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Síntesis del caso: Carlos Andrés Paz Uhía se desplazaba en su vehículo cuando fue
interceptado por dos agentes uniformados que afirmaron pertenecer a la Policía Nacional.
Los agentes le practicaron una requisa en la que le decomisaron el arma de fuego que
portaba consigo. En ese momento, un grupo de delincuentes se acercó al lugar y disparó
en su contra causándole la muerte.
1. ANTECEDENTES
1El artículo 132 del CCA, numeral 6, prevé que los tribunales administrativos conocen en primera instancia de las
demandas de reparación directa cuya cuantía exceda 500 SMLMV, lo cual, en el año en el que se presentó la
demanda (2006), equivalía a $204.500.000. En este caso la cuantía de la pretensión mayor se estimó en
$2.214.000.000, por lo que el conocimiento del asunto correspondió en primera instancia al Tribunal Administrativo
y en segunda instancia al Consejo de Estado.
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Radicación: 08001-23-31-000-2006-01800-01 (55.296)
Demandante: Ivette Uhía De Caro y otros
Demandado: Nación - Ministerio de Defensa – Policía Nacional
Referencia: Reparación directa – Decreto 1 de 1984 -
Decisión: Modifica la Sentencia de primera instancia
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Radicación: 08001-23-31-000-2006-01800-01 (55.296)
Demandante: Ivette Uhía De Caro y otros
Demandado: Nación - Ministerio de Defensa – Policía Nacional
Referencia: Reparación directa – Decreto 1 de 1984 -
Decisión: Modifica la Sentencia de primera instancia
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12. El tribunal consideró que la muerte de Carlos Andrés Paz Uhía se produjo
como consecuencia de los disparos con arma de fuego realizados por un
grupo de delincuentes; no obstante, advirtió que ese hecho fue propiciado
por los agentes de policía que detuvieron el vehículo en el que se movilizaba
la víctima, le realizaron una requisa y lo despojaron del arma que portaba.
Además, destacó que uno de los agentes fue condenado en el proceso
penal adelantado por esos hechos. Con todo, concluyó que el daño era
atribuible a la entidad demandada con fundamento en el título de
imputación de daño especial, toda vez que (se trascribe): “el daño sufrido
por el señor Carlos Paz Uhía resulta considerablemente superior al que
normalmente deben sufrir los ciudadanos en razón del ejercicio de los
poderes de actuación con que cuenta la administración
independientemente de quien lo haya ocasionado”.
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Radicación: 08001-23-31-000-2006-01800-01 (55.296)
Demandante: Ivette Uhía De Caro y otros
Demandado: Nación - Ministerio de Defensa – Policía Nacional
Referencia: Reparación directa – Decreto 1 de 1984 -
Decisión: Modifica la Sentencia de primera instancia
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17. Por último, adujo que en el proceso penal se reconoció una suma
indemnizatoria a favor de las víctimas, por lo que solicitó que, ante una
eventual declaratoria de responsabilidad en este proceso, se tuviera en
cuenta dicho monto en la liquidación de la condena.
2. CONSIDERACIONES
Contenido: 2.1. Síntesis de la controversia y decisiones que se adoptarán; 2.2. Atribución del
daño al Estado; 2.3. Liquidación de perjuicios y 2.4. Costas.
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Radicación: 08001-23-31-000-2006-01800-01 (55.296)
Demandante: Ivette Uhía De Caro y otros
Demandado: Nación - Ministerio de Defensa – Policía Nacional
Referencia: Reparación directa – Decreto 1 de 1984 -
Decisión: Modifica la Sentencia de primera instancia
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18. En esta providencia, la Sala decidirá el fondo del asunto porque están
reunidos los presupuestos procesales para decidir11. La Sala modificará la
Sentencia de primera instancia que accedió parcialmente a las
pretensiones presentadas por la parte actora. Confirmará la responsabilidad
de la Policía Nacional, porque está acreditado que el agente de policía
actuó valiéndose de esa calidad para facilitar la comisión de la conducta
ilícita. En consecuencia, condenará a la entidad al pago de los perjuicios
causados: confirmará el monto reconocido para compensar los perjuicios
morales y liquidará el perjuicio material en la modalidad de lucro cesante,
según lo acreditado en el proceso. Los demás perjuicios serán negados.
