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C O M P E N D I O

DE ECONOMIA POLITICA
POR

PABLO LEROY-BEAULIEU

Miembro del Instituto de París.


Profesor de Economía Política en el Colegio de Francia.

'Sexta edición francesa revisada por el autor,


traducida por el Lic.

AUKELIO D. CANALE

MEXICO
TIPOGRAFIA DE IRENEO PAZ.

Seg»nda d«l Relox número 4.


330.44-

México: 10 de noviembre de 1899.

Señor Secretario de Estado y del Despachq de


Justicia é Instrucción Publica, licenciado don Joa-
quín Baranda.
Presente.

Señor de mi respeto y muy distinguido amigo:


El nombre de usted se encontrará siempre estre-
chamente unido, en la historia social y política del
país, á la maravillosa evolución progresista realiza-
da én nuestra patria, durante las dos últimas déca-
das, bajo la discreta y hábil administración de un
caudillo victorioso, transformado en el ejercicio del
poder, en organizador y reformador de todo un

pueblo. . .
Colaborador eficaz y activo de esa administra-
ción en dos importantísimos ramos de ella, siempre
han' encontrado en usted aliento y estímulo, todos
aquellos trabajos que en cualquiera proporcion y de
cualquier modo, puedan ejercer alguna influencia
en el gradual desenvolvimiento de nuestra cultura;
en esa virtud, al emprender la presente traducción
de la obra, precursora de otra más amplia, del pro-
fundo pensador que, con Garnier, Beauregard y
Bast ible, mayor impulso ha dado en F ^ n c i a al es-
7245
t a d i o d e la ciencia económica, no he vacilado en p o -
n e r ai frente de mi mod#stk laBor, el nombre hono-
rable, d e U d . Dígnese usted, señor, aceptarla bené-
v o l o , c o m o nn homenaje respetuoso, y en prueba de
p e r s o n a l adhesión, de su siempre atento y leal servi-
dor

A . D . CANALE. P R O E M I O

Teniendo en preparación una obra más


amplia, alguien me suplicó hiciese una ex-
posición suscinta de los principios,"de la
ciencia económica, á lo cual me decidí, des-
pués de algunas vacilaciones. 'i
Presenciamos tan prodigioso desborda-
miento de errores, de preocupaciones y de
necedades, respecto de la materia, que he
tenido á bien contribuir, con mi contingen-
te, á ilustrar á la generalidad.
Puesto que se ha introducido la econo-
mía política en el programa de las escue-
las; ya que millares de personas en Fran-
cia, en las asambleas nacionales ó locales,
en las administraciones diversas, adoptan
ó ejecutan decisiones que, según estén bien
ó mal inspiradas, pueden ayudar al pro-
greso social ó estorbarlo, no es una tarea
despreciable la deponer al alcance del ma-
yor número posible de individuos, los
principios de una ciet^&de tal modo esen-
cial, y tan generalmente ignorada.
Este libro es un compendio; es decir, he
procurado suprimir todas las sutilezas, to-
das las controversias ociosas que llenan, á
C O M P E N D I O
veces, las obras dedicadas á un público es-
pecial. No he tenido más deseo, que el de
ser verdadero y claro. D E ECONOMIA POLITICA
Algunos escritores, especialmente en Ale-
mania y aun. en Italia, han hecho de la
economía política, ya una especie de metafí-
sica vaga y presuntuosa, ya una escolásti-
ca obscura y árida. Otros, en Inglaterra,
han transformado esta ciencia en una ál-
INTRODUCCION.
gebra intrincada, que no se puede abordar
sin un dón especial para las abstracciones.
No podría discutirse aquí ninguna cues- [ O B J E T O DE LA ECONOMÍA P O L Í T I C A -

tión de esa naturaleza. RELACIÓN DE ESTA CIENCIA CON LAS DIVERSAS


CIENCIAS MORALES.
Quizá en breve publicaré, acerca de la
ciencia económica, un tratado extenso, que i
será la reproducción de los cuatro últimos Objeto de la economía política —El hom-
años'de mi curso en el Colegio de Francia. bre que vive en sociedad, produce,_ cam-
En este compendio he procurado propor- bia y consume las cosas que son indispen-
cionar á la mayoría del público, una subs- sables para su existencia, ó de acuerdo
tancia fácilmente asimilable. con sus gustos. A estas cosas se les llama
Si los jóvenes y los hombres laboriosos riquezas. .
que lo lean conservan una provisión de El productor no siempre consume di-
ideas claras y verdaderas sobre la produc- rectamente las riquezas que'produce; con
ción y el movimiento de las riquezas, me~ frecuencia las cambia por otras que mas
creeré feliz y no ambicionaré otra recom- •le convienen; el poder que tiene cada na-
pensa, turaleza de productos de ser cambiada,
Montplaísir: 5 de octubre de 1SS7.
principios de una ciet^&de tal modo esen-
cial, y tan generalmente ignorada.
Este libro es un compendio; es decir, he
procurado suprimir todas las sutilezas, to-
das las controversias ociosas que llenan, á
C O M P E N D I O
veces, las obras dedicadas á un público es-
pecial. No he tenido más deseo, que el de
ser verdadero y claro. D E ECONOMIA POLITICA
Algunos escritores, especialmente en Ale-
mania y aun. en Italia, han hecho de la
economía política, ya una especie de metafí-
sica vaga y presuntuosa, ya una escolásti-
ca obscura y árida. Otros, en Inglaterra,
han transformado esta ciencia en una ál-
INTRODUCCION.
gebra intrincada, que no se puede abordar
sin un dón especial para las abstracciones.
No podría discutirse aquí ninguna cues- [ O B J E T O DE LA ECONOMÍA P O L Í T I C A -

tión de esa naturaleza. RELACIÓN DE ESTA CIENCIA CON LAS DIVERSAS


CIENCIAS MORALES.
Quizá en breve publicaré, acerca de la
ciencia económica, un tratado extenso, que i
será la reproducción de los cuatro últimos Objeto de la economía política —El hom-
años'de mi curso en el Colegio de Francia. bre que vive en sociedad, produce,_ cam-
En este compendio he procurado propor- bia y consume las cosas que son indispen-
cionar á la mayoría del público, una subs- sables para su existencia, ó de acuerdo
tancia fácilmente asimilable. con sus gustos. A estas cosas se les llama
Si los jóvenes y los hombres laboriosos riquezas. .
que lo lean conservan una provisión de El productor no siempre consume di-
ideas claras y verdaderas sobre la produc- rectamente las riquezas que'produce; con
ción y el movimiento de las riquezas, me~ frecuencia las cambia por otras que mas
creeré feliz y no ambicionaré otra recom- •le convienen; el poder que tiene cada na-
pensa, turaleza de productos de ser cambiada,
Montplaísir: 5 de octubre de 1SS7.
en mayor ó menor cantidad, por otros, se cosas, ó al fondo, siempre invariable, de
llama valor. la naturaleza del hombre.
La economía política es la ciencia que Si la moneda, cuando se la multiplica
recoje, por la observación, las reglas ge- sin límite, pierde su valor, ó su poder de
nerales á las cuales están sometidas la adquisición: si el ahorro, aumentando los
producción, la distribución, la circulación medios de producción, hace á una socie-
y el consumo de las riquezas. dad más progresiva; si determinada for-
Las leyes en que se ocupa la economía ma de salario que tienda á compensar
política, nada tienen de común con lo que exactamente el esfuerzo del obrero da á
se llama tecnología: no nos enseñan có- éste más estímulo y más actividad para el
mo se_ siembra el trigo ni cómo se traba- trabajo; son hechos que no constituyen
ja el fierro; cómo se transportan ó trans- verdades accidentales, transitorias, varia-
forman las mercancías; se refieren á re- bles según las naciones y los tiempos; si-
glas más elevadas, menos variables v más no leyes que en todas las naciones, entre
universales. todas las razas y en todos los siglos, se
Enseñan, por ejemplo, en qué condicio- manifiestan de igual manera.
nes generales es productivo un trabajo; Hé aquí por qué la economía política no
cuál es la utilidad del capital; cuáles son es una rutina, sino una ciencia perfecta.
las causas que hacen aumentar ó disminuir Haciendo abstracción de las leyes que
el valor de la moneda; cuáles son los agen- conciernen á la producción y á los^ movi-
tes sociales que influyen sobre el alza°ó la mientos de las riquezas, la economía polí-
baja de los salarios, sobre el alza ó la ba- tica procura iluminar y servir á la huma-
ja de las utilidades; qué circunstancias nidad, ahorrándole errores nocivos, tan-
tienden á elevar ó á deprimir la tasa del teos costosos ó arreglos perjudiciales, y
interés, etc. prevenir ó corregir las faltas de los hom-
Los fenómenos que se relacionan con la bres de Estado, y lo que ñguradamente se
producción ó con los movimientos de la ri- ha llamado los «pecados de los legislado-
queza en una sociedad, no están abando- res. >
nados al acaso. Se presentan en un orden También contribuye á desarrollar el
casi constante. Quedan afectados de ma- bienestar y la paz en las sociedades hu-
nera análoga por las mismas causas que manas.
se enlazan con la naturaleza misma de las- La ciencia económica es de fecha re-
cíente; algunos grandes hombres, desde la tica. Si hubiesen sido conocidos el funda-
antigüedad, Aristóteles especialmente, tu- mento y las reglas de la ciencia ¡cuántos
vieron la intuición de algunas de sus le- errores, desperdicios de fuerzas, de tiem-
yes; pero hasta el siglo XVIII, con Ques- po y de dinero se hubieran ahorrado!
ney y .Turgot en Francia, sobre todo De igual modo se ha experimentado por
con Adam Smith en Inglaterra, se cons- instinto en todos los siglos con la física y
tituyó en uñ cuerpo de doctrina, extenso con la mecánica aplicada; si no se hubie-
y verdaderamente sólido. ran ignorado las reglas teóricas que do-
Esta novedad de la ciencia económica minan esos fenómenos ¿cuánto mejores
no debe servir de argumento en contra hubiesen sido los resultados?
de ella, y hacerla sospechosa. Varias de Lo mismo sucede con la economía polí-
las ciencias naturales, la química entre tica: los hombres no han cesado desde el
otras, se encuentran en el mismo caso. principio del mundo de hacer ensayos de
La química con Lavoisier, Priestley y economía política aplicada, ora salvados
Scheele, nació casi el mismo día que la por su instinto, ó ya traicionados por su
economía política en el último tercio del petulancia; siendo poseedores de los prin-
siglo XVIII (1). cipios de la ciencia, ¡cuánto más segura
Mucho antes de que estos tres sabios hubiera sido su marcha y cuántas medi-
ilustres hubiesen establecido, casi al mis- das inconvenientes se hubieran evitado!
mo tiempo, las bases de la ciencia quími- La ciencia económica ha nacido recien-
ca, los hombres se entregaban á experien- temente, porque los fenómenos que estu-
cias y á combinaciones de química prác- dia son de los más complicados que pue-
da ofrecer el mundo, así como porque,
(1) El Cuadro económico y las Máximas de Ques-
ney, datan de 1758; las Reflexiones sobre la forma-
a^oviadas las sociedades, unas por la es-
ción y distribución de las riquezas, de Turgot, apa- clavitud y otras por la servidumbre, ó por
recieron en 1766; las Investigaciones sobre la natu- un régimen restrictivo de corporaciones y
raleza y la causa de la riqueza de las naciones, de privilegios, no se prestaban para la obser-
Adam Smith, fueron publicadas en 1776; por otra vación de las leyes económicas naturales.
parte, en 1772 aparecieron las primeras memo-
rias de Lavoisier relativas á su teoría química; las Los fenómenos económicos parecían de-
Experiencias sobre las diferentes especies de aire-, de pender únicamente del arbitrio de los go-
Priestly, fueuon -publicadas en 1774, y el Tratado biernos; faltaba un régimen de libertad
del aire y del agua, de Scheele, en 1777. civil y, en cierto modo, de libertad politi-
ca, para que la ciencia económica se eri-
tiempo que la lealtad en las relaciones de
giese en un terreno propicio y sin obs-
interés, el hábito de asociación.
táculos.
La mayor parte de las virtudes morales
Relaciones de la economía política con son también virtudes económicas: el há-
las diversas ciencias morales.—Consagra- bito del trabajo, el dominio de sí mismo,
da únicamente la economía política al es- la paciencia, la perseverancia, el amor á
tudio de la producción y de los movi- la familia. Un padre de familia, cuyo pen-
mientos de la riqueza, no debe ser tilda- samiento, en vez de encastillarse en el es-
da de ciencia inmoral. No es, como se trecho círculo de su vida, abarque en sus
pretende, la ciencia del egoismo. previsiones toda la serie de sus generacio-
Forma parte de los sentimientos simpá- nes futuras, es un agente económico me-
ticos. No presume de ser la ciencia uni- jor que un célibe.
versal, no es más que una parte de ésta, y Con la filosofía que trata de establecer
armoniza con las demás ciencias sociales. los principios generales de los hechos par-
Con la moral, por ejemplo, está en in- ticulares, y que, por sistemas diversos,
teligencia en tocias sus partes. Lejos de llega á la misma conclusión, la harmonía
oponerse á la moral, ó de considerarla co- general del mundo; con la historia que se
mo inútil, la economía política proclama esfuerza en obtener de lo pasado lecciones
que una sociedad que estuviese animada de la conducta para los hombres, y que
de sentimientos de alta moralidad, pre- ofrece la experiencia de los siglos para
sentaría ventajas económicas incontesta- guiar á las generaciones pasajeras, con la
bles: produciría más, mejor y con regu- estadística, esa laboriosa obrera que re-
laridad más sostenida: impediría que la coge todos los hechos sociales y los agru-
gente se entregase á especulaciones des- pa, para que el sabio pueda inducir con-
ordenadas; introduciría en la repartición clusiones y reglas; con ninguna de ellas
de las riquezas y en la fijación de los de- deja de entenderse la economía política.
rechos de cada uno, un sentimiento ines- Deduce de unas y otras materia de obser-
timable de moderación y de equidad; vación y reflexión, pero á ninguna se ava-
pondría en sus consumos mayor discerni- salla. Sin desdeñar la historia, entre otras,
miento; haría menos pródigos y más hom- no concluye en que todos los hechos his-
bres económicos; desarrollaría, al mismo tóricos sean legítimos y dignos de apro-
bación, ni que todas las opiniones de los
hombres hayan sido siempre ciertas. aspirar á la categoría de árbitra soberana,,
Se puede "efectivamente imaginar, por y regir al mundo con un poder absoluto,
ejemplo, que la revolución francesa hubie- suministra consejos que es conveniente
se podido no hacer ni los asignados, (1) ni »Seguir; pero algunas veces, aunque con
la ley del «máximun,» lo mismo que_ se poca frecuencia, extrañas consideraciones,
puede soñar que las guerras de religión sugeridas por la situación nacional ó po-
hubiesen debido ser evitadas. lítica, pueden aconsejar moratorias ó con-
Con el derecho tiene la economía polí- temporizaciones en su aplicación.
tica relaciones especiales. Tiene con ella Hagamos referencia á la medicina: los
un fondo común, una base idéntica; por- médicos dicen que la vida en las ciuda-
que .el derecho reposa, como la economía des es menos higiénica que en el cam-
política, sobre la responsabilidad indivi- po; asimismo declaran que el trabajo en
dual, que se relaciona á dos principios: la las fábricas es más pernicioso que el
libertad y la propiedad. trabajo á domicilio. Pero esto no quiere
Ahora bien; responsabilidad, libertad y decir que deban destruirse los talleres y
propiedad, son, no diré los grandes artí- las ciudades.
culos de fe, porque no se trata aquí de Pueden presentarse ciertas necesidades
dogmas revelados, sino las grandes ver- extrañas a la medicina que obliguen á
dades científicas que la economía política violar las leyes de esta ciencia; pero en-
proclama, después de sérios estudios y di- tonces necesario es saber que se violan
latadas experiencias. esas leyes.
El derecho, sin embargo, se modifica Lo propio acontece con las leyes econó-
gradualmente en sus aplicaciones prácti- micas; si algunas veces se les sacrifica á
cas, al paso y medida que las sociedades consideraciones políticas ó internaciona-
se complican y se desarrollan: la ciencia les, aún en ese caso conviene saber que se
económica, prudentemente interpretada, pasa por encima de ellas, lo que constitu-
puede indicarle los cambios graduales ye un mal.
que pueden ser útiles. Después de haber establecido así, sin
La economía política está muy lejos de ridicula petulancia ni exagerada modestia,
el papel que la economía política debe re-
presentar en el mundo de las ideas y en
(1) Papel moneda creado por la revolución fran-
el mundo de les hechos, vamqs á entrar
cesa.
al estudio de las diversas partes de esta
ciencia, á saber, la producción, la distri-
bución, la circulación y el consumo de las
riquezas.
P R I M E R A P A R T E
Esta división en cuatro partes, en con-
tra de la cual se han pronunciado algunos
Producción de las riquezas.
innovadores, es la más cómoda, y permite
seguir los fenómenos, sin extraviarse ni
volver á menudo sobre lo andado.
CAPITULO I

OBJETO DE LA PRODUCCION.
— D I V E R S O S AGENTES QUE CONCURREN Á
LA OBRA PRODUCTIVA:
L A NATURALEZA, EL TRABAJO Y EL CAPITAL.

Objeto de la producción: las necesidades


humanas— El hombre produce para satis-
facer sus necesidades, que tienen su ori-
gen en la naturaleza humana. Sus necesi-
dades, sus apetitos, sus placeres, ya pri-
mitivos y en cierto modo innatos, ya ta-
les que se han desarrollado en el trans-
curso de la civilización; ora generales.,
comunes á toda la especie humana, ó k
determinado grupo de séres humanos, 6
v a particulares de algunos hombres.
Las necesidades de la humanidad, inde-
finidamente numerosas y variables, tie-
nen una base inmutable y fija. Se les ha
querido clasificar en necesidades natura-
al estudio de las diversas partes de esta
ciencia, á saber, la producción, la distri-
bución, la circulación y el consumo de las
riquezas.
P R I M E R A P A R T E
Esta división en cuatro partes, en con-
tra de la cual se han pronunciado algunos
Producción de las riquezas.
innovadores, es la más cómoda, y permite
seguir los fenómenos, sin extraviarse ni
volver á menudo sobre lo andado.
CAPITULO I

OBJETO DE LA PRODUCCION.
—DIVERSOS AGENTES QUE CONCURREN Á
L A OBRA PRODUCTIVA:
L A NATURALEZA, EL TRABAJO Y EL CAPITAL-

Objeto de la producción: las necesidades


humanas— El hombre produce para satis-
facer sus necesidades, que tienen su ori-
gen en la naturaleza humana. Sus necesi-
dades, sus apetitos, sus placeres, ya pri-
mitivos y en cierto modo innatos, ya ta-
les que se han desarrollado en el trans-
curso de la civilización; ora generales.,
comunes á toda la especie humana, ó k
determinado grupo de séres humanos, 6
Ya particulares de algunos hombres.
Las necesidades de la humanidad, inde-
finidamente numerosas y variables, tie-
nen una base inmutable y fija. Se les ha
querido clasificar en necesidades natura-
rales y necesidades artificiales; ó de otra ra procurarse, á expensas de otro, toda cla-
manera, en necesidades de alimentación, se de satisfacciones; pero carecen de razón
de vestido, de habitación, de adorno, de al pretender fijar un límite preciso é inva-
instrucción, de distracción, etc. riable á los placeres que el hombre puede
No hay una sola de estas necesidades esperar y desear satisfacer por medios le-
que no tenga sus raices en la naturaleza gítimos.
del hombre; la necesidad de adornarse, Sin entrar aquí en lucubraciones acer-
por ejemplo, no es solamente propia de ca del lujo, del que hablaremos en otra
los seres civilizados; se le encuentra, pre- parte de esta obra, debemos decir que la
sentándose de un modo ingenuo ó grotes- multiplicidad de las necesidades, no es sig-
c o , en todos los pueblos salvajes, sin ex- no de la debilidad ni de la insignificancia
cepción alguna. de la naturaleza humana. Antes bien es, en
La extensibilidad, en cierta manera in- principio, una prueba de su poderío y su
definida, de las necesidades del hombre, nobleza.
es el gran fenómeno económico, compro- Los animales inferiores tienen menos ne-
bado en toda la corriente de la civiliza- cesidades que los animales superiores. Los
ción. salvaje» las tienen en menor escala que los
Los filósofos y los moralistas frecuente- bárbaros, y éstos que los pueblos civiliza-
mente se han pronunciado en contra de lo dos.
que llaman necesidades artificiales ó fic- La multiplicidad de las necesidades, se
ticias. Alguna vez han tenido razón en sus verifica, en el desarrollo de la civilización,
censuras, pero á menudo carecen de ella. bajo la influencia de tres agentes: el espí-
Tienen razón cuando condenan la avi- ritu de imitación, la costumbre y la heren-
dez insaciable de placeres, el ansia de de- cia. El espíritu de imitación hace que los
seos jamás satisfechos ó que renacen ator- hombres ó los pueblos menos civilizados,
puestos en contacto con aquellos que lo
mentando el espíritu, tornándolo siempre
están más, acaben gradualmente por apro-
inquieto, hasta el punto de no dejarle un
piarse de la manera de vivir de éstos, y ad-
instante de reposo, ni permitirle placer
quieran ciertos gustos que antes no tenían.
puro alguno en medio del bienestar ó de Aparece después el hábito individual, y fi-
las riquezas; también tienen razón cuando nalmente el heredismo fija de un modo de-
reprueban los medios á los cuales recurren finitivo las necesidades, y determina que la
ciertas naturalezas bajas ó perversas, pa-
humanidad llegue á no poder concebir si- la caza de animales, la pesca ó el apacen-
quiera, la abstención de determinados obje- tamiento de ganados domésticos, reclama-
tos, que algunos siglos antes, le hubiesen ban de nuestros antepasados más remotos,
parecido supérfluos. una actividad en ocasiones muy grande, y
La mayor parte de los muebles de usa -esfuerzos que, á efecto de que no fuesen
doméstico, muchas de las prendas de ves- siempre continuos, debían tener, en ciertos
tir ó de tocador, las medias, los zapatos, los momentos, una extraordinaria intensidad.
pañuelos, el jabón, un gran número de ar- Para la satisfacción de las necesida-
tículos de alimentación, por mayoría de- des humanas, el hombre debe ser, pues,
razón los libros, los periódicos, los instru- el colaborador de la naturaleza. La pro-
mentos de música, son otros tantos ejem- ducción no puede prescindir del concurso
plos de la extensión gradual de las necesi- de ésta, ni del de aquél. La naturaleza es
dades humanas. la fuerza inconsciente, la materia universal
Los tres agentes de la producción.—Para y variada que el hombre fecunda con el
satisfacer las necesidades varias que expe- sudor de su frente, dirige por medio de su
rimenta, el hombre no encuentra, en lo ge- inteligencia y explota con los instrumen-
neral, en la naturaleza recursos bastantes. tos gradualmente perfeccionados que la
Esta subviene, por sí misma, á determina- observación y la reflexión le han sugerido.
das necesidades rudimentarias del hom- El concurso del hombre en la producción,
bre, como la necesidad de respirar; algu- puede ser de dos clases. Consiste en el tra-
nas veces, en ciertos países todo el año, bajo actual, en el esfuerzo puramente mus-
una parte de él en otros, provee á la ne- cular ó nervioso; pero esto no basta para
cesidad de dar calor al individuo. Respecto alcanzar grandes resultados. El hombre,
de la generalidad de las necesidades huma- salvo el caso de considerarlo en los oríge-
nas, es necesario que el esfuerzo del hom- nes de la civilización, dispone de medios
bre secunde ó dirija á la naturaleza. de acción que añaden mucho á la fuerza
Esta es la verdad desde los principios de sus brazos y al ingenio de su espíritu;
del hombre; aún en los tiempos en que ha acumulado provisiones ó materiales
familias poco numerosas ocupaban enor- que le permiten acometer, sin distraerse,
mes extensiones, necesitaban un gasto con- obras de aliento, cuyo término no podrá
siderable de energías para proveerse de verse, sino al cabo de varios días ,semanas
alimentos. La cosecha de frutos salvajes, <5 meses; por otra parte, posee ciertos ob-
22 PRODUCCION DE LAS RIQUEZAS

jetos, que por sí mismos no satisfacen nece-


sidad alguna humana; pero ayudan á con-
quistar más fácilmente aquellos que reali-
zan ese fin. Esos objetos son los instrumen-
tos: un arco y sus flechas, una canoa, una
red de pescar, un azadón, una pala, un
arado, hasta las máquinas más perfeccio- CAPITULO II.
nadas.
Tales abastecimientos y herramientas, PARTICIPACIÓN DE L A NATURALEZA Y DE L A S
constituyen lo que se llama capital. Des- FUERZAS NATURALES, EN LA
de sus primeros días el hombre creó el PRODUCCIÓN.
capital: las piedras pulidas de que se ser-
vían los hombres primitivos de la época Definición de la naturaleza, desde el punto de vista
llamada edad de piedra, eran capital co- e c o n ó m i c o . - D e s i g u a l distribución de los dones
mo hoy la locomotora y los arados de va- naturales: el clima, la topografía, el suelo y el
por. El hombre es un ser que necesaria- subsuelo.—Muchos de los dones de la naturaleza,
mente fabrica instrumentos; mientras más no son, ni comunes á toda la humanidad, ni g r a -
tuitos.
se perfecciona, más abundan, varían y
se combinan los instrumentos; en la ac-
tualidad se ha proporcionado algunos Papel de la naturaleza en la producción.
para facilitar ciertas operaciones menta- —La naturaleza es el primer factor de la
les y aun para substituirlas, como las ta- producción; por naturaleza, no debe en-
blas de cálculos. tenderse solamente la tierra, el suelo, smo
Así, pues, respecto del hombre que ha el conjunto del medio que rodea al hom-
salido de la barbarie de los tiempos primi- bre y las fuerzas en aquel contenidas.
tivos, la producción se realiza por medio Así, el hombre se ha aventurado después
de tres agentes: en primer lugar la natu- de algún tiempo, á buscar el aprovecha-
raleza, en segundo lugar el trabajo huma- miento de las fuerzas que no provienen
no y en tercer lugar el capital. directamente de nuestro planeta; utiliza la
luz solar para la reproducción de las imá-
genes de los objetos, y procura utilizar el
calor del sol en usos industriales.
L a naturaleza en sus relaciones con la por el contrario el hombre, por virtud de
producción, puede dividirse en tres sub- sus esfuerzos y su facundia, puede influir
faetores: I o el clima y la configuración sobre la naturaleza, á efecto de que su ac-
geográfica; 2 o la constitución geológica, tividad se manifieste, desde el punto de
es decir el suelo y el subsuelo; 3 o las fuer- vista productivo, más apropiada á las ne-
zas de los diversos agentes naturales, por cesidades humanas y más fecunda.
ejemplo, la fuerza motriz de los vientos y Labrando la tierra, colocando molinos
de las corrientes de agua, la fuerza ex- de viento en las alturas, disponiendo ca-
pansiva de los gases, y todas las aplica- nales y derivaciones á las caídas de agua,
ciones que resultan de la física y la quí- aislando ó asociando, según las combina-
mica. ciones varias, los diversos gases, se encau-
Se dice, con frecuencia, que, en la pro- za y disciplina la naturaleza; se convier-
ducción, la naturaleza representa el ele- te la actividad de ésta á un objeto espe-
mento pasivo y el trabajo humano el ele- cial: el sostén y embellecimiento de la vi-
mento activo. da humana.
Esta fórmula no es exacta en términos Algunos economistas aseguran que la
estrictos; porque nada existe tan activo capacidad productora de la naturaleza
como la naturaleza, que no descansa ja- disminuye al paso y medida que la civi-
más, sino que continuamente está agitán- lización avanza. Esta observación es de
dose y transformándose aún en trabajo. una falsedad evidente.
La germinación suministra un ejemplo La civilización, desde el punto de vista
elocuente de ello. Las fuerzas de la natu- material, consiste en una organización
raleza, las del viento, del agua, del vapor, mejor y una utilización más completa y
^están continuamente obrando. más variada de las fuerzas naturales; tie-
Sin embargo, la fórmula que acabamos ne por fin y por efecto, hacer más intima,
de citar, aunque inexacta en teoría pura, más metódica y más consciente, la colabo-
puede ser aceptada como relativamente ración del hombre con la naturaleza.
•verdadera, en un sentido limitado. Signi- Desigual distribución de los dones natu-
fica así, que la naturaleza, si es siempre rales.—Los bienes y las fuerzas de la na-
activa, lo es, en tesis general, de una ma- turaleza, no se encuentran repartidos de
nera regular y uniforme, y no aumenta un modo uniforme é igual en toda la su-
s i se modifica espontáneamente; y que perficie de la tierra.
Desde el solo punto de vista de la pro- aún, continentes compactos, sin fácil
ducción alimenticia, no todas las tierras acceso á los mares, y sin red bien ligada
son igualmente fértiles: los arenales de la de corrientes de agua.
Pomerania, son inferiores en fecundidad Mucho se ha disertado acerca del clima
agrícola á los ricos valles del Loire y del y de la manera en que afecta al organis-
Ródano: las estepas de Asia central, son mo humano. Es evidente que el exceso, y
también inferiores, no obstante los esfuer- sobre todo, la continuidad del calor, depri-
zos humanos, á las praderas de las már- men el cuerpo y el espíritu; que la inmen-
genes del Sena. Dentro del mismo país r sidad de los obstáculos en los paises tro-
las montañas de Lozère y de Cantal, es- picales, como los temblores de tierra, los
tán lejos de valer lo que las llanuras de ciclones etc. debilitan la voluntad y ale-
Flandes ó de Auvergne. jan al hombre de la previsión. Igualmen-
te demuestra la historia que la abundan-
No solamente por lo que respecta á la
cia y la espontaneidad de las produccio-
fecundidad d«i suelo, sino también por
nes naturales, sin esfuerzo casi del hombre,
otros caracteres importantes, la naturale-
y la satisfacción fácil de las necesidades
za es, según las comarcas, desigual y di-
primeras, como las de alimentación, abri-
versa.
go y vestido, extinguen, en los climas de
En todos los tiempos se ha atribuido los trópicos, la actividad y la inventiva del
una influencia decisiva sobre la civiliza- hombre.
ción, al aspecto de los lugares, al género
de producción de la tierra, á la configu- Todas estas observaciones no son nue-
ración geográfica y al clima. vas, pero de ellas se pueden inferir impor-
La disposición de los lugares determina tantes consecuencias económicas.
las vocaciones naturales de los pueblos y No utilizamos solamente de la naturale-
de los hombres é inclina á determinado za los productos ó sus propiedades, que
género de ocupaciones; hizo de los Fe- pueden servir para satisfacer directa é in-
nicios, los Cartagineses, los Griegos, los mediatamente nuestras necesidades, como
Venecianos, los Holandeses y los Ingleses, las plantas, el calor del sol, la tibieza de
pueblos de navegantes y mercaderes; lo la atmósfera; nos valemos también de las
que no pudieron ser, en cierto grado por propiedades de la naturaleza, que permi-
lo menos, ni los Escitas, ni los Parthos, ten emplear á la naturaleza misma como
ni los Rusos, que habitaban ó habitan instrumento de nuestros trabajos.
Por otra parte, la abundancia casi espon- efecto, por el clima, y en cierto modo aho-
tánea de los objetos directamente útiles al gado por la abundancia de las produccio-
hombre, entorpece pronto su cuerpo y em- nes naturales, nunca podría en un medio
bota su espíritu. Por el contrario, la abun- semejante llegar á todas las invenciones,
dancia de las últimas propiedades natura- la previsión y la acumulación de capital
les, aquellas que no sirven, sino de una necesarios, para avanzar considerablemen-
manera derivada, para la satisfacción de te en civilización. La colonización tiene pre-
las necesidades del hombre, y prévios al- cisamente por objeto, introducir las artes
gunos esfuerzos de su parte, como las mi- y los capitales de los pueblos más activos,
nas de fierro, de hulla, las corrientes de en aquellas regiones en las que, por con-
agua que facilitan el comercio, la irriga- diciones físicas desfavorables al través del
ción y se prestan al aprovechamiento co- tiempo, bajo la apariencia de una naturale-
mo potencia motriz, la abundancia de esta za pródiga, la civilización perfeccionada
secunda categoría de propiedades natura- no hubiera podido desarrollarse y exten-
les^ es favorable, en el más alto grado, pa- derse espontáneamente.
ra el desarrollo de la energía y de la pre- No todos los bienes de la naturaleza, ni
visión humanas. los bienes gratuitos cuyo uso no exige pre-
Los países septentrionales y los paises cio alguno, son comunes á todos los hom-
templados, menos bien abastecidos de pro- bres.
ducciones inmediatamente utilizables, lo Se dice, por ejemplo que el mar y las
están mejor de los materiales ó fuerzas corrientes de aguas, son comunes á todo el
que la naturaleza no prodiga ni da espon- género humano, pero esto es falso. Hay
táneamente, sino las cede sólo á los es- paises que poseen una gran extensión de
fuerzos del hombre. De aquí el secreto de costas, en relación con su territorio, en los
la grandeza, lentamente conquistada, por que pocos lugares quedan lejos del mar;:
los pueblos situados en las regiones sep- y hay otros que constituyen continentes
tentrionales ó templadas. enormes, compactos y cerrados, en los que
Existen comarcas en las cuales parece casi todos los puntos están muy distantes
no poderse desarrollar espontáneamente del mar, y los mares que los rodean, en al-
una civilización perfeccionada, y es nece- gunos lugares permanecen obstruidos pol-
sario que sea importada de otras partes. los hielos á la navegación durante la ma-
El espíritu del hombre, entorpecido, en yor parte del año.
Los primeros países tienen una superio- grandes corrientes de aguas, sin dificultad
ridad económica natural sobre los últimos; ó con escaso esfuerzo navegables, hasta un
la civilización aparecerá pronto en ellos, punto considerablemente distante de sus
la industria de la pesca se desarrollará; desembocaduras; cercanas además unas de
el comercio adquirirá rápido incremento otras, de modo que sea fácil unirlas por
y los transportes de las mercancías y de medio de canales. La China, los Estados
las personas serán más fáciles y menos Unidos y aún Francia, se encuentran en
costosos. tales condiciones ventajosas. Estos tienen
Estas ventajas alcanzan su punto culmi- á ese respecto, una superioridad incontes-
nante en aquellos paises que afectan la for- table sobre la parte de la América del Sur
ma de una isla oblonga: la Gran Bretaña, que se encuentra arriba del Amazonas, y
Cuba, Java, el Japón. Claro está que esto también sobre la generalidad del continen-
constituye una superioridad económica, te, africano y determinadas comarcas de
que se traduce en ventajas pecuniarias pa- Europa, como España y Rusia.
ra la nación que la posee. En estos paises Estas ventajas naturales, representan en
el trabajo humano, á igualdad de esfuerzos, favor del país que las posee, un valor eco-
puede ser más productivo; los gastos ge- nómico. Equivalen á cierta clase de capi-
nerales de producción y principalmen- tal que se han ahorrado de formar ó de
te los de transportes, son menos elevados; acumular; en efecto, á falta de esas co-
los capitales, en las mismas circunstan- rrientes que los unen y aproximan, se hu-
cias, pueden ser allí más remuneratorios. biesen hecho necesarios numerosos ferro-
En estos paises privilegiados por la natu- carriles y caminos, que hubiesen exigido
raleza, en una extensión dada de territo- gastos de más consideración, empréstitos
rio, puede subvenir á sus necesidades un é impuestos.
número mayor de individuos, ó una po- Aparte de la cualidad propia del suelo,
blación de densidad ordinaria, por el au- después de la configuración y del clima,
mento de los salarios y de las utilidades, la obra de la naturaleza en la producción,
asegurarse un amplio bienestar. también se manifiesta en el subsuelo.
A falta de una situación insular, y de la Se comete un error en referir la pobla-
proximidad del mar respecto de todos los lu- ción de un país á la extensión de su terri-
gares del país, una región puede poseer una torio. Cuando se dice, por ejemplo, que
red fluvial, naturalmente bien formada, de Bélgica posee 200 habitantes por kilóme-
tro cuadrado, Inglaterra 106, Francia 71 hombre; la naturaleza no la realiza en nin-
y España 34, es solo desde un punto de guna parte. Existen países y pueblos na-:
vista relativo é insuficiente. Merced á la turalmente favorecidos. En el interior de
facilidad de cambiar sus productos, una una misma región, se encuentran grupos
nación no solamente vive de su suelo, si- de hombres á quienes la naturaleza ha pro-
no también del subsuelo, es decir: de los digado desigualmente sus dones. De esa
yacimientos de carbón, de canteras diver- suerte, el departamento de la Œronda y el.
sas, vetas metalíferas, manantiales de pe- Inferior del Sena, se hayan indiscutible-
tróleo que posea. Existen dos Bélgicas y mente mejor tratados por la naturaleza,
dos Inglaterras: la Bélgica alumbrada por que los departamentos de Lozère ó de los
el sol y la Bélgica inferior, la de las mi- Bajos Alpes.
nas, la del subsuelo; lo mismo acontece
Ordinariamente se considera á todos los
respecto de Inglaterra. Francia no posee
dones naturales, como de uso común v
yacimientos de hulla ni metalíferos, sino en
gratuito de todos los hombres; pero seme-
una proporción mucho menor, lo mismo
jante idea es radicalmente falsa. Los úni-
que España. Los paises como los dos pri-
cos dones naturales que son verdadera-
meros que acabamos de citar, que poseen á
mente gratuitos, son aquellos que se en-
la vez un suelo fecundo para los produc-
cuentran igualmente distribuidos en todo
tos de la agricultura, y un subsuelo abun-
el mundo civilizado, y uno sólo parece en-
dante en materias primas industriales, dis-
contrarse en ese caso, y no de un modo
frutan, respecto de los otros, de una ven-
absoluto: el aire respirable. Todos los de-
taja natural considerable: pueden mante-
más que se hallan desigualmente derrama-
ner más habitantes ó proporcionar ma-
dos en la superficie del globo, representan
yor bienestar á una población de impor-
por sí mismos un. valor para el pueblo
tancia media.
que los disfruta, le proporcionan grandes
x\sí, pues, los bienes de la naturaleza se utilidades, se traducen en cierta econo-
encuentran en todas partes desigualmente mía de capitales en los transportes y abas-
distribuidos. La diversidad de produccio- tecimientos industriales, significando siem-
nes incita al cambio; pero no logran que pre una superioridad en los cambios y re-
todos los pueblos y todos los países estén laciones de los pueblos.
igualmente dotados. Si un pueblo es por obra de la naturale-
La igualdad es una mera concepción del za propietario de todos los bienes natura-
3
les que aprovecha, la justicia y la huma- tarias, han contribuido para hacer de ca-
nidad exigen que permita la participación da pueblo y de cada individuo lo que son
de ellos á los demás pueblos, y esto se rea- actualmente. La voluntad, por medio de
los esfuerzos personales, obra sobre esa
liza de dos maneras: por virtud de las per-
especie de fondo adquirido, modificándo-
mutas internacionales, y por a facultad
lo ó corrigiéndolo; pero entre los pueblos,
concedida á los extrangeros, bajo condi-
como entre los hombres, existen diversi-
ciones de orden y naturalización ulterior, dades y desigualdades, desde el punto de
de establecerse en un país más privilegia- vista de la fuerza física, de la fuerza inte-
do que el propio. . , , lectual, de los hábitos morales, de la disci-
Estas primeras consideraciones hecnas plina y de las tradiciones, de donde resul-
acerca de la naturaleza, nos demuestran la ta cierta clasificación natural del valor
importancia de su cooperación en la obra de los hombres, la cual, sin embargo, no
productora, la diversidad y la desigualdad está definida de un modo absoluto. El es-
de sus bienes, de donde se imponen la per- fuerzo individual ó colectivo, puede, en
muta entre las naciones, la colonización y cierto grado, influir en ella; este esfuerzo
la libertad de emigración y de mmigra- individual ó colectivo, aplicado á la pro-
ducción, recibe el nombre de trabajo.
01 Cuando se habla de la naturaleza, nece-
sario es considerar no solamente la natu-
raleza exterior é inanimada, sino también
la naturaleza del hombre, la que, del pro-
pio modo, es muy variable y muy desigual,
según los países, las razas y los individuos.
Un hombre que ha alcanzado la edad adul-
t a es la obra de un cúmulo de factores
diversos: el medio físico, la herencia, la
educación, su propio pasado y su volun-
tad han contribuido de consuno á formar-
lo El hombre salió de las manos de la na-
turaleza hace ya millares de años; mas al
través de cien generaciones, multitud de
influencias diversas, ya físicas, ya heredi-
La idea de trabajo, según la creencia vul-
gar, implica el esfuerzo,.la abstención, la
pena. Ciertamente muchos individuos, los
grandes artistas, los escritores notables,
los buenos obreros, el labrador que ama
sus campos, experimentan placer al traba-
CAPITULO III jar; pero no es menos cierto que la idea
de esfuerzo, y concentración de la ac-
tividad humana á determinado objeto,
con exclusión de todos los demás, está uni-
ÉL TRABAJO. da á la idea de trabajo.
Se ha dicho con razón: si el trabajo no
Definición del trabajo.---.El trabajo productivo y el constituyese, en cierto sentido, una pena
trabajo improductivo.—El trabajo físico y el traba- para el hombre, todos los fenómenos eco-
jo intelectual.—Clasificación de los trabajos y de nómicos serían distintos de lo que son. El
las industria^.—Caracteres diferentes de la pro-
ductividad de las diversas categorías dé los traba-
hombre es avaro de sus penas y procura
jos humanos.—Proporción y equilibrio entre las ahorrar su trabajo; de-aquí todo el progre-
diversas profesiones humanas. so de la industria, no solamente en la in-
vención de las máquinas, sino en la com-
Definición del trabajo— El trabajo hu- binación de las labores.
mano es el segundo factor de la produc- El principio del trabajo, es decir del
ción. Es el factor que dirige, el que guía á menor esfuerzo para obtener el resultado
la naturaleza y aumenta su fecundidad, que se desea, domina toda la vida econó-
investigando sus leyes y haciendo obrar mica.
en provecho exclusivo del hombre, las Un mismo acto, según el fin á que tien-
fuerzas productoras de que está dotada la da y la regularidad conque se ejecuta,
materia. puede constituir una distracción ó un tra-
¿Qué es el trabajo? Es una de las formas bajo. En esto estriba la diferencia entre lo
de la actividad humana; pero ¿es acaso la que se llama un aficionado y un profesio-
única forma de esa actividad? Nó. Un nal, á saber: el danzante que se distrae y
hombre es activo al comer; éste se pasea, el maestro de baile, el excursionista y el
aquel baila. ¿Constituye esto un trabajo? guía de las montañas, el pintor por afición
para proveer á necesidades de otro orden.
y el pintor por profesión, el batelero de
los días de fiesta y el marinero, el pasean- Se puede asentar que el trabajo, consi-
te y el castero. Podríanse multiplicar estos derado desde el punto de vista de los bie-
ejemplos indefinidamente. nes que proporciona, es una emancipación,
aunque al mismo tiempo constituya una
¿Por qué un mismo acto es un pasatiem-
esclavitud.
po para uno, y un trabajo para el otro?
Porque para que exista el trabajo, en el Trabajo productivo y trabajo improduc-
sentido económico de la palabra, se re- tivo.—No todo trabajo es productivo; así
quieren diversas condiciones: desde luego por ejemplo, destruir un vaso para re-
es necesario que el esfuerzo humano sea construirlo en seguida; incendiar una casa
un medio y no un fin; también precisa para reedificarla; romper vasos ó platos
que el esfuerzo no esté aislado, que haya para fabricarlos de nuevo con los pedazos,
una verdadera serie de actos, una activi- es una locura, porque se consumen inútil-
dad metódica y consciente dirigida á un mente esfuerzos, sin añadir nada á las ri-
objeto determinado. Se debe considerar quezas de la humanidad.
como trabajo toda pena aceptada de una Un trabajo es productivo siempre que
manera continua, para obtener un resulta- aumenta los bienes que son necesarios ó
do productivo, es decir: para satisfacer las útiles al hombre.
necesidades del hombre. Trabajo fisico y trabajo intelectual.—El
trabajo intelectual, convenientemente di-
El trabajo puede ser de dos modos dis- rigido, es tan productivo como el trabajo
tintos: físico ó intelectual; también se dice manual. El ingeniero que ha combinado,
en la actualidad: muscular ó nervioso. A con su ciencia y sus estudios, el juego de
medida quería civilización avanza, el tra- ruedas de una locomotora, es tan produc-
bajo intelectual gana más y más terreno. tor como el obrero fundidor ó ajustador
El fin que el hombre persigue, no debe qne fabrica la máquina, el fogonero ó el
ser el trabajo propiamente, sino el resulta- mecánico que la conducen.
do de él. El hombre tiene necesidades tan El arquitecto que ha fijado las propor-
diversas qué satisfacer, que debe encauzar ciones, combinado los materiales é ideado
convenientemente sus esfuerzos, para pro- el plano de un edificio, es tan productor
curarse cada satisfacción, con el menor como el albañil ó el pizarrero.
trabajo posible, de manera de poder em- El sobrestante ó capataz que distribu- .
plear su tiempo y sus esfuerzos restantes,
ye las tareas, proporciona consejos y repa- mente productores: desde luego el trabajo
ra las faltas, es tan productor como el de invención ó descubrimiento, y después
obrero. el trabajo de administración ó "de direc-
ción.
El contador que por medio de apuntes
metódicos y exactos, hace que la_ produc- El trabajo puramente material partici-
ción tenga en cierto modo, conciencia de pa de la fragilidad de la materia, no pue-
sí misma, y pueda á cada instante darse de producir otro efecto que el cambiar las
partes que la constituyen, y es impotente
cuenta de si está administrada con econo-
para presentarse en dos lugares simultá-
mía ó despilfarro, es tan productor como el
neamente; está limitado en el tiempo y en
simple mayordomo.
el espacio.
Cierto nuevo fanatismo ó superstición
conspiran para obscurecer estas verdades _ El trabajo de invención ó de combina-
evidentes. El desdén hácia el trabajo in- ción, por el contrario, participa de las pro-
telectual, parece haber hoy reemplazado, piedades del espíritu; puede difundirse in-
en una clase de la población, al desdén mediatamente por el mundo entero, y por
con que otra clase de ella miraba antes el otra parte, se refleja de un modo indefini-
trabajo manual. do al través de las generaciones.
Según esta superstición reciente, el obre- La producción intelectual tiene, pues,
ro que construyese un violín sería produc- una intensidad inaudita y una duración al-
tor, y no el artista que tocara ese instru- gunas veces inconmensurable. La inven-
mento; el mancebo de botica que prepara- ción de la máquina de vapor, la del telé-
se una poción sería productor, y no el mé- grafo, de los telares, del acero Bessemer,
dico que hubiese redactado la receta. se propagan en algunos años por todos los
Sin embargo, como se ha hecho resaltar, ámbitos del globo, y muchos otros descu-
las obras intelectuales ó inmateriales, pue- brimientos de menor resonancia, alcanzan
den alcanzar resultados más amplios y du- efectos análogos. Los servicios valiosos
raderos que los trabajos manuales. Una de los hombres de ingenio, ó de los espíri-
lección del profesor puede tener más du- tus ingeniosos, que han perfeccionado las
ración en el espíritu del discípulo y cam- artes, siempre arrebataron á la humanidad.
biar más su existencia, que la tasa de ca- Los antiguos transformaban á los inven-
fé que éste tome. Dos especies de trabajos tores en héroes ó en semidioses, como
intelectuales, son, sobre todos, eminente- Triptolemo. La economía política liberal
de los pueblos modernos, sin inteijencióa relaciona con la anterior, pero que se dis-
alguna de los Estados y por la sola virtud tingue de ella, á causa de la inmensa im-
de las leyes naturales, les considera de or- portancia que ha alcanzado en los últi-
dinario, como parte proponderante, en la mos tiempos, y que tiene por objeto cam-
repartición de la riqueza. biar de un lugar á otro personas y co-
Clasificación de los trabajos y de las in- sas; 7 o los servicios inmateriales, como los
dustrias.- Muchas clasificaciones se han que prestan los funcionarios públicos y
propuesto acerca de los trabajos humanos las profesiones liberales, como las de me-
la que sigue parece la más racional: 1 las dico, abogado, notario y músico.
industrias extractivas que obtienen del se- Algunos economistas han formado una
no de la naturaleza, sin modificarlas ai clase especial, á causa de su gran impor-
m e n o s esencialmente, las substancias útiles: tancia social, de los trabajos de descubri-
la cosecha de los frutos salvajes, la pesca, mientos é invenciones que puedan realizar,
la caza, la explotación de los bosques, de ya los ingenieros y demás profesionales
las minas v de las canteras, constituyen sabios, ya los simples particulares; mas
e s t a primera categoría. 2 o la industria agrí- por eminentes que sean los servicios que
cola que recoge del suelo las materias úti- prestan los inventores, esos maravillosos
les sometiendo á la naturaleza á la acción productores, los más útiles á la humani-
del hombre y al conocimiento que _ este dad, quedan comprendidos en la sexta
tiene de las leyes que á la primera rigen; clase que acabamos de indicar. A esta ca-
3 o las industrias manufactureras que se li- tegoría se refieren también, aunque sean
mitan á moldear y transformar, ya por muy diferentes, los servicios puramente
medio de la mano del hombre, ya con el personales, como los de los criados.
concurso de las fuerzas físicas y químicas, El orden en que se han enunciado tales
las materias que le suministran las indus- clases, no es más que una división lógica,
tria extractiva y agricola;las fábricas de te- y no indica por sí mismo ninguna supe-
jidos, los establecimientos metalúrgicos y rioridad social de las primeras respecto
toda la variedad de fundidiones y talleres de las últimas.
integran esta clase; 4 o la industria comer- El carácter indiscutiblemente producti-
cial que reúne las mercancías, las conser- vo de las industrias extractiva, agrícola y
va y las suministra y reparte á los consu- manufacturera, no ha sido materia de
midores; 5 o la industria porteadora, que se objeción alguna, cuando menos en núes-
tra época. Se ha propuesto frecuentemen- de cambio, los demás productos, es emi-
te, por el contrario, si los trabajos de nentemente productora. Aumenta el po-
transporte, las profesiones comerciales, der de la humanidad; á ella se debe en
las oficios liberales y las funciones pú gran parte la renovación de la faz del
blicas, tienen un carácter productivo ó mundo, operada en los últimos tres cuar-
si constituyen acaso quienes los ejercen tos de siglo.
una legión de parásitos que viven á expen- Acontece respecto del transporte de las
sas de los verdaderos productores. personas, lo que con el de las mercancías.
Caracteres diferentes de productividad El buque de vapor que conduce á Améri-
de las diversas categorías de trabajos hu- ca un millar de emigrantes alemanes ó ir-
manos.—En principio, el círculo produc- landeses, realiza una obra productora, por
tor puede ampliarse hasta lo infinito; pero cuanto á que esos mil hombres á quienes
en las categorías de las ocupaciones que faltaba ocupación en su país, sólo podían
hemos citado en último término, puede vegetar en él en meclio de la miseria y la
existir, más que en el trabajo de los cam- desgracia, mientras que levantarán sober-
pos y talleres una superabundancia abusi- bias cosechas en las tierras vírgenes del
va de factores. No cabe duda sobre Nuevo Mundo. Pero aparte de una utili-
dad tan inmediata y de tal modo eviden-
que la industria de transportes es produc-
te, también los trenes que transportan á
tiva. Muchos artículos de consumo no tie-
los excursionistas de su morada habitual
nen utilidad, sino á condición de ser tras-
á otras regiones y países nuevos, deben
portados desde la región que los produce ser considerados como productores en el
en exceso, dadas las necesidades locales, á sentido económico de la palabra, puesto
otra región que carece de ellos y que se que procuran al hombre una distracción
resentiría de no tenerlos. Muchas produc- agradable, moral y-saña,
ciones se encuentran estrictamente locali-
zadas por la naturaleza: el algodón, el café, Se puede, no .obstante, abusar de la in-
3a hulla misma, el fierro, los metales, las dustria porteadora, creando inútilmente
maderas de construcción y otra infinidad. líneas férreas que se hagan competencia,
ó abriendo una serie dé puertos próximos
L a industria porteadora, permitiendo á
que sólo pueden perjudicarse recíproca-
cada comarca dedicarse -principalmente á
mente, ó estableciendo, mediante subven-
aquellas producciones q u e la naturaleza
ciones considerables, caminos de fierro
le ha señalado, para procurarse, por vía
dispendiosos, en comarcas que no pueden expendios al pormenor, en que no inter-
sostener un tráfico regular. Estos abu- venga alguna industria ó mano de obra.
sos pueden sobretodo, presentarse allí en Ahorran al consumidor investigaciones y
d o n d e el Estado provee á los gastos de molestias, adelantándose casi siempre á
empresas semejantes, subvencionándolas sus deseos.
con el producto de los impuestos. Queda, por lo tanto, la productividad
L o que se ha dicho de los transportes, del comercio fuera de toda duda; pero ca-
puede igualmente asentarse respecto del be hacer aquí una observación importan-
comercio. En sí mismo y bien estudiado, te. El comercio no es productor, sino en
es el comercio incontestablemente pro- ciertas condiciones y en determinada pro-
ductor. Los comerciantes pueden ser con- porción. Se puede multiplicar en exceso
siderados como los directores y organiza- el número de los comerciantes, hasta el
dores de la producción en el mundo. Rea- punto de que siendo excesivo el engrana-
lizan una obra de combinación de las ca- je, se desperdician el tiempo y los esfuerzos
pacidades, recursos y necesidades de las humanos. No es necesario encontrar cada
diferentes regiones, obra de repartición veinte metros un panadero, un carnicero,
de los productos entre ellas, de modo de un tendero ú otro vendedor, con un espa-
verificarse en cada lugar tan pronto co- cioso despacho muy ornamentado. Acon-
mo posible sea, el equilibrio de la oferta tece que la competencia excesiva de
y la demanda de las mercancias, labor los comerciantes al menudeo, á causa de
inmensa, delicada é indispensable. los gastos generales que reportan y lo re-
ducido de su clientela, hace encarecer las
A ese efecto colaboran hasta los comer- cosas, en lugar de bajar de precio. Al mis-
ciantes al pormenor, quienes además de mo tiempo, el número excesivo de comer-
conservar los artículos de consumo, lo ciantes al pormenor y de intermediarios
que, en cierto modo se equipara á la pro- puede desarrollar las adulteraciones; esto
ducción, proporcionan las diversas canti- se manifiesta en París, respecto del pan y
dades de mercancías á la medida de las la carne.
necesidades de cada uno, y, generalmen-
te, someten á los artículos á determinada No hay que perder de vista esta consi-
necesaria operación: el tendero rompe el deración, en presencia de las querellas y
azúcar en pedazos y muele el café; el ta- lamentaciones de los tenderos en contra
blajero destaza la carne. Existen pocos de los grandes almacenes y de las socie-
dades cooperativas; estas dos últimas ins- lares tendrán que ejercer de jueces y eje-
tituciones intervienen legítimamente para cutar sus fallos, como sucede en los terri-
impedir que el comercio al pormenor se torios poblados aún á medias de la Amé-
convierta en parasitario. rica del Norte, donde los rudos labrado-
Los pueblos perezosos tienden á plagar- res, de tiempo en tiempo, realizan, al am-
se de comerciantes al pormenor; así pasa paro de la ley de Lynch, ejecuciones su-
entre los mulsumanes; un gran número de marias (1).
revendedores acaban por ser verdaderos Supuesta la ausencia de policía y de
zánganos. justicia, los agricultores y los comercian-
La misma cuestión de productividad tes perderían un tiempo precioso en pro-
del trabajo se presenta respecto de las pro- curarse medios de defensa, y en arreglos,
fesiones liberales, los funcionarios públi- idas y venidas. La producción precaria
cos y los servicios personales, como los siempre y con frecuencia paralizada, su-
friría serios trastornos. Los perjuicios que
de los criados. ¿Débese establecer que las
experimentarían los productores, como
labores de estas categorías de personas,
consecuencia de esa falta, excederían en
son, por lo que respecta á la masa social,
mucho á las asignaciones fijadas á los
productoras ó estériles? En principio no gendarmes, á los agentes de policía y á
cabe vacilación alguna: esas clases de tra- los magistrados.
bajadores cooperan á la producción, en
tanto que no existan en número excesivo. De un modo análogo puede encontrarse
Suprimidlos cuarenta mil gendarmes,de el carácter de productividad social, en
Francia, y los seis ó siete mil jueces y ca-
da quien se verá obligado á armarse para (1) Tales execrables ejecuciones que salpican
ejercer la vigilancia en torno de su here: de sangre y lodo el manto augusto de la civi-
lización, no solamente se llevan á cabo en las co-
dad, y perseguir, aprehender y castigar á marcas desoladas á que el autor se refiere, ni con
los malhechores. O bien, los ciudadanos la rareza á que alude; sino que con asombro del
habrán de ponerse de acuerdo para for- mundo, se repiten con demasiada frecuencia en to-
mar sindicatos á efecto de expensar una da la extensión de la Unión Americana, y á veces,
gendarmería privada, como pasó en Es- no ciertamente por falta de policía; ocurren, como
reminiscencias de un pasado de barbarie, en los gran-
paña en la Edad Media, en la época de la
des centros de población. Nos referimos al salvaje
celebre asociación policial, denominada lynchamiento de Nueva Orleans (N. del T).
la Santa Hermandad; los simples particu-
principio al menos, y con la reserva del cimiento y esplendidez de vida de las cla-
abuso en la práctica, de los administrado- ses medias y elevadas.
res, empleados de oficinas, médicos, abo- De la proporción y equilibrio entre las
gados, músicos y aún los mismos poetas. diversas profesiones humanas.—Hay, sin
Contribuyen ó en teoría, deben contribuir embargo, que establecer cierta reserva,
á allanar las dificultades, adoptar deter- respecto de todos los ejercicios á que en
minaciones de general interés, atenuar los último término nos hemos referido: co-
males de la humanidad, instruirla y pro- merciantes, porteadores, funcionarios pú-
porcionarle distracciones útiles. Concor- blicos, individuos dedicados á profesiones
dia, salud y buen humor, que constituyen liberales, criados y aquellos que prestan
condiciones excelentes parala producción. servicios personales. En principio son pro-
Los profesores y los sabios que transmi- ductores porque hay una explicación eco-
ten, difunden, depuran ó aumentan los co- nómica de su existencia, y una razón de
nocimientos humanos, desempeñan un pa- interés social en abono de sus tareas. Pe-
pel económico tan indispensable en el se- ro al tratarse de ellos, surge un problema
no de una civilización avanzada, como los de proporción entre el número para cada
trabajadores manuales. función social que les está encomendada,
La propia reflexión hacemos por lo que y la masa de la población. En esto se dis-
mira á los criados,-que en una proporción tinguen estas profesiones de la agrícola.
razonable son igualmente productores. La Cada nuevo obrero dedicado al trabajo
cocinera ó recamarera que ahorran al co- de los campos, producirá determinada uti-
merciante, al médico ó al sabio, el tiempo lidad; cada golpe de azadón ó de arado,
que debieran consagrar á sus diversos cada nuevo esfuerzo para escardar un cam-
cuidados domésticos, y aún el ayuda de po de cereales, ó un viñedo, aumenta in-
cámara, que por medio de su actividad ha- dudablemeute en proporción variable, la
ce cómoda y elegante la morada, son tra- producción de las cosas útiles para el
bajadores productores, con el mismo títu- hombre.
lo que el dependiente de tienda ó el obrero
No se puede asentar igual afirmación
ebanista. Nos referimos al capítulo que
respecto de cada nueva plaza de subpre-
trata del lujo, para hacerse cargo de la in-
fecto, empleado, ó, de un modo general,
fluencia que tiene esta clase social en el
de cada nuevo funcionario público, ni de
desarrollo de la producción y el embelle-
cada abogado, médico, criado, ni siquiera
de cada comerciante, que lleguen á agre- los materiales que las artes trabajan. Hay
gar una nueva unidad al grupo, con fre- en esto una exageración, pero no obstante,
cuencia ya numeroso, algunas veces ple- en una forma demasiado absoluta, se des-
tòrico, de los individuos de su clase. cubre en esta doctrina algo de verdad.
La distinción entre las funciones del tra- En efecto; necesario es tener presente,
bajador agrícola y el trabajador indus- que siendo los trabajos de la tierra, es de-
trial por una parte, y las funciones, ya di- cir de explotación del suelo y del sub-
rectrices ya auxiliares de las otras profe- suelo, los primeros en todo el proceso de
siones que hemos enumerado, consiste en la producción, y suministrando las mate-
que la labor de los primeros es indefinida- rias primas á todos los clemás trabajos, de-
la humanidad nunca producirá demasia- terminan en cierto modo, la amplitud que
dos artículos comestibles, ni demasiados puedan tener las labores secundarias; de
objetos manufacturados, dadas las necesi- la propia manera en un telar, los trabajos
dades de tal modo diversas delhombre; por de los hiladores, determinan y fijan la ex-
el contrario, la misión de los individuos, tensión que puedan tener los trabajos de
que como los comerciantes, los funciona- los tejedores, los.tintoreros, abatanadores,
rios y los de profesiones.liberales, sólo re- doblacíores, etc.
parten los productos, ó vigilan, dirigen y Tiene, pues, algún fundamento la anti-
cooperan indirectamente á la producción, gua opinión que concedía á la agricultura
es más limitada, más circunscrita y para cierta primacía sobre las demás artes. Las
desempeñarla pueden existir demasiados vetustas sociedades lo comprenderán así
factores. el día en que, poblándose el mundo más
de lo que está actualmente, las regiones
El número de directores, vigilantes, au- nuevas de América, Oceanía y Africa, no
xiliares, y en una palabra, de producto- puedan suministrar á las viejas comarcas
res indirectos, debe tener cierta relación, tan enormes abastecimientos de artículos
y guardar una moderada proporción con alimenticios y de materias primas.
el núfnero de labores agrícolas y de talle-
res. Consecuencia práctica de las anteriores
reflexiones, es que los pueblos, por un mal
Una escuela de economistas franceses, sistema de educación, por el incentivo de
la de los ficiócratas del siglo pasado, no considerables ganancias ó por motivos arti-
admitían trabajo verdaderamente produc- ficiales, dedican á las profesiones ya co-
tor, fuera del de la tierra, que suministra
merciales, ya liberales, ó á las funciones
públicas, un número creciente de los ha-
bitantes del campo, obrando en contra de
sus propios intereses, bien entendidos. Des-
truyen así á su perjuicio, el equilibrio que
debe existir entre las diversas ocupacio-
nes humanas, y multiplicando el número CAPITULO IY.
de obreros indirectamente productores, á
expensas de aquellos que producen direc-
tamente, lesionan la fuerza viva de la na-
ción. EL CAPITAL.

Naturaleza del capital.—Los abastecimientos y las


herramientas. Origen del capital y su desarrollo.
— L a s dos fuentes que lo alimentan: el ahorro y
la invención. Diferencia entre el ahorro moderno
y el ahorro antiguo.—Caracteres generales de una
sociedad, en que el capital está siempre en for-
mación y (;ii aumento. Las diferentes formas de
capital: el capital fijo y el capital circulante.—
Utilidad de cada una de ellas.

Naturaleza del capital— El capital es,'


con la naturaleza y el trabajo, uno de los
grandes agentes de la producción hu-
mana. t _ •
Sin el capital, el género humano hubie-
se permanecido eternamente dado á la ca-
za y á la pesca, como únicos medios de
subvenir á su existencia. Estas dos ocu-
paciones primitivas, son, en efecto, las
únicas que suministran al hombre los pro-
ductos inmediatos que puede consumir sin
merciales, ya liberales, ó á las funciones
públicas, un número creciente de los ha-
bitantes del campo, obrando en contra de
sus propios intereses, bien entendidos. Des-
truyen así á su perjuicio, el equilibrio que
debe existir entre las diversas ocupacio-
nes humanas, y multiplicando el número CAPITULO IY.
de obreros indirectamente productores, á
expensas de aquellos que producen direc-
tamente, lesionan la fuerza viva de la na-
ción. EL CAPITAL.

Naturaleza del capital.—Los abastecimientos y las


herramientas. Origen del capital y su desarrollo.
— L a s dos fuentes que lo alimentan: el ahorro y
la invención. Diferencia entre el ahorro moderno
y el ahorro antiguo.—Caracteres generales de una
sociedad, en que el capital está siempre en for-
mación y (;ii aumento. Las diferentes formas de
capital: el capital fijo y el capital circulante.—
Utilidad de cada una de ellas.

Naturaleza del capital— El capital es,'


con la naturaleza y el trabajo, uno de los
grandes agentes de la producción hu-
mana. t _ •
Sin el capital, el género humano hubie-
se permanecido eternamente dado á la ca-
za y á la pesca, como únicos medios de
subvenir á su existencia. Estas dos ocu-
paciones primitivas, son, en efecto, las
únicas que suministran al hombre los pro-
ductos inmediatos que puede consumir sin
dilación; pero estos productos son incier- grado ulterior del desarrollo humano, por
tos, variables y limitados. el vapor, el gas, la electricidad, etc.
Para independerse de la caza y de la Tales instrumentos sólo pudieron deber
pesca, para proporcionarse elementos más su origen á la alianza del espíritu de
regulares y más abundantes, el hombre invención y la previsión. Ha sido necesa-
ha tenido "que hacer abastecimientos y rio un esfuerzo del espíritu, y de la
crear instrumentos. Abastecimientos é voluntad, para arrancar al hombre de
inacción, ó bien de la simple satisfacción
instrumentos, son las dos formas primiti-
de las necesidades presentes, y con la in-
vas del capital.
quietud del porvenir, inspirarle la necesi-
¿Cómo ha podido constituirse y des- dad de procurar, mediante sus esfuerzos,
arrollarse el capital? Por la previsión y el la satisfacción, no solamente de sus nece-
espíritu de inventiva, por la aplicación sidades inmediatas, sino también de las
del trabajo, no á un objeto destinado á remotas.
ser inmediatamente consumido, sino á Origen del capital. — Procuremos re-
otro encaminado á facilitar la producción construir idealmente el génesis del ca-
ulterior. pital en una tribu de pescadores. Un
Se ha observado que los diversos perío- salvaje, más observador que sus congé-
dos de la civilización, están caracteriza- neres, advierte que un tronco de árbol
dos por la naturaleza de los instrumentos flota sobre las aguas, y hasta puede sos-
empleados. Así se dice, edad de piedra pu- tener un peso sin sumergirse. Corta un
lida, para designar el estado, aun bárba- árbol, lo ahueca y lo dispone de manera
ro, en que el hombre por única herra- de poderse sentar en él y dirigirlo. Para
mienta usaba piedras toscamente talla- semejante trabajo necesita tiempo, y se
das; viene después la edad de hierro, en ve obligado á hacer provisiones para vi-
que el más útil y el más generalizado de vir mientras. se dedica á esa tarea; para
los metales, ofrece su fuo.za y su ." o i b i - el efe .o necesita economizar sus ali-
lidad, al servicio del hombre; sigue la edad mentos y moderar su apetito, á fin de po-
-de las máquinas, que son instrumentos der-terminar su obra. La concluye al fin
más complicados, movidos ya por la ma- y es dueño de una canoa, que es necesa-
no del hombre, ya por la fuerza r ^al, rio te ar al mar, encontrándose enton-
más tarde por el viento y el agua, y en un ces paseedor de un instrumento que le fa-
cilitará la pesca; este instrumento consti- vela. De todos modos, algunos miembros
tuye un capital; las provisiones que le han de la tribu, merced á sus instrumentos,
permitido consagrar todo su tiempo á fa- tendrán más oportunidades de descanso,
y podrán distraer una parte del tiempo
bricar ese instrumento, son también ca-
dedicado á procurarse alimentos, para
pital.
atender á otras necesidades; construirán
Este capitalista puede disponer de su chozas, por ejemplo, para ponerse al abri-
instrumento, ya para pescar más cómoda- go de la intemperie. De esa suerte, po-
mente y molestarse menos, ya para pes- co á poco, los espíritus más avisados y los
car en mayor cantidad y ceder, mediante caracteres mejor templados, se levanta-
determinadas compensaciones, una parte rán en el. seno de la tribu, por sobre la
del exceso de su pesca, á los demás miem- multitud, adquiriendo mayor número de
bros de la tribu. medios de producción y más bienestar.
El buen ejemplo, como el malo, es con- Cacla nuevo capital, 110" solamente es el
tagioso: los salvajes más inteligentes y los medio ele proporcionarse goces actuales,
más activos de la misma agrupación, aca- sino que, haciendo más productivo el tra-
ban por construirse también sus canoas; bajo, permite encauzar una parte de él
pero para ello necesario es, que haciendo para la creación de nuevos capitales; es
violencia á su pereza, se abastezcan de decir, ele nuevos instrumentos y medios
provisiones para poder emplear durante de progreso.
algún tiempo, todos sus esfuerzos, en la Evolución semejante ha debido pasar en
construcción de sus canoas. Al cabo de una tribu de cazadores. Uno de los indi-
cierto tiempo, la tribu estará dividida en viduos que la integran, pudo advertir que
dos grupos: el de los hombres inteligen- hacía menos precaria y dura su propia
tes Y previsores que posean canoas, por- vida, si en lugar de perseguir y matar dia-
que ' han tenido fuerza de voluntad bas- riamente á los animales que consumía, se
tante para fabricarlas, y el de aquellos, esforzaba en capturarlos, y procuraba, ali-
menos bien dotados, que no las tienen. mentándolos, conservarlos y reproducir-
Estos naturalmente pescan menos que los. Mas de pronto, necesario ha sido ha-
aquellos, y serán menos ricos. ^, cer mayores sacrificios para realizar una
Facilitando la canoa la pesca, seguirán empresa difícil, y disminuir el consumo
otros perfeccionamientos, como la red cuotidiano, en tanto que haya formado su
de pescar, el timón y más tarde quizá la rebaño.
En una etapa ulterior de la historia hu- día, y el hábito acaba por transformar en
mana, la agricultura, es decir, el empleo segunda naturaleza, las disposiciones que
metódico del trabajo, para hacer produ- el hombre ejercita, acontece que aquellos
cir á la tierra las plantas más útiles para que principian á crear el capital y que re-
el género humano, nació igualmente de la conocen la utilidad y los beneficios que
producción y del almacenage de aná- proporciona, jamás dejan de capitalizar,
logas provisiones, así como de la creación por decirlo así y trasmiten su afán ya á
de instrumentos, primero rudimentarios, sus hijos, ya á las personas que le rodean.
perfeccionados después, desde la pala, el De esa suerte, los capitales, es decir los
azadón y el arado, hasta las máquinas ac- abastecimientos y los instrumentos per-
tuales. feccionados de trabajo, van transmitién-
Condiciones de la formación del capital dose é incesantemente aumentando de ge-
—Abastecimientos é instrumentos, hé aquí neración en generación. El aumento in-
las dos reformas esenciales del capital, las definido de los capitales, es un de los ras-
que requieran la abstinencia ó el ahorro, eros característicos de una nación civih-
o
y, por otra parte, el trabajo. Todo capi- zada.
tal es hijo del trabajo y del ahorro. Si fuese posible desenredar la trama
La formación del capital, supone siem- inextricable de los acontecimientos socia-
pre que el hombre ó determinados hom- les, se encontraría que no existe capital
bres eligen, de preferencia á las presentes alguno en nuestra sociedad, de tal modo
las ventajas futuras, si bien inciertas, se- rica en máquinas y en reservas de todas
gún todas probabilidades de mayor consi- clases, que no se remonte hasta la edad
deración; es un sacrificio de los goces y de piedra. La hacha de silex toscamente
satisfacciones actuales, en favor de las sa- labrada, la flecha del cazador primitivo,
tisfacciones y goces de mañana. El ori- la caña ó la canoa del primer pescador, la
gen del capital, se encuentra en la preo- pala, el azadón ó el arado de madera del
primer hombre que removió la tierra, se
cupación y la inquietud de lo porvenir,
encuentran sin interrupción alguna y á
en la aspiración hacia un mejoramiento
través de perfeccionamientos sucesivos,
estable de condición, á cambio de un cú-
transformados en las máquinas tan inge-
mulo de afanes, esfuerzos y privaciones niosas y complicadas que admiramos: los
momentáneos. martinetis, la locomotora, el navio de.
Como la previsión no es virtud de un
hélice, la segadora ó la trilladora de va-
El capital representa la solidaridad del
por.
pasado, del presente y del porvenir; ahon-
Frecuentemente se ha definido el capi- da profundamente sus raices en lo pasa-
tal diciendo que es trabajo acumulado; la do, y extiende su amplio ramaje hacia el
fórmula no es mala, solo que está incom- porvenir.
pleta y es necesario añadirle dos palabras
Manera de formarse el capital en las so-
diciendo: trabajo acumulado en perspec- ciedades modernas. —Se ha visto cómo se
tina de ulterior producción. forman los capitales en las sociedades pri-
Productividad del capital. — Espíritus mitivas; su constitución en realidad no es
sutiles han negado que el capital sea pro- diversa en las sociedades perfeccionadas,
ductor; es verdad que para entrar en pro- solo que presenta al primer golpe de vis-
ducción, necesita del auxilio del hombre, ta, caracteres menos distintos, á causa de
es decir del trabajo. Pero nadie puede la complicación de los fenómenos.
negar que un arado sea productor, puesto Merced á la división del trabajo en las so-
que el hombre auxiliado de él, realiza una ciedades modernas, el simpleahorro, segui-
tarea ocho ó diez veces mayor, que aquel do de una imposición,equivale á la capita-
que carece de ese utensilio; lo mismo su- lización. Se puede ahorrar de dos maneras,
cede respecto de una carrucha, una ca- ya tesaurizando, es decir, retirando de la
noa, una máquina de co-er y en general circulación monedas de oro ó de plata
de todos los útiles de trabajo. que la sociedad pierde; ya por el contrario
La naturaleza abunda en cosas desde creando instituciones estables de trabajo ó
los sexos de los animales, que no son pro- de riquezas, de utilidad permanente, como
ductoras aisladamente; lo propio sucede materiales industriales, casas, etc., ó bien
respecto del capital, el que necesita, para prestando los fondos á sociedades ó al Es-
producir utilidades ó ganancias al género tado, que los emplean en la obra de la
humano adunarse al trabajo actual; pero producción. En las sociedades actuales la
se pediría demasiado á éste, si se preten- capitalización es pues solamente la econo-
diese hacerlo producir por sí solo todo lo mía de una parte de las rentas seguida de
que con las máquinas y abastecimientos la imposición de las mismas, lo que cons-
se obtiene, y se disputase á los capitales, tituye generalmente una labor difícil y
su excelencia para la producción humana, exige, si no determinada actividad mate-
tan considerablemente desarrollada. rial, al menos cierto discernimiento. El
siderablemente acrecidas las fuerzas pro-
ahorro hecho con inteligencia, constituye ductoras de la humanidad por medio <Jel
el capital. capital, los pueblos que capitalizan mucho
Si se estudian las cosas como pasan 6 y no cesan de capitalizar, podrán vivir
deben pasar, se encuentra que la persona mas desahogadamente que aquellos que
que ahorra en realidad crea, sin darse á no lo hacen; desde luego así acontece en
menudo cuenta de ello, abastecimientos y la vida privada; consideremos dos hom-
útiles de trabajo para abrir nuevos hori- bres que tengan diez mil fancos de renta
zontes á la humahidad. De esa suerte, en cada uno; uno consume toda su renta y el
lugar de proveerse de ricos vestidos y de otro economiza la mitad de ella; éste en
disfrutar de una alimentación delicada, consecuencia vivirá con menos deshogo
ambas cosas transitorias, el que ahorra, que el primero. Pero veámoslos veinte
compra una acción de ferrocarril, una años después, el no económico tendrá siem-
obligación de crédito predial, una acción pre la misma renta, mientras que el econó-
de empresa inel ustrial, un título de renta mico habrá duplicado su fortuna y su ren-
sobre el Estado, esto es, coloca á una com- ta, v en esta nueva situación, podrá en
consecuencia vivir tan ampliamente ó con
pañía ó al Estado en aptitud de llevar á
mayor comodidad que el otro, sin cesar
cabo obras públicas, edificar casas, abrir
sin "embargo de ahorrar.
canales, construir atargeas, emprender
diversas mejoras ú obras de utilidad per-
manente, es decir, de crear capitales.
Si el que ahorra se equivoca en su im-
posición, su capital desaparece para él y
para la sociedad; su ahorro puede compai-
rarse con un niño que nace muerto.
El ahorro se traduce en la práctica por
una dirección útil y previsora impresa a
trabajo humano. En una sociedad que
ahorra mucho, se producirán ménos en-
cajes, pero más fierro y más hulla; menos
objetos de lujo; pero mayor cantidad de
máquinas adecuadas á la producción ulte-
rior. Sin embargo al través del tiempo, con-
ellos, pasan por completo á constituir el
producto y se transforman en él; así la la-
na, el aceite y el carbón que ha servido
para calentar la máquina, desaparecen y
se transforman en la pieza de paño, que es
el resultado de la producción.
CAPITULO V. Necesario es que los capitales circulan-
tes, se reconstituyan por completo en dos
productos, con un aumento de valor en
cada uno; es decir, que en el precio de la
DIFERENTES ESPECIES DE C A P I T A L E S . — C A P I - pieza de paño, se reproducirán los precios
TALES FIJOS Y CAPITALES CIRCULANTES. de la lana, el aceite y el carbón que se han
empleado en fabricar aquella, y además
Capitales fijos y capitales circulantes.— un exceso de valor que representa el sala-
Se ha observado que los capitales se pre- rio del obrero, asi como la remuneración
sentan originariamente, bajo dos formas: del capital y del empresario.
abastecimientos y utensilios. Al paso que Además de los capitales circulantes, que
la civilazación avanza estas dos grandes son, en general todos los abastecimientos,
divisiones del capital han dado lugar á existen los capitales fijos que no se trans-
muchas subdivisiones. forman, ni desaparecen en cada produc-
Las dos palabras abastecimientos y uten- ción, sino que tienen un uso más durable:
cilios de ordinario se substituyen por las estos son, en términos generales, los uten-
de capitales fijos y capitales circulantes. silios, el material de una fábrica, ó de una
Los capitales circulantes, también de- explotación agrícola, así como las casas
nominados capitales fungibles, son aque- y talleres, formas especiales de utensilios,
llos que solamente pueden servir una vez que protejen al hombre de las intemperies
para el efecto de la producción; los abas- y le permiten trabajer en todo tiempo, no
tecimientos en sus diversas formas, prin- inenos que las grandes obras como los ca-
cipalmente los de materias primas, se en- nales y los ferrocarriles; todas las mejo-
cuentran en este caso. Una vez realizada ras permanentes hechas por el hombre,
la obra para la cual han servido los capi- entran en esta categoría.
tales circulantes, no permanece nada de Los capitales fijos no se transforman en
el producto; basta separar del precio 6 o . Los abastecimientos destinados á
anual de los productos de una fábrica, ó mantener el personal productor, hasta el
de una explotación agrícoia, lo que sea momento en que la obra de la producción
necesario para mantener los capitales fi- se termine;
jos en buen estado y para reemplazarlos 7P. El dinero;
cuando, no obstante todos los cuidados, 8° Determinados derechos ó bienes in-
queden fuera de uso. La suma anual que materiales.
se separa de los beneficios de la produc- Esta nomenclatura no es limitativa,.ni
ción para realizar tales cambios, siempre puede serlo. Los últimos artículos, mere-
necesarios en toda obra humana, se llama cen algunas explicaciones. Algunos dudan
amortización. si el dinero constituya un capital, y otros
Formas principales que reviste el capital encuentran que es el capital por exce-
en las sociedades modernas.—Ne existien- lencia.
do nada tan vario y diverso, como las me- Trataremos más adelante el problema
joras introducidas por el hombre civiliza- de la moneda. Se verá que el oro y la pla-
do en las cosas que aprovecha, el capital ta son riquezas, pero no la única ni siquie-
reviste, en una sociedad avanzada, múlti- ra la riqueza principal, y que los pueblos
ples formas. Pueden citarse como las prin- más ricos, no son aquellos que tienen ma-
cipales encarnaciones del capital, las si- yor cantidad de oro; la Gran Bretaña que
guientes: hasta el día es la nación más rica del glo-
I o . Las mejoras permanentes del suelo, bo, posée menos metales preciosos que la
tales como las cercas, desecaciones, irri- mayor parte de las demás grandes nacio-
gaciones, plantíos de árboles, ó cultivos nes" civilizadas, y los Estados Unidos (1)
permanentes, pastos duraderos, etc. que siguen de cerca á la Gran Bretaña en
2o. Las construcciones de toda clase;
3o. Los instrumentos y máquinas de to- [1] Creemos oportuno llamar aquí la atención,
do género; en contra ele la opinión del reputado economista
francés, acerca de que los Estados Unidos ocupan
4 o . Los animales de labor; el tercer lugar entre los países productores de oro,
5 o . Las materias primas destinadas á la oenpando el primero y segundo respectivamente el
fabricación, como el algodón, la lana, los Africa Austral y Australia. La República del Nor-
aceites y el carbón que debe consumirse te, es asimismo uno de los primeros países produc-
en la fábrica; tores de plata.—N. del T.
punto á riqueza, tienen relativamente po- es un capital. En realidad existe una evi-
ca moneda metálica. dente analogía entre la educación ó apren-
El dinero, el oro y la plata, son incon- disaje y la formación de los capitales ma-
testablemente capitales. El dinero es un teriales. En ambos se encuentra: I o la mis-
utensilio completo, es el instrumento de ma idea de previsión, que encarrila los es-
las permutas; no se le procura por sí mis- fuerzos hacia un éxito lejano; 2o los mis-
mo, sino como un medio de adquisición. mos sacrificios del presente al porvenir,
Frecuentemente se ha comparado el di- por ejemplo, la renuncia á la posibilidad
nero, con las grandes rutas y con las vías de obtener modestas utilidades actuales,
de transporte; no se le ha creado sino pa- ante la probabilidad de ganancias futuras
ra facilitar los traspasos de las cosas. más considerables; 3 o la necesidad de vi-
Coopera, además, á la producción, facili- vir de anteriores reservas, durante el pe-
tando los cambios y ahorrando tiempo, ríodo del aprendizaje ó educación; 4o la
cálculos, idas y venidas. propia finalidad, de facilitar y aumentar
Todas estas condiciones caracterizan al la productividad del trabajo ulterior; 5 o
dinero de un modo absoluto, para que sea •; igual necesidad, para que no sean estéri-
les todos los esfuerzos hechos, de que ex-
capital, solo que constituye una parte pe- j
pirado el término del aprendizaje ó edu-
queña del capital de un país, y como to-
cación, el excedente de productividad del
dos los capitales que sirven para los trans- j
trabajo, compense todos los sacrificios
portes y los cambios, no debe existir en consumados, los gastos y los anticipos du-
cantidad exhuberante, respecto de las ne- rante el período de educación ó aprendi-
cesidades de la producción. Un pueblo zaje.
debe economizar el dinero, del mismo mo-
do que economiza vagones. (1) Existe, pues, entre la capitalización por
Los capitales inmateriales: el talento y la una parte y la educación ó aprendizaje
educación. Con frecuencia se ha discutido por la otra, un paralelismo absoluto: iden-
la cuestión de saber si existen los capita- tidad de motivos, identidad de medios é
identidad de resultados.—Ocioso paréce-
les inmateriales. Debe resolverse, en nues-
nos demostrar la existencia de los capita-
tro concepto, afirmativamente. Se dice,
les incorporeos. Estos existen respecto de
con razón, que el talento de un hombre,
los pueblos, de igual modo que respecto
de los individuos. Las cualidades que re-
[1] Véase adelante el capítulo de la Moneda.
conocidamente pertenecen á determinado virtud educativa de que se aprovechan
pueblo, ya sean hereditarias, ó transmiti- las generaciones venideras. Informan el
das por la educación, tienen tantas ven- gusto y 110 solamente educan el espíritu,
tajas en las relaciones internacionales, co- sino desarrollan en una, nación aptitudes
mo entre las de los individuos. Las mar- artísticas é industriales que tienen un va-
cas de fábrica reputadas, por cubrir pro- lor económico. Realizan á este respecto,
ducciones estimadas, la clientela adquiri- una función que las equipara á todos los
da por Una nación, la fama que se le ha capitales. Los museos como los del Lou-
otorgado de buen gusto, elegancia ó ha- vre, Madrid, Londres, el Vaticano, etc.
bilidad industrial, ó la providad comer- contribuyen á generalizar las nociones y
cial, constituyen realmente determinadas cl amor de las artes, y despiertan, man-
formas de capital, que tienen un precio en tienen y fomentan determinadas cualida-
los cambios realizados entre los diversos des productoras, que las nuevas comarcas
países. de América y Australia tendrán graves
Las obras ele arte son capitales.—Se ha dificultades para desarrollar del propio
preguntado si las pinturas y las obras de modo.
arte pueden ser consideradas como capi- La humanidad ocurriría en menor nú-
tales. Desde el punto de vista puramente mero, no ya á Roma y Florencia, sino á
material, podría disputarse á las obras de Dresde, Amsterdan, la Haya y Munich, si
arte ese carácter, pero reflexionando más en esas poblaciones 110 se encontrasen tan-
detenidamente, necesario es atribuírselo. tas maravillas de arte; esas obras de arte,
Por su estabilidad que les asegura, pre- constituyen evidentemente para esas ciu-
vios ciertos cuidados, una duración más dades y países, un capital que produce ren-
larga que la de la generalidad de las obras tas indirectas. Legiones de artistas, pol-
humanas, por el dón especial de procurar lo general modestamente dotadas por la
goces, sin deteriorarse ni distruirse por el naturaleza, viven en la misma Italia, de
uso, las pinturas y las obras de arte se cla- la reproducción é interpretación de las
sifican entre las más inperecederas rique- obras maestras de la antigüedad ó del re-
zas. Algunas veces se las ha llamado ca- nacimiento. Compárese la situación de
pitales de deleite. un joven americano ó australiano, dotado
de vocación artística, con uno italiano.
Entre tales obras las que alcanzan un
¡Qué diferencia entre ambos! ¡Cuántos via-
mérito excepcional, poseen además, una
jes, perdidas de tiempo y gastos impues-
tos al primero y abonados al segundo pa-
ra instruirse! Las riquezas artísticas serán,
tal vez eternamente, una de las superiori-
dades del Viejo Mundo sobre el Nuevo. Se-
ría pueril demostrar que ellas constituyen CAPITULO VI
uno de los más preciosos capitales de la
humanidad.
Analizando las cosas con altitud de mi-
ras, se encuentra que toda la civilización CAUSAS QUE INFLUYEN EN LA CAPITALIZACION.
es un maravilloso fenómeno de incesante
capitalización material, intelectual y mo- Los tres períodos de Las sociedades, desde el punto
ral. de vista de la abundancia y el papel del capital.
Causas que desarrollan ó restingen la acumula-
ción de los capitales.—Influencia de la seguridad,
la educación, la familia, el heredismo, ordena-
mientos técnicos y las leyes.
¿Puede el Estado encargarse de ahorrar, en lugai*
de los individuos?

Las tres fases sucesivas de las socieda-


des, por lo que respecta al capital.—Los
tres factores de la producción, la naturale-
za el trabajo y el capital, no se encuentran
en iguales proporciones en todos los paí-
ses, ni en todas las épocas. En efecto, el
género humano no se ha desarrollado si-
multáneamente en todo el planeta, y no
todos los pueblos han demostrado el mis-
mo poder creador de capital, es decir, de
abastecimientos é instrumentos.
Por lo general, el capital no existe en
los países nuevos, en donde la naturaleza
jes, perdidas de tiempo y gastos impuesj
tos al primero y abonados al segundo pa-
ra instruirse! Las riquezas artísticas serán,
tal vez eternamente, una de las superiori-
dades del Viejo Mundo sobre el Nuevo. Se-
ría pueril demostrar que ellas constituyen CAPITULO VI
uno de los más preciosos capitales de la
humanidad.
Analizando las cosas con altitud de mi-
ras, se encuentra que toda la civilización CAUSAS QUE INFLUYEN EN LA CAPITALIZACION.
es un maravilloso fenómeno de incesante
capitalización material, intelectual y mo- Los tres períodos de Las sociedades, desde el punto
ral. de vista de la abundancia y el papel del capital.
Causas que desarrollan ó restingen la acumula-
ción de los capitales.—Influencia de la seguridad,
la educación, la familia, el heredismo, ordena-
mientos técnicos y las leyes.
¿Puede el Estado encargarse de ahorrar, en lugai*
de los individuos?

