempo de la Revo- otro. Admitiendo que el público diese cré-
lución francesa, á pesar de las muchas ca-. dito al Estado, que hubiese tenido confian-
za en su firma unida á la de los propieta- Todos los proyectos de mejora social ó
rios de los bienes hipotecados, el resultado de desenvolvimiento de la riqueza pública
final de ese préstamo habría sido dar á di- basados en emisiones de billetes del Esta-
chos propietarios el poder de adquirir mer- do ó de banco, no reembolsables inmedia-
cancías de todas clases y á su satisfacción, tamente en moneda al tenedor, deben
por 25 mil millones, sea, por ejemplo, de considerarse como peligrosas ilusiones.
ganados, instrumentos de trabajo, abonos, El crédito popular.—El crédito banca-
ó simplemente invertirlos en mano ele obra, rio es difílmente accesible al obrero y aún
en trabajo humano. Pero como las mercan- á los comerciantes en pequeño; ni uno
cías que existen en un país son limitadas ni los otros tienen suficiente capital ó no-
y proporcionales tanto á los medios de pro- toriedad, para que un banquero les haga
ducción del país, como á sus necesidades anticipos. Se ha imaginado reunir en so-
previstas, sea actuales, sea de un futuro ciedades de crédito popular los bonos de
próximo; como por otra parte, el valor de obreros de una misma ocupación y de
las mercancías se establece según la rela- idéntica localidad. En Alemania, impulsa-
ción entre su cantidad y la del efectivo das por el economista Schulze Delitzsch, y
existente, resulta con evidencia, que esta en Italia, las sociedades mutualistas de
súbita demanda de 25 mil millones de mer- crédito se han extendido más, y confede-
cancías, á más de la demanda habitual y rándose, uniéndose unas con otras, han ad-
regular; esta aparición de 25 mil millones quirido grande importancia. Los estatu-
de nueva moneda ficticia, hubiera provo- tos de dichas sociedades, sobre todo de las
cado una alza inmediata y prodigiosa en alemanas, son muy rigurosos lo que es in-
los precios. Tocios los objetos se venderían dispensable. Cada socio no obtiene prés-
<5 se habrían vendido tres, cuatro ó cinco tamos, sino después de haber subscrito y
veces, si no es que diez veces, más caros pagado una parte del mismo en la socie-
que antes; los propietarios y hacendados no dad; debe además presentar un fiador sol-
hubieran obtenido ninguna ventaja real y vente elegido entre los otros miembros.
eficaz; pero todo el mercado nacional Son indispensables, en efecto, serias ga-
habríase alterado, y una espantosa cri- rantías, de que el crédito será restituido.
sis se sucedería, como la del banco de Enlas sociedades alemanas, todos los miem-
Law á principios del siglo XVIII, ó la de bros son solidariamente responsables, con
los asignados bajo la Revolución. todo su haber, de las pérdidas que la so-
ciedad pueda tener. Concebidas así, estas ciedades de crédito, propiamente así llamadas, del
agrupaciones prestan buenos servicios á tipo Schulze Delitzsch, que enviaron sus cuentas á la
Agencia Central, fueron 1,075, las que contaban
los obreros honrados, y sobre todo á los 512,509 miembros. Los préstamos que se les hicieron
artesanos y á los comerciantes en peque- ascendían á 1,923 millones de francos; el capital
ño, para la compra de materias primas, propio de las sociedades, 145 millones, más 39 mi-
para los fondos en giro en sus almacenes, llones de reservas, en total les pertenecían 18-1 mi-
etc. Este crédito popular, no sirve ni á los llones. Los capitales en depósito y empréstitos se
elevaban á 542 millones. Las utilidades netas al-
imprevisores, ni á los que tienen poco sen- canzaron la cifra de 11.082,000 francos; 6 por 100
tido práctico y se dejan seducir por pro- del capital y de las reservas unidas. Los miembros
yectos quiméricos. (1) de estas sociedades de crédito se clasifican así: 29
por 100, agricultores, jardineros, pescadores: 3.2 por
Es necesario no olvidar jamás que el 100, obreros agrícolas; 3.3 por 100, fabricantes; 27.3,
crédito no crea ningún capital; supone la pequeños industriales; 5.6, obreros de la pequeña
previa existencia de éstos, acumulados por industria; 8,7, comerciantes; 0.9, empleados de co-
el ahorro, en manos que están dispuestas mercio; 4.8, cocheros, caballerizos, etc.; 2-3, emplea-
á entregarlos á quienes inspiran confian- dos de caminos de fierro, postas, ete.; 6-2, médicos,
escritores, funcionarios humildes; 7.3, rentistas y
za. El ahorro es, por consiguiente, la base pensionistas.
del crédito, y éste no puede tener más ex-
tensión que el primero; el crédito envuel-
ve siempre el peligro de la pérdida del ca-
pital prestado, y no debe ser otorgado si-
no para operaciones de producción, y á H , ,
hombres laboriosos y capaces.
y : /•
[1] En 1892 las varias sociedades cooperativas
alemanas fundadas, en su mayor parte, por la ini-
ciativa de Schulze Delitzsch y de Ralffeisen eran
8,912, de las cuales 491 eran de crédito, 1,294 de
materias primas é instrumentos; 1,283 de consumos,
128 de producción industrial, 1,196 lecherías coope-
rativas y asociaciones vitícolas y otras del mismo
carácter; 77 sociedades de construcción de casas,
100 de seguros y 52 de almacenes. Se calcula el nú-
mero de asociados en más de dos millones. Las so-
dos Unidos de América y en la actuali-
dad Inglaterra, exactamente como los par-
ticulares, emitiendo bonos y obligaciones
reembolsables en un plazo determinado,
ya en una exhibición, bien en abonos pe-
riódicos, generalmente anuales ó semestra-
les. Esta es la mejor forma de crédito pú-
CAPITULO V. blico, por que es más análoga á los pro-
cedimientos del crédito privado, y porque
teniendo el Estado qne hacer reembolsos
en épocas fijas, 110 pierde de vista el deber
EL CREDITO PUBLICO. en que se encuentra de disminuir su deuda
ó, según la expresión usual para esta clase
Los diferentes modos de empréstitos del Estado.— de empréstitos, amortizarla.