19. Con ese norte, la Sala expondrá las razones por las que considera que la
muerte de Carlos Andrés Paz Uhía es atribuible a la entidad demandada;
después, liquidará la indemnización de los perjuicios y, finalmente, declarará
improcedente la condena en costas.
20. La muerte de Carlos Andrés Paz Uhía no fue objeto de controversia entre
las partes12, por lo que el análisis se centrará en la imputación de
responsabilidad al Estado.
11 La demanda fue presentada oportunamente. La muerte de Carlos Andrés Paz Uhía ocurrió el 12 de julio de 2004,
por lo que el término se extendía hasta el 13 de julio de 2006, de manera que la demanda presentada el 5 de julio
de 2006 se realizó dentro del término de 2 años previsto en el numeral 8 del artículo 136 del Código Contencioso
Administrativo.
12 En todo caso, la muerte se encuentra probada con el registro civil de defunción (folio 26 del cuaderno No. 1) y
defecto al de Ejecución de Penas de Valledupar, para que envíe copia autenticada del expediente adelantado
en contra del agente de la Policía Nacional: GENOVAL ALBERTO PALMA MEZA, que participó en la muerte de
CARLOS ANDRÉS PAZ UHÍA”. En la contestación a la demanda, la Policía solicitó: “ofíciese a los Juzgados de
Instrucción Penal Militar 173 y 174 e igualmente a la Fiscalía 153 de I.P.M. y al Juzgado 151 de Primera Instancia del
Comando del Departamento de Policía del Atlántico a efectos de que certifiquen si por los hechos de la demanda
muerte del señor CARLOS ANDRÉS PAZ UHÍA ocurrida el 12 de julio de 2004 fue adelantada investigación penal
militar; en el evento que sea afirmativa la respuesta se servirán remitir fotocopia de la misma, de lo contrario se
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Radicación: 08001-23-31-000-2006-01800-01 (55.296)
Demandante: Ivette Uhía De Caro y otros
Demandado: Nación - Ministerio de Defensa – Policía Nacional
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22. Con base en dichos elementos de prueba está acreditado que Genoval
Alberto Palma Meza fue investigado, procesado y condenado por los
hechos relacionados con la muerte de Carlos Andrés Paz Uhía. En el proceso
penal, el Juzgado 2 Penal del Circuito de Barranquilla profirió Sentencia de
15 de julio de 2005, en la que encontró que el procesado era responsable
del delito de homicidio, en concurso con hurto agravado, y le impuso una
pena de 29 años y 5 meses de prisión. Con base en la información contenida
en las actas de inspección y levantamiento de cadáver, los testimonios
practicados en el proceso, el registro de llamadas desde el teléfono celular
del agente cerca al lugar de los hechos, el juez penal consideró que (se
trascribe): “en los hechos efectivamente participaron dos personas vestidas
de policía (…) quienes desempeñaron un papel crucial en la comisión del
ilícito, toda vez que valiéndose del respeto que para la ciudadanía genera
el uniforme de policía lograron que la víctima descendiera del rodante y que
tanto esta como sus escoltas entregaran sus armas, quedando en completo
estado de indefensión”14.
