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CONSEJO DE ESTADO

SALA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO


SECCIÓN TERCERA
SUBSECCIÓN B

Magistrado ponente: Alberto Montaña Plata

Bogotá D.C., 1 de marzo de 2023.

Radicación: 08001-23-31-000-2006-01800-01 (55.296)


Demandante: Ivette Uhía de Caro y otros
Demandado: Nación - Ministerio de Defensa – Policía Nacional
Referencia: Reparación directa – Decreto 1 de 1984 –

Temas: Reparación directa - Responsabilidad extracontractual del Estado por la muerte de


un particular – Falla en el servicio.

Síntesis del caso: Carlos Andrés Paz Uhía se desplazaba en su vehículo cuando fue
interceptado por dos agentes uniformados que afirmaron pertenecer a la Policía Nacional.
Los agentes le practicaron una requisa en la que le decomisaron el arma de fuego que
portaba consigo. En ese momento, un grupo de delincuentes se acercó al lugar y disparó
en su contra causándole la muerte.

Conoce la Sala los recursos de apelación presentados por las partes en


contra de la Sentencia proferida el 31 de julio de 2013 por el Tribunal
Administrativo de Atlántico, en la cual se accedió parcialmente a las
pretensiones de la demanda.

La Sala es competente para proferir esta providencia por tratarse de un


recurso de apelación en contra de una sentencia proferida por un Tribunal
Administrativo, interpuesto en vigencia de la Ley 446 de 1998, de
conformidad con los artículos 129 y 132 del Código de lo Contencioso
Administrativo, norma vigente al momento de la presentación de la
demanda.1

Contenido: 1. Antecedentes, 2. Consideraciones, 3. Decisión.

1. ANTECEDENTES

Contenido: 1.1. Posición de la parte demandante, 1.2. Posición de la parte demandada,


1.3. Sentencia de primera instancia, 1.4. Recursos de apelación.

1.1. Posición de la parte demandante

1El artículo 132 del CCA, numeral 6, prevé que los tribunales administrativos conocen en primera instancia de las
demandas de reparación directa cuya cuantía exceda 500 SMLMV, lo cual, en el año en el que se presentó la
demanda (2006), equivalía a $204.500.000. En este caso la cuantía de la pretensión mayor se estimó en
$2.214.000.000, por lo que el conocimiento del asunto correspondió en primera instancia al Tribunal Administrativo
y en segunda instancia al Consejo de Estado.

Calle 12 No. 7-65 – Tel: (57-1) 350-6700 – Bogotá D.C. – Colombia


www.consejodeestado.gov.co
Radicación: 08001-23-31-000-2006-01800-01 (55.296)
Demandante: Ivette Uhía De Caro y otros
Demandado: Nación - Ministerio de Defensa – Policía Nacional
Referencia: Reparación directa – Decreto 1 de 1984 -
Decisión: Modifica la Sentencia de primera instancia
_____________________________________________________________________________________________________________

1. El 7 de julio de 2006, Ivette Uhía de Caro, Luzcena Núñez Figueroa y Jorge


Andrés Paz Núñez presentaron demanda, en ejercicio de la acción de
reparación directa, en contra de la Nación - Ministerio de Defensa - Policía
Nacional, con el fin de obtener la reparación de los perjuicios ocasionados
con la muerte de Carlos Andrés Paz Uhía, el 12 de julio de 2004, en la ciudad
de Barranquilla.2

2. En la demanda se planteó como pretensión declarativa (se trascribe):

“Declarar administrativamente responsable a la parte demandada de la muerte


violenta del señor CARLOS ANDRÉS PAZ UHÍA, causada por la participación de
agentes de la Policía Nacional, en el desarrollo de una supuesta diligencia de
requisa llevada a cabo el día 12 de julio de 2004 en la ciudad de Barranquilla, a
la altura de la carrera 43b con calle 85, y por consiguiente, de los perjuicios
morales subjetivos y materiales sucesivos ocasionados a su esposa LUZCENA
NUÑEZ FIGUEROA y a su hijo menor JORGE ANDRÉS PAZ NUÑEZ, tal como se
documento en el acápite hechos (…)”

3. La indemnización solicitada se resume en los siguientes valores:

Perjuicio Demandante Calidad Monto

Ivette Uhía de Caro Madre 200 SMLMV


Perjuicios
Luzcena Núñez Figueroa Cónyuge 200 SMLMV
morales
Jorge Andrés Paz Núñez Hijo 200 SMLMV

Perjuicios por Ivette Uhía de Caro Madre


Lo que se
daño a la
Luzcena Núñez Figueroa Cónyuge pruebe en el
vida en
proceso3
relación Jorge Andrés Paz Núñez Hijo

Perjuicios Ivette Uhía de Caro Madre


Lo que se
materiales
Luzcena Núñez Figueroa Cónyuge pruebe en el
por daño
proceso4
emergente Jorge Andrés Paz Núñez Hijo

Perjuicios Ivette Uhía de Caro Madre


materiales
Luzcena Núñez Figueroa Cónyuge $2.214.000.0005
por lucro
cesante Jorge Andrés Paz Núñez Hijo

4. Adicionalmente, solicitó que se actualizara la condena al valor real del


monto al momento de proferirse la sentencia y se diera cumplimiento a la
providencia en los términos de los artículos 176 y 177 del C.C.A.

2 Folios del 3 al 19 del cuaderno No. 1.


3 “[P]or la desaparición de la figura de hombre, del esposo, del hijo, del hermano y padre, respectivamente, que
aparejó consigo no solo la privación del goce propio, en cada caso, que les prodigaba su presencia y compañía,
sino, además, que obligó a la señora LUZCENA NÚÑEZ FIGUEROA, a extremar sus condiciones de trabajo en
descuido de su pequeño hijo (…)”.
4 Por los gastos funerarios y el pago de honorarios a abogados.
5 Por las sumas dejadas de percibir con la muerte de Carlos Paz Uhía, esto es, los salarios y dineros que la víctima

habría producido en su actividad de comerciante y ganadero hasta su edad de vida probable.