Amortización.—Conversión de las deudas públi-
cas.—El curso forzoso de los billetes de Banco ó La amortización de una deuda consiste,
del Estado.—Condiciones dentro de las cuales en general, en el reembolso que sin inte-
son útiles los empréstitos del Estado.—Las deu-
das públicas.—Las Bolsas de valores muebles.
rrupción se verifica cada año, de una frac-
ción de la deuda. Las obligaciones llama-
das amortizables por sorteos periódicos
Diferentes modos de empréstitos de Es-
son los más cómodas para los pagos. El
tado. La amortización.—El crédito público, Estado decide emitir un empréstito que
del que se ha hecho y se hace aún gran será amortizado en cuarenta, cincuenta,
uso y gran abuso, no difiere esencialmen- setenta y cinco ó noventa y nueve años.
te del crédito privado. Cuando un Estado Para conseguirlo,se haceel cómputo délas
pide un empréstito, solicita siempre, y ob- sumas necesarias anualmente para el servi-
tiene si inspira confianza, un capital per- cio de los intereses de la deuda: suponga-
teneciente á otro, sea á capitalistas nacio- mos 1111 millón de francos. A esta cantidad
nales, desde el más simple bracero econó- se agrega otra mucho menor 100 ó 200 mil
mico, hasta el banquero, sea á capitalistas fr. por ejemplo, según al plazo dentro del
extranjeros. cual debe amortizarse el empréstito, y la
Los Estados, en todos los casos, han uti- tasa del interés á que se lia contratado;
lizado mucho en materia de crédito. Unos determinada cantidad sirve para la amor.
toman prestado, por ejemplo los Esta- 24
tisación, reembolsando los bonos ú obliga- Los Estados pueden hacer empréstitos
ciones. Se tiene así una anualidad de por otros sistemas que emitiendo bonos
1.100,00 á 1.200,000 francos á cargo del reembolsables. Les es permitido emitir tí-
tulos de lo que se llaman rentas perpetuas.
presupuesto del Estado. La parte dedica-
De estas rentas se compone la mayor par-
a
da á la amortización aumenta cada año,
te de la deuda francesa. Según ese siste-
sin variar la anualidad, en los intereses
ma, el Estado emite un empréstito sin obli-
pagados por las obligaciones amortizadas garse con el subscriptor á reembolsarle el
R
•el año anterior, intereses que quedan li- capital en una época determinada, sino
bres de todo gravamen por el reembolso comprometiéndose simplemente á abonar-
•de las mismas obligaciones. Así, median- le una renta á perpetuidad, de 3, 4 ó 5
te un débil sacrificio anual y alguna cons- francos por ciento. Hay el inconveniente
tancia, al cabo de cuarenta, sesenta ú de que no preocupándose el Estado por la
ochenta años, el Estado queda completa- amortización de las deudas, las rentas per-
n
mente liberado del empréstito. petuas se acumulan á cada generación, y
El sistema de anualidades que compren- I á
el Estado acaba por quedar gravado de
de ni interés y la amortización, .el que sir- una manera insoportable.
ve debase en Francia paralas obligaciones
Conversión ele las deudas públicas.—Hay
de las grandes compañías de caminos de HSIl
sin embargo algunas circunstancias que se
fierro, de crédito raíz, y á la mayor parte
presentan de vez en cuando, y vienen en ífi
de las sociedades de importancia.
socorro del Estado, permitiéndole hacer
Para que este sistema funcione realmen-
te, es decir lleve al Estado á una liberación
la operación que se llama conversión de las ih
deudas.
gradual de sus compromisos, es necesa-
Se ha visto ya que la tasa del interés
rio que éste provea al reembolso anual de
tiende á bajar en los paises prósperos. Por
las obligaciones con los recursos de su «p
otra parte, las naciones solicitan los em-
presupuesto ordinario, es decir,con el pro- préstitos, en el mayor número de casos, en
ducto de sus impuestos ó de sus dominios. los momentos de crisis, cuando la tasa del
Si se procede de modo distinto, si el Esta- interés se eleva, durante las grandes gue-
do ocurre á nuevo empréstito para amorti- rras ó después de ellas. Francia, por ejem-
zar el anterior, substituye simplementeuna plo, en seguida de sus desastres de 1871 y
deuda por otra, lo que no tiene ninguna 1872, emitió títulos de renta perpetua al
utilidad, engañándose á sí mismo y al pú-
blico.
por 100; 4 1 / s , 372 J 3 por 100 son rescata-
5 por 100, al tipo de 81 á 82 por 100 de pa-
bles por 100 francos, á voluntad del Esta-
go, de manera que por 81 ú 82 francos, el
do; las de 5 por 100 se han convertido, las
subscriptor se aseguraba una renta de 5
de 3V2 lo serán dentro de pocos años, y no
francos, lo que representa un interés real
será difícil convertir las de 3 por 100, por-
de 6 por 100 aproximadamente, sobre la
que el Estado francés actualmente podría
suma recibida. Algunos años después, ha-
conseguir dinero al 23/4 por 100.
biéndose restablecido la prosperidad, re-
nació la confianza en los recursos del Es- Los Estados, en interés de los contribu-
tado, y pudo encontrar capitales que se yentes, deben recurrir á las conversiones,
le prestasen al 47 2 ó 4 por 100 de interés. cuantas veces les sea permitido por la me-
Aprovechando esta situación ventajosa, jora de su crédito. Así lo han hecho los
propuso á sus antiguos acreedores reem- Estados Unidos de America, que han con-
bolsarles á 100 francos sus títulos de ren- vertido sucesivamente casi todas sus deu-
ta, es decir, á la par, ó reducir su interés das en el transcurso de 20 años, hasta el
á 41/2 ó á 4 por 100. Esta operación es en- grado de no pagar sino el 3 por 100 de in-
teramente legítima. La conversión es una terés, en lugar del 6 por 100 que era la
opción propuesta al acreedor entre el pa- tasa primitiva.
go de su crédito, ó una disminución del El curso forzoso de los billetes de lanco
interés. Es absolutamente igual á la que y del Estado.—En circunstancias muy ca-
haría un particular que habiendo pedido lamitosas y urgentes, como en tiempo de
1,000 francos al 5 ó al 6 por 100 de inte- guerra, los Estados toman empréstitos de
rés en tiempo de penuria, ya en una situa- otras maneras, j a emitiendo papel moneda,
ción próspera, ofreciese á su acreedor que los particulares están obligados á reci-
reintegrarle los 1,000 francos, ámenos que bir corno pago en las transacciones, ya exi-
consintiese en no exijir sino un interés de giendo anticipos en billetes á I03 bancos na-
4 ó 4V2 por 100. El derecho de conversión cionalés, librándolos de la obligación de
se funda además en Francia en una dispo- reembolsarlos á los portadores á la vista.
sición de la ley que ordena, salvo estipu- Estos pon expedientes que pueden ser úti-
lación en contrario, que toda renta per- les en circunstancias excepcionales, pero su-
petua sea rescatable por una cantidad mamente peligrosos. Se les llama curso for-
veinte veces mayor que la misma • renta. zoso de los bdletes de Estado ó de billetes
Todas nuestras rentas perpetuas, las de 5 de banco. El curso forzoso difiere del cur-
so legal. El último, consiste en que el Es- 1870—71, que lo derogó en 1875; otros paí-
tado recibe en sus cajas y en pago de los ses también han llegado á suprimir el curso
impuestos les billetes que sirven de mone- forzoso como los Estados Unidos de Améri-
da ; pero los particulares no están obligados ca y Rusia; otras potencias lo conservan
á recibirlos, y pueden en todo caso devol- aún como España é Italia, que carecen de
verlos al banco, que sé ve precisado á con- medios para rescatar el papel moneda que
convertirlos en moneda verdadera. En el han emitido. Sufren mucho por esta circuns-
curso forzoso, al contrario, todos tienen la tancia en su vida industrial interior, y sobre
obligación de recibir como dinero contante todo en sus relaciones con el extranjero, por
Jos billetes del Estado, ó los billetes de ban- carecer de un talón sólido del valor.
