Está en la página 1de 9

1.

- LA EXPOSICIÓN
Colocar al Santísimo en la custodia sobre el altar, acompañar con un CANTO

Altísimo Señor, que supiste juntar a un tiempo en el altar,

Ser cordero y pastor

Quisiera con fervor amar y recibir

A quien por mi quiso morir

Cordero divinal por nuestro sumo bien

Inmolado en Salén, en tu puro raudal

De gracia celestial lava mi corazón

Que el fiel te rinde adoración.

2. ACTO DE FE, ESPERANZA Y AMOR


JACULATORIA
GUÍA: En los cielos y en la tierra
Sea para siempre alabado
TODOS: el corazón amoroso de Jesús Sacramentado
ACTO DE FE
Creemos en ti Jesús Sacramentado, estamos frente a ti mi Señor y mi Dios con las manos y el
corazón abiertos, confiamos en tu infinito amor y misericordia, en tu promesa eterna, por tú eres y
serás nuestro único y verdadero Señor, ayúdanos a tener esa fe que tuvieron todos esos hombres
y mujeres pecadores y enfermos quienes, con solo mirarte, tocarte o pedirte que los sanases no
dudaron ni un instante en que Tú Señor los ibas a salvar. Amado Jesús aumenta nuestra FE.

Padre Nuestro…

Dios te salve María…

Gloria al Padre…

CANTOS
JACULATORIA
GUÍA: Alabemos y demos gracias
TODOS: al Santísimo y Divísimo Sacramentado

ACTO DE ESPERANZA
Esperamos en ti Jesús Sacramentado, “Oh, Cristo, ¡Hijo de Dios Padre! Gloriosísimo Redentor de
la humanidad y ejemplo de mansedumbre y humildad, infiltra en nuestro ánimo la energía
suficiente para que la Esperanza en tu promesa divina de una vida eterna sea un bálsamo
confortable que nos ayude a cumplir dignamente el destino de nuestras vidas. Amado Jesús
aumenta nuestra Esperanza

Padre Nuestro…

Dios te salve María…

Gloria al Padre…

CANTOS

JACULATORIA
GUÍA: En los cielos y en la tierra
Sea para siempre alabado
TODOS: el corazón amoroso de Jesús Sacramentado

ACTO DE AMOR
Te amamos Jesús Sacramentado, Oh mi Santísimo Jesús Sacramentado fuente de insoldable amor
y misericordia bendita que por Amor a nosotros moriste en una cruz y ofreciste tu cuerpo y tu
sangre convertido en alimento para nuestras Almas, no hay un acto más sublime que aquel que
entrega su vida por amor, ayúdanos a ser como Tú a amar como Tú, con todo nuestro corazón, con
toda el alma y toda nuestra fuerza. Aumenta nuestro Amor

Padre Nuestro…

Dios te salve María…

Gloria al Padre…

CANTOS
3. ORACIÓN FINAL DE LA EXPOSICIÓN
Soberano Señor Sacramentado, segura penda de la eterna Gloria: esta estación recibe con
agrado por ser de tu pasión tierna memoria. Haz que destruido el reino del pecado, tu
Iglesia Santa cante la victoria asistiéndola siempre con tus dones, en sus necesidades y
aflicciones.
Así Sea. Amén

4. ORACIONES DE ADORACIÓN

Sagrario del Altar el nido de tus más tiernos y regalados amores. Amor me pides, Dios mío, y amor

me das; tu amor es amor de cielo, y el mío, amor mezclado de tierra y cielo; el tuyo es infinito y

purísimo; el mío, imperfecto, mundano y limitado.

Sea yo, Jesús mío, desde hoy y para siempre, todo para Ti, como Tú los eres todo para mí. Que te

ame yo siempre, como te amaron los Apóstoles; y mis labios besen tus benditos pies, como los

besó la Magdalena convertida. Mira y escucha los extravíos de mi corazón arrepentido, como

escuchaste a Zaqueo y a la Samaritana.

Déjame reclinar mi cabeza en tu sagrado pecho como a tu discípulo más amado San Juan. Deseo

vivir contigo, porque eres vida y amor.

Por solo tus amores, Jesús, mi bien amado, en Ti mi vida puse, mi gloria y porvenir. Y ya que para

el mundo soy una flor marchita, no tengo más anhelo que, amándote, morir.

