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Estudiante
Karen Dayana Calapucha Tanguila
Docente:
Dr. Alex Fabricio Llugin Valdiviezo.
Semestre:
Sexto Semestre “B”
Dentro de la Administración pública existe ciertas libertades que pueden aplicar en las
decisiones de ciertos actos con relación a los particulares, pero todo tiene su límite, es aquí donde
ingresa la teoría de las autolimitaciones administrativas, tema que está inmiscuido en la lectura
que se realizó para el respectivo análisis, donde el autor de dicho artículo, quien es de Brasil, Río
de Janeiro, desde su punto de vista como docente y conocedor del derecho administrativo brinda
un documento donde desarrolla el tema antes mencionado.
Es para ello que llega “La teoría de las autolimitaciones administrativas”, analizada por el
catedrático Alexandre Santos Aragao, siendo un protector o aquella herramienta que
salvaguarda, para que exista mayor uniformidad, y no contradicción en la decisión que se tomó
por parte de los entes o instituciones de la Administración pública, es decir que se brinda aquella
seguridad jurídica que tanto espera tener el administrado en todo acto que es llevado a cabo por
las mismas autoridades administrativas, llegan a confiar en que sus actos y las decisiones que
emanen de ellas, sean en base a lo que se encuentra establecido en la ley, teniendo en
consideración normas que está vigentes y por supuesto que cuenten con la validez que amerita el
caso. A más de que va dirigido a solucionar los problemas donde hay más de dos órganos que
tienen competencia para una misma causa.
Dentro de esta teoría aparecen ciertos principios que son necesariamente relevantes para
ofrecer soluciones muy efectivas de acuerdo al caso en cuestión, además de contar con requisitos
que obligatoriamente deben costar en un caso para que no hay contradicción, permitiendo que los
administrados puedan estar tranquilos con la decisión tomada, de que no existió ningún vicio que
puedan afectar sus derechos por parte de la administración pública.
Análisis
El punto central de donde parte todo este análisis en base a la lectura “Teoría de las
autolimitaciones administrativas: actos propios, confianza legítima y contradicción entre órganos
administrativos”. Donde con se podrá ver, se trata básicamente de las autolimitaciones
administrativas que surgen con el propósito de garantizar los derechos de los particulares,
haciendo que dentro de un caso en cuanto a sus derechos exista una uniformidad, cuando exista
dos entidades que tomen decisiones sobre casos con una misma estructura fáctica, mantener en sí
los mismos hechos, y no contradicción en la actuación de estas entidades que anteriormente
tomaron una decisión y quieran cambiarla más adelante.
Un claro ejemplo de situaciones en donde aparecen ciertos conflictos puede ser, cuando
existen más de un ente dentro de la administración que tiene esa competencia fiscalizadora en un
mismo acto o actividad, esa potestad de revisar, vigilar de manera detallada la congruencia
existente en los actos, que se mantenga lo que en un inicio se mostró hasta el final cuando se da
una decisión, que no haya cambios que solo perjudique al administrado, en este tipo de
situaciones las autolimitaciones administrativas, prohíbe que se emitan decisiones diferentes y no
acordes a los precedentes antes existentes, sobre el mismo caso, es decir, no se puede utilizar
otros elementos fácticos a los que se encuentran anteriormente. Para más profundidad y
entendimiento sobre el precedente administrativo, como el “contenido de resoluciones
adoptadas con anterioridad por un mismo órgano administrativo aplicando las mismas normas
ante idénticos supuestos de hecho” (Diccionario Panhispánico de español jurídico, 2023).
Esta situación, hace que las autoridades administrativas se basen en lo que anteriormente
establecieron, adoptando la fuerza del caso decido y regirse por ella misma en casos posteriores,
a menos que exista las suficientes razones y motivación para desligarse de ello. El juzgador
básicamente debe tener un grado de coherencia óptimo para tomar decisiones, en base a sus
investigaciones, y base a casos similares que fueron antes revisados.
En este punto de análisis, es necesario recalcar a uno de los autores que toma como
referencia el autor del artículo, María Sylvia Zanella Di Pietro, quien da un argumento muy
interesante acerca del tema anteriormente mencionado, ella deduce que la seguridad jurídica
tiene mucho que ver con la buena fe, aduciendo que si la administración ya adoptó una
interpretación como la correcta y adecuada para luego aplicarlas en ciertos casos, no puede más
adelante decir que esos actos no son válidos, porque supuestamente fueron interpretadas de
manera incorrecta o errónea, está yendo en contra de lo que ellos mismo juzgaron como algo
correcto en un inicio, ya tienen la cosa juzgada y por ende se supone que lo establecido, es válido
(Aragao, 2010). Y para dar mayor efectividad de lo que un Estado democrático ofrece, es que
aparece la teoría de las autolimitaciones, dando la protección, el resguardo necesario para poder
defenderse ante el Estado cuando haya abuso de poder.