co, y ningún eetablfcimiento está obligado Condiciones en las cuales son útiles los
rigurosamente á reembolsarlos en moneda. empréstitos de los Estados—Las deudas pú-
El curso forz' s , suprimiendo do hecho el blicas.—Los empréstitos de los Estados son
empleo de moneda metálica, crea un estado como las deudas de los particulares: buenos
artificial de cosas, en donde no hay ningu- ó malos según el uso de los capitales toma-
na medida fija, ningún talón estable del va- dos. Si estos capitales, reunidos por los par-
lor de las mercancías. Los Eetados se ven ticulares, y de que el Estado adquiere el uso,
entonces precisados á multiplicar las emisio- de grado ó por fuerza, son empleados en obras
nes de estos billetes no convertibles. Su no productivas, los empréstitos equivalen á
abundancia y la desconfianza que inspiran, un derroche de la riqueza pública, y á una
concluyen por alterar su valor; es muy raro pérdida para la nación. Si al contrario, los
que estos billetes no pierdan algo de su valor empréstitos sirven para obras verdaderamen-
normal con relación al oro. El OJO tiene en- te productivas, no son un mal, sino un bien.
tonces una prima pobre el billete, que se llama Este último caso sin embargo, es muy raro.
agio, á veces no es sino de 2 á 3 p § ., y fre- La mayor parte de los empré-titos públicos
cuentemente- llega á 10, 15, 20 y hasta el 50, destruyen mayor suma de capitales que la
80, y 95 p g , como los asignados de nuestra que se emplea utilmente. Si en un país don-
Revolución; se han llegado á dar muchos de ya existen muchas vías ferreas ó canales,
millares de francos en asignados, para pagar el Estado toma dinero para hacer nuevas
un par de botas. obras de esta especie, en las cuales no haya
circulación de viajeros ó mercancías, se hace
Ciertos Estad( s han soportado, sin graves un derroche de la riqueza nacional; los Es-
males el curso forzado, como Francia en
tados bien administrados 110 levantan sino Bolsas de valor s mobiliarios.—Los tí-
raramente empréstitos. (1) tulos de deudas públicas délos E-dados, de-
La deuda príblica es una carga para la partamentos y ciudades, así como las accio-
nación; el título He renta es una riqueza pa- nes y obligaciones de las diversas socieda-
ra el particular que lo posee; pero constitu- des, se negocian en los mercados que se
ye un gravamen sobre la renta del conjunto llaman Bolsas. Los valores se cambian allí
de ciudadanos, que se encuentra disminuida diariamente, según las impresiones de los
en el mismo tanto. El peso de la deuda públi- capitalistas, las oscilaciones de la confianza
ca exije impuestos recargados que dificultan ó desconfianza que los mismos títulos inspi-
el comercioyel desarrollo déla industria; por ran. Las Bolsas de valores mobiliarios con-
otra parte, colocan al Estado á merced de tribuyen á desenvolver la producción permi-
los acontecimientos fatales que pueden so- tiendo á las personas económicas, encontrar
brevenir, porque estando, ya muy gravado en
los tiempos normales, le será sumamente
cesa, aun cuando los Estados Unidos tienen 72 millo-
difícil emitir un empréstito en circunstancias nes de población, y Francia solo tiene 38. La deuda
graves. Las naciones que. como los Estados del Imperio Alemán es inferior en 3 mil millones de
Unidos y Alemania, tienen deudas públicas francos á la de Rusia, propiamente dicha y com-
muy cortas, se encuentran, y se encontrarán prendiendo á Sleswig Holstein, Hanover, Hesse elec-
de más en más, en una situación superior á toral, Nassau, Hesse Hambourg y Franfort-sur-le
Mein, no llega á 8500 millones de francos; juntando
la de paí-es que como Francia, tienen una las de Baviera, Wurtemberg y el Gran ducado de Ba-
deuda pública muy pesada, que pasa de trein- dén, se llega para el conjunto del país germánico á
ta y tres mil millones de francos. (2) una deuda total de una quincena de miles de millo-
nes de francos cuando más, menos de la mitad de
la deuda francesa; hay más aún, la mayor parte de
(1) Para detalles sobre los diversos sistemas de las deudas germánicas tiene por contrapeso pro-
Empréstitos de los Estados, véase nuestro Tratado ductivo, la posesión por los Estados alemanes, de
de la ciencia de las finanzas, 6. a edición n.° 11. una red de ferrocarriles que produce grandes uti-
lidades. La deuda pública de Inglaterra y de Ir-
(2) La deuda de los Estados Unidos en 1896, ape- landa en 1897 subía á 16,250 millones, ó sea á me-
nas se elevaba á cinco mil millones y medio de fran- nos de la mitad de la deuda de la República france-
cos, y la de los diversos Estados que componen la sa. La enormidad de nuestra deuda pública coloca
gran federación, no llegaba en 1895, sino á 1500 mi- á Francia, desde el punto de vista económico, en un
l l o n e s de francos. Total para la Unión americana estado de inferioridad, con relación á los otros gran-
del Norte: menos de 7 mil millones de francos, ó sea des países del mundo.
menos de la cuarta parte de la deuda pública fran-
continuamente títulos que comprar para co-
locar su capital, y facilitando la reali-
zación de esos títulos, á los capitalistas 6
rentistas que tienen necesidad de fondos.
Ellas estimulan también el ahorro y la utili-
zación de los capitales; disminuyen la sim-
ple tesaurización que esconde las economías, CAPITULO V I
en lugar de hacerlas servir para la produc-
ción. Facilitan la constitución y las funcio-
nes délas grandes empresas, y aseguran un
EL COMERCIO INTERIOR Y EXTERIOR.
mercadoásus productos. Tienen,sin embar-
LAS CRISIS COMERCIALES.
go, el inconveniente, como precio de tantas
ventajas, de abrirá la especulación poco hon-
Profesiones comerciales.—La competencia.—Excep-
rada, un campo en el que caen muchas vícti- ciones de la competencia.—Antigua y nueva teo-
mas. Pero corresponde al público defender- ría del c o m e r c i o . — E l Comercio al pormenor en
se de las actividades culpables, por medio de grande y pequeña escala.—Intervención del Esta-
la circunspección. Toda feria atrae á los do en el Comercio interior.
bribones; esto constituye !a mejor crítica Razones de ser del comercio internacional.—Expor-
taciones é Importaciones.—El cambio y sus varia-
de los bobos y puede ser que de los gendar-
ciones.—La alza de la tasa del descuento, á causa
mes, pero no de las ferias. del cambio desfavorable.—Relación entre las ex-
portaciones y las importaciones.—Teoría de la Ba-
lanza del Comercio.—Falsedad de esta t e o r í a —
Diversos elementos que deben tenerse en cuenta
en las relaciones económicas de un pueblo con el
extranjero.—Legislación del Comercio exterior.—
Libre cambio y régimen protector.—Libertad ab
soluta de importación.—Prohibiciones.—Derechos
moderados y tratados de Comercio.—Facultad de
depósito.—Ventas públicas.—Crisis comerciales —
Su origen y sus causas.—Medio de atenuarlas.—
Pretendido exceso de producción.—Algunos efec-
tos favorables de las crisis mercantiles.
continuamente títulos que comprar para co-
locar su capital, y facilitando la reali-
zación de esos títulos, á los capitalistas 6
rentistas que tienen necesidad de fondos.
