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ESCUELA NORMAL SUPERIOR 9-002 “TOMÁS GODOY CRUZ”

Córdova M. Carmen
Profesorado de Lengua y Literatura
2020

HISTORIA DE LA LENGUA ESPAÑOLA EN SUS TEXTOS


COMENTARIO FILOLÓGICO

Prof. Carolina R. Cruz


1. Identificación del documento

1.1 Marco histórico

Hacia 1492, la unificación política de España bajo el poder de los Reyes Católicos

inicia uno de los períodos más importantes en la historia de la península: su consolidación

como el poderoso imperio donde no se ponía el sol. Más adelante, durante el reinado de

Felipe II, (1556 -1598), se sucederán una serie de hechos que marcarán el futuro del

territorio y su consecuente decadencia. La excesiva convicción de que la fe católica era la

única que debía profesarse, produce ciertas divisiones políticas dentro del reino, el

absolutismo, entonces, infringe en todos los ámbitos de la vida de la sociedad española del

siglo XVI. Un hecho particular de este período es el traslado de la capital a Madrid en

1561, aldea ubicada al norte de Toledo, antigua capital histórica castellana, convirtiéndose

así, en el nuevo centro político y cultural de España.

Para 1598, el reino poderoso y próspero heredado de sus antepasados se ve sumido

en una grave crisis económica, las constantes guerras por conseguir la expansión de

territorios sumado a las persecuciones religiosas produce una disminución de la población,

años más tarde, el país se ve privado de casi medio millón de personas que constituían la

fuerza obrera e industrial del estado cuando su hijo Felipe III expulsa a los musulmanes

conversos, acusados de seguir profesando su religión, esto no hace más que agravar la

situación. Para 1640, Portugal se independiza y esto provoca la pérdida de la costa oeste de

la península y los territorios de ultramar pertenecientes al reino portugués. La dinastía de

los Habsburgos concluye a inicios del siglo XVII y lo que un día fue el vasto imperio

español, cae en franca decadencia, una serie de acontecimientos sucedidos en Europa y


América, con la independencia de las colonias, debilitan a la corona y España se reduce a

sus límites actuales.

Sin embargo, dentro de este período comprendido entre finales del siglo XV y el

último cuarto del siglo XVII se producirá el florecimiento de las artes y las letras españolas,

no tanto por el hecho de que la lengua peninsular haya alcanzado un alto grado de

desarrollo sino más bien por la cantidad y calidad de la producción literaria de aquel

entonces.

1.2 El Siglo de Oro

Ubicado en principio hacia finales del siglo XV, con la reconquista de los territorios

ocupados por los musulmanes, la llegada de Colón a América o la publicación de la

Gramática castellana de Nebrija, concluye en 1681, año de la muerte de Pedro Calderón de

la Barca. Por sus características particulares, se ha dividido al Siglo de Oro en dos períodos:

El del Renacimiento español que se corresponde al reinado de Carlos I y Felipe II,

en el siglo XVI y que tiene como eje al Humanismo y la vuelta a la antigüedad clásica, con

una clara influencia italiana y el sincretismo cultural de la influencia árabe.

Se cultiva el latín clásico y las lenguas vernáculas van adquiriendo protagonismo,

de todas maneras, la lengua de Roma va perdiendo fuerza y es sustituida en casi todas las

áreas. La belleza natural inspirada en los modelos grecolatinos evita la vulgaridad y exalta

la sencillez y el equilibrio en la escritura. Garcilaso de la Vega, Gil Vicente, fray Luis de

León, Santa Teresa de Jesús, entre otros, pasan a ser los representantes más destacados del

período. El equilibrio se rompe y da paso a otro período con abundancia de formas y

temáticas sociales, el Barroco.

El período del Barroco, segundo del Siglo de Oro, tiene como característica

principal “una radical desvalorización de la vida presente y la naturaleza humana”


(Obediente,2000, p.306), su literatura es exagerada, artificiosa y desequilibrada, admite

una gran variedad de temas entre los que se destacan: el desengaño, la muerte, el humor y

la sátira que admiten obras tratadas desde distintas ópticas, buscando siempre la

originalidad y la admiración del lector, a través de su ingenio. Se presentan dos tendencias,

el culteranismo y el conceptismo.

