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Tarea del segundo parcial

Tarea 6

Alumno: Emerson René Rodríguez Segura

Asignatura: Derecho Romano

Catedrático: Abog. Ada María Fúnez

Lugar y Fecha: 23 de noviembre de 2022

Tegucigalpa, Francisco Morazán

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ÍNDICE

1 OBJETIVO 3

2 INTRODUCCIÓN 4

3 DESARROLLO DE LA ACTIVIDAD 5-10

4 CONCLUSIÓN 11

BIBLIOGRAFÍA 12

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1. OBJETIVO

Conocer la capacidad y la falta de capacidad para celebrar actos y contratos en el


derecho romano.

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2. INTRODUCCIÓN

El objeto del presente trabajo es el análisis de nuestro contrato de compraventa desde sus orígenes en
el Derecho Romano y su posterior configuración en el Derecho Civil hasta la actualidad, finalizando
con un análisis prospectivo en el cual se intentan abordar las cuestiones sobre la futura regulación del
contrato de compraventa, considerando la condición de España como Estado miembro de la Unión
Europea y los proyectos de armonización y unificación contractual que se están produciendo en el seno
de esa organización.

La realización de este trabajo se justifica teniendo en cuenta la importancia de la compraventa como


contrato nuclear del tráfico jurídico privado. La cuestión que el presente trabajo analiza en mayor
medida y profundidad es la regulación de la compraventa en las distintas etapas del Derecho Romano,
correspondiente al apartado primero del texto, lo cual viene justificado por el hecho de que el área de
conocimiento en la cual se encuadra el presente trabajo sea el Derecho Romano y no el Derecho Civil.
No obstante, el ánimo de este trabajo no es solamente presentar con el debido detalle la configuración
de la compraventa romana, sino también comprender como ésta ha dado lugar a nuestra actual
compraventa, regulada en el Código Civil, para lo cual se abordan, en el apartado segundo del trabajo,
tanto las etapas históricas (con la brevedad exigida), como un sucinto análisis comparativo entre los
artículos del Código Civil que regulan el contrato de compraventa y la referencia a sus respectivos
antecedentes romanos, que son previamente analizados con detalle en el apartado primero del trabajo.
Asimismo, se destacan las diferencias que presenta nuestra compraventa en relación a su antecedente
romano. Finalmente, una vez mostrado que la herencia romana se encuentra claramente presente en
nuestro derecho de contratos, se abre un tercer capítulo del trabajo, denominado “Los proyectos de
unificación internacional”, cuyo objeto no es otro que intentar acercar al lector los distintos intentos de
unificación de nuestro derecho de contratos (en el que se encuentra el contrato de compraventa), con
otros ordenamientos jurídicos internacionales, particularmente, en el ámbito de los Estados miembros
de la Unión Europea, para lo cual se abordan los proyectos más relevantes que se han producido en esa
materia hasta la actualidad.

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3. DESARROLLO DE LA INFORMACIÓN

1. En el siguiente cuadro explique, de manera clara y breve, la capacidad y la


falta de capacidad para celebrar actos y contratos en el derecho romano.

Capacidad para celebrar actos y Falta de capacidad para celebrar


contratos en el derecho romano. actos y contratos en el derecho
romano
Gaius divide los contratos en cuatro La capitis deminutio máxima, al
tipos, según la manera en que se caer en esclavitud, podía extinguir
realizan: re, verbis, litteris y con- la capacidad jurídica; pero el
sensu (4). Tan sólo cuatro contratos hombre que deja de ser sujeto para
— emptio-venditio, locatio- convertirse en objeto de derechos no
conductio, socie- tas y mandatum — pierde personalidad, porque el
llegaban a existir a través de un esclavo en su carácter de ser
sencillo consenso, tal y como es humano continúa siendo persona.
normal hoy en día.

2. Investigar en que consistía la autonomía de la voluntad en el derecho romano.

La autonomía de la voluntad es el poder de autodeterminación que le permite al


ser humano dictar y construir una nueva realidad jurídica en torno de sus intereses
y relaciones. Este último tiene una larga historia dentro de los postulados de la
filosofía y de la política, mismos que germinaron en el derecho civil. En la
actualidad la Suprema Corte de Justicia de la Nación lo considera como un
principio esencial con el que opera todo el Derecho, como una forma de garantizar
el libre desarrollo de los seres humanos.

3. Explicar en qué consiste el acuerdo de voluntades y cuando o hay acuerdo de


voluntades.

