




Profesor del Área de Derecho del Trabajo y
Seguridad Social, en la Facultad de
Ciencias Jurídicas y Sociales de la
Universidad de Talca.
Correo electrónico: rpalomo@utalca.cl

Ayudante del Área de Derecho del Trabajo y
Seguridad Social, en la Facultad de
Ciencias Jurídicas y Sociales
de la Universidad de Talca.

En los números precedentes de esta Revista hemos
ido presentando una serie de apuntes breves sobre
el Derecho de la Seguridad Social en Chile. Concre-
tamente, hemos dado cuenta de los antecedentes
generales sobre la Seguridad Social y el Derecho de
la Seguridad Social, y hemos comentado el marco nor-
mativo de tres de los cuatro regímenes de Seguridad
Social contributiva: la protección frente al desempleo,
frente a los accidentes del trabajo y enfermedades
profesionales, y frente a las enfermedades y acci-
dentes comunes.
En este último apunte procuraremos exponer una breve
sistematización de la regulación normativa vigente del
denominado "sistema de pensiones".
Pues bien, la vejez, la invalidez y la muerte son con-
tingencias sociales, reconocidas por el Convenio 102
de la OIT, que pueden generar diversos estados de
necesidad. Particularmente, la ocurrencia de aquellas
puede traducirse en la necesidad de atención médica
y en la pérdida o disminución de los ingresos que
permiten la subsistencia propia y familiar.
-
tora de la Seguridad Social frente a tales estados de
Revista Laboral Chilena, Diciembre 2012
necesidad, han de tenerse presentes las siguientes
distinciones. Si la causa de la invalidez o la muerte
ha sido un accidente del trabajo o una enfermedad
profesional, operará el seguro contra riesgos laborales,
regulado en la Ley Nº 16.744, que contempla presta-
ciones tanto médicas como pecuniarias. En cambio, si
la causa de la invalidez o la muerte ha sido una enfer-
medad o accidente común, operarán eventualmente
dos regímenes de Seguridad Social. El régimen de
salud respectivo otorgará las prestaciones médicas
que procedan, y el régimen de pensiones tendrá que
hacerse cargo de las prestaciones pecuniarias. Lo
propio ocurre cuando es la vejez la que desencadena
los referidos estados de necesidad.
En esta oportunidad, el análisis se plantea exclusiva-
mente en torno al sistema de pensiones, en cuanto
concreta acción protectora de la Seguridad Social
que pretende proveer ingresos de reemplazo para
los trabajadores que dejan la vida laboral activa por
vejez, y cubrir los riesgos de invalidez y de muerte
grupo familiar.
Dicha respuesta protectora se ha traducido, como he-
mos dicho, en un sistema de pensiones. De este modo,
las prestaciones que se prevén a estos efectos son
de carácter exclusivamente pecuniario; básicamente
pensiones de vejez, invalidez y sobrevivencia.
En nuestro caso, tal acción protectora se ha organi-
zado desde el Estado, pero actualmente es operada
con amplia participación de entidades privadas. En
efecto, en el sistema de pensiones chileno, impuesto
durante el Régimen Militar, por el DL 3.500, de 1980,
el Estado ha asumido la administración institucional,
del mismo (a través de la Superintendencia de Pen-
siones y, marginalmente, de la Superintendencia de
garantizando ciertas prestaciones, la rentabilidad
 - de reparto una etapa de transición hacia la nueva
tración operativa del sistema, sin embargo, está fun-
damentalmente en manos de organismos privados,
las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP).
Con todo, y como se precisará, interviene también
el Instituto de Previsión Social (IPS), respecto de
determinadas prestaciones.
Para una mejor comprensión del sistema de pensiones
vigente, conviene distinguir los dos pilares sobre los
que actualmente se estructura. El pilar contributivo
es el ancla del sistema, y en él son principalmente
de este pilar coexisten hoy dos subsistemas: uno de
reparto, en extinción, derivado de las antiguas cajas
de previsión, y otro de capitalización individual, que
proviene del citado DL 3.500. Este pilar otorga pen-
siones de vejez, invalidez y sobrevivencia. De otra
parte, el pilar solidario, incorporado por la reforma
previsional de 2008, operada por la Ley Nº 20.255,
se sostiene fundamentalmente con fondos estatales,
planteándose una escasa o nula contribución de los
particulares. Este pilar otorga pensiones básicas so-
lidarias -y aportes previsionales solidarios- de vejez
e invalidez.



