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Sala Segunda de la Corte

Resolución Nº 00045 - 1994

Fecha de la Resolución: 03 de Marzo del 1994 a las 10:10 a. m.


Expediente: 00-000000-0000-00
Redactado por: Jorge Hernán Rojas Sánchez,No indica redactor
Analizado por: SALA SEGUNDA

Sentencias en igual sentido

Contenido de Interés:
Tipo de contenido: Voto de mayoría
Rama del Derecho: Familia
Tema: Daños y perjuicios
Subtemas:

La madre que ejercita la patria potestad responde por daños que cause en ese ejercicio, si cobró indebidamente una pensión a
persona que no era realmente el padre del menor y ella lo sabía, debe devolver el monto de lo recibido. [45-94]

Contenido de Interés:
Tipo de contenido: Voto de mayoría
Rama del Derecho: Familia
Tema: Patria potestad
Subtemas:
Tema: Pensión alimentaria
Subtemas:

La madre que ejercita la patria potestad responde por daños que cause en ese ejercicio, si cobró indebidamente una pensión a
persona que no era realmente el padre del menor y ella lo sabía, debe devolver el monto de lo recibido. [ 45 -94]

Contenido de Interés:
Tipo de contenido: Voto de mayoría
Rama del Derecho: Familia
Tema: Error en la apreciación de la prueba
Subtemas:

No existe error de hecho porque sí tuvo por probado que sentencia condenó a actora pago de pensión. Tampoco error de derecho,
porque no se citó el artículo 330 del Código Procesal Civil. [45-94]

Contenido de Interés:
Tipo de contenido: Voto de mayoría
Rama del Derecho: Resoluciones sobre Competencias Laboral
Tema: Por razón de la materia en laboral-pretensión es laboral
Subtemas:

Procesos iniciados antes de la vigencia de la Ley Orgánica del Poder Judicial. Infracción a las leyes de trabajo. [38-94], [39-94], [40-
94], [41-94], [42-94], [43-94], [44-94], [45-94]

