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«El Quijote»

Temas
El libro nace, en un primer tiempo, como parodia de los libros de caballería, como queda establecido en el prólogo,
y surge la comicidad por el contraste entre los delirios del hidalgo y la realidad y entre la erudición de las clases
altas frente a la llaneza ramplona de las clases bajas.

Sin embargo, El Quijote toca una multiplicidad de temas que van más allá de parodiar los libros de caballerías. En la
obra hay una importante reivindicación del idealismo, no sólo como forma de evasión. Frente a la vulgaridad, la
monotonía o los sinsabores de la vida cotidiana la literatura y la imaginación ofrecen a Alonso Quijano la
posibilidad de una existencia más noble, en la que caben el heroísmo, la justicia y la libertad.

El tema del desengaño recorre también la obra. La confusión entre vida y literatura entraña un riesgo. El choque
entre la fantasía o los ideales de Don Quijote y la realidad provoca en el protagonista una profunda decepción que
tiñe de melancolía la segunda parte y anticipa el pesimismo característico del Barroco.

Estructura

El argumento del Quijote se organiza en torno a las tres salidas de los personajes: dos en la primera parte y una en
la segunda, de movimiento circular: partida, aventuras y vuelta a casa.

El Quijote va acompañado de Sancho, lo que sirve de contrapunto dialógico y cómico.

Cuando Cervantes proyecta la segunda parte, un miembro de la escuela de Lope publica el Quijote de Avellaneda, lo
que le hace rectificar el itinerario de su héroe, para el cual tenía previsto ésta vez sí un plan. En la segunda parte los
personajes valorarán la de 1605, creando un proceso de metaliterario. 

Personajes

De gran profundidad y dinamismo, especialmente Don Quijote y Sancho, que no viven aventuras sino experiencias
que los transforman y determinan la radical modernidad de la novelas. Los personajes evolucionan
psicológicamente por su contacto con la realidad, que es la definición que puede hacerse de la novela moderna. Son
figuras complementarias que reflejan la complejidad del ser humano, que no se pueden reducir a estereotipos
simplistas.

El rasgo principal de Don Quijote es la ambigüedad. De hecho, la caracterización inicial del hidalgo como un simple
loco se desmiente en el capítulo V, cuando exclama  «Yo sé quién soy».

Sancho cumple en un inicio el rol de sombra burlesca del Quijote, a la manera del gracioso de la comedia lopesca,
pero va evolucionando y adquiriendo matices. No es arrojado, pero tiene valor suficiente para no dejarse atropellar.
Como contraste del sueño del Quijote con la realidad.

Lengua y estilo

Su prosa es equilibrada y naturalista. Usa a menudo periodos largos, pero siempre con un desarrollo lógico,
armónico y sin mayores complicaciones sintácticas. Su estilo es cuidado y elegante pero no vacila en dar cabida a
expresiones del lenguaje coloquial. Cada personaje presenta unos rasgos lingüísticos que lo definen.

Perspectivismo

No existe una única voz narrativa, ni un único punto de vista. Se introduce la técnica del manuscrito encontrado 

Interpretación

La publicación del Quijote coincide con la crítica a la novela de caballerías de otros autores de la época. Los lectores
del siglo XVII, familiarizados con ellas, percibieron la intención paródica, tomándolo como un libro
cómico. Cervantes parodia tanto el estilo altisonante como motivos del género, lo q le permite inyectar de realidad
el tema caballeresco y abordar temas universales. Además, el Quijote constituye un documento social de la España
de su tiempo, presenta así, un gran número de personajes de todo el ámbito social: hacendados, hidalgos, clérigos,
estudiantes, el pueblo llano, delincuentes.