Ellas estimulan también el ahorro y la utili-
zación de los capitales; disminuyen la sim-
ple tesaurización que esconde las economías, CAPITULO V I
en lugar de hacerlas servir para la produc-
ción. Facilitan la constitución y las funcio-
nes délas grandes empresas, y aseguran un
EL COMERCIO INTERIOR Y EXTERIOR.
mercadoásns productos. Tienen,sin embar-
LAS CRISIS COMERCIALES.
go, el inconveniente, como precio de tantas
ventajas, de abrirá la especulación poco hon-
Profesiones comerciales.—La competencia.—Excep-
rada, un campo en el que caen muchas vícti- ciones de la competencia.—Antigua y nueva teo-
mas. Pero corresponde al público defender- ría del c o m e r c i o . — E l Comercio al pormenor en
se de las actividades culpables, por medio de grande y pequeña escala.—Intervención del Esta-
la circunspección. Toda feria atrae á los do en el Comercio interior.
bribones; esto constituye !a mejor crítica Razones de ser del comercio internacional.—Expor-
taciones é Importaciones.—El cambio y sus varia-
de los bobos y puede ser que de los gendar-
ciones.—La alza de la tasa del descuento, á causa
mes, pero no de las ferias. del cambio desfavorable.—Relación entre las ex-
portaciones y las importaciones.—Teoría de la Ba-
lanza del Comercio.—Falsedad de esta t e o r í a —
Diversos elementos que deben tenerse en cuenta
en las relaciones económicas de un pueblo con el
extranjero.—Legislación del Comercio exterior.—
Libre cambio y régimen protector.—Libertad ab
soluta de importación.—Prohibiciones.—Derechos
moderados y tratados de Comercio.—Facultad de
depósito.—Ventas públicas.—-Crisis comerciales —
Su origen y sus causas.—Medio de atenuarlas.—
Pretendido exceso de producción.—Algunos efec-
tos favorables de las crisis mercantiles.
Multiplicándose los cambios entre los hom- mente no puede obtenerse sino por dos me-
bres, han dado origen á una clase especialde dios : ofreciendo al público mercancías de me-
ocupaciones : las profesiones comerciales. Al- jor calidad que los otros comerciantes, ó pro-
gunos individuos especializan en el ejercicio porcionando las mercancías comunes en con-
del comercio sus aptitudes y sus trabajos, y diciones más favorables, y principalmente á
en lugar de producir directamente los obje- más bajo precio. La competencia de los co-
tos que son útilas, ó que desea la humanidad, merciantes es, pues, con la excepción que en
analizan las necesidades públicas, y esforzán- breve señalaremos, muy conveniente para los
dose en presentirlas, buscan las mercancías consumidores, puesto que en general abate
que en su concepto corresponden 3 esas ne- el precio de los objetos.
cesidades, las reúnen y las conservan en al- Excepciones de lee competencia.—La com-
macenes, teniéndolas siempre á disposición petencia no siempre obra, sin embargo, en
de los consumidores. Estos no tienen ya que condiciones igualmente propicias para el con-
hacer grandes esfuerzos para procurarse los junto de la sociedad. Hay casos en que es-
artículos de que carecen, pues saben de an- tando limitado por la naturaleza de las cosas,
temano donde pueden encontrarlos, lo que el número de productores de un ramo de la
les ahorra muchas pesquisas, molestias é in- industria, les es más conveniente entender-
quietudes. se y formar lo que se llama eoalisión de ven-
Ya se ha visto en qué sentido el comercio dedores. Así, por ejemplo, los caminos de
es productor, es decir, sirve para facilitar ó hierro que se dirigen á los mismos puntos,
aumentar las satisfacciones y los goces de la los hoteles que existen en una localidad de
humanidad. El comercio es por otra parte mediana importancia, algunas veces los pro-
muy variado; comercio al por mayor, comer- pietarios de fundiciones de una región, ó los
cio medio, al por menor y comercio interme- armadores cuyos navios van á determinado
puerto, como las dos compañías inglesas de
diario de todas clases. El alma del comercio
navegación para el comercio de China, pue-
es la competencia. Se llama competencia la
den celebrar un convenio, áefecto de no aba-
fuerza que impulsa á los comerciantes á so-
tir los precios, sino hasta cierto límite que
brepujar á los demás individuos de su profe- les parezca remunerador. Estas coaliciones
sión, atrayéndose la mayor parte posible de de vendedores, que por acuerdo de los miem-
los pedidosydelaclientela. Este resultado que bros de un mismo comercio, de idéntica lo-
es el que persiguen con avidez y perseveran- calidad ó distrito, suspenden los efectos de
cia los comerciantes inteligentes, general-
382 eaacuLACiON DE l a s riquezas EL COMERCIO INTERIOR 383
en Francia una letra de cambio en libras timos, por libra esterlina, los comercian-
esterlinas sobre Inglaterra, al precio de tes franceses podrán pagar los giros so-
25 francos 21 céntimos la libra, se dice bre Inglaterra al tipo de 25 francos 25
que la libra esterlina está á la par, en el céntimos, 25 francos 30 céntimos, ó 25
sentido de que se paga la promesa de re- francos 32 céntimos, por libra esterlina,
cibir una libra esterlina en Inglaterra, ó siendo para ellos siempre más ventajosa
sea exactamente la suma de oro conteni- esta operación, que la de enviar especies
da en una libra esterlina metálica. á la Gran Bretaña. Esta ventaja no deja-
ría de existir, sino hasta el tipo de 25 fran-
Se llama cambio el precio por el cual
cos 34 céntimos poco más ó menos, puesto
se adquiere en una plaza comercial cual-
que los gastos de transporte de especies á
quiera, una cantidad fija de moneda me-
Inglaterra, son de V2 °/o, y P 01 ' o t r a parte,
tálica 0 fiduciaria, reembolsable en otro
el par de la libra esterlina es de 25 fran-
lugar. Cuando en Francia se compran bille-
cos 21 céntimos.