Texto de la Resolución
Nº 45
SALA SEGUNDA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las diez horas diez minutos del tres de marzo de mil
novecientos noventa y cuatro.-
Proceso ordinario establecido ante el Juzgado Primero de Familia de esta ciudad, por VICTOR HUGO OVIEDO ESPINOZA,
divorciado, guarda nocturno, contra AMPARO MESEN FERNANDEZ, divorciada, de oficios del hogar, FRANCISCO ANTONIO
LOAICIGA PANIAGUA, agricultor, casado dos veces y, GERARDO ENRIQUE LOAICIGA MESEN, soltero, estudiante. Actúan como
apoderados: del actor, la licenciada Rosa María Vargas Ramírez, y de los demandados el licenciado José Alberto Longhi Carvajal,
abogados, soltera la primera, casado el segundo. Todos mayores, vecinos de San José, a excepción del codemandado Loaiciga
Paniagua que es de Liberia.
R E S U L T A N D O:
1.- El actor, en escrito fechado el diez de julio de mil novecientos noventa, con base en los hechos y citas legales allí
contenidas, solicita que en sentencia se declare: "1- Que no siendo el padre biológico de GERARDO ENRIQUE LOAICIGA MESEN,
no debió habérseme obligado al pago de una pensión alimenticia a su favor. 2. Que se obligue a los demandados a reintegrarme
las sumas percibidas injustamente por concepto de pensión alimenticia a favor de GERARDO ENRIQUE LOAICIGA MESEN. 3- Que
se condene a los accionados al pago de los daños y perjuicios ocasionados con la imposición de la pensión. 4. Que se condene
también a los accionados al pago de ambas costas de esta acción. Desglósese los daños y perjuicios así: DAÑOS. Daño Moral:
Producido por haberseme imputado una paternidad que no me correspondía e impuesto con base en ella una pensión alimenticia
que nunca debí pagar y por la cual fui objeto en varias oportunidades de apremio corporal ╜1.000.000.00. PERJUICIOS. Perjuicio
económico: (Pensiones pagadas desde el momento en que impuso la pensión en el mes de abril de mil novecientos setenta y uno
hasta el mes de junio de mil novecientos ochenta y nueve) ╜607.178.00. Ambas costas".-
2.- Los demandados, contestaron la demanda en los términos que indican en memoriales fechados el veinticuatro de julio de
mil novecientos noventa y uno, y la demandada Mesén Fernández opuso las excepciones de falta de derecho, prescripción,
caducidad y sine actione agit, y los codemandados Loáiciga Paniagua y Loáiciga Mesén las de falta de derecho y sine actione agit.-
3.- La señora Jueza de entonces, licenciada Eva María Camacho V., en sentencia dictada a las quince horas cincuenta
minutos del doce de marzo de mil novecientos noventa y tres, resolvió: "Se acoge la excepción de falta de legitimación pasiva
opuesta por Francisco Antonio Loáiciga Paniagua y Gerardo Enrique Loáiciga Mesén a la demanda, así como la de falta de
derecho para este proceso, acogiéndose la de sine actione agit en esas dos modalidades, la de falta de interés se rechaza.- En
cuanto a ellos se rechaza la demanda en todos los extremos y se condena al actor al pago de las costas causadas.- Las
excepciones de falta de derecho y sine actione agit en las modalidades de falta de derecho, falta de legitimación activa y pasiva y
falta de interés, opuestas por la codemandada Mesén Fernández se rechazan, y en cuanto a ella se acoge la demanda y se
resuelve: que debe la citada codemandada pagar el daño causado al actor, y que se concreta en la suma recibida por concepto de
pensión alimenticia por el período que va del mes de abril de mil novecientos setenta y uno hasta junio de mil novecientos ochenta
y nueve cuyo monto se establecerá en ejecución de sentencia, así como ambas costas de esta acción.- En lo demás se rechaza la
demanda". Estimó para ello: "I.- HECHOS PROBADOS: Se tiene como demostrado: a) Que el treinta y uno de octubre ante la
Delegación Cantonal de Asistencia de la Guardia Rural de Puriscal, la demandada presentó incidente de aumento de pensión
alimenticia, con base en la inclusión del nuevo beneficiario aquí codemandado: Gerardo Enrique de apellidos en ese momento:
Oviedo Mesén (demanda de folios 8 y 9, documental de folios 111, 112, 131 y 132 así como contestación de la demandada Mesén
Fernández a folio 396).- b) Que según resolución de la Alcaldía de Puriscal de fecha veinte de marzo de mil novecientos setenta y
dos se aumentó la cuota que venía rigiendo en favor de uno de los menores, concretamente de Víctor Oviedo Mesén y que era de
ciento setenta y cinco colones, a un nuevo monto de doscientos quince mensuales, incluyendo en ese beneficio al aquí
codemandado Gerardo Enrique (misma cita anterior).- c) Que en fecha siete de julio de mil novecientos ochenta y nueve el señor
Francisco Antonio Loáiciga Paniagua, interpuso incidente de autorización de reconocimiento de hijo de mujer casada, para
reconocer su paternidad en relación al codemandado Gerardo Enrique, quien era mayor de edad (documental de folios 19 a 21).-
d) Que mediante resolución del Juez Civil de Liberia de las dieciséis horas cincuenta y cinco minutos del veintiséis de octubre de mil
novecientos ochenta y nueve, se autorizó dicho reconocimiento (demanda folio 9, contestación de folios 396 y 399 y documental de
folios 36 y 37).- e) El codemandado Loáiciga Mesén nació en febrero de mil novecientos setenta y uno, el día quince (copia de
certificación de folio 2).- II.- No demostró la parte actora: Las sumas pagadas por concepto de pensión alimenticia en favor del
beneficiario Loáiciga Mesén.- La explicación se hace en el fondo.- III.- La presente demanda ordinaria pretende se le indemnice al
actor por el daño moral y los perjuicios sufridos, dado que desde el mes de abril de mil novecientos setenta y uno hasta el mes de
junio de mil novecientos ochenta y nueve, estuvo pagando una pensión alimenticia a la que no estaba obligado.- Estima este
concepto en seiscientos siete mil, con ciento setenta y ocho colones.- El fundamento que se cita es el numeral 1045 del Código de
Familia.- La defensa de los codemandados, entre los que se encuentran la madre, el padre actual y el beneficiario de la misma,
todos ellos en forma separada pretenden se rechacen las pretensiones de la demanda.- El argumento de la defensa de la señora
Mesén se orienta en afirmar que la pensión fijada en aquella oportunidad obedecía no solo a razones de parentesco sino al
desamparo en que ella se encontraba por el descuido y abandono del actor.- Y en general todos los codemandados afirman en
sus contestaciones, que cuando el reconocimiento del señor Loáiciga se da por parte de su padre biológico, el actor de esta
demanda no se opone y estuvo de acuerdo en el mismo.- Cabe señalar que en primer término, los codemandados Francisco
Antonio y Gerardo Enrique, opusieron entre otras excepciones, la de falta de legitimación activa y pasiva; por lo que en primer lugar
se analizará la procedencia de la demanda en cuanto a estos codemandados se refiere.- Resulta claro que cuando Gerardo
Enrique cumple la mayoría de edad, el actor deja de dar alimentos a su favor, situación que es admitida por el mismo actor.- La
madre actúo como parte dentro del proceso alimentario, y es ella la que gestionó el cobro de los alimentos de sus hijos menores,
actuando por representación de éstos.- Lo anterior permite establecer que en realidad el señor Loáiciga Mesén no ha tenido
participación directa alguna en el cobro de los alimentos recibidos en su minoría de edad y por ello es razón suficiente para