Para ello, se obliga el absoluto respeto de las subteorías, de los actos propios de la
Administración y de los precedentes administrativos, entiendo al primero como la no admisión
de la contradicción sobre los propios actos hechos anteriormente, es decir la administración no
puede ir contra sus actos, realizados por él mismo y su buena fe para dar dicha interpretación. Y
lo mismo sucede con los precedentes, sirven para que la administración se base con las
resoluciones anteriormente realizadas con un caso similar a que debe dar solución en el presente
o futuro. Estas dos subteorías, están sujetas los principios de igualdad y de buena fe, el primero
poniéndole límite o prohibiendo que se vaya contra de los actos propios, que se exista igualdad
ante la aplicación del mismo, en una situación similar posteriormente, tener el mimo juicio en los
hechos que son muy parecidos o semejantes, y relacionando a la buena fe, en el actuar de la
administración que consiste en que debe tener en consideración a futuro, las conductas que
anteriormente se eran previstas en los actos.
Ya de forma más centrada, se toma a estas dos subteorías dentro de las Autolimitaciones
administrativas, pero de forma indiferente, basadas en los principios de buena fe y igualdad, para
ello se debe seguir los siguientes requisitos: La primera es la identidad subjetiva, hace referencia
a que el emisor no debe cambiar y tiene permanecer como titular del acto, ya sea anterior o
posterior, en este caso sería la Administración pública, puede existir duda cuando existen
contradicciones sobre las decisiones emitidas por órganos administrativos distintos dentro del
Administración Pública, aquí no entra cabida la duda porque la misma administración es la
persona jurídica, por ende no tiene importancia que los órganos que forman parte de ello, no sean
los mismos al momento de realizar un acto, de una u otra manera son parte de la Administración
Pública, haciendo entender que aun cuando dichas órganos tengan competencias diferentes no
significa que no se tome en cuenta los actos precedentes del órgano anterior, pues se supone que
se está aplicado en un caso similar, por ello debe aplicar una misma estructura fáctica, para un
funcionamiento armónico.
Dentro de esta situación de paradigma como lo dice el autor, se llega a dar situaciones
dentro de la Administración pública que, uno de sus órganos afirma que el hecho si ocurrió
mientras que otro órgano afirma que no es así, esto solo puedo traer confusiones y mala
aplicación de un procedimiento en donde va a emitirse un acto, producido por la relación del
administrado con la Administración, esto no debe ocurrir porque se supone que están dentro de
un Estado Democrático de Derecho. Entonces se establece que la teoría de actos propios, tiene
que ser aplicado por cada entidad y persona jurídica, que llegan a vincularse con las conductas o
acciones realizadas por sus órganos, esto solo quiere decir que un órgano, no puede darse el
gusto de no aplicar dicha teoría, con la excusa de que la conducta anterior fue de otro órgano, y
sin tener en cuenta que ese órgano también es parte del mismo ente, siendo ambos órganos del
ente principal, porque aunque se encuentra dividido no quiere decir que al final no son parte
integral de este, es así que los actos suscitados por medio de estos órganos deben ser
considerados como válidos y reconocidos como derechos que la misma administración aceptó.
Es así que, en esta situación de que haya dos órganos distintos de un mismo ente, de la
Administración pública, es cuando se aplica la teoría de las autolimitaciones administrativas.
El tercer requisito es, contradicción entre el acto anterior y posterior, es decir surte efecto
cuando la actuación presente contradice a la conducta del acto anterior, es decir que se está
dando la idea de que no es igual el actor anterior al posterior, que los hechos presentes en ello, no
es similar al acto presente y que por eso será tomado en cuenta de otra manera y si es posible ese
acto tenga algún tipo de sanción mientras que en el anterior no lo hubo y siendo similar al acto
presente: por ejemplo decir que el producto de traslado fue entregado y después decir que ese
producto no fue entregado, es así como estaría funcionando le decisión que toma la
Administración pública, contradiciendo su propia decisión, haciendo ver como si este fuera una
broma, y que sus decisiones no son las adecuadas, y lo importante que no tienen valor.
Tanta es la importancia que tiene esta teoría que dentro la legislación brasileña, mediante
sus órganos de justicia, aplican esta doctrina emanada por la teoría de las autolimitaciones
administrativas, estando en favor de que no es posible que exista una contradicción en cuanto a
los mismo hechos que se suscitan en los actos, es decir, ante actos similares se tome decisiones
muy diferentes, sin tomar en cuenta que anteriormente se aceptó el acto y después decir que eso
no es correcto porque todo fue con una interpretación incorrecta y que la presente actuación si
está aplicada la interpretación correcta. Debe existir certeza y la confiabilidad de que la
prestación jurídica por la parte del Estado y la Administración será eficiente y justa, que no se
vulnere los derechos de la ciudadanía y de los administrados.