El culteranismo persigue la belleza formal y valora la expresión, cuida

minuciosamente el lenguaje con una sutil imitación del latín, utiliza, como su nombre lo

indica, muchos cultismos: hipérbaton, perífrasis, tropos complejos, encabalgamientos y

referencias propias de la antigüedad clásica, esto produce una poesía artificiosa y cerrada a

la comprensión, debido a esta tendencia exagerada, Luis de Góngora, principal

representante del movimiento, será objeto de abundantes críticas, en las que se destacan las

de Quevedo y Lope de Vega.

Por otro lado, el conceptismo, se fija más en el contenido y emplea recursos más

ingeniosos: juegos de palabras, asociaciones de ideas, doble sentido o retruécanos,

deshaciendo de esta manera la armonía clásica, los recursos más utilizados son: la

paradoja, la antítesis, la ironía, la hipérbole e incluso la caricatura. Francisco de Quevedo

es el representante más importante del período, quien demostrará en sus obras un domino

magistral de la lengua con recurrentes referencias a expresiones vulgares y coloquiales,

provocando un juego con el lenguaje nunca antes visto por su tono mordaz y sarcástico, lo

que le valió ciertas rencillas y denuncias ante la santa inquisición.

Cabe destacar que, entre estos dos períodos, se ubica al más importante escritor

español de todos los tiempos, Miguel de Cervantes, quien con su “El ingenioso Hidalgo

Don Quijote de la Mancha” de 1604, produce un hito decisivo en la novela moderna.


1.3 La novela picaresca barroca

El siglo XVII desarrolla en abundancia el género de la picaresca, la publicación de

“El Lazarillo de Tormes” en el siglo anterior marca el primer paso para esta tradición.

Tanto la ingenuidad como la inclinación natural hacia la treta y el engaño, son las

características por excelencia del género, sin embargo, las obras tienen como trasfondo una

fuerte crítica social, que visibiliza la hipocresía y enmarca un propósito didáctico, muestra,

en definitiva, aquello que no debe hacerse y esto se logra muchas veces a través de la sátira.

El éxito de la picaresca se explica en las circunstancias contextuales de la época: “una

sociedad viajera y aventurera que experimenta un sentimiento de desengaño y que lleva al

hombre a la caída de sus ideales” (Santillana, 2006, p. 102).

Numerosas obras se enmarcan en este género, pero merece nuestra especial atención

“La vida del buscón llamado don Pablos” de Francisco de Quevedo, de 1604, novela escrita

por un joven autor de veinticuatro años y que tiene como particularidad poseer una

estructura abierta y una cruda exposición de la maldad imperante en las relaciones

humanas.

1.4 Historia de la vida del Buscón

Si bien se destaca que la obra fue escrita por un joven Quevedo (1580 – 1645), no

será hasta 1626 cuando se produce su publicación, durante largo tiempo se discutió sobre la

autoría de la obra, probablemente para evitar problemas con la Inquisición, Quevedo

guardo silencio respecto al tema.

Las características más sobresalientes que enmarcan a la obra dentro del género serían:

 El Buscón sigue el modelo autobiográfico de la novela picaresca, el viaje es el

constante motor que introduce la anécdotas y aventuras que motivan las acciones.
 Su estructura es abierta, los hechos no están ordenados dentro de una estructura

narrativa definida, no presentan la misma cohesión como en Lazarillo.

 El pícaro solo tiene un amo y no experimenta una evolución psicológica, su carácter

y propósito en la vida es el mismo de principio a fin.

 La apariencia de Pablos, el protagonista, ahonda en su constante ambición, le

despreocupa la vida ajena y la opinión de los demás, la intención satírica de la obra

se evidencia en todo momento, hay una tendencia a la crueldad y la indiferencia.

 El tema principal pasa por la necesidad y el afán constante del protagonista a una

mejora social ocultando su verdadera condición, este es el único sentimiento válido

en él.

 La obra se estructura en tres libros, se traza una acción marcada por el viaje

constante, parte desde la narración de sus orígenes hasta su intención final de

embarcarse a América.

 El lenguaje, se dice, responde a una deformación barroca de expresión conceptista

que tiende a la hipérbole, los juegos de ingenio sorprenden al lector para intensificar

la sátira, que es el elemento más destacado de la obra. El autor crea nuevas palabras

y rompe con la monotonía de la lengua, introduce términos provenientes de distintas

jergas y complejas figuras retóricas, lo cual implica un esfuerzo de interpretación

por parte del lector.