determinar una falta de legitimación pasiva en cuanto a este proceso se refiere.- Por otra parte, en cuanto al señor Loáiciga
Paniagua, vemos que su participación se ha limitado al reconocimiento de la paternidad de su hijo, y esta se da cuando éste ha
cumplido su mayoría de edad, no consta beneficio alguno recibido por parte de este señor en cuanto a los alimentos recibidos por
la madre del menor.- Por lo anterior y por cuanto el reclamo se fundamenta en el hecho de atribuirse una paternidad que no le
corresponde al actor, así como la devolución de los montos percibidos, podemos establecer que la paternidad atribuida al actor, se
origina en una presunción legal establecida en el numeral 69 del Código de Familia, la que opera automáticamente en favor de los
menores nacidos dentro del vínculo matrimonial, y para desvirtuarla deben darse ciertos requisitos exigidos por Ley, no siendo
posible para ningún tercero impugnar esa paternidad, pues la acción correspondería al padre o la madre tratándose de hijos
menores, según se den los elementos exigidos por la misma Ley en los artículos 71 y 72 del Código de Familia.- Por lo anterior no
podemos establecer nexo causal alguno entre la ahora paternidad del codemandado Loáiciga Paniagua y el actor, que le permitan
a este último atribuirle responsabilidad alguna en la situación discutida en este proceso.- Si ello es así, la excepción de falta de
legitimación pasiva, se da también en cuanto al señor Loáiciga Paniagua.- Y como tal debe ser acogida, para rechazar la demanda
planteada.- 2) Por último debe ser objeto de análisis la posible responsabilidad de la señora Mesén en el cobro de alimentos y el
mantener la paternidad del hijo a cargo del señor Oviedo. Según consta de la prueba documental, fue en el año mil novecientos
setenta y uno, que se inició el cobro de alimentos en favor del hijo de la señora Mesén, señor Loáiciga Mesén.- A través de un
proceso incidental se pretendió incluir este beneficiario, y dentro de la audiencia conferida, el demandado en esa pensión admitió
aun tácitamente el parentesco entre él y el menor.- Ni dentro del proceso de alimentos ni aún dentro del mutuo consentimiento
planteado para solicitar el divorcio y que culminó con la sentencia en el año mil novecientos setenta y seis (ver folios 222 y 223), se
hizo objeción alguna a la paternidad; más pareciera que el hijo fue tenido en posesión notoria de estado por parte del actor.- De lo
anterior podemos establecer que en realidad las partes, padre y madre, estuvieron admitiendo la paternidad del menor en relación
al señor Loáiciga, y éste fue cumpliendo con sus obligaciones por un imperativo legal, cual fue el cumplimiento de la obligación a
través de una demanda de alimentos a la que nunca hizo objeción.- Sin embargo, cabe señalar que si ya en el año mil novecientos
ochenta y nueve, al cumplir la mayoría de edad el beneficiario, se deja de percibir alimentos y se autoriza un reconocimiento por
parte de un tercero, que dice ser el padre de aquél, y si en ese reconocimiento se vino a afirmar por parte de la madre, que ese hijo
nunca estuvo en posesión notoria de estado por parte del padre registral, y que el padre biológico es el señor Loáiciga, terminando
esa solicitud con una autorización de ese reconocimiento; es en ese momento que puede surgir una responsabilidad indemnizatoria
a cargo de la madre, pues a sabiendas de que no era hijo del actor, hizo gestiones de cobro de un derecho que no le correspondía
ciertamente.- No obstante, es importante determinar la actitud dolosa de la madre al demandar a quien en aquel entonces apareció
como padre de los menores; pues no debemos olvidar que el beneficio se da en relación a dos beneficiarios, uno de los cuales es
hijo de las partes, actor y demandada.- No queda claro en este proceso, ni de la demanda ni de las contestaciones, a partir de qué
momento la madre adquirió certeza de la paternidad del menor, pues no se debe olvidar que aún cuando dentro del matrimonio se
dé un adulterio, éste por sí sólo no autoriza al marido para desconocer su paternidad, pues debe además demostrar que el mismo
ocurrió durante la época de concepción del menor, existiendo en el caso contrario, la posibilidad de que la misma madre tenga
dudas en cuanto a la paternidad del hijo.- Si ello es así resulta de vital importancia para establecer la responsabilidad de la madre,
que se establezca el momento en el que la madre actúo a sabiendas de que el marido no era el padre de la criatura.- De
importancia resulta la no oposición de la madre en el reconocimiento de su hijo, y es ahí donde surge la causa para el reclamo de la
indemnización, cuando el reconocimiento es autorizado, pues dentro de los presupuestos que se dan en ese fallo como hechos
probados están: que el hijo nació durante la separación de hecho de los cónyuges y fue concebido durante esa separación, así
como el no haber estado en posesión notoria de estado por parte del padre registral.- Si esto fue comprobado dentro de ese
procedimiento sumarísimo, y si la madre no se opuso, es claro que existe una responsabilidad y un daño que debe ser
indemnizable.- Dentro del artículo 22 del Código Civil, se ampara la posibilidad de reclamar a quien abuse del ejercicio de un
derecho.- Esta posibilidad de reclamo se orienta dentro de lo que en doctrina se ha denominado la teoría del abuso del derecho; y
en particular sobre el daño derivado de este abuso.- Dentro de esta tendencia se hace responsable de sus actos dañosos al que
en ejercicio de un derecho lesione o cause un daño a otro.- Esta doctrina ha sido desarrollada por los franceses, quienes lo ven
desde dos perspectivas: a) desviación del fin perseguido por la Ley y b) posible contraste entre derecho y moral.- Se ve dentro del
ejercicio abusivo del derecho un rompimiento con el espíritu de la institución. (Así lo indica el Dr. Víctor Pérez en su obra: "La
Responsabilidad Civil Extracontractual", pág. 96).- Los daños surgidos por el abuso del derecho se pueden ver como una forma de
responsabilidad aquilina, superándose la idea de que quien ejercita un derecho a nadie lesiona, pues en el abuso también puede
surgir un daño a otro que debe ser resarcible.- Tratándose de responsabilidad extracontractual tanto la culpa como el dolo se
obliga a la reparación.- En este caso, relacionando lo anterior con lo dispuesto por el artículo 1045, es claro que se le ha causado
un daño al actor, daño que surge de enfrentar un proceso alimentario en favor de quien no tenía derecho para cobrar, siendo
entonces la madre responsable de su conducta al plantear una demanda contra quien a sabiendas no era el padre del
beneficiario.- Si ello es así, la demanda en cuanto reclama una indemnización por daño debe ser acogida.- En cuanto a los
perjuicios, definidos como la ganancia dejada de producirse deducidos los costos, fueron estimados en la suma de seiscientos siete
mil ciento setenta y ocho colones, sin embargo esta cantidad más bien se refiere al daño patrimonial y que es la pérdida sufrida de
orden patrimonial por el sujeto lesionado, en este entendido el daño cobrado debe otorgarse pero en forma genérica, pues no
existen elementos probatorios para determinar en este momento esa cantidad.- Los perjuicios no se demostraron, y en realidad no
fueron liquidados en este proceso, ni tampoco demostrados.- Por lo anterior debe acogerse la demanda en cuanto al daño