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Demandado: Nación - Ministerio de Defensa – Policía Nacional
Referencia: Reparación directa – Decreto 1 de 1984 -
Decisión: Modifica la Sentencia de primera instancia
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5. Como fundamento de las pretensiones, la parte demandante refirió, en


síntesis, que:

6. El 12 de julio de 2004, en la ciudad de Barranquilla, Carlos Andrés Paz Uhía,


en compañía de 2 escoltas, se transportaba en su vehículo particular
cuando fue interceptado por 2 agentes de la Policía Nacional, quienes les
ordenaron bajarse del vehículo, los requisaron y los despojaron de las armas
de fuego que llevaban consigo, pese a tener el respectivo permiso para su
porte.

7. En medio del procedimiento, al lugar llegaron 4 personas en una


camioneta “Ford Explorer color vino tinto”, uno de ellos se bajó del vehículo
y disparó en contra de Carlos Paz, causándole la muerte.

8. Las autoridades iniciaron un proceso penal, en el que se identificó a


Genoval Alberto Palma Meza como uno de los agentes que participó en los
hechos. Este se encontraba en vacaciones y fingió encontrarse en servicio
para facilitar la comisión del homicidio. El acusado fue condenado a 29
años de prisión por el Juzgado 2 Penal del Circuito de Barranquilla.

9. La parte actora afirmó que el daño antijurídico era imputable a la


entidad demandada, toda vez que (se trascribe): “[l]a actuación de los
agentes de la Policía Nacional fue injusta y arbitraria, porque alejados de su
misión institucional de proteger la vida, honra y bienes de los ciudadanos,
se prestaron para que sicarios pudieran ultimar a un ciudadano de bien //
Es decir, de no mediar el taimado requerimiento de la supuesta requisa por
parte de los agentes de la Policía Nacional para que CARLOS ANDRÉS PAZ
UHÍA se bajara del carro blindado en el que se desplazaba, los sicarios no
hubieran podido causarle la muerte”.

1.2. Posición de la parte demandada

10. El Ministerio de Defensa - Policía Nacional presentó contestación de la


demanda, en la que solicitó el rechazo de las pretensiones planteadas por
la parte actora, porque se configuró la excepción que denominó “culpa
personal del agente”6. Argumentó que no existió falla del servicio y explicó
que el hecho fue cometido por el uniformado cuando se encontraba de
vacaciones, no ocurrió durante la prestación del servicio ni respondió a una
finalidad propia de este, de modo que sus actuaciones, al no tener ninguna
relación con la actividad del Estado, no podían constituir responsabilidad
para la entidad.

6 Folios 91al 94 del cuaderno No. 1.

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Referencia: Reparación directa – Decreto 1 de 1984 -
Decisión: Modifica la Sentencia de primera instancia
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1.3. Sentencia de primera instancia

11. El 31 de julio de 2013, el Tribunal Administrativo de Atlántico profirió


Sentencia de primera instancia,7 en la que decidió (se trascribe):

“PRIMERO: DECLÁRASE que la Nación – Policía Nacional es


patrimonialmente responsable de la muerte de Carlos Andrés Paz Uhía,
como consecuencia de los hechos ocurridos el día 12 de julio de 2004, en
el municipio de Barranquilla, Atlántico.
SEGUNDO: Como consecuencia de lo anterior, CONDÉNASE a reparar a la
Nación – Policía Nacional, a pagar a los demandantes los perjuicios morales
por ellos sufridos, así:
Por concepto de perjuicios morales, se ordena cancelar a los
demandantes, las siguientes cantidades:
Para Juvenal Paz González e Ivette Uhía de Caro, padres de la víctima, la
suma de cien (100) salarios mínimos legales, para cada uno de ellos al
momento de la ejecutoria del fallo.
Para Jorge Andrés Paz Núñez, hijo del occiso el señor Carlos Andrés Paz
Uhía, la suma de cien (100) salarios mínimos legales, al momento de la
ejecutoria de este fallo.
Para Luzcena Núñez Figueroa, esposa del occiso el señor Carlos Andrés Paz
Uhía, la suma de cien (100) salarios mínimos legales, al momento de la
ejecutoria de este fallo.8
TERCERO: CONDENASE a la Nación - Policía Nacional a pagar al
demandante la suma que resulte, por concepto de daños materiales por
lucro cesante.
CUARTO: NIÉGANSE las demás pretensiones de la demanda.
(…)”.

12. El tribunal consideró que la muerte de Carlos Andrés Paz Uhía se produjo
como consecuencia de los disparos con arma de fuego realizados por un
grupo de delincuentes; no obstante, advirtió que ese hecho fue propiciado
por los agentes de policía que detuvieron el vehículo en el que se movilizaba
la víctima, le realizaron una requisa y lo despojaron del arma que portaba.
Además, destacó que uno de los agentes fue condenado en el proceso
penal adelantado por esos hechos. Con todo, concluyó que el daño era
atribuible a la entidad demandada con fundamento en el título de
imputación de daño especial, toda vez que (se trascribe): “el daño sufrido
por el señor Carlos Paz Uhía resulta considerablemente superior al que
normalmente deben sufrir los ciudadanos en razón del ejercicio de los
poderes de actuación con que cuenta la administración
independientemente de quien lo haya ocasionado”.

7Folios del 447 al 466 del cuaderno del Consejo de Estado.


8En la Sentencia de 31 de julio de 2013 se indicó que la indemnización para Luzcena Núñez Figueroa correspondía
a 50 SMLMV. Sin embargo, con ocasión de la solicitud de corrección de sentencia presentada por la parte actora,
en Sentencia complementaria de 30 de junio de 2015, el tribunal precisó que el monto reconocido a dicha
demandante era de 100 SMLMV, tal como se había consignado en la parte motiva de la providencia anterior.
Folios del 498 al 500 del cuaderno del Consejo de Estado.