El desarrollo del presente comentario filológico, posterior al marco histórico descripto,

tiene como objetivo, mostrar el estado en que se encuentra el español de los siglos XV al

XVII, a través del análisis de la obra de Francisco de Quevedo. No sin antes introducir de

manera breve ciertas generalidades propias de la transición del castellano al español.


1.5 La lengua del Siglo de Oro

Las circunstancias políticas que permitieron a Castilla convertirse en el eje cultural

y territorial de la península, produjeron también, que el rudo y duro dialecto del norte se

convirtiera en la lengua universal del siglo XVI, hablada no solo en la región castellana

sino en todos los territorios ocupados por la corona española. Carlos V decía: “es tan noble

que merece ser sabida y entendida de toda la gente cristiana”.

En este período, la lengua experimentó un intenso proceso de cambios y una labor

de fijación y selección que producirán transformaciones de suma importancia en todos los

parámetros lingüísticos, que lo llevarán de la evolución de su estado medieval hasta su

estado actual.

2. Análisis filológico de texto

Para el presente trabajo, se han seleccionado la primera y segunda hoja de la obra

del autor madrileño, formado en Alcalá de Henares y al servicio de la corte:

Francisco de Quevedo (1580-1645). Historia de la vida del Buscón (1626).

Alicante: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 1999 Notas de reproducción

original: Edición digital a partir del manuscrito de la obra Manuscrito Bueno.

Depositado en la Biblioteca de la Fundación Lázaro Galdiano (Madrid)


2.1 Transcripción fonológica
/bída del buskón//

/kapítulo I//

/en ke kuénto kién es//y de dónde//

/ʎo/ seɳór// soi de segóbia// mi pádre se ʎamó kleménte páblo// naturál del mísmo

pueblo// dios le ténga en el siélo// fue tal// kómo tódos díẑe de ofísio barbéro// aúnke éran

tan áltos sus pensamiéntos// ke se kor̄ ía le ʎamásen así// diẑiéndo// ke el era tundidór de

mesxíʎas// i sástre de bárbas// díẑen// ke era de mui buéna sépa// i según el se bía// es

kósa pára kreér// estúbo kazádo kon aldónŝa satúrno de rebóʎo íxa de oktábio de r̄ ebóʎo

kodíʎo// i niéta de lépido sirakúnte//

/sospeĉábase en el puéblo// ke no éra kristiána bieža// aúnke eʎa por los nómbres de sus

pasádos esforŝába k desendía de los del triunbiráto románo// túbo mui buen paresér// y

fue tan selebráda// ke en el tiémpo que eʎa bibió tódos los kopléros de espáɲa aẑía kólas

sóbre eʎa// padesió grándes trabáxos resién kazáda// i aún después// porké las málas

lénguas dában en deẑír// ke mi pádre metía el dos de bástos// por sakár el as de óros//

probósele// ke a tódos los ke aẑía la bárba a nabáxa// miéntras les dába kon el água//

lebantándoles la kára pára el labatório// un mi ermáno de siéte áɲos les sakába mui a su

sálvo los tuétanos de las faldrikéras// murió el ánxel// de unos aŝótes ke le diéron en la

kársel// sintiólo múĉo mi padre// por ser tal ke robába tódas las boluntádes// por éstas// i
ótras niɲerías estúbo préso// aúnke según a mi me an diĉo// después salió de la kársel con

tanta onra// ke le acompaɲáron doẑiéntos kardenáles// sinó ke a ningúno llamában

seɲoría// las dámas diẑke salían por bérle a las bentánas// ke siémpre paresió bien mi

pádre a pié// i a cabáʎo// no lo dígo por bána glória// ke bien sáben tódos kuán ažéno soi

déʎa// mi mádre pués// no tubo kalamidádes// un día alabándomela una viéxa k me krió//

deẑía// ke era tal su agrádo/ ke eĉiẑába a tódos kuántos la tratában// solo diẑ// ke le díxo

no se ke de un kabrón// lo kual la púso sérka de ke le diésen plumas// kon lo ke iẑiése en

públiko// úbo fáma// de ke redificába donẑéʎas// resusitába kabeʎos// kubriédo kánas//

unos la ʎamaban ẑursidóra de gústos// otros alxebrísta de boluntádes deskonsertádas// i

por mal nómbre alkauéta// i flux pára los dinéros de tódos//

/ber pués kon la kára de rísa que eʎa oía esto de tódos// era pára mas atraérles las

bolúntades// no me detendré en deẑir la peniténcia ke aẑía//

/tenía su apozénto// dónde sóla eʎa entraba// i algúnas véẑes ʎo// ke kómo era ĉíko

podía// tódo rodeádo de kalabéras// ke eʎa deẑía eran para memórias de la muérte//