causado, únicamente, que se estima para estos efectos en la suma pagada por concepto de pensión alimenticia en favor del
beneficiario: Loáiciga Mesén, durante el plazo que va de abril de mil novecientos setenta y uno hasta junio de mil novecientos
ochenta y nueve, cuyo monto se establecerá en ejecución de fallo.- Las excepciones planteadas por la codemandada Mesén,
deben rechazarse todas y cada una de ellas, tanto la genérica de sine actione agit en la modalidad de falta de legitimación activa y
pasiva, así como la de falta de derecho y falta de interés.- Las excepciones interpuestas por todos los codemandados de
caducidad y prescripción fueron resueltas en su oportunidad, por lo que no cabe pronunciamiento en este fallo.- 4) En cuanto a las
costas: las mismas corren por cuenta de la codemandada Mesén Fernández y las de la demanda contra los codemandados
Loáiciga Mesén y Loáiciga Paniagua son a cargo de la parte actora.- Artículos 420 y 1022 del Código Procesal Civil".-
4.- El apoderado de la demandada Mesén Fernández apeló, y el Tribunal Superior Segundo Civil, Sección Primera,
integrado en esa oportunidad por los licenciados Carlos A. Avilés Vargas, Henry Madrigal Cordero y, Stella Bresciani Quirós, en
sentencia de las nueve horas cuarenta minutos del dieciséis de julio de mil novecientos noventa y tres, resolvió: "Por mayoría en
lo apelado se confirma la sentencia recurrida". Consideró para ello: (Redacta la Jueza Superior Bresciani Quirós); "I.- Se
eliminan los hechos probados que contiene la sentencia apelada y se sustituyen por las siguientes: 1) Que Gerardo Enrique
Oviedo Mesén nació el quince de febrero de mil novecientos setenta y uno, como hijo de Víctor Hugo Oviedo y Amparo Mesén. (Ver
certificación a folio 5).- 2) Que Víctor Hugo Oviedo Espinoza y Amparo Mesén Fernández contrajeron matrimonio el veintisiete de
marzo de mil novecientos setenta y cinco y por resolución Nº 162 de las trece horas del veinticuatro de marzo de mil novecientos
setenta y seis del Juzgado Sétimo Civil, se declaró disuelto el vínculo matrimonial que los había unido. (Ver certificación a folios 3 y
4).- 3) Que mediante escrito de fecha nueve de octubre de mil novecientos sesenta y siete, la señora Amparo Mesén Fernández
presentó demanda de pensión alimenticia en contra de su esposo Víctor Hugo Oviedo Espinoza para ella y para su hijo de nombre
Víctor Francisco y es así como mediante resolución de las siete horas, treinta y cinco minutos del veintisiete de octubre de mil
novecientos sesenta y siete de la Agencia Judicial de Policía de Liberia se fija una pensión alimenticia de ciento setenta y cinco
colones por mes a cargo del señor Oviedo y a favor de la señora Mesén y del menor Víctor Francisco Oviedo Mesén, sentencia que
se confirma por resolución de la Alcaldía de Liberia de las nueve horas del seis de noviembre de mil novecientos sesenta y siete.-
(Ver folios 51, 65, 66, 73 y 74 de certificación visible a folios 48 a 391).- 4) Que mediante escrito presentado el ocho de noviembre
de mil novecientos setenta y uno, ante el Delegado Cantonal de la Guardia de Asistencia Rural de Puriscal, la señora Amparo
Mesén Fernández promueve incidente de aumento de pensión alimenticia en contra del señor Víctor Hugo Oviedo Espinoza
manifestando que hace ocho meses dio a luz a un niño de nombre Gerardo Enrique Oviedo Mesén, incidente que se acoge por
resolución de la Delegación Cantonal de Santiago de Puriscal de las catorce horas del diez de febrero de mil novecientos setenta y
dos, en la que se aumenta la cuota por concepto de pensión a doscientos quince colones en beneficio de la actora y de los
menores Víctor Francisco y Gerardo Enrique Oviedo Mesén, lo cual es confirmado por resolución de la Alcaldía de Puriscal de las
diez horas del veinte de marzo de mil novecientos setenta y dos.- (Ver folios 111, 112, 124 a 127, 131, 132 de certificación visible a
folios 48 a 391).- 5) Que el dieciocho de marzo de mil novecientos setenta y cinco la señora Amparo Mesén Fernández promueve
otro incidente de aumento de pensión alimenticia en contra del señor Oviedo Espinoza, el que se acoge por resolución de la
Delegación Cantonal de San Juan de Tibás, de las ocho horas del siete de mayo de mil novecientos setenta y cinco, fijándose la
nueva cuota alimentaria en la suma de doscientos cincuenta colones mensuales, pero en virtud de apelación la Alcaldía de Tibás
por resolución de las trece horas del veintisiete de mayo de mil novecientos setenta y cinco de la Alcaldía de Tibás, se fija la cuota
en la suma de trescientos cincuenta colones mensuales.- (Ver folios 153, 171 a 173, 178, 179, 183 y 184 de certificación visible a
folios 48 a 391).- 6) Que el ocho de octubre de mil novecientos setenta y siete la señora Amparo Mesén presenta otro incidente de
aumento de pensión alimenticia y por resolución de la Alcaldía de Tibás de las nueve horas del quince de diciembre de mil
novecientos setenta y siete se acoge dicho incidente y se aumenta el monto de la pensión a la suma de quinientos colones
mensuales, lo cual en virtud de apelación es confirmado por el Juzgado Sétimo Civil de San José, mediante resolución de las
dieciséis horas del seis de enero de mil novecientos setenta y ocho.- (Ver folios 214, 233, 234, 238 a 241 y 243 de certificación a
folios 48 a 391).- 7) Que el diecinueve de agosto de mil novecientos ochenta y dos la señora Amparo Mesén promueve otro
incidente de aumento de pensión alimenticia y por resolución de la Alcaldía Civil y Trabajo de Tibás de las dieciséis horas del cinco
de noviembre de ese mismo año, se declara con lugar el incidente y se fija como nueva cuota la suma de mil seiscientos colones
mensuales a favor de Víctor Francisco y Gerardo Enrique, ambos Oviedo Mesén.- (Ver folios 308, 309, 324 y 325 de certificación
visible a folios 48 a 391).- 8) Que el señor Víctor Hugo Oviedo Espinoza el diecisiete de octubre de mil novecientos ochenta y
cuatro, presentó incidente de suspensión de pensión alimenticia en relación con su hijo Víctor Francisco y por resolución de las
quince horas y treinta minutos del veintidós de noviembre de mil novecientos ochenta y cuatro de la Alcaldía Civil y de Tránsito de
Tibás se disminuye la pensión a ochocientos colones mensuales, resolución que es revocada por el Juzgado Primero de Familia por
resolución de las ocho horas, quince minutos del dieciocho de diciembre de ese mismo año y deja la pensión en mil seiscientos
colones, pero excluyendo como beneficiario a Víctor Francisco Oviedo Mesén.- (Ver folios 334, 335, 345 y 356 de certificación
visible a folios 48 a 391).- 9) Que el dieciséis de febrero de mil novecientos ochenta y nueve el señor Víctor Hugo Oviedo Espinoza
presenta incidente de exoneración de pensión alimenticia, en virtud de que Gerardo Enrique Oviedo Mesén es mayor de edad y por
resolución de las trece horas, cinco minutos del cuatro de julio de mil novecientos ochenta y nueve de la Alcaldía de Pensiones
Alimenticias de Tibás, exonera a la señora Oviedo Espinoza de seguir pagando pensión alimenticia a favor de Gerardo Enrique
Oviedo Mesén. (Ver folios 375, 376, y 390 de certificación visible a folios 48 a 391).- 10) Que al tener dieciocho años Gerardo
Enrique Oviedo Mesén le comunicó al aquí actor Víctor Oviedo Espinoza que no era su padre y que deseaba ser reconocido por su