tes ingleses de banco, ó letras de cambio
sobre Inglaterra, al precio de 25 francos Cuando los giros ó letras de cambio so-
21 céntimos la libra esterlina, se dice que bre Inglaterra se venden en Francia á un
el cambio está á la par. En tanto que los tipo más alto que á la par, se dice que el
créditos de Francia sobre Inglaterra igua- cambio inglés está en alza, ó que el cam-
len á los de ésta sobre aquella, el cambio bio es favorable para Inglaterra. Esto in-
de la libra esterlina en Francia se man- dica que Francia tiene mayor cantidad
tiene á la par. Pero en la hipótesis en que de pagos que hacer á Inglaterra, que los
nos hemos colocado, teniendo Francia más que debe recibir de este país; ó de otro
deudas con Inglaterra, que las que ésta modo, que Francia es deudora de Ingla-
tiene respecto de Francia, los comercian- terra.
tes franceses, para ahorrarse los gastos y Puede presentarse la hipótesis contra-
los riesgos del transporte de las especies ria, ó sea que Inglaterra tenga que hacer
metálicas, estarán de acuerdo en pagar mayor número de pagos á Francia, que
el papel sobre Inglaterra, á un tipo un los que haya de recibir de este país, sien-
poco más alto que á la par; si como se ha do entonces muy abundantes en Francia
dicho, los gastos de transporte de las es- los giros y las letras de cambio sobre In-
pecies metálicas, comprendiendo en ellos glaterra, hasta el punto de exceder de las
sumas que el primer país debe pagar á la con Inglaterra, cediéndole sus giros sobre
Gran Bretaña; los giros sobre Inglaterra Holanda, giros que en nuestra hipótesis
serán poco solicitados y circularán difí- serían abundantes entre nosotros, y solici-
cilmente; en lugar de negociarse á la par, tados por los ingleses.
que es de 25 fr. 21 por libra esterlina, no El tipo del cambio es un instrumento
podrán encontrar tomador sino á 25 fr. 18, de una excesiva sensibilidad; varía cons-
25 fr. 15, ó 25 fr. 10. Se dice entónces tantemente, de ordinario en proporciones
que el cambio inglés está en baja, ó que es mínimas, y advierte á cada instante á los
desfavorable para Inglaterra. banqueros y á los comerciantes de un país,
El par de cambio, (cambio á la par), in- la situación de las deudas y los créditos
dica que las deudas entre ambos países de ese país, respecto de todas las demás
pueden compensarse sin transporte de es- comarcas.
pecies; el cambio favorable para uno de Alza del tipo del descuento, como conse-
los países, es decir, más alto que á la par, cuencia del cambio desfavorable.— Cuando
demuestra que ese país, resulta en defini- el tipo de cambio sobre el extranjero, es
tiva acreedor del otro; el cambio desfavo- demasiado elevado, es decir, muy desfa-
rable para uno de los países, esto es. más vorable, pueden resultar abundantes sa-
bajo que á la par, prueba que ese país lidas de oro, por la imposibidad en que se
es deudor del otro. encuentran los comerciantes del interior
Hemos considerado dos países aislada- de liberarse completamente, respecto de
mente Francia é Inglaterra; mas en la los comerciantes de los otros países, por
práctica las cosas son más complicadas, medio de simples letras de cambio; enton-
porque una nación no está en relaciones ces los grandes bancos suben el tipo del
comerciales únicamente con otra, sino con descuento de los efectos de comercio que
casi todas las demás naciones del Globo. se quieren negociar; es decir, que en lugar
Podría acontecer, por ejemplo, que Fran- de establecer el descuento que sustraen del
cia fuese, en razón de su comercio, deu- valor del título, según la tarifa habitual
dora de Inglaterra; pero que, en compen- de 2 p g anual ó de 2 1 / 2 p g , retienen un 4 g
sación, fuese acreedora de Holanda, la cual y también 5, 6, 7 p g anual. El tipo del
á su vez resultase acreedora de la Gran descuento en el Banco de Francia y en el
Bretaña; en este caso Francia podría cu- Banco de Inglaterra, se ha elevado hasta el
brir la totalidad, ó una parte de su deuda 9 y lOpg a n u a l , durante algunas semanas
de la crisis de 1866. En la actualidad el Be la relación entra las exportaciones y
organismo financiero se ha hecho mu- las importaciones. Teoría de la balanza
cho más elástico, y no se tiene necesidad del comercio.—Las explicaciones anterio-
de recurrir á esos descuentos de monto res eran necesarias para darse cuenta de
exagerado. La elevación del descuento en los procedimientos de arreglo ó liquida-
el banco, tiene por objeto y generalmente ciones adoptados entre las naciones. Pero
por efecto: I o . Inducir á los comerciantes una cuestión más elevada se presenta, que
á reducir sus compromisos, mostrando así interesa á todo el conjunto del organismo
mayor prudencia; 2 o Obligarlos á liquidar nacional; quedando aceptado que las ven-
sus cuentas con el país acreedor, por otros tas hechas por un pueblo al extranjero se
medios que no sean la exportación de me- llaman exportación, y que las compras que
tales preciosos, como por ejemplo, por la hace de mercancías extranjeras, se nom-
realización de valores mobiliarios llama- bran importación ¿cuál debe ser la pro -
dos internacionales; es decir, de esos fon- porción deseable de unas respecto de otras?
dos que, como los títulos americanos, ita- En otras épocas, la doctrina reinante, que
lianos, españoles, egipcios etc., se cuoti- corresponde aún á un prejuicio popular,
zan en todas las principales plazas finan- era que las exportaciones debían siempre
cieras del mundo; 3 o . Atraer capitales del sobrepujar á las importaciones; se pensa-
exterior, principalmente en metálico; es- ba que era útil para un país permanecer,,
tos capitales reciben en el país en que el respecto del cambio, acreedor del extran-
tipo del descuento se ha elevado, un pre- jero, y que ese crédito fuese pagado en
mio de 1, 2 ó 3 p § anual mayor que en los moneda ó en especies metálicas que ve-
otros países; los banqueros tienen, en con- nían á acrecentar cada año la cantidad de
secuencia, interés en hacerlos venir de los éstas existentes en el país. Se agregaba
países en que la remuneración es menos que una región no podría tener largo tiem-
elevada, á aquellos en que lo es más. po importaciones superiores á las expor-
taciones sin arruinarse, puesto que en tal
L a alza del tipo del descuento, siguien- caso, era necesario exportar cada año me-
do á la alza del cambio sobre el extranje- tales preciosos, y se creía que al cabo de
ro, es pues el medio de restablecer el equi- cierto tiempo, el país quedaría desprovis-
librio entre las deudas y los créditos que to de riquezas metálicas. Se ha dado á esta,
tiene un país, respecto del conjunto de los doctrina el nombre de Teoría de la balan-
demás.