2.2 Nivel fonético – fonológico

Es en este nivel donde se observan los cambios más significativos con respecto a lo

lingüístico, los fenómenos fonéticos que se venían generando en siglos anteriores, se

extienden y producen el remplazo parcial del sistema consonántico. Distintos autores

discrepan acerca de las innovaciones producidas durante esta etapa, se le atribuye al

traslado de la capital a Madrid, la adquisición de la llamada norma norteña, que no es más

que la inclusión de rasgos dialectales de la región en el habla cortesana, lo cual produjo el


detrimento de la antigua habla toledana, considerada como la norma privilegiada desde la

época alfonsí. Sin embargo, en la actualidad, no se considera como un hecho verosímil esta

sustitución, sabemos que los cambios producidos en la manera de hablar de una comunidad

se deben a otros factores de mayor repercusión.

A continuación, se presentan los cambios fonológicos más relevantes del Siglo de Oro:

a. Pérdida del fonema /h/

Para la época que nos ocupa, las discrepancias entre los fonemas [f] y [h] en

posición inicial quedan resueltas con la desaparición casi completa del segundo, en Castilla,

la h- no se aspiraba desde mediados del siglo XV, aunque en Andalucía el fenómeno no se

produce hasta los siglos XIX Y XX, rasgo considerado propio de las clases bajas y, por lo

tanto, debía extinguirse definitivamente.

/f-/ > /h-/ > Ø

FACERE > hacer /asér/ → <hazia> (El Buscón)

FACTICIUS > FACERE + -icius (sufijo) < /eĉíso/ → <hechizaba> (El Buscón)

*Se observa un caso especial de /-h-/ en la palabra ´alcahueta´. Numerosas haches

pertenecen a préstamos, sobre todo del árabe, en la mayoría de los casos, estas haches

representan sonidos aspirados de la lengua de origen y no se suelen pronunciar en español.

Alcahueta, proviene del árabe y estaría compuesta de la partícula /al- / (el) y

/qawwád/ (mensajero) o /qaquít/ (encender), de lo cual se deduce su significado: llevar

mensajes o encender pasiones.

b. Instalación definitiva de la confusión de /b/ y /v/


Entre los siglos XVI y XVII, la confusión del castellano para distinguir /b/ y /v/ se

implanta de forma definitiva, pues ningún hablante, según ciertos autores, saber hacer la

diferencia entre las dos labiales, ambos fonemas se funden en uno solo son sus respectivos

alófonos.

Estas letras propias del español, representan el fonema /b/ y provienen del latín en

donde su usaban con distinto valor fonológico, en el castellano primitivo sucedía lo mismo,

pero en el español medieval ya empieza a aparecer esta confusión en la escritura de muchas

palabras. Hoy en día, por cuestiones ortográficas, siguen presentes en nuestro sistema de

escritura. Tanto /b/ como /v/ representan el sonido bilabial sonoro y su grafía responde a

criterios etimológicos. En la obra analizada podemos observar el uso indistinto de estos

fonemas:

BARBA > barba /bárba/ → <barbéro>

PROBARE > probar /probar/ → <provósele>

NOVACULA > navaja /nabája/ → <navaja>

Otros ejemplos: <davan>, <pueblo>, <esforc̹ava>, <sospechavase>, <celebrada>,

<sacava>, <cavallo>, etc.

c. Pérdida de las oposiciones /s-z/ y /ts-dz/ y aparición de /θ/

Debido a un fenómeno de ensordecimiento, se instala la confusión de las sibilantes

/s-z/ y /ts-dz/ que se resuelve de dos modos:

a) En el centro norte de España se mantiene la distinción de las antiguas fricativas y las

africadas mediante refonologización de estas últimas. En el siglo XIV el sistema medieval


distinguía dos africadas predorso – dentales opuestas por sonoridad, /ts/ y /dz/ como en

brac̹o y pozo, más adelante ambos se ensordecen. Debido a un proceso de ablandamiento,

la africada pierde su momento oclusivo, esto produjo un fonema fricativo predorso dental

/s̯ / que la distinguía de /s/ ápico alveolar, de esta manera se mantiene en parte la oposición

original /s/ < /s/ - /z/ de /s̯ / < /ts/ - /dz/ y para aumentar esta diferencia, /s̯ / adelanta su punto

de articulación y se convierte en una ápico interdental: /θ/, se infiere entonces, que el paso

de /s̯ / a /θ/ se produjo con mucha rapidez.