Por esta razón cumple un papel muy fundamental, la teoría de los actos propios, llega a
ser como esa herramienta que no permite a la Administración pública, con sus propias
actuaciones dañar posteriormente a un tercero o a esas personas que confiaron en que sería un
procedimiento justo y razonable, tanto es el poder que tiene este principio que si existe
contradicción entre los actos anteriores y posteriores, se procede a anular el acto, básicamente
será utilizado como fundamento de pretensión contra el acto viciado. El administrador, al
encontrarse en un caso similar, debe tener en consideración el cómo actuó anteriormente y
aplicar lo mismo, debe existir igualdad ante ambos actos, para tener cuenta como dar resolución
al acto.
Llegando a entender, que, si un órgano toma una decisión sobre un acto de acuerdo a su
competencia, otro órgano no puede venir a querer contradecir de acuerdo a sus atribuciones
propias, ignorando la decisión tomada por otro órgano que también es parte del mismo ente, debe
aceptar la decisión emitida porque ambos son parte del mismo poder, todo esto para mantener la
paz y armonía necesaria, respectando tanto los actos propios como los precedentes
administrativos.
Conclusiones
A veces el tener un gran poder puede ocasionar que exista un abuso o arbitrariedades al
momento de ejercer un procedimiento u acto de manera adecuada que garantice la seguridad
jurídica que tanto espera el administrado. Por esta situación llega la teoría de las autolimitaciones
administrativas, que básicamente regula ese poder que tiene la Administración pública, mediante
sus instrumentos que buscan que el tratamiento dado por la administración hacia los ciudadanos
sean el adecuado, que tenga la coherencia debida y la igualdad, en todo proceso para que no haya
faltas o incongruencias que solo perjudiquen al administrado, y teniendo en cuenta situaciones
anteriores realizadas por la misma administración el no cambiar de opinión más adelante en un
acto nuevo que se suscite.
Además, cuenta con subteorías, que están a favor del administrado, al aplicarse la teoría
de los actos propios y los precedentes administrativos, los cuales hacen que la administración no
vaya en contra de su propio acto anterior, a la decisión que este mismo interpretó e hizo derecho,
no se puede contradecir dicha decisión para un acto posterior, al igual que los precedentes, si se
cuenta con una misma estructura fáctica, es decir que las circunstancias y hechos, es aceptable
que se aplique el mismo procedimiento que se utilizó para el anterior acto en el posterior para
que sea justo, y no es válido excusar con el pretexto de que anteriormente no es hizo una buena
interpretación, se debe respetar los actos propios y precedentes de la administración.
Por esta situación que conlleva a la falta de igualdad e injustica en la emisión de los actos
es que las autolimitaciones administrativas, cuenta con requisitos esenciales para su aplicación:
Identidad subjetiva, Identidad objetiva y Contradicción entre el acto anterior y el posterior, que
hacen alusión a que el emisor dentro de un acto tanto anterior como posterior sea la misma
administración, aunque exista el caso donde dos órganos dicten decisiones distintas, es decir que
exista contradicción, no puede ser admisible esto, porque solo causaría confusión, no es posible
que la administración pública, acepta la decisión de un órgano y del otro no. A más de que si
existe, similaridad dentro de dos actuaciones al tener el mismo presupuesto fáctico, se debe
aplicar la misma resolución, no cambiarlo, es decir que no tiene que existir contradicción en un
acto anterior y posterior, y más si está clara que son muy similares.
Y respetar lo que un órgano con competencia propia haya decido sobre un hecho,
prohibiendo que otro órgano de la misma esfera, quiera contradecir y no aceptar lo que ya está
decidido y emitido. Para finalizar, lo que ofrece las autolimitaciones administrativas, es esa
seguridad de que un procedimiento para cierto acto será aplicado y llevado a cabo de la manera
más justa posible, sin que esta vicios de por medio, que se aplique de acuerdo a lo establecido en
la ley, que no hay incoherencia en los actos y muchos menos descoordinación, y en
disconformidad a los mismos actos propios y precedentes de la administración, se debe respetar a
estos elementos para poder garantizar un debido procedimiento, y no ir en contrario de lo que se
dijo en un inicio, tomar responsabilidad de sus actos y ser consciente de lo dicho anteriormente,
y no cambiar de decisión cuando se venga en gana.
Criterio personal