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1.4. Recursos de apelación

13. La parte actora presentó recurso de apelación con el fin de que se


modificara la decisión de primera instancia9. En el escrito, solicitó que se
reconociera una indemnización por “el daño a la vida en relación”, dada la
alteración que ocasionó en el grupo familiar la ausencia de la víctima.
Asimismo, solicitó que se liquidara el perjuicio material por lucro cesante, con
base en las pruebas aportadas al expediente, según las cuales, la víctima
administraba los cultivos de las fincas “Las Palmeras”, “Las Mercedes” y
“Santa Cecilia” y por esa actividad recibía un pago de $6.000.000 al
momento de su muerte (año 2004).

14. La Policía Nacional presentó recurso de apelación en el que solicitó que


se revocara la decisión adoptada por el tribunal10. Reiteró que el daño no
era atribuible a la entidad, porque el agente que participó en el hecho
delictivo actuó dentro del ámbito de su vida privada. Además, para el
momento de los hechos, estaba asignado a un municipio distinto de aquel
en el que ocurrió el delito y no se encontraba prestando sus servicios porque
se le había autorizado un periodo de vacaciones.

15. Refirió que, conforme con la jurisprudencia de esta corporación (se


trascribe): “las actuaciones de los funcionarios solo comprometen el
patrimonio de las entidades públicas cuando las mismas tienen algún nexo
o vínculo con el servicio público y la simple calidad de funcionario público
que ostente el autor del hecho no vincula necesariamente al Estado”.

16. Cuestionó el fundamento de la responsabilidad bajo un título objetivo de


responsabilidad, pues, para ello, se requería que la actuación de quien
provocó el daño fuera legítima, sin embargo, en este caso, la conducta del
ex agente fue ilegal y contravino los fines de la entidad y del Estado.

17. Por último, adujo que en el proceso penal se reconoció una suma
indemnizatoria a favor de las víctimas, por lo que solicitó que, ante una
eventual declaratoria de responsabilidad en este proceso, se tuviera en
cuenta dicho monto en la liquidación de la condena.

2. CONSIDERACIONES

Contenido: 2.1. Síntesis de la controversia y decisiones que se adoptarán; 2.2. Atribución del
daño al Estado; 2.3. Liquidación de perjuicios y 2.4. Costas.

2.1. Síntesis de la controversia y decisiones que se adoptarán

9 Folios 467 y 469 del cuaderno del Consejo de Estado.


10 Folios del 472 al 482 del cuaderno del Consejo de Estado.

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18. En esta providencia, la Sala decidirá el fondo del asunto porque están
reunidos los presupuestos procesales para decidir11. La Sala modificará la
Sentencia de primera instancia que accedió parcialmente a las
pretensiones presentadas por la parte actora. Confirmará la responsabilidad
de la Policía Nacional, porque está acreditado que el agente de policía
actuó valiéndose de esa calidad para facilitar la comisión de la conducta
ilícita. En consecuencia, condenará a la entidad al pago de los perjuicios
causados: confirmará el monto reconocido para compensar los perjuicios
morales y liquidará el perjuicio material en la modalidad de lucro cesante,
según lo acreditado en el proceso. Los demás perjuicios serán negados.

19. Con ese norte, la Sala expondrá las razones por las que considera que la
muerte de Carlos Andrés Paz Uhía es atribuible a la entidad demandada;
después, liquidará la indemnización de los perjuicios y, finalmente, declarará
improcedente la condena en costas.

2.2. Atribución del daño al Estado

20. La muerte de Carlos Andrés Paz Uhía no fue objeto de controversia entre
las partes12, por lo que el análisis se centrará en la imputación de
responsabilidad al Estado.

21. En el expediente obran como pruebas relevantes algunas copias del


expediente penal, con radicado No. “2004-00888-00”, adelantado en
contra de Genoval Alberto Palma Meza y algunas copias del proceso
disciplinario, con radicado No. “140-4385-2004” adelantado en contra del
mencionado agente, las cuales serán valoradas, ya que frente a ellos las
partes pudieron ejercer debidamente su derecho de contradicción de la
prueba. También obran las declaraciones de Román Rafael Reguillo
Caicedo (agente de la policía), Juan Carlos Alemán Ruíz (agente de la
policía), Deglis Zamir Antonio García (escolta), Daniel Arturo Gómez Triana
(escolta); y Antonio Aguirre Lizarazo (taxista), las cuales fueron practicadas
en el proceso penal y serán valoradas en este proceso ya que fueron
solicitadas como prueba por ambas partes13; certificaciones laborales de la

11 La demanda fue presentada oportunamente. La muerte de Carlos Andrés Paz Uhía ocurrió el 12 de julio de 2004,
por lo que el término se extendía hasta el 13 de julio de 2006, de manera que la demanda presentada el 5 de julio
de 2006 se realizó dentro del término de 2 años previsto en el numeral 8 del artículo 136 del Código Contencioso
Administrativo.
12 En todo caso, la muerte se encuentra probada con el registro civil de defunción (folio 26 del cuaderno No. 1) y

el acta de necropsia (folios 89 al 93 del cuaderno No. 2).


13 En la demanda, la parte actora solicitó: “se oficie al Juzgado Segundo Penal del Circuito de Barranquilla o en su

defecto al de Ejecución de Penas de Valledupar, para que envíe copia autenticada del expediente adelantado
en contra del agente de la Policía Nacional: GENOVAL ALBERTO PALMA MEZA, que participó en la muerte de
CARLOS ANDRÉS PAZ UHÍA”. En la contestación a la demanda, la Policía solicitó: “ofíciese a los Juzgados de
Instrucción Penal Militar 173 y 174 e igualmente a la Fiscalía 153 de I.P.M. y al Juzgado 151 de Primera Instancia del
Comando del Departamento de Policía del Atlántico a efectos de que certifiquen si por los hechos de la demanda
muerte del señor CARLOS ANDRÉS PAZ UHÍA ocurrida el 12 de julio de 2004 fue adelantada investigación penal
militar; en el evento que sea afirmativa la respuesta se servirán remitir fotocopia de la misma, de lo contrario se

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víctima; y los testimonios de dos personas que declararon sobre la actividad


comercial del fallecido y de sus relaciones familiares.