El acuerdo de voluntades, en términos generales, es el acto por el cual una parte


se obliga para con otra a dar, hacer o no hacer alguna cosa. Cada parte puede ser
de una o varias personas naturales o jurídicas.

4. ¿Cuáles eran las incapacidades provenientes de problemas mentales


reconocidas en el derecho romano?

Las discapacidades pueden dividirse en:


1.- Físicas, que afectan a los movimientos del cuerpo como la espina bífida,
síndrome post-polio o parálisis cerebral.
2.- Sensoriales, que afectan uno o más sentidos como la ceguera o la sordera.
3.- Cognitivas, como el autismo o el síndrome de down.
4.- Psiquiátricas, como la depresión o la esquizofrenia.

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5. El objeto del contrato en el derecho romano es toda realización de
determinada conducta por parte de uno de los sujetos, consistente en un
a. Dar
b. hacer
c. Prestar
El tercer elemento esencial de los contratos (prestar), debía reunir los
siguientes elementos para ser válido: posible, lícito, determinado y apreciable
en dinero. Explique cada uno de estos.

Es la prestación que el acreedor puede exigir y que el deudor debe cumplir, la


prestación, a su vez, puede tener un objeto- objeto mediato de la obligación (las
cosas y los servicios). Vínculo. Es la relación de poder y deber correlativos que
condiciona la conducta de los sujetos.

6. Enumerar y definir las diferentes formas en que el consentimiento puede


estar viciado, en este caso tiene que organizar la información y las ideas para
no confundir esta información con la del inciso anterior.

El tratamiento de las problemáticas que surgen en el derecho moderno en torno de


los efectos del error en una declaración contractual ha llevado, en algunos ámbitos,
a formular generalizaciones infundadas sobre el alcance de máximas utilizadas en
el derecho antiguo, en particular sobre aquella conforme a la cual "errantis nulla
voluntas" – no existe voluntad de quien yerra – y a desestimar, en consecuencia,
cualquier efecto de una manifestación de voluntad que haya sido emitida bajo el
influjo de un error, con notable demérito de las exigencias de diligencia en quien
pretende alegar el error en su favor y de la tutela de la confianza de quien ha
recibido la declaración errada.

En el derecho colombiano, pese a que los textos normativos que regulan la


materia6 no prevén de manera expresa la excusabilidad del error como un
presupuesto de su procedencia, ni tutelan explícitamente la confianza del receptor
de la declaración, no podría sostenerse que se desconoce la orientación sobre la
que se funda la esencia del Código Civil en materia de error cuando se realiza una
interpretación en la que se consideren los señalados aspectos.

En tal sentido, el retorno a las fuentes, como recurso válido en la construcción


crítica y sistemática de las categorías del derecho moderno, podría iluminar las
razones por las que la doctrina y la jurisprudencia dominante otorgan relevancia a
la preservación de los intereses de ambas partes en el manejo de las consecuencias
del error y permitiría establecer en qué medida dichas posturas constituyen el
reflejo de toda una tradición que encuentra, por demás, pleno respaldo en nuestra
cultura jurídica.

7. Definir

a. Dolus malus

Dolus malus era dar engaño con fraude; y dolus bonus era dar engaño dentro
de lo tolerado socialmente. Siendo este, el acto de astucia y picardía,
principalmente ideado para defenderse contra enemigos, se asocia así, el dolus

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bonus con la idea de lo justificado por ser defensa propia.

b. Dolus bonus

El también llamado dolo bueno o tolerable es el en que incurre, por ejemplo,


la empresa al introducir un producto o servicio en el mercado con el apoyo de
una propaganda comercial que exagera o deforma la verdad sobre lo
anunciado.

c. “consilium habuisse non nocet, nisi etfactum secutum fuerit” (no perjudica
haber tenido intención, si no le ha seguido el hecho). Paulo, D. 50, 16, 53

. ELEMENTOS ESENCIALES DEL CONTRATO

Se entiende por elementos esenciales de un contrato aquellas cosas sin las


cuales no puede existir contrato alguno. Tanto en el derecho romano como en
el derecho civil moderno ha habido elementos esenciales propios de todo
contrato en general, y elementos esenciales propios de determinada clase de
contratos, en particular.

Son elementos esenciales de todo contrato: el consentimiento, la capacidad, el


objeto y la causa.

EL CONSENTIMIENTO.