verdadero padre de nombre Francisco Antonio Loáiciga Paniagua.- (Ver hecho sétimo de la demanda a folio 8 vto. y su
contestación por parte del codemandado Gerardo Enrique, hoy de apellidos Loáiciga Mesén a folio 402).- 11) Que el siete de julio
de mil novecientos ochenta y nueve, el señor Francisco Antonio Loáiciga Paniagua, planteó incidente de reconocimiento de hijo de
mujer casada, para reconocer su paternidad en relación con el co-demandado Gerardo Enrique, quien ya era mayor de edad y
mediante resolución del Juez Civil de Liberia de las dieciséis horas, cincuenta y cinco minutos del veintiséis de octubre de mil
novecientos ochenta y nueve se autorizó dicho reconocimiento.- (Ver certificación a folios 13 a 38).- II.- Se aprueba el hecho tenido
por no demostrado.- III.- En este proceso ha quedado debidamente acreditado que el actor Víctor Hugo Oviedo Espinoza y la
codemandada Amparo Mesén Fernández contrajeron matrimonio el veintisiete de marzo de mil novecientos sesenta y cinco.
Estando vigente el vínculo matrimonial nace Gerardo Enrique Oviedo Mesén, hoy Loáiciga Mesén el quince de febrero de mil
novecientos setenta y uno. Sin embargo por resolución Nº 162 de las trece horas del veinticuatro de marzo de mil novecientos
setenta y seis del Juzgado Sétimo Civil, se declaró disuelto el vínculo matrimonial que había unido a los señores Oviedo y Mesén.
Cabe destacar que desde el nueve de octubre de mil novecientos sesenta y siete, la señora Mesén Fernández presentó demanda
de pensión alimenticia en contra de su esposo Víctor Hugo Oviedo Espinoza, para ella y para su hijo de nombre Víctor Francisco
Oviedo Mesén y es así como se llega a fijar una pensión alimenticia de ciento setenta y cinco colones mensuales a su favor y del
menor indicado. Posteriormente el ocho de noviembre de mil novecientos setenta y uno y ante el Delegado Cantonal de la Guardia
de Asistencia Rural de Puriscal, la señora Mesén promueve incidente de aumento de pensión alimenticia manifestando que hace
ocho meses dio a luz a un niño de nombre Gerardo Enrique Oviedo Mesén, logrando que se acoja el incidente y se fije la cuota en
la suma de doscientos quince colones mensuales a su favor y de sus dos menores hijos Víctor Francisco y Gerardo Enrique. El
dieciocho de marzo de mil novecientos setenta y cinco la señora Mesén promueve otro incidente de aumento de pensión alimenticia
y logra esta vez que se fije en la suma de trescientos cincuenta colones mensuales. El ocho de octubre de mil novecientos setenta
y siete vuelve a presentar otro incidente de aumento de pensión alimenticia y logra que se fije en quinientos colones mensuales. El
diecinueve de agosto de mil novecientos ochenta y dos se promueve otro incidente de aumento de pensión alimenticia, el cual se
acoge y se fija una pensión alimenticia en la suma de mil seiscientos colones mensuales. Es hasta en el año mil novecientos
ochenta y cuatro que el señor Oviedo Espinoza promueve incidente para que se le exonere del pago de pensión a favor de su hijo
Víctor Francisco en virtud de ser ya mayor de edad, incidente que es acogido pero se deja la misma cuota de mil seiscientos
colones mensuales sólo a favor de Gerardo Enrique Oviedo Mesén. Ya el día dieciséis de febrero de mil novecientos ochenta y
nueve y en virtud de que Gerardo Enrique Oviedo Mesén alcanza la mayoría de edad, el señor Víctor Hugo Oviedo Espinoza
presenta incidente de exoneración de pensión alimenticia, el cual es acogido por resolución de las trece horas, cinco minutos del
cuatro de julio de mil novecientos ochenta y nueve, de la Alcaldía de Pensiones Alimenticias de Tibás y es así como se exonera al
señor Oviedo Espinoza a seguir pagando pensión alimenticia a favor de Gerardo Enrique Oviedo Mesén. Al tener dieciocho años
Gerardo Enrique le comunica al aquí actor Víctor Hugo Oviedo Mesén, que no era su padre y que deseaba ser reconocido por su
verdadero padre de nombre Francisco Antonio Loáiciga Paniagua. Tres días después de que se dictó la resolución que exonera al
aquí actor al pago de pensión alimenticia a favor de Gerardo Enrique Oviedo Mesén el señor Francisco Antonio Loáiciga Paniagua
se presenta promoviendo incidente para reconocerlo como hijo suyo, reconocimiento que se autorizó mediante resolución del
Juzgado Civil de Liberia de las dieciséis horas, cincuenta minutos del veintiséis de octubre de mil novecientos ochenta y nueve.
Independientemente de la procedencia o no de dicho reconocimiento, lo cierto es que la autorización se dio y en consecuencia
queda aquí debidamente acreditado que el actor Víctor Hugo Oviedo Espinoza estuvo pagando una pensión alimenticia a la que no
estaba obligado, pues quien fuera su esposa, la aquí codemandada Amparo Mesén Fernández lo demandó mediante incidente de
aumento de la pensión que ya tenía establecida en su contra, recién nacido su hijo Gerardo Enrique, como obligado al pago de
una pensión alimenticia a su favor y el señor Oviedo Espinoza, sin sospechar la verdad de los hechos no se opuso a esa gestión, la
cual prosperó y es así como estuvo pagando pensión alimenticia a favor de Gerardo Enrique en la creencia de que se trataba de su
hijo y cuando ya llega a la mayoría de edad y que por ende desaparece la obligación de dar alimentos, se presenta Gerardo
Enrique y le dice al señor Oviedo que no es hijo suyo y que desea ser reconocido por su verdadero padre, quien efectivamente lo
hace mediante diligencias que promovió con ese fin y que se mencionan líneas arriba. Todo lo anterior cuando ya al aquí actor lo
habían hecho pagar pensión alimenticia a favor de Gerardo Enrique durante toda su minoridad. Se desprende de todo lo expuesto
la responsabilidad indemnizatoria de la madre, pues como bien lo señala la a-quo, "...a sabiendas de que no era hijo del actor, hizo
gestiones de cobro de un derecho que no le correspondía ciertamente.".- Así las cosas, de conformidad con todo lo expuesto,
razones dadas por la juzgadora de primera instancia y además tomando en consideración que el artículo 803 del Código Civil le da
acción para repetir lo pagado a quien por error de hecho o de derecho o por cualquier otro motivo pagare lo que no debe, procede
confirmar por mayoría la sentencia recurrida en lo que ha sido objeto de apelación.-" El Juez Superior Avilés Vargas , salva el
voto y resolvió: "En lo que es objeto de apelación revoco la sentencia recurrida y declaro sin lugar la demanda contra la
codemandada, Amparo Mesén Fernández". Estimo para ello: "I) De lo que se ha demostrado en este proceso resulta,
fundamentalmente que la demandada presentó el 8 de noviembre de 1971, demanda de pensión alimenticia, según se ve de la
razón de recibido de folio 112 f. En esa demanda por alimentos, se opuso el demandado, porque no le alcanzaba su salario y tenía
que pagar pensión a su madre, no se opuso argumentando que el menor en ese entonces Gerardo Enrique, no era hijo suyo. (Ver
folio 113 f.). El actor se divorció por mutuo consentimiento de la demandada, según sentencia pronunciada por el Juzgado Sétimo
Civil de San José, en marzo de 1976, obligándose, el actor, a pagar una pensión alimenticia a sus hijos Víctor Franco y Gerardo
Enrique (folio 3 y 4 f.). Muchos años después, en julio de 1989, Francisco Antonio Loáiciga Paniagua, estableció incidente para
que se le autorizara a reconocer a Gerardo Enrique Oviedo Mesén, como hijo de mujer casada, en lo que estuvo de acuerdo el