servirá solicitar certificación al señor Juez de Primera Instancia cuándo y porqué motivos es la justicia ordinaria la
que adelanta la investigación”. Esta Corporación ha establecido que la regla general es que, en virtud del
principio de inmediación, los testimonios tienen que practicarse en presencia de los jueces que deben resolver los
litigios y, en observancia del derecho a la defensa, las partes deben tener la posibilidad de contradecir las pruebas
que se presenten en su contra. Por lo que, para la valoración de los testimonios practicados por fuera del proceso
se exige su ratificación en el proceso en el que se pretenden hacer valer. No obstante, el trámite de ratificación
se podrá omitir cuando ambas parte soliciten que se incluya la prueba al expediente; cuando la parte contra la
cual se presenta la prueba, de manera expresa, manifiesta que está de acuerdo con la práctica de la prueba
solicitada por la parte actora; cuando el testimonio ha sido trasladado al trámite contencioso administrativo por
solicitud de una de las partes y la otra utiliza en su defensa lo consignado en esa declaración juramentada; o
cuando la prueba se practicó con la audiencia de la parte contra la cual se aduce o fue recopilado por ella
misma, pues en este caso se cumplen con las condiciones establecidas en los artículos 185 y 229 del Código de
Procedimiento Civil. Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, Sentencia de 11
de septiembre de 2013, Exp. Radicación: 41001-23-31-000-1994-07654-01(20601). En concordancia, Corte
Constitucional, Sentencia T-204 de 28 de mayo de 2018.
14 Sentencia penal. Folios 289 al 304 del cuaderno No. 4.
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Radicación: 08001-23-31-000-2006-01800-01 (55.296)
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24. Respecto a las circunstancias como ocurrieron los hechos, Román Rafael
Reguillo Caicedo y Juan Carlos Alemán Ruiz (agentes de policía), en sus
declaraciones, coinciden en afirmar que el 12 de julio de 2001 estaban
asignados para patrullar en la zona en que ocurrió el homicidio y,
aproximadamente a las 4:45 o 5:00 p.m., vieron a dos policías uniformados
en una moto particular color azul, por lo cual pensaron que habían sido
asignados como apoyo. Román Reguillo reconoció a uno de los agentes
como Genoval Palma Meza, y lo saludó. Al otro agente no lo conocían, pero
lo describieron como “un señor de aproximadamente 40 o 50 años, grueso,
tez blanca y vestido con el uniforme 3A”. Manifestaron que, pasados 45
minutos aproximadamente recibieron la información sobre unas
detonaciones cerca de la “calle 85 con carrera 44” (cerca al lugar donde
habían visto a los uniformados) y, al llegar al sitio, hallaron a otros 2 policías
que habían acudido a atender la noticia criminal y el cuerpo de la víctima
tendido el suelo. Horas después, el intendente asignado a ese sector reunió
a todas las patrullas e indagó por los uniformados que habían instalado un
puesto de control en el lugar en el que ocurrió el homicidio, sin embargo,
ninguno de los presentes había estado allí, salvo los 2 uniformados que
fueron vistos por los declarantes16.
25. Por otra parte, Deglis Zamir Antonio García y Daniel Arturo Gómez Triana
(escoltas de la víctima) declararon que el día de los hechos, a las 4:15 p.m.
aproximadamente, la víctima entró a un restaurante en el que tardó 20
minutos, ellos se quedaron a las afueras y observaron a dos policías cerca al
lugar. Al salir abordaron el vehículo en el que se movilizaban y observaron a
los mismos 2 policías persiguiéndolos. A las pocas cuadras, los agentes les
hicieron una señal de pare y, al acatar la orden y bajarse del vehículo, los
agentes “no preguntaron nada, sino que en seguida y con arma en mano
el parrillero le quitó el maletín al patrón y le sacó la pistola, después rapidito
se vino para donde mi y me quitó el revolver, no esperó que yo se lo
entregara, enseguida que me lo quita lo sacó de la cartuchera y le sacó las
balas y las tiró en la parte de atrás del carro, mientras tanto el que manejaba
la moto se dio vuelta al carro y desarmó al ‘cachaco’”. Cuando la víctima
discutía con uno de los agentes e intentaba recuperar el maletín, se acercó
una persona vestida de civil, quien se lo arrebató, arrastró a la víctima y le
disparó. Luego, huyó en un vehículo “Ford explorer color vino tinto” que lo
estaba esperando a unos metros del lugar en el que se encontraban. Deglis
Antonio afirmó que, después de los disparos, “los policías salieron corriendo
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27. Conforme con lo anterior, está acreditado que, por lo menos, una de las
dos personas que participaron en los hechos era miembro activo de la
Policía Nacional; así consta en algunos documentos sobre su retiro19 y fue un
hecho que no controvirtió la parte demandada. Asimismo, está demostrado
que dicho agente fue cómplice del grupo criminal que cometió el homicidio
y simuló un operativo de registro para propiciar la comisión del delito.