-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Señor mío Jesucristo, me acerco a tu altar lleno de temor por mis pecados, pero también lleno de

confianza porque estoy seguro de tu misericordia.

Tengo conciencia de que mis pecados son muchos y de que no he sabido dominar mi corazón y mi

lengua. Por eso, Señor de bondad y de poder, con mis miserias y temores me acerco a Ti. Fuente
de misericordia y perdón, vengo a refugiarme en Ti que has dado la vida por salvarme, antes de

que llegues como juez a pedirme cuentas.

Señor no me da vergüenza descubrirte a Ti mis llagas. Me dan miedo mis pecados, cuyo número y

magnitud solo Tú conoces, pero confío en tu infinita misericordia.

Señor mío Jesucristo, Rey eterno, Dios y hombre verdadero, mírame con amor, pues quisiste

hacerte hombre para morir por nosotros. Escúchame, pues espero en Ti. Ten compasión de mis

pecados y miserias, Tú que eres fuente inagotable de amor.

Te adoro, Señor, porque viste tu vida en la cruz y te ofreciste en ella como redentor por todos los

hombres y especialmente por mí.

Adoro Señor, la sangre preciosa que brotó de tus heridas y ha purificado al mundo de sus pecados.

Mira Señor, a este pobre pecador, creado y redimido por Ti. Me arrepiento de mis pecados y

propongo corregir sus consecuencias.

Purifícame de todas mis maldades para que pueda recibir menos indignamente tu sagrada

comunión. Que tu cuerpo y tu sangre me ayuden Señor, a obtener de Ti el perdón de mis pecados

y la satisfacción de mis culpas; me libren de mis malos pensamientos, renueven en mí los

sentimientos santos, me impulsen a cumplir tu voluntad y me protejan en todo peligro de alma y

cuerpo.

-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Señor mío Jesucristo, que por amor al hombre estás noche y día en este sacramento, lleno de

piedad y de amor, esperando, llamando y recibiendo a cuantos vienen a visitarte: creo que estás

presente en el sacramento del altar.

Te adoro desde el abismo de mi nada y te doy gracias por todas las mercedes que me has hecho, y

especialmente por haberte dado Tú mismo en este sacramento, por haberme concedido por mi

abogada a tu amadísima Madre y haberme llamado a visitarte en esta iglesia.

Adoro ahora a tu Santísimo corazón y deseo adorarlo por tres fines: el primero, en acción de

gracias por este insigne beneficio. En segundo lugar, para resarcirte de todas las injurias que

recibes de tus enemigos en este sacramento; y finalmente, deseando adorarte con esta visita en

todos los lugares de la Tierra donde estás sacramentado con menos culto y abandono.

-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Señor Jesús:

Nos presentamos ante ti sabiendo que nos llamas y que nos amas tal como somos.

«Tú tienes palabras de vida eterna y nosotros hemos creído y conocido que tú eres el Hijo de

Dios» (Jn. 6,69)

Tu presencia en la Eucaristía ha comenzado con el sacrificio de la última cena y continúa como

comunión y donación de todo lo que eres.

Por medio de ti y en el Espíritu Santo que nos comunicas, queremos llegar al Padre para darle

nuestro SÍ unido al tuyo.


Contigo ya podemos decir: Padre nuestro.

Siguiéndote a ti, «camino, verdad y vida», queremos penetrar en el aparente «silencio» y

«ausencia» de Dios, rasgando la nube del Tabor para escuchar la voz del Padre que nos dice: «Este

es mi Hijo amado, en quien tengo mi complacencia: Escuchadlo» (Mt. 17,5).

Con esta FE, hecha de escucha contemplativa, sabremos iluminar nuestras situaciones personales,

así como los diversos sectores de nuestra vida

Tú eres nuestra ESPERANZA, eres nuestra paz, eres nuestro mediador, hermano y amigo.

Nuestro corazón se llena de gozo y de esperanza al saber que vives «siempre intercediendo por

nosotros» (Heb. 7,25).

Nuestra esperanza se traduce en confianza, gozo de Pascua y camino apresurado contigo hacia el

Padre.

Queremos sentir como tú, amar como tú y ser como tú, valorar las cosas como las valoras tú.

Porque tú eres el centro, el principio y el fin de todo.

Queremos AMAR COMO TÚ, que das la vida y te comunicas con todo lo que eres.