aquí actor. En dicho incidente los testigos declararon que el actor, había abandonado a la demandada en el año de mil
novecientos sesenta y nueve (Jorge Ríos Hernández y Daniel Salazar Ríos, folios 34 y 35 f.). II) Tal y como lo afirma el apoderado
judicial de la recurrente, la demandada; ésta actúo siempre en representación de su hijo Gerardo Enrique Loáiciga Mesén. En la
sentencia de divorcio, pronunciada por el Juzgado Sétimo Civil, se fijó una pensión alimenticia únicamente para los menores: Víctor
Francisco y Gerardo Enrique, no se obligó el aquí actor, a pagar pensión alimenticia a su ex-cónyuge. Ahora bien, la madre de
Gerardo Enrique, era la que por tener la representación de su hijo, tenía en ese carácter que establecer la demanda de alimentos.
Como lo afirma el actor, durante dieciocho años estuvo pagando pensión a favor de Enrique Oviedo Mesén. (Hecho sexto de la
demanda). También esgrime como argumento, el apoderado de la demandada, que la conducta del actor, al consentir en el
reconocimiento hijo de mujer casada, excluyó la antijuridicidad de la conducta observada por la demandada. En cualquier
momento, después que fue demandado, el actor para pagar alimentos a favor de Gerardo Enrique, bien pudo establecer la
demanda de impugnación de paternidad y no lo hizo. Incluso dio su consentimiento, a un incidente tramitado en el Juzgado Civil de
Liberia, que no podía jurídicamente tramitarse, porque el mismo según el párrafo 6º del artículo 84 del Código de Familia se tramita
con intervención de los cónyuges, y el actor y la demandada, no tenían esa condición o calidad desde que se divorciaron y la
sentencia alcanzó firmeza en el año de 1976. Es decir, que hubo fraude procesal, o de otro modo un error judicial.- III) A la
obligación de alimentos, no se puede aplicar lo dicho por el artículo 803 del Código Civil, por tratarse de una obligación distinta a
cualquier obligación mercantil o civil, porque comprende varios rubros, suministro de sustancias nutritivas o comestibles, atención
médica y medicamentos; necesidades de vestido y habitación; y en cuanto a menores la obligación de proporcionar recursos para
la instrucción elemental o superior y el aprendizaje de un arte u oficio; y que se determina su monto por la resolución de
posibilidades económicas de quien de los alimentos y las necesidades de quien los reciben. (Artículo 151 del Código de Familia.
Por el simple pago no se extingue la obligación de dar alimentos; aunque las obligaciones comunes se extinguen por su
cumplimiento, por la simple razón de que se trata de una obligación, que subsiste mientras subsiste la necesidad de quien recibe
los alimentos. (Ver Alberto Brenes Córdoba, nota 189, pág. 249, Tratado de Las Personas, Edit. Costa Rica.).- IV) El actor, en su
demanda, solicita que se obligue, a los demandados Gerardo Enrique Loáiciga Mesén, que es mayor de edad al establecerse la
demanda, a Francisco Antonio Loáiciga Mesén y a Amparo Mesén Fernández, a reintegrarle las sumas percibidas por concepto de
pensión alimenticia. La sentencia recurrida, declaró sin lugar la demanda en cuanto a Francisco Antonio Loáiciga Paniagua y
Gerardo Enrique Loáiciga Mesén, y la acoge en cuanto a la recurrente Amparo Mesén Fernández. Recapitulando lo antes dicho,
resulta que la conducta del actor, excluyó toda antijuridicidad de la demandada, que actúo en representación de su hijo. Es decir,
en otros términos, ella no era después del divorcio, acreedora de alimentos, frente al aquí actor. Por las razones anteriores y las
expuestas en líneas precedentes, me aparto del voto de mayoría y revoco la sentencia en lo recurrido y declaro sin lugar la
demanda establecida contra Amparo Mesén Fernández, por no existir derecho para reclamarle a ella el reintegro de las sumas
pagadas en concepto de pensión alimenticia, a su hijo Gerardo".-
5.- El apoderado de la demandada, en escrito presentado el dieciséis de agosto de mil novecientos noventa y tres, formula
recurso ante esta Sala, que en lo que interesa, dice: " ...Formulo este recurso por la forma y por el fondo con fundamento en lo
dispuesto por los artículos 591, 593, 594, 595, 596 del Código Procesal Civil, por violación en el fallo que impugno de los artículos
99, 153 y 155 del Código Procesal Civil, 127, 132 y 156 del Código de Familia, 1253 del Código Civil e indebida aplicación de los
artículos 22, 803 y 1045 del Código Civil. RECURSO DE CASACION POR LA FORMA El fallo de segunda instancia, que por voto
de mayoría confirma el del Juzgado, incurre en el vicio de ultrapetita, es decir, otorga más de lo pedido. En efecto, el accionante
solicita que en sentencia se condene a los demandados, incluida por supuesto mi poderdante, a reintegrarle las suma recibidas por
concepto de pensión alimenticia por el codemandado Loáiciga Mesén. De la relación de hechos que por demostrados tuvo el
Tribunal, se infiere que, durante su minoridad, el demandado Gerardo Enrique percibió ayuda económica del actor, en calidad de
pensión alimenticia, a partir del 20 de marzo de 1972, fecha en que la Alcaldía de Puriscal confirmó la resolución de las 14:00 horas
del 10 de febrero de 1972 de la Delegación Cantonal de Santiago de Puriscal, que estableció la obligación del accionante de
brindar ayuda alimentaria a Gerardo Enrique. No obstante lo anterior, el fallo de primera instancia, en ese aspecto confirmado por
el Tribunal Superior, obliga a la demandada a resarcir al accionante las sumas por éste cubiertas en concepto de pensión
alimenticia, a partir del mes de abril de 1971. Resulta a todas luces clara la incongruencia existente entre lo solicitado y lo
concedido en sentencia, con quebranto de los artículos 99, 153, y 155 del Código Procesal Civil. Por lo anterior el Recurso de
Casación por la forma debe ser acogido, anularse el fallo aquí impugnado y ordenarse el reenvio del expediente al Tribunal
Superior a fin de que este emita un nuevo fallo ajustado a ley procesal. RECURSO DE CASACION POR EL FONDO El fallo de
segunda instancia, combatido en este recurso, incurre en error de hecho y de derecho en la apreciación de la prueba,
esencialmente de la certificación visible a los folios 48 a 391, concretamente folios 111, 112, 124 a 127, 131 y 132, y violación de
los artículos 127, 132 y 156 del Código de Familia, 22, 803, 1045 y 1253 del Código Civil. ERROR DE HECHO Y DE DERECHO EN
LA APRECIACION DE LA PRUEBA Se desprende de la certificación que obra a folios 48 a 391 de los autos, en especial de los
folios 111 a 112, 124 a 127, 131 y 132, que la obligación a cargo del actor de suministrar ayuda alimenticia a Gerardo Enrique
surtió efecto a partir de la fecha 20 de marzo de 1972. No obstante lo anterior, el fallo del Tribunal Superior ordena resarcir al actor
las sumas canceladas por él, en calidad de pensión alimenticia a favor del citado Gerardo Enrique, a partir del mes de abril de
1971, con lo cual se reviste a ese documento de un valor del que carece efectivamente, otorgándole un contenido y un valor que
no tiene que se plasma en error de hecho y de derecho en la apreciación de esa prueba y que conlleva a una indebida aplicación
de los artículos 22, 803 y 1045 del Código Civil. VIOLACION DE LOS ARTICULOS 127 Y 132 DEL CODIGO DE FAMILIA El
numeral 127 citado, confiere a los padres el deber de regir a sus hijos, protegerlos, ADMINISTRAR SUS BIENES Y