Adicionalmente, está probado que dicho agente usó los uniformes de la
entidad a la que pertenecía, se identificó como agente de la policía, y en
uso de las facultades que le otorgaba el cargo, requisó, desarmó y puso en
estado de indefensión a la víctima y a las personas que lo acompañaban.
17 Declaración de Deglis Zamir Antonio García (folios 19 y 20 del cuaderno No. 7) y ampliación de dicha
declaración (folios 174 al 181 del cuaderno No. 7). Declaración de Daniel Arturo Gómez Triana (folios 37 al 40 del
cuaderno No. 7) y ampliación de dicha declaración (folios 182 al 183 del cuaderno No. 7).
18 Declaración de Antonio del Carmen Aguirre Lizarazo. Folios 229 y 230 del cuaderno No. 7.
19 Resolución que resuelve retirar del servicio de la policía a Genoval Antonio Pala Meza. Folio 393 del cuaderno
No. 4.
20 Citas del fallo disciplinario de 28 de febrero de 2006.
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llevó consigo las armas decomisadas. Por último, cabe resaltar que los
mismos testigos afirmaron que, momentos antes del hecho, observaron a los
dos agentes de policía merodeando cerca al restaurante en el que la
víctima se encontraba y que, posteriormente, los siguieron hasta solicitarles
que se detuvieran para practicar la supuesta requisa21.
31. En definitiva, la Sala considera que está probado el daño (la muerte de
Carlos Andrés Paz Uhía), está acreditado el nexo causal (el agente de
policía Genoval Alberto Palma Meza participó en la comisión de la
conducta ilícita) y está demostrada la atribución del daño a la entidad (el
agente de policía actuó valiéndose de esa condición para cometer el
homicidio). De manera que confirmará la responsabilidad de la Policía
Nacional y la condenará al pago de los perjuicios ocasionados a los
demandantes, según se explica a continuación.
21 Deglis Zamir Antonio García declaró: “llegamos a un sitio que nos dijo EL CACHACO que se llama NARCOBOLLO,
ahí nos bajamos, entró CARLOS ANDRÉS a comer y ahí demoró como veinte minutos. Yo me quedé afuera mientras
tanto con el otro escolta. Después salimos y yo le dije “patrón ahí en la esquina había unos policías parados y
ahora no los veo”. Enseguida el arranca en el carro y como al minuto se nos pegan los policías de la moto que
había visto parqueados y nos pitan (…)”
22 En los casos de responsabilidad del Estado por daños ocasionados por sus agentes, esta Corporación ha
establecido que para que el daño sea imputable al Estado es necesario que la conducta del agente tenga alguna
relación con la actividad estatal, por ejemplo, que el agente actúe en desarrollo de sus funciones, con elementos
o instrumentos propios de dicha actividad, o que se exceda en las funciones asignadas, o que se ampare o
aproveche de su calidad de autoridad, de manera que para la víctima su conducta se derive del ejercicio del
poder público. Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, Sentencia de 6 de julio
de 2017, exp. No. 54001-23-31-000-2001-00612-01(42088), Sentencia de 28 de abril de 2010, exp. No. 17201,
Sentencia de 17 de marzo de 2010, exp. No. 18526, Sentencia de 17 de marzo de 2010, exp. No. 18526.