Dentro del pilar contributivo coexisten, como hemos
adelantado, dos subsistemas. Por una parte, perma-
nece vigente, aunque en extinción, un subsistema
1924. Este subsistema, administrado inicialmente
por múltiples cajas de previsión, se ha basado en
que las generaciones económicamente activas pro-
trabajadores pasivos. No hay, por tanto, acumulación
individual de fondos que suponga que las pensiones
sean directamente proporcionales al aporte realizado
al sistema. Por el contrario, aquellas dependen de
diversos factores, que reconocen cierta solidaridad
intergeneracional.
Con la imposición, por el DL 3.500, de un modelo de
capitalización individual obligatoria del ahorro previ-
Revista Laboral Chilena, Diciembre 2012
al sistema de pensiones sólo pueden incorporarse al
régimen administrado por las AFP. Sin embargo, los
imponentes del antiguo sistema pudieron elegir entre
permanecer en el régimen de reparto o incorporarse
al sistema que se creaba. La administración de las
pensiones de quienes optaron por la primera alter-
nativa fue encargada al Instituto de Normalización
Previsional (INP), sucesor de las cajas de previsión.
Por su parte, a quienes se incorporaron al régimen de
capitalización individual y habían efectuado aportes
al sistema antiguo, se les reconoció tal contribución
mediante un "bono de reconocimiento", regulado en
el art. 3 transitorio y siguientes del DL 3.500.

El sistema de pensiones vigente prevé un ámbito
subjetivo de aplicación con vocación de generalidad,
automática, generándose con el inicio de labores del
Se exceptúan solamente los Carabineros y los fun-
cionarios de los órganos de la Defensa Nacional, que
permanecen en sistemas de reparto administrados por
la Dirección de Previsión de Carabineros (DIPRECA)
y la Caja de Previsión de la Defensa Nacional (CA-
PREDENA), respectivamente.
Asimismo, desde la reforma previsional de 2008 se
de AFP de los trabajadores independientes, regla de
aplicación progresiva entre 2012 y 2014.
de pensiones todas aquellas personas que no realicen
actividad por la que perciban remuneración o renta,
pero que voluntariamente coticen.
ya sea que se mantenga o no en actividad, que ejerza
una o varias actividades simultáneas o sucesivas, o
que cambie de AFP (art. 2 DL 3.500). En este sentido,
las características antedichas, y la concreta incorpo-
ración a una AFP, que puede cambiar por decisión

Según se ha indicado, la base del actual sistema de
pensiones es la capitalización individual del ahorro
son de cargo de aquellos, sin perjuicio del aporte
marginal de empleadores y del Estado.
Las cotizaciones, reguladas en el art. 14 y siguientes
del DL 3.500, son las siguientes:
- Cotización obligatoria del 10% de las remuneracio-
- Cotización adicional de monto variable, determinado
prima del seguro de invalidez/sobrevivencia (SIS). Es
en general es de cargo del empleador, tratándose de
trabajadores dependientes.
- Cotización adicional para trabajadores que de-
sempeñan trabajos pesados, que por regla general
equivale al 2% de las remuneraciones imponibles
(excepcionalmente, la Comisión Ergonómica Nacio-
nal puede reducir la cuantía de esta cotización a un
deben cotizar por el porcentaje correspondiente. La
que se otorga a estos trabajadores de pensionarse
anticipadamente por vejez, lo que exige acelerar su
capitalización de ahorros previsionales.
jubilaciones anticipadas y aumentar el monto de las
pensiones del régimen general.
La base de cálculo de las cotizaciones son las remu-
neraciones, para los trabajadores dependientes, y las
rentas, para los independientes. En ambos casos, el
tope imponible es de 60 UF reajustadas según IPC
establecen su propia base de cálculo, que no puede
ser inferior al ingreso mínimo mensual, y no plantea
tope máximo.
Revista Laboral Chilena, Diciembre 2012
Además de las cotizaciones propiamente tales, existen
otros ahorros previsionales asociados a la generación
de pensiones. Concretamente, el DL 3.500 regula los
depósitos convenidos, el ahorro previsional voluntario
individual y el ahorro previsional voluntario colectivo
(art. 20 y siguientes DL 3.500).
-
las cotizaciones, el traspaso de otros ahorros previ-
sionales, el bono de reconocimiento, cuando procede,
la rentabilidad obtenida, y un eventual aporte estatal
(aporte previsional solidario).