404 CIRCULACION DE LAS RIQUEZAS EL" COMERCIO INTERIOR 405
ZCL del comercio. Se consideraba la «balan- mo el mismo hecho del excedente de las
za del comercio» como favorable, cuando importaciones sobre las exportaciones se
las exportaciones eran superiores á las im- reproduce regularmente para la Gran Bre-
portaciones; se decía, por el contrario, que taña, hace más de cincuenta años, ésta na-
la balanza del comercio era desfavorable, ción habría perdido más de 100,000 mi-
cuando eran las importaciones más cuan- llones ele francos, y no debía ya tener ni
tiosas que las exportaciones. una sola pieza de oro á su disposición. La
Esta doctrina, por especiosa que sea, experiencia, por el contrario, prueba que
es errónea: se funda en una observación jamás Inglaterra ha estado más próspera
incompleta de los hechos. La experiencia que en estos últimos años. Francia pre-
le ha dado en el transcurso del presente senta desde hace un cuarto de siglo, aun-
siglo, el mentís más completo y permanen- que en menor grado, el mismo fenómeno
te. Inglaterra, que es el país más rico del de un excedente habitual de sus importa-
mundo, ofrece desde hace medio siglo por ciones sobre sus exportaciones. En 1895
lo menos, de la manera más regular, un importó mercancías por valor de 3,719 mi-
grande excedente de sus importaciones llones, y exportó por 3,373 millones; la di-
sobre sus exportaciones. En 1894, por ferencia en favor de las importaciones fue
ejemplo, la importación de la Gran Breta- de 346 millones de francos; en 1896 las im-
ña é Irlanda fué de 10.300 millones de fran- portaciones sobrepasaron en 397 millones
cos, y las exportaciones de 6,900 millones á las exportaciones; en 1897 la diferencia,
únicamente; de manera que el excedente siempre en favor de las importaciones, fué
délas primeras llegó á la cifra colosal de de 325 millones. Por lo que Francia, si la
3,400 millones de francos en un solo año. teoría de la balanza del comercio fuese
En 1895 el excedente de las importaciones exacta, en tres años habría perdido mas
en el mismo país, es casi igualmente con- de mil millones en sus cambios con el ex-
siderable, llegando á la suma de 3,300 mi- tranjero. Los metales preciosos que guar-
llones; en 1896 el excedente fué de 3,365 da habrían disminuido otro tanto; y, sin
millones; de manera que, si la teoría de la embargo, ninguna nación posee tanto oro
balanza del comercio fuese verdadera, In- y plata como Francia.
glaterra habría perdido solamente en esos Falsedad de la teoría de la balanza del
tres años 10,365 millones de francos en su comercio. Diversos elementos que deben te-
comercio con el extranjero. Más aún, co^
nerse en cuenta en las relaciones economi-
cas de un país con el extranjero.—Lo -que lización muy antigua, que goza de gran
•constituye, la falsedad de la teoría de la renombre en el mundo, por sus industrias
balanza del comercio, es que no se tienen de lujo, estas últimas exportaciones son
en cuenta al asentarla, ciertas circunstan- mucho más cuantiosas que las importa-
cias muy importantes: en primer lugar, las ciones del mismo género. Llegan á Francia
exportaciones representan el valor de las anualmente, muchos millares de extranje-
mercancías al precio de fábrica y en el mo- ros, la mayor parte de ellos ricos, _ que ex-
mento en que salen del país; podría agre- portan en sus equipajes joyas, objetos de
garse á este valor el de transporte, cuando arte, artículos de moda, para su uso perso-
se hace en un buque francés; el precio del nal, que no se valúan en las aduanas. Estas
seguro, y las utilidades de los intermedia- son exportaciones ocultas, que sin duda en
rios; por el contrario las importaciones, Francia, llegan á una cifra de varios cen-
que se computan por el precio de las mer- tenares de millones de francos anualmen-
cancías á su arribo al puerto, han pagado
ya la mayor parte de sus gastos, y en el t e - En
tercer lugar, es necesario también
precio de estas mercancías hay una parte tomar en consideración, que desde hace
que representa las utilidades del navio na- medio siglo, las relaciones entre los países
cional, el seguro nacional, frecuentemente no son únicamente mercantiles; son tam-
también las del comerciante nacional, cuan- bién de un caracter financiero, las viejas
do la mercancía extranjera se ha impor- v muy ricas naciones como los Estados
tado en un buque francés, asegurado en Unidos, Francia,Holanda, producen por el
Francia, y por cuenta de un comisionista ahorro muchos capitales, para cuyo empleo
francés. Como consecuencia de estas cir- no se tienen en el interior de las mismas, si-
cunstancias, la diferencia entre las impor- no negocios poco remuneradores, y por es-
taciones y las exportaciones se halla en to se han dedicado á hacer empréstitos a
realidad reducida notablemente, con rela- los países más jóvenes ó más pobres. Esta
ción á ,1o que aparece á primera vista. aplicación se hace, ya subscribiéndose en
los empréstitos de los Estados extranjeros
Es necesario aun tener en cuenta otras
ó de las sociedades, y comprando sus títu-
circunstancias. A más de las importacio-
los ya fundando empresas en los países
nes y exportaciones de mercancías, hechas
nuevos y pobres. Por esto es que Inglate-
oficialmente, se hacen también clandesti- rra Francia, Holanda tienen créditos enor-
namente. Ahora bién, en un país de civi-
mes en los Estados de la América del Nor- ción perfecta y refinada, bien dotadas
te y del Sur, en las varias colonias euro- además por la natureleza, ejercen sobre el
peas de Asia, en Egipto y aún en Europa, resto del mundo una atracción especial,
donde Rusia, Austria, Turquía, Italia, Es- qjie induce á multitud de extranjeros ricos
paña y Portugal son las deudoras. De todos á venir á ellos. En Francia, por ejemplo,
estas imposiciones del capital, unos han si- labrillante ciudad de París, todas nuestras
do buenas, otras aceptables, algunas malas; estaciones invernales del Mediterráneo, los
pero estos viejos y ricos países son los acree- baños de mar del Atlántico ó de la Man-
dores del resto del mundo, y reciben cada cha, son frecuentados por multitud de ex-
año el interés de los préstamos que han tranjeros opulentos, que gastan allí sus
hecho á los deudores extranjeros solven- rentas. Proviniendo estas rentas de fue-
tes. Se ha calculado que la Gran Bretaña ra, llegan á nosotros como un suplemento
obtiene una renta anual de dos mil millo- de recursos, como una especie de tributo
nes y medio á tres mil millones de fran- voluntario, que cubre también una parte
cos de sus préstamos al extranjero ó á de la diferencia entre las importaciones y
sus colonias, pues suben á 50 mil millo- la exportaciones de mercancías.
nes. Francia obtiene cada año lo menos
1,200 millones, si no es que 1,500 por em- Por consiguiente es necesario no alar-
préstitos de la misma clase que ha hecho marse; en un paísrico, acreedor del mundo
á los Estados extranjeros ó á las empresas entero por las aplicaciones de sus capita-
que ha fundado. Basta citar el canal de les, sí sus importaciones superan á sus
Suéz, que ha producido á los franceses 60 exportaciones, tan solo se verifica un fe-
millones por año. Los fondos prestados á nómeno natural. No puede ser de otra ma-
las sociedades ó á los países como Rusia, nera sino en los países jóvenes ó pobres,
Austria, Italia, España, Portugal, Turquía, que en lugar de ser acreedores del resto
Egipto, América del Sur, etc. completan del mundo, son deudores de otros países.