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- Perjuicios morales
- Lucro cesante
23
Registro civil de nacimiento, folio 34 del cuaderno No.3.
24
Registro civil de nacimiento, folio 32 del cuaderno No.3.
25 Registro civil de matrimonio, folio 31 del cuaderno No.3.
26 Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sala Plena de la Sección Tercera, Sentencia del 28
Gil Botero.
28 En efecto, la parte actora solicitó, bajo este concepto, la indemnización de los perjuicios causados “[P]or la
desaparición de la figura de hombre, del esposo, del hijo, del hermano y padre, respectivamente, que aparejó
consigo no solo la privación del goce propio, en cada caso, que les prodigaba su presencia y compañía, sino,
además, que obligó a la señora LUZCENA NÚÑEZ FIGUEROA, a extremar sus condiciones de trabajo en descuido
de su pequeño hijo (…)”.
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35. En este caso se reconocerá una indemnización por lucro cesante a favor
de Jorge Andrés Paz Núñez, respecto de quien se presume la dependencia
económica con la víctima directa hasta la edad de 25 años, y Luzcena
Núñez Figueroa, respecto de quien se presume la dependencia económica
hasta la edad de vida probable de su cónyuge. En relación con Ivette Uhía
de Caro se negará este perjuicio, ya que respecto de ella no está
demostrado el elemento de la dependencia29.
29 Los testigos Rubén Darío Murcia Domínguez (folios 382 al 384 del cuaderno No. 1) y Ruth Leonor Yadira Martínez
de Marulanda (folios 35 al 37 del cuaderno No. 1) coincidieron en manifestar que la señora Ivette Uhía era la
propietaria de las fincas que administraba la víctima, de manera que no podría presumirse que esta contribuía a
su sostenimiento, menos aún cuando uno de sus escoltas, cuando se le interrogó por las actividades que realizaba
el fallecido, manifestó “hasta donde yo sé, fuimos dos veces a Valledupar a la finca que se llama “Las Mercedes”,
queda a la entrada de Valledupar, está sembrada en palma africana, es bastante extensa y me decía que era
mejor negocio que el ganado y que le estaba yendo bien, la finca es de los papás, el más bien vivía de lo que le
daban los papás”
30 Rubén Darío Murcia Domínguez indicó que “estaba al frente de los negocios de la mamá (…) el comentaba a
mis hijos y yo le escuchaba que obtenía de 6 a 7 millones mensuales que le daba la administración de la ganadería
y el cultivo”. Ruth Leonor Yadira Martínez señaló que el fallecido se dedicaba a administrar los cultivos de palma
africana y comercializar dicho producto, refirió que “Carlos Andrés apoyaba a su mamá con su trabajo y la
responsabilidad que él adquirió apoyándola con su trabajo con la misma palma”.
31 Al expediente se aportaron varias certificaciones laborales emitidas por la empresa “Extractora Palmariguani
S.A.” en la que consta que la empresa compraba la producción de cultivos de propiedad de la señora Ivette Uhía,
por intermedio de su hijo, Carlos Andrés Paz. También se allegó una carta emitida por la señora Ivette Uhía,
demandante en este proceso, en la que se indica que Carlos Andrés Paz recibía un pago de $6.000.000 por
“prestación de servicio como administrador de los cultivos de palma africana en las fincas “Las Mercedes” y “Santa
Cecilia””, asimismo, los testigos manifestaron que les constaba que los ingresos de la víctima ascendían a
$5.000.000 o $7.000.000 millones aproximadamente. Sin embargo, esas afirmaciones no tienen ningún respaldo
probatorio y no son concordantes con el oficio remitido por la DIAN, en el que se informa que “Carlos Andrés Paz
Uhía no figura inscrito en RUT y no figura presentando declaración por ningún concepto y por ningún año
gravable”.