REPRESENTARLOS LEGALMENTE. Por su parte, el artículo 132 dispone que el ejercicio de la Patria Potestad comprende el
derecho a la OBLIGACION de administrar los bienes del hijo menor. Al amparo de esas normas, mi representada accionó y logró
una cuota alimenticia a favor del entonces menor Gerardo Enrique y a cargo del actor y, con apoyo en esas mismas normas, no
hizo otra cosa que administrar el dinero que por ese concepto recibió durante la minoridad de su hijo, lo que resulta claramente
admitido por el propio fallo de primera instancia, confirmado por la mayoría del Tribunal Superior que en su considerando II dice
literalmente: "La madre actuó como parte dentro del proceso alimentario, y es ella la gestionó el cobro de los alimentos de sus hijos
menores, ACTUANDO EN REPRESENTACION DE ESTOS". (Mayúsculas y subrayado son nuestras). Al adquirir Gerardo Enrique la
mayoridad, cesó la capacidad legal de mi poderdante para representarlo y, por ende, su capacidad jurídica para ser demandada en
nombre de él. Nótese que mi representada fungió en la demanda de pensión alimenticia, no solo con la representación que el
ejercicio de la autoridad parental le confería, sino también y, en ejercicio de esos mismos atributos, como administradora de las
sumas que en nombre de Gerardo Enrique recibió. Por ello, la única responsabilidad que le cabe es frente a su propio hijo, en el
evento de que hubiere dado un destino inadecuado al dinero que recibió para su atención mientras fue menor de edad. Se sigue
de lo anterior, que el fallo de segunda instancia vulnera, por no aplicación, los artículos 127 y 132 del Código de Familia.
VIOLACION AL ARTICULO 22 DEL CODIGO CIVIL . Afirma el fallo de primera instancia, avalado por la mayoría del Tribunal
Superior, que mi representada, al accionar contra el demandante el pago de una cuota alimentaria, procedió en forma dolosa e
incurrió en un posible abuso del derecho. Nada más alejado de la realidad. La demanda que en nombre de su hijo Gerardo
Enrique estableció mi poderdante contra el accionante, lo fue bajo la tutela del menor, conferida legalmente. Bajo la presunción
contenida en el artículo 69 del Código de Familia, el menor hijo de la demandada lo fue también, y hasta tanto no se demostró lo
contrario, del actor. Pero en el caso no solo existe la presunción legal de comentario. El propio fallo de primera instancia, que
obtuvo la confirmación de la mayoría del Tribunal Superior, es claro y consiente de que, Gerardo Enrique, estuvo bajo posesión
notoria de estado por parte del actor. No había razón, entonces, para estimar que don Víctor Hugo no fuese el padre de Gerardo
Enrique y, por ello, OBLIGADO A SUMINISTRARLE ALIMENTOS . No podía mi poderdante demandar, en representación de su
hijo, a otra persona que no fuera el actor. Obsérvese, además, que don Víctor Hugo, en ningún momento impugnó la paternidad de
Gerardo Enrique, pese a que oportunidades tuvo para ello. No lo hizo cuando fue accionado en la demanda de alimentos ni
tampoco cuando se produjo su divorcio. Quiere ello decir que no existió motivo o razón alguna que diera lugar a pensar que él no
fuera el padre de Gerardo Enrique, quien repito, estuvo bajo su posesión notoria de estado. Así, el artículo 22 del Código Civil
resultó indebidamente aplicado. VIOLACION DEL ARTICULO 803 DEL CODIGO CIVIL El resarcimiento de las sumas que el actor
se vio en la obligación de satisfacer, difiere radicalmente de los créditos originados en la legislación civil. No se trata, en la especie,
de hacer valer un crédito originado en una deuda o préstamo de orden civil. De ahí deriva el yerro en los fallos de instancia, en
cuanto a la aplicación del artículo 803 del Código Civil, para resolver el conflicto planteado en esta litis, el cual, no obstante lo
anterior, da respaldo a la tesis que hemos venido sosteniendo en el proceso y mantenemos en este recurso. En lo que a la
resolución de este asunto interesa, esta norma dispone: "Sin embargo, cuando una persona, a consecuencia de un error propio, ha
pagado una deuda ajena, no tendrá derecho a repetición contra el que en razón del pago y con buena fe ha suprimido o destruido
un título necesario para el cobro de su crédito..." Aun aceptado que el actor cumplió su obligación alimentaria bajo la hipótesis de
un error, error que en ningún momento trató de enmendar pese a haber tenido diferentes oportunidades para hacerlo, en modo
alguno esta facultado para repetir lo pagado al acreedor, en el caso a Gerardo Enrique, y mucho menos para tratar de repetir lo
pagado a costa de un tercero, en el caso de mi poderdante, que como antes quedó claro, actúo en nombre y representación de su
hijo. VIOLACION AL ARTICULO 1045 DEL CODIGO CIVIL Esta norma regula y señala la responsabilidad de indemnizar la culpa
derivada de la responsabilidad civil extracontractual, situación que no se presenta en la especie, como lo hemos mantenido. Si el
actor contare con derecho para ser resarcido del dinero que pago por concepto de pensión alimenticia, jamás tendría razón de ser
bajo el supuesto de una responsabilidad civil extracontractual, sino más bien en el derecho de repetir la cantidad pagada sin tener
obligación de hacerlo. El actor no tiene derecho a repetir las cantidades canceladas a mi poderdante en razón de que mi
representada actuó en nombre de su hijo y, además, de que su propia conducta, no solo al no haber impugnado la paternidad de
Gerardo Enrique en la muchas oportunidades que tuvo para ello sino también al dar su CONSENTIMIENTO en el incidente de
reconocimiento de hijo de mujer casada que se tramitó en el Juzgado de Liberia, excluyó la ANTIJURICIDAD de la conducta
observada por mi poderdante. Este es el motivo del quebranto del artículo 1045 del Código Civil, por indebida aplicación.
VIOLACION DEL ARTICULO 1253 DEL CODIGO CIVIL. Mi poderdante, repito, actuó en la demanda de pensión alimenticia, en
representación de su hijo, a la sazón menor de edad. Esa representación, autoriza por la legislación de familia, equivale a un
mandato o poder y MANDATO significa, según el Diccionario de Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales de don Manuel Osorio
(Editorial Heliasta Pag. 446), "...Orden, disposición imperativa. Encargo o comisión, Representación." O sea, que la persona que
actúa como APODERADO lo hace en representación de otra persona y ejecuta, EN SU NOMBRE Y POR SU CUENTA, un acto o
una serie de actos jurídicos, no hace sino representar a su poderdante, en los actos para los cuales le fue conferido el mandato,
pero jamás ha de responder con su patrimonio, por los actos que lleve a cabo en representación de su mandante. EL mandato en
cuestión equivale a la representación que el padre ostenta en el ejercicio de la patria potestad sobre su menor hijo, de allí entonces
que el numeral citado fue infringido por aplicación indebida en el fallo que por medio de este recurso impugno. En síntesis, el fallo
recurrido no hace otra cosa que obligar a la demandada al pago de una obligación de la que en lo personal no era titular y a
resarcir un dinero del que en forma personal no disfrutó, sino que hizo efectivo y administró, en nombre y representación de su
entonces menor hijo. En virtud de todo lo expuesto, solicito se declare con lugar este Recurso de Casación por el fondo, se
revoque el fallo impugnado, se declare sin lugar la demanda interpuesta contra mi poderdante y se imponga el pago de ambas