Las prestaciones que otorga el pilar contributivo del
sistema previsional son de carácter pecuniario. Se trata
fundamentalmente de las pensiones de vejez, invalidez
y sobrevivencia, sin perjuicio de otras prestaciones de
importancia comparativamente menor (como la cuota
mortuoria, regulada en el art. 88 DL 3.500).



El requisito general para acceder a la pensión de
efecto, esto es, 65 o 60 años, según se trate de un
hombre o una mujer. El cumplimiento de dicha edad no
pierde el derecho a solicitar pensión de invalidez y la
AFP queda liberada de efectuar el aporte adicional
(art. 3 DL 3.500).
En efecto, para los trabajadores regidos por el Código
del Trabajo resulta compatible obtener una pensión
de vejez y mantenerse en el puesto de trabajo. No
obstante, a su respecto ya no será obligatorio cotizar el
10% de sus remuneraciones, y el empleador quedará
SIS (art. 69 DL 3.500). Respecto de los funcionarios
públicos, en cambio, se ha establecido un mecanismo
que se otorga a aquellos que hacen dejación voluntaria
de sus cargos cumpliendo los requisitos previstos en
la Ley Nº 19.882, de 2003.
Ahora bien, el DL 3.500 establece excepciones a la
edad de jubilación establecida en su art. 3. En primer
término, regula la denominada "pensión anticipada
general", en cuanto pueden acceder a ellas todos los
(equivalente al 70% o más que el promedio de las
remuneraciones imponibles y rentas declaradas, y
al 80% de la pensión máxima con aporte solidario
vigente a la fecha en que se acoja a pensión). De
otra parte, el art. 68 bis del referido cuerpo normativo
regula la "pensión anticipada por trabajos pesados",
que implica una rebaja en las edades de jubilación
pesadas, determinadas por la Comisión Ergonómica
Nacional, y que no cumplen los requisitos para obte-
ner una pensión anticipada general. En este caso, la
rebaja de edad depende de los años cotizados (mínimo
20) y del monto de la cotización adicional efectuada
(2% o 1%). Así, pueden rebajarse hasta 5 años si se
cotizaba el 1% (se rebaja 1 año por cada 5 años de
cotización) y hasta 10 años si se cotizaba el 2% (se
rebajan 2 años por cada 5 años de cotización).
El monto de las pensiones de vejez, por último, de-
pende de diversos factores, como el capital acumu-
lado en los fondos previsionales, las expectativas de
derecho a pensión de sobrevivencia, y la modalidad
de pensión que escoja.

no pensionados por vejez ni con edad para acceder a
dicha pensión en el régimen general, que acrediten un
menoscabo permanente de su capacidad de trabajo
derivado de enfermedad o accidente común (art. 4 DL
3.500). La invalidez, por tanto, supone un estado de
incapacidad laboral de carácter permanente, a dife-
rencia de la incapacidad laboral temporal, que puede
dar derecho a subsidio tras el debido otorgamiento
de una licencia médica. Además, las pensiones de
invalidez del DL 3.500 exigen que dicho estado derive
de enfermedad o accidente común, toda vez que si
la causa es un accidente del trabajo o enfermedad
profesional, operarán las prestaciones de la Ley
Nº16.744 (art. 12 DL 3.500).
Revista Laboral Chilena, Diciembre 2012
La invalidez podrá ser total o parcial. Será total cuando
la pérdida de la capacidad de trabajo sea de al menos
dos tercios, en tanto que será parcial si dicha merma
es igual o superior a 50% e inferior a dos tercios.
Los organismos competentes para declarar la inva-
lidez (Comisiones Médicas Preventivas e Invalidez,
COMPIN) y el procedimiento que ha de seguirse al
efecto vienen regulados por los artículos 11 y 11 bis
del DL 3.500.
El monto de las pensiones de invalidez, por su parte,
parcial), de si está o no cubierto por el SIS y, en el
caso de los inválidos parciales, de si la pensión se
otorga en razón del primer o segundo dictamen de
invalidez (las pensiones por invalidez total no requieren
segundo dictamen, desde 2009).