Las tres fases sucesivas de las socieda-


des, por lo que respecta al capital.—Los
tres factores de la producción, la naturale-
za el trabajo y el capital, no se encuentran
en iguales proporciones en todos los paí-
ses, ni en todas las épocas. En efecto, el
género humano no se ha desarrollado si-
multáneamente en todo el planeta, y no
todos los pueblos han demostrado el mis-
mo poder creador de capital, es decir, de
abastecimientos é instrumentos.
Por lo general, el capital no existe en
los países nuevos, en donde la naturaleza
solo espera la acción de la mano del hom-
Para que el hombre en los países nue-
bre, para producir riquezas. Esas nuevas
vos, no se vea obligado á retrogradar del
comarcas se animan bajo la influencia del
progreso que disfruta actualmente el g é -
capital; cuando este se presenta, en sus
nero humano, necesario es que el capital
formas habituales de abastecimientos, má-
no solamente acompañe, sino que se ade-
quinas y materiales, la naturaleza entera
lante á los inmigrantes; de no ser así, los
súbitamente entra en conmoción. Sin el
nuevos colonos, tendrán que pasar por si
capital, los inmigrantes que afluyen á ta-
mismos por todas las etapas de las socie-
les comarcas, como el Plata, la Nueva Ze-
dades primitivas, y sufrir las pruebas que
landa, ó las colonias del continente aus-
hubieron de soportarlos hombres primiti-
traliano, podrían apenas vegetar, si no
vos, en medio ele su miseria absoluta; y es-
morían de hambre. Es necesario que se
to significaría, aun para los individuos
les hayan preparado víveres, abrigos, se-
más infelices de la civilización contempo-
millas para procurarse cosechas, arados
ránea, un cúmulo de sufrimientos y pri-
para labrar la tierra, bestias de carga,
vaciones, que pocos de ellos podrían re-
etc.; de no encontrar acumulados todos
sistir.
los elementos que se han enumerado, ya
aprestados por los habitantes residentes Las naciones, al menos aquellas que se
en la nueva comarca, ya enviados por los han constituido lentamente en el Viejo
capitalistas del Viejo Mundo, no podrían Mundo, y que no se han visto sostenidas
emplear utilmente sus brazos para aten- artificialmente, como se encuentran las
der á su subsistencia, y se convertirían en colonias actuales, por sus metrópolis, ne-
salvajes. Tal es la suerte que les espera á cesariamente han pasado por tres diver-
los inmigrantes queespeculadores imprevi- sos períodos.
soras envían á playas desiertas; la naturale- En el primero de ellos, la producción se
za puede ser allí liberal, pero ésta es siem- encuentra principalmente influenciada por
pre avara de sus dones, hasta que el capi- la naturaleza, que es el factor dominante.
tal, dando acceso á la paciencia, ayuda El trabajo colabora con ella, pero como
los esfuerzos del hombre. Los recientes auxiliar; 110 como actividad metódica que
desastres de colonización, como los de tiene conciencia de su poder y sabe variar
Puerto Bretón en Oceanía, son la prueba sus aplicaciones; en ese período, existe el
de las anteriores afirmaciones. capital sin duda alguna, más en estado
rudimentario, y no se aumenta sino lenta-
mente. Constituye ese período, no sola- factor principal de la producción. La
mente la época de los pueblos cazadores edad media con la pequeña industria, los
y pescadores, sino también la de los pue- pequeños propietarios, las agrupaciones
blos pastores y de los comienzos de la agri- de oficios, los exiguos mercados y las fe-
rias locales ó regionales por únicos cen-
cultura. La naturaleza, no suavizada ni
tros de consumo, es el tipo ideal de es-
disciplinada aun, domina y guía al hom-
te segnndo período en que se desconocen
bre. No existen adelantos ni reservas;
las vastas combinaciones productoras los
hombres y pueblos viven esperando, sino progresos inmensos y repentinos, los cam-
de un día para otro, si de un año para el bios frecuentes de métodos y de procedi-
siguiente, la cosecha. Las calamidades na- mientos. Se opera indudablemente en el
turales, una sequía ó una escazés, perju- seno de la sociedad, una evolución, que la
dican hondamente á la población, la hun- perfecciona, la desarrolla y la hace alen-
de en la miseria y perecen millares de ha- tar, pero tal evolución, tiene una lentitud
bitantes. Las hambres periódicas, como apenas perceptible á toda consideración.
las que, aun en nuestros días, afligen á Aparentemente la sociedad se encuentra,
Armenia, el Asia Menor y algunas veces por decirlo así, inmóvil y como cristalizada.
la India y los pueblos aborígenes testifi-
Sigue después el tercer período, en que
can que el hombre aun clepen de la natu- el capital, es decir, los abastecimentos de
raleza. todas clases, los instrumentos y las má-
Solo el capital, bajo su doble forma de quinas, son abundantísimos, y por el aho-
abastecimientos é instrumentos que regu- rro incesante de los hombres previsores,
larizan la producción, unido á la división así como por las invenciones y los descu-
del trabajo que aquel engendra, como se brimientos que se multiplican, el capital
verá más adelante, pueden hacer á las so- se acrece con una rapidez inconcebible, y
ciedades humanas llegar á la etapa en que asumiendo formas diversas, acaba por
sean dueñas de la naturaleza, ó por lo me- concentrarse, dirige el trabajo de más di-
nos la dirigen. recta manera y mueve el universo. Este
El segundo período de las sociedades nuevo período comenzó en Europa hacia
humanas, es aquel en que existe ya cierta fines del siglo XVI, con la navegación en
suma de capital acumulado, pero el traba- grande escala y el comercio lejano, pero se
jo humano, más hábil y más variado que desarrolló lentamente, y solo en el presen-
en el período precedente, constituye el
te siglo X I X ha podido ofrecer todos sus pitalizar en mayor cantidad, que un po-
rasgos característicos. La pequeña indus- bre ó miserable, el pueblo francés, por
tria, aquella en que el dueño de ella es á ejemplo, más que el italiano, la Francia
la vez operario y director de una produc- de la segunda mitad uel siglo XIX, más
ción muy dividida, no ha desaparecido que la Francia de la primera mitad. L a
completamente todavía, pero pierde mu- posibilidad de capitalizar, aumenta con
chos de sus antiguos dominios, cediendo el cada nueva capitalización.
paso á la producción en grande escala. En Puede acontecer, sin embargo, que la
este período del mundo nos encontramos misma abundancia entorpezca el espíritu
actualmente. del hombre, y acabe por hacerlo perder
Causas que desarrollan ó que restringen la previsión, hundiéndolo en el despilfa-
la acumulación del capital.—Asumiendo el rro; corresponde á la educación y á las
capital en las modernas sociedades la in- costumbres, eontrrarestar esas tendencias
teresante misión de dirigir la producción, nocivas.
V prestando á la humanidad el servicio 2o. Consistiendo la capitalización en un
inestimable de aumentar la eficacia del sacrificio del presente, en provecho del por-
trabajo del hombre, y multiplicar sus ri- venir, necesario es, para dedicarse á ella,
quezas, bueno será hacer alguna conside- tener una gran confianza en el porvenir.
ración acerca de las causas que rigen la Se necesita abrigar una seguridad com-
pleta de que no podrá privársenos de los
acumulación de los capitales y determi-
frutos de nuestro ahorro. Todo lo que mi-
nan que ciertos pueblos ó épocas capita-
re á obscurecer el porvenir, amengua el
licen mucho más que otros.
afán ele capitalizar. Las revoluciones
lie aquí las principales reglas á las que súbitas, cuando son breves, no produ-
podemos referirnos: cen ese efecto; pero un estado de desor-
I a Siendo el capital un acopio de la pro- den que se prolonga, ó la anarquía per-
ducción anual y del consumo corriente, manente, desvían el espíritu de capitali-
hecha para lo porvenir, claro es que la ca- zación.
pitalización sea más abundante y exceda En los países bárbaros y actualmente
los fines que son absolutamente necesa- entre los musulmanes, el hombre previsor
rios para la subsistencia del hombre. tesauriza cuanto puede, es decir, escon-
de dinero y alhajas, para valerse de ellos
Un pueblo próspero ó rico puede capi-
6
en los días d e revuelta; pero no capitali-
za, esto es, no emplea sus elementos en
crear nuevas explotaciones, ó en consti-
tuir industrias, por el temor de atraer so- deoir d P r ^ a s . d e eapitalizac ón, es
b r e sí la atención, á causa de una osten- dades P r ° g T e S ° l n d u s t r i a l ¿ e 1 « so'cie
tación exterior de riquezas, así como de
ser, en último resultado, víctima de expo-

« s f e s a & a
liaciones, directa ó indirectamente.
El ahorro y los capitales se desarrollan
tanto más, cuanto mejor garantizados se
encuentren los poseedores de bienestar y
^de riquezas, y más eficazmente asegurada
se halle la propiedad.
3°. Mientras más despejado se presente
el porvenir, más considerable será el aho-
rro, y más aumentará el capital de un
p a í s / D e esa suerte, una sólida constitu-
ción de la familia, y el respeto al derecho
de'herencia, se encuentran entre las con-
diciones que favorecen la capitaliza- S i s
g ® ¡ í d í ¡ 5
ción.
Estas dos instituciones, familia y suce-
sión, son de utilidad evidente para la ma-
sa social, y hasta para aquellos que no
l o s ^ t a í t o t 4l n Z S d ' C O n SUS t f t u -
teniendo parientes no pueden esperar
herencia alguna; y son productoras, en obligaciones, fij^fe* S
toda la extensión de la palabra, porque de todas clases, l o s pequeños cupraes de
estimulan el espíritu de previsión y sacrifi- °eñ f 1 r d e 3 ó 4 f ~ &
c i o entre los adultos y aun en los de edad
provecta. Los célibes, en general, no se
preocupan de quien pueda sucederle?s y
ahorran menos que los padres de familia.
^ S r e a á t S ^ -
sente en provecho del porvenir, necesario
aleatorias, y aquellas que ofrecen peque- es, para que se produzca en todas las cla-
ños intereses perfectamente asegurados, ses sociales, que cada quien tenga la se-
toda la organización de la industria y del guridad completa, de que únicamente el
crédito, multiplica las ocasiones de aho- ahorro puede proporcionarle el goce de
rrar. Antes el hombre del pueblo no sabia determinados bienes. Así las leyes que tu-
cómo imponer sus economías, hoy, ade- viesenpor objeto poner bajo el cuidado del
lantándose á sus deseos, se le solicita por Estado ó la comunidad á los individuos im-
todas partes, aunque, si bien es cierto, ne- previsores, destruirían en una infinidad
cesita desconfiar de tal oficiosidad, que de ellos, hasta el sentimiento de previsión.
algunas veces enmascara el propósito de Una ayuda pública demasiado fácil que
apoderarse, por medios hábiles, del aho- otorgase al pobre derecho á ser socorrido
rro ageno. en todo, que le proporcionase, sobre todo,
6 o . Las leyes pueden desviar las co- una existencia algo cómoda; una caridad
rrientes del ahorro, de dos modos dife- privada, demasiado intensa y falta de cir-
rentes: todos los impuestos desproporcio- cunspección, ejercerían en los espíritus
nados sobre los capitales ó las rentas, prin- una acción depresiva, alejándolos de la
cipalmente los impuestos variables y arbi- economía, es decir de la capitalización.
trarios, inspirados por un espíritu de en- Algunos proyectos que á primera vista,
vidia ó de odio hacia las clases acomoda- soS seductores, determinarían los efectos
das y ricas, producen inmediatamente, ó desastrosos á quenosreferimos. Entre ellos
al través del tiempo, el efecto de disminuir se encuentra, en primer término el de
el ahorro; tales medidas equivalen, en efec- los «Inválidos del Trabajo» que trata de
proporcionar, sin contribución alguna de
to, á una disminución, ya de las rentas de
su parte, una vejez honrada y cómoda al
los capitales, ya de la seguridad de que
obrero; prometed al hombre gratuitamen-
disfrutan. Las tasaciones de los patrimo-
te los resultados que alcanza en la actua-
nios ó propiedades, cuando son exagera- lidad mediante sacrificios y esfuerzos, y
das y exceden á la renta anual de los ca- no realizara esfuerzo ni sacrificio algunos.
pitales, tienen de un modo especial, este
efecto funesto. La generosidad imprudente del Estado
Las leyes tienen otro modo de depri- secaría las fuentes del ahorro, suprimien-
mir el espíritu de capitalización. Repre- do las principales razones de el, y la ca-
sentando el ahorro, un sacrificio del pre-
pitalización, que es el principal resorte-
del progreso social, quedaría paralizada.
Esto envuelve otra cuestión, la deaveri-
guarsi el Estado podría substituir á los in-
^^^^^^
ahormv ?ÍT8 qUe,tienen espíritu del

dividuos para el efecto de capitalizar. Suce-


de que algunos Estados capitalizan, pero l a s m u & 1 0 8 - P ^ s 0 ^ ^
' 7 que además ^ encuen
la mayor parte de ellos, cualesquiera que
sean sus instituciones, tienden de un mo- HIL eos y de autores de provectos
do más definido, á hacer gastos impruden- tÁn
tes, que á economizar. Un Estado capita- tz?*r%i\:: r z TOS
liza .cuando sin ocurrir á empréstitos, y una part^ emiivalel^e í ÍT dÍ8frUtan

únicamente con los recursos de los im-


puestos, abre vías de comunicación, crea
escuelas v realiza otras públicas, pero pa-
ra'capitalizar de esa suerte, es decir, pa-
ra aumentar la riqueza de la nación, es
indispensable que esas obras de progreso
se lleven á cabo sin empréstito de ningún
género, y que, por otra parte, los poderes
públicos obren con mucho discernimien-
= E H 5 S S 5 5 S
to. Ahora bien, estas dos condiciones no
se realizan con frecuencia, en la vida de
los Estados.
Existe, por otra parte, una causa gene-
ral para que los Estados tengan pocas in-
clinaciones á capitalizar. Un Estado obe-
dece á la impulsión de todos los asocia-
dos, y los individuos inclinados al aho-
rro, no constituyen unanimidad, ni si-
quiera la mayoría. Las naturalezas bien
conformadas, previsoras, ordenadas y que
saben dominar sus apetitos y pasiones,.
hombre, ya por las conmociones que á
menudo embarazan ó destruyen la obra
de este; las inundaciones, los temblores de
tierra, los desencadenamientos imprevistos
ele las fuerzas naturales, caracterizan esas
CAPITULO VII rebeliones de la naturaleza en contira del
trabajo. No obstante, la marcha y el po-
der de la civilización, se manifiestan por
un dominio cresciente del hombre sobre
la naturaleza; ésta es, pues, sometida á
DE LA DIRECCION DE LA PRODUCCION Y DEL
una subordinación que, sin embargo no
PAPEL DEL EMPRESARIO.
es completa, un elemento indispensable
para la producción.
El consumo del capital y del trabajo.—El productor
en pequeña escala, ó productor autónomo.—Cau- Quedando el trabajo y el capital,'frente
sas que obligan á atribuir al capital la dirección á frente, ¿de qué medios valerse para ha-
de la producción.—Variedad de coudiciones inte- cerlos cooperar? ¿á cuál de ellos otorgar
lectuales y morales, necesarias en el empresario la dirección del otro?
industrial. Existe, desde luego, un tipo primitivo,
Concurso del capital y del trabajo. El de productor, al que no se refiere el pro-
productor en pequeña escala, ó productor blema, llamado productor aislado ó autó-
autónomo.—Los tres elementos que con- nomo, el propietario en pequeño, el sas-
curren para la producción, la natura- tre ó zapatero que individualmente traba-
leza, el trabajo, y el capital, deben coor- jan en pequeña escala, el aguador y en
dinarse, combinarse y obrar de acuerdo. general el artesano que trabaja solo," por
El primero, la naturaleza, es un elemen- su propia cuenta, sin otra ayuda que su
to subordinado, es el elemento pasivo mujer ó sus pequeños hijos. Este reúne á
la vez las condiciones de capitalista y de
que obedece ó debe obedecer. La natura-
trabajador manual; posee sus útiles pro-
leza, esto no puede ponerse en duda, fre-
pios y sus abastecimientos. Aquí el capi-
cuentemente se rebela en contra de esa
talista, un capitalista muy en pequeño en
subordinación, ya por virtud de la in- verdad, y el obrero, se encuentran enca-
fluencia misteriosa que ejerce sobre el mados en la misma persona, y reinando
entre ambos nna inteligencia completa, de las empresas.-Para que se realicen v
no hay querella posible. funcmnen las fructuosas alianzas del c l
Habrá quien considere á semejante tipo pita 1 y del trabajo, necesaria es una or^a
de productor, como respondiendo á la na- mzación, en que uno de estos elementos
turaleza de las cosas, porque armoniza
con la concepción fácil y vulgar del espí-
ritu humano. Se cometería un error. El
productor aislado ó autónomo, está m u y
lejos de ser siempre posible. Desde lue-
qJHíter
o-o, muchos trabajos están por encima TutoLCaPÍtaI' Ó á s u s ^ s e n ? L L s
En todas las circunstancias, los hombres
de las fuerzas de un individuo y aun de se encuentran siempre enfrente nn™ h Í
una familia, y además exigen un capital otros; pero alguno* son ™ a r 3 i ^
considerable. Por otra parte, el capital no dos por sus antecedentes, por los e W n
se produce igualmente por todos los hom- tos de que disponen ó por los i?es J ~
bres, porque las cualidades morales que corren, para dirigir el taller y l ^ Z T c -
alientan á capitalizar y las cualidades fí-
sicas ó intelectuales que hacen posible esa I Los hombres que, dada la organización
operación, no constituyen al menos en : sorni s e encuentran al frente de trabaos
grado el patrimonio de todos los hombres. ndustnales, comerciales ó agrícolas han
Acontece que determinado número de recibido el nombre de empreñados V é l
hombres no han producido capital, ó n o mos que es el empresario, y en qué difiere
lo han atesorado, ó poseen una parte mí- ? E S °?iGr0 7 d e Ia ¿ a s a d e obréis!
nima, otros lo tienen en regular cantidad ) & Papel del empresario comprende dos
y algunos disponen de un capital conside- fliver,as funciones; debe ser, d S e T
rable; por otra parte, ciertos trabajos re- f» nc hombre de
C i ó n esp
iniciativa
ia] * ^ n c i b a unaS
que conciba
quieren capitales enormes, de donde re-
sulta que no es posible que todos los tra- Rentos para realizarla. Supongamos que
bajadores sean productores aislados ó au- C O n t a l e s d o t e s *e 4 a : en de
tónomos, que posean y dirijan cada uno
de ellos, los tres elementos de la produc- Sncrat'ríif fundición y que las circuns-
S í U r a l e s y económicas, del lugar,
Gl6Causas que valen al capital la dirección e,stasen para esa industria; que se pu-
\
diese producir carbón y fierro baratos, de w T ? C 0 D f i a n z a á los capitalistas y
los que tuviese asegurado el consumo, en haga adelantarse por ellos, el capital ne^-
lugares próximosó lejanos; para esto, le ha cesano. También necesita Ja mano de
sido menester tener en cuenta el precio de obra en todas sus formas; es decir, hom-
costo y el de venta. Ha sido necesario en- bres que no solamente le aporten sus bra-
tregarse á una labor intelectual dilatada y zos, sino que conozcan el oficio, ó sean
penosa, para hacer sus combinaciones y susceptibles de aprenderlo, y además con-
sus planes y verificarla exactitud de ellos, tramaestres y vigilantes que sean capaces
y es necesario que el mismo trabajo inte- y leales, y al lado de toda esa gente, con-
lectual continúe durante toda la ejecución tadores, y empleados diversos que tengan
de su tarea, y toda la duración de su in- cada uno las aptitudes convenientes pira
dustria. El empresario es, en relación con sus respectivas funciones.
los obreros en una industria, lo que el ce- Si uno de estos elementos falta, ó no es-
rebro respecto de los miembros del cuer- ta bien apropiado, toda la empresa peligra-
po humano—Indispensable ha sido después, . c u a l > u na vez fundada, requiere los
que este hombre reúna todos los elemen- mismos incesantes cuidados á fin de que
tos de la producción: el capital y la mano no concluya por relajarse y disolverse
de obra; el capital, es decir, los abasteci- El empresario debe vigilar á efecto de
mientos, instrumentos y materias primas que el excedente definitivo,al cabo del afío
de todas clases: edificios, utensilios, com- de las entradas, respecto délos desembol-
bustible, todo lo que entra en lafabricación sos, esto es, del precio de venta sobre el de
del artículo; despues el numerario que se costo, demuestre que los elementos de la
necesita para mantener á los obreros producción han sido bien empleados bien
mientras dura la producción, puesto q u é combinados, y que no han ocurrido des-
no estando concluidos ni realizados los ob-* pilfarres ni pérdidas. El espíritu del em-
jetos, no habrá ninguna entrada. No es ab- presario es á manera de un espejo en el
solutamente necesario que el empresario que vienen á reflejarse todos los elemen-
sea capitalista, aunque es, preferible que tos y todos los resultados de la produc-
lo sea, porque así tendrá más experiencia ción; también es él quien reporta toda la
y más prudencia en la dirección; pero en responsabilidad de ésta. Gana el exceden-
rigor es bastante, siendo esta una condi- te del precio de venta respecto del de cos-
ción menos favorable, que el empresa- to, ó sufre el déficit que resulta,
94 PRODUCCION DE LAS RIQUEZAS

Existe pues una gran diferencia entre ni los cambios de sistemas ó de combina-
función que desempeña el empresario y el ciones de labores, que á menudo son tan
cuadro que de ella presentan algunos so • necesarios,
cialistas alemanes, que no ven en él más El papel del empresario exije además
que un sobrestante, un mayordomo, un cualidades diversas que el del obrero ma-
parásito! nual, un buen empresario debe ser tan la-
El empresario introduce en la produc- borioso como el mas asiduo obrero, debe
ción, 110 solamente sus capitales, ó los que tener por otra parte experiencia, conoci-
pueda atraerse por la confianza que ins- mientos, intuición,raras facultades intelec-
pire, sino todo su trabajo intelectual, su tuales y morales, fuerza de voluntad pa-
talento de organización y de combinación, ra hacer frente á las contrariedades y de-
su capacidad comercial para comprar y cisión para adoptar rápidamente el mejor
vender bien, y su honorabilidad. Si la ex- partido.
plotación fracasa, es decir, si el resultado Hasta un buen contramaestre, ó un jefe
final se traduce en pérdidas, la ruina del de talleres difiere del empresario; un jefe
empresario es inminente; y algunas veces, de talleres no necesita más que de miañar-
si ha contraido obligaciones que no puede te de las cualidades que son necesarias á
satisfacer, es declarado en quiebra, es de- aquel que debe prever y seguir en sus va-
cir, queda deshonrado. Las leyes impo- riaciones las necesidades y los gusto hu-
nen al empresario una responsabilidad manos, las oscilaciones de precio de los
moral, que es la severa compensación de productos, y reunir al talento del comer-
su poder director. ciante, el talento del organizador.
Mientras más se desarrolla la civiliza- Las facultades que acabamos de ennu-
ción, se amplia el mercado y se multi- merar, son indispensables, en proporcio-
plican las invenciones, es más interesan- nes que varían según la importancia de la
te el papel del empresario, que en nada empresa, á todas las personas que fundan
se parece ya al del obrero; éste no nece- establecimientos industriales, comerciales
sita preocuparse de la parte mercantil, ó agrícolas.
que tan importante influencia ejerce en los Si se nos pregunta por qué la marcha
éxitos de las empresas; el obrero 110 tiene de la producción queda encomendada á
tampoco que preveer las circunstancias los empresarios y no á los obreros, respon-
tan variadas que afectan á la producción, deremos: porque el trabajo de organiza-
V
ción y de dirección no puede improvisarse algunos centenares de empresarios hábi-
ni dividirse indefinidamente, y la labor les, por el perfeccionamiento de los siste-
puramente intelectual es, por su naturale- temas de trabajo, por la eliminación cons-
za, superior al trabajo material ó físico; tante de todo despilfarro, por la elección
así como por que el hombre que ha con- de los mejores mercados para materias
cebido el plan de una producción, y que primas y la venta de los artículos manu-
para el efecto ha reunido todos los elemen- facturados, pueden desarrollar, en propor-
tos necesarios y puesto en juego su fortu- ciones enormes, la potencia industrial y
na, si se vale de su propio capital, ó su ho- la riqueza de un país.
nor, si emplea el capital ajeno, natural-
mente es el más caracterizado para dirigir
la empresa, que aquellos que simplemente
han acudido á su llamamiento, para eje-
cutar cada uno, un detalle mínimo del
conjunto, y que solo prestan á la negocia-
ción una ayuda física limitada.
Necesario es sin embargo no abusar de
las comparaciones entre la industria, el
comercio ó la agricultura, que son resul-
tado de la paz, y las organizaciones mili-
tares que se hacen para la guerra. Las
primeras se establecen libremente y las
otras por la coacción; pero existe entre
ámbas una condición común, que es la im-
portancia suprema de la dirección; un buen
general y un buen industrial tienen cuali-
dades que no son comunes y que pue-
de asegurarse no posee la generalidad de
sus subordinados. El espíritu de com-
binación y de previsión, así como la ener-
gía de carácter, son los rasgos distintivos
de ámbos. Muy contados, cuando mucho
verdad es que en el seno de una sociedad
civilizada é inventora, el trabajo está en
constante vía de organización y reorga-
nización, adaptándose espontáneamente á
las combinaciones y á los sistemas más
diversos, y unificando más y más la com-
CAPITULO vm. plexidad del conjunto con la simplicidad
de los casos particulares.
Cuando se examina en globo un gran
organismo industrial, la fábrica de Creu-
DIVISION DEL TRABAIO sot, por ejemplo, y sus dependencias, se
pasma el espíritu de la inmensidad y de
'' Organización del trabajo.—La cooperación de los la variedad de las labores, y de la colabo-
operarios ó el trabajo c o m b i n a d o — L a división ración de los obreros más diversos; asom-
del trabajo y la distribución de las labores. bra la enormidad de esta empresa pro-,
— V e n t a j a s de la división del trabajo.—División ductora, y parece difícil que no se pro-
territorial del trabajo.—División hereditaria del
duzca en ella el caos. Por el contrario,
trabajo.—Condiciones de la división del trabajo
y críticas que de ella se han hecho .—Correctivos
cuando se desciende á los detalles, se en-
de esta organización industrial. cuentra que en esta colosal empresa, la
tarea de cada obrero es completamente
La organización del trabajo— Determi- precisa, circunscrita, fijada de antemano
nadas causas técnicas, es decir, relativas y uniforme. De esa suerte se ven reuni-
á la organización de los diferente ramos dos en maravillosa combinación las dos
de la producción, influyen sobre la pro- características de la industria moderna;
ductividad del trabajo humano: las dos la complexidad y la simplicidad.
principales son la división del trabajo y La productividad del trabajo humano
las máquinas. se aumenta singularmente por la coope-
Los socialistas y los economistas conti- ración de los obreros desde luego, y ade-
nuamente discuten, éstos sosteniendo que más por la división de las labores entre
en la sociedad actual el trabajo está orga- ellos. Son estos dos fenómenos completa-
nizado, y aquellos negándolo, y afirmando mente distintos.
que es necesaria una reorganización. La El trabajo combinado—Muchos traba-
la simple adición de las fuerzas aisladas
jos que un solo hombre no podría desem- de igual numero de individuos. Esta es
peñar en cien días ni en mil. los desempe- una de las razones que determinan que la
ñan diez ó veinte hombres trabajando uni- producción de un país sea mayor, mien-
dos en uno ó dos días. Para elevar gran- tras más desarrollado está en él el espíritu
des pesos, para talar los árboles, para de asociación y de cooperación para el
acerrar madera ó cortar piedra, para re- trabajo. .
cojer la cebada ó el trigo, cinco hombres La división del trabajo—La división
reunidos realizarán en el mismo tiempo del trabajo, que significa la especializa-
un trabajo mucho mayor que cineo_ hom- ción de las labores, es un fenómeno de
bres aislados. Consideremos una indus- otro orden, que tiene muchas y tran-
tria completamente primitiva, desprovis- cendentales consecuencias. Consiste en
ta de toda máquina complicada. Diez re- descomponer el trabajo en una serie de
meros en una embarcación grande, trans- tareas parcelarias de diferente naturaleza,
portarán mayor cantidad de mercancías, y que ocupa, cada una de ellas, perma-
y con el mismo trabajo imprimirán á nentemente, una clase especial de obre-
aquella mayor velocidad que diez reme- ros. Así, en una fábrica de relojes, un
ros en diez pequeñas embarcaciones dis- obrero hará la caja, otro la carátula, aquel
tintas. Una de las ventajas del trabajo las manecillas, el de más allá la cuerda,
combinado, es que la continuidad de ac- otro las ruedas, y el último ejecutará el
ción puede ser más sostenida relevándose conjunto. Esto constituye un ejemplo muy
las dotaciones de hombres. Diez remeros imperfecto, porque la división del traba-
en una embarcación grande, podrán pro- jo con la moderna industria mecánica,
ducir una fuerza continua durante diez va mucho más lejos. En Lóndres, el arte
ó veinte horas, descansando algunos de relojería cuenta 102 operaciones dis-
mientras reman los otros, en tanto que tintas, cada una de las cuales está enco-
esta continuidad de fuerza no puede ob- mendada á obreros especiales; y los ame-
tenerse por diez remeros aislados en diez ricanos, que triunfan en materia de relo-
pequeñas embarcaciones, durante un tiem- jes baratos, parecen haber extremado tal
desmembramiento de labores.
po tan prolongado.
La fuerza colectiva que resulta del tra- Se llega á reducir el trabajo más com-
bajo combinado de cinco, diez ó veinte plicado, °como el que requiere la fabrica-
hombres, es pues, con exceso superior á
ción de una locomotora ó un reloj, en se-
un individuo ordinariamente conformado,
ries de movimientos muy simples y casi
la práctica constante de un oficio deter-
uniformes que repiten ele una manera
constante toda su vida veinte, cuarenta, ó minado. . , , ,. .
cien clases diversas de obreros. 2a. La segunda ventaja de la división
La división del trabajo ofrece ventajas del trabajo, consiste en ahorrar pérdidas
tan grandes, por lo que respecta á la pro- de tiempo: cada obrero no tiene que cam-
ducción, que Adán Smith, parece hacer biar de lugar ni de herramienta, ejecuta
descansar en ella toda la economía políti- siempre el mismo detalle y emplea siem-
ca. Presenta, c o m o contrapartida, desde pre el mismo instrumento, que jamas des-
el punto de vista social é intelectual, al- cansa. . .
gunos inconvenientes, que no deben de- 3a. Esta organización disminuye el tiem-
jarse pasar inadvertidos de un modo ab- po de aprendizaje, loque constituye á la vez
soluto. una gran ventaja, y un inconveniente de
Ventajas de la división del trabajo—Hé cierto género. Anteriormente para llegar
aquí las ventajas del procedimiento: á maestro en un oficio, era necesario un
I a . La división del trabajo desarrolla la aprendizaje de cuatro ó cinco años, lo
habilidad profesional, ya se trate de obras que significaba una carga pesada para la
puramente manuales, ya de trabajos inte- familia del obrero. En la actualidad, el
lectuales. Este aumento de destreza es in- aprendiz queda, al cabo de algunos me-
contestable; los músculos y la inteligen- ses, suficientemente al corriente cleL por-
menor que le incumbe en la producción,
cia, se adaptan fácilmente á una labor
para poder cobrar salario y se anticipa á
uniforme, y los movimientos que se repi-
ganar su vida. La producción se aprove-
ten sin cesar, llegan á ser mecánicos, y
cha de esto, sobre todo desde el punto de
adquieren un grado extraordinario de ra- vista déla cantidad y la baratura. Por otra
pidez y precisión. L a facilidad de marcha parte, el obrero nunca conoce un oficio
de un guía, la sutileza de vista del mari- completo. En Wolverhampton, la gran
no, la prontitud del que une hilos en una ciudad de la cerrajería, no hay solo obrero
hilandería, la fluidez de palabra del abo- cerrajero, después de diez años de trabajo,
gado, la rapidez de cálculo del contador, que sepa hacer una cerradura completa. Es-
y la ejecución del pianista, son ejemplos to puede extrañar un inconveniente pa7
de facultades especiales que desarrolla en ra la inteligencia general del obrero, y al-
gimas veces también por lo que respeta á 5a. Esta misma organización, permite
la calidad de los productos. emplear á cada uno según sus facultades,
4 a La división del trabajo permite con y obtener partido principalmente de los
frecuencia sustituir el trabajo manual del débiles, como las mujeres y los niños. Es-
hombre, por máquinas, que es lo que ha tos y aquellas tienen sin duda alguna, su
resultado, de una manera maravillosa, des- principal lugar en la industria doméstica,
de hace veinte años en los Estados Unidos, sobre todo en el campo; sin embargo, au-
respecto de la industria relojera. La bara- menta la demanda ele sus brazos, para to-
tura se aprovecha de esta circunstancia, da producción en la cual el trabajo está
de un modo extraordinario; de esto resul- muy dividido.
ta que se pueden obtener por 8 ó 10 fran- División territorial del trabajo— La di-
cos péndulos aceptables, y por 5 ó 6 fran- visión del trabajo, no se limita á los indi-
cos relojes de bolsa que andan regular- viduos, sino se hace extensiva á las co-
mente. marcas. Por virtud de circunstancias na-
J _ —Cuando se habla de las ventajas de la turales ó históricas, se ha formado una di-
división del trabajo, no se quiere decir que visión territorial del trabajo en la huma-
sean los obreros parcelarios quienes reali- nidad, división que aunque no es irrevo-
cen los grandes inventos; nó, pero obtie- cable, es siempre muy difícil y dilatado
nen generalmente cierta abreviación del contrarrestarla.
trabajo, que se llama tour eie main, agili- Esta división territorial del trabajo, obe-
dad de manos. Fuera de esto, la división dece, desde luego á determinadas causas
del trabajo es, sobre todo, una especie de naturales, la influencia del clima ó la na-
procedimiento de análisis que, haciendo turaleza del terreno, etc. que no han dis-
más y más simple y uniforme cada sèrie tribuido por todas partes el fierro, la hu-
de la producción aun la más complicada, lla, el algodón, la viña ó el café. El social
ermite la introducción, de las máquinas, desenvolvimiento y el perfeccionamiento
n efecto, para que estas puedan funcionar de las vías de comunicación, no han cesa-
útilmente, es necesario que las labores ha- do de acentuar esa división. En el seno
yan sido prèviamente fraccionadas, hasta de un mismo pueblo, en Francia por ejem-
el punto de cada una, muy simple y uni- plo, los departamentos mediterráneos han
forme, sea susceptible de una repetición llegado á producir casi solamente vino; la
constante. Normandia, ganado, lacticinios y cidra, la
Beauce, trigo, carne de carnero y aves de tria de lanas cardadas, merinos y franelas,
corral. (1) Extremando más aún esta es- se ha radicado en cuatro ó cinco ciuda-
pecialización, determinada comarca de des, como Fourmies, Cateau, Reims, Rou-
Normandía, como la región del Auge, se baix, las que parecen rechazar la indus-
limita á engordar el ganado, sin produ- tria de lanas lavadas, que prospera en El-
cirlo ni crearlo, y otras distintas como beuf, Sedan, etc.
Cotentin, Mayenne y Limousin, son crea- La división territorial del trabajo, gene-
doras de ganado sin engordarlo. ralmente sobrevive á las circustancias que
No acontece de otro modo en la indus- la han determinado; ofrece ventajas á to-
tria. Un ramo de la producción de tejidos, do el mundo y los industriales y obreros
como las sederías, constitnye la primera ganan á virtud de ella en habilidad, la cir-
ocupación industrial de cinco ó seis de- culación es más activa y el progreso se
partamentos, de los que el de Lyon es el generaliza más rápidamente. Los comer-
centro, aunque en toda la región apenas ciantes encuentran sus gestiones más sim-
se hace otra cosa que crear el gusano de plificadas, puesto que en uno ó dos días
seda. Otro ramo manufacturero, el del al- pueden visitar las veinte fábricas simila-
godón, se encuentra en Francia casi ex- res de Roubaix ó deElbeuf, sin verse obli-
clusivamente acantonado en dos departa- gados á recorrer todo el territorio de Fran-
mentos de Normandía, dos de los depar- cia.
tamentos del Norte y algunos del Este. La Como contrapartida, cuando las crisis
industria de lanas, se ha fijado en dos de- comerciales hieren determinada indus-
partamentos normandos, algunos del Es- tria, azotan más cruelmente á una región,
te, distintos de los que trabajan el algo- como la crisis algodonera de 1860 á 1865
dón, y finalmente en cinco ó seis ciuda- en el Sena inferior, y la filoxera en el Me-
des del Mediodía. Todavía más, la indus- diodía. La división del trabajo impone
también á todos, propietarios y obreros,
[1] La división del trabajo en todas sus formas,
mayor previsión.
en último análisis no es otra cosa que la heteroge- Mientras más se desarrolla la produc-
nizacíón de lo homogeneo, la formación de clases y ción en un país, más se acentúa en él la
subclases, la especialización de funciones, lo mismo división territorial del trabajo, como en
psiquicas, físicas ó sociales, que es una de las faces
de la ley de evolución, la cual en suma, es la ley de
Inglaterra y los Estados Unidos.
todo progreso.—[N. del T.] División hereditaria del trabajo— Ade^
más de la división individual y la territo- sempeñar varios oficios ó á ejercer distin-
rial del trabajo, existe respecto de éste tos comercios: 2o Facilidad de comunica-
una especie de división hereditaria, que ciones: 3 o Gran abundancia de capital: 4 o
aunque no es irrevocable, constituye sin Determinado desenvolvimiento intelectual
embargo una fuerza. y científico.
El hombre no debe ser considerado co- " Nos referiremos aquí á las principales
mo aislado ni en el tiempo ni en el espa- censuras que se hacen respecto de la divi-
cio; se relaciona á toda la serie de las ge- sión del trabajo:
neraciones anteriores y trasmite heredita- I a Se pretende que la especialización
riamente sus aptitudes, á lo que se debe exajerada del trabajo perjudica al hombre
añadir la influencia de la educación y del moral y físicamente. El hombre, se dice,
medio. En esa virtud, y en igualdad de queda transformado en un instrumento
circunstancias, es ventajoso que los obre- animado, de lo cual es un débil testimo-
ros y los propietarios sean fieles á la in- nio, el hecho de rendir su jornada en la
dustria ó al comercio de sus padres. Es existencia, habiendo empleado toda ella,
difícil improvisar en un medio nuevo y con en hacer centésima partes de alfileres.
obreros nuevos, una industria que pueda 2 a El trabajador queda sujeto de una
competir victoriosamente con los estable- manera más directa á los acontecimientos,
cimientos similares agrupados en un mis- una crisis, un cambio de moda ó la inven-
mo lugar desde hace varios siglos. ción de una máquina, le arrebatan su me-
La división hereditaria del trabajo, que dio de subsistencia. No se encontraba en
constituye una fuerza viva, está expuesta esa situación anteriormente, dicen algunos,
sin embargo á dos peligros: la infatuación el tejedor-labrador que encontraba en la
y la rutina. labor del campo, lo que podía faltarle, en
Condiciones de la división del trabajo — un momento dado, en el trabajo industrial.
Críticas que de ella se hacen. Para que la 3 a La división industrial del trabajo per-
división del trabajo pueda desenvolverse, judica, á veces, por ejemplo la división de
se requieren determinadas condiciones, las ocupaciones, sustrayendo á la mujer de
que no se realizan en todas partes: I o Den- su casa y de sus hijos para llevarlos á las
sidad de población: en un país poco pobla- fábricas.
do, en que los hombres se encuentran di- Estos tres cargos, aunque muy exage-
seminados, cada uno se vé obligado á de- rados, tienen algún fundamento. La espe-
cialización de los trabajos, no empequeñe- jo exige determinados correctivos y un ré-
ce tanto como se presume, el espíritu ó gimen intelectual y moral, diferente del
el alma del obrero, ni tampoco debilita que de ordinario se sigue.
necesariamente su cuerpo. En todos los Una de las consecuencias de la división
tiempos, han existido tareas uniformes: el del trabajo, debe ser la disminución del
antiguo tahonero y el tejedor de las ciu- dia obrero, de manera que el espíritu no
dades que aun en el día, en las civilizacio- se encuentre demasiado tiempo en estado
nes primitivas, como en los países de Orien- de tensión y se entorpezca. Debe conside-
te, no tiene como distracción los labores rarse como ampliamente suficientes, los
del campo. Si el obrero en lugar de hacer días de diez horas, en donde el trabajo es-
la centésima parte de un alfiler, hiciese el ta muy fraccionado. La división de laba-
alfiler completo y hasta la aguja con e- res, acreciendo la producción, permite, sin
alfiler, su espíritu no adquiriría mayor al perjuicio social, reducir el tiempo de tra-
tura; deigual manera acontecería, si en lu- bajo que se exige diariamente á cada obre-
gar de hacer tacones de botas, hiciese bo- ro. .
tas completas. La división del trabajo requiere también
El detrimento de la clase obrera, es un un empleo mejor del tiempo de ocio. Ro-
tema cansado, cuya exactitud nada com- deado el obrero de medios de perfeccionar
prueba. El obrero mécanico ó ajustador su inteligencia y dotado hoy de instruc-
de nuestros grandes talleres, tiene el espí- ción elemental, debe procurar cultivar y
ritu tan desarrollado como el antiguo for- desarrollar su espíritu, ya que solo dedica
jador, no obstante que el primero practica al trabajo manual diez horas, y algunas
la división del trabajo, en el más alto gra- veces menos. La civilización lo ha coloca-
do. Se podía sostener, por el contrario, que do en circunstancias de poder hacerlo; se-
la repetición de una tarea uniforma, de- rá neceserio,"ciertamente, el hábito here-
ja más libre al espíritu y le impone menos ditario, es decir dos ó tres generaciones,
tensión y lasitud. La prolongación de la para que el operario manual adquiera esa
vida media, comprueba que las condicio- nueva costumbre.
nes físicas de la existencia.no han empeo- La vida de familia y los cuidados do-
rado. mésticos deben igualmente ocupar mas
Correctivos de la división del traba- tiempo su atención, á medida que la divi-
jo. La verdad es que la división del traba- sión del trabajo le ofrezca más ratos de
ocio y salarios más altos. Sería absurdo fruta; más el hombre con su inteligencia
cerrar á las mujeres y á los niños las puer- puede obtener que sea cada día más débil
tas de los talleres; pero siquiera debiera la tiranía de los progresos económicos.
prohibírseles á estos la entrada antes de Como lo hemos dicho al principio de es-
cumplir 13 ó14 años, como lo han dispues- te capítulo, el trabajo humano, bajo el ré-
to la mayor parte de las legislaciones; las gimen de libertad y responsabilidad indi-
madres con hijos pequeños, debieran re- viduales, se encuentra en vía de constante
nunciar en cuanto posible sea, al trabajo reorganización, para obtener el mejor par-
de las fábricas, debiendo trabajar en ellas tido posible de las fuerzas nuevas, cuyo
solamente las hijas célibes á fin de ayudar dominio adquiere el hombre.
á su familia y formar su dote, y las muje-
res que teniendo hijos ya grandes, pudie-
sen aumentar por medio de su trabajo las
comodidades de su casa, sin grave perjui-
cio para la familias.
Con el progreso industrial se puede ade-
más esperar que abaratándose los peque-
ños motores ya de gas, ya eléctricos ó de
aire comprimido, dé cierta vida á la indus-
tria á domicilio. Sin que se crea jamas,
que ésta pueda llegar á suprimir el gran
taller, en que la combinación de las labo-
res será siempre más perfecta, se obten-
drán así condiciones más diversas y más
en consonancia con las varios deberes de
familia, en todas las situaciones de la vida
obrera.
Aprovechémonos de las enormes venta-
jas de la división del trabajo procurando
atenuar sus pocos inconvenientes. La na-
turaleza otorga al hombre, al precio de al-
gunos males, todos los bienes de que dis-
En los primeros la fuerza motriz pro-
viene de la fuerza del hombre; el instru-
mento lio es más que un aumento de la
fuerza humana, una especie de multipli-
cador de la misma: el martillo comienza
en el ¡puño cerrado, la pala en la palma
CAPITULO IX. de la mano, la cuchara en la mano ahue-
cada,' la sierra en los dientes, las tenazas
en los dedos y el fuelle en los pulmones.
A este respecto se han hecho infinitas com-
LAS MÁQUINAS. paraciones ingeniosas.
En las máquinas propiamente dichas,
Instrumentos y máquinas. Prejuicios populare» con-
la fuerza motriz está engendrada no ya
tra las máquinas. Ejemplos de tales prejuicios.
Ventajas de las máquinas. Condiciones necesa- por el hombre directamente, sino por la
rias para su empleo. Censuras que de ellas se lian naturaleza, ora por un animal, ya por el
hecho. Efectos protectores de las máquinas. agua, el viento, el vapor, el gas, la elec-
tricidad, el aire comprimido etc. Tal es la
Instrumentos y máquinas.—La división evolución de los recursos que para au-
del trabajo, solamente se ha extremado en mentar su fuerza, ha buscado el hombre
aquellas industrias que emplean máqui- en la naturaleza.
nas. Desde el punto de vista económico los
El hombre desde sus primeros ensayos animales son máquinas simples.
de civilización, procuró aumentar la fuer- Prejuicios populares contra las máqui-
za de sus miembros, por el uso de ciertos nas.—Las máquinas en todas las épocas
instrumentos rudimentarios, tales como el han prestado servicios inmensos á la pro-
arco y la flecha, la red de pescar, después ducción, y todas sin excepción alguna han
la palanca etc. Mas tarde estos auxiliares sido en su origen objeto de la inadversión
de la mano del hombre, se han multipli- popular; aun en la actualidad subsisten
cado y diversificado extraordinariamen- muchos prejuicios á este respecto.
te, clasificándoles en la actualidad en dos Nada más instructivo que el desencade-
categorías: los instrumentos y las máqui- namiento sucesivo de cóleras y odios pro-
nas propiamente dichas. vocados por cada una de ellas. Si se hu-
biese cedido á la oposición que han en- cia por la misma época, se prohibieron los
contrado todos esos mecanismos ingenio- fuelles construidos en máquina.
sos, la humanidad se hubiera visto priva- En tiempos más cercanos, los pescado-
da de las más bellas conquistas industria- res han hecho pedazos las primeras lan-
les y permanecería hundida en la iner- chas de vapor. Una Asamblea de hombres
cia.—He aquí, refiriéndonos á los cuatro prudentes de León, mandó quemar la ca-
últimos siglos, algunos ejemplos de tales sa de Jaquart, inventor del célebre telar
luchas, algunos afirman que los copistas, que lleva su nombre, y el mismo Jaquart
pretendieron obtener la excomunión para corrió tres veces riesgo de ser muerto. _
los primeros impresores.—En el siglo XVI, Hergreaves, el inventor de la máquina
la ciudad de Dantzig prohibió la introduc- para hacer hilo, fué perseguido por los
ción de las primeras máquinas para hacer obreros y murió en la miseria. JLos obre-
cintas; Banclmülhen su inventor, fué aho- ros ingleses agrupados en 1830 con el
gado por el pueblo. En Inglaterra, Ho- nombre de «Luddites,» destruyeron los
landa, Flandes, Suiza y aun en Alemania nuevos arados y los implementos agríco-
en el siglo XVII, se prohibió el uso del las perfeccionados.
mismo invento; y el Senado de Hambur- Aun en nuestros días, suceden hechos
go mandó quemar los telares. análogos. El Presidente Santa Anna, se
En 1589 la reina Isabel se opuso á la opuso°en México á un proyecto de ferroca-
introducción de máquinas para hacer me- rril, en interés de los pobres arrieros. Los
dias; en Francia el R e y Enrique IV prote- beduinos con el objeto de protejer el tra-
gió al inventor de tal progreso; pero fué bajo de los aguadores, destruyeron una
perseguido después de la muerte de este obra de canalización que llevaba el agua
; Soberano. á la ciudad de Deschidda. En varios puer-
tos del Continente Europeo, los obreros
En Harz, (región minera de Alemania) han pretendido impedir por la fuerza la
la autoridad pública hubo de cuidar la instalación de las primeras grúas. En la
vida del inventor de los fuelles de made- reciente huelga de los vidieros belgas, es-
• ra, para substraerlo á la cólera de los obre- tos destruyeron ciertos hornos que hacían
ros que fabricaban fuelles de cuero. el trabajo más rápido y menos costoso.
En Holanda en 1623 se clausuró una ase- Así la imprenta, los fuelles de madera
rraduría movida por el viento y en Fran- anteriores á los de fierro, las máquinas de
hacer medias ó cintas, los telares, las sie- invenciones recientes, se han visto libres
rras de viento, precursoras de las ele va- de esas tareas bestiales. Los sopladores
por, las máquinas agrícolas, las lanchas en las fábricas perfeccionadas de vidrio,
de vapor y aun las locomotoras, todas las comienzan á no tener necesidad de agotar
máquinas, han provocado la animadver- sus pulmones y abreviar sus días, en un
sión popular. trabajo del que se ha encargado una má-
¿Qué sería déla humanidad, si cada ge- quina.
neración no hubiese enriquecido su patri- Aunque no tuviesen las máquinas en su
monio con alguno do esos poderosos au- abono sino esta ventaja, ella les valdría la
xiliares y preciosos economizadores del bendición de los filántropos. Las máqui-
trabajo humano? nas salvan en muchos casos á la dignidad
Los prejuicios contra las máquinas sub- humana.
sisten sin embargo, y se les encuentra vi- 2a. Las máquinas desempeñan determi-
vos y palpitantes, en íos discursos pronun- nados trabajos que los hombres nunca
ciados en Francia recientemente, con mo- podrían realizar, por grande que fuese el
tivo de una discusión parlamentaria. número en que se les reuniese; y su exce-
Ventajas de las máquinas— Someramen- lencia se palpa en lo infinitamente gran-
te pasemos revista á las ventajas ele las de y lo infinitamente pequeño. ¡Qué pen-
máquinas, y en seguida á las censuras que sar" de los martinetes de determinados
se les dirijen: enormes talleres metalúrgicos, que pesan
I a . La primera ventaja de las máquinas de ocho á diez mil kilógramos y pueden
consiste en disminuir la fatiga del hom- dar dos ó trescientos golpes por minuto.
bre, en una serie de trabajos extenuantes. De las calderas de vapor de algunos na-
¡Que se podrá decir dei afrentoso traba- vios que desarrollan una fuerza de ocho á
jo del esclavo que mueve la tahona para diez mil caballos, es decir, de veinte ó trein-
moler el grano, ó clel espantable banco de ta mil hombres que jamás descansaran?
los remeros de las antiguas galeras! El Por otra parte, la máquina de dividir de
molino de viento, de agua ó de vapor, y Perreaux puede fraccionar un milímetro
el navio de hélice ó de vela, han libertado en tres mil partes iguales. En una de las
á esos infortunados. Los cargadores de últimas exposiciones, figuró una máquina
grandes fardos en la cabeza, las mujeres que con una libra de algodón, fabricaba
que halaban en los canales y ríos, por las un hilo de trescientas veinte millas ingle-
sas de largo, ó sea de más de quinientos el taller circular, enbonetería, hace 480,000
veinte kilómetros. Las máquinas emplea- mallas por minuto. Con las prensas rota-
das en los ferrocarriles para imprimir los tivas perfeccionadas, diez cajistas y cinco
boletos, hacen hasta 70,000 por día. prensistas, realizan el trabajo que 200,000
En lo infinitamente grande y lo infini- ó 300,000 copistas hacían hace cinco si-
tamente pequeño, las máquinas superan glos.
prodigiosamente á la mano del hombre. De tan incomensurables ventajas de las
Tales maravillas no podrían ser realizadas máquinas, resulta que en aquellas indus-
por ningún grupo de individuos. trias que requieren un gran empleo de
3a. Las máquinas pueden desempeñar maquinaria, y la materia prima tiene poco
tareas que exigían antes un esfuerzo ex- valor, el precio de los productos declina
traordinario de hombres de fuerza media, en considerables proporciones. Determi-
y hasta de mujeres y niños, lo que permi- nados artículos, antes de gran lujo, aca-
te una utilización más completa de la hu- ban por quedar al alcance de la humani-
manidad. dad entera: el tul y la gaza, por ejemplo,
4a. Las máquinas desempeñan el traba- los libros y los retratos, gracias á la foto-
jo mucho más rápidamente, sin cansarse grafía.
jamás; esto constituye una ventaja impor- En 1428 se valorizaban en 3,979 francos,
tante, en ciertos casos, en que puede faltar del valor actual de nuestra moneda, los
tiempo, ó que por los cambios de éste, reci- dies y seis volúmenes que componían la
biría perjuicio la labor. Así por ejemplo, biblioteca de un abogado italiano; por
en agricultura, las segadoras y las trillado- una biblia manuscrita, se pagaba, gene-
ras, permitiendo levantar las cosechas en ralmente de 4 á 500 florines; más de mil
pocos días, salvan una parte del trigo ó de francos. (1) En la actualidad, no existe
la cebada, que la intemperie destruiría, ó obra útil ó célebre, que no se pueda ad-
quedaría deteriorada. quirir en franco y medio, 2 ó 3 francos, y
5a. La última ventaja de las máquinas, hasta hay, á menudo, ediciones populares
la que es más sensible en la organización á 50 céntimos de franco.
económica, es la propiedad que tienen de Hasta las clases más bajas de la huma-
reproducir indefinidamente determinada nidad, se encuentran en circunstancias de
producción, bajo un mismo modelo; en es-
to desarrollan las máquinas todo su poder (1) Cibrario, Economía Política del Medio JSvo.
poseer un gran número de objetos de uti- los países ricos, avanzados en civilización
lidad, de distracción, de educación y de y que practican la grande industria.
ennoblecimiento de la vida. El género Además de estas condiciones generales,
humano ¡debe agradecer al cielo, la facul- existen condiciones propias respecto de
tad que le ha otorgado de poder perfec- cada producción, que pueden facilitar ó
cionar incesantemente, sus instrumentos dificultar la introducción de las máqui-
de trabajo; debe inclinarse con piadoso nas. Para que sea ventajoso el empleo de
reconocimiento ante los inventores de má- maquinaria, es necesario que se trate de
quinas, y sin dirigirles plegarias y con- producir objetos de gran consumo, de de-
vertirlos en semidioses, al menos perpe- manda constante casi regular, y que no es-
tuar su recuerdo en la estatua y la públi- tén sujetos á los cambios frecuentes de la
ca veneración. moda; también se necesita que el gusto y
Condiciones necesarias para el empleo de . el arte no tengan una influencia prepon-
las máquinas— Aunque diariamente se ge- derante en esos artículos; así las máqui-
neraliza la aplicación de las máquinas, es- nas convienen sobre todo para la fabrica-
tá limitada por determinadas condiciones, ción de objetos comunes de uso vulgar, y
que son, poco más ó menos, las mismas no tienen sino acción muy restringida en
que respecto á la división del trabajo. El la producción de los objetos de lujo, que
capital debe ser muy abundante para po- exigen determinada variedad y fantasía.
der suministrar los enormes anticipos que Las máquinas se encuentran menos gene-
se necesitan, en diversas formas, edifi- ralizadas en las industrias de seda, que
cios, instalaciones, herramientas y esta- en las de algodón, en las sederías labra-
blecimiento de maquinarias. El mercado das que en las sederías lisas, en la joyería
debe ser muy amplio, y las vías de comu- que en la quincallería. El precio de la
nicación fáciles, para poder cómodamen- obra de mano, influye en el uso de las má-
te vender grandes cantidades de produc- quinas; donde los salarios son muy bajos
tos uniformes. La instrucción y la habili- como en la India, se recurre menos á las
dad técnica, deben estar bastante genera- máquinas industriales ó agrícolas. En los
lizadas en la población, á fin de poder ob- países en que los salarios son altos como
tener obreros capaces de guiar, servil" en Inglaterra y los Estados Unidos, no se
y reparar instrumentos delicados. Las fabrica manualmente, sino aquello que es
máquinas convienen, pues, sobre todo, en imposible hacer por medio de máquinas.
Las exigencias de los obreros y las huel- llega á no valer más que tres francos, en
lugar de cinco, como los haberes no han
gas, han contribuido á menudo al invento
disminuido, el consumidor usará mayor
de máquinas, ó á generalizar su uso.
número de pares de medias, ó empleará la
Críticas contra el uso de las máquinas —
economía que haga con este motivo, en
Se acaban de ver las ventajas de las má- procurarse otros artículos, de que antes se
quinas, respecto de las cuales, por otra privaba. Así la demanda de trabajo per-
parte, no se han economizado censuras; manece invariable antes y después de la
muchos escritores han tratado extensa- invención délas máquinas, solo que podrá
mente sobre lo que llaman efectos sub- referirse á objetos distintos.
versivos de las máquinas. Una invención Hasta las mismas máquinas crean una
mecánica, dicen ellos, expropia al obrero demanda nueva de trabajo; desde luego
de su trabajo, sin indemnización de ningu- es necesario construirlas, cuidarlas y re-
na especie; disminuye si no en definitiva, pararlas, para lo cual se hace necesaria
al menos transitoriamente la demanda de toda una legión de obreros metalúrgicos;
brazos; obliga al trabajador á buscar por después se requiere proveerlas de carbón;
largo tiempo otra ocupación; y aumenta lo que aumenta el número de obreros mi-
la inestabilidad de la industria y los ries- neros; y luego es necesario instalar las
gos á los cuales está sometida la vida del maquinarias en edificios apropiados, lo
obrero. que da trabajo á los albañiles, carpinte-
Puede existir algo de verdad en esas ros, plomeros, etc. He aquí bien compen-
censuras, pero comunmente se les formu- sada la obra de mano que las máquinas
la con mucha exageración. ahorran directamente.
Las máquinas, como la experiencia his- Algunas máquinas nuevas crean al re-
tórica lo demuestra, no tienen por efecto dedor de ellas, toda una rama de indus-
disminuir de una manera definitiva la de- trias que no existían antes; así la fotogra-
manda de trabajo. Las necesidades del fía con los instrumentos y las preparacio-
hombre son en efecto infinitas, y cuando nes que necesita, ha constituido una rama
una de ellas queda más fácilmente satis- de producción que ocupa miles de perso-
fecha que antes, se esfuerza en atender nas.
aquellas que lo están menos. En lugar de algunos centenares de co-
Si por efecto de las máquinas un objeto pistas que había antes en los claustros,
cualquiera, un par de medias por ejemplo,
existen en la actualidad mil veces más ti- navios de vela aun no han desaparecido
pógrafos y obreros impresores. completamente ante los de vapor, ni los
Hay en Francia dos ó trescientos mil de rueda ante los de helice; el midlejenny
empleados de ferrocarriles, y el número primitivo, ó telar inventado al principio
de caballos y por consecuencia el de co- de este siglo, continúa aun luchando, aun-
cheros y palafreneros, no ha disminuido, que débilmente, contra el más perfeccio-
desde hace cincuenta años. nado que se llama selfacting. No en mi día
Sin embargo, de la brusca introducción desaparecerá el gas ante la electricidad,
de una máquina en una industria manual, ni el fierro ante el acero ó el acero ordi-
pueden resultar perturbaciones y dificul- nario ante el Bessemer; aun se consume
tades momentáneas, para determinadas pólvora al mismo tiempo que dinamita.
clases de obreros. Esto se ha visto en el ' Mientras que al principio del siglo, las
primer tercio del presente siglo, á la apa- máquinas luchaban contra la mano del
rición de los telares mecánicos. hombre completamente desarmada—la
Tales inconvenientes pueden hoy pro- mano de la hiladora de rueca ó del teje-
ducirse aun; pero sus efectos quedan más dor á domicilio—triunfando fácilmente de
circunscritos. tan débil adversario, hoy, una máquina
^ Efectos protectores de las máquinas.— nueva debe triunfar de las máquinas an-
teriores, menos perfectas sin duda; pero
Todas las grandes industrias se encuen-
que muchos fabricantes están interesados
tran ya en posesión de máquinas, las cua-
en no abandonar sino gradualmente, pa-
les se mejoran y perfeccionan; pero tales
ra no perder capitales considerables. (
perfeccionamientos son ordinariamente
sucesivos y graduales; el industrial que La transición es, pues, mucho más len-
tiene una maquinaria costosa, no la da in- ta; se necesita mucha estrechez de crite-
mediatamente de baja luego que se anun- rio, para considerar á las máquinas, sim-
cia una máquina mejor; sino que renueva plemente como un elemento de inestabili-
poco á poco su material. Esta gradación, dad en la vida del obrero. En las épocas
de crisis las industrias mecánicas se re-
preserva, en términos generales, al perso-
sienten menos de la falta de trabajo, que
nal obrero, de todo cambio repentino. Ge-
las industrias manuales. En León donde
neralmente se requiere un cuarto de siglo
el tegido manual domina aun, cuando el
para que una máquina nueva se adueñe comercio se debilita, los fabricantes que
de toda la industria á la cual se aplicados
no tienen maquinaria alguna paralizan in- tas industrias que suministran á su perso-
mediatamente sus labores y los telares de nal ocupaciones del todo permanentes: los
mano dejan de trabajar. Én la Industria ferrocarriles por ejemplo ^ y las grandes
algodonera que se ha establecido mecáni- compañías de navegación á vapor.
mente eu Lille, en Rouvaix en los Vos- Es verdad sin embargo que en algunos
gues y en Rúan, cuando los negocios de- casos limitados, y durante algunos meses,
caen, el fabricante que tiene una gran las máquinas nuevas pueden privaral obre-
instalación, que necesita sostener, conti- ro del trabajo á que están habituados. Es-
núa trabajando, si no toda la semana, al te es el precio de todo progreso. Resulta
menos algunos dias, ya que no á jornal de aquí que la previsión humana debe de-
completo, siquiera algunas horas diarias. sarrollarse más, á fin de que en los días de
En la industria constructora de edificios, trabajo activo, se acumulen recursos para
para la cual apenas hay máquinas, y en los momentos de crisis; que es necesario
la fabricación de artículos de París, cuan- mantener el espíritu en vela, y no adhe-
do ocurre una crisis se despide todo el rirse desesperadamente á una ocupación
personal obrero. En los talleres metalúr- como el molusco á su roca.
gicos y en las minas, en los que debe man- Corresponde á las asociaciones de obre-
tenerse en movimiento y buen estado toda ros, álosBancos ó sociedades de depósitos,,
una organización mecánica, se lucha mu- instituciones filantrópicas ó de beneficen-
cho más contra la crisis y se ocupa mayor cia ,proveer, cuando sea indespensable,_ Ios-
tiempo ya la totalidad de los obreros, ya recursos que en determinados casos particu-
determinado número de ellos. lar la propia iniciativa no podría procu-
De esa suerte la máquina, á la que se di- rarle al obrero, para ponerlo á cubierto
rije la censura de ser causa de inestabili- de ese riesgo. En estos casos encuentran
dad, ampara indirectamente al obrero de su aplicación el mutualismo y el seguro. ^
la falta de trabajo y en las épocas de de- Estos inconvenientes que son cada día
caimiento mercantil. más llevaderos, nada son ante los inapre-
Por propio interés y para que no se de- ciables servicios que las máquinas prestan,
teriore el capital empleado en maquinaria á la humanidad, y sobre todo al obrero.
industrial, el patrón conserva siempre á su
servicio cierto número de trabajadores.
Las máquinas además han creado cier-
ducción en grande y la producidn en pe-
queño.
Se debe distinguir, á este respecto la in-
dustria manufacturera, el comercio y la
agricultura. Por el momento nos referire-
mos principalmente á la primera, reser-
CAPITULO X. vando á la agricultura capítulo poste-
rior.
Aunque en todos los tiempos han existi-
do ejemplos de producción concentrada
L A GRANDE Y LA PEQUEÑA PRODUCCION en grandes^talleres, hasta el presente siglo,
ALGUNAS ILUSIONES ACERCA DEL AUMENTO y principalmente en la primera mitad,
DE LA PRODUCCION. se ha generalizado. El aumento de los
capitales, y la facilidad de constituir so-
Circunstancias que han desarrollado recientemente ciedades anónimas, en las que millares de
la producción en alta escala.—Ventajas de este personas están interesadas limitadamente,
sistema de producción.—Sus inconvenientes.—Li-
han permitido reunir los elementos nece-
mite de la producción.—El progreso económico
real, es menor que el progreso económico aparen-
sarios para fundar establecimientos vastí-
te.—Ejemplos de ilusiones acerca del progreso simos; el mejoramiento de las vías de co-
económico. municaciones, extendiendo el mercado y
la demanda, ha dado á la gran producción
Circunstancias que han desarrollado re- una razón de ser; y por último las máqui-
cientemente la producción en alta escala.— nas y el desenvolvimiento científico, le
La capacidad productora de una sociedad aseg uran, en numerosos casos, una supe-
no depende solamente del valor de cada rior idad sobre la pequeña producción.
uno de los tres factores de la producción: Esta superioridad de la gran industria r
la naturaleza, el capital y el trabajo; sino sobre la pequeña, es frecuente, pero no
que se refiere también de un modo principal universal, pues no tienen caso en aquellos
á lo que se puede llamarse estructora in- objetos que por su naturaleza no quedan
dustrial. Se presenta la primera cuestión dentro de la esfera de acción de la divi-
relativamente á esa estructura, á saber: las sión del trabajo y de las máquinas. Nadie
ventajas y los inconvenientes de la pro- propondrá una empresa en grande escala
de pinturas, ni de esculturas de arte, ni que una de 30 liectólitros. Se podían mul-
de muchos objetos de lujo, tiplicar hasta el infinito tales ejemplos.
Todo aquello que no es de uso común, 2a La gran producción permite general-
todo lo que fabrican las manas de un mente el uso de máquinas, que serían muy
solo hombre ó de dos, todo lo que exije costosas para una producción media; por
fantasía, puede permanecer bajo el domi- ejemplo, pequeños ferrocarriles Decauville
nio de la pequeña producción. La gran en las vías para transportar las materias
producción tiende á la uniformidad, á la primas ó los objetos fabricados de un lu-
banalidad, y desde el punto de vista del gar de los talleres á otro, elevadores y
gusto y el arte, á la medianía. grúas á vapor, para'elcvar las mercancías
También las reparaciones y compostu y los materiales de los sótanos á los pisos
ras de los objetos, ambos cosas variables superiores; teléfonos'para comunicarse-sin
y diversas, no prestándose mucho á la re- cambiar de lugar, entre todas las partes
gularidad, escapan en parte, á la gran pro- de la fábrica.
ducción. Se pueden fabricar las cosas en 3a. Otra ventaja presenta la producción
los grandes tallere-, pero no se les puede en grande escala, la de que los gastos ge-
reparar allí- nerales, es decir, la parte de gastos que
Ventaja de la producción en alta escala. no se refiere á la fabricación propiamen-
—Hechas las anteriores reservas, veamos te dicha, no aumentan, de ordinario, de
cuales son las ventajas de la producción una manera proporcional al incremento
en alta escala. d é l a producción. Un capataz puede vi-
- I a Considerable economía en las insta- gilar y dirigir, casi con la misma efica-
laciones y el sostenimiento de ellas. Para cia, un gran salón bien acondicionado en
una hilandería de cincuenta mil carre- donde trabajan 60 obreros, que uno más
pequeño en donde solo se encuentren 15
tes no se necesita terreno y edificio diez
ó 20. No se necesitan mayores gastos de
veces mayores, que para una de 5,000.
correo, ni viajes ó investigaciones para
Una máquina de vapor de 200 caballos*
comprar 1,000 pacas de lana ó de algo-
está muy lejos de costar diez veces más dón en algún puerto, que para comprar
que una de 20 caballos. La primera má- 100; ni para obtener 500 toneladas de hu-
quina no gasta diez veces más carbón que lla/que para procurarse 100. Además, en
la segunda. Una pip& de 300 hectólitj?os general, las compras al por mayor, se rea-
de capacidad, no cuesta diez veces más
lizan en condiciones más ventajosas. Así primer orden. Se puede ocupar por años
se pueden aprovechar mejor las oportu- ingenieros y químicos especiales y hacer
nidades y obtener plazos ele los vendedo- repetidas experiencias para mejorar los
res, quienes prefieren realizar grandes procedimientos. Así se obtiene un orga-
cantidades á la vez. Las empresas de trans- nismo que es más completo, resultando
portes, ya compañías de ferrocarriles ó de todo, en relación á cada una de las uni-
buques, conceden rebajas, respecto de fle- dades producidas, menos costoso.
tes, muy considerables. Les cuesta menos Tales son las ventajas de la producción
trámites y aun gastos de tracción, para en alta escala. Resulta por ella que una ex-
despachar un carro completo y sobre to- plotación que tuviese, supongámoslo asi,
do un tren entero, ó todo un navio, á la tres millones de capital, y ocupase mil
consignación de un solo industrial, que obreros, podría producir, bien adminis-
transportar mercancías diferentes, en pe- trada, mucho más y más barato qne diez
queñas cantidades, perteneciente á 20 ó explotaciones con un capital medio de
30 comerciantes ó fabricantes. 300,000 francos y 100 obreros, por térmi-
4a. Una gran casa de comercio ó indus- no medio.
trial, es en general mucho más conocida, Hasta un límite determinado, que es di-
que una pequeña ó mediana; por poco ho- fícil fijar, y que parece retirarse cada día
norables que sean sus antecedentes, ins- más, la concentración de capitales y obre-
pira más confianza, tiene una clientela ros, Ofrece, respecto de la producción de
más segura, menos variable y disfruta de mercancías comunes, condiciones tan par-
condiciones y crédito mejores. ticulai mente favorables, que las industrias
5 a . He aquí, finalmente, la última y no media y pequeña, hubiesen desaparecido,
la menos importante superioridad de la muchoíiempoha,si la producción en gran-
producción en grande escala. Permite el de escala, 110 estuviese á su vez expuesta
empleo, en el estado mayor de la produc- á determinados defectos que la corroen y
ción, de hombres más capaces, más ins- á veces la destruyen.
truidos, de mayor espíritu de invención, y Inconvenientes de la producción en gran-
extrema la división del trabajo intelectual. de escala.—La gran producción, cuando
Se puede retribuir ámpliamente al direc- la contabilidad no es muy enérgica, favo-
tor, de manera de elegir para esa función,, rece las pérdidas. El menor descuido en
si se tiene discernimiento, á un hombre de la vigilancia de un organismo tan exten-
so y complicado, produce gastos inútiles, de fábricas gigantescas, de esa naturale-
y desperdicios y despiltarros de materias za, que algunos años después de la muer-
primas. La mirada del dueño no puede es- te ó la retirada de su creador, han desa-
tar en todas partes á la vez, en esas fábri- parecido. En la grande industria las cua-
cas gigantescas. Tal inconveniente se de- lidades personales del jefe, tienen una im-
berá procurarse obviarlo por medio .de la portancia que nada puede igualar.
exactitud y los perfeccionamientos en la La tendencia á las pérdidas que siem-
contabilidad, que se puede llamar la con- pre amenaza á la producción en grande
cienciencia de la moderna industria. escala, es una de las causas que en cierto
Una vigilancia de todos los instantes, es modo sostienen la producción media y la
sin embargo necesaria para que la gran pequeña. Estas últimas conservan siempre
producción, no pierda sus ventajas sobre una parte de la actividad humana: la que
la producción media. Así, pues, ia suerte se refierefá producciones.de lujo, por ejem-
de los grandes establecimientos, depende, plo, y también, las reparaciones de los ob-
sobre todo, de su administración. Son co- jetos comunes, lo que no deja de ser de
mo un ejército que un solo hombre debe consideración; y hasta para la producción
mover é inspirar. Muchas pobres aldehue- de los objetos referidos, los talleres en pe-
las, se han transformado en grandes ciu- queño no están condenados en lo abso-
dades, porque han tenido un hombre enér- luto, solo que se encuentran en condicio-
gico y clarividente; Essen, por ejemplo> nes menos favorables que los grandes ta-
eji Prusia con el célebre fundidor Krupp, lleres, bien manejados.
y Creusot en Francia con Schneideiv—Pa- Lo que acabamos de decir de la indus^
ra que la prosperidad se perpetúe, nece- tria, tiene su aplicación, aunque en me-
sario es que la dirección, el jefe ó consejo nor grado, respecto del comercio, porque
de administración, sean tan firmes, tan las relaciones personales de vendedor á
activos y asiduos,'y casi tan capaces como cliente, pueden tener, por lo que respecta
los fundadores. Los errores en la gran al último, mayor importancia; y porque
producción se reflejan y propagan con generalmente se desea tener á la mano,
más rapidez y más intensidad que en la sin vueltas ni molestias, las cosas cuya
producción media, y es mucho más difí- necesidad es frecuente. (1)
cil levantar un establecimiento en deca-
dencia. Se podría citar un gran número [1] Véase respecto de la compensación que la
En cuanto á la agricultura, ya hablare- más ingeniosamente combinadas que las
mos de ella en otro lugar de esta misma máquinas antiguas.
obra, y se verá qué modificaciones expe¡ Queda el tercer elemento de la produc-
rimentan, p a r a l a explotación de la tierra, ción: la naturaleza. ¿Puede ésta ensanchar-
se? Físicamente, materialmente, no pue-
las ventajas que hemos reconocido á la
de llegar á ese resultado, bajo la acción
gran producción.
del hombre. La Naturaleza como espacio
Límite de producción. Se acaban de con
y como propiedades, permanece idéntica
siderar las causas que propenden á au- á sí misma. Pero en sentido figurado, ó
mentar la producción. ¿Existe algún límite más bien en términos relativos, que no de-
respecto de ese aumento? jan de ser reales, la naturaleza puede tam-
De los tres factores de la producción, el bién ampliarse, es decir, puede ser mejor
trabajo, el capital y la naturaleza, los dos conocida y servir más eficazmente al hom-
primeros pueden aumentar incesantemen- bre.
te. El trabajo puede aumentar por el au-
Una cosa que existe, pero cuya existen-
mento mismo de población, ó bien por el
cia ignoramos, es para nosotros como si
de la productibilidad industrial del medio
no existiese; no comienza á existir, hablan-
este último resultado, puede sobre todo
do en términos figurados, sino hasta el día
provenir del perfeccionamiento de los co- en que comenzamos á conocerla. Améri-
nocimientos, y la habilidad humana. ca no existe para Europa antes de 1492,
El segundo factor de la producción, el ni el Congo hace apenas quince años.
capital, puede también ensancharse casi
La naturaleza se ha ensanchado para el
indefinidamente, ya en cantidad, porque
género humano civilizado, y continúa ex-
el ahorro se hace cada día más intenso en tendiéndose con las exploraciones y des-
las naciones en que se generaliza la previ- cubrimientos geográficos, y con las inven-
sión, y gana en calidad, porque el nue- ciones que tienden á diirgir y utilizar
vo capital, merced al progreso científico, se las fuerzas naturales. La fuerza del va-
incorpora en máquinas más poderosas y por no existía para el hombre antes de Pa-
pin, ni la electridad antes de Ampère. Mu-
chas otras fuerzas sin duda alguna, que
gran producción ofrece á ias clases medias, nuestro cualquier día serán reveladas y entra-
Ensayo sobre ¡a repartición de la riqueza. 4 a edición. rán en actividad bajo el poder del hom-
(Edüor Guillaumin).
bre, permanecen todavía en el misterio. mismo que el trabajo y el capital; y la
Resumiendo: en el presente estado del producción podrá aumentar aun por mu-
mundo, los tres elementos de la produeión, cho tiempo, bajo la influencia de cada uno
trabajo, capital y naturaleza, pueden ex- de sus tres factores.
tenderse; pero entre ellos existe esta dife- Necesario es, sin embargo, tener en cuen-
rencia esencial: los dos primeros, el traba- ta que el progreso económico se realiza en
jo y el capital, pueden extenderse de una periodos y de un modo sucesivo, y va
manera absoluta. El tercer elemento, la acompañado ó seguido de determinadas
naturaleza, no puede desarrollarse sino en crisis. Hay épocas de calma y épocas ac-
un sentido relativo, y en un día, más ó me- tivas; el período en que vivimos, el cual
nos lejano, debe presentarse el límite. comenzó á fines del siglo pasado, es ex-
El progreso económico queda bajo la traordinariamente activo y fecundo.
amenaza de ese límite, que y a se entrevé Si el progreso humano desde el punto
aunqne perspectiva muy distante, al cabo de vista económico, es decir por lo que dis-
de un gran número de generaciones. Algu- minuye los trabajos del hombre y aumen-
nos pensadores ingleses, c o m o Malthus, ta sus goces, puede ser considerado como
Ricardo y Stuart Mili, creen que nos encon- susceptible de un desarrollo inmenso, no
tramos ya en presencia de ese límite, ó se verifica de una manera regular, ni en
cuando menos muy cerca de él. una forma constante.
En posterior capítulo estudiaremos la El progreso humano es menor en reali-
célebre doctrina que ha recibido el nom- dad que en apariencia.—VOY otra parte, y
bre de teoría de la renta de la tierra. Bás- ésta es una observación de las más impor-
tenos decir en este momento á ese respec- tantes, el progreso humano, por admira-
to, que en todo el transcurso del siglo ble que sea, es mucho menor en realidad
que en apariencia. Contiene algo ilusorio,
próximo, la tierra no faltará al hombre;
que constituye una de las causas de las
que aun por tiempo incalculable, los de-
decepciones que experimentan muchos es-
pósitos de hulla y de metales no se agota-
píritus, y del descontento y la cólera que
rán; y que el progreso de la ciencia agrí- animan á otros.
cola, tiene aun á su frente, un vasto cam-
po para multiplicar las subsistencias. Las máquinas, las exposiciones* los fe-
Así pues todavia por muchos siglos, la rrocarriles y los inventos varios, trastor-
nando á muchos cerebros, los han hecho
natutaleza no faltará á la humanidad, lo.
agigantar, más allá de la realidad, los pro- mentado en la proporción de 1 á 12, de
gresos efectivos realizados por la humani- un siglo atrás.
dad. Estos cuadros encantadores entusias-
La estadística y el lirismo de algunos man á muchas gentes, pero también lle-
economistas, mezclan, respecto de las má- van la amargura á un gran número de es-
quinas por ejemplo, á una parte de ver- píritus.
Los hombres cuya situación ha mejora-
dad sólida, algo de error y declamación.(1)
do sin duda alguna, pero de una manera
Ejemplos de ilusiones respecto del pro-
modesta, se juzgan víctimas de la civili-
greso económico.—Propongamos un ejem-
zación, porque se imaginan que el progre-
plo de esas ilusiones que, desde el punto so de la humanidad ha sido más rápido
de vista social, son muy peligrosas. Se ha que su propio progreso. Les parece que,
calculado que en 1895, el conjunto de las dadas las actuales maravillas de la indus-
máquinas existentes en Francia, represen- tria, esos 6.121,174 caballos de vapor, re-
taban una fuerza de 6.121,174 caballos de presentan una fuerza igual á la de 120
vapor. Por otra parte, cada caballo de millones de hombres, j cada francés de-
vapor desarrolla, poco más ó menos, la bería encontrarse en la posibilidad de tra-
fuerza de veinte hombres; de donde se ha bajar doce veces menos.
concluido, que además de los diez millo- Las descripciones pomposas de algunos
nes de trabajadores de carne y hueso, que economistas han mantenido tal error. El
representa la parte masculina adulta de cuadro de 6.121,174 caballos de vapor,
la población francesa, hay en Francia 120 cuya fuerza equivale á la de 120 millones
millones de trabajadores de fierro y de de" hombres, no es más que una simple
acero, añadiéndose que cada operario hu- equivocación, una mera fantasmagoría-
mano tiene á su servicio doce esclavos de Desde luego, cerca de 5 millones de ca-
fierro, que trabajan en su provecho y bajo ballos de vapor se emplean puramente
su vigilancia, de lo que se ha inferido que para transportes de mar y tierra; es decir,
la producción francesa debiera haber au- cambian de lugar personas y productos,
pero no producen de un modo directo.
Resulta de aquí, que la división regional
(1) Este fenómeno, bien definido en Economía del trabajo, de que hemos anteriormente
Política, podría llamarse espejismo económico. (N.
del T.)
hablado, se encuentra más acentuada: de-
terminado pais no produce más que vino, za y levantar edificios, en lo que se ocupan
otro sólo ganado, etc., y las comarcas una multitud de albañiles; finalmente se
cambian el excedente de su producción; requiere mantener y renovar la referida
las grandes ciudades crecen, y en conse- fuerza, y millares de obreros producen el
cuencia los viajes son mucho más frecuen- fierro, los metales, los aceites y las grasas
tes. Necesario es que el aumento de la pro- que deben servir para ese efecto.
ducción de las cosas que el hombre con- Los 6.121,174 caballos de vapor, equiva-
sume, sea proporcional al aumento de cir- lentes á 120 millones de séres humanos,
culación en las vías férreas y navegables. representan, pués, una fuerza en bruto,
Quedan "cerca de 1 . 1 6 3 , 0 0 0 caballos de y no una fuerza neta; sería necesario de-
vapor, de los cuales 1 . 0 5 7 , 0 0 0 se emplean ducir de ella las tres cuartas partes, sin
en la industria manufacturera, y solamen- acaso no las cuatro quintas, para salvar
te 1 0 6 , 5 7 5 en la industria agrícola. Lo que los dobles empleos y obtener la fuerza efec-
demuestra que la producción de manteni- tiva.
mientos, hasta el dia, ha sido poco in- Por consecuencia muchos ditrambos de
fluenciada por toda la maquinaria de la los economistas y dadosálaestadística, pro-
época. ponen ideas demasiado exageradas acer-
Existe una observación más capital to- ca de la realidad del progreso industrial.
davía: los 6 . 1 2 1 , 1 7 4 caballos de vapor, de El incremento de la producción, ha sido
que se nos habla, representan en la prác- indudablemente, muy considerable, desde
tica muchos dobles empleos. Un gran nú- hace un siglo; pero su resultado verdade-
mero de máquinas sirven únicamente pa- ramente útil, es mucho menor de lo que
ra construir otras máquinas ó instrumen- pudiera hacer creer un examen superficial
tos, que no son directamente consumibles. Conviene restablecer la verdad porque
Así los martinetes y las calderas de los siempre es bueno conocerla y proclamar-
talleres metalúrgicos, sirven para haecr la, y en el presente caso, puede calmar
piezas- de locomotoras y rieles. impaciencias, endulzar dolores y dismi-
•Por otra parte, es necesario alimentar nuir resentimientos.
todos esos caballos de vapor con hulla,
que extraen de la tierra como de 1 4 0 , 0 0 0
obreros y que un número igual de ellos
transporta; necesario es instalar esa fuer-
SEGUNDA PARTE

Repartición de las riquezas.

CAPITULO PRIMERO.

CONDICIONES GENERALES DE LA REPARTICION


EN LAS SOCIEDADES MODERNAS
LIBERTAD Y PROPIEDAD.

Diversas funciones económicas.—Error de creer que


la repartición de los productos, esté enteramente
sujeta al arbitrio del legislador.—Las dos condi-
ciones generales que presiden el desarrollo de l a »
sociedades modernas: la libertad y la propiedad.
Desarrollo continuo de la libertad individual.
Evolución y desarrollo de la propiedad personal.