No obstante, más que cualquier otra cosa, el Quijote es una novela moderna. 
Reflexiones sobre la lírica de los Siglos de Oro

1. El primer Renacimiento (aproximadamente 1500-1550)

El Renacimiento es un movimiento cultural que nace en Italia en el s. XIV y se extiende por Europa hasta s. XVI.
Gracias al desarrollo de la burguesía, las ciencias, las nuevas rutas de los navegantes lusos y españoles o el
descubrimiento de América nace una nueva religiosidad y una corriente intelectual individualista, humanista y
antropocéntrica inspirada en la filosofía neoplatónica que marcará la literatura y el arte. En España comienza bajo
los Reyes Católicos y continúa bajo Carlos I y Felipe II. El Renacimiento español está marcado por la debilidad de la
burguesía, afectada por la expulsión de los judíos en 1492, y por la la mentalidad imperante que aspira a entrar en
la nobleza y vivir de rentas (tan bien descrita en el Lazarillo). También se ve marcado por el rol de la Inquisición y
la Contrarreforma y su espiritualidad ultraconservadora.

El referente principal de la lírica renacentista castellana es el petrarquismo. La obra más influyente de Petrarca es
el Cancionero, formado por más de trescientos poemas, con alternancia de sonetos y canciones que conformam una
secuencia narrativa. El eje temático es la pasión amorosa no correspondida del yo poético hacia su amada Laura. A
lo largo del s. XV ya hubo intentos de incorporar las innovaciones italianas a la literatura en castellano, como los
Sonetos fechos al itálico modo de Santillana. Sin embargo, serán Boscán y Garcilaso quienes introducirán los
metros, estrofas, temas y recursos retóricos del petrarquismo italiano.

Garcilaso de la Vega nace en Toledo de familia aristocrática, miembro de la corte de Carlos I. Casado joven, se
enamora de Isabel Freire, dama portuguesa que pudo ser su musa. Tuvo contacto con la poesía italiana desde 1530
y es desterrado a Nápoles en 1532, donde se empapa del ideal renacentista italiano. Encarna el ideal de caballero
renacentista (hombre de letras y de armas), hasta el punto de que  muere en Niza tras un combate.  Su poesía
presenta una evolución desde la poesía cancioneril tradicional castellana hasta la nueva forma italianizante. Sus
influencias más importantes son Petrarca y los clásicos.

El amor es el tema nuclear. Tradicionalmente se consideraba que su obra era biográfica, aunque se es posible que
se trate de una obra simplemente literaria. Sea biográfico o no, se puede considerar que la obra de Garcilaso imita
el modelo petrarquista y consiste en el relato de un proceso amoroso que progresa narrativamente desde el
encuentro con la amada hasta la reflexiones tras la muerte de esta. Así, en sus sonetos trata todos los matices de la
experiencia amorosa: el enamoramiento, la naturaleza del amor, el dolor por la ausencia de la amada, la búsqueda
del reencuentro, el sufrimiento al recordar la felicidad perdida, los celos o el alivio al liberarse del yugo de la
pasión.

Además, algunos están dedicados a sus amigos que hacen de confidentes, como los decicados a Boscán a su hermano
muerto, entre otros. A menudo se identifica con personajes mitológicos (tema clásico en el Renacimiento), como
sucede en el poema en el que se identifica con Apolo abandonado por Dafne.ç

2. El segundo Renacimiento (aproximadamente 1550-1600)

Hacia la segunda mitad del s. XVI, los movimientos de renovación religiosa de Erasmo, Calvino y Lutero son el
disparador de la Contrarreforma que inicia el Concilio de Trento (1545-1563) y que favorece el aislamiento de
España en Europa. La lírica castellana adopta un carácter nacional y católico en la segunda mitad de siglo. Así, nace
una corriente ascético-mística centrada en la reflexión moral y existencial, así como en el anhelo o la experiencia de
la unión con Dios. Destacan especialmente Fray Luis de León y San Juan de la Cruz.

Fray Luis de León es un humanista culto y religioso. Trata temas renacentistas históricos y religiosos, como la
virtud y el rechazo de pasiones, la búsqueda de la armonía y el contacto con Dios. Estos temas pueden encontrarse
en su «Oda a la vida retirada», que evoca el «Beatus Ille» del poeta clásico Horacio. Este tópico significa  «feliz él»,
que se aleja del ruido del mundo, o el «mundanal ruïdo»,  y se aísla en contacto con la naturaleza. El deseo de
soledad y retiro era ya una aspiración renacentista a la que Fray Luis añade una impronta cristiana.