Son prestaciones a las que tienen derecho los com-
siempre que dicha muerte no se haya debido a en-
fermedad profesional o accidente del trabajo, en cuyo
caso operará el seguro contra riesgos profesionales. En
-
vivencia del DL 3.500, concurriendo conjuntamente a
ellas, el/la cónyuge sobreviviente ("pensión de viudez
matrimonial o adoptiva ("pensión de orfandad"), y el
del causante. A falta de todos los anteriores, son
el art. 5 y siguientes del DL 3.500.
El monto de estas pensiones de sobrevivencia depende
en el segundo caso, si estaba o no cubierto por el SIS
se establece en el art. 58 del DL 3.500.

El DL 3.500 contempla cuatro modalidades para
hacer efectivas las pensiones de vejez, invalidez y
sobrevivencia; a saber: renta vitalicia inmediata, renta
vitalicia inmediata con retiro programado, renta tem-
poral con renta vitalicia diferida y retiro programado.
Los pensionados pueden optar por cualquiera de
según el tipo de pensión que se reclama (arts. 65
bis, 66 y 67 DL 3.500). Para favorecer una decisión
informada, el art. 61 bis del DL 3.500 prevé un siste-
ma de consultas y ofertas de montos de pensión, a
cargo de las AFP.
La renta vitalicia inmediata (art. 62 DL 3.500) supone
una compañía de seguros, a cambio de que ésta le
otorgue una renta vitalicia hasta su fallecimiento y
garantice pensiones de sobrevivencia. Sólo pueden
le permitan obtener una pensión igual o mayor a la
pensión básica solidaria de vejez. Una vez contratada
esta modalidad es irrevocable, es decir, el pensionado
-que ha perdido la propiedad de sus fondos al pagar la
prima- no puede cambiarse de compañía de seguros
ni de modalidad de pensión.
La renta vitalicia inmediata con retiro programado
mantener una parte de sus fondos previsionales en
la AFP, para efectuar retiros con cargo a ellos. Con el
resto, contrata una renta vitalicia cuyo monto ha de ser
igual o superior a la pensión básica solidaria de vejez,
y se le pagará simultáneamente a los retiros progra-
mados. Con esta modalidad se pretende aumentar la
cuantía de la pensión durante un determinado periodo
de tiempo, sin afectar la sobrevida del pensionado,
toda vez que asegura una renta vitalicia.
Por su parte, en la renta temporal con renta vitalicia
de sus fondos previsionales a una compañía de se-
guros a cambio de una renta vitalicia a contar de una
fecha futura. Además, mantiene en su cuenta un saldo
durante el periodo anterior al inicio de la renta vitali-
cia. La norma exige que la cuantía mensual de esta
última esté entre el 50% y el 100% del primer pago
de la renta temporal.
Finalmente, en la modalidad de retiro programado (art.
-
sionales en la AFP, por lo que mantiene la propiedad
sobre los mismos, y va efectuando retiros mensuales
con cargo a su saldo de cuenta. Dichos retiros se ex-
presan en UF y se calculan anualmente, atendiendo
Revista Laboral Chilena, Diciembre 2012
a diversos factores, entre ellos, las expectativas de
vida. Si el pensionado por esta modalidad fallece, el
que sean procedentes o, en su defecto, pasa a inte-
grar la masa hereditaria. Se trata de una modalidad
revocable, en tanto procede el cambio de AFP y de
modalidad de pensión. Además, esta modalidad es
aplicar los fondos de su cuenta les resulta una pensión
inferior a la pensión básica solidaria.