22. Con base en dichos elementos de prueba está acreditado que Genoval
Alberto Palma Meza fue investigado, procesado y condenado por los
hechos relacionados con la muerte de Carlos Andrés Paz Uhía. En el proceso
penal, el Juzgado 2 Penal del Circuito de Barranquilla profirió Sentencia de
15 de julio de 2005, en la que encontró que el procesado era responsable
del delito de homicidio, en concurso con hurto agravado, y le impuso una
pena de 29 años y 5 meses de prisión. Con base en la información contenida
en las actas de inspección y levantamiento de cadáver, los testimonios
practicados en el proceso, el registro de llamadas desde el teléfono celular
del agente cerca al lugar de los hechos, el juez penal consideró que (se
trascribe): “en los hechos efectivamente participaron dos personas vestidas
de policía (…) quienes desempeñaron un papel crucial en la comisión del
ilícito, toda vez que valiéndose del respeto que para la ciudadanía genera
el uniforme de policía lograron que la víctima descendiera del rodante y que
tanto esta como sus escoltas entregaran sus armas, quedando en completo
estado de indefensión”14.

23. En el proceso disciplinario, la Procuraduría Provincial de Barranquilla


profirió fallo de 28 de febrero de 2006 en el que declaró responsable a
Genoval Alberto Palma Meza y lo sancionó con suspensión en el ejercicio
del cargo de Subintendente de la Policía Nacional por un periodo de 12
meses e inhabilidad para ejercer cargos públicos por igual lapso. Lo anterior,
en razón a que (se trascribe): “el policial Genolval Palma Meza, al momento
de los hechos (12 de julio de 2004) era agente activo, vinculado a la fuerza
pública, en particular de la policía, con funciones de vigilancia y protección
de la ciudadanía, con su actuar violentó no solo el bien jurídico de la vida
del ciudadano Paz Uhía, sino también su función y su deber como servidor
público (…) un agente activo en uso de su periodo vacacional puso al
servicio de la delincuencia común, su condición de subintendente de
policía, sus prendas privativas de uso de la fuerza pública, ajustando con ello

servirá solicitar certificación al señor Juez de Primera Instancia cuándo y porqué motivos es la justicia ordinaria la
que adelanta la investigación”. Esta Corporación ha establecido que la regla general es que, en virtud del
principio de inmediación, los testimonios tienen que practicarse en presencia de los jueces que deben resolver los
litigios y, en observancia del derecho a la defensa, las partes deben tener la posibilidad de contradecir las pruebas
que se presenten en su contra. Por lo que, para la valoración de los testimonios practicados por fuera del proceso
se exige su ratificación en el proceso en el que se pretenden hacer valer. No obstante, el trámite de ratificación
se podrá omitir cuando ambas parte soliciten que se incluya la prueba al expediente; cuando la parte contra la
cual se presenta la prueba, de manera expresa, manifiesta que está de acuerdo con la práctica de la prueba
solicitada por la parte actora; cuando el testimonio ha sido trasladado al trámite contencioso administrativo por
solicitud de una de las partes y la otra utiliza en su defensa lo consignado en esa declaración juramentada; o
cuando la prueba se practicó con la audiencia de la parte contra la cual se aduce o fue recopilado por ella
misma, pues en este caso se cumplen con las condiciones establecidas en los artículos 185 y 229 del Código de
Procedimiento Civil. Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, Sentencia de 11
de septiembre de 2013, Exp. Radicación: 41001-23-31-000-1994-07654-01(20601). En concordancia, Corte
Constitucional, Sentencia T-204 de 28 de mayo de 2018.
14 Sentencia penal. Folios 289 al 304 del cuaderno No. 4.

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su conducta a un estado de ilicitud que sirvió de apoyo para que se hiciera


efectivo el homicidio del señor Paz Uhía”15.

24. Respecto a las circunstancias como ocurrieron los hechos, Román Rafael
Reguillo Caicedo y Juan Carlos Alemán Ruiz (agentes de policía), en sus
declaraciones, coinciden en afirmar que el 12 de julio de 2001 estaban
asignados para patrullar en la zona en que ocurrió el homicidio y,
aproximadamente a las 4:45 o 5:00 p.m., vieron a dos policías uniformados
en una moto particular color azul, por lo cual pensaron que habían sido
asignados como apoyo. Román Reguillo reconoció a uno de los agentes
como Genoval Palma Meza, y lo saludó. Al otro agente no lo conocían, pero
lo describieron como “un señor de aproximadamente 40 o 50 años, grueso,
tez blanca y vestido con el uniforme 3A”. Manifestaron que, pasados 45
minutos aproximadamente recibieron la información sobre unas
detonaciones cerca de la “calle 85 con carrera 44” (cerca al lugar donde
habían visto a los uniformados) y, al llegar al sitio, hallaron a otros 2 policías
que habían acudido a atender la noticia criminal y el cuerpo de la víctima
tendido el suelo. Horas después, el intendente asignado a ese sector reunió
a todas las patrullas e indagó por los uniformados que habían instalado un
puesto de control en el lugar en el que ocurrió el homicidio, sin embargo,
ninguno de los presentes había estado allí, salvo los 2 uniformados que
fueron vistos por los declarantes16.

25. Por otra parte, Deglis Zamir Antonio García y Daniel Arturo Gómez Triana
(escoltas de la víctima) declararon que el día de los hechos, a las 4:15 p.m.
aproximadamente, la víctima entró a un restaurante en el que tardó 20
minutos, ellos se quedaron a las afueras y observaron a dos policías cerca al
lugar. Al salir abordaron el vehículo en el que se movilizaban y observaron a
los mismos 2 policías persiguiéndolos. A las pocas cuadras, los agentes les
hicieron una señal de pare y, al acatar la orden y bajarse del vehículo, los
agentes “no preguntaron nada, sino que en seguida y con arma en mano
el parrillero le quitó el maletín al patrón y le sacó la pistola, después rapidito
se vino para donde mi y me quitó el revolver, no esperó que yo se lo
entregara, enseguida que me lo quita lo sacó de la cartuchera y le sacó las
balas y las tiró en la parte de atrás del carro, mientras tanto el que manejaba
la moto se dio vuelta al carro y desarmó al ‘cachaco’”. Cuando la víctima
discutía con uno de los agentes e intentaba recuperar el maletín, se acercó
una persona vestida de civil, quien se lo arrebató, arrastró a la víctima y le
disparó. Luego, huyó en un vehículo “Ford explorer color vino tinto” que lo
estaba esperando a unos metros del lugar en el que se encontraban. Deglis
Antonio afirmó que, después de los disparos, “los policías salieron corriendo

15Fallo disciplinario. Folios 364 al 379 del cuaderno No. 4.