San Juan de la Cruz tiene una obra breve en la que combina diferentes tradiciones (la bíblica, la poesía tradicional y
la poesía culta). La clave de su obra está en que utiliza la poesía, con recursos como la los recursos simbólicos y
alegóricos para tratar de compartir la experiencia mística, que es inefable (no se puede describir con palabras) por
su propia naturaleza. En sus obras interpretará «a lo divino» canciones populares, en las que el amado se sustituye
por Dios (el Amado con mayúscula) y la amada por el alma para narrar la unión del alma con Dios.
3. El Barroco (aproximadamente 1600-1700)

El término Barroco (término portugúes para «perla defectuosa») empezó a usarse en arquitectura y se extendió a
otros ámbitos. Se refiere a un estilo complicado en las formas e irregular en las líneas, lo que contrasta con el estilo
claro del Renacimiento.

En España alcanzó un desarrollo especial en las letras, hasta el punto de que se considera el estilo más
característico de las letras hispánicas. El contexto histórico corresponde a una crisis generalizada debido a
cuestiones como la expulsión de los moriscos en 1609 (casi 300.000 personas), las guerras continuas que provocan
el empobrecimiento y la la pérdida de territorios, la rapiña de la piratería inglesa, el coste de las campañas
militares y la corrupción. Es el inicio de una imparable decadencia política, económica y militar desde final del s.
XVI y principio del XVII. Se generaliza una visión negativa del mundo que ensalza la vida eterna, la religiosidad
remplaza el optimismo renacentista y el miedo al protestantismo favorece el aislamiento cultural.

La poesía española conserva el extraordinario empuje del s. XVI y, en general, la métrica de origen italiano que
introdujo Garcilaso, aunque la estética se intensifica. Hay un extraordinario interés por el lenguaje, elemento
fundamental de la creación. El equilibrio y la elegancia del Renacimiento dejan paso al afán de originalidad
mediante la hipérbole, la exageración, el ingenio corrosivo y la artificiosidad. El mundo se entiende como una lucha
de contrarios que se expresa en literatura mediante figuras retóricas como el antítesis. Además, se extienden
tópicos como la vida humana como un teatro cuyo autor es Dios, el paso del tiempo, la muerte como lo único real, la
vida como sueño, la soledad del ser humano desde un punto de vista pesimista, etc.

Existen dos escuelas poé ticas comparten la estilizació n del lenguaje como centro de la obra literaria:

Conceptismo (Quevedo)
Concede importancia a los valores conceptuales de la palabra, a base de explorar sus correspondencias significativas y usar
vocablos con doble sentido. Recursos:
a) Metá foras, imá genes o símiles, que ofrecen una visió n deshumanizada y denigrante de la realidad.
b) La paradoja, el oxímoron y los contrastes, que acentú an lo insó lito de personajes o situaciones.
c) Juegos de palabras: de su novio hará novillo.
d) Equívocos y dobles sentidos: donde el capitán Correa da mal trato con su nombre.
e) Antítesis (ayer naciste y morirás mañana) hipé rbole (las doce tribus de narices era): Su propó sito es contrastar y exagerar.

Culteranismo (Góngora)
El nombre hace referencia al luteranismo, al ser considerado por algunos una «herejía poé tica». Busca ante todo la belleza
formal mediante un lenguaje brillante que se distingue del habla formal. Recursos:
a) Metá foras o imá genes embellecedoras, frecuentemente anidadas unas dentro de otras.
b) Léxico cargado de referencias coloristas y sensoriales: oro, plata, nácar, cristal, lirio, rosas.
c) Cultismos tomados del latín, con predominio de esdrú julas: púrpura, áureo, émulo, cándido.
d) La influencia latina se manifiesta tambié n en la sintaxis, con incisos, paralelismos e hipé rbatos.
e) Estructuras correlativas con diseminació n y recolecció n de té rminos: Oh excelso muro, oh torres coronadas

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