*En el presente trabajo no se ha hecho uso del fonema ápico interdental puesto que se le

considera un fonema regional y no está presente en la mayoría de la población de habla

hispana.

<dize> /díẑe/ <hazia> /aẑía/ <doziéntos> /doẑientos/ <casáda> /kazada/

<Aldonc̹a > /aldónŝa/ <esforc̹aba > /esforŝába/ <donzella> /donẑéʎa/ <assi> /así/

b) En el sur de la península, en buena parte de Andalucía, se elimina lo oposición y se

pierde la distinción, las cuatro sibilantes medievales ser resuelven en un único fonema /s/.

Esto permitirá distinguir áreas de seseo /s/ y ceceo /θ/ en el norte desde el siglo XVI, puesto

que en la zona meridional las características extralingüísticas son más heterogéneas. Será

el seseo la norma que se va a extender por América.

d. Pérdida de la oposición /ʃ-ʒ/ y consiguiente aparición del fonema /x/

En el español medieval, la grafía <x> se pronunciaba como un fricativo dorso

palatal sorda /š/ con el sonido /sh/ como en <dixo> y las grafías <j-, ge-, gi-, y> se

pronunciaban con el fonema /ž/ con el sonido /y/ como en <vieja>


La confusión de las sibilantes prepalatales estaba ya difundida en España a finales

del siglo XV, la distinción de /ʃ/ se había perdido y retrocede su punto de articulación hasta

llegar en la primera mitad del siglo XVI a articularse como velar /x/. El paso pudo haberse

hecho en dos etapas y queda demostrado en: (/ʃ-ʒ/ > /ʃ/ > /x/, esto se verifica en todas las

zonas hablantes del castellano. En el texto perteneciente al presente comentario se pueden

observar:

<mexillas> /mexíʎas/ <trabajos> /trabáxos/ <navaja> /nabáxa/

<ageno> /axéno/ <dixo> /díxo/

e. Casos de Yod

En latín vulgar, /i/ y /e/ breves átonas, contiguas a otra vocal, van a diptongarse con

la vocal vecina y pierden su rasgo silábico, convirtiéndose en la glide o articulación de

deslizamiento llamada yod, este elemento es el responsable de los grandes cambios

fonéticos que dan origen al primitivo romance y que a través de los siglos evolucionarán en

las estructuras fonológicas actuales. Consiste en una vocal alta anterior dentro de un

diptongo que tiende a palatalizarse, es decir a cambiar su pronunciación en las consonantes

y cerrar las vocales. En el presente comentario encontramos los siguientes casos:

Yod 1°

Es la más antigua, data del siglo III, pertenece a los sonidos que se estaban pronunciando de

forma africada en los siguientes grupos:

TE-TI [tj]
+ Vocal → ŝ
CE-CI [kj]
<esforc̹ába>

FORTIA > [fórtja] > /fuérŝá/ > [fuérs̹ a] > /fuérθa/ > fuerza + prefijo es = esforzar
Yod 1 (s. II) Siglo XVI Siglo XVIII
(lenición) (interdentalización)

*Cuando TI no está en contexto intervocálico, no sonoriza, es decir no pasa por el proceso de


confusión entre sonoras y sordas de los siglos VIII al XVI

Yod 2°, tipo 1°

En el primer grupo de esta yod, el resultado final es la velarización del fonema /x/.

LE – LI + vocal

k´l – g´l – t´l > [g´l] → ͜l

<vieja>
VET(U)LU > [bét´lu] > [biég´lo] > [biéi̯ lo] > /biél̬ o/ > /biéžo/ > /biéšo/ >
Yod 2° (s. X) Siglo XI-XIII S. XIII-.XVI
(reajuste) (ensordecimiento)
/biéxo/ > viejo/a
Siglo XVII
(velarización)

Otros ejemplos:

TRIPALIARE: /trabaxár/ NOVACULA: /nabáxa/

Yod 2°, tipo 2°

En el segundo grupo, el resultado es un fonema predorsopalatal, sonoro, nasal: /n̮/ o ɲ

NE – NI + vocal → n̮
<señor>
SENIORE > [sejiór] > /sen̮ór/ > señor
(semiconsonantización) Yod 2° (s. V)
(fonologización por
Asimilación recíproca)
<España>
HIPANIA > [ispánja] > /espán̮a/ > España

Yod 4°, tipo 1°

Es el más complejo, tiene seis subgrupos y todos inflexionan con las vocales con las que

entran en contacto.