Quisiéramos decir como San Pablo: «Mi vida es Cristo y mi muerte es una ganancia» (Flp. 1,21).

Nuestra vida no tiene sentido sin ti.


Queremos aprender a «estar con quien sabemos nos ama», porque «con tan buen amigo presente

todo se puede sufrir». En ti aprenderemos a unirnos a la voluntad del Padre, porque en la oración

«el amor es el que habla» (Sta. Teresa).

CREYENDO, ESPERANDO Y AMANDO, TE ADORAMOS con una actitud sencilla de presencia, silencio

y espera, que quiere ser también reparación, como respuesta a tus palabras: «Quedaos aquí y

velad conmigo» (Mt. 26,38).

Tú superas la pobreza de nuestros pensamientos, sentimientos y palabras; por eso queremos

aprender a adorar admirando el misterio, amándolo tal como es, y callando con un silencio de

amigo y con una presencia de donación.

El Espíritu Santo que has infundido en nuestros corazones nos ayuda a decir esos «gemidos

inenarrables» (Rom. 8,26) que se traducen en actitud agradecida y sencilla, y en el gesto filial de

quien ya se contenta con tu sola presencia, tu amor y tu palabra.

Gracias a ti, nuestra capacidad de silencio y de adoración se convertirá en capacidad de AMAR y de

SERVIR.

Nos has dado a tu Madre como nuestra para que nos enseñe a meditar y adorar en el corazón.

Ella, recibiendo la Palabra y poniéndola en práctica, se hizo la más perfecta Madre.

Ayúdanos a ser tu Iglesia misionera, que sabe meditar adorando y amando tu Palabra, para

transformarla en vida y comunicarla a todos los hermanos.

-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
¡Señor, me postro ante ti de rodillas porque eres el único que merece esta distinción!

¡Me postro ante Ti, Señor, y frente a la custodia me siento lleno de tu amor, de tu ternura, ¡de tu

misericordia! ¡Gracias, Señor! ¡Gracias porque mi corazón se llena de una gran paz interior y una

felicidad inmensa!

¡Gracias, porque te miro fijamente, inicio mi oración con el corazón abierto y me siento

profundamente amado por ti a pesar de mi fragilidad, mis pecados y mis omisiones!

¡Me siento unido a Ti, Señor, ¡y siento que en este tiempo tu compañía me llena profundamente!

¡Me postro ante Ti, Señor, porque necesito sentir la fuerza de tu presencia, sentirme seguro a tu

lado, sentirme aliviado por todos los problemas que me embargan y todas las situaciones que no

se vivir con coherencia, pero, sobre todo, ¡me siento bendecido por tu amor infinito!

¡Señor, me postro ante Ti y siento como toda tu misericordia se derrama sobre mi corazón

abierto, como tu presencia llena mi ser! ¡Señor, me postro ante Ti y siento como se derrama sobre

mi corazón una fuente de agua viva, un caudal de amor!

¡Gracias, Señor, ¡porque tal vez no lo merezco! ¡Me postro ante Ti, Señor, y todas mis debilidades

y flaquezas se tornan fortaleza, todas mis tristezas se vuelven alegrías, todas mis inseguridades se

llenan de tu seguridad, ¡todo lo que hay en mi quiere ser corregido! ¡Me postro ante Ti, Señor, ¡y

siento como tu gracia se desborda y llena mi vida de alegría, esperanza y amor!

¡Gracias, Señor, porque salgo reconfortado de este encuentro contigo, este tiempo especial en el

que he podido poner mi vida y la de los míos a tus pies para que, unidos a Ti y a María, nos haga

madurar en la fe, ¡en la esperanza y en la caridad!


5. LITURGÍA Y REFLEXIÓN

6. NO SE HACE BENDICIÓN, SE RESERVA EL SANTISIMO SACRAMENTO DE RODILLAS CON


LA SIGUIENTE ORACIÓN

Señor nuestro Jesucristo, que en este admirable Sacramento nos dejaste el memorial de tu Pasión,
concédenos venerar de tal modo los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que
experimentemos constantemente los frutos de tu Redención. Tú que vives y reinas por los siglos
de los siglos. Amén

Bendito sea Dios… oración del libro

7. COMUNIÓN

8. DULCE MADRE…

También podría gustarte