los 1,000 ó 1,500 millones de rentas anua- En las Indias inglesas por ejemplo, que
les que Francia cobra en el extranjero. He deben pagar cada año sumas considera-
aquí un medio para cubrir en gran parte bles á Inglaterra por interés de capitales
la diferencia entre las importaciones y empleados por los ingleses en caminos de
las expotaciones de mercancías. fierro, fundiciones en el Hindostán y por
las utilidades de los comerciantes ingle-
Por último los viejos países, de civiliza- ses, la exportación de sus mercancías, su-
pera á su importación. En 1895 las expor- la del «libre cambio» ó de «libertad co-
taciones de las Indias subían¡á 2,670 millo- mercial» y la del «régimen protector» ó
nes de francos, y superaban en 790 millo- «proteccionismo» En favor del sistema del
nes á las importaciones. En 1896, el libre cambio se invocan las razones si-
exedente de las exportaciones sobre las guientes: un país no debe contrariar á la
importaciones fué de 528 millones de fran- naturaleza que da á diferentes comarcas
cos, y así sucede constantemente desde especialidades de producción; tal región
hace medio siglo, lo que no impide á las que tiene abundantes mantos de hulla y
Indias ser un país pobre. Consiste tal fe- de fierro, está destinado á sobresalir en
nómeno, en que este país recíbemenos de la metalurgia y en las minas; un país que
lo que da, pues una parte de sus expor- no se encuentra en las mismas condicio-
taciones, sirve simplemente para pagar nes, haría vanos esfuerzos por alcanzar
á sus acreedores ingleses, sin tener la esta superioridad. Utilizaría mejor sus
devolución correspondiente en mercan- capitales aplicándolos á la producción
cías ó dinero. de artículos para la que tiene mejores
La teoría de la balanza del comercio es condiciones naturales, bien aptitudes de
por consiguiente falsa. No son únicamen- raza, ó simplemente el hábito y la tradi-
te las cifras de las importaciones y ex- ción. Puede por ejemplo desarrollar el
portaciones de mercancías, las que se ne- cultivo de la viña, las industrias refinadas
cesita tomar en consideración para saber como la producción de objetos de lujo y
si un país es acreedor ó deudor del ex- arte; y así obtendría con la misma suma
tranjero, solamente el tipo del cambio de esfuerzos, mejores resultados, pro-
puede dar á este respecto indicaciones curándose por el cambio los artículos de
precisas é inmediatas. que carezca, á mucho menos precio que
Lct legislación sobre el comercio con el si tratara de hacerlos abandonando las
extranjero. El libre cambio y el régimen ocupaciones en que sobresale. Se invoca
protector. ¿De qué manera debe arreglar aun en favor del libre cambio la ra-
un país sus cámbios con el extranjero? zón de que la competencia entre las
¿Debe permitir una libertad absoluta, ó naciones es absolutamente necesaria para
al contrario restringir las importaciones, estimular las industrias y á los obreros,
y procurar desarrollar las exportacio- que sin este aguijón caerían en la rutina
nes? Dos teorías se hallan frente á frente, Los mercados nacionales son muy estre-
chos para que algunas industrias princL el país no tiene equivalentes, ó sólo se ob-
pales en cada ramo de la actividad tomen tienen imperfectos, ó muy costosos.
amplio vuelo, si la ley las pone al abrigo Estos argumentos son verdaderos tópi-
de toda competencia extranjera. La pro- cos de mucha fuerza, y no cabe la menor
tección, es decir, ya la prohibición de im- duda que el régimen de la libertad comer-
portar mercancías extranjeras, ya cuan- cial, es el único verdadero teóricamente,
do menos, los impuestos muy elevados so- y en la práctica el más adecuado para es-
bre las mismas, siempre ha entorpecido timular la actividad de un pueblo.
las industrias que se han sometido duran- Los partidarios del sistema proteccio-
te largo tiempo á ese régimen. nista, objetan que un pueblo no debe de-
Se dice también, que todo derecho adua- pender del extranjero para el sostenimien-
nal sobre el valor de una mercancía ex> to de sus principales industrias y sus pro-
tranjera, equivale á la taxación impues- visiones. Esta objeción puede tener algu-
ta á ciertas industrias nacionales, que no na importancia desde el punto de vista
pueden prescindir de esa mercancía como militar, en el estado actual de las relacio-
elemento de su producción. Todo impues- nes de los países europeos, por io que con-
to, por ejemplo, sobre el hilo de algodón cierne á las fábricas de cañones, fusiles ó
extranjero, es desfavorable á los fabrican- construcción de navios del Estado. Pero
tes de telas, que tienen necesidad de ese no es conveniente generalizarla á cual-
artículo, bien por las cualidades que sólo quier otro género de industrias. Se alega
tiene el extranjero, ó porque se consi- también que la protección es un medio de
gue más barato. Toda cuota impuesta al educación popular; y que estableciendo
fierro extranjero, hace encarecer de una cuotas sobre las mercancías extranjeras
manera general el precio de este artículo durante algunos años, se llega á desarro-
en el país, perjudicando á los fabricantes llar la industria nacional, hasta el grado
de máquinas, á los agricultores, etc. El de'que puede soportar la competencia ex-
sistema proteccionista llega pues, substra- tranjera sin menoscabo. Este argumento
yendo de la competencia extranjera á cier- es únicamente especioso, pues si se le die-
tas industrias, á hacer la vida difícil á mu- se como exacto, debería deducirse que el
chas otras industrias nacionales, que no régimen proteccionista no es conveniente,
pueden prescindir de los productos proce- sino en un tiempo limitado, y que al cabo
dentes del extranjero, cuando 110 tienen en de diez, quince ó veinte años, debería de-
saparecer. Aun concebido así, sería erró- mayor parte no hay productos similares
neo en parte, porque no es ni deseable, ni en ese país, como el thé, el café, el tabaco,
útil, que un pueblo desarrolle á la vez to- el vino, el alcohol, que están gravados
do género de producciones, despreciando, únicamente para proporcionar una renta
por consecuencia, aquellas para las cuales al gobierno, y no para favorecer, ponién-
tiene mayores aptitudes. dola á cubierto déla competencia extran-
Si el régimen de libertad comercial de- jera, ésta ó aquella clase de productos na-
be considerarse como el único en har- cionales. Este régimen puede ser desig-
monía con la naturaleza de las cosas y la nado con el nombre de «aduana fiscal,»
ciencia, no se debe deducir, sin embargo, en oposición á la «aduana proteccionista
que deban suprimirse inmediatamente to- ó protectora.» La aduana fiscal sólo se
dos los derechos aduanales. Hay que guar- preocupa de procurar al tesoro público
dar ciertas consideraciones á los esta- determinada renta, gravando los objetos
blecimientos industriales existentes, ga- de consumo general que no tienen simila-
rantizándoles un período de transición ó res en el interior del país.