CT + vocal → /ĉ/

<sospechavase>
SUSPECTARE > [sospeχtár] > [sospei̯ tár] > /sospeĉár/ > sospechar
(lenición) (semivocalización) Yod 4°, tipo1
(Siglo X)

Otros ejemplos: FACTICIUS > hechizo

Yod 4°, tipo 2°


AXE > /x/ → j

<mexillas>
MAXELLA > /maksél:a/ > [maχsél:a] > [mai̯ sél̬ a] > /mešel̬ a/ ] >
Siglo V Yod 4°, tipo 2 (s. X)
(lenición) (semivocalización) (palatalización)

/mexil̬ a/ > mejilla


Siglo XVI
(velarización)
Yod 4°, tipo 3°
ult + vocal > /ĉ/

<mucho>
MULTUM > [mui̯ to] > /muĉo/ > mucho
(semivocalización) Yod 4°, tipo 3°
(s. X)

f. Fenómenos de fonética combinatoria

Apócope: fenómeno de reducción, pérdida de uno o más sonidos en el final de palabra.

Ej. <q̄>, <dizé>, <haziā>.

Síncopa: pérdida de sonidos en el medio de una palabra. Ej. <cubriédo>, <nó.bre>.

Contracción: recurso poético que se utiliza para enlazar la última sílaba de una palabra con

la primera sílaba de la siguiente. Ej. <della>.

Fenómenos como el apócope en <q̄> o la síncopa en <nó.bre>, pudieron deberse

más que nada a un asunto de economía lingüística por parte del autor en el primero y por un

tema de impresión en el segundo, ya que el fenómeno se produce al final de la línea o como

en <haziā>, que utiliza un virgulilla para indicar el corte de la palabra hazian

Por otro lado, en el texto no se observan testimonios sobre la vacilación en las

consonantes implosivas internas. Tampoco se observan vacilaciones de timbre en las

vocales átonas (vocalismo) y la fonotaxis, formas medievales de la yuxtaposición de dos

elementos morfemáticos queda eliminada. Esto quizás se deba a que el texto comentado es

de carácter literario ya que como se dijo anteriormente, Quevedo fue un autor culto y

educado. En cuanto al uso del artículo, para el siglo XVI, comienza este a restringirse en su

forma masculina delante de femeninos que empiecen con /a/ acentuada. Ej. <el agua>.
2.3 Nivel Morfológico

Con respecto a la esfera del nombre, cabe aclarar que en los fragmentos

transcriptos no se observan las reestructuraciones de las formas pronominales de segunda

persona, puesto que el texto está narrado en primera persona. Sin embargo, más adelante, se

observa el uso de “vuestra merced” como fórmula de respeto que primeramente fue usada

para dirigirse al rey y más adelante para el trato entre iguales y con el uso de la abreviatura:

v. m. Más tarde, estas formas derivarán en los actuales: tu, vos y usted.

Se observa en el texto la presencia de concordancia entre género y número, usando los

mismos morfemas que el español actual: <…eran tan altos sus pensamientos>.

En cuanto a la esfera del verbo, en la obra en general, se utiliza la norma culta en el

uso del presente de indicativo y del imperativo: <sois> por sos /<salid> por salí, ya que la

otra variante se consideraba como vulgar.

2.4 Nivel sintáctico

Se observan tres fenómenos relevantes en la esfera del nombre:

a. Uso de la preposición a delante del objeto directo para evitar confusiones entre objeto

directo y sujeto, antes del siglo XVI la preposición aparece de manera regular, Quevedo, en

la obra analizada hace uso de a: <Provosele, que a todos…>.

b. Los pronombres personales átonos debían haberse mantenido de manera inalterada

conservando su etimología, pero en el español medieval, se introduce una diferenciación de

género y le comienza a usarse para objeto directo masculino y la para femenino. Desde el

siglo XVI prepondera tal uso, lo que se conoce como leísmo y laísmo, esto ocurrió sobre

todo en el norte y centro del territorio peninsular: <…que le acompañaron dozientos

cardenales>, aunque en la oración: <…la puso cerca de que la diessen plumas>, no aparece
aún el cambio, es de suponer porque la obra pertenece al siglo en donde la tendencia se está

fijando aún.

c. Otro cambio para destacar en la época es la consolidación del se indicador de pasiva, que

se va generalizando hasta adquirir valor impersonal y de esta manera se resuelve la

ambigüedad entre los significados reflexivo, recíproco y pasivo. En el texto comentado no

se encontraron ejemplos prototípicos.