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Radicación: 08001-23-31-000-2006-01800-01 (55.296)
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39. La cónyuge tiene derecho a ser indemnizada por 52,01 años, esto es,
624,12 meses, ya que al comparar su expectativa de vida probable con la
de la víctima, ese es el periodo más corto entre las dos. En efecto, Jorge
Andrés Paz Núñez tenía 24 años al momento de su muerte, por lo que, según
la Resolución No. 497 de 1997 de la Superintendencia Bancaria, su
expectativa de vida probable era de 52,01 años. Mientras que Luzcena
Núñez Figueroa, al momento de la muerte de su cónyuge, tenía 22 años, por
lo que, según la mencionada resolución, su expectativa de vida probable
era de 55,47 años.
43. En este caso, además, la liquidación del lucro cesante tiene una división
adicional en periodos independientes de las edades de los beneficiarios: un
periodo de lucro cesante consolidado que se cuenta hasta la expedición
de esta Sentencia (1 de marzo de 2023) y, un periodo de lucro cesante
futuro, después de esta sentencia.
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Radicación: 08001-23-31-000-2006-01800-01 (55.296)
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Referencia: Reparación directa – Decreto 1 de 1984 -
Decisión: Modifica la Sentencia de primera instancia
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- Para el periodo 1, el 50% del IBL será para la cónyuge y el 50% restante
será para el hijo.
- Para el periodo 2, se aplicará la regla de la jurisprudencia, según la cual,
una vez los hijos alcanzan los 25 años, el IBL se reduce al 50% de los
ingresos acreditados y la cónyuge tiene derecho a recibir la totalidad
de ese monto.
Periodo 1
S = Ra (1 + i)n – 1
I
En donde,
Ra= renta actualizada, es decir, el 50% del IBL, esto es, $435.000
i= tasa de interés que corresponde a 0,004867
n = número de meses que tiene el periodo, en este caso, 223,56 meses
Entonces,
S= $ 435.000 x (1+0,004867)223,56 - 1
0,004867
S = $ 175.242.754,79
S = Ra (1+i)n -1
i (1+i)n
En donde,
Ra= renta actualizada, es decir, el 50% del IBL, esto es, $435.000
i= tasa de interés que corresponde a 0,004867
n = número de meses que tiene el periodo, en este caso, 12,96 meses
Entonces,
S= $ 435.000 x (1+0,004867)12,96 - 1
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Radicación: 08001-23-31-000-2006-01800-01 (55.296)
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Referencia: Reparación directa – Decreto 1 de 1984 -
Decisión: Modifica la Sentencia de primera instancia
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Periodo 2
S = Ra (1+i)n -1
i (1+i)n
En donde,
Ra= renta actualizada, es decir, el 50% del SMLMV, esto es, $580.000
i= tasa de interés que corresponde a 0,004867
n = número de meses que tiene el periodo, en este caso, 387,52 meses
Entonces,
S= $ 580.000 x (1+0,004867)387,52 - 1
0,004867 (1+ 0,004867) 387,52
S = $ 101.012.751,79
46. Así, la Sala ordenará el pago, de las siguientes sumas de dinero, por
concepto de indemnización del lucro cesante, consolidado y futuro para
cada uno de los beneficiarios, así:
2.4. Costas
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3. DECISIÓN
RESUELVE:
Demandante Monto
Ivette Uhía de Caro 100 SMLMV
Luzcena Núñez Figueroa 100 SMLMV
Jorge Andrés Paz Núñez 100 SMLMV
Demandante Monto
Luzcena Núñez Figueroa $281.345.564,81
Jorge Andrés Paz Núñez $ 180.332.813,02
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NOTIFÍQUESE Y CÚMPLASE
Firmado electrónicamente
ALBERTO MONTAÑA PLATA
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