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DESARROLLO MUNDIAL Y NACIONAL DE LA ACTMDAD LECHERA 115

La forma de defender y desarrollar el sistema lechero canadiense


ha sido a través de políticas de gestión de la oferta lechera ( cuotas de
producción), articulación de sus políticas en el ámbito federal y pro­
vincial, fuerte protección al sistema nacional lechero de la competencia
internacional, y organización de éste en función de la autosuficien­
cia alimentaria nacional, y un proceso de concentración en las fases
de producción primaria e industrial (Coté, 1995, cit. por Martínez
et al., 1997: 255). El mercado canadiense es segmentado, ya que la de­
manda se orienta hacia los productos procesados y con bajo contenido
en materia grasa, lo que ha permitido un gran desarrollo agroindus­
trial y muy buena competitividad en escala internacional, gracias a
una demanda exigente y sofisticada que los obliga a modernizarse y
generar productos novedosos y diferenciados. El esquema de cuotas
es un mecanismo que ha permitido ajustar la oferta a los niveles de
demanda interna alcanzando un excedente marginal que se exporta.
La responsabilidad pública se manifiesta en otro punto clave de
la cadena agroindustrial que es el acopio de leche, el cual se realiza
mediante tanques de propiedad del gobierno para evitar o atenuar las
fluctuaciones de precios (Álvarez et al., 1997: 33-37).
El conjunto de las políticas lecheras de los países desarrollados per­
miten señalar que sus prioridades son estabilizar el mercado interno y
satisfacer las necesidades básicas de la población y de la industria, marco
en el cual las exportaciones constituyen un objeto secundario pero lógi­
co, porque no atentan contra la estabilidad de los productores ni ponen
en riesgo la situación alimentaria de su población.

LA CONSTITUCIÓN DE LA ACTMDAD LECHERA MEXICANA

El desarrollo de la actividad lechera en México durante la segunda


mitad del siglo XX se enmarca, por un lado, en el aumento del consu­
mo de acuerdo con el crecimiento demográfico, y por otro en la nece­
sidad de los modelos de desarrollo de hacer más rentables las
actividades agropecuarias en el contexto de la internacionalización
del sistema agroalimentario que he comentado en páginas anteriores.
Esto significa producir materias primas para la naciente industria, ge­
nerar divisas para sustituir importaciones, así como bienes alimenta-
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familiares que alcanzan 3 989 litros anuales por vaca, mientras que las
más tecnificadas, con sistemas semi-estabulados, alcanzan una produc­
ción media anual de 6 142 litros (FIRA, 1997a: 25).
Los lugares más representativos de este tipo de ganadería se
encuentran principalmente en los estados de Chiapas, Tabasco y
Veracruz.

2. Modelo de producción intensiva en capital y recursos y especializado en pro­


ducción lechera

Este modelo se desarrolla desde la mitad del siglo XX en zonas donde se


produce una reconversión productiva y donde se adoptan las innovacio­
nes mundiales en la producción lechera, como es el caso de la men­
cionada «revolución blanca» o «modelo Holstein». Por ello, se trata de
ganaderías relativamente recientes pero que se han desarrollado con
mucho vigor y en forma acelerada.
El sistema productivo y el manejo del ganado conjuga la estabu­
lación completa, utilización de superficies de riego en producción in­
tegrada de forrajes, cantidades altas de concentrado y alimentos de
gran valor energético, registrando costos similares a los de Estados
Unidos e inferiores a los de Alemania y Canadá, pero alcanzando ren­
dimientos parecidos a los promedios nacionales. Para estabilizar los
costos ha sido necesario, en este modelo, integrar a la producción lác­
tea la de forrajes, especialmente el cultivo de alfalfa y sorgo, ya que se
trata de unidades de producción basadas en uso de superficie de rie­
go. Esta actividad agrícola les ha facilitado el control de las fluctuacio­
nes del volumen lechero a través del año.
Las unidades productivas utilizan ganado mejorado de raza Hols­
tein de registro, la mayoría importados de Canadá y Estados Unidos,
siendo un sistema crecientemente dependiente de vaquillas e insumos
importados para el mejoramiento genético, especialmente el semen.
En cuanto al nivel tecnológico y rendimientos, éste es opuesto al
sistema extensivo, a pesar de que su productividad es inferior en un
59% a la obtenida en el mismo tipo de modelo en Estados Unidos de­
bido a que estas unidades poseen un nivel tecnológico más elevado,
mejor aprovechado y utilizado, y a prácticas de manejo más eficientes
( García, 1995: 58). En una empresa media de este tipo, la producción
media anual por vaca es de 7 725 litros, aunque existen empresas que
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alcanzan una producción de 8 361 litros por vaca, la más alta del país
(FIRA, 1997a: 9).
Los sistemas intensivos especializados se ubican en el norte de
México, en zonas áridas y semiáridas, principalmente en los estados
de Chihuahua, Durango, Coahuila (región lagunera), Nuevo León y
Sonora. La evolución de este tipo de ganadería lechera ha sido funda­
mental, de tal manera que en los últimos 30 años aumentó más rápi­
do que el promedio del país, crecimiento que alcanzó entre 1964 y
1995 el 207% (González, 1999: 300-301).
La conjugación de factores como el costo de la mano de obra,
agua, luz, así como economías de escala, posibilitan la producción a
costos mundialmente competitivos. Por sus características y la necesi­
dad tanto de contar con insumos y maquinarias extranjeras como de
ampliar su mercado nacional e internacional, se puede señalar que,
desde su origen, este modelo intensivo mexicano se vinculó al sistema
mundial de leche (García, 1995: 55).

3. Modelo de producción Jamiliar o semiintensivo

Una característica particular de este modelo es que se compone de


ganaderías formadas hace más de cien años, y que se complementan
con la agrícultura de subsistencia y productora de forrajes, de modo
que poseen una gran tradición en la actividad ganadera, lechera y
agrícola.
El sistema de producción es semiestabulado, alternando la ali­
mentación entre el pastoreo directo y el suministro de alimentos y fo­
rrajes, muchos de los cuales se basan en esquilmos agrícolas y maíz
molido que ellos mismos producen y concentrados que adquieren en
el mercado. Se trata de explotaciones que combinan recursos prove­
nientes de superficies de riego y de temporal, aprovechan cultivos de
secano y residuos de cosechas que son complementados con alimen­
tos concentrados de origen local.
Entre las unidades productivas predominan las pequeñas y fami­
liares que utilizan mano de obra familiar, lo cual les permite sobrevi­
vir a pesar de los altos costos por concepto de alimentación. Poseen
un promedio de 10 vacas por productor y un rendimiento bastante
bajo de 12 litros/vaca/día.

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