Diversas funciones económicas.—Se ha


visto que tres factores diferentes colabo-
ran enla produción: la naturaleza, el capi-
tal y el trabajo. Debemos ahora buscar las
leyes naturales que presiden la repartición
de los productos entre esos tres factores >
ó mejor dicho, entre sus representantes.
La naturaleza tiene un representante, de propietario, capitalista, emprésarió y
que es el que ocupa las fuerzas natura- trabajador asalariado, predomina siempre
les, el propietario. El capital puede tener alguna de ellas, que le suministra la ma-
ya uno <5 dos representantes: el que ha yor parte de sus haberes, y en vista de la
creado el capital, ó lo ha recibido por he- cualidad predominante, se le clasifica en
rencia ó donación, y está en libertad, ya alguna de las cuatro categorías que aca-
para hacerlo valer por sí mismo, ó bien bamos de indicar.
para prestarlo á otro en condiciones libre- Es, sin embargo, importante, desde el
mente convenidas; en segundo lugar, aquel punto de vista social, advertir que la ma-
que no poseyendo capital propio, ha podi- yor parte de los hombres en una civiliza-
do obtener uno en préstamo y lo pone en ción adulta y liberal, unen ya una peque-
actividad. ña propiedad, ya un corto capital, á los
El trabajo tiene representantes muy di- simples recursos de su trabajo cuotidiano.
versos y multiplicados: obreros intelectua- Lar epartición délos productos no depende
les de todos géneros y operarios manua- del arbitro del legislador.—Algunas perso-
les de todas clases. nas creen que la repartición de los produc-
Cuando una civilización es antigua, acon- tos, está únicamente regularizada por las-
tece que las cualidades de propietario, ca- instituciones y las leyes, soberanos en la
pitalista, empresario y obrero ó asalariado, materia. Se verá en el transcurso de este
á menudo se reúnen en la misma persona. libro que ese concepto es erróneo. La ob-
Así, las tres cuartas partes ele los france- servación demuestra que existen, respecto
ses, por lo menos, son á la vez trabajado- de la repartición de los productos, reglas
res asalariados, y propietarios ó capitalis- naturales, que en todos los climas, en to-
tas. En efecto, la mayor parte de nuestros dos los países, en todas las opocas y bajo
campesinos, aunque de tiempo en tiempo cualquiera forma de gobierno, ejercen
alquilan sus brazos, poseen alguna propie- análoga influencia, y quedan fuera del
dad rural; y un gran número de obreros arbitrio de las leyes. Estas bien pueden
tienenalgunosdepósitosenlascajas de aho- estorbar el curso de las cosas, pero son
rro, á algunos títulos de renta ú otras obli- impotentes para contrarrestarlo por com-
gaciones; es decir, son capitalistas. pleto, ó para encauzarlo de un modo con
veniente. Así ha sucedido siempre qué el
Es .cierto que respecto de un hombre
legislador ha pretendido fijar un' nmite
que reúne varias de las cuatro cualidades
máximo ó mínimo, ya á las utilidades, ya presiden su funcionamiento y desarrollo:
al interés del capital, ora á los arrenda- la libertad y la propiedad.
mientos ó los salarios, ó ya al precio de Lo que caracteriza las sociedades con-
las mercancías. Legisladores imprudentes temporáneas, es la dilatación, hasta el lí-
y presuntuosos han hecho á este respecto mite más extremo, de la libertad y la pro-
millares de tentativas, que siempre han piedad individuales; en esto se distinguen
fracasado. J de las sociedades antiguas. La libertad
Las leyes civiles ó penales, son inefica- y la propiedad forman, por decirlo así, la
ces cuando se oponen á la naturaleza de atmósfera, el aire libre, el medio elástico,
las cosas, es decir á las consecuencias del en donde, sin obstáculo alguno, obran las
natural y libre desenvolvimiento de la in- leyes naturales de la repartición de la
dustria humana, en la repartición de los riquezas.
productos entre las diversas clases de co- Los constantes progresos de la libertad
partícipes, y apenas pueden ser perturba- y de la propiedad, han sido, de cierta ma-
doras, pero no reguladoras en una forma nera, simultáneos y paralelos, en la histo-
efectiva. Agitan, conmueven y estorban, toria de la humanidad. Esta ha pasado,
pero no pueden crear un orden de cosas gradualmente, al través de varias elecenas
pacífico y regular. de siglos, del régimen de opresión, escla-
Cuando se trata de la acción de los po- vitud y servidumbre, al régimen de liber-
deres públicos, en la repartición de los tad individual, y del de comunidad primi-
productos, se debe traer á la memoria la tiva, al de propiedad privada.
hermosa definición ele Montesquien: "Las Sociedades que mútuamente se ignora-
leyes son las relaciones necesarias que se ban, separadas por el espacio, religiones,
derivan de la naturaleza de las cosas.1' lenguas y costumbres, han seguido una
Busquemos por medio de la experiencia, marcha muy parecida. Y esto no obedece
la naturaleza de las cosas y las relaciones á labor refleja ni á concepción á priori de
necesarias. filósofos ú oradores; el desarrollo instinti-
. Las dos condiciones generales que presi- * vo de la humanidad la hace evolucionar,
den el desarrollo de las sociedades moder- donde quiera que se encuentre una civili-
zación un poco avanzada, hacia la libertad
• ñas: la libertad y la propiedad— Cuando
y la propiedad privada. Se comprueba esa
se examinan las modernas sociedades, se
evolución en China, el Japón y las Indias,
encuentra que dos condiciones generales
lo mismo que en Europa occidental y en
América. - esclavitud quedó abolida de hecho en el
mundo antiguo, por la invasión de los bár-
El desenvolvimiento paralelo déla liber-
baros y por el cristianismo. En 1833 desa-
tad individual y de la propiedad personal,
pareció de las colonias inglesas, en 1848
ha tenido como consecuencia aumentar la
de las francesas, en 1865 de los Estados
responsabilidad de cada uno ha permitido
Unidos de América, después sucesivamen-
á los individuos mayor aprovechamiento
te de las Antillas Españolas y del Brasil,
de sus esfuerzos y aptitudes, y haciéndoles
en donde solo subsiste en una forma tran-
sufrir á la vez, las consecuencias de sus
sitoria, puesto que todos los negros que
faltas y vicios, hace á las sociedades, más
nacen son libres. (1)
prósperas y más progresivas estimulando
todas las energías. Los Estados musulmanes y las pequeñas
tribus fetechistas del centro del Africa son
Desarrollo continuo de la libertad indi- las únicas que aun desconocen la libertad
vidual.—Lo que ha abierto libre paso al individual, lo mismo que la propiedad pri-
trabajo humano, suprimiendo desde luego vada.
la esclavitud, la servidumbre después, más Desde 1256 se comenzó á abolir la ser-
tarde las tareas que el Señor feudal impo- vidumbre en Bolonia, Italia; á partir de
nía á sus vasallos, y finalmente el novi- 1298 sucedía lo propio en Francia, en don-
ciado ó aprendizaje obligatorios, así como de apenas había esclavos en el siglo diez
el examen para ejercer determinado oficio; y siete; la revolución de 1789 sólo tuvo
lo que asimismo ha ayudado á conquistar que libertar algunos millares. En Inglate-
la libertad de domicilio, no son en verdad, rra, bajo el reinado de Isabel, es decir, á
únicamente las ideas filantrópicas ó cris- fines del siglo y seis, quecló terminada la
tianas, aunque al efecto hayan sin duda emancipación de los siervos. En Rusia fué
contribuido, sino los inventos, los des-
cubrimentos, las vías de comunicaciónes, [1] Si pudiera presentarse un tílulo más hermoso
las mejoras industriales y técnicas, que y justo para ser acreedor á la glorificación de la
no podrían existir bajo la rigidez de pasa- posteridad, que el de haber iniciado la libertad de
das épocas. todo un pueblo, Hidalgo tiene en su abeno el de ha-
ber proclamado, antes que nadie en América, la
En la actualidad la libertad civil puede abolición de la esclavitud. La humanidad agradeci-
considerarse como existente casi de un da jamás podrá olvidar tan preclaro mérito.
modo absoluto en Europa occidental. La [N. del T.]
abolida la servidumbre, hace un cuarto trecha con la libertad, y también ha ex-
de siglo. Por lo que respecta á trabas se perimentado la propia evolución. De co-
cundarias de la libertad humana, corres- munidad primitiva que privaba cuando el
ponde al ministerio de Turgot en Francia, hombre no hacía más que aprovecharse,
el mérito de la abolición de los cuadros por medio de la caza, la pesca ó la recolec-
forzados que,' con el nombre de señoríos ción de los frutos salvajes, de los dones es-
y cofradías, restringían la libertad indus- pontáneos de la naturaleza, pasó á propie-
trial. Habiendo sido restablecidas estas dad colectiva del clan ó de la aldea, prime-
organizaciones después de la caída de ra segregación de la comunidad absoluta,
Turgot, la Revolución de 1789'las supri- cuando el aumento de población y el pro-
mió definitivamente. Poco á poco, al tra- greso del espíritu humano, llegaron á una
vés de cuarenta ó cincuenta años, el resto agricultura rudimentaria informe, que to-
de Europa Occidental, siguió el ejemplo leraba enormes extensiones de tierras de
de Francia; y hasta Alemania misma, se descanso ó de terrenos incultos. Un nuevo
decidió á reconocer la libertad plena de impulso de la inteligencia humana, cons-
cambiar de domicilio y de contraer ma- tituyó poco á poco, la propiedad indivi-
trimonio. dual, á medida que la cultura ha sido más
La libertad de coalición, los derechos perfeccionada, igual é intensa, y que el ca-
pital, habilidad del que lo explota, y du-
de asociación y de reunión, la supresión
ración prolongada de la posesión, han si-
de todo lo que pueda recordar una cade-
do las condiciones necesarias de un ren-
na cualquiera, por ejemplo, la obligación
dimiento considerable.
de libreta respecto del obrero, han aca-
bado de consagrar la emancipación, hoy Durante mucho tiempo todavía, la pro-
casi absoluta, del individuo. piedad privada permaneció sujeta á ser-
Evolución y desarrollo de la propiedad vidumbres colectivas, cuyo número ha ido
individual.—La propiedad ha seguido un poco á poco disminuyendo, y aligerándo-
desenvolvimiento análogo al de la liber- se de peso; nos referimos á los censos feu-
tad. dales, la obligación de todos los propie-
La propiedad es el derecho absoluto de tarios convecinos de dedicarse á determi-
un hombre sobre su persona, el producto j nados cultivos similares, la vendimia, el
de sus' esfuerzos y las cosas á que prime- molino ó el horno del señor, la reserva de
ro que nadie da valor. Tiene una liga es-
los productos para el abastecimiento de fábrica, de una composición musical, de
algunas ciudades y mercados. un procedimiento industrial, de un poe-
Por un procedimiento de emancipación ma, de una simple fórmula y hasta de una
lento pero nunca interrumpido, se ha lle- pieza de música, ó de una canción.
gado en nuestros días á la propiedad com- Cada extensión de la propiedad, corres-
pleta, absoluta, que reconoce al propieta- ponde en el espíritu humano, á una exten-
rio un derecho pleno de uso sobre su co- sión de responsabilidad y productividad.
sa, y además el derecho de transmisión, Algunas juzgan que no se puede servir
de donación y de sucesión. mejor á la humanidad en general, asegu-
Al propio tiempo que la propiedad se rando el bienestar y los goces de todos,
hacía más precisa, y sus caracteres día á aun de aquellos que nada poseen, que es-
día quedaban mejor definidos y más com- timulando con la propiedad individual,
pletos, no ha dejado de extenderse á nue- los esfuerzos y los cuidados de los que ex-
vos dominios; propiedad de instrumentos plotan la tierra, de los que por medio del
de trabajo, propiedad del ganado, de pro- ahorro forman el capital, de los comer-
visiones, propiedad de la casa y del espa- ciantes, industriales, inventores, sábios,
cio que la rodea, de las tierras que el in- artistas, autores y de todos aquellos que
dividuo ha desmontado, dándoles de esa han añadido al fondo primitivamente co-
suerte valor: tal ha sido la evolución res- mún de la humanidad, una obra cualquie-
pecto de la tierra y las cosas materiales. ra, una mejora, una idea creadora.
Pero paulatinamente la propiedad se di-
lata y abarca derechos que nada tienen de
corporarles. La propiedad industrial na-
ce y se propaga, y más tarde aparecen la
propiedad científica, la artística y la lite-
raria. A medida que la civilización se desa-
rrolla, las necesidades del hombre se am-
plían y se refinan, y la producción se di-
versifica, apareciendo nuevas especies de
propiedad.
Se llega á ser propietario de un estable-
cimiento de comercio, de [una marca de
recta del legislador; 3 a teoría del trabajo
y del ahorro, que establece por base de la
propiedad privada, el esfuerzo personal
encaminado á dar valor á un objeto mate-
rial, ó un invento; 4 a teoría de la utilidad
social, que resumiendo, en cierto modo,
CAPITULO n las anteriores, asigna á la propiedad, por
origen y justificación, el interés general; no
habiendo otro medio de estimular al pro-
ductor, que el de asegurarle la propiedad
perpetua de sus obras. Bajo este régimen,
ORIGEN Y FUNDAMENTO DE LA PROPIEDAD.
que es el que se observa en todo el mun-
UTILIDAD
do, y supuesto que la negligencia ani-
Y LEGITIMIDAD DEL DERECHO DE SUCESION.
quila la propiedad, lo mismo que se ad-
quiere por la actividad, todos los produc-
Diversas teorías del derecho de propiedad. Origen
y evolución de la propiedad raíz. Orden his- tores concluyen por ser tratados según
tórico de las diversas clases de propiedad. Parti- sus méritos; por otra parte, la humanidad
cipación social en cada propiedad privada. Críti- dispone, por ese medio, de un gran nú-
cas de la propiedad raíz. L a propiedad raíz es el mero de productos que exceden en mu-
fundamento de la existencia nacional. Razón de
cho á los que pudiera obtener, bajo un
la perpetuidad de la propiedad privada. Derecho
de sucesión. régimen de comunidad y prohibición. Ca-
da una de estas cuatro distintas teorías,
contienen algo de verdad; pero aislada-
Diversas teorías del derecho de propie- mente están incompletas, y apenas dan
dad.—Mucho se ha disertado acerca de una idea insuficiente del gran fenómeno
los fundamentos del derecho de propiedad, social: la propiedad. Necesario es juzgar
proponiéndose cuatro diferentes teorías á de las cosas con más detenimiento.
este propósito:
I a . Teoría de la ocupación, en virtud de La propiedad es un hecho instintivo an-
terior á la reflexión, como todo lo que es
la cual, el hombre es dueño de aquello que,
esencial en el hombre, como el lenguaje,
no perteneciendo á nadie antes, es el pri-
la permuta, la constitución de las socieda-
mero en ocupar; 2a teoría de la ley, que
des, el establecimiento de la familia y de
hace de la propiedad una emanación di-
la patria. Todos esos hechos no han teni- paz, porque habia entre ellos luchas cons-
do su origen en ningún contrato determi- tantes con motivo de la fijación de limites
nado, ni convención expresa; son instinti- de sus respectivos terrenos de caza y de
vos, porque eran necesarios para la vida pastos; la historia esta llena de relatos de
y el desarrollo humanos, y han encontrado invaciones efectuadas por los pueblos ca-
después su definición y explicación. zadores á los civilizados. Tampoco podía
Origen y evolución déla propiedad raiz. garantizarles la igualdad, porque no hay
La propiedad tuvo su origen en la necesi- pueblos democráticos fuera de los seden-
dad del trabajo y del ahorro, así como en tarios dedicados á la agricultura, y que
la conveniencia de la humanidad y del in- reconocen la propiedad privada, la que ha-
dividuo; por otra parte encontró apoyo en ce posible la acción individual y los esfuer-
la misma concepción del derecho. zos del hombre, sujetos ó maniatados bajo
Para hacerse cargo del génesis y de la el régimen de colectividad. Tal es el con-
evolución de la propiedad, conviene exa- traste que presentan en Argelia los árabes
minar lo que sucede en las comunidades puros, propietarios colectivos constituidos
primitivas, de las aun quedan algunos ves- aristocráticamente, y los Rabiles, propieta-
tigios, por ejemplo en el mir ruso, ó aldea rios individuales, constituidos democráti-
en comunidad de Rusia, ó en la dessa, (co- camente. .
lectivilidad) de Java. (1) Si se examinan los vestigios de las so-
Desde luego las tierras jamás se han ciedades primitivos, el mir ruso y la dessa
considerado como cosa absolutamente co- de Java, acabados de citar, se verá nacer
mún; fueron siempre, desde los tiempos his- la propiedad paulatinamente, como una
tóricos más remotos, propiedad de tribus consecuencia natural de la diversidad de
ó familias que privaban de todo derecho á los esfuerzos humanos. En esas comuni-
dades se reconocen, desde su origen, dos
los que llegaban después.
propiedades privadas: I o la casa y el es-
La propiedad colectiva de los pueblos
pacio que la rodea; la dignidad humana,
cazadores y pastores, nunca les aseguró
la familia y las necesidades domésticas*
la paz ni la igualdad; no ciertamente la determinan que nunca en ningún pueblo
que ha franqueado la primera etapa de la
[1] En nuestra República y aun en el Distrito Fe- civilización, la casa ó choza y algunos me-
deral, existen todavía numerosos ejemplos de propie-
dades procomunales.—N. del T.
tros de terreno en derredor, hayan seguí*
do perteneciendo á la comunidad; 2 o la se-
gunda propiedad privada que se advierte Cuando en la siguiente partición les to-
en esas sociedades primitivas, es la de los ca á estos últimos un lote de terreno, no
objetos muebles, es decir los instrumentos pudiendo cultivarlo, se ven obligados á
de trabajo, provisiones y ganado. ponerse de acuerdo con aquellos vecinos
La desigualdad entre los hombres de un que han sido más enérgicos y previsores,
mismo grupo, se inicia en la propiedad v cediéndoles su lote, trabajan á su servi-
mueble, y esta desigualdad, con el trans- cio Algunas veces las mismas costumbres
cnrso del tiempo, interrumpe la armonía de la comunidad establecen que aquellos
de la comunidad primitiva, y hace entrar que no han sabido conservar sus ganados
hasta el suelo al dominio de la propiedad ó instrumentos de trabajo, no pueden ob-
privada. tener participación alguna en la división
de los terrenos. Se llega así, por la natu-
Dentro del régimen del mir ruso y la
raleza de las cosas, casi en todas pa.rtes, á
dessa de Java en que existe la propiedad
constituir en clase más fuerte á aquellos que
colectiva del suelo, periódicamente se re-
tienenmás ganado y abastecimientos, pues-
parten entre los habitantes los campos que
to que los otros, los que carecen de ese ca-
rodean el caserío, pero cada quien posee
plital, no pueden emprender ningún culti-
sus instrumentos, sus provisiones, sus ga-
vo por su cuenta.
nados. Unos son económicos é inteligen- De ese modo se ven pronto aparecer, en
tes, cuidan mejor su parcelaba trabajan con las comunidades primitivas, dos clases de
más dedicación y la deshierban mejor; habitantes: la que en el idioma de las pe-
atienden más á sus ganados y no consu- queñas comunidades rusas se llama fami-
men todos sus productos, sino que sepa- lias poderosas, y las familias debiles: los
ran una parte para hacer sus provisio- primeros fortalecidos por su amor al tra-
nes. Estos llegan á ser de ese modo, re- bajo, su inteligencia y su previción, y los
lativamente ricos. Otros son menos acti- segundos debilitados por su propia iner-
vos y previsores ó más torpes, y cuidando cia ó por sus hábitos de disipación. Por
con menor eficacia sus tierras, cosechan el curso natural de las cosas, las tierras
menos; no se proveen de provisiones, ni acaban por pertenecer á los primeros, sa-
cuidan sus ganados é instrumentos de tra- liendo del dominio de los segundos.
bajo, acabando por carecer de unosy otros
Otro sistema aun ha dado lugar, en las
así como deutensilios adecuados.
pequeñas e o m m v M e s primitivas, 0 Ja üe<
sigualdad en la posesión de la tierra. Re-
partíanse solamente los terrenos que se en- hasta de veinte años, y en la generalidad
contraban en los alrededores del caserío, de los países civilizados quedaron defini-
dejando baldíos para apacentamiento co- tivamente incorporadas á la propiedad
mún los se que encontraban distantes. Es- perpetua.
tos no eran cultivados; hubiese sido dema- Y es que á medida que la producción se
siado difícil. mejoraba y la población aumentaba de
Las familias fuertes de que se acaba de densidad, era necesario hacer anticipos
á los terrenos, los cuales éstos no podían
hablar, es decir inclinadas al trabajo y
compensar y cubrir en pocos años; obras
que tenían los medios necesarios para tra-
de desecación ó de irrigación, plantaciones
bajar, encontrándose provistas de capital
de árboles frutales, construcciones ligeras
mueble, instrumentos, provisiones y ga- al principio y bien pronto sólidas y dura-
nados, desmontaron las porciones de te- bles. Una posesión precaria ó de corta
rreno sin cultivar á que nos hemos refe- durarión, no hubiese permitido todas esas
rido, las cercaron y desempedraron, sem- incorporaciones de capitales en el suelo.
brándolas, después de haberlas desecado Por otra parte, ¿de qué hubiese servido
ó irrigado. ¿A quién perjudicaban obran- repetir las reparticiones de las tierras en-
do así? Aumentaban la producción de los tre todos los habitantes, cuando algunos,
artículos útiles, acrecían la demanda de descuidándose de conservar sus instru-
labores agrícolas, y ofrecían una ocupa- mentos de trabajo y ganados, y de for-
ción remuneratoria, á los que, faltos de mar provisiones, se habían colocado en la
previsión, no habían sabido conservar su imposibilidad de emprender cualquier cul-
capital de explotación. En las comunida- tivo por propia cuenta?
des primitivas todos los terrenos así con-
Tal es el origen exacto de la propiedad
quistados paulatinamente á los desiertos
raíz, cuyos caracteres pueden encontrar-
ó los bosques, venían á ser propiedades se aun en el día, en los vestigios de comu-
privadas. nidades agrícolas que nos ofrecen el Orien-
Hasta las tierras que rodeaban el pueblo te de Europa y Asia. (1)
y que primitivamente, eran repartidas ó
fraccionadas ya anualmente ó cada dos ó (1) Véase para más pormenores acerca de la ma-
tres afis, fueron después repartidas con teria, mi obra: El colectivismo, examen crítico del
ternivaolos sám largos, de cinco, diez y nuevo socialismo, 3a edición; Guiliauuiiu, 81 91.
LA PROPIEDAD 167

nómicos y emprendedores, entran tam-


Muchos trabajos y ahorros,^ han dado bién al dominio de la propiedad personal.
pues, origen á la propiedad raíz. Las praderas permanecen mayor tiempo
Orden histórico de las diversas propie- indivisas, porque la acción del hombre se
dades— De lo anteriormente expuesto se deja sentir menos en ellas. Los bosques
deriva el orden de las diversas propieda- resisten durante más largo tiempo á la
des en la evolución social: en un princi- apropiación individual, lo mismo que los
pio las cosas muebles simplemente, el fru- terrenos montañosos, porque el hombre es
to inmediato del trabajo, la caza ó los pe- menos apto para estas últimas tierras y
ces capturados, los frutos espontáneos de el capital tiene en ellas menor influencia.
la tierra, formaban las propiedades pri- Sucede en muchos países, algo en Francia,
vadas primitivas; pronto se agregaron jos mucho en Alemania y Zuiza, que los bos-
instrumentos de trabajo que cada quien ques y los terrenos altos de pasturas, co-
fabricaba, la flecha ó la red, la hacha ó la mo los Alpes, han permanecido, en mayor
pala; después las provisiones que conta- ó menor escala, como propiedad colecti-
dos individuos hacían. Propiedad priva- va, bien de los pequeños lugarejos, ya de
da ya más perfecta, eran el abrigo, la cho- las municipalidades ó del Estado. (1) Esto
za, ó la tienda ólacabañahechas de made- en manera alguna significa que estos ves-
ra ó de lodo. Por esa época los animales tigios de la propiedad colectiva pertenez-
domésticos ó domesticados que la inteli- can á todo el mundo, puesto que cada al-
dea, ó cada distrito, los defiende con ardor
gencia del hombre ha sabido sujetar, y sus
de los distritos colindantes, lo mismo que
cuidados mantienen y multiplican, forman
de los últimos que llegan y de los habitan-
la riqueza principal del individuo. En un
tes que se establecen de nuevo. La propie-
grado ulterior de la evolución social, en- dad privada está de tal modo arraigada
tre los pueblos sedentarios, el instinto la en los instintos del hombre, que hasta las
universal consagra en las aldeas, propie- propiedades llamadas colectivas, es decir
dad privada de la habitación y el espacio los bienes de los municipios, los distritos ó
que la rodea, ó huerto; en este pedazo de los Estados, están cuidadas con tanto ce-
tierra privilegiada, nace el cultivo esme-
rado é intensivo, el que vuelve al hombre
verdaderamente dueño de la naturaleza. [1] Véase nuestro Tratado de la ciencia las Fi-
Más tarde las tierras de labor, sacados del nanzas, fia edición, t. I o ,
estado inculto por algunos hombres eco«
Norte de Francia, el propietario no perci-
lo como las propiedades privadas, contra
be en calidad de arrendamiento, más que
las irrupciones de los vecinos, esto es, de la cuarta, la quinta ó la sexta parte del
los otros municipios, distritos ó Estados. producto en bruto, empleándose el resto
Tal ha sido la evolución de la propie- en salarios, gastos generales de toda cla-
dad por lo que respecta á la tierra, es de- se é impuestos. En una fábrica es raro que
cir, el bien que aparece, á primera vista, el industrial gane más del 10 ó el 15 por
como común á toda la humanidad. Por 100 del total ele producción. Pasando á
extensiones graduales, según se dijo en el propiedades de clase más elevada, clícese
capítulo precedente, ha invadido la pro- que el ingeniero Bessemer ha realizado
piedad todos los demás dominios, hasta el con sus patentes una fortuna de 25 millo-
délas ciencias, las letras y las artes, crean- nes elefrancos, pero se producen anualmen-
do así, por el gradual asentimiento de to- te en el mundo de 6 á 7 millones de tone-
dos los pueblos, un número indefinido y ladas de acero, en cuya fabricación, el
cada día más considerable y más variado, procedimiento Bessemer bien ahorra 2 ó
de derechos. 300 millones. El pintor, el escultor ó el
Participación social en cada propiedad poeta que ganan 10,000, 20,000 ó 50,000
privada.—La humanidad, instintivamen- francos, con un cuadro, una estatua ó un
te obrando, ha juzgado que la coacción es drama, pueden parecer altamente remu-
un medio ineficaz para obligar á los hom- nerados; mas centenares ele millares de sé-
bres á desarrollar esfuerzos físicos ó inte- res humanos, durante las generaciones su-
lectuales considerables, y que el único pro- cesivas, se recrearán con la contempla-
cedimiento capaz de obtener el máximum ción ó la lectura ele tales obras.
de energía de cada uno, consiste en ase- En consecuencia toda propiedad puede
gurarle el goce pleno y completo, sin res- ser considerada como un pequeño antici-
tricción ni límite de duración, de todo po que paga la sociedad, por las ventajas
aquello que produzca, de todas las formas mucho más considerables y permanentes
que dé á la materia y las mejoras que es- ele que se aprovecha.
tablezca. Críticas de la propiedad raíz—Se ha-
En toda propiedad, existe una partici- cen ciertamente, á la propiedad, ó á de-
pación social que excede en mucho á la terminadas categorías de ella, algunos car-
parte individual del propietario. En paí- gos que no podemos pasar inadvertidos.
ses bien cultivados como Inglaterra y el
sus autores. En efecto, no quedan muchas
El primero es que la historia demues- familias que desde la época de los Galos,
tra que en muchos países, casi en todos, el los Francos y los Normandos, y al través
suelo lia sido objeto de usurpación por de quince ó cliez y ocho siglos, hayan per-
parte de los conquistadores. Los Francos manecido propietarios inconmovibles de
entre el siglo IV y el V, despojaron en la un mismo dominio. Los más eruditos
Galia á los propietarios romanos, que con tendrían que esforzarse mucho para encon-
frecuencia habían despojado á los propie- trar, entie los siete millones y medio de
tarios galos. En el siglo I X y el X los Nor- propietarios de bienes raices (1) cuya exis-
mandos á su vez confiscaron, en algunas tencia se admite en Francia, cien ó dos-
provincias, las propiedades de los Fran- cientas familias que se encuentren en ese
cos. caso. Por consiguiente, salvo esa Cifra in-
¿Puede seguirse de aquí que la propie- finitesimal y despreciable, puede consi-
dad privada adolezca de un vicio original derarse que todos los propietarios que
irremediable, y qué el burgués ó el cam- existen en Francia, no han adquirido las
pesino que actualmente poseen un pedazo tierras primitivamente, en estado natural
de tierra francesa, tenga un título irregu- y sin cultivo, sino que las han comprado,
lar y discutible? Tal pretensión es insos- ó las han recibido de sus antepasados, que
tenible y ridicula. La usurpación primiti- pagaron su precio. No se les puede pues
va es tan remota y ha sido expurgada por echar en cara haber convertido en su pro-
el trabajo de tantas familias sucesivas; la vecho exclusivo, facultades naturales del
suelo, puesto que han tenido que pagar su
tierra que conocemos con sus cercados,
uso desde la toma de posesión, á título de
abonos artificiales, plantaciones, construc-
contrato. El impuesto predial que satisfa-
ciones y mejoras de todas clases, difiere
cen y que generalmente es del 12 al 15 por
de tal modo de la tierra de los Galos y los 100 de las rentas, los derechos de trasla-
Francos ó de los piratas normandos; ha si- ción de dominio que tienen de pagar pol-
do tan transformada en el transcurso de los lo menos tres ó cuatro veces por siglo, y
siglos, que se necesita un espíritu de sin- con frecuencia siete y ocho, vuelven á la
gular sutileza para buscar bajo los sedi-
mentos de ochenta ó cien generaciones de
trabajadores que en ella se han sucedido, [1] Esta cifra admite M. de Toville en su obra
las huellas de la conquista. Francia económica, estadística razonadp. 60,
Además el argumento se vuelve contra
I
sociedad una parte considerable del valor
territorio, son los mismos que los que am-
del terreno, que representa para la comu-
paran los campos de un simple particular.
nidad, mucho más que la compensación que
La propiedad y la libertad de las nacio-
la tierra hubiese podido producir espon-
nes y de los municipios, están ligadas de
táneamente, sin el trabajo enorme y los ca- un modo indisoluble á la propiedad y la
pitales incalculables que en ella se han in- libertad individuales. La propiedad y la
corporado, en el transcurso de los siglos. libertad, son á la vez los fundamentos lo
Sin insistir más acerca de que los actua- mismo del derecho público y el de gentes,
les detentadores de las tierras, casi todos que del derecho privado.
compradores, ó representantes de compra-
Unicamente la ocupación prolongada y
dores, no pueden ser responsables de la re-
el trabajo sucesivo de las generaciones
mota usurpación á que nos hemos referido, pueden legitimar, respecto de una nación,
hagamos presente que quienes así argumen- la posesión del territorio que detenta. Afir-
tan con tales consideraciones históricas, mad que la ocupación y la transmisión he-
olvidan la siguiente célebre frase: La pres- reditaria, no tienen valor alguno cuando
cripción es la patrona del género humano. de la propiedad personal se trata, y os de-
La prescripción, es decir, un largo perio- safío á encontrar un título de posesión,
do transcurrido, el cual, por la acción pro- respecto clel territorio nacional de un pue-
longada del tiempo y por las nuevas cir- blo.
cunstancias que se presentan, después de ¿Porqué razón, por ejemplo, posee sola-
los defectos iniciales comprobados, es el mente el pueblo francés los 528,000 kilóme-
único medio que permite al género huma- tros cuadrados ele su territorio, los espacios
no vivir en reposo. Sin la prescripción el priviligiados que encierran las ricas llanu-
mundo se convertiría en un caos. ras del Norte, los hermosos valles del Se-
Lct propiedad privada es el fundamento na, el Loire, el Ródano y el Garona, terre-
de la existencia nacional.—Las naciones, nos que parecen elegidos para las mejores
lo mismo que los individuos, tienen que producciones, como los expléndidos viñe-
colocarse bajo el abrigo tutelar de la pres- dos que dan los vinos más afamados?
cripción. ¿Qué derecho tiene el pueblo francés pa-
Hasta aquí 110 se ha hecho advertir bas- ra sostener que los habitantes de las lla-
tante que los títulos que una nación puede nuras arenosas de Pomerania ó Prusia, no
invocar para conservar la posesión de su pueden, sin herir la justicia, apropiarse de
sus terrenos que son mucho más fértiles nal, las naciones carecen de todo titulo
que los de estos últimos? ¿Qué título puede que legitime la posesión de su territorio.
invocar el pueblo francés para fundar tal El mundo queda entregado á la fuerza
pretensión? Unicamente la ocupación pro- bruta, y las naciones pobres y bárbaras,
longada y la transmisión hereditaria. Si tendrán el derecho de invadir á las más
estas circunstancias no son bastantes á opulentas y de civilización más antigua.
crear un título respecto de la propiedad Fundamento de la propiedad perpetua —
personal, tampoco pueden crearlo respec- Otra censura se hace á la propiedad pri-
to, de la propiedad comunal, ni de la pro- vada, por lo que respecta á su perpetui-
piedad nacional. dad. ¿Por qué no esbastante una propiedad
Si se discute al propietario personal el transitoria, ó al menos centenaria y hasta
derecho de conservar su viñedo deChateau bicentenaria si se quiere? El régimen de
Margaux, ó de Clos Vougeot,á pretexto de la propiedad perpetua evita á una nación
que la naturaleza ha ayudado á hacerlos muchas pérdidas y mucha crisis. Para
productivos ¿qué derecho podrían tener los ser eficaz el derecho de propiedad debe
ayuntamientos de Bordelois ó de Borgoña á durar tanto como el producto del esfuer-
reivindicar la propiedad de esos bienes pri- zo que la ha creado. La propiedad de los
vilegiados, excluyendo álos pobres habitan- muebles dura tanto como los muebles mis-
tes délas antiplanicies de Aveyron ó de Lo- mos. la de una máquina tanto como la
zère? ¿Por qué los recien llegados, es decir propia máquina, la de una casa como la
los bárbaros, los tártaros de las estepas del casa. Mas si el propietario de estos ob-
Asia central, ó los árabes de los desiertos jetos, en virtud de una vigilancia con-
del Asia Meridional y de Africa, no po- tinua y un ahorro incesante, los mantiene
drían reclamar su parte en esos ricos vi- siempre en buen estado, si tiene cuidado
ñedos, hermosas praderas irrigadas y fe- de no dejarlos deteriorarse, si los repara
cundos terrenos? Cada lote ele terreno per- v reconstruve, la propiedad debe prolon-
ternece al que lo ha ocupado, se ha man- garse. Una casa puede mantenerse en pie
tenido en él y lo ha cultivado y trasmitido durante varios siglos. .
á sus herederos, ó pertenece, no á un Ayun- Respecto de las mejoras raíces, no se les
tamiento ni á una nación, sino á todo el distingue fácilmente del suelo mismo, que
género humano. Suprimiendo la propiedad es perpetuo. Las cercas bien cuidadas, los
privada, única base de la propiedad nacio- canales conservados en buen estado, una
toma de agua que se cuida con esmero, ducen cosechas regulares, sino á los ocho
pueden durar varias generaciones, y aun ó diez años; cuarenta ó sesenta años an-
indefinidamente si seles repara. Aunen tes de la pérdida del uso del suelo, se re-
nuestros días se encuentran en la Mesopo- nunciaría á plantar árboles florestales, los
tamia, los restos de las antiguas canaliza- cuales exigen en general medio siglo, tres
ciones de los babilonios. Los edificios, las cuartos de siglo, y á veces todo un siglo
plantaciones de florestas, ven pasar mu- para obtener, si no todo su valor, al me-
chas generaciones antes de desaparecer. nos un gran valor.
Así pues, la perpetuidad de la propiedad Igualmento un cuarto ó un tercio de si-
raíz, se justifica por razón de que las mu- glo antes del término de esa posesión pre-
chas mejoras radicadas en el suelo, tienen caria, dejarían de realizarse toda claso de
una duración en cierto modo ilimitada, gastos considerables, de mejoras perma-
siempre que se les cuide asiduamente. nentes, canales de irrigación, desecacio-
¿Qué ventajas se obtendrán, por otra nes, edificios costosos como los sótanos
parte, reemplazando la propiedad perpe- y los cuevas en las regiones vitícolas; en
tua, por una propiedad transitoria, ya cen- consecuencia la posesión temporal, aun
trenaria ó bicentenaria? Solo resultarían centenaria ó bicentenaria.no podría valer,
temendas crisis y una disminución en la en cuanto á estímulo de la producción, lo
producción. que la propiedad perpetua; porque por
Cinco ó seis años antes de la época fi- larga que fuese la propiedad temporal,
jada para la extinción de la propiedad, ce- tendría siempre un término y cinco, diez,
sarían todos los cultivos que requieren veinte, treinta ó cuarenta años antes de ese
más de seis años para ser remuneratorios; término, se suspendería toda mejora, in-
el de los forrajes permanentes, por ejem- novación ó incorporación de capitales en
plo, como el de la alfalfa, y por mayoría el suelo.
de razón la conversión de tierras eriazas Se objetará quizás, que el Estado se an-
en praderas. Doce ó quince años antes del ticiparía á ponerse de acuerdo con los de-
término, dejarían de plantarse viñedos, tentadores del suelo, para prolongar su
veinte ó treinta años antes de esa fecha posesión; mas cuántas dificultades se pre-
fatal, se suspendería toda plantación de sentarían para esta inteligencia, cuántas
árboles frutales, como los manzanos, al- oportunidades de cohecho y de corrup-
mendros, naranjos y olivos, que no pro- ción, de presión administrativa y de res-
12
raiz, que pocas veces baja del diez por cien-
tricciones á la libertad del ciudadano! Un to de la renta liquida, y los derechos de
Estado con sus funcionarios, nunca podría translación de dominio, que se pagan por
encontrarse, en relación al conjunto de los término medio cada veinte ó veinticinco
detentadores del suelo, en tocia la exten- años, hacen participar ámpliamente al te-
sión del territorio, en la situación en que soro público, de las rentas que produce la
se encuentra en la actualidad un propieta- propiedad raiz, aun cuando ésta renume-
rio respecto de sus arrendatarios. Estos, re insuficientemente, como sucede con
tienen enfrente mil propietarios con los frecuencia, los capitales que los propie-
cuales pueden entenderse: y cada propieta- tarios invierten en mejoras.
rio privado se empeña en obtener el me- La propiedad debe pues ser perpetua si
jor partido en la administración de sus se quiere que produzca todos sus frutos, y
terrenos. El gigantesco monopolio del Es- que la nación no sea periódicamente presa
tado que podría crearse, pondría las co- de espantosas sacudidas sociales, ante las
sos en una situación muy diversa, y sería que las actuales crisis del comercio, aun
necesariamente opresivo ó coruptible. Ten las más agudas, no tienen importancia al-
ganse en cuenta las dificultades enormes guna.
que suscita en cualquier país toda modifi- El derecho de sucesión. La propiedad
cación por ligera que sea, en el impuesto envuelve el derecho de sucesión, es decir
sobre bienes raices: en Francia nadie ha la transmisión de los bienes del que mue-
osado en veinte años llevar á cabo la rec- re, á sus parientes más próximos, ó á las
tificación del catastro: y esto no sería na- personas que ha expresamente designado.
da, ante las espantosas crisis política, ad- La primera forma se llama sucesión áb in-
ministrativa, social y de producción que testado; la segunda constituye la sucesión
causaría el sistema de posesión temporal testamentaria. Ambas formas son alta-
de las tierras, por prolongada que fuese mente respetables y útiles á la sociedad.
dicha posesión, así durase uno ó dos siglos. La sucesión como la propiedad, es uno de
La propiedad privada perpetua evita los grandes hechos instintivos que tienen
graves crisis sociales en una nación, y de- su origen en la naturaleza misma del hom-
sarrolla mucho la producción, porque no bre, y que seles encuentra, con diferencias
existe amenaza alguna suspendida sobre secundarias, aun en los naciones más apar-
las mejoras, y éstas jamás se interrumpen. tadas por el desarrollo histórico, el idioma
Finalmente el impuesto sobre propiedad
y las instituciones políticas. La noción de za, de transmitirla á la persona que ama.
sucesión está íntimamente ligada con la de A falta de testamento definido, se conside-
propiedad y la de familia. El lazo estre- ra que los parientes más próximos deben
cho que une la propiedad, la familia y la heredar al muerto, porque en términos
sucesión, ha sido frecuentemente objetado generales un lazo particular de afecto los
por observadores superficiales. unía á él, así como porque no pocas veces
La familia no estásólidamenteconstitui- hancooperado directa ó indirectamente ála
da, sino en aquellos países de propiedad formación de las riquezas del difunto, lo
personal y de sucesión. Así la familia mo- que siempre pasa respecto de la viuda, los
nógama, con un estado civil regular y la hijos y algunas veces los hermanos, ó poi-
que el difunto y sus parientes colaterales,
transmisión de un nombre patronínico", no
desciendan de un antepasado común, qne
se encuentra sino entre los pueblos seden-
hubiese formado la fortuna.
tarios agrícolas, que reconocen la propie-
dad privada y respetan la sucesión indi- Desde el punto de vista económico, la
vidual. sucesión tiene por objeto el aumento y la
Por el contrario la familia polígama, la conservación de los capitales, tanto en in-
filiación relajada, la ausencia de estado terés social como en el individual. Exi-
civil y de nombre individual caracteriza ta y aviva la actividad y el ahorro del
do, se encuentran entre los pueblos de pro- hombre; abre ante su espíritu horizontes
piedad colectiva é incierta sucesión, co- más amplios y da á su labor un carácter
de perpetuidad.
mo los árabes ó los antiguos clans de la
edad media. La propiedad privada y la Sin sucesión los esfuerzos y ahorros del
sucesión obrando de consuno han consti- individuo se limitarían á la satisfacción de
tuido la familia sólida y emancipado al in- susnecesidadespersonales, yá los cuarenta
dividuo. ó cincuenta años, asegurados ya el reposo
Hecho instintivo de la humanidad, la y la comodidad del resto de su vida, deja-
ría el trabajo y sobre todo el ahorro. La
sucesión se ha desarrollado y definido, en-
producción decaería mucho y la crea-
contrando en las diversas legislaciones,
ción de capitales sería mucho menos con-
fórmulas jurídicas poco más ó memes aná-
siderable. Para nadie es un misterio que
logas^ Descansa en el derecho que tiene un célibre, en términos generales, se trata
el individdo que por su trabajo, su inteli- menos mal y ahorra menos, en la segunda
gencia y su ahorro ha creado una rique-
mitad de su vida que un padre de familia,
aunque los primeros tengan con frecuen- necesario es no exagerar su importancia;
cia afectos que los obliguen á no desen- los pródigos encuentran pronto un casti-
tenderse de un modo absoluto, de lo que go cruel en las consecuencias de su propia
pueda ocurrir después de su muerte. prodigalidad. Por lo que respeta á los
La previsora naturaleza ha hecho los verdaderos ociosos, aquellos que en su
afectos tanto más intensos, mientras me- existencia no se ocupan de cuidar y vigi-
nor es el número de individuos á que se re- lar sus propiedades, ni de imponer y re-
fieren. Jamás amará nadie con el mismo gentear sus capitales, empresa que es de-
licada y singularmente importante hasta
ardimiento, ni sus sentimientos de solici-
para la sociedad, ni de cultivar las letras,
tud núnca interrumpida serán iguales, res-
las ciencias ó las artes, hay que advertir
pecto de sus 40 millones de compatriotas,
que el número de estos verdaderos ociosos
si es francés, 60 millones si es norteame- es mucho menos importante de lo que se
rino, 100 millones si es ruso, 300 millones imaginar, y su situación empeora cada día.
si chino, de lo que ama á su mujer, sus hi- De cualquier modo que sea la acumulación
jos, y aun sus parientes más lejanos y sus deenergías y de ahorros hechaante la pers-
amigos. pectiva ele transmitir á los parientes ó ami-
Supongamos que una fortuna individual gos una herencia, excede con mucho, en
en lugar de conservarse distintamente y el seno de una sociedad, á los capitales di-
de reeaer en personas de antemano desig- lapidados ó extinguidos por la ociosidad
nadas, se disgregue, se reduzcan á la na- de determinado número de herederos.
da, añadiendo su insignicancia al presu-
puesto de un gran Estado, y nadie se ocu- Si se quisiera transferir al Estado la to-
pará en obras perserverantes, ni ahorrará tabilidad ó una parte de las herencias, dis-
de un modo continuo. minuiría considerablemente la producción
Se dirá quizá que si las sucesiones for- y la capitalización, estancándose el pro-
greso social. Consumiendo el Estado, en
man económicos, también hacen pródi-
calidad de rentas las sumas que, entre los
gos. En verdad, algunos individuos no
particulares de quienes heredaba, se con-
saben mostrarse dignos de las fortunas que
sideraban capitales, la nación caería pron-
sus padres les transmitan, y las dilapidan, to en decadencia. El estado, presa siem-
ó lo que es más frecuente, viven en la pre de los apetitos de los funcionarios y
ociosidad. Esto constituye un mal, pero de los electores famélicos que devoran el
presupuesto, por lo que respeta al ahorro
es muy mediano; por el contrario, es un
gran consumidor y destructor de capita-
les.
Decretar que el Estado herede á los par-
ticulares, aun cuando no se le reconociese
el derecho de suceder, sino en ausencia de CAPITULO III.
descendientes ó parientes colaterales cer-
canos del difunto, equivaldría á la dimi-
nución progresiva de los capitales de la
nación, es decir del fondo permanente que EL ARRENDAMIENTO Y LA RENTA
ayuda á ésta en sus labores, le facilita to- DEL SUELO.
dos los progresos y le vale un mejoramien-
to gradual de condición. La grande y la pequeña propiedad.—Exposición de
la teoría de la renta de la tierra.—Refutación de
las consecuencias que de ella se han deducido,
sistemas socialistas de reivindicación de las tie-
rras por el Estado. Cualidades, respectiras de la
grande y la pequeña propiedad

Exposición de la teoría de la renta de la


tierra. Al comenzar el presente siglo,
bajo el nombre de «Renta de la Tierra», se'
propuso una teoría que ha servido de ar-
ma á los socialistas y á varios economis-
tas, hasta para discutir, no ya la legitimi-
dad primitiva de la propiedad raiz, sino
su legitimidad actual. E sa teoría, se debe
al célebre economista'inglésRicardo,quien
de ella no deducía argumento alguno, en
contra de la propiedad; pero algunos de
sus dicípulos, más celosos ó más presun-
tuosos que él, se han aprovechado de ella
presupuesto, por lo que respeta al ahorro
es muy mediano; por el contrario, es un
gran consumidor y destructor de capita-
les.
Decretar que el Estado herede á los par-
ticulares, aun cuando no se le reconociese
el derecho de suceder, sino en ausencia de CAPITULO III.
descendientes ó parientes colaterales cer-
canos del difunto, equivaldría á la dimi-
nución progresiva de los capitales de la
nación, es decir del fondo permanente que EL ARRENDAMIENTO Y LA RENTA
ayuda á ésta en sus labores, le facilita to- DEL SUELO.
dos los progresos y le vale un mejoramien-
to gradual de condición. La grande y la pequeña propiedad.—Exposición de
la teoría de la renta de la tierra.—Refutación de
las consecuencias que de ella se han deducido,
sistemas socialistas de reivindicación de las tie-
rras por el Estado. Cualidades, respectiras de la
grande y la pequeña propiedad

Exposición de la teoría de la renta de la


tierra. Al comenzar el presente siglo,
bajo el nombre de «Renta de la Tierra», se'
propuso una teoría que ha servido de ar-
ma á los socialistas y á varios economis-
tas, hasta para discutir, no ya la legitimi-
dad primitiva de la propiedad raiz, sino
su legitimidad actual. E sa teoría, se debe
al célebre economista'inglésRicardo,quien
de ella no deducía argumento alguno, en
contra de la propiedad; pero algunos de
sus dicípulos, más celosos ó más presun-
tuosos que él, se han aprovechado de ella
para proponer diversos sistemas de con-
fiscación. Sin entrar á este respecto en pautes de las tierras buenas y bien situa-
pormenores que no vendrían bien en un das y ofrecerles, por el uso de ellas, deter-
tratado elemental, resumamos en algu- minada renta, que puede igualar la dife-
nas palabras el fondo de la doctrina. (1) rencia entre la productividad natural délas
buenas tierras y las medianas, por ejemplolO
Cuando en un país no está ocupado to-
hectólitros por hectárea, si las primeras pro-
do el suelo y la población no es muy den-
ducen 20 hectólitros de rendimiento y las
sa, decía Ricardo, los hombres tienen cer-
segundas solamente 10; la renta puede
ca de sí disponible una gran extensión de también igualar la diferencia de los gas-
terrenos de buena calidad, á la que los tos de transporte entre las tierras situadas
agricultores dan valor, sin que nadie ten- más cerca del mercado y las que lo están
ga que pagar arrendamiento ó renta al- más distantes, por ejemplo 20 francos por
guna, puesto que solo tienen que escoger hectárea, si este es el excedente de flete
entre los espacios vacantes. Pero al cabo que cuesta transportar la cosecha de la
de cierto tiempo, aumentando la pobla- tierra más distante.
ción, todas las tierras de primera calidad
y todas las que están cerca de mercado, La renta pagada en esa forma por el
resultan adjudicadas. Los agricultores arrendatario al propietario de las tierras
que llegan después, no pueden proporcio- de mejor dase, ó mejor situadas, es lo que
narse más que tierras de mediana calidad se llama renta de la tierra.
que dan menor rendimiento que las pre- Agrégase, que aumentando siempre la
cedentes, ó bien tierras más retiradas del población, para alimentarla se necesita
mercado, que exigen mayores gastos ge- ocurrir cada día más á las tierras de ma-
nerales de producción. Encontrándose en la calidad, ó mal situadas, y que, por con-
situación desfavorable los recien llegados, secuencia, el privilegio de las buenas tie-
en lugar de ocupar las tierras medianas ó rras en calidad y situación, va siempre
distantes, les conviene dirigirse á los ocu- aumentando, lo que determina un aumen-
to de valor casi constante en la renta.
[1] En nuestro Ensayo sobre, la repartición de las ri- La renta de la tierra irá siempre aumen-
quezas, y en nuestro Colectivismo, hemos dado ya una tando naturalmente, aunque el propieta-
exposición más amplia y una refutación más deta-
llada de la teorín de Ricardo,
rio se eche á dormir, y llegará á absorber,
en proporción es más y más considerables.
las rentas nacionales: tal es la última pa- la, obtener de las tierras reputadas antes
labra de esa teoría. medianas ó malas, en virtud de un cultivo
Refutación de las consecuencias que se adecuado, considerables rendimientos, se
han deducido de la teoría de la renta del atenúa al propio tiempo, enlamayor parte
suelo— Es indudable que en las observa- de los casos, la superioridad de rendi-
ciones de Ricardo existe un fondo de ver- miento de las tierras que se consideraban
dad. En una ciudad ó en una región, los do mejor calidad.
recién llegados siempre están dispuestos Ante esas tres observaciones, cuya ver-
á pagar determinada renta á los primeros dad es de tal modo incontestable, que re-
poseedores por la superioridad de situa- sultaría superfluo insistir acerca de ella,
ción ó de fertilidad de los terrenos que resulta que la Ley de Ricardo según la
ocupan. Pero admitido como indiscutible cual, la renta de las tierras antiguamente
este hecho, las consecuencias que se han adecuadas al cultivo, va sin cesar en au-
deducido de lo que se ha llamado la ley mento, 110 tiene ninguna aplicación prác-
de Ricardo, son absolutamente falsas, so- tica en nuestra época, ni la tendrá segu-
bretodo en el momento histórico porque ramente en varios siglos.
atravesamos. Los socialistas, escudados Cuando se examina el mapa del mundo
por esta teoría, al deducir la ilegitimidad y se ven las enormes extensiones de América
actual de la propiedad raíz, y la necesi- del Norte, América del Sur, Asia Central y
dad en que se encuentra el Estado de des- Septentrional, Australia, Nueva G-uinea,
pojar, con indemnización ó sin ella, á los Sumatra, Borneo y Africa entera, así co-
poseedores, olvidan tres hechos: El pri- mo todas las reservas de terreno que se
mero, es que el mundo no está aun com- encuentran aún en disponibilidad de cul-
pletamente poblado, y para los efectos de tivo; cuando se reflexiona además, que las
la teoría, necesaria es esta circunstancia; tierras vírgenes tendrán durante cierto nú-
el segundo es que las vías de comunica- mero de años, á igualdad de gastos gene-
ción se perfeccionan sin cesar, y la civi- rales, una superioridad de productividad
lización reduce constantemente los precios en relación á las tierras ele los viejos con-
de transporte, lo que anula ó disminuye el tinentes, en cultivo desde hacequince, vein-
privilegio de las tierras mejor situadas; fi- te ó treinta siglos,se adquiérela convicción
nalmente, el tercer punto es que permi- de quela lev ele Ricardoacerca elelatenden-
tiendo los progresos de la técnica agríco- cia á crecer incesantemente de la renta
deras lujuriosas en tierras pobres. Las ex-
de la tierra, podrá quizás aplicarse el siglo presiones de tierra excelente y mediana,
xxi ó xxv, pero no tiene relación algunacon no son constantes y corresponden sola-
las circunstancias del siglo actual ni del pró- mente á ciertos estados de la técnica agrí-
ximo. Cuando por otra parte,sereflexiona cola; que adelante ésta ó determinada tie-
que los progresos délas máquinas, los ade- rra tenida ayer por detestable, puede ser
lantos déla navegación, las obras en los declarada de buena calidad al siguiente
puertos, las aperturas délos istmos, han dis- día.
minuido el precio de transporte,hasta el pun- Algunas mejoras, cuando se propagan
to de que generalmente cuesta diez ó quince uniformemente, pueden disminuir la ren-
francos, la conducción de una tonelada de ta de la tierra, con el transcurso del tiem-
trigo, ó sean trece hectólitros, de Nueva po, en toda la extensión de un país. Mu-
York ó del Plata al Havre, y 20 ó 25 fran- cho se habla hoy de la posibilidad de
cos la tonelada del mismo artículo desde duplicar el rendimiento de las tierras de
Bombay á Marsella, se adquiere una con- trigo, mediante una feliz adaptación de
vicción más profunda, de la ineficacia de las simientes. Un sabio agrónomo, Gran-
la doctrina, que atribuye á la renta déla deau, afirma que se podrán por ese me-
tierra, una tendencia siempre ascendente. dio obtener en tierras de calidad media-
Aun cuando el mundo se vea entera- na, cuarenta ó cincuenta hectólitros de
trigo por hectarea.
mente poblado y explotado, lo que acon-
tecerá solo después de varios siglos, no es Si se llegase á demostrar la verdad de
cierto que la renta de la tierra, deba te- esa teoría, y el rendimiento de las tierras
ner una tendencia regular á subir. No se de trigo se duplicase, constituiría esto una
tienen en cuenta en efecto los progresos de ventaja respecto de los propietarios que
la técnica agrícola, que pueden ser enor- fuesen los primeros en aplicar el nuevo
mes, y que ya muy notorios en este perio- método; pero andando el tiempo, siendo
do esencialmente científico, serán más con- la cantidad de trigo, respecto de toda la
siderables en lo futuro. extensión de la región, doble de lo que es
actualmente, su precio bajaría en propor-
El capital y la ciencia, luchan constan-
ciones tales, que la renta de la tierra, en
mente contra las desventajas naturales,lo-
lugar de aumentar, podría disminuir al
grando atenuarlas. Se ha llegado á crear
cabo de algún tiempo.
en arenales, tenidos por estériles, hermo-
sos bosques y magníficos viñedos, y pía*
Estado se hubiera encontrado con una
El género humano civilizado no se en-
pérdida enorme, y habría hecho una ope-
cuentra en condiciones de carecer de me- ración financiera muy deplorable.
dios de subsistencia, ni de que estos en- Decepcionado sin duda por tal opera-
carezcan. La renta del suelo, como el ción, hubiera restituido la tierra á la pro-
precio de los artículos de consumo, sufre piedad privada. Supongamos aún que ha-
oscilaciones muy variables según las épo- cia 1860 ó 1865 se trata de repetir la ope-
cas. . . ,, , ración de rescate de las tierras por el Es-
Sistemas socialistas de reivindicación de tado, ya en Francia, ya en Inglaterra.
la tierra por el Estado. ¿Qué hubiese Era entonces una época de auge para la
acontecido, si de acuerdo con las conse- renta de la propiedad raiz, la que parecía
cuencias que algunas personas han dedu- aumentar anualmente. En la persuación
cido de la teoría de Ricardo, se hubiese de que este movimiento sería continuo, el
resuelto el Estado á rescatar las tierras Estado hubiese pues rescatado las tierras
para ser el único beneficiado con ese pre- de los propietarios, tomando por base la
tendido aumento natural de valor, atri- renta del momento; pero á partir de 1877
buido á la posesión del suelo? ó 1878, sin interrupción hasta el momento
Ricardo publicó su célebre teoría el año actual, una intensa crisis agrícola dismi-
de 1817. La renta de la tierra se encon- nuye en el Viejo Mundo todas las rentas
traba entonces en un momento de gene- rurales, que han decaido el 20, el 30 y aun
ral y continua ascensión. Supongamos el 40 por ciento; el Estado que hubiese
que el Estado inglés hubiese en esa época, rescatado las tierras, en la inteligencia de
rescatado toda la propiedad rural, lo que que la renta líquida habría de aumentar
sin cesar, habría arruinado su tesoro.
hubiese realizado á muy alto precio en el
período de 1820 á 1825. Transcurridos al- De todo lo que precede, resulta que la
gunos años, hacia 1830, según lo testifi- renta de la tierra es esencialmente varia-
can todos los observadores, (1) la renta de ble y está sujeta á diversas influencias al-
la tierra bajó de 10 á 20 por ciento, y el gunas veces repentinas. Es falso también
que la renta de la tierra represente un
(1) Véase Portel'. Progres ofnations. Véanse tam-
factor siempre creciente en las de la na-
bién para una discusión más amplia mis obras: En- ción. Así en Francia, la propiedad rural,
sayo sobre la repartición de la riqueza y El Colecti- no rinde una renta líquida de más de 2,000
vismo. Ensayo crítico sobre el nuevo socialismo. 13
millones y medio de francos, respecto de en tales condiciones de tener que soportar
un total de rentas nacionales que no se todos los reveses, y no poder utilizar las
puede estimar en menos de 25,000 millo- ventajas fortuitas, el individuo caeiá en
nes. Jamás la proporción de la renta de la desesperación y la inercia; ya no hará
la tierra respecto del total de las de la na- ningún esfuerzo más allá del que sea in-
ción, ha sido tan débil. dispensable para la subsistencia, no pro-
Ciertos socialistas, como el americano curará progresar,y la sociedad entrará en
Enrique Georges, proponen simplemente decadencia.
que el Estado en vez ele rescatar las tie- Ventajas respectivas de la grande y
rras, las grave con impuestos que absor- la pequeña propiedad.—Hemos demostrado
ban todo lo que exceda del arrendamiento que la propiedad privada perpetua, es el
medio. El sistema es conocido y practicado único régimen adecuado para, la prosperi-
desde hace largo tiempo; es el empleado dad pública y la libertad; otra cuestión
en Turquía y demás pueblos mahometa- se propone generalmente: ¿cuáles son las
nos; el impuesto raiz, esencialmente varia- ventajas respectivas de la grande y de
ble, absorbe todo lo que supera á los gas- la pequeña propiedad? ¿A cuál de estos
tos de explotación más un pequeño bene- dos sistemas clebe darse la preferencia?
ficio para el propietario; resultan de este Antes hemos examinado las ventajas
sistema, trabas de todas clases para la que en general tiene la producción en
administración; la corrupción y la arbi- gran escala, comparada con la producción
trariedad de los funcionarios públicos, en pequeño; estas observaciones se apli-
y por fin el desaliento entre los agriculto- can sobre todo á la industria, y deben su-
res que no progresan. frir algunas modificaciones cuando se
Todos estos sistemas socialistas que trata de la agricultura.
descansan en la observación de que algu- Los partidarios de la pequeña propie-
nas veces el hombre obtiene beneficios dad y del cultivo en pequeño, hacen va-
en circunstancias felices, llevan á la sin- ler en su favor que el campo reducido
gular conclusión práctica, de que es ne- se cultiva de una manera mucho más in-
cesario despojar al individuo de esas tensiva, que las grandes propiedades; es
oportunidados felices que podría aprove- que la tierra tiene para el hombre que la
char, y dejarle las circunstancias desgra- posee un atractivo singularmente profun-
ciadas, que pueden arruinarlo. Colocado do; ella se hace el objeto de todos sus pen-
samientos, de todos sus cuidados, de toda ñas es menos importante en agricultura, y
su ternura. El propietario en pequeño no que las economías de instalación son menos
mide el tiempo que dedica al cuidado fáciles que en las fábricas propiamente di-
de su dominio, y le consagra horas suple- chas. Esta observación es menos verdadera
mentarias á las del trabajo normal. Jamás que la precedente. Las máquinas, como es-
este propietario reducirá de 8 ó 9 horas tá probado en América, pueden tener en la
el día de trabajo. Es como una madre que producción rural una aplicación que los
cuida á su hijo. De aquí los milagros de progresos de la ciencia hacen cada día
la cultura en pequeño, que transforma fre- más vasta; máquinas para abrir zureos,
cuentemente las rocas en campos ó en jar- para sembrar, cosechar, segar, trillar y
dines. Esos milagros proceden de un tra- prensar etc. ferrocarriles portátiles y te-
bajo infatigable é incalculable, que en- léfonos. Lo mismo acontece respecto de
cuentra en los g o c e s de que va acompa- las grandes instalaciones para los culti-
ñado su principal recompensa. vos que tienen un carácter algo industrial,
La vigilancia en el gran cultivo, es mu- como el de la viña, Ja remolacha, la cria
cho más difícil que en la gran industria. de ganado, que ofrecen una economía con-
El trabajo es más variado y depende de siderable de capital, si se les compara á
los bruscos cambios de temperatura, no una multitud de pequeñas instalaciones,
puede ordenarse de una manera tan uni- destinadas á obtener la misma producción.
forme y constante como en un taller; los Un gran sótano con enormes cubas,
trabajadores están más diseminados que destinadas á contener 10.000 ó 20,000
en un salón de fábrica, el examen de la hectolitros de vino, una lechería ó quese-
labor es menos preciso; lacontabilidad agrí- ría que deba beneficiar millares de quin-
cola no puede tener el mismo grado de tales de leche ó queso; destilaciones ó fecu-
exactitud y precisión, que la contabilidad lerías enormes, están léjos de costar tanto
industrial. De esto resulta que para la ex- en su instalación y para su sostenimiento
plotación agrícola, una de las principales y trabajo, como la suma depequeñas fábri-
ventajas de la producción en grande está cas veinte ó cien veces menos importan-
muy atenuada. «El ojo del amo» del pro- tes y que dan todas reunidas un produc-
pietario en pequeño, recobra al contrario to igual.
en el trabajo del campo toda su virtud. Se puede asegurar que uniéndose ó aso-
Agregúese que la función de las máqui- ciándose legiones de propietarios en pe-
queño podrían establecer nna grande ins- Grandeau, quienes han introducido la re-
talación central, bien de depósitos de vi- molacha de azúcar, y mejorado las espe-
nos, destilaciones, lecherías, feculerías, etc. cies de animales de trabajo.
que les evitarían sus costosas y pequeñas La gran propiedad inteligente instruye
instalaciones divididas. Esto es verdad; á la pequeña suministrándole modelos. Sin
el espíritu de asociación es cada día más la gran propiedad la agricultura de un país
una de las necesidades, al mismo tiempo degeneraría en rutinaria, y aunque tendría
que una de las dificultades, del cultivo en todos los elementos de una obra conside-
pequeña escala, el cual necesita para vi- rable, no así las aplicaciones de la ciencia.
vir y prosperar, impregnarse más y más Una gran propiedad privada bien dirigi-
en ese sistema. da, es en una comarca una escuela regio-
Queda sin embargo una ventaja á la nal, que nada puede igualar. Existe sin
gran propiedad bien dirigida, que es la embargo entre la industria y la agricul-
superioridad intelectual y científica, á la tura la diferencia de que mientras que la
que á menudo se une la superioridad de grande industria generalmente destruye á
capitales. La superioridad intelectual de la pequeña, la grande y la pequeña pro-
los grandes propietarios, formales y apli- piedad, pueden por el contrario armoni-
cados, es una de las condiciones del pro- zar y prestarse servicios mútuos.
greso agrícola; son ellos quienes en el Sur La gran propiedad es muy útil á los pe-
de Francia han introducido el uso del azu- queños propietarios que la rodean; ofrece
fre para luchar contra el oidium que roía á éstos buenos jornales, y les permite no
los viñedos, y quienes más tarde se han va- dedicar al cultivo de su propia tierra, sino
lido de la inmersión en sulfuro de carbo- las horas sobrantes, cuyo producto, cual-
no para impedir la propagación de la fi- quiera que sea, siempre los beneficia. En
loxera, y del sulfato de cobre para com- ninguna parte son tan prósperos los pe-
batir el mildeic, así como han reemplazado queños propietarios, como cuando se en-
las matas francesas destruidas, con resis- cuentran cerca de una gran posesión inte-
tentes ejemplares americanos. En el Nor- ligentemente dirigida.
te y el Centro de Francia han sido los gran- Las diversas clases de propiedad, la
des propietarios quienes han modificado grande, la media y la pequeña, tienen ven-
las amelgas, quienes han experimentado tajas, que hacen" desear que ninguna de
las semillas mejoradas de que habla M. las tres desaparezca.
La pequeña propiedad encuentra su me-
jor aplicación en los egidos de las ciuda-
des y de los pueblos. Algunas veces exa-
jera el fraccionamiento y la confusión de
las parcelas; pero la ley en ese caso, debe
facilitar las transmisiones por medio de
exenciones de derecho.
Los propietarios deben prestarse de buen CAPITULO IV.
grado á esos inteligentes arreglos, sin que
para ello sea necesaria la coacción de
la ley, á la que se ha ocurrido algunas ve-
ces en Alemania. PARTE DEL CAPITAL EN LA REPARTICIÓN.
EL INTERES.

Naturaleza del préstamo á interés. El interés se de-


riva nocesariamente de la naturaleza del capital.
Circunstancias que influyen sobre la tasa del Ín-
teres. Tendencia general de la civilización, por lo
que respecta á la tasa del interés.

Naturaleza del préstamo á interés.—Se


han visto en la primera parte de este li-
bro, los servicios esenciales que el capi-
tal presta á la producción. Justo es que se
recompensen esos servicios; la remunera-
ción que por ellos se le otorga recibe el
nombre de interés. Se dice que la tasa del
interés es de 4, 5 ó 6 por ciento, según
que de acuerdo con las costumbres de una
época ó un país determinados, el que re-
cibe en préstamo un capital pague al ca-
pitalista que lo presta,cuatro, cinco ó seis
francos por cada cien prestados, por el
La pequeña propiedad encuentra su me-
jor aplicación en los egidos de las ciuda-
des y de los pueblos. Algunas veces exa-
jera el fraccionamiento y la confusión de
las parcelas; pero la ley en ese caso, debe
facilitar las transmisiones por medio de
exenciones de derecho.
Los propietarios deben prestarse de buen CAPITULO IV.
grado á esos inteligentes arreglos, sin que
para ello sea necesaria la coacción de
la ley, á la que se ha ocurrido algunas ve-
ces en Alemania. PARTE DEL CAPITAL EN LA REPARTICÍÓN.
EL INTERES.

Naturaleza del préstamo á interés. El interés se de-


riva nocesariamente de Ja naturaleza del capital.
Circunstancias que influyen sobre la tasa del Ín-
teres. Tendencia general de la civilización, por lo
que respecta á la tasa del interés.

Naturaleza del préstamo á interés.—Se


han visto en la primera parte de este li-
bro, los servicios esenciales que el capi-
tal presta á la producción. Justo es que se
recompensen esos servicios; la remunera-
ción que por ellos se le otorga recibe el
nombre de interés. Se dice que la tasa del
interés es de 4, 5 ó 6 por ciento, según
que de acuerdo con las costumbres de una
época ó un país determinados, el que re-
cibe en préstamo un capital pague al ca-
pitalista que lo presta,cuatro, cinco ó seis
francos por cada cien prestados, por el
uso de esa suma durante un año, á más se por esas apariencias; lo que en reali-
de la restitución de la misma suma. Los dad adquiere el que recibe el préstamo, es
cien francos debidos y que necesario es el poder, del que es dueño el prestamista,
restituir al vencimiento del plazo, consti- por virtud de ahorros y trabajos anterio-
tuyen el capital, y los cuatro, cinco ó seis res, de obtener del activo social objetos
francos que se deben pagar de exceso, de cualquier naturaleza según sus necesi-
por cada año de la duración del présta- dades, hasta por un valor determinado.
mo, toman el nombre de interés. Con los mil, diez mil ó cien mil francos
La legitimidad del préstamo á interés se tomados en préstamo, el mutuatario pue-
ha discutido por algunos filósofos, docto- de procurarse á voluntad trigo, una casa,
res religiosos y determinados socialistas. un campo, arados, ganado ó instrumentos
La razón de las dudas que algunos espí- de trabajo de cualquier clase.
ritus han sentido contra la legitimidad del Los instrumentos ele trabajo y los abas-
interés del capital, consiste en que se ha tecimientos, son los que propiamente ha-
confundido el capital con el dinero, que blando constituyen el capital. Cuanelo en
solo es su representación, y que sirve so- épocas pasadas" la religión cristiana, sin
lamente para transferir el dominio del ca- establecer la necesaria distinción entre el
pital ele una á otra persona. Cien francos capital y el dinero, se mostró poco favora-
en monedas de plata ó de oro al cabo de ble al interés de los capitales, se produje-
un año, permanecen enteramente lo mis- ron en las dos ramas distintas de la Igle-
mo que eran antes, sin hacerse más pe- sia cristianados explicaciones y dos justifi-
queñas; < el interés, se dice, es el dinero en- caciones del préstamo á interés. Corres-
gendrado por el dinero, y esto es contra lo ponde á Calvino por una parte, y á los je-
natural.» El error es manifiesto, y á penas suítas por la otra, haber rehabilitado el in-
terés del capital, demostrando que es un
vale la pena combatirlo. El capital no debe
fenómeno natural que nada tiene de con-
confundirse con el dinero. Cuando un in-
trario á la justicia.
dividuo presta á otro mil ó diez mil fran-
cos, el préstamo se efectúa ya por la en- El dinero, elecía Calvino, no engendra
trega de una suma de dinero ó de billetes dinero, esto es indiscutible; pero con el
de banco, ó bien de un cheque, es decir de dinero se compran tierras, que producen
un mandato á cargo de un establecimien- una renta líquida, pagados todos los gas-
to de crédito; pero es necesario no guiar- tos y labores; se compra una casa que pro-
duce arrendamientos; se compra una vaca los instrumentos agrícolas, los útiles in-
que da un exceso de leche, además de pa- dustriales, las locomóviles, están en el mis-
gar su alimentación y cuidados etc. Cal- mo caso.
vino distinguía de una manera perfecta Puesto que el capital aumenta así las fuer-
el capital real que se puede adquirir con zas productoras del que lo toma á préstamo,
el dinero, y el dinero mismo que no es eenatural que dé al prestamista una parte del
más que un medio de adquisición. acrecimiento de producción obtenido. En lu-
Los jesuítas, por medio de un análisis gar de prestar el capital, puede tomarlo en
exacto, desentrañaron de una manera más alquiler: alquilar un fusil, la máquina de
completa, el papel que juega el capital en coser, la carrucha, el carro, loe caballos, la
las operaciones industriales y comerciales trilladora ó la segadora. Aquel que no
El interés se deriva necesariamente, de tiene esos instrumentos, obtiene gran ven-
la naturaleza del capital—La caracterís- taja cuando no puede comprarlos, alquilán-
tica del capital, consiste en agregar algo dolos por determinada suma de dinero al
en mayor ó menor proporción á la pro- día, á la semana ó al mes. El préstamo es
dución del hombre. Ya se trate de un fu- asimilable á un alquiler: así se dice frecuen-
temente «renta del capital» para indicar el
sil puesto en manos de un salvaje, de una
monto 6 la tasa del interés.
máquina de coser prestada á una obrera,
de una carrucha ó carreta con caballos Nadie sostendrá que un hombre que ha
prestada á un terraplenador, de un barco alquilado un carro y caballos, ó una máqui-
prestado á un pescador, es indudable que na de coser, ó una trilladora, quede en esta-
el salvaje matará mas venados con el fu- do de solvencia con el prestador, al restituir-
sil que con sus manos y corriendo tras le al cabo de uno, seis meses ó un año esos
ellos, si 110 lo tuviese; que la obrera hará instrumentos de producción en el mismo
más labor con la máquina de coser que buen estado de antes; debe agregar algo,
es decir, una parte del exceso de productivi-
con una simple aguja, que el terraplena-
dad, que el uso de los objetos alquilados le
dor desalojará más tierra con la carrucha
ha proporcionado á su trabajo.
ó con el carro de caballos que si no tuvie-
se esos instrumentos á su disposición, que Por otra parte el dueño del capital al
el pescador obtendrá pesca más abundan- desprenderse de él, puede perjudicarse,
te con una barca que sin ella. Estos ejem- porque en el caso de necesitar de esos ins-
plos pueden multiplicarse hasta el infinito: trumentos, no podría disponer de ellos,
lesionando sus intereses. Además cor- Ventajas del interés del Capital respecto
re los riesgos de deterioro y algunas veces del que lo recibe en préstamo.—El interés
hasta de la pérdida de los objetos alquila- del capital es además ventajoso para el
dos, puesto que la persona que los alqui- mutuatario, porque si los poseedores d©
la, bién puede ser infiel ó ya simplemente capitales no hubiesen de obtener ventaja
inexperto, ó insolvente; y natural es que alguna en sus préstamos, no se despren-
al dueño se indemnice de esos riesgos; y derían jamás de las sumas que poseen, y
la simple restitución al cabo de los seis solo prestarían por amistad, afecto ó ca-
ridad, es decir en ocasiones completamen-
meses,un año ó diez años, del objeto pres-
te excepcionales.
tado, no le indemnizaría una vez que, in-
dependientemente de las ocasiones de de- Se objetará quizá, que ciertos mutuata-
terioro ó de pérdida, un bien futuro no va- rios no recurrirían al préstamo, no solo
le lo que un bien pre ente, á causs ele lo para procurarse instrumentos de trabajo,
breve y lo contingente de la vida humana. sino exclusivamente para aumentar sus
El cambio de un bién presente, por uno consumos, sus goces y derrochar capita-
les, en lugar de obtener de ellos algún
futuro idéntico, sería perjudicial para el
partido productivo.
que se desprendiese del primero.
El interés del capital es pues legítimo, Este caso se presenta en efecto, mas el
por que, si el mutuatario es inteligente y prestamista en términos generales, no
laborioso, obtiene un exeso de producti- puede hacer la necesaria distinción; clebe
vidad por medio de la suma1 prestada, y suponer que el mutuatario da á la suma
prestada un uso razonable, es decir au-
por otro parte el prestamista se priva del
menta la producción.
goce de una cosa que eventulmente pu-
diera serle útil, durante la duración del Existe sin embargo una categoría de
préstamo, y corre además los riesgos de prestamistas, que inducen á loe hombres im-
previsores á gastos excesivos é improducti-
deterioro, pérdida ó retardo en la restitu-
vos, con el objeto de hacerles préstamos,
ción.
con interés exhorbitante. Esos hombres, son
La tasa del interés es una convención á
lo que se llama usureros. La lisura consiste
todo evento que establece, mediante una no tanto en la tasa más ó menos alta del
suma determinada y de antemano fijada, interés, cuanto en las maquinaciones delic-
la remuneración que por las razones pre- tuosas <5 cuando menos inmorales, para im-
cedentes se debe al prestamista,
pulsar á los individuos imprevisores á recibir de prima de seguro contra las pérdidas po-
préstamos ruinosos. La usura es el abuso, sibles.
es la corrupción del préstamo á interés Las El monto del interés es en general, más
leyes la han condenado c m alguna frecuen- alto en los países nuevos y fértiles, que en
cia ; más no está demostrado que su inter- los viejos, por que en los primeros, los ca-
vención en la materia, salvo cuando las ma- pitales son menos abundantes y pueden,
quinaciones inmorales quedan conpletamen- empleados en tierras vírgenes ó en comar-
te evidenciadas, sea justificada. Paro de cas en que las principales obras de la civi-
cualquier modo que sea, la moral reprueba lización apenas se inician, tener una pro-
con razón á aquellos prestamistas que, para ductividad mucho más grande, y final-
aumentar la tasa del interés procuran apro- mente por que estando la sociedad menos
vechar las pasiones de los hombres débiles. cimentada, y siendo á la vez, los mutua-
Circunstancias que influyen en el monto tarios más audaces y con menos elemen-
del interés. El monto del interés, cuando tos á su alcance, los'riesgos son más rea-
se le considera en una época determinada, les y numerosos en los países á que nos re-
y respecto de todo un país, obedece á cier- ferimos.
tas leyes generales. A raiz de los grandes descubrimientos
N o está fijada por la pura fantasía, sino que significan algo así como un rejuvene-
que resulta I o de la abundancia de los capi- cimiento del mundo, y que exijen inmen-
tales disponibles; 2 o de la productividad que sos capitales, cuyo empleo será muy pro-
los mismos capitalespuedan tener, en las con- ductivo, la tasa del interés sube, como en
diciones actuales de la industria, la agricultu- el periodo que acompañó las grandes apli-
ra y el comercio • 3 o del número y la necesi- caciones del vapor á la locomoción, es de-
dad de los mutuatarios, sobre todo, los pro- cir de 1850 á 1865. Cuando por el contra-
ductores, como los industriales, comercian- rio quedan terminadas esas grandes obras
tes y agricultores; 4 o de los riesgos de pér- y en cierto modo no hay nadaque satisfacer,
dida ya parcial 6 total, derivados del estado al menos en los países viejos, fuera de las ne-
general del país y Ja situación especial de cesidades corrientes de la humanidad, co-
cada mutuatario. Mientras más considerable mo acontece desde 1875enEuropa, el mon-
sean los riesgos más alta será la tasa del inte- to del interés se abate.
rés, por que abarca entonces, además déla re- De esa suerte la tasa del interés varía
muneración normal del capital, una especie
frecuentemente, sobre todo en los nego-
14
cios industriales y mercantiles que son los do sucursales, las numerosas Cajas de aho-
más contingentes y delicados. rros, las cajas postales, los seguros de vi-
Tendencia general de la civilización por da etc., estimulan el ahorro y multiplican
lo que respecta al monto del interés. Existe las ocasiones y los diversos modos de im-
no obstante una tendencia general que in- posición. Resulta de todo esto, que los pe-
fluye en la civilización y que, salvas las queños ahorros que antiguamente, por lo
inevitables oscilaciones, conduce á la ba- . menos durante cierto tiempo, permanecían
ja gradual de la tasa del interés. inutilizados, son hoy casi inmediatamente
introducidos, en una forma ó en otra,en el
Las causas ele esa tendencia á la baja,
mercado de los capitales. Por otra parte,
son las siguientes:
merced á la elevación de los salarios los
I a La seguridad de las transacciones tien-
obreros pueden en la actualidad ahorrar
de á hacerse más sólida, por una justicia más que antes_; y la educasión, desarro-
más exacta y más pronta, por los proce- llando los hábitos de previsión, hace lle-
dimientos de puntualidad que se generali- gar el sentimiento de ahorro, hasta les ca-
zan entre los comerciantes y los industria- pas sociales, en las que tenía antes poces
les, y se extienden lentamente á las demás raices. La abundancia de los nuevos ca-
clases. Los riesgos generales, es decir los pitales, que se forman anualmente, tienda
que proceden déla incertidumbre de lasle- con el tiempo á reducir el monto del in-
yes, la arbitrariedad de la justicia y los de- terés.
sordenes materiales frecuentes, tienden tam
3a Esa tendencia llega pronto á ser una
bien á atenuarse. La parte de interés que
realidad en las épocas en que las inven-
solo representa una prima de seguro con-
ciones y los descubrimientos son poco im-
tra los riesgos, puede pues en la generali-
portantes, y solo obtienen resultados prác-
dad de los casos disminuir. ticos de escasa significación. No todas las
2 a El incesante aumento de los capita- épocas, ni todos los estados sociales son
les por virtud del ahorro, se acentúa, con igualmente propios para una gran pro-
energía creciente, como lo demuestra la ductividad de los capitales. Así los capi-
facilidad que ofrecen las sociedades anó- tales empleados de 1850 á 1865 en cons-
nimas, que recojen una gran cantidad de truir las grandes líneas de ferrocarriles,
pequeñas sumas para empresas enormes; las empresas de agua y de gas en las ciu-
los valores muebles, acciones y obligacio- dades populosas, han tenido una produc-
nes que se derraman, los Bancos fundan-
tividad considerable; los capitales emplea-
dos de 1870 á 1887 en construir ferrocarri- dos ó de los particulares; esta tercera cau-
les de tercera clase, que tienen poco trá sa sí constituye un mal, porque destruye
fico, y á establecer empresas de agua y de capitales, sin compensación alguna.
gas en todas las pequeñas ciudades, tie- En resumen tres causas generales obran-
nen escasa productividad. En un país an- do de una manera casi permanente, influ-
yen en el interés del capital en el sentido
tiguo en que las principales obras de la-ci-
de su descenso; y otras tres causas acci-
vilización están ya realizadas, el monto
dentales y temporales, detienen de tiempo
del interés tiende á bajar.
en tiempo ese descenso. Pero el resulta-
Tres grandes causas generales inclinan do de todos estos movimientos, es la ten-
el ínteres del capital á la baja. Por el con- dencia definitiva hacia una disminución
trario, tres causas ocasionales pueden, de de la tasa del interés.
tiempo en tiempo, aminorar ó suspender
El descenso de la tasa del interés tiene •
ese movimiento de descenso del interés; y
ventajas é inconvenientes, en cuyos deta-
son: I o los descubrimientos ó invenciones lles sería ocioso ocuparse aquí; pero como
muy trascendentales, susceptibles de gran- resultado final debe ai través del tiempo,
des y rápidas aplicaciones prácticas; es- sino desde el primer día, disminuirla, desi-
tas invenciones y descubrimientos, exigen gualdad de condiciones entre los hom-
á la vez el empleo de capitales considera- bres. (1).
bles, y pueden remunerarlos ámpliamen- El Estado debe abstenerse de influen-
te. 2o la emigración de capitales hacia los ciar con sus actos y sus leyes, la tasa del
países nuevos, en donde todas las princi- interés. Algunas veces el legislador ha
pales obras de la civilización están por prohibido prestar con más del 5 ó 6 p § ;
hacer; emigración que puede tener lugar, pero estas prescripciones han sido siempre
sin transladarse las personas, simplemen- violadas, no solo de un modo clandestino,
te por la subscripción de títulos de accio- sino públicamente por los Bancos, las
nes y .obligaciones de las Compañías ó los grandes sociedades y hasta por el mismo
Estados extranjeros. La emigración ele los
capitales no constituye un mal; impide ( 1 ) Véase para un análisis detallado do los efectos
que la tasa del interés baje demasiado en d e la tasa del interés, mi ensayo sobre la.Repartición
los países antiguos. 3 o Las guerras y los de las riquezas y la tendencia hacia una desigual-
dad menor de condiciones. 4 a Edic.
gastos excesivos de lujo, bien de los Ésta-
Estado, en los momentos críticos como en
1871, en que el Gobierno francés levantó
un empréstito al 6 Vi P 8 -
Cuando se trata de empresas aventura-
das ó que pueden producir grandes bene-
ficios, el prestamista legítimamente pue- CAPITULO Y .
de exigir un interés mayor del 4 ó 5 p Q ,
porque corre entonces riegos considera-
bles de pérdidas, y por otra parte el mu-
tuatario tiene ante sí, grandes probabilida- GANANCIAS DEL EMPRESARIO INDUSTRIAL.
des de ganancias. Esto acontece cuando CAUSAS Y ELEMENTOS DE ESAS,
se hace un préstamo á un inventor, no es- GANANCIAS.
tando aun completamente comprobada la
utilidad de su descubrimiento. Papel del Empresario.—Naturaleza y elementos d e
Por lo que respecta á la verdadera usu- la ganancia.—Elemento particular de las grandes
utilidades industriales y mercantiles.—Los bene-
ra, es decir, las maquinaciones dolosas é ficios excepcionales de ciertos empresarios, son la
inmorales que tienden á aprovecharse de prueba y el resultado de una ganancia considera-
las pasiones agenas estimulándolas, los ble para el conjunto de la sociedad—Falsedad de
tribunales pueden reprimirla, ya decla- las explicaciones socialistas respectodel papel del
Empresario.—Las utilidades tienden A bajar.
rando nulo el contrato por falta de libre
consentimiento, ya castigando el dolo. Pa-
ra el efecto, absolutamente no hay necesi- Papel del empresario— La función del
dad de fijar un máximun legal de interés, empresario de industria, comercio ó agrí-
que ha sido siempre ineficaz y perjudicial. cola, es la más elevada de todas las fun-
ciones de la economía social. Es una pro-
fesión libre á la que ninguna disposición
legal pone trabas; cada quien se inicia y
se° clasifica en ella según sus aptitudes.
El empresario es elalma de la producción
y carga la responsabilidad total y defini-
tiva de la misma; su resultado líquido, ya
Estado, en los momentos críticos como en
1871, en que el Gobierno francés levantó
un empréstito al 6 Vi P 8 -
Cuando se trata de empresas aventura-
das ó que pueden producir grandes bene-
ficios, el prestamista legítimamente pue- CAPITULO Y .
de exigir un interés mayor del 4 ó 5 p Q ,
porque corre entonces riegos considera-
bles de pérdidas, y por otra parte el mu-
tuatario tiene ante sí, grandes probabilida- GANANCIAS DEL EMPRESARIO INDUSTRIAL.
des de ganancias. Esto acontece cuando CAUSAS Y ELEMENTOS DE ESAS,
se hace un préstamo á un inventor, no es- GANANCIAS.
tando aun completamente comprobada la
utilidad de su descubrimiento. Papel del Empresario.—Naturaleza y elementos d e
Por lo que respecta á la verdadera usu- la ganancia.—Elemento particular de las grandes
utilidades industriales y mercantiles.—Los bene-
ra, es decir, las maquinaciones dolosas é ficios excepcionales de ciertos empresarios, son la
inmorales que tienden á aprovecharse de prueba y el resultado de una ganancia considera-
las pasiones agenas estimulándolas, los ble para el conjunto de la sociedad—Falsedad de
tribunales pueden reprimirla, ya decla- las explicaciones socialistas respectodel papel del
Empresario.—Las utilidades tienden A bajar.
rando nulo el contrato por falta de libre
consentimiento, ya castigando el dolo. Pa-
ra el efecto, absolutamente no hay necesi- Papel del empresario— La función del
dad de fijar un máximun legal de interés, empresario de industria, comercio ó agrí-
que ha sido siempre ineficaz y perjudicial. cola, es la más elevada de todas las fun-
ciones de la economía social. Es una pro-
fesión libre á la que ninguna disposición
legal pone trabas; cada quien se inicia y
se° clasifica en ella según sus aptitudes.
El empresario es elalma de la producción
y carga la responsabilidad total y defini-
tiva de la misma; su resultado líquido, ya
en ganancias ó en pérdidas materiales, sas que ofrecen los mismos peligros, po-
ora en honores ó vergüenzas le incumben. co más ó menos uniforme en un país, no
L a palabra vergüenza puede pronunciar- varía sino muy poco, apenas si podrían
se aquí, porque la insolvencia del empre- señalarse diferencias de un décimo ó de un
sario envuelve á veces la quiebra frau- quinto, en condiciones de seguridad poco
dulenta á la que los legisladores han apa- mas ó ménos análogas.
rejado algunas consecuencias que hieren La utilidad del empresario es por el con-
la honorabilidad personal. trario, excesivamente variable: es doble
Sin extendernos más acerca del papel triple, cuádruple, veinte veces mayor pa-
del empresario, y enviando á este respec- ra uno, de lo que es para otro. Es ma-
to. al lector á la primera parte de la obra, nifiesto que la personalidad del empresa-
busquemos en qué consiste su renumera- rio tiene una gran influencia en la magni-
ción, que toma en el lenguaje económico el tud de la ganancia, mientras que la per-
nombre de ganancia ó utilidad. sonalidad del prestamista no tiene sino
Naturaleza y elementos de la utilidad.— muy poca ó ninguna en la tasa del interés.
Acerca de la naturaleza y los elementos En tanto el interés aparece en un tiem-
de la utilidad del empresario, se han pro- po y en un país determinado, como cons-
ducido dos teorías distintas é incompletas, tante y estable, no sufriendo sino fluc-
lina de las cuales es aceptada principal- tuaciones lentas y favorables, así las ga-
mente en Inglaterra y la otra en Alema- nanciales del empresario se muestran va-
nia. La primera asimila la utilidad del riables é individual.
empresario al Ínteres del capital, y la se- En cuanto á la teoría que no acepta ver
gunda confunde dicha utilidad con el ho- en la utilidad del empresarios, sino una
norario ó salario, llamándole salario de di- especie de salario más elevado que el del
rección. obrero, no es absolutamente falsa; pero es
En el capítulo precedente hemos visto incompleta.
que el interés del capital, es completa- Es exacto que en la ganacia del empre-
mente distinto de la utilidad del empre- sario entra cumo primer elemento, el sa-
sario. El interés del capital, es decir la lario de sus fatigas, es un hombre que
remuneración que se paga á un prestamis- en la generalidad de los casos, trabaja
ta por el uso de la suma tomada en prés- tanto como un obrero, aunque de diver-
tamo, en un momento dado, para empre- sos modos. Conbina todos los elementos
de la producción, busca los pedidos, com-
Se ha helio notar que el salario de los
pra las materiasprimas, vigila la fabrica- empresarios es afectado por ciertas causas
ción v vende los artículos producidos. Su que también afectan el salario de los obre
trabajo físico es frecuentemente considera- ros en general: así por ejemplo la compe-
ble, y su tarea intelectual mucho mayor. tencia de los empresarios entre sí, es decir,
Y aislando se tiene su pensamiento siempre lo excepcional ó común de las aptitudes
fijo en el éxito de su Empresa. Mientras personales, va morales, ó técnicas para la
que el obrero después de su tarea de diez dirección de las empresas; en un país don-
horas, tiene el espíritu libre, y puede no de todos han recibido una educación bastan-
pensar en otra cosa que en su hogar, en te desarrollada, las ganancias de les empre-
sus afectos, ó en sus placeres; la preo- sarios tendrán unatendencia marcada á ser
cupación de sus compromisos y el cuidado menos elevadas, que en un país en el que
de las combinaciones industriales, no aban- muy pocas personas tienen una educación
donan jamás al empresario, le asaltan du- suficiente para convertirse en comercian-
rante la noche, y no dejan de presentár- tes ó industriales. Del mismo modo, los
sentársele en sus horas de descanso. riesgos de la empresa acrecentarán las
Ciertamente, semejante trabajo, tan ganancias medias del empresario, así co-
constante, prolongado y de . tanta varie- mo los peligros del trabajo aumentan el
dad, bien merece unsalario, y el nombre salario de un obrero. Nadie deja de preo-
de salario de direccón, no está mal elegido cuparse al estar siempre entregado al
para designar la renumeración que corres- sentimiento penoso de un peligro perpe-
ponde á la tarea que desempeña el empre tuo y considerable. En las industrias nue-
sario. Cierto número de industriales y de A^as, poco conocidas, las ganancias del em-
negociantes, se señalan al establecer su presario tendrán tendencia á ser más ele-
contabilidad un sueldo fiicticio de G, 8, 10 vadas que en las industrias antiguas en
ó 12 mil francos anuales, sumas que ellos las que todo es reposo. En fin el desagra-
podrían ganar si fuesen empleados ó direc- do, el mal estar, ya físico ó moral, de
tores de fabrica, y no consideran como ciertas industrias ó profesiones, estará
compensado por una elevación mayor de
ganancia real, sino aquello que en. la
los salarios': es claro que los trabajos de
anual utilidad, hecha la deducción del in-
drenages por ejemplo ó de barrido públi-
terés normal del capital empleado, sobre-
co, no serán ejecutados, sino en tanto que
pasa á dicho salario de dirección.
ofrezcan provechos un poco más altos que rio ha perdido todas sus fatigas de los do-
industrias un poco más elegantes y mejor ce meses transcurridos, y no tiene derecho
vistas en el mundo. á nada; habrá trabajado sin resultado
Todas estas observaciones son exactas útil para si mismo; los obreros,los emplea-
y se aplican á la generalidad de las empre- dos habrán ganado su vida; él no habrá ga-
sas ó cuando menos á todos aquellos tra- nado la suya.
bajos que conciernen á una misma indus- No hay por tanto un salario de direc-
tria. No es menos verdadero que el nom- ción propiamente dicho, sino una indem-
bre de salario de dirección de que se hace nización que 110 se adquiere definitivamente
uso, no es la palabra adecuada para desig- sino cuando del conjunto de las cuentas del
nar la renumeración del empresario. Un ejercicio anual, resulta un excedente de
salario, es una retribución definitivamen- todas las utilidades de un establecimien-
te adquirida una vez cumplido el trabajo, to industrial ó comercial sobre sus gas-
lo mismo pasa con el sueldo del empleado tos.
ó del obrero; le pertenece, sin que ninguna Así los principales elementos, los habi-
circunstancia posterior pueda anular su tuales, los más generales, las utilidades or-
derecho. Aun en caso de quiebra los sa- dinarias del empresario, son por una parte
larios y los sueldos de los obreros y de los los de una indemnización por los riesgos
empleados tienen privilegios respecto de que corre, y por otra, los de una compen-
los otros créditos. sación por sus fatigas físicas y morales.
Pasa de muy diferente manera, con lo El elemento particular denlas grandes
que se llama salario de dirección del em- utilidades industriales ó comerciales.—La
presario; su pago se suspende durante ganancia, al menos las grandes ganancias,
todo el año, y no se adquiere definitiva- contienen otro elemento que es singular-
mente sino á la expiración de este plazo, mente variable y que consiste en el talen-
si las cuentas de inventario se saldan con to particular, excepcional de ciertos em-
presarios.
ganancia, es decir con un excedente del
conjunto de productos sobre el de gastos, En un estado determinado de los cono-
Si en el inventario anual por el contrario, cimientos técnicos, la sociedad consiente
la cuenta definitiva de todas las utilidades en pagar determinado precio por las sa-
tisfacciones ó productos que tal ó c ual in-
y de todas las inversiones del año, resulta
dustria le procura; este precio equivale á
un exceso de estas, entonces el empresa-
la suma necesaria para compensar todos de hs utilidades industriales: es la reduc-
los gastos normales de fabricación como ción del costo de producción en uti estable-
le interés v la amortización del capital, cimiento determinado, con relación al precio
salarios de los obreros, el conjunto de gas- habitual de las mercancías análogas; ó bien
tos generales, la indemnización razonable es la obtención de una calidad superior de
por l o s riesgos y trabajos del empresario los productos, sin acrecentamiento del pre-
de la industria. -- y cio de producción.
Ahora, bien sucede que los empresarios Hé aquí por qué las ganancias de los em-
dotados de grande actividad ó un gran ta- presarios son tan variables, hé aquí la razón
lento, llegan, sea por una vigilancia muy de que á veces lleguen á sumas enormes.
activa, sea por nuevas conbinaciones de Que en una fábrica se llegue á producir sin
tareas, sea por la invención de máquinas, menoscabo de la calidad una pieza de cin-
ó por otras circunstancias, á abatir el cos- cuenta céntimos menos de lo acostumbrado,
to de fabricación de sus productos res- ó una tonelada de fierro á cinco ó sen fran-
pecto del precio general, que sirve de base cos menos, é inmediatamente las utilidades
al habitual de venta. Cuando un empresa- son inmensas.
rio ha tenido ese mérito ó alcanzado esa Las utilidades excepcionales de ciertos
ventura, su ganancia puede acrecentarse empresarios, son lo prueba y el resultado
con tocia ó una gran parte de la diferencia de una ganancia considerable para la so-
entre sus propios precios de venta y los ciedad en general. Las utilidades excepcio-
de sus rivales. nales no se obtienen á expensas de la so-
Algunas veces el gran provecho en lu- ciedad : al contrario, son la prueba de
gar de provenir de la inferioridad del que la sociedad ha ganado. La pérdida para
costo de fabricación en un establecimien- el empresario índica que la sociedad tam-
to con relación á los competidores, pro- bién ha perdido, es decir qne las satisfaccio-
viene de que por un precio de costo igual, nes ó los productos que se le ofrecen, no va-
tai empresario ha llegado á obtener pro- len el conjunto de esfuerzos hechos para
ductos que son mejores, más puros, más procurárselos. Las muy grandes utilidades
perfectos que los de sus rivales, y esto le del empresario, por otra parte, indican la
acarrea de preferencia, una clientela do- medida, de los esfuerzos empleados eficaz-
ble, triple ó dénuple. mente ya en su establecimiento, sea por su
Hé aquí la fuente, la principal fuente método, para procurar á la sociedad ciertos
productos ó ciertas satisfacciones, son me- La gran utilidad es el resultado ver-
nores que los esfuerzos necesarios en otros daderamente feliz para el progreso; lie
establecimientos análogos. QueBessemer, aquí por que la clase de empresarios
por ejemplo, haga una fortuna de 25 ó 30 industriales, cuando se consideran aque-
millones de francos disminuyendo el pre • llos que mejor la representan, es en
ció de fabricación del acero, no es á ex- alto grado activa, ingeniosa, vigilante y
pensas de la sociedad como adquiere esta frecuentemente revolucionaria. Cada em-
fortuna; al contrario, la sociedad obtiene presario procura vencer á sus contrarios
mucho mayor provecho aun que el mis- obteniendo productos ya mássolicitadosy
mo, de su actividad industrial, puesto qué más perfectos, ya á menor precio de cos-
por su actividad y sus descubrimientos, to: y no llega 'jamás á notables benefi-
ha hecho bajar de una manera universal, cios sino cuando ha llegado á obtener
el conjunto de los gastos necesarios y ha en sus productos una ventaja sea en cua-
generalizado su uso. lidad, sea de baratura, con relación á los
productos análogos.
Que en una esfera más modesta y sin
llegar al brillante renombre de Bessemer, El talento del empresario puede consi-
tal fabricante de telas ó de quincallería, derarse constituido por dos facultades:_la
haya obtenido á fuerza de cuidados, por capacidad comercial y la capacidad in-
adecuadas combinaciones de tareas, por dustrial. La primera consiste en comprar
hábil elección ó por un uso mejor de ma- y vender bien; esto 110 es solo asunto de
terias primas, á bajar en su establecimien- cuidado y dedicación, sino de tacto y de
to el precio de estos artículos a quince ó intrucción: comprar las materias primas
veinte céntimos el kilógramo con relación en donde son mejores y menos caras, des-
á los paises de los competidores, tendrá cubrir los nuevos mercados al por mayor,
una gran ganancia y acumulará una for- cuyas condiciones sean mejores que en los
mercados antiguos; vender bien los pro-
tuna enorme; pero ¿es á expensas de la
ductos fabricados, en los momentos y en
sociedad como estas utilidades enormes
los lugares donde alcanzan mayor valor;
son adquiridas? De ningún modo, puesto
descubrir nuevas regiones de consumo,
que resultaron simplemente de la inferio- sea en el extranjero, sea en nuevas cla-
ridad del costo de fabricación en tal esta- ses de compradores, para la corriente de
blecimiento con relación al mismo en los las mercancías.
otros competidores.
La capacidad industrial, consiste en pre- cho, provienen de la disminución del cos-
sentir las necesidades de la sociedad, el to de producción en un establecimiento
precio que ésta pueda dar por su satisfac- determinado, con relación á la misma en
ción, y después en combinar las empresas establecimientos análogos. Pero esta ven-
para la fabricación de productos útiles ó taja es siempre precaria y de naturaleza
agradables al hombre: organizar los loca- transitoria: los competidores menos or
les, las máquinas, los obreros, los gastos tunados que se sienten aventajados, sees-
generales, las diversas tareas, de modo fuerzan en investigar las causas de la
que el resultado industrial se obtenga superioridad de sus rivales, acaban por
con el menor gasto posible. descubrirlas, y por aplicar los métodos
nuevos y los más ventajosos procedimien-
Absurdo de las explicaciones socialistas
tos. La ganancia es el mejor estimulo.
sóbrela función del empresario. Se ve cuán-
to el papel del empresario difiere del que De aquí procede que la superioridad in-
le atribuye el socialista aleman Karl dustrial es siempre muy breve, y debe ser
Marx, que lo comparaal de un capataz. To- defendida por los mismos medios que ha
mad los mejores capataces de ambos mun- servido para adquirirla: la vigilancia y el
dos; ponedlos á la cabeza de las industria- espíritu de invención. De aquí viene tam-
más simples, y con seguridad fracasarían. bién la baja de los precios de los produc-
Igualmente es una pretención loca de tos allí donde las invenciones se suceden:
ciertos socialistas la de que las utilidades el acero decayó á 115 ó 120 francos la to-
de los empresarios provienen simplemen- nelada, y el tul á la décimaó vigésimaparte
te de que éstos confiscan en provecho pro- del precio que tenía hace un siglo.
pio y exclusivo los descubrimientos é in-
venciones de la ciencia. Si así fuese, to- Los empresarios que no logran hacer
dos los empresarios deberían tener éxito, bajar el costo de producción, ó inventar
mientras que en realidad entre cada diez productos nuevos más perfectos, no ob-
hay dos ó tres que quiebran, cinco ó seis tienen sino utilidades exiguas, que sim-
que encuentran solamente el medio de vi- plemente compensan los riesgos y sumi-
vir conservando sus recursos ó aumentán- nistran á más del interés de los capitales,
dolos en pequeña escala, y solo uno ó dos unamódicaindemnizaciónpor el trabajo de
que hacen buen negocio." dirección. Así se explica la razón de que
Las grandes utilidades, ya lo hemos di- las industrias conocidas, antiguas y esta-
bles, suministren ganancias mucho meno-
res, que las nuevas y desconocidas. difícil crear industrias de todo nuevas.
Así el monto de las utilidades que era en
La utilidad del empresario no se ad- otras épocas, en las industrias comunes,
quiere ni á expensas del obrero, ni del frecuentemente de 10, 15 ó 20 p g tiende
consumidor; depende exclusivamente de á bajar á 6, 8 ó 9 p g .
la personalidad del jefe. Hé aquí por-
qué en las sociedades anónimas industria-
les donde la personalidad del empresario
está, por decirlo así, difundida en milla-
res de individuos, se tiene mucho trabajo
para obtener resultados tan favorables y i
duraderos, como en las empresas particu-
lares bien manejadas.
Tendencia á la baja de las utilidades de
los empresarios.—Como la tasa del interés,
las utilidades del empresario en los países
de civilización antigua, tienden á dismi-
minuir gradualmente. La baja de la tasa
del interés contribuye á ello disminuyen-
do el número de las rentas y de los ocio-
sos. La civilización aumenta la conside-
ración hacia las clases industriales y del
comercio, y origina mayor ardor en la
competencia de estas profesiones. La edu-
cación generaliza los conocimientos y las
condiciones morales que son necesarios
para el manejo de los negocios industria-
les y del comercio. Los riegos de éstos
disminuyen por el conocimiento de los
mercados, de los procedimientos y de los
métodos que se vulgarizan: es más v más
EL SALARIO 231