16Declaración de Román Rafael Reguillo Caicedo (folios 13 al 15 del cuaderno No. 7) y declaración de Juan Carlos
Alemán Ruíz (folios 16 al 18 del cuaderno No. 7).

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para la moto con las armas empretinadas(sic) a la cintura, prendieron la


moto y se fueron detrás de la camioneta, no persiguiéndolos, porque de ser
así entonces hubieran reaccionado”, además, se llevaron las armas
supuestamente decomisadas17.

26. Ambos escoltas coincidieron en describir a los agentes infractores con


similares características a las señaladas por los policías que atendieron el
caso, el primero “estaba vestido de color verde y camisa color crema, sin
gorra, como de 1.65 a 1.70 metros de estatura, como de unos 38 a 40 años,
grueso, moreno, con entradas bastante amplias en la cabeza, cabello liso,
cejas pobladas, labios gruesos, sin barba, ni bigote”; el segundo, “tenía
uniforme enterizo verde, de dril, tenía casco con visera transparente, no se
quitó el casco”. Asimismo, el señor Antonio del Carmen Aguirre Lizarazo, de
profesión taxista, quien se encontraba cerca al lugar en el que ocurrieron los
hechos y presenció lo ocurrido, manifestó que quienes detuvieron el
vehículo en el que se movilizaba la víctima fueron 2 agentes de policía,
“tenían uniforme de la policía, pero había uno que tenía el uniforme más
oscuro, más verde”.18

27. Conforme con lo anterior, está acreditado que, por lo menos, una de las
dos personas que participaron en los hechos era miembro activo de la
Policía Nacional; así consta en algunos documentos sobre su retiro19 y fue un
hecho que no controvirtió la parte demandada. Asimismo, está demostrado
que dicho agente fue cómplice del grupo criminal que cometió el homicidio
y simuló un operativo de registro para propiciar la comisión del delito.
Adicionalmente, está probado que dicho agente usó los uniformes de la
entidad a la que pertenecía, se identificó como agente de la policía, y en
uso de las facultades que le otorgaba el cargo, requisó, desarmó y puso en
estado de indefensión a la víctima y a las personas que lo acompañaban.

28. El hecho no fue circunstancial. La conducta del agente no fue ajena a


la comisión del delito. En el proceso penal y disciplinario quedó en evidencia
que existió premeditación que Genoval Palma Meza “de manera dolosa,
portando uniforme de la fuerza pública, premeditadamente, en compañía
de un supuesto compañero, pararon el vehículo donde venia Paz Uhía con
la artimaña de requisarlo” y “puso al servicio de la delincuencia común su
condición de subintendente de la policía”20. Adicionalmente, según las
declaraciones de los testigos, después de ocurrido el homicidio, el agente
no realizó ningún esfuerzo por capturar a los agresores, en su lugar huyó y se

17 Declaración de Deglis Zamir Antonio García (folios 19 y 20 del cuaderno No. 7) y ampliación de dicha
declaración (folios 174 al 181 del cuaderno No. 7). Declaración de Daniel Arturo Gómez Triana (folios 37 al 40 del
cuaderno No. 7) y ampliación de dicha declaración (folios 182 al 183 del cuaderno No. 7).
18 Declaración de Antonio del Carmen Aguirre Lizarazo. Folios 229 y 230 del cuaderno No. 7.
19 Resolución que resuelve retirar del servicio de la policía a Genoval Antonio Pala Meza. Folio 393 del cuaderno

No. 4.
20 Citas del fallo disciplinario de 28 de febrero de 2006.

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Radicación: 08001-23-31-000-2006-01800-01 (55.296)
Demandante: Ivette Uhía De Caro y otros
Demandado: Nación - Ministerio de Defensa – Policía Nacional
Referencia: Reparación directa – Decreto 1 de 1984 -
Decisión: Modifica la Sentencia de primera instancia
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llevó consigo las armas decomisadas. Por último, cabe resaltar que los
mismos testigos afirmaron que, momentos antes del hecho, observaron a los
dos agentes de policía merodeando cerca al restaurante en el que la
víctima se encontraba y que, posteriormente, los siguieron hasta solicitarles
que se detuvieran para practicar la supuesta requisa21.

29. Lo anterior demuestra que la conducta del agente de policía influyó


directamente en la producción del daño. Además, para la Sala es claro que
esa conducta tuvo una relación directa con el servicio estatal, pues se valió
de su calidad de autoridad para propiciar la comisión de un delito. En
efecto, el agente, a pesar de encontrarse en vacaciones, usó el uniforme
de la entidad a la que pertenecía e instaló un puesto de control en un lugar
en el que no existía ninguna autorización para ello. La víctima, quien se
desplazaba con sus escoltas, atendió el llamado de pare, porque el agente
se identificó como miembro de la Policía Nacional, portaba el uniforme de
dicha entidad, y aparentó que se trataba de un procedimiento regular de
inspección. De manera que, está probado que, en este caso, el agente se
amparó en su calidad de autoridad para facilitar la comisión del hecho
ilícito y para la víctima su conducta derivó del ejercicio de un poder
público.22

30. El daño antijurídico es atribuible a la entidad demandada dado que la


muerte de Calos Andrés Paz Uhía fue ocasionada con la participación de
un agente de la Policía que actuó aprovechándose de su posición de
autoridad para cometer un delito, con claro desconocimiento de sus
funciones constitucionales y legales de proteger a la población civil y
abstenerse de atentar contra su vida e integridad.