Con respecto a la esfera del verbo, se destacan los siguientes puntos:

a. Los rasgos que distinguen ser y estar, ya estaban perfectamente instalados en el sistema

para el siglo XVI: <…aunque eran tan altos sus pensamientos>, <Estuvo casado con…>.

b. En la lengua medieval, aver y tener eran verbos transitivos con idea de posesión, esto

implicaba usos distintos: obtener, cuando se trataba de tierras o tener, como sinónimo de

poseer. En la modernidad, estos verbos se distancian y cada uno ocupa su significación,

tener como indicador de posesión y aver como auxiliar de verbos. <Tuvo muy buen

parecer>, <aunque según a mi me han dicho>.

c. En cuanto a la colocación de los pronombres átonos, el texto respeta la regla vigente, con

la cual debían anteponerse al verbo excepto al inicio de frase o después de pausa, aunque ya

para este tiempo, empezaba a anteponerse en todos los contextos: <Provosele, que a

todos…>, <…calamidades, un día alabándomela una vieja>.

d. Al estructurar la frase en el discurso, se destacaban en los textos literarios, si el autor era

o no de tendencia latinizante, la lengua no literaria tiene un orden rectilíneo y sin adornos,

en el caso de Quevedo, sigue la fórmula: verbo+ enclítico + sujeto, esta alteración sintáctica

responde entonces a una licencia artística.

Ej. <Sospechavase en el pueblo…>, <…sintiolo mucho mi padre>.


2.5 Nivel léxico – semántico

Para está época, las circunstancias históricas dentro de todas las esferas sociales del

Siglo de Oro, antes explicadas en el marco histórico, dan como resultado el

enriquecimiento del vocabulario español. Aparecen nuevos cultismos, nuevas voces y

nuevos significados a las formas ya existentes:

Latinismos: préstamos tomados del latín: <mexillas>, <qual>.

Arabismos: términos incorporados del árabe: <alcahueta>, <algebrista>

2.6 Nivel grafemático

En el texto podemos observar el uso de una <s> alargada <ʃ>, esta antigua variante

contextual es una forma adicional que la s redonda podía adoptar sin que esto produzca

algún cambio en la pronunciación. Se utilizaba siempre al interior o al inicio de una

palabra, nunca al final y a veces se escribían dos alargadas juntas, sin que esto altere la

palabra: <miʃmo >, <Eʃpaña>, <paʃʃados>.

3. Aplicación didáctica

Reflexión sobre la lengua: uso de b y v

INICIO

1. Actividad motivacional

-La docente escribe en el pizarrón en letras grandes los grafemas: b y v y pide a los alumnos

que piensen en los nombres que les damos a esas letras:

b v
b larga, b alta, b de v corta, v chica, v baja, v
burro, b grande, b, etc. de vaca, uve, v, etc.
-Una vez realizada la actividad, se procede a la activación de saberes previos a través de las

siguientes preguntas:

¿Qué saben de estas letras?, ¿Por qué existen palabras que se escriben con b y otras con v?,

¿Conocen alguna regla de pronunciación de estas letras?, ¿Recuerdan que es el latín?, ¿Qué

lenguas conocen que provengan del latín?

Propósito de la clase

Que los alumnos conozcan los orígenes de b y v para comprender el porqué de los usos y

reglas ortográficas de estos grafemas en nuestra lengua y la importancia de conservar y

cuidar la ortografía.

DESARROLLO

Lectura

Uso de las letras b y v para representar el sonido /b/

La b y la v son las letras propiamente españolas para representar el sonido de /b/, ya


que ambas formaban parte del alfabeto latino y se usaban en latín, desde donde pasaron a
nuestro sistema de escritura.
La b y la v servían en latín para representar sonidos distintos y también se usaron con
distinto valor fonológico en el castellano primitivo; pero en el español medieval hay ya
abundantes muestras de confusión entre una y otra letra en la escritura de muchas
palabras, prueba de su confluencia progresiva es la representación indistinta de un
mismo fonema, confluencia que ya era general en el siglo XVI. A pesar de su temprana
coincidencia en la representación de un mismo fonema, la ortografía del español
mantuvo por tradición ambas letras, que siguen hoy presentes en nuestro sistema de
escritura. Es decir, no existe en el español ninguna diferenciación en la pronunciación de
estas letras porque las dos representan el mismo sonido.