Como se indicó, la administración institucional del
sistema de pensiones, tanto en el plano directivo
como de control, está a cargo del Estado (Subsecre-
taría de Previsión Social del Ministerio del Trabajo, y
Superintendencias competentes).
La administración operativa, en cambio, está entregada
a entidades privadas, las AFP, sociedades anónimas
que tienen por objetivo exclusivo administrar fondos
de pensiones, y otorgar y administrar las prestaciones
de estos organismos se establece en el art. 23 y si-
guientes del referido texto normativo.
Las AFP administran, por tanto, las diversas cuentas
que pueden contener los fondos previsionales de sus
-
ciones obligatorias y voluntarias, ganancias por ren-
tabilidad, eventualmente el bono de reconocimiento),
cuenta de ahorro voluntario o "cuenta dos" (ahorro
previsional voluntario, individual y colectivo), y cuenta
a todo evento de trabajadores de casa particular y
otros, conforme al art. 163 y siguientes del Código
del Trabajo).
Muy ligado a la administración de las cuentas de los
AFP, cual es invertir los fondos previsionales para lo-
grar rentabilidad y seguridad de los mismos. Al efecto,
el DL 3.500 establece que las AFP sólo pueden invertir
en los instrumentos de oferta pública que la misma
riesgos y límites de inversión según el tipo de fondo
que aquella señala. Asimismo, se prevé una rentabi-
lidad mínima para cada tipo de fondo, de modo que
si alguno de ellos obtiene una rentabilidad menor,
opera el encaje (1% inembargable de cada fondo,
que deben mantener las AFP) y subsidiariamente la
garantía estatal, en los términos legales.
Una reforma relevante en materia de inversión de fon-
dos previsionales fue la creación del llamado sistema
de "multifondos", por la Ley Nº 19.795, de 2002. En
efecto, con el propósito de incrementar el valor espe-
rado de las pensiones, la citada Ley amplió de 2 a 5
el número de fondos previsionales. Las AFP deben
mantener 4 fondos (B, C, D y E), y pueden mantener
además el fondo A. Los fondos previsionales se di-
ferencian por la proporción invertida en instrumentos
de renta variable, que son los que envuelven mayor
riesgo al tiempo que proyectan mayor rentabilidad. Si
el fondo en que desean mantener sus cotizaciones
y ahorros asociados a pensión, se plantean sendas
restricciones normativas (art. 23 DL 3.500).
Finalmente, las AFP administran y otorgan las pres-
lo que les compete de acuerdo a las modalidades
de pensión antes referidas. No pueden prestar otros
servicios, ni siquiera a título gratuito.



La reforma previsional de 2008, operada por la citada
Ley Nº 20.255, introdujo un pilar solidario en el siste-
ma de pensiones vigente en nuestro país. Uno de los
objetivos primordiales de esta reforma fue mejorar la
de vejez e invalidez, mediante el otorgamiento de
prestaciones no contributivas. Estas prestaciones
son fundamentalmente dos: las pensiones básicas
solidarias (PBS) de vejez e invalidez, previstas para
personas sin derecho a pensionarse por el pilar con-
tributivo, y los aportes previsionales solidarios (APS)
de vejez e invalidez, para personas con derecho a
pensiones del pilar contributivo, pero de baja cuantía.
Además, ha de tenerse presente que la reforma de
como el bono por hijo, que pretende incrementar las
pensiones de las mujeres (art. 74 y siguientes Ley
Nº20.255), y el subsidio especial para personas con
discapacidad mental, menores de 18 años (arts. 35
y 35 bis Ley Nº 20.255).
Revista Laboral Chilena, Diciembre 2012
Con todo, la lógica general del sistema chileno de
pensiones sigue dependiendo de la capacidad de
ahorro previsional individual, la que determina el
mecanismo -pilar- aplicable en cada caso. Así, las
personas que no tienen capacidad de ahorro pueden
acceder a PBS; las personas con una capacidad de
ahorro débil pueden acceder a APS; y las personas
con una -relativamente- buena capacidad de ahorro,
acceden a las pensiones del pilar contributivo.
La administración operativa del pilar solidario se ha
encargado a un nuevo órgano estatal, el Instituto de
Previsión Social (IPS). Éste ha sucedido, además,
al INP en la gestión de las pensiones del antiguo
régimen de reparto.