numeración que se conviene anticipa-


damente, que es en general, proporcional
ya el número de horas ó al de días de tra-
bajo, ya á la cantidad de obra ejecuta-
da, al número, por ejemplo, de metros de
hilo ó tejidos de algodón, al de las tonela-
CATITULO VI. das de hulla que el obrero extraiga en
determinado tiempo. La remuneración asi
determinada ha tomado el nombre de sa-
lario.
P A R T E DEL OBRERO EN LA R E P A R T I C I Ó N . — E L No solamente á los trabajos manuales
S A L A R I O . — S u s DIVERSOS MODOS.— se aplica este sistema de retribución, sino
L A PARTICIPACIÓN EN LAS UTILIDADES. á la mayor parte de las profesiones huma-
nas, aun á aquellas que son puramente in-
Naturaleza y generalidad del salario.—El salario telectuales; á los empleados se les paga,
nace de la naturaleza d é l a s cosas.—Ventajas res- por semana, por mes, ó por año, ó por una
pectivas del contrato d e salario para el obrero y
tarifa convenida de antemano. U n médi-
para el empresario.—La amplitud del contrato
de salario; modos infinitos de combinación á que co computa sus honorarios por el número
se presta.—El salario progresivo Otros ejemplos de sus visitas; un escritor es frecuente-
de salarios perfeccionados.—Causas (pie determi- mente retribuido por líneas; un profesor
nan el monto del salario.—La causa que influye va por lección, va por horas.
en el más alto grado s o b r e el salario, es la produc-
* De todos los contratos humanos, el sa-
ductividad del trabajo del obrero.—Influencia de
la población sobre el monto de los salarios.—Ob- lario, es decir la remuneración fijada de
jeciones de los socialistas á este sistema de con- antemano, ya según el tiempo de trabajo,
trato.—El sistema de l a participación en las utili- ó por una tarifa por cada unidad de traba-
dades.—Causas que se oponen á la aplicación jo, es el contrato más extendido y más ge-
universal de este régimen.—Causas de las dife-
rencias de salarios en las divarsas profesiones.
neral; aquel que se aplica á las ocupacio-
nes más diversas, el que se ha usado en
los países más diferentes y en los tiempos
Naturaleza y generalidad del salario.— más lejanos unos de otros, Ningún con-
La parte del obrero en la producción está trato tiene en grado igual un c a r á c t e r tan
representada, comunmente, por una re- notorio de universalidad.
El salario, en todas las clases déla socie-
dad sin excepción, es el patrimonio del ma- empresario es imposible en la generalidad
yor número de hombres. Puede decirse de los casos, y muy notoriamente en los
que si se examina minuciosamente el asun- tres que acabo de indicar, y que he toma-
to, las tres cuartas partes de los individuos do al azar entre las empresas más comu-
en Francia, si no las cuatro quintas, son de nes.
asalariados. Tres causas se oponen á la asociación
pura y simple.
El salario nace ele la naturaleza de las
cosas— Examinemos los elementos del sa- Ia. La imposibilidad para el obrero de
lario buscando su origen y naturaleza. esperar los productos de la empresa, por-
que comunmente carece de economías.
El salario, como el interés del capital,
Transcurrirán muchos meses antes que el
es una especie de asociación á precio al-
edificio del taller esté concluido,y muchos
zado.
años antes que las instalaciones estén en
Consideremos á un empresario que pa- aptitud de producir utilidades. Para que
ra construir ó para explotar un taller, bus- una mina de carbón comience á producir,
ca albañiles ó tejedores; ó mejor aun, vea- son necesarios tres ó cuatro años á contar
mos á un capitalista que cree haber des- desde los primeros trabajos de explota-
cubierto un buen yacimiento de hulla, y ción. La viña no comienza á retribuir los
recluta ó improvisa obreros numerosos; ó gastos de cultivo sino á los tres y aun
en fin, nos referiremos áun propietario que á los cuatro años. Durante todo ese
cree que tal terreno convendrá á la viña; tiempo se necesita el empleo de capital sin
que piensa, por otra parte, tener los me- los correspondientes reintegros. El obre-
dios de triunfar de los enemigos de esa ro que tiene necesidades apremiantes, no
planta; de la filoxera, el mildew, la antrac- puede esperar por laigo tiempo. Aun ad-
nosis, el oidium etc y que reúne operarios. mitiendo que se trate de un taller ó de
¿Qué remuneración propondrá cada una mina en explotación, ó de una vifia en
una de estas tres personas á los obreros productos, transcurren muchos meses an-
cuyo concurso busca? El modo de retri- tes que la venta ele ellos venga á reinte-
bución queda determinado por la natura- grar los gastos anticipados. El obrero no
leza de las cosas. puede aceptar que su remuneración sea
No cabe aquí una asociación pura y sim- diferida por tiempo tan crecido. Hé aquí
ple. La asociación entre los obreros y el un primer obstáculo muy considerable
para la asociación pura y simple entre los quirida, cualesquiera que sean los resul-
obreros y el empresario. tados lejanos y para él desconocidos de la
2a. Veamos un segundo obstáculo para empresa.
esa asociación. No es el obrero el que ha ¡ Si el empresario ha combinado bien su
concebido la empresa, para lo que en la instalación industrial ó agrícola, tanto me-
generalidad dé los casos es incapaz, así jor para él mismo; si por el contrario,
como para manejarla. No sabe si la fábrica se equivoca, si ha calculado mal, si no ha
ele hilados que se establece, se encontrará reflexionado bastante, tanto peor para él:
en buenas condiciones para abastecer el obrero no debe sufrir nada por ello, de
para vender; si tal ó cual viña resistirá á todos modos tiene que ser pagado.
todos los enemigos que amenazan á es- Si el empresario quiebra, sus asociados
tas plantaciones, y si el precio del vino pierden todo lo que han invertido, y sus
será remunerador. El obrero en general acreedores una parte de sus préstamos;
ignora todas esas cosas; no es asunto su- el obrero es privilegiado para su salario
yo ocuparse en ellas. Tiene el derecho de y se le paga antes que á nadie; esto es jus-
desconfiar respecto á los resultados de la ticia, no caridad. La naturaleza del con-
empresa; y cometería un error al esperar curso que él presta á la producción re-
demasiado, haciendo depender toda su quiere que sea así, porque su tarea es una
remuneración del producto eventual y de- tarea circunscrita, uniforme, y porque no
finitivo. ha ido á juzgar y no ha juzgado las com-
3 o . El obrero proporciona á la empresa binaciones de la empresa, y por tanto no
un concurso determinado, uniforme, men- debe atenerse á sus resultados.
surable y valuable, á saber, determinada Ventajas respectivas para el obrero y
fuerza ó cantidad de trabajo durante un para el empresario clel contrato de sala-
tiempo dado, ó ciertos resultados de esta rio—El salario presenta para el obrero
fuerza ó sea trabajo; 20 metros de tierra estas dos ventajas: eximirlo de lo desco-
barbechada en un día. ó 3 metros cúbicos nocido del resultado de la producción, y
desalojados, ó 2 metros tejidos de tela, ó permitirle satisfacer sus necesidades, que
dos toneladas de carbón extraídas. Tiene son inmediatas, sin esperar ese resultado.
derecho, por este concurso circunscrito y Regularmente el salario debería ser pa-
determinado á una remuneración fija, con- g a d o r a á día; pero al menos debe serlo
venida de antemano, definitivamente ad- cada semana, y cuando más tarde cada
quincena; si el pago no se hace sino cada asociados, sino simplemente asalariados.
mes, se falsea la función del salario, sobre Así de 1879 á 1885, se han construido do-
todo si no se hacen adelantos. ce mil casas en París. Los albañiles, car-
El salario ofrece al empresario la venta- pinteros y plomeros, han sido empleados
ja de conservarle sin menoscabo toda su muy activamente, con salarios de 7, 8 á
libertad de dirección; no tiene que dis- 9 francos diarios, y frecuentemente de 10 y
cutir continuamente con sus empleados y 14 francos; ahora" bien, de cada diez em-
obreros, sobre la utilidad de tal ó cual presarios de esos trabajos, 9 al menos han
categoría de trabajos: puede ir adelante, quebrado, ó se han puesto en liquidación,
según sus luces ó sus informaciones. Si y los Bancos que les habían facilitado capi-
ordena trabajos de que su personal no les han perdido la mitad de sus créditos.
aprecia la necesidad ó la eficacia, se les Podrían citarse varios ejemplos análogos,
ejecuta sin embargo. La tendencia progre- principalmente el de los primeros fabrican-
siva de las empresas, no se detiene por tes de muebles artísticos de París, que de
ningún prejuicio de la multitud ignorante. 1880 á 1887 han tenido que liquidar con
Los obreros pueden, en casos muy ra- pérdidas, mientras que los ebanistas que
emplearon, recibieron sus salarios de 7,
ros, quejarse de no estar ligados á la" em-
8 ó 10 francos por día.
presa por un simple contrato de asocia-
ción; pero además de que este contrato es El salario es por consiguiente un con-
imposible en general, por las razones da- trato que proporciona la recíproca liber-
das ya, es conveniente que los resultados tad; el hombre que ha tenido la idea de la
netos en pérdidas ó ganancias, pagados empresa, elemento completamente aleato-
todos los gastos generales, correspondan rio, recibe una renumeración de idéntica
únicamente al empresario, puesto que los ca idacl, y no la adquiere sino por el re-
obreros no han tenido la concepción de la sultado-neto ele la empresa, el que es impo-
empresa,y sus resultados buenos ó malos, sible prever exactamente. El hombre ó los
se deben sobre todo á la habilidad gene- hombres que cooperan de un modo pre-
ral de la Dirección y la Admistración, es visto, limitado, subordinado, perfectamen-
decir, al talento personal y al mérito del te medible, sea en horas de trabajo, sea en
empresario. . artefactos producidos, reciben una remu-
En el mayor número de casos, los obre- neración inmediata, irrevocable é inde-
pendiente del resultado final.
ros pueden felicitarse de no haber sido
décimos de hectárea preparada ó cosecha-
La adaptación del contracto de sala- da. Este sistema, allí donde puede ser
río: modos infinitos de combinación d que aplicable, es más conforme á la justicia,
se presta— El salario que se reconoce co- proporciona ganancias á cada uno según i
mo el más natural ele los contratos y el sus obras, y permite al patrón descuidar
más universal, ofrece como otra ventaja la vigilancia durante la ejecución de la ta-
una notoria elasticidad que se presta álas rea. Pero exije ciertas condiciones, como
combinaciones mas variadas. Se tiene en la uniformidad en las dificultades del tra-
primer lugar el salario por día ó por hora, bajo, para que la justicia no sea violada;
que es el tipo primitivo y el más simple: por este procedimiento, es necesario que
exije mucha conciencia de parte del obre- la producción de cada unidad de objetos
ro, y mucha vigilancia de parte del que cueste el mismo esfuerzo; conviene ade-
paga el trabajo. Así se tiende á reempla- más que esos objetos sean de un tipo ab-
zar este sistema de salario, en todos los ca- solutamente idéntico, ú ofrezcan entre si
sosen quepuedesubstituírselepor unproce- pocas variantes. En consecuencia, el sala-
dimiento de medida, suficientemente pre- rio por tarea conviene particularmente, en l
ciso, de los esfuerzos del trabajador. Pero la industria manufacturera; se le usa sin
de todos modos el salario por día, perma- embargo aun en la pequeña industria, y en
necerá siempre en uso para cierta clase las operaciones mas elementales déla agri-
de tareas, por ejemplo aquellas que no se cultura en grande. .
prestan á una estimación fácil del trabajo El salario progresivo— Diversas combi- [
hecho, sea por que presente dificultades naciones han perfeccionado aun, el sala-
muy variables, sea porque la calidad de la rio á destajo. Así se agregan frecuentemen-
obra tenga más importancia que la' can- te primas por cualquier acrecentamiento
tidad. de produdción en un tiempo determinado.
El salario por tarea pura y simple, es Supongamos que en una fábrica de tejidos
decir la renumeración según las canti- un buen obrero haga ordinariamente en
dades ó las unidades de labor hecha, es su quincena, ocho piezas, que le son paga-
su primer perfeccionamiento. El. obrero das á cinco francos cada una: se puede es-
recibe tanto por metro de hilo, por pie- tablecer que todo obrero que haga nueve
za de tela ó de paño, por tonelada de en ese tiempo recibirá, no solamente 5
hulla ó de fierro, por número de metros francos por pieza, sino una prima de dos
de tierra barbechada, por hectárea ó por
francos por la novena, que así le resultará El salario á destajo, puede combinarse
pagada á 7 francos, en lugar de 5. Se pue- con una gratificación proporcional al precio
de agregar que todo obrero que haga en de venta: si el promedio del precio de un ob-
su quincena diez piezas, en vez de oclio, jeto determinado, es de 20 francos, se da-
recibirá por la décima, no solamente una rá al obrero 5 p g sobre todo aquello que
prima de dos francos, como por la nove- exceda sobre ese precio; este es un me-
na, sino una segunda prima de un franco, dio de interesarlo en la calidad de la mer-
ó sean 3 francos poi la décima, la que en- cancía, y de hacer que se esfuerze en pro-
tónces tendrá un precio de ocho francos ducir no solamente más, sino mejor; tam-
en lugar de 5» bién es un medio ele hacer palpar la pros-
Combinaciones de este género pueden peridad de la industria.
introducirse perfectamente en los estable- El salario á destajo también puede gra-
cimientos metalúrgicos ó en otras especies duarse de una manera general y mate-
de industrias. Esto es lo que llamo sala- mática sobre el precio ele los productos;
rio progresivo. Tiene su razón de ser, poi- esto es lo que se llama escala móvil de los
que mientras más abundante es la pro- .salarios. Aquí se trata, no de una prima
ducción en un tiempo determinado, es me- sobre el acrecentamiento del precio de
nor la proporción de los gastos generales, venta, más allá de una cantidad determi-
alquiler, vigilancia, interés del capital in- nada, sino de una relación absoluta entre
vertido etc. para cada unidad de produc- el salario y el precio, cualquiera que éste
to. El salario á destajo con prima, ó sala- sea.
rio progresivo, es uno délos medios de ha- El sistema se ha adoptado en diver-
cer participar al obrero de la economía en sas operaciones metalúrgicas y hulleras
los gastos generales. del Norte de Inglaterra. Se pueden esti-
Otros ejemplos de salarios perfecciona- pular anticipadamente entre obreros y
dos—Al salario se agrega frecuentemente patrones contratos según los cuales, cuan-
una prima sobre la economía de materias do el carbón se vende á 6 francos la tone-
primas ó mermas. El fogonero ó el me- lada, el minero ganará tres francos por
cánico, que economizan cierta cantidad de tonelada extraída, después 3 francos 60
carbón para producir una fuerza determi- céntimos, cuando el precio sea de 7; 4 fr.
nada, reciben una suma proporcional á la 25 céntimos cuando el precio sea de 8,
cantidad economizada. Este procedimiento tiene por objeto evi-
16
tar las diferencias muy frecuentes entre No se puede negar la veracidad general
patrones y obreros. de estas proposiciones; pero es necesario
El contrato de salario, maravillosamen- sin embargo, examinar con mayor dete
te elástico, se presta á otras muchas com- nimiento la cuestión de las influencias
binaciones. Así debe considerarse como el que determinan los salarios. Algunos han
contrato típico y fundamental en el mun- admitido que el salario está estrictamente
do del trabajo. " Sin el salario, la mayor arreglado por lo que es indispensable al
parte de las producciones que reclaman obrero para subsistir y para mantener á
el concurso de un gran número de hom- su familia. Se ha afirmado que este es
bres, se harían imposibles, porque nadie el salario natural; es simplemente el sa-
sabría á qué atenerse ni con qué provee- lario mínimun, abajo del cual no puede
ría á sus necesidades cuotidianas, si tu- descender la remuneración del obrero, por
viese que esperar el resultado lejano é un tiempo prolongado.
incierto de la empresa. Se ha dicho que el salario no podría ja-
Causas que determinan el monto del sa- más elevarse de modo durable, más allá de
lario.—¿Qué es lo que determina el mon- lo que se llama gastos de manutención
to del salario? ¿Cuáles son las circunstan- del trabajador y su familia, porque todo
cias que lo hacen cambiar según los tiem- acrecentamiento de remuneración más
pos, los lugares y las profesiones? arriba de ese nivel, impulsaría á matri-
Se han establecido á este respecto mu- monios prematuros excesivamente fecun-
chas doctrinas. dos y acarrearía un aumento de pobla-
La regla más general, es que el salario, ción que á su vez deprimiría los salarios
como todos los precios, se fija por la gran y los haría volver á lo estrictamente ne-
ley de la oferta y la demanda. Allí donde cesario para la subsistencia del obrero y
existen muchos capitales y un número su familia. Los socialistas han sacado
restringido de obreros, el salario es eleva- gran partido de esta doctrina, y deduci-
do; allí donde los capitales son raros y los do que sean cuales fueren los progresos
obreros muy numerosos, el salario será de la civilización, el obrero está condena-
depreciado. Se ha deducido que el acre- do á permanecer siempre, si no en la mi-
centamiento de los capitales es favorable seria, cuando menos en la estrechez.
á los obreros, y que un aumento excesivo Nada justifica esta teoría: la reflexión
de la población les es desfavorable. y la historia prueban que desde los tiem-
pos históricos y principalmente desde ha- ras, acrecentando la producción, aumen-
ce un siglo, la situación del obrero ha ido tan los bienes divisibles y la facultad que
mejorándose; que los consumos de losho- tienen los patrones, y engeneral el públi-
gares de obreros se han acrecentado y di- co de retribuir bien el trabajo clel obrero.
versificado, y que tienden más y más La función del obrero en el aumento
á elevarse de lo que es estrictamente de la producción, se hace tanto mayor
necesario al obrero para subsistir. que la del capital, en cuanto que, co-
El uso más y más generalizado del mo se ha visto antes, en los capítulos
pan blanco, ele la carne, del vino, cerve- que tratan de la tasa del interés y de las
za, café, azúcar, vestidos, en cierta ma- utilidades del empresario, tienen una ten-
nera elegantes, muebles más cómodos, dencia á disminuir, ligeramente á medida
destruye el sistema que acaba de ser ex- que la civilización se perfecciona.
puesto. Estos progresos incontestables Así, todas las prácticas de ciertos obre-
permiten esperar progresos nuevos, á me- ros y de algunas asociaciones para res-
dida que la civilización se desarrolle. tringir la producción por hora ó por día de
La causa que más influye sobre el trabajo, se vuelven, con el tiempo, contra
salario, es la productividad del traba- el conjunto de los obreros, disminuyendo
jo del obrero. En realidad en todos los en el de país ó en el mundo, la cantidad de
paises donde las transacciones son libres productos, es decir, el patrimonio común.
y donde existe la igualdad de los ciudada- Esta doctrina, la única verdadera, de
nos ante la ley, los salarios tienen una que el salario tiende á arreglarse poi la
tendencia á graduarse conforme á la pro- productividad del trabajo, deja entrever
ductividad del trabajo del obrero. Mien- perspectivas de una mejora gradual en la
tras más productivo se hace el trabajo, es suerte ele los trabajadores manuales.
decir, mientras más objetos útiles ó agra- Cuando se habla de salario, es necesa-
dables al hombre produce en un tiempo rio tener cuidado de distimguir el salario
dado, mayor tendencia tiene el salario á nominal, ó salario en dinero, y el salario
la alza. He aquí por que una mejor divi- real, es decir, la cantidad ele objetos que
sión del trabajo, los progresos técnicos el obrero puede procurarse, con la remu-
realizados en la industria ó en la agricul- neración que se le da, Lo que importa al
t u r a ^ las máquinas, hacen á la larga subir obrero es el salario real; elclinero, en efec-
la tasa de los salarios. Todas estas mejo- to, puede variar de poder de adquisición,
y no tiene valor para el obrero, sino en se desprende la fórmula siguiente: con su
tanto que le permite procurarse mercan- salario el obrero no puede adquirir su pro-
cías. En un siglo, los salarios en el viejo pio producto. Esta proposición es cap-
mundo han aumentado, tanto los reales ciosa, pero de evidente inexactitud: si por
ejemplo, con 5 francos que ha recibido por
como los nominales; pero puede ser que
hacer un par de zapatos, el obrero no pue-
éstos hayan subido más que los primeros.
de adquirir este mismo artefacto, la cau-
Influencia de la población sobre el mon-
sa consiste que en este artículo entra al-
to de los salarios. La influencia del mo- go más que el simple trabajo del zapate-
vimiento de población sobre los salarios, ro: entran no solo materias primas, ta-
se manifiesta en las condiciones siguien- les como el cuero, el hilo, el cauctchouc,
tes: cuando el acrecentamiento de la po- etc. sino con mucha frecuencia, también
blación sobre pasa al de los capitales, y se el gasto por el uso y el alquiler de los ins-
adelanta á los progresos técnicos indus- trumentos de trabajo, renta de locales, ta-
triales y agrícolas, los salarios reales ba- lleres y almacenes, el fuego y el alumbra-
jan; pero este caso no se ha producido en do de esos departamentos, cuando ellos
el lapso del presente siglo; cuando el acre- pertenecen á un patrón, los gastos gene-
centamiento de la población es paralelo rales, movimiento, labor del empresario
á los progresos técnicos y al aumento de para la organización de la industria, para
capitales, los salarios reales quedan esta- la busca de pedidos, por el reintegro del
cionarios; cuando en fin, y este es el caso precio etc.
general de la humanidad en este siglo, y
Lo que prueba que el salario bien re-
casi durante toda la historia, el aumento
presenta para el obrero todo el producto
de población es menos rápido que los pro-
real de su trabajo son las tres circunstan-
gresos técnicos de la agricultura y la in- cias siguientes: I o si el empresario tuvie-
dustria, y que la acumulación de capitales, se el medio de apropiarse, sin retribución,
los salarios reales deben subir. una parte del trabajo del obrero, todos
Objeciones de los socialistas en contra del los empresarios, salvo aquellos de una
salario. Una de las objeciones que fre- excepcional incapacidad, ó de una ex-
cuentemente han hecho los socialistas al traordinaria inmoralidad, deberían hacer
salario, consiste en que este modo de muy buen negocio: la experiencia demues-
renumeración no proporciona al obrero la tra," por el contrario, que muchos de los
totalidad de su trabajo; de esta objeción
jefes de los grandes talleres y de la peque- El sistema de participación en los be-
ña industria, aun los más diligentes, bien neficios.—Durante los últimos cincuenta
quiebran, vienen á menos ó cuando menos años, algunos industriales han agregado
no aumentan su haber; y no hay sino un al salario un aumento eventual, bajo la
pequeño número, uno sobre ocho ó diez, forma de una participación de los obreros
que lleguen á obtener una verdadera for- en las utilidades del patrón. A fin de año
tuna; 2o si el obrero no recibiese en su sa- y despues de hecho el inventario, se dis-
lario la remuneración completa de su tribuye, no á todo el personal del estable-
trabajo, todas las asociaciones cooperati- cimiento, sino en general á la tercera, la
vas de producción, es decir, todas las aso- mitad ó las dos quintas partes, es decir
ciaciones de obreros que se fundan para á los obreros que tienen alguna antigüe-
explotar un establecimiento industrial sin dad ó habilidad, sea un 5 p g , un 10 y aun
tener patrón individual, deberían tener un un 20 p g de las utilidades líquidas.
completo y pronto éxito: la experiencia Esta institución tiene por objeto estimu-
prueba, al contrario, que nada es más di- lar el celo del obrero, á fin de obtener de
fícil que hacer prosperar una asociación él productos más numerosos, y mejores, y
cooperativa de producción, aun cuando menos desperdicios de materia prima. El
los recursos sean del Estado, como en ejemplo más notable de esta organización,
Francia en 1848, ó bien de las ciudades, co- lo ha dado la casa de pinturas y vidriería
mo en París, conforme á las leyes de un Leclére de París.
filántropo llamado Rampal, ora de parti- Esteprocedimientoes ventajoso sobreto-
culares bondadosos que pongan el capital en las industrias en que la vigilancia é
gratuitamente á disposición de estas aso- inspeción del trabajo son muy difíciles de
ciaciones ó á un interés muy módico; 3o establecer; en las que trabajan aislados los
lo que prueba aún más, que el obrero re- obreros, y es secundaria la función del pa-
cibe con su salario la remuneración exac- trón, y no implica una gran iniciativa,
ta del producto de su trabajo, es que los así como la mayor parte de las utilidades
empresarios en pequeño, como los zapa- provienen déla economía de lamateria pri-
teros, los hortelanos, los carreros, los pe- ma y del cuidado sostenido en la labor.
queños propietarios, no obtienen, á más Esta organización, por otra parte, tiene
del interés del capital empleado, ganan- en general algo patriarcal, y no da al obre-
cias más considerables, por lo común, que ro ningún derecho de inmiscuirse en la
los obreros asalariados.
contabilidad ni enla dirección, de otro mo- agrega al salario, salvo en tres ó cuatro
do daría origen en multitud de caaos á la casos muy excepcionales, sino un aumen-
to en general muy exiguo; en ciertas ca-
anarquía y al desorden:
sas 15 ó 20 francos por obrero al fin del
Causas "que se oponen á la generalización
año, en otras 30 ó 40, rara vez 60 ó 70, y
del sistema de participación en las utilida-
muy excepcionalmente un centenar de
des.— La participación en las útilidades es francos. Todavía así, solo la mitad ó el
susceptible de aplicaciones numerosas y tercio de los obreros disfrutan de esa cla-
acertadas; pero no puede hacerse un régi- se de gratificaciones.
men universal, aun cuando no fuese sino
por la sencilla razón de que muchos es- Así, lejos de suprimir el salario, la par-
tablecimientos no tienen utilidades. De ticipación en las ganancias, no le sirve si-
no de ligero aumento. Se puede decir que
1880 á 1885, las tres cuartas partes de los
es con relación al salario, lo que un con-
empresarios de construcciones en París se
dimento, como la mostaza ó el ajo, es pa-
han arruinado; la participación en las ga-
ra el alimento. Este condimento puede
nancias, hubiera sido por consiguiente pa- servir de estimulante en ciertos casos, pe-
pa los obreros en esta industria y durante ro de ninguna manera suple al alimento
dicho periodo una decepción. Además, una verdadero y substancioso, que es el sala-
vez generalizado en la grande industria, el rio.
sistema de la participación, tendría por
consecuencia que los obreros ganarían, Siendo sin embargo una institución muy
recomendable, la participación en las uti-
no en razón de su mérito, sino proporcio-
lidades no debe ser impuesta ni por la ley
nalmente á la habilidad del patrón. Por
ni por la administración en el presupues-
último, las dificultades entre patrones y
to de gastos ó de sueldos. Este es un
obreros, si el sistema cesase de ser patriar- arreglo cuya eficacia y fácil aplicación, de-
cal, podrían volverse numerosas, con mo- pende de circunstancias peculiares de ca-
tivo de la parte de las ganancias, que se da industria, y aun de cada estableci-
fuese á distribuir, la verificación de ésta miento.
y la compensación respectiva para amor-
Causas de las diferencias de salarios
tizar el capital empleado en materiales ó
en las diversas profesiones. El salario ó
bien por la cantidad destinada á reservas
la renumeración difiere notablemente en
extraordinarias.
las diversas profesiones, desde el labra-
La participación en las ganancias, no
dor que no gana en general sino dos ó la, tiende á hacerse la menos bien renu-
tres francos por día, hasta el obrero gra- merada de todas. La razón consiste en
bador ó joyero hábil que puede ganar 9,10 que ésta es una ocupación cómoda, que
y 12 francos diarios. no fatiga, no ensucia y cleja á aquel que
Las consideraciones que influyen sobre- á ella se dedica las apariencias de un ca-
todo en esta desigualdad de salarios entre ballero.
las varias profesiones, son las siguientes: El oficinista que no tenga capaci-
I o la duración y el costo del aprendisaje dades intelectuales particulares, ni co-
necesario para el ejercicio de la profesión; nocimientos especiales, será bien pron-
esa duración es casi nula en el trabajo or- to el menos bién retribuido de todos los
dinario de la tierra, y puede ser mny pro- trabajadores: esto sera justo; puede ser
longada para el grabado, 11 ebanistería fi- que esta baja del salario de los simples em-
pleados, lleve al trabajo de los campos á
na, la joyería de lujo etc; 2o los talentos na-
muchos jóvenes que sueñan hoy día en
turales y raros que se requieren en ciertas
llenar las administraciones públicas ó pri-
profesiones delicadas, mientras que á otras
vadas.
se acomodan las aptitudes más comunes:
todo hombre que tiene salud y una fuerza
física común puede ser bracero; las indus-
trias artísticas exigen por el contrario, pa-
ra algunas de sus labores, un gusto inna-
to que la educación no puede suplir;
3 o los riesgos de las profesiones, bien
desde el punto ele vista de los accidentes,
ó de la pérdida de la salud: el trabajo del
obrero vidriero se paga muy alto por que
no puede prolongarse durante muchos
años sin predisponer los temperamentos
comunes á la tisis; 4 o lo agradable ó desa-
gradable del trabajo; así la profesión de
oficinista, que desde que la instruc-
ción está muy generalizada, encuentra
legones de jóveres en es f ado de abrazar-
mas diferentes: la asociación reglamenta-
da, que reúne de una manera obligatoria
en cuadros más ó menos inflexibles á to-
das las personas que tienen cierta analo-
gía de situación; y la asociación libre,
abierta, á la que no se llega sino de ple-
CAPITULO VII. na voluntad, y de la que se sale de igual
modo, sin necesidad de ninguna autoriza-
ción.
El primer tipo era en general ei de los
LAS ASOCIACIONES OBRERAS.—LOS SINDICA- tiempos antiguos y el de la edad media; el
T O S . — LAS HUELGAS — LAS SOCIEDADES segundo es el tipo adoptado por la mayor
COOPERATIVAS.—LAS ANTIGUAS CORPORA- parte de las naciones contemporáneas.
CIONES. Peligros de la asociación, el exclusivis-
mo. Asociaciodes del antiguo regimen. El
Naturaleza de la asociación y los dos sis- peligro de la asociación consiste en que
temas generales á los cuales pueden redu- esta organización, desarrollando á la lar-
cirse.— La asociación es uno de los medios ga de una manera excesiva lo que se lla-
que se ofrecen á los hombres para mejorar ma espíritu de corporación, tiende al exclu-
su situación, distribuyendo mejor sus es- sivismo y á la opresión. Esto es lo que se vió
fuerzos y ayudándose mùtuamente en la en las corporaciones clel antiguo régimen,
reivindicación ó defensa de sus derechos, que concebidas en un principio como ins-
durante los momentos críticos y dolorosos tituciones tutelares, acabaron por conver-
de la existencia, llegando en fin por el tirse en instrumentos de vejación y tiranía.
empleo de la fuerza colectiva, á resultados Se formaron en Francia á la caícla del
que no podrían obtener una suma igual de imperio romano, con un designio de mu-
fuerzas disgregadas. tua defensa, Eran amparos para los ar-
La asociación no es, como muchas per- tesanos, contra el abuso de la fuerza, muy
sonas lo piensan, un hecho nuevo propio frecuente en los tiempos de administra-
de nuestro tiempo y de la civilización oc- ción débil y de justicia indecisa. Los in-
cidental. Están antigua como el mun- dividuos de una misma profesión y en
do; pero puede presentarse bajo dos for- una misma localidad, constituían una de
esas corporaciones y elegían jefes de su perfeccionamientos tenían que luchar mu-
seno que se llamaban reyes, los que for- cho para hacerse aceptar, y multitud de
maban sus reglamentos. mejoras no fueron por esta causa realizadas
El espíritu de exclusión penetró en es- por largo tiempo. Enfin, cada corporación
tas asociaciones de origen libre; aquellos procuraba en sulocalidad el monopolio de
los artículos que producía, entraba fre-
que las componían quisieron impedir el ac-
cuentemente en guerra ó en procesos in-
ceso ele la profesión á todos los que lo in-
terminables, con las corporaciones cuyos
tentaban. Lo miembros de los gremios se
productos se asimilaban á los suyos: pa-
dividían en tres clases: I o los maestros, naderos y pasteleros, zapateros y remen-
pequeños patrones en la época en que dones, barqueros y armadores etc, tuvie-
por lo general trabajaban manualmente; ron discusiones que duraron siglos.
2a los compañeros, es decir los obreros; 3a
los aprendices. Poco á poco se procuró Inconveniente de los antiguos gremios.
restringir el número de los maestros, exi- —El poder Real intervino muchas veces
giendo á los compañeros, para adquirir para reglamentar y sancionar, limitan-
do y temperando en cierta medida, los
aquel título, un aprendizaje muy largo,
privilegios que los gremios habían acor-
y obligándolos á la manufactura'de una
dado poco á poco á sus miembros, á ex-
obra maestra, que no era solamente una
pensas del público. Pero la acción regula-
hermosa muestra de trabajo, sino que dora del gobierno, que no estaba siempre
costaba muy cara, concediéndose además desprovista de motivos interesados, no
ventajas particulares á los hijos de los quitaba á esas instituciones todo lo que
maestros. Como indemnización á los com- tenían de opresivo é inicuo.
pañeros que se mantenía así lejos de la
Eran un obstáculo para la libertad in-
maestría, se limitó en la mayor parte de
dividual, puesto que impedían á un gran
las profesiones, de una manera muv estric-
número de personas laboriosas y bien do-
ta el número de los aprendices, á fin de
tadas, hacerse aprendices para la profesión
que sufriesen unacompetenciamenos acti- que les conviniera, y pasar de compañe-
va. ros á maestros, es clecir, patrones, cuando
Las corporaciones, por otra parte, se eran capaces de serlo. Constituían, por
mantenían alerta respecto de la fabrica- otra parte, un obstáculo á los progresos
ción, paraquenosedesviasede los antiguos industriales, que no podían producirse v
procedimientos; los métodos nuevos y los
17"
desarrollarse sino con el asentimiento de bajo la reserva de preceptos adecuados
la mayoría de los maestros de la corpora- ' á proteger el orden público. El Código
ción, ó pasando difícilmente al través de penal prohibía igualmente las coalisiones
las mallas que separaban á las diferentes de obreros y de patrones, es decir, el con-
corporaciones entre sí. Régimen de siste- cierto entreoíos obreros ó entre los patro-
ma y de privilegios, los gremios fueron nes para suspender simultántamente el
suprimidos por primera vez por el célebre trabajo ú obtener una alza en los salarios,
ministro y economista Turgot en 1776. una reducción del tiempo del trabajo ó
Habiendo caido Turgot del Ministerio, una modificación ele los reglamentos del
fueron restablecidos con algunas atenua- establecimiento, ventajosa para los obre-
ciones, y después definitivamente abolidos ros; ó inversamente, una baja de los sala-
por las leyes de 2 y 11 de Marzo de 1791. rios y un aumento en el jornal, ó un cam-
Esta ley proclamó la libertad de traba- bio de los reglamentos del taller, ventajo-
jo, parte esencial de la libertad industrial. so para los patrones.
Gradualmemte la mayor parte de los paí- Temiendo abusos y la vuelta de las aso-
ses de Europa suprimieron estas corpora- ciaciones exclusivistas y opresivas, se re-
ciones prohibitivas; no se puede extrañar duce ele ese modo al hombre á un indivi-
este régimen que nacido de una idea de dualismo excesivo.
mutua defensa, terminó en el privilegio y Gradualmente, por virtud de la fuerza de
en la rutina. las cosas, no obstante la severidad de los
Individualismo excesivo establecido por Tribunales, ha desaparecido esas penosas
la revolueión de 1788.—'Temeroso de ver trabas obligando al legislador á atenuar
reconstituirse las corporaciones á la sor- un rigor ilegítimo.
dina y con el tiempo, el legislador de la Las asociaciones obreras inglesas ó Tra-
Revolución prohibió bajo penas correccio- des TJnions. Las asociaciones de obreros
nales, á los individuos de una misma pro- se constituyeron á despecho de las prohi-
fesión ponerse en inteligencia ó concertar- biciones legales, primeramente en los paí-
se y con mayor razón asociarse, para la de ses más industriales como la Gran Breta-
fensa de sus pretendidos intereses comunes. ña. Las más célebres de estas asociacio-
Esto era ir demasiado lejos, atentando á nes son conocidas con el nombre de Tra-
la libertad del hombre, que comprende el des TJnions ó asociaciones de oficios.
derecho de reunión y el de asociación, Después de haber estado severamente
prohibidas, han acabado por ser totalmen- distrito á los obreros de otro vecino, y man-
te toleradas; y solo están obligadas á una tener tan infranqueable como sea posi-
formalidad legal, la del registro de sus es- ble, la barrera entre las diferentes profe-
tatutos. siones; por ejemplo, prohibir á un carpin-
Se ha disertado mucho sobre el bien y tero que trabaja en una construcción,
el mal que han hecho estas sociedades in- acarrear piedra, lo que solo era propio de
glesas. En principio, es indiscutible que un albañil. Algunos Tctades TJnions han
los obreros de una misma profesión tienen ido hasta determinar el máximun de tra-
intereses comunes, y que sería ilegítimo bajo que un obrero podía hacer en una
prohibirles todo concierto á ese respecto. hora ó con un instrumento determinado,
Sea para hacer valer pretensiones razona- prohibiendo, por ejemplo, que un arado,
bles ante los patrones, sea para formar tuviese más de cierto número de rejas._
sociedades cooperativas de consumos, de Estas medidas son contrarias á la civi-
crédito y de producción, de las que se tra- lización, contrarias al derecho que tiene
tará adelante; ya para constituir socieda- el hombre enérgico y bien dotado, de ob-
des de socorros mutuos, de pensiones y de tener, por un acrecentamiento de trabajo,
retiros ó jubilaciones, círculos, institucio- mayor remuneración; contrarias asimis-
nes de educación profesional, los obreros mo al derecho que tienen los individuos
tienen el derecho de ponerse de acuerdo, de un oficio ó de un distrito, de ingresar
de reunirse, de acumular capitales colec- á otro oficio ó á otro distrito, en donde
tivos, de crear, en una palabra, la perso- pueda ganar más. Se advierte también
nalidad moral que constituye una asocia- una tendencia de algunas Trades TJnions
ción. á retrogradar á las antiguas corporacio-
Los Trades TJnions británicos, aunque nes de oficios, con su espíritu de exclusi-
dirigidos en general por hombres inteli- vismo y sus reglamentos absurdos é ini-
gentes, han mostrado frecuentemente en cuos. Tendrían así la misma influencia,
sus relaciones con los industriales, pre- opuesta á la libertad humana y al pro-
tensiones contrarias al interés permanen- greso.
te de los obreros y de la industria nacio- Especialmente la pretensión de restrin-
nal. Así ellas han procurado á menudo li- gir el número de aprendices, ó de excluir
mitar de una manera excesiva el número de todo trabajo á los obreros extraños á
de aprendices, excluir del trabajo de un la asociación, es de todo punto contraria
al principio de igualdad. Se llegaría por bidas hasta hace poco por la mayor parte
ese camino á constituir una especie privi- de las legislaciones, se han producido en
legiada de la clase obrera, cuyos miem- todas las épocas. Consiste en la suspen-
bros monopolizarían todos los oficios bue- sión simultánea del trabajo por todos ó la
nos, y dejarían al resto de los individuos generalidad de los obreros del mismo es-
las profesiones no clasificadas y poco tablecimiento, ó del propio oficio, en una
productivas. De esa manera se formaría, localidad ó ele toda una región. Esa sus-
se asegura, un cuarto Estado, en oposi- pensión de labores, realizada de concierr
ción al tercer Estado, la antigua burgue- to, tiene generalmente por causa el deseo
sía; pero esto no sería sino después de de obtener aumento de salario, una reduc-
constituir, por vía de exclusión, un quin- ción del día obrero, ó la introducción de
to estado de miserables y de patrias que algunas modificaciones de los reglamen-
se verían confinados á los oficios ínfimos, tos de las fábricas, ó la solicitud de , un
repugnantes y poco productivos. Por to- cambio de Director ó capataces.
das estas razones, algunas doctrinas de Poco á poco todos los Estados han lle-
los jefes de las asociaciones á que nos re- gado á reconocer el derecho de huelga, en
ferimos, restituirían gradualmente la Eu- el que han visto una aplicación de la li-
ropa al restablecimiento del régimen de bertad individual. Un obrero puede, á su.
castas, como pasaba en la India y el anti- perjuicio, abandonar su trabajo, sin comer
guo Egipto. ter un delito; luego diez, cien ó mil obre-
Debemos reconocer que las más impor- ros pueden hacer lo mismo. La prohibit
tantes Trades Unions. ligas de obreros, cióii de las huelgas y coalisiones de obre-
protestan por lo menos en principio, con- ros, jamás ha tenido eficacia; así en Fran-
tra esas tendencias; pero en la práctica no cia, desde 1853 á 1862, períodos en que la
están suficientemente libres de tales ten- ley prohibía las huelgas, 749 coalisiones
dencias. de obreros motivaron el proceso de 4,522
obreros, ele los cuales 613 fueron declara-
Las huelgas de los obreros.—Una de las dos inocentes, y al mismo tiempo se per,
misiones más importantes de los Trades seguían 89 coalisiones en las que estaban
Unions. por lo menos durante los dos pri- comprometidos 629 propietarios industria-
meros tercios de su existencia, ha sido les, de los que fueron absueltos 237. Co-.
contener las huelgas. mo la inteligencia entre los propietarios.
Las huelgas de obreros, aunque prohi-
pudo efectuarse con mucho menos ruido del 8 de su salario anual; si al cabo de
y de un modo menos ostensible que entre ese tiempo se obtiene un aumento de 5 p §
los obreros, la prohibición de declararse en el salario; sólo al cabo de diez y nueve
en huelga pareció á la masa de los obre- meses podrá el obrero recobrar, en virtud
ros como una intervención del Estado só- del aumento de remuneración, lo que ha-
lo en interés de los propietarios. Por últi- ya perdido en el mes de asueto volunta-
mo, la huelga pacífica, sin violencia, aun- rio.
que puede entrañar lamentables resulta- Impidiendo las huelgas á los industria-
dos económicos, no parece tener el carác- les, hacer frente ó sus compromisos ó reci-
fsr de inmoralidad, que es necesario para bir nuevos pedidos, aprovechan con fre-
constituir un delito. cuencia á las industrias extranjeras. Al-
Tolerando todas las legislaciones las gunas industrias han emigrado á conse-
huelgas, lo que nos parece de acuerdo con cuencia de las huelgas; la de construccio-
la imparcialidad que debe guardar el le- nes navales por ese motivo se ha alejado
gislador, no por eso las huelgas frecuen- de Londres; la ebanistería' parisiense ha
tes y sobre todo violentas, dejarán de ser sufrido sérios perjuicios por la misma cau-
para la industria y el país en que se pro- sa, con gran provecho de la ebanistería
duzcan, un mal que puede tener fatales alemana y austríaca.
consecuencias: Las huelgas no pocas veces han obliga-
Inconvenientes de las huelgas.—El dere- do á los industriales á introducir en sus
cho de las huelgas puede ser útil para que trabajos máquinas nuevas para prescindir
el obrero se haga, respetar de los empre- de los obreros revoltosos; por ejemplo la
sarios poco escrupulosos é inhumanos; pe- máquina de hilar llamada Ivon Man [hom-
ro no se debe recurrir á ese derecho, sino bre de fierro) por medio de la cual un so-
como un medio verdaderamente extremo. lo obrero atiende 1500 ó 2000 carretes, al-
Las huelgas determinan una pérdida enor- gunas máquinas perfeccionadas para ex-
me de capitales; generalmente las pérdi- tender los colores en las fábricas de per-
das que sufren las corporaciones de obre- cales, y nuevos perfeccionamientos en las
ros, no quedan compensadas ni por las instalaciones de vapor. Igualmente las
ventajas mismas del triunfo. Supongamos huelgas han contribuido á substituir al-
que una huelga dure un mes, lo que signi- gunas materias primas por otras, así por
fica para el obrero una pérdida de más ejemplo en la industria constructora, los
armazones de fierro han substituido á los En ciertos paises se ha recurrido á jui-
de madera. , _ , , cios arbitrales para prevenir las huelgas
De que el obrero tenga el derecho de ó violentar su terminación; esta es una
huelga, no se sigue que deba frecuente buena medida cuando se emplea con la
mente ejercitarlo; existen muchos dere- aquiescencia de las partes interesadas.
chos que el hombre prudente y justo de- Pero el Estado quedaría fuera de su pa-
be, por su propio bien, no hacer uso de pel, que exige la más completa imparcia-
ellos. . lidad, pretendiendo imponer el arbitrae
Deberes del poder público en caso de Imel- ya á los obreros ó á los patrones, que re-
ga. Los poderes públicos, cuando se pro- husan someterse á sus decisiones.
duce una huelga, deben velar por el man-
tenimiento del orden, por la seguridad de Los sindicatos obreros.—Lo mismo que
la propiedad privada, y más aun por la las Trades Unions, han sido reconocidos
libertad de las personas. Es de su extnc- como legítimos, por la ley inglesa; la le-
ta obligación protejer contra los malos tra- gislación francesa también les ha dado lu-
tamientos de sus camaradas, á los obreros gar entre los actos permitidos, por una
que rehusan unirse á los huelguistas prefi- ley de 1884, á los sindicatos profesionales,
riendo continuar en su trabajo. El apoyo ya de patrones ya ele obreros. Estos son
de la policía y de la fuerza armada para asociaciones en que todos quedan libres
el objeto que acaba de indicarse, no cons- para pertenecer ó no á ellas. Después de
tituye intervención alguna de parte de los haber sido toleradas por el Poder, cerca
poderes públicos en las huelgas. Seria una de veinte años, se han hecho completa-
intervención inicua y culpable autorizar mente legales las agrupaciones á que nos
á las municipalidades ó á los consejos ge- referimos.
nerales para que distribuyeran socorros En principio, esas asociaciones son muy
entre los huelguistas ó sus familias; por- recomendables, pues tienen por objeto
que esto sería convertirse en partidario, crear simpatías entre los individuos que
efectivo de la huelga. El Estado .debe ejercen el mismo oficio; discutir los inte-
abstenerse de todo lo que tenga tal carác- reses profesionales comunes, reunir su-
ter, é impedir qiie los fondos producidos mas que puedan servir para fundar insti-
por el impuesto, tengan una aplicación tuciones de enseñanza, de ahorro, de pro-
tan contraria á su destino natural. paganda industrial, muchas de esas aso-.
ciaciones se sujetan á tales programas y conceda ni favores ni privilegios. Los re-
son útiles en efecto. glamentos de las Cámaras sindicadas, no
deben de ninguna manera ligar, á su pe-
Otras, por el contrario, pueden desviar-
sar, á los obreros ó patrones del mismo
se de la ruta en la que el legislador creyó
oficio, ni aun á los miembros de las mis-
que iban á entrar. Uno de los daños á que mas asociaciones, los cuales deben quedar
están expuestas principalmente las Cá- en perfecta libertad de no pertenecer á
maras sindicadas de obreros, es que abs- ellas, cuando asi lo quisiesen. Un sindi-
teniéndose de ingresar á ellas la genera- cato no puede tener sobre sus afiliados
lidad de los obreros laboriosos, son presa sino un poder moral, que éstos pueden
de algunos directores inquietos y agitado- sacudir cuando lo juzguen conveniente,
res, que quieren servirse de ellas única- con el pleno derecho que para ello se les
mente en su interés personal, y se arro- otorgue. Sucede en esta clase de asocia-
gan el derecho, no siendo sino unos cuan- ciones como con los votos monásticos: el
tos los que llevan la voz, de hablar en Estado no puede prohibirlos, ni tampoco
nombre del enorme grupo de indiferen- intervenir en su cumplimiento. Si fuese
tes. de otro modo, los sindicatos se volverían
Aun cuando cuenten con un gran nú- bien pronto instituciones opresivas,.
mero de miembros efectivos y asiduos,
Las sociedades cooperativas.—Las aso-
estas asociaciones de obreros corren el
ciaciones de obreros tienen frecuentemen-
peligro de chocar en otro escollo: el de
te un carácter económico muy fijo y de-
querer limitar la libertad individual, ex- terminado, que las convierte en socieda-
cluyendo de la práctica de un oficio á to- des cooperativas.
das las personas que no estén afiliadas
Estas sociedades pueden tener por ob-
con ellas. Así, recaen en los abusos de las
jeto ya reunir capitales para hacer prés-
antiguos gremios y de algunas Trades tamos á los obreros afiliados que tienen
TJnions que ya hemos descrito. necesidad de ellos y ofrecen garantías:
En consecuencia, el legisladar debe es- estas se llaman sociedades cooperativas
tar en guardia evitando sistemáticamen- de crédito; ó bien organizar la compra
te, confiar una función oficial ú oficiosa al por mayor de mercancías que se ven-
á esos sindicatos. Debe otorgar á los sin- den después al menudeo á los asociados,
dicatos de patrones y de obreros la liber- las que se llaman sociedades cooperativas
tad y nada más. Es necesario que no les
de consumo; ó ya constituir agrupacio- encontrar un buen gerente, y también la
nes de obreros del mismo oficio, que pro- falta de capital, aunque esta causa no es
duzcan, sin ninguna dirección de patrón, la más frecuente. Las asociaciones coo-
y vendan en común los artículos fabrica- perativas, que tienen éxito, han efec-
dos: denomínanse sociedades cooperati- tuado en general, una poderosa concen-
vas de producción. tración del poder directivo; han reducido
Trataremos de las dos primeras clases poco á poco el número de sus miembros
de sociedades cooperativas, cuando nos efectivos y emplean cierto número de
ocupemos en el crédito y el consumo. obreros no asociados, que remuneran con
En cuanto á las sociedades cooperati- los salarios habituales; en fin, la mayor
vas de producción, hay poco que decir. parte de estas pequeñas asociaciones di-
Este es un género de organización que ha chosas acaban por volverse, como en la in-
tenido hasta ahora, algunas aplicaciones, dustria del algodón en Inglaterra, simples
aunque no tan numerosas como las dos sociedades anónimas, es decir, asociacio-
precedentes. Obreros inteligentes, econó- nes de capital, que no emplean sino obre-
micos, muy laboriosos, pueden sin duda, ros asalariados y no asociados. Si se re-
ponerse de acuerdo, después de haber reu- cuerda el capítulo en que hemos tratado
nido algunas economías, para instalar una de las funciones del empresario, no cau-
pequeña casa de industria ó de comercio. sará extrañeza que sea tan reducido el
Si tienen mucho juicio, perseverancia y número de sociedades cooperativas de
disciplina, si eligen un buen gerente, lo producción, que prosperan.
remuneran bien y se sujetan con cierta Para resumir toda la teoría relativa á
docilidad á su dirección; si igualmente se la asociación de los obreros, diremos que
conforman con un salario restringido y el grande y delicado problema que entra-
aplican todo el sobrante de sus ganancias ña, consiste en conciliar la asociación con
al acrecentamiento del capital, pueden te- la libertad individual. Por esto es necesario
ner éxito al cabo de mucho tiempo, sobre condenar toda asociación que tenga una
todo en la pequeña industria. función oficial,como los antiguos gremios,
Es, sin embargo, muy difícil para es- y no deben constituirse sino agrupaciones
tas asociaciones tener un éxito durable: libres, que no tengan poder sino respecto
lo que las hace fracasar por lo común, es de sus miembros y de las cuales, cada uno
la envidia, la indisciplina, la dificultad de pueda salir cuando á bien lo tenga.
TERCERA PARTE

Circulación de las riquezas.

CAPITULO PRIMERO.

EL CAMBIO.—EL VALOR.—EL PRECIO.

El cambio es un hecho instintivo en la humanidad.


—Evolución gradual del cambio.—Formas di-
versasdel cambio.—Noción del valor.—Orden de
los valores en la humanidad.—Causas que deter
minan las oscilaciones de los valores. —La com-
petencia.—Excepciones de la competencia.—Los
monopolios.—Efectos de la competencia.—El pre-
cio.

El cambio es un hecho instintivo en la


humanidad.—Lo que caracteriza la pro-
ducción de las sociedades civilizadas, es
que la mayor parte de los hombres pro-
ducen lo que no consumen por sí mismos,,
ó al menos su producción excede á las ne-
cesidades de su consumo personal, y de la
familia, procurándose por vía de cambia
<5 de compraventa, que es el medio común ciación. El hombre nació naturalmente
del cambio, la mayor parte de los obje- dispuesto para el cambio.
tos que necesitan. Un zapatero hace dos Los dos orígenes del cambio. El cambio
<5 trescientos pares de zapatos al año mien- tiene dos orígenes: la diversidad de capa-
tras que solo hab rá menester de una docena cidad productora de los diferentes terri-
para sí y su familia. Un propietario en torios, y la diversidad de capacidad pro-
pequeño produce en su viñedo de una hec- ductora" de los diferentes hombres. La di-
tárea, 50 hectólitros de vino, y con su mu- versidad de capacidad productora de las
jer y sus hijos no consume más de 6 á 7. distintas tierras, es un hecho absoluto; la
Un obrero fabricante de anteojos, pasa su diversidad de aptitudes productoras de
vida produciendo esa mercancía, de la que los diferentes individuos, no es sino rela-
no hará ningún uso personal, si tiene vue- tivo.
na vista. Una de las necesidades imperiosas del
La producción en perspectiva del cam- hombre es lasal; ahora bien, hay países que
bio, ha remplazado en las sociedades mo- no han sido dotados de sal por la natura-
dernas, casi por completo, á la producción leza, por ejemplo el Sudán y algunos dis-
para satisfacer las necesidades del produc- tritos de la India. Desde que los habitan-
tor. En la primera parte de esta obra se tes de ambas regiones tuvieron conoci-
demostró cómo la división del trabajo miento de la existencia de salinas fuera de
contribuye, cada día más, á la desapari- sus respectivos territorios, aprendieron á
ción de la antigua producción patriarcal, ofrecer los artículos que tenían en abun-
en la que cada familia producía solo un dancia, como ganados, para procurarse
poco más de lo que hubiera de consumir elemento tan indispensable y tan raro
directamente. entre ellos: la sal. Este es un ejemplo elo-
El cambio ha existido en todas las épo- cuente, pero hay una infinidad del mismo
cas, aunque más ó menos limitado. El cam- género.
bio es uno de los grandes hechos instinti- La diversidad de aptitudes productoras
vos que ningún hombre ha inventado; es de los hombres, hasta en el seno de las tri-
como el lenguaje, como la asociación y bus más primitivas, ha constituido gradual-
agrupación en tribus y sociedades; nadie mente el cambio. Un individuo más dé-
ha podido presumir de haber inventado el bil que los demás, bien por que hubiese
cambio, el lenguaje ni el espíritu de aso- nacido mal conformado, bien á consecuen-
cia de alguna herida ó enfermedad, no ser- partes de su producción, cuando no su to-
virá para la cazade venados ó la pesca, en talidad, por la producción de otros hom-
una tribu de cazadores ó pescadores; pero bres, algunos de ellos antípodas de los pri-
puede hacer flechas ó arpones, reparar las meros. La blusa del obrero fabricada con
chozas ó transformar en vestidos las pie- algodón de América, y teñida con añil de
les de las bestias salvajes. De estas humil- la India; su pantalón generalmente tejido
des manifestaciones primitivas del cambio, con lana del Plata ó del Cabo; el café que
mediante el instinto especial que lo distin- toma y que viene del Brasil; el azúcar que
gue delabestia, gradualmente llegó el hom- usa y que puede ser de Java; el tabaco
bre á la actual separación de profesiones, que íuma y que tal vez procede de Mary-
y á la división tan pormenorizada del tra- landó de Virginia, ejemplos son de la com-
bajo, que han centuplicado la capacidad plexidad y la solidaridad que las relacio-
productora de la humanidad. nes de cambio establecen entre los hom-
Los animales no cambian, y el hombre bres.
ha multiplicado más y más los cambios El cambio desarrolla el cambio; á la
de todo género; lo que en él era un instin- diversidad de aptitudes naturales entre
to ciego, ha acabado por ser un acto cons- los hombres, pronto se agrega, desde que
ciente, razonado y premeditado. se crea una profesión nueva especial, la
Evolución gradual del cambio. Al prin- acentuación que la influencia del medio,
cipio la mayor parte de los hombres solo la educación y la transmisión hereditaria,
cambiaban lo que para ellos era superfluo, produce en la diversidad de aptitudes
por lo necesario; es decir, una pequeña naturales, las que se desarrollan más to-
parte de su producción, por algunos ob- davía.
jetos indispensables de que carecían; la Formas diversas del cambio. Los pro-
décima parte, por ejemplo, ó la quinta del cedimientos de cambio son muy diversos;
producto de su caza ó de su pesca, por al- se puede cambiar un producto por otro,
gunas flechas, algunas pieles preparadas por ejemplo, una libra de sal ó de azúcar
para hacer vestidos, ó la reparación de su por una, dos ó cuatro libras de trigo ó ce-
cabaña. Más tarde la producción dedica- bada; un producto por un trabajo, por
da al cambio, ha adquirido más y más de- ejemplo, un cuarto de venado ó un cesto
sarrollo, y actualmente, la generalidad de de pescado por la reparación de las fle-
los hombres cambian las nueve décimas chas1 del cazador, la red ó la canoa del pes-
cador; un producto por servicios persona- Dedicándose á la producción de aque-
les; un jefe de tribu, ó un rico de la mis- llos objetos para la cual tiene más a p -
ma, puede ofrecer determinada cantidad titudes, y adquiriendo por vía de cambio,
de comestibles y vestidos á un individuo los demás objetos que necesita, cada indi-
pobre, por estar siempre á disposición del viduo aumenta sus medios de consumo.
primero. El desenvolvimiento de la ci- Noción del valor.—Quedando estableci-
vilización, hace nacer una infinidad de das la legitimidad y la utilidad del cam-
modos diversos y nuevos de cambio. bio, ¿cuál debe ser la regla que sirva de
El cambio supone la propiedad, y es norma en los diversos cambios? Esa regla
una relación de igualdad; en el cambio es la noción del valor, noción que existe
regular, sin fraude, violencia, ignorancia en el espíritu humano, primero de un mo-
ni ligereza, cada uno de los dos interesa- do confuso, y que gradualmente se pre-
dos, debe realizar una utilidad y quedar cisa y acentúa.
más satisfecho que antes. El valor es la propiedad que tiene de-
El que haya cambiado trigo por sal ó terminado objeto de ser cambiado por
azúcar, deberá quedar contento del cam- cierto número de objetos distintos. Por
bio, porque tenía más trigo del que le era ejemplo, un hectólitro de trigo vale un
menester, y carecía de sal ó de azúcar; la carnero de gordura media, ó 10 kilógra-
contra parte que ha cedido su sal ó su mos de lana, ó 15 kilógramos de azúcar.
azúcar por trigo, debe igualmente ganar El valor jamás es absoluto, ni fijo; varía
en el cambio, porque el trigo le hace más según las circunstancias exteriores y las
falta que el azúcar ó la sal. Asimismo res- impresiones del espíritu humano. En otro
pecto de cada uno de los ejemplos prece- instante, ó en distinto lugar, el hectólitro
dentes; el que ha obtenido un cuarto de de trigo podrá no valer más que la mitad
venado por la reparación de instrumentos de un carnero gordo, cinco kilógramos
de caza ó de pesca, debe regocijarse, por- de lana, ó 7 kilógramos y medio de azúcar;
que le es más fácil reparar esos instrumen- del mismo modo, que en otro momento y
tos que matar un venado; y de igual modo otro lugar, el hectólitro de trigo podrá va-
respecto de la otra parte, porque puede ler una cantidad tres ó cuatro veces ma-
más fácilmente matar venados que com- yor de cacla uno de los artículos que aca-
poner sus armas, las que, por otra paite bo de citar. El valor es el poder en el
le son indispensables. cambio.
¿Cuáles son las causas que determinan alguno, y en riguroso sentido económico,
el valor, noción tan ondulante que ocupa no tiene valor.
un lugar tan principal en el mundo? La dificultad de adquisición es la ter-
Para que una cosa tenga valor, se re- cera condición del valor; cuando un obje-
quieren tres condiciones indispensables; to, por estimable que sea, lo suministra la
primeramente que responda á un deseo naturaleza en abundancia tal que está á
del hombre; luego, que su adquisición exi- disposición de cualquiera, no tiene valor
ja algún esfuerzo, y por último, que su uso alguno, como el aire respirable ó el sol.
pueda transferirse de una persona á otra1 Algunos publicistas han hecho descan-
sar el valor en la utilidad, dando á esta pa-
No es necesario para que un objeto ten- labra una significación que más bien se-
g a valor que todos los hombres deseen su ría la de algo que se desea; ó bien en la
posesión, basta que algunos hombres sien- rareza de las cosas ó el trabajo en ellas in-
tan gusto por él. Se desean los objetos, corporado; estas explicaciones contienen
•bien por que sean útiles como el pan, algo de verdad, pero son incompletas.
la carne y los vestidos, ya porque sean El valor es un compuesto de la intensi-
simplemente agradables y satisfagan el dad del deseo humano, y las dificultades
capricho ó la vanidad, como un brillante, de adquisición ó de producciónde las cosas.
un encaje, un cuadro ó cualquier objeto Orden de los valores en la humanidad.
raro, ya por que respondan á un senti- —El orden de los valores es el orden de
miento particular, como un recuerdo. las preferencias del espíritu humano. Un
La conformidad con un deseo del hom- hombre excesivamente rico prefiere un
bre, es pues, el primer fundamento del cuadro de Rubens en 100,000 francos, á
valor. La posibilidad de transferir el ob- toda la variedad de objetos que pueda
jeto de ese deseo, de una persona á otra, proporcionarse con esa suma; si pues este
es la segunda condición fundamental. La aficionado se encuentra en presencia de un
•salud es un gran bien, el más grande de competidor muy rico, también igualmente
todos; es para el individuo que la posee, la afecto á los cuadros, que le disputa el
fuente de muchas utilidades y muchos go- Rubens, consentirá en pagar por él
ces;'pero como no puede ser transferida por 100,000 francos.
3a persona que la disfruta, á otra que ca- El orden de los valores en una sociedad
rezca de ella, no puede dar lugar á cambio civilizada no corresponde al orden de la
utilidad, en el sentido vulgar de la pala- tro, fisiológicamente no se encuentra en
bra. Así los diamantes ó los encajes finos, inferior situación á la del rico que bebe
que solo sirven de adorno á la mujer, va- chateau-laffitte de 10 ó 15 francos botella.
len más que una gruesa capa que la abri- El campesino en su cabafia cómoda y
ga del frío; las trufas que no alimentan y abrigada, fisiológicamente no pasa más
cuyo uso frecuente antes bien perjudi- trabajo, que el millonario en su inmenso
ca la salud, valen más que las papas que castillo ajuarado con muebles raros.
son, por otra parte, esenciales para el ¿Qué importa en verdad, al individuo
hombre. Hasta puede afirmarse que el or- que mediante 1 ó 2 francos adquiere una
.den de los valores, generalmente está en edición económica de una obra maestra,
sentido inverso del orden de las utilidades que otro la lea en edición de lujo, que val-
comunes. ga cien veces más?
Algunos escritores han encontrado en El hecho de que los objetos reputados
esa situación de cosas, una anomalía, una como superfluos sean los que tengan va-
una locura, un escándalo; pero nada de eso lor más alto, constituye una prueba del
existe. Lo que se juzga un desorden, es más desarrollo de la civilización; demuestra en
bien una armonía. Si los objetos más esen- efecto que la generalidad de las necesida-
des humanas más esenciales, pueden que-
ciales para el sustento de la vida, fuesen
dar satisfechas á poco costo, y que la di-
los más costosos, la humanidad entonces
ferencia de condiciones de los hombres en
la pasaría muy mal y tendría más motivos
una misma sociedad, es menos profunda
de lamentaciones. Por el contrario, las co- en realidad que en apariencia, y menos
sas superfluas, desde el punto de vista fi- apreciable respecto de las utilidades reales
siológico, son las más costosas, y la mayo- que pueden procurarse, que por lo que
ría de la humanidad no tiene por qué in- respecta á los valores de que disfrutan.
quietarse de ello.
La mujer del pueblo provista de buenos Por otra parte, naturalmente debía ser
vestidos de lana, no está por lo que al así, puesto que no hubiera podido multi-
plicarse el género humano, si no se encon-
vestido respecta, en condiciones físicamen-
trasen derramadas en el mundo, todas las
te inferiores á las de la mujer rica, que gas-
cosas que son ordinariamente indispensa-
ta encajes de punto de Alengon de á mil
bles para la existencia del hombre, sean
francos el metro. El jornalero que bebe vi- comunes y gratuitas, como el aire y el
no corriente de 60 á 70 céntimos el li-
ao-ua, y otras de una adquisición relativa- manda excede á la oferta, el valor del ob-
mente fácil, como el pan y los vestidos jeto tiende á subir. Las oscilaciones de
corrientes. . alta y baja se producen hasta que se lle-
Causas que determinan las oscilaciones ga al grado de valor que pone precisa-
de los valores— Aunque el valor de los mente en equilibrio la demanda y la ofer-
objetos depende, como queda dicho, de ta.
la estimación que hace el espíritu de ca- Respecto de las mercancías que están
da uno de ellos, según el deseo que pro- muy generalizadas, y cuya producción
vocan, tiende sin embargo el valor, que puede fácilmente aumentar en tiempo de-
es algo fugitivo y variable, respecto de la masiado breve, como la mayor parte de
mayoría de las cosas útiles para el hom- las mercancías comunes, principalmente
bre", á fijarse dentro de límites que, para los objetos manufacturados, y en propor-
determinada época y un mismo país, son ción menor los productos agrícolas, hay
bastante estrechos. una circuntancia que tiende á limitarlas
No se determina el valor efectivo de un oscilaciones del valor en alza y baja. El
objeto, sino por el concurso de dos volun- valor, ya lo hemos dicho, está fijado por la
tades: la voluntad de la persona que po- combinación de la intensidad del deseo de
see el objeto y que consiente en deshacerse adquirir, y de la dificultad de adquisición;
de él, y la de aquella que no poseyéndolo ahora bien, la dificultad de adquisición de
desea adquirirlo. G-eneralizando más se los objetos, en general depende de los gas-
llega á la fórmula de la oferta y la deman- tos de producción de los mismos, ele los
da para fijar los valores. La oferta re- esfuerzos y sacrificios que cuesta produ-
presenta á quienes poseen el objeto, pe- cirlos v llevarlos al mercado ó al domici-
ro, desean cambiarlo por otro; la deman- *j
da á los que no lo poseen y tienen el lio de quien los procura. Todo productor
deseo de adquirirlo. Cuando la oferta de trigo, vestielos ó utensilios domésticos,
excede á la demanda, por ejemplo, cuan- se encuentra dispuesto á deshacerse de la
do hay mayor número de personas que parte de esos objetos que exceda de su
desean deshacerse de trigo, que las que consumo personal, si se reembolsa, en las
tratan de adquirirlo, el valor del obje- compensaciones que se le haga, todos los
to, en el ejemplo propuesto, el trigo tien- gastos que haya hecho para producirlos, y
de á bajar. Cuando por el contrario, la de- obtiene, además, alguna pequeña ventaja
que le renumere los riesgos corridos. La
286 CIRCULACION DE LAS RIQUEZAS

dificultad de adquisición de todas las mer- de producción, separándose más ó menos,


cancías ordinarias que son susceptibles de No hay oscilación considerable y perma-
una producción muy amplia y regular, nente, sino para los artículos cuya produc-
tiende pues á medirse por los gastos de ción no se puede aumentar fácilmente,
fabricación, á lo que se llama precio de como los objetos de arte de primer orden,
costo. El precio de costo nunca es ab- ó de un modo más general respecto de W
solutamente el mismo en todos los pro- las mercancías cuya reproducción en can-
ductores, por ser algunos más hábiles que tidades considerables, no puede realizarse
otros, ó encontrarse colocados en condi- en tiempo relativamente corto, ni sin au-
ciones naturales más ventajosas; mas lo mento de gastos.
que tiende á determinar, en la generali- La competencia.—Una gran fuerza, la