31. En definitiva, la Sala considera que está probado el daño (la muerte de
Carlos Andrés Paz Uhía), está acreditado el nexo causal (el agente de
policía Genoval Alberto Palma Meza participó en la comisión de la
conducta ilícita) y está demostrada la atribución del daño a la entidad (el
agente de policía actuó valiéndose de esa condición para cometer el
homicidio). De manera que confirmará la responsabilidad de la Policía
Nacional y la condenará al pago de los perjuicios ocasionados a los
demandantes, según se explica a continuación.

21 Deglis Zamir Antonio García declaró: “llegamos a un sitio que nos dijo EL CACHACO que se llama NARCOBOLLO,
ahí nos bajamos, entró CARLOS ANDRÉS a comer y ahí demoró como veinte minutos. Yo me quedé afuera mientras
tanto con el otro escolta. Después salimos y yo le dije “patrón ahí en la esquina había unos policías parados y
ahora no los veo”. Enseguida el arranca en el carro y como al minuto se nos pegan los policías de la moto que
había visto parqueados y nos pitan (…)”
22 En los casos de responsabilidad del Estado por daños ocasionados por sus agentes, esta Corporación ha

establecido que para que el daño sea imputable al Estado es necesario que la conducta del agente tenga alguna
relación con la actividad estatal, por ejemplo, que el agente actúe en desarrollo de sus funciones, con elementos
o instrumentos propios de dicha actividad, o que se exceda en las funciones asignadas, o que se ampare o
aproveche de su calidad de autoridad, de manera que para la víctima su conducta se derive del ejercicio del
poder público. Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, Sentencia de 6 de julio
de 2017, exp. No. 54001-23-31-000-2001-00612-01(42088), Sentencia de 28 de abril de 2010, exp. No. 17201,
Sentencia de 17 de marzo de 2010, exp. No. 18526, Sentencia de 17 de marzo de 2010, exp. No. 18526.

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Radicación: 08001-23-31-000-2006-01800-01 (55.296)
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Demandado: Nación - Ministerio de Defensa – Policía Nacional
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2.3. Liquidación de perjuicios

2.3.1. Perjuicios inmateriales

- Perjuicios morales

32. En el expediente está acreditado el parentesco de Ivette Uhía de Caro


(madre)23, Jorge Andrés Paz Núñez (hijo)24 y Luzcena Núñez Figueroa
(cónyuge)25 con la víctima directa, por lo que, conforme con lo establecido
por la Sala Plena de esta Sección en la Sentencia de 28 de agosto del 201326,
se confirmará la indemnización reconocida por el tribunal, esto es, 100
SMLMV a favor de cada uno de ellos.

33. El tribunal, en la sentencia de primera instancia, también reconoció una


indemnización de 100 SMLMV a favor de Juvenal Paz González (padre de la
víctima directa), no obstante, la Sala observa que el mencionado no actuó
como demandante en este proceso, por lo que resulta improcedente
cualquier indemnización a su favor. En ese sentido, revocará dicha decisión
de condena.

34. La parte actora, además, en el recurso de apelación, insistió en el


reconocimiento de una indemnización “por daño a la vida en relación”. La
Sala recuerda que la denominación de dicha tipología de perjuicio fue
abandonada a partir de la Sentencia de unificación de 14 de septiembre
del 201127, sin embargo, en aquellos casos en que se solicita se debe tener
en cuenta la tipología vigente en la jurisprudencia, para indemnizar los
perjuicios que resulten acreditados en el expediente. En el presente asunto,
no se acreditó una afectación diferente de aquella reconocida por el
perjuicio moral28.

2.3.2. Perjuicios materiales

- Lucro cesante

23
Registro civil de nacimiento, folio 34 del cuaderno No.3.
24
Registro civil de nacimiento, folio 32 del cuaderno No.3.
25 Registro civil de matrimonio, folio 31 del cuaderno No.3.
26 Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sala Plena de la Sección Tercera, Sentencia del 28

de agosto del 2013, expediente 26251.


27 Consejo de Estado, Sección Tercera, Sala Plena. Sentencia de 14 de septiembre de 2011. Exp. 38222. M.P. Enrique

Gil Botero.
28 En efecto, la parte actora solicitó, bajo este concepto, la indemnización de los perjuicios causados “[P]or la

desaparición de la figura de hombre, del esposo, del hijo, del hermano y padre, respectivamente, que aparejó
consigo no solo la privación del goce propio, en cada caso, que les prodigaba su presencia y compañía, sino,
además, que obligó a la señora LUZCENA NÚÑEZ FIGUEROA, a extremar sus condiciones de trabajo en descuido
de su pequeño hijo (…)”.

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Radicación: 08001-23-31-000-2006-01800-01 (55.296)
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Demandado: Nación - Ministerio de Defensa – Policía Nacional
Referencia: Reparación directa – Decreto 1 de 1984 -
Decisión: Modifica la Sentencia de primera instancia
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35. En este caso se reconocerá una indemnización por lucro cesante a favor
de Jorge Andrés Paz Núñez, respecto de quien se presume la dependencia
económica con la víctima directa hasta la edad de 25 años, y Luzcena
Núñez Figueroa, respecto de quien se presume la dependencia económica
hasta la edad de vida probable de su cónyuge. En relación con Ivette Uhía
de Caro se negará este perjuicio, ya que respecto de ella no está
demostrado el elemento de la dependencia29.

36. En el expediente se encuentra acreditado que Carlos Andrés Paz Uhía


trabajaba como administrador de las fincas de propiedad de sus padres30.
No obstante, no se tiene certeza del monto devengado por dicha actividad
económica31, por lo cual la tasación del perjuicio se realizará con base en
el salario mínimo legal mensual vigente ($1.160.000), sin el aumento
correspondiente a prestaciones sociales, por tratarse de un trabajador
independiente.