1. DEFINICIÓN Y REQUISITOS

La palabra consentimiento viene del verbo consentir, que entre otras


significaciones tiene la de obrar o pensar unánimemente con respecto a un
objeto determinado. Y como hemos visto que la convención, base del contrato,
es el acuerdo de las voluntades de dos o más personas, encaminadas a
establecer entre ellas una relación jurídica, se concluye que el consentimiento
de los contratos debe radicar en la misma convención. Dedúcese también de lo
anteriormente expuesto que el consentimiento debe reunir las siguientes
condiciones:

1a) Debe emanar recíprocamente de las personas de los contratantes. No es


consentimiento la promesa u oferta de uno solo de los contratantes no
consentida por los otros. Esta promesa de una sola parte, que el derecho
romano denomina pollicitatio y que en derecho civil moderno se conoce con
el nombre de policitación, no produce por regla general efectos legales. "La
policitación es promesa de un solo oferente" (ULPIANO, D. 50, 12, 3).
2a) El consentimiento de todos los contratantes debe dirigirse hacia un mismo
objeto.
3a) El consentimiento debe emanar de la voluntad libre de cada contratante y
de un conocimiento pleno del objeto del contrato.

2. VICIOS DEL CONSENTIMIENTO.

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2.1 EL ERROR

Según estas condiciones del consentimiento, el derecho romano estableció


ciertas y determinadas causas que lo anulaban totalmente y otras que solamente
lo viciaban. El error podía ser de varias clases:

1) El error en cuanto a la naturaleza del contrato, llamado error in natura


conventionis o error in negotio. Tenía lugar este error cuando las partes se
equivocaban respecto de la clase de contrato que cada uno quería celebrar. Así,
por ejemplo, si una parte entendía vender determinada cosa y la otra entendía
tomarla en arrendamiento, no existía consentimiento de las partes, ni en cuanto
al contrato de compraventa, ni respecto del arrendamiento.

2) El error en cuanto al objeto del contrato, denominado error in corpore. Tenía


lugar cuando las partes contratantes discrepaban en cuanto al objeto mismo del
contrato. Por ejemplo, si un contratante entendía vender cierto y determinado
esclavo y el otro entendía comprar otro esclavo distinto, quedaba en ese caso
excluido el consentimiento, porque no se dirigía hacia un mismo objeto.

3) Había otras clases de error que, si bien en derecho estricto no excluían


totalmente el consentimiento, llegaron a asimilarse, por lo menos en ciertos
casos, a las causas destructoras de aquel. Tales fueron:

3.1) El error in substantia (error sobre la sustancia), que tenía lugar cuando las
partes se equivocaban respecto de una calidad esencial del objeto; por ejemplo,
si una entendía vender una estatua de cobre y la otra entendía comprar la misma
estatua de oro. En realidad había identidad en cuanto al objeto mismo y por
eso el derecho estricto proclamaba que el consentimiento no quedaba anulado.
Pero, en beneficio de la equidad, ULPIANO estableció que este error se
asimilaba a las causas destructoras del consentimiento, siempre que se
produjera en un contrato de compraventa y que fuera invocado por el
comprador.

b) El error in persona.(error sobre la persona) Tenía lugar cuando los


contratantes se equivocaban respecto de la persona física determinada con
quien querían contratar. No es uniforme ni clara la doctrina de los
jurisconsultos sobre esta clase de error, pero parece que llegó a admitirse lo
siguiente: el error in persona no excluía por regla general el consentimiento,
pero en cierta y determinada clase de contratos se asimilaba en sus efectos a
los fenómenos que excluían el consentimiento de los contratantes. Esto sucedía
en los contratos gratuitos, v. gr., el comodato o préstamo gratuito de uso, y
también en los contratos no gratuitos u onerosos en que para contratar se
hubieran tenido en mira determinadas condiciones o cualidades de la persona
con quien se quería celebrar el contrato. Se decía que esos contratos se
celebraban intuitu personae, es decir, en consideración a determinada persona.
Tal sucedía en el contrato de sociedad y en el arrendamiento de servicios o
para la confección de una obra material, pues teniendo en estos casos en mira
el contratante aprovechar ciertas y determinadas cualidades de una persona, su
consentimiento quedaba excluido si por una equivocación se asociaba con otra
distinta o contrataba los servicios de otro distinto de aquel de quien había

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querido aprovecharlos. Y así también, si una persona quería prestarle
gratuitamente una cosa a B y por equivocación le hacía el préstamo a C, el
consentimiento quedaba excluido de dicho contrato.

d. La actio quod metus causa

Acción por causa de miedo que se concede a quien ha visto perjudicados sus
intereses contra quienes han obtenido algún lucro o ganancia por el miedo o
intimidación, aunque no hubieran intervenido en el acto que lo causa.

e. La exceptio quod metus causa

Acción por causa de miedo que se concede a quien ha visto perjudicados sus
intereses contra quienes han obtenido algún lucro o ganancia por el miedo o
intimidación, aunque no hubieran intervenido en el acto que lo causa.