Ili
dad de los casos, el valor, es el precio de principal en el mundo económico, tiende á
costo habitual que se obtiene en la pro- referir el valor de todas las mercancías,
ducción total de la cantidad que es nece- con las excepciones que se acaban de seña- liplí»!
saria para satisfacer la demanda, ó las lar, á lo que representan sus gastos de
necesidades del mercado. producción ó de fabricación, en los que
necesario es comprender no solamente el S4
Si la dificultad de adquisición, que es
uno de los elementos del valor, se mide, co- precio de la materia prima y la mano de
obra, sino el interés y la amortización de i&flí
mo queda dicho, por el precio de costo res-
pecto de todas las mercancías comunes, los capitales empleados, y la utilidad del •

susceptibles de una producción extensa y empresario, como ha sido descrita en ca-


constante, por otra parte la intensidad pítulo precedente. Esa gran fuerza, la re-
del deseo de adquirir tiende también á guladora suprema de todas las operacio-
medirse por el mismo precio neto. En efec- nes económicas, es la competencia.
to, nadie, salvo en los casos excepcional- La competencia, como su nombre lo in-
mente urgentes, consentirá en pagar por dica, es la lucha que se entabla entre to- IMI
un objeto de fácil reproducción dos veces dos los productores para deshacerse, en
más de lo que cuesta producirlo; antes condiciones remuneratorias, de sus pro-
bien se esperará la presentación de otra ductos. Cada uno procura dar salida á los
oferta. De esa suerte el valor délas cosas suyos, y para no almacenarlos, lo que sig-
respecto de la geneialidad de los objetos nificaría una pérdida de tiempo y de inte-
comunes, oscila al rededor de los gastos rés del capital, y hasta el deterioro del
objeto, está dispuesto á reducir sus exi- terminado artículo. Unas veces la ley es-
gencias, basta el punto de que el valor de tablece el monopolio, como por ejemplo
venta represente la suma de los gastos de en Francia, respecto del tabaco y los ce-
producción ó fabricación. Algunas veces, rillos; otras veces lo establece la natura-
cuando la producción ha sido más abun- leza, como para algunos vinos excelentes,
dante que la demanda, el valor se abate como el château laffite, château yquem
aun respecto de los gastos de producción; etc. A veces el monopolio es permanente,
pero esto no puede clurar mucho tiempo, como en el último ejemplo citado; otras es
ocasional y depende de alguna circuns-
porque una parte de los productores se de-
tancia, como por ejemplo, cuando una
salienta y deja de producir, lo que reduce
avalancha de excursionistas se presenta
la oferta, y como la demanda ha perma-
de improviso en una localidad, en donde
necido constante, el valor sube. solo hay un carruaje ó una lancha para
Por otra parte el valor no puede man- transparlos.
tenerse por mucho tiempo muy por encima
de los gastos de producción, porque en En el caso del monopolio, el monopoli-
ese caso, estimulados los productores pol- zador es dueño del mercado, cuando
la excepcional utilidad, aumentan su pro- menos hasta cierto límite, y puede referir
ducción, ó de no hacerlo, nuevos produc- el valor de su mercancía hasta la cotiza-
tores se aprestan á ese efecto. ción más elevada que le corresponda por
Excepciones de la competencia: los mo- virtud de la intensidad del deseo del con
sumidor, sin relación alguna con los gas-
nopolios—Teles son los efectos bienhe-
tos de producción ó fabricación. Pero es-
chores de la competencia; es ella la que
tos casos de monopolio, cuando el legisla-
tiende á proporcionar, por virtud de osci-
dor no comete el error de crearlos, pro-
laciones frecuentes, la remuneración ob- hibiendo ó limitando la competencia, son
tenida por cada producto, respecto de la completamente excepcionales.
suma de esfuerzos necesaria para produ-
cirlo. Cuando el legislador crea el monopolio,
Existen objetos respecto de las cuales generalmente establece tarifas para limi-
no es posible la competencia, y son aque- tar el poder del monopolizador.
llos que la naturaleza ó la ley constituyen Efectos de la competeneia.—L& compe-
en monopolios; la palabra monopolio sig- tencia es, pues, la gran ley que influye so-
nifica que solo haya un vendedor de de- bre todos los valores. La competencia
19
tiende á un abatimiento gradual de los obedezca á la disminución de los gastos
valores, respecto de los objetos cuya pro- normales de producción, y no á un esta-
ducción puede ser influenciada por los do de crisis que arrebataría á los consu-
descubrimientos científicos y los progre- midores los deseos y los medios de adqui-
sos técnicos; eso acontece respecto del sición, y desalentaría á los productores
vestido, la mayor parte de los útiles do- hasta el punto de consentir en deshacer-
mésticos, y, de un modo general, de todos se ele sus mercancías con pérdidas.
los objetos manufacturados. No hay ex- El precio— Hemos hablado hasta aquí*
cepción fuera de los artículos cuya de- del valor y del cambio, sin mencionar el
manda, bien por el aumento de población, precio. Hemos considerado el cambio en
ó ya por la generalización de su uso, se su forma elemental y primitiva, que ha re-
ensancha más rápidamente que la oferta; cihido el nombre de trueque. El trueque es
algunas producciones agrícolas se en- el cambio directo del objeto que se tiene
cuentran ó mejor dicho, se encontraban en exceso, por aquel que se necesita; tri-
en ese caso, antes de que la competencia go por sal ó azúcar, por ejemplo, ó por
de las nuevas comarcas comenzar á inun- zapatos ó prendas de vestir.
dar los mercados del viejo mundo de tri- Mas esta forma simple y elemental del
go, carne, mantequilla etc. cambio es la de las sociedades primiti-
El abatimiento de los valores, cuando vas, y no se encuentra, sino por excepción,
se debe á la diminución de los gastos de en las sociedades adelantadas. En éstas
producción, y no proviene únicamente del interviene un intermediario de los cambios,
decaimiento del comercio y la restricción que es el dinero; y el valor estimado en
obligada de la demanda, no es una des- dinero, toma un nombre particular, que
gracia de la humanidad; sino por el con- es el de preció.
trario, constituye una dicha; siendo la di-
ficultad de adquisición uno de los elemen-
tos del valor, mientras más disminuye esa
dificultad para todos los hombres, mayo-
res medios de goces tiene el género hu-
mano á su disposición.
Mas para que la baja de los valores sea
en efecto un beneficio, necesario es que
bueyes, puede darse el caso de encontrar
quien tenga sal en disponibilidad de ven-
ta, sin necesitar bueyes ni carneros; por
otra parte, puede presentarse el caso de
que encuentre quien esté dispuesto á cam^
biar su sal por carne, pero sin tener el
CATITULO N primer artículo en cantidad que equival-
ga á todo un carnero; además, cambiando
un cuarto de carnero, podría acontecer,
LA MONEDA: tratándose de sociedades primitivas en
que los cambios son poco frecuentes, que
N'
los otros tres cuartos difícilmente pudie-
Inconvenientes del trueque.—La moneda; sus dos
funciones principales.—Condiciones esenciales de ran ser trocados por otras mercancías de
l a moneda de buena calidad.—Cada metal mone- que tuviera necesidad el dueño del carne-
tario es especial y propio de un estado de civi- ro. Otro de los defectos del trueque con-
lización.—Sistemas de talón único y de talón do- siste en que en el cambio en especies de
ble.—Variaciones del valor de los metales pre-
una mercancía por determinada cantidad
ciosos y del dinero.
de otras, y á merced del encuentro casual,
¿Inconvenientes del trueque.— El trueque es difícil establecer el valor de cada uno
ó ¿imple cambio de la mercancía que se de los objetos; todos los artículos, la sal,
tiene en exceso, por aquella que se nece- el trigo, las telas, las pieles, los vestidos,
sita, ofrece muchas dificultades prácticas los carneros, los servicios personales etc,
que limitan su empleo. Necesario es en- se cambian unos por otros, sin referirse ja-
más á objeto alguno determinado y fijo,
c o n t r a r una persona que tenga precisa-
faltando, en consecuencia, la ocasión de
mente la mercancía que se busca, y que,
establecer y fijar en la memoria el valor
al mismo tiempo esté dispuesta á aceptar
aproximativo de cada uno de los artícu-
ña que se le ofrece; además se requiere los. El espíritu humano se confunde en
que las mercancías estén en cantidades medio de tantas relaciones, sin ningún
que se correspondan como valores, lo que punto determinado de comparación.
no pocas veces es impracticable; así por
ejemplo, si un individuo necesita sal y so- La moneda; sus dos funciones principa-
l o puede ofrecer en cambio carneros ó les.—Esos inconvenientes han llevado ins-
tintivamente al género humano á transfor- pasa al fierro, cien kilógramos de éste va-
mar el trueque en otro operación, más len tal cantidad de moneda. La ventaja,
complicada en apariencia, pero que hace desde el punto de vista de la claridad de
las transacciones mucho más fáciles, dán- las ideas, es inmensa. Se comparan todas
doles una base intelectual mucho más só- las mercancías con una sola, lo que es sen-
lida. cillo, en vez de comparar cada una de
ellas á las demás, lo que resulta confuso.
El trueque ha concluido por dividirse
en dos elementos: la compra y la venta, El primer uso de la moneda, que con-
merced á una mercancía intermediaria, siste en medir los valores lo mismo que
que por el libre consentimiento de los el metro mide la longitud y el kilógra-
hombres, sirve de medio de comparación mo la peso, constituye uno de los gran-
des progresos del espíritu humano. ¿En
entre los valores, así como demedio de pa-
qué situación se estaría ni no se tuviese ni
go. Esa mercancía intermediaria para los
el metro ni el kilógramo, si se debiese
cambios, es lo que se llama moneda. La
comparar groseramente, en ausencia de
moneda llena dos funciones que son igual- toda medida común, las extenciones de
mente útiles para la humanidad; ambas los diversos objetos ó el peso de los dife-
contribuyen á dar seguridad y amplitud al rentes cuerpos? Nos encontraríamos en
gran fenómeno económico del cambio. el mismo intrincado embarazo que cuan-
La moneda es desde luego, un medio de do no se tenía la moneda, es decir, el tér-
comparación, valuación y enumeración; mimo de comparación entre los valores,
es un denominador común. Con razón se ó valorímetro.
le llama en ese sentido valorímetro, ó me-
Tal es la primera función del dinero,
dida del valor. En lugar de decir: un car-
con la que, razones hay para creerlo así,
nero vale cien kilógramos de sal, veinte
han quedado satisfechos algunos pueblos,
kilógramos de azúcar, dos metros de tela, que solo tienen una especie de dinero de
la décima parte de un buey, la octava de cómputo. Así en el centro de Africa, se-
una vaca, ochenta kilógramos de hierro, gún lo aseguran algunos viageros, algu-
cinco jornales y medio de trabajo, lo que nas agrupaciones usan conchas en calidad
exigiría tener idea del valor de todas esas de moneda; pero éstas no intervienen
mercancías, produciéndose una impresión realmente en la transacción, pues solo sir-
confusa en el espíritu, se dice: un carnero ven como medios de enumeración y medi-
yale tal suma de dinero; luego cuando se
da de los valores. Así también, algún gran primitivas en general, la moneda fué un
establecimiento de crédito, el Banco de objeto útil y de uso universal; de aquí el
Hamburgo, desde hace varios siglos intro- nombre de pecunia y que se deriva de la
dujo en todo el Norte de Europa una mo- palabra ganado pecus, y significa moneda
neda de cómputo, el mcirk banco, marco en latín. Se ha pretendido explicar que
bancario, que no corresponde á ninguna si en los primeros tiempos de Grecia y Ro-
moneda acuñada ni existe en realidad, si- ma se usaban bueyes y carneros como di-
no que es solamente determinado peso su- nero, obedecía á que existían entonces
puesto de plata fina. agostaderos comunes, como en la actuali-
La moneda de cómputo está general- dad en las propiedades comunales de al-
mente incompleta. La verdadera mone- gunos países, y principalmente en los Al-
da, la moneda completa y real, supone pes Zuizo8, donde cualquiera individuo
otro elemento, á saber: que el intermedia- que cambia una mercancía por un carne-
rio de los cambios posea intrínsecamente ro ó un buey, puede enviarlo á pastar ba-
un v a W , y sea á la vez un equivalente de jo la vigilancia del pastor común. Cual-
las mercancías por las cuales se cambia. quiera que sea el grado de verdad de esta
En ese sentido se ha dicho con razón que explicación, faltaba siempre á semejante
la moneda es á la par una medida y un moneda una de las cualidades esenciales
equivalen f e. que debe tener: la divisibilidad. En las
primeras colonias de la Europa moderna,
Conviene que el dinero posea por si mis- con frecuencia se ha usado el tabaco por
mo valor, es decir, que sea un objeto que vía de moneda, artículo que era estimado
responda á algún deseo del hombre, y ade- por un gran número de individuos, y que
más de difícil adquisición y costosa pro- al propio tiempo es divisible y de fácil
ducción. Por este motivo se dice que el conservación. En algunos pueblos de Afri-
dinero es una mercancía. Si no tuviese ca, se ha recurrido á ciertas telas pintadas
por sí mismo valor, y no fuese difícil y de oronedo con un modelo uniforme, y co-
costoso producirlo, dependería de los po- nocidas con el nombre de guineas.
deres públicos aumentar arbitrariamente
la cantidad de moneda, y carecerían enton- La experiencia, ayudada por un razo-
ces las transacciones de bases sólidas. namiento instintivo pero seguro, debia en-
Condiciones esenciales de una moneda cauzar á todos los pueblos que han desa-
de buena calidad. En las civilizaciones rrollado sus cambios en grandes propor-
ciones, á emplear como moneda los meta- partes, con seguridad y en condiciones
les, primero el fierro, después el cobre y análogas.
la plata y finalmente el oro. 3a La inalterabilidad de los metales, so-
Las condiones que hacen de los metales bre todo de los preciosos, el oro y la pla-
la moneda por excelencia, son las siguien- ta; porque el fierro que sirvió algún tiem-
tes: po de moneda en las civilizaciones inci-
I a La utilidad de los metales para satis- pientes, es susceptible de enmohecerse.
facer ya las necesidades del hombre, ya Importa que la moneda sea inalterable, á
sus placeres; unos como el fierro y el co- fin de que se le pueda conservar largo
bre, que tienen mil usos en la industria; tiempo sin disminuir ni deteriorarse, y por
otros, como la plata y el oro, también sus- consiguiente sin perder nada al guardarla.
ceptibles de aplicaciones industriales, pe- 4a El gran valor á peso regular, y por
ro que además responden á uno de los pla- consecuencia,la facilidad de transporta-
ceres más universales y más intensos del dos. El fierro y el cobre no poseen esas
género hnrnano; el de la compostura y el cualidades, por locual fueron abandona-
adorno. dos ó reducidos á un papel monetario su-
2a La homogeneidad ó identidad de cua- balterno, luego que las sociedades se en-
lidades de las partes de un mismo metal. riquecieron. Pero la plata y más aun el
Un carnero difiere á menudo sensiblemen- oro. están dotados de la cualidad de repre-
te de otro, y un pedazo de tela de uno dis- sentar un gran valor á poco peso y escaso
tinto. Por el contrario hay pocas diferen- volumen, es decir, de costar considerables
cias entre dos barras de fierro proceden- gastos de producción, lo que determina
tes de minas diversas; menos diferencias que cada gramo de plata ó de oro repre-
se encuentran entre dos barras de cobre, y senten un trabajo infinitamente mayor que
la generalidad de las demás mercancias á
entre dos lingotes de plata no se ad-
igualdad de peso. Es interesante que se
vierte diferencia alguna. Aunque haya
puedan transportar, sin grandes esfuerzos
oro de tinte rojizo y oro de tinte amarillo,
fuertes sumas de dinero.
ambos son igualmente apreciados. La
identidad de cualidades de todas las pie- 5a Una uniformidad relativa de valor,
zas que sirven de moneda, es absolutamen- es decir, de gastos de produción. La pla-
te indispensable á efecto de que las tran- ta y el oro se producen en minas de las
sacciones puedan llevarse á cabo en todas que unas son muy ricas, y otras lo son
menos. En algunas épocas, como aconte- disfrutan pues de estabilidad absoluta,
ció en México y el Perú respecto de la sino relativa, de valor; no varían de va-
plata, cuando los españoles se establecie- lor sino lentamente, en oscilaciones dé-
ron en esos países el siglo XVI, y aun en biles y que se refieren á cierto número de
nuestros tiempos en California y Austra- años; esto constituye una gran ventaja para
lia, respecto del oro en 1851, se han des- la mercancía que cíebe servir de medida del
cubierto yacimientos de metales preciosos valor de todas las demás, y de base á con-
tratos que pueden durar muchos años.
de una riqueza extraordinaria. Resulta de
aquí que el valor de la plata y el oro no 6a Otro de los méritos délos metales pre-
puede ser considerado como absolutamen- ciosos, el oro y la plata, es su divisibilidad,
te invariable; sin embargo es menos varia- sin que la suma de las partes tenga me-
ble que el de la mayor parte de las demás nos valor que el todo; un kilógramo de
mercancías. Desde luego no es suscepti- oro ó plata puede ser faccionado en mil
ble de variaciones bruscas, instantáneas, partes de igual peso, reuniendo las cuales,
que se manifiesten en algunas semanas ó se obtiene el mismo valor del kilógramo
meses, como acontece respecto de los ar-
tículos cuyo consumo y abastecimiento, América hasta 1897 inclusive, la producción de oro
alcanza hasta cerca de 48 mil millones de francos,
son anuales, y por consecuencia tiene una y la de plata 57 mil millones, ó sea en justo 103 mil
importancia capital la última cosecha, por millones producidos en metales preciosos. Pero una
ejemplo el trigo, la lana, el vino, el algo- parte de esas sumas ha sido empleada en usos in-
dón, el café. Siendo tan insignificante la dustriales, y otra ha sido destruida ó se ha perdido;
así las estadísticas más dignas de le refieren sola-
cantidad de oro ó de plata que se extrae mente á 21 ó 22 mil millones poco más ó menos, la
anualmente, en comparación con el enor- cantidad actualmente existente de oro acuñado; y á
me abastecimiento de esos metales, que 15 ó 16 mil millones la de la plata también acuñada.
apenas son susceptibles de un débil des- La producción de las minas ha sido anualmente, á
partir de 1896, gracias al oro del Transval, de cer-
gaste y pérdidas insignificantes, resulta ca de 1,100 á 1,200 millones de oro, y de 1,000 á
que la producción anual influye mucho 1,100 millones de plata; la producción del oro sensi-
menos sobre el valor del oro y de la plata blemente tiende á subir. Existen pocas mercancías
que sobre el de la generalidad" de las otras sin embargo, cuya producción anual represente una
parte tan módica en el stock ó abastecimiento exis-
mercancías. (1) Los metales preciosos tente, Esta es una razón para la estabilidad del va-
lor.
[1] Se estima que desde el descubrimiento de
de oro ó de plata en un solo blocs. Hay muy raro y que representa, á causa de su
objetos que no pueden dividirse sin que el dificultad de produción, la mayor suma de
conjunto de las partes pierda mucho va- valor en relación á su peso, puede servir
lor en relación al todo que formaban. Así de moneda principal.
un diamaute de 10 centigramos, vale infi- Moneda acuñada.—Los metales preciosos
nitamente más que 10 diamantes de un generalmente no intervenían en los cam-
centigramo cada uno; lo mismo sucede con bios sino en la forma de lingotes ó barras,
todas las piedras preciosas, el cristal de pesándolos y ensayándolos para verificar
roca, los espejos etc. su valor en cada cambio, procedimiento
7 a La dificultad de falsificación. Por su que exigía siempre el uso de balanzas y
color, peso, sonoridad y dureza, los meta- de piedras de toque. Así pasa todavía en
China. Ese método, á causa de su lentitud,
les preciosos se conocen fácilmente por
hacía imposibles una infinidad de opera-
medio de la vista, el oido y el tacto, lo que
ciones; á la entrada de un espectáculo ó
no acontecería respecto de los diamantes
en una taquilla de ferrocarril por ese me-
y las perlas, cuyas falsificaciones son más dio no se podía proveer de billetes, en po-
fáciles. co tiempo, á centenares y aun millares de
Cada metal es especialmente propio para personas. En las minas como en Califor-
determinado estado de la civilización.—Ta- nia y Australia, la moneda no es el lingo-
les son las cualidades que han hecho á los te, sino el oro en polvo.
pueblos de orígenes más diversos adoptar
los metales preciosos como moneda. Cada Fué un gran progreso la invención de
metal es de un modo especial propio para la moneda acuñada, cuyo peso y natura-
un estado de la civilización. Los pueblos no leza, es decir lo que contiene de metal fi-
desprendidos por completo de la barbarie no, están de antemano indicados y graba-
dos por la autoridad. Se tuvo entónces la
y poco ricos, han podido servirse durante
moneda completa, en su forma perfecta,
largo tiempo del fierro y el cobre como
la que consiste en determinado número de
única moneda. Los pueblos más ricos, han
tipos de piezas, siempre uniformes respec-
necesitado la plata, porque el fierro y el to de cada tipo, que tienen exactamente el
cobre representan muy poco valor mtrín- mismo peso y llevan en el anverso, rever-
seco; y en los pueblos extraordinariamen- so y cordon determinados grabados, reci-
te ricos, como Inglaterra, los Estados Uni- biendo tanto del público como de la ley,
dos y Francia, solamente el oro, metal
un nombre especial. Cada pais tiene cier- ta ú oro finos que tenían antes las piezas
to número de tipos, cuatro, cinco, ocho ó de igual denominación: este procedimien-
diez cuando mucho, de moneda de cada to desleal, es lo que llama falsificación de
uno de los dos metales preciosos, el oro y moneda. Pero el público advirtió que las
la plata. Esos tipos corresponden á piezas nuevas monedas contenían menos oro y
de modelos diferentes, hechos de manera plata que las antiguas, y á pesar ele todos
de adaptarse á las necesidades de los cam- los edictos reales, el valor ele la primera
bios para las transacciones importantes así moneda disminuyó, hasta nivelarse exac-
como los medias y las pequeñas. Así se- tamente con la cantidad ele plata ú oro
gún los países, se han creado la libra es- contenida en las piezas.
terlina, el florín, la corona, la libra tor- La experiencia de los siglos, lo mismo
nesa, la pistola, el escudo, el franco, y que el razonamiento, han demostrado que
las piezas múltiplos y submúltiplos de las la moneda es una mercancía que vale se-
nombradas. gún la cantidad de metal precioso que
Merced á la fabricación de piezas regu- contiene. El sello es solo una comproba-
lares de diversos tipos, cuyo peso y natu- ción ele la cantidad de metal, y cuando
raleza del metal están garantizados por se advierte que esa comprobación es falsa,
los sellos que las autoridades les han gra- por virtud de la deslealtad de quien la ha
bado, las transacciones pueden realizarse dado, el público le retira su confianza.
con prontitud y solidez. Los gobiernos se han reservado el dere-
Cualquiera que sean los nombres que la cho ue acuñar la moneda en estableci-
autoridad ó el público hayan dado á los mientos que se llaman casas de monedai
diferentes tipos de moneda, éstas no valen que son explotadas ya elirectamente por
sino por la cantidad de metal que contie- el Estado, ó contratadas á empresarios ba-
nen. Durante la edad media, algunos re- jo condiciones determinadas.
yes perversos ó ignorantes, imaginaron La ley, la liga y el vellón—Se ha reco-
disminuir el peso de oro ó de plata qae nocido que para hacer el oro y la plata lo
contenían las piezas de moneda, conser- menos desgastable al frotamiento que sea
vándoles su denominación primitiva; man- posible, es indispensable unirlos en débil
daron acuñar piezas con el nombre de li- proporción á otro metal, generalmente el
bras ó escudos, que solo contenían las tres cobre. La proporción de metal inf erior
cuartas partes ó la mitad del peso de pla- que entra en la moneda, se llama liga. La
20
Hay determinadas clases de monedas
proporción de metal fino, d e o r o ó d e plata,
que generalmente sirven de complemento
que lleva' la moneda, se denomina ley. en los pagos, y que solo tienen poder libe-
Nuestras monedas, salvo las de vellón de ratorio respecto de pequeñas sumas, es de-
las que en breve hablaremos, tienen en cir, que el deudor no puede imponérselas al
Francia una ley de 900 milésimos, ó la dé- acreedor más que en pequeñas cantidades,
cima parte de su peso, de liga. No siem- y son las monedas de cobre y las peque-
pre es posible obtener en la fabricación ñas monedas de plata, las de 20 y 50 cén-
respecto de todas las piezas, esa propor- timos, y 1 y 2 francos. Todas estas pie-
ción con exactitud matemática; el límite zas no contienen en Francia la cantidad
hasta el cual es lícito llegar, se llama to- de metal que debieran, para corresponder
lerancia de ley. Ese límite es casi insig- á su denominación legal; así las piezas de
nificante, y los progresos de fabricación plata de 20 y 50 céntimos y 1 y 2 francos,
permiten reducirlo cada día más: en Fran- solo contienen 835 milésimos de plata,
cia es apenas de dos milésimos; es decir, mientras que para corresponder á las exi-
que en rigor ana pieza nueva de oro, pue- gencias de moneda perfecta, deberían con-
de no contener más de 898 milésimos de tener 900 milésimos. Tienen pues un va-
su peso en oro, en lugar de 900 milésimos lor menor que el que se les atribuye. Lo
que constituye la Idy. Teniendo menos mismo acontece, aunque en mayor propor-
de 898 milésimos, no podría ser puesta en ción . con la moneda de cobre, que vale
circulación y deberá ser refundida. apenas la tercera parte de su valor nomi-
El beneficio que obtiene el Estado de la nal ó legal. La moneda de esta clase, es
fabricación de moneda, se llamó Señorío la que se llama de vellón, (1) y no es mone-
(1) (derecho del Señor); debe ser muy da real y completa, porque no contiene el
reducido y no exceder del interés del ca- peso de "metal que corrresponde á su de-
pital empleado en las casas de moneda, signación.
maquinaria y circulación de fondos. De
otra suerte tendría que alterarse la ley de
la moneda. [1] En nuestro sistema monetario, la iinica moneda
de vellón existente es la de cobre, indispensable pa-
ra satisfacer las exigencias de las pequeñas transac-
[1] En nuestro tecnicismo financiero, los benefi- ciones. Las demás monedas divisionarias tienen la
c i o s á que se refiere el autor se llaman derechos de ley usual. [N. del T . ]
acuñación. [N. del T,]
/
Tampoco nadie puede ser obligado e obligación de ninguna especie, al menos
aceptar más de 5 francos en moneda de más allá de determinada cantidad. Este
cobre, ni más de 50 francos en piezas d sistema ha recibido el nombre de Sistema
plata de 20 ó 50 céntimos, uno y dos fran- de talón único. El talón único puede ser
cos, llamadas divisionarias. Todas estas bien de oro, como en Inglaterra, ó ya de
piezas no constituyen la moneda normal; plata como en la India inglesa. En Ingla-
son una especie de moneda fiduciaria, es terra un individuo que debe á otro 4,000
decir, de confianza, que no debe el Esta- libras esterlinas ó 100,000 francos, solo pue-
to acuñar sino en cantidades muy restrin- de liberarse válidamente en oro, y no tie-
gidas. ne el derecho de imponer á su acreedor
Talón monetario. Talón único y talón doble moneda de plata, sino en cantidad muy
- L a s exigencias de las transaciones, unas pequeña, casi insignificante. En la India,
muy importantes y otras muy módicas, han por el contrario, aun que también tiene tá-
obligado á la mayor parte de los Estados lón único, pero talón único de plata, un
á emplear á la vez varios metales en sus deudor puede válidamente pagar los
sistemas monetarios; el oro, la plata, el co-
100,000 francos que adeuda á su acreedor
bre y el níquel. El oro no conviene para
entregándole esa suma en monedas de
las pequeñas transacciones, y la plata no se
plata; el acreedor, no tiene derecho de exi-
adapta á los cambios de consideración; en
gir oro, y aun pudiera legalmente rehu-
consecuencia todos los pueblos civiliza-
sar el pago en ese metal.
dos tienen en circulación piezas de tres
metales distintos. El sistema de talón único recientemen-
te ha sido bautizado con el nombre inex-
Surge aquí una cuestión azás difícil y acto de monometalismo. En frente de éste
muy controvertida. Supongamos un Es se levanta el sistema del talón doble.
tado quo elige, á pesar de tener en su sis- En ninguna parte se trata del talón tri-
tema monetario piezas de diversos meta- ple, porque todos los Estados modernos
les, un solo metal como base única de sis- han rehusado por completo al cobre la
tema monetario, confiriendo solamente á función monetaria, y solo consideran este
ese metal el poder liberatorio en los pagos metal como de vellón, pudiendo servir
de todo géneros, sin admitir los demás únicamente para los pequeños pagos. Mas
metales más que como moneda facultati- algunos Estados han pretendido que el
va, que se recibe por comodidad y sin oro y la plata tengan exactamente el mis-
¿Cuál de estos dos sistemas, el de talón
mo poder liberatorio; resulta de aquí que único ó monometalismo, ó el de talón doble
en esos Estados un deudor puede válida- ó bimetalismo, está más de acuerdo con la
mente liberarse de una suma de 100,000 ó verdad científica, y ofrece mayores venta-
un millón de francos, bien en piezas de jas prácticas?
plata exclusivamente, ó de oro, á su elec- El talón doble ó bimetalismo, presenta
ción. En este sistema que recientemente un inconveniente fundamental por el que
ha recibido el nombre de bimetalismo, el debe ser rechazado: es contrario á la natu-
oro y la plata tienen, pues, derechos abso- raleza de las cosas. Descansa en la hipó-
lutamente iguales en la circulación mone- tesis de que la relación de valor entre los
taria. Por otra parte el acreedor jamás dos metales pueda permanecer siempre
sabe de antemano en que metal se le pa- idéntica, y eso es contrario á la naturale-
gará, si será en oro ó en plata, ni tiene za. Decretar que constantemente un gra-
derecho alguno para reclamar la prefe- mo de oro, no valga ni más ni menos de
rencia de uno ú otro. 15 gramos y medio de plata, es punto me-
De acuerdo con este sistema del talón nos como si se decretase que un- hectólitro
doble ó bimetalismo, teniendo los dos me- de trigo, valga siempre exactamente dos
tales el mismo poder liberatorio, necesa- hectólitros ele avena, ó que una libra de
rio ha sido establecer entre el valor de lana haya de ser siempre precisamente
ambos una relación fija é inalterable. Al cambiada por dos libras de algodón. La
principio del presente siglo, por la ley del producción de oro y la de plata están
del año XI, se adoptó en Francia la rela- influenciadas por circunstancias muy di-
ción de 1 á 157 2 ; es decir, que un gramo versas: la abundancia de las minas, l o s
de oro, según nuestras leyes monetarias, progresos técnicos en la extracción, y fi-
tiene exactamente el mismo valor que 15 nalmente la demanda de esos metales, y a
gramos y medio de plata (1)
ciones del cambio sobre el exterior. Los fracasos s u -
(1) Dada la situación económica de México, pue- cesivos de la Unión Latina, ó liga monetaria de F r a n -
de decirse, por más que el oro se acuñe, aunque en cia, Italia, Suiza y B é l g i c a , demuestran que las l e y e s
muy exiguas proporciones, que nuestro sistema mo- son del todo impotentes para oponerse al curso na-
netario es monemetalista ó de talón de plata, porque tural de las cosas, v que los fenómenos económicos
no se emplea en calidad de moneda el oro, que están sujetos á leyes tan fatales, como las q u e - r i -
es más bien un artículo de exportación, que tie- gen en el mundo físico. (N. del T.)
por otra parte un valor sujeto á las constantes flutua-
para usos industriales óparamoneda. Aho- queda en consecuencia, constantemente
ra bien, esas influencias jamás obran en el amenazado de perder su moneda más pre-
mismo sentido y con la misma intensidad ciosa, es decir, aquella cuyo valor en lin-
en un momento dado, sobre cada uno de gotes está en alza en el mercado. No podría
los dos metales, de suerte que la relación evitar esa pérdida, sino cerrando sus casas
de valor entre ambos es siempre variable. de moneda, y prohibiendo á los bancos la
En los países de talón doble, cuando la entrega de la clase de moneda que ha su-
relación de valor entre los dos metales en bido de valor.
lingotes, es diversa de la relación legal de El sistema de talón doble ó bimetalismo,
los mismos metales en estado de moneda, es pues contrario á la naturaleza de las co-
el metal cuyo valor real ha subido, tiende sas y á la utilidad práctica. Respecto de un
á salir del país: se le exporta. (1) Si á con- vencimiento próximo ó lejano, no sabe
secuencia de circunstancias diversas, un nunca el acreedor en qué moneda se le pa-
gramo de oro llega á valer veinte de pla- gará. En Francia, por ejemplo, nadie pue-
ta en lugar de 15V2 gramos que han fija- de jamás estar seguro de poder obtener,
do nuestras leyes monetarias, llegarán á sin pagar una prima, 100,000 ó un millón de
las casas de moneda muchas barras de pla- francos, en oro, porque Francia es un país
ta para ser transformadas en monedas de detalón doble. En Inglaterra por el contra-
cinco francos, que se procurará cambiar en rio, se tiene la certeza de poder proporcio-
seguida, en la cantidad que sea posible, narse en cualquier momento el oro, porque
por piezas de oro de veinte francos, que es un país de talón de oro, y este metal es
se les hará fundir ó se exportarán, puesto la única moneda legal, con la que deben
que en estado de barras ó lingotes, se les ser cubiertos todos los compromisos, lo
podrá cambiar en el extranjero por un pe- que constituye, para el comercio inglés
so mucho más considerable de plata, de la una ventaja inmensa.
que hubiere sido posible obtener en la Alteraciones de la relación de valor entre
forma de moneda. UnEstado¡de talón doble, el oro y la plata— La relación de valor en-
tre el oro y la plata ha variado al través
de la historia, en general, en el sentido de
(1) Tal es el fenómeno que se ha venido observan-
do en México desde que se inició la actual deprecia-
un aumento del valor del oro con relación
ción, sin procedente en la historia éconómica del al de la plata. En la antigüedad un peso
mundo, del metal blanco. [N. del T . ] de oro valía ordinariamente, con frecuen-
tes variaciones, un peso 8 ó 10 veces ma- segundo lugar, y esta es la principal ra-
yor de plata; la relación era pues de 1 á 8 zón, el oro es para las sociedades ricas en
ó 10. Se estacionó dicha relación de 1 á 10 que las sumas distribuidas como sueldos,
durante la mayor parte de la edad media. salarios y utilidades, son de más en más
Siendo principalmente de plata las minas considerables, un instrumento de cambio
descubiertas en América durante el siglo más perfecto que la plata.
XVI, la relación de valor subió de 1 á 15; Un pais no debe tener una cantidad ex-
es decir que determinado peso de oro va- traordinaria de moneda— Si los metales
lía uno de plata quince veces mayor; osci- preciosos son una mercancía que tiene por
ló, desde el siglo XVI entre 1 á 14 y 1 á sí misma valor, y forman como factores de
151/2; y finalmente desde 1873 la relación la riqueza de una nación, están muy lejos
á que nos referimos ha subido gradual- de significar la totalidad, ni siquiera la
mente, basta el punto de que en 1898 era de parte más importante de esa riqueza. L a
1 á 35; esto es, un gramo de oro valía 35 porción más importante de la riqueza
de plata, lo que está en pugna con nues- de un país, son los fundos productores de
tras leyes monetarias. la tierra, las construcciones, la fábricas,
Las causas de esas variaciones son di- los animales domésticos y útiles, el mate-
versas; mas he aquí las dos principales: rial de todas clases, los abastecimientos
las desigualdades en la producción de de mercancías de todos géneros, en una
los dos metales, aumentada enormemente palabra, los capitales que sirven para la
la de la plata, mientras que la del oro ha producción, ó las cosas que consume el
disminuido durante algún tiempo; (1) en hombre de un modo directo.
La moneda es una mercancía útil, pero
de una utilidad especial; no presta ningún
[1] Siendo solamente de 22 p g de 1851 á 1855 la
parte de plata en la producción total de los metales servicio directo, puesto que no se le con-
preciosos, aumentó al 43 p g de 1871 á 1880; y al sume, ni sirve para satifacer ningu-
51 p g de 1881 á 1885. A partir de 1892 y 1893 au- na necesidad personal del hombre, sino
mentada la producción anual de oro por las minas cambiándose por otras mercancías.
del Transvaal y de Australia Occidental, ha pasado
de 7 y 800 millones, llegó después á 1,200 millones No presta, pues, más que un servicio
en 1,887, y tiende hacia 1,500 millones; la producción intermediario en los cambios. Es conve-
de plata, según la tarifa monetaria oficial de Fran- niente que una nación tenga cierta abun-
cia, excede de mil millones. dancia de moneda, á fin de que no
316 CIRCULACION DE LAS RIQUEZAS

se vea envuelta por dificultades, cuando den producir algunas. Un pueblo que
haya de verificar algunos pagos en el ex- conserva demasiado dinero metálico, se
terior; mas tener demasiada moneda cons- encuentra precisamente en la situación
tituye respecto de una nación, un sobran- de un particular que guardase una parte
te de riqueza mal empleado. principal de su fortuna, en efectivo, en una
Los pueblos más ricos no son aquellos caja fuerte, privándose del capital inmo-
que poseen la mayor riqueza metálica. vilizado de esa suerte. Conviene en con-
Inglaterra, por ejemplo, la nación más secuencia á los pueblos, desarrollar hábi-
mercantil y floreciente del Globo, solo tos mercantiles que les permitan no tener
tiene 3,600 millones de metales preciosos demasiado dinero. Se verá en el siguiente
monetizados, de los que 3,100 millones son capitulo cuáles son esos hábitos, y á qué
de oro y 500 millones de plata; los Esta- medios ingeniosos se puede ocurrir, para
dos Unidos, que son también de una rique- disminuir, sin poderlo nunca suprimir, el
za prodigiosa, con cerca de 60 millones de papel de la moneda de oro y plata en los
habitantes, no poseen más que 4,500 en cambios.
efectivo de oro y plata, de los que 3,100 Variaciones del valor de los metales pre-
millones son de oro y 1,400 millones de ciosos.—Existe otro error muy común res-
plata. Francia menos poblada y rica que pecto de la moneda. Ya hemos dicho que
los Estados Unidos, y menos mercantil es una medida del valor, un valorímetro;
que Inglaterra, tiene mucha más mone- esto es cierto en un sentido relativo, pero
da, cerca de 8,000 millones, 5,000 millo- no de un modo absoluto y matemático.
nes en oro y 3,000 millones en plata. La moneda no es, como el metro y el ki-
lógramo, una medida invariable. La lon-
Esto constituye indudablemente para
gitud del metro y el peso del kilógramo
Francia una riqueza, pero una riqueza
modelos, no cambian, ó cuando menos su
mal empleada; sería mejor que solo tuvie-
longitud y peso no están sometidos, sino á
se 4 ó 5 mil millones de oro y plata y po-
influencias atmosféricas y algunas otras
seyese más fábricas, máquinas é instru-
que los modifican en proporción tan infi-
mentos de trabajo por tres ó cuatro mil
nitesimal, que en la práctica se puede no
millones. Sus rentas aumentarían, porque
tomar en consideración las variaciones
el dinero no produce rentas para un país,
que puedan experimentar.
y las fábricas, las máquinas y los instru-
mentos de trabajo de todos géneros, pue- El oro y la plata que sirven de valorí-
metro ó medida de los valores, puedan su- cantidad de esos metales acumulada du-
frir en su propio valor variaciones más rante el transcurso de los siglos anterio-
considerables. Basta que la producción res; la masa existente de oro y plata es de
de esos metales aumente ó disminuya en treinta á cuarenta veces más considera-
proporciones notables, para que su valor ble que la mayor producción anual habi-
intrínseco pueda afectarse, y tengan, se- da. Esto basta para dar al valor del
gún el caso, ya menor ó mayor poder de oro y la plata, principalmente al del oro,
adquisición; es decir, que puedan ser cam- que es menos común en la naturaleza, una
biados por una cantidad mayor ó menor estabilidad relativa mucho mayor, que la
de mercancías. De esa suerte, el descu- de que disfruta el valor de las demás mer-
brimiento de las minas de plata en el Pe- cancías. Así, sin ser una medida absolu-
rú y México durante el siglo XVI, ha dis- tamente estable y siempre idéntica de los
minuido, en efecto, el valor de ese metal, valores, la moneda de metales preciosos,
es decir, su poder de adquisición. De sobre todo de oro, puede ser considerada
igual manera los descubrimientos de las como la mejor medida que haya podido
minas de oro de Australia y California, encontrarse, del valor de las cosas. Tam-
pudieron en determinada proporción, se- bién se puede asegurar que, tratándose de
guramente muy ligera, reducir el valor períodos de poca duración, como los que
del oro. Asimismo los descubrimientos de se emplean en las transacciones mercanti-
ricas minas de plata, han originado la de- les, ó de periodos de diez, quince ó veinte
preciación, en cierta medida, del valor años, como los que se usan en los contra-
de ese metal. tos civiles, el oro es una medida suficien-
temente precisa y estable, para que no ha-
Las variaciones de valor, son sin em- ya lugar á inquietarse de las ligeras fluc-
bargo mucho más raras y menos genera- tuaciones que el aumento ó la restricción
lizadas respecto de los metales preciosos, de su producción, pueden introducir en su
sobretodo el oro, que de las demás mer- poder de adquisición.
cancías, que exigen más tiempo para pro-
ducirse y no se manifiestan con la misma Las fluctuaciones del valor del oro son
instantaneidad. Es necesario agregar que tan débiles, graduales, é insensibles, cuan-
el oro y la plata producidos, no se consu- do se trata de un período de quince ó vein-
men ni desaparecen, sino que la produc- te años, que ni los escritores especialistas
ción anual viene á sumarse á la inmensa más concienzudos y eruditos han podido
á prohibir absolutamente la acuñación de moneda
ponerse de acuerdo acerca de saber, si de plata en los cuatro países de r e f e r e n c i a . Se ha
en un intervalo de esa duración, el oro ha- abandonado, en consecuencia, de hecho, el sistema
ya subido ó bajado de valor, ni las pro- del talón doble, sin haber adoptado el de talón úni-
porciones en que la alza ó la baja hubie- co de oro. En la actualidad la Unión latina, está en
peligro de disolverse, inclinándose varios de los Es-
sen podido manifestarse. tados que la forman, la Suiza y la Bélgica, á adop-
En consecuencia, sin ser instrumentos tar el talón único de oro, lo que sería mejor para to-
de una perfección absoluta, la plata y so- dos. En 1894 una convención celebrada entre Fran-
bre todo el oro, han sido en el pasado y cia é Italia, determinó que la primera restituya
á la segunda todas sus piezas divisionarias de pla-
serán en lo porvenir los objetos más ca- ta, es decir las piezas de 2 francos, 1 franco. 50
racterizados, por sus propiedades natura- y 20 céntimos, las que, á partir de Julio de 1894, han
les, para desempeñar la función de mone- dejado de circular en Francia.
da y medida en los cambios (1).

( 1 ) La situación monetaria de los países de


Europa Occidental, actualmente se encuentra per-
turbada é incierta. En 1865 cuatro países, Francia,
Italia, Bélgica y Suiza, llegaron á nna convención
que recibió el nombre de Unión latina. La moneda
d e e s a s cuatro potencias, era acuñada según tipos
iguales, y debía circular en todo el territorio de
los cuatro Estados contratantes. El sistema de la
Unión latina reposaba en el principio del talón do-
ble, con la relación de 1 á 15 1 ¡ 2 entre el valor de la
plata y el del oro. Posteriormente Grecia se adhirió
á dicha Unión. Habiendo bajado considerablemen-
te de precio la plata en lingotes, desde 1871, los ban-
queros hacían acuñar enormes cantidades de ese
metal en las casas de moneda délos cuatro Estados,
y cambiaban las piezas de 5 francos que obtenían
por ese medio por piezas de oro que fundían ó ex-
portaban. Amenazadas de perder todo su oro, las
cuatro potencias celebraron varias conferencias mo-
netarias. En 1874 se limitó en los cuatro Estados la
cantidad de plata que pudiera acuñar cada uno de
ellos. Lo mismo aconteció en 1875; después se llegó
n
males, agregar á la simple restitución del
capital prestado, un intéres préviamente
convenido; este interés, frecuentemente
llamado también descuento, representa por
una parte el precio ele la productividad de
los capitales tomados, y por otra la com-
CAPITULO III. pensación del riesgo que corre el presta-
mista, de no recuperar su capital, ó de no
volver á la posesión del mismo, en el mo-
mento preciso en que contaba recuperar-
lo, si el tomador hace malos negocios se
EL CREDITO—NATURALEZA DEL CRÉDITO.
arruina ó es de mala fé.
Naturaleza clel crédito.—El crédito personal y ol El crédito es un acto de confianza, como
crédito real.—El crédito no crea capitales: l.n lo mélica el origen de la palabra, del latin
tres utilidades del crédito.—El crédito para ol credere, confiar; pero esta confianza debe
consumo.—El crédito desarrolla la economía. ser reflexiva, y debe tomar precauciones y
garantías para no ser engañada.
Naturaleza del crédito.—El crédito es la El crédito personal y el crédito real—
facultad de usar un capital que pertenece El crédito ó la confianza, pueden acordar-
á otro, mediante el compromiso de res- se á la persona misma del tomador, ó á
tituir al propietario que se ha desprendi- unacosadeterminada que se toma en pren-
do de él, sea el mismo capital, sea un ca- da y á la cual se afecta, de común acuerdo,
pital equivalente. La restitución puede
hacerse, bien en una época determ i nuda coa y de preferencia, paragarantir la restitución
anticipación, ó ya cuando el presta mista, ia de la cosa prestada. La primera clase de
solicite. Como el crédito es una operación crédito, se llama crédito personal; el se-
económica y no un acto de filantropía ó gundo, crédito real.
de caridad; como por otra parte, los capi- En el crédito personal, son las cualida-
tales son productivos en manos de quie- des propias del tomador, su capacidad,
nes saben servirse de ellos, según se ha inteligencia en los negocios, su lealtad, las
demostrado j-a; el tomador, aqu,el á quien que inspiran confianza. En todo caso, ade-
se abre crédito, debe en condiciones por*. más de tener en cuenta estas cualidades
personales, también se consideran otras
muchas circunstancias, como su fortuna lo que constituye para el prestamista el
adquirida, sus mercancías almacenadas, motivo determinante del préstamo.
la venta de los artículos de su fábrica, la Así cuando un establecimiento de crédi-
empresa que ha concebido realizar etc. to raiz, ó un capitalista prestan una suma
Solamente que no se hace ninguna desig- determinada con hipoteca, es decir, to-
nación especial sobre esta fortuna, ó so- mando conforme á las leyes un inmueble
bre mercancías, artículos, ó la empresa; por garantía ó prenda, como una casa ó
pero no por esto es menos cierto que se to- un fundo rural, no es la persona del to-
man en consideración, y que son, en el es- mador la que tiene en consideración, sino
píritu del prestamista, uno de los motivos el fundo rural ó la casa; sucede lo mismo
determinantes del préstamo. El crédito cuando se presta sobre mercancías depo-
puramente personal, es decir aquel que se sitadas en un almacén público, creando
efectúa por un simple acto de confianza esos títulos quese llaman warrants, y acep-
en las cualidades de un hombre, indepen- tando en cambio como prenda, mercan-
dientemente de todo resultado ya adqui- cías de modo que no se pueden sacar del
rido por él, es el más raro y el más daño- almacén ó del dock, antes de la restitución
so de los créditos. La forma más usual del del préstamo; es idéntica la operación que
crédito personal, es la practicada por los se hace en los países cuyo crédito agríco-
proveedores, que no obligan á pagar in- la está organizado, cuando se presta so-
mediatamente á sus clientes el precio de bre las cosechas ya futuras ó almacena-
las cosas que éstos les compran. das; este género "de préstamo obliga al
En el crédito real no es el individuo el deudor á no vender sus frutos, antes de
que se toma en consideración, ni aun te- haber reembolsado al prestamista; lo
niendo en cuenta su fortuna y los frutos mismo sucede con los préstamos hechos
de que está ya en posesión; es una cosa sobre depósitos de valores, muebles, ren-
ya determinada, en la que se confía; es á tas. acciones, obligaciones ó sobre pren-
ella á la que se presta. das constituidas por objetos muebles. 1 o-
dos estos casos v otros muchos análogos,
El motivo del préstamo es la creencia constituyen el crédito real, aquel que se
en la durabilidad de esa cosa, en la fijeza hace á la cosa más que al individuo, y que
do su valor, en la facilidad ó posibilidad da al acreedor un derecho particular so-
eventual de poder cambiarla por moneda, bre la prenda.
El crédito no crea capitales—Un asunto caballo á Pedro, él lo tiene en su caballe-
frecuentemente discutido y que ha susci- riza, no encontrándose ya en la mía.
tado diversos errores, es el de saber si el Notemos que no se pueden prestar sino
crédito tiene la facultad de crear capita- cosas existentes. Si he prestado 1,000 fran-
les: si así fuere, los hombres sin ningún cos, es porque los tenía, ó porque me eran
trabajo y por simples arreglos ingeniosos, debidos, y los he requerido de mi deudor
podrían multiplicar los instrumentos y los para prestarlos á otro; pero no podré pres-
abastecimientos de la humanidad. De este tar esos 1,000 francos, si no los tuviera, ó
prejuicio vulgar, que atribuye al crédito la si el deudor de quien puedo reclamarlos
potencia de crear capitales, han surgido no estuviera solvente.
tentativas quiméricas cuyos resultados A peear de todo, ciertas circunstancias
han sido espantosas bancarrotas, como la han extraviado el espíritu público que es
de Law, de la compañía del Mississipi indocto é irreflexivo, y aun á muchas in-
al principio del siglo XVIII, y la de los teligencias sutiles. Si Pablo, se dice, ha
asignados en la época de la Revolución. prestado 1,000 francos á Pedro, éste tie-
ne los mil francos y por otra parte Pablo
La experiencia lo mismo que el razo- tiene un pagaré, del que puede servirse,
namiento, demuestran lo absurdo de tal si el que lo ha firmado es solvente, para
creencia. Siendo el crédito la facultad de procurarse él á su vez, 1,000 francos, si
disponer del capital de otro, mediante la tiene necesidad de ellos; en consecuen-
promesa del pago, resulta que el crédito cia ambos tienen á su disposición el ca-
cambia la radicación del capital, lo colo- pital prestado. Esto es especioso, pero
ca en otras manos, algunas veces lo lle- completamente inexacto. Pablo que ha
va á otro lugar; pero no crea un capital prestado 1,000 francos á Pedro, puede sm
nuevo. duda, con el pagaré de este último, si ins-
pira confianza, procurarse suma igual; pe-
Presto 10,000 francos á Pedro; Pedro ro él no la tiene, ni la puede obtener, sino
los ha agregado á lo que él tiene, pero yo á condición de'que una tercera perso-
tengo eso menos; me queda únicamente el na se desprenda de ella, para prestarla a
derecho de recuperarlos en el momento Pablo, por lo que es del todo falso asegu-
convenido, pero entonces Pedro se des- rar, que el capital existe en los dos inu
prenderá de esa suma. Bajo este aspecto,
es lo mismo que si habiendo prestado mí yWW á la Y ^ , U que tay efectivara^
te, es que uno tiene la posesión efectiva 3a El crédito, introduce em los pagos nue-
del capital del otro, y éste el derecho de vos modos de saldo ó de transmisión de los
recuperar ese capital con sus intereses. capitales, más rápidos y menos costosos
El crédito pues cambia la radicación, que si se empl ease la moneda, y permite
del'capital y lo transfiere: sin crear un solo por lo mismo hacer una cantidad de ne-
átomo del mismo. gocios mucho más considerable con me-
Las tres utilidades del crédito.—Puesto nor suma de dinero. Ahora bien, como la
que el crédito no crea capitales ¿paiaqué moneda es una mercancía cuya produc-
sirve? Digamos primero que puede servir ción es muy costosa, el ahorro de la mo-
y también dañar, tanto á las naciones, como neda permite á una nación tener una can-
mo á las sociedades é individuos; puede tidad mayor de capitales de otros géneros.
acarrear tanto la ruina y la decandencia Si en esa nación se pueden hacer los mis-
mos negocios con tres mil millones de mo-
como la riqueza y el progreso.
neda, que antes con seis mil, se podrán
El crédito puede tener tres aplicaciones
reemplazarlos tres mil millones de diferen-
útiles:
cia, que han resultado superfluos, con un
I a Las transmisiones de capital hechas valor igual en caminos de hierro, en má-
por medio de él, pueden tener por conse- quinas de todo género, ó en cualesquiera
cuencia que el tomador ó deudor obtenga otros capitales ó abastecimientos.
del capital mejor partido que el prestador,
y ésta es la principal ventaja del crédito. Examinemos rápidamente cada una de
2a El crédito poniendo los capitales en estas tres ventajas. La realización de la
manos de individuos que hacen de ellos primera, depende de las cualidades res-
uso más productivo, que el que podrían pectivas del acreedor y del deudor. El cré-
hacer los que forman estos capitales por el dito no es útil sino á condición de que
ahorro, facilita, en consecuencia, la mejor el último sea más activo, y más hábil
que el prestamista, ó al menos que ejerza
aplicación de los capitales en la sociedad,
una profesión ó una industria que ofrez-
y hace más ventajosa!a creación d e capi-
ca campo más productivo al empleo de
tales. Estimula además el ahorro, al au-
capitales, que la del prestamista.
mentar la remuneración del mismo, y á la
larga, por una acción indirecta, produce El préstamo en las operaciones de cré-
la formación de capitales más abundan- dito, no se hace únicamente de personas
tes, ricas á personas pobres; los préstamos he-
chos en estas condiciones, tienen su ori- rio que hacen economías, no son ociosos,
gen en general en la filantropía ó en la pero se encuentran empeñados en ocupa-
caridad. ciones particulares, que no les permiten
En las operaciones de crédito el toma- utilizar directamente por sí mismos los ca-
dor puede ser, sin duda, un hombre enér- pitales que su economía ha constituido.
gico, activo, desprovisto de capitales; és- También el tomador no es siempre un
te es el crédito personal de que hemos ha- hombre activo; puede ser un ocioso, esto
blado, crédito muy raro y peligroso. Lo es lo que sucede frecuentemente en el cré-
más común es que el tomador sea un hom- dito de consumos, aquel que se abre por
bre de capital, pero que pueda emplear los proveedores á sus clientes.
más de lo que posee. No es raro que los El crédito de consumo.—Es necesario
tomadores sean mucho más ricos que los distinguir el crédito abierto á la produc-
prestamistas; así los grandes empresarios, ción, del crédito ele consumo. El primero
los grandes banqueros, las grandes com- es ordinariamente productivo; el segundo
pañías, que reciben depósitos ó que colo- es generalmente destructor. El primero
can obligaciones, toman dinero, bajo estas conduce á una utilización mejor délos ca-
formas, de personas infinitamente menos pitales; el segundo produce en general su
ricas que ellos mismos. aniquilamiento. El crédito de consumos
restringe los capitales que tienen en ma-
Es, por otra parte, un error creer que el
nejo los comerciantes y los trabajadores
crédito sea siempre abierto por un indivi-
productivos, multiplica los riesgos del co-
duo ocioso, á otro activo é industrioso.
mercio y hace encarecer todo.
Frecuentemente, aquel que se desprende
de su capital,no es ocioso sino en aparien- Así, el crédito no es útil, sino en tanto
cia, y respecto de cierta clase de actividad que el tomador haga de la suma pedida
determinada. El prestamista puede ser un mejor uso para la sociedad, que el que pu-
hombre muy ocupado y que precisamente diera hacer el prestamista.
por sus ocupaciones profesionales, esté El crédito desarrolla la economía.—En
impedido de hacer valer por sí mismo sus cuanto á la segunda ventaja del crédito,
capitales. Así, el simple trabajador ma- el de animar el ahorro, se ha visto ya co-
nual que pone en la caja de ahorros su di- mo se realiza. Muchas personas por el ca-
nero, ó compra una obligación de ferro- rácter particular de sus operaciones ó por
carril; el abogado, el médico, el funciona- el estado de sus conocimientos, los obre-
ros, los profesores, los funcionarios de to-
das clases, los médicos,, etc., no pueden
utilizar por sí mismos sus economías. Al
contrario, el crédito con sus combinacio-
nes variadas, les permite obtener de ellos,
un interés remunerador, lo que natural-
mente los induce á aumentar sus ahorros. CAPITULO IV.
En cuanto á la economía de la moneda,
que es la consecuencia de un uso frecuen-
te del crédito, resulta de la invención del
billete de banco, del cheque, de las libran- LOS BANCOS.

zas, de los pagos por compensación, y de


otros modos que se relacionan con la in- Origen de los bancos; operaciones á las cuales se
dedican.—El descuento comercial, el billete á la
dustria de los bancos, de que se tratará vista y la letra de cambio.—El descuento del pa-
en el capítulo siguiente. pel del comercio es la operación fundamental de
los bancos. Los cheques, las libranzas y los CLEA-
RING HOÜSES.—El billete de banco.—Ventajas del
billete de banco.—Peligros de las emisiones ex-
cesivas de billetes de banco; reglamentación de
los bancos de emisión.—Diferencia entre los bi-
lletes de banco y la moneda.—El Banco de Fran-
cia—Diversas operaciones de los bancos—Socie-
dades de crédito r a i z . - Crédito agricola y mobi-
liario—Quimeras é ilusiones relativas al crédito.—
Crédito popular.

Origen de los bancos; operaciones á que


se dedican. Es natural en la civilización,
que toda función que ofrece utilidad, ó una
importancia particular para la sociedad,
haga, surgir, con el transcurso del tiempo,
una profesión especial. Así es como se
han constituido los bancos, que tienen por
ros, los profesores, los funcionarios de to-
das clases, los médicos,, etc., no pueden
utilizar por sí mismos sus economías. Al
contrario, el crédito con sus combinacio-
nes variadas, les permite obtener de ellos,
un interés remunerador, lo que natural-
mente los induce á aumentar sus ahorros. CAPITULO IV.
En cuanto á la economía de la moneda,
que es la consecuencia de un uso frecuen-
te del crédito, resulta de la invención del
billete de banco, del cheque, de las libran- LOS BANCOS.

zas, de los pagos por compensación, y de


otros modos que se relacionan con la in- Origen de los bancos; operaciones á las cuales se
dedican.—El descuento comercial, el billete á la
dustria de los bancos, de que se tratará vista y la letra de cambio.—El descuento del pa-
en el capítulo siguiente. pel del comercio es la operación fundamental de
los bancos. Los cheques, las libranzas y los CLEA-
RING HOÜSES.—El billete de banco.—Ventajas del
billete de banco.—Peligros de las emisiones ex-
cesivas de billetes de banco; reglamentación de
los bancos de emisión.—Diferencia entre los bi-
lletes de banco y la moneda.—El Banco de Fran-
cia—Diversas operaciones de los bancos—Socie-
dades de crédito r a i z . - Crédito agricola y mobi-
liario—Quimeras é ilusiones relativas al crédito.—
Crédito popular.

Origen de los bancos; operaciones á que


se dedican. Es natural en la civilización,
que toda función que ofrece utilidad, ó una
importancia particular para la sociedad,
haga, surgir, con el transcurso del tiempo,
una profesión especial. Así es como se
han constituido los bancos, que tienen por
objeto esencial, la distribución del crédito. to á los particulares; se limitaban á reci-
Los banqueros son comerciantes de crédi- bir sus depósitos, conservarlos y hacer
dito, reciben capitales de quienes los po- de cajeros y contadores. Poco á poco se
seen y no los utilizan, y prestan estos ca- notó, que los depósitos en los bancos tie-
pitales á quienes no teniéndolo, ó no te- nen cierta fijeza, que no se les retira á la
niendo bastante, les parecen capaces de vez, y que se pueden utilizar para hacer
darle un empleo productivo. préstamos; y á fin de obtener el consenti-
Poco á poco los bancos lian llegado á miento de los depositantes, é inducirlos á
desempeñar esta función. Al principio, du- no retirar precipitadamente sus depósitos,
rante la antigüedad y aun en la edad me- se les acordó un interés. Los bancos de
dia, se dedicaban sobre todo al cambio de depósito se hicieron entonces de crédito á
monedas, que eran muy diversas en los Es- la ve.-;, y principalmente de un género de
tados disgregados de la época, y á recibir préstamo especial, que se llama descuento.
depósitos, que conservaban sin emplear- Descuento comercial.—Billete á la orclen,
los: los banqueros entonces eran sobre to- la letra ele cambio. El descuento es por
to cambistas, cajeros y descontadores, más excelencia el préstamo comercial, que es-
que prestamistas. tá rodeado de ciertas formalidades y que
El comercio de banca, comprende tres da lugar, en caso de la no restitución en el
géneros diversos de operaciones: I o Pres- momento del cumplimiento del plazo, á
tar capitales á quienes los necesitan y juicios v penas particulares.
ofrecen garantías de pago; ésta es la ver- Un sastre compra 5000 francos de telas
dadera operación de crédito; 2o transpor- á un comerciante al por mayor en paños;
tar capitales de una plaza á otra de Paris ¿le pagará inmediatamente? En general,
á Lyon, de Francia á Inglaterra ó Améri- no lo hará así, por que haciéndolo, encon-
ca; 3 o recibir y hacer caja con fondos de trará dificultades para pagar á sus opera-
los clientes, pagar por ellos, y balancear rios, su alquiler, sus gastos generales; pe-
las cuentas que los clientes de un mismo ro prevé que los vestidos que haga con
banco tienen entre sí. De estas tres cla- tela comprada al comerciante, serán ven-
ses de operaciones, la primera que es la didos y pagados en dos ó tres meses. Pa-
más importante, no se ha desarrollado si- ga entonces al comerciante no en dinero,
no después de las otras dos. sino con un pagaré; con papel de comer-
Los bancos primitivos no abrían crédi- cio. Este papel se divide en dos tipos di-
ferentes: el pagaré á la orden y la letra de sándolo, al comerciante en lana óen índigo.
cambio. Pueden hacerse así diez, quince, veinte
El pagaré á la orden es una promesa de operaciones sucesivas de compra, por me-
pago á plazo determinado que hace el deu- dio del pagaré, dando lugar á otros tan-
dor á su acreedor; en el caso, el sastre al tos endosos. Todas estas diversas opera-
comerciante al por mayor: «A primero de ciones quedan saldadas por el solo hecho
Mayo de 1888 pagaré á M. Pedro ó á su de que Pablo, el sastre, pague al venci-
orden, la suma de 5,000 francos, valor de miento el pagaré que ha firmado.
su factura de hoy. Firmado, Pablo.» Si Pe- Se deduce ya, una ele las ventajas de es-
dro acepta este documento de pago, la te instrumento de crédito: que es una eco-
operación de la compra de las telas está nomía de moneda, puesto que diez, quince
absolutamente terminada; ha nacido en su ó veinte transacciones diferentes quedan
lugar una deuda especial, nueva, de una saldadas por un solo pago verificado. Pe-
naturaleza particular. De esta manera, ro la principal ventaja consiste en permi-
Pablo, tiene la mercancía y puede reservar tir á la producción que. como sucede ge-
para su trabajo el capital que posea; será neralmente en la época presente, se ade-
necesario únicamente que se prepare á cu- lanta muchoal consumo, no paralizarse. En
brir su pagaré al cumplimiento del plazo. cuanto al consumidor, es decir el compra-
Pedro, el comerciante, no tiene su mer- dor en la casa del sastre, no es, con pro-
cancía y no está pagado sino con la pro- mesas, sino con dinero efectivo, como de-
mesa; podrá por consiguiente tener difi- be pagar; hasta él se detiene definitiva-
cultades para reponer su almacén com- mente° se resuelve para dejar de existir,
prando una cantidad de tela igual á la que toda la serie de operaciones que se han he-
ha vendido. Puede en todo caso salvar cho.
este inconveniente. Comprará al fabri- En tanto que el pagaré á la orden es
cante por valor de 5,000 francos de telas, una promesa de pago, hecha por el com-
y en lugar de pagarle en dinero, le trans- prador al vendedor, la letra de cambio es
ferirá el pagaré á la orden de Pablo, endo- una insinuación, una orden de pago diri-
sándoselo, es decir, garantizándolo, cons- gida por un acreedor á su deudor. Pedro,
tituyéndose solidario de la obligación. El fabricante en París, debe 1,000 francos por
fabricante de paños podrá igualmente pa- compra de materia prima, á Pablo, comi-
gar con el mismo efecto, siempre endo- sionista establecido en el Havre, y aquel
22
338 CIRCULAC 7 ÓN DE LAS RIQUEZAS LOS BANCOS 339

es acreedor de Santiago por 1,000 francos, zos, y el crédito de que usan entre si los
comerciante al menudeo en el mismo puer- negociantes, en espera de que el consumi-
to, por mercancías que le ha enviado. dor haga el pago definitivo, no tenga gra-
Pedro extiende una letra de cambio á car- ves inconvenientes, ha sido necesaria una
go de Santiago, yá favor de Pablo en estos legislación excepcional, muy valiosa, que
términos: «A la vista (ó á los tres meses somete al girador y á los endosantes de
vista)pagad á M. Pablo, negociante del Ha- los títulos de crédito á una jurisdicción
vre, ó á su orden, la suma de 1,000 fran- muy rápida y muy severa. Todos aque-
cos, valor de mercancías.» Pedro satisfa- llos á quienes la propiedad del título, (le-
ce de este modo la cantidad que debía á tra de cambio ó pagaré á la orden), se ha
Pablo, si éste quiere tomar la letra de cam- transmitido por endoso, se constituyen en
bio; pero queda el girador comprometido fiadores solidarios del pago, al cumplimien-
á que Santiago haga el pago de la suma to del plazo, con respecto á los endosata-
indicada en la letra, que contra él se ha rios posteriores. La falta de pago en el
extendido. plazo fijado origina la grave operación
La letra de cambio es análoga á un pa- que se llama protesto: es decir la constan-
garé á la orden, pero tiene la ventaja ca- cia oficial é inmediata, de que el pago no
racterística de que generalmente se gira se ha hecho; se abre así la acción legal
de un lugar á otro, y por consiguiente contra todos los endosantes sucesivos, y
economiza la translación de moneda con- da origen á la quiebra, es decir á una en-
tante, translación siempre costosa y no trega de todos los bienes, y al deshonor de
siempre excenta de peligros y pérdidas. aquel que ha faltado á sus compromisos.
El título no pagado, por aquel que debía
Los demás efectos económicos son idén-
hacerlo se llama en Francia letra protes-
ticos entre el pagaré á la orden y la,
tada y en Inglaterra letra deshonrada.
letra de cambio, y se resumen en lo siguien-
te: permitir á la producción no detener- Las deudas garantizadas por letras de
mientras que el consumidor, cuyas nece- cambio, ó por pagarés á la órden, tienen
se, sidades se han anticipado y compra, por tanto, en los casos de falta de pago
no pague en efectivo el producto, que en consecuencias mucho más graves y mucho
sus diversos grados de elaboración ha- más rápidas para el deudor que cualquiera
ya dado lugar á las transacciones descritas. otra deuda. Así debe ser, pues el crédito
Para que las deudas pagaderas á pla- es un medio tan precioso y delicado para
el progreso de la sociedad, que ésta jamás es una simple operación de crédito perso-
se mostrará lo suficientemente severa, ha- nal; está garantido implícitamente por una
cia aquellos que por imprevisión ó mala prenda, que consiste en la transacción
fé, comprometen, y acabarían por ani- mercantil que dió origen á la creación del
quilarlo, si su número aumentase de un pagaré á la orden, ó de la letra_ de cam-
modo considerable. bio. Se supone que esta transacción es se-
Una vez conocidos los títulos de crédi- ria, que los varios signatarios del docu-
to, pagaré á la orden y letra de cambio, mento realmente han producido ó vendi-
que tienen por consecuencia legal some- do, las mercancías cuyo valor será reinte-
ter á quienes los han expedido, aceptado ó grado por el consumidor, á más tardar, en
endosado, á una jurisdicción sumaria y ri- la fecha indicada por el documento.
gurosa, los banqueros que recibían capi- Cuando la letra de cambio ó el pagaré
tales en depósito, descubrieron una apli- á la orden, se expiden sin que haya exis-
cación útil y fácil para ellos: el descuento tido una transacción mercantil usual, de-
del papel mercantil, es decir, el pago de terminada y precisa, se tiene lo que co-
los títulos precitados, antes del cumpli- mercialmente se denomina billet decomplai-
miento de su plazo. Pablo tenedor de la sanee, documento simulado,y una circula-
letra de Pedro á tres meses, teniendo ne- ción de complacencia, á la cual recurren
cesidad de fondos, se presenta ante un los pródigos y los hombres de negocios en
banquero: éste se hace endosar el título, bancarrota, para procurarse fondos. Si-
examina las firmas de Pablo y Pedro, es mulan operaciones comerciales que no
decir toma en consideración, según sus in- han existido, y tratan de engañar á los
formes, la fortuna, los negocios en giro, banqueros y al público. Esto es un abu-
el valor comercial ó la solvencia de am- so del crédito: los comerciantes y los ban-
bos signatarios, y si considera que ésta es queros, es decir, aquellos que descuentan,
satisfactoria, descuenta el título, paga á deben cuidarse de esta especie de parodia
Pablo la suma respectiva, menos un pe- ó corrupción del positivo crédito comer-
queño interés por el tiempo que ha de cial.
transcurrir hasta el cumplimiento del pla- El descuento de los títulos de comercio
zo fijado en el mismo título, y como indem- es la operación fundamental del banco —
nización del riesgo á que se expone. A condición de que los banqueros sean
El descuento del papel de comercio no muy cuidadosos, y muy perspicaces para
saber discernir la solvencia efectiva de los la principal es la abundancia de capital
que han subscripto una letra de cambio ó circulante ó disponible en un país.
un pagaré á la orden, el descuento de ta- Los cheques, los giros ó libranzas y los
les títulos es el mejor empleo que puede clearing hovses.— El pagaré á la orden y la
darse á los depósitos qne los banqueros letradecambio nosonlos únicos títulos de
colectan entre sus clientes. El descuento crédito. Existen otros: se considera el
constituye en realidad un préstamo á corto cheque como título de crédito; pero no es
plazo, puesto que la costumbre no otorga á sino una orden de pago que da al ban-
la letra de cambio y al pagaré á la orden quero, un cliente que ha depositado al-
sino tres meses, cuando más, para su cum- guna suma, que debe ser cuando menos,
plimiento; la operación comercial efectiva, suficiente para pagar el monto clel che-
base de esos títulos, es una garantía de que: esto es lo que llama tener provisión.
que el pago podrá efectuarse; los proce- No puede girar un cheque contra un ban-
dimientos sumarios y rigurosos respecto quero, nadie que no tenga fondos sufi-
de esos títulos de crédito, no permiten al cientes. Resulta de lo anterior, que el che-
deudor ninguna tardanza para pagarlos, que no es un instrumento de crédito, es
y en fin, si el mismo banquero tiene ne- decir de préstamo, hablando con la debi-
cesidad de fondos antes del cumplimiento da propiedad, puesto que quien extiende
de los títulos, habiendo solamente descon- el cheque, tiene el valor del mismo en la
tado buen papel, es decir subscrito por co- casa del banquero; pero sí es un excelen-
te medio de pago. Evita á los particula-
merciantes sólidos, puede á su vez descon-
res conservar en su poder sumas conside-
tarlo, es decir, trasmitirlo endosándolo, y
rables de dinero; además es una constan-
constituyéndose fiador ante otro banque-
cia fehaciente del pago hecho por el sig-
ro, que le paga con anticipación el valor natario del documento, y la contabilidad
del título. exacta de los bancos, sustituye á la me-
El descuento es por consiguiente la, ope- nos minuciosa, en general, délos particu-
ración esencial de los bancos; en la prác- lares. El cheque es un medio magnífico
tica la tasa del descuento es de 21¡2, 3 y para economizar el uso del dinero, que
3V2 rara vez 4 p g anual, interés muy mo- tiene varios inconvenientes.
derado con el que se presta importantísi-
mo servicio al comercio. La tasa varía se- Sucede lo mismo con los documentos
gún ciertas condiciones, entre las cuales, que se denominan giros ó libranzas y los
pagos por compensación. Cuando un ban- Todos estos ingeniosos medios econo-
quero tiene un cliente que es deudor de mizan moneda, y facilitan operaciones
otra persona, la deuda puede satisfacerse enormes con sumas muy restringidas de
simplemente por la inscripción en la cuen- numerario, en los pueblos que, como el in-
ta del acreedor de la suma, que se dedu- glés y el americano, saben practicar el co-
ce de la cuenta del primero: ésto es lo que mercio.
se llamaun giro ó libranza, el más perfec- El billete de banco— El título por exce-
to de los medios de pago, pues que no de- lencia para ahorrar el empleo de la mo-
manda ni dinero, ni aun la creación de un neda en las transacciones comunes, es el
título especial. Para que un á libranza billete de banco.
sea posible, es necesaria únicamente, la Consiste en la promesa hecha por un
circunstancia de que el deudor tenga en el banco, de pagar una suma determinada al
banco una suma cuando menos igual, á la portador y á la vista. A primera vista,
deuda que se hace objeto de la opera- parece que esto constituye una obligación
ción. excéntrica, puesto que apenas hecha la
Los pagos por compensación se reali- emisión del billete, puede ser presenta-
zan entre los clientes de un mismo banco, do al banco, para que sea cubierto en
moneda, y el banquero perdería hasta los
ó en un establecimiento especial que se
gastos de fabricación del título. También
llama banco de compensación ó clearing
parece que la emisión de billetes de ban-
house: este medio de pago consiste en ha-
co, es una operación de derecho natural,
cer la cuenta de las obligaciones recípro- puesto que cualquiera está autorizado pa-
cas entre los diversos clientes ya del ban- ra hacer al público todas las promesas
co, ya de la cámara de compensación, que le convengan, cuando son de buena
y compensar, en cuanto sea posible, unas fé y aceptadas sin coacción ni dolo.
con otras, no haciendo uso de moneda
sino para pagar el saldo que resulte Los caracteres distintivos del billete de
Por este procedimiento los banqueros y banco son los siguientes: es trasmisible
los agentes de cambio llegan á arreglar por el portador, sin ninguna formalidad,
entre sí cuentas que montan á centenares ni endoso, escritura ni responsabilidad
para los anteriores propietarios; si fuese
de millones de francos, y aun á miles de
de otro modo, muchas personas se resis-
millones, con la entrega de algunos miles
tirían ó. recibirlo, Es siempre pagadero &
en efectivo.
la vista en moneda, mientras que los títu- si no se cumplen estas condiciones, no es
los de comercio como los pagarés á la or- recibido y en caso de serlo, se le lleva in-
den y las letras de cambio, son en gene- mediatamente al banco para que sea pa-
ral pagaderos solo al cumplimiento de un gado en moneda corriente. Es necesario
plazo determinado. Su pago es siempre que el reembolso de los billetes de banco
exigible, aun al cabo de diez, veinte ó se haga sin subterfugio alguno; es decir,
treinta años, y no está sujeto á prescripción, el banco debe abrft- un número suficiente
mientras quezal término de cierto plazo, de taquillas y durante un tiempo conside-
las letras de cambio y los pagarés á la or- rable diariamente, para el cambio de los
den, prescriben. No entraña interés algu- documentos por moneda. El pago debe
no, y esto es esencial. Algunas personas hacerse también en moneda cómoda ó de
imaginan que es posible otorgar la ga- fácil transporte. En los paises donde no
nancia de un pequeño interés al billete de se cumplen estas condiciones, como en Es-
banco, por ejemplo un céntimo ó medio paña, los billetes de banco nunca son
aceptados por la masa del público. Es in-
céntimo por franco: esto sería desnatura-
dispensable, además, el transcurso de mu-
lizar el título, porque sería necesario en-
chísimo tiempo, como ha sucedido en Fran-
tonces, cuando se le diera ó recibiera en
cia, para que haya la costumbre de recibir
pago, liacer cálculos, que aún cuando no billetes de banco hasta en los lugares más
ocupasen sino medio minuto, imposibili- remotos, exactamente como moneda me-
tarían al billete para substituir á la mo- tálica.
neda; para que pueda desempeñar esta
función, es indispensable que sea entre- El billete constituye un préstamo tácito
gado y aceptado en el acto, sin que se re- hecho por el público al banco, puesto que
quiera el empleo de un lápiz, ni de un se- aquel consiente en recibir como moneda,
gundo de reflexión. Por la misma razón, lo que no es sino simple promesa de darla
el billete de banco debe referirse á núme- cuando se exija.
ros redondos; 50, 100, 500, 1000 francos; Ventajas del billete de banco— Las ven-
mientras que los títulos de comercio son tajas del billete de banco para el público
buenos por sumas m u y variables que se y para el banco que lo emite, son las si-
alejan de la cifra cerrada. guientes:
El billete clebe ser emitido por un banco I a El uso del billete es sumamente có-
C-onoeicfq y cuyá sqlyQnma m (Mo^i modo, permite traer consigo, enviar por
carta, trasmitir de mano á mano, sumas gravada, sino por los gastos de fabrica-
enormes, que en metálico tendrían un pe- ción de los billetes y de algunos otros ac-
so considerable y requerirían mucho tiem- cesorios insignificantes, puede prestar á
po para contarlas. su vez en condiciones muy ventajosas á
2a La experiencia comprueba que el pú- los industriales y comerciantes, y mante-
blico no acude sino rara vez á cambiar ner la tasa de descuento del papel de co-
billetes por moneda, cuando el estableci- mercio menos alta que si operase única-
miento bancario que los emite es sólido y mente con moneda contante.
conocido, y queda siempre en circula- Peligros de las emisiones excesivas de bi-
ción gran número de billetes aceptados lletes de bancos. Reglamentos de los bancos
voluntariamente; el banco, puede por lo de emisión. He aquí las ventajas del bille-
mismo, no conservar como fondo de re- te de banco; en cuanto á los peligros de
serva, sino una suma en metálico muy in- las emisiones de éste género, consisten en
ferior al monto de los billetes en circula- que el banquero, sobre todo durante las
épocas de crisis ó pánico, no pueda cum-
ción; tendrá, por ejemplo, mil millones en
plir las obligaciones que ha contraído y
moneda por mil quinientos millones emi-
llegue á no serle posible pagar á la vista
tidos en billetes. Antes se creía que bas-
los billetes que le sean presentados, y así
taba á un banco tener en reserva una can- arrastre al público en su propia ruina.
tidad en moneda equivalente al tercio del Otro inconveniente, aunque menor, con-
valor de los billetes en circulación; pero siste en que si muchos bancos hacen emi-
generalmente en los grandes estableci- siones excesivas de billetes, la circulación
mientos bancarios modernos, la reserva de ellos se haga abundantísima, y el pú-
llega y aun supera á la mitad. Resulta de blico, que ignora el grado de solvencia de
esta diferencia entre las reservas en me- los establecimientos emisores, tenga gran
tálico y los billetes emitidos, que los paí- dificultad para distinguir los billetes bue-
ses que se sirven de éstos, puedan ahorrar nos de los malos, y llegue al fin á recha-
una suma muy cuantiosa de moneda, lo zarlos todos, lo que priva al país de usar
que como ya se ha visto, ofrece grandes ese útilísimo instrumento de pago.
ventajas.
3 a Teniendo el banco, por la confianza Estos peligros é inconvenientes han cau-
del público, una suma importante que no sado daños tan graves á los gobiernos,
le cuesta ningún interés y que no está que en ninguna paríe del mundo, se ha
permitido á los capitalistas y á los bancos tienen el régimen de emisión única. En to-
do caso, en este asunto de libertad ó mo-
plena libertad de emitir billetes pagaderos
nopolio de emisión de billetes de banco, es
al portador y á la vista. Se ha reglamen-
necesario tomar en consideración los an-
tado la profesión del banquero, en lo re-
tecedentes, la situación adquirida y las
lativo á las emisiones, como la de los mé- preocupaciones de país.
dicos ó notarios, y aun de modo más se-
En Francia prevalece el sistema del Ban-
vero. Se llaman bancos de emisión, los
co único de emisión, y el célebre estable-
que tienen el derecho de emitir billetes pa-
cimiento llamado Banco de Francia, es el
gaderos al portador y á la vista. Ciertos que goza de monopolio para emitir bille-
países como los Estados Unidos, admiten tes al portador y á la vista.
la libertad de los bancos de emisión, si
Diferencia entre el billete de banco y la
bien bajo diversas condiciones muy res-
moneda— El billete de banco no es,'ha-
trictivas. Otros, como Inglaterra, aceptan
blando con toda propiedad, moneda; pero
la pluralidad de bancos de emisión, pero
por el asentimiento unánime de todos los
dando á un banco central, tal como el que lo reciben, hace sus veces: es lo que
Banco de Inglaterra, privilegios importan- se llama moneda fiduciaria ó moneda de
tes; por fin en algunos países, y así suce- crédito; carece en efecto, de uno de los
de en Francia, se ha constituido un mono- caracteres de la moneda, el de tener valor
polio absoluto, en provecho de un solo por sí mismo; difiere también notablemen-
banco. te de los metales preciosos. Nadie está
Seria muy prolijo enumerar las razones obligado á recibirlo en pago, ai menos en
que se han alegado en favor de un banco las circunstancias comunes y no existien-
de emisión único, ó por el sistema déla do una disposición excepcional, de que
pluralidad y aun de la libertad reglamen- hablaremos después, y que se llama «cur-
tada de los bancos de emisión. A nosotros so forzoso de los billetes de banco.» Pero
nos parece que, en principio, el crédito como el billete puede cambiarse por es-
será más activo, se derramará con mayor pecies metálicas cuando se quiere, en las
abundancia en todas las provincias y dis- taquillas de reembolso de los bancos, nin-
tritos de un país, estará menos centrali- guna persona ilustrada y juiciosa tiene
zado y en una palabra, será menos caro, dificultad de aceptarlo, cuando emana de
en los países que permiten la pluralidad un establecimiento sólido,
de bancos de emisión, que en aquellos que
El Banco de Francia — La célebre com- nes. Descuenta papel de comercio con
pañía llamada Banco de Francia, fué crea- tres firmas, es decir, que se necesita que
da por el Primer Cónsul, y comenzó sus el pagaré á la orden ó la letra de cambio
operaciones el 20 de Febrero de 1800: su que se le presenta, lleve la firma ó la
infancia fué laboriosa; su capital, que se obligación, no solamente del deudor y del
subscribió con dificultades, apenas llegaba acreedor, sino de una tercera persona,
á 30 millones de francos. Solo hasta 18015 generalmente un banquero particular, que
gozó del derecho exclusivo para la emisión garantiza la solvencia de los otros dos.
de billetes pagaderos al portador y á la Esta tercera firma ú obligación se exige
vista, pero únicamente en París. Otros para mayor seguridad. El Banco de Fran-
bancos de emisión libres se fundaron du- cia hace anticipos sobre las rentas del Es-
rante la Restauración en los departamen- tado, las acciones y obligaciones de ferro-
tos, con la autorización del gobierno de carriles franceses garantizadas por el Es-
emitir billetes cada uno en su distrito. tado y otros diversos títulos; hace présta-
Hubo por esto bancos departamentales de mos sobre lingotes y monedas, y se en-
emisión en Rúan, Nantes, Burdeos, Lvon. carga, en fin, de todas las otras operacio-
Marsella, Lille, el Havre y Tolosa. Des- nes comunes de los bancos. Es la caja
pués de la revolución en 1848, se concen- natural del alto comercio, y de las altas
traron los bancos departamentales, que finanzas en Francia. Ha colocado la ma-
habían tenido una existencia independien- yor parte de su capital en rentas del Es-
te y próspera, en el de Francia. Este fué tado, y ha hecho al gobierno francés prés-
tamos sin interés, como retribución á los
investido desde entonces del privilegio de
privilegios que le ha otorgado.
emisión de billetes de banco en toda la
nación. El Estado le ha concedido un En 23 de Junio de 1898, la cartera del
monopolio absoluto, por periodos sucesi- Banco, es decir los títulos de comercio
vos de treinta ó cuarenta años. La última descontados, de que estaba en posesión,
concesión, ó mejor clicho prórroga, data se elevaban á 656 millones de francos,
de 1897 y expirará hasta 1920. de los que á París pertenecían 249 millo-
El Banco de Francia tiene un capital de nes y 407 á los departamentos. Sus anti-
182.500,000 francos, divididos en 182,500 cipos sobre valores ó títulos mobiliarios
acciones de 1000 francos; tiene además ascendían á 386 millones, correspondien-
diversas reservas que llegan á 44 millo* do á París 186, y 218 millones á los depar-
23
tarnentos. Tiene una reserva metálica de tado importantes servicios al Estado du-
3,118 millones, la más colosal aglomera- rante la guerra de 1870-71 prestándole
ción de metales preciosos que existe en el hasta 1500 millones de francos, que se pro-
mundo; de esta cifra 1,881 millones de curó, sobre todo por la emisión de billetes
francos están en oro, la moneda por ex- que la confianza del público aceptó, siem-
celencia; la única moneda universal; 1,237 pre es de sentirse que la revolución de
millones y medio están en plata. Su pasi- 1848 haya suprimido los bancos departa-
vo consiste en la circulación, es decir el mentales de emisión de Roñan, Nantes,
número de billetes que tiene el público Burdeos, Lyon, Marsella, Lille, Havre y
de este banco, llega á la suma de 3,580 Tolosa; eran focos de vida • industrial y
millones, sobrepujando solamente en 462 comercial locales, que un solo organismo
millones á las reservas metálicas. Se ve central no puede reemplazar de un modo
que el billete de banco circula, sobre todo completo, ni aun con todas sus sucursales.
en Francia, durante los tiempos normales, Al lado del Banco de Francia existe un
como un equivalente cómodo de la mo- gran número debanqueros, ya de diversas
neda, puesto que las reservas del Banco sociedades, ya particulares. Hacen todos
igualan al 87 p S de los billetes emitidos las operaciones á que se dedica el Banco
por el establecimiento. La tasa del des- de Francia, con la excepción de que no
cuento es, en estemomento, de 2p § anual; pueden emitir billetes, pagaderos al por-
es decir, que el Banco retiene por sus cui- tador y á la vista.
dados, intereses y sus riesgos, una suma Diversas operaciones de los bancos.—
calculada en proporción de 2 p § anual del Las operaciones de los bancos pueden
valor de los títulos de comercio. No pue-
de aceptar papel á más de 90 días plazo, del Banco de Francia, leído en la asamblea de ac-
al interés de 2 p § , su descuento es por cionistas en 1898, relativo al año de 1897, el gran
tanto de 50 céntimos aproximadamente Banco Nacional tenía 94 sucursales, 38 oficinas au-
xiliares, 105 ciudades ligadas, 23 ciudades reunidas
por cada 100 frs. de un pagaré á 90 dias. á uno de estos establecimientos; es decir, que bacía
Aunque el Banco de Francia tiene ac- operaciones en 261 ciudades, comprendido su do-
tualmente sucursales en todos los depar- micilio social en París. Según la prórroga que se le
tamentos, y también varias en un solo concedió en 1897, debe aun aumentar progresiva-
mente en treinta, el número de sus sucursales, y
departamento (1) aún cuando haya pres-
otro tanto las oficinas auxiliares etc.
[1] Según el Informe del Consejo de la Regencia
dividirse en dos categorías principales: utilidades á un capitalista que sólo mane-
unas son operaciones de crédito propia- jase sus propios fondos. Los empleos de
mente llamadas así, porque realmente en- fondos bien hechos por un capitalista, se-
cierran un préstamo; y otras están cons- rían sumamente peligrosos para un ban-
tituidas únicamente por la especialización quero. Al capitalista convienen las em-
de ciertas operaciones de comercio, como presas audaces, las comanditas industria-
cobros, pagos, compensación de deudas, les, los préstamos hipotecarios, la parti-
cipación durable en empresas comercia-
la remesa y transporte de dinero de un
les ó manufactureras, en una palabra: la
lugar á otro.
inmovilización ele capitales. Todas estas
Un banquero debe proceder en sus ne-
aplicaciones son muy peligrosas para el
gocios con métodos muy diversos á.los banquero, porque siendo difícilmente rea-
empleados por un simple capitalista, quien lizables, no le permitirían satisfacer las
dispone de fondos que le pertenecen y por demandas súbitas de reembolsos, que po-
tanto puede hacer de ellos el uso que le drían hacerle las personas que tienen
parezca mejor. El banquero no sólo dis- depósitos en su casa. Así las aplicaciones
pone de fondos que le pertenecen, sino á largo término, se hacen por los capita-
de ágenos, que ha recibido en depósito, y listas, y las de corto, por los banqueros.
está obligado por tanto á guardar gran
circunspección. No debe buscar al capi- Las sociedades de crédito raíz— Hay, no
tal aplicaciones que en definitiva pudie- obstante, ciertas grandes sociedades que
ran ser las más ventajosas, sino aprove- el público confunde con los bancos, que
son las de crédito raíz. Tienen por objeto
char únicamente las de fácil realización,
principal, hacer préstamos sobre hipote-
que le permitan en un momento dado, ha-
cas, con plazos que frecuentemente llegan
cer frente á tocias las solicitudes de reem-
á cincuenta ó sesenta años. La hipoteca,
bolso que le dirijan aquellos que le han es decir, el préstamo garantido por un mo-
prestado sus fondos. do especial de asignación sobre un inmue-
Un banquero no puede hacér, por consi- ble determinado, es una de las mejores
guiente, todo aquello que es digno de aplicaciones del capital. El inmueble sir-
elogio en un capitalista inteligente. Por ve de prenda al préstamo; si el deudor no
olvidar esta diferencia, se arruinan un paga con regularidad los intereses del ca-
gran número de casas de banca. Los ne- pital prestado, ó n o lo reembolsa á la ter-
gocios de banco, no producirían grandes
minación del plazo, el acreedor hipoteca- muy considerable, reembolsables por anua-
rio puede embargar el inmueble y tiene lidades que ordinariamente comprenden
un privilegio sobre el precio total de ven- los intereses y una suma destinada á
ta, hasta la liquidación total de su crédi- amortización. Los préstamos quedan ga-
to. Este privilegio corresponde á todas las rantidos por hipotecas sobre los inmue-
hipotecas que gravan un mismo inmue- bles de los deudores, mediante una anua-
ble, .según el orden de inscripción de ca- lidad de 5 p g , supongamos, pagada con
da uno. Como el valor de los inmuebles regularidad durante cuarenta, cincuenta
no sufre despreciaciones importantes, sal- ó sesenta años; el deudor hipotecario se
vo en los casos de crisis muy graves, ge- encuentra al finalizar este período, libre
neralmente pasajeras, si el acreedor hipo- de su compromiso. En el 5pg que paga,
tecario ha tenido la discreción de prestar 4 fr. 25p g solamente representan el in-
una cantidad equivalente sólo á una frac- terés del capital, 25 céntimos los gastos
ción del valor del inmueble, 50 ó 60 p g de administración del establecimiento,
por ejemplo, no corre ningún riesgo de y aproximadamente 50 céntimos la amor-
perder su dinero. • tización. Esta combinación es ventajosa
para el deudor, que paga cada año, me-
Este género de empréstitos tiene sin em- diante un pequeño aumento en lós intere-
bargo un inconveniente, y es que si el ses ele la anualidad, una parte del capital.
acreedor hipotecario llega á tener necesi-
dad urgente de dinero, no puede fácil- Las sociedades de crédito raíz, para rea-
mente rehacerse de sus fondos antes del lizar sus préstamos, se sirven, no de los
cumplimiento del plazo, que con mucha fondos que procuran, emitiendo billetes de
frecuencia se ha estipulado por cinco, banco, recibiendo depósitos, sino de las
diez ó quince años, á causa de los gastos sumas que recaudan colocando en el pú-
exigidos por el contrato. Por otra parte, blico. obligaciones á largo plazo, con in-
también puede repugnarle proceder judi- terés v amortizabas por sorteos periódi-
cialmente contra el deudor hipotecario cos. bebiendo durar el préstamo largo
moroso: esto puede ocasionarle disgustos tiempo, es necesario que las obligaciones
y molestias. por medio de las cuales se obtienen fon-
La creación de grandes sociedades de dos, tengan una duración análoga. Las
crédito raíz suprime estos inconvenientes. personas que quieren colocar sus fondos
Esas sociedades hacen préstamos á plazo en hipotecas, pueden comprar ó subscri-
birse á estas obligaciones, y gozarán de más rápido y menos costoso que el segui-
todo género de seguridades de una colo- do por cualquier otro acreedor hipoteca-
cación hipotecaria, y además de otras va- rio. (1) •
rias ventajas; no tienen necesidad de sos- Crédito agrícola y ^rédito mobiliario.—
tener relaciones directas con el deudor, Es necesario no confundir el crédito agrí-
para recordarle los cumplimientos ó ame- cola con el crédito raiz: el primero hace
nazarlo en ocasiones con el embargo; pue- préstamos teniendo por garantía, ya las co-
den, si les sobreviene una necesidad ur- sechas pendientes ó almacenadas, ya el ga-
gente de dinero, vender fácilmente sus nado ó los útiles de la explotación; el se-
obligaciones en el mercado llamado Bol- gundo presta tomando por garantía el in-
sa. Las sociedades de crédito raiz, hacen mueble mismo. La primera naturaleza del
un servicio idéntico á los prestamistas y crédito, puede tener gran importancia,
tomadores hipotecarios. Importa única- pues proporciona á los labradores fondos
mente que estas sociedades 110 sobrepasen móviles substrayéndolos á la usura. Des-
sus funciones, entregándose á cualquier graciadamente aún no está organizado en
especulación comercial, industrial ó finan- Francia, aún cuando ya lo está en mu-
ciera, y que pongan gran cuidado en la chos países extranjeros, y aún en ciertas
estimación del valor ele los inmuebles que colonias, francesas como las Antillas y Reu-
que sirven de garantía á sus préstamos. nión.
En Francia, donde se tiene predilección Otros ramos del crédito mobiliario, por
por los privilegios y monopolios, en con- el contrario, funcionan clesde hace largo
traposición con las costumbres délos Esta- tiempo en Francia; cii el Banco de Fran-
dos Unidos é Inglaterra, se ha otorgado á cia y otros establecimientos se hacen prés-
la gran institución llama "Crédit foncier de tamos sobre depósitos de títulos de rentas
France», no precisamente el monopolio de del Estado, de obligaciones de las ciuda-
los préstamos hipotecarios reembolsables des, de acciones ú obligaciones de lasgran-
por anualidades, sino ciertas ventajas ex- des compañías.
cepcionales, desde el punto de vista de la Los montes de piedad, que prestan to-
realización del préstamo, y del embargo de
los inmuebles de los deudores poco cum-
plidos. El procedimiento á que puede re- (1) Un privilegio semejante tiene entre nosotros el
Banco Hipotecario. Véanse los términos de su conce-
currir en tal caso el establecimiento, es sión. (N. del T.)
mando como garantía objetos muebles, tástrofes del mismo género en el extran-
son también una de las formas de este cré- jero, un número considerable de personas
dito. Está en la naturaleza de las cosas se empeñan en creer que prestando varios
que tal crédito sea muy costoso, por que miles de millones en billetes de banco ó
los objetos muebles representan en gene- del Estado, á los industriales, comercian-
ral un valor incierto y flotante, y además tes ó agricultores, se dominaría la crisis
el avalúo de cada uno de ellos, lo mismo y se desenvolvería la actividad nacional.
que su venta en caso de falta de pago, re- Así, hace tres ó cuatro años, un diputa-
quieren gastos muy considerables. do proponía que para aligerar los impues-
Ya nos hemos referido al préstamo so- tos de la agricultura, se autorizase á los
bre mercancías; principalmente materias propietarios para emitir papel moneda ga-
primas, como algodones, lanas, café etc. rantido por el Estado, hasta una suma
que se realiza por los establecimientos lla- equivalente á la cuarta parte del valor de
mados almacenes generales ó docks, bajo sus tierras. El autor de este extravagante
la forma de un título denominado warrant. , proyecto, que la Cámara de Diputados to-
Las mercancías se depositan en prenda, mó en consideración en un día de aturdi-
en los establecimientos de que se trata, y miento ó complacencia, se imaginó que la
no se pueden sacar, sin haber satisfecho agricultura tendría á su disposición sin
la deuda con que están gravados. Esta es que á nadie costase nada, una suma de 25
nna forma sumamente útil del crédito. mil millones de francos.
Quimeras é ilusiones en materia de cré- La proposición es absurda. Si se hubie-
dito— Las operaciones de crédito, tan va- ra querido llevarla á la práctica ¿cual hu-
riadas como útiles, han dado lugar á mul- biese sido su resultado? Desde luego, hu-
titud de quimeras y alucinaciones. Una biera sido una operación falsa y completa-
de las que se reproducen con más frecuen- mente Contraria á la naturaleza del crédi-
cia consiste en creer, que bastaría multi- to. El Estado que hubiese puesto en circu-
plicar indefinidamente los billetes de ban- lación estos miles de millones entre los
co para aumentar los capitales existentes. agricultores, ó que los hubiese garantido,
A pesar de la doble bancarrota del siste- no poseía esta suma, en consecuencia, no
ma de Law, á principios del siglo XVIII, podría disponer de ella, ni conferirla á
y de los asignados en tiempo de la Revo- otro. Admitiendo que el público diese cré-
lución francesa, á pesar de las muchas ca-. dito al Estado, que hubiese tenido confian-
za en su firma unida á la de los propieta- Todos los proyectos de mejora social ó
rios de los bienes hipotecados, el resultado de desenvolvimiento de la riqueza pública
final de ese préstamo habría sido dar á di- basados en emisiones de billetes del Esta-
chos propietarios el poder de adquirir mer- do ó de banco, no reembolsables inmedia-
cancías de todas clases y á su satisfacción, tamente en moneda al tenedor, deben
por 25 mil millones, sea, por ejemplo, de considerarse como peligrosas ilusiones.
ganados, instrumentos de trabajo, abonos, El crédito popular.—El crédito banca-
ó simplemente invertirlos en mano ele obra, rio es difílmente accesible al obrero y aún
en trabajo humano. Pero como las mercan- á los comerciantes en pequeño; ni uno
cías que existen en un país son limitadas ni los otros tienen suficiente capital ó no-
y proporcionales tanto á los medios de pro- toriedad, para que un banquero les haga
ducción del país, como á sus necesidades anticipos. Se ha imaginado reunir en so-
previstas, sea actuales, sea de un futuro ciedades de crédito popular los bonos de
próximo; como por otra parte, el valor de obreros de una misma ocupación y de
las mercancías se establece según la rela- idéntica localidad. En Alemania, impulsa-
ción entre su cantidad y la del efectivo das por el economista Schulze Delitzsch, y
existente, resulta con evidencia, que esta en Italia, las sociedades mutualistas de
súbita demanda de 25 mil millones de mer- crédito se han extendido más, y confede-
cancías, á más de la demanda habitual y rándose, uniéndose unas con otras, han ad-
regular; esta aparición de 25 mil millones quirido grande importancia. Los estatu-
de nueva moneda ficticia, hubiera provo- tos de dichas sociedades, sobre todo de las
cado una alza inmediata y prodigiosa en alemanas, son muy rigurosos lo que es in-
los precios. Tocios los objetos se venderían dispensable. Cada socio no obtiene prés-
<5 se habrían vendido tres, cuatro ó cinco tamos, sino después de haber subscrito y
veces, si no es que diez veces, más caros pagado una parte del mismo en la socie-
que antes; los propietarios y hacendados no dad; debe además presentar un fiador sol-
hubieran obtenido ninguna ventaja real y vente elegido entre los otros miembros.
eficaz; pero todo el mercado nacional Son indispensables, en efecto, serias ga-
habríase alterado, y una espantosa cri- rantías, de que el crédito será restituido.
sis se sucedería, como la del banco de Enlas sociedades alemanas, todos los miem-
Law á principios del siglo XVIII, ó la de bros son solidariamente responsables, con
los asignados bajo la Revolución. todo su haber, de las pérdidas que la so-
ciedad pueda tener. Concebidas así, estas ciedades de crédito, propiamente así llamadas, del
agrupaciones prestan buenos servicios á tipo Schulze Delitzsch, que enviaron sus cuentas á la
Agencia Central, fueron 1,075, las que contaban
los obreros honrados, y sobre todo á los 512,509 miembros. Los préstamos que se les hicieron
artesanos y á los comerciantes en peque- ascendían á 1,923 millones de francos; el capital
ño, para la compra de materias primas, propio de las sociedades, 145 millones, más 39 mi-
para los fondos en giro en sus almacenes, llones de reservas, en total les pertenecían 18-1 mi-
etc. Este crédito popular, no sirve ni á los llones. Los capitales en depósito y empréstitos se
elevaban á 542 millones. Las utilidades netas al-
imprevisores, ni á los que tienen poco sen- canzaron la cifra de 11.082,000 francos; 6 por 100
tido práctico y se dejan seducir por pro- del capital y de las reservas unidas. Los miembros
yectos quiméricos. (1) de estas sociedades de crédito se clasifican así: 29
por 100, agricultores, jardineros, pescadores: 3.2 por
Es necesario no olvidar jamás que el 100, obreros agrícolas; 3.3 por 100, fabricantes; 27.3,
crédito no crea ningún capital; supone la pequeños industriales; 5.6, obreros de la pequeña
previa existencia de éstos, acumulados por industria; 8,7, comerciantes; 0.9, empleados de co-
el ahorro, en manos que están dispuestas mercio; 4.8, cocheros, caballerizos, etc.; 2-3, emplea-
á entregarlos á quienes inspiran confian- dos de caminos de fierro, postas, ete.; 6-2, médicos,
escritores, funcionarios humildes; 7.3, rentistas y
za. El ahorro es, por consiguiente, la base pensionistas.
del crédito, y éste no puede tener más ex-
tensión que el primero; el crédito envuel-
ve siempre el peligro de la pérdida del ca-
pital prestado, y no debe ser otorgado si-
no para operaciones de producción, y á H , ,
hombres laboriosos y capaces.
y : /•
[1] En 1892 las varias sociedades cooperativas
alemanas fundadas, en su mayor parte, por la ini-
ciativa de Schulze Delitzsch y de Ralffeisen eran
8,912, de las cuales 491 eran de crédito, 1,294 de
materias primas é instrumentos; 1,283 de consumos,
128 de producción industrial, 1,196 lecherías coope-
rativas y asociaciones vitícolas y otras del mismo
carácter; 77 sociedades de construcción de casas,
100 de seguros y 52 de almacenes. Se calcula el nú-
mero de asociados en más de dos millones. Las so-
dos Unidos de América y en la actuali-
dad Inglaterra, exactamente como los par-
ticulares, emitiendo bonos y obligaciones
reembolsables en un plazo determinado,
ya en una exhibición, bien en abonos pe-
riódicos, generalmente anuales ó semestra-
les. Esta es la mejor forma de crédito pú-
CAPITULO V. blico, por que es más análoga á los pro-
cedimientos del crédito privado, y porque
teniendo el Estado qne hacer reembolsos
en épocas fijas, 110 pierde de vista el deber
EL CREDITO PUBLICO. en que se encuentra de disminuir su deuda
ó, según la expresión usual para esta clase
Los diferentes modos de empréstitos del Estado.— de empréstitos, amortizarla.
Amortización.—Conversión de las deudas públi-
cas.—El curso forzoso de los billetes de Banco ó La amortización de una deuda consiste,
del Estado.—Condiciones dentro de las cuales en general, en el reembolso que sin inte-
son útiles los empréstitos del Estado.—Las deu-
das públicas.—Las Bolsas de valores muebles.
rrupción se verifica cada año, de una frac-
ción de la deuda. Las obligaciones llama-
das amortizables por sorteos periódicos
Diferentes modos de empréstitos de Es-
son los más cómodas para los pagos. El
tado. La amortización.—El crédito público, Estado decide emitir un empréstito que
del que se ha hecho y se hace aún gran será amortizado en cuarenta, cincuenta,
uso y gran abuso, no difiere esencialmen- setenta y cinco ó noventa y nueve años.
te del crédito privado. Cuando un Estado Para conseguirlo,se haceel cómputo délas
pide un empréstito, solicita siempre, y ob- sumas necesarias anualmente para el servi-
tiene si inspira confianza, un capital per- cio de los intereses de la deuda: suponga-
teneciente á otro, sea á capitalistas nacio- mos 1111 millón de francos. A esta cantidad
nales, desde el más simple bracero econó- se agrega otra mucho menor 100 ó 200 mil
mico, hasta el banquero, sea á capitalistas fr. por ejemplo, según al plazo dentro del
extranjeros. cual debe amortizarse el empréstito, y la
Los Estados, en todos los casos, han uti- tasa del interés á que se lia contratado;
lizado mucho en materia de crédito. Unos determinada cantidad sirve para la amor.
toman prestado, por ejemplo los Esta- 24
tisación, reembolsando los bonos ú obliga- Los Estados pueden hacer empréstitos
ciones. Se tiene así una anualidad de por otros sistemas que emitiendo bonos
1.100,00 á 1.200,000 francos á cargo del reembolsables. Les es permitido emitir tí-
tulos de lo que se llaman rentas perpetuas.
presupuesto del Estado. La parte dedica-
De estas rentas se compone la mayor par-
a
da á la amortización aumenta cada año,
te de la deuda francesa. Según ese siste-
sin variar la anualidad, en los intereses
ma, el Estado emite un empréstito sin obli-
pagados por las obligaciones amortizadas garse con el subscriptor á reembolsarle el