37. Para calcular el ingreso base de liquidación en un primer periodo, en el


que son beneficiarios tanto la cónyuge como el hijo de la víctima, se
disminuirá el salario en un 25%, teniendo en cuenta que la víctima debía
destinar un porcentaje de sus ingresos para sí misma. Es decir, el monto para
la liquidación será $ 870.000. En un segundo periodo, en el que solo es
beneficiaria la cónyuge, se infiere que la víctima gastaría el 50% del salario
para sí y el otro 50% constituiría el ingreso base para la liquidación, esto es,
$580.000.

38. Para efectos de determinar el tiempo durante el cual el Estado debe


disponer del IBL para indemnizar el lucro cesante, la Sala comparará el
tiempo indemnizable para la cónyuge y para el hijo, y elegirá el mayor de
ellos.

29 Los testigos Rubén Darío Murcia Domínguez (folios 382 al 384 del cuaderno No. 1) y Ruth Leonor Yadira Martínez
de Marulanda (folios 35 al 37 del cuaderno No. 1) coincidieron en manifestar que la señora Ivette Uhía era la
propietaria de las fincas que administraba la víctima, de manera que no podría presumirse que esta contribuía a
su sostenimiento, menos aún cuando uno de sus escoltas, cuando se le interrogó por las actividades que realizaba
el fallecido, manifestó “hasta donde yo sé, fuimos dos veces a Valledupar a la finca que se llama “Las Mercedes”,
queda a la entrada de Valledupar, está sembrada en palma africana, es bastante extensa y me decía que era
mejor negocio que el ganado y que le estaba yendo bien, la finca es de los papás, el más bien vivía de lo que le
daban los papás”
30 Rubén Darío Murcia Domínguez indicó que “estaba al frente de los negocios de la mamá (…) el comentaba a

mis hijos y yo le escuchaba que obtenía de 6 a 7 millones mensuales que le daba la administración de la ganadería
y el cultivo”. Ruth Leonor Yadira Martínez señaló que el fallecido se dedicaba a administrar los cultivos de palma
africana y comercializar dicho producto, refirió que “Carlos Andrés apoyaba a su mamá con su trabajo y la
responsabilidad que él adquirió apoyándola con su trabajo con la misma palma”.
31 Al expediente se aportaron varias certificaciones laborales emitidas por la empresa “Extractora Palmariguani

S.A.” en la que consta que la empresa compraba la producción de cultivos de propiedad de la señora Ivette Uhía,
por intermedio de su hijo, Carlos Andrés Paz. También se allegó una carta emitida por la señora Ivette Uhía,
demandante en este proceso, en la que se indica que Carlos Andrés Paz recibía un pago de $6.000.000 por
“prestación de servicio como administrador de los cultivos de palma africana en las fincas “Las Mercedes” y “Santa
Cecilia””, asimismo, los testigos manifestaron que les constaba que los ingresos de la víctima ascendían a
$5.000.000 o $7.000.000 millones aproximadamente. Sin embargo, esas afirmaciones no tienen ningún respaldo
probatorio y no son concordantes con el oficio remitido por la DIAN, en el que se informa que “Carlos Andrés Paz
Uhía no figura inscrito en RUT y no figura presentando declaración por ningún concepto y por ningún año
gravable”.

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39. La cónyuge tiene derecho a ser indemnizada por 52,01 años, esto es,
624,12 meses, ya que al comparar su expectativa de vida probable con la
de la víctima, ese es el periodo más corto entre las dos. En efecto, Jorge
Andrés Paz Núñez tenía 24 años al momento de su muerte, por lo que, según
la Resolución No. 497 de 1997 de la Superintendencia Bancaria, su
expectativa de vida probable era de 52,01 años. Mientras que Luzcena
Núñez Figueroa, al momento de la muerte de su cónyuge, tenía 22 años, por
lo que, según la mencionada resolución, su expectativa de vida probable
era de 55,47 años.

40. Para el hijo, quien al momento de la muerte de su padre tenía 5 años, el


periodo a liquidar será desde el día siguiente en que la víctima falleció (13
de julio de 2004) hasta la fecha en que cumplirá la edad de 25 años (31 de
marzo de 2024). Es decir, el periodo a liquidar será 236,6 meses en total.

41. En consecuencia, el tiempo durante el cual el Estado está obligado a


disponer del IBL para indemnizar el lucro cesante de este grupo familiar es el
más largo entre el periodo indemnizable de la cónyuge y el hijo, es decir,
624,12 meses.

42. Para el caso concreto, se calculan los períodos como sigue:

- Periodo 1. Va desde el 13 de julio de 2004 (el día siguiente a la fecha


de la muerte de la víctima) hasta el 31 de marzo de 2024 (fecha en la
que Jorge Andrés Paz Núñez cumple 25 años), que corresponde a 236,6
meses. En este periodo son beneficiarios tanto la cónyuge como el hijo.
- Periodo 2. Va desde el 1 de abril de 2024 (el día siguiente a la fecha en
que el hijo cumple 25 años) hasta el último día de la vida probable de
la madre. Este período tiene 387,52 meses, que corresponde a los meses
indemnizables para la cónyuge menos los meses ya liquidados en el
periodo anterior. La única beneficiaria en este período es Luzcena
Núñez Figueroa.

43. En este caso, además, la liquidación del lucro cesante tiene una división
adicional en periodos independientes de las edades de los beneficiarios: un
periodo de lucro cesante consolidado que se cuenta hasta la expedición
de esta Sentencia (1 de marzo de 2023) y, un periodo de lucro cesante
futuro, después de esta sentencia.

44. Determinados los periodos y los beneficiarios en cada uno de ellos,


debe distribuirse el IBL por periodos, de conformidad con las reglas de esta
Corporación. Esto es:

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- Para el periodo 1, el 50% del IBL será para la cónyuge y el 50% restante
será para el hijo.
- Para el periodo 2, se aplicará la regla de la jurisprudencia, según la cual,
una vez los hijos alcanzan los 25 años, el IBL se reduce al 50% de los
ingresos acreditados y la cónyuge tiene derecho a recibir la totalidad
de ese monto.

45. Así, para el caso concreto y, de conformidad con los criterios


explicados, se aplicará la fórmula tradicionalmente aceptada por esta
corporación para liquidar el lucro cesante en cada uno de los periodos. La
Sala recuerda que el IBL para el primer periodo es $ 870.000.