Fuente: Ortografía de la lengua española (2010)

Vocabulario: la docente será la encargada de aclarar de forma sencilla los términos


desconocidos.
Análisis del texto (oral)
¿De qué alfabeto formaban parte las letras b y v?, ¿Qué pasaba con los sonidos de estas
letras en el latín?, ¿En qué época empieza a haber confusión entre una y otra letra?, ¿Por
qué razón nuestra ortografía mantiene ambas letras?, ¿Existe una diferencia en el sonido de
estas letras?
Aplicación de b
Observen qué letra cambia en el latín y se convierte en b o v en el español, escriban una
oración:
Latín Español Oración
CEPULLA cebolla
VIVERE vivir
VALIGIA valija
LUPUS lobo
SABBATIUM sábado

Cómo observaron en el ejercicio anterior, las palabras del latín que tenían una p o una doble
bb, derivaron en b, y por eso las escribimos de la forma actual o como en el caso de v,
mantenemos su grafía desde el latín. Muchas palabras de nuestra lengua se escriben de
determinada manera porque conservan su etimología.

Conceptualización
Sin embargo, hasta el siglo XVI, la confusión entre b y v
seguía instalada como van a observar en la siguiente
lectura:
La docente entrega fotocopias del texto y lee en voz alta,
luego de la lectura, en conjunto realizarán un breve
ejercicio de comprensión lectora para conocer de qué
trata el texto y luego continuarán con el tema:
1. Observen las palabras que están escritas con b y con v,
las separamos en el pizarrón.
2. Estas palabras: barbero, barbas, buena, savía,
sospechavase, esforzava, sobre, trabajos, davan, bastos,
provosele, navaja, lavatorio. ¿Se escriben así en la
actualidad?

“La vida del buscón llamado Don 3. Escribamos las palabras que no se escriben de esa
Pablos”, Francisco de Quevedo, 1604 manera en la actualidad, utilizando la norma ortográfica
correcta.
4. Recuerden lo que hablamos al principio, durante mucho tiempo existió esta confusión
entre b y v y por eso se escribían de manera indistinta.
En 1713 se funda la RAE, Real Academia Española de la lengua, que, bajo la protección
del rey, tuvo como primera tarea organizar el sistema de escritura del español elaborando
un diccionario en el cual, se explicaba el sentido y la naturaleza de las palabras. Es decir,
que, a partir de ese momento, se establecen las normas ortográficas que rigen la correcta
escritura de nuestra lengua y a través de los años, se han ido haciendo cambios y
actualizaciones.
Como dato curioso, hasta esta fecha, no estaba extendido el uso de las tildes, cómo pueden
observar en el texto que acabamos de leer.
Estas serían en la actualidad, las normas vigentes para el uso de v y b:

Aplicación
De la lista de palabras en el texto de Quevedo, escojan seis, tres deben ser de las que están
“mal escritas” y busquen la regla correspondiente. Escriban una oración con cada una.
PALABRA REGLA ORACIÓN

CIERRE
¿Qué les pareció la clase?, ¿Para qué nos sirvió esta actividad?, ¿Qué relación encuentran
entre los nombres dados a la b y v en la actividad del principio con todo lo que hemos
visto?, ¿Por qué piensan que es importante hacer uso de una buena ortografía?, ¿Les parece
interesante conocer el origen de las palabras para comprender mejor el porqué de sus usos y
escritura?
BIBLIOGRAFÍA
- DE QUEVEDO, Francisco. (1969). La vida del buscón llamado don Pablos.
Navarra, España: Salvat Editores S. A.

- OBEDIENTE SOSA, Enrique. (2000). Biografía de una lengua: nacimiento,


desarrollo y expansión del español. Cartago: Asociación de Editoriales
Universitarias de América Latina y el Caribe.

- REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. (2011). Ortografía de la lengua española.


Buenos Aires: Espasa.

- SANTILLANA. (2006). La enciclopedia del estudiante: Literatura española e


hispanoamericana. Buenos Aires: Ediciones Santillana S. A.

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