R
•el año anterior, intereses que quedan li- capital en una época determinada, sino
bres de todo gravamen por el reembolso comprometiéndose simplemente á abonar-
•de las mismas obligaciones. Así, median- le una renta á perpetuidad, de 3, 4 ó 5
te un débil sacrificio anual y alguna cons- francos por ciento. Hay el inconveniente
tancia, al cabo de cuarenta, sesenta ú de que no preocupándose el Estado por la
ochenta años, el Estado queda completa- amortización de las deudas, las rentas per-
n
mente liberado del empréstito. petuas se acumulan á cada generación, y
El sistema de anualidades que compren- I á
el Estado acaba por quedar gravado de
de ni interés y la amortización, .el que sir- una manera insoportable.
ve debase en Francia paralas obligaciones
Conversión ele las deudas públicas.—Hay
de las grandes compañías de caminos de HSIl
sin embargo algunas circunstancias que se
fierro, de crédito raíz, y á la mayor parte
presentan de vez en cuando, y vienen en ífi
de las sociedades de importancia.
socorro del Estado, permitiéndole hacer
Para que este sistema funcione realmen-
te, es decir lleve al Estado á una liberación
la operación que se llama conversión de las ih
deudas.
gradual de sus compromisos, es necesa-
Se ha visto ya que la tasa del interés
rio que éste provea al reembolso anual de
tiende á bajar en los paises prósperos. Por
las obligaciones con los recursos de su «p
otra parte, las naciones solicitan los em-
presupuesto ordinario, es decir,con el pro- préstitos, en el mayor número de casos, en
ducto de sus impuestos ó de sus dominios. los momentos de crisis, cuando la tasa del
Si se procede de modo distinto, si el Esta- interés se eleva, durante las grandes gue-
do ocurre á nuevo empréstito para amorti- rras ó después de ellas. Francia, por ejem-
zar el anterior, substituye simplementeuna plo, en seguida de sus desastres de 1871 y
deuda por otra, lo que no tiene ninguna 1872, emitió títulos de renta perpetua al
utilidad, engañándose á sí mismo y al pú-
blico.
por 100; 4 1 / s , 372 J 3 por 100 son rescata-
5 por 100, al tipo de 81 á 82 por 100 de pa-
bles por 100 francos, á voluntad del Esta-
go, de manera que por 81 ú 82 francos, el
do; las de 5 por 100 se han convertido, las
subscriptor se aseguraba una renta de 5
de 3V2 lo serán dentro de pocos años, y no
francos, lo que representa un interés real
será difícil convertir las de 3 por 100, por-
de 6 por 100 aproximadamente, sobre la
que el Estado francés actualmente podría
suma recibida. Algunos años después, ha-
conseguir dinero al 23/4 por 100.
biéndose restablecido la prosperidad, re-
nació la confianza en los recursos del Es- Los Estados, en interés de los contribu-
tado, y pudo encontrar capitales que se yentes, deben recurrir á las conversiones,
le prestasen al 47 2 ó 4 por 100 de interés. cuantas veces les sea permitido por la me-
Aprovechando esta situación ventajosa, jora de su crédito. Así lo han hecho los
propuso á sus antiguos acreedores reem- Estados Unidos de America, que han con-
bolsarles á 100 francos sus títulos de ren- vertido sucesivamente casi todas sus deu-
ta, es decir, á la par, ó reducir su interés das en el transcurso de 20 años, hasta el
á 41/2 ó á 4 por 100. Esta operación es en- grado de no pagar sino el 3 por 100 de in-
teramente legítima. La conversión es una terés, en lugar del 6 por 100 que era la
opción propuesta al acreedor entre el pa- tasa primitiva.
go de su crédito, ó una disminución del El curso forzoso de los billetes de lanco
interés. Es absolutamente igual á la que y del Estado.—En circunstancias muy ca-
haría un particular que habiendo pedido lamitosas y urgentes, como en tiempo de
1,000 francos al 5 ó al 6 por 100 de inte- guerra, los Estados toman empréstitos de
rés en tiempo de penuria, ya en una situa- otras maneras, j a emitiendo papel moneda,
ción próspera, ofreciese á su acreedor que los particulares están obligados á reci-
reintegrarle los 1,000 francos, ámenos que bir corno pago en las transacciones, ya exi-
consintiese en no exijir sino un interés de giendo anticipos en billetes á I03 bancos na-
4 ó 4V2 por 100. El derecho de conversión cionalés, librándolos de la obligación de
se funda además en Francia en una dispo- reembolsarlos á los portadores á la vista.
sición de la ley que ordena, salvo estipu- Estos pon expedientes que pueden ser úti-
lación en contrario, que toda renta per- les en circunstancias excepcionales, pero su-
petua sea rescatable por una cantidad mamente peligrosos. Se les llama curso for-
veinte veces mayor que la misma • renta. zoso de los bdletes de Estado ó de billetes
Todas nuestras rentas perpetuas, las de 5 de banco. El curso forzoso difiere del cur-
so legal. El último, consiste en que el Es- 1870—71, que lo derogó en 1875; otros paí-
tado recibe en sus cajas y en pago de los ses también han llegado á suprimir el curso
impuestos les billetes que sirven de mone- forzoso como los Estados Unidos de Améri-
da ; pero los particulares no están obligados ca y Rusia; otras potencias lo conservan
á recibirlos, y pueden en todo caso devol- aún como España é Italia, que carecen de
verlos al banco, que sé ve precisado á con- medios para rescatar el papel moneda que
convertirlos en moneda verdadera. En el han emitido. Sufren mucho por esta circuns-
curso forzoso, al contrario, todos tienen la tancia en su vida industrial interior, y sobre
obligación de recibir como dinero contante todo en sus relaciones con el extranjero, por
Jos billetes del Estado, ó los billetes de ban- carecer de un talón sólido del valor.
co, y ningún eetablfcimiento está obligado Condiciones en las cuales son útiles los
rigurosamente á reembolsarlos en moneda. empréstitos de los Estados—Las deudas pú-
El curso forz' s , suprimiendo do hecho el blicas.—Los empréstitos de los Estados son
empleo de moneda metálica, crea un estado como las deudas de los particulares: buenos
artificial de cosas, en donde no hay ningu- ó malos según el uso de los capitales toma-
na medida fija, ningún talón estable del va- dos. Si estos capitales, reunidos por los par-
lor de las mercancías. Los Eetados se ven ticulares, y de que el Estado adquiere el uso,
entonces precisados á multiplicar las emisio- de grado ó por fuerza, son empleados en obras
nes de estos billetes no convertibles. Su no productivas, los empréstitos equivalen á
abundancia y la desconfianza que inspiran, un derroche de la riqueza pública, y á una
concluyen por alterar su valor; es muy raro pérdida para la nación. Si al contrario, los
que estos billetes no pierdan algo de su valor empréstitos sirven para obras verdaderamen-
normal con relación al oro. El OJO tiene en- te productivas, no son un mal, sino un bien.
tonces una prima pobre el billete, que se llama Este último caso sin embargo, es muy raro.
agio, á veces no es sino de 2 á 3 p § ., y fre- La mayor parte de los empré-titos públicos
cuentemente- llega á 10, 15, 20 y hasta el 50, destruyen mayor suma de capitales que la
80, y 95 p g , como los asignados de nuestra que se emplea utilmente. Si en un país don-
Revolución; se han llegado á dar muchos de ya existen muchas vías ferreas ó canales,
millares de francos en asignados, para pagar el Estado toma dinero para hacer nuevas
un par de botas. obras de esta especie, en las cuales no haya
circulación de viajeros ó mercancías, se hace
Ciertos Estad( s han soportado, sin graves un derroche de la riqueza nacional; los Es-
males el curso forzado, como Francia en
tados bien administrados 110 levantan sino Bolsas de valor s mobiliarios.—Los tí-
raramente empréstitos. (1) tulos de deudas públicas délos E-dados, de-
La deuda príblica es una carga para la partamentos y ciudades, así como las accio-
nación; el título He renta es una riqueza pa- nes y obligaciones de las diversas socieda-
ra el particular que lo posee; pero constitu- des, se negocian en los mercados que se
ye un gravamen sobre la renta del conjunto llaman Bolsas. Los valores se cambian allí
de ciudadanos, que se encuentra disminuida diariamente, según las impresiones de los
en el mismo tanto. El peso de la deuda públi- capitalistas, las oscilaciones de la confianza
ca exije impuestos recargados que dificultan ó desconfianza que los mismos títulos inspi-
el comercioyel desarrollo déla industria; por ran. Las Bolsas de valores mobiliarios con-
otra parte, colocan al Estado á merced de tribuyen á desenvolver la producción permi-
los acontecimientos fatales que pueden so- tiendo á las personas económicas, encontrar
brevenir, porque estando, ya muy gravado en
los tiempos normales, le será sumamente
cesa, aun cuando los Estados Unidos tienen 72 millo-
difícil emitir un empréstito en circunstancias nes de población, y Francia solo tiene 38. La deuda
graves. Las naciones que. como los Estados del Imperio Alemán es inferior en 3 mil millones de
Unidos y Alemania, tienen deudas públicas francos á la de Rusia, propiamente dicha y com-
muy cortas, se encuentran, y se encontrarán prendiendo á Sleswig Holstein, Hanover, Hesse elec-
de más en más, en una situación superior á toral, Nassau, Hesse Hambourg y Franfort-sur-le
Mein, no llega á 8500 millones de francos; juntando
la de paí-es que como Francia, tienen una las de Baviera, Wurtemberg y el Gran ducado de Ba-
deuda pública muy pesada, que pasa de trein- dén, se llega para el conjunto del país germánico á
ta y tres mil millones de francos. (2) una deuda total de una quincena de miles de millo-
nes de francos cuando más, menos de la mitad de
la deuda francesa; hay más aún, la mayor parte de
(1) Para detalles sobre los diversos sistemas de las deudas germánicas tiene por contrapeso pro-
Empréstitos de los Estados, véase nuestro Tratado ductivo, la posesión por los Estados alemanes, de
de la ciencia de las finanzas, 6. a edición n.° 11. una red de ferrocarriles que produce grandes uti-
lidades. La deuda pública de Inglaterra y de Ir-
(2) La deuda de los Estados Unidos en 1896, ape- landa en 1897 subía á 16,250 millones, ó sea á me-
nas se elevaba á cinco mil millones y medio de fran- nos de la mitad de la deuda de la República france-
cos, y la de los diversos Estados que componen la sa. La enormidad de nuestra deuda pública coloca
gran federación, no llegaba en 1895, sino á 1500 mi- á Francia, desde el punto de vista económico, en un
l l o n e s de francos. Total para la Unión americana estado de inferioridad, con relación á los otros gran-
del Norte: menos de 7 mil millones de francos, ó sea des países del mundo.
menos de la cuarta parte de la deuda pública fran-
continuamente títulos que comprar para co-
locar su capital, y facilitando la reali-
zación de esos títulos, á los capitalistas 6
rentistas que tienen necesidad de fondos.
Ellas estimulan también el ahorro y la utili-
zación de los capitales; disminuyen la sim-
ple tesaurización que esconde las economías, CAPITULO V I
en lugar de hacerlas servir para la produc-
ción. Facilitan la constitución y las funcio-
nes délas grandes empresas, y aseguran un
EL COMERCIO INTERIOR Y EXTERIOR.
mercadoásus productos. Tienen,sin embar-
LAS CRISIS COMERCIALES.
go, el inconveniente, como precio de tantas
ventajas, de abrirá la especulación poco hon-
Profesiones comerciales.—La competencia.—Excep-
rada, un campo en el que caen muchas vícti- ciones de la competencia.—Antigua y nueva teo-
mas. Pero corresponde al público defender- ría del c o m e r c i o . — E l Comercio al pormenor en
se de las actividades culpables, por medio de grande y pequeña escala.—Intervención del Esta-
la circunspección. Toda feria atrae á los do en el Comercio interior.
bribones; esto constituye !a mejor crítica Razones de ser del comercio internacional.—Expor-
taciones é Importaciones.—El cambio y sus varia-
de los bobos y puede ser que de los gendar-
ciones.—La alza de la tasa del descuento, á causa
mes, pero no de las ferias. del cambio desfavorable.—Relación entre las ex-
portaciones y las importaciones.—Teoría de la Ba-
lanza del Comercio.—Falsedad de esta t e o r í a —
Diversos elementos que deben tenerse en cuenta
en las relaciones económicas de un pueblo con el
extranjero.—Legislación del Comercio exterior.—
Libre cambio y régimen protector.—Libertad ab
soluta de importación.—Prohibiciones.—Derechos
moderados y tratados de Comercio.—Facultad de
depósito.—Ventas públicas.—Crisis comerciales —
Su origen y sus causas.—Medio de atenuarlas.—
Pretendido exceso de producción.—Algunos efec-
tos favorables de las crisis mercantiles.
continuamente títulos que comprar para co-
locar su capital, y facilitando la reali-
zación de esos títulos, á los capitalistas 6
rentistas que tienen necesidad de fondos.
Ellas estimulan también el ahorro y la utili-
zación de los capitales; disminuyen la sim-
ple tesaurización que esconde las economías, CAPITULO V I
en lugar de hacerlas servir para la produc-
ción. Facilitan la constitución y las funcio-
nes délas grandes empresas, y aseguran un
EL COMERCIO INTERIOR Y EXTERIOR.
mercadoásns productos. Tienen,sin embar-
LAS CRISIS COMERCIALES.
go, el inconveniente, como precio de tantas
ventajas, de abrirá la especulación poco hon-
Profesiones comerciales.—La competencia.—Excep-
rada, un campo en el que caen muchas vícti- ciones de la competencia.—Antigua y nueva teo-
mas. Pero corresponde al público defender- ría del c o m e r c i o . — E l Comercio al pormenor en
se de las actividades culpables, por medio de grande y pequeña escala.—Intervención del Esta-
la circunspección. Toda feria atrae á los do en el Comercio interior.
bribones; esto constituye !a mejor crítica Razones de ser del comercio internacional.—Expor-
taciones é Importaciones.—El cambio y sus varia-
de los bobos y puede ser que de los gendar-
ciones.—La alza de la tasa del descuento, á causa
mes, pero no de las ferias. del cambio desfavorable.—Relación entre las ex-
portaciones y las importaciones.—Teoría de la Ba-
lanza del Comercio.—Falsedad de esta t e o r í a —
Diversos elementos que deben tenerse en cuenta
en las relaciones económicas de un pueblo con el
extranjero.—Legislación del Comercio exterior.—
Libre cambio y régimen protector.—Libertad ab
soluta de importación.—Prohibiciones.—Derechos
moderados y tratados de Comercio.—Facultad de
depósito.—Ventas públicas.—-Crisis comerciales —
Su origen y sus causas.—Medio de atenuarlas.—
Pretendido exceso de producción.—Algunos efec-
tos favorables de las crisis mercantiles.
Multiplicándose los cambios entre los hom- mente no puede obtenerse sino por dos me-
bres, han dado origen á una clase especialde dios : ofreciendo al público mercancías de me-
ocupaciones : las profesiones comerciales. Al- jor calidad que los otros comerciantes, ó pro-
gunos individuos especializan en el ejercicio porcionando las mercancías comunes en con-
del comercio sus aptitudes y sus trabajos, y diciones más favorables, y principalmente á
en lugar de producir directamente los obje- más bajo precio. La competencia de los co-
tos que son útilas, ó que desea la humanidad, merciantes es, pues, con la excepción que en
analizan las necesidades públicas, y esforzán- breve señalaremos, muy conveniente para los
dose en presentirlas, buscan las mercancías consumidores, puesto que en general abate
que en su concepto corresponden 3 esas ne- el precio de los objetos.
cesidades, las reúnen y las conservan en al- Excepciones de lee competencia.—La com-
macenes, teniéndolas siempre á disposición petencia no siempre obra, sin embargo, en
de los consumidores. Estos no tienen ya que condiciones igualmente propicias para el con-
hacer grandes esfuerzos para procurarse los junto de la sociedad. Hay casos en que es-
artículos de que carecen, pues saben de an- tando limitado por la naturaleza de las cosas,
temano donde pueden encontrarlos, lo que el número de productores de un ramo de la
les ahorra muchas pesquisas, molestias é in- industria, les es más conveniente entender-
quietudes. se y formar lo que se llama eoalisión de ven-
Ya se ha visto en qué sentido el comercio dedores. Así, por ejemplo, los caminos de
es productor, es decir, sirve para facilitar ó hierro que se dirigen á los mismos puntos,
aumentar las satisfacciones y los goces de la los hoteles que existen en una localidad de
humanidad. El comercio es por otra parte mediana importancia, algunas veces los pro-
muy variado; comercio al por mayor, comer- pietarios de fundiciones de una región, ó los
cio medio, al por menor y comercio interme- armadores cuyos navios van á determinado
puerto, como las dos compañías inglesas de
diario de todas clases. El alma del comercio
navegación para el comercio de China, pue-
es la competencia. Se llama competencia la
den celebrar un convenio, áefecto de no aba-
fuerza que impulsa á los comerciantes á so-
tir los precios, sino hasta cierto límite que
brepujar á los demás individuos de su profe- les parezca remunerador. Estas coaliciones
sión, atrayéndose la mayor parte posible de de vendedores, que por acuerdo de los miem-
los pedidosydelaclientela. Este resultado que bros de un mismo comercio, de idéntica lo-
es el que persiguen con avidez y perseveran- calidad ó distrito, suspenden los efectos de
cia los comerciantes inteligentes, general-
382 eaacuLACiON DE l a s riquezas EL COMERCIO INTERIOR 383

la competencia, se sostieneu muy difícil- cada en las islas productoras de especias,


mente durante largo tiempo. Siempre, al- la Oceanía, Molucas, Amboine, etc., para
guno de los coaligados acaba por defeccio- poder vender esos artículos excesivamen-
nar, ó viene da fuera un nuevo competidor te caros, á causa de su corta cantidad, ar-
que hace bajar los precios, cuando son muy tificialmente restringida.
elevados, y las utilidades de los vendedores La teoría moderna del comercio es an-
muy crecidas. Se ha notado, por ejemplo, titética á la precedente. Por ella se res-
que en una empresa tan fácil de monopoli- tringen las utilidades á muy poca cosa so-
zar como la de cables submarinos entre Es- bre cada objeto, á fin de vender un nume-
paña y América, ha sido imposible sostener ro muy alto de los mismos. Esta teoría ha
coaliciones para fijar altas tarifas, durante sido sintetizada por los ingleses en el afo-
varios años, porque surgían inmediatamen- rismo comercial siguiente: «Vale más tra-
te nuevas compañías para establecer cables bajar para el millón (de hombres) que pa-
submarinos. ra los millonarios.» En Francia también se
Teoría antigua y moderna del Comercio. tiene una fórmula conocida y expresiva:
—Las ideas comerciales se han modifica- «la ganancia pequeña.» La experiencia
do desde hace un siglo en un sentido fa- ha comprobado de un modo decisivo, que
vorable al consumidor. Existen una teo- la teoría moderna de comercio es la más
ría antigua y una teoría moderna de co- favorable para el comerciante y para el
mercio. La teoría comercial antigua acon- consumidor.
sejaba al comerciante obtener las mayores El comercio al pormenor en grande y
utilidades posibles, sobre una cifra de tran- pequeña escala.—Los establecimientos que
sacciones muy limitada. Preferían ganar se han inspirado de modo más profundo
un franco en una sola operación, que prac- y completo en las nuevas doctrinas co-
ticar quince ó veinte operaciones ganan- merciales, son los bazares, titulados «gran-
do diez céntimos en cada una, lo que en de- des almacenes» de novedades y de me-
finitiva les hubiera producido más ele- najes. (1)
vadas utilidades. El ejemplo más signifi- Estos grandes almacenes provocan gran-
cativo y notable de la aplicación de esta
antigua teoría del comercio, lo ofrecen los
(1) Imitando esos establecimientos verdadera-
holandeses, que en el siglo XVII limitaban
mente provechosos, se lia establecido en esta capi-
el cultivo de clavo de especia y nuez mos- tal "El Centro Mercantil." [N. del T . ]
des censuras de los pequeños y medianos res: esta cuestión debe resolverse con es-
comerciantes al menudeo. Reuniendo las píritu de estricta equidad, libre de toda
mercancías más diversas bajo el mismo determinación preconcebida de favorecer
techo, los grandes almacenes evitan al artificialmente alpequeño comercio al por-
comprador pérdidas de tiempo; además, co- menor, en contra del gran comercio del
mo ponen á los artículos que expenden, mismo género.
la marca de una casa conocida, que no se Se ha visto ya, que si el comercio es en
puede confundir con ninguna otra, y que sí mismo, y en principio, productivo, sin
no puede durar y prosperar sino por me- embargo, puede suceder que el número de
dio de una reputación bien sostenida de comerciantesllegueá ser excesivo con rela-
legalidad, los almacenes tienden á elimi- ción al que exige una organización comer-
nar los engaños y la mistificación de que cial, inteligentemente constituida. Esta es
los compradores de mercancías no se dan una tendencia que se manifiesta en todos
cuenta, sino con el transcurso del tiempo. los países donde la instrucción y el bien-
Sobre todo, como reducen á 2 ó 3 por 100, estar se hallan muy generalizados. Cuan-
ó á un máximum de 4 á 5 por 100 las uti- do el número de comerciantes al porme-
lidades líquidas en cada objeto que ven- nor se hace exagerado, resulta que las
den, porque disminuyen la proporción de mercancías encarecen, porque cada uno
los gastos generales que le corresponden, de ellos tiene muchos gastos generales, y
tienden á hacer desaparecer la diferencia, necesita mantener á su familia con los pro-
á veces muy notable, que existe entre los ductos del negocio. Esto es lo que pasa
precios del comercio al menudeo y los de en Francia con el comercio de la carne y
fábrica. También contrarían fructuosa- el pan. El número de panaderos en París
mente el detestable hábito del público de en 1854 era de 601; en 1880 de 1,586, lo
comprar á crédito. Por todas estas cau-
que equivale á una panadería por cada
sas, los «grandes almacenes» constituyen
1.320 habitantes, en lugar de una. por ca-
un progreso, al cual sería insensato renun-
da 1,800, como en el primer año mencio-
ciar. Hay solamente que resolver una
cuestión práctica: saber si los pequeños ó nado.
medianos comerciantes no están frecuen- En el mismo intervalo la diferencia en-
temente gravados de contribuciones, en tre el precio de la harina y el pan se acre-
comparación con sus grandes competido- centó considerablemente: el número exce-
sivo de panaderos y las dificultades^25 que
tenían para vivir, no es sin duda, la única El correctivo de los abusos del comer-
•jausa de este acrecentamiento, pero es in- cio al por mayor ó menor, debe imponer-
ludable que ha contribuido á producir- lo la sociedad, obrando espontánea y li-
o. (1) Pasa lo mismo con los carniceros. bremente. La instalación de grandes al-
La multiplicación indefinida de los co- macenes es, por las razones ya indicadas,
merciantes en pequeño, produce la "cares- uno de los medios más eficaces para evi-
tía y también la adulteración y substitu- tar, bien una gran diferencia entre los
ción de las mercancías. Se ha notado que precios de producción y comerciales de
aun en la fabricación, la competencia tiene las mercancías, ya la adulteración de los
por resultado general asegurar la baratu- artículos de consumo. Sería un gran bien
ra de los objetos, pero no siempre su bue- que en el comercio de alimentos, se pudie-
na calidad. El número excesivo de comer- sen constituir grandes almacenes sólidos,
ciantes al por menor es pernicioso, tanto serios y respetables, como los que funcio-
para la calidad, como para la baratura de nan desde hace medio siglo en el comer-
los productos. cio de vestidos y mueblería comunes.
Intervención del Estado en el comercio A más de los grandes almacenes^ hay
interior.—Es necesario no deducir de lo una institución recomendable: las socieda-
que hemos dicho, que el Estado deba in- des cooperativas de consumo. Este nom-
tervenir para limitar el número de comer- bre indica un conjunto de consumidores,
ciantes al por menor, sea en todos los ra- que constituyen con pequeñas cuotas un
mos del comercio, sea en algunos, consi- fondo de alguna importancia, para abrir
derados como más importantes para el almacenes donde se vende al contado, pe-
público. La intervención del Estado es ro al precio de costo ó con un pequeño
siempre más ó menos miope, arbitraria y aumento, mercancías no adulteradas. Ha-
torpe. Las tasas, bien oficiales, ú oficio- blaremos más adelante de esta clase de
sas, del precio de los artículos de consu- asociaciones, que sería muy conveniente
mo, por ejemplo, del pan, ó la carne, no tomaran incremento generalizándose. No
consiguen jamás, sino muy imperfecta- deberían limitarse únicamente á las provi-
mente el objeto propuesto. siones de boca; pudiéranse formar asocia-
ciones de la misma clase de las que se lla-
(1) Véase sobre el asunto el interesante estudio man sindicatos, para la compra en común
de M. Armengaud. Meuneric et boulangei-ie, en la
délos productos más diversos, por ejemplo
Biblioteca técnica, 1883.
corresponde. Puede prohibir la venta de
abonos para la agricultura, ó materias pri- margarina, bajo el nombre de mantequi-
mas para los artesanos. lla, el vino aguado ó de pasas con el nom-
Si los grandes almacenes y las socieda- bre de vino natural. Puede prescribir pe-
des cooperativas eliminan cierto número nas c o n t r a los falsificadores délas mercan-
de comerciantes en pequeño, es necesario cías vendidas. Conviene,sin embargo, que
no quejarse de ello. Los intermediarios se abstenga de una reglamentación dema-
cesan de ser productivos, cuando su nú- siado minuciosa, que resultaría impractica-
mero supera al necesario para el reparto ble. En cuanto á los productos notoria-
de la producción. Los comerciantes al m e n t e perjudiciales al hombre, como los
por menor eliminados, en lugar de compli- alcoholes de cierta calidad, puede prohi-
car inútilmente la organización comercial, bir ó limitar la venta, cuando conduzca á
se dedicarán á las profesiones que jamás males sociales evidentes. Es en todo caso
cuentan con suficiente número de brazos, indispensable no olvidar la prudencia, pa-
como son las del agricultor, artesano, ra no dificultar, por un exceso de purita-
obrero de fábrica, á la producción direc- nismo, el uso de libertades que puede ser
ta, en una palabra. lo más comunmente inofensivo, ó que cuan-
En virtud de la máxima: «ayúdateque do menos, no daña sino al individuo, de
el cielo te ayudará», la sociedad posee en un modo no sensible para la sociedad.
sí misma los recursos necesarios para re-
El comercio interior, es decir el^ que se
mediar, por medio de organizaciones in-
practica en el seno de un mismo país, es en
teligentes, la carestía y hasta cierto pun-
todas partes de una libertad casi absoluta.
to la adulteración de los artículos de co-
Las alcabalas y peages que existían antes
mercio. Sobre este último asunto, la ley
para el paso de una mercancía de la pro-
puede, en todos los casos, intervenir fruc-
vincia del Languedoc ó de Provenza, por
tuosamente. El Estado no tiene el dere-
ejemplo, á Lvon, ó á la Isla de Francia se
cho deprohibir la venta de leche ó vino
abolieron desde el tiempo de la revolución,
con agua, ó este último fabricado con pa-
y nadie procura su restablecimiento. Asi,
sas, ó una grasa que imita la mantequilla,
el mercado nacional, esta regido por la li-
nombrada margarina; pero tiene el dere-
bertad v la solidaridad. . .
cho y el deber de obligar al vendedor á
no engañar sobre la naturaleza de la mer- Razones ele la existencia del comercio in-
cancía, dando á ésta un nombre que no le ternacional.—No pasa lo mismo con el c o -
mercio exterior, á saber, el que se hace das hereditaria, ó tradicionalmente, pue-
con el extranjero. Por extenso y rico que den crear la misma necesidad de cambio
sea un país, nt> se bastaría á sí mismo, sin internacional, que las diferencias entre los
ciertas privaciones. Hemos hablado de la productos naturales del suelo. Todo un
división territorial del trabajo, que resulta conjunto de circunstancias hace que Fran-
de la naturaleza y de antecedentes histó- cia, excelente para la fabricación de obje-
ricos y económicos. Hay ciertos artículos tos de seda, y en la de otros diversos, cono-
que un país consume, y que no puede pro- cidos con efnombre de «artículos de Pa-
ducir con ventaja. Así pasa en Inglaterra rís», ha tenido muy poco éxito, por el con-
con el vino, thé, café, algodón, y en Fran- trario, en la fabricación de artículos co-
cia con las tres últimas mercancías. La munes de algodón. Los ingleses escán en
imposibilidad de producir estos artículos caso precisamente inverso; producen hi-
en Francia y en Inglaterra, es absoluta; se- los y tejidos comunes de algodón baratos,
ría insensato procurarlo. Hay otros pro- y ímobtienen buenos resultadosen laindus
ductos para cuya pro elución, en lugar de tria de la sedería. Resulta de aquí, que <¿s
una imposibilidad absoluta sólo hay una ventajoso para Francia desarrollar la pro
dificultad, ó alguna insuficiencia. Así Ingla ducción de seda y artículos de París, 3
térra consume más carne, trigo, mante- comprar á los ingleses hilos y tejidos co-
quilla y lana, que lo que su suelo sumi- rrientes de algodón, dándoles en cambio
nistra, aún que sea en grandes cantidades. aquellos productos. Ambos pueblos que-
Francia no produce casi nada de estaño, darán así satisfechos, con menor suma de
plomo, cobre, ó zinc, y tampoco lo sufi- esfuerzos y de sacrificios, que si restringie-
ciente de fierro y de carbón. Puede ser sen la producción en que sobresalen, para
que con enormes esfuerzos se pudiera de- dedicarse á otras que convienen menos
sarrollar en nuestro suelo la producción á su ingenio y costumbres.
4 e substancias minerales; pero sería su-
Hay otros casos aun, en que el comer-
mamente costosa. Tenemos interés en
cio exterior tiene utilidad, y es cuando á
comprar fuera lo que nos falta de estas
consecuencia de circunstancias accidenta-
mercancías, dedicándonos á producir artí-
les, una mercancía importante, que un
culos en los que sobresalimos, que pode-
país produce en general con facilidad,
mos hacer con baratura, y que buscan
falta súbitamente; cuando por ejemplo, en
los otros países. Las aptitudes adquiri-
un pueblo que obtiene casi siempre de su
propio suelo, provisión suficiente de tri- saladas; y exportamos al mismo país se-
go, sobrevienen malas cosechas ó una das, objetos de arte, artículos de París, etc.
sequía prolongada. El precio de ios ce- Las exportaciones y las importaciones
reales se elevaría en proporciones enor- se enlazan mutuamente; 110 podríamos
mes, los sufrimientos serían crueles para comprar á los estados Unidos, si no tuvié-
las clases menos acomodadas de la nación, semos mercancías que entregarles como
y del hambre, podría resultar tal vez un pago, ni pudiésemos cederles un crédito
acrecentamiento de la mortalidad. El co- sobre un país que fuese nuestro deudor.
mercio internacional interviene para sal- Podríamos,es verdad, pagar nuestras com-
var á una nación de estos sufrimientos; pras, en el extranjero en moneda ó lingo-
tes de oro y plata, pero ésto no podría
como todos los países no son á la vez
continuarse indefinidamente, porque la
afectados por una calamidad natural, los
moneda nos llegaría á faltar.
que tienen economías,suministran las mer-
cancías que completan las provisiones de El cambio y sus variaciones—La mone-
los que carecen de ellas. El comercio in- da, los lingotes de oro, y de plata, no se
ternacional obra, por consiguiente, como usan sino en cantidades débiles en el co-
un seguro contra el hambre y las priva- mercio internacional. Los productos que
ciones; y éste no es uno de los menores se importan, se pagan en realidad y en el
servicios que ha prestado á los pueblos curso normal, con los productos que se
exportan. Por esto se ha dicho que Jos
civilizados.
productos se cambian por productos. Una
Exportaciones é importaciones. —El co-
organización muy ingeniosa que ha reci-
mercio exterior está constituido por dos
bido el nombre ele cambio, permite efec-
series de actos: ventas y compras: las ven- tuar, á cada momento, todos los pagos de
tas han recibido el nombre de exportacio- una nación á otra, con el menor desplaza-
nes, y las compras el de importaciones. A las miento posible de metales preciosos y de
mercancías que se compran fuera, se las moneda.
importa, es decir, se las hace venir al
país; á las mercancías que se venden al Tomemos un ejemplo: Francia importa
extranjero, se las exporta, es decir, se las de Inglaterra hilos y tejidos de algodón,
hace salir del país. Nosotros importamos lana y lino, cierta cantidad de toneladas
de los Estados Unidos, algodón, petróleo, de hulla, máquinas, etc.; y exporta á In-
y con alguna frecuencia trigo y carnes glaterra vino, sedas, artículos de París,
mantequillas, huevos y otros artículos. Este procedimiento de pago es sencillo
¿Cómo van á efectuarse los pagos entre en apariencia, pero en realidad es muy
ambos países? Es necesario, para com- costoso y lleno de peligros. El oro y la
p r e n d e r l o , recordar las páginas en que he- plata son mercancías que aunque poco
mos explicado el mecanismo de las letras voluminosa«, cuesta muy caro su trans-
de cambio. Las letras de cambio tienen porte; es necesario vigilarlas cuidadosa-
circulación en el eomercio exterior. Los mente para librarlas de ladrones y ban-
comerciantes ingleses que nos han vendi- didos; pueden perderse en un naufragio ó
do telas de algodón, hulla y máquinas, en una desgracia en el trayecto marítimo.
giran á cargo de sus compradores en Fran- Finalmente, mientras se las hace viajar
cia letras de cambio, es decir, órdenes de de Francia áInglaterra, y de allí áFrancia,
pago á uno, dos ó tres meses, hasta cubrir estas cantidades de oro y plata faltarían,
el monto del valor de sus ventas. Por otra como medios de pago, en los países de que
parte los comerciantes franceses que han se hubieran extraído, y con mucha mayor
vendido á los ingleses vinos, sedas, ar- razón si éstos están muy lejanos.
tículos de París, mantequilla, huevos, gi- Por estas causas, el simple interés co-
ran á cargo de sus compradores británi- mercial ha conducido á evitar, en cuanto es
cos, igualmente hasta cubrir el monto de posible, el uso de los metales para hacer
sus ventas, libranzas, es decir, órdenes de pagos entre dos naciones. He aquí como
pago. se opera: Francia tiene que recibir de In-
Hay de este modo en Francia, cientos glaterra muchas centenas de millones de
de millones de francos en libranzas gira- francos, por la compra que hicieron los
das sobre Inglaterra, y por otra parte en In- ingleses de nuestras sedas, vinos, artícu-
glaterra, otras libranzas, igualmente por los de París; y por otra parte, Francia tie-
cientos de millones girados sobre Francia, ne que pagar á Inglaterra una cantidad
¿Se van á tomar estos centenares de millo- semejante por la compra que nuestros co-
nes de francos en oro de Francia para lle- merciantes hicieron de los artículos ya
varlos á Inglaterra, á fin de salvar las mencionados; las dos sumas, se compen-
deudas de los compradores franceses, para san, cuando menos en parte. Los comer-
tomar en seguida en Inglaterra otros cien- ciantes ingleses que han hecho compras
tos de millones de francos en oro, y remi- en Francia y que deben por consiguiente
tirlos á Francia, con análogo fin? hacer pagos en Francia, compran á sus
colegas ingleses que han hecho ventas á es- bio, los pagos se efectúan entre Francia é
te país y que deben por tanto recibir Inglaterra, en razón de que las deudas de
pagos en el mismo, las libranzas que estos cada uno de esos países, respecto del otro
últimos poseen contra el comercio francés, son iguales, sin que una sola pieza de mo-
v dan en pago á sus vendedores estas li- neda, ni una sola barra metálica pase de
branzas á cargo de otros comerciantes Inglaterra á Francia, ó vice versa. Se evi-
franceses. Los comerciantes del país, que tan así los inconvenientes de los trans-
son deudores de los ingleses por compra portes de especies.
de mercancías, compran á su vez, las le- Pero puede acontecer que los deudas
tras de cambio ó libranzas contra Ingla- recíprocas de ámbos países no sean igua-
terra, de que son poseedores los comer- les. Supongamos que Francia tenga que
ciantes franceses que han vendido á los hacer mayores pagos á Inglaterra que és-
ingleses, y así saldan su cuenta con sus ta á aquella nación; la compensación por
acreedores ingleses, con letras de cambio por medio de letras de cambio no pue-
subscritas por otros comerciantes ingle- de entonces realizarse de un modo com-
ses, deudores de los franceses. pleto. En esta hipótesis, habrá algunos co-
En otros términos, el comerciante fran- merciantes franceses que no podrán efec-
cés en vinos, sederías, artículos de París, tuar esos pagos respecto de Inglaterra,
acreedor de los ingleses, recibe en pago con letras de cambio, giradas sobre ingle-
la letra de cambio que debe pagar otro ses deudores de Francia. Algunos france-
comerciante francés que es deudor ^de' los ses necesitarán, en consecuencia, transpor-
ingleses, por compra de carbón ó de má- tar para cumplir sus pagos, especies me-
quinas, de telas ó de algodón. Por el con- tálicas á Inglaterra. Ahora bien, se ha
trario el comerciante inglés, acreedor de visto ya que en gastos materiales de
los franceses, por venta de tejidos de al- transporte y seguro cpntra los riesgos de
godón, de máquinas' ó de carbón, recibió pérdida ó robo, se emplea determinada su-
en pago la letra de cambio que debe pa- ma, para transportar las especies metáli-
gar otro comerciante inglés, deudor de cas de Francia á Inglaterra: supongamos
los franceses por compra de vino, artícu- que ese gasto sea el l ¡ 2 % d e l v a l o r d e l a s
los deParis ó manufacturas de seda. Salvo especies transportadas. La moneda legal
el caso raro de insolvencia de uno de los de Inglaterra es la libra esterlina, que
deudores que deba pagar la letra de cara- contiene un peso de oro equivalente á 25
francos 21 céntimos. Pudiéndose comprar el seguro, llegan al V2 ó sea 6 ?én-

en Francia una letra de cambio en libras timos, por libra esterlina, los comercian-
esterlinas sobre Inglaterra, al precio de tes franceses podrán pagar los giros so-
25 francos 21 céntimos la libra, se dice bre Inglaterra al tipo de 25 francos 25
que la libra esterlina está á la par, en el céntimos, 25 francos 30 céntimos, ó 25
sentido de que se paga la promesa de re- francos 32 céntimos, por libra esterlina,
cibir una libra esterlina en Inglaterra, ó siendo para ellos siempre más ventajosa
sea exactamente la suma de oro conteni- esta operación, que la de enviar especies
da en una libra esterlina metálica. á la Gran Bretaña. Esta ventaja no deja-
ría de existir, sino hasta el tipo de 25 fran-
Se llama cambio el precio por el cual
cos 34 céntimos poco más ó menos, puesto
se adquiere en una plaza comercial cual-
que los gastos de transporte de especies á
quiera, una cantidad fija de moneda me-
Inglaterra, son de V2 °/o, y P 01 ' o t r a parte,
tálica 0 fiduciaria, reembolsable en otro
el par de la libra esterlina es de 25 fran-
lugar. Cuando en Francia se compran bille-
cos 21 céntimos.
tes ingleses de banco, ó letras de cambio
sobre Inglaterra, al precio de 25 francos Cuando los giros ó letras de cambio so-
21 céntimos la libra esterlina, se dice que bre Inglaterra se venden en Francia á un
el cambio está á la par. En tanto que los tipo más alto que á la par, se dice que el
créditos de Francia sobre Inglaterra igua- cambio inglés está en alza, ó que el cam-
len á los de ésta sobre aquella, el cambio bio es favorable para Inglaterra. Esto in-
de la libra esterlina en Francia se man- dica que Francia tiene mayor cantidad
tiene á la par. Pero en la hipótesis en que de pagos que hacer á Inglaterra, que los
nos hemos colocado, teniendo Francia más que debe recibir de este país; ó de otro
deudas con Inglaterra, que las que ésta modo, que Francia es deudora de Ingla-
tiene respecto de Francia, los comercian- terra.
tes franceses, para ahorrarse los gastos y Puede presentarse la hipótesis contra-
los riesgos del transporte de las especies ria, ó sea que Inglaterra tenga que hacer
metálicas, estarán de acuerdo en pagar mayor número de pagos á Francia, que
el papel sobre Inglaterra, á un tipo un los que haya de recibir de este país, sien-
poco más alto que á la par; si como se ha do entonces muy abundantes en Francia
dicho, los gastos de transporte de las es- los giros y las letras de cambio sobre In-
pecies metálicas, comprendiendo en ellos glaterra, hasta el punto de exceder de las
sumas que el primer país debe pagar á la con Inglaterra, cediéndole sus giros sobre
Gran Bretaña; los giros sobre Inglaterra Holanda, giros que en nuestra hipótesis
serán poco solicitados y circularán difí- serían abundantes entre nosotros, y solici-
cilmente; en lugar de negociarse á la par, tados por los ingleses.
que es de 25 fr. 21 por libra esterlina, no El tipo del cambio es un instrumento
podrán encontrar tomador sino á 25 fr. 18, de una excesiva sensibilidad; varía cons-
25 fr. 15, ó 25 fr. 10. Se dice entónces tantemente, de ordinario en proporciones
que el cambio inglés está en baja, ó que es mínimas, y advierte á cada instante á los
desfavorable para Inglaterra. banqueros y á los comerciantes de un país,
El par de cambio, (cambio á la par), in- la situación de las deudas y los créditos
dica que las deudas entre ambos países de ese país, respecto de todas las demás
pueden compensarse sin transporte de es- comarcas.
pecies; el cambio favorable para uno de Alza del tipo del descuento, como conse-
los países, es decir, más alto que á la par, cuencia del cambio desfavorable.— Cuando
demuestra que ese país, resulta en defini- el tipo de cambio sobre el extranjero, es
tiva acreedor del otro; el cambio desfavo- demasiado elevado, es decir, muy desfa-
rable para uno de los países, esto es. más vorable, pueden resultar abundantes sa-
bajo que á la par, prueba que ese país lidas de oro, por la imposibidad en que se
es deudor del otro. encuentran los comerciantes del interior
Hemos considerado dos países aislada- de liberarse completamente, respecto de
mente Francia é Inglaterra; mas en la los comerciantes de los otros países, por
práctica las cosas son más complicadas, medio de simples letras de cambio; enton-
porque una nación no está en relaciones ces los grandes bancos suben el tipo del
comerciales únicamente con otra, sino con descuento de los efectos de comercio que
casi todas las demás naciones del Globo. se quieren negociar; es decir, que en lugar
Podría acontecer, por ejemplo, que Fran- de establecer el descuento que sustraen del
cia fuese, en razón de su comercio, deu- valor del título, según la tarifa habitual
dora de Inglaterra; pero que, en compen- de 2 p g anual ó de 2 1 / 2 p g , retienen un 4 g
sación, fuese acreedora de Holanda, la cual y también 5, 6, 7 p g anual. El tipo del
á su vez resultase acreedora de la Gran descuento en el Banco de Francia y en el
Bretaña; en este caso Francia podría cu- Banco de Inglaterra, se ha elevado hasta el
brir la totalidad, ó una parte de su deuda 9 y lOpg a n u a l , durante algunas semanas
de la crisis de 1866. En la actualidad el Be la relación entra las exportaciones y
organismo financiero se ha hecho mu- las importaciones. Teoría de la balanza
cho más elástico, y no se tiene necesidad del comercio.—Las explicaciones anterio-
de recurrir á esos descuentos de monto res eran necesarias para darse cuenta de
exagerado. La elevación del descuento en los procedimientos de arreglo ó liquida-
el banco, tiene por objeto y generalmente ciones adoptados entre las naciones. Pero
por efecto: I o . Inducir á los comerciantes una cuestión más elevada se presenta, que
á reducir sus compromisos, mostrando así interesa á todo el conjunto del organismo
mayor prudencia; 2 o Obligarlos á liquidar nacional; quedando aceptado que las ven-
sus cuentas con el país acreedor, por otros tas hechas por un pueblo al extranjero se
medios que no sean la exportación de me- llaman exportación, y que las compras que
tales preciosos, como por ejemplo, por la hace de mercancías extranjeras, se nom-
realización de valores mobiliarios llama- bran importación ¿cuál debe ser la pro -
dos internacionales; es decir, de esos fon- porción deseable de unas respecto de otras?
dos que, como los títulos americanos, ita- En otras épocas, la doctrina reinante, que
lianos, españoles, egipcios etc., se cuoti- corresponde aún á un prejuicio popular,
zan en todas las principales plazas finan- era que las exportaciones debían siempre
cieras del mundo; 3 o . Atraer capitales del sobrepujar á las importaciones; se pensa-
exterior, principalmente en metálico; es- ba que era útil para un país permanecer,,
tos capitales reciben en el país en que el respecto del cambio, acreedor del extran-
tipo del descuento se ha elevado, un pre- jero, y que ese crédito fuese pagado en
mio de 1, 2 ó 3 p § anual mayor que en los moneda ó en especies metálicas que ve-
otros países; los banqueros tienen, en con- nían á acrecentar cada año la cantidad de
secuencia, interés en hacerlos venir de los éstas existentes en el país. Se agregaba
países en que la remuneración es menos que una región no podría tener largo tiem-
elevada, á aquellos en que lo es más. po importaciones superiores á las expor-
taciones sin arruinarse, puesto que en tal
L a alza del tipo del descuento, siguien- caso, era necesario exportar cada año me-
do á la alza del cambio sobre el extranje- tales preciosos, y se creía que al cabo de
ro, es pues el medio de restablecer el equi- cierto tiempo, el país quedaría desprovis-
librio entre las deudas y los créditos que to de riquezas metálicas. Se ha dado á esta,
tiene un país, respecto del conjunto de los doctrina el nombre de Teoría de la balan-
demás.
404 CIRCULACION DE LAS RIQUEZAS EL" COMERCIO INTERIOR 405

ZCL del comercio. Se consideraba la «balan- mo el mismo hecho del excedente de las
za del comercio» como favorable, cuando importaciones sobre las exportaciones se
las exportaciones eran superiores á las im- reproduce regularmente para la Gran Bre-
portaciones; se decía, por el contrario, que taña, hace más de cincuenta años, ésta na-
la balanza del comercio era desfavorable, ción habría perdido más de 100,000 mi-
cuando eran las importaciones más cuan- llones ele francos, y no debía ya tener ni
tiosas que las exportaciones. una sola pieza de oro á su disposición. La
Esta doctrina, por especiosa que sea, experiencia, por el contrario, prueba que
es errónea: se funda en una observación jamás Inglaterra ha estado más próspera
incompleta de los hechos. La experiencia que en estos últimos años. Francia pre-
le ha dado en el transcurso del presente senta desde hace un cuarto de siglo, aun-
siglo, el mentís más completo y permanen- que en menor grado, el mismo fenómeno
te. Inglaterra, que es el país más rico del de un excedente habitual de sus importa-
mundo, ofrece desde hace medio siglo por ciones sobre sus exportaciones. En 1895
lo menos, de la manera más regular, un importó mercancías por valor de 3,719 mi-
grande excedente de sus importaciones llones, y exportó por 3,373 millones; la di-
sobre sus exportaciones. En 1894, por ferencia en favor de las importaciones fue
ejemplo, la importación de la Gran Breta- de 346 millones de francos; en 1896 las im-
ña é Irlanda fué de 10.300 millones de fran- portaciones sobrepasaron en 397 millones
cos, y las exportaciones de 6,900 millones á las exportaciones; en 1897 la diferencia,
únicamente; de manera que el excedente siempre en favor de las importaciones, fué
délas primeras llegó á la cifra colosal de de 325 millones. Por lo que Francia, si la
3,400 millones de francos en un solo año. teoría de la balanza del comercio fuese
En 1895 el excedente de las importaciones exacta, en tres años habría perdido mas
en el mismo país, es casi igualmente con- de mil millones en sus cambios con el ex-
siderable, llegando á la suma de 3,300 mi- tranjero. Los metales preciosos que guar-
llones; en 1896 el excedente fué de 3,365 da habrían disminuido otro tanto; y, sin
millones; de manera que, si la teoría de la embargo, ninguna nación posee tanto oro
balanza del comercio fuese verdadera, In- y plata como Francia.
glaterra habría perdido solamente en esos Falsedad de la teoría de la balanza del
tres años 10,365 millones de francos en su comercio. Diversos elementos que deben te-
comercio con el extranjero. Más aún, co^
nerse en cuenta en las relaciones economi-
cas de un país con el extranjero.—Lo -que lización muy antigua, que goza de gran
•constituye, la falsedad de la teoría de la renombre en el mundo, por sus industrias
balanza del comercio, es que no se tienen de lujo, estas últimas exportaciones son
en cuenta al asentarla, ciertas circunstan- mucho más cuantiosas que las importa-
cias muy importantes: en primer lugar, las ciones del mismo género. Llegan á Francia
exportaciones representan el valor de las anualmente, muchos millares de extranje-
mercancías al precio de fábrica y en el mo- ros, la mayor parte de ellos ricos, _ que ex-
mento en que salen del país; podría agre- portan en sus equipajes joyas, objetos de
garse á este valor el de transporte, cuando arte, artículos de moda, para su uso perso-
se hace en un buque francés; el precio del nal, que no se valúan en las aduanas. Estas
seguro, y las utilidades de los intermedia- son exportaciones ocultas, que sin duda en
rios; por el contrario las importaciones, Francia, llegan á una cifra de varios cen-
que se computan por el precio de las mer- tenares de millones de francos anualmen-
cancías á su arribo al puerto, han pagado
ya la mayor parte de sus gastos, y en el t e - En
tercer lugar, es necesario también
precio de estas mercancías hay una parte tomar en consideración, que desde hace
que representa las utilidades del navio na- medio siglo, las relaciones entre los países
cional, el seguro nacional, frecuentemente no son únicamente mercantiles; son tam-
también las del comerciante nacional, cuan- bién de un caracter financiero, las viejas
do la mercancía extranjera se ha impor- v muy ricas naciones como los Estados
tado en un buque francés, asegurado en Unidos, Francia,Holanda, producen por el
Francia, y por cuenta de un comisionista ahorro muchos capitales, para cuyo empleo
francés. Como consecuencia de estas cir- no se tienen en el interior de las mismas, si-
cunstancias, la diferencia entre las impor- no negocios poco remuneradores, y por es-
taciones y las exportaciones se halla en to se han dedicado á hacer empréstitos a
realidad reducida notablemente, con rela- los países más jóvenes ó más pobres. Esta
ción á ,1o que aparece á primera vista. aplicación se hace, ya subscribiéndose en
los empréstitos de los Estados extranjeros
Es necesario aun tener en cuenta otras
ó de las sociedades, y comprando sus títu-
circunstancias. A más de las importacio-
los ya fundando empresas en los países
nes y exportaciones de mercancías, hechas
nuevos y pobres. Por esto es que Inglate-
oficialmente, se hacen también clandesti- rra Francia, Holanda tienen créditos enor-
namente. Ahora bién, en un país de civi-
mes en los Estados de la América del Nor- ción perfecta y refinada, bien dotadas
te y del Sur, en las varias colonias euro- además por la natureleza, ejercen sobre el
peas de Asia, en Egipto y aún en Europa, resto del mundo una atracción especial,
donde Rusia, Austria, Turquía, Italia, Es- qjie induce á multitud de extranjeros ricos
paña y Portugal son las deudoras. De todos á venir á ellos. En Francia, por ejemplo,
estas imposiciones del capital, unos han si- labrillante ciudad de París, todas nuestras
do buenas, otras aceptables, algunas malas; estaciones invernales del Mediterráneo, los
pero estos viejos y ricos países son los acree- baños de mar del Atlántico ó de la Man-
dores del resto del mundo, y reciben cada cha, son frecuentados por multitud de ex-
año el interés de los préstamos que han tranjeros opulentos, que gastan allí sus
hecho á los deudores extranjeros solven- rentas. Proviniendo estas rentas de fue-
tes. Se ha calculado que la Gran Bretaña ra, llegan á nosotros como un suplemento
obtiene una renta anual de dos mil millo- de recursos, como una especie de tributo
nes y medio á tres mil millones de fran- voluntario, que cubre también una parte
cos de sus préstamos al extranjero ó á de la diferencia entre las importaciones y
sus colonias, pues suben á 50 mil millo- la exportaciones de mercancías.
nes. Francia obtiene cada año lo menos
1,200 millones, si no es que 1,500 por em- Por consiguiente es necesario no alar-
préstitos de la misma clase que ha hecho marse; en un paísrico, acreedor del mundo
á los Estados extranjeros ó á las empresas entero por las aplicaciones de sus capita-
que ha fundado. Basta citar el canal de les, sí sus importaciones superan á sus
Suéz, que ha producido á los franceses 60 exportaciones, tan solo se verifica un fe-
millones por año. Los fondos prestados á nómeno natural. No puede ser de otra ma-
las sociedades ó á los países como Rusia, nera sino en los países jóvenes ó pobres,
Austria, Italia, España, Portugal, Turquía, que en lugar de ser acreedores del resto
Egipto, América del Sur, etc. completan del mundo, son deudores de otros países.
los 1,000 ó 1,500 millones de rentas anua- En las Indias inglesas por ejemplo, que
les que Francia cobra en el extranjero. He deben pagar cada año sumas considera-
aquí un medio para cubrir en gran parte bles á Inglaterra por interés de capitales
la diferencia entre las importaciones y empleados por los ingleses en caminos de
las expotaciones de mercancías. fierro, fundiciones en el Hindostán y por
las utilidades de los comerciantes ingle-
Por último los viejos países, de civiliza- ses, la exportación de sus mercancías, su-
pera á su importación. En 1895 las expor- la del «libre cambio» ó de «libertad co-
taciones de las Indias subían¡á 2,670 millo- mercial» y la del «régimen protector» ó
nes de francos, y superaban en 790 millo- «proteccionismo» En favor del sistema del
nes á las importaciones. En 1896, el libre cambio se invocan las razones si-
exedente de las exportaciones sobre las guientes: un país no debe contrariar á la
importaciones fué de 528 millones de fran- naturaleza que da á diferentes comarcas
cos, y así sucede constantemente desde especialidades de producción; tal región
hace medio siglo, lo que no impide á las que tiene abundantes mantos de hulla y
Indias ser un país pobre. Consiste tal fe- de fierro, está destinado á sobresalir en
nómeno, en que este país recíbemenos de la metalurgia y en las minas; un país que
lo que da, pues una parte de sus expor- no se encuentra en las mismas condicio-
taciones, sirve simplemente para pagar nes, haría vanos esfuerzos por alcanzar
á sus acreedores ingleses, sin tener la esta superioridad. Utilizaría mejor sus
devolución correspondiente en mercan- capitales aplicándolos á la producción
cías ó dinero. de artículos para la que tiene mejores
La teoría de la balanza del comercio es condiciones naturales, bien aptitudes de
por consiguiente falsa. No son únicamen- raza, ó simplemente el hábito y la tradi-
te las cifras de las importaciones y ex- ción. Puede por ejemplo desarrollar el
portaciones de mercancías, las que se ne- cultivo de la viña, las industrias refinadas
cesita tomar en consideración para saber como la producción de objetos de lujo y
si un país es acreedor ó deudor del ex- arte; y así obtendría con la misma suma
tranjero, solamente el tipo del cambio de esfuerzos, mejores resultados, pro-
puede dar á este respecto indicaciones curándose por el cambio los artículos de
precisas é inmediatas. que carezca, á mucho menos precio que
Lct legislación sobre el comercio con el si tratara de hacerlos abandonando las
extranjero. El libre cambio y el régimen ocupaciones en que sobresale. Se invoca
protector. ¿De qué manera debe arreglar aun en favor del libre cambio la ra-
un país sus cámbios con el extranjero? zón de que la competencia entre las
¿Debe permitir una libertad absoluta, ó naciones es absolutamente necesaria para
al contrario restringir las importaciones, estimular las industrias y á los obreros,
y procurar desarrollar las exportacio- que sin este aguijón caerían en la rutina
nes? Dos teorías se hallan frente á frente, Los mercados nacionales son muy estre-
chos para que algunas industrias princL el país no tiene equivalentes, ó sólo se ob-
pales en cada ramo de la actividad tomen tienen imperfectos, ó muy costosos.
amplio vuelo, si la ley las pone al abrigo Estos argumentos son verdaderos tópi-
de toda competencia extranjera. La pro- cos de mucha fuerza, y no cabe la menor
tección, es decir, ya la prohibición de im- duda que el régimen de la libertad comer-
portar mercancías extranjeras, ya cuan- cial, es el único verdadero teóricamente,
do menos, los impuestos muy elevados so- y en la práctica el más adecuado para es-
bre las mismas, siempre ha entorpecido timular la actividad de un pueblo.
las industrias que se han sometido duran- Los partidarios del sistema proteccio-
te largo tiempo á ese régimen. nista, objetan que un pueblo no debe de-
Se dice también, que todo derecho adua- pender del extranjero para el sostenimien-
nal sobre el valor de una mercancía ex> to de sus principales industrias y sus pro-
tranjera, equivale á la taxación impues- visiones. Esta objeción puede tener algu-
ta á ciertas industrias nacionales, que no na importancia desde el punto de vista
pueden prescindir de esa mercancía como militar, en el estado actual de las relacio-
elemento de su producción. Todo impues- nes de los países europeos, por io que con-
to, por ejemplo, sobre el hilo de algodón cierne á las fábricas de cañones, fusiles ó
extranjero, es desfavorable á los fabrican- construcción de navios del Estado. Pero
tes de telas, que tienen necesidad de ese no es conveniente generalizarla á cual-
artículo, bien por las cualidades que sólo quier otro género de industrias. Se alega
tiene el extranjero, ó porque se consi- también que la protección es un medio de
gue más barato. Toda cuota impuesta al educación popular; y que estableciendo
fierro extranjero, hace encarecer de una cuotas sobre las mercancías extranjeras
manera general el precio de este artículo durante algunos años, se llega á desarro-
en el país, perjudicando á los fabricantes llar la industria nacional, hasta el grado
de máquinas, á los agricultores, etc. El de'que puede soportar la competencia ex-
sistema proteccionista llega pues, substra- tranjera sin menoscabo. Este argumento
yendo de la competencia extranjera á cier- es únicamente especioso, pues si se le die-
tas industrias, á hacer la vida difícil á mu- se como exacto, debería deducirse que el
chas otras industrias nacionales, que no régimen proteccionista no es conveniente,
pueden prescindir de los productos proce- sino en un tiempo limitado, y que al cabo
dentes del extranjero, cuando 110 tienen en de diez, quince ó veinte años, debería de-
saparecer. Aun concebido así, sería erró- mayor parte no hay productos similares
neo en parte, porque no es ni deseable, ni en ese país, como el thé, el café, el tabaco,
útil, que un pueblo desarrolle á la vez to- el vino, el alcohol, que están gravados
do género de producciones, despreciando, únicamente para proporcionar una renta
por consecuencia, aquellas para las cuales al gobierno, y no para favorecer, ponién-
tiene mayores aptitudes. dola á cubierto déla competencia extran-
Si el régimen de libertad comercial de- jera, ésta ó aquella clase de productos na-
be considerarse como el único en har- cionales. Este régimen puede ser desig-
monía con la naturaleza de las cosas y la nado con el nombre de «aduana fiscal,»
ciencia, no se debe deducir, sin embargo, en oposición á la «aduana proteccionista
que deban suprimirse inmediatamente to- ó protectora.» La aduana fiscal sólo se
dos los derechos aduanales. Hay que guar- preocupa de procurar al tesoro público
dar ciertas consideraciones á los esta- determinada renta, gravando los objetos
blecimientos industriales existentes, ga- de consumo general que no tienen simila-
rantizándoles un período de transición ó res en el interior del país.
transformación. La segunda forma que puede tener el
Libertad, absoluta de importación. Pro- sistema aduanal, es la prohibición ó inter-
hibiciones. Derechos moderados y tratados dicción de las mercancías extranjeras, que
de comercio.—El sistema de una nación, puede en teoría ser parcial ó total; pero
por lo que respecta á su régimen aduanal, en realidad siempre es parcial. La prohi-
puede revestir tres formas diferentes: de bición total, es decir, la interdicción de to-
libertad absoluta de importación, que es das las mercancías extranjeras, sin excep-
el régimen observado en Inglaterra desde ción alguna, equivaldría á la supresión
hace treinta y cinco años, poco más ó me- absoluta de todo comercio con el extran-
nos; en efecto, no existe en ese país nin- jero, y carecería el país de una infinidad
gún derecho que se pueda llamar protec- de mercancías, de las que no se puede
tor de la industria nacional; las materias prescindir; por ejemplo, en los países de
primas y los objetos manufacturados, no la Europa occidental, del algodón, el café,
se encuentran gravados por impuesto al- el thé, el petroleo, la quinina, etc. Ningún
guno; las únicas mercancías cuotizadas país, en consecuencia, ha cometido la lo-
al entrar á la Gran Bretaña é Irlanda, son cura de adoptar la prohibición total; pero
los artículos de consumo general, de los que varios han ocurrido á la prohibición par-
cial de aquellas mercancías extranjeras, te estimulados, y no caen jamás de un m o -
cuya competencia pudiera perjudicar im- do completo en la rutina. Las industrias
portantes industrias nacionales. Tal era nacionales que necesitan para moverse
el régimen aduanal de Francia antes de la ciertos productos extranjeros, por ejem-
célebre reforma de 1860. plo, los tejedores de Lyon que emplean
El sistema mixto de libertad comercial diversas clases de hilos de algodón que
absoluta y régimen parcialmente protec- Francia apenas puede producir, saben que
nista, es el de libertad de introducción podrán durante un largo período de tiem-
de todas las materias primas y cuotas mo- po, obtenerlas del exterior en condicio-
deradas sobre los objetos manufacturados. nes determinadas. Finalmente, y esto es
Estas cuotas, disminuyendo el estímulo de de gran interés, los comerciantes naciona-
la competencia extranjera, no deten sin em- les que producen para la exportación que-
bargo, hacerlo desaparecerc ompletamen- dan al abrigo, por virtud de lo; tratados
te. En general el sistema mixto se adopta de comercio, de todo cambio brusco en
en virtud de tratados ele comercio. El ré- las cuotas de los países regidos por esos-
gimen de los tratados de comercio tiene mismos tratados. Los tratados de comer-
numerosas ventajas, que en estos últimos cio tienen pues la ventaja inapreciable de
tiempos han sido hasta cierto punto des- garantizar á un pais, durante un período
deñadas. Las naciones que celebran un de diez ó doce años, un régimen comer-
tratado de comercio, fijan respecto de ca- cial para la importación y la exportación,
da una de las mercancías, los derechos conocido de antemano, que ofrece cier-
que deban soportar durante un periodo ta estabilidad; ahora bien, la constancia
determinado, generalmente de 10 á 12 años. délos pedidos exteriores es una de las con-
diciones esenciales del funcionamiento
Estos derechos están calculados de mo- fructuoso de la industria, y sobre todo'de1
do que no sean prohitivos; en consecuen- su desarrollo. Los más famosos tratados
cia, los comerciantes de ambos países con- de comercio fueron los de 1860, concebidos
tratantes, pueden introducir recíproca- dentro ce un espíritu liberal, del que des-
mente las mercancías de uno á otro país, graciadamente nos hemos alejado mucho'
lo que mantiene en cierta medida el estí- desde hace diez años.
mulo, muy útil para todos los países, de la
competencia extranjera; de ese modo los Facultad de Depósito. Ventas Públicas
comerciantes nacionales están ligeramen- —Los derechos aduanales exigen para no^
27
s'er demasiado nocivos, algunas atenuacio- pios almacenes, si permanecen éstas en cier-
nes; la principal es la facultad de depósi- tas condiciones y bajo la vigilancia de los
to (entrepot.) Se llama así el derecho que agentes del fisco. Ésto es lo que se llama
tiene tocio importador de depositar las depósito ficticio, facultad que ahorra al im-
mercancías extranjeras en almacenes es- portador el pago de los derechos aduanales,
peciales, sin tener que pagar los derechos hasta el momento en que las mercancías sa-
de aduana. Las mercancías así deposita- 'len de sus almacenes para ser puestas en
das no satisfacen los derechos respectivos, venta por los comerciantes en general. Cuan-
sino cuando salen de los depósitos para de- do las mercancías abandonan el depósito fic-
rramarse en el general consumo, es decir, ticio para ser reexportadas, no pagan dere-
para pasar á manos de los comerciantes al cho alguno. La generalidad de los Estados
por mayor, medianos y al menudeo. Cuan- también ha abolido los derechos de todas
do las mercancías en depósito se extraen clases por el tránsito de las mercancías ex-
para ser devueltas al extranjero, 110 tienen tranjeras en su territorio; por ejemplo de
que satisfacer ningún derecho. La facul- Inglaterra ó de Bélgica al través de Suiza, 6
tad de depósito tiene para el comercio dos de España á Italia por la vía de Francia. Se
ventajas, una de las cuales consiste en di- estima que el tránsito de las mercancías ex-
ferir el pago de los derechos aduanales, tranjeras da animación á nuestros puertos y
hasta el momento en que las mercancías vías férreas, y deja utilidades á nuestros
importadas sean definitivamente vendidas obreros y comerciantes, así como á nues-
para el consumo interior; y la otra en per- tras empresas de navegación ó de transpor-
mitir su reexportación sin pagar derechos. tes terrestres.
Si fuese de otro modo, los comerciantes
vacilarían en importar mercancías en gran Casi en todas las ciudades en que existen
cantidad ante el tensor de que la demanda depósitos, generalmente se han instituido
sobrepujara á las necesidades del consu- ventas públicas en épocas determinadas, de
mo nacional. algunas mercancías de gran consumo, como
las lanas, el café etc. Las de Londres, A m -
Se dice que el depósito es real, cuando se beres y Amsterdam son principalmente cé-
efectúa en almacenes públicos al efecto de- lebres. Este procedimiento atrae á los com-
signados por la Administración; pero tam- pradores, algunas veces desde muy lejos, y
bién se otorga á los comerciantes la facul- da á los precios una base conocida.
tad de conservar las mercancías en sus pro-
En definitiva, los Estados modernos y
progresivos, deben orientar su política eco-
nómica hacia el principio de libertad comer-
cia], con el que no se atreve^ á romper por
completo ni siquiera aquellos Estados que,
bajo la presión de algunas circunstancias <5
preocupaciones, se desvían de ese principio.
CAPITULO VIL

LAS CRISIS COMERCIALES.

Diferente naturaleza de las crisis eomerciales.-Cau-


sas de las crisis comerciales ó agrícolas genera-
les.—Remedios propuestos contra las crisis eco-
nómicas.—Consecuencias algunas veces felices
de las crisis.
i

Diferente naturaleza de las crisis comer-


ciales.—El regular funcionamiento de la
agricultura, del comercio y de la indus-
tria, se ve de tiempo en tiempo alterado
por crisis que perturban la producción y
provocan su estancamiento parcial; los
agricultores se lamentan de no poder ven -
der sus productos, y los comerciantes y
los industriales ven sus almacenes atesta-
dos, y no pueden desembarazarse, á veces
ni con pérdidas, de sus mercancías. Se re-
duce entonces el trabajo en las fábrica«,
y aun algunas de ellas son clausuradas.
¿Cuál es la causa de esos tristes fenóme-
nos, que sujetan á tan dura prueba á la
masa de una población?
progresivos, deben orientar su política eco-
nómica hacia el principio de libertad comer-
cial, con el que no se atreve^ á romper por
completo ni siquiera aquellos Estados que,
bajo la presión de algunas circunstancias <5
preocupaciones, se desvían de ese principio.
CAPITULO VII.

LAS CRISIS COMERCIALES.