8. Definir

a. Error in persona.

Se incurre en este error cuando hay equivocación acerca de la persona con quien se
pretende contratar.

b. Error in negotio

Es el que recae sobre la naturaleza del negocio (Maynz diría sobre “la prestación
misma”). Se produce cuando una de las partes quiere realizar un determinado negocio
y la otra, uno diferente. El propietario de una cosa entiende entregarla en depósito y la
otra parte cree recibirla en comodato.

c. Error in demonstratione

Es el que se refiere a la cualidad esencial o intrínseca de la cosa o al sexo del esclavo,


que constituye el objeto de la prestación.

d. Error in quantitate

Es el vicio del consentimiento del contratante que tiene un equivocado conocimiento


de la extensión o dimensión del objeto del contrato, sea éste cosas, bienes incorporales
o servicios.

e. Error in corpore

Es el que recae sobre la identidad de la cosa que constituye el objeto del negocio.

f. Error in substancia

Es el que se proyecta sobre los elementos o cualidades del objeto o de la cosa del

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contrato que fueron decisivos para decidirse a contratar. Por tanto, un contratante yerra
sobre la naturaleza de la cosa: materia, sustancia o esencia de la cosa, o sobre sus
atributos, caracteres o cualidades.

g. Error in causa

El error sobre la causa principal del acto es el error sobre los motivos determinantes
del acto, que fijan expresa o tácitamente en la intención común de las partes (atiende
al elemento moral o motivo interno). es el error de hecho sobre la causa final del acto,
entendida sólo en sentido subjetivo.

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4. CONCLUSIÓN
El presente trabajo pone de manifiesto en primer lugar, la profunda conexión que
existe entre el Derecho Romano y el Derecho civil español, particularmente, en
materia de obligaciones y contratos. Ese vínculo se hace aún más presente si cabe al
analizar la compraventa, cuya importancia como pilar fundamental del tráfico jurídico
se observa claramente, dado su papel como instrumento de transmisión de la
propiedad. En relación con esto último, en el trabajo también se puede ver cómo
nuestro contrato de compraventa, de acuerdo a los criterios romanos clásicos, no
transmite la propiedad por sí mismo, sino que crea obligaciones entre las partes que
llevarán a la entrega (traditio) de la cosa objeto de compraventa. Esto supone una de
las diferencias más significativas de nuestra compraventa respecto de la regulación de
la misma en los países de nuestro entorno. Asimismo, se aprecia el hecho de que todos
los elementos de la compraventa romana, tanto los que se presentan en sus
antecedentes históricos como los que son fruto de su progresiva configuración a lo
largo de los sucesivos periodos del Derecho Romano, tienen su equivalente en nuestro
Derecho. La mayor parte de nuestra concepción de la compraventa no ha variado a
grandes rasgos desde el Derecho Romano. Pero incluso aquellos elementos romanos
que por sus características puedan parecer más alejados al Derecho Civil, tienen de
algún modo presencia en nuestro ordenamiento, al resonar sus ecos en muchas de las
disposiciones contenidas en el Código, en las que se puede percibir todavía la
influencia romana aunque no haya llegado a nuestros días la misma regulación
jurídica.

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5. BIBLIOGRAFÍA

ALBALADEJO GARCÍA, M., Derecho Civil, II, Derecho de obligaciones, volumen 2º,
8ª edición, Bosch, Barcelona, 1994.

DÍEZ-PICAZO Y PONCE DE LEÓN, L., Sistema de Derecho Civil, II, 6ª edición,


Tecnos, Madrid, 1989.

D’ORS PÉREZ-PEIX, Á., Derecho Privado Romano, 9ª edición, Eunsa, Pamplona,


1997.

FERNÁNDEZ DE BUJÁN FERNÁNDEZ, F., Sistema Contractual Romano, 3ª edición,


Dykinson, Madrid, 2007.

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