transformación. La segunda forma que puede tener el
Libertad, absoluta de importación. Pro- sistema aduanal, es la prohibición ó inter-
hibiciones. Derechos moderados y tratados dicción de las mercancías extranjeras, que
de comercio.—El sistema de una nación, puede en teoría ser parcial ó total; pero
por lo que respecta á su régimen aduanal, en realidad siempre es parcial. La prohi-
puede revestir tres formas diferentes: de bición total, es decir, la interdicción de to-
libertad absoluta de importación, que es das las mercancías extranjeras, sin excep-
el régimen observado en Inglaterra desde ción alguna, equivaldría á la supresión
hace treinta y cinco años, poco más ó me- absoluta de todo comercio con el extran-
nos; en efecto, no existe en ese país nin- jero, y carecería el país de una infinidad
gún derecho que se pueda llamar protec- de mercancías, de las que no se puede
tor de la industria nacional; las materias prescindir; por ejemplo, en los países de
primas y los objetos manufacturados, no la Europa occidental, del algodón, el café,
se encuentran gravados por impuesto al- el thé, el petroleo, la quinina, etc. Ningún
guno; las únicas mercancías cuotizadas país, en consecuencia, ha cometido la lo-
al entrar á la Gran Bretaña é Irlanda, son cura de adoptar la prohibición total; pero
los artículos de consumo general, de los que varios han ocurrido á la prohibición par-
cial de aquellas mercancías extranjeras, te estimulados, y no caen jamás de un m o -
cuya competencia pudiera perjudicar im- do completo en la rutina. Las industrias
portantes industrias nacionales. Tal era nacionales que necesitan para moverse
el régimen aduanal de Francia antes de la ciertos productos extranjeros, por ejem-
célebre reforma de 1860. plo, los tejedores de Lyon que emplean
El sistema mixto de libertad comercial diversas clases de hilos de algodón que
absoluta y régimen parcialmente protec- Francia apenas puede producir, saben que
nista, es el de libertad de introducción podrán durante un largo período de tiem-
de todas las materias primas y cuotas mo- po, obtenerlas del exterior en condicio-
deradas sobre los objetos manufacturados. nes determinadas. Finalmente, y esto es
Estas cuotas, disminuyendo el estímulo de de gran interés, los comerciantes naciona-
la competencia extranjera, no deten sin em- les que producen para la exportación que-
bargo, hacerlo desaparecerc ompletamen- dan al abrigo, por virtud de lo; tratados
te. En general el sistema mixto se adopta de comercio, de todo cambio brusco en
en virtud de tratados ele comercio. El ré- las cuotas de los países regidos por esos-
gimen de los tratados de comercio tiene mismos tratados. Los tratados de comer-
numerosas ventajas, que en estos últimos cio tienen pues la ventaja inapreciable de
tiempos han sido hasta cierto punto des- garantizar á un pais, durante un período
deñadas. Las naciones que celebran un de diez ó doce años, un régimen comer-
tratado de comercio, fijan respecto de ca- cial para la importación y la exportación,
da una de las mercancías, los derechos conocido de antemano, que ofrece cier-
que deban soportar durante un periodo ta estabilidad; ahora bien, la constancia
determinado, generalmente de 10 á 12 años. délos pedidos exteriores es una de las con-
diciones esenciales del funcionamiento
Estos derechos están calculados de mo- fructuoso de la industria, y sobre todo'de1
do que no sean prohitivos; en consecuen- su desarrollo. Los más famosos tratados
cia, los comerciantes de ambos países con- de comercio fueron los de 1860, concebidos
tratantes, pueden introducir recíproca- dentro ce un espíritu liberal, del que des-
mente las mercancías de uno á otro país, graciadamente nos hemos alejado mucho'
lo que mantiene en cierta medida el estí- desde hace diez años.
mulo, muy útil para todos los países, de la
competencia extranjera; de ese modo los Facultad de Depósito. Ventas Públicas
comerciantes nacionales están ligeramen- —Los derechos aduanales exigen para no^
27
s'er demasiado nocivos, algunas atenuacio- pios almacenes, si permanecen éstas en cier-
nes; la principal es la facultad de depósi- tas condiciones y bajo la vigilancia de los
to (entrepot.) Se llama así el derecho que agentes del fisco. Ésto es lo que se llama
tiene tocio importador de depositar las depósito ficticio, facultad que ahorra al im-
mercancías extranjeras en almacenes es- portador el pago de los derechos aduanales,
peciales, sin tener que pagar los derechos hasta el momento en que las mercancías sa-
de aduana. Las mercancías así deposita- 'len de sus almacenes para ser puestas en
das no satisfacen los derechos respectivos, venta por los comerciantes en general. Cuan-
sino cuando salen de los depósitos para de- do las mercancías abandonan el depósito fic-
rramarse en el general consumo, es decir, ticio para ser reexportadas, no pagan dere-
para pasar á manos de los comerciantes al cho alguno. La generalidad de los Estados
por mayor, medianos y al menudeo. Cuan- también ha abolido los derechos de todas
do las mercancías en depósito se extraen clases por el tránsito de las mercancías ex-
para ser devueltas al extranjero, 110 tienen tranjeras en su territorio; por ejemplo de
que satisfacer ningún derecho. La facul- Inglaterra ó de Bélgica al través de Suiza, 6
tad de depósito tiene para el comercio dos de España á Italia por la vía de Francia. Se
ventajas, una de las cuales consiste en di- estima que el tránsito de las mercancías ex-
ferir el pago de los derechos aduanales, tranjeras da animación á nuestros puertos y
hasta el momento en que las mercancías vías férreas, y deja utilidades á nuestros
importadas sean definitivamente vendidas obreros y comerciantes, así como á nues-
para el consumo interior; y la otra en per- tras empresas de navegación ó de transpor-
mitir su reexportación sin pagar derechos. tes terrestres.
Si fuese de otro modo, los comerciantes
vacilarían en importar mercancías en gran Casi en todas las ciudades en que existen
cantidad ante el tensor de que la demanda depósitos, generalmente se han instituido
sobrepujara á las necesidades del consu- ventas públicas en épocas determinadas, de
mo nacional. algunas mercancías de gran consumo, como
las lanas, el café etc. Las de Londres, A m -
Se dice que el depósito es real, cuando se beres y Amsterdam son principalmente cé-
efectúa en almacenes públicos al efecto de- lebres. Este procedimiento atrae á los com-
signados por la Administración; pero tam- pradores, algunas veces desde muy lejos, y
bién se otorga á los comerciantes la facul- da á los precios una base conocida.
tad de conservar las mercancías en sus pro-
En definitiva, los Estados modernos y
progresivos, deben orientar su política eco-
nómica hacia el principio de libertad comer-
cia], con el que no se atreve^ á romper por
completo ni siquiera aquellos Estados que,
bajo la presión de algunas circunstancias <5
preocupaciones, se desvían de ese principio.
CAPITULO VIL
Dedicatoria 3
Proemio S
INTRODUCCION.
PRIMERA PARTE.