costas al actor".-
6.- En los procedimientos se han observado las prescripciones legales; se dicta esta sentencia fuera del término de ley, pero
dentro del concedido por la Corte Plena.-
Redacta el Magistrado ROJAS SANCHEZ; y,
C O N S I D E R A N D O:
I.- El apoderado de la codemandada Amparo Mesén Fernández, interpone recurso de casación por motivos de forma y de
fondo, contra la sentencia dictada por el Tribunal Superior Segundo Civil, Sección Primera. Se siente agraviado porque, el
pronunciamiento dictado en este proceso, obliga a la demandada a pagar una obligación de la que no era titular en lo personal,
ordenándosele resarcir un dinero que, en lo personal, no disfrutó. Recurso en cuanto a la forma: ataca la sentencia del Tribunal
Superior Segundo Civil, Sección Primera, y pretende que se anule, porque incurrió en el vicio de ultrapetita pero, analizado el
pronunciamiento, se concluye sin duda alguna que, en este vicio, no incurrieron los juzgadores de instancia. Una sentencia está
viciada por ultra petita, cuando es incongruente, porque le otorga a una de las partes, más de lo pedido, en la demanda o en la
contrademanda. Si se incurre en este vicio, procede casar la sentencia por la forma, conforme lo establece el artículo 594, inciso 3,
del Código Procesal Civil. En el caso que nos ocupa, no existe tal vicio porque, en la sentencia, se concedió lo que el actor pidió en
la demanda; esto es, lo que denominó perjuicio económico consistente en las pensiones que le cobraron de abril de mil novecientos
setenta y uno a junio de mil novecientos ochenta y nueve. En consecuencia no se quebrantaron, conforme a lo expuesto, los
artículos 99, 153 y 155 del Código Procesal Civil que indica el recurrente como violados.
II. Recurso de Casación por el fondo: reclama el recurrente error de hecho y de derecho en la apreciación de la prueba.
Tampoco existe el vicio apuntado por la parte demandada, porque en la sentencia recurrida se tiene por demostrado, en el hecho
4, que el fallo en que se condenó al actor a pagar pensión, a favor de Gerardo Enrique, fue dictado por la Alcaldía de Puriscal,
conociendo en grado, el día veinte de marzo de mil novecientos setenta y dos. Este es el hecho que, según se argumenta en el
recurso, no se ha tenido como probado y que causa agravio a la condenada en la sentencia impugnada, pues la obliga a pagar las
pensiones recibidas, desde abril de mil novecientos setenta y uno. No le asiste la razón al promovente del presente recurso de
casación, pues no existe el error de hecho que reclama y el error de derecho que también considera que afecta la sentencia, no es
posible analizarlo, pues en el recurso no se indica, como infringido, el artículo 330 del Código Procesal Civil, que es el que se
violenta cuando se da una errónea apreciación de la prueba; que, en todo caso, tampoco existió.
III. Asimismo, alega el recurrente, violación de los artículos 127 y 132 del Código de Familia. Tampoco se dio tal violación.
Los argumentos esgrimidos no resultan de recibo, pues la madre del menor Gerardo Enrique, al haber actuado en un proceso
como su representante en el ejercicio de la patria potestad, conforme lo establece el artículo 127 del Código de Familia, responde
por los daños que cause, si ejerce indebidamente esa patria potestad. Si la señora Amparo Mesén Fernández incurrió en
conductas dañosas, al ejercer inadecuadamente la patria potestad de su hijo menor, cobrando una pensión alimenticia a una
persona que no era realmente el padre -y ella lo sabía- aunque lo indicara el Registro Civil, debe responder al tenor de lo que
dispone el artículo 1045 del Código Civil; sin que pueda darse vicio alguno por inaplicación de los artículos 127 y 132 del Código de
Familia, que no regulan el caso. No resultó aplicado, erróneamente, el artículo 22 del Código Civil, porque realmente lo que ocurrió
fue que, sabiendo la madre de Gerardo Enrique que, el padre del menor, no era Oviedo Espinoza, lo demandó en estrados
judiciales, para obligarlo a pagarle una pensión; con lo cual ejerció antisocialmente un derecho que resultaba aparente, por la
simple inscripción del nacimiento del menor, en el Registro Civil, donde formalmente aparecía como hijo de una persona que no era
su verdadero padre. En cuanto a la errónea aplicación del artículo 803 del Código Civil, no es de recibo la argumentación que se
esgrime en ese sentido. Está claro que, el actor, pagó pensiones alimenticias que no le correspondían, inducido a error -con
aviesa intención- por la demandada, por lo que en forma correcta fue aplicada esa norma, sin que rija para este caso, el párrafo
segundo de ese numeral; por lo que no había razón alguna para poder aplicarlo, como lo pretende el recurrente. Por las mismas
razones, no fue violentado el artículo 1253 del Código Civil, porque esa disposición no excluye al mandatario de responsabilidad,
por el mal uso que haga de las potestades que le otorga el mandato. En lo que sí le asiste la razón al recurrente, es en cuanto a la
violación directa en que los juzgadores de instancia incurrieron, al aplicar el artículo 1045 del Código Civil. Esa violación consistió,
en proceder a fijar la indemnización, apartándose de lo que tuvieron como demostrado. Si el hecho demostrado cuarto de la
sentencia, dejó establecido que, la pensión indebidamente cobrada, fue determinada por una resolución que se dictó en segunda
instancia, el veinte de marzo de mil novecientos setenta y dos, las pensiones pagadas a partir de esa fecha son las que debe
devolver Amparo Mesén Fernández y no las que indica la sentencia recurrida, ya que el artículo 1045 del Código Civil, se refiere a
la reparación de los daños efectivamente causados y no a los que pudo haber ocasionado pero que no lo hizo, pues si bien es
cierto que Gerardo Enrique nació antes de esa fecha, no recibió pensión de Víctor Hugo Oviedo Espinoza con anterioridad del
dictado de la sentencia que lo obligó a pagarla periódicamente. Conforme con lo expuesto procede, en lo que se refiere a la
determinación del monto de los daños que debe indemnizar la demandada, casar la sentencia recurrida y, resolviendo por el fondo,
establecer que ese daño consiste en las sumas pagadas por pensión a Gerardo Enrique, del veinte de marzo de mil novecientos
setenta y dos al mes de junio de mil novecientos ochenta y nueve. En lo demás, se declara sin lugar el recurso.
P O R T A N T O:
Se declara sin lugar el recurso de casación por la forma. Se casa la sentencia pero únicamente en cuanto estableció con
error los daños efectivamente causados y, resolviendo por el fondo, en ese aspecto concreto, se establece que los mismos
consisten en las pensiones pagadas por Víctor Hugo Oviedo Espinoza a Gerardo Enrique Loáiciga Mesén, en el período que corrió
del veinte de marzo de mil novecientos setenta y dos, a junio de mil novecientos ochenta y nueve. Son las costas del recurso a
cargo de la recurrente.

Orlando Aguirre Gómez

José Luis Arce Soto Zarela Mª Villanueva Monge

Alvaro Fernández Silva Jorge Hernán Rojas Sánchez

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Clasificación elaborada por SALA SEGUNDA del Poder Judicial. Prohibida su reproducción y/o distribución en forma
onerosa.

Es copia fiel del original - Tomado del Nexus PJ el: 12-10-2022 11:53:04.

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