-
den acceder las personas que no tienen derecho a
pensión del pilar contributivo, ya sea como titulares
y que reúnen los requisitos legales. También tienen
asistenciales al 1 de julio de 2008 y los pensionados
por gracia, exonerados políticos, o por Leyes Rettig o
Valech. Respecto de estos últimos, lo que se reconoce
es el derecho a complementar dichas pensiones hasta
el monto de la PBS-vejez.
Las personas antes referidas deben cumplir los re-
quisitos previstos en el art. 3 de la Ley Nº 20.255; a
saber: edad (haber cumplido 65 años al momento de
la solicitud, sin importar si es hombre o mujer), focali-
zación (integrar un grupo familiar perteneciente al 60%
más pobre de Chile) y residencia (acreditar residencia
en Chile, por el lapso y en los términos legales).
La prestación en comento consiste en una pensión
mensual, cuyo monto actual alcanza los $80.528.

-
den acceder las personas declaradas inválidas que
no tengan derecho a pensión del pilar contributivo, ya
de sobrevivencia, y que reúnan requisitos legales.
También tienen derecho a PBS-invalidez las personas
al 1 de julio de 2008.
Para acceder a una PBS-invalidez, las personas antes
referidas deben cumplir los requisitos previstos en el
art. 16 de la Ley Nº 20.255; a saber: edad (tener entre
18 y 65 años), focalización (integrar un grupo familiar
perteneciente al 60% más pobre de Chile), residencia
(acreditar residencia en Chile, por el lapso y en los
términos legales), y haber sido declarado inválido
por COMPIN.
La PBS-invalidez es también una prestación de carác-
último día del mes en que cumple 65 años. A contar
de esa fecha puede acceder a la PBS-vejez. El monto
actual de la prestación es, también, $80.528.


base) cuando aquellas son inferiores a un determina-
do monto (pensión máxima con aporte solidario), a
través de un complemento que aumenta el monto de
prestaciones previsionales.
Por tanto, para tener derecho a APS-vejez, la pensión
base debe ser mayor a cero e inferior a la pensión
máxima con aporte solidario, cuyo monto asciende
actualmente a $261.758. Dentro de dicho rango, son
la Ley Nº 20.255, las personas con derecho a pensión
del DL 3.500 que cumplan los requisitos para acceder
a PBS-vejez (edad, focalización y residencia).
El monto del APS-vejez y la forma de cálculo se
regulan en los artículos 10 y 11 de la Ley Nº 20.255.
Al respecto, téngase presente que a mayor pensión
base, menor será el APS-vejez. Asimismo, repárese
en que la suma de la pensión base y el APS-vejez
no supone alcanzar el monto de la pensión máxima
con aporte solidario.
Revista Laboral Chilena, Diciembre 2012

la misma lógica regulatoria que el APS-vejez, pero
referido ahora a personas declaradas inválidas (art.
20 Ley Nº 20.255). Su cuantía, no obstante, resulta de
restar el monto de la pensión base a la PBS-invalidez
(art. 21 Ley Nº 20.255).



De acuerdo al art. 27 de la Ley Nº 20.255, las pres-
taciones del pilar solidario se extinguen cuando el
- Fallece.
- Deja de cumplir algún requisito de otorgamiento.
- Permanece en el extranjero por más de 90 días
en un año calendario.
- Entrega maliciosamente antecedentes incomple-
tos, erróneos o falsos, con el objeto de acreditar
o actualizar requisitos de otorgamiento. Esta ac-
ción puede incluso constituir un delito (art. 30 Ley
Nº20.255).
pilar solidario en cualquier momento, y debe ponerles
término cuando concurra alguna causal de extinción
(art. 29 Ley Nº 20.255).

El art. 28 de la Ley Nº 20.255 contempla también la
posibilidad de suspender las prestaciones del pilar
- No cobra la prestación por 6 meses continuos.
- No proporciona, dentro de plazo, antecedentes
que acrediten el cumplimiento de los requisitos para
mantener las prestaciones.
- En el caso de los inválidos parciales, cuando se
niegan a someterse a las revaluaciones indicadas
por las COMPIN.