Periodo 1

Periodo 1.1. Consolidado. Desde el 13 de julio de 2004 hasta el 1 de marzo


2023 (fecha de la presente providencia), esto es 223,56 meses.

S = Ra (1 + i)n – 1
I
En donde,
Ra= renta actualizada, es decir, el 50% del IBL, esto es, $435.000
i= tasa de interés que corresponde a 0,004867
n = número de meses que tiene el periodo, en este caso, 223,56 meses

Entonces,

S= $ 435.000 x (1+0,004867)223,56 - 1
0,004867
S = $ 175.242.754,79

En este periodo, a cada uno de los beneficiarios le corresponde una


indemnización por el monto de $ 175.242.754,79.

Periodo 1.2. Futuro. Desde el 2 de marzo de 2023 (día siguiente a la


expedición de la presente providencia) hasta el 31 de marzo de 2024 (fecha
en que Jorge Andrés Núñez Figueroa cumple 25 años) esto es 12,96 meses.

S = Ra (1+i)n -1
i (1+i)n
En donde,
Ra= renta actualizada, es decir, el 50% del IBL, esto es, $435.000
i= tasa de interés que corresponde a 0,004867
n = número de meses que tiene el periodo, en este caso, 12,96 meses

Entonces,

S= $ 435.000 x (1+0,004867)12,96 - 1

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0,004867 (1+ 0,004867)12,96


S = $ 5.450.640,72

En este periodo, a cada uno de los beneficiarios le corresponde una


indemnización por el monto de $ 5.450.640,72.

Periodo 2

En este periodo solo se calcula el lucro cesante futuro a favor de Luzcena


Núñez Figueroa:

S = Ra (1+i)n -1
i (1+i)n
En donde,
Ra= renta actualizada, es decir, el 50% del SMLMV, esto es, $580.000
i= tasa de interés que corresponde a 0,004867
n = número de meses que tiene el periodo, en este caso, 387,52 meses

Entonces,

S= $ 580.000 x (1+0,004867)387,52 - 1
0,004867 (1+ 0,004867) 387,52
S = $ 101.012.751,79

De acuerdo con lo anterior, en este periodo a Luzcena Núñez Figueroa le


corresponde una indemnización por el monto de $ 101.012.751,79

46. Así, la Sala ordenará el pago, de las siguientes sumas de dinero, por
concepto de indemnización del lucro cesante, consolidado y futuro para
cada uno de los beneficiarios, así:

- Luzcena Núñez Figueroa: $281.345.564,81


- Jorge Andrés Núñez Figueroa: $ 180.332.813,02

47. La entidad demandada solicitó que ante una eventual condena se


dedujeran las sumas reconocidas como indemnización a los aquí
demandantes constituidos en parte civil en el proceso penal. Dicha petición
será negada ya que en este caso la indemnización deriva de la falla
atribuible al Estado, con independencia de la condena a título personal
impuesta al agente en el proceso penal. Así, ante la no coincidencia de
obligados, ni de fuente de la obligación, no procede realizar tal descuento.
En todo caso, en el expediente no obra ninguna prueba que acredite el
pago de una indemnización a favor del grupo familiar.

2.4. Costas

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48. No hay lugar a la imposición de costas debido a que no se evidencia


en el caso concreto actuación temeraria de ninguna de las partes,
condición exigida por el artículo 55 de la Ley 446 de 1998 para que se
proceda de esta forma.

3. DECISIÓN

En mérito de lo expuesto, el Consejo de Estado, en Sala de lo Contencioso


Administrativo, Sección Tercera, Subsección “B”, administrando justicia en
nombre de la República y por autoridad de la Constitución y la Ley,

RESUELVE:

PRIMERO: MODIFICAR la Sentencia proferida el 31 de julio de 2013 por el


Tribunal Administrativo de Atlántico, en la cual se accedió parcialmente a
las pretensiones de la demanda.

SEGUNDO: DECLARAR la responsabilidad patrimonial de la Nación –


Ministerio de Defensa – Policía Nacional por la muerte de Carlos Andrés Paz
Uhía, en los hechos ocurridos el 12 de julio de 2004, en la ciudad de
Barranquilla.

TERCERO: CONDENAR a la Nación – Ministerio de Defensa – Policía Nacional


a pagar, por concepto de perjuicios morales, las siguientes sumas:

Demandante Monto
Ivette Uhía de Caro 100 SMLMV
Luzcena Núñez Figueroa 100 SMLMV
Jorge Andrés Paz Núñez 100 SMLMV

CUARTO: CONDENAR a la Nación – Ministerio de Defensa – Policía Nacional a


pagar, por concepto de perjuicios materiales en la modalidad de lucro
cesante, las siguientes sumas

Demandante Monto
Luzcena Núñez Figueroa $281.345.564,81
Jorge Andrés Paz Núñez $ 180.332.813,02

QUINTO: NEGAR las demás pretensiones de la demanda

SEXTO: NO CONDENAR en costas.

SÉPTIMO: DAR cumplimiento a lo dispuesto en los artículos 176 y 177 del


Código Contencioso Administrativo.

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Demandado: Nación - Ministerio de Defensa – Policía Nacional
Referencia: Reparación directa – Decreto 1 de 1984 -
Decisión: Modifica la Sentencia de primera instancia
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OCTAVO: EXPEDIR copia de la Sentencia de segunda instancia, conforme a


lo dispuesto en el artículo 115 del Código de Procedimiento Civil; para tal
efecto, el Tribunal de instancia cumplirá los dictados del artículo 362 del
C.P.C.

NOVENO: En firme esta providencia DEVOLVER el expediente a la


Corporación de origen para lo de su cargo.

NOTIFÍQUESE Y CÚMPLASE

Firmado electrónicamente Firmado electrónicamente


MARTÍN BERMÚDEZ MUÑOZ FREDY IBARRA MARTÍNEZ
Aclaración de voto

Firmado electrónicamente
ALBERTO MONTAÑA PLATA

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