Diferente naturaleza de las crisis comerciales.--Cau-


sas de las crisis comerciales ó agrícolas genera-
les.—Remedios propuestos contra las crisis eco-
nómicas.—Consecuencias algunas veces felices
de las crisis.
i

Diferente naturaleza de las crisis comer-


ciales.—El regular funcionamiento de la
agricultura, del comercio y de la indus-
tria, se ve de tiempo en tiempo alterado
por crisis que perturban la producción y
provocan su estancamiento parcial; los
agricultores se lamentan de no poder ven -
der sus productos, y los comerciantes y
los industriales ven sus almacenes atesta-
dos, y no pueden desembarazarse, á veces
ni con pérdidas, de sus mercancías. Se re-
duce entonces el trabajo en las fábrica«,
y aun algunas de ellas son clausuradas.
¿Cuál es la causa de esos tristes fenóme-
nos, que sujetan á tan dura prueba á la
masa de una población?
Las crisis mercantiles, industriales ó ca y llamado filoxera. Como por la seque-
agrícolas pueden ser parciales y acciden- dad del suelo, los departamentos del me-
tales, ó ya generales y casi universales. diodía no podían ofrecer producción al-
En el primer caso reconocen una causa guna tan remuneratoria como la viña, la
que es, con pocas excepciones, fácil de destrucción de los viñedos meridionales
descubrir. Así, durante la guerra separa- hundió en la miseria á todas las poblacio-
tista entre el Sur y el Norte de los Esta- nes del sur que antes vivían con la mayor
dos Unidos, de 1860 á 1865, los distritos holgura. La propiedad se redujo á la mi-
de Inglaterra y del Continente europeo, tad, las tres cuartas partes y aun más to-
en que se trabaja el algodón, se vieron davía de su valor; los salarios decayeron
hundidos en la más negra miseria. Siendo también á su mitad y la tercera parte, y
los Estados Unidos los que suministi aban muchos viticultores se vieron precisados
casi la totalidad de los abastecimientos á emigrar á los departamentos vecin os y
europeos de algodón, y habiendo los aza- á Argelia.
res de la guerra, así como el bloqueo délas
costas americanas desvastado las planta- Las crisis parciales ó locales son como
ciones y suspendido las llegadas de bu- una plaga natural que descarga sobre una
ques, los fabricantes de tejidos de algo- región. No hay medio alguno de prevenir-
dón hubieron de restringir su fabricación, las. La división territorial del trabajo, tan
y aiín paralizaron varios completamente extremada en las sociedades modernas,
el trabajo, despidiendo á sus obreros. Las aumenta la gravedad de estas crisis, que
fábricas de lana y de linos, por el contra- son el precio de los beneficios déla misma
rio, hubieron de desarrollar su producción. división del trabajo.
Además ele la crisis parciales ó locales,
Se podrían citar algunos otros casos de hay crisis industriales ó mercantiles que
crisis comerciales y agrícolas parciales ó lesionan á la vez casi todas las industrias
localizadas; entre ellas la de la filoxera, en y hasta el mundo entero. De 1882 á 1886
el mediodía de Francia, fué una de las y más tarde, de 1889 á 1891, los países ci-
más intensas. A partir de 1867, pero sobre vilizados han atravesado por una prueba
todo de 1872 á 1873, los viñedos franceses de ese género, singularmente generali-
fueron desvastados y destruidos con ra- zada.
pidez asombrosa por un insecto, hasta en-
tonces desconocido, importado de Améri- Causas ele las crisis comerciales y agrí-
colas..—E! público generalmente atribuye
las crisis á lo que llama exceso ele pro- considerables, son ofrecidos á precios no
ducción ó sobreproducción. En su concep- accesibles para todas las clases consumi-
t o se han producido todas las cosas en de- doras.
masía: demasiado trigo, carne, fierro, ves- Solo hay un pequeño número de objetos
tidos, calzado, casas etc- cuya producción puede, de un modo ab-
Esta explicación aunque especiosa, es soluto y cualquiera que sea su precio, ex-
errónea. Dada la extensibilidad de las ne- ceder á las necesidades humanas; entre
cesidades humanas, y la situación aun mi- ellos se encuentran desde luego algunos
serable de un gran número de individuos, objetos de consumo estrictamente perso-
.la humanidad, en general no puede tener nal y no extensible, como los féretros, por
demasiados productos á su disposición: no ejemplo y las cunas; mueren y nacen en
puede lamentar la superabundancia de Francia poco más ó menos un millón de
trigo, carne, vestidos, calzado, casas etc., séres humanos anualmente; si cada año se
cuando tanta gente en el mundo entero, y fabricasen dos millones de ataúdes ó dos
aun en los países más afortunados, no millones de cunas, y que por alguna cir-
puede todavía comer pan blanco ni carne, cunstancia cualquiera, no fuese posible la
se encuentra casi descalza y apenas puede exportación de esos objetos, habría una su-
alojarse en condiciones muy defectuosas. perabundancia manifiesta de ellos, y á
La humanidad está muy lejos de llegar cualquier precio que fuesen propuestos, no
alguna vez, á que le perjudique la canti- se podría encontrar tomador ele una par-
dad de productos de que puede disponer, tida.
en consecuencia las crisis no pueden ele- También puede haber superabundancia
/her su origen á un exceso general de pro- de producción de ciertos instrumentos, por •
ducción. que la humanidad no puede consumirlos
• Sin embargo, puede existir cierta exa- indefinidamente, por ejemplo: de agujas,
geración en algunas producciones espe- alfileres, palas, azadones, carros, wagones,
ciales, y sobre todo, puede ocurrir una rieles para ferrocarriles, locomotoras. Pa-
desproporción entre la cantidad ofrecida ra esta clase, sin embargo, el límite de
de determinados objetos y los hábitos ac- consumo, sobre todo de los últimos obje-
tuales de la población; acontece también tos citados, está muy léjos de poderse fijar
que algunos artículos que la humanidad de una manera tan precisa é invariable,
consumiría gustosa en cantidades más como respecto de la anterior.
obtienen grandes beneficios, la facilidad
Pero no puede haber exceso general y
de ilusionarse, innata en muchos espíritus,
permanente, al menos de un modo abso-
conduce á formar por todas partes nuevas
luto, de las mercancías que se prestan á
empresas, á inmovilizar los capitales en
usos muy variados y á necesidades hu-
construcciones de todas clases, y contraer
manas extensibles, como los tejidos que
multiplicados préstamos, que sólo tienen
sirven no solamente para vestidos, sino co-
el estímulo de utilidades aleatorias. El cré-
mo tapices y colgaduras; como el fierro
dito se desarrolla entonces en extremo, se
que tiene mil aplicaciones posibles; el tri-
presta sin consideración de ninguna espe-
go y la carne de que aún carece mucha
c i e ^ se adquieren compromisos de un mo-
gente; las casas, cuando tantos individuos
do inmoderado; el menor acontecimiento
viven todavía hacinados en covachas.
desfavorable viene á derrumbar todos esos
Por lo tanto solo hay una despropor- efímeros trabajos, como el soplo más li-
ción entre el precio de costo de un objeto gero desbarata un castillo de naipes.
del que una gran parte de la humanidad
no está aun suficientemente provista, y los Sin embargo, la causa más activa de
medios de pago que dé puede disponer un las crisis comerciales, son los progresos
gran número de gentes. De otra suerte se repentinos, generales y profundos, en la
desarrollan nuevos hábitos ante los cuales fabricación y los medios de transporte;
hay que ceder, como el de vestir, alojarse resultan de ellos nuevas condiciones de
y ajuararse más cómoda y elegantemente. competencia y de precio que sorprenden y
El exceso de producción á que nos referi- desconciertan al mayor número de pro-
mos, es pues más bien aparente que real, ductores. Los cálculos que parecen más
y temporal que durable. juiciosos, se encuentran de repente des-
mentidos por el aflujo de nuevos produc-
Las dos causas que determinan las crisis tos en condiciones de baratura que no se
comerciales generales, son, por una parte habían previsto, produciéndose, como con-
la fiebre de la especulación y el abuso del secuencia. una perturbación momentánea
crédito; y por la otra, los progresos re- que en ocasiones puede prolongarse por
pentinos y considerables en la fabricación varios años. Hay que adoptar nuevos
y los medios de transporte. arreglos y combinaciones, y á este resul-
Cuando se vive en un período de pros- tado no se llega sin trabajos ni dolores.
peridad, y los negocios, según la expresión,
vulgar «marchan bien.» y los fabricantes Las crisis mercantiles en el presente ca-
so pueden considerarse como las crisis de ra el género humano, mas los segundos
son quizá más felices.
desarrollo en los adolescentes, ó de la den-
tición en los niños. Constituyen, en cier- Remedios propuestos para las crisis eco-
to modo, un mal necesario que la natura- nómicas.—No hay remedio alguno eficaz
leza impone; es el precio de un progreso para las crisis económicas, y sería, por lo
tanto, presuntuoso soñar en prevenirlas de
rápido y considerable.
un modo absoluto. Se necesitaría arran-
Se ha advertido que las crisis que resul- car del alma de cada nueva generación
tan de los abusos del crédito y los excesos las ilusiones, á fin de que no se dejase
de la especulación, que en sí misma no arrastrar por exajeradas especulaciones y
constituye un mal, sino una fuerzaútil, so- abusos del crédito; así mismo sería nece-
lamente'sujetaá perturbaciones, tienen una sario canalizar el progreso humano, á
tendencia á repetirse periódicamente, ca- efecto de que se deslizase lentamente, en
da diez ó doce años, por ejemplo. Eso se lugar de precipitarse en irrupciones vio-
explica porque las faltas de los padres no lentas, seguidas pronto de períodos de lan-
experimentan á los hijos, y las épocas ele guidez ó_ de estancamiento. Ni el hombre,,
prosperidad, á^pesar de todas las leccio- ni la sociedad tienen semejante poder.
nes del pasado, determinan inevitablemen- Cuando una crisis económica es especial
te la infatuación. y local, como la crisis algodonera de 1860
Las crisis que provienen de la instanta- á 1865, ó la de la filoxera en el mediodía
neidad de los grandes cambios industria- de Francia, puede haber algunos paliati-
les, tienen una periodicidad casi regular, vos. Pueden emprenderse, con mesura y
y se repiten con intervalos más largos; discernimiento algunas obras públicas en
pero tienden también á retrogradar á épo- las regiones perjudicadas. Se puede faci-
cas más ó menos remotas. La causa de litar la emigración, mas conviene obrar
este fenómeno, es que el progreso agríco- con prudencia; porque siendo pasajera
la ó manufacturero, no se realiza de un esta clase de crisis, faltarían brazos al res-
modo continuo y uniforme; tiene períodos tablecerse la prosperidad, favoreciendo sin
de rápido y general progreso, que produ- medida la inmigración. La previsión de
cen en el mundo algo así como una fiebre los particulares, y el ahorro en los tiem-
ó una conmoción, y períodos de calma y de pos prósperos, son los mejores medios pa-
reposo; los primeros son más gloriosos pa- ra mitigar esos días de prueba.
cíales, no obstante los males que provo-
En las crisis comerciales generales, que
can, tienen una consecuencia feliz: vién-
se extienden en todo un país y á todas las
dose lesionados todos los productores, ha-
industrias, los paliativos no sirven ele mu-
cen, desde el punto de vista económico,
cho. El Estado apenas puede representar
su examen de conciencia; reexaminando
un papel insignificante en tales circuns-
toda su organización, reforman las par-
tancias; debe ser prudente y económico
tes defectuosas, evitan los desperdicios
para saber inspirar confianza. Abriendo
de materias primas, adoptan mejores pro-
talleres nacionales, como alguien lo pro-
cedimientos, y obtienen menores precios
pone, agravaría y antes bien prolongaría
de costo que antes. Los salarios v las uti-
la crisis; en efecto, mantendría las ilusio-
lidades se reducen á tipos razonables; se
nes y alentaría las pretensiones exajera-
recuperan y regularizan los hábitos de
das,"á que la crisis debiese su origen.
trabajo; el crédito se consolida y adquie-
Por otra parte, frecuentemente el Esta- re mayor discernimiento. De tocio esto re-
do ha ejercido sobre la industria cierta sulta que después de una crisis comercial
acción perturbadora. Cuando por ejem- de alguna duración, la producción de mu-
plo, los Estados mandan construir, en épo- chas mercancías se aumenta, á causa de
cas de prosperidad, un número exagera- que se forman nuevas clases de consu-
do de kilómetros de ferrocarriles, ó em- midores; el progreso, que á primera vista
prenden obras públicas á todo trance,des- aparece como perturbador, se consolida;
naturalizan las condiciones naturales de y en definitiva la humanidad, después de
las industrias, así como las relaciones nor- una sacudida penosa y más ó menos pro-
males de las utilidades y los salarios; fa- longada, se encuentra teniendo á su dis-
vorecen la sobrexitación y hacen nacer es- posición más medios de satisfacer sus ne-
tablecimientos superabundantes, inclinan- cesidades y placeres.
do á la alza excesiva y prematura el pre-
cio de la mano de obra. Los Estados no sa-
ben pues guardar la prudencia debida, así
como ejercen presión cuando se mezclan
en la industria y la subvencionan, ó la
avivan y la mantienen con sus pedidos.
Consecuencias algunas veces felices ele
las crisis económicas— Las crisis comer-
d Í L l V ° q u e l a f u e r z a Productora
del hombre y en general, de la sociedad
S u,n? ™ a ascendente, debida en
pai te, á la incesante creación de nuevos
instrumentos de trabajo, y en parte á los
C U A R T A P A R T E descubrimientos é inviolones'cTeníífico
é industriales El hombre puede emplea?
Consamo de las riquezas, de cuatro modos diversos, ese aumento de
su fuerza productora consagrándolo- I o
CAPITULO I. a aumentar sus horas de descanso; 2 o al
cl ? s u s consumos y goces inme-

dia os; a* al aumento de sus instrumentos


de trabajo, es decir, á un nuevo ahorro
EL AHORRO. y 4 al aumento de la población.
Los cuatro empleos que el hombre puede dar al au- r i ^ l p r 0 p j ° m ° d o q u e e l h o m b l * e puede
mento de su fuerza productora.—Aumento del dedicar cada nuevo desarrollo de su fuer-
descanso y de la producción.—Papel del ahorro. za productora, á cualquiera de los cuatro
—Prejuicios populares contra el ahorro: el pródi- objetos enunciados, puede repartirla en-
go y el hombre e c o n ó m i c o . — F a l s a concepción de
que la destrucción de los objetos útiles, algunas p X ^ h 0 8 d C 6 l l 0 S ; y a u n e n t r e l o s «Miro;
v e c e s activa el c o m e r c i o — I n t e n s i d a d del ahorro este ultimo caso es el más frecuente en las
en Francia, y su proporción respecto de las ren- diversas sociedades humanas
tas nacionales.—Causas que han aumentado la in- Jumento del descanso y de la produc-
tensidad del ahorro.—Las cajas de ahorro y em-
pleo de sus fondos.—El seguro y sus varias formas.
ción.- Es evidente que el aumento de la
— L a s sociedades de socorros mutuos.—Las socie- fuerza productora del hombre y de las so-
dades cooperativas, consideradas c o m o instru- ciedades, podría ser únicamente empleada
mento de ahorro.—Influencia de la circulación en proporcionar mayores ratos de ocio v
de los valores muebles en la formación y rápida
utilización del ahorro.
más tiempo de reposo á los hombres; mas
para ese efecto, necesario sería que el des-
canso fuese para ellos el único y supremo
Los cuatro empleos que el hombre puede bien y que renunciasen á todo aumento
dar al aumento de su fuerza productora. de la producción, á todo nuevo desarrollo
emplearse en la satisfacción más amplia
y más completa de las necesidades huma-
de sus útiles de trabajo, á todo acrecen- nas. Procurar al hombre una morada más
tamiento de la población. amplia, más higiénica, mejor dotada y
Aunque el descanso no haya aumen- más agradable; aumentar y perfeccionar
tado á partir de un siglo en proporción al su mobiliario; proporcionarle vestidos más
aumento de la fuerza productora de la en harmonía c o n las diversas estaciones y
humanidad, no puede decirse sin embargo que ofrezcan un aspecto decente y hasta
que haya permanecido estacionario, prin- elegante; hacer su alimentación más nu-
cipalmente en los últimos cincuenta años. tritiva y variada; procurarle recreaccio-
El día obrero en general, ha disminuido, nes agradables y útiles, como la lectura,
y en la mayor parte de las fábricas solo la música y el arte en todas sus formas;
es de once horas, en lugar de trece ó ca- satisfacer su curiosidad por las excursio-
torce, como acontecía de 1820 á 1840, nes y los viajes; tales son los objetos quede-
en los comienzos de la grande industria. be el hombre utilizar en la mayor parte del
En los talleres urbanos ha descendido á aumento de fuerza productora. De ese mo-
nueve y diez horas, y finalmente, hasta en do la humanidad entera considerada, no
los campos, sobre todo en las campiñas solamente en su conjunto, sino en cada uno
ricas, es mucho menor de lo que era an- de sus miembros, tendrá á su disposición
teriormente. No hablaremos aquí del há- ma^ or cantidad de objetos de consumo y
bito deplorable que tienen algunos obre- de goce, de la que han tenido las genera-
ros de las grandes ciudades de santificar el ciones anteriores.
lunes faire le lundí, ó bien, cuando los Papel del ahorro— No toda la produc-
salarios son altos, descansar dos ó tres ción, uebe sin embargo, dedicarse al in-
días por semana, además del domingo. mediato consumo. Una parte importante
Si es conveniente ensanchar el descan- debe consagrase al ahorro; es decir, á la
so para el desarrollo de la vida del hogar, creación de nuevos instrumentos de tra-
la instrucción y las distracciones intelec- bajo; así han obrado instintivamente to-
tuales y artísticas, es vergonzoso llegar á dos los pueblos civilizados, adelantándo-
semejante abuso, sobre todo cuando la se á todas las predicaciones de los mora-
humanidad tiene aun tantas necesidades listas. Uno de les sentimientos humanos
esenciales que satisfacer. que la civilización más ha desarrollado,
La mayor parte del desarrollo de la
fuerza productora de la humanidad, debe
es la previsión; ora haciéndola más eficaz en lo cual hay una concepción inexacta.
para el bienestar del individuo, ya va- El ahorro que se hace normalmente en
riando ó modificando los modos por los las sociedades modernas, bajo la forma de
cuales la previsión puede ejercitarse, la capitalización, suministra al obrero tanto
civilización ha generalizado ese sentimien- trabajo y pone en actividad tantos esfuer-
to, más de lo que estaba anteriormente. zos humanos, como los gastos de los
]STo insistiremos en este momento acer- pródigos. Las sumas que se economizan
ca de las ventajas ele la previsión y del son consumidas, sólo que lo son de una ma-
ahorro, que es su manifestación económi- nera especial y reproductora. Considere-
ca; la materia ha quedado suficiente- mos por ejemplo dos propietarios de igual
mente tratada en capítulos anteriores, fortuna; uno pródigo y el otro muy econó-
y se ha visto cómo abandonando el aho- mico. El primero manda construir un opu-
rro la antigua forma de una estéril tesau- lento castillo que solamente él ocupará, y
rización, toma, en las modernas socieda- - abre un parque de recreo, con terrazas,
des, la de capitalización, es decir: de una -cascadas, saltos ele agua etc. El segundo
incesante creación de nuevos capitales. conserva intacta su morada, pero mejora
Prejuicios popular es contra el ahorro. El su propiedad abriendo nuevas tierras de
pródigo y el hombre económico—Existe no cultivo, irrigándolas ó desecándolas, pa-
obstante, un prejuicio bastante generali- ra plantar en ellas pastos; creando depar-
zado, ante el cual necesario es detener- tamentos de cortijo ó establos más ade-
nos para combatirlo. La generalidad de cuados á la producción. En ambos casos
los hombres poco cultos, juzgan que el existen los mismos gastos y se elistribu-
que ahorra priva de trabajo al público, yen los mismos salarios; solo que en el
mientras que quien gasta con explendi- primer caso la inversión ha sido, sino com-
dez, quien dilapida ó devora su patrimo- pletamente, si en su mayor parte impro-
nio, da trabajo al obrero y, según una ex- ductiva; en el segundo caso, por el con-
presión vulgar fait aller le comerce activa trario, la inversión es productiva: mejo-
el comercio. De aquí proviene el aura po- radas las tierras, y siendo las cv-nscracc.
pular de que muchas gentes rodean toda- nes de explotación más an:¡p.:as y mejor
vía al pródigo, y la severidad, por el con- organizadas, se produce y conserva ma-
trario, de una parte de la pública opinión yor cantidad de cereales, más vino, leche,
respecto de los hombres muy económicos, queso ó ganado que antes. Lo mismo el
entran en actividad con esos 50 ó 60 mil
económico que el pródigo habrán gasta- francos, solamente que aquí los obreros
do iguales sumas, solo que el primero las mecánicos, fogoneros, mineros, terraceros
habrá gastado de modo de acrecer la fuer- para las obras públicas, son los que tra-
za productora de la comarca, aumentando bajan, mientras que en el primer caso,
su propio haber á la vez que el de la so- son cocineros, pasteleros, tapiceros, te-
ciedad: tal es la diferencia entre el consu- jedores de telas de lujo, carroceros, pa-
mo productivo y el improductivo. lafreneros, etc. Las sumas economizadas
Si en lugar de los propietarios rurales, son de igual modo gastadas en compras
se consideran los capitalistas ó rentistas, y trabajos, sólo que obtienen 1111 resulta-
acontece lo mismo. Supongamos dos ren- do productivo, un aumento de medios de
tistas con 100,000 francos de renta cada fabricación ó de transporte.
uno; y que uno gasta toda su renta en tener
Esto no quiere en manera alguna de-
mesa libre y abundante, en proporcionar á
cir, que condenemos el lujo, cuya utili-
su mujer y sus hijas lujosas telas, blondas,
dad, como se verá más adelante recono-
etc.. en mantener muchos caballos en su
cemos dentro de ciertos límites, y cuan-
caballeriza y cambiar los modelos de sus
do no agota ninguna riqueza particular.
coches; son e s t o s pasatiempos lícitos, pero
El aniquilamiento de cualquier riqueza
desaparecen pronto,sin producir nada. El
particular, constituye una pérdida para la
rentista económico, por el contrario, de-
sociedad entera. Él que disipa el capital
dica de sus 100,000 francos, 40 ó 50 mil _á
que le produce determinada renta, en go-
sus gastos personales, y los 50 ó G0 mil
ces pasajeros como los vestidos, mobilia-
restantes, los impone; es decir, compra ac-
rios lujosos, mesa abundante y costosa,
ciones ü obligaciones de ferrocarriles, tí-
etc., empobrece ála sociedad. Él pródigo
tulos de la deuda pública, ó entra á formar
es un destructor de riquezas, que disminu-
parte de a'guna compañía minera ó de al-
ye el haber de la humanidad; en conse-
guna fundición. Analicemos estas imposi-
cuencia las consideraciones que le dispen-
ciones: con los 50 ó 60 mil francos ahorra-
san algunas personas, sólo descansan en
dos, la compañía ferrocarrilera, la fun-
un prejuicio.
dición, ó el Estado, adquieren rieles, lo-
comotoras; se abren galerías en las mi- Falsa concepción de que la destrucción
nas ó se emprenden obras en los puertos; de los objetos útiles, algunas veces activa el
una infinidad de comerciantes y obreros comercio.— lo-ua 1 mente debe colocarse en-
tre los prejuicios, la opinión de .que cual- na, Estado, Ayuntamiento, departamen-
quiera destrucción de objetos útiles ó agra- to ó sociedad anónima, fondos que sirven
dables {fait aller,) activa el comercio. Al para obras ó gastos de cualquier género;
volver de algún paseo de campo, algunas sólo que, en tesis general, estos gastos
buenas gentes rompen los vasos y los pla- y obras son productos de utilidad dura-
tos, creyendo hacer una obra pía, ya que ble, porque se emplean en empresas ele
se verán obligados á comprar otros. Asi- comercio, industria, agricultura ú obras
mismo algunas personas se congratulan públicas; mientras que los fondos inverti-
del incendio que obligará al dueño de la dos en gastos fútiles, 110 producen otra co-
casa incendiada á reconstruirla, si tiene los sa que el breve placer que proporcionan
fondos necesarios. Tal concepción de que en el momento.
en ciertos casos, la destrucción de alguna Intensidad del ahorro en Francia, y su
cosa, puede desarrollar la actividad del proporción con las rentas nacionales.—El
trabajo, es completamente errónea. Como ahorro es en la actualidad mucho más inten-
se acaba de ver, las sumas que en el pri- so que antes, pudiéndosele estimar en Fran-
mer ejemplo sirviesen para comprar otros cia, en todas sus formas, mejoras agrícolas
platos y otros vasos en lugar de los que se ó industriales, construeciónes de edificios,
hubiesen roto, su dueño debería en todo imposiciones mueb'es etc., en dos mil millo-
caso, haberlas empleado en algún trabajo nes y medio á tres mil millones de francos,
útil, á menos que no las guardase sin in- respecto de una renta en toda la nación, de
vertirlas, lo que es raro en la moderna cerca de 30 mil millones de fraucos; de don-
sociedad. De igual modo las sumas inver- de resulta que los particulares economizan
tidas en reedificar la casa incendiada, de del 8 al 10p§ de sus rentas, por término
no verificarse el incendio se emplearían medio. Pero distan mucho todas las clases
de un modo cualquiera, ya en construir de la nación de participar de un modo igual
otra casa para arrendarla, ya en comprar en esa incesante economía; las que econo-
muebles, ó simplemente acciones ú obli- mizan más, son las clases de los grandes y
gaciones de ferrocarriles, fondos del Es- los medianos capitalistas, la burguesía me-
tado, etc.; y ya hemos visto que toda im- dia en general; 110 es raro que en esta cate-
posición de fondos es en definitiva, una goría de habitantes, el ahorro anual alcance
solicitud de trabajo; toda imposición equi- la cuarta, la tercera, la mitad, y en casos
vale á poner á disposición de otra perso- excepcionales más aún, de la renta. Aquí se
encuentran las clases más productoras de de ahorros de París, estos establecimientos
ahorro; contribuir de ese modo, por virtud pronto se han generalizado; reciben el aho-
en un ahorro tan intenso y constante al au- rro gota á gota, es decir en sumas desde un
mento rápido del capital, es decir, de los franco y hasta de 10 céntimos de franco,
medios de producción, no es uno de los ser- en la Caja Postal de Ahorros creada por el
vicios menos importantes prestados á una Estado, entregando á cada depositario una
sociedad. Junto de esas clases especialmen- libreta personal en que se apuntan las su-
te dedicadas al ahorro, necesario es citar á mas que deposita, así como las que retira y
los propietarios rurales de los que un gran el saldo que le queda. Estos depósitos por
número de ellos son económicos, y asiduos, y pequeños que sean y aun cuando se les pue-
la parte selecto, pero solamente lo selecto de da retirar á voluntad, producen un interés
los obreros, los empleados, los comerciantes bastante elevado, antiguamente del 31/2 al
en pequeño y los criados. 33/4 p § y reducido desde la baja del monto
Causas que lian aumentado la intensi- del interés al 21/2 y 3 p § . Limitada enton-
dad del ahorro.—Obedece á tres circuns- ces la cuenta de cada depositario á 2,000
tancias el hecho de que el ahorro aumente francos, quedó reducida desde 1895 á 1500
considerablemente á medida del desarrollo franfoa; estas cajas tienen por objeto, no
de 'a civilización: la educación y el ejem- utilizar los fondos de los grandes y media-
plo propagan más y más en todas las clases nos capitalistas, sino simplemente facilitar
sociales el sentimiento de la previsión; la la formación del ahorro de los obreros, cam-
facilidad de ahorrar crece con el aumento pesinos, empleados y comerciantes en pe-
de los haberes, principalmente de los sala- queño.
rios; y finalmente nuestra ingeniosa civili- En 1835 existían en Francia 204 cajas de
zación ha multiplicado los mecanismos y las ahorro ó sucursales; en 1850 había 565; en
variadas formas del ahorro, adoptándolas 1869 eran ya 1173; en 1880, 1405; en 1895
más y más á la diversidad de los gustos hu- el número de cajas de ahorro privados con
manos, y poniéndolas al alcance de todos. sus agencias y sucursales, alcanzó la cifra
Las cajas de ahorro.—El más conocido de 2.058. A l mismo tiempo la Caja Postal
y popular de los órganos del ahorro, son las de Ahorros, llamada también Caja, Nacio-
instituciones llamadas Cajas de Ahorro. nal de Ahorros, creada en 1881, ha abier-
Introducidas en Francia por iniciativa pri- to sus buzones en todas las oficinas de co-
vada en 1818, año en que se fundó lu Caja rreos, y en 1895 tenía 7391 sucursales. En
consecuencia, más de 9400 establecimientos, eos en 1835, 393 millones en 1845, 711 en
ó sea uno por cada 4000 habitantes, en ci- 1809, 1,280 millones en 1880, 1,816 millo-
fras redondas, tienen en Francia funciones DeS ioor> 18 o 3 % y
fina]mente 3,395 millones
de Cajas de Ahorros. en 1896. Si á esta cifra se añaden 753 mi-
El número de libretas dé ahorro, es de- llones de la Caja Postal de ahorros, ee ob-
cir, de los depositarios, ha seguido una pro- tiene que el 1 o . de Enero de 1896 la masa
gresión análoga. En las cajas privadas de de los depósitos ascendía á 4 mil 148 millo-
ahorro se contaban 124.500 libretas en 1835 ; nes de francos.
684,200 libretas en 1845 ; 2.130,800 libre- Francia no constituye excepción á este
tas .'n 1869; 4. 562,000 en 1883; 6.498,556 respecto, entre las naciones civilizadas; en
en 1895. Si á estas cifras se añaden las Inglaterra el monte de los depósitos de las
2. 488,075 de libretas de la Caja Postal cajas de ahorros en 1896 ascendía á 3 mil
ó Nacional de Ahorros, se llega en conjun- 800 millones de francos; en Prusia, el año
to á muy cerca de 9 millones de libretas de 1892 llegaba á cerca de 4 mil 250 millo-
Indudablemente varias de estas libretas, nes ; en Austria Hungría, á fines de 1894 á
pertenecen á la misma familia; el padre, la a 3 mil 200'millones de francos; en Italia los
madre y cada uno de los hijos pueden te- depósitos de las cajas comunes de ahorros,
ner una; posible es también que algunas la caja postal de ahorros y los bancos po-
personas, aunque en número reducido, ten- pulares, llegaron en 1894 á más de dos mil
gan libretas en dos ó tres cajas de ahorros millones de francos, lo que es enorme para
distintas; no obstante, no puede admitirse un país poco rico.
que haya menos de 3 ó 3 millones y medio
Empleo de los fondos de las cajas de
de familias interesadas en esas preciosas ins
ahorros.—El empleo de los fondos que se
tituciones. Una ley reciente que permite á
invierten en esos establecimientos se rige
las mujeres casadas, sin intervención del ma-
en Francia de una manara muy estricta y
rido, hacer depósitos en su nombre personal
completamente uniforme, que consiste en
en las cajas de ahorros, y retirarlos extende-
la compra de títulos de rentas del Estado
rá más la clientela de esos establecimientos.
francés, ó en una cuenta corriente abierta
En cuanto á las sumas que deben las ca- á una grande institución, llamada Caja de
jas de ahorros á los que en ellas hacen de- Depósitos y Consignaciones, que á su vez
pósitos, ascendían respecto de las cajas pri- coloca esos fondos disponibles en cuenta
vadas de ahorros, á 62 millones de fran- comente, en el Tesoro público. L*s cajas
de ahorros quedan completamente asegu- de bancos populares y sociedades coope-
radas, puesto que el Estado mismo es rativas; de buena y sólida posición, en
deudor; más el empleo de esas enorme prestamos agrícolas sobre las cosechas v
depósitos, se presta desdé otro punto de hasta en préstamos hipotecarios. Se po-
vista, á la censura. Viendo el Estado afluir dría asi utilizar mucho más el ahorro
á sus manos todas esas sumas, aumenta- aprovechándose las regiones en que se ha
das regularmente cada año en 2 ó 300 ce las economías locales. El ejemplo de
millones de francos, se le mal inclina á Italia, Austria y Bélgica, parece demos-
aumentar sus gastos extraordinarios, por trar que esas inversiones bajo una bue-
virtud de la facilidad de obtener recursos, na dirección, no tienen inconveniente al-
fuera de los empréstitos públicos. Queda guno.
de esa suerte sometido á una grave res- El seguro y sus diversas formas.—Otras
ponsabilidad, pudiéndolos depositantes en de las instituciones que facilitan espe-
caso de revolución ó de guerra, reclamar cial mente el ahorro, son las compañías
en masa sus depósitos. Sería preferible li- de seguros. El seguro es la aplicación
mitar á 1,000 francos en lugar ele 1,500, más ingeniosa del principio de provisión.
el monte de cada libreta, á efecto de que Consiste en reunir un gran número de
la caja de ahorros solo sirviese para for- personas sujetas á ios mismos riesgos y
mar un primer fondo á los económicos en pedir á cada una de ellas una euotización
en pequeño, quienes desde una suma pe- que se fija según el término medio de los
queñísima podrían comprar á su propio riesgos comprobado por la experiencia
riesgo, títulos de valores muebles. La ta- sirviéndose del excedente de esas cuotiza-
sa del interés debería reducirse al 2 V2 ciones para indemnizar plenamente á los
por 100, á fin de que las cajas de ahorros abonados que hayan sufrido el siniestro
desviadas de su objeto, no atraigan princi • previsto. Los seguros son de muchas cla-
pálmente las inversiones de los rentistas ses; pero los más conocidos son los de vi-
acomodados y los comerciantes medianos. da, contra incendio, contra los accidentes
También sería conveniente, como pasa contra las heladas, contra la mortalidad
en Austria, Bélgica, y algunos otros paí- del ganado, el seguro marítimo ó contra
ses, permiter álas cajas de ahorros, emplear los naufragios, etc. Si la experiencia ha
parte de sus fondos en descuentos de valo- demostrado que durante un largo período
res de comercio, particularmente efectos de años, se quema una casa entre mil, la
compañía de seguros pedirá á cada uno ra que su estado de salud; pero si se reú-
de sus asegurados una cuotizacion, no exac- nen 100 hombres y por mayoría de razón
tamente de 1 franco por 1,000 francos del 1,000 de la misma edad, de veinte ó treinta,
valor de la casa asegurada, sino un fran- años, se puede establecer, de una manera,
co y medio de ese valor, una vez que tie- precisa, sin riesgo de error, al menos de
ne gastos diversos de administración. Co- un error importante, cuántos individuos
mo en realidad no se incendia ordinaria- sobrevivirán al cabo ele diez, treinta ó
mente una de cada mil casas, la cuotiza- cuarenta años. Fundándose en cálculos
cion que el seguro de incendio reclama de la duración media de la vida humana,
rara vez excede de 1 por 1,000, y á menudo en las diferentes edades, las compañías de
es menor. Esto significa que el propieta- seguros de vida han ideado combinacio-
rio de una casa de 50,000 francos, será to- nes muy variadas, ya para constituir ren-
talmente indemnizado del incendio que tas ó formar un capital á sus abonados,
destruya su propiedad, mediante el pago cuando llegan á determinada edad, cin-
regular de una cuotización,llamada prima, cuenta ó sesenta años por ejemplo, ya pa-
de 50 francos por año. El seguro contra ra crear un capital que se paga á la fami-
incendio es un instrumento de ahorro en lia del asegurado, después de su muerte.
cierto modo negativo, porque su acción De ese modo la familia no queda hundida
consiste en que el dueño de una casa, ó en la miseria, á la muerte del jefe que la
muebles cualesquiera devorados por el fue- sostiene. El individuo de veinte á treinta
go, no sufra ninguna pérdida. El seguro años que asegura su vida, puede, median-
contra las heladas, ó la mortalidad de ga- te un inversión anual de 2 á 300 francos
nado, ó los seguros marítimos contra nau- durante toda su existencia, garantizar á
fragios, obran del propio modo. El segu- su familia un capital de 10,000 francos.
ro de vida funciona de diversa manera. Si muere en el primer año, después de ha-
Un examen atento de la mortalidad hu- ber pagado la prima respectiva, su fa-
mana, ha permitido hacerse cargo, de una milia adquiere el capital de 10,000 fran-
manera bastante precisa, de la reducción cos, aunque el asegurado no haya hecha
media de la vida, respecto de las diferen- más que un solo pago de 2 ó 300 francos.
tes edades del individuo. Si se considera
un solo hombre de veinte á treinta años, El seguro de vida es precioso para todas
no se podrá predecir su muerte, cualquie- las familias que carecen de fortuna, pera
cuvo jefe, con su actividad personal, tie-
29
fijas, Las primeras son asociaciones coo-
Be utilidades de cierta importancia. To-
perativas en las que los mismos asociados
do comerciante, industrial, funcionario,
suministran los fondos en movimiento y
médico, abogado, artista y buen obrero,
los de reserva, y el seguro se realiza á
deberían asegurar su vida. En Francia
precio de costo, puesto que no hay que
los seguros de vida no se encuentran sufi-
renumerar ningún capital en acción. Las
cientemente generalizados; mas en Ingla-
primas solamente representan lo que es
terra y América son el procedimiento fa-
necesario para cubrir los siniestros, los
vorito" de ahorrar.
gastos generales, los corretajes de los i n -
El seguro de vida crea positivamente termediarios, y para formar las reservas
capitales, á diferencia del seguro contra que exige la prudencia. En las compañías
incendio, que solo reproduce de antema- mutuas de seguros, las primas son gene-
no la contra-partida de los capitales des- ralmente variables y se aumentan al fin
truidos. El seguro de vida enrriquece de un ejercicio, cuando los siniestros han
al asegurado y á la sociedad. sido más abundantes de lo que se hubiese
El seguro contra los accidentes es en previsto.
-cierto modo un complemento del seguro
de vida, y sería de desear que todos los Las compañías de seguros de primas fi-
hombres, principalmente aquellos que ejer- jas, son verdaderas asociaciones de capi-
cen una profesión sujeta á frecuentes ries- tales, en las que un grupo de accionistas,
gos, se filiasen en este género de seguros. formando un fondo, procuran hacerlo pro-
ducir de la manera más ventajosa Este
Además del bien positivo y material
género de seguros parece á primera vista
que procuran, las compañías de seguros
más dispendiosa, y en efecto algunas veces
ofrecen á sus abonados una ventaja ina-
lo es; pero ofrece algunas otras ventajas,
preciable: la seguridad de espíritu y la
como la de ser conocido de antemano el
¡tranquilidad; sabe el asegurado que si le
monto de la prima y no poderlo aumentar
{sobreviene una desgracia cualquiera, sus
ni en el ejercicio actual ni en el que ya ha
-consecuencias materiales, respecto de la
expirado; además el arreglo de los sinies-
fortuna y la familia, serán compensadas
tros, es decir, el pago de las indemniza-
por la indemnización en perspectiva.
ciones, es 'generalmente más rápido. Fi-
Las compañías de seguros pueden ser nalmente siendo el interés pecunario de
<de dos clases: las llamadas mutuas y las los administradores y accionistas más vi-
que se denominan compañías de primas
EL SEGURO 453

mo, instituida en previsión de las enfer-


YO en estos seguros, que el interés de Ios- medades y los gastos de funerales. Este
directores y simples abonados en las com- es el objeto de las sociedades de socorros
pañías mutuas de seguros, hay más pro- mutuos, principalmente generalizadas en-
babilidades de que la propaganda sea tre los obreros, y que deberían extenderse
más enérgica, y más variadas las combi- hasta los empleados, comerciantes y pro-
naciones puestas en práctica para atraer- pietarios en pequeño. Mediante una retri-
se el público, en la primera clase de segu- bución pequeñísima, 1 ó 2 francos men-
ros que en la segunda. suales, el abonado puede obtener, en caso
Las compañías de primas fijas y las de enfermedad atenciones médicas gra-
compañías mutuas, comparten el dominio tuitas y una indemnización que si no igua-
de los seguros contra incendio: en Fran la se aproxima al valor de su jornal. En
cia las compañías de primas fijas tienen 1899 estas sociedades existían en Francia
una clientela mucho mayor que las mutuas en número de 10,328 con 1.583, 4G9 socios
en el campo del seguro de vida; pero los cuales se comprenden cerca de 237, mil
acontece de diverso modo en América, poco más ó menos, llamados honorarios, ó
donde los seguros mutuos de vicia están sea filántropos que pagan sus cuotas sin de-
muy generalizados. Respecto del seguro recho á socorro alguno. Esas sociedades
contra las heladas, las compañías mutuas; tienen ele ingresos 32 millones anuales, ó
hacen el mayor número de negocios. Por sea veinte francos por individuo, y gas-
el contrario, los seguros marítimos y los tan 27 millones 500,000 francos. De ese
de transportes son principalmente de las modo han llegado á constituir un fondo
compañías ele primas fijas. En cuanto á de reserva de 217 millones de francos.
las compañías contra accidentes, poco —Algunos de esas sociedades ele soco-
desarrolladas todavía en Francia, son, has- rros mutuos, otorgan pequeñas pensiones
ta el día, preferentemente de prima fija- de retiro á un número muy reducido de sus
Probable es que las dos clases de com- miembros; ®la intención "es loable, pero
pañías, respondiendo á diversas catego- •es más conveniente dejar las pensiones
rías de necesidades y sentimientos, siem- de retiro ó seguros de vida á otras insti-
pre sean coexistentes. tuciones que exigen de sus socios cuotas
Sociedades de socorros mutuos. Existe una- más altas.
categoría de seguros que esta totalmente Si las sociedades de mutuo socorro con-
organizada bajo el régimen del mutualis-
tra las enfermedades y para los gastos geniosas combinaciones de la previsión.
de funerales, se generalizacen entre los El mutualismo y el seguro, disminuirán
obreros agrícolas y los comerciantes y gradualmente en las diversas esferas de
propietarios en pequeño, si las mujeres en la actividad humana, mediante la aplica-
masa siguieran también el ejemplo el nú- ción de las leyes del cálculo, la tremenda
mero de socios podría llegar á 7 ó 8 mi- participación de antaño del azar y la fa-
llones tal vez hasta 10 ó 12; apenas se talidad.
ha dado el primer paso en la vía del rnu- Un medio de ahorro que, en campo redu-
tualismo. Una precupación ha alejado á cido da excelentes resultados, son las socie-
la mujer durante mucho tiempo del mutua- dades cooperativas de consumo. Ya hemos
lismo; se creía que era mucho más enfer- dicho en qué consisten esas sociedades,
miza que el hombre, mas se ha advertido constituidas para venderá sus miembrosy
que si las enfermedades son más frecuen- á veces ai público en general, artículos de
tes entre las mujeres, tienen menos dura- buena calidad y baratos, las que proceden
ción; no existe pues razón alguna para de diversas maneras. Unas venden á pre-
excluirlas. cio de costo, es decir, sin obtener beneficio
La iniciativa de los filántropos y los alguno, constituyendo solamente las re-
que tienen el sentimiento del interés bien servas que la prudencia exige. Otras ven-
entendido, libremente obrando, puede des- den á un precio algo inferior al de los re-
arrollar ele un modo extraordinario las vendedores, procurando realizar utilida-
combinaciones mutualistas, por ejemplo des, distribuyendo anualmente entre sus
para el seguro del mobiliario del obrero abonados; en relación á sus compras, la
y respecto de las huelgas. Las compañías parte disponible de las ganancias obteni-
de primas fijas igualmente pueden idear das. De esa manera funcionan como ins-
y vulgarizar muchas combinaciones úti- tituciones de ahorro, porque los produc-
les. Indudablemente hay fanático» y uto- tos distribuidos, al cabo de un ejercicio,
pistas contra el seguro, entre otros los que representan para el participante una suma
creen que no es posible quedar por ese que gradual y lentamente ha icio acumu-
medio á cubierto de la miseria; mas de lando.
cualquier modo que sea, estamos muy le- Influencia de las bolsas de valores mue-
jos, aún en teoría, de agotar completa- bles en el ahorro.— En nuestros días el aho-
mente el campo siempre abierto á las in- rro está aún facilitado por la forma de
los títulos de renta y los valores muebles.
L a generalidad de las acciones de las so-
ciedades se emiten al precio de 500 fran-
cos y las obligaciones de 3 á 400 francos
que, como las rentas del Estado, gene-
ralmente se dividen en cupones de 100
francos. Para las ciudades y algunas ins-
CAPITULO n .
tituciones de interés público se han crea-
do obligaciones por sorteos que reduciendo EL LUJO
en una décima parte poco más ó menos,
el interés anual, clan premios de 150,000, Definición del lujo. Los progresos industriales vuel-
50,000, 20,000 ó 10,000 francos. Es una ven vulgares y comunes, muchos consumos ante-
combinación que difiere de la lotería, en riormente de lujo. Prejuicios respecto del lujo.
el sentido de que si algunos participantes La supresión del lujo restringiría el progreso so-
cial.
ganan sumas enormes, ninguno de ellos
pierde lo que ha invertido. Tan luego co-
mo el ahorro se produce y apenas sube á Definición del lujo— El principal em-
100 francos, encuentra por ese medio la pleo que el hombre da al aumento de su
manera de ser impuesto inmediatamente, poder productor, es el aumento de sus con-
en valores de todo género, de los que al- sumos y sus goces, especialmente de sus
gunos son de una seguridad absoluta y consumos de lujo. Mientras más civiliza-
íácilmente negociables. Nada semejante da es una sociedad, más se generaliza el
existía hace cien anos. lujo en todas las clases de la población.
El lujo tiene muchos enemigos. Un gran
Apenas hace un siglo, y principalmente número de individuos lo consideran como
•desde la Restauración (1815) se ha tenido un abuso, un pecado, un escándalo. Se
empeño en perfeccionar y diversificar las imaginan que si el lujo desapareciera, las
•combinaciones del ahorro. Si la civiliza- sociedades serían más felices y de más
ción ha multiplicado extraordinariamente alta moralidad; así mismo creen que lo su-
las oportunidades y las tentaciones de perfluo de algunos, ha siclo adquirido á ex-
gastar, en compensación hasta aquí muy pensas de lo necesario de otros.
eficaz, también ha multiplicado propor-
Tal concepción del lujo, aunque pueda
cional mente las oportunidades y tentacio
en algunos. casos tener un fundamento
aies de ahorrar.
los títulos de renta y los valores muebles.
L a generalidad de las acciones de las so-
-ciedades se emiten al precio de 500 fran-
cos y las obligaciones de 3 á 400 francos
que, como las rentas del Estado, gene-
ralmente se dividen en cupones de 100
francos. Para las ciudades y algunas ins-
tituciones de interés público se han crea-
CAPITULO n.
do obligaciones por sorteos que reduciendo EL LUJO
en una décima parte poco más ó menos,
el interés anual, clan premios de 150,000, Definición del lujo. Los progresos industriales vuel-
50,000, 20,000 ó 10,000 francos. Es una ven vulgares y comunes, muchos consumos ante-
combinación que difiere de la lotería, en riormente de lujo. Prejuicios respecto del lujo.
el sentido de que si algunos participantes La supresión del lujo restringiría el progreso so-
cial.
ganan sumas enormes, ninguno de ellos
pierde lo que ha invertido. Tan luego co-
mo el ahorro se produce y apenas sube á Definición del lujo— El principal em-
100 francos, encuentra por ese medio la pleo que el hombre da al aumento de su
manera de ser impuesto inmediatamente, poder productor, es el aumento de sus con-
en valores de todo género, de los que al- sumos y sus goces, especialmente de sus
gunos son de una seguridad absoluta y consumos de lujo. Mientras más civiliza-
íácilmente negociables. Nada semejante da es una sociedad, más se generaliza el
existía hace cien anos. lujo en todas las clases de la población.
El lujo tiene muchos enemigos. Un gran
Apenas hace un siglo, y principalmente número de individuos lo consideran como
•desde la Restauración (1815) se ha tenido un abuso, un pecado, un escándalo. Se
empeño en perfeccionar y diversificar las imaginan que si el lujo desapareciera, las
combinaciones del ahorro. Si la civiliza- sociedades serían más felices y de más
ción ha multiplicado extraordinariamente alta moralidad; así mismo creen que lo su-
las oportunidades y las tentaciones de perfluo de algunos, ha siclo adquirido á ex-
gastar, en compensación hasta aquí muy pensas de lo necesario de otros.
eficaz, también ha multiplicado propor-
Tal concepción del lujo, aunque pueda
cional mente las oportunidades y tentacio
en algunos. casos tener un fundamento
aies de ahorrar.
moral, en términos generales es errónea, variada, algunas camisas, pañuelos, cor-
Necesario será desde luego definir lo que batas, medias, etc., les llamarían viva-
es el lujo lo que es en verdad muy difícil. mente la atención, y constituyendo una
Abriendo el diccionario de Littré, en- novedad para ellos, les parecerían no ser
contramos la siguiente definición: «Lujo, esenciales para las necesidades norma-
magnificencia en el vestir, la mesa, el mo- les, ni siquiera para la comodidad y de-
biliario; abundancia de cosas suntuosas.» cencia de la vida.
Definición muy amplia y que si corres- Aún en la actualidad, si se translada un
ponde á las ideas de algunos individuos pastor de Cevennes á la habitación ele un
sutiles, es muy estrecha para expresar el rentista que disfrute de diez mil francos
sentido común y corriente del vocablo. de renta, y que viva según su haber, le
Podemos decir que el lujo consiste en parecerá que se rodea de una infinidad de
aquella parte de lo superfluo que excede objetos inútiles y costosas fruslerías que
á lo que la generalidad de los habitantes sólo pueden proporcionarle goces artifi-
de una región, considera como esencial, ciales.
no solamente para las necesidades de la La noción del lujo varía de un modo ex-
existencia, sino también para la comodi- traordinario, según los países, las épocas
dad y lo decencia de la vida. El lujo es, y las clases ele la sociedad. Cada clase esti-
pues, una cosa extraordinaria, variable, ma como lujo aquellos objetos que su si-
que sin cesar se ensancha, ampliando sus tuación de fortuna no le permite poseer,
límites á medida, que el conjunto de una y los cuales, por el contrario, pueden usar
sociedad se enriquece y se refina. las clases superiores.
Solamente el mobiliario y el guardarro- Los progresos industriales hacen vulga-
pa de un hogar modesto ele nuestro pe- res y comunes muchos consumos anterior-
queña burguesía, ó de nuestras clases mente de lujo—Los progresos industriales
obreras escogidas, hubiesen parecido abun- y el desarrollo de la riqueza general, intro-
dar en objetos de lujo á los bárbaros que ducen poco á poco en el uso común una
invadieron el imperio romano; algunos di- infinidad de mercancías que antiguamen-
vanes de poco costo aunque abullonados, te eran consideradas como de gran lujo.
un tapiz de fieltro, cortinas para las ven- Refiriéndonos á la alimentación, el azúcar
tanas, un papel vistoso y barato tapizan- era antes de lujo, así como las especias y el
do las paredes, un espejo, una vajilla algo café, y en los países en que no se produce,.
el vino. Las vidrieras durante mucho tiem-
po fueron de lujo, y aun más los espejos que hacen más sana la existencia. El lujo
y las cortinas de ventanas y las alfombras; es el padre de las artes. La escultura, la pin-
un reloj y un péndulo eran objetos de lujo tura, la música y sus similares populares,
de primer orden hasta que se les pudo fa- el grabado y la litografía, no hubiesen po-
bricar primero de 40 ó 50 francos y des- dido desarrollarse en una sociedad enemi-
pués de 5 á 10 francos. Respecto del ves- ga jurada del lujo.
tido, las camisas, las medias, el calzado, Indudablemente existe un uso grosero,
los pañuelos, las cintas, los encajes, han insolente y absurdo del lujo; el que pro-
sido considerados como cosas superfluas cura deslumhrar fastuosamente á la mul-
de que pueden prescindir el hombre y la titud y aun humillarla. La moral condena
mujer que viven en el estado natural. En la ese triunfo especial, impertinente y vano
organización de la morada, un comedor de la riqueza sobre las medianías que la
distinto de la cocina, un sala diferente del rodean. El lujo de simple ostentación, co-
comedor, un gabinete de aseo separado de mo un gran tren de criados inútiles, se ha-
la recámara, un cuarto de baño y de hi- ce acreedor á las censuras de la opinión
droterapia y hasta un excusado decente y pública; mas el lujo de este género va dis-
ventilado, de agua corriente para las ne- minuyendo incesantemente. El consumo
cesidades naturales, se les ha declarado inmoderado de las riquezas á que se entre-
inútiles y aún lo son para ciertas gentes. gaban los romanos de la decadencia, y las
fastuosas excentricidades, que la opinion
Los límites del lujo, lo cual constituye pública castiga en algunos advenedizos
una dicha, incesantemente se alejan. Las de la fortuna, son más raros ya en nues-
cosas lujosas de ayer, son necesarias hoy, tra época. El lujo se exhibe menos en el
al menos cuando se trata de algo al alcan- exterior y los lugares públicos; se contie-
ce de un gran número de individuos. ne, se encierra, se hace más discreto y ex-
Papel económico del lujo.—Por lo que á perimenta un especial pudor que le impi-
nosotros respecta, no debemos maldecir de manifestarse en pleno día, lastimando
el lujo, que es uno de los principales á aquellos que no pueden disfrutar de él.
agentes del progreso humano. La hu- Es imposible que el hombre juicioso pue-
manidad le es deudora de casi todo loque da reprobar ese lujo de buen gusto.
actualmente adorna y embellece la vida,
y hasta de un gran número de las mejoras Preocupaciones respecto del lujo.—Algu-
nas personas opinan que si no existiese el
lujo, la sociedad se vería mejor provista se dedicase á la quincallería, podría pro-
de objetos útiles; esas personas creen que ducir objetos de uso común por un valor
si no se consumiesen mil millones de fran- de 15 á 20 francos; indudablemente ape-
cos en objetos de lujo, se podría disponer nas produciría por 3 ó 4 francos diarios.
ele mil millones más ele trigo, papas y ves- Así mismo, un obrero de esos, que son
tidos corrientes. Estimamos inexacto se- verdaderos artistas, haciendo muebles ta-
mejante razonamiento por dos razones: sea llados gana también un salario de 15 á 20
la primera, que mil millones de francos en francos; si se le pone á fabricar muebles
papas, trigo y vestidos <f muebles corrien- ordinarios, no los hará en cantidad que
tes, nunca pueden corresponder á la suma corresponda á la suma quevganaba en su
de trabajo que exigiría un millón de fran- trabajo propio. Lo mismo acontece res-
cos en objetos de lujo. pecto de la generalidad de los consumos
Lo que el lujo remunera con largueza de lujo. En consecuencia, lo que el lujo
no es la cantidad sino la calidad de las paga á muy alto precio, es la calidad del
mercancías y del trabajo. La hectárea de trabajo, el dón especial del obrero ó el ar-
chateau-lafñtte, que produce de 15 á 20 tista; deelicado á otra labor, ele naturaleza
hectólitros de vino selecto, de 500 á 600 ordinaria ó común, ese obroro ó artista,
francos cada hectólitro, y que, en conse- apenas podría producir mayor cantidad
cuencia, da una renta en bruto ele 7,500 á de objetos de uso rulgar, de la que fabrica
12,000 francos, no podría producir vino un obrero cualquiera. Es, pues, un error
corriente por ese valor: dejando la produc- creer que suprimiendo una producción de
ción de vinos delicados para dedicarse á lujo que representan mil millones de fran-
la ele vinos corrientes, se obtendrían qui- cos, podría obtenerse esa misma cantidad
zás de 40 á50 hectólitros, enelonde actual- de objetos útiles para el hombre.
mente se cosechan 15 ó 20; pero en lugar Sin duela alguna se puede admitir, abs-
del valor de 7,500 á 12,000 francos, sólo se tracción hecha de la consideración, que
obtendría uno de 1,000 á 1,200. presentaremos en breve, que si la huma-
De la misma manera, un obrero muy nidad materialmente restringiera sus ne-
hábil de baratijas,gana unjornalde I5á20 cesidades á pan, carne, vino corriente, los
francos, produciendo objetos de lujo; mas vestidos más ordinarios y los utensilios
no debe creerse que si suprimiera ese gé- más comunes, podría procurarse una can-
nero de producción y que ese individuo tidad más considerable de esos objetos. Si
trógrada. En nuestro concepto, la supre-
todos los pintores, cinceladores, tapiceros sión del lujo llevaría, con el tiempo, á una
de objetos de lujo, tejedoras de encajes, disminución hasta de los objetos de con-
bordadoras, hiladores y tejedores de se- sumo vulgar.
das, carroceros de lujo, fabricantes de
muebles no corrientes etc., si todas esas La supresión del lujo restringiría el pro-
gentes volviesen al trabajo de la tierra y greso social.—El progreso se realiza muy
al de hilados y tejidos de algodón, á la á menudo por los esfuerzos de los indivi-
boneteria, etc., se obtendría una cantidad duos extraordinariamente dotados, desde
mayor de mercancías corrientes, únicas el punto ele vista de la voluntad y la in-
que algunas personas consideran esencia- teligencia, y á la vez sensibles á los atrac-
les para la vida. tivos de las recompensas materiales; aho-
ra bien, la más efectiva de esas recompen-
Se puede admitir que pasarían así las sas es la riqueza, y ésta, para muchas per-
cosas, aunque tal suposición no pasa de sonas perdería su valor, si se les privase
ser una mera conjetura; no existe certi- del lujo que por medio de ella pudieran
dumbre alguna de que la supresión del proporcionarse. Sin duda alguna entre
lujo tuviese como consecuencia una abun- los inventores, los grandes empresarios y
dancia mayor de los objetos comunes. No los dueños ele fábricas, hay hombres ver-
se toma suficientemente en consideración daderamente elevados de espíritu, para
la influencia depresiva y soporífera que quienes la sola perspectiva de los servi-
ejercen sobre la actividad y la iniciativa cios que prestan á la humanidad, y de la
humanas, la monotonía y la uniformidad gloria que circunelará sus nombres, basta
de las ocupaciones Una sociedad en la para hacerlos perseverar en sus incesantes
que los hombres ejecutasen poco más ó y penosos trabajos de investigación; pero
menos la misma tarea, viviendo en con- hay otros hombres enérgicos, capaces y
diciones idénticas y con necesidades limi- atrevidos, guiados por un ideal notan no-
tadas, y en donde nadie viese abrirse an- ble y que son más sensibles á los atracti-
te su vista perspectivas de vida brillante v o s del lujo, que á los goces puros del es-
distinta de la de los demás, acabaría píritu, y á las satisfacciones de un amor
por ser presa ele la inercia y la rutina. propio elevado.
Su elasticidad disminuiría con el tiem-
po y llegaría á ser una sociedad esta- El placer del lujo podrá ser en sí mis-
cionaría, que degeneraría después en re- mo frivolo; la moral austera puede conde-
30
narlo con frecuencia, pero sirve á menu- secuencia, reprobar los excesos é intem-
do de útil aguijón ála flaqueza humana. perancias del lujo, y esforzarse en despo-
Podrá parecer inútil que las mujeres jarlo del carácter insolente que afecta al-
usen telas de sedas, y collares de brillan- gunas veces, sugiriendo alhombre móviles
tes ó perlas, así como que se hagan trans- más nobles y desinteresados; esa hermosa
portar en magníficos coches, á distan- tarea á ambas les incumbe; pero mientras
cias cortas; mas no debe olvidarse que que la naturaleza de los hombres no sea
para procurar á su esposa ó sus hijas esos transformada por la filosofía y la religión,
bienes, y á sí mismos el lustre consiguien- desde el punto de vista económico, será
te, algunos hombres han trabajado, in- un error fundamental querer suprimir el
ventado, afrontado peligros, creado indus- lujo.
trias útiles para el mundo entero,mientras
que esos mismos hombres hubiesen pron-
to abandonado todo trabajo, si se hubie-
se pretendido reducirlos á una comodidad
mediana.
Se puede asentar que los esfuerzos ex-
traordinarios, y excepcionales que desarro-
lla el deseo de lujo, aumentan de un mo-
do increíble el poder productor de la hu-
manidad, hasta respecto de los objetos
necesarios
El problema del lujo, es solamente una
faz de otro más vasto, el de la desigual-
dad de condiciones. Está demostrado que
la igualdad de condiciones estancaría todo
progreso en una sociedad,y gradualmente
la llevaría al marasmo intelectual y las
privaciones materiales de los tiempos pri-
mitivos. La supresión del lujo, tendría
efectos menores, aunque análogos.
La moral y la religión, pueden, en con-
pede más de lo que permiten los medios de
alimentación de que pueden disponer
Aplicando al hombre esta ley natural, y
deseando fijar sus consecuencias en una
frase precisa y de efecto, Malthus no va-
ciló en afirmar que la población tiende á
, __ CAPITULO III. duplicarse cada veinticinco años, y á au-
mentar de periódo en periódo en progre-
L A POBLA CION, EL PAUPERISMO Y LA CARIDAD. sión geométrica, mientras que por otra
parte, aún en las condiciones más favora-
Importancia clel problema de la pobla- bles para la agricultura y la industria, los
ción. Teoría de Malthus—La población medios de subsistencia del hombre, no
del mundo tiende á crecer. En la gene- pueden crecer, sino en progresión aritmé-
ralidad de las familias, carentes de toda tica. El sentido de las expresiones "pro-
preocupación respecto del porvenir, el nú- gresión geométrica' y "progresión aritmé-
mero de hijos excede de la cifra que sería tica," fué precisado por Malthus en la
necesaria para conservar puramente el siguiente fórmula, que denota el aumento
efectivo de los habitantes de un país. simultáneo de población y de ios medios
de subsistencia, en periodos de veinticinco
El problema de la población, tiene una
años, respecto de un siglo.
importancia capital, desde el punto de
vista económico. Algunos escritores, y Población 1 2 4 8 16 32 64 128 256
entre ellos Malthus, dotado de un gran Medios de subsistencia. .1 2 3 4 5 6 7 8 9
poder de generalización, han propalado y Así, mientras que la población hubiese
sostenido una Teoría que por mucho tiem- crecido de 1 á 256 millones en el transcur-
po espantó y escandalizó al mundo entero. so ele dos siglos, los medios de subsisten-
Pastor protestante inglés y ardiente filán- cia sólo hubiesen aumentado en la propor-
tropo, investigando Malthus los orígenes ción de 1 á 9.
de la miseria, creyó descubrir que se en- La tendencia por parte de la población
contraban en una causa primordial, de á exceder siempre de los medios de sub-
donde se desprenden todas las demás. sistencia, está contrariada, según Malthus,
"La tendencia constante que se manifiesta por obstáculos ó frenos que se llaman re-
en todos los seres vivos, de aumentar su es- presivos, y son: la miseria, las privaciones,
las muertes prematuras, las epidemias, las vivifican el Atlántico, han llegado espon-
iíambres, las guerras y todas las plagas táneamente á detener una población esta-
«que obrando unas á intervalos más ó me- cionaria, sin verse al efecto obligadas por
nos largos, y otras de un modo continuo, el hambre, las epidemias ni la guerra.
detienen el desarrollo de la población, por Es cierto que la doctrina de Malthus no
medio de infinidad de padecimientos, en tiene aplicación alguna en la época pre-
los límites quela naturaleza le haimpuesto. sente, ni parece poder tenerla por lo me-
nos durante dos ó tres siglos. Los medios
Malthus desearía substituir esos obstá-
de subsistencia si se considera el conjunto
culos ó frenos represivos, que significan
del universo, tienden actualmente á cre-
tantas calamidades y dolores, por un obs-
cer más rápidamente que el génei o huma-
táculo ó freno preventivo, que consistiría
no, como lo atestigua la baja de precio de
•en que el hombre, retardando su matrimo-
los principales artículos comunes, como
nio y reduciendo de un modo virtuoso, por
el trigo, la cebada y hasta la carne, la la-
medio de la continencia, el número de hi-
na, las frutas, los aceites de todas clases,
jos de cada familia á sus recursos, man-
etc.
tuviese,la población dentro del cuadro ele
los medios de subsistencia, ahorrando así Por lo menos la mitad del mundo, las
¿il género humano las terribles plagas que dos Américas, toda la Australia, Nueva
acabamos de indicar. Guinea, Sumatra, Borneo, Nueva Zelan-
La doctrina de Malthus no es aplicable dia, una gran parte de Africa, por no^ ha-
á la situación actual del mundo.—Por lar- blar de las tres cuartas partes de Rusia y
g o tiempo ha sido considerada la teoría Asia Occidental, podrían alimentar una
de Malthus, sobre todo en Inglaterra, de población quíntupla, décupla, y en algu-
nna verdad incontestable; mas está muy nos lugares hasta cien veces mayor de la
debilitada desde hace un cuarto de siglo que existe actualmente. Se estima la po-
por el prodigioso desarrollo de la agricul • blación del mundo en dos mil millones es-
tura, la industria y el comercio, por el casos de seres humanos, lo que representa,
acceso de la raza europea ó nuevos te- con relación á las tierras, un habitante po-
rritorios de extraordinaria fertilidad, y co más ó menos por 7 ú 8 hectáreas. Si la
finalmente por el resultado á que al- densidad media de la población del globo
gunas naciones como Francia y los Es- llega solamente á alcanzar el grado de
tados de la gran Unión Americana que Francia, ó sean 72 habitantes por 100 hec-
táreas, ó un habitante por cada hectárea y blación en el mundo, fácil será al exceso
88 aras, el género humano podría sextu- de habitantes de los países viejos, emigrar
plicarse. Indudablemente se necesita tener hacía las regiones nuevas, aún insuficien-
en cuenta los desiertos; mas por otra par- temente pobladas. También les será fácil
te existen vastas extensiones de tierras á los países nuevos exportar á los viejos,
más fértiles que Francia. el excedente de sus producciones alimen-
Si se considera además que las partes aun ticias para cambiarlas por objetos manu-
insuficientemente habitadas del g l o b o , facturados.
como las dos Américas, una parte de Afri- Así la pesadilla que Malthus hacia pesar
ca y la mayor parte de Oceanía, sirven sobre la humanidad, puede disiparse por
de receptáculo únicamente á la raza eu- varios siglos. Es aún muy incierto que los
ropea, con exclusión, por lo menos has- temores del célebre economista inglés,
ta el día, de las razas asiáticas, chinas, in- puedan jamás realizarse, ni aún en una
dus, etc., se adquiere la convicción de época mny distante. Por una parte pare-
que los pueblos europeos, no tienen por ce demostrado que en todo el mundo ci-
qué preocuparse aún en varias generacio- vilizado, los procedimientos de cultivo
nes de la célebre ley de Malthus, ó sea la son todavía muy primitivos, y que perfec-
desproporción entre la tendencia del au- cionándolos de acuerdo con las indicacio-
mento de población y la posibilidad de nes de la ciencia, se podrían obtener ren-
aumentar las subsistencias. El peligro no dimientos medios, principalmente de ce-
comenzará para las razas europeas hasta reales, dobles ó triples ele los actuales.
el día (n que las sociedades asiáticas, los Por otra parte el ejemplo de Francia,
chinos, indus etc., empiezen á derramarse Austria, la parte de losEstados Unidos de-
por el mundo y á colonizarlo. nominada Nueva Inglaterra, y que está si-
Y todavía, aun en esas circunstancias, tuada sobre el Atlántico, parecen indicar
las sociedades europeas tendrían un pla- que en cierto grado de comodidad y bajo
zo bastante largo, hasta que el mundo la inspiración de los sentimientos demo-
fuese poblado de una manera tan densa cráticos, la tendencia al aumento de la
como lo están en la actualidad las comar- población es excesivamente débil. Nada
cas antiguas, y para ese caso transcurri- hay que demuestre que los otros países
rán muchos siglos. Mientras no se llegue á del mundo no hayan algún día de acer-
esa densidad media y uniforme de la po- carse á la situación de Francia y tener
también una población poco más ó me- que acumula sin cesar los capitales en can-
nos estacionaria. tidades enormes, y disfruta de una pre-
Inconvenientes del aumento muy rápido ponderancia mercantil y de una situación
de población en determinados países.—Si colonial que le valen un crecimiento con-
no debe tomarse en consideración la doc- tinuo de sus exportaciones.
trina de Malthus, en tanto que se refiera á Emigración y colonización. No convie-
una desproporción entre el aumento de los ne. pues, á los hombres multiplicarse de
medios de subsistencia y el de la pobla- una manera desordenada, falta de previ-
ción, no es menos cierto que un aumento sión, como lo hacen agrupaciones enteras
demasiado rápido del número de habitan- de la población italiana, alemana y belga.
tes de un país, cuando los capitales y las Cuando la superabundancia de población
instalaciones industriales no se propagan se produce, se requiere siquiera emigrar
en proporción análoga, presenta serios in- á los países nuevos. La emigración es un
convenientes para la clase obrera. Eso fenómeno feliz que separa un exceso, al
pasa en Bélgica, en varias partes de Ita- menos, temporalmente, de habitantes de
lia y en algunos distritos de Alemania los países viejos, llevando á las regiones
eomo Saxe y todavía más en Silesia. El nuevas, la principal fuerza que necesitan:
número de obreros se desarrolla conside- brazos activos y vigorosos. Mas para que
rablemente, mientras que los capitales si- la emigración sea provechosa, es necesa-
guen ese desarrollo de un modo desigual, rio que se reclute entre gentes aún jóve-
y las exportaciones de los objetos manu- nes, animosas y perseverante», que quieran
facturados apenas toman alguna exten- trabajar manualmente, no entre los em-
sión, resultando de esas circunstancias la pleados y dependientes que buscan en el
baja de los salarios y una situación des- Nuevo Mundo empleos sedentarios é inac-
graciada para la clase obrera; el estado tivos, como los que son ya demasiado nu-
precario y algunas veces miserable de los merosos en las comarcas viejas.
obreros de ciertos distritos de Italia, Bél-
ica y Alemania, no reconoce otra causa, Los gobiernos pueden preparar para la
i Inglaterra no resiente las difíciles con- emigración, terrenos especiales, que con-
secuencias de la desigualdad entre el au- serven un carácter nacional, establecien-
mento de población y el de los capitales y do en ellos colonias. La colonización, con-
las salidas industriales, es precisamente por sistente en colocar bajo la dirección de
un pueblo civilizado, abundante de indi-
viduos y capitales, terrenos bien absolu- su extensión muy bien cultivada, pero en
tamente deshabitados, ó ya de población donde una parte de la población es muy
bárbara é insuficiente, es una de las obras miserable, tiene en la actualidad de ciento
más legítimas y más provechosas que pue- cuatro á ciento cinco habitantes por kilóme-
dan poner en práctica las viejas socieda- tro cuadrado; la Gran Bretaña, que es por
des europeas, siempre que esté prudente- una parte una fábrica gigantesca y por la
mente dirijida. Solo que la colonización otra un Inmenso almacén al por mayor,
exige ele los que la emprenden, mucha cuenta con Irlanda 107 habitantes por ki-
cordura, cierta resistencia para no dejarse lómetro cuadrado; pero Inglaterra propia-
fácilmente arrastrar y una constante per- mente dicha tiene 125; los Países Bajos con
severancia, Pasados los saciif icios del prin- su activo comercio poseen una densidad
cipio, la nación colonizadora generalmen- kilométrica de 130 habitantes; finalmente
te obtiene bajo diversas formas una com- /Bélgica con una industria muy desarrolla-
pensación fructuosa. da y enormes riquezas minerales, que co-
mienzan sin embargo á agotarse, es la úni-
Países de población estacionaria. Peli-
ca región ele Europa que ofrece el ejemplo
gros actuales de ese estado— Si hay países
de una población de más de 200 almas por
cuya población tiende á aumentar, hay
kilómetro cuadrado.
otros en el estado actual del Mundo, en los
que es estacionaria; por ejemplo, Francia. La población que un país puede alimen-
En los cuatroaños, 1890,1891,1892 y 1893 tar no depende sol amonte de la extensión
las defunciones han excedido en Francia de su territorio, ni siquiera de esa exten-
anualmente de 10,000á40,000 almasálosna- sión combinada con la calidad de los te-
cimientos. El aflujo de extrangeros, obreros rrenos. Es necesario tener también en
ó capitalistas, que han venido á estable- cuenta el subsuelo, es decir las riquezas
cerse en nuestro suelo, ha contribuido en minerales que algunas veces, como en Bél-
cierta proporción, á conservar la pobla- gica, Inglaterra, y algunos distritos ele
ción. Francia posee 72 habitantes por ki- Alemania, representan en cierto moelo un
lómetro cuadrado; Alemania con terrenos segundo territorio subterráneo, que ayuda
de calidad que en general es inferior á.la en enormes proporciones á la producción.
Las costas y las industrias que permiten,
nuestra, aunque con más riquezas mine-
como la pesca, el desarrollo de la marina,
rales, cuenta 100 habitantes por kilómetro
la ampliación del comercio y las exporta-
cuadrado; Italia sin encontrarse en toda,
ciones, la cantidad de capitales acumula- narse; en las familias poco numerosas, los
dos, son otras tantas circunstancias que hijos se educan con una ternura demasia-
permiten, sin disminución alguna de bien- do pusilánime, mimados por un afecto
estar, á la población del país que de ellas enervante que disminuye en ellos la ener-
disfruta, ser más densa de lo que puede gía de carácter y de espíritu. En el seno
serlo la población de países que no poseen de una nación semejante, los hombres con-
esas ventajas. cluyen por rechazar las obras penosas y
Cuando menos en el estado actual del los trabajos prolongados y desagradables,
mundo, es inconveniente que la población debilitándose también el espíritu de ini-
de un país se mantenga completamente ciativa. Son los extrangeros, procedentes
estacionaria; constituye ese hecho desde de países prolíficos, quienes afluyendo á
luego una causa de gradual decaimiento los pueblos ricos estacionarios, si no ven-
político, porque mientras que su pobla- den su mercancía, siquiera contra-restan
ción no varía, sus rivales y vecinos ven los inconvenientes de su pereza. De ese
acrecer la suya; pues la situación política modo Francia cuenta en la actualidad en
de los pueblos, el prestigio de que gozan, su suelo cerca de 1.100, 000 extrange-
y hasta la admiración extraordinaria que ros. La liga de elementos extraños es el
provocan por sus triunfos, influyen en el único medio de impedir que la escasa na-
favor que se dispensa á sus productos y talidad tenga para una nación consecuen-
sus modas. En segundo lugar un país cu- cias demasiado graves.
ya población no aumenta, tiene pocos emi-
grantes que lleven á comarcas lejanas sus El pauperismo. Débil tendencia á la dis-
costumbres, aficiones, idioma, etc, forman- minución del número de pobres.—Al pro-
do así una especie de lazo de unión entre blema de la población se une otro, el de la
la nación que han dejado y aquella en que indigencia ó pauperismo. En todos los paí-
se establecen. Los emigrantes son los me- ses y en todos los estados sociales, se en-
jores agentes viajeros; á los emigrantes cuentran individuos adultos ó familias que
que envía hacia todas las partes del mun- no se bastan á sí mismas. La indigencia es
do, debe Alemania, en gran parte, su re- una plaga que jamás ha dejado de presen-
ciente desarrollo comercial. En tercer lu- tarse en ningún grupo numeroso de la hu-
gar, una población que permanece esta- manidad y por mucho que se remonte en
cionaria, acaba por languidecer y afemi- la historia, podían encontrarse sus huellas.
La Biblia abunda en pasages relativos á hereditariamente, es una calamidad espe-
los pobres. cial de las sociedades modernas, agregan-
Causas muy diversas influyen en la po- do que la grande industria ha creado el
breza, las que pueden referirse á tres prin- pauperismo, y que esta llaga cruel es el
cipales: las dolencias naturales, los acci- precio de nuestro progreso y el castigo de
dentes y los vicios humanos. Algunos in- nuestra prosperidad.
dividuos nacen deformes ó enfermos, de Tal opinión es inexacta y no descansa
fuerza é inteligencia insuficientes: estos no en ninguna observación seria. El país más
pueden por sí mismos proveer á sus necesi- industrial del mundo, Inglaterra, tiene
dades, y si 110 tienen padres benévolos que menos pobres que otros países que se les
los asistan, mueren ó constituyen una carga considera con una vida más patriarcal, co-
para toda la sociedad. Los accidentes con- mo Noruega, Baviera, el sur ele Italia. So-
tribuyen mucho también á la indigencia: lo se encuentran en la actualidad en el
un obrero, jefe de familia, muere dejando reino unido de lá Gran Bretaña é Irlanda
una esposa con numerosos hijos pequeños, 260 pobres por cada 10,000 habitantes, ó
<5 si es viudo, solo deja á sus hijos, los que sea un 2.60 por 100, mientras que en No-
no podrán bastarse á sí mismos hasta la ruega se estima haber 7 por 100, en Sue-
edad adulta. Sin embargo, los vicios hu- cia 4.25 por 100, en Baviera 3.22 por 100.
manos son aún generadores mayores de Aun en la Gran Bretaña, el pauperismo ha
pobreza que los accidentes y las enferme- decrecido de medio siglo á la fecha. En el
dades. La pereza del cuerpo y del espíri- período desde 1849 á 1858, el promedio
tu. la imprevisión obstinada, la embria- de indigentes por 100 habitantes era allí de
guez, el mal carácter que determina la 4.67; de 1869 á 1878 descendió á 3.03; final-
pérdida de los empleos, y aun simplemente mente ele 1878 á 1885 era de 3.03; ya se vió
un exceso de indolencia ó ligereza, colo- que en 1897 solo es de 2.60 por 100. Se es-
can á muchas gentes en la senda de la mi- tima que en Francia hay un indigente poi-
seria. cada 23 habitantes, lo que constituye una
proporción mayor que en Inglaterra. Al
Se llama pauperismo la existencia de un principio del presente siglo la proporción
gran número de pobres en el seno de una era más elevada. (1)
sociedad. Algunos opinan que el paupe-
rismo, ó la estabilidad de cierta clase de [1] Véase para este punto nuestro Ensayo de la
indigentes, de los que muchos son pobres Repartición de las riqueza!. 4 5 0 edición.
resulta de los accidentes y las culpas se-
Por consiguiente, la indigencia, más cundarias del hombre, como la indolencia
bien que ganar ha perdido extensión en y la ligereza. Principalmente sobre los ni-
los países civilizados, á medida que la in- ños es necesario obrar. Los hijos de los p o -
dustria se ha desarrollado en ellos; por bres, más que los pobres adultos, son los
otra parte, ha disminuido de intensidad. que se pueden salvar de la miseria.
Ya no se ven en Europa Occidental, c o m o
antiguamente, en la edad media, ó en las Quedará siempre un elemento refracta-
comarcas asiáticas y africanas, China, In- rio á todo mejoramiento social, y es la in-
dia y Argelia, poblaciones enteras de va- digencia que resulta de los vicios del hom-
rios centenares de miles de habitantes, y bre: la holgazanería incorregible, el d e -
á veces de millones, barridas por el ham- sorden, la prodigalidad, la embriaguez,
bre ó por alguna epidemia. Las legiones etc. Todos los esfuerzos humanos se estre-
y los ejércitos de mendigos que infestaban llarán contra ese obstáculo. He ahí por
la antigua Europa, han desaparecido ó se- qué será eternamente verdadera la frase
han reducido. siguiente: «Siempre habrá pobres entre nos-
otros.» (1) Lo que se debe procurar obtener
Se puede esperar disminuir gradual- es que, al menos, sólo haya pobres por su
mente la parte indigente de la humanidad, culpa.
sin jamás forjase la ilusión de que lle-
gue á hacerse desaparecer. Algunas insti- La caridad legal y la caridad privada.
tuciones de caridad, como los hospicios —Existen dos sistemas para luchar contra
de enagenados, las casas de ciegos ó de la miseria: la caridad legal y la caridad
sordo-mudos, sin duda no disminuyen el privada. La caridad legal ó administrati-
número de esos desgraciados, pero les pro- va, reconociendo al indigente un derecho -
porcionan una situación segura y acepta- positivo contra la sociedad, crea adminis-
ble, y algunas veces algunos de ellos que- traciones municipales ó nacionales para
dan en aptitud de ganar su vida. mantener á los pobres, y establece impues-
Las sociedades de socorros mutuos, las
(1) "Los pobres siempre estarán entre vosotros,.
cajas de ahorro, las diversas combinacio- mientras que y o pronto dejaré de estar con voso-
nes del seguro, la propaganda en favor de tros." Palabras de Jesús á Judas, quien censuró el
la previsión en sus varias formas, la edu- derroche que hacían las hermanas de Lázaro, para
cación muy generalizada, podrán con el honrar al maestro, en perjuicio de la caridad que se
tiempo prevenir y disminuir la miseria que predicaba. (N. d e l T . )
tos para distribuirles socorros. Este es un
mal sistema que no se apoya en ninguna
idea de justicia, porque, por lo menos, el
pobre por su culpa,—y el mayor número
de los indigentes se encuentra en ese caso
—no tiene derecho alguno positivo que
ejercer contra el conjunto de la sociedad. QUINTA PARTE.
Por otra parte, garantizando la caridad
legal á cada uno, cualquiera que sea su El Estado y las Rentas Públicas.
conducta, alimentos, alojamiento y ;vesti-
do, alienta la imprevisión y la holgazane-
ría, otorgando una especie de prima á los
vicios humanos. C A P I T U L O PRIMERO
La caridad privada, valida ora de ins-
NATURALEZA Y FUNCIÓN DEL ESTADO
tituciones que se aumentan de edad en
edad, ó ya de socorros que se renuevan li-
Definición del Estado.—Prejuicios y exageraciones
bremente, es el único sistema justificado acerca de la capacidad del Estado.—R1 individuo
ante la moral y verdaderamente útil en la no está solo enfrente del Estado: asociaciones
práctica. Y aun es necesario que la cari- privadas.—Principales atribuciones del Estado.—
dad se ejercite con mucho discernimiento, El Estado no es el agente principal del progreso
en las sociedades humanas.
evitando hacer demasiado cómoda y agra-
dable la vida de los pobres voluntarios; de-
Definición de Estado.—Una sociedad se
be esforzarse por prevenir la pobreza, le-
compone de tres elementos: los individuos,
vantando al pobre desfallecido, y evitar
las asociaciones libres y I03 poderes públi-
todas las exageraciones que resultarían na-
cos ó sea el Estado. Hasta aquí hemos ha-
turalmente, de hacer aceptable la indigen- blado de los dos primeros. Conviene decir
cia para los espíritus perezosos é indolen- algunas palabras sobre la función y acción
tes. Nada es más meritorio ni más raro del tercero.
que la caridad inteligente; nada es más
El Estado es la expresión suprema de la
pernicioso por sus consecuencias, que la
nación : la nación es una asociación forma-
caridad ciega.
da por la historia, y difiere de las demás aso-
tos para distribuirles socorros. Este es un
mal sistema que no se apoya en ninguna
idea de justicia, porque, por lo menos, el
pobre por su culpa,—y el mayor número
de los indigentes se encuentra en ese caso
—no tiene derecho alguno positivo que
ejercer contra el conjunto de la sociedad. QUINTA PARTE.
Por otra parte, garantizando la caridad
legal á cada uno, cualquiera que sea su El Estado y las Rentas Públicas.
conducta, alimentos, alojamiento y ;vesti-
do, alienta la imprevisión y la holgazane-
ría, otorgando una especie de prima á los
vicios humanos. C A P I T U L O PRIMERO
La caridad privada, valida ora de ins-
NATURALEZA Y FUNCIÓN DEL ESTADO
tituciones que se aumentan de edad en
edad, ó ya de socorros que se renuevan li-
Definición del Estado.—Prejuicios y exageraciones
bremente, es el único sistema justificado acerca de la capacidad del Estado.—R1 individuo
ante la moral y verdaderamente útil en la no está solo enfrente del Estado: asociaciones
práctica. Y aun es necesario que la cari- privadas.—Principales atribuciones del Estado.—
dad se ejercite con mucho discernimiento, El Estado no es el agente principal del progreso
en las sociedades humanas.
evitando hacer demasiado cómoda y agra-
dable la vida de los pobres voluntarios; de-
Definición de Estado.—Una sociedad se
be esforzarse por prevenir la pobreza, le-
compone de tres elementos: los individuos,
vantando al pobre desfallecido, y evitar
las asociaciones libres y I03 poderes públi-
todas las exageraciones que resultarían na-
cos ó sea el Estado. Hasta aquí hemos ha-
turalmente, de hacer aceptable la indigen- blado de los dos primeros. Conviene decir
cia para los espíritus perezosos é indolen- algunas palabras sobre la función y acción
tes. Nada es más meritorio ni más raro del tercero.
que la caridad inteligente; nada es más
El Estado es la expresión suprema de la
pernicioso por sus consecuencias, que la
nación : la nación es una asociación forma-
caridad ciega.
da por la historia, y difiere de las demás aso-
Sería sin embargo reducirlo á un papel
ciaciones por muchos caracteres; es un he
•demasiado estrecho, si se pretendiese ence-
cho que se impone á tocios aquellos que na-
-cen en el mismo territorio, y comprende, rrarlo en esos límites; pero tampoco es con-
quiérase ó no, á todo« aquellos que residen veniente opinar como algunos teóricos, que
en ella de ot<"o modo que no sea por hos- la función del Estado es indefinida y puede
pitalidad? El Estad > en su calidad de ór- extenderse á todo. Algunos economistas
gano vivo de la asociación nacional, disfru- alemanes han sostenido que la función del
ta de prerogativae especiales: tiene el po- Estado en una sociedad, es análoga á la del
der de sujetar á toda la población de su te- cerebro en el organismo humano; ó lo que
rritorio á reglamentos llamados leyes ; igual- «s lo mismo, sería por excelencia el aparato
mente tiene el de obtener, por la vía de apre- de coordinación y dirección; en esta situa-
mio, de todos los habitantes, las sumas que ción los individuos quedan enfrente del Es-
juzga necesarias para sus necesidades, las tado en condición inferior á la que guardan
que toman el nombre de cuotas ó impuestos. en el cuerpo humano los órganos especiales
El poder legislativo ó reglamentario so- de nutrición ó de relación respecto del ce-
bre la universalidad de los ciudadanos, y el rebro.
poder fiscal, hé aquí lo que constituye el Hay una curiosa manía de querer intro-
listado. También las municipalidades y las ducir en todas partes la físio'ogía, entregán-
autoridades provinciales que ejercitan una dose en ese c a m i n o á comparaciones inexac-
parte de esos poderes, deben ser considera- tas que hacen perder á las ideas en claridad.
dos, desde el punto de vista económico, co- La necedad de tales comparaciones salta á
mo órganos secundarios del Estado. la vista.
Prejuicios y exageraciones acerca de la N"o hay semejanza alguna entre las cel-
capacidad del Estado.—El Estado tiene dillas del cuerpo humano que so'o t;enen
atribuciones que le son absolutamente esen- una vida vegetativa, y lo« individuos que
ciales, y otras que son facultativas. Debe son susceptibles de inteligencia, moralidad
preservar á la nación de cualquier ataque y libertad. En el cuerpo humano el sistema
-exterior; esta es su misión primordial; de- nervioso y particularmente el cerebro que
be, además, hacer guardar la paz en el in- es la expresión suprema de él, es el único
terior. En esa virtud, el Estado queda por centro de la voluntad y el pensamiento ; ni el
excelencia encargado de lo que se llama ser- pié ni la mano piensan ni quieren. En una
vicio de seguridad. sociedad todo individuo puede estar tan bien
dotado de pensamiento, moralidad y previ- valer los individuos que se suceden en las
sión, como el Estado. Las moléculas del ce- asambleas legislativas y el Gobierno. Las
rebro en el cuerpo humano están compues- flaquezas del Estado están, en consecuen-
tas de materia distinta á la de las móleculas cia, tan bien determinadas y demostradas en
del pié, la mano ó el estómago; por el con- la historia, como la flaqueza de los indivi-
trario, las moléculas que forman el Estado viduos.
concreto y director, no son de distinta natu- El individuo no está solo enfrente del Es-
raleza que las otras moléculas sociales. tado. Las asociaciones privadas.—Algunos
El Estado es un organismo puesto en ma- disertan como si solo hubiesen en una na-
nos de varios individuos ; no piensa ni quie- ción dos elementos frente á frente : los indi-
re por sí mismo; solo piensa y quiere con viduos y el Estado, deduciendo que el Esta-
el pensamiento y la voluntad de quienes su- do debe hacerse cargo de aquello que los
cesivamente hablan y quieren en su nombre ; individuos 110 pueden hacer aisladamente.
ahora bien, los depositarios de los poderes Esto contituye un grave error. Razonando
públicos, es decir, los representantes del Es- así, se olvidan las asociaciones libres que
tado, i»o tienen distinta estructura física y diariamente se forman entre los ciudadanos,
mental de la del resto de Jos hombres. quienes sin ocurrir á coacción de ningún gé-
Tampoco tienen superioridad alguna inna- nero, sin obtener cuotas por medio de la auto
ta, ó inculcada por la misma profesión. ridad, atienden una infinidad de obras de in-
Puede la Iglesia enseñar que un hombre terés general 6 colectivo. Las asociaciones
débil, revestido de sacerdote, se transfor- libres á que nos referimos ¡son las que han
ma y goza de la gracia divina; pero las fundado las cajas de ahorros, las compañías
sociedades democráticas no pueden preten- de seguros, los montepíos y la mayor parte
der que los individuos ascendidos al poder de los grandes servicios de transportes. Tie-
y que forman, siquiera sea momentánea- nen el mérito de 110 imponer nada á nadie,
mente el Estado, puesto que constituyen y de obrar dentro del régimen de la com-
el Estado que legisla y obra, posean facul- petencia y libeitad personal, así como el
tades supernaturales que los preserven del de ser sensibles al aguijón del interés públi-
error, las preocupaciones y las pasiones. co y tener una organización elástica, flexi-
El Estado, sobre todo bajo el régimen de ble, que se modifica y se transforma espon-
poderes públicos de breve delegación fre- táneamente, sin grandes esfuerzos, adap-
cuentemente renovada, vale lo que puedan tándose siempre á las circunstancias nuevas.
Principales atribuciones del Estado.— derechos de cada uno, es quien debe defi-
Si procuramos definir las atribuciones del nir las responsabilidades jurídicas. Es el
Estado, encontraremos que pueden prin- órgano del derecho, no en tanto que pue-
cipalmente referirse á las siguientes: da crearlo arbitrariamente, sino en tanto
I o Ser la salvaguardia de la seguridad que procura desentrañarlo y comprobar-
de la nación por lo que respecta al extran- lo, de acuerdo con la célebre definición
gero, y de la paz interior entre los asocia- de Montesquieu. «Las leyes son las rela-
dos. ciones necesarias que se derivan de la na-
2 o Siendo el Estado la asociación más turaleza de las cosas.»
general, y poseyendo el poder coercitivo, 5 o El Estado es el guardián y el protec-
así como el de fijar los impuestos, tiene-á tor de los seres débiles que no tienen otro
su cargo proveer á las necesidades más apoyo. Las leyes sobre educación, el tra-
apremiantes que no pueden satisfacer, ba- bajo de los menores en las fábricas, y los
jo el régimen de la iniciativa privada, ni enagenados é inválidos, le incumben; pe-
los individuos aisladamente, ni las socie- ro ésto no quiere decir que el Estado ten-
dades libres; en esta elase figuran princi- ga la obligación de proporcionar la dicha
palmente aquellos trabajos indispensables, universal; tiene simplemente la misión de
según la opinión unánime y previa de to- impedir que los seres sin defensa, como
dos los ciudadanos, como las medidas hi- los menores ó los incapacitados, se vean
giénicas en épocas de epidemia, por ejem- oprimidos por aquellos que tienen más
plo, el derecho de expropiación para las fuerza.
obras públicas necesarias, etc. Los precedentes sociales y los antece-
3 o Siendo el Estado la única asociación dentes históricos que varían según las na-
que tiene un carácter de perpetuidad, de- ciones, pueden conceder al Estado, fuera
be proteger los intereses perpetuos, con- de las anteriores atribuciones fundamen-
tra la imprevisión de los intereses presen- tales, determinada intervención en mate-
tes; la conservación de los bosques, el ré ria de instrucción pública, bellas artes
gimen de aguas, los reglamentos.de la ca- etc, que constituyelas atribuciones facul-
za y la pesca, están comprendidos en esta tativas del Estado.
categoría de atribuciones del Estado. Motivos de modestia que deben imponer-
4 o El Estado, encargado de mantener se al Estado.—En el cumplimiento de sus
la paz entre los ciudadanos, y garantir los funciones diversas, el Estado debe obrar
con firmeza, pero sin petulancia ni preci- rioridad del Estado respecto del individuo
pitación; tiene, lo mismo que el individuo, y las asociaciones libres.
razones para ser modesto. He aquí los
motivos de modestia que deben imponerse 3 o El Estado es, en principio, el que re-
al Estado: presenta á la universalidad de los asocia-
I o Saliendo el Estado moderno de la dos; pero esto, con frecuencia, solo es una
masa de los asociados, no es más inteli- ilusión. El Estado moderno, hasta por su
gente que ellos, sobre todo que los que definición, carece de imparcialidad. Los
entre la generalidad descuellan por su in- hombres del poder, que cleben su existen-
teligencia. Está sujeto á todas las varias cia á la elección, representan, no las ideas
preocupaciones y los caprichos que son de la universalidad de los asociados; sino
tan comunes en el género humano. No simplemente las de una mayoría, á veces
hay período de la historia que no esté se- mínima, variable é instantánea. El Esta-
ñalado por determinada manía: la manía do, cuando menos en el interior, es ,-iem-
de la fuerza, ele la sensibilidad, la tutela ó pre un partido en el poder; de donde re-
reglamentación, los trabajos públicos etc. sulta que aún cuando en principio sea el
El Estado clebe esforzarse para resistir á Estado el ser más desinteresado, obra sin
tod*s esos excesos, lo que por la natura- embargo en nombre de impartido, de una
leza misma y el origen de los poderes pú- clase de los ciudadanos que se impone á
blicos es muy difícil. los demás y que procura favorecer á los
suyos y dominar y á veces oprimir á los
2o El Estado moderno no tiene unidad adversarios.
completa en sus ideas, y apenas si la tiene
en su personal. Derivándose todos los po- 4 o El Estado no tiene respecto de mu-
deres déla elección, que á menudo se chos de sus funcionarios, el estímulo ni el
nulifica, el personal que representa el Es- freno del interés personal, ni está someti-
tado es muy inestable, de donde resulta do á ninguna competencia, cuya acción si-
cierta incoherencia en la conducta del quiera le fuese sensible de modo continuo.
mismo. Cuando las atribuciones del Esta- Así generalmente no está obligado á ajus-
do están algo reducidas, esa incoherencia tar los medios al fin y en muchas de sus
de acción es un mal restringnido, que to- determinaciones el punto de vista estético
ma graves proporciones cuando aquellas predomina al del interés bien entendido,
se multiplican. Esto constituye una infe- como en los caminos, las calzadas, las es-
cuelas etc., de donde resulta un despilfa- lar, asi como aquellos que han tendido los
rro de fuerzas y de capitales. cables submarinos y abierto los istmos.
Los defectos del Estado, y aún del Es- La experiencia demuestra que no se
tado moderno, son razones que le obligan puede obtener una gran actividad del Es-
á ser modesto, discreto y circunspecto y tado, sino á expensas de la de los indivi-
á no extender indefinidamente sus atribu- duos y de las sociedades libres. Es más con-
ciones. Debe sobre todo huir del socialis- veniente que la vida y la iniciativa se en-
mo, es decir, de una intervención excesi- cuentren difundidas en todo el cuerpo so-
va de los poderes públicos, para dirigir, cial, y no estén concentradas en un solo
de acuerdo con las ideas dominantes, ge- órgano, que tenga á su disposición un po-
neralmente erróneas, el comercio y la in- der indefinido de creación y de cuotiza-
dustria, ó para disminuir las desigualda- ción.
des de fortuna. El Estado no debe repre- La idolatría del Estado es la supersti-
sentar el papel de la «mosca del cuento.» ción última, que tiende á seducir y debili-
El Estado no es el agente principal del tar las democracias. La economía política,
progreso en las sociedades humanas El centinela fiel de la libertad humana, debe
Estado no es el agente exclusivo, ni siquie- protestar contra las exageraciones de ese
ra el principal del progreso; es más bién nuevo culto.
un agente de conservación. El factor prin-
cipal del progreso, es la iniciativa de los
particulares y de las sociedades libres. La
historia del progreso humano está repleta
de nombres propios, de nombres de «indi-
vidualidades sin poderes» de individuos
que no estaban investidos de función
pública alguna, discernida ó electiva: Gu-
temberg, Cristóbal Colón, Papin, Fulton,
Stephenson, y los hombres de iniciativa
que han fundado instituciones tan útiles
como los bancos, sociedades de socorros
mutuos, cajas de ahorros, seguros, socie-
dades cooperativas y de institución popu-
te que le corresponde, en los gastos del
gobierno. «A estas palabras se puede agre-
gar la siguiente frase de un discurso pro-
nunciado por Mirabeau en la Asamblea
constituyente: «El impuesto es una deuda
común de los ciudadanos, una especie de
CAPITULO II indemnización y el precio de las ventajas
que la sociedad les procura»
EL IMPUESTO—IMPUESTO PROPORCIONAL E El impuesto debe ser pagado por todos
IMPUESTO PROGRESIVO—IMPUESTOS DIRECTOS los asociados, sin otra excepción que la de
E INDIRECTOS. los indigentes.—El impuesto debe ser pa-
gado por todos los asociados siu exepción:
Naturaleza del impuesto. El impuesto debe ser pa- únicamente la indigencia extrema, es de-
gado por todos los ciudadanos, sin otra excepción cir, la imposibilidad absoluta de pagar,
que la de los indigentes. El Impuesto proporcional y debe ser un título de exepción. Pero fuera
el progresivo. Unidad y multiplicidad del impuesto. El
de la indigencia absoluta, todo el mundo
capital y la renta como base del impuesto. Inciden-
cia del impuesto. Impuestos directos: sus ventajas é debe quedar sujeto á «la honorable obli-
inconvenientes. Impuestos indirectos: sus ventajas é gación de contribuir á los gastos públi-
inconvenientes. cos. «Alguien ha emitido la opinión de
que los asociados que solo tienen peque-
Naturaleza del impuesto. El Estado, pa- ñas rentas, debieran estar libres de todo
ra la satisfacción de sus necesidades está impuesto; pero esta doctrina es insosteni-
investido del poder de imponer contribu- ble de hecho y de derecho.
ciones á todos los habitantes del territorio; En derecho, gozando cada uno de la
las exacciones á que sujeta las rentas de protección del Estado y participando de
los particulares, se llaman derechos ó im- las alternativas de grandezas y sufrimien-
puestos. Mucho se ha discutido acerca de tos del mismo, debe estimarse como un
la naturaleza del impuesto, proponiéndo- deber el pago del impuesto, y la proposi-
se fórmulas presuntuosas é inexactas. La ción de liberar de él á determinadas clase
mejor y la más simple definición es la si- sociales, debiera ser rechazada, por los
guiente: «El impuesto es la contribución agraciados como vergonzosa. Dentro aún
que se exije á cada ciudadano por la par- del derecho, tomando parte, merced al su-
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fragio universal, todos los hombres adultos cación pública, la higiene pública, la asis-
en las naciones modernas, en la dirección tencia de los niños, los asilos y hospicios
y administración de] Estado, deben consi- de todas clases.
derarse como solidariamente responsables Otra consideración de hecho, comprue-.
• de las necesidades ó infortunios del Esta- ba la necesidad de que la excepción del
do. Quien gobierna y administra debe pa- impuesto no se extienda mas allá de los-
gar. El impuesto universal, es el corola- verdaderos indigentes. Como actual mente-
rio ineludible del sufragio universal. gobiernan las mayorías, si se exceptuase
En algunos Estados de la gran Unión del impuesto á numerosas clases sociales^.
Americana, principalmente en Massachu- resultaría que aquellos que en el momen-
setts, el derecho de sufragio está subordi- to de las elecciones tuviesen el poder elec-
nado al pago de una cuota directa de dos tivo y fuesen dueños de los destinos de la<
dollars, ó sea 10 francos 50 céntimos, que nación, ejercerían el poder sin responsa-
no constituye un censo como el que existía bilidad de ninguna especie; podrían com-
en Francia de 1814 á 1848; es simplemente peler á sus mandatarios á entregarse á.
una demostración precisa de que sufragio gastos inconsiderados, O;ti 31.1 lti _)•
político é impuesto, deben constituir dos nosos, sin resentir ellos mismos los efec-
términos indisolubles. Quien se excluye tos de su conducta; los experimentarán
del impuesto, se excluye también del su- por concomitancia, dicen algunos, sufrien-
fragio. do las consecuencias de la ruina general.
Sería ese un modo domasiado lejano y
Por lo que mira á los hechos, el impues-
muy poco sensible de compurgar las pror
to debe ser pagado por todos, con excep-
pias faltas. Está fuera de toda duda, que-
ción de los indigentes notorios. Todos Ios- la exención de impuestos, respecto de una
ciudadanos se aprovechan de la tutela del parte de los electores, haría á la clase e x -
Estado, que garantiza á todos la protec- ceptuada mucho menos cuidadosa de lar.
ción de sus posesiones y derechos. Ade- buena dirección de los asuntos públicos^
más, la mayor parte de" los únicos servi- La inmunidad de impuestos de los que in-
cios de que el Estado moderno, los depar- fluyen en los destinos de un país, tendrías
tamentos ó las municipalidades han creí- por consecuencia dejar sin freno alguno*
do deber encargarse, están constituidos el derroche.
principalmente en interés de la parte me-
nos rica de la nación, por ejemplo: la edu- El impuesto proporcional y el impuesta>
progresivo.—Como en toda asociación de que cada quien pague el impuesto propor-
buena fe, en la que nadie tiene el desig- cionalmente á sus rentas, ó á sus recursos;
nio de vivir á expensas ajenas, el que tie- el que tiene 1,000 por ejemplo, debe pagar
ne poco, debe pagar poco, medianamen- 100 francos, el que tiene 10,000, pagará
te el que tiene una fortuna regular, y mu- 1,000, y el que 100,000, 10,000 francos, si -
cho el que mucho tiene; pero tocios deben la relación del conjunto de los impuestos
pagar en proporción de sus rentas. en un país, respecto de las rentas ele los
Si quisiéramos remontarnos al origen ciudadanos, es de 10 p 3 • Esto es lo que
de las cosas, cada asociado debiera pagar se llama impuesto proporcional.
al Estado por cacla servicio, en propor-
Algunas personas oponen al método an-
ción á la utilidad que significa para el
terior otro sistema, que es conocido con
agraciado ese mismo servido. Así los li-
el nombre de impuesto progresivo, y que-
tigantes solamente debieran cubrirlos gas-
consiste en que la tasa del impuesto, ó la
tos de los tribunales; los escolares ó sus
proporcionalidad de éste respecto de la
padres, los de las escuelas; los transeúntes
renta, aumenta á medida que aumentan
ó los porteadores los que reclaman las
las rentas. He aquí un ejemplo: el ciuda-
vías de comunicaciones etc.; pero además
dano de 1,000 francos de renta pagaría so-
de que en multitud de casos sería imposi-
lamente 60 francos, ó sea 6 por 100; el que
ble desentrañar la utilidad que cada uno
tuviese 3,000 francos de renta pagaría 300
de los 38, 50 ó 100 millones de habitantes
francos, ó 10 por 100; el de 5,000 francos
de un país, obtiene de cacla servicio, se-
de renta, desembolsaría 600 francos, ó el
mejante sistema aumentaría muchísimo
12 por 100; respecto de 10,000 francos de
los gastos de percepción. Por otra parte,
renta, el impuesto sería de 1,500 francos;
entre los gastos para los cuales sirven los
ó el 15 por 100; á 20,000 francos de renta,
impuestos, existe uno que no se presta á
les correspondería un impuesto de 4,000
ese método, y es el del interés y la amor-
francos, ó sea el 20 por 100, etc. Estas ci-
tización de la deuda pública. En esa vir-
fras naturalmente pueden variar; pero el
tud se ha renunciado casi en todas partes
sistema del impuesto progresivo, consiste
á ese sistema, que es conocido con el nom-
siempre en que se hace pagar una cuota
bre de cuotas especiales, y de acuerdo con
más elevada á las rentas medianas que á
el principio de la solidaridad nacional, se
las pequeñas, y otra cuota más elevada á
ha llegado á la aplicación de la regla de
las grandes rentas que á las medianas.
las que ejercen mayor influencia en los
L a única razón que se da en favor de
destinos del país. En consecuencia, ante
este sistema, es que se necesita imponer
la equidad nada justifica una tasa de im-
á los ciudadanos iguales sacrificios, y que puestos proporcionalmentemás alta sobre
las rentas grandes y medianas, soportan las rentas medias que sobre las nequeñas,
más fácilmente una exacción de la décima y sobre las considerables que sobre las me-
ó la quinta parte, que las rentas menos dianas.
considerables.
El impuesto progresivo, liberaría de esa
El impuesto progresivo sólo puede in- •suerte á los electores más numerosos, pa-
vocar el argumento anterior, completa- ra cargar todo el peso de los impuestos,
mente especioso. No descansa en ninguna únicamente á una fracción del cuerpo elec-
Tazón de equidad, ofrece los más graves toral, violaría el principio de igualdad y
inconvenientes prácticos y encierra el ger- conduciría al despilfarro y á la opresión.
men de una verdadera expoliación. La proporcionalidad del impuesto, es
En equidad, cada ciudadano debe par- decir, la tasación uniforme respecto de las
ticipar en los gastos públicos, en propor- rentas de todas clases, es una regla muy
ción á los servicios que le presta el Esta- simple y de la más fácil aplicación; la pro-
d o y de la parte de influencia que ejerce gresividad, por el contrario, no contiene
e n la conducta del gobierno. Hemos di- en sí misma ningún punto fijo, implica las
cho que la mayor parte délos nuevos ser- más arbitrarias combinaciones, es de muy
vicios del Estado moderno, los departa- difícil aplicación é inevitablemente con-
mentos y ayuntamientos, como la educa- duce á los mayores abusos.
ción, la higiene, beneficencia, etc., y en La experiencia demuestra que las peque-
cierto modo las obras públicas, los usan ñas rentas forman principalmente la ma-
mueho más las clases más numerosas y yor masa del conjunto de las rentas de una
menos ricas de la nación, que las más ele- nación; si, pues, se adoptase un impuesto
vadas. Si esta observación es ya verdade- progresivo moderado, no produciría más
r a en lo que concierne al Estado propia- que un impuesto proporcional; si, por el
mente dicho, lo es mucho más todavía res- contrario, se establece un impuesto de pro-
pecto de los servicios municipales. Ade- gresión rápida, absorbe una parte tal de
más, con el sufragio universal, las clases las rentas de algunas clases de asociados,
más numerosas y de menor fortuna, son que impulsaría á la ocultación de la for-
tuna, la emigración de los capitales y la justamente la misma proporción que la
disminución del ahorro, y desalentaría el que existe entre 3,900 y 30 mil millones:*
espíritu de empresa. Se tendría así un solo impuesto, ahorrán-
Se ha experimentado el impuesto pro- dose todas las formalidades á las que están
gresivo en algunos cantones suizos, con sujetas los impuestos múltiples. _
los peores resultados, haciendo huir los Diversas consideraciones impiden que
capitales y las industrias, como aconte- se proceda de un modo tan sencillo. En
ció recientemente en el cantón de Vaud. primer lugar, jamás se sabe exactamente
Un publicista cuyas tendencias eran sin cual es la renta de todos los habitantes de
embargo socialistas, Proudhon, juzgó des- un país, y es más difícil todavía conocer
deñosamente el impuesto progresivo como las rentas ele un individuo; muchas perso-
pamplina ó juguete fiscal es decir de nece- nas no saben ni ellas mismos á cuanto as-
dad. Es un impuesto cuya madre es la en- ciende su renta. Solo habría dos medios
vidia y tiene por hija á la opresión. para comprobar las rentas de los asocia-
La estricta proporcionalidad del impues- dos: aceptar la declaración que hiciesen,
to con los elementos de los contribuyen- ó cuotizarlos autoritariamente, según la
tes, es la única regla justa, fija, fácilmente estimación de los agentes del gobierno ó
aplicable, y también la única que puede los mandatarios designados. El uno y el
inspirar á todo el cuerpo electoral la eco- otro medio conduciría á numerosos erro-
nomía y la buena gestión de los negocios res, teniendo los ciudadanos diversos gra-
públicos. dos de conciencia, y poder los agentes ó
La unidad y la multiplicidad del wvpues- auxiliares del fisco ser engañados por las
¿o.—¿Debe el impuesto ser único ó múl- circunstancias, ó bien influenciados por
tiple? La unidad del impuesto seduce al sus sentimientos ó pasiones. Estos erro-
espíritu á primera vista. Suponiendo que res, en el sistema de un impuesto único,
el conjunto de las rentas de los habitantes que naturalmente había de ser muy alto,
de un país, sea de 30 mil millones de fran- tendría consecuencias, desde el punto de
cos y que se necesita allegar para el
vista de la justicia, mucho más considera-
Estado, los departamentos y las munici-
bles, que las que pueden producirse res-
palidades, 3 mil 900 millones anualmente
pecto de un impuesto moderado. Algunos
¿porqué no exigir simplemente á cada ciu-
dadano el 13 p g de su renta lo que es asociados podrían encontrarse privados
de la totalidad, ó déla mayor parte-de su
renta.
Aun otra consideración contra el im- enormes, el impuesto único parece ser un
puesto único, es que por la imprevisión de
sueño infantil. .
cierto número de individuos, es sumamen-
te difícil obtener, en una sola forma, de El capital y la renta como base del im-
muchos contribuyentes, sumas de alguna puesto—Mucho se ha disertado para sa-
consideración. Los que desembolsasen re- ber si el legislador debe tomar como base
gularmente; aun bajo la presión del apre- del impuesto el capital ó la renta. De las
mio el 13 p 3 de sus rentas, del producto explicaciones dadas en los párrafos pre-
de sus propiedades, emolumentos ó sala- cedentes, resulta que la renta es, respec-
rios, constituirían minoría en los 38 millo- to de la generalidad de los impuestos, una
nes de franceses. base á la vez mas generalizada y mucho
más equitativa que el capital. Entrelos
Por la falta de conciencia de algunos cuidadanos de una nación que por su voto
de los que lo soportan y la complacencia V algunas veces por sus funciones, toman
•de quienes lo cobran ó íecogen, todo im- parte bajo su responsabilidad en la direc-
puesto contiene alguna desigualdad; el ción de los asuntos públicos, hay muchos
impuesto único, careciendo de contrape- individuos que no poseen capital, ó lo tie-
so alguno, sería el más inicuo de todos los nen muy pequeño. Si el impuesto recaye-
impuestos. En un sistema de impuestos ra ya exclusiva ó principalmente sobre
múltiples, por el contrario, los varios im- los capitales, resultaría como consecuen-
puestos se corrigen mùtuamente y los cia que una parte muy considerable, qui-
errores que se cometen no lastiman al zá la mayoría de la nación, no pagana
mismo individuo, ni á la misma clase, si- ninguna, ó casi ninguna cuota, ni contri-
no que en cierto modo se compensan y bución ó lo haría en muy pequeña pro-
destruyen. porción, para los gastos públicos. De esa
suerte nos encontraríamos con millones
En consecuencia, tanto en su propio de electores, consejeros municipales y ge-
interés, como en el de los contribuyen- nerales, diputados, senadores, administra-
tes, todos los Estados antiguos y moder- dores y funcionarios de todas_ las cate-
nos, así los de este continente como los gorías, que careciendo de capital, ó te-
del nuevo,han aceptado y practican el im- niéndolo apenas, dirigirían los negocios
puesto múltiple. A menos que los gastos públicos, y en ocasiones cometerían ral-
públicos no se reduzcan en proporciones tas, cuyas consecuencias no tendrían que
sufrir. Toda la gente á que nos acaba- 4 p g i no produce más que una renta
mos de referir, libres de la responsabilidad de 8 mil millones. Ahora bien, los gastos de
desús propios actos; podrían derrochar y Francia, sumando al del Estado, los pre-
malversar la cosa pública, sin contribuir supuestos de los departamentos y los ayun-
á los gastos que ordenasen, ni pagar el tamientos, son muy superiores á mil mi-
precio de los lucros á que se entregasen. llones de francos, suma que en relación á
Una legislación semejante sería contraria 80 mil millones que suman las rentas de
al sentido común y á los verdaderos inte- todas clases de los franceses, representa
reses permanentes del país. poco más ó menos una contribución en fa-
Se dirá tal vez que las personas que so- vor del Estado del 13 p § de las rentas.
lo tuviesen rentas, sin poseer capitales su- Por el contrario' si hubiera de obtenerse
frirían indirectamente, á causa del decai- la suma de 4 mil millones de francos, de
miento de los negocios y la disminución los 8 mil millones de rentas, procedentes
de las utilidades y los salarios Jas conse- de los capitales existentes, es decir, de las
cuencias de la mala dirección de la cosa rentas de los propietarios, capitalistas y
pública; pero esta repercusión es muy len- rentistas ele toda clase é importancia, se
to é incierta y apenas sensible para que se necesitaría confiscar cerca de la mitad
impresionen todos los espíritus: de esas rentas, y la operación sería im-
Hay otra razón que debe conducir á to- practicable á causa de las ocultaciones, y
mar como base habitual de cuotización los fraudes; el Estado jamás podría hacer
para el impuesto, la renta y no el capital, efectiva una contribución de ese género.
y es que el conjunto de los elementos que Sus esfuerzios para obtener ese resultado
constituyen las rentas de un país, es mu- ahuyentarían los capitales, y los que no
cho más considerable que las simples ren- se encuentran fijos en el suelo, los capita-
tas que se derivan de la posesión de los les muebles, huirían al extrangero. Los
capitales. No se estima en menos de 30 capitales muebles, retenidos por su pro-
mil millones de francos, la totalidad de pia fijeza, no podrían emigrar y soporta-
las rentas de todas clases de los france- rían los ataques del fisco; pero los capita-
ses: y en cuanto á la fortuna en capitales listas se desalentarían y dejarían de aho-
de Francia, no se puede valorizarla en rrar y formar capitales, lo que constituye
mas de 200 mil millones. Esta fortuna, el nervio de todos los progresos sociales;
tomando como base una renta media de al cabo de algunos años de semejante r é -
gimen, entraría en decadencia la nación, clases más opulentas del Globo, y gastan
como los países musulmanes. sus rentas, sin traer consigo sus capitales.
Por otra parte, no se tiene en cuenta Otra objeción grave del impuesto sobre
que gravando los capitales de preferencia el capital, es que, salvo en los casos de
á las rentas, resultarían beneficiados mu- venta ó partición, es excesivamente difí-
chos individuos que viven de un modo cil distinguir y valorizar si no todos los ca-
opulento, y deben mucho á la sociedad, pitales, al menos un gran número de ellos.
como aquellos que, sin tener fortuna ad- Sería pueril é implicaría una vejación,,
quirida, tienen utilidades profesionales pretender penetrar al interior de las casas
considerables, como los médicos, aboga- para gravar las alhajas y los objetos de
dos, artistas, profesores, los cantores, al- arte. Los diversos abastecimientos y las
gunas clases de comerciantes, corredores máquinas, como el material industrial, el
y comisionistas, altos funcionarios y toda mobiliario agrícola de una hacienda, son
esa legión de individuos acomodados y de una estimación muy delicada; lo mis-
expléndidamente remumerados, no paga- mo acontece respecto de muchas propie-
rían nada; generalmente en estos indivi- dades inmuebles, cuyo valor real es difícil
duos se encuentran las situacionos más en • de averiguar y solo se tiene una idea apr ox i-
vidiables; muchos de ellos ganan 10 mil mativa de él, cuando se conoce la renta
20 mil francos por año, otros de 40 á 50 que produce. La dificultad de valorizar
mil francos, algunos 100 y 200 mil francos con exatitud y seguridad los capitales, de-
anuales, y entre los médicos, cirujanos y be también inducir al legislador á referir
artistas más afamados, principalmente los los impuestos á las rentas.
cantores y actores, hay algunos que ga-
nan anualmente, 3, 4 y 500 mil francos, y En todos los países existen sin embar-
respecto de una ó dos individualidades go, algunos impuestos que recaen direc-
hasta un millón. El impuesto sobre el ca- tamente sobre los capitales; entre ellos se
pital, equivaldría á una excepción respec- encuentran los derechos de suceción y do-
to de estos grandes señores de diversas nación, que producen en Francia, al Es-
profesiones. Tampoco gravaría á la mayor tado, de 200 ó 220 millones de francos
parte de los 1.100,000 ele extranjeros que anuales; los demás derechos de mutación
se encuentran en el suelo francés y de los sobre los muebles, los valores mobiliarios
cuales algunos millares pertenecen á las y los inmuebles que producen de 200 á
210 millonos; muchos de los derechos del
timbre, principalmente los que se perciben una base de impuesto?, universal'amplia,
á razón del 1 p g sobre el capital, por las y fácilmente accesible, mientras que el ca-
acciones y obligaciones de las sociedades pital es una base estrecha y deleznable,
anónimas, en el momento de la emisión que deja fuera de sí, á numerosas clases de
de títulos. También se puede considerar asociados. En consecuencia, las rentas,
como un impuesto sobre el capital de na- más bien que los capitales, son las que de-
turaleza especial las tarifas llamadas de- ben servir de norma principal para la cuo-
rechos de garantía de los objetos como oro tización de los impuestos en un gran país.
y plata. Los impuestos que se perciben di-
rectamente de los capitales, bien rinden Incidencia del impuesto.—Un impuesto
en Francia de 500 á 550 millones para el no siempre queda á cargo de quien lo pa-
Estado.. ga. Así cuando un comerciante en azúcar
ó café, paga al Tesoro los derechos res-
Además, los diferentes capitales anual- pectivos, que son de cerca de 50 céntimos
mente pagan sobre las rentas que produ- por kilogramo, respecto del primer artícu-
cen numerosas contribuciones, como el lo, y más de un franco 50 céntimos para
impuesto raíz, el de puertas y ventanas, el segundo, generalmente no es el comer-
el impuesto mueble, una parte del de pa- ciante quien reporta esa carga. Comun-
tentes y el impuesto sobre las rentas de mente, salvo raras excepciones, es el com-
los valores muebles. prador, el consumidor, quien en definitiva
La parte de impuestos que recae en cubre el impuesto que el comerciante sola-
Francia sobre el capital, parece ser sufi- mente ha anticipado. Asimismo, la contri-
ciente. En los países en donde se ha pre- bución impuesta á las compañías de trans-
tendido sujetar la totalidad de los capita- portes, como el derecho del 12°/0 á los fe-
les existentes á tarifas rigurosas y siste- rrocarriles, sobre el precio de los pasajes,
máticas, como en las ciudades y conda- ordinariamente y casi en su totalidad, la
dos (subdivisión administrativa) de los Es- pagan los viajeros, aunque las compañías
tados Unidos de América, se ha tenido la enteren en el Tesoro. El impuesto so-
que reconocer que el impuesto general so- bre patentes de los comerciantes, queda
bre los capitales es vejatorio, desigual é en la mayor parte de los casos, á cargo de
impracticable. Así lo comprueban diver- los consumidores, quienes pagan las mer-
sos proyectos recientes de reforma. cancías más caras de lo que las pagarían,
En una palabra, las rentas constituyen no siendo tan altos los gastos generales de
33
obtener esa reflexión completa, y se ven
los comerciantes. Se llama incidencia del obligados á soportar personalmente una
impuesto la reflexión del que lo satisface parte de esas contribuciones.
a i Tesoro Público, sobre otra persona de Las dificultades que provoca el proble-
q u e el Fisco no tiene conocimiento algu- ma de la incidencia del impuesto y su re-
n o y en ocasiones, ni siquiera ha tomado en flexión, en las diferentes capas sociales, de-
-consideración. terminan los graves inconvenientes de es-
Los casos de incidencia de impuesto, tablecer impuestos, y aún de substituir, sin
son muy numerosos y delicados. General- maduro exámen, por otras nuevas, las con-
mente es muy difícil averiguar de antema- tribuciones viejas que el país conoce, y
n o quien reportará en último resultado, ha soportado por largo tiempo y á las que
después de todas las reflexiones, el grava- se ha adaptado el cuerpo social..
men de una contribución. Cuando se de-
creta, por ejemplo, un impuesto, bien so- Las reformas de impuestos deben efec-
T)re los materiales que sirven para cons- tuarse mucho menos por la substitución de
truir casas, ó ya sobre el arrendamiento un impuesto antiguo por otro nuevo, que
de las mismas casas, se cree algunas veces por la vía de la disminución del impuesto,
que los propietarios de casas sufren el im- es decir, valiéndose del aumento de la
puesto; á menudo pasa así, pero no siem- producción de los impuestos, en las épocas
pre; si el país es próspero y aumenta. su de prosperidad, para disminuir ó suprimir
población y se necesitan por consecuencia las antiguas contribuciones que son poco
casas nuevas, los impuestos sobre casas, recomendables. Un gobierno previsor é in-
Tecaerán en definitiva, no sobre ios capi- teligente, encuentra con facilidad, en los
talistas que las construyen, sino sobre los superabit de los periodos prósperos, el
locatarios. medio de mejorar gradualmente el siste-
ma fiscal de un país.
La incidencia de los diferentes impues- Impuestos directos. Sus ventajas é incon-
tos varía mucho, 1 según que el país se en venientes. La multiplicidad de los impues-
cuentre en prosperidad ó 110: en el primer tos, ha determinado su división en dos
<easo, los productores podrán más fácil- grandes grupos: impuestos directos é in-
mente descargar en los consumidores el directos. Los impuestos directos se esta-
peso de las contribuciones impuestas á blecen por registros, memoriales de las
sus negocios ó productos; en el segundo personas, y la posesión ó el goce de las
caso, los productores son impotentes para
riquezas; como el impuesto personal, eí •eos y haya estado en vigor en toda la ex-
raíz, el cíe puertas y ventanas, el mobilia- tensión del territorio francés treinta años;
rio; entre nosotros se añade á este grupo,, aunque desde 1800, en cinco ó seis ocasio-
el impuesto ele patentes. nes, se haya disminuido el peso de los im-
Los impuestos indirectos se hacen afec- puestos en los departamentos que se tenían
tivos con motivo de un hecho, un acto á por más gravados, se sabe que el impues-
un consumo, como los derechos de regis- to raíz se encuentra mal distribuido en
tro, los del timbre, de transportes y sobre Francia. Constantemente se ha venido soli
ciertos artículos, como el azúcar, el taba- citando la igual repartición de ese impues-
ca, el alcohol, el café etc. to, es decir una labor administrativa que
Mucho se ha disertado acerca de los tienda á hacerlo más equitativo; pero las
méritos é inconvenientes de estas dos ca- Cámaras han retrocedido tanto por los
tegorías de impuestos. Cada uno de ellos gastos, cuanto por las dificultades casi in-
tienen sus partidarios exclusivos. En prin- superables ele la empresa Esta obra de
cipio el impuesto directo sería el mas igualación del impuesto raíz, no se podrá
equitativo; pero es casi imposible radicar- aplazar indefinidamente; pero es necesa-
lo bien. Hasta respecto de aquellos im- rio no forjarse ilusiones, es imposible es-
puestos directos que ofrecen una base tablecer un impuesto raíz que fije exacta-
completamente determinada y visible y mente la misma cuota sobre todas las ren-
así invariable, como el impuesto raíz, la tas. Sobre todo en la época actual, en que
dificultad de una aplicación exacta é igual la agricultura tiende á volverse industrial
aparece casi como insuperable. Es bien y por consiguiente participa de la movi-
sabido por todos, que en algunos departa- lidad de la industria, y los progresos de
mentos determinado ayuntamiento repor- la ciencia modifican frecuentemente el or-
ta la mitad de las contribucianes que el den de los valores de los terrenos, por ra-
ayuntamiento vecino y que hasta en un zón de su calidad, y varía de un modo con-
mismo ayuntamiento, alguna propiedad tinuo el precio de los artículos, se necesi-
paga en relación á sus rentas, dos ó tres taría tener mucha ligereza, para creer que
veces más que otra. Aunque el catastro, pudiese hacerse una clasificación exacta
es decir, el estado descriptivo de las pro- de las rentas de las propiedades, durante
piedades hecho al principio de este siglo, cuatro ó cinco años siquiera. Necesario
haya costado cerca de 200 millones defran- sería en ese caso recomenzar continua-
tribueión sobre las utilidades presuntas de
mente esa obra de clasificación: el velo de
industriales y comerciantes, aunque ci-
Penélope sería la imagen de esa intermi-
mentado en bases relativamente fijas-, á
nable é ineficaz labor.
causa del número de oficios y empleados,
Lo que es cierto del impuesto raíz, tam-
así como la importancia de los locales,
bién lo es respecto del impuesto sobre bie-
también da lugar á muchas recrimina-
nes muebles, ó contribución sobre el valor
ciones. Es en efecto muy dificultoso_ darse
de arrendamiento de las casas. En las
cuenta de la influencia real que ejercen
grandes ciudades en que la mayor parte
en los beneficios, las condiciones materia-
de las casas están arrendadas, siquiera es
les en las que se practican dos industrias
relativamente fácil darse cuenta del valor
semejantes. Determinado individuo con
de los arrendamientos, decretando el regis-
una pequeña tienda puede obtener mayo-
tro obligatorio de los contratos respecti-
res utilidades que otro con una gran tien-
vos; pero en las pequeñas ciudades y en
da. Cuando se trata de igualar completa-
el campo, donde las casas se encuentran
mente los impuestos directos, siempre se
en su mayor número ocupadas por el pro-
tropieza con estos dos obstáculos: la ines-
pietario, sin haber sido objeto jamás de un
tabilidad de las situaciones en las socie-
arrendamiento, la valuación del valor de
dades modernas, en donde todo se modifi-
locación necesariamente tiene mucho de
ca con una rapidez antes desconocida y
arbitraria. Por escasas que sean las pre-
la falibilidad ele los hombres, los exactores
ferencias ó los odios que puedan tener los
del impuesto, quienes están sometidos á
agentes del fisco ó los repartidores, pue-
muchos errores de opinión y á todas las
den fácilmente respecto de dos casas que
influencias de los sentimientos y las pa-
apenas difieren en importancia, doblar ó
siones.
por lo menos aumentar la imposición de
una respecto de la otra. Si á esto se agre- Además de los impuestos directos que
ga que las modernas sociedades de régi- recaen sobre las diversas formas de las ren-
men electivo, están envenenadas hasta en tas, varias naciones han establecido un
las últimas aldeas, por rivalidades y odios, impuesto general sobre las rentas, que ge-
se podrá ver hasta qué punto los impues- neralmente se fija en vista de la declara-
tos directos, justos en principio, pueden en ción de los causantes, comprobada por los
la práctica alejarse de la equidad. agentes del fisco. Como no todos los hom-
bres tienen el mismo género de concien-
El impuesto de patente, es decir, la con-
cia, y como por otra parte no todos dan á
ficultad de hacerlos efectivos entre los cau-
sus rentaselmismo empleo, ni cuentan con
santes en pequeño. Los que viven con el
iguales elementos niel mismo plan de vida,
día y no tienen el hábito de economizar,
siendo unos pródigos y otros económicos,
no pueden pagar regularmente al Estado
el impuesto general sobre las rentas, ja-
ó la ciudad, ningún impuesto directo,por
más puede alcanzar en las mismas propor-
reducido que sea. (1) Por esta razón se
ciones á todos los contribuyentes. Algu-
ha excepcionado en Francia del impuesto
nos encuentran el medio de disimular más
personal y hasta del impuesto mobiliario
que otros, y no se puede escapar de este
álas poblaciones rurales, recuperándose
inconveniente, que apenas se aminora ha-
esos impuestos por medio de derechos al-
ciendo muy minuciosas y muy intensas
cabalatorios sobre los artículos de con-
las pesquisas de los agentes fiscales. En
sumo. Por igual razón en Rusia se ha te-
este sentido, se reprocha á los impuestos
nido quo renunciar á la parte de la con-
generales sobre las rentas, ser inquisitoria-
tribución personal denominada "impuesto
les y hacer pagar á un hombre de bien
de clases» que recaía sobre los obreros y
que vive á la luz del día, más que al astuto
pequeños propietarios. Para hacer llegar
y al avaro.
los impuestos directos hasta los causantes
En definitiva los impuestos directos cua- en pequeño, es necesario un personal con-
lesquiera que sean, se hallan lejos de ob- siderable, enormes legajos y expedientes,
tener en la práctica las ventajas que en mucho rigor y repetidos juicios y em-
teoría se les reconoce. Xo son practicables, bargos.
libres de vejámenes y tolerables sino á
condición de establecerlos á tipos muy Por esas razones todos los Estados, sin
moderadas. En ese caso los errores de ca- excepción alguna, no consideran el im-
lificación 'ise soportan con resignación y puesto directo sino como uno de los ra-
paciencia; pero si se pretendiese obtener mos, y aun como ramo secundario, de su
por medio de ellos la totalidad ó la mayor
parte de los recursos del Estado, pronto _ (1) En muchos Estados de la República, se tro-
pieza con graves dificultades administrativas para
se ad vertiría que esa clase de impuestos, hacer efectivo el odioso impuesto personal, repro-
es impotente, sin enormes injusticias, de bado acremente por la ciencia económica. Frecuen-
producir grandes rentas. Otro inconve- temente para su cobro, se ocurre á medidas coer-
niente de los impuestos directos, es la di- citivas que por lo general constituyen un verda-
dero atentado.—(N. del T.)
régimen fiscal. Si á él se agrega en de registro y del timbre se encuentran en
Francia, como debe hacerse, el impuesto ese caso; gravitan sobre la fortuna. Así
sobre la renta de los valores muebles que mismo los derechos de sucesiones y dona-
la administración clasifica malamente en- ciones que producen en Francia cerca de
tre las contribuciones indirectas, los im- 220 millones de francos, son evidentemen-
puestos directos producen al Estado y á te, si no en un año determinado, al menos
las demás entidades, muy cerca de mil mi- en el transcurso del tiempo, proporciona-
llones de francos, respecto de una cifra to- les á las riquezas de los contribuyentes:
tal de 3 mil, 700 á 800 millones de impues- los que nada heredan no tienen que pagar
tos en números redondos, deducción hecha nada, y los que heredan poco, pagan po-
de lo que, en los recursos del Estado y las co. Los derechos por transmisiones entre
entidades, representan las rentas de domi- vivos de propiedades y valores muebles,
nios, bosques, bienes municipales, etc., y que rinden al Estado 210 millones de fran-
el valor de servicios suministrados, co- cos, guardan también una proporcionali-
mo son los productos del correo y el telé- dad bastante exacta con el grado de for-
grafo. Los impuestos directos propiamen- tuna ó de comodidad, puesto que aquellos
te dichos, rinden en consecuencia, entre que no tienen capitales ni propiedades, no
nosotros, cerca del 25 ó 26 por 100 del to- son compradores ni vendedores de inmue-
tal de los impuestos del país. bles ó valores mobiliarios, y aquellos que
sólo hacen adquisiciones de poca impor-
Impuestos indirectos. Sus ventajas é in-
tancia, tienen que pagar poco al fisco.
convenientes,-El 74 ó 75 por 100 restante,
Los derechos sobre los arrendamientos y
procede de los impuestos llamados indi-
los seguros, los derechos del timbre sobre
rectos. Según una opinión muy generali-
acciones y obligaciones, el timbre de los
zada, esta contribución no guarda relación
cheques, recibos y efectos de comercio, es-
alguna con la fortuna de los causantes, y
tán también en relación habitual, si no cons-
exige lo mismo del individuo mediana-
tante, con la fortuna del contribuyente.
mente acomodado, que del rico. Esta es
Si se considera que los derechos del tim-
una concepción por completo errónea.
bre y de registro producen al Estado más
Entre los impuestos llamados indirec- de 700 millones anualmente, puede admi-
tos, hay muchos que son los más propor- tirse que de esta suma, 600 millones
cionados con la fortuna de los contribu- porlo menos, son aproximativamente pro-
yentes. La mayor parte de los derechos
porcionales á la situación de los causantes. fo) cercr de 1,800 millones guardan una
Otros impuestos, entre los que se desig- relación bastante estrecha con la fortuna
nan con el nombre de indirectos, se en- de los contribuyentes. Estos 1,800 millo-
cuentran en el mismo caso, como los 56 nes, gravan casi únicamente á los indivi-
millones de francos que producen los de- duos que tienen algún patrimonio, ó por
rechos sobre los pasajes de ferrocarriles y lo menos rentas de cierta consideración»
coches de alquiler y los expresos de gran Ahora bien, si se tiene en cuenta que las
velocidad. Este es un impuesto, última- grandes rentas y las medianas están muy
mente reducido, que tiene cierta propor- lejos de constituir ni la mitad del total
cionalidad con la fortuna; principalmen de las de una nación, el hecho citado, es
te grava á las clases acomodadas y ricas la primera prueba de que la proporciona-
de la nación, á las que van al campo, á lidad de los impuestos respecto de las ren-
tomar aguas y á los baños de mar, y hacen tas, no se encuentra violada de un moda
frecuentes viajes. inmoderado, en el actual sistema francés.
La primera categoría de impuestos in- —Los 3,900 millones aproximadamente
directos, la que grava las mutaciones y restantes, los producen las contribuciones
translaciones, tienen, en consecuencia, una sobre los consumos propiamente dichos,
relación bastante sensible con la fortuna. y se perciben unas en el interior por la ad-
En este sentido se aproxima á los impues- ministración de contribuciones directas,
tos directos, y ofrece la ventaja de que, otras en las aduanas, es decir, en las fron-
en general, se satisface con más facilidad teras, y algunas á la entrada de las ciuda-
y mejor voluntad; sin embargo, es nece- des, con el nombre de derechos de consu-
sario no exagerarla. Los derechos de re- mo. Los impuestos de consumos represen-
gistro, son en Francia, en su mayor nú- tan, el deseo del legislador de hacer con-
mero, excesivos y algunos de ellos veja- tribuir á los habitantes de un país, en pro-
torios. porción á á sus gastos. Si los impuestos
Cuando se examina atentamente el sis- de consumos pudiesen estableserse en tér-
tema fiscal francés, se advierte que de los minos que ese deseo quedase por comple-
3,700 millones de impuestos, (deducido lo to realizado, el sistema fiscal se aproxi-
que producen los dominios del Estado y maría mucho á la equidad. En efecto con
los ayuntamientos, así como los servicios la salvedad de los avaros y algunos indi-
industriales como el correo y el telégra- viduos económicos, que desde luego con-
tribuyen con el pago de los impuestos tes de una intervención demasiado intensa
directos y las contribuciones sobre mu- en el comercio, así como los gastos muy
taciones y giros ó negocios, la generali- elevados de percepción. Estos impuestos
dad del público gasta la mayor parte de adolecen del defecto de no poder tener en
sus haberes, de suerte que un impuesto consideración, en la mayor parte de los ca-
que fuese proporcional á la totalidad de sos, sino las cantidades y no las calidades.
los gastos, no dista de serlo á la totalidad Así el impuestoestíl mismo, poco más ó me-
de las rentas. nos, para cada hectólitro de vino, ókilógra-
Pero los impuestos de consumo, no mode café, sean esos artículos de calidad
pueden referirse, sin excepción á todos los suprema ó inferior. La sencillez así lo re-
consumos, porque se hacía necesaria una quiere; sería difícil proceder de otro mo-
labor muy minuciosa que exigía una in- do, sin muchas complicaciones y embara-
quisición exagerada y fuertes gastos de zos.
percepción. Ha sido menester elegir de- Esto constituye un inconveniente de las
terminado nñmero de artículos que por la contribuciones sobre los artículos de con-
generalización de su consumo, y la facul- sumos, que está en cierto modo compen-
tad de precisar su producción, se prestan sado por el hecho de que las clases ricas y
mejor para la fijación del impuesto. En acomodadas pagan impuestos directos y
todos los países, las bebidas, el azúcar, el contribuciones de mutación, que no lle-
café, el tabaco, los aceites, algunas veces gan á los individuos desprovistos de capi-
la sal y la estearina, y por último en las tales. Estos solo pagan en razón de sus
aduanas, la mayor parte de los objetos ex- gastos, y aquellos pagan á la vez por sus
tranjeros manufacturados, son los artícu- capitales, sus rentas y sus gastos.
los que el fisco grava de preferencia. Ge-
neralmente se tiene cuidado de exceptuar, Los impuestos sobre los artículos de
y este es un deber de humanidad y políti- consumo tienen el inconveniente de exi-
co, las substancias esencialmente necesa- gir determinadas formalidades y la su-
rias para la vida, como el trigo, la harina jeción de algunas clases del comercio á
y el pan. los agentes fiscales; pero tienen la venta-
ja de que la generalidad del público, los
Los impuestos de consumo deben con- cubre sin ninguna dificultad ni inquisición,
centrarse sobre un número reducido de en cuotas pequeñísimas en el momento
artículos, á fin de evitar los inconvenien- que le es más cómodo, es decir, cuando
compra mercancías. Los impuestos indi- sumo, no los menos importantes, que tie-
rectos á los que estamos habituados, pro- nen una correlación evidente con la mane-
vocan en la masa del públic 3 menos re- ra de vivir de las gentes, es decir, aproxi-
clamaciones y descontentos que las con- mada á la fortuna de ios contribuyen-
tribuciones directas. tes.
Los impuestos indirectos también ofre- Tales son los derechos de consumo que
cen, además ele su facilidad de percepción,, gravan los materiales destinados para la
la ventaja de que, en las épocas próspe- construcción de casas, y que constituyen
ras que forman la mayor parte de la vida- una especie de impuesto sobre el capital
de las naciones, su rendimiento aumenta de la futura casa; asi como también los
espontáneamente por el simple desarrollo derechos sobre los combustibles y alum-
de los negocios y los consumos. Esta ines- brado, que son proporcionales á la ampli-
timable cualidad de aumento espontáneo tud de las habitaciones, y la costumbre de
ha permitido á las finanzas de la mayor calentar y alumbrar un gran número de
parte de los pueblos civilizados, mante- piezas, comprendiendo las escaleras, co-
nerse desde hace un siglo, no obstante los rredores etc; igualmente se encuentran en
enormes gastos de los gobiernos. ese número los derechos sobre forrajes
que sobre todo inciden en las personas que
Los impuestos indirectos fueron de pron- tienen coches particulares, ó emplean los
to objeto de críticas exageradas; así las de sitio. La única parte de los derechos
alcabalas ó derechos de entrada á las ciu- de consumo justamente censurables, es la
dades que se cuentan entre las más cen- que grava los vinos en las grandes ciuda-
suradas, están muy distantes de merecer des, con rigor excesivo. Si se tiene en
todos los ataques que se les ha dirigido. cuenta que el impuesto mobiliario ó de
Sin duda alguna no son exactamente pro- arrendamientos, en las grandes ciudades
porcionales á las rentas de los causantes; de Francia, no grava las pequeñas habita-
mas tampoco son impuestos de capitación, ciones, principalmente en Paris aquellas
es decir, uniformes por unidad de habitan- que rentan menos de 500 francos anuales, se
tes. Fuera de que en una casa rica, en don- aceptará que las desigualdades de los dere-
de á menudo hay invitados, se consume chos alcabalatorjos, y algunos impuestos
mayor cantidad de carne, pastas, pesca- indirectos de consumo, tienen un correcti-
dos, vino y licores, que en el hogar de un vo en la exención concedida á la mayor
obrero, hay determinados derechos de con-
34 "
parte de los causantes muy en pequeño, ser más inconvenientes que los primeros.
respecto de los impuestos directos. En todo caso es un principio de que el
Disminuyendo en sus dos terceras par- legislador no debe alejarse, que los aso-
tes los derechos de consumo sobre vinos ciados, sin excepción alguna, deben con-
en las grandes ciudades, sería muy tole- tribuir para las cargas públicas en cuan-
rable esa alcabala. Las dos grandes ca- to posible sea, proporcionalmente á sus
tegorías de contribuciones, las directas y rentas. (1)
las indirectas, tienen pues cada una de-
fectos é incovenientes, que en cierto mo- (1) Véase para estos puntos nuestro Tratado de
do se corrigen recíprocamente. Los Es- la ciencia de las Finanzas 6 edic. t. I o .
tados no pueden prescindir de ninguna de La considerable reducción de los derechos de con-
las dos. T o d o proyecto de reforma que sumo sobre bebidas higiénicas, á consecuencia de
pretendiera abolir cualquiera de esos ra- una ley votada de 1897, así como la reforma del
proyecto de los derechos del Estado sobre las pro-
mos de las rentas públicas, terminaría en pias bebidas, aligeraron notablemente el peso de las
el empobrecimiento del Tesoro, a la vez contribuciones indirectas sobre las clases pobres, y
que en una cuotización arbitraria é inicua. las medianamente acomedadas; en cuanto á los 300
millones de francos, que sobre poco más ó menos
U n Estado que gasta mucho, se encuen- producen los derechos de Estado sobre los alcoho-
tra en la necesidad de mantener muchos les, un moralista no podrá encontrar.esa cifra dema-
impuestos considerables; en ese caso se siado elevada, dados los ¡males que el alcoholismo
"hallan actualmente la mayor parte de las causa en el orden social, de la familia é individual.
naciones civilizadas, y con particularidad
Francia.
La verdadera reforma de los impuestos,
debe tener por punto de partida, un régi-
men de rigurosa economía, que deje dis-
ponibles los superabit que produzcan las
contribuciones en las épocas de prosperi-
dad. Se podrá así ocurir á estos elemen-
tos para disminuir ó suprimir los impues-
tos más inconvenientes, sin la premiosa
necesidad de sustituirlos por otros, cuya
experiencia quizas vendría á demostré
regulares y uniformes, además de tener
que ejecutar algunas veces determinadas
obras extraordinarias y urgentes; obliga-
do, por otra parte, á confiar, para la per-
cepción de los ingresos y la ejecución de
CAPITULO III. los egresos, en funcionarios de todas cla-
ses, muy numerosos y diversos, que es ne-
PRESUPUESTOS Y DEUDAS PUBLICAS.
cesario inspeccionar muy de cerca para
evitar los despiltarros y derroches, un Es-
Definición de presupuesto.—Preparación y presen- tado, para estar bien administrado, nece-
tación del presupuesto.—Capítulos clel presupues- sita quedar sujeto á un orden y una vigi-
to y especialización de los mismos.—Créditos su- lancia mucho mayores, y á un rigor y una
plementarios y extraordinarios.—sPreSUpuesto de exactitud más grandes, que el particular
ingresos y valuación de los mismos. - ¿ T o d o s los
egresos y los ingresos deben quedar comprendi-
tenido por más minucioso y delicado. El
dos en el presupuesto anual?—Voto anual de los procedimiento que los pueblos civilizados
egresos.—Excepciones de esta regla en algunos han adoptado para llegar á un orden, vi-
países.—Estudio del presupuesto por las Cáma- gilancia, exactitud y rigor semejantes, es
ras.—Cualidades esenciales que debe tener el lo que se llama presupuesto.
presupuesto.—Aumento de los presupuestos y los
derechos públicos. —Deber de amortización. El presupuesto es un estado de previ-
sión de los ingresos y los egresos, duran-
Definición de presupuesto.—Un Estado te un periodo determinado. Es un cuadro
no puede vivir con el día, depositando en valuativo y comparativo de los ingresos
sus arcas los ingresos á medida que los por percibir y los egresos por efectuar.
percibe, y sacando de ellas, sin orden al- El periodo determinado al que se refiere
guno, lo que cree necesario para sus gas- un presupuesto, está limitado en la mayor
tos, teniendo que paralizar y suspender parte de los pueblos civilizados á un año;
sus servicios públicos cuando los recursos antiguamente algunas naciones, ó mejor
dejan de afluir. Semejante conducta, inex- dicho algunos pequeños estados, votaban
plicable por lo que á un particular respec- presupuestos que se aplicaban durante dos
ta, sería además impracticable tratándose -años consecutivos. En la actualidad todos
de un Estado. Teniendo que sostener ad- los Estados tienen un presupuesto anual.
ministraciones fijas y que llenar funciones Los diversos poderes públicos, el gobier-
no y las Cámaras, deben procurar hacerse tal modo distribuida entre varios cente-
cargo de la manera más escrupulosa, an- nares de individuos, que podría conside-
tes de la apertura del año financiero, de rársela como no existente.
los ingresos y los egresos que á ese ejer- El presupuesto se presenta por los mi-
cicio se refieren. nistros no en conjunto sino detalladamen-
Preparación y presentación del presic- te. No se propone, por ejemplo, al Parla-
puesto.—El gobierno, es decir, los minis- mento francés votar una suma redonda de
tros, varios meses antes de la apertura del 3,500 millones de egresos y 3,500 millones
año financiero llamado ejercicio, deben de- de ingresos. Se proporciona á las Cáma-
positar en las Cámaras el proyecto de pre- ras para que puedan ilustrarse y votar el
supuesto. Corresponde á los ministros, y impuesto con conocimiento de causa, un
no á las Cámaras ni á ninguna delegación cuadro pormenorizado de los gastos públi-
de ellas, la atención de preparar y presen- cos, los que se distribuyen primero entre
tar el presupuesto. Unicamente los minis- los diferentes ministerios, después, en el
tros, en efecto, por estar al frente de las interior de cada ministerio en secciones, y
diversas administraciones permanentes, respecto de cada sección en capítulos. So-
tienen las informaciones suficientes para bi'e cada uno de estos capítulos, recae un
darse cuenta exacta, tanto de los servi- voto especial del Parlamento. El egreso ó.
cios varios delEstado, como déla cifra pro- gasto así votado, respecto de cada capí-
bable de los diversos recursos que se pue- tulo, se llama crédito.
dan obtener. No se podría discutir ni res- Tomando como ejemplo el presupuesto
tringir á los ministros la función esencial francés para 1898, fué presentado come
de preparar el presupuesto, por ser ellos sigue: primeramente el presupuesto de
en la mayor parte de los países, respon- egresos del ministerio de Hacienda, que
sables ante las Cámaras y el Soberano de contiene cinco partes; la primera está in-
la dirección de los negocios públicos. Si tegrada por los egresos originados por la
las Cámaras compuestas de 400 á 700 in- deuda pública, y distribuida en 39 capítu-
dividuos, pretendiesen substituir más ó los distintos; la segunda parte de ese mi-
menos á los ministros en la preparación nisterio, contiene cinco capítulos que se
del presupuesto, se tendría el peligro de refieren á la dotación de las grandes pode-
caer en el desorden administrativo; la res- res públicos, es decir del Presidente de la
ponsabilidad financiera se encontraría de República y las dos Cámaras: la tercera
parte, en 16 capítulos, se relaciona á los por el ministro de Hacienda, contiene di-
egresos generales de la administración versas notas sobre los diferentes servicios, y
central del ministerio de Hacienda; la cuar- principalmente algunas explicaciones acerca
ta parte, con 39 capítulos, se refiere á los de los capítulos cuyas cifras difieren de las
gastos de administración, percepción y ex- aprobados el año anterior.
plotación ele los impuestos y demás ren- Los capítulos del presupuesto, tienen aún
tas públicas; la quinta parte del propio una segunda utilidad; se acaba de ver que
ministerio, solo trata en sus seis capítulos el Parlamento emite sobre cada uno de ellos
de los reintegros, restituciones, clases pa- un voto especial. La suma votada para ca-
sivasy firmas. Así,solamente el presupues- da capítulo, no puede ser distraída de su ob-
to del ministerio de Hacienda, está dividi- jeto ; si al concluir el ejercicio, es decir el
do en cinco partes y 105 capítulos, sobre año financiero, no se ha agotado la totali-
cada uno de los cuales, las Cámaras de- dad de la suma destinada para determinado
ben emitir un voto distinto. Vienen en se- servicio, el Gobierno no tiene el derecho de
guida los otros diversos ministerios: el de disponer del remanente para cubrir el ese-
Justicia con 23 capítulos; el de Relaciones dente de los gastos de otro capítulo, en el
Exteriores con 24; el de ío Interior con 81 que los ministros quisiesen erogar una can-
capítulos; después los ministerios de Gue- tidad mayor que la votada. El procedimien-
rra, Marina, Colonias, Instrucción Pública, to que consiste en que el gobierno distraiga
Cultos y Bellas Artes, Comercio é Indus- parte de la dotación de un capítulo, consielera-
tria, Agricultura y Obras Públicas: cada do como ampliamente provisto, para aplicar-
uno de estos ministerios contiene 20, 30 y la á otro capítulo que se reputa insuficien-
y hasta 100 capítulos de egresos, compren- temente dotado, está rigurosamente conde-
diendo todo el presupuesto de egresos nado por la mayor parte de las legislaciones
francés, de 750 á 800 capítulos distintos. de presupuestos. Los ministros deben pues
Capítulos del presupuesto y especializa- limitarse á las sumas especialmente dedica-
ción .—La utilidad de los capítulos es doble; das para cada capítulo ; esto es lo que se llama
no debiendo contener cada uno de ellos más régimen de presupuesto especializado. Si un
que un sólo y único egreso, se facilitan así capítulo ha sido con demasiada largueza do-
el di' tamen y la discusión del presupuesto, tado, y no se gasta la totalidad de la suma
a,demás de una"Exposición general de mo- dedicada, el resto, el remanente, según el
tivos,' 1 especie de examen en globo hecho lenguaje técnico, debe sentarse entre loa
créditos anulados; es decir, es borrado al ves, una inunda ion, una escazez. que ha-
concluir el ejercicio, del presupuesto de in- gan encarecer los víveres del ejército, pue-
gresos, el que se disminuye en una cantidad den determinar que la dotación primitiva de
igual. algunos capítulos, rasulte manifiestamente
El régimen de presupuesto etrictamente insuficiente. En ese caso es necesario sub-
especializado, es ventajoso desde el punto sanar tales insuficiencias, por que 110 se
de vista político y administrativo; contiene pueden suspender los servicios públicos. Se
la arbitriaridad de los ministros y evita los solicitan entonces nuevas autorizaciones que
despiltarros. No obstante, no se debe extre- se llaman créditos suplementarios, si se tra-
marlo demasiado, por que de ser a-í, se cae- ta simplemente de un suplemento, de un gas-
ría en otro inconveniente; los ministros de- Jo ya previsto en el presupuesto, como un
ben tener dentro de su responsabilidad, cier- aumento de las sumas dedicadas al substen-
ta amplitud de acción; si se restrigen sus to de 'as tropas, ó la compra de caballos
actos dentro de límites demasiado estrechos para el ejército, y que llevan el nombre de
y del todo inflexibles, se hace muy difícil la créditos extraordinarios, cuando se trata
administración, sin obtenerse jamás la eco- de un ingreso no previsto en el presupuesto
nomía que se procura. No se necesita que primitivo, y que 110 se relaciona á ningún ca-
un presupuesto contenga un número exce- pítulo del mismo, por ejemplo, un millón de
sivo de capítulos, y que haya por ejemplo, francos para ser di-tribuido como auxilio á
un capítulo para los gastos de escritorio del las víctimas de un temblor de tierra, de una
Ministerio, otro para el carbón ó leña para inundación ó de una epidemia de cólera, si
la calefacción, otro para el alumbrado, etc. ninguna suma figuraba para ese efecto, en
lo que equivaldría á descender hasta la ni- el presupu&to primitivo.
miedad, sin dejar al Gobierno iniciativa de
ningún género, en circunstancias que pue- Los créditos suplementarios y extraordi-
den ser variables. narios constituyen un gran peligro en los
presupuestos; si son numerosos y de conside-
Créditos suplementarios y extraordina- ración, cambian notablemente la cifra délos
rios—Yotándose el presupuesto antes del ingresos, aumentándola más allá de toda
principio del ejercicio ó sea del año finan- previsión, y determinan á veces que los gas-
ciero, pueden presentarse atenciones impre- tos excedan de los ingresos. Por ese motivo
vistas ; determinados acontecimientos,, por se les debe evitar y restringir en cuanto sea
ejemplo, para no referirnos á otros más gra- posible, sin que se pueda esperar, sin embar-
g o suprimirlos por completo. La mayor par- do la cifra del rendimiento probable que
te de las legislaciones exijen un voto espe- deban producir, haya sido indicado para
cial de las Cámaras para cada crédito su- cada uno individualmente.
plementario ó extraordinario. Como las La valuación de las rentas públicas, es
Cámaras no permanecen reunidas durante una de las principales dificultades del mi-
todo el año, se designa de antemano un nú- nisterio de Hacienda. Diversos aconteci-
mero reducido de capítulos, aquellos que se mientos imprevistos, una mala cosecha,
refieren á gastos completamente indispensa- una crisis comercial, ó por el contrario r
bles y que no pueden aplazarse, á los que es excelentes cosechas y una actividad ex-
lícito al Gobierno aplicar algunos créditos cepcional de los negocios, pueden deter-
suplementarios en el receso de las Cámaras^ minar que el producto de los impuestos
á condición de dar cuenta á estas al reunirse. sea menos ó más abundante que el año pre-
Presupuesto ele Ingresos y Valuación de cedente, resultando lo que se llama déficit
las rentas públicas.—El presupuesto de ó superávit del presupuesto. El Gobierno
egresos está estrechamente unido con el debe ser, por regla general, muy reserva-
de ingresos. Se votan primeramente los do y circunspecto en la valuación de las
egresos porque no es legítimo exijir una rentas públicas, procurando obtener más un
suma del contribuyente sino en tanta que exceso que un deficiente en los rendimien-
sea indispensable al tesoro público, para tos. En efecto, si resulta un superávit res-
los servicios que tiene á su cargo. El pre- pecio de las valorizaciones del presupues-
supuesto de ingresos, sin ser tan volumi- to, será en beneficio del Estado, que segu-
noso como el de egresos, contiene para ca- ramente no habrá tenido en cuenta ese au-
da renta distinta, es decir para el produc- mento de reserva. Generalmente se conside-
to de cada ramo de los dominios públicos ran en el presupuesto como cifras de ren-
y de los diferentes impuestos, la suma que dimiento probable de los impuestos, las
el Gobierno estima necesario obtener, y sumas percibidas durante el último año
110 se vota de nuevo anualmente, cada uno transcurrido. Como el desarrollo de la po-
de los impuestos existentes; esto produci- blación y de la riqueza pública determi-
ría demasiadas complicaciones y muchas nan que, solo en los periódos de crisis, el
discusiones; el voto especial solamente se producto de los impuestos aumente lige-
refiere á los impuestos directos; los demás ramente de un año á otro, si se estiman en
impuestos se votan en conjunto, aun cuan- el presupuesto, como previsiones de in-
gresos del ejercicio futuro, los ingresos ob- conduce al despilfarro. Pero poco ápoco,
tenidos durante el último ejercicio, hay sevatamando lalibertad'de inscribir en el
serias probabilidades de alcanzar un su- presupuesto extraordinario determinados
perávit. gastos que tienen un caraeter permanen-
El presupuesto de ingresos y el de egre- te, es decir, á semejanza de los pródigos,
sos deben presentarse por lo menos de e- se hace frente á las necesidades naciona-
quilibrio; es decir, que la cifra de los gas- les ordinarias ocurriendo al empréstito.
tos probables, debe por lo menos quedar En vano se invocaría, para justificar un
cubierta por el monto probable de los in- presupuesto extraordinario, la ejecución
gresos. Como es siempre necesario tener de grandes obras públicas, porque una
en cuenta lo imprevisto, debe existir en nación siempre tiene algunas por hacer,
un presupuesto bien redactado, un exce- puertos que mejorar, nuevas carreteras
dente de los ingresos sobre los egresos, que abrir y ferrocarriles que subvencio-
pues de lo contrario pueden todas las pre- nar. Se deben realizar esas obras sin pre-
viciones resultar frustradas. cipitación, con espíritu de método y de
¿Deben todos los egresos y los ingresos discernimiento, y el presupuesto ordina-
quedar comprendidos en el presupuesto rio debe atenderlas. El presupuesto ex-
anual,— ¿Debe el presupuesto contener to- traordinario no puede ser excusado, sino
dos los egresos y los ingresos? Es de de- para las atenciones de una gran guerra, y
searse que así fuese. El presupuesto, ex- durante los dos ó tres años siguientes.
cepción hecha de circunstancias comple- Los presupuestos extraordinarios han
tamente excepcionales y poco frecuentes sido siempre un signo de relajación en la
en la vida de una nación, debe ser único gestión hacendaría; han llevado siempre
y contener todos los ingresos y los egre- á la exageración de los gastos, y general-
sos del año. Algunos Estados han preten- mente han determinado confusión y la
dido tener dos presupuestos, uno de gas- oscuridad de las rentas públicas.
tos ordinarios y el otro de gastos extraor- Voto anual de los egresos. Excepciones
dinarios; el primero sostenido con las ren- de esta regla en algunos Rafees.—¿Deben
tas públicas permanentes, las de los do- ser votados todos los egresos de una na-
minios públicos y de los impuestos, y el se- ción anualmente? En principio así debe
gundo que se atiende p o r medio de emprés- ser; pero en la práctica ciertos pueblos
titos; pero esto es un método vicioso que han admitido algunas excepciones. Así en
Inglaterra, hay una parte del presupues- des del Estado, á efecto de que ni remo-
to que se llama fondo consolidado, que tamente se discutan cada año los servi-
contiene la lista civil ele la Reina, los inte- cios especiales. Esto constiuiría un abuso
reses y anualidades de la deuda pública contrario no sólo á la buena gestión de la
los gastos de la alta magistratura, del ser- hacienda pública, sino á toda la organi-
vicio diplomático y de algunos otros es- zación nacional.
pecialmente importantes, y que seencuen- Estudio del presupuesto por las Cáma-
trasubstraidaal voto anual del presupues- ras.—Las Cámaras no aprueban el presu-
to, aúnque figuran en él á título de in- puesto, sino después de haberlo estudia-
formación; esa suma se acerca á 800 mi- do detenidamente, y para el objeto se tie-
llones de francos. Igualmente en Alema- nen á discreción dos métodos diversos.
nia, desde hace diez años se introdujo la En algunos países, como en Francia, ca-
regla de que el presupuesto de guerra se da una de las Cámaras nombra una comi-
vote para siete años consecutivos, 110 te- sión de presupuestos, compuesta de vein-
niendo, en consecuencia, los representan- te ó treinta miembros, (en la actualidad
tes de la nación el derecho de disminuir 33). Esta comisión se dedica á un estudio
las cifras así votadas, en el voto del pre- atento de las proposiciones del gobierno,
supuesto anual. Estas disposiciones ex- modificándolas en la proporción cjue le
cepcionales se fundan en la observación parece conveniente. En otros países no se
de que existe un interés nacional, que po- designa comisión ele presupuestos; sino
ne á cubierto de las exitaciones de las que cada Cámara examina previa y por-
Cámaras, determinados gastos que tienen menorizadamente el presupuesto, en se-
un carácter evidente de permanentes, y siones llamadas (en comité) secretas, que
que no podrían ser aplazados ni disminui- son sesiones privadas, sin público, de las
dos, sin que se comprometiese la existen- que no aparece ni información oficial en
cia nacional. la prensa, y á las cuales pueden concurrir
En los países en que todos los gastos se todoslos miembros,concurriendo de hecho
votan anualmente en la ley cíe presupues- sólo quienes tienen la competencia respec-
tos, conviene que todos los poderes pú- tiva para el objeto á discusión. Las sesio-
blicos, lo mismo el Parlamento que los nes secretas son además únicamente pre-
ministros, se hagan cargo completo de la paratorias, siendo las decisiones adopta-
permanencia de muchas de las necesida- das sólo provisionales, antes de someter-
35
las al debate y la ratificación de la Cáma-
ción de un país, lo mismo que en el hogar
ra en sesión ordinaria. Este sistema, que
de un simple particular, y supuesto que
es el de Inglaterra, es más delicado en la
está fuera de tocia discusión que la mayor
práctica, que el de nuestras comisiones de
parte de los servicios públicos tienen una
presupuestos; mas también es más liberal utilidad permanente, en los casos de di-
y evita determinados inconvenientes que sentiminto insuperable enere ambas Cá-
no dejan de tener alguna gravedad. maras, la determinación que debe pre-
La tendencia general de las comisiones valecer, es la de la Cámara que desea
de presupuestos, es usurpar la función de pura y simplemente conservar el estado
los ministros, substituirse en lugar de de cosas existente; es decir, que cuando
ellos y convertirlos en simples dependien- una de las Cámaras pretenda introducir
tes; de ese modo se desvían las responsa- en el presupuesto un crédito nuevo, á lo
bilidades, si es que no se las suprime, lle- cual la otra se oponga, ese crédito no de-
gando hasta el desorden. be inscribirse en el presupuesto. Cuando,
por el contrario, una de las Cámaras desee
La Cámara de diputados tiene priori- suprimir ó reducir un crédito inscrito en
dad para la aprobación del presupuesto; el presupuesto del año precedente, y la
la Cámara Alta ó Senado, debe examinar- otra Cámara se empeñe en conservarlo, el
lo^ después que aquella. Pueden ambas crédito debe mantenerse como existía an-
Cámaras estar en contradicción, preten- tes. Fuera de la observación ele esta re-
diendo una de ellas disminuir ó suprimir gla, muy simple y muy equitativa, sólo se
el crédito de un capítulo, y la otra querien- obtendrían frecuentes é interminables di-
do aumentarlo ó conservarlo como se en- sentimientos entre ambas Cámaras, ó la
contraba el año anterior. Los casos de di- anulación de una de ellas por la otra.
sentimiento entre ambas Cámaras, dan
lugar á los más delicados problemas cons- Cualidades esenciales que debe tener el
titucionales. presupuesto.—Las cualidades principales
de un presupuesto, son la simplicidad, la
Colocándonos completamente por enci- sinceridad y la claridad. Cuando á la ex-
ma de los partidos, desde el punto de vis- piración de un ejercicio se salda un pre-
ta económico en general, parece ser la si- supuesto con un excedente de los egresos
guiente la regla más racional. Debiendo respecto de los ingresos, se dice que ha
procederse ?on mótodo en la administra- resultado un déficit, y es necesario ocurrir
á empréstitos. Si el déficit es de poca im- te pequeños empréstitos clandestinos, ce-
portancia, puede ser cubierto por medio lebrados á cortos plazos.
de préstamos de pronto reintegro, que Un Estado que tiene muchas de estas
constituyen lo que se llama deuda flotan- pequeñas deudas disimuladas y exigibles,
te. Si ei déficit es de consideración, así semejantes á las deudas personales de un
como si es necesario hacer gastos comple- particular, se encuentra en graves difi-
tamente extraordinarios, es indispensable cultades si estalla una crisis ó una gran
contratar un empréstito público, con to- guerra.
das las formalidades debidas. Aumento de los presupuestos y las deu-
No vamos á tratar en este momento de das públicas.—La mayor parte de las na-
los empréstitos del Estado, de los que he- ciones modernas, obligadas p©r las cir-
mos ya hablado someramente en capítu- cunstancias, aumentan indefinidamente
los anteriores. Los empréstitos son en ge- sus presupuestos. Los ejércitos han con-
neral nocivos para el Estado, fuera de cir- tribuido á ese objeto, pero no constituyen
cunstancias verdaderamente excepciona- la causa única. Las obras públicas, gene-
ralmente exageradas, ó llevadas á cabo
les. Mas cuando un Estado se encuentra
con demasiada precipitación, la creación
reducido á contratar un empréstito, debe
incesante de nuevos empleos para satis-
hacerlo sin finjida vergüenza y á la luz
facer las exigencias de los electores, y el
del día; de ese modo el gobierno y el país aumento, con frecuencia injustificado, de
conocen la situación en que ee encuentran. los sueldos, han subido los presupuestos
Nada es, con el tiempo, tan perjudicial pa- á cifras altísimas. El de Francia, que lle-
ra un Estado, ni obscurece más la hacienda gaba á mil millones de francos, en el pri-
pública, ni incita tanto al despilfarro, co- mer tercio del presente siglo, y que en el
mo los pequeños empréstitos ocultos, quese segundo tercio no había aún excedido de
contratan diariamente con los banqueros, dos mil millones, parece haberse estable-
ó determinados establecimientos, ó gran- cido en algo más de tres mil millones, sin
des instituciones, llamados generalmente comprender en esa cifra los gastos depar-
arbitrios de Tesorería (moyens de Tréso- tamentales, ni de ^ayuntamientos, ni al-
rerie). Un Estado bien administrado debe gunos gastos extraordinarios, así como
evitar todas esas obligacióñes subrepti- tampoco determinadas administraciones
cias; es preferible un gran empréstito pú- confiadas á cajas especiales. Indudable-
blico, de todos conocido, que diez ó vein-
mente las dificultades de la época inter- francos; la de Italia es del5,500millones. El
vienen en la expansión de los presupues- Imperio de Alemania y el conjunto de los
tos;*también los servicios públicos se en- Estados alemanes apenas deben 15,000 mi-
cuentran, en general, mejor atendidos y llones. Los Estados Unidos, sumando la
quizás mejor organizados que antes; pero deuda federal y las deudas particulares
las, faltas de los legisladores, sus compla- de los Estados que integran la Federación,
cencias ó su incuria, tienen una gran par- no llegan con sus 72 millones ele habitan-
te en ese desbordamiento de los egresos. tes más que á 7,000 millones ele francos.
Las deudas públicas han aumentado La deuela de Austria Hungría es de 13 á
enormemente; 110 se puede calcular en me- 14 mil millones.
nos de 33 ó 34 mii millones de francos el Puede asegurarse que las naciones moder-
monto de la deuda pública francesa, del nas se habrían visto obligadas, por su fal-
que 27 mil millones poco más ó menos, ta ele discernimiento, á no cumplir todos
representan el capital de la deuda cons- sus compromisos, sin dos acontecimientos
tituida en rentas y correspondiente á una que han venido en auxilio de los Estados;
cifra de rentas de 800 millones de francos! en primer lugar los graneles descubri-
• los 7 mil millones restantes representan el mientos ele metales preciosos de 1851 en
monto de las rentas vitalicias, de los dife Australia y California; y en segundo lu-
rentes compromisos del Tesoro, pagaderos gar, los prodigiosos cambios realizados
en diversas anualidades, así como para en las vías ele transporte, por virtud de la
las atenciones de la deuda flotante. En aplicación del vapor á la locomoción te-
consecuencia la cifra de la deuda france- rrestre y marítima. El primero de estos
sa es de 33 á 34 mil millones. Como las acontecimientos, haciendo más abundan-
estadísticas más razonables, estiman en te la moneda, ha disminuido el peso real
200 mil millones la totalidad de la rique- de las deudas públicas; el segundo acon-
za de Francia, la deuda pública se encuen- tecimiento ha desarrollado prodigiosa-
tra respecto de la riqueza en la relación mente la producción y la riqueza, de ma-
ele 1 á 6 poco más ó menos, lo que es enor- nera que la enormidad de los egresos de
me. La deuda pública de Inglaterra, que los Estados, ha venido á coincidir con un
tiene la misma población de Francia, lle- gran incremento de los recursos genera-
ga apenas á 16,250 millones de francos. La les ele los pueblos.
deuda de Rusia país cte 110 millones de al- Pero estos dos acontecimientos que han
mas es de cerca de 18 á 19 mil millones de
caracterizado el segundo y sobre todo el das nacionales; es un deber de patriótica
tercer cuarto de este siglo, pueden quizá previsión. Los Estados Unidos de 1865 á
no reproducirse. No todos los períodos 1867, han reducido en virtud de constan-
de la humanidad han sido tan favorables tes amortizaciones, de 13 mil millones á
para el desarrollo de la riqueza como el menos de 8, el capital de la deuda federal.
que media entre 1830 y 1870. Se puede Los ingleses han amortizado desde 1870
llegar á épocas en que el progreso sea más de 2 mil millones.
más lento, y si los egresos y las deudas Cuando nuestros rivales comerciales é
públicas continúan aumentando, como des- industriales,los ingleses y los americanos,
de 1830 hasta el momento actual, los paí- hayan totalmente amortizado sus deudas
ses no podrán oponer, en compensación públicas, así como nuestros otros rivales
de los funestos resultados consiguientes, los alemanes, que apenas tienen una deu-
los enormes elementos de que han dis- da insignificante, permaneciendo Francia
puesto durante la era de las grandes apli- gravada por los 32 ó 33 mil millones de la
caciones industriales y de la renovación deuda nacional, y con mayor razón si esa
económica del mundo, Los pueblos y los cifra subiese á 40 mil millones, se parece-
gobiernos tienen un poco volada la cabe- rá á un hombre que teniendo uno de sus
za, á causa de la prosperidad de una épo- brazos atado á su cuerpo, y no disponien-
ca, que ha sido excepcional en la historia do, por consecuencia, sino del otro, quisie-
de la humanidad. se luchar con un individuo, igualmente
Deber de amortizar — Es necesario con- constituido y desarrollado que el prime-
tener el aumento siempre ascendente de ro, pero cuyosmiembros se encontrasen en
los egresos y las deudas públicas, así co- libertad.
mo esforzarse en disminuir el capital de
las deudas públicas, reintegrándolo; cuan-
do esto se realiza con los elementos ordi-
narios del presupuesto, es decir, con la
parte del producto de los dominios y de
los impuestos de que se puede disponer,
después de dejar cubierto todos los egre-
sos del Estado; este reintegro se llama
amortización. Conviene amortizar las deu-
lo á las leyes naturales que presiden su
evolución. Dos grandes principios lo ri-
gen: la libertad y la responsabilidad; por
virtud de la libertad individual y la res-
ponsabilidad personal, se han realizado
los grandes progresos económicos, y las
CONCLUSION. sociedades han llegado poco á poco, de la
miseria primitiva á la comodidad de que,
Hemos expuesto las principales funcio? en general, disfrutan actualmente.
nes económicas y las reglas que de su ob- Dejar al capital nacer, asociarse y lle-
servación se deducen, en forma tan clara nar su misión de agente generador del
y suscinta como nos lia sido posible. progreso; no ingerirse en el trabajo para
El cuerpo social tiene órganos, funcio- inmovilizarlo en límites estrechos y ficti-
nes, procedimientos de nutrición, de dis- cios, sino dejarlo libremente derramarse
tribución y circulación, que son tan nece- según las necesidades sociales; respetar y
sarios é indispensables en la naturaleza proteger de todo ataque la propiedad y la
humana y la de las cosas, como los órga- sucesión; permitir á los diversos intereses
nos, funciones, procedimientos de nutri- discutir y contratar libremente entre sí, y
ción, de distribución y de circulación en no esforzarse en sustraer á los individuos
el cuerpo humano. de las consecuencias de sus propios actos:
Querer substituir, según las concepcio- lié aquí lo que enseña la economía polí-
nes sentimentales de unos y matemáticas tica.
de otros, esta organización natural por Las mejoras realizadas para la vida ma-
otra artificial y arbitraria, es empeñarse terial é intelectual de la totalidad de los
en preparar males y sufrimientos á las so- hombres, no solo desde los tiempos más
ciedades. remotos, sino simplemente desde el prin-
Como lo hemos explicado, el cuerpo cipio del presente siglo, valen en todos
social posee, además, una facilidad mara- sentidos más, que las promesas ilusas de
villosa ele adaptación á todos los medios los socialistas, que desearían substituir
y circunstancias, conteniendo en sí mis- el natural orden social, por las elucubra-
mo el germen de sucesivos desarrollos, á ciones de su cerebro.
condición de que no se pretenda sustraer- Indudablemente existen miserias en el
lismo oficial, agotando las arcas públicas
mundo, y las habrá siempre; toca á la ca- y oprimiendo la nación.
ridad mitigarlas inteligentemente, de ma- El estudio de esas leyes lleva á la con-
nera de no perpetuarlas, agotando así las clusión de que, descle el punto de vista
energías. Pero esas miserias nada signifi- moral, queda fuera de toda crítica la tésis
can ante las de épocas remotas, y las de al- deque cualquiera progreso debe ser adqui-
gunas civilizaciones que aun existen cer- rido y conquistado por medio de continuos
ca de nosotros, en Africa y Asia. esfuerzos personales. La ciencia económi-
ca no aniquila, en manera alguna, las es-
Las leyes que presiden el capital, el sa-
peranzas del hombre, y procura además,
lario y la repartición de la riqueza, son
lo que no puede constituir un delito, ins-
tan eficaces como ineludibles, y determi-
pirarle energía y perseverancia.
nan la gradual elevación del nivel hu-
mano.
Se tiene la costumbre de hablar constan-
temente del problema social, que solo es
la intensa aspiración del obrero contem- FIN.
poráneo á una situación mejor, más segu-
ra y respetada. Si se descarta de todo sen-
timiento de envidia ruin esa aspiración
hacia el ideal, puede asentarse que las le-
• yes económicas en nada contrarían su gra-
dual realización. Ya han contribuido mu-
cho al mejoramiento de la suerte de to-
cios; pero mejor observadas todavía, con-
tribuirán de un modo más efectivo aun á
ese fin.
En la diseminación de los capitales, en
los diversos modos de empresas y sala-
rios, en las combinaciones infinitas de la
asociación y del seguro espontáneo y li-
bre, ofrecen esas leyes á la humanidad
elementos que exceden extraordinaria-
mente á los que pudiera ofrecer el socia-
I3STDICE
DE LAS MATERIAS CONTENIDAS EN ESTA OBRA

Dedicatoria 3
Proemio S

INTRODUCCION.

Objeto de la economía política.—Relación


de esta ciencia con las diversas ciencias
morales

PRIMERA PARTE.

Producción de las riquezas.

Capítulo I.—Objeto de la producción.—Di-


versos agentes que concurren á la obra
productiva: la naturaleza, el trabajo y el
capital 17
Capítulo I I . — La participación de la natu-
raleza y de las fuerzas naturales, en la
producción.—Definición de la naturaleza,
desde el punto de vista económico.—Desi-
gual distribución de los dones naturales:
el clima, la topografía, el sucio y el sub-
suelo. Muchos de los dones de la natura- Capítulo VIL- -"De la dirección, de la pro-
leza, no son ni comunes á toda la huma- ducción y del papel del empresario."—El
nidad, ni gratuitos consumo del capital y del trabajo. El pro-
Capítulo III.—El trabajo.—Definición ' del ductor en pequeña escala, ó productor au-
trabajo. El trabajo productivo y el traba- tónomo. Causas que obligan á atribuir al
jo improductivo. El trabajo físico y el tra- capital la dirección de la producción. Va-
bajo intelectual. Clasificación de 'los tra- riedad de condiciones intelectuales y mo-
bajos y de las industrias. Caracteres dife- rales, necesárias en el empresario indus-
rentes de la productividad de las diversas trial 88
categorías de los trabajos humanos. Pro- Capítulo VIII.—"División del trabajo."—Or-
porción y equilibrio entre las diversas ganización del trabajo. La cooperación
profesiones humanas de los operarios ó el trabajo combinado.
Capítulo IV.—El ca pi ta 1—Naturaleza del La división del trabajo y la distribución
capital. Los abastecimientos y las herra- de las labores. Ventajas de la división del
mientas. Origen del capital y su desarro- trabajo. División territorial del trabajo.
llo. Las dos fuentes que lo alimentan: el División hereditaria del trabajo. Condicio-
ahorro y lainveneión. Diferencia cutre el nes de la división del trabajo y críticas
ahorro moderno y el ahorro antiguo. Ca- que de ella se han hecho. Correctivos de
racteres generales de una sociedad, en que esta organización industrial 98
el capital está siempre en formación y en Capítulo IX.—"Lasmáquinas."—Instrumen-
aumento. Las diferentes formas de capi- tos y máquinas. Prejuicios populares con-
tra las máquinas. Ejemplos de tales prejui-
í ,.ej c 1 a p i t a l f i i ° y e l capital circulante. cios. Ventajas délas máquinas. Condicio-
Utilidad de cada una de ellas
nes necesarias para su empleo. Censuras
Capítulo y—Diferentes especies de'capita-
que de ellas se han hecho. Efectos pro-
tales.-—-Capitales y fijos y capitales circu-
tectores de las máquinas 114
lantes - I - ormas principales que reviste
el capital en las sociedades modernas. Los Capítulo X . — " L a grande y la pequeña pro-
capitales inmateriales, el talento v í a edu- ducción. Algunas ilusiones acerca del au-
cacion. Las obras de arte son capital.. mento de la producción."—Circunstancias
Capitulo VI.-—Causas que influyen en la que han desarrollado recientemente lapro-
capitahzacion.-Los tres, períodos de las dueeión en alta escala. Ventajas de este
sociedades, desde el punto de vista de la sistema de la producción. El progreso
abundancia y el papel del capital. Causas económico real, es menor que el progreso
que desarrollan ó restringen la acumula- económico aparente. Ejemplos de ilusiones
ción de los capitales. Influencia de la se- acerca del progreso económico 130
guridad, la educación, la familia, el here- SEGUNDA PARTE.
dismo, ordenamientos técnicos y las leyes. Repartición de las riquezas
¿ruede el Estado encargarse de ahorrar
Capítulo I.—"Condiciones generales áe la re-
en lugar de los individuos, '
partición de las riquezas en las sociedades
modernas. Libertad y propiedad."—Diver- dustriales y mercantiles. Los beneficios
sas funciones económicas. Error de creer excepcionales de ciertos empresarios, son
que la repartición délos productos, esté en- la prueba y el resultado de una ganancia
teramente sujeta al arbitrio del legislador. considerable para el conjunte de la socie-
Las dos condiciones generales que presi- dad. Falsedad de las explicaciones socia-
den el desarrollo de las sociedades moder- listas, respecto del papel del empresario.
nas: la libertad y la propiedad. Desarrollo Las utilidades tienden á bajar.
continuo de la libertad individual. Evolu- / Capítulo V I — " P a r t e del obrero en la repar-
ción y desarrollo de la propiedad personal. tición. El salario. Sus diversos modos.
La Participación de las utilidades."—Na-
Capítulo II.—"Origen y fundamento de la turaleza y generalidad del salario. El sa-
propiedad. Utilidad y legitimidad del de- lario nace de la naturaleza de las cosas.
recho de sucesión."—Diversas teorías del Ventajas respectivas del contrato de sala-
derecho de propiedad. Origen y evolución rio para el obrero y para el empresario.
de la propiedad raíz. Orden histórico de La amplitud del contrato de salario; mo-
las diversas clases de propiedad. Partici- dos infinitos de combinación á que se'pres-
pación social de cada propiedad privada. ta. El salario progresivo. Otros ejem-
Derecho de sucesión plos de salarios perfeccionados. Causas
Capítulo III.—"El arrendamiento y la renta que determinan el monto del salario. La
del suelo."—La grande y la pequeña pro- causa que influye en más alto grado so-
piedad. Exposición de la teoría de la ren- bre el salario, es la productividad del tra-
ta de la tierra. Rafutación d e las conse- bajo del obrero. Influencia de la pobla-
cuencias que de ella se han deducido, sis- ción sobre el monto de los salarios. Obje-
temas socialistas de reivindicación de las ciones de los socialistas á este sistema de
tierras por el Estado. Cualidades respec- contrato. El sistema de la participación
tivas de la grande y la pequeña propiedad. en las utilidades. Causas que se oponen á
Capitulo IV.—"Parte del capital en la repar- la aplicación universal de este régimen.
tición. El interés."—Naturaleza del prés- Causas de las diferencias de salarios en
tamo á interés. El interés se deriva nece- las diversas profesiones.. ..
sariamente de la naturaleza del capital.
Circunstancias que influyen sobre la tasa Capítulo V I I . — " L a s asociaciones obreras.
del interés. Tendencia g e n e r a l de la civi- Los sindicatos.—Las h u e l g a s . - L a s socie-
lización, por lo que respecta ó la tasa del dades cooperativas. Las antiguas corpo-
interés raciones."—Naturaleza de la asociación
Capítulo V.—"Ganancias' dei empresario 'in- y los dos sistemas generales á los cuales
dustrial. Causas y elementos d e esas ga- pueden reducirse Peligros de la asociación.
nancias. " - P a p e l del empresario. Natura- El exclusivismo. Asociaciones del antiguo
leza y elementos de la g a n a n c i a . Elemen- regimen. Inconveniente de los antiguos
to particular de las grandes utilidades in- gremios. Individualisma excesivo esta-
blecido por la revolución de 1788. Las
asociaciones obreras inglesas ó Trades
Unions. Los Trades Unions. Las huelgas la vista y la letra de cambio, el descuento
de los obreros. Inconvenientes de las del papel del comercio es la operación
huelgas. Deberes del poder público en ca- fundamental de los bancos. Los cheques,
l a s l i b r a n z a s y l o s CLEARIXG HOÜSES. El
so de huelga. Los sindicatos obreros. Las
sociedades cooperativas. billete de banco. Ventajas del billete de
banco. Peligros de las emisiones excesi-
vas de billetes de banco; reglamentación
TERCERA PARTE. de los bancos de emisión. Diferencia entre
los billetes de banco y la moneda. El Ban-
co de Francia. Divenas operaciones de
Circulación de las riquezas
los bancos Sociedades de crédito raíz.
Crédito agrícola y mobiliario. Qnimeras é
Capitulo I . — " E l cambio. El valor. El pre- ilusiones relativas al crédito. Crédito po-
cio." El cambio es un hecho instintivo en pular
la humanidad. Evolución gradual del
cambio. Formas diversas del cambio. No- Capítulo V.—"El crédito Público.'"'--Los di-
ción del valor. Orden de los valores en ferentes modos de empréstitos del Esta-
la humanidad. Causas que determinan las do. Amortización. Conversión de las deu-
oscilaciones de los valores. La competen- das públicas. El curso forzoso de los bille-
cia. Excepciones de la competencia. Los tes de Banco ó del Estado. Condiciones
monopolios. Efectos de la competencia. dentro de las cuales son útiles los emprés-
El precio ,\ titos del Estado. Las deudas públicas.
Capítulo I I . — " L a moneda."—Inconvenien- Las Bolsas de valores muebles
tes del trueque. La moneda; sus dos fun- Capítulo V I . — " El comercio interior y exte-
ciones principales. Condiciones esenciales rior. Las crisis comerciales."—Profesio-
de la moneda de buena calidad. Cada me- nes comerciales. La competencia. Excep-
tal monetario es especial y propio de un ciones de la competencia. Antigua y nue-
estado de civilización. Sistemas de talón va teoría del comercio. El comercio al
único y de talón doble. Variaciones del pormenor en grande y pequeña escala.
valor de los metales preciosos y del dinero Intervención del Estado en el comercio
Capitulo III.—-El crédito. Naturaleza del interior.
crédito."—El crédito personal y el crédi- Razones de ser del comercio internacional.
to real. El crédito no crea capitales: las Exportaciones é Importaciones. El cam-
tres utilidades del crédito. El crédito pa- bio y sus variaciones. La alza de la tasa
ra el consumo. El crédito desarrolla la del descuento, á causa del cambio desfa-
economía vorable. Relación entre las exportacio-
Capítulo IV.—"Los bancos. "'-'-Origen de los nes y las importaciones. Teoría de la Ba-
bancos; operaciones á las cuales se dedi- lanza del Comercio. Falsedad de esta
can El descuento comercial, el billete á teoría. Diversos elementos que deben te-
nerse en cuenta en las relaciones econó-
micas de un pueblo con el extranjero. Le-
gislación del Comercio exterior. Libre Capítulo II.—"El Lujo"—Definición del lu-
cambio y régimen protector. Libertad ab- jo. Los progresos industriales vuelven
soluta de importación. Prohibiciones. De- vulgares y comunes, muchos consumos
rechos moderados y tratados de Comer- anteriormente de lujo. Prejuicios respecto
cio. Facultad de depósito. Ventas públi- del lujo. La supresión del lujo restringiría
blicas. Crisis comerciales. Su origen y el progreso social 457
Medio de atenuarlas. Pretendido exceso Capítulo I I I . — " L a población, el pauperismo
de producción. Algunos efectos favora- y la caridad."—Importancia del proble-
bles de las crisis mercantiles.. ma de la poblacion. Teoría de Malthus.
Capítulo VII.— 'Las crisis c o m e r c i a l e s " — La doctrina de Malthus no es aplicable á
Diferente naturaleza de las crisis comer- la situación actual del mundo. Inconve-
ciales. Causas de las crisis comerciales ó nientes del aumento muy rápido de po-
agrícolas generales. Remedios propuestos blación en determinados países. Emigra-
contra las crisis económicas. Consecuen- ción y colonización. Países de población
cias algunas veces felices de l a s crisis. . . estacionaria. Peligros actuales de ese es-
tado. El pauperismo. Débil tendencia á
la disminución del número de pobres. La
CUARTA P A R T E . caridad legal y la caridad privada 468
Consumo de las riquezas.
QUINTA P A R T E
Capítulo I . — " E l ahorro."—Los cuatro em-
pleos que el hombre puede dar al aumento
de su fuerza productora. A u m e n t o del
El Estado y las Rentas Públicas.
descanso y de la producción. Papel del
ahorro. Prejuicios populares contra el Capítulo I.—"Naturaleza y función del Es-
ahorro: el pródigo y el h o m b r e económi- tado."—Definición del Estado. Prejuicios
c o . Falsa concepsión de q u e la destruc- y exageraciones acerca de la capacidad
ción de los objetos útiles, a l g u n a s veces del Estado. El individuo no está solo en-
activa el comercio. Intensidad d e l ahorro frente del Estado: asociaciones privadas.
en Francia, y su proporción r e s o e c t o de Principales atribuciones del Estado. El Es-
las rentas nacionales. Causas q u e han au- tado no es el agente principal del progre-
mentado la intensidad del a h o r r o . Las ca- so en las sociedades humanas 435
jas de ahorro y empleo de sus f o n d o s El Capítulo II.—"El impuesto. Impuesto pro-
seguro y su? varias formas. L a s socieda- porcional é impuesto progresivo. Im-
des cooperativas, consideradas c o m o ins- puestos directos é indirectos." Naturaleza
trumento de ahorro. Influencia d e la cir- del impuesto. El impuesto debe ser pagado
culación de los valores muebles e n la f o r - por todos los ciudadanos, sin otra excep-
mación y rápida utilización d e l ahorro ción que la de los indigentes. El Impuesto
proporcional y el progresivo. Unidad y
X FE DE ERRATAS.
multiplicidad del impuesto. El capital y CONTIENE SOLAMENTE AQUELLAS QUE PUDIERAN
la renta como base del impuesto. Inciden- CAMBIAR EL SENTIDO DEL TEXTO.
cia del impuesto. Impuestos directos: sus
ventajas é inconvenientes. Impuestos in- PAG. LIN. DICE DEBB DECIR

directos: sus ventajas é inconvenientes... m 34


00
IO
22
Estas primeras
todas probabilidades
Estas s o m e r a s
t o d a s las p r o b a b i l i d a d e s
Capítulo III. —"Presupuestos y deudas pú- >7 '8 en d o s p r o d u c t o s en los p r o d u c t o s
74 - 2 y abonados
blicas"—Definición de presupuesto. Pre- 78 . 18 aun d e p e n
y ahorrados
aun d e p e n d e
paración y presentación del presupuesto. 83
29
6 movilarlas mobiliaiias
8j m e viliarias m o b i liarías
Capitales del presupnesto y especulación 103 27 no h a y s o l o o b r e r o n o h a y un solo o b r e r o
112
de los mismos. Créditos suplementarios y ,38
'9
«5
dé cierta v i d a
y g a n a en calidad
d e n cierta v i d a
y a en c a l i d a d
extraordinarios. Presupuesto de ingresos I4O 14 aunque perspectiva a u n q u e en perspectiva
145 iS ditrambos
y valu ación de los mismos. ¿Todos los 166 25 el instinto la universal
ditirambos
el instinto universal c o n -
egresos y los ingresos deben quedar com- consagra propiedad s a g r a la p r o p i e d a d
T 75 x4 m u c h a crisis m u c h a s crisis
prendidos en el presupuesto anual? Voto r 78 >4 los c o s o s las c o s a s
191
anual de los egresos. Excepción de esta 217
5
21
ésta ó d e t e r m i n a d o
variables é i n d i v i d u a l
ésta y determinado
variables é individuales
regla en algunos países. Estudio del pre- 227 6 menos ortunados menos afortunados
259 12 a u m e n t o en el j o r n a l del d í a o b r e r o
supuesto por las Cámaras. Cualidades 267 8 aibitrae arbitraje
esenciales que debe tener el presupuesto. 295
295
11
27
oroíiedo
k i l o g r a m o la p t s o
acuerdo
el kilo
Aumento de los presupuestos y las deu- 299 '3 de transportados d e ser transportados
318 26 mercancías, q u e e x i g e n
das públicas. Deber de amortización.... mercancías, pues exigí 11
m 327
33"

3'
innviduos
operaciones
individuos
ocupaciones
Conclusión 554 334 10 un il libranzas Una libranza
360 >4 institución llama institución llamada
4'3 1 n o tienen en el país n o n o t i e n e n e n e l país c q u i -
.•••»i»1' 418 24
tiene equivalentes
la d e m a n d a s o b r e p u j a r a
va'entes
11 o f e r t a sobrepujara
426 16 p a g o q u e de pu de pago de que puede
442 3 p o r virtud d e un a h o r r o p o r virtud de un a h o r r o
442 11 parte selecto parte selecta
447 '5 provisión previsión
469 20 r e s p e c t o d e un siglo r e s p e c t o d e d o s siglos
47' 21 espontáneamente á d e t e - e s p o n t á n e a m e n t e de t e -
ner ner
500 6 p r e c i o d e los lucros p r e c i o d e las locuras
5°9 26 L o s capitales m u e b l e s L o s capitales inmu ebl<-.«
525 «5 Los 3,900 millones Los 1900 millones
536 10 y firmas y primas
042 7 m e n o s de e q u i l i b r i o m e n o s en equilibrio
543 25 determinado confusión d e t e r m i n a d o